14 Esquila Misional • junio 2017 Jorge García 14 E l final de la película Prefiero el paraíso –¡preciosa! No dejen de verla–, sobre la vida de san Felipe Neri, es impresionante, y a no pocos de los que la hemos visto se nos empañaron los ojos con grandes lagrimones que se nos escaparon. Se trata de la muerte del santo. Quienes conocen y aman a Felipe, sobre todo, pobres, niños y jóve- nes, se encuentran en la calle o en sus casas orando por él; solo un sacerdote joven permanece sentado junto al lecho donde está agonizando el santo. De repente, una niña de unos cinco años entra en la habitación y encuentra llorando al sacerdote; muy seria, se acerca a san Felipe y empieza a za- randearlo diciendo: «¡Filippo, despierta! ¡Despierta Filippo!». Ella llora, pero al ver que su amigo no se mueve, se le queda mirando un rato a los ojos, y en- tonces, ante la paz del difunto Filippo, la pequeña sonríe y empieza a bailar dentro de la habitación, gritando: «¡Filippo está vivo! ¡Filippo está vivo!». Baja por las escaleras de la casa, llena de ale- gría, brincando con los brazos en alto y gritando Esquila Misional • junio 2017 «¡Jesús está vivo!» El padre Damián Bruyel Pérez, comboniano español, nos comparte su experiencia misionera durante Semana Santa en La Concepción Palencia, Guatemala.
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El final de la película Prefiero el paraíso –¡preciosa! No dejen de verla–, sobre la vida de san Felipe Neri, es impresionante, y a no pocos de los que la hemos visto se nos empañaron los ojos con grandes
lagrimones que se nos escaparon. Se trata de la muerte del santo. Quienes conocen
y aman a Felipe, sobre todo, pobres, niños y jóve-nes, se encuentran en la calle o en sus casas orando por él; solo un sacerdote joven permanece sentado junto al lecho donde está agonizando el santo.
EXPRESIÓN Y CULTURA
De repente, una niña de unos cinco años entra en la habitación y encuentra llorando al sacerdote; muy seria, se acerca a san Felipe y empieza a za-randearlo diciendo: «¡Filippo, despierta! ¡Despierta Filippo!». Ella llora, pero al ver que su amigo no se mueve, se le queda mirando un rato a los ojos, y en-tonces, ante la paz del difunto Filippo, la pequeña sonríe y empieza a bailar dentro de la habitación, gritando: «¡Filippo está vivo! ¡Filippo está vivo!».
Baja por las escaleras de la casa, llena de ale-gría, brincando con los brazos en alto y gritando
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«¡Jesús está vivo!»El padre Damián Bruyel Pérez, comboniano español, nos comparte su experiencia
misionera durante Semana Santa en La Concepción Palencia, Guatemala.
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15junio 2017 • Esquila Misional
muertas como esas imágenes que son transporta-das a hombros. ¡Cómo me duele saber que durante Semana Santa muchos cristianos se van de vaca-ciones a la playa! Pareciera que le dan la espalda a su Señor crucificado. Pero Él, sin embargo, se atreve a salir a nuestro encuentro y decirnos: «La paz sea con ustedes». Ni una palabra de reproche. Solo consuelo: Paz con ustedes.
Pasé la Semana Santa en La Concepción Palen-cia, a 2 mil 600 metros de altura. Los campesinos y ganaderos están muy contentos en esta época de lluvia porque sus prados y sus campos reverdece-rán, su ganado engordará, y sus habitantes se deci-carán a vivir mejor y sonreír un poco más.
¡Bendiciones para todos!
P. Damián BRUYEL, mccjLa Concepción Palencia, Guatemala
a todos los que lloran por la agonía y muerte de su pastor: «¡Filippo está vivo!». Todos reaccionan y se llenan de inmenso gozo; se abrazan y brincan, La escena dura un largo rato, y la música del filme hace más emotivo el final. Un final que es el co-mienzo de una vida…
No se me había ocurrido comenzar esta carta con este testimonio, pero me vino a la mente al ha-cer memoria del gran acontecimiento que los dis-cípulos misioneros de Jesús vivimos en tiempo de Pascua: «¡Cristo está vivo!», «¡Cristo vive!». El día de la resurrección del Maestro, las mujeres llegaron gritando al Cenáculo. Los discípulos desconcerta-dos creían que ellas habían perdido el juicio. Pero al atardecer se les aparece el Señor, diciéndoles: «La paz sea con ustedes». No les echó en cara que lo dejaron solo cuando más los necesitaba. Solo Juan, la Virgen y algunas mujeres lo acompañaron. Les dijo varias veces: «La paz sea con ustedes».
Cuántas veces hemos cantado: «Mi Dios está vivo, Él no está muerto. Mi Dios está vivo en mi corazón. Mi Dios está vivo, ha resucitado, lo siento en mis manos, lo siento en mis pies, lo siento en mi alma y en mi ser». Pero, ¿de verdad lo siento en mi alma y en todo mi ser, es decir, en mi corazón? ¿De verdad siento y vivo lo que canto?
Las procesiones de Semana Santa son hermo-sas, conmovedoras, no cabe duda; pero algunos cristianos se quedan solo con ese Cristo camino de la cruz. Sus vidas no pasan de ahí: están tan
Cartel de la película Prefiero el paraíso
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Una tejedora chinanteca junto al padre Bruyel, quien desarrolló durante 16 años su labor misionera en México
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EXPRESIÓN Y CULTURA
Esquila Misional • junio 2017
Sendas de nueva vidaEscribo esta misiva desde la redacción de las revistas combonianas en la Ciudad de México. Tal vez esperaban una carta desde la lejanía de las misiones de África
o Asia, pero la cercanía asidua a los lectores de Esquila Misional me anima a compartir esta experiencia pascual.