Departamento de Derecho Internacional Público, Relaciones Internacionales e Historia del Derecho Nauru. Causas y consecuencias de un trágico declive ANDER DÍEZ ARRAZURIA Mayo 2010 Experiencias de Integración: Asia-Pacífico PROFESOR: DR. FLORENTINO RODAO MASTER EN ESTUDIOS INTERNACIONALES
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Departamento de Derecho Internacional Público, Relaciones Internacionales e Historia del Derecho
Nauru. Causas y consecuencias de un trágico declive
1. INTRODUCCIÓN: LA SINGULARIDAD DEL CASO DE NAURU......................................................2
2. EL SIGLO XX EN NAURU: COLONIALISMO, AUGE Y DECLIVE....................................................4
3. CORRUPCIÓN Y MALA GESTIÓN: LAS CLAVES DEL DESASTRE DE NAURU........................8
4. LA TRANSFORMACIÓN DEL ROL DE NAURU EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES: UN NUEVO ‘ESTADO MENDIGO’........................................................................................................11
5. NAURU EN LA ACTUALIDAD Y EN EL FUTURO. ¿ESTADO FALLIDO?....................................15
1. INTRODUCCIÓN: LA SINGULARIDAD DEL CASO DE NAURU
La historia de Nauru se caracteriza por haber atravesado en tan sólo un siglo, por varias
de las situaciones a las que se puede enfrenar un Estado: colonialismo, ocupación en la
Segunda Guerra Mundial, Mandato de Naciones Unidas, auge económico y consolidación
de un Estado de bienestar muy desarrollado, mala gestión y corrupción, declive económico y
fracaso del Estado de bienestar, cambio del rol en el sistema internacional, la total
estabilidad o unas constantes disputas internas.
Estudiar el caso de Nauru no solo es importante desde una perspectiva politológica, ya
que nos permite analizar las causas y consecuencias de una mala gestión del Estado del
bienestar, del mal reparto de la riqueza entre la ciudadanía o de los errores de una
administración estatal; sino que se trata también de un caso digno de analizar en el marco
de las relaciones internacionales. E incluso desde otras disciplinas. Como afirmó NAZZAL:
“Nauru es una muestra de los resultados a largo plazo de las actuales tendencias […], representa el abismo de la destrucción del medio ambiente que le espera a nuestro mundo, como resultado de nuestro enfoque fundamentalmente defectuoso y no sostenible sobre los recursos”1.
Otros autores también han otorgado un gran valor a la ‘parábola’ que la historia de Nauru
ha atravesado durante el siglo XX, como ejemplo del destino al que se pueden enfrentar
muchos otros Estados en un futuro no tan lejano. Es el caso de COX, que afirma que: “la
historia de Nauru es de gran utilidad para los países en desarrollo que tienen puestas sus
esperanzas en generar los ingresos que tanto necesitan debido a sus recursos no-
renovables”2.
En esta misma línea se ha manifestado FAGENCE, que ha advertido de que “el dilema al
que se enfrentan muchos países en desarrollo, incluyendo a Nauru, es el cómo lograr la
autosuficiencia y mantener los progresos hacia la mejora del nivel de bienestar material y a
la vez sustituir una forma de dependencia por otra”3, refiriéndose a los retos a los que
muchos Estados -entre ellos Nauru- deben enfrentarse cuando agotan su dependencia por
sus recursos por la dependencia hacia las ayudas de la Comunidad Internacional, mientras
que han de mantener sus niveles de desarrollo -económico-.
1 NAZZAL, Mary, “Nauru: An environment destroyed and International Law”, lawanddevelopment.org, Abril 2005, http://www.landanddevelopment.org/articles/nauru.html, p.18 (Consultado 23-IV-2010)2 COX, Jeremy, “The Money pit: an analysis of Nauru’s phosphate mining policy” en Pacific Economic Bulletin. Vol. 24, Nº 1, 2009, p. 1753 FAGENCE, Michael, “Nauru: Substituting one dependency for another? A challenge to the orthodoxy of sustainable development” en Sustainable Development, Vol. 4, 1996, p. 156
También KIRPATRICK ha coincidido en que la historia de Nauru “es más que una
advertencia para otras naciones pequeñas” a lo que ha añadido que el caso de Nauru se
trata “de un nuevo concepto inquietante en la economía política internacional: el estado
post-rentista”4.
En este trabajo vamos a analizar el declive de Nauru con el objetivo de establecer sus
consecuencias a nivel internacional.
Nuestra hipótesis principal será que ha sido la mala gestión de las autoridades políticas
locales las que han llevado a la República de Nauru al colapso económico y social. Con esta
hipótesis pretendemos demostrar que el declive de Nauru no es una consecuencia del
sistema económico capitalista o de la globalización económica, como defienden algunos
autores5.
Nuestra segunda hipótesis será la siguiente: Nauru no es un Estado fallido. En este
sentido, nuestra intención es dar muestras de que al contrario de lo que piensan
determinados autores6, hoy en día no podemos clasificar a Nauru como ‘Estado fallido’.
Nuestros objetivos serán; principalmente dar a conocer la singular situación de Nauru;
resaltar que el caso de Nauru tiene consecuencias a nivel internacional, en las relaciones
internacionales y en el sistema internacional; así como llamar la atención acerca de la
posibilidad de que la situación de Nauru se repita en un futuro.
4 KIRPATRICK, Andrew, “Nauru: The first Post-Rentier State?”, Prepared for presentation to Southwestern Sciencie Association Annual Meeting”, New Orleans, Marzo 2005, p. 25 En este sentido, destaca la reciente obra del francés Luc Folliet, autor de una obra sobre Nauru cuyo título nos da buena muestra de su posición. Véase FOLLIET, Luc, Nauru, i’île dévastée: comment la civilisation capitalista a détruit le pays le plus riche du monde, Découverte, París, 20096 Un ejemplo es John CONNELL, que afirma que “según la mayoría de teorías […] Nauru debe ser visto como un Estado fallido”. Véase CONNEL, John, “Nauru: The First Failed Pacific State?” en The Round Table, Vol. 95, Nº 383, enero 2006, p. 58
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2. EL SIGLO XX EN NAURU: COLONIALISMO, AUGE Y DECLIVE
La República de Nauru es un Estado insular independiente desde 1968 y miembro de las
Naciones Unidas desde 1999. Se encuentra situado en el Pacífico Sur. Con una superficie
de 21km² y una población aproximada de 10 mil habitantes. El principal recurso natural -y
económico- ha sido el fosfato, que ha marcado el devenir de la Isla y su población a lo largo
del último siglo.
En 1880 la Isla pasó a formar parte del Imperio Alemán, que procedió a iniciar las
explotaciones del fosfato. La situación continuó así hasta el final de la Primera Guerra
Mundial, momento en el que la derrota de Alemania y el nacimiento de la Sociedad de
Naciones llevaronn a Nauru a convertirse en un territorio bajo administración de Reino
Unido, Australia y Nueva Zelanda por mandato de la mencionada Organización
Internacional7. El fosfato fue descubierto en 1896 y se trataba de un producto fertilizante
muy codiciado en el mercado internacional, lo cual explica el ‘triple mandato’ de la Sociedad
de Naciones, ya que tras la derrota alemana existió un cierto grado de pelea entre los
Estados vencedores por controlar la Isla8.
En este periodo se firma el Acuerdo de la Isla de Nauru, que supuso un paso decisivo
para la explotación indiscriminada del fosfato por parte de las tres potencias
Administradoras, ya que establecieron la Compañía de Fosfatos del Pacífico para tal fin,
asegurándose en exclusividad el acceso a dicho recurso. Este Acuerdo, la Compañía y las
explotaciones de los tres Estados mencionados se mantuvieron hasta la ocupación japonesa
de la Isla en la Segunda Guerra Mundial9.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Nauru se convirtió en Territorio bajo Fideicomiso
mediante mandato de Naciones Unidas. Australia fue la potencia administradora del territorio
hasta 1968, año en que Nauru consigue su independencia y por tanto, la exclusividad en la
explotación de los fosfatos -desde el conflicto bélico mundial bajo control de Australia-, que
pasa a manos de las nuevas autoridades de la Isla, en concreto de la compañía de
propiedad estatal ‘Corporación del Fosfato de Nauru’10.
Durante el mandato de Australia y a pesar de los numerosos ingresos embolsados por la
explotación del preciado mineral, los nauruanos solo obtuvieron entre un 1% y un 2% de las
ganancias. Comenzaron por tanto, los primeros intentos por la independencia de la Isla
liderados por el Presidente fundador, DeRoburt, que se tuvieron que confrontar con la
7 Véase WETTENHALL, Roger y THYNNE, Ian, “Machinery of Government Innovation in Micro-States: The cases of Nauru, Niue and Norfolk Island” en Asian Journal of Public Administration, Vol. 16, Nº 1, Junio 1994, pp. 61-628 KIRPATRICK, Andrew, “Nauru: The first Post-Rentier State?”, Prepared for presentation to Southwestern Sciencie Association Annual Meeting”, New Orleans, Marzo 2005, p. 49 NAZZAL, Mary, “Nauru: An environment destroyed and International Law”, lawanddevelopment.org, Abril 2005, http://www.landanddevelopment.org/articles/nauru.html, p.4 (Consultado 23-IV-2010)10 Véase CONNELL, John, “Nauru: The First Failed Pacific State?” en The Round Table, Vol. 95, Nº 383, Enero 2006, pp. 47-48
negativa australiana a desprenderse del control de la Isla. Los documentos del gobierno
australiano declaraban que el “suministro de fosfato es vital para nuestra economía y
tenemos el deber de lograr suministros adicionales con el precio más bajo posible”. Pero el
proceso emancipador en Nauru era imparable y en 1968 se logró la deseada estatalidad de
la Isla11, bajo la denominación de ‘República de Nauru’. En 1967 se había redactado la
Constitución nacional, requisito previó del Parlamento australiano para aceptar la
independencia de su territorio administrado. Esta Constitución entró en vigor en el año de la
independencia, otorgando a Nauru un sistema político Presidencialista, en el que el Primer
Ministro es simultáneamente el Jefe de Estado -bajo control de un Parlamento unicameral-12.
Un Acuerdo previo a la independencia, en 1967, transfería -como hemos comentado- la
explotación del fosfato y el control de su industria a la futura República de Nauru, a cambio
de garantizar el suministro exclusivo para Nueva Zelanda y Australia13. Sin embargo,
Naciones Unidas estimaba que el territorio se encontraba deteriorado y que por el tamaño
de la Isla y de su población, lo mejor sería la reinstalación de los ciudadanos nauruanos en
otra Isla. A pesar de ello, no se encontró ningún emplazamiento idóneo para la población de
la Isla y por ello, Australia ofreció su reasentamiento y asimilación dentro de sus fronteras.
Los nauruanos rechazaron esta propuesta embarcados en el proyecto independentista y en
el deseo por controlar su industria del fosfato14.
Desde la independencia, toda la economía nacional y el desarrollo económico giraron en
torno a la minería de los fosfatos y su exportación15. De hecho, el País disfrutó del segundo
PIB per cápita más alto del Mundo en su primera década de independencia16. Durante la
época dorada de la Isla, los nauruanos disfrutaban de un Estado de bienestar muy
desarrollado, además de que no hacían frente a ningún tipo de impuesto17. La educación, la
sanidad, el transporte, la electricidad, el agua o la vivienda eran suministrados por el Estado
gratuitamente18. La siguiente descripción de COX nos transmite en cierta medida la situación
que se vivía:
“imagine un país insular, donde la típica familiar de cinco miembros tiene un ingreso de 100.000 $ por año, sin trabajar, donde no hay impuestos, donde todos los médicos, las curas o las aspirinas son dispensados sin cargo alguno”19.
11 Véase FRASER, Helen y NGUYEN, Minh, “View on Nauru. Between a mined-out rock and a hard place” en View on The Pacific briefing series, Uniya Jesuit Justice Centre, Julio 2008, pp. 2-312 Véase WETTENHALL, Roger y THYNNE, Ian, Op. Cit, pp. 69-7013 COX, Jeremy, “The Money pit: an analysis of Nauru´s phosphate mining policy” en Pacific Economic Bulletin. Vol. 24, Nº 1, 2009, p. 17614 KIRPATRICK, Andrew, Op. Cit, p. 415 FAGENCE, Michael, “Nauru: Substituting one dependency for another? A challenge to the orthodoxy of sustainable development” en Sustainable Development, Vol. 4, 1996, p. 15116 HUGHES, Helen, “From Riches to Rags. What are Nauru’s options and how Can Australia help?” en The Centre for Independent Studies Issue Analysis, Nº 50, Agosto 2004, p. 117 COX, Jeremy, Op. Cit, p. 17818 CONNELL, John, Op. Cit, p. 4919 COX, Jeremy, Op. Cit., p. 178
6
Las dos primeras décadas tras la independencia, los setenta y los ochenta, se
caracterizaron por la estabilidad política interna. Tras el declive de las explotaciones de
fosfato, a comienzos de los noventa, solo predominó una inestabilidad constante. Entre 1989
y 2004 se dieron veintiún cambios de gobierno20.
Las reservas del fertilizante están cercanas al agotamiento y, junto con las nefastas
inversiones que el Gobierno nauruano llevó a cabo en el exterior, la economía ha entrado en
una situación de colapso difícil de solucionar21. A esto hay que añadir un entorno
destrozado, ya que como consecuencia de las ocho décadas de explotación del fosfato, tres
cuartas partes del territorio de Nauru se encuentran devastadas, en las cuales cualquier tipo
de vegetación ha quedado eliminada22. El desempleo ronda el 90%23, el sistema educativo
se encuentra totalmente descuidado y no ofrece ninguna posibilidad de futuro a la
juventud24, enfermedades como diabetes, insuficiencia renal o el alcoholismo afectan a
porcentajes muy altos de la sociedad25 y la deuda del Estado es enorme26. El agua y la
electricidad se suministran de forma intermitente, existe escasez de combustible, déficit en
las comunicaciones marítimas y aéreas, insolvencia del Banco Nacional y la administración
estatal ha dejado de pagar los salarios de los funcionarios27.
La Isla se encuentra inmersa en numerosos programas y reformas económicas que
tienden a la austeridad y una mejor gestión. En 1993, año del vigésimo quinto aniversario de
la independencia, el Gobierno cambió sus prioridades en cuanto a desarrollo interno28, lo
que marcó un punto de inflexión y creó la conciencia de que algo debía cambiar.
A pesar de ello, las deudas y la ausencia de ingresos han llevado a que las autoridades
optaran por diversas prácticas ‘oscuras’, entre éstas la venta de pasaportes a no residentes
o la promulgación de leyes fiscales que condujeron a Nauru a la categoría de Paraíso
Fiscal29. A los ingresos derivados de prácticas oscuras se suman las numerosas donaciones
de diversos Estados, especialmente de Australia30, que garantizan una mínima viabilidad de
la estructura del Estado.
Llama la atención, en este sentido, el declive progresivo que ha sufrido el PIB per cápita
en Nauru, que nos muestra de una forma clara el deterioro del nivel de vida en la Isla. En
20 Véase ASIAN DEVELOPMENT BANK, Country Economic Report: Nauru, Noviembre 2007, p. 421 HUGHES, Helen, Op. Cit, p. 922 THAMAN, Randolph R., “Vegetation of Nauru and Gilbert Islands: Case Studies of Poverty, Degradation, Disturbance and Displacement” en Pacific Sciencie. Vol. 46, Nº 2, 1992, p. 14023 COX, Jeremy, Op. Cit, p. 18124 TOATU, Teuea, “Keeping the Nauru Economy afloat” en Pacific Economic Bulletin, Vol. 19, Nº 2, p. 12425 HUGHES, Helen, Op. Cit, p. 526 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Asian Development Bank & Nauru, Abril 2009, p. 327 REPUBLIC OF NAURU AND THE SECRETARIAT OF THE PACIFIC COMMUNITY, Joint Country Strategy 2008-2010, Septiembre 2007, p 1728 OLSSON, Julie, “Nauru” en The Contemporary Pacific, Spring 2005, p. 13529 Véase FRASER, Helen y NGUYEN, Minh, Op. Cit., pp. 3-430 COX, Jeremy, Op. Cit, p. 182
7
1975, las estimaciones situaban el PIB per cápita en 31 mil dólares. En 1999, se encontraba
en 2830 dólares31. En 2008, la cifra es similar, en concreto 2500 dólares per cápita32. Aún
más desolador es el relato que TOATU nos traslada respecto a las consecuencias humanas
del deterioro económico:
“los años de grandes ingresos […] han dado lugar a un estilo de vida marcado por el lujo y el ocio. No existía necesidad de aprender un oficio. La mayoría de nauruanos no sabe pescar, algo atípico para los isleños del Pacífico. La educación y los servicios de salud se han deteriorado y sufren de escasez de personal cualificado”33.
Así pues, podemos comprobar que la inconsciencia y la falta de previsión de cara al
futuro han sido algunos agravantes de la nefasta situación a la que ha llegado Nauru a lo
largo del siglo XX. Un siglo XX que solo puede ser calificado como ‘catastrófico’ para la Isla.
31 CONNELL, John, “Op. Cit, p. 5432 AUSTRALIAN GOVERNMENT, AusAID, Annual program performance report for Nauru 2007-08, Canberra, Australian Agency for International Development, Octubre 2008, p. 733 TOATU, Teuea, Op. Cit, p. 124
8
3. CORRUPCIÓN Y MALA GESTIÓN: LAS CLAVES DEL DESASTRE DE NAURU
Como ya hemos adelantado a la hora de repasar el siglo XX en Nauru, la corrupción y la
mala gestión de los beneficios derivados de la explotación del fosfato han sido aspectos
clave en el deterioro de la situación económica de la Isla.
En el Informe del BANCO ASIÁTICO DE DESARROLLO de 2007 se señala claramente
que la mala gestión pública ha arruinado la economía estatal, ya que afirmaba que
“la exportación de fosfatos de Nauru había visto acumular importantes activos, que alcanzaron aproximadamente los mil millones de dólares. Sin embargo, la disminución de la explotación del fosfato a finales de los ochenta combinada con la mala gestión de los activos del país y el gasto público, han llevado a un gran deterioro de su situación económica y fiscal”
A lo que el BANCO ASIÁTICO DE DESARROLLO añade que “la proporción entre la
deuda pública externa y el PIB es extremadamente alta, del orden del 1000%”34. En esta
línea se posiciona también COX, que concluyó con firmeza que
“la actual crisis financiera de Nauru es una consecuencia directa de su propio mal manejo de su riqueza natural […], si el Nauru independiente no hubiera invertido su dinero especulativamente, […] el país estaría en una situación financiera favorable en lugar de estar en un colapso financiero”35.
COX también diagnostica que Nauru “ha sido mal asesorado financieramente y ha
puesto el dinero en empresas de propiedad estatal, lo que combinado ha dado lugar a un
rendimiento negativo de los ingresos por el fosfato”36.
Un repaso al uso de la riqueza otorgada por la explotación del fosfato desde el momento
de la independencia de Nauru, nos pueden acercar a una visión más concreta de la mala
gestión gubernamental.
En un inicio, el recién nacido Gobierno de Nauru realizó una serie de inversiones
inmobiliarias en diversos lugares de Asia y el Pacífico -entre los que destacaba el por
entonces edifico más alto de Australia en Melbourne-, así como se estableció una compañía
aérea propia y una compañía de navegación que uniera Nauru con los centros donde
realizaba sus inversiones inmobiliarias. Sorprendía, en este sentido, que un Estado tan
34 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Country Economic Report: Nauru, Noviembre 2007, p. I35 COX, Jeremy, “The Money pit: an análisis of Nauru’s phosphate mining policy” en Pacific Economic Bulletin, Vol. 24, Nº 1, 2009, p. 17436 Ibídem, p. 176
9
pequeño se extendiese a través una gran red de empresas estatales37. También sobre el
amplio tamaño de la Administración y en concreto, de las repercusiones que tuvieron las
amplias dimensiones del Sector Público, se ha manifestado el BANCO ASIÁTICO DE
DESARROLLO, que concluye que fue un error dispersar el dinero público que se obtenía de
la explotación del fosfato en la prestación de servicios gratuitos como agua, electricidad,
vivienda, la línea aérea, o la prestación de puestos de trabajo de baja cualificación con un
alto salario. Salarios elevados que no solo se perdieron por ser destinados a puestos
públicos sobrevalorados económicamente, sino porque también tuvieron “bajos niveles de
productividad” que además redujeron el “incentivo de los nauruanos a participar en otras
actividades o para desarrollar sus propias habilidades”, así como también redujeron las
posibilidades de inversión privada38. Los datos en esta línea son esclarecedores. Mientras
que en 1998, 3561 personas trabajaban para el Sector Público, tan sólo 150 trabajaban para
el Sector privado39. Señala CONELL, para agravar las responsabilidades del Estado, que
durante todos estos años, Nauru no contaba con ningún plan de desarrollo y que cualquier
posible estrategia no formaba nunca parte del debate político nacional40. COX coincide en
describir que el consumo y las rentas “parecen haber cegado a los gobiernos de Nauru”, por
lo que ignoraron las necesidades a largo plazo, el invertir en infraestructuras o en la
planificación social41.
Los casos de mala gestión de la línea aérea nacional Air Nauru y de la Nauru Pacific
Line, compañía de transporte marítimo, también nos dan una muestra del uso de las
inversiones en la Isla. Air Nauru acumuló pérdidas medias de 20 millones de dólares al año
entre 1975 y 1983. Por su parte, la compañía marítima también acumuló grandes pérdidas
que fueron subsanadas mediante subvenciones del Estado42.
A pesar de la evidencia de las malas gestiones, la desesperación y la cada vez más
dramática situación de las arcas públicas de la República de Nauru llevaron a que en los
últimos años se repitieran otras erráticas inversiones. Entre ellas destacan la compra de un
hotel en las Islas Marshall que jamás fue abierto, la compra de otro hotel en Fiji que cerró al
poco de su apertura y tuvo que ser vendido al Gobierno fijiano con enormes pérdidas para
Nauru o la inversión de casi cuatro millones de dolares en un musical de Londres que
resultó convertirse en un fracaso43.
Así, la investigadora Helen HUGHES resume el origen de la situación en Nauru cuando
señala que “los planes de inversión se convirtieron en agresivos y salvajes […], en lugar de
37 WETTENHALL, Roger y THYNNE, Ian, “Machinery of Government Innovation in Micro-States: The cases of Nauru, Niue and Norfolk Island” en Asian Journal of Public Administration, Vol. 16, Nº 1, Junio 1994, p. 7238 Véase ASIAN DEVELOPMENT BANK, Op. Cit, Noviembre 2007, p. 539 COX, Jeremy, Op. Cit, p. 17740 CONNEL, John, “Nauru: The First Failed Pacific State?” en The Round Table, Vol. 95, Nº 383, Enero 2006, p. 4941 COX, Jeremy, Op. Cit, p. 18042 Ibídem, p. 18043 CONNEL, John, Op. Cit, p. 51
10
invertir en activos seguros con retornos modestos, por lo que Nauru se convirtió en víctima
de los retorcidos sistemas de banca”44.
A todo ello, le debemos sumar la corrupción -frecuente en todo el Pacífico insular- de la
clase política nauruana y la ineficacia de las Instituciones estatales para poner freno a dicho
fenómeno. TOATU indica que “el hecho de que se haya permitido a los sucesivos gobiernos
apropiarse indebidamente de los recursos públicos con impunidad demuestra claramente la
ineficacia de las instituciones del Estado”45. Completa esta percepción CONNELL, que
advierte de que era “raro que una inversión no estuviese relacionada con la corrupción”,
hechos demostrados, por ejemplo, con la imputación de varios trabajadores del Estado por
malversación de fondos públicos46.
Como consecuencia de este nefasto manejo de la riqueza nacional, en el año 2006 varios
acreedores comenzaron a embargar los pocos activos que el Gobierno mantenía en
propiedad. El único avión de la compañía nacional Air Nauru e incluso el Consulado en
Australia, fueron objeto de algunos de estos embargos47.
El Gobierno, ante tan dramática situación, no optó en un primer momento por revertirla,
sino por extender su corrupción a la escena internacional. Como señala HUGHES, cuando
el declive comenzó a ser imparable, el Gobierno comenzó a pedir préstamos en el exterior
para mantener sus gastos de lujo. Más adelante, hipoteco su cartera de inversiones para
mantener el gasto público.
Cuando los ingresos eran enormemente menores a los gastos, se optó por convertir la
República en un Paraíso fiscal. Paraíso que registró más de 450 bancos, y sirvió para el
lavado de dinero, la evasión de impuestos o el mantenimiento de redes de tráfico de drogas.
Incluso se descubrió que la mafia rusa había lavado aproximadamente unos 70 millones de
dólares en los bancos nauruanos. Banca Off-Shorre que fue calificada como la de acceso
más fácil en todo el mundo y que sirvió para que Estados Unidos prohibiera a sus bancos
cualquier contacto con Nauru48. Nauru fue visto como “uno de los refugios más notorios de
los fondos del terrorismo” no sólo por su irregular servicio de banca, sino también por la
venta de pasaportes ilegales. En 2003, dos activistas de AlQaeda y miembros de la
Organización para la Liberación del Turkestán Oriental fueron detenidos con pasaporte de
Nauru49.
44 HUGHES, Helen, “From Riches to Rags. What are Nauru’s options and how Can Australia help?” en The Centre for Independent Studies Issue Analysis, Nº 50, Agosto 2004, p. 945 TOATU, Teuea, “Keeping the Nauru Economy afloat” en Pacific Economic Bulletin, Vol. 19, Nº 2, p. 12546 CONNEL, John, Op. Cit, p. 5147 COX, Jeremy, Op. Cit, p. 17648 HUGHES, Helen, Op. Cit, p. 949 CONNEL, John, Op. Cit, p. 52
11
4. LA TRANSFORMACIÓN DEL ROL DE NAURU EN LAS RELACIONES
INTERNACIONALES: UN NUEVO ‘ESTADO MENDIGO’
El ‘principio del final’ de las explotaciones de fosfato en Nauru trajo consigo un fenómeno
académicamente muy interesante: el ‘uso’ de sus relaciones exteriores y del sistema
internacional como medio para sostener -económicamente- al propio Estado.
El primer gran paso en esta línea fue la demanda de Nauru ante la Corte Internacional de
Justicia contra la potencia administradora del territorio durante la época colonial: Australia.
En 1986, Nauru se valió del Derecho Internacional para exigir compensaciones por parte de
Australia debido a las prácticas de éste último Estado desde el final de la Segunda Guerra
Mundial hasta la independencia de 1968. Su argumentación consistió en acusar a la antigua
metrópoli de violar las obligaciones jurídicas derivadas del Mandato de Naciones Unidas y
del Acuerdo de Administración Fiduciaria; de socavar el principio de autodeterminación de
Nauru y su derecho a la soberanía estatal; y de no respetar los principios generales del
derecho ambiental. Por ello, solicitó ante la Corte una indemnización por la explotación
indiscriminada de su recurso más preciado -el fosfato-, por no compensar a la diminuta
República por los ingresos no recibidos por la venta del mineral y por no rehabilitar el terreno
dañado por la minería50.
Finalmente, el procedimiento jurídico no llegó hasta el final, ya que el Gobierno de
Australia y el Gobierno de Nauru llegaron a un acuerdo que se plasmó en un Tratado -
Convenio de Liquidación de 1992- mediante el cual, Australia se comprometía a la
rehabilitación de la Isla, su reforestación y al pago de cincuenta y siete millones de dólares
en el momento y de cincuenta millones de dólares en un periodo de veinte años. Por su
parte, Reino Unido y Nueva Zelanda aportaron doce millones de dólares respectivamente
por los ingresos que negaron a Nauru en la venta de fosfatos51.
Aunque la solución fuera percibida como ‘justa’ por las consecuencias que el colonialismo
tuvo en Nauru, HUGHES señala que tuvo un efecto secundario que supuso un punto de
inflexión en la política exterior de Nauru, pues llegaron a la conclusión de que podían
convertirse en un ‘Estado mendigo’ capaz de sacar réditos del sistema internacional52.
Durante su época de bonanza económica, Nauru había descuidado por completo sus
relaciones internacionales, por lo que se mantuvo al margen de participar en foros
internacionales y decidió no contar ni con un servicio diplomático ni con una fuerza de
50 NAZZAL, Mary, “Nauru: An environment destroyed and International Law”, lawanddevelopment.org, Abril 2005, http://www.landanddevelopment.org/articles/nauru.html, p.7 (Consultado 23-IV-2010)51 Véase HUGHES, Helen, “From Riches to Rags. What are Nauru’s options and how Can Australia help?” en The Centre for Independent Studies Issue Analysis, Nº 50, Agosto 2004, p. 752 Ibídem, p. 7
defensa, cediendo su seguridad a Australia mediante un acuerdo informal53. Tuvo tan solo
limitadas participaciones en foros regionales como la Comunidad del Pacífico Sur o el Foro
del Pacífico, aunque se mantuvo “ausente” de los principales debates de la Región. Este
abandono de los asuntos internacionales puede verse como algo insignificante para un
Estado diminuto, pero tuvo consecuencias a largo plazo, ya que su no pertenencia a
Organizaciones Internacionales como el FMI o el Banco Mundial supusieron que estos dos
organismos no guiaran las estrategias de desarrollo económico de Nauru. Pero como hemos
dicho, el pleito con Australia y sus réditos económicos llevaron a que Nauru se involucrara
en la política internacional y solicitara su adhesión tanto a Naciones Unidas como a la
Commonwealth, ingresando en ambas en 199954.
Desde entonces, dos fueron las premisas de la República insular en su política exterior.
Intentar sacar beneficios de su participación internacional -es decir, como si de un negocio
se tratase- e involucrarse en aquellos asuntos de carácter regional y estatal que había
descuidado hasta el momento.
Como consecuencia de involucrarse en asuntos relacionados con la Región del Pacífico,
Nauru se ha convertido en un gran participante en cuestiones relacionadas con “el
calentamiento global, el aumento del nivel del mar, las pruebas nucleares, las ayudas al
Pacífico, […] los derechos humanos y la autodeterminación de los Estados vecinos del
Pacífico”. Incluso ha llegado, en 2001, a ostentar la presidencia “del Grupo del Foro de Islas
del Pacífico en Nueva York”55.
Sin embargo, más amplio que su involucración en los foros internacionales y en las
cuestiones regionales ha sido el desarrollo de su rol como ‘Estado mendigo’. Se estima que
en los últimos años, entre el 25%56 y el 90% de su PIB57 ha sido sufragado por los donantes
internacionales.
Existen varios ejemplos de esta estrategia de ‘mendicidad’, pero los más sonados son
tres. El primero de ellos, ha sido su ‘venta’ al mejor postor en el conflicto diplomático entre
China y Taiwán por el reconocimiento de los microestados del Pacífico. Nauru mantenía
relaciones con Taiwán desde prácticamente su independencia -22 años de relaciones,
desde 1980 a 2002- , por lo que era la ‘única China’ existente para la República insular. Sin
embargo, en el año 2002, China ofreció un gran paquete de ayudas, así como el pago de la
53 WETTENHALL, Roger y THYNNE, Ian, “Machinery of Government Innovation in Micro-States: The cases of Nauru, Niue and Norfolk Island” en Asian Journal of Public Administration, Vol. 16, Nº 1, Junio 1994, p. 7254 Véase CONNEL, John, “Nauru: The First Failed Pacific State?” en The Round Table, Vol. 95, Nº 383, enero 2006, pp. 55-5655 REPUBLIC OF NAURU PERMANENT MISSION TO THE UNITED NATIONS, http://www.un.int/nauru/mission.html, (Consultado en 26 – IV – 2010)56 WRIGHT, Stephen, “The European Union and the Pacific Islands: Recalibratign Post-Lomé Development Strategy and Dialogue”, Paper Presented at the European Union Studies Association Conference, Los Ángeles, Abril 2009, p. 457 COX, Jeremy, “The Money pit: an analysis of Nauru’s phosphate mining policy” en Pacific Economic Bulletin, Vol. 24, Nº 1, 2009, p. 177
deuda externa, por lo que Nauru cambió su reconocimiento diplomático y hasta el 2005, la
República Popular China se convirtió en la ‘única China’. Como hemos dicho, hasta el 2005,
año en el que Taiwán aumentó el paquete de ‘ayudas’ que China ofrecía a la diminuta Isla,
por lo que Nauru rompió relaciones con la República comunista y a cambio, restableció su
reconocimiento diplomático a la China capitalista y apoyó su adhesión a la Organización
Mundial de la Salud58. Esto nos da una buena muestra de los ‘principios’ y los ‘valores’ que
esconde la visión de las relaciones internacionales para las autoridades nauruanas: un
negocio.
En segundo lugar, destaca su Acuerdo con Australia para instalar un Centro de
Refugiados en la Isla. En 2002 tanto Australia como Nauru firman un Memorando de
Entendimiento que suponía la creación de un Centro de procesamiento de refugiados, claro
está, a cambio de la cantidad de 20 millones de dólares anuales59. Este Acuerdo formaba
parte de la llamada ‘Solución del Pacífico’ adoptada por Australia para el trato de refugiados
que solicitaban asilo en la potencia regional. Unos 400 refugiados permanecieron en Nauru,
a pesar del rechazo social -disturbios civiles y rivalidad política- que generó el Acuerdo; que
fue denominado por su Presidente como ‘Pesadilla del Pacífico’, pero que respondía a la
“necesidad desesperada de lograr ingresos nacionales”60. En 2008, el Centro de Refugiados
fue cerrado por Australia61, lo que podría haber supuesto una grave crisis económica en
Nauru. Esto se evitó en cierta medida, ya que un nuevo Memorando de Entendimiento fue
firmado entre ambos países. En este nuevo Acuerdo se incluía un paquete de 22’5 millones
de dólares en ayudas, así como el envío de expertos para implementar una estrategia de
desarrollo sostenible para la Isla62.
Por último, cabe mencionar el acuerdo con Estados Unidos para abandonar las prácticas
de lavado de dinero y de venta fraudulenta de pasaportes que la legislación nauruana
promovía en su territorio. Estados Unidos había clasificado a Nauru como ‘Estado rebelde’
por dichas prácticas y por tanto, amenazó con duras sanciones. Sin embargo, Nauru
aprovechó las negociaciones para sacar beneficio del fin de sus actividades ilícitas. En el
Acuerdo entre Nauru y Estados Unidos de 2003, la superpotencia se comprometió a
suministrar un nuevo servicio telefónico, ayudas para la gestión medioambiental y fondos
para su línea aérea63.
Teniendo esto en cuenta, la estrategia de Nauru para convertirse en ‘Estado mendigo’ ha
tenido cierto éxito. Sus prácticas diplomáticas en búsqueda de las ‘donaciones’ de otros
58 FRASER, Helen y NGUYEN, Minh, “View on Nauru. Between a mined-out rock and a hard place” en View on The Pacific briefing series, Uniya Jesuit Justice Centre, Julio 2005, p. 559 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Country Economic Report: Nauru, Noviembre 2007, p. I60 Véase CONNEL, John, “Nauru: The First Failed Pacific State?” en The Round Table, Vol. 95, Nº 383, Enero 2006, p. 5461 COX, Jeremy, Op. Cit, p. 18262 TOATU, Teuea, “Keeping the Nauru Economy afloat” en Pacific Economic Bulletin, Vol. 19, Nº 2, p. 12363 CONNEL, John, Op. Cit, p. 53
14
Estados no solo han devenido en los tres ejemplos mencionados. En la actualidad, Estados
tan dispares como Cuba, Taiwán, República Checa, Alemania, Grecia, Israel o Turquía;
Organizaciones Internacionales como la UNESCO, FAO o el PNUD; Organizaciones
regionales como la Unión Europea o SOPAC e incluso otro tipo de estamentos como la
Policía Federal Australia, forman parte de los treinta actores que llevan a cabo proyectos de
cooperación y transfieren cantidades económicas a las arcas de Nauru64. Incluso se
desarrolló, en 2005, una Reunión de Donantes en Nauru, en la que participaron más de
ciento setenta entidades entre gobiernos, empresas y sociedad civil65. Y es más, la
estrategia de mendicidad de Nauru ha llegado hasta los más altos foros diplomáticos, como
sucedió en el caso del anterior Presidente de Nauru, Ludwing Scotty, que llegó a exigir ante
la Asamblea General de Naciones Unidas que por su extrema necesidad, los países
desarrollados debían “cumplir con sus responsabilidades” y hacer frente al aporte del 0’7%
del PIB para la Ayuda Oficial al Desarrollo66.
Sin embargo, la estrategia nauruana ha tenido también consecuencias adversas. Sin ir
más lejos, algunas de las ayudas suministradas por Australia han sido otorgadas bajo
condiciones que han sido calificadas como abusivas y Nauru no ha podido rechazarlas67.
En su recientemente aprobada Estrategia Nacional de Desarrollo Sostenible, el Gobierno
de Nauru mostraba su responsabilidad por sus erráticas relaciones exteriores y sus
incumplimientos de la legislación internacional, por lo que se marcaba el objetivo de
“mantener unas buenas relaciones bilaterales, regionales e internacionales y cumplir con las
normas internacionales”68. Esto puede constituir un primer paso para la reconducción de las
relaciones internacionales de Nauru y la mejora de su reputación a nivel internacional.
64 REPUBLIC OF NAURU, Donor Sector Matrix, Marzo 201065 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Asian Development Bank & Nauru, Abril 2009, p. 366 UNITED NATIONS, Statement by his Excellency Hon. Ludwing Scotty MP. President of The Republc of Nauru. High-Level Plenary Meeting of the 60th Assembly of United Nations, September 200667 FRASER, Helen y NGUYEN, Minh, Op. Cit, p. 768 REPUBLIC OF NAURU, National Sustainable Development Strategy 2005-2025, Development Planning and Policy Division, p. 5
15
5. NAURU EN LA ACTUALIDAD Y EN EL FUTURO. ¿ESTADO FALLIDO?
Tras repasar brevemente la historia más reciente de Nauru, la -mala- gestión y la
corrupción de las autoridades gubernamentales, así como la transformación de su rol como
Estado en la Comunidad Internacional y la ‘peculiar’ visión de las relaciones exteriores que
hoy tienen los líderes políticos nauruanos, procederemos a analizar la situación social,
política y económica de Nauru en la actualidad, así como las perspectivas que se plantean
de cara al futuro. Todo ello con especial énfasis en la capacidad o incapacidad del Estado
para reconducir la situación y mejorar su gestión, así como para variar su errática
proyección exterior.
Como nos indica NAZZAL, tenemos que partir de una situación en la que “el agotamiento
de los fosfatos ha limitado las opciones políticas y económicas a disposición de los
nauruanos”69.
Nauru no cuenta con ningún tipo de sector privado. Como afirma TOATU, el desempleo
va aumentar progresivamente y ese hipotético sector privado no podrá absorber a los
parados. Nauru cuenta con una serie de limitaciones para desarrollar el mercado privado,
entre otras su lejanía respecto otros puntos, la falta de infraestructuras, la ausencia de
suministros de agua, electricidad o agua, su propia pequeñez, su diminuto mercado de
consumidores o la estrecha base para la producción70.
A todo esto hay que sumar que la pesca no es frecuente y las potenciales fuentes de
alimentación están descuidadas, lo que implica la importación de todos los alimentos71.
En 2004, los nauruanos eligieron un gobierno reformista que ha puesto en marcha un
desesperado -y quizás tardío- programa de reformas, entre las que se incluyen los objetivos
de lograr un presupuesto equilibrado, la reestructuración del sector público, recortes
salariales en el funcionariado, supresión de leyes fiscales que promuevan el lavado de
dinero desde el exterior y el desarrollo de una Estrategia Nacional de Desarrollo
Sostenible72. ¿Es tarde para aplicar estas reformas?
Según COX el futuro de la Isla está hipotecado: “la triste realidad es que para Nauru el
fosfato es un recurso no renovable: es posible que sea demasiado tarde para empezar de
nuevo”73. Coincide TOATU, que señala que “el crecimiento y el desarrollo de Nauru serán
69 NAZZAL, Mary, “Nauru: An environment destroyed and International Law”, lawanddevelopment.org, Abril 2005, http://www.landanddevelopment.org/articles/nauru.html, pp. 6-7 (Consultado 23-IV-2010)70 Véase TOATU, Teuea, “Keeping the Nauru Economy afloat” en Pacific Economic Bulletin, Vol. 19, Nº 2, pp. 124-12571 COX, Jeremy, “The Money pit: an análisis of Nauru’s phosphate mining policy” en Pacific Economic Bulletin, Vol. 24, Nº 1, 2009, p. 17872 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Country Economic Report: Nauru, Noviembre 2007, p. I73 COX, Jeremy, Op. Cit, p. 175
siempre muy limitados y con independencia de los buenos esfuerzos que el Gobierno de
Nauru pueda llevar a cabo, están condenados al fracaso”74.
Desde luego, los datos son abrumadores y confirman estos vaticinios. El País ha
descendido al ‘nivel medio’ en el Índice de Desarrollo Humano elaborado por el PNUD75. La
relación entre el PIB y la deuda externa es del 2700% y la credibilidad del Estado en los
mercados internacionales debe ser restablecida76. El Gobierno no tiene capacidad para
financiar todo su gasto ordinario ni para prestar los servicios básicos, así como las deudas
con el personal público son enormes77, ya que constituyen entre el 23% y el 28% del PIB78.
Un Productor Interior Bruto que según las estimaciones de la COMISIÓN DE COMERCIO E
INVERSIÓN DE LAS ISLAS DEL PACÍFICO, ha sufrido una caída del 9’2% en el año 2007 y
del 4’5% en el año 200879.
El sistema educativo se ha deteriorado hasta puntos muy bajos, el personal docente no
está lo suficientemente capacitado y las oportunidades para los jóvenes disminuyen a
medida que aumenta su edad80. De hecho, una estadística que muestra este futuro
desesperanzador para los jóvenes es que el desempleo juvenil ha aumentado en un 35%81.
Se calcula que son necesarios al menos 250 millones de dólares durante la próxima
década porque sino la Isla estará “condenada a hundirse en la ruina económica”82. Ingresos
que es probable que solo se puedan obtener mediante la ayuda internacional. Otras posibles
fuentes de ingresos que son importantes para otros Estados en desarrollo no han cuajado
en Nauru, como es el caso de las remesas. Muchos nauruanos han emprendido camino al
extranjero -principalmente a Australia- para buscar un mayor nivel de vida, pero muy pocos
envían remesas a casa, al contrario de lo que ocurre en otros microestados del Pacífico83.
Los resultados en el sector turístico también son preocupantes. El Estado ha adoptado
medidas favorecedoras, pero los resultados no han llegado. Se entiende que Nauru no atrae
el interés de los viajeros. Sus diferencias con otras Islas del Pacífico son muchas. No existe
un entorno cultural llamativo, el espacio es muy reducido y las últimas perturbaciones
políticas desacreditan a Nauru como destino turístico en un futuro84.
El Sector Privado, como hemos venido describiendo en todo el trabajo, está “ahogado” y
se reduce exclusivamente a la restauración y la venta al por menor, aunque la disminución 74 TOATU, Teuea, Op. Cit, p. 12575 Ibídem, p. 12476 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Op. Cit, Noviembre 2007, p. I77 Ibídem, p. I78 Ibídem, p. 679 PACIFIC ISLANDS TRADE AND INVESTMENT COMISSION, Doing Bussines in Nauru, Sidney, 2008, p. 280 UNICEF, Nauru: A Situation Analysis of Children, Women and Youth, Fiji, UNICEF Pacific Office, 2005, p. 2881 TOATU, Teuea, Op. Cit, p. 12482 Ibídem, p. 12783 Véase CONNEL, John, “Nauru: The First Failed Pacific State?” en The Round Table, Vol. 95, Nº 383, enero 2006, p. 6084 FAGENCE, Michael, “Nauru: Substituting one dependency for another? A challenge to the orthodoxy of sustainable development” en Sustainable Development, Vol. 4, 1996, p. 154
17
del nivel de vida y del poder adquisitivo de la población amenaza la subsistencia de ambos
mercados85. Como hemos dicho, no existe ninguna actividad agrícola, la pesca es casi
inexistente y los recursos madereros -que podrían ser exportados al exterior-
desaparecieron hace décadas como consecuencia de la estrategia de liquidación de los
mismos para favorecer la explotación minera86.
En materia energética, la AGENCIA AUSTRALIANA PARA EL DESARROLLO
INTERNACIONAL diagnostica que la dependencia a los combustibles fósiles y al
abastecimiento de agua convierten al sector energético de la Isla en vulnerable a los shocks
de los precios del combustible87.
Son varias las propuestas que se han hecho para reconducir el futuro de Nauru. TOATU
señala que cualquier programa de reformas requiere en primer lugar, “del fortalecimiento de
las instituciones” porque sino éstas no serán “viables” ya que la historia demuestra que “ha
habido una tendencia a abandonar las bases institucionales en todos los procesos de
reformas”88. Esta propuesta de TOATU para reformar las instituciones nacionales no es la
única, ya que HUGHES coincide al señalar que es necesaria una “reducción del parlamento,
en proporción a la población de Nauru”. Esta autora también propone otro tipo de reformas
institucionales para frenar la corrupción, como la reducción del funcionariado a un grupo
pequeño de personas cualificadas y que el cargo de Presidente sea rotatorio89. Incluso el
propio gobierno de Nauru es consciente de sus déficits institucionales y en la Estrategia
Nacional de Desarrollo Sostenible apunta a la necesidad de lograr “un sistema judicial
eficiente y efectivo”90.
Por su parte, en materia medioambiental, FAGENCE sugiere que deben existir
“soluciones innovadoras de rehabilitación” para los terrenos dañados por la minería de
fosfato. Sino, la única alternativa será el traslado de la población91.
En materia fiscal, Helen HUGHES propone la creación de impuestos sobre la renta, -
ahora inexistentes-, lo cual para la autora australiana lograría “eliminar las fortunas
privadas”92. En esta línea, el gobierno ha tomado ya medidas. Se ha declarado un impuesto
del 7% en los bienes, así como un impuesto de 50 dólares australianos a todos aquellos que
salgan del País vía aérea93.
85 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Op. Cit, Noviembre 2007, p. 586 FAGENCE, Michael, Op. Cit, p. 15187 AUSTRALIAN GOVERNMENT, AusAID, Annual program performance report for Nauru 2007-08, Australian Agency for International Development, Canberra, Octubre 2008, p. 588 TOATU, Teuea, Op. Cit, p. 12689 HUGHES, Helen, “From Riches to Rags. What are Nauru’s options and how Can Australia help?” en The Centre for Independent Studies Issue Analysis, Nº 50, Agosto 2004, p. 190 REPUBLIC OF NAURU, National Sustainable Development Strategy 2005-2025, Development Planning and Policy Division, p. 591 Véase FAGENCE, Michael, Op. Cit, p. 15292 HUGHES, Helen Op. Cit, p. 193 PACIFIC ISLANDS TRADE AND INVESTMENT COMISSION, Op. Cit, p. 4
18
El BANCO ASIÁTICO DE DESARROLLO, por su parte, advierte de que se deben reducir
gradualmente los índices de dependencia a la ayuda económica exterior mediante una
continua racionalización del gasto y la construcción de más alternativas orientadas al largo
plazo94.
En materia social, TOATU alerta de que “la falta de acceso a servicios sanitarios de
calidad, al agua potable y a la vivienda son las principales áreas que deben ser abordadas
con urgencia”95. HUGHES propone dar un mayor énfasis a la sanidad y a la educación96. En
todo esto coincide el Presidente actual de Nauru, Marcus STEPHEN, que en la Revisión de
2009 de la Estrategia Nacional de Desarrollo Sostenible, afirma que hay que “rescatar a
nuestra generación perdida” y entre las medidas para lograrlo se encuentra la
implementación de un buen sistema educativo.
A estos retos relacionados con las prestaciones sociales, STEPHEN añade otros, como
la crisis económica mundial que según el mandatario de la pequeña República “golpeó a
Nauru cuando estábamos empezando a recuperarnos de nuestra propia larga década de
crisis económica nacional” o el cambio climático, que según el Presidente “puede socavar
nuestra seguridad alimentaría e hídrica, erosionar nuestras costas, dañar nuestros
ecosistemas”. También coincide con otros autores que hemos señalado a la hora de
determinar que la Isla tiene que terminar con el “ciclo interminable de dependencia a la
ayuda exterior”97.
Con todo esto y, teniendo en cuenta los adversos análisis realizados de cara al futuro
para los nauruanos, también existen motivos para dar lugar a cierto optimismo. Por ejemplo,
en los últimos años, la ayuda recibida desde el exterior se está gestionando de mejor forma.
Ha sido utilizada para renovar las infraestructuras públicas, el servicio sanitario y algunas
instalaciones educativas98.
Existen ciertas potencialidades que, acompañadas de una gestión eficiente, pueden
reflotar la economía en cierta medida. La venta de licencias para faenar en el espacio
marítimo exclusivo de Nauru o los derechos del espacio aéreo pueden ser unas buenas
fuentes de ingresos de cara al futuro99. De hecho, la explotación de los recursos pesqueros
otorgó a las arcas estatales 6 millones de dólares en los años 2007 y 2008100.
También ha constituido una puerta a la esperanza la reactivación de la minería del fosfato
en 2007, si bien es cierto, a una escala muy pequeña. Se tratan de explotaciones de
94 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Asian Development Bank & Nauru, Abril 2009, p. 395 TOATU, Teuea, Op. Cit, pp. 127-12496 HUGHES, Helen, Op. Cit, p. 197 Véase REPUBLIC OF NAURU, Nacional Sustainable Development Strategy (Revised 2009), Development Plannigdand Policy Division, 2009, pp. I-II98 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Op. Cit, Noviembre 2007, p. 1499 TOATU, Teuea, Op. Cit, pp. 127-128100 AUSTRALIAN GOVERNMENT, AusAID, Annual program performance report for Nauru 2007-08, Australian Agency for International Development, Canberra, Octubre 2008, p. 7
19
carácter ‘secundario’ que -según los estudios realizados- podrían desarrollarse hasta más
allá de tres décadas por un valor de mil millones de dólares101. Ahora, el reto está en
“garantizar que estos ingresos se utilicen de forma productiva y no se desperdicien102”. El
programa de extracción de fosfatos de carácter ‘secundario’ también trae esperanzas de
cara a establecer un posible sector agrícola, ya que en dicho programa se incluye la
rehabilitación de algunas tierras y esto abre la oportunidad “de aumentar la producción
nacional de alimentos, si los programas de rehabilitación de la tierra […] se aplican con
éxito”103.
Asimismo, el sector financiero da muestras de alguna mejoría. La banca comercial puede
ser viable de nuevo en Nauru. En los últimos años se han tomado medidas orientadas a la
mejora de la reputación internacional que han consistido en la elaboración de presupuestos
nacionales equilibrados, responsables y viables, la reestructuración del comercio en la Isla,
la promulgación de leyes para eliminar la banca extraterritorial o la implementación de una
estrategia de gestión de la deuda, lo que ha conllevado la eliminación de Nauru de la “lista
negra de blanqueo de capitales del Grupo de Acción Financiera”104.
101 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Op. Cit, Noviembre 2007, p. I102 ASIAN DEVELOPMENT BANK, Op. Cit, Abril 2009, p. 3103 AUSTRALIAN GOVERNMENT, Aus AID, Op. Cit, p. 7104 Ibídem, p. 8
20
6. CONCLUSIONES
En ningún caso se puede afirmar que la quiebra económica de Nauru se deba a la
globalización o al orden internacional. Toda la responsabilidad se debe a la mala gestión, al
más absoluto despilfarro de los bienes obtenidos por las exportaciones de fosfato, a la
incapacidad de los sucesivos gobiernos a mirar más allá del corto plazo, a la falta de
asesoramiento y al mal de la corrupción. Si las autoridades de Nauru hubiesen gestionado
bien su riqueza, la hubiesen invertido correctamente, teniendo en cuenta el futuro y
buscando el asesoramiento externo idóneo, nada de lo que ocurre ahora se hubiese dado.
Si bien la posición de las potencias internacionales, especialmente Australia, durante la
época colonial y durante la época de caos económico ha sido totalmente abusiva y
despreciable, no ha influido -al menos como una gran causa- en el declive económico de la
Isla. Las devastadoras consecuencias del colonialismo en Nauru fueron compensadas por
las tres potencias administradoras del territorio durante dicho periodo, de mutuo acuerdo con
Nauru. Y la situación actual -que Australia haga uso de Nauru para colocar un Centro de
Refugiados, que Estados Unidos presione para el cambio de la legislación interna o que
China o Taiwán compren el reconocimiento nauruano- solo se debe a la política de
mendicidad de Nauru y sus autoridades, que buscan esconder en el sistema internacional
las causas de sus erróneas políticas del pasado. Y aunque la política de Australia, Estados
Unidos o las ‘dos’ Chinas hacia la Isla sea criticable, también lo es la política de Nauru en
los últimos años: paraíso fiscal, centro de financiamiento del terrorismo, País que vende sus
reconocimientos y sus alianzas, etc.
Por otra parte, no podemos concluir que Nauru sea un Estado fallido. El Estado no ha
perdido toda la legitimidad, ni es contestado por la población; tan sólo se exigen mayores
capacidades y resultados positivos a los sucesivos Gobiernos. Bien es cierto que existe
inestabilidad, pero no podemos hablar de graves conflictos internos, ni de que el Estado
haya perdido todo su control sobre el territorio. Simplemente sus recursos se han limitado y
sus capacidades han mermado a un ritmo vertiginoso. El Estado atraviesa un momento de
readaptación, a su nueva economía, a sus menores recursos, a sus disminuidas
capacidades; pero es impensable que Nauru haya fracasado o fracase como Estado. Lo que
ha fracasado ha sido su modelo de desarrollo económico y de gestión de la riqueza.
Con todo ello, son varias las consecuencias que el declive de Nauru ha tenido para las
Relaciones Internacionales. En primer lugar, nos demuestra la importancia que tiene la
política interna en la elaboración de la política exterior de un Estado. La transformación del
rol de Nauru en las relaciones internacionales, pasando de ser un Estado totalmente
desentendido de la política internacional a convertirse en un Estado totalmente implicado en
21
su política exterior o mejor dicho, en extraer provecho -económico- de su participación en los
asuntos internacionales; es todo un ejemplo de cómo la situación interna de un país incide
en su posición hacia el exterior. La época de estabilidad y prosperidad internas propició una
ausencia de dependencia hacia otros miembros de la Comunidad Internacional. La
participación en foros internacionales se redujo a meras formalidades. Llama la atención que
incluso se rechazase una posible adhesión a las Naciones Unidas durante las tres primeras
décadas de independencia. Sin embargo, la inestabilidad y la depresión económica trajeron
consigo un aumento de la dependencia y el correspondiente aumento de la vocación
internacional de Nauru.
Está transformación también nos refleja un fenómeno igualmente interesante en las
relaciones internacionales: el del los Estados ‘mendigos’. Aquellos Estados que son capaces
de romper con todos los principios, valores y ética de las relaciones internacionales a costa
de mantener su Aparato estatal, aunque esto suponga la aceptación de ‘acuerdos’ que
comprometen la imagen del Estado a nivel internacional. Son Estados débiles, en situación
de desequilibrio en el contexto internacional, capaces de ‘vender’ todos los derechos que el
Sistema Internacional les concede.
Este fenómeno también nos acerca a una compleja realidad que el caso de Nauru deja
patente: la debilidad de los microestados. Marcada por su extrema fragilidad, su
dependencia hacia otros Estados, las pocas oportunidades que el orden internacional les
otorga o su posición marginal. Son actores que cumplen unas ‘funciones’ determinadas en el
orden internacional -paraísos fiscales, bases militares de las potencias por su importancia
geoestratégica o fuentes de riquezas naturales varias- y que difícilmente abandonaran ese
papel. Los microestados conforman un estamento delimitado por las potencias
internacionales y cada vez que intentan desarrollar otro rol -lucha contra el cambio climático,
promoción del derecho de autodeterminación, exigencia de un orden internacional justo- se
ven abocados al fracaso, a ser ignorados por los grandes.
Y este carácter extremadamente débil de algunos Estados también nos acerca a la
realidad inversa del orden internacional: el exceso de poder de muchos Estados. Estados
que curiosamente, como ha ocurrido en el caso de Nauru, no se desentienden de las críticas
situaciones que muchos Estados débiles y pequeños han atravesado o atraviesan; dejando
mostrar un cierto sentimiento de responsabilidad, como si fueran conscientes de que el
poder que poseen es tal a costa de servirse y utilizar al más débil.
Otra conclusión que podemos extraer del caso nauruano es la crítica y el cuestionamiento
al modelo de desarrollo que la mayoría de los Estados adoptan. Simplemente, Nauru era el
más pequeño y el que primero ha sucumbido, pero casos como el que en la actualidad se
vive en Grecia nos demuestran que ningún país es ajeno a lo que Nauru ha sufrido. Quién
gasta más de lo que tiene, quien no piensa en el largo plazo, acaba por pagar las
22
consecuencias en algún momento. El caso de Nauru es un aviso y una lección para todos
aquellos Estados que han basado su modelo de desarrollo en los beneficios que un recurso
natural les otorga, pero cuyo futuro, en el momento en el que ese recurso se agota, queda
en el aire sino se piensa en el largo plazo.
Para concluir, cabe decir que el futuro para Nauru se prevé sombrío, pero solo si lo
comparamos con el pasado. Al fin y al cabo, la situación que atraviesa Nauru la atraviesan
con peores consecuencias muchos otros Estados. Tan sólo cabe esperar que los
gobernantes actuales y futuros de Nauru sepan readaptar el aparato de Estado, sus
estrategias de desarrollo y el reparto de la riqueza a los nuevos tiempos y que, sí las nuevas
explotaciones de fosfato y otras potencialidades como la pesca o el turismo vuelven a dar
una segunda oportunidad a la Isla, está vez sí sepan aprovecharla.
23
7. BIBLIOGRAFÍA
ASIAN DEVELOPMENT BANK, Asian Development Bank & Nauru, Abril 2009
ASIAN DEVELOPMENT BANK, Country Economic Report: Nauru, November 2007
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