-
Existi una civilizacin que convivi con los dinosaurios? jue, 18
sep 2014
El hombre siempre ha soado con encontrar aquellas fabulosas
remotas civilizaciones que cuentan mltiples mitos y leyendas. Y tal
como he comentado en mi bienvenida al blog, a pesar de los miles de
aos transcurridos y de las mltiples catstrofes sufridas por este
planeta a lo largo de su dilatada historia, todava se van
encontrando vestigios que ayudan a completar el puzzle.
Y generalmente se encuentran espordicas y limitadas pruebas de
la existencia de otros hombres y de otras culturas e imperios
remontndonos en el pasado hasta unos 15.000 aos. Una de las ltimas
sorpresas que nos ha deparado la Paleontologa ha sido el
descubrimiento del hombre de Leakey, en Olduvai (Tanzania), de una
edad estimada mxima de un milln de aos. Pero este hallazgo de los
Leakey, eminente familia de paleontlogos y antroplogos, constituye
tan slo un hecho aislado. Aunque luego se han encontrado otros
restos ms antiguos de homnidos en distintas partes del mundo que
han ampliado la posible antigedad del hombre hasta unos pocos
millones de aos. Evidentemente esta antigedad del ser humano en la
Tierra anula cualquier
-
posibilidad de coexistencia con los grandes dinosaurios. Por
otro lado los paleontlogos se siguen preguntando por qu estos
animales prehistricos tan numerosos y resistentes desaparecieron
sbitamente de la faz de la Tierra. Cmo puede explicarse este
singular hecho? La repentina extincin de estos millones de
gigantescos saurios que dominaban los antiguos continentes del
planeta era, en efecto, una incgnita fascinante. Muchos de esos
gigantescos saurios habran permanecido o se habran transformado,
adecundose a las nuevas necesidades de sus hbitats. Pero nada de
eso ocurri. En 1980 un grupo de investigadores liderados por el
fsico Luis lvarez (Premio Nobel) descubrieron, en las muestras
tomadas por todo el mundo de las capas intermedias entre los
perodos Cretcico y Terciario de hace 65 millones de aos, una
concentracin de iridio cientos de veces ms alta que lo normal. El
final del cretceo coincide con la extincin de los dinosaurios y de
los ammonites.
Plantearon as la llamada "Hiptesis de lvarez", conforme la cual
la extincin de los
dinosaurios y de muchas otras formas de vida habra sido causada
por el impacto de
un gran meteorito contra la superficie de la Tierra hace 65
millones de aos. El
nombre de la hiptesis se debe a los dos cientficos que
propusieron la hiptesis en
1980: Luis lvarez y Walter lvarez (padre e hijo). Para demostrar
esta hiptesis, las
investigaciones se centraron en encontrar una capa en la corteza
de la Tierra con
niveles elevados de iridio. Los niveles del iridio son
generalmente ms altos en
asteroides y otros objetos extraterrestres. La evidencia del
iridio fue descubierta
anteriormente al descubrimiento del crter de Chicxulub, en la
pennsula de Yucatn.
Por tanto, si consideramos que el ltimo dinosaurio muri hace
unos 65 millones de
aos, y que los hombres u homnidos (que se sepa) habitaron la
Tierra desde hace
unos 4 millones de aos, entonces parece imposible que un hombre
jams hubiera
visto un dinosaurio.
Sin embargo, hay evidencias de que realmente los hombres y los
dinosaurios
-
vivieron juntos en el pasado. Y esto solo se puede explicar con
dos alternativas:
o el hombre ha estado en la Tierra hace ms de 65 millones de aos
o han
existido dinosaurios hasta pocas mucho ms recientes de lo
que
pensamos. Juan Jos Bentez (Pamplona, 7 de septiembre de 1946) es
un periodista
espaol, conocido por sus trabajos en ufologa y su serie de
novelas Caballo de
Troya. En 1975 escribi su obra "Existi otra Humanidad",en la que
he basado parte
de este artculo.
Piedras de Ica Se han encontrado dibujos en cuevas, en la regin
del Gran Caon del Colorado y otros lugares, que parecen mostrar
dinosaurios, mamuts y otros animales extintos. Asimismo, hay una
cantidad de leyendas que parecen relatos de encuentros entre
hombres y dragones, una versin mitolgica de los reptiles gigantes.
En la epopeya de Gilgamesh (3000 aC) se dice que mat a un dragn
gigante que devoraba rboles y otras plantas. En dos captulos del
libro de Daniel en la Biblia hay un recuento de un dragn que los
babilonios adoraban. Alejandro Magno y su ejrcito dijeron que
encontraron un dragn que estimaron tener una largura de 33 metros,
un una cueva en la India. En China hay una gran cantidad de
leyendas y dibujos que indican que reptiles gigantes vivieron all
en el pasado. Incluso mencionaban que una familia real us algunos
reptiles grandes para tirar de su carruaje.
El dragn Nidhogg royendo las races del Yggdrasil (manuscrito AM
738 4to, s. XVII, Museo
de rni Magnsson, Islandia).
-
Tambin la gente de los pases nrdicos construy sus barcos con
representaciones de dragones marinos. Se habla de un tipo de dragn
que tena grandes patas traseras y patas delanteras cortas, igual
como sabemos que existieron por los huesos fosilizados. De relatos
ms recientes tenemos recuentos de hroes que mataron dragones. Se
dice que Beowulf y San Jorge mataron dragones y sus descripciones
corresponden de manera notable con las reconstrucciones modernas de
varios tipos de dinosaurios. Del el siglo 10 dC nos llega un relato
irlands en que hay una descripcin de un estegosaurio. Nerluc, en
Francia, debe su nombre de un hombre que mat un dragn cuya
descripcin es muy parecida a esa de un triceratops. Libros de
ciencia y escritos de naturalistas del siglo XIV indican que los
dragones eran an animales vivientes, aunque ya casi extinguidos.
Hay varios recuentos de reptiles voladores en la historia. Herodoto
describi correctamente las caractersticas de un reptil reconocido
por restos fsiles en tiempos modernos. La tribu de los Sioux se
refiere a un pjaro de trueno. Su descripcin y dibujos coinciden con
ese dinosaurio volador que hoy llamamos teranodon. En Inglaterra se
report un reptil volador durante el siglo XV. Tambin actualmente
hay informes de testigos que han visto algunos tipos de reptiles
gigantes, caminando, nadando o volando, en Australia y en frica,
cerca de bosques tropicales, en varios lagos del mundo y en el mar.
El ms famoso lugar es Loch Ness, donde miles de personas han visto
y fotografiado un monstruo, que parece un tipo de Plesiosauro.
Pero, no es el nico lugar, y hay miles de testigos que han visto
reptiles gigantes en otras partes del mundo.
Pero todos estos descubrimientos y relatos han quedado
empequeecidos, aunque la ciencia oficial los ignora, por los
descubrimientos efectuados hace unos cuantos aos en un lugar de
Per, situado en un desierto blanco y pedregoso del Departamento
de
-
Ica, por el doctor Javier Cabrera. Ica es un departamento que
est ubicado al oeste del Ocano Pacfico y al norte de la regin de
Nazca, lugar famoso por sus enigmticas pistas El doctor Cabrera
habra descubierto la ms sorprendente prueba de la existencia de
otra civilizacin que pobl el planeta posiblemente hace millones de
aos, en la poca de los Dinosaturios! A diferencia de los restos
antes mencionados a los que se aplican una serie de teoras y
conjeturas sobre la existencia de homnidos remotos. Esta vez se
trataba de mltiples pruebas materiales. El doctor Cabrera haba
logrado reunir en su casa de la ciudad de Ica hasta un total de
11.000 piedras en las que aparece grabado el ms antiguo mensaje del
que tenemos noticia.
Son once mil piedras de todos los tamaos en donde una remota
civilizacin recopil sus conocimientos. Hay desde algunas muy
pequeas, de apenas 50 100 gramos, hasta otras de 40 o ms kilos. Y
en ellas pueden verse grabados con conocimientos en astronoma,
zoologa, medicina, biologa, etc... Y vindolas se tiene la impresin
de que la vida en el planeta probablemente lleg del espacio. Las
piedras de Ica describen una civilizacin que al parecer habra
llegado a convivir con los dinosaurios. En una de las piedras se
muestran grandes saurios prehistricos. All se explica la manera de
destruir al stegosaurus, un saurio prehistrico perteneciente a la
rama de los dinosaurios blindados y que vivi en el perodo Jursico.
En el altorrelieve de la amarillenta piedra pueden distinguirse las
placas seas verticales que se extendan a todo lo largo del lomo del
animal, as como la doble fila de placas que protegan a este
dinosaurio. Y tambin vemos en su cola una serie de pinchos, que le
servan como arma defensiva.
-
Esta civilizacin tambin grab el ciclo biolgico del stegosaurus
no slo para ofrecer un conocimiento de zoologa, sino tambin para
explicar que la nica forma de exterminar a este saurio era
destruyndolo desde sus formas ms primitivas. Puede verse una hembra
del stegosaurus, que se diferencia del macho por su cuello ms
largo, as como tambin el proceso de metamorfosis que sufran las
cras. Junto al stegosaurus adulto tambin grabaron las cras. Primero
sin patas, luego con las dos patas anteriores y despus con las
patas posteriores. A esto se le llama metamorfosis. Sin embargo la
Paleontologa ensea que los reptiles prehistricos no experimentaban
metamorfosis. Los nuevos saurios nacan de un huevo, pero ya con su
forma definitiva. Por lo tanto lo que se indica en las piedras no
encaja con lo que ensea la ciencia actual. Hasta ahora habamos
credo que los reptiles prehistricos nacan de los huevos con sus
formas completas. Pero estos grabados nos estn mostrando lo
contrario. Nadie podra reflejar un conocimiento tan exacto del
ciclo biolgico de un animal si no lo hubiera observado
meticulosamente. En una de las piedras varios hombres portan armas
y estn hiriendo al animal, ya que se supone que estos grandes
saurios amenazaban la vida de aquella civilizacin. Durante la Era
Secundaria muchas especies de estos enormes saurios se extendieron
por todos los continentes y mares. Y el hombre de aquel tiempo
suponemos que no tuvo ms remedio que declararles la guerra. Por eso
en estas piedras, cuando aparecen escenas de caza de dinosaurios,
siempre
-
se extienden las matanzas hasta las cras de los animales
antediluvianos. De esta forma, con la muerte del macho y de la
hembra y la destruccin de los huevos y las cras conseguan un
exterminio prcticamente completo. Rompan su ciclo biolgico.
Los altorrelieves cubren la superficie de la piedra, explicando
primero el ciclo biolgico del stegosaurus para pasar a continuacin
a otra secuencia desconcertante. Dos hombres de extraas caras se
haban situado sobre el lomo del animal. Y parecan atacar al gran
saurio. El stegosaurus meda unos seis metros de longitud. Y aunque
parece ser que se alimentaba de vegetacin, puede comprobarse en las
piedras que tambin atacaba al hombre. Pues bien, sta parece ser una
de las razones por las que esta civilizacin prehistrica emprendi
tambin la guerra contra el stegosaurus. Este enorme saurio tena en
la cabeza un hueso tan dbil que con un golpe se le poda matar.
Pero, cmo se las arreglaban estos cazadores para llegar hasta el
crneo? Segn puede verse los dos seres parecen caminar sobre el lomo
del animal prehistrico. El stegosaurus, como otros reptiles,
dispona de un cerebro normal y de un ganglio plvico que rega el
automatismo de la parte posterior del cuerpo del animal. Esto ha
sido reconocido por la Ciencia actual. De ah que se les haya
llamado tambin saurios de doble cerebro. En su columna vertebral se
produca un ensanchamiento superior al del cerebro propiamente dicho
y que tena por finalidad el control de esa zona posterior del gran
saurio. Pues bien, los cazadores suban por la cola - concretamente
por el estrecho corredor que quedaba entre las dos hileras de
placas seas - y llegaba hasta la altura
-
de la cintura escapular. Esa doble dependencia era fatal para el
animal, puesto que haca insensible su cola. Y esto lo saban los
hombres de las piedras grabadas. Ascendan por el lomo del saurio
hasta que ste senta algo sobre la zona del ganglio plvico. En ese
instante el stegosaurus volva la cabeza y el cazador le poda romper
el crneo de un golpe. Se han llegado a reunir series de grabados
para otras especies de saurios, como el triceratops, el
tyrannosaurio, el megaquirptero (murcilago gigante), el stegosaurus
y el agnato. De estos animales se dispone series completas,
mientras que de otros se tienen solo series parciales. Por ejemplo,
sobre el agnado, peces sin mandbulas, hay ms de 100 piedras. pude
comprobar la evolucin, la clara metamorfosis de este pez
prehistrico que vivi en nuestros ocanos en el perodo Devnico (Era
Primaria o Paleozoica)y al que se le seala, por tanto, ms de 320
millones de aos.
Hombre volando en un pteroldctilo
Segn indica la Paleontologa, estos peces sin mandbulas son los
primeros vertebrados conocidos. Sus restos se encuentran ya en el
perodo Silrico, pero son comunes slo durante el referido perodo
Devnico. Algunos - sigue afirmando la Paleontologa - vivieron en el
mar, y otros, en agua dulce. La nica especie de agnato conocida en
la actualidad fue encontrada en Vietnam. La mayor parte dispona de
un casco seo alrededor de la cabeza y parte frontal del tronco, as
como gruesas escamas tambin seas sobre el resto del cuerpo. Hay
varias piedras de gran peso con grabaciones de este mismo tipo de
pez sin mandbulas, pero, con una sensacional diferencia respecto a
las anteriores piedras. En este caso, el agnato apareca devorando
una pierna humana. Estos peces eran gigantescos. Los agnados
actuales son muy pequeos. Es decir, con estos peces prehistricos
sucedi exactamente igual que con los grandes reptiles de la
Prehistoria. Los descendientes actuales han visto reducido su tamao
hasta extremos insospechados.
-
cephalaspis tenuicornis
En otras enormes piedras hay tambin grabaciones y altorrelieves
con otros tipos de dinosaurios. As como con el stegosaurus no haba
mucho peligro para los cazadores, no suceda lo mismo con el
tyrannosaurio. Este formidable monstruo carnvoro tena el cuello
corto y robusto y la cabeza provista con poderosas mandbulas. La
Paleontologa asegura que hizo su aparicin a finales del perodo
Cretcico, es decir, hace ms de 65 millones de aos. Tena quince
metros de longitud y seis de altura, y sus patas delanteras eran
tan cortas que, segn parece, no podan llegar hasta la boca. El
tyrannosaurio era sin duda uno de los ms terrorficos e implacables
enemigos de esta civilizacin prehistrica. Y contra l fue dirigida
gran parte de la operacin de destruccin. Pero la tctica para
exterminarlo no poda ser idntica a la empleada en el caso del
stegosaurus. En una de las piedras se reproduce la figura de uno de
estos feroces monstruos del Cretcico. Y junto a l se ven hombres
que portan armas. El tyrannosaurio era un animal sumamente
peligroso. Qu hacan entonces los cazadores?
-
En primer lugar, tal y como ve en la piedra, le dejaban ciego.
De esta forma, otro cazador poda ascender por la cola y lomo del
animal, golpendole en la cabeza. Pero, no en cualquier punto del
crneo. El arma que porta el hombre tiene una especie de rayado. Y
en la cabeza del tyrannosaurio han grabado tambin otro punto, con
un rayado idntico al del arma. Pues bien, eso parece indicar que
deban golpear al monstruo prehistrico en una zona concreta del
crneo. Estas nociones precisas de la anatoma de un tyrannosaurio,
de un stegosaurus, de un triceratops, etc., as como de sus ciclos
biolgicos, slo pueden revelar un conocimiento profundo de la fauna
existente en aquella remota poca. Un conocimiento que slo podra
producirse de haber coexistido con dichos seres. Distribuidos a la
perfeccin entre las dos caras de otra piedra puede verse un enorme
pjaro, aparentemente mecnico, sobre el que vuelan dos seres que
portan sendos telescopios y con los que miran hacia la tierra.
Pero, qu buscaban aquellos hombres? La respuesta estaba tambin en
el grabado. A ambos lados de la piedra, y coincidiendo precisamente
con su parte inferior, aparecen los grabados en altorrelieve de dos
dinosaurios. Un tercer hombre, idntico a los que se encontraban
sobre el pjaro, descenda hasta el lomo de uno de los dinosaurios y
mientras se sujetaba al pjaro con una especie de cable, con la otra
mano hunda un cuchillo en el cuerpo del animal.
-
En aquel grabado tambin hay otros tres elementos sorprendentes.
Se trata de lo que parecen ser tres lunas situadas en distintas
posiciones del cielo en el que se mova el gran pjaro. Parece ser
que estos seres haban conseguido vencer la fuerza de la gravedad y
disponan de aparatos voladores que en las piedras aparecen
representados como pjaros. Aparentemente esas mquinas voladoras les
permitieron extender su guerra contra los saurios prehistricos a
todo lo largo y ancho del planeta. En muchos casos, como en el del
tyrannosaurio, cegaban al animal, lanzando una descarga sobre el
mismo. Esto les permita descender desde sus aparatos voladores para
rematar al monstruo o bien ascender hasta su cabeza por la cola y
el lomo. Esta es una de las ms impresionantes piedras de la gran
biblioteca de piedra. All se mostraba la existencia de una
civilizacin con tecnologa avanzada. Hasta el momento, ninguna de
las teoras a favor de la existencia de remotas civilizaciones se
haba podido apoyar en pruebas tan concluyentes. Segn se deduce de
los distintos grabados, el hombre prehistrico luch intensamente
contra los dinosaurios y dems reptiles. Fue una guerra a muerte,
sin tregua. Una guerra que fue ms all que la matanza de los
saurios, puesto que se rompi el ciclo biolgico de estos animales
prehistricos, anulando as la supervivencia de estas especies.
-
Muy probablemente la combinacin de estas matanzas masivas y el
formidable cataclismo explican esa sbita extincin de los ms
formidables y terribles animales que jams hayan poblado la Tierra.
De no haber sido por estas razones, tal vez hoy seguiran poblando y
dominando el planeta. Segn las piedras tambin parece que en aquella
poca remota la Tierra tena tres satlites. Se deduce que un posible
desfase en el magnetismo de la Tierra fue provocando un desajuste
en las rbitas de dos de estas Lunas, que terminaron por caer sobre
el Planeta. Este impacto terrorfico convulsion los continentes y
ocanos, provocando una formidable catstrofe. Pero, cundo tuvo lugar
realmente dicho cataclismo? Las piedras grabadas parece tienen la
respuesta.
-
Un detalle fundamental a la hora de valorar las piedras labradas
es que su tamao est en proporcin directa a la importancia del tema
que se relata en dichas piedras. Esto querra decir que, cuanto ms
pesada fuera la piedra y cuanto ms trabajo y esfuerzo se hubiera
empleado a la hora de la grabacin, ms trascendental era la
informacin que se expona. De ah, por tanto, que los altorrelieves
sealaran generalmente conocimientos mucho ms decisivos que los
simples grabados. ste era el caso, por ejemplo, de la pesada piedra
referida al stegosaurus, As sucede igualmente con otra formidable
mole de piedra de media tonelada en la que se muestra una matanza
de hombres por parte de los dinosaurios. En aquella descomunal
piedra pueden verse unos altorrelieves en que se muestra como
saurios prehistricos de varios tipos devoran y atacan a hombres. Es
curioso que otras piedras en que estos hombres grabaron tambin
ciervos, caballos y una extensa gama de animales, son ms pequeas.
Pero en este caso, con los grandes reptiles, no ocurre lo mismo.
Casi todos estn grabados en piedras de gran tamao y peso. Casi
todos en altorrelieves. Por qu razn? Todo parece indicar que en
estos casos, cuando se toca el tema de los dinosaurios, no se trata
ya de caceras ms o menos deportivas. Se trata de la guerra de
aquella civilizacin contra sus mortales enemigos. Por eso plasmaban
estas escenas en piedras mayores, con altorrelieves. En demostracin
de lo que decimos hay otra gran piedra en que se muestra que el
hombre no deba aproximarse ni entrar en el lugar que seala la roca
labrada. Si lo haca, poda morir. En esta piedra se est sealando un
rea donde vivan dinosaurios adultos y las formas intermedias de
stos. Eran terrenos de dominio de los grandes saurios.
-
En otra de las piedras grabadas puede observarse un hombre que
sostiene un extrao corazn. Y junto al hombre se encuentra un reptil
prehistrico de gran aleta dorsal y que, segn la Paleontologa,
apareci en el Carbonfero Superior, subsistiendo hasta el perodo
Prmico Medio. Es decir, en plena Era Paleozoica o Primaria. Este
grabado nos est revelando el profundo conocimiento que tena aquella
civilizacin de la fisiologa y anatoma de sus innumerables enemigos.
En una serie de piedras dedicadas a los saurios prehistricos se
pueden distinguir hasta 37 tipos distintos de grandes saurios,
perfectamente clasificados por la Paleontologa, as como otros
muchos, desconocidos an para la ciencia moderna. Todas las piedras
y todas las series estn vinculadas entre s. Y buena prueba de ello
es una serie que reflejaba los hemisferios oriental y occidental
del Planeta, grabados en dos pesadas piedras circulares.
Hemisferios donde apenas si se pueden reconocer los continentes que
hoy habitamos. Hemisferios que constituan el globo terrqueo... hace
millones de aos. Y en estas piedras de los viejos continentes hay
varias desconcertantes sorpresas: all aparecen grabados lo que
parecen ser continentes hoy desaparecidos y que hemos dado en
llamar Atlntida y Mu. Y en dichas masas continentales figuran las
razas que los poblaron.
-
Pero la piedra ms sorprendente de las encontradas es una en dos
de las caras laterales de la roca se ven tres seres - idnticos en
su fisonoma a los que aparecen en las restantes piedras grabadas -
que portan catalejos y que miran hacia la parte superior de la
piedra, en que pueden observarse estrellas, cometas, nebulosas,
constelaciones y toda una serie de signos, Parece que representan
trece constelaciones, que incluyen las Plyades y las doce
constelaciones conocidas Aquellos tres astrnomos observan la bveda
celeste, perfectamente grabada en la parte superior de la piedra. Y
parece que para aquella civilizacin, las Plyades tenan una
importancia significativa. Las Plyades, segn Isaac Asimov, es
considerado como un pequeo cmulo de estrellas de brillo moderado de
la constelacin de Tauro. Nueve de las estrellas del cmulo son
suficientemente brillantes como para poder ser observadas a simple
vista, aunque algunas de ellas se encuentran muy juntas y es difcil
distinguirlas por separado. Este cmulo ha sido denominado por la
mitologa las Siete Hermanas.Cuando en 1610 Galileo enfoc su
telescopio hacia las Plyades, comprob que poda contar sin esfuerzo
36 estrellas. Los astrnomos han estimado que la distancia media
entre las estrellas del cmulo de las Plyades equivale slo a un
tercio de la separacin interestelar media en las proximidades de
nuestro sistema solar. Hoy se sabe que el grupo entero se encuentra
a unos 400 aos-luz de nosotros y que abarca una regin del espacio
de unos 70 aos-luz de dimetro. An cuando las
-
Plyades son el cmulo ms grandioso de cuantos se pueden observar
a simple vista, no constituyen sino una muestra sumamente plida del
espectculo que se nos ofrece a travs del telescopio.
Las Plyades Pero en el firmamento de esta gran piedra tambin est
grabado nuestro Sistema Solar. En este grabado aquellos seres nos
indican que eran capaces de observar el Cosmos Y por descontado que
con simples catalejos habra sido imposible observar constelaciones
que estn tan alejadas de la Tierra. Esta civilizacin nos est
sealando que tenan capacidades de visin telescpica y que podan
dirigir sus aparatos de astronoma hacia aquellos lugares del
Universo que desearan, escrutando as las maravillas del espacio.
Pero en esta fantstica piedra hay algo ms. En muchas de las
grabaciones se repiten unos smbolos que probablemente constituyen
una clave para la lectura de estas piedras. Esos smbolos, en una
determinada posicin, parece que significan vida inteligente,
mientras que en otra posicin indican que no hay vida inteligente.
Pues bien, este elemento se encuentra tambin repartido aqu y all,
entre las distintas constelaciones y astros que han quedado
grabados en esta bveda celeste.
-
En efecto, unas diminutas hojas rayadas, as como unos extraos
rombos y pequeos cuadrados aparecen grabados en las distintas
figuras que representan las nebulosas y planetas. Parece que estos
seres tenan conocimiento de la existencia de vida en el espacio
exterior y que estaban observando si hay vida en el firmamento. Y
si la interpretacin de los smbolos es correcta, parece que en las
Plyades haba vida inteligente. Aqu hay que aclarar que la edad del
terreno donde se han extrado estas piedras (Ocucaje y Nazca)
pertenecen a una de las placas antiguas del planeta. Su antigedad,
por tanto, sera francamente difcil de precisar. Quiz entre 200 y
500 millones de aos. Pero, Quin puede saberlo realmente? Segn el
doctor Cabrera, el descubridor de la biblioteca de piedra, parece
que la edad en que vivi esta civilizacin que grab las piedras podra
ser contabilizada, ms que por aos, por ciclos solares. En el
estudio de las piedras se pudo observar que esta civilizacin
contaba el tiempo en meses de 28 das. Al multiplicar esos 28 das
por 13 constelaciones se obtienen 364 das, que se supone era la
duracin del ao en aquella poca. O sea, que la Tierra empleaba en
aquellos tiempos un total de 364 das para cubrir una vuelta
completa en torno al Sol. Pero, por qu 364 das? Y por qu nuestro
mundo da hoy 365,25 das en completar esa misma rbita? Esta era la
primera de las trascendentales pruebas que ofrece esta piedra sobre
la antigedad de la gente que la grab. Nosotros llamamos ao al
tiempo que la Tierra necesita en dar una vuelta completa alrededor
del Sol. Y segn los ms avanzados clculos astronmicos, ese
movimiento de traslacin se cubre en 365 das ms unas pocas horas. Y,
a qu es debida esta diferencia entre el ao de 364 das de aquella
civilizacin y el nuestro de 365,25 das? Est demostrado que el Sol
pierde materia. Y est demostrado tambin que esa prdida de materia,
aunque mnima, tiene unos efectos concretos sobre los planetas que
giran alrededor del astro rey. Al perder materia, la atraccin
ejercida por el Sol sobre los astros que se mueven en torno suyo es
ligeramente menor. Esto provoca un alargamiento de la elipse que
dibuja la Tierra en su rbita alrededor del Sol. Y qu sucede cuando
la elipse de la Tierra se alarga? Lgicamente, que el ao tambin se
alarga.
-
Entonces, no ser que ese da y esas horas de ms nos estn midiendo
realmente el tiempo transcurrido entre el hombre que grab estas
piedras y nosotros? Si llevamos estos razonamientos a cifras
matemticas sabemos que cada 100 siglos se produce un segundo de
diferencia. Segn estos clculos esta civilizacin habra existido hace
840 millones de aos. Probablemente hay algn clculo incorrecto, ya
que esta antigedad, incluso para los dinosaurios, parece excesiva.
Pero lo que si parece indicar es una antigedad de muchos millones
de aos. Entre los signos que aparecen grabados en la bveda celeste
de la piedra se observa un corneta. Adems del zodaco, con trece
constelaciones tambin figura nebulosa Cabeza de Caballo, denominada
as por su semejanza con la cabeza de un caballo. Una nebulosa que
la Astronoma califica como oscura y que se encuentra situada en las
proximidades de una de las estrellas del cinturn de Orin. Y adems
de las constelaciones, del cometa ya citado, de los planetas y de
la nebulosa Cabeza de Caballo haba otros elementos. Y uno de ellos
pareca un eclipse anular de Sol.
-
Y el 24 de diciembre de 1973 el cometa Kohoutek estuvo ms cerca
que nunca de la Tierra en su viaje por el cosmos. Y se registr
igualmente el eclipse anular de Sol. La Luna se coloc durante unos
segundos ante el disco solar, formando un majestuoso anillo. Y
Venus y Jpiter se situaron en la posicin sealada por los astrnomos
y por las grabaciones en aquella piedra de Ica. Eran, pues, 13
elementos zodiacales, 2 planetas, la Luna, el Sol, la nebulosa
Cabeza de Caballo y el cometa Kohoutek, coincidiendo con la ms
absoluta precisin. En total, 19 factores. Haba que descartar,
necesariamente, la coincidencia. Los seres que haban grabado
aquella piedra haban tenido conocimiento de la existencia de este
cometa. Los astrnomos dijeron en un principio que el cometa
Kohoutek tena una rbita de 10.000 aos. Poco despus rectificaron y
la incrementaron hasta los 40.000. Por ltimo dejaron sentado que la
rbita del Kohoutek era ms bien parablica y algunos astrnomos
barajaron cifras de millones de aos para su rbita. .
-
Las piedras nos estaban cuantificando el tiempo transcurrido
entre aquella civilizacin
y la nuestra. Podemos percibirlo a travs de la fauna ya
extinguida, de los continentes
que desaparecieron y por la propia diferencia de la morfologa de
aquellos hombres.
Pero, si hace tantos millones de aos hubo otros seres humanos,
cuntas
civilizaciones, todava desconocidas y olvidadas, poblaron
igualmente nuestro mundo
entre el entonces y ahora? Hay que reconocer que todo lo
relacionado con la
biblioteca de piedra de Ica parece realmente fantstico, aunque
resulta difcilmente
concebible que sean falsificaciones de los indgenas de la
zona.
Lo que es cierto es que con mtodos como el Carbono.14 es
prcticamente imposible
determinar la supuesta gran antigedad de estas piedras. Las
razones principales en
favor de la fiabilidad de estas piedras lo constituyen los
conocimientos que aportan y
que parecen difciles de imaginar en los indgenas de la zona y
por el ingente trabajo
que implicara grabar estas miles de piedras y darles una ptina
de antigedad. Pero
cada uno es libre de decidir.