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Romero, Estrella; Luengo, Mara ngeles; Gmez-Fraguela, Jose
Antonio; Sobrela, Jorge; Villar, Paul
Evaluacin de la psicopata infantojuvenil: estudio en una muestra
de nios institucionalizados
Anuario de Psicologa Jurdica, vol. 15, enero-diciembre, 2005,
pp. 23-40
Colegio Oficial de Psiclogos de Madrid
Madrid, Espaa
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revista
Anuario de Psicologa Jurdica,
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E VALUACIN DE LA PSICOPATA INFA N T O -JUVENIL: ESTUDIO EN UNA
MUESTRA DENIOS INSTITUCIONALIZADOS
ASSESSMENT OF CHILDHOOD PSYCHOPATHY:STUDY IN A SAMPLE OF
INSTITUTIONALIZEDCHILDREN
Estrella Romero1Mara ngeles Luengo1
Jos Antonio Gmez-Fraguela1Jorge Sobral2Paula Villar1
RESUMEN
El concepto de psicopata aplicado a nios y adolescentes es un
campo que, en los lti -mos aos, ha sido objeto de considerable
atencin. Aunque se han hecho diferentes pro -puestas para
conceptualizar y evaluar la psicopata infanto-juvenil, el APSD
(Antisocial Pro-cess Screening Device) ha acaparado buena parte de
la investigacin. Sin embargo, sue s t ructura y su validez todava
no estn suficientemente clarificadas. Este estudio pro p o r -ciona
nuevos datos sobre el funcionamiento de la escala en nuestro pas,
part i c u l a rm e n t een una poblacin de alto riesgo para el
desarrollo de problemas de conducta: nios insti -tucionalizados.
Una muestra de 71 nios internos en centros de menores de Galicia
fueevaluada a travs del APSD, y se aplicaron as mismo otros
instrumentos que evalan com -petencia personal y social, conducta
antisocial, ansiedad, empata e inteligencia general. Ap a rtir de
estos datos se estudia la estructura factorial del APSD, por medio
de mtodosc o n f i rmatorios y exploratorios, y se analizan las
relaciones de sus componentes con las
Anuario de Psicologa Jurdica, 2005 23
Anuario de Psicologa Jurdica, Volumen 15, ao 2005. Pgs. 23-40.
ISBN: 84-87566-33-7
ESTUDIOS
1 Departamento de Psicologa Clnica y Psicobiologa.2 Departamento
de Psicologa Social y Bsica. Universidad de Santiago de
Compostela.
Fecha de Recepcin: 31-12-2005 Fecha de Aceptacin: 03-02-2006
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otras variables medidas en este trabajo. Los resultados muestran
una estructura de tre scomponentes que difiere a la encontrada en
otro tipo de muestras; y, por otra parte, losanlisis
correlacionales confirm a ron slo parcialmente las hiptesis
derivadas de la investi -gacin previa. Los resultados se discuten
atendiendo a las dificultades para evaluar el com -ponente de
Dureza emocional en nios, y a la necesidad de atender a los
aspectos inter -personales (Narcisismo) como indicadores
posiblemente ms fiables de la psicopatainfanto-juvenil. En general,
los resultados ponen de relieve la necesidad de profundizar enla
conceptualizacin y la medida de la psicopata infanto-juvenil antes
de proponer elAPSD como instrumento de medida en la toma de
decisiones clnica o fore n s e .
PALABRAS CLAVE: Psicopata, Trastornos de conducta, Nios, Centros
de menores.
ABSTRACT
Psychopathy in children and adolescents has received
considerable attention duringthe last years. Although several
proposals have been made in order to define andassess childhood
psychopathy, most studies have used the APSD (Antisocial Pro c e s
sScreening Device). Nevertheless, neither the structure nor the
validity of APSD has beenclarified enough. This study brings new
data about the use of the scale in our country,particularly in a
population under high risk of developing conduct problems:
institutio -nalized children. The sample consisted of 71 children
from Galician youth centres whowere rated in the APSD. Other
instruments were also administered in order to measurepersonal and
social competence, antisocial behaviour, anxiety, empathy and
generalintelligence. APSD factor stru c t u re was analysed via
confirm a t o ry and exploratorymethods, and the resulting
components were correlated with the other measure staken in the
study. Results showed a three-factor structure, which seems to be
diffe -rent from the stru c t u re found in other samples, and
correlation analyses confirm e donly partially the hypotheses
derived from previous research. These results are discus -sed with
respect to the difficulties in assessing callous/unemotional traits
in children,and the need to pay attention to the interpersonal
aspects (narcissism) as more relia -ble indicators of childhood
psychopathy. All in all, our results underline the need toachieve a
deeper understanding of childhood psychopathy before proposing the
APSDas a common-use measure in clinical or forensic settings.
KEY WORDS: Psychopathy, Conduct disorders, Children, Youth
centers.
Agradecimientos:
Este estudio fue realizado gracias a la subvencin recibida de la
Direccin General deInvestigacin para el desarrollo del proyecto
Desarrollo de la conducta antisocial crni-ca y severa: Seguimiento
e intervencin sobre problemas de conducta de inicio tempra-no
(BSO2003-01340/PSCE), con parte de fondos FEDER.
Evaluacin de la psicopata infanto-juvenil estudio en una muestra
de nios institucionalizados
24 Anuario de Psicologa Jurdica, 2005
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INTRODUCCIN
El concepto de psicopata ha idoadquiriendo considerable
relevancia a lolargo de las ltimas dcadas. A pesar delas
dificultades conceptuales y metodo-lgicas que, histricamente, han
carac-terizado a este campo de investigacin(vase Cooke, Forth y
Hare, 1998), en laactualidad contamos con un ampliocuerpo de
investigaciones que avala sutrascendencia en contextos clnicos
yforenses. A partir de los planteamientosde Cleckley (1941) y,
especialmente, ap a rtir de los desarrollos conceptuales
ymetodolgicos de Robert Hare, la psico-pata se ha ido perfilando
como unaconstelacin de rasgos de naturalezaafectiva, interpersonal
y conductual alta-mente significativa en el estudio
delcomportamiento antisocial adulto. En laactualidad, la literatura
cientfica noso f rece abundantes datos que muestranla utilidad de
este constructo para iden-tificar delincuentes con indicadore
sseveros en su carrera criminal, incluyen-do altas tasas de
delitos, alta probabili-dad de delitos violentos, agresin en
elcontexto de las crceles, alta propensina la reincidencia y mala
respuesta al tra-tamiento (e.g., Hobson, Shine y Roberts,2000;
Salekin, Rogers y Sewell, 1996). Eld e s a rrollo del Psychopathy
Checklist(PCL; Hare, 1991, 2003) ha supuesto unavance muy
destacable en la investiga-cin sobre psicopata, pro p o rc i o n a
n d oc i e rta unidad conceptual y metodolgi-ca en un mbito de
estudio que, tradi-cionalmente, se ha desarrollado de unmodo
fragmentario y asistemtico. Losesfuerzos por desarrollar el PCL han
per-mitido una evaluacin fiable y vlida dela psicopata en adultos,
y han permitido
explorar detalladamente el constru c t o ;la psicopata aparece
definida por unmnimo de dos dimensiones: una deellas aglutina las
caractersticas persona-les usualmente sealadas por la tradi-cin y
la prctica clnica (egocentrismo,falta de sinceridad,
insensibilidad, faltade re m o rdimientos); la otra recoge
losaspectos ms conductuales del concep-to, relacionados con un
estilo de vidadesviado, inestable e impulsivo, y es unadimensin ms
afn a lo que el DSMidentifica como trastorno antisocial dela
personalidad. En aos recientes, estaestructura ha sido cuestionada
(Cooke yMichie, 2001) y se ha sugerido que unarmazn de tres
factores (interpersonal,afectivo, impulsivo) podra ser una
mejorrepresentacin del concepto. No obstan-te, la estructura de la
psicopata siguesiendo objeto de debate y, en la ltimaedicin de el
PCL, Hare ha defendidopor un armazn de dos factores (el per-sonal y
el impulsivo/conductual), peroahora desglosados en cuatro
facetas:interpersonal, afectiva, estilo de vidaimpulsivo y conducta
antisocial.
Aunque la psicopata ha sido muyinvestigada, se sabe
relativamente pocosobre sus antecedentes evolutivos y susposibles
manifestaciones en etapas tem-pranas de la vida (vase Romero,
2001,para una revisin). El trmino psicopa-ta suele re s e rvarse
para adultos, peroa lo largo de los aos algunas propues-tas han
sugerido la posibilidad de unaidentificacin temprana de nios o
ado-lescentes con caractersticas personalesy conductuales que
evocan el conceptode psicopata. El propio Cleckley (1941)reconoca
que el trastorno pro b a b l e-mente hunda sus races en la
infancia
E. Romero, M. A. Luengo, J. A. Gmez-Fraguela, J. Sobral, P.
Villar
Anuario de Psicologa Jurdica, 2005 25
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y/o en la adolescencia. McCord yM c C o rd (1964), en sus
estudios sobreindividuos antisociales, tambin subra-y a ron la
necesidad de identificar la psi-copata en poblaciones jvenes, y
esti-maron que un 14% de los jvenes delin-cuentes podran mostrar
indicios de per-sonalidad psicoptica. Por su part e ,Quay (1964),
en un intento por delimi-tar categoras de jvenes
delincuentes,identific un subtipo InfrasocializadoAgresivo que, ms
tarde, sera recono-cido por el DSM III. Bajo esta etiqueta
seincluan caractersticas tales como difi-cultades para establecer
vnculos afecti-vos, dificultades para empatizar, ego-centrismo,
falta de re m o rdimientos yconducta agresiva y arriesgada.
Aunquepocas veces se manifest explcitamente(Quay, 1987) este
subtipo era un intentopor ampliar el concepto de psicopata
yaplicarlo a poblaciones jvenes. Por lodems, muchos clnicos,
investigadores yprofesionales del mundo psico-legal hansupuesto,
durante dcadas, que los ras-gos psicopticos no aparecen sbita-mente
despus de los 18 aos, sino quepodran expresarse en etapas ms
tem-pranas del ciclo vital (Forth y Burke,1998).
Esta lnea de trabajo parece habersereavivado durante los ltimos
aos(Dolan, 2004; Salekin y Frick, 2005;Skeem y Petrila, 2004). Por
una part e ,esta va se ha visto impulsada por el pro-pio trabajo
con adultos. Las dificultadesque presenta el tratamiento de
adultosantisociales crnicos, especialmentecuando tienen
caractersticas psicopti-cas, ha conducido a la necesidad ded e s a
rrollar herramientas que perm i t a nuna deteccin precoz de jvenes
en ries-
go, de forma que se pueda poner enprctica una intervencin a
tiempo. Porotra parte, tambin los estudiosos de laconducta
antisocial juvenil han mostra-do su inters por el concepto de
psico-pata incipiente. Se ha podido consta-tar que una pequea pro p
o rcin dedelincuentes es responsable de unaamplia pro p o rcin de
delitos serios( F a rrington, 1983) y este grupo acabad e s a
rrollando, con el tiempo, carre r a santisociales crnicas y
severas. Las cate-goras diagnsticas psiquitricas (e.g., t r a s t o
rno de conducta, trastorn ooposicionista desafiante) no han
mos-trado mucha eficacia para identificar esepequeo grupo de
delincuentes; el con-cepto de psicopata, sin embarg o ,podra
mostrarse til para la identifica-cin y clasificacin de nios y
jvenescon una alta probabilidad de desarrollarestilos de vida
crnicamente antisocia-les.
Como era de esperar, teniendo encuenta las connotaciones del
conceptopsicopata y sus propias dificultadesconceptuales, el
estudio de la psicopataen nios y adolescentes se desarro l l
arodeado de debate y controversia (Petri-la y Skeem, 2003; Wi e n e
r, 2002; Rutter,2005; Seagrave y Grisso, 2002). Una delas re s e
rvas ms frecuentemente form u-ladas tiene que ver con la visin
fata-lista que re c u b re al concepto de psico-pata. La aplicacin
de este concepto ajvenes podra ser peligrosa, en efecto,en la
medida en que se asuma la impo-sibilidad de intervencin, ya que
lasderivaciones prcticas de este etiqueta-do podran tener un
impacto negativomuy duradero en la vida del individuo.No obstante,
los investigadores en este
Evaluacin de la psicopata infanto-juvenil estudio en una muestra
de nios institucionalizados
26 Anuario de Psicologa Jurdica, 2005
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mbito han venido siendo muy claro sen su afirmacin de que la
psicopatainfanto-juvenil no debe considerarseintratable (e.g.,
Salekin y Frick,2005). La investigacin bsica sobre eld e s a rrollo
de la personalidad ha mostra-do que los rasgos son ms maleables
enlas primeras etapas de la vida que en laadultez (Roberts y
DelVecchio, 2000).Por otra parte, la investigacin ya hamostrado
evidencia de las posibilidadesde cambio en jvenes con rasgos
psico-pticos (e.g., Vitacco, Neumann,R o b e rtson y Durrant,
2002), y, cuandose encuesta a profesionales de la psico-loga
infanto-juvenil, parece obtenerseun cierto optimismo en cuanto al
trata-miento de estos jvenes (Salekin,Rogers y Machin, 2001). El
conocimien-to de las caractersticas de los jvenesen riesgo de
psicopata permitir des-a rrollar intervenciones ms
eficaces,individualizadas y adaptadas a sus pecu-liaridades. Otro
asunto debatido tieneque ver con la propia definicin delc o n s t
ructo en individuos jvenes: toda-va debe clarificarse en qu medida
lase x p resiones de la psicopata en nios yadolescentes han de ser
equivalentes alos indicadores en adultos; en este sen-tido, la
traslacin mimtica del con-cepto tal y como se entiende en adul-tos,
con sus dimensiones y sus modosde medida, podra ser
cuestionable(Petrila y Skeem, 2003).
Lejos de ensombrecer el estudio de lapsicopata infanto-juvenil,
estos debateshan contribuido a dinamizar, enriquecery refinar este
campo de trabajo. Desde ladcada de los 90 se han venido art i c
u-lando esquemas para caracterizar y eva-luar la psicopata en nios
y adolescen-
tes; estas corrientes han sido re v i s a d a sen un trabajo
anterior (Romero, 2001).Por una parte, del PCL-R se ha derivadouna
versin, de formato y contenidomuy semejante, destinada a la
evalua-cin de jvenes: el PCL:YV (P s y c h o p a t h yChecklist:
Youth Ve r s i n; Forth, Kosson yH a re, 1997), que ha permitido re
p l i c a ren contextos forenses algunos patro n e sde resultados
obtenidos con el PCL-R deadultos. Otras vas de trabajo han
inten-tado ir aun ms all y aprehender la psi-copata en etapas
previas a la adolescen-cia. Por ejemplo, algunos autores
hanintentado localizar la psicopata infantilen el mapa de las
categoras diagnsti-cas habituales: as, Lynam (1996) pro p o-ne que
la combinacin entre el trastorn opor dficit de atencin con
hiperactivi-dad (TDAH) y los problemas de conductad i s ruptiva
(trastorno oposicionista des-afiante, trastorno de conducta)
podraser el antecedente de la psicopata adul-ta. Aunque esta
concepcin concuerd acon algunos datos que muestran un pro-nstico
negativo en jvenes delincuentesque, adems, son hiperactivos
(Loeber,Britnthaup y Green, 1990), esta catego-ra parece demasiado
amplia comore p resentacin de la psicopata infanto-juvenil. Como
han sealado diversosa u t o res (Frick y Ellis, 1999; Romero
,2001), la asociacin entre TDAH y pro-blemas de conducta parece
evocar msbien el estilo de comportamiento impul-sivo y antisocial
que, en los adultos,constituye el trastorno antisocial de
lapersonalidad, pero no recoge las carac-tersticas personales que,
tradicional-mente, se han considerado ms especfi-cas de la
psicopata, tales como egocen-trismo, manipulacin o insensibilidade
m o c i o n a l .
E. Romero, M. A. Luengo, J. A. Gmez-Fraguela, J. Sobral, P.
Villar
Anuario de Psicologa Jurdica, 2005 27
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Estas caractersticas, que pare c e nesenciales dentro de las
concepcionesclsicas de la psicopata, son centralesen la lnea
desarrollada por Frick (e.g.,Frick, OBrien, Wooton y McBurn e t t
,1994; Frick, Bodin y Barry, 2000; Frick,Stickle, Dandreaux,
Farrell y Kimonis,2005). Partiendo explcitamente delmodelo de Hare,
este grupo desarro l l una escala de calificacin que, inspiradaen
el PCL-R, pretende captar rasgos psi-copticos en nios a partir de
los 6aos. La escala (primeramente denomi-nada Psychopathy Screening
Device ypublicada posteriormente como A n t i s o -cial Process
Screening Device: APSD;Frick y Hare, 2002) consta de 20
temsparalelos al PCL-R, que son calificadosen una escala de tres
puntos; puede sercumplimentada por figuras prximas alnio, como
padres o profesores, aunqueexiste tambin una versin autoinforma-da
para adolescentes.
En un intento por acotar las dimen-siones de la psicopata
infanto-juvenil, laescala ha sido factorizada en diversasocasiones,
y los resultados no siemprehan s ido idnticos. En un primermomento,
utilizando muestras clnicas,se obtuvo una estructura de dos
facto-res, que guardan cierta semejanza conlos originalmente
identificados en elPCL-R: un factor fue llamado Dure z a
/Insensibilidad (Callous Unemotional), ya g rupa tems relacionados
con falta deempata, emociones superficiales y faltade sentimientos
de culpa; el otro factorfue denominado Impulsividad/Pro b l e-mas
de conducta e incluye los temsms relacionados con un pobre contro
lde impulsos y con conductas arriesgadasy antisociales. Sin
embargo, con mues-
tras de la poblacin general, se haencontrado una estructura de
tre sdimensiones (Frick et al., 2000): ademsde
Dureza/Insensibilidad e Impulsivi-d a d / P roblemas de conducta
apare c e ,como en el modelo tridimensional de elPCL-R (Cooke y
Michie, 2001), unadimensin interpersonal (e.g., Fanfa-rronea
respecto a sus propios logro s ,Piensa que es ms importante que
losdems), que fue denominada Narc i-sismo.
Desde sus primeros estudios, Frick ysus colaboradores se han
volcado en laDureza/Insensibilidad como el compo-nente ms central y
definitorio de la psi-copata. En diversos trabajos, la dimen-sin
Dureza/Insensibilidad pare c eidentificar, dentro de los nios con
pro-blemas de conducta tempranos, a uns u b g rupo con indicadores
severos deconducta antisocial y agresin (part i c u-larmente,
agresin proactiva, instrumen-tal y meditada), falta de empata,
bajaansiedad, insensibilidad a signos de cas-tigo y nivel
intelectual ms alto queotros nios problemticos (e.g., Frick etal.,
2005; Loney, Frick, Clements, Ellis yKerlin, 2003; Loney, Frick,
Ellis y McCoy,1998; OBrien y Frick, 1995).
Sin embargo, los resultados sobre lavalidez del APSD no siempre
han sidosatisfactorios (Lee, Vincent, Hart yC o rrado, 2003) y,
como acabamos demostrar, la dimensionalidad de la escalano est
totalmente aclarada. Distintasmuestras parecen dar lugar a
diferentese s t ructuras y, aunque el grupo de Frickse concentra en
la dimensin Dure z a /Insensibilidad, sta no siempre emergecon
claridad en las investigaciones sobre
Evaluacin de la psicopata infanto-juvenil estudio en una muestra
de nios institucionalizados
28 Anuario de Psicologa Jurdica, 2005
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la escala, lo cual genera dudas sobre suvalidez y su utilidad
prctica. Un estudiorealizado en nuestro pas con una mues-tra de la
poblacin general (Romero ,2001) mostr que el APSD, aplicado
porprofesores, mostraba una estructura fac-torial de tres
componentes: narc i s i s m o ,impulsividad y dure z a / i n s e n
s i b i l i d a d .Aunque la estructura es semejante a laencontrada
por el grupo de Frick en lapoblacin general, la dimensin
deDureza/Insensibilidad fue, en realidad, lams endeble (slo tres
tems) y la menosconsistente.
As pues, y a pesar de que esta lneade trabajo es prometedora, es
necesa-rio recabar ms informacin sobre elfuncionamiento de la
escala en diversoscontextos. De hecho, la mayor parte delas
investigaciones se han re a l i z a d os o b re muestras clnicas o
muestras dela poblacin general. Los estudios coninstitucionalizados
son ms escasos yhabitualmente se llevan a cabo conadolescentes que
ya presentan una tra-yectoria delictiva muy significativa,donde se
han acumulado ya demasia-das desventajas psicosociales y dondela
intervencin ya muestra dificultadesnotables. Sin embargo, faltan
estudioss o b re el APSD en nios institucionaliza-dos, una poblacin
de alto riesgo parael desarrollo de problemas emocionalesy de
conducta, y donde la interv e n c i ntemprana es una prctica
necesaria ysentida por los profesionales. Por ello,este trabajo
pretende pro p o rc i o n a ri n f o rmacin sobre la estructura de
laescala y su relacin con otros criteriospersonales y conductuales
en unamuestra de nios internos en centro sde menores. Pretendemos
as aport a r
nuevos datos en muestras espaolasque permitan avanzar en el
estudio delAPSD y en la clarificacin de su utilidadtanto en el
mbito cientfico como pro-f e s i o n a l .
MTODO
Muestra
Participaron en este estudio 71 nios(52.7% varones, 47.5%
mujeres) deedades comprendidas entre los 6 y los12 aos. Todos ellos
eran nios institu-cionalizados en centros de proteccin deGalicia y
todos ellos estaban escolariza-dos en educacin primaria.
Variables e instrumentos
Como se seal anteriormente, elAntisocial Process Screening
Device(APSD) consta de 20 tems a los que elcalificador responde en
una escala det res puntos: 0 (absolutamente falso), 1(a veces verd
a d e ro) y 2 (absolutamenteverdadero). En este estudio la escala
fuecumplimentada por los psiclogos quedesempeaban sus funciones en
cadauno de los centros.
Adems del APSD, y con el fin deobtener datos para su validacin,
seevaluaron distintas variables tericamen-te relacionadas con la
personalidad psi-coptica: problemas conductuales yemocionales,
ansiedad, empata e inteli-gencia. Para ello se utilizaron escalas
decalificacin, autoinformes y, en el casode la inteligencia, una
prueba de ejecu-cin.
E. Romero, M. A. Luengo, J. A. Gmez-Fraguela, J. Sobral, P.
Villar
Anuario de Psicologa Jurdica, 2005 29
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Diversos tipos de problemas de con-ducta fueron evaluados a
travs de laEscala de Evaluacin de la Adaptacindel Nio y del
Adolescente (Daz-Agua-do y Martnez Arias, 1995a), una escalade
calificacin elaborada para la evalua-cin de nios en situaciones de
riesgosocial. El instrumento, que tambin fuecumplimentado por los
psiclogos delos centros, consta de 87 tems a los quese responde en
una escala de 7 puntos.Estos tems permiten evaluar cinco tiposde
problemas: Dificultades de apre n d i-zaje (e.g., Le cuesta mucho
concentrar-se, Olvida fcilmente lo que apre n-de), Conductas
disruptivas (e.g., Aveces pega a sus compaeros, insultaa sus
compaeros), Problemas en lasrelaciones con los compaeros (e.g.,
Tiene pocos amigos, A veces esignorado por sus compaeros),
Proble-mas emocionales (e.g., Se le ve preocu-pado, Dice que nadie
le quiere) eIndicios de trastornos sexuales y conduc-tas
autodestructivas (e.g., Manifiestaconocimientos sexuales inusuales
parasu edad, Se arranca el pelo).
Para obtener otra fuente de evalua-cin sobre las conductas
antisociales yd i s ruptivas de los nios, se utiliz tam-bin una
versin abreviada del Cuestio-nario de Conducta Antisocial
(CCA-R;Luengo, Otero, Romero, Gmez-Frague-la y Ta v a res-Filho,
1999). Concre t a m e n-te, se seleccionaron 24 tems cuyos
con-tenidos eran adecuados a la edad de losnios evaluados. El CCA-R
re q u i e re queel sujeto conteste en una escala de cua-t ro
puntos (de Nunca a Con fre c u e n-cia Ms de 10 veces) sealando
enqu medida ha realizado diferentes acti-vidades de agresin (e.g.,
Pelarse con
alguien), robo (e.g., Robar cosas ens u p e rm e rcados, grandes
almacenes,etc.), vandalismo (e.g., Romper loscristales de casas
vacas) y conductascontra normas establecidas (e.g., Con-vencer a
alguien de que haga algo pro h i-bido). El CCA-R tambin incluye
unaescala de consumo de drogas que eneste estudio no fue utilizada
por su esca-sa adecuacin a la edad de la muestra.
La ansiedad fue evaluada a travs deun cuestionario bien conocido
en la litera-tura psicolgica: el Cuestionario de Ansie-dad
Rasgo-Estado para nios (STA I - C ;S p i e l b e rg e r, Edwards,
Lushene, Montuoriy Platzek, 1990). Part i c u l a rmente, losnios
cumplimentaron la seccin de laescala correspondiente a
ansiedadrasgo, con el fin de obtener una medidano de estados
puntuales, sino de su dispo-sicin a experimentar estados
emocionalesnegativos. La escala consta de 20 tems(e.g., Me preocupa
cometer erro re s ,Me influyen tanto los problemas que nopuedo
olvidarlos) que se responden enuna escala de respuesta tipo Likert
de 3puntos (de Casi nunca a A menudo).
La empata se evalu a travs de laEscala de Activacin Emptica
paranios (Daz-Aguado y Mart n e z - A r i a s ,1995b), un
cuestionario de 20 temsque se estructura en dos factores:
Acti-vacin emptica (tendencia a compartirlas emociones que se
observan en losdems; e.g., Me pongo triste cuandoveo a una nia que
no tiene con quinjugar) y Creencias sobre la expre s i nde
sentimientos (creencia sobre la ade-cuacin de manifestar emociones;
e.g..,La gente que se da besos delante delos dems es tonta).
Evaluacin de la psicopata infanto-juvenil estudio en una muestra
de nios institucionalizados
30 Anuario de Psicologa Jurdica, 2005
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Finalmente, se aplic el test de Matri-ces Pro g re s i v a s - C
o l o r, de Raven (1947).Esta prueba est compuesta por tre sseries
de figuras (36 en total), con difi-cultad creciente, que los
sujetos debencompletar utilizando el razonamientoanalgico. La
prueba es comnmenteconsiderada como una estimacin razo-nablemente
adecuada de inteligenciageneral.
Tanto los autoinformes como la prue-ba de inteligencia fueron
aplicadas a losnios individualmente por parte de lospsiclogos de
los centros.
RESULTADOS
En un primer momento, se puso aprueba la estructura propuesta
original-mente por Frick; es decir, examinamosen qu medida se
obtena apoyo para ladivisin en los dos factores relacionados( D u
reza/Insensibilidad e Impulsividad/Problemas de conducta), tal y
como fue-ron definidos en los estudios de Frick etal., 1994). Para
ello se utiliz el anlisisfactorial confirmatorio a travs del
pro-grama AMOS 4.01. La Figura 1 muestra,especficamente, la
estructura que sesometi a prueba.
E. Romero, M. A. Luengo, J. A. Gmez-Fraguela, J. Sobral, P.
Villar
Anuario de Psicologa Jurdica, 2005 31
Figura 1.Estructura bidimensional propuesta por Frick et al.
(1994) y sometida a anlisis
factorial confirmatorio en este estudio
- Los resultados del anlisis factorialconfirmatorio mostraron
ndices de ajus-te muy inapropiados. Chi-cuadrado (con103 grados de
libertad) tuvo un valor de170.2 y fue significativa (p
-
E. Romero, M. A. Luengo, J. A. Gmez-Fraguela, J. Sobral, P.
Villar
Anuario de Psicologa Jurdica, 2005 33
Factor I Factor II Factor IIINarcisismo Conducta
Impulsividad
antisocial/Insensibilidad
8. Fanfarronea respecto a sus propioslogros .75
10. Manipula a otras personas .7414. Puede parecer amable a
veces,
pero de forma poco sincera .731. Culpa a otros .70
16. Piensa que es ms importanteque los otros .68
6. Mienta fcilmente .6711. Le toma el pelo a otras personas
.615. Sus emociones parecen superficiales
y poco autnticas .58
13. Se implica en actividades peligrosaso arriesgadas .74
2. Se implica en actividades ilegales .6312. Se siente culpable
cuando hace algo
mal -.6118. Se preocupa por los sentimientos
de los dems -.607. Cumple sus promesas -.48
19. No muestra emociones o sentimientos .40
17. No planifica .733. Se preocupa por el rendimiento escolar
-.72
4. Acta sin pensar en las consecuencias .659. Se aburre
fcilmente .5220. Siempre tiene los mismos amigos -.47
Porcentaje de varianza explicada 28.2 10.7 9.9
Tabla 1.Resultados de anlisis factorial exploratorio
(componentes principales con
rotacin Varimax) sobre los tems del APSD
N o t a: Se presentan las cargas factoriales superiores a .40.
El item 15 (Se pone furiosocuando se le corrige) no tuvo una carga
superior a este valor en ninguno de los factore s .
-
ciones de las tres escalas con diversasvariables evaluadas en
este trabajo y
que, tericamente, deberan re l a c i o n a r-se con la
psicopata; de hecho, comovimos, en otros estudios ya han mostra-do
relacin con el APSD, proporcionan-do indicios de su validez. La
Tabla 2 pre-senta la matriz de correlaciones entre last res escalas
identificadas en el APSD y
las variables medidas en nuestro estu-dio.
El anlisis de correlacin mostrpocos ndices significativos; algo
que, enp a rte, podra ser esperable dado eltamao muestral. Aunque
las tre sdimensiones correlacionaron con un cri-terio importante
(Conductas disru p t i-vas), fue Narcisismo la que mostr la
Evaluacin de la psicopata infanto-juvenil estudio en una muestra
de nios institucionalizados
34 Anuario de Psicologa Jurdica, 2005
Narcisismo Conducta Impulsividadantisocial/
Insensibilidad
Escala de Dificultades de aprendizaje .004 .098 .529**evaluacin
Conductas disruptivas .578** .482** .451**de la Problemas en las
relaciones .152 .145 .398**adaptacin con los compaeros
Problemas emocionales .118 .258 .308*Indicios de trast. sexuales
y .313* .252 .099cond. autodestruct.
Conducta Agresin .200 .473** .221antisocial Robo .158 .182
.103
Vandalismo .170 .237 .207Conductas contra normas .148 .202
.011
Ansiedad .164 .084 .155
Empata Activacin emptica .155 .221 .229Creencias expresin de
.111 .144 .193sentimientos
Inteligencia .187 .019 .131
Tabla 2.Correlaciones entre las dimensiones del APSD
identificadas y las medidas de
personalidad, problemas de conducta e inteligencia utilizadas en
este estudio
Nota: *
- correlacin ms alta (.57, p
-
dera el corazn del concepto de psi-copata: es el componente Dure
z a /Insensibilidad el que peor definido apa-rece; esto, como hemos
sealado en laparte introductoria de este trabajo, tam-bin ocurra en
otros estudios (Romero,2001). Es posible que sea
necesarioplantearse la dificultad que presenta laevaluacin de los
signos afectivos de lapsicopata en nios. Incluso en
adultos,utilizando instrumentos complejos comoel PCL-R, que recogen
informacin dediferentes fuentes, el componente afec-tivo es el que,
con frecuencia, presentamenor fiabilidad (e.g., Romero et
al.,2003). En el APSD, a travs de escalasde calificacin simples,
puede ser difcilhacer una evaluacin precisa de losnios en aspectos
tan infere n c i a l e scomo no mostrar emociones o senti-mientos o
tener emociones superf i-ciales y poco autnticas, algo que,
dehecho, ya ha sido denunciado por otrosa u t o res (Andershed,
Kerr y Stattin,2002). Es posible incluso que estas difi-cultades se
acrecienten en contextoscomo el de nuestro trabajo: en niosp
rocedentes de mbitos psicosocialesadversos, con carencias afectivas
muysustanciales, las dificultades en el de-s a rrollo emocional y
de la empata sonmuy frecuentes (e.g., Barahal, Wa t e r-man y
Martin, 1981), prcticamente n o rmativas, por lo que una
discrimi-nacin fina de dificultades afectivas detipo psicoptico
podra ser especialmen-te ardua.
En relacin con las dificultades deidentificar el factor de Dure
z a / I n s e n s i-bilidad, debemos resaltar el peso quep a recen
adquirir los aspectos de con-ducta interpersonal re p resentados
por
N a rcisismo. Tanto en ste como enotros trabajos, ste aparece
como el pri-mer factor y, adems, es el que presentauna correlacin
ms alta con las conduc-tas disruptivas. Es posible que las
carac-tersticas interpersonales sean ms fcil-mente observables y,
por tanto, msfciles de detectar; quiz sea necesarioplantearse si,
en nios, los tems deNarcisismo podran ser los indicadoresms
poderosos de los rasgos psicopti-cos. En este sentido, es necesario
recor-dar que los modelos y los indicadores delas poblaciones
adultas no necesaria-mente tienen por qu ser ptimos parapoblaciones
jvenes; este, como vimos,es un tema sometido a debate en la
lite-ratura actual (Petrila y Skeem, 2003). Lainvestigacin habr de
seguir avanzandopara conocer en qu medida los esque-mas de la
psicopata adulta pueden tras-ladarse automticamente al estudio
denios y adolescentes; la naturaleza y lasmanifestaciones de la
psicopata en dife-rentes fases del ciclo vital debieran
sersistemticamente examinadas.
Por lo dems, los anlisis de corre l a-cin que realizamos para
validar loscomponentes de la escala slo confir-m a ron muy
parcialmente las hiptesisderivadas de la teorizacin y los
estudiosde Frick. El factor Impulsividad apare-ce como un marcador
ms general dedesajuste, algo que podra esperarse sitenemos en
cuenta que, en nios impul-sivos e hiperactivos son frecuentes
lasdificultades de aprendizaje, el re c h a z opor parte de otros
nios e incluso lacomorbilidad con problemas intern a l i-zantes
(vase, por ejemplo, la descrip-cin del TDAH recogida en el DSM
IV).El factor de Conducta antisocial/Insen-
Evaluacin de la psicopata infanto-juvenil estudio en una muestra
de nios institucionalizados
36 Anuario de Psicologa Jurdica, 2005
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sibilidad muestra una correlacin signi-ficativa con agresin. No
obstante, no seobtienen datos que respalden abiert a-mente su
relacin con aspectos persona-les tan relevantes como la empata o
laansiedad.
Es necesario tener en cuenta, detodos modos, que este estudio no
pre-tende ser una validacin completa yexhaustiva del concepto de
psicopataen nios. En este estudio hemos inclui-do criterios de gran
inters y centrali-dad, utilizando diferentes mtodos deevaluacin. No
obstante, es pre c i s otener en cuenta que la investigacinprevia
ha realizado progresos muy nota-bles en la caracterizacin
psicobiolgica,cognitiva y emocional de la psicopata;por ello, se
hacen necesarios ms traba-jos que permitan cotejar los
instrumen-tos de evaluacin de psicopata infanto-juvenil (entre
ellos el APSD) con medidasde laboratorio que estudien el
procesa-miento emocional, la responsividad delSistema Nervioso
Autnomo, el re n d i-miento neuropsicolgico y otros aspec-tos que
parecen definir la personalidadpsicoptica.
As mismo, son necesarios ms dise-os longitudinales. Aunque
algunosestudios ya han mostrado la estabilidadde los rasgos del
APSD a lo largo de unplazo de cuatro aos (Frick, Kimonis,Dandreaux
y Farell, 2003), falta la prue-ba ms concluyente para asentar la
vali-dez predictiva del instrumento: slo atravs de estudios a largo
plazo, que
describan la trayectoria en la adolescen-cia y en la adultez de
los nios identifi-cados como psicopticos podre m o sconocer en qu
medida la escala es unbuen predictor del pro g reso hacia
lapersonalidad psicoptica adulta.
En general, este estudio pone demanifiesto la necesidad de pro f
u n d i z a ren la evaluacin de la psicopata infan-to-juvenil antes
de ofrecer estos instru-mentos para el diagnstico y la toma
dedecisiones en la prctica profesional. Eneste sentido, las
conclusiones de nuestrotrabajo se alinean con el sentir
msgeneralizado en los estudiosos de estecampo; Seagrave y Grisso
(2002), porejemplo, predicen que en un futuro cer-cano las medidas
de psicopata juvenilsern uno de los instrumentos ms utili-zados en
evaluaciones forenses de ladelincuencia (p. 220), y alertan de
quela evaluacin de la psicopata en jve-nes debe lograr un alto
nivel de confian-za antes de que sea empleada en el sis-tema de
justicia juvenil (pp. 219); unnivel de confianza que, a su
entender,todava no se ha logrado.
P a rece existir una conciencia generali-zada sobre la necesidad
de examinarminuciosamente herramientas de evalua-cin como el APSD,
especialmenteteniendo en cuenta las re p e rc u s i o n e sposibles
del diagnstico de psicopataen nios y jvenes. Desde luego, a
juzgarpor el amplio nmero de investigacionesque se estn
desarrollando, el campoest vivo y en continuo desarro l l o .
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