ETNOGRAFÍA ETNOGRAFÍA ETNOGRAFÍA ETNOGRAFÍA EL SABOR DE NUESTRA EL SABOR DE NUESTRA EL SABOR DE NUESTRA EL SABOR DE NUESTRA HISTORIA HISTORIA HISTORIA HISTORIA Centro de Mayores Centro de Mayores Centro de Mayores Centro de Mayores Huete Huete Huete Huete (Cuenca) (Cuenca) (Cuenca) (Cuenca) Vol Vol Vol Vol-Optenses Optenses Optenses Optenses- Curso “Recuperación etnográfica” Curso “Recuperación etnográfica” Curso “Recuperación etnográfica” Curso “Recuperación etnográfica” 2007 2007 2007 2007
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ETNOGRAFÍAETNOGRAFÍAETNOGRAFÍAETNOGRAFÍA
EL SABOR DE NUESTRAEL SABOR DE NUESTRAEL SABOR DE NUESTRAEL SABOR DE NUESTRA
HISTORIAHISTORIAHISTORIAHISTORIA
Centro de MayoresCentro de MayoresCentro de MayoresCentro de Mayores HueteHueteHueteHuete (Cuenca) (Cuenca) (Cuenca) (Cuenca)
Carnicero, huevero, lechero, matarife, obrero de fábrica de lanas, pastor,
pellejero, quesero, rochano...
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II. 4. 1. La matanza
La matanza es una fiesta familiar que se hacía con motivo del sacrificio del
cerdo.
Al amanecer se reunían
la familia y el matarife. Se
abría la puerta de la pocilga; el
matarife hincaba un gancho
debajo del morro del animal y
los demás lo agarraban de las
orejas y las patas, y lo echaban
encima de una mesa. El
matador le pinchaba con un
cuchillo y la sangre que salía era recogida en un barreño; con la sangre y cebollas
cocidas se hacían las morcillas. Una vez muerto, se socarraba para quemarle los pelos,
se lavaba, se colgaba, se abría en canal y se le quitaban las tripas.
Posteriormente se lavaban los intestinos; el grueso se utilizaba para elaborar las
morcillas y el delgado, para los chorizos.
Horas después se descuartizaba y se separaban las piezas: jamones, brazuelos,
lomos, huesos, solomillo, tocino, costillas... La carne magra y algo de témpano (tocino)
se picaba y con ellos se fabricaban los chorizos. Los jamones, los brazuelos, parte del
tocino y algunos huesos se salaban para conservarlos. Las costillas se metían en adobo.
¡Todo se aprovechaba!
Para comer se guisaban gachas con hígado picado y después se freía hígado,
asadura y tocino; de postre melón o naranja. Para cenar se cocinaban judías bolas con
chorizo y oreja.
La vejiga de la orina, inflada, servía de balón para los pequeños durante el día.
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Capítulo III
INDUSTRIAINDUSTRIAINDUSTRIAINDUSTRIA YYYY
COMERCIOCOMERCIOCOMERCIOCOMERCIO
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EQUIPO DE TRABAJO
LOURDES PARRILA GARCIA
GUILLERMO PEREZ SALAMANCA
FRANCISCO PEREZ SANTANA
AGUSTIN IGLESIAS HERNANSAIZ
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III. 1. INDUSTRIAS CREADAS DESDE 1.925
II. 1. 1. Fabricas de harinas
EL BORBOTON.- En principio fue de la familia López Rubio, con
posterioridad de Gregorio Loste Isen, hasta su cierre en el 1.979, producido por
acogerse al consorcio del Estado.
LA PAZ.- Formó parte de la Sociedad Eléctrica de los Desamparados,
regentándola Gregorio Madero; con posterioridad pasó en propiedad a la familia de
Vicente Valdeolmos, siendo regentada por Luis Vicente Valdeolmos hasta su
fallecimiento, pasando a regentarla su hermana Maria Vicente Valdeolmos, hasta su
cierre en 31 de diciembre de 2.006.
DEGANDO.- En sus inicios fue propiedad de Jesús Rodríguez “alias el gordo”,
después de Manuel Degando Mayo, hasta su cierre en 1.979, por acogerse al consorcio
del Estado.
EL BATAN.- Fue propiedad de la familia Cruces, y regentada por Lorenzo
Cruces hasta que en 1.968 se incendió y desapareció como fábrica de harinas.
III. 1. 2. Batanes
En el Borbotón, después fue fábrica de papel.
En la Peña Palomar, después fue fábrica de lanas.
En el Batán, después fábrica de harinas, hoy Escuela de Formación Agraria.
III. 1. 3. Carpinteros y carreteros
Familia Quintero Plaza, en C/ La Solana
Familia Manuel Izquierdo, después su hijo José Izquierdo, en C/ Caballeros
Hermanos Remigio y Juan Fustel Hualda, en C/ Anselmo Cuenca.
Ninguna de estas carpinterías existe actualmente.
III. 1. 4. Carpinteros y ebanistas
Han desaparecido las industrias de:
Teofilo Redondo, C/ bajada San Francisco.
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Eusebio González Poveda, C/ Mariano Pozo.
Jesús González Poveda, C/ San Esteban,
Familia Botija Galindo, C/ Ctra. Carrascosa.
Santiago Gómez, C/ Guadalupe.
Hermanos Remigio y Juan Fustel Hualda, C/ Anselmo cuenca.
Francisco Martínez, Ctra., Carrascosa.
Trabajan actualmente:
Francisco Martínez, en polígono Industrial.
Luis Martínez, en Ctra. Carrascosa.
III. 1. 5. Herreros y cerrajeros
Han desaparecido las industrias de:
Juan Pablo Guijarro Plaza, Ctra., Carrascosa.
Mariano Quintero Plaza, C/ Solana.
Antonio Parrilla, C/ Colon.
Pedro Guijarro, C/ Santa Catalina.
Félix Cuesta, plaza de la Merced.
Máximo Plaza, C/ San Benito.
Trabajan actualmente:
Telesforo Serrano Almonacid, Ctra, Madrid.
Miguel Ángel Serrano y Marcelino Murcia, C.B., Ctra. Madrid
III. 1 .6. Zapateros
Han desaparecido las industrias de:
José Alonso, C /Mayor.
Doroteo Lozano, C /Anselmo Cuenca.
Benito Cuenca, C/ Juan Carlos I
III. 1. 7. Guarnicioneros
Han desaparecido las industrias de:
Domingo Martínez, C /Juan Carlos I,
Sergio Martínez, C/ Juan Carlos I.
Basilio Calle, C/ Ranero.
Luis García, C/ Mamerto Alique (reconvertida actualmente en fábrica de
guantes en C/ San Esteban)
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III. 1. 8. Fondas y posadas
Han desaparecido:
Posada del Carmen, sita en la C/ Nueva, propiedad de la familia Chacón, fue
regentada por la familia Salmerón hasta 1.925, después por la familia Ruiz Canales
hasta su desaparición.
Fonda Leis, sita en la C/ Mayor, propiedad de la familia Montoya, después de la
familia Leis, existió hasta 1.979.
Fonda la Española.- sita en la C/ mayor, fue regenta en propiedad por Eusebio
López Rubio y esposa hasta 1.965.
Posada del Reloj.- sita en la C/ Mayor, hoy no existe, propiedad de la familia
Almonacid de la Pedrueza, y regentada por la familia Salmerón hasta 1.929.
Posada de Inocencio, en la plaza del Mercado, hasta el año 1.968.
Posada de Salmerón.- sita en la C/ Nueva, regentada en propiedad por la
familia Salmerón Justo hasta el 1.990.
Posada de San Juan.- en C/ Juan Carlos I, regentada en propiedad por la
familia Reneses Sanz hasta 1.960.
Posada de Jesús, sita en la C/ Juan Carlos I, regentada en propiedad por la
familia Reneses Corpa hasta el 1.964.
Existen en la actualidad:
Hostal Duque, en Ctra, Carrascosa, regentada en propiedad por la familia Ruiz
Amor.
Hostal Chibuso, en Ctra Carrascosa, propiedad de Jesús Martínez y regentada
por su hijo Raúl Martínez.
III. 1. 9. Peluquerías de caballeros
Han desaparecido las Peluquerías de:
Bautista, “el barberillo” en C/ La Solana
Eugenio Calle en Juan Carlos I
Miguel Calle, en C/ Mayor.
Trabaja actualmente:
Pablo Salvador, en C/ Nueva.
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III. 1. 10. Peluquerías de señoras
Han desaparecido las Peluquerías de:
Hermanas Juanita y Petra Calle, C/ Mayor
Mercedes Palop, C/ Mayor.
Rosario Ruiz, C/ La Plaza
Anita Calle, sita en la C/ Carlos I, hoy no existe.
Trabajan actualmente:
Nieves, en C/ Mayor.
Hermanos Agustín y Luci, en C/ Anselmo Cuenca.
Petri Serrano, en C/ Mamerto Alique.
III. 1. 11. Fábrica cooperativa de guantes “Sta, Justa y Rufina”
Desaparecida, en C/ San Esteban.
III. 1. 12. Fábrica cooperativa de pantalones “San Esteban”
Desaparecida, en Plza de la Merced
III. 1. 13. Fábrica de gaseosas y sifones
Han desaparecido las fábricas de:
Félix Bermejo, en C/ Juan Carlos I.
Vicente Díaz, en C/ bajada San Francisco.
Pedro Martínez, en C/ mayor,
III. 1. 14. Fábricas de hielo
Han desaparecido las fábricas de:
Vicente Díaz, en la Bajada San Francisco.
Ambrosio Rubio, en C/ Mayor.
Bautista Navarro, Bernabé Collados y José Martínez, en C/ Almazán.
III. 1. 15. Sastrerías
Han desaparecido las sastrerías de:
Santiago Pérez, en C/ Mayor.
Gregorio Corpa, en C/ la Carrera.
Mariano García , en C/Juan Carlos I,
Julián Díaz, en C/ Mayor.
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III. 1. 16. Cines
Ya no existen los cines:
Adolfo Millán, en Plaza de Toros Vieja.
Cine Crumog, (Cruces y Millán).
III. 1. 17. Hornos de pan y de cocer
Han desaparecido los hornos de:
Natalio Torres, en C/ Guadalupe.
Manuel Martínez, en C/Muralla.
Julián Serrano, en C/ Zacatín.
Modesto Grande, en C/ Zacatín.
Domingo Cruces, en C/ Travesía del Colegio.
Trabajan actualmente:
Antonio y Regina Grande, en Travesía del Colegio.
III. 1. 18. Tejares
Timoteo Mora, Martín Mora; actualmente Antonio y José Mora, en Ctra.
Carrascosa.
Francisco López, hoy Pedro González López, en Ctra la Estación.
Ambos reconvertidos en empresas de materiales de construcción.
III. 1. 19. Caldereros y fontaneros
Desapareció el oficio de calderero con:
Antonio Muñoz, en C/ Mariano Pozo.
Valentín Muñoz, en C/ Arco de Almazán.
Ángel Muñoz, en C/ Mamerto Alique.
Esteban Sirodey, en C/ Guadalupe.
Marcelino Sirodey, en C/ Guadalupe.
Trabaja actualmente:
Marcelino Sirodey hijo, sito en la C/ Madrid.
III. 1. 20. Relojerías
Desaparecieron las de:
José Arroyo Luna, en Plaza Ambrosio Montesinos.
Jesús y Fernando Castillo, en C/Juan Carlos I.
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III. 2. HERRERÍAS
Una experiencia
Podemos decir que estaban consideradas no sólo como pequeñas industrias, sino
como oficios artesanales, puesto que, aunque iban introduciendo algunos avances
técnicos en sus trabajos, éstos eran totalmente manuales y artesanales.
Había varias herrerías en Huete. También había un herrador; pero éste era un
oficio distinto. El herrador sólo se dedicaba a herrar las caballerías e incluso había
veces que hacía él las herraduras, pero no otras cosas.
El nombre popular de la herrería era fragua. Mi padre, Antonio Parrilla, tenía
una. Ésta aún se conserva en el mismo sitio y con las herramientas originales que él
utilizó. Muchas las hizo él.
III. 2. 1. El trabajo en la fragua
En estas fraguas se hacía forja, cerrajería y útiles para el hogar. Pero a lo que
más se dedicaba el tiempo de trabajo era
a la agricultura.
Los labradores eran muchos y
necesitaban arados, vertederas, carros y
galeras para el transporte de la mies, de
la paja y el grano. Se hacían nuevos,
pero también había que arreglarlos.
Puede decirse que el trabajo en la
fragua estaba vinculado a las faenas
agrícolas y variaba, en parte, con
arreglo a las estaciones del año. En
general era un trabajo duro; desde
la mañana hasta la noche, con muchas
horas de dedicación.
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Cuando los agricultores labraban el campo (otoño y primavera), la reja del
arado, con la cual se levantaba la tierra, debía estar bien aguzada. Para ello se llevaba a
la fragua a aguzar. Esto se hacía con mucha frecuencia, pues a veces la tierra estaba
muy dura.
El herrero debía estar aguzando por la noche y por la mañana temprano porque
la mayoría de los labradores madrugaba para ir con sus mulas y su arado a labrar las
propias tierras o las de sus amos. En este trabajo le ayudaba el oficial o el propio
agricultor.
El pago de las aguzaduras no se hacía con dinero, sino en especie. Era la
“iguala". Se concertaba con el agricultor, según los pares de mulas que tuviera, la
cantidad de trigo a entregar: una fanega, dos fanegas, etc. Esto se hacía en el mes de
septiembre, al terminar la recolección.
Las rejas de arado, al igual que otros objetos, también se rompían y desgastaban.
Había que "calzarlas " soldando las piezas necesarias para que quedasen resistentes.
Mi padre lo hacía de esta manera: Calentadas las piezas que iban a pegarse y colocadas
una sobre otra, encima del yunque, introducía un trozo de placa que vendían en
ferreterías y las unía golpeando con el martillo; primero suavemente, y luego más
fuerte. A veces era yo la encargada de ir a comprarlas. Se llamaban placas de soldar
marca "ROIG". Venían en cajas de cartón y eran unas finas láminas oscuras.
Desconozco el material de que estaban hechas.
Con anterioridad a este sistema de soldadura existieron otros métodos datados
de antiguo y en los cuales entraba, entre otros elementos, la arena.
Para finalizar esta sencilla explicación incluyo una definición entresacada de
algún texto alusivo al tema: "La soldadura es el procedimiento por el cual,
yuxtaponiéndose en caliente, pero a una temperatura conveniente, dos partes de una
pieza, se las liga entre ellas de tal manera que formen cuerpo con enorme energía. Las
buenas soldaduras son, por lo tanto, irrompibles".
Otra tarea dura en la fragua era "echar aros". Se hacía en verano, en la calle, y
con la participación del herrero, el carretero y varios ayudantes. Consistía en lo
siguiente: En un círculo grande de fuego y ascuas, limitado con piedras, se introducían
los aros (las llantas de hierro de las ruedas de las galeras) para recortar en caliente y
ajustarlas a la madera. Se sacaban del fuego con ganchos y largas tenazas e
inmediatamente se colocaban sobre la rueda y se enfriaban con agua. De este modo
quedaban ya las galeras preparadas para las duras faenas del verano.
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III. 2 .2. Herramientas
Para ejercer su arte el herrero ha de tener a su disposición fundamentalmente el
hogar, hornacha o fragua, que de todas estas maneras se llama. Ahí es donde se lleva el
hierro a altas temperaturas. La hornacha puede ser de fundición o de mampostería.
Mi padre tenía hecho el hogar de mampostería a una altura de 0`80 m. sobre el
suelo.
En la superficie, con un reborde, se colocaba el carbón mineral, que una vez
encendido recibía aire por medio de un gran fuelle del cual se tiraba con una cadena. El
fuelle, del siglo XIX, es inglés y todavía puede verse funcionando. Sobre el hogar está
la campana para la salida de humos.
Otra pieza importante es el yunque que es una masa de metal rectangular un
poco hueco por debajo, terminándose por un lado en forma de cono y por el otro de
forma triangular. El yunque reposa sobre un tajo o pie derecho de madera fijado en el
suelo, con una altura de 0`70 m.
Existen además otras varias herramientas de las cuales menciono las siguientes:
Diversos tipos de martillos: De mano, de bolas, de forjador o "macho". Este
último ha de pesar más de tres kilos. Otros: martillo de plana o aplanador, martillos de
madera para enderezar chapas
Tajaderas.
Punzones.
Claveras .
Tijeras de cortar chapa.
Tenazas diversas: de punta, de vuelta.
Taladro de pecho, berbiquí.
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Instrumentos de medida: escuadra, regla, cartabón, compás, rodeta (mide
circunferencias).
Torno o tornillo sobre banco, llaves fijas de dos bocas, llaves para tuercas,
alicates, terrajas, cortafríos,etc .
Y por último menciono dos máquinas de taladrar a brazo y una fragua portátil
con ventilador de mano.
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III. 3. ALBAÑILERÍA
Una experiencia
Empecé a trabajar con unos tíos hermanos de mi madre, albañiles, yo tenía 11
o 12 años.
Más tarde, con 17 años, encabezaba una cuadrilla que ya dirigía (hasta entonces
trabajaba acercando materiales a ellos).
Estos recuerdos se remontan al año 1942, de mucha escasez incluso para comer
y un trabajo muy duro; muchas horas de trabajo, desde que se veía por la mañana hasta
la noche, sin Seguridad Social, todo una aventura sin derecho alguno.
III. 3. 1. Las tapias
Las paredes de tapia se hacían con tierra semi húmeda y se apisonaba con unos
pisones de madera especiales, dentro de unos cajones llamados tapiales; éstos eran
conjuntos de tablas hechas a propósito: dos tableros de 2’20 x 0’80 de alto, compuestos
de:
2 tapiales
2 pisones
6 costeros
1 frontera
3 agujas
3 tornos
Todo este conjunto era desmontable y se podían hacer más gruesos y más finos;
las paredes desde 40cm. hasta 60 cm. se podían hacer con estos componentes.
Las tapias las hacían dos personas a la vez con un sonido acompasado, nunca
bajaban los dos pisones a la vez sino uno detrás del otro produciendo un sonido
agradable. Un sonido bonito en aquella época.
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Parece mentira que con aquel material de tierra se pudiera montar, al terminar, el
hilo de la pared y otro hilo encima de ese; las esquinas se hacían con yeso y piedra
porque no se podían hacer con tierra.
III. 3. 2. Suelo cuadro y cubierta
Se hacían con madera y bovedillas de yeso; la cubierta encima de la madera. Se
ponían unos zarzos de carrizo para sentar las tejas; la teja
generalmente era curva, llamada árabe, de barro cocido, se sentaba
con barro crudo porque así era más fácil de quitar si se rompía
alguna (otras sí se sentaban con cemento o yeso) ya que el material
crudo se maneja mejor, porque no fragua y se puede amasar de nuevo y aprovecharlo
otra vez.
III. 3. 3. Adobes de barro
El barro era fundamental para la mayoría de las obras; los adobes hechos de
barro se hacían con un molde de madera rectangular, en superficie plana como las eras
de trillar o superficies semejantes; una vez hechos, pasados dos o tres días, se
levantaban y se ponían de pie para que se secaran y así poder usarlos, ya que se podían
romper fácilmente al cogerlos. Los adobes se solían gastar principalmente en los
tabiques que separaban las habitaciones.
III. 3. 4. El suelo
Los suelos de las habitaciones bajas se hacían de yeso y cemento; más tarde vino
el mosaico hecho de cemento y arena y después el terrazo, de cemento y trocitos de
piedra natural. Más tarde se fabricó la cerámica de azulejos y pavimentos de gran
calidad, llamado gres, hecho de barro cocido de una calidad especial para suelos y
alicatados.
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III. 3. 5. Las herramientas
Para hacer paredes de piedra y yeso, piedra y cemento, se usaban unas reglas,
entonces hechas de madera que se torcían mucho; también unas cuerdas hechas de
cáñamo. Hoy las reglas se llevan de hierro y son más cómodas.
Para cortar el mosaico se utilizaba una pieza de madera donde se ponía el
ladrillo, encima de un poco de arena, y dándole un golpe con una maceta se partían; era
el único procedimiento porque las máquinas no existían
Herramientas:
Martillo,
Maceta,
Destral o piqueta,
Paletas catalanas,
Palustre,
Llana,
Paletín
Cuando yo empecé a trabajar, con 10 o 12 años, mi sueldo era de 1’75 Ptas. al
día; entonces no había horas, la jornada era desde que salía el sol hasta que se hacía de
noche y sin Seguridad Social por ser menor de edad.
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III. 4. EL COMERCIO TEXTIL
Una experiencia: 52 años en el mismo mostrador
En el año 1946, estando trabajando con el abuelo Timoteo en el tejar (yo tenía
13 años) me trasladó a la tienda su hija María porque no podía con 5 tejas; ese día
vestía un pantalón gris y una camisa malva con una pieza en el pecho izquierdo (no
tenía otra cosa).
Cuando cumplí los 14 años me dieron el alta en la Seguridad Social; en aquella
época la categoría laboral se adquiría de la siguiente forma: los tres primeros años de
aprendiz, el cuarto y quinto auxiliar y después pasabas a dependiente. Así hasta el año
1998 en que me jubilé.
El comercio o negocio era mixto, se vendía de todo: alpargatas, ropa interior de
ambos sexos, sargas para camisas, para pantalones y faldas, telas blancas o muselinas,
viellas para vestidos, panas de surco gordo, fino o liso (esta última es muy bonita,
parece terciopelo), para pantalones, retor blanco y moreno; más tarde vino el cambio,
tuvimos que dejar los tejidos por la confección.
Para adquirir los tejidos había que viajar unas tres veces al año a Barcelona; el
viaje era un martirio, pues el tren salía a las 11 de la mañana y llegaba al día siguiente a
las 8 de la mañana. Los asientos eran de madera. No se descansaba, porque no podías
moverte del asiento; ni dormir por la noche, por miedo, ya que sólo tenías ojos para la
cartera, porque en aquella época el género se pagaba sólo al contado y era mucho
dinero.
Desde el año 1947 a 1955 los tejidos, como otros artículos, estaban intervenidos
y racionados en España. Tenían un precio puesto por el Gobierno; estaba señalado en el
orillo de las telas. Por ejemplo, las sargas o telas blancas estaban marcadas a 1,90
pesetas y los demás tejidos por el estilo. Aunque el precio estaba marcado la realidad
era otra, porque el verdadero era otro mucho más elevado. Se hablaba del precio oficial
como “precio de orillo” pero era imposible comprar el producto así.
En Barcelona había que recorrer toda la zona del comercio, pedir, rogar,
regatear, ya que el precio que se obtenía valía para otros pedidos o para la visita
siguiente. El género apenas se veía, sólo enseñaban lo nuevo o lo desconocido; si
vendían todo el pedido era por amistad.
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Los géneros se llevaban al enfardador y éste los enviaba en grandes fardos, por
ferrocarril “puerta a puerta”. Al llegar a la casa se tenían que esconder en la cámara o
en la trastienda, camuflados. Cuando llegaba el cliente a la tienda, se le preguntaba qué
deseaba: “Dos metros y medio de pana de surco gordo para unos pantalones” podía
responder; el dependiente lo sacaba ya envuelto, con lo que el cliente casi no veía el
género (¡dichoso estraperlo¡).
También había inspecciones de la Fiscalía y de la Guardia Civil, pero desde la
estación nos avisaban que llegaban y escondíamos el género que estaba en el mostrador.
Si la autoridad descubría algún género, había que venderlo al referido “precio
de orillo”, perdiendo claro está, ya que ese género había costado mucho más. Estas
visitas originaban levantar acta de lo visto. Dada la importancia del comercio para
Huete y su comarca en aquella época, estos hechos afectaban a un gran número de
comerciantes.
En esos años había en Huete unos 35 dependientes, además de los titulares de
los comercios y sus familiares. Los pueblos más importantes, como Carrascosa,
Palomares, Villalba o Garcinarro, tenían sus comercios pero se abastecían en Huete.
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Entre las ventas más importantes de la época estaban las sábanas y los toldos
para hacer sombra que usaban los segadores de Quintanar. Al llegar el invierno, se
vendían mantas y pellizas en grandes cantidades y también los restos de las piezas de
todo el año; para animar la venta se hacían retales de piezas enteras.
La picaresca, alimentada por la escasez de medios, hacía que a veces
desaparecieran piezas enteras en el cesto de la compra.
Las ferias se sucedían en septiembre y en noviembre. ¡Qué gentío!, daba gusto
ver tanto personal. En esos días el comercio no cerraba; había que turnarse a la hora de
comer. Por las tardes los dependientes no estábamos muy contentos, ya que todo el
mundo estaba de fiesta. Lo peor de todo era oír la música del baile, sufriendo porque
quizás la chica que te gustaba podía estaba bailando con otro. En el mejor de los casos
su pareja de baile podía ser una amiga.
Lo más duro de aquella época, cuando todo estaba intervenido, era el
“estraperlo” (1), por la escasez y carestía de los alimentos y demás productos de
primera necesidad. Lo practicaban habitualmente las viudas de la guerra, para poder
comer; viajaban en el tren de la mañana y regresaban por la noche; llevaban huevos,
harina, pan, carnes, etc., y con esto se ganaban algún dinerillo; en Madrid ya tenían
clientes fijos (casas de señores, restaurantes como Pedro Chicote).
(1) La palabra "estraperlo" es de introducción bastante reciente, su significado se
vincula a cualquier modalidad de comercio ilegal o negocio fraudulento. Es una de las
aportaciones lingüísticas al Diccionario que debemos al período de la II República
Española (1.931-1.939); más concretamente, su significado se desarrolló entre 1.933 y
1.935. Dos holandeses, Strauss y Perlowitz, con antecedentes muy turbios en el mundo
de los juegos de azar, llegaron a España y lograron engatusar a varios miembros del
gobierno y políticos del momento. Aunque el juego estaba prohibido en España,
plantearon una magnífica ruleta eléctrica que podría ser una maravillosa innovación
tecnológica. El "invento", que llevaba el nombre de sus creadores ("stra-perl") resultó
un magnífico timo. El uso popular consagró los términos "straperl", "estraperlo" o
"estraperlista", para referirse a cualquier forma de "mercado negro" o ilegal,… y a
quienes viven de forma poco clara.
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III. 4. 1. Otros productos
El negocio de mi empresa, además del comercio textil, abarcaba otros productos
que también abastecían a toda la comarca:
- Vino traído en barricas desde Santa Cruz de la Zarza o Noblejas y que se
vendía de medio litro en adelante.
- Licores de elaboración propia como coñac, licor 43, de café, beso de novia,
etc.: en un gran caldero de cobre se calentaba el agua, después el azúcar, el alcohol
(según los grados) y la esencia del licor elegido, removiéndose hasta su elaboración
final.
- Licores a granel
- Licores embotellados
- Hielo
- Tabacos
- Cerveza, gaseosas, coca cola, naranja y limón
- Butano
- Abono (vendido donde ahora se sitúa el Museo Etnográfico)
- Electrodomésticos de distintas marcas, con frecuencia vendidos a plazos; (a
veces los últimos pagos se retrasaban y era imposible cobrarlos porque los aparatos ya
estaban viejos).
- Servicio de fotocopias.
III. 4. 2. El hielo
Hacer hielo para vender era bastante complicado en aquella época. La fábrica
disponía de una cámara frigorífica y se hacía con 100 “canjilones”. Se sacaba en una
gran pila de agua y se trasladaba a la cámara. La maquinaria funcionaba de día y de
noche y había que repartir el hielo por las tabernas y bares de la comarca.
Durante los fines de semana y las fiestas de los pueblos se vendía más; para el
reparto se utilizaba una furgoneta llamada “La quinquillera”. (En la subida a
Caracenilla había que echarle agua porque se calentaba.)
III. 4. 3. El estanco
En el estanco o expendeduría se vendía toda clase de tabacos; en los años de
racionamiento, en la posguerra, los fumadores tenían una cartilla con cupones y
siempre que retiraban un paquete se le quitaba un cupón.
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En la subalterna, almacén de distribución, había inspección (de la compañía
nacional de Tabacos) por lo menos una vez al año; venían a ver las cuenta y, sobre todo,
las existencias. Cuando subía o bajaba el tabaco, había que hacer una declaración jurada
de las existencias (para cobrar o abonar la diferencia de precio). Como anécdota tengo
que contar que mi jefe me hizo una cartilla de fumador para poder pasar al baile, ya que
no tenía 18 años y además era muy pequeño (entonces no existía ningún documento de
identificación personal).
En la subalterna de tabacos los estanqueros tenían que hacer la saca: venían
con animales, los más importantes con coche, y el tabaco lo retiraban en pequeñas
cantidades (podían hacer 2 ó 3 sacas al mes) y se pagaba cada 10 días. Se llevaban
picadura para liar, ideales, caldo, bisonte, etc.
III. 4 .4. Anécdotas
En el comercio antiguo lo peor era que la puerta se cerraba hacia dentro con un
escalón de 30 centímetros. La persona que salía sin mirar daba un traspié saliendo a la
calle; el peor caso le sucedió al viajante de La Lechera que, con sus dos metros de
altura, rompió la puerta y las cortinas y casi llegó a la mitad de la calle.
En la tienda nueva, frente a la entrada, había un espejo muy grande que cubría
un muro desde el que se veía toda la plaza de Fray Ambrosio Montesino, el pilón, los
bancos y los árboles. Entró una señora y vio a la señora María, dueña del
establecimiento, que estaba sentada detrás haciendo punto y le dijo: “Qué bien está
usted ahí en el jardín” y la otra le contestó: “Sí, estoy aquí contigo”.
Dejaré de contaros más cosas porque estaría otros 52 años, sólo que el día de mi
jubilación fue muy triste, aunque me dieron una placa y un reloj de oro.
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III. ANEXO
Comercios, comerciantes y otros negocios a través del tiempo
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Bares. La Mina, C/. La Carrera Bar Chibuso I, Plz. Fr.Ambrosio Montesino Bar Chibuso II, C/. Carretera Carrascosa Bar Raúl. C/. Carretera Carrascosa El Duque, C/.Carretera Carrascosa Antonio Cezar , C/. Nueva Bar Nacho, C/. Nueva El Francés, C/. San Francisco El Francés, C/. Nueva Bar Leis, C/. Mayor Bar Espejo, Plaza Fr. Ambrosio Montesino Agustín Palomar, Plz. Fr. Ambrosio Alberto Collados, C/. Mayor La Civera, C/, Mayor M. Covisa “El Sol”, C/. Anselmo Cuenca El Mesón, C/. Anselmo Cuenca Bar Serrano, C/. Santo Domingo El Arco Iris, C/. Juan Carlos I La Cueva, C/, Mamerto Alique Felipe “Las telarañas” C/. M. Alique Tabernas Mónica, C/. Olmillo Cipriano “Conejito” C/. El Chorro Muñoz Molinero (Pataescombro) C/ El Chorro Ricardo Corpa, C/. La Carrera El Zurcillo, C/.La Carrera Mariano Concha, C/. La Carrera Quintero, C/. Las Monjas El Viche, C/. Las Monjas La Cantina, Estación F.C. Parrilla, C/. Nueva El Metro, C/, Nueva Muñoz Molinero, C/. Nueva El Abarquero, Carretera Estación F.C. Julián López, C/. Nueva Eulogio Chele, C/. San Benito Anibal, C/. San Benito Valenciano, C/. Mayor Pedro Martínez, C/. Mayor El Farolillo, C/. Guadalupe Julián García, C/. Las Escuelas Félix Bermejo, C/, Santo Domingo Luis Marre, C/, Caballeros Amalio Sanz, C/. Mariano Pozo Petra, C/. Ranero Bravo, C/. Mayor
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Comercios de ultramarinos o comestibles Emiliano Solera, C/. Nueva Segundo Sanz, C/. Nueva Manuel Fraile, C/. La Plaza Carmelo Collado, C/. Mayor Alejandro Cruz, C/. Mayor Federico Crespo, C/. La Plaza José Martínez “Chibuso”, C/. La Plaza José Salmerón, C/. La Plaza Agustín Salmerón, C/ Mayor Petra “La Nico”, C/. Ranero Félix Grande, San Gil Julia Navarro, C/. La Plaza José Fraile, C/. Ranero Súper Hnos. Elvira, C/. Mayor Súper Iglesias, C/. La Carrera Comercios de tejidos y confecciones Zoilo Mondéjar, C/. La Civera Matías Escobar, C/. Mayor Eulogio Collado, C/. Mayor Miguel Collado, C/. Mayor Antonio Cuevas, C/. Mayor Ambrosio Rubio, C/. Mayor Dionisio Rubio, C/. Mayor Carmen Minguito, C/. Mayor Ismael Uribes, C/. Mayor Justo M. “La Catalana” C/. Mayor Viuda de Pérez, C/ Calvo Sotelo Félix Montoya, C/. Calvo Sotelo Droguerías Dionisio Collada, C/. Mayor Sierra, C/. Juan Carlos I Pili, C/. Mayor Mari, C/. Mayor Sebastián López, C/, Juan Carlos I Peluquerías Juanita y Petra Calle, C/. Mayor Eugenio Calle, C/, Mayor Miguel Calle, C/. Mayor Petri Serrano, C/. Mamerto Alique Rosario Ruiz, C/. La Plaza Nieves, C/. Mayor Lucy, C/. Anselmo Cuenca Anita Calle, C/. Juan Carlos I
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Ferreterías Segundo Quintero, C/. Mayor Ignacio Serrano, C/. Mayor Antonio García, C/. Mayor Casinos Adolfo Millán, Plaza Toros Vieja Germán Leis, C/. Mayor Carnicerías Nicolás Medina, C/. Juan Carlos I Jesús Elvira, C/. La Plaza Bautista Sansigre, C/. La Plaza Demetrio Grande, C/. La Plaza Eusebio Elvira, C/. Calvo Sotelo Carmelo Elvira, C/. Mayor Juan Elvira, C/. Mayor Gregorio Elvira, C/. Mayor Fruterías Aurelio Bellot, C/. Mayor Los Murcianos, C/. La Plaza Amparo, C/. La Plaza Pescadería Carmen Frutería Expósito Fruterías-pescaderías Isidoro, C/. Mayor Consuelo e Hijos, C/. Juan Carlos I Panaderías y Hornos Rafael Álvaro, -Panadería- C/. Mayor Valbuena, -Panadería- C/. Mayor Modesto Grande, -Panadería y Horno- C/. Mayor y Callejón del Horno Manuel Martínez, -Panadería y Horno- C/. Mayor y La Muralla Regina Grande, -Panadería y Horno- C/. Mayor y Callejón del Horno Cándido Serrano, -Horno- San Gil Dionisio Almonacid, -Horno- C/. Guadalupe Domingo Cruces, -Horno- C/ Callejón del Horno Librerías Román Martínez, C/. La Plaza Pablo Pasto Panadero, C/ Mayor Sagrario Serrano Corpa, C/. Mayor Pastelerías Gumersindo Rodríguez, C/. Mamerto Alique Gregorio Ramos, C/. Mayor Fariñas, C/. Mayor Bermejo C/ Mayor
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Farmacias Luis Madero, C/. Calvo Sotelo Gabino Ramírez, C/. M. Alique Javier Ramírez, C/. M. Alique Juan Aº Carrasco, C/. Mamerto Alique Sastrerias Mariano García (Modas), C/. Calvo Sotelo Santiago Pérez, C/. Mayor Julian Díaz Muñoz, C/. Mayor Gregorio Corpa Barrios, C/. Las Monjas Relojerias José Arroyo, C/. Mayor Fernando, C/. Calvo Sotelo Molinos El Borbotón Juanillo Calzadilla Retuerta Lárez Espantaperros Bancos y cajas de ahorro Banco Zaragozano, C/. La Plaza Banesto, C/. Mayor Popular, C/. Mayor Caja Rural, C/. Mayor Caja Castilla la Mancha, C/.Calvo Sotelo Corresponsalías bancarias B. Hispanoamericano. Ambrosio Rubio Banesto. Miguel Collado Varios Salón de Baile, C/. Bautista Navarro Estanco, Mª Jesús López C/ Mayor Churreria, Andrés Ruiz, C/. La Plaza Casa Tacolo, C/. La Plaza Zapatería Juan, C/. Juan Carlos I Zapatería Benito, C/, Juan Carlos I Televisiones Sierra, C/. Juan Carlos I