ESTUDIO HIDROGEOLÓGICO DE LA DISPONIBILIDAD DE AGUA DE LA NUEVA XVI REGIÓN DE ÑUBLE, CHILE. SILVANA ANDREA LEIVA TORRES Memoria para optar al Título de Geólogo Concepción, julio de 2020 UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS DEPARTAMENTO CIENCIAS DE LA TIERRA Profesor Patrocinante: Dr. Ricardo Figueroa Jara Profesores de Comisión: MsC. Liubow González Martínez Dr. Ramiro Bonilla Parra
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ESTUDIO HIDROGEOLÓGICO DE LA
DISPONIBILIDAD DE AGUA DE LA NUEVA XVI
REGIÓN DE ÑUBLE, CHILE.
SILVANA ANDREA LEIVA TORRES
Memoria para optar al Título de Geólogo
Concepción, julio de 2020
UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN
FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS
DEPARTAMENTO CIENCIAS DE LA TIERRA
Profesor Patrocinante: Dr. Ricardo Figueroa Jara
Profesores de Comisión: MsC. Liubow González Martínez
Dr. Ramiro Bonilla Parra
RESUMEN
El agua juego un rol fundamental en la vida del ser humano. Hoy en día, los problemas ambientales
asociados a este recurso son variados y poco manejados en nuestro país. Un ejemplo, es la
megasequía que afecta a las regiones entre Coquimbo y la Araucanía, trayendo como consecuencia
un incremento de las ocurrencias de sequías y aridificación en la zona centro y sur de Chile. La
falta de conocimiento del recurso y su mal uso empeora los daños ya presentes. Bajo este escenario
nace la necesidad de conocer la situación hídrica de la nueva Región de Ñuble, ubicada entre las
regiones del Maule y Biobío, con una superficie de 13.200 km2 aproximadamente.
La caracterización se inicia con el estudio de la cobertura terrestre de la región, usos y series de
suelo presentes, en base a las cuales se determina el número de curvas, absorción máxima y,
finalmente, su recarga en base al modelo hídrico Easy Balan V-3.0 (GHS, 2012), ocupando
planillas de datos excels y datos de temperaturas y precipitaciones de los últimos 30 años. Las
estaciones fueron seleccionadas para cada microcuenca en base a su ubicación y registro.
Para complementar el estudio y conocer de mejor manera la situación actual de la región, se realizan
dos campañas de terreno para recopilar datos de pozos, tales como sus niveles estáticos y
características físicas. Estos datos fueron complementados con los expedientes disponibles de la
Dirección General de Aguas (DGA) y se utilizaron en la configuración de las microcuencas a través
del programa Visual MODFLOW, desarrollando un modelo del flujo subterráneo. Dentro de esta
región tenemos varias formaciones geológicas, compuestas por rocas intrusivas, metamórficas,
sedimentarias, volcanosedimetarias y depósitos recientes. De ellas destacan las formaciones
Mininco, La Montaña, Cola de Zorro y La Patagua, como posibles unidades hidrogeológicas
almacenadoras de acuíferos. Todas estas tomadas en cuenta en el modelamiento del flujo de aguas
subterráneas.
De esta manera, los resultados nos muestran un déficit de agua que aumenta desde la cordillera
hacia la costa. La recarga de agua de la región varia de la misma manera, indicando una mayor
recarga de los acuíferos en la zona cordillerana y una menor en los acuíferos pertenecientes a la
costa, como consecuencia de la sobre extracción y sequias. El flujo de aguas obtenido nos señala
una dirección coherente, alimentando al acuífero. Así, la situación de la región es inquietante, con
un futuro incierto frente al avance de la escasez hídrica.
1. ÍNDICE
RESUMEN
1. INTRODUCCIÓN 1
1.1. OBJETIVOS 3
1.1.1. Objetivo general 3
1.1.2. Objetivos específicos 3
1.2. MARCO TEÓRICO 3
1.2.1. Ubicación 3
1.2.2. Geomorfología 5
1.2.3. Clima 7
1.2.4. Marco geológico 9
1.3. AGRADECIMIENTOS 13
2. METODOLOGÍA 15
2.1. Hidrología 15
2.2. Características del suelo 24
2.3. Construcción del modelo 30
3. RESULTADOS 34
3.1. Hidrogeología 34
3.1.1. Unidades hidrogeológicas 34
3.1.2. Caracterización del acuífero 35
3.1.3. Fluctuación del nivel estático 36
3.1.4. Balance hídrico 37
3.2. Modelación de la dirección del agua 45
3.2.1. Entrada de características del suelo 45
3.2.2. Definición de condiciones de borde 47
3.2.3. Comparación 49
4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 56
4.1. Conclusiones 58
REFERENCIAS
ÍNDICE DE FIGURAS
1. 1. Mapa de ubicación del área de estudio 4
1. 2. Mapa de las provincias de la Región de Ñuble con sus respectivas capitales 5
1. 3. Unidades geomorfológicas del área de estudio 6
1. 4. Distribución del clima mediterráneo en Chile 8
1. 5. Mapa geológico de la Región de Ñuble 10
2. 1. Mapa de cuencas y subcuencas que conforman la XVI Región de Ñuble 15
2. 2. Mapa de las subcuencas y subsubcuencas del Río Itata 18
2. 3. Estaciones pluviométricas seleccionadas para la Región de Ñuble 19
2. 4. Estaciones de temperatura seleccionadas para la Región de Ñuble 19
2. 5. Mapa de distribución de catastro de pozos, cada uno identificado en la tabla
siguiente
21
2. 6. Mapa de Conductividad Hidráulica de los suelos del área de estudio 26
2. 7. Triángulo de clasificación textural de los suelos del Departamento de
Agricultura de EE. UU. (USDA)
27
2. 8. Mapa de grupos hidrológicos de la Región de Ñuble 28
2. 9. Usos de suelo de la Región de Ñuble 29
2. 10. Límites geográficos de la microcuenca N°17 31
2. 11. Vista en planta del modelo de la microcuenca N°17. Área turquesa oscuro
corresponde a celdas inactivas, ciñéndose aproximadamente a la forma de la
microcuenca
32
2. 12. Perfil demostrativo de la fila 30 del modelo de la microcuenca N°17 32
2. 13. Vista 3D del modelo de la microcuenca N°17 33
3. 1. Mapa de unidades hidrogeológicas de la Región de Ñuble 34
3. 2. Mapa de microcuencas de la Región de Ñuble 38
3. 3. Mapa de absorción máxima por microcuenca para la Región de Ñuble 41
3. 4. Plantilla modelo Easy Balan V-3.0 42
3. 5. Gráfico de recarga anual (mm/año) de la serie Sta. Bárbara de la microcuenca
N°13
42
3. 6. Mapa de recarga (mm) de la Región de Ñuble 43
3. 7. Mapa de evapotranspiración real (ETR) de la Región de Ñuble 43
3. 8. Conductividad hidráulica asignada en Visual MODFLOW para la microcuenca
N°17 en la capa 1. Los puntos de color rojo simbolizan la ubicación aproximada
de los pozos
45
3. 9. Ventana Visual MODFLOW para el ingreso de la porosidad y coeficiente de
almacenamiento
47
3. 10. Ventana Visual MODFLOW para el ingreso de datos River. De izquierda a
derecha: día de inicio, día de termino, cota de agua libre, cota superior del lecho
del río, espesor de sedimentos de carga de fondo, conductividad hidráulica y
ancho del río.
48
3. 11. Ventana Visual MODFLOW para el ingreso de la recarga 48
3. 12. Distribución de la recarga en Visual MODFLOW para la microcuenca N°17.
Cada color representa una serie de suelo diferente
49
Figura
3. 13. Distribución de microcuencas a modelar 50
3. 14. Vista en planta de la dirección de flujo de la Mc-17. Las líneas azules
representan las líneas equipotenciales y los cuadrados rojos representan los
pozos
51
3. 15. Vista en planta de la dirección de flujo de la Mc-45. Las líneas azules
representan las líneas equipotenciales y los cuadrados rojos representan los
pozos
52
3. 16. Vista en planta de la dirección de flujo de la Mc-62. A. Acercamiento a pozos,
donde se aprecia la extracción sobre el acuífero y el flujo
52
3. 17. Ventana Mass Balance o cálculo de entrada y salida de caudales para Mc-17 53
3. 18. Ventana Mass Balance o cálculo de entrada y salida de caudales para Mc-45 54
3. 19. Ventana Mass Balance o cálculo de entrada y salida de caudales para Mc-62 55
ÍNDICE DE TABLAS
1. Catastro de pozos con información básica disponible 22
2. Resultado de parámetros hidráulicos de la simulación de ensayos de bombeo.
Específicamente: Transmisibilidad (T) y Coeficiente de almacenamiento (s)
24
3. Parámetros hidráulicos de las series de suelos. Específicamente: Punto de
Marchitez Permanente (PMP), Capacidad de Campo (CC), Conductividad
Hidráulica Saturada (CHS) y Agua Disponible (AD).
26
4. Clasificación de grupos de suelo 28
5. Usos de suelo por grupo hidrológico 29
6. Profundidad del nivel piezométrico (mayo y noviembre), sus fluctuaciones y cota,
medidos en diversos puntos de la Región de Ñuble
37
7. Números de curva (CN) de escorrentía superficial según uso y grupo hidrológico
del suelo
39
8. Calculo CN para la microcuenca N°16 40
9. Tabla de porcentajes de cada uso en cada grupo de la microcuenca N°16 40
ANEXOS
Anexo I. Fichas de pozos.
Anexo II. Datos meteorológicos y de balance.
Anexo III. Datos de microcuencas.
Anexo IV. Resultados modelo Easy Balan V-3.0.
Anexo V. Resultados Visual MODFLOW.
Tabla
1
1. INTRODUCCIÓN
La hidrogeología corresponde a la ciencia que estudia el origen y la formación de las aguas
subterráneas, sus formas de yacimiento, difusión, movimiento, régimen y reservas, interacción con
los suelos y rocas, su estado y propiedades; así como las condiciones que determinan las medidas
de su aprovechamiento, regulación y evacuación (Mijailov, 1989). Es, por tanto, una de las ramas
más complejas de la geología.
Hoy en día, los problemas ambientales relacionados a la hidrología son varios. Uno de estos, es la
megasequía, denominada así debido a la disminución de precipitaciones desde el año 2010 entre
las regiones de Coquimbo y la Araucanía, alcanzando un déficit cercano al 30% (CR2, 2015). Cerca
de un cuarto de este déficit es atribuible al cambio climático antrópico (CR2, 2015), fenómeno que
se prolonga en la actualidad (CR2, 2019). Este problema trae como consecuencia una reducción de
la cantidad de agua que fluye por los ríos, cuyo efecto se evidencia en lagos, embalses, nieves y
aguas subterráneas. Lo que trae un incremento de las ocurrencias de sequías y la aridificación de
la zona centro y sur de Chile.
Por otro lado, la sobre explotación de los recursos subterráneos complementa y crean nuevos daños,
que alimentan la sequía, secando pozos, ríos, etc. La vulnerabilidad del acuífero se puede ver
afectada por la sobre explotación, generando además una posible contaminación, debido a la
tendencia o probabilidad que un contaminante alcance una posición específica en el sistema
acuífero, después de su introducción en algún punto sobre el terreno, así una mayor rapidez de
migración de la contaminación a través de la zona no saturada del subsuelo (National Academy
Council, 1993; DGA, 2004). Por esta razón, la vulnerabilidad depende, fundamentalmente, de la
capacidad intrínseca natural que existe entre las fuentes de polución y el sistema acuífero. Esta
capacidad intrínseca, es el resultado de la conjugación de diferentes factores, entre los que destacan
el tipo de suelo, la geología, propiedades del acuífero, entre otros. Al afectar la vulnerabilidad del
acuífero puede dañar a las personas, animales o plantas que se alimentan de él.
Otro aspecto importante es la regulación jurídica de las aguas subterráneas que ha sido muy escueta,
pese a que son mencionados desde los primeros textos normativos dictados en nuestro país (Rivera,
2015). Además, las reglas de las aguas superficiales no son directamente aplicables a las
subterráneas, imposibilitando el resolver de modo adecuado todas sus peculiaridades y
2
especificaciones. La Dirección General de Aguas (DGA) regula la extracción de aguas subterráneas
en el país, sin embargo, hoy en día mucha gente posee pozos no inscritos, extrayendo sin permiso
ni tampoco una regulación apropiada.
Además de las sequias, falta de normativas, falta de control y bases de datos adecuada, no existe
en Chile un conocimiento acabado de la red de aguas subterráneas, las cuales no necesariamente
coinciden con su red superficial.
Un ejemplo de ello, es la nueva región de Ñuble donde el volumen de aguas subterránea extraída
se usa principalmente con fines agrícolas y ganaderos, y en menor medida, al consumo humano.
Esta región se ha visto también afectada por la megasequía, que en parte es aplacada con el proyecto
Canal Laja-Diguillín, construido para satisfacer la demanda de agua para la agricultura. Proyecto
que ha generado varios conflictos entre las demandas actuales del agua para riego, uso turístico
(camping y Salto del Laja), además de afectar la calidad de las aguas del Biobío aguas bajo de la
confluencia del río Laja (Nardini et al., 1993). Situación que ha sido verificada en estudios más
actuales asociados al seguimiento de la calidad del agua realizados por el MMA (2015, 2017), y
por el Programa de Monitoreo de Río Biobío (Parra et al., 2013), el cual reconoce que hasta
aproximadamente el año 2008, las aguas del río Laja eran las de mejor calidad de la cuenca y hoy
han perdido su condición.
Para el desarrollo de este proyecto es vital tener en cuenta la definición exacta de los derechos de
los usuarios actuales de riego del río Laja en términos de caudal y conocer con exactitud los
afluentes al lago y aportes presentes (Nardini et al., 1993), pero también de la disponibilidad de las
napas subterráneas que son sobreexplotadas en estas demandas. La serie de conflictos debe
conducir a la toma de decisiones de las entidades pertinentes, lo que eventualmente puede llevar a
suspender el traspaso de agua hacia otras cuencas, como es el caso Laja-Diguillín, que conduce
agua a la cuenca del Itata, agravando el tema en la recientemente creada región de Ñuble (2018).
Otro tema a considerar son los ríos intermitentes (IR), los cuales representan más de la mitad de la
red fluvial mundial. Estos IR que se caracterizan por periodos de sequias, donde los sustratos se
acumulan en el canal y experimentan cambios fisicoquímicos, y periodos de reanudación del flujo,
éstos se rehumedecen y liberan nutrientes disueltos y materia orgánica (Shumilova et al., 2019).
Se prevé que los IR aumentarán en cantidad y longitud, especialmente en zonas con un clima
mediterráneo (Brintrup et al., 2019), como Chile, donde el flujo de algunos ríos puede disminuir
3
hasta un 45% (Stehr et al., 2010). En el área, tenemos como ejemplo la cuenca del Río Lonquen,
el que es predominantemente intermitente y drena en un área de 1.075 km2 aproximadamente (Parra
et al., 2009), con cerca de 6 meses sin flujo superficial.
En este sentido, la falta de información sobre las aguas subterráneas que están siendo exploradas,
los nuevos escenarios de cambio climático y la reciente creación de la Región de Ñuble, que deberá
enfrentar desafíos de desarrollo, donde el agua es el principal motor de la economía regional,
planteamos como objetivo principal de este estudio, estimar la recarga de agua disponible en la
región de Ñuble, generando una base de información que pueda ser útil para la población y
entidades gubernamentales para la toma de decisiones sobre la extracción y recargas de aguas
subterráneas.
1.1 Objetivos
1.1.1 Objetivo general
Evaluar la disponibilidad y la capacidad de extracción de agua de la nueva región de Ñuble.
1.1.2 Objetivos específicos
- Caracterizar hidrogeológicamente la región, identificando las cuencas más importantes.
- Definir las diferentes unidades hidrogeológicas.
- Realizar mapas referentes a los parámetros hidrológicos de las cuencas aportantes.
- Calcular la recarga de la Región de Ñuble.
- Modelar parte del flujo subterráneo de la Región de Ñuble.
1.2 Marco teórico
1.2.1 Ubicación
El área de estudio corresponde a la nueva XVI región de Ñuble (Figura 1.1), abarca un área
aproximada de 13.178,5 km2 (BCN, 2018), la cual es pequeña en comparación a las otras 15
regiones existentes, debido a su reciente creación (DECRETO 21.033/2018). Su capital regional
es la ciudad de Chillán y está constituida por las provincias de Diguillín, Punilla e Itata (Figura
1.2), las que a su vez tienen como capitales provinciales a las comunas de Bulnes, San Carlos y
Quirihue, respectivamente.
4
Para acceder a la zona de estudio desde la capital del país, una posibilidad es llegar a través de la
ruta 5 Sur, para posteriormente recorrer la región de Ñuble a través de diversas carreteras y caminos
rurales (N-31, N-40, N-50. N-70, entre otras). También, existe la posibilidad de acceder desde
Concepción por vía aérea, y posteriormente en vehículo recorriendo la ruta 128 y después a la ruta
5 Sur.
Figura 1.1. Mapa de ubicación del área de estudio. Faltan las islas en el mapa de Chile
5
Figura 1.2. Mapa de las provincias de la Región de Ñuble con sus respectivas capitales.
1.2.2 Geomorfología
A escala regional la geomorfología está caracterizada por un descenso progresivo de los principales
altos topográficos desde el este al oeste. Las unidades geomorfológicas de este a oeste
corresponden a: Cordillera de los Andes, Precordillera, Depresión Central, Cordillera de la Costa
y Planicies Litorales (Börgel, 1983) (Figura 1.3).
Para la región de Ñuble se describen estas mismas unidades, presentando las siguientes
particularidades:
Cordillera de los Andes: se localiza en el sector más oriental, caracterizándose por un relieve
abrupto y de difícil acceso, con alturas mayores a los 3.200 m s.n.m., dentro de las cuales destaca
el volcán Chillán con 3.120 m s.n.m. Su relieve está relacionado a la actividad volcánica y
tectónica. Presenta valles de importante desarrollo, generados por mecanismos fluvioglaciar, como
es el caso de los valles de los ríos Ñuble, Chillán y Diguillín (Börgel, 1983).
Precordillera: corresponde a una unidad transicional entre la Depresión Intermedia y la Cordillera
de los Andes. Presenta alturas aproximadas desde los 300 m hasta los 850 m.s.n.m., con un relieve
de laderas abruptas y ríos fuertemente encajonados. Es de origen sedimentario y constituye una
acumulación caótica acumulación de materiales glaciales, volcánico y fluviales dispuestos al pie
de la cordillera troncal (Börgel, 1983).
6
Figura 1.3. Unidades geomorfológicas del área de estudio, modificado de (Börgel, 1983).
Depresión Intermedia: constituye una fosa tectónica localizada entre dos muros orográficos: la
Cordillera de la Costa y la Cordillera de los Andes. Esta unidad fisiográfica no sobrepasa los 200
m s.n.m. presentando pendientes suaves y un relleno sedimentario. En este se logra diferenciar la
existencia de un viejo sistema lacustre que se mezcla con el cono del río Ñuble (Gajardo, 1981).
En la zona de Chillán alcanza su máxima amplitud, llegando a un ancho aproximado de 50 km.
Llanos de sedimentación fluvial: este rasgo fisiográfico está constituido por diferentes cuencas
de relleno aluvial reciente, algunas se encuentran cercanas al llano central y otras marginales al
oeste. Los llanos de sedimentación fluvial son ocupados con fines agrícolas y ganaderos (Börgel,
1983).
Cordillera de la Costa: en la zona, se presenta baja y ondulada, con lomeríos con cuencas
intermontanas de reducidos espacios ocupados por cultivos de vid. Se observan alturas promedio
de 400 m destacando el cerro Coiquén de 908 m, frente a Quirihue (Börgel, 1983). Desde el curso
inferior del río Itata al sur, las alturas de la Cordillera de la Costa se manifiestan con valores
cercanos a los 650 m., encuadrando el valle del río Andalién. Antes de alcanzar la orilla norte del
río Biobío, la Cordillera de la Costa se ha caracteriza por un colinaje moderado y que destaca poco
en el relieve local.
7
Planicies Litorales: corresponde a la porción más occidental de la región, siendo en general la
línea de costa es mixta, con el ritmo alternante de extensas playas de acumulación arenosa y
sectores acantilados. Sin mayores cambios continúa el desarrollo de la costa acantilada hacia
Dichato, Tomé y Concepción en la desembocadura del río Biobío, con los naturales episodios de
playas y barras arenosas en las cercanías de algunas desembocaduras.
1.2.3 Clima
El área de estudio se localiza en el extremo sur del clima mediterráneo, el cual está íntimamente
ligada al problema de la aridez. De acuerdo con Emberge (1955b), el clima mediterráneo
corresponde a un clima extratropical, por tanto, fotoperiodismo diario y estival, con precipitaciones
concentradas en el período frío de los años y con sequías durante la estación más cálida. Según esta
definición, el clima mediterráneo se extendería hacia el norte hasta alrededor del paralelo 25
aproximadamente. Incluso, en Antofagasta e Iquique muestran ciertas influencias mediterráneas.
Hacia la cordillera septentrional es más complicado definir su extensión, pero lo más probable es
que se prolongue menos que en la costa, producto de la penetración hacia el sur del régimen
pluviométrico tropical. Al sur del país, la diferenciación del clima mediterráneo más húmedo del
clima oceánico se basa en los periodos de sequía estival. De esta manera, se extendería hacia el sur
hasta el paralelo 39 aproximadamente.
El clima mediterráneo se diferencia en regiones (di Castri y Hajek, 1976) las cuales son: periárida,
árida, semiárida, subhúmeda, húmeda y perhúmeda (Figura 1.4).
La región perárida se extiende desde el límite norte del clima mediterráneo (paralelo 25 en la costa
y río Salado al interior) hasta el norte de la provincia de Coquimbo. La región árida abarca la
provincia de Coquimbo y parte de la de Aconcagua. La región semiárida corresponde a las
provincias de Santiago y Valparaíso, junto con una pequeña parte de la provincia de Aconcagua,
exceptuando una franja costera hasta Zapallar.
La región subhúmeda va desde el norte de la provincia de O´Higgins hasta la provincia de Talca.
Molina constituye un límite bioclimático pero el tipo subhúmedo se extiende también más al sur
en Talca y Cauquenes. La región húmeda comienza desde Molina interior, partiendo además
estrechas fajas costeras y cordilleranas desde Constitución y Sewell, respectivamente; se prolonga
hacia el sur hasta la provincia de Malleco, comprendiendo las localidades de Victoria y de
Traiguén. La región perhúmeda parte desde el límite sur de la provincia de Malleco, en la costa
8
desde Concepción, y en la cordillera desde Lonquimay hasta la provincia de Cautín, hasta el norte
de Loncoche.
Figura 1.4. A. Clima mediterráneo en Chile, según los principios de Emberger, modificado (Di Castri y Hjek, 1976). Las líneas
curvas son establecidas empíricamente por Emberger de acuerdo a su trabajo en terreno. B. Zonas del clima mediterráneo (32°-
40°S), mostrando el límite de las principales cuencas (modificado de Figueroa et al., 2013), destacando su correspondencia con
el área de estudio.
En resumen, estas subdivisiones corresponden con bastante exactitud a los límites biológicos de la
zona mediterráneas chilena. No obstante, las líneas señaladas en la Fig. 1.4 deben considerarse más
bien como amplias áreas de transición de un tipo climático a otro.
En (Figueroa et al.,2007), se señala que la zona mediterránea chilena corresponde a la región con
más alta densidad humana y con el suelo más fértil. El uso extensivo de la agricultura, combinado
con usos igualmente importantes para la ganadería e industrial, ha producido una fuerte presión
tanto sobre el uso de la tierra como sobre el recurso hídrico. Así, el 85% de los recursos hídricos
A B
9
se utilizan para la agricultura, pero cerca del 70% de esta agua se pierde por evaporación o
infiltración de los canales abiertos utilizados para el riego (Figueroa et al., 2013).
Actualmente, todo el territorio ocupado por la zona mediterránea chilena es de tipo anisoclimático,
es decir, ha tenido variaciones paleoclimáticas con regímenes de tipo tropical, oceánico y
mediterráneo, que se expresan a través de la estratificación de los suelos y por la persistencia de
formaciones relictas.
Así, tenemos que la estación meteorológica de Chillán presenta temperaturas máximas y mínimas
son 26.3°C y 1.6°C, respectivamente para el 2018 (meteorored, 2018, párr.3). Las precipitaciones
en esta estación para el período de verano son de 22.67 mm y para el periodo de invierno es de
122.67 mm, en el año 2018 (climate-data, 2018, párr.3). Sin embargo, se espera que las
precipitaciones disminuyan 40% en invierno entre 38°-40°S, con una disminución algo menor en
otoño y verano (CONAMA, 2006). Esta pérdida también se extiende hasta el verano en toda la
región entre 38°-40°S y más al norte en el sector andino.
1.2.4 Marco geológico
La geología de esta nueva región está conformada por diversos tipos litológicos, con diferentes
génesis y edades de formación, ocurridos entre el Paleozoico y el Reciente. Las rocas del
Paleozoico están representadas por rocas metamórficas e intrusivas de la región. Las del Mesozoico
y principios del Cenozoico, están constituidas por formaciones sedimentarias, que actualmente
afloran en el litoral con un origen marino, y en la cordillera se exponen series volcano-
sedimentarias. Durante el Pleistoceno y Holoceno, se observan secuencias sedimentarias
continentales en la Depresión Intermedia, cuya depositación está relacionada a procesos fluviales,
glaciales y volcánicos (Figura 2.1).
10
Figura 1.5. Mapa geológico de la Región de Ñuble (modificado de Quinzio et al., 2000; in Collao et al., 2000).
1.2.4.1 Paleozoico
El conjunto de rocas metamórficas que afloran en la costa de la región, conforma el Basamento
Metamórfico, el cual se encuentra compuesto por dos sub-unidades con diferente grado
metamórfico: Serie Occidental y Serie Oriental (González-Bonorino y Aguirre, 1970; in Vásquez,
2001). Entre los 36° y 37° Latitud Sur, las unidades metamórficas se disponen como una franja
prácticamente continua de dirección general NNE-SSW y corresponden a la Serie Oriental.
11
El grado de metamórfico de las rocas de esta serie, varía desde la facies de esquistos verdes a
granulita (Hervé, 1977). Se componen principalmente por metapelitas y metapsamitas intercalas
entre sí, y en menor proporción por rocas córneas, rocas calcosilicatadas y migmatitas. Se presentan
evidencias de un metamorfismo tipo Barroviano, el cual dio origen a una foliación S1 paralela a
S0, con una zonación mineralógica que se caracteriza por el grado de metamorfismo a través de la
presencia de porfidoblastos de biotita, granate y estaurolita. Posteriormente, es afectado por un
metamorfismo de contacto tipo Buchan producto de la intrusión del Batolito Costero del Sur, que
trajo como consecuencia una zonación mineralógica de porfidoblastos de biotita, andalucita y
sillimanita, Asociado a este evento, se originó la foliación S2 que deforma S1 (Hervé et al., 1987).
Las rocas intrusivas del área, casi en su totalidad, corresponden al Batolito Costero del Sur (BCS,
Hervé 1987 in Creixell, 2001). Esta unidad, de edad Carbonífero Superior – Pérmico, aflora en la
Cordillera de la Costa y de forma continua desde los 32°30´ hasta los 38°00´ latitud sur, como una
franja de orientación NNE-SSW, al este de las series metamórficas (Hervé et al., 1987; in Creixell,
2001). Esta unidad está constituida principalmente por granodioritas y tonalitas de biotita y
hornblenda (Parada, 1990) y en menor proporción por dioritas y granitos (Hervé, 1977: Bizama,
1998). Hacia su parte central, las litologías predominantes son granodioritas y tonalitas, y en sus
zonas marginales se encuentran rocas de composición diferenciada, como cuerpos pegmatíticos y
granitos de biotita y moscovita. En el contacto con las rocas de la Serie Oriental se observan
migmatitas con bandas gneisicas de sillimanita (Vásquez, 2001).
1.2.4.2 Mesozoico
En el sector noroccidental de la Cordillera de la Costa aflora una secuencia triásica, compuesta por
un conjunto de niveles sedimentarios y volcánicos, que conforman la Formación La Patagua, que
fue definida por Muñoz-Cristi (1973).
Localmente se observa la presencia de intrusivos de menor tamaño del Triásico y Jurásico. Las
unidades triásicas están compuestas por el Plutón Hualpen, Diabasas de Coipín y un Pórfido
Dacítico (Suazo, 2005), los dos últimos se ubican en el sector norte de la Cordillera de la Costa.
En el Jurásico, se define la Unidad Hualve y la Unidad Ninhue (Suazo, 2005). La primera está
constituida por gabros, tonalitas y diabasas porfídicas, y la segunda unidad se compone por gabros
y dioritas. Estas se localizan al SE de Cauquenes y al este de Quirihue, respectivamente.
12
1.2.4.3 Cenozoico
En la Cordillera de los Andes se disponen en niveles volcánicos y volcano-sedimentarios, los
sedimentos que conforman la Formación Cura Mallín de edad Mioceno-Eoceno Medio (González-
Ferrán y Vergara, 1962, in Collao et al., 2000). Esta formación posee dos miembros: Miembro
Inferior Río Queuco y Miembro Superior Malla Malla. El miembro inferior está representado por
rocas de composición andesítica, las que se encuentran afectadas por una alteración regional y un
metamorfismo de contacto que se manifiesta a través de asociaciones minerales, como por ejemplo
epidota-clorita-sericita y cuarzo-epidota-clorita-calcita-actinolita (Collao et al., 2000). El miembro
superior está constituido mayormente por conglomerados, areniscas y lutitas (Collao et al., 2000).
Estas secuencias forman un roof pedants producto de la intruida de un cuerpo plutónico de
composición granodiorítica que se distribuyen ampliamente en la vertiente occidental de la
Cordillera Andina, y que han sido asignados al Paleógeno-Mioceno (Collao et al., 2000). Su base
no se encuentra expuesta en la zona y hacia su techo se encuentra en discordancia con la Formación
Cola de Zorro (Gajardo, 1981).
Las secuencias del Plioceno-Pleistoceno localizadas en la Cordillera de los Andes, están
representadas por niveles de volcanitas de carácter andesítico-basáltico que conforman la
Formación Cola de Zorro (González y Vergara. 1962, in Gajardo, 1981), presentando una mayor
exposición en la sección superior del curso del río Ñuble. Esta formación sobreyace en discordancia
a la Formación Cura Mallín y en inconformidad a rocas graníticas del sector cordillerano. Su techo
está afectado por la erosión y se encuentra parcialmente cubierto por sedimentos de la Formación
La Montaña y por lavas y depósitos piroclásticos en el sector de los Nevados de Chillán (Dixon et
al., 1999).
Las unidades del Pleistoceno y el Holoceno se observan ampliamente distribuidas en la región. En
el sector litoral, corresponden a sedimentos de terrazas marinas (Gajardo, 1981). En la Cordillera
de la Costa, se exponen niveles de terrazas fluviales de corta extensión (Collao et al., 2000). En la
Depresión Central, presentan su mayor exposición y están representadas por areniscas finas a
gruesas, conglomerados gruesos y lutitas, de origen fluvial, y de manera localizada, se observan
tufitas y brechas que evidencian una actividad volcánica.
Estos sedimentos conforman la Formación Mininco definida por Muñoz-Cristi (1960), como una
secuencia de sedimentos fluviales y lagunares preglaciales, que se distribuyen en la Depresión
13
Central (Gajardo, 1981). Su localidad tipo se encuentra en la intersección de la Carretera
Panamericana con el río Mininco (Muñoz-Cristi, 1960). Actualmente se encuentran erosionadas
por los ríos y afloran en las laderas de éstos y en cortes de caminos. A esta formación se le asigna
una edad de Pleistoceno-Holoceno (Muñoz-Cristi, 1960), aunque se reconoce que su periodo de
sedimentación puede haber comenzado en el Plioceno (Gajardo, 1981). Es sobreyacida por
depósitos morrénicos y glaciolacustres holocenicos con escasa compactación, que corresponden a
la Formación La Montaña (Muñoz-Cristi, 1960). Esta formación infrayace a sedimentos de terrazas
fluviales (Collao et al.,2000).
En la Cordillera de los Andes, las lavas y depósitos piroclásticos pertenecientes al Pleistoceno y
Holoceno, se encuentran sobreyaciendo a la Formación Cola de Zorro (Dixon et al., 1999, Collao
et al., 2000).
Los depósitos no consolidados actuales, se disponen en el sector litoral y en el continental. En el
sector litoral, como depósitos de playas actuales y dunas costeras, y en el continental, rellenando
los valles de los ríos y quebradas. Estos últimos presentan corta extensión y bajos espesores
(menores a 1 metro), producto de la red fluvial del área, lo que trae como consecuencia que no sea
mapeable para la escala de trabajo. En ciertos sectores de los ríos Ñuble, Chillán y Cato, donde
éstos pierden la capacidad de transporte, estos depósitos alcanzan extensiones mayores, llegando a
cubrir algunos niveles de la Formación Mininco y granitos del Paleozoico (Avilés, 2006).
Según su disposición, estos depósitos dan origen a barras longitudinales al río, compuestos de
gravas, gravillas, ripio y de forma subordinada se observan arenas gruesas que constituyen un
relleno en los cauces menores (Avilés, 2006).
1.3 Agradecimientos
El desarrollo de esta memoria de título ha sido posible gracias al apoyo y patrocinio del Profesor
Patrocinante, Sr. Ricardo Figueroa Jara, Doctor en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias
Ambientales de la Universidad de Concepción, a quien agradezco la paciencia y motivación
constante.
A los miembros de la comisión examinadora, MsC. Liubow González Martínez y al Dr. Ramiro
Bonilla Parra, así como al Departamento de Ciencias de la Tierra y a la Facultad de Ciencias
14
Ambientales por el préstamo de equipos para las medicines en terreno, sin los cuales no se habría
podido llevar a cabo la memoria.
Agradezco al Sr. Luis Vázquez, ingeniero a cargo del departamento de geomática en el
Departamento Ciencias de la Tierra, por su ayuda, guía y paciencia en las diferentes etapas de la
memoria.
A mis compañeros y amigos, Felipe Carrasco, Belén Cartes, Camilo Gómez, Rommy Rojas,
Valeria Peralta y Esteban Yévenes, por su ayuda en terreno, sus opiniones, sugerencias y su
importante apoyo.
Por último, expresar un especial agradecimiento a mi familia, por su ayuda, aliento y apoyo
incondicional.
15
2. METODOLOGÍA
2.1 Hidrología
La hidrografía de la región de Ñuble se caracteriza por la presencia de una variada red de cursos
de agua, con una tendencia general E-W, los cuales forman parte de 6 cuencas (Figura 2.1), de las
cuales, solo dos, se observan completas dentro del área.
Figura 2.1. Mapa de cuencas y subcuencas que conforman la XVI Región de Ñuble (elaborado por
Silvana Leiva Torres).
16
La cuenca Límite octava región y Río Itata (de color marrón oscuro en la figura 2.1) aporta con
una superficie aproximada de 600 km2, siendo compuesta por dos subcuencas (DGA, 2014),
observándose completamente en el área de estudio.
Se exhiben dos ríos y numerosos esteros, dentro de los primeros tenemos a los ríos Colmuyao y
Taucu, ambos pertenecientes a la Comuna de Cobquecura, y poseen una longitud aproximada de
7,5 km y 14,8 km respectivamente.
La cuenca del Río Maule posee una superficie aproximada de 1.300 km2 en el área de estudio. Solo
se exponen los ríos San Juan y Ñiquen, y los esteros Quinicaven y Mallocaven. El Río San Juan se
localiza en la comuna de Quirihue, al igual que el Estero Quinicaven. El Estero Mallocaven
alimenta al Río Ñiquen, ambos se localizan en la comuna de Niquen.
La cuenca del Río Itata es la mayor extensión dentro de la región, teniendo una superficie
aproximada de 11.000 km2 y se compone de 5 subcuencas (Figura 2.2), estas son: Itata Alto, Itata
Medio, Itata Bajo, Ñuble Alto y Ñuble Bajo. Cada una de estas tienen múltiples subsubcuencas
cada una (DGA, 2014). El Río Itata tiene su origen en las cercanías del poblado Cholguán, a partir
de la unión de los ríos Cholguán, cuyas nacientes se ubican en el Cerro Calas (2.200 m s.n.m.) y
Huépil, que viene de más al sur. Luego de recorrer 82 km, tiene su confluencia con el Río Ñuble.
Durante este recorrido va captando sus principales tributarios, entre los que se encuentran los ríos
Larqui y Diguillín. Finalmente, el Río Itata desemboca en al Océano Pacífico en los 6°23´Latitud
Sur.
El carácter hidrológico del Río Itata es mixto, con un importante carácter nival de los tributarios
de la Cordillera de los Andes y el resto presenta un régimen pluvial. Su principal afluente es el Río
Ñuble, cuya hoya es de 5.097 km2 (DGA, 2004) y pertenece a la subcuenca Ñuble Alto (Figura
3.2), el cual nace al oriente de los Nevados de Chillán y recorre 155 km hasta su desembocadura
en el Río Itata, en el borde oriental de la Cordillera de la Costa.
En el área de estudio también se encuentran los ríos Chillán, Cato y Changaral, todos afluentes del
Río Ñuble y pertenecientes a la subcuenca Ñuble Bajo. El Río Chillán se extiende desde los
Nevados de Chillán hasta el Valle Central, con una longitud aproximada de 105 km y con un área
de drenaje de 757,7 km2 aproximadamente (Figueroa et al., 2007). Inmediatamente aguas debajo
17
de la confluencia entre los ríos Ñuble y Chillán, se une desde el norte el Río Changaral (DGA,
2004).
Un tributario importante de la subcuenca de Itata Medio es el Río Larqui, que nace en la
Precordillera y recorre aproximadamente 60 km hasta su confluencia con el Río Itata, la que tiene
lugar al norte de la localidad de Quillón.
El Río Lonquen, perteneciente a la subcuenca Itata Bajo, drena un área de 1.075 km2 desde los
cerros costeros al sur y al este de la cuidad de Quirihue, con una red extremadamente compleja
(DGA, 2004).
La cuenca Costeras Maule-Límite Octava Región solo aporta con un área aproximada de 57 km2,
compuesta por quebradas locales en el área de estudio. Estas se muestran de longitudes menores a
un kilómetro, exponiéndose una quebrada que bordea el límite de la región.
La cuenca Costeras e Islas entre Río Itata y Río Biobío, presenta un área de 100 km2
aproximadamente. Se observa solo su porción SW del área y está compuesta principalmente de
esteros, donde se destacan los esteros Purema, Perales, Rahuil y Conuco.
Finalmente, el sector de la cuenca del Río Biobío corresponde a una superficie de 640 km2
aproximadamente. En el área solo se aprecia parte del Río Laja, el cual tiene su origen en el lago
Laja a los 1.368 m s.n.m., transcurre hacia el oeste de la Depresión Central y confluye en el Río
Biobío (Mardones et al., 2005).
Con respecto a los antecedentes fluvimétrios y pluviométricos de la región, se tomaron los datos
de la Dirección General de Aguas (DGA), entidad gubernamental que posee mediciones continuas
de precipitación, caudal, calidad de aguas, entre otros. Estos datos se obtienen a través del Sistema
Nacional de Información del Agua (SNIA), que consiste en una plataforma web donde se puede
filtrar la información según el tipo de informe y por la región requeridos.
Las estaciones se discriminaron en base a su ubicación y estado, dependiendo este último de su
fecha de implementación y si se encuentran vigentes o no. Cabe destacar que, para el desarrollo de
esta recopilación, la base de datos del SNIA aun no separa las estaciones y datos de la región de
Ñuble de los de la región del Biobío, por lo que se realiza una búsqueda por las comunas
pertenecientes a la región y se registra su ubicación en un mapa con el fin de estar seguros de que
pertenecen a la esta.
18
Figura 2.2. Mapa de las subcuencas y subsubcuencas del Río Itata. (elaborado por Silvana Leiva Torres).
De las estaciones pluviométricas identificadas, se seleccionaron las que presentaran un registro
continuo que abarcara desde el año 1988 hasta el 2018, constituidas por 30 años de datos para el
desarrollo del análisis (Figura 2.3). Dentro de estas, se encuentra la estación Tucapel (E12),
perteneciente a la comuna de Yungay que, si bien no pertenece a la región de estudio, su cercanía
a ella le da relevancia para desarrollar un mejor análisis.
Asimismo, se seleccionan estaciones con registro de temperatura, también con 30 años de registro
(Figura 2.4). En estas también consideramos la estación Carrier Sur (E1), la cual se elige a pesar
de su lejanía, por la baja presencia de estaciones de temperatura, y las que existen no poseen un
registro cercano a los 10 años.
19
Las tablas con la recopilación de estos datos se encuentran adjuntas en el anexo 2.
Figura 2.3. Estaciones pluviométricas seleccionadas para la Región de Ñuble (elaborado por Silvana Leiva Torres).
Figura 2.4. Estaciones de temperatura seleccionadas para la Región de Ñuble (elaborado por Silvana Leiva Torres).
20
También, se realiza un catastro de pozos en 2 campañas de terreno, una en la primera semana de
mayo y la otra en la primera semana de noviembre, de 2019. En estas campañas se logró reunir la
información de 41 pozos (Tabla 1), cada uno de los cuales es identificado, para efectos del estudio,
con un número (Figura 2.5). Las fichas de cada pozo se encuentran en el Anexo 1.
El significado o contenido de cada columna se define como:
- N°: Corresponde al número que se le asignó a cada pozo durante el transcurso del terreno
realizado.
- Expediente: Es el código del expediente bajo el cual el pozo visitado se encuentra archivado
en la DGA.
- Coordenadas Este y Norte: Ambas columnas corresponden a las coordenadas UTM,
referidas al Datum Provisorio Sudamericano zona 18 sur. Cade mencionar que fueron
tomadas en terreno, dado que la coordenada presente en los expedientes difería mucho de
la original.
- Cota: Corresponde a la altura sobre el nivel de mar a la que se localiza el pozo en superficie.
Tomada in situ al igual que las coordenadas.
- Profundidad: Longitud de la perforación del respectivo sondaje o pozo.
- Nivel Estático: Profundidad en metros a la que se encuentra el nivel del agua subterránea
antes de realizar el bombeo. Este registro permite el trazado de isopiezas o hidroisopsas
(curvas de igual altura de agua), las que definen la superficie del acuífero.
- Ensayo de Bombeo: En esta columna se especifica la disponibilidad de información, la cual
proviene de expedientes o bibliografía. Con esta información se puede calcular los
parámetros hidráulicos del acuífero.
- Parámetros Hidráulicos: Existencia de información previa (al presente estudio), sobre los
parámetros clásicos del acuífero.
- Estratigrafía: En esta columna se específica la existencia de un informe estratigráfico o un
bosquejo de un perfil estratigráfico. Obtenidos de expedientes o bibliografía.
21
Figura 2.5. Mapa de distribución de catastro de pozos, casa uno se encuentra identificado en la tabla siguiente
(elaborado por Silvana Leiva Torres).
22
Tabla 1. Catastro de pozos con información básica disponible.
P01 ND-0801-6309 716371 5974475 151 2,5 0,5 0 Sí Sí Sí
P02 - 716565 5974630 163 24 11 9,95 No Sí No
P03 ND-0801-6375 (50-A) 711090 5972809 128 16 12 2,06 Sí Sí Sí
P04 ND-0801-6375 (50-B) 711111 5972833 128 3,8 1,8 1,6 Sí Sí Sí
P05 ND-0801-6374 711177 5971837 129 3 5,1 5,01 Sí Sí Sí
P06 ND-0801-6383 711889 5966161 30 9 2,9 0,96 Sí Sí Sí
P07 ND-0801-6387 711984 5965993 24 12 2,9 0,67 Sí Sí Sí
P08 ND-0801-6391 3/3 707088 5963295 19 18 4,6 4,14 Sí Sí Sí
P09 ND-0801-6391 3/4 707098 5963284 17 18 4,8 4,36 Sí Sí Sí
P10 NR-0801-2653 700981 5950996 142 16 1,3 0,46 No Sí No
P11 ND-0801-6782 256526 5922156 736 30 6,46 3,23 Sí Sí Sí
P12 ND-0801-6766 252783 5924737 535 6 2,2 0,64 Sí Sí Sí
P13 ND-0801-2314 260736 5920652 821 50 12,4 4,87 No Sí No
P14 ND-0801-2060 1/1 743514 5950654 63 40 6,3 7 No Sí No
P15 - 743455 5950516 62 12 5,5 5,02 No Sí No
P16 ND-0801-2427 727370 5957271 121 2,5 2,15 2,43 Sí Sí Sí
P17 ND-0801-4159 1/1 760412 5884527 222 40 6,71 6,3 No Sí Sí
P18 ND-0801-2068 765426 5885021 258 49,2 12,83 13,45 Sí Sí Sí
P19 - 245950 5887522 475 - 4,97 2,05 No Sí No
P20 NR-0801-1772 759054 5914357 196 40 5,54 5,1 No Sí No
P21 ND-0801-6936 756802 5930808 146 9 9 6,6 No Sí Sí
P22 ND-0801-2629 743131 5928163 90 - 3,2 3,22 No Sí No
P23 ND-0801-2452 1/1 741173 5928670 86 40 13,3 13,13 Sí Sí Sí
P24 ND-0801-2328 1/1 725223 5928871 64 42,5 8,07 8,45 Sí Sí Sí
P25 ND-0801-5424 1/1 727194 5932595 62 35,4 19,5 19 Sí Sí Sí
P26 ND-0801-2306 1/1 726931 5935264 57 43 11,17 4,76 Sí Sí Sí
P27 ND-0801-2490 720257 5945748 66 3 1,08 2,13 Sí Sí Sí
P28 ND-0801-1397 1/1 730419 5941151 30 40 4 4,34 Sí Sí Sí
P29 NR-0801-2894 721411 5993126 207 6 0 0 No Sí No
P30 - 721484 5990591 261 60 33 0 No Sí No
P31 ND-0801-6218 723211 5970486 114 6 4,22 3,41 Sí Sí Sí
P32 ND-0801-6500 727536 5968700 91 5 1,25 0,75 Sí Sí Sí
P33 NR-0801-2627 734058 5962230 117 12 1,53 1,34 No Sí Sí
P34 - 739064 5960039 128 - 23,48 35,8 No Sí No
P35 NR-0801-1790 765265 5951222 135 50 3,49 3,33 Sí Sí Sí
P36 ND-0801-1936 760937 5952195 115 25 4,94 4,96 Sí Sí Sí
P37 ND-0801-2464 247183 5980831 163 30 2,3 2,7 Sí Sí Sí
P38 - 272522 5951420 496 24 6,4 15,01 Sí Sí No
P39 - 272562 5951671 502 24 14,1 0,95 Sí Sí No
P40 - 268800 5953831 422 60 23,8 18,65 No Sí No
P41 ND-0801-9456 242432 5961693 163 60 8,46 22,8 Sí Sí No
Profundidad
(m)N° Expediente
Coordenada
Este (m)
Coordenada
Norte (m)
Cota (m
s.n.m.)
Nivel Estático
mayo (m)
Ensayo de
bombeo
Parámetros
HidráulicosEstratigrafía
Nivel Estático
noviembre (m)
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Otros datos recopilados son los ensayos de bombeo, que consisten en extraer agua a un pozo
realizando mediciones en el tiempo de las variaciones del nivel estático. Al estudiar las reacciones
del acuífero producidas por el ensayo se pueden determinar los parámetros hidráulicos del acuífero,
tales como coeficiente de almacenamiento, transmisibilidad, etc.
En este estudio no se realizaron ensayos de bombeo en los pozos visitados, sin embargo, se poseen
algunos de ellos (Tabla 3.1). Estos fueron realizados como requisito para la inscripción del pozo
en la DGA, donde cada particular eligió la empresa responsable del ensayo. Cabe destacar que no
todos los expedientes presentan estos estudios. Algunos se solicitaron a través de la Ley 20.285 de
Transparencia y Acceso a la Información Pública de Chile, de los cuales solo se facilitó el resultado
del ensayo.
Dado lo anterior, se realiza una simulación de los ensayos de bombeo a través del software
AcuíferTest 2016.1 con el fin de obtener algunos parámetros hidráulicos (Tabla 2). Ambos valores
obtenidos, la transmisibilidad (T) y el coeficiente de almacenamiento (s), fueron calculados con el
método de Theiss con la corrección de Jacob. Esta simulación se realiza porque la mayoría de los
informes de ensayo de bombeo no dan el valor de estos parámetros, solo una tabla con la variación
del nivel estático con respecto al tiempo.
Cabe destacar que se calcularon los parámetros de las 3 microcuencas a modelar, lo que será
explicado de mejor manera en el modelamiento a través del software VisualMODFLOW. Puede
que en algunos casos existan más pozos dentro de estas microcuencas seleccionadas, pero como
no se tiene el ensayo de bombeo no se calcula ningún parámetro. Las curvas obtenidas durante cada
simulación se pueden observar en el Anexo 2.
Los pozos del P01-P07 representan a la microcuenca N°62 (ver Anexo 3), la cual se ubica en la
comuna de Trehuaco. Según la clasificación de Villanueva e Iglesias (1984) la transmisibilidad del
acuífero varía entre muy baja a media-alta, con un caudal extraíble de 1-50 l/s.
Los pozos del P22-P28 pertenecen la microcuenca N°45 (ver Anexo 3), toma gran parte de la
comuna de Bulnes. Según la clasificación de Villanueva e Iglesias (1984) la transmisibilidad del
acuífero varía entre muy baja a media-alta, con un caudal extraíble de 1-50 l/s.
Por último, los pozos del P38-P41 forman parte de la microcuenca N°17 (ver Anexo 3), abarca la
comuna de San Fabián y una parte de la comuna de San Carlos. Según la clasificación de
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Villanueva e Iglesias (1984) la transmisibilidad del acuífero varía entre muy baja a media-alta, con
un caudal extraíble de 1-50 l/s.
Tabla 2. Resultados de parámetros hidráulicos de la simulación de ensayos de bombeo. Específicamente:
Transmisibilidad (T) y Coeficiente de almacenamiento (s).
2.2 Caracterización de suelos
La clasificación de los suelos se efectúa acorde a los diferentes factores que actúan en su formación,
dentro de los cuales se encuentran la geología, morfología y el clima. Cada tipo de suelo está
asociado a un conjunto de propiedades físicas, tales como: textura, permeabilidad, porosidad, etc.
Posteriormente se describen los diferentes suelos que se localizan en el área de estudio, sobre la
base de información publicada por CIREN (1999).
Las propiedades hidráulicas del suelo se calculan en base a los datos granulométricos de cada serie,
los cuales son tomados del CIREN (1999). A través del porcentaje ponderado de arena, limo y
arcilla se pueden determinar los siguientes parámetros: punto de marchitez permanente, capacidad
de campo, conductividad hidráulica saturada y agua disponible, por medio de las ecuaciones
propuestas por Saxton et al. (1986), se obtienen los resultados compilados en la tabla 3.
El punto de marchitez permanente corresponde al grado de humedad de un suelo que rodea la zona
radicular de la vegetación, de manera que la fuerza de succión de las raíces sea menor que la
Pozo Expediente Coordenada E (m) Coordenada N (m) T (m2/d) s