Pacheco-Mangas, J. (2014). Estrategias ante la adversidad: la resiliencia en el discurso de los profesionales de Servicios Sociales Comunitarios. En Pastor, E. (Edit.) (2014). El Trabajo Social ante el reto de la crisis y la educación superior (pp. 951-958). Madrid: Universitas Resumen Introducción: la presente comunicación intenta ofrecer una síntesis de las conclusiones obtenidas en una investigación más amplia sobre el discurso profesional en los servicios sociales comunitarios, centrando su foco de análisis en los elementos del relato que muestran las estrategias y respuestas resilientes que ponen en práctica los profesionales y las organizaciones en las que trabajan, de cara a afrontar las demandas propias de su actividad, en un contexto cada vez más exigente y de mayor incertidumbre. Material y métodos: siguiendo una metodología cualitativa y la utilización del análisis del discurso en la propuesta de Wetherell y Potter (1996), se intentarán resaltar las líneas argumentales transversales que identifican las prácticas organizacionales e individuales más importantes relacionadas con el abordaje de la demanda y la puesta en práctica de estrategias resilientes. Resultados: las entrevistas realizadas a veinticinco trabajadores sociales de la provincia de Málaga muestran dos líneas argumentales en el discurso que reflejan una discrepancia entre las prácticas organizacionales y el comportamiento individual en relación al cumplimiento de los objetivos que tienen encomendados. Discusión: se pone de manifiesto como los profesionales del trabajo social se sobreponen a la adversidad desarrollando estrategias resilientes que les permiten una mejor adaptación y cumplimiento de los objetivos confiados. Por el contrario, se identifican en el discurso, una serie de comportamientos organizacionales entre los que destaca la dificultad de adaptación a la dinámica social cambiante, dificultando el éxito global de la intervención social. Palabras clave: servicios sociales comunitarios, análisis del discurso, comportamiento organizacional, resiliencia, práctica profesional.
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Estrategias ante la adversidad: la resiliencia en el discurso de los profesionales de Servicios Sociales Comunitarios
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Pacheco-Mangas, J. (2014). Estrategias ante la adversidad: la resiliencia en el discurso de los profesionales de Servicios Sociales Comunitarios. En Pastor, E. (Edit.) (2014). El Trabajo Social ante el reto de la crisis y la
educación superior (pp. 951-958). Madrid: Universitas
Resumen
Introducción: la presente comunicación intenta ofrecer una síntesis de las conclusiones
obtenidas en una investigación más amplia sobre el discurso profesional en los servicios
sociales comunitarios, centrando su foco de análisis en los elementos del relato que
muestran las estrategias y respuestas resilientes que ponen en práctica los profesionales
y las organizaciones en las que trabajan, de cara a afrontar las demandas propias de su
actividad, en un contexto cada vez más exigente y de mayor incertidumbre. Material y
métodos: siguiendo una metodología cualitativa y la utilización del análisis del discurso
en la propuesta de Wetherell y Potter (1996), se intentarán resaltar las líneas
argumentales transversales que identifican las prácticas organizacionales e individuales
más importantes relacionadas con el abordaje de la demanda y la puesta en práctica de
estrategias resilientes. Resultados: las entrevistas realizadas a veinticinco trabajadores
sociales de la provincia de Málaga muestran dos líneas argumentales en el discurso que
reflejan una discrepancia entre las prácticas organizacionales y el comportamiento
individual en relación al cumplimiento de los objetivos que tienen encomendados.
Discusión: se pone de manifiesto como los profesionales del trabajo social se
sobreponen a la adversidad desarrollando estrategias resilientes que les permiten una
mejor adaptación y cumplimiento de los objetivos confiados. Por el contrario, se
identifican en el discurso, una serie de comportamientos organizacionales entre los que
destaca la dificultad de adaptación a la dinámica social cambiante, dificultando el éxito
global de la intervención social.
Palabras clave: servicios sociales comunitarios, análisis del discurso, comportamiento
Strategies to adversity: resilience in professional discourse at
Community Social Services
Abstract
Introduction: this communication seeks to provide a synthesis of the conclusions of a
broader investigation into the professional discourse in the community social services,
focusing their analyzes focus on the elements of the story that show resilient strategies
and responses that implement professional and organizations in which they work, in
order to cope with its own activity demands in an increasingly challenging environment
and greater uncertainty. Material and methods: following a qualitative methodology
and the use of discourse analysis in the proposal of Wetherell and Potter (1996),
attempts to highlight the transverse lines of argument that identify the most important
organizational and individual practices related with the approach of the demand and the
implementation of resilient strategies. Results: interviews with twenty-five social
workers in Malaga show two storylines in the speech that reflects a discrepancy
between the organizational practices and individual behavior in relation to compliance
with the objectives which they are responsible. Discussion: evidenced as professional
social work overlap resilient to adversity developing strategies that allow them to better
adapt and fulfill the objectives entrusted. Conversely, are identified in the speech, a
number of organizational behaviors among which the difficulty of adapting to the
changing social dynamics, preventing the overall success of social intervention.
Keywords: community social services, discourse analysis, organizational behavior,
resilience, professional practice.
Introducción
Los servicios sociales en nuestro país han tenido un proceso de creación
complejo. Su construcción se ha caracterizado por la naturaleza integradora de las
estructuras anteriores, adaptándolas a la nueva realidad democrática, así como por su
celeridad en la puesta en marcha. En sólo cuatro décadas hemos pasado de un modelo
con un marcado carácter benéfico y de control social, hasta la configuración de un
sistema de servicios sociales propiamente dicho, ya en el periodo democrático y tras la
Constitución de 1978 (Cerdeira, 1987).
Las primeras leyes democráticas de servicios sociales surgen en la década de
1980 (País Vasco, 1982; Navarra, 1983) y es también en ese periodo cuando surge el
Plan Concertado de Prestaciones Básicas de Servicios Sociales (1988). En un sistema en
construcción, el citado Plan Concertado surge con el objetivo de garantizar un catálogo
homogéneo de prestaciones públicas y gratuitas de servicios sociales en el ámbito
comunitario (Gutiérrez Resa, 2001), integrados en los recién creados servicios sociales
de base, generales, de atención primaria o comunitarios, según la denominación
adoptada por las leyes de servicios sociales de cada comunidad autónoma.
Paralelo a esto, la profesión del trabajo social ha ido consiguiendo un espacio
propio entre las ciencias sociales, sabiendo aportar desde su nacimiento la búsqueda de
las potencialidades de cada persona, grupo o comunidad, como elemento distintivo de
su práctica. La presente comunicación, dentro del grupo de trabajo “El enfoque de la
resiliencia en el Trabajo Social: nuevos paradigmas para la investigación e intervención
social”, pretende aportar como en el discurso de quienes ejercen la profesión del trabajo
social, se encuentra de forma recurrente la adquisición y puesta en práctica de
competencias orientadas a la superación de las dificultades, tanto para sí mismos, como
en la intervención con personas, familias, grupos o comunidades para lograr su
desarrollo y bienestar. Como sostiene la Federación Internacional de Trabajadores
Sociales y la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (2000), “la
profesión de trabajo social facilita el cambio social y el desarrollo, la cohesión social, y
el fortalecimiento y la liberación de las personas”.
Es destacable, el difícil e imperfecto desarrollo competencial que ha tenido el
sistema de servicios sociales en nuestro país, circunstancia que ha contribuido a una
serie de peculiaridades entre las que destacan la escasa consolidación institucional,
problemas de coordinación y de desigualdad en el acceso (Alguacil, 2012). Esto, unido
a que las organizaciones prestadoras de servicios sociales comunitarios se encuentran
integradas en el sector público de las entidades locales hace que tengamos que
contemplar también los elementos definitorios de las organizaciones que conforman la
administración pública. Entre las características de estas organizaciones destacan, entre
otras, su funcionamiento que mantiene elementos de la lógica burocrática planteada por
Weber (1993) y la importancia que tienen en su misión los valores de cara a “facilitar
los criterios de conducta y acción que garanticen la eficacia y eficiencia de su gestión”
(Gabel-Shemuelia, Yamadaa & Dolan, 2013, p. 84).
El discurso de los profesionales va a estar marcado por la presencia de una serie
de construcciones entorno al fenómeno laboral, que también se extiende al resto de
contextos vitales. Centrándonos en el análisis realizado, podemos destacar la resiliencia
como un constructo que va a tener una influencia significativa en las acciones de los
profesionales, configurándose como un importante factor protector ante situaciones
adversas. Aunque no podemos referirnos a la resiliencia de manera unívoca, algunos
autores como Rirkin y Hoopman (1991) la definen como “la capacidad de recuperarse,
sobreponerse y adaptarse con éxito frente a las adversidades y desarrollar competencia
social, académica y vocacional, pese a estar expuesto a un estrés grave o simplemente a
las tensiones inherentes al mundo de hoy” (como se cita en Henderson & Milstein,
2003: 26). El desarrollo de capacidades resilientes en profesionales del trabajo social es
un proceso que se lleva a cabo desde su formación académica, facilitando, en su periodo
de actividad laboral, el afrontamiento de acontecimientos adversos y situaciones de
crisis (Palma-García & Hombrados-Mendieta, 2013). En definitiva se persigue una
buena adaptación al entorno en el que se desarrolla la actividad laboral.
La adaptación por tanto, clave en este proceso, se presenta no sólo en su
dimensión individual, sino también a nivel de las organizaciones prestadoras en el
ámbito de los servicios sociales, haciendo referencia a los esfuerzos que éstas deben
afrontar para un mejor ajuste al entorno y garantizar su propia supervivencia
(Linnenluecke, Griffiths & Winn, 2012). De este concepto podemos derivar el de
organización resiliente, como aquella que tiene la capacidad para recuperarse frente a la
adversidad y perturbaciones (Comfort, Boin & Demchack, 2010). La posibilidad de que
estos eventos traumáticos sucedan o que las organizaciones fracasen en el cumplimiento
de sus objetivos, hace que sea una cualidad deseable y perseguida por quienes ejercen la
dirección en las organizaciones (Lampel, Bhalla, & Jha, 2013).
Así, según Robb (2000, p. 27) encontramos las características que deben poseer
las organizaciones para ser resilientes: (1) capacidad para crear y disolver estructuras;
(2) proporcionar seguridad (no necesariamente estabilidad); (3) gestionar las
consecuencias emocionales de la transformación continua y el cambio (la ansiedad y el
dolor); y (4) aprender, desarrollarse y crecer.
La presente investigación, enmarcada en el ámbito de los servicios sociales
comunitarios, quiere centrarse en aquellos aspectos del discurso relacionados con el
desarrollo de estrategias resilientes a nivel individual por parte de los trabajadores y
trabajadoras sociales, así como acercarnos a la presencia de elementos organizacionales
en el relato que determinan la práctica y el cumplimiento de los objetivos profesionales.
Material y métodos
En relación al método, en la investigación original se utilizó un análisis basado
en la identificación de repertorios interpretativos presentes en el discurso de los
participantes. Esta comunicación, aprovechando el análisis del discurso realizado,
quiere centrarse en aquellos aspectos de la variabilidad discursiva que reconocemos y
relacionamos con la puesta en práctica de estrategias profesionales de abordaje de la
demanda y el desarrollo de respuestas resilientes en los profesionales participantes. El
análisis del discurso, siguiendo la propuesta de Potter y Wetherell (1996), pretende
adentrarse en el lenguaje mediante los conceptos de función, variabilidad, construcción
y el empleo de la unidad analítica del repertorio interpretativo, novedad respecto a otras
propuestas de análisis del discurso y que establece los patrones de regularidad
discursiva que se dan entre los hablantes. De esta forma, la variabilidad del discurso se
muestra como diferencias entre unidades lingüísticas vinculadas, que los autores definen
como “los elementos esenciales que los hablantes utilizan para construir versiones de las
acciones, los procesos cognitivos y otros fenómenos” (p. 66).
Para la obtención de los datos se llevaron a cabo veinticinco entrevistas en
profundidad con trabajadores/as sociales con amplia experiencia profesional y que
desarrollan su labor en tareas de información y orientación (entre otras) en Centros de
Servicios Sociales Comunitarios de la provincia de Málaga. Las entrevistas fueron
diseñadas para obtener de los participantes secuencias extensas de texto,
estableciéndose una guía temática que pretendía explorar distintos campos de la
actividad profesional de los sujetos: (a) vocación profesional; (b) definiciones e ideas
propias del servicio; (c) formas de abordaje de la demanda; (d) factores que influyen en
la calidad asistencial; (e) labor de empoderamiento ciudadano y promoción de derechos
y; (f) la percepción del futuro. Los datos fueron recogidos durante los meses de junio y
julio de 2013.
Resultados
Del discurso obtenemos dos líneas argumentales transversales a los repertorios
encontrados y que merecen ser mostradas y analizadas de forma separada. Se identifica
un relato referido a la propia construcción de la identidad profesional de los trabajadores
sociales, así como a aspectos relacionados con el contexto de la intervención social. Así
mismo observamos claras referencias al comportamiento organizacional que influye en
la construcción de las funciones profesionales y que además tiene incidencia en el
desarrollo de la resiliencia tanto a nivel individual cómo organizacional.
De esta forma, la búsqueda de potencialidades en el usuario y las estrategias
orientadas a la promoción de la autonomía se complementan con los planteamientos
metodológicos para el abordaje de la demanda, que permite en el usuario una toma de
conciencia sobre su problemática que actúa de facilitador para el logro de los objetivos
planteados, cómo vemos en los siguientes extractos:
Para mí lo que debería de ser es fomentar la autonomía, promocionar a las personas para que ellas puedas desenvolverse de manera más autónoma y resolver sus problemas por medios propios, porque no va a existir nunca un recurso para cada una de las demandas, y ahora lo estamos viendo. Si es verdad que ahora está teniendo una gran relevancia el técnico como recurso, y como recurso me refiero, a recurso de promoción de las personas, porque no existen recursos ni materiales lo suficientemente ágiles para las demandas que nos plantean (E-12). La toma de conciencia, sobre la propia necesidad es algo que construyo con el propio usuario. Yo siempre intentó hacerle ver que hay una situación y que la vea desde un punto de vista objetivo, desde fuera, porque a lo mejor la persona, por estar dentro del problema, pues no la ve igual. El que comprendan un poco su situación, vista desde fuera, y desde otro punto de vista, muchas veces le abre
los ojos y la persona ve que tiene otro tipo de necesidades, diferentes a las demandas que plantea inicialmente (E-7).
La reconducción de la demanda, esa labor de prospección casi etnográfica tan
arraigada entre los profesionales del trabajo social, “hace de la necesidad virtud”, al
plantear la propia indefinición del sistema de servicios sociales comunitarios, como una
fortaleza para la detección de necesidades y problemáticas, así como para la puesta en
práctica de estrategias dirigidas al empoderamiento de la población, como se puede
observar en el siguiente extracto:
El problema, aquí en los pueblos pequeños...; bueno, el problema o la ventaja, según se mire, Es que vienen a preguntártelo todo y claro, todo no entra dentro del ámbito de nuestro trabajo. Pero si es verdad, que detrás de eso, haciendo algunas preguntas, se pueden detectar muchas cosas. Hay que tener una visión de conjunto. No sólo como trabajadores sociales solucionamos una papeleta, mandamos una carta o hacemos un escrito. Tenemos una misión mucho más completa o al menos deberíamos de tenerla, vaya (E-23).
Como hemos referido anteriormente, la organización va a tener un papel
fundamental no sólo en la configuración del sistema de servicios sociales, sino también
en la interpretación y aplicación de la normativa a la realidad social en la que están
inmersas las organizaciones que los prestan. A éste respecto, los profesionales describen
en su discurso la escasa consolidación del derecho a las prestaciones de servicios
sociales. Esta perspectiva, que tiene un componente político e institucional importante,
también se ve influenciada por el aspecto organizacional más próximo, en este caso la
propia entidad local prestadora de los servicios. De esta forma en la definición del
contenido de la prestación entran en juego una serie de factores ideológicos y de
oportunidad política, económica y social que no siempre responden a las problemáticas
y necesidades del conjunto de usuarios:
Además, no creo que esté configurado como un derecho, porque no todo el mundo es capaz de preguntar y venir aquí, y porque las informaciones cambian mucho aquí, según las tendencias políticas, los momentos, pues... ahora
conviene esto, ahora conviene esto otro. No siempre actuamos en el beneficio del usuario así (E-2). Cuando hablamos nos podemos situar de muchas formas. Hay una problemática social fuerte, escasez de recursos y problemáticas muy graves a cubrir en muchas familias. Pero te puedes situar de muchas formas. Te puedes situar en un asistencialismo: le damos alimentos, que coman, probrecitos; o realmente intentamos trabajar la solidaridad, que sea una red, que colabore la población para que aquellos más vulnerables cubran sus necesidades, en definitiva que el resto de la sociedad haga su red. Pero para eso, nosotros tenemos que trabajar en la comunidad. Nosotros atendemos a sus demandas más importantes, pero paralelamente hay que ir trabajando su red social, porque si no, nos quedamos en lo puntal: que si tienes leche y pañales, pues ya está, ya he hecho mi trabajo. (E-3).
La prevención como elemento que debe marcar las prioridades del sistema de
servicios sociales comunitarios y que supondría el uso de una estrategia anticipatoria
ante eventos adversos, así como la incorporación de recursos informales al trabajo
diario, son dos de los elementos que los profesionales identifican como carencia de la
organización para lograr el éxito de la intervención social, como vemos en los extractos
que se muestran a continuación:
Desgraciadamente es que la gente viene aquí como último recurso, como flotador último, o es que es esto o me quedo descubierto. Sobre todo en los últimos tiempos que corren. Antes quizá hacíamos un trabajo más preventivo, pero ahora, menos preventivo es de todo, porque nos encontramos con situaciones tanto a nivel económico, laboral y familiar, desastrosas. Somos como su último balón de oxígeno. Digamos que ahora tenemos como dos usuarios, dos perfiles. Aquellos que venían antes, y aquellos que no habían venido nunca, pero se acercan ahora, porque no tienen cubierta ni sus necesidades básicas (E-15). La clave también está en afinar más, en los recursos que tiene la comunidad que estamos llevando. Hay recursos que no son digamos "oficiales", pero que están funcionando, y no los utilizamos. Ya sea, voluntarios para acompañar mayores, gente joven, etc. Son cosas que están en el barrio y que te vas enterando por casualidad. Tendríamos que estar ahí más presentes y no movernos sólo por lo oficial. Porque son cosas que funcionan y porque tenemos que adaptarnos a la realidad, y es que entre todos sumamos (E-4).
A pesar de esto, los profesionales asumen su parte de culpa en el relato
discursivo, producto de valoraciones subjetivas, injerencias políticas y falta de
reconocimiento del espacio profesional propio:
Le queremos echar la culpa el sistema, pero parte de culpa también la tenemos nosotros, que no nos paramos analizar […] nos dejamos guiar por el resto, por los que están por encima de nosotros y no queremos exigirle a los que están por encima nuestra “mira hasta aquí podemos llegar y como profesionales creo que deberíamos dar este tipo de información u esta otra”. Y muchas veces nos paran los pies y ahí tú dices lo que tú quieras, pues estoy de acuerdo contigo pero lo que hay que hacer es esto (E-10).
Discusión
El discurso de los profesionales nos muestra como su actual contexto de trabajo
en una realidad de grave crisis económica y social, supone una situación de adversidad
previa que se debe vencer mediante la puesta en práctica de estrategias resilientes. Esta
adversidad que se produce dentro del entorno laboral, se percibe como un proceso que
dificulta el desarrollo de las tareas que los profesionales tienen encomendadas en su
trabajo diario (Jackson, Firtko & Edenborough, 2007).
Pero es quizás la adversidad a la que se enfrentan día a día las trabajadoras y
trabajadores sociales en su quehacer diario lo que contribuye al desarrollo de estrategias
resilientes que facilitan la consecución de los objetivos profesionales (Barranco, 2011;
Palma-García & Hombrados-Mendieta, 2013). Se trata además de competencias que se
comienzan a adquirir desde el propio proceso de formación universitaria de forma
simultánea a la obtención de las competencias específicas de la propia titulación
(Palma-García & Hombrados-Mendieta, 2013b). Estos contextos, que suponen procesos
espontáneos para el desarrollo de la resiliencia puede verse complementado por otras
intervenciones diseñadas para tal fin, que investigaciones recientes han demostrado que
tiene efectos positivos sobre los niveles de resiliencia (Ingham, Riley, Nevin, Evans &