H I S T O R I A D E L A R T E Y L A O R F E B R E R I A I I
I
TIO 6to
9) Geométricos e informales. Jackson Pollock.Elegir una obra
realizada por el artista Jackson Pollock, analizar, describir y
escribir una opinión personal sobre el mismo.
Entregar por mail o classroom en dos hojas A4 como mínimo donde
figure la foto de la obra, autor, fecha de realización y
descripción de materiales.
EXPRESIONISMO ABSTRACTO
Surgió tras la II Guerra Mundial y el Holocausto, un periodo de
incertidumbre y estupor que, en lo artístico, dio lugar a formas de
creación desgarradas y llenas de contradicciones que parecieron
dejar a un lado el goce estético. Para Kermode suponen “variaciones
de lo apocalíptico” y deben afrontar el problema del vacío derivado
de una gran falta de imágenes de referencia tras desterrarse
antiguos héroes y narraciones y desvirtuarse los propósitos
transformadores de las vanguardias previas a la guerra.
Estados Unidos, y sobre todo Nueva York, dominaron el panorama
artístico dada la persecución de la creatividad experimental en los
estados totalitarios europeos y al establecimiento allí de muchos
artistas procedentes del continente (Mondrian, Ernst,
Chagall…).
Previamente al nacimiento del Expresionismo Abstracto, en
Estados Unidos reforzaron la posibilidad del arte con la vida
contemporánea tras 1945 el surgimiento del Federal Art project, la
presencia de muralistas mexicanos desarrollando obras de gran
formato y la de surrealistas que apelaban al subconsciente y al
abandono de las tradiciones europeas (el nuevo arte también se
basaría en el subconsciente y la libertad individual). El
movimiento representó el “triunfo de la pintura americana” entonces
y fue la marca cultural del país en la Guerra Fría.
A los expresionistas abstractos les fascina el mito del pionero
y sus implicaciones de soledad, dureza y énfasis en el proceso. Su
obra no obedece a un estilo unitario: define el movimiento su
afirmación del individuo y del carácter expresivo del arte. Como
el Informalismo, el Expresionismo Abstracto agrupa búsquedas
personales en torno al signo gráfico (trazo o mancha) y en torno a
la materia. Se afirma la materialidad del cuadro como superficie,
rechazando todo ilusionismo en cuanto a perspectiva y en cuanto a
representación de otra realidad que no sea la del propio trazo o
materia.
Los expresionistas abstractos mantienen el precepto de la sola
pintura, de un mandato de absoluta sinceridad y de la creencia en
el artista como individuo que se expresa a través del plano
pictórico, el gesto y la acción física.
Entienden la pintura como fruto de una experiencia dramática en
la que el artista, desencantado por su contexto e inspirado por el
Existencialismo, se refugia en su interior y abandona referencias.
Se rechaza la forma y se habla de mancha, textura, arenas, goteos…y
del proceso artístico como rito sustancial, de la pintura como
lugar durante ese proceso y como huella o documento del mismo
después.
El Expresionismo Abstracto se desarrolló conforme a dos
tendencias: Action Painting (enérgica y gestual, sus representantes
son Pollock, Kline y De Kooning) y Colour Field Painting (más
puramente abstracta, reposada, mística para Rosenberg. La
representa Rothko).
POLLOCK, JACKSON
Cody, Wyoming, 1912 - Springs, Long Island, (Nueva York), 1956
Pintor estadounidense.
Uno de los representantes más importantes del expresionismo
abstracto americano. Estudia en el Manual Arts High School de Los
Ángeles de 1928 a 1930 y en el Art Student´s League de Nueva York
de 1930 a 1933. Sus primeras obras están muy relacionadas con los
muralistas mexicanos y la cultura de los indios de Norteamérica,
por el simbolismo y los dibujos en la arena. La influencia de
Picasso, el surrealismo y el psicoanálisis se aprecia en el período
en el que participa en el Federal Art Project. Hacia 1946 – 47
inventa una nueva técnica: el dripping, con la que alcanza un éxito
notable. Pollock abandona el caballete y los pinceles tradicionales
y coloca sus telas tensadas en el suelo, sobre las que deja gotear
la pintura directamente de un bote. Esta forma de pintar el gesto y
las teorías surrealistas del automatismo van a ser decisivas en sus
obras, de ahí que esta pintura gestual fuese denominada action
painting (pintura de acción). Este tipo de pintura crea un nuevo
concepto de espacio, el all over, que invade toda la tela y rechaza
los puntos de énfasis y las partes identificables del lienzo. A
principios de los años cincuenta realiza sus Black paintings,
pinturas en blanco y negro semifigurativas; en otras ocasiones
combina el dripping con el all over. Muere alcoholizado y víctima
de un accidente de coche en 1956.
Expresionismo abstracto e Informalismo: las cinco
diferencias
Jackson Pollock. Autumn Rhythm (Number 30)
Se habló largo y tendido en la Fundación Juan March el pasado
febrero cuando se presentó la exposición “Lo nunca visto. De la
pintura informalista al fotolibro de postguerra (1945-1965)”: la
Segunda Guerra Mundial y el Holocausto dieron paso, como no podía
ser de otra forma, a un periodo de incertidumbre y estupor en todos
los aspectos: social, político y cultural. En lo artístico, ese
hacer frente a las miserias pasadas se manifestó en formas de
creación desgarradas en las que el goce estético tal y como antes
se entendía quedaba a un lado.
Kermode las bautizó como “variaciones de lo apocalíptico” y
tuvieron en común su surgimiento debido a la necesidad de hacer
frente al problema del vacío causado por una falta evidente de
imágenes de referencia tras desterrarse antiguos héroes y
narraciones y desvirtuarse los propósitos transformadores de las
vanguardias previas a la guerra.
Ambos movimientos surgen del mismo sentimiento dramático
derivado del golpe moral que supuso la guerra
Estados Unidos, fundamentalmente Nueva York, recogió el testigo
de París como gran escenario de las novedades artísticas nacidas
desde 1945 dada la persecución de la creatividad experimental en
los estados totalitarios europeos y a que muchos artistas del
continente se establecieron allí, como Mondrian, Chagall o Max
Ernst.
Con anterioridad al nacimiento del Expresionismo Abstracto,
en Estados Unidos se desarrollaron una serie de factores que
reforzaron la imbricación del arte con la vida contemporánea: el
surgimiento del Federal Art Project (ayudas del Gobierno
a artistas entre 1939 y 1943 a través de su contratación para
encargos públicos), la presencia de muralistas mexicanos
en el país trabajando en proyectos de gran formato y también la
de surrealistas que apelaban con sus obras al
subconsciente (el nuevo arte también se basaría en la subjetividad
y en la defensa de la libertad individual). A ello hay que sumar la
ineludible sensación, tanto para los artistas y la sociedad
americana como para los emigrantes, de estar iniciando una nueva
etapa.
El Expresionismo Abstracto vino a representar el “triunfo de la
pintura americana” en aquel momento y fue la marca cultural de
Estados Unidos en los comienzos de la Guerra Fría. Resumiremos sus
características principales.
A los expresionistas abstractos les fascinaba el mito del
pionero y sus implicaciones de soledad, dureza y énfasis en el
proceso. Su obra no obedece a un estilo unitario: define al
movimiento su afirmación del individuo y del carácter
expresivo del arte y, al igual que en el caso
del Informalismo, este movimiento agrupa búsquedas personales,
más que colectivas, en torno al signo gráfico (trazo o mancha) y en
torno a la materia. Se pone de relieve
la materialidad del cuadro como superficie, dejando
a un lado cualquier atisbo de ilusionismo, tanto en cuanto a
perspectiva como en cuanto a representación de otra realidad que no
sea la del propio trazo o materia.
Jackson Pollock en acción
Los expresionistas abstractos mantienen, por tanto, el principio
de la sola pintura y creen en el artista como individuo que se
expresa a través del plano pictórico, el gesto y la acción física.
Conciben la pintura como fruto de una experiencia
dramática en la que el artista, desalentado por un contexto
efectivamente perturbador e inspirado quizá por el contemporáneo
existencialismo, se refugia en su interior y abandona referencias
externas.
Rechazan las formas para adoptar manchas, arenas, goteos…
convirtiendo el proceso artístico en rito sustancial y la
pintura en lugar durante ese proceso y en huella o documento
del mismo después.
Como sabéis, se diferencian dos tendencias en el Expresionismo
abstracto: el Action Painting, enérgico y gestual, que tiene
en Pollock, Kline y De Kooning a sus principales representantes, y
el Colour Field Painting, más puramente abstracta, reposada y,
decía Rosenberg, mística. Rothko fue su valedor.
Los primeros trabajos de Pollock se enmarcan en un
estilo semiexpresionista sombrió evocador de El Greco; después se
dejó influir por el arte brillante de los indios americanos y su
escritura pictórica, la expresividad monumental de los muralistas
mexicanos, el surrealismo y la fase de Picasso más próxima a ese
movimiento, también por la caligrafía oriental.
En 1948 expuso por vez primera sus pinturas realizadas con la
técnica del dripping: trabajaba danzando o moviéndose en torno
al lienzo, dispuesto en el suelo. Relacionó ese proceso con el rito
por el que los indios pintaban con arena en el suelo y se dejó
llevar por una especie de automatismo vinculado al surrealismo. Su
proceso pictórico es vital y emocional y puede implicar
destrucción, vértigo, ansiedad o violencia. Sus obras de fines de
los cuarenta y principios de los cincuenta poseen, además, cierto
sentido rítmico, pese al deseo de Pollock de dar primacía al azar.
No buscaba atacar los valores del arte sino entablar intimidad con
la pintura.
Rothko, por su parte, pintó superficies llenas de color,
normalmente con dos grandes manchas dominantes. Ningún color parece
sólido, pues se adivinan a través de veladuras otras posibilidades
cromáticas. La producción de Rothko destaca por su simplicidad y su
sutileza, características que muchos han relacionado con la
búsqueda de una captación de lo sobrenatural. También se han
interpretado estos trabajos como paisajes, y Rosenblum los
relacionó con la noción de lo sublime en una etapa en la
que lo religioso quedaba en un segundo plano y el anhelo de lo
sobrenatural se volcaba en el arte.
Capilla Rothko, Houston
Por circunstancias obvias (conflicto sobre el terreno), en
Europa se hizo patente aún con mayor intensidad que en Estados
Unidos la imposibilidad de retomar el camino cultural interrumpido
y desvirtuado por la guerra. Aunque París perdió su lugar central
en el arte internacional, allí siguieron trabajando Picasso, Miró,
Braque o Matisse, que ejercerían una potente influencia en las
nuevas generaciones.
La inviabilidad de cualquier camino formalista de ideología
definida y el surgimiento de teorías filosóficas existencialistas
desembocaron en el refugio de los artistas europeos en la
subjetividad individual y su renuncia a lo que no fuera expresión
de sus abismos interiores.
Los informalistas, desencantados de utopías colectivas o
ciencias positivas, apostaron por el recurso único y último
de lo subjetivo, irracional e inmediato, que entendían como
verdad innegociable y como forma de relación con uno mismo y con el
entorno, del que interesa lo más humilde y hasta entonces
despreciable. Se propone una aproximación a lo más profundo,
haciéndolo emerger.
CERCA Y LEJOS, A LOS LADOS DEL OCÉANO
Establecemos cinco diferencias fundamentales entre Expresionismo
Abstracto e Informalismo:
– La primera la marca el contexto. Estados Unidos, poder
emergente en lo político y económico, iniciaba también en lo
cultural una nueva era desde una renovada conciencia nacional. La
cultura de una Europa devastada hablaba de duelo.
– La escala de las obras de los expresionistas abstractos
era épica y grandiosa; la de los informalistas, íntima y
reducida.
– En Estados Unidos se da mayor importancia a la pincelada
dramática y lo dinámico; En Europa, a la materia y lo estático.
Hablamos, por ello, de modos distintos de relacionar el tiempo y la
pintura.
– Respecto a la actitud estética de unos y otros artistas, el
arte estadounidense era más consciente de su impacto, en cierto
sentido, audaz; el Informalismo tiene un carácter más intimista,
poético y concentrado.
– Los informalistas no mantuvieron las estrechas relaciones
personales que sí cultivaron los creadores norteamericanos ni
lograron el apoyo comercial de aquellos hasta más adelante.
También podemos citar tres semejanzas:
– Ambos movimientos surgen del mismo sentimiento dramático
derivado del golpe moral que supuso la guerra y los totalitarismos,
que tanto en Europa como en EE.UU derivaron en una exaltación de lo
individual como último refugio.
– Sus artistas comparten dilemas y contradicciones: se mueven
entre la improvisación y la búsqueda de fórmulas, la abstracción y
la representación, la primacía dada a los procesos y al mismo
objeto resultante.
– Dentro de ambos movimientos, podemos hablar de
personalidades diferenciadas más que de estilos unitarios, en
consonancia con esa común idea citada de arte como expresión de lo
individual.
Jean Dubuffet. Société d’outillage, 1964
Destacaremos entre los informalistas
a Dubuffet, Burri y Tàpies (aunque os
sugerimos bucear también- más adelante lo haremos- en
los Hôtages de Fautrier). El primero habló de
la pintura como acto psíquico pues, como el Expresionismo
Abstracto, el Informalismo heredó de los surrealistas su interés
por el inconsciente y la técnica del automatismo: gesto
pictórico rápido sin concesiones a la intervención de la razón que
se manifiesta sobre el lienzo en signos o caligrafías de apariencia
salvaje o violenta.
Propuso lo que solemos llamar “una belleza otra”: la basada en
texturas, materias, signos y gestos, la de la piel del cuadro
concebida como piel del mundo. Le interesaban el arte infantil, el
de los locos, las pintadas callejeras o las manchas y marcas de
paredes y aceras, y exploró las posibilidades estéticas de los
materiales y superficies surgidos durante la posguerra. Obsesionado
con lo “anticultural”, trató de escapar de las barreras del buen
gusto y elaboró esculturas con escoria, metal y cartón-piedra o
cuadros con hojas y alas de mariposa. Sus obras destacan por su
tosquedad y complejidad.
Alberto Burri. Rosso Plastica
En esa misma estela, Burri empleó arpillera y trapos viejos,
plástico quemado y fundido y hojas de estaño e incorporó alusiones
existencialistas a la angustia metafísica. Comenzó a pintar antes
del fin de la guerra, en 1944, y expuso por primera vez en
1947.
Tàpies, por su parte, autodidacta e influido por pintores de la
materia franceses como Fautrier, destaca por sus composiciones
cuidadosamente organizadas y por la plasmación de una naturaleza
serena y meditativa frente a la volcánica abstracción gestual.
Ordena los planos en pasajes expansivos a veces vacíos y recurre
a formas simples de estructura ordenada. La tensión de sus obras
procede del contraste entre los espacios de nuevo vacíos y
silenciosos y los dotados de forma, en suma, entre azar y orden,
protuberancias y depresiones.
A veces incorporaba inscripciones enigmáticas que remiten a
pictogramas asirios o egipcios; otras veces mostraba una suerte de
paisajes primigenios no metafísicos sino telúricos. Habitualmente
oscuras o pardas, sus pinturas parecen aparentemente monócromas,
pero en realidad las atraviesa una sutil gama cromática. Se han
interpretado a veces como contraimágenes a la euforia por la alta
tecnología.
Como Fautrier y Dubuffet en su época temprana, Antoni Tàpies
utilizó yeso, arcilla, arena o cemento y, sin introducir figuras
humanas, sí incorporó presencia humana a través de trazos
manuales.
Antoni Tàpies. Cruz y tierra, 1971