Jesús Cañada IÑAKI Aurrekoetxea Aurre (Zamu- dio, 1953) finalizó sus estudios de Arquitectura en la ETSA en 1978. Ha desarrollado su actividad profe- sional tanto en el ámbito privado como en el público –ha sido direc- tor de Vivienda y Arquitectura del Gobierno vasco y asesor municipal de los Ayuntamientos de Busturia y Zeberio–. Durante su ejercicio pro- fesional ha ganado varios premios y concursos, como el Especial de Sur- bisa, el del Planetario de Pamplona, el Teatro de Estepona, viviendas en Kueto, lonja de Pescado de Onda- rroa... y ha sido objeto de publica- ción en diferentes revistas de Arqui- tectura. Es un arquitecto con una vi- sión empresarial y global de la pro- fesión y ha trabajado, sobre todo, en Bilbao y en Bizkaia, participando activamente en la transformación de la Villa. –¿Cuándo y por qué decidió es- tudiar Arquitectura? –No voy a decir que mi relación con la Arquitectura fuera vocacio- nal del todo. En mi casa, desde pe- queño, se hablaba de que iba a ser arquitecto, mi padre trabajaba en el sector e influyó bastante en la deci- sión sobre qué estudiar. Realmente empecé a sentir más la profesión cuando vine a abrir la escuela de Arquitectura de Donostia, con una relación más intensa, una sensibili- dad diferente, entre todos los que formamos parte de aquella expe- riencia, de aquel germen de escuela –¿Cómo fueron sus inicios pro- fesionales? –Terminé los estudios en una época de crisis, el trabajo escaseaba y teníamos una expectativa difícil. En aquella época, poco después de la muerte de Franco, recién aproba- do el Estatuto de Autonomía, había mucho paro, pero también había ilusión. Los primeros trabajos fue- ron pequeñas cosas, una dirección de obra en Getaria, chapucitas en Ondarroa, trabajos en la Comisión de Cultura del Colegio, etcétera. Se trataba de sobrevivir. Era casi como ahora, pero con menos arquitectos. La Administración estaba en consti- tución, se necesitaba gente y asi sur- gió la oportunidad de entrar en el Gobierno vasco. Se puede decir que para mí ahí empezó todo. –¿Qué recuerda de su trabajo en la Administración? –Recuerdo mi paso por la Admi- nistración como una época estupen- da y sorprendente. Cuando entré, estaba todo por hacer, había que crear una conciencia urbanística en la sociedad, recoger las competen- cias de Vivienda y crear unas diná- micas en el sector, etcétera. El gru- po de gente con quien coincidí, que formamos parte de aquella época, fue increíble: nos unía el espíritu de trabajo, la colaboración, la ilusión por crear y avanzar. Fue una expe- riencia única e irrepetible. Además, creo que la Administración es o puede ser una escuela estupenda, al menos para mí sí que lo fue, sobre todo, porque tuve la oportunidad de continuar, con la responsabilidad de una Dirección General, la de Vi- vienda y Arquitectura, que terminó por darme la última formación y co- nocer del todo ese mundo de la Ad- ministración. –¿Y del primer estudio con su hermano menor Josu –prematu- ramente fallecido– y con Iñigo de Viar, que fue el embrión de su es- tudio actual en el que ya participa su hijo Asier? –Después de los primeros años en el Gobierno decidí dejarlo y abrir mi propio estudio. Coincidió que mi hermano estaba terminando sus es- tudios de Arquitectura y tenía un ín- timo amigo, Iñigo Viar, que iba un curso por delante de él. Eran épocas de escaso trabajo y fue arriesgado dejar la Administración, empezando otra aventura, junto a Iñigo, recién licenciado y después se integró mi difunto hermano Josu. Empezamos a mirar concursos y entre ellos sur- gió el del Planetario de Pamplona, que tuvimos la suerte de ganar. El Gobierno Navarro tenía prisa en ha- cer esa infraestructura, de modo que el concurso y el proyecto se desarro- llaron inmediatamente. Fue un tra- bajo muy interesante, desde el punto de vista tecnológico al tratarse de un Planetario con una bóveda de treinta metros y un proyector Karl Zeiss. –Su estudio ha colaborado con otros de nivel internacional en im- portantes obras en los últimos años. ¿Cómo está resultando esa colaboración? –Después de mi segunda etapa en el Gobierno, periodo de gran eclo- sión residencial, también en Bilbao, después de 1996, tuve la posibilidad de colaborar con Arata Isozaki en un proyecto para recuperar de la quie- bra el proyecto del Depósito Franco en Uribitarte, a partir de que un cliente mío adquiriera los derechos edificatorios. Este proyecto, que re- quería no solo de la colaboración entre estudios sino también el desa- rrollo de una gestión urbanística, en el que había poco tiempo, y mucha presión, fue una experiencia estu- penda y también fue nuestra lanza- dera en las colaboraciones con ofici- nas de arquitectos internacionales. Hemos colaborado con Isozaki, Chipperfield, Nouvel, MVRDV, Krier, Breitman además de con Starck, Mariscal, Salas, Wirtz (pai- sajista), en diferentes proyectos. El hecho de trabajar con personas de diferentes países y culturas me ha proporcionado una experiencia bas- tante completa en todos los sentidos. –¿Podría explicarnos las parti- cularidades de alguno de estos proyectos? –Cada proyecto tiene sus particu- laridades, sus singularidades, aun- que también hay similitudes porque muchos patrones se repiten. Por ejemplo, trabajar con los japoneses es complicado porque primero hay que comprender su forma de ser y de pensar, cómo están estructurados, cómo están jerarquizados. Todos los aspectos del diseño que ellos reali- zaban no se podían modificar, por- que los había hecho Isozaki, y sólo él los podía variar. Aunque estuvié- ramos con él por la calle o bajando en el ascensor, de estas cuestiones sólo hablaba el promotor con él. Otro rasgo curioso es que ellos se imaginan cómo debe ser algo aun- que no sea así: recibimos una vez un plano acotado de despiece de la pie- dra de fachada acotada en milésimas de milímetro y diles que para qué sirve esa cota... Podría contar mu- chas anécdotas. –¿Cree que, además de apren- der, también se transmite algo en estas colaboraciones? –De todo se aprende y al igual que nosotros aprendemos de ellos, creo que ellos también aprenden algo de nosotros, aunque no nos lo cuenten. Lo que es evidente es la variación que se produce en el trato desde el inicio hasta el final de los trabajos; además se pierde el miedo a traba- jar, a proponer, a transmitir. Se for- ma un equipo en el que ambas partes son importantes, y nuestras aporta- ciones ofrecen el conocimiento lo- cal, la forma de construir, un equili- brio, una información, muchas co- sas. Toda obra es una conjunción de las aportaciones de todos. –¿Considera que la forma de trabajar de los arquitectos dentro de un estudio en Europa es similar a la que se está desarrollando en Asia o América? –Hay diferencias entre las formas de trabajar dentro de Europa muy importantes ya que no se trabaja de igual forma en cada país. Sin embar- go, sí se puede afirmar, de forma ge- nérica, que hay una forma de traba- jar más precisa en Europa, que pue- de trasladarse a otras zonas en las no existe esta dinámica. –¿Su estudio está trabajando actualmente en otros países? –Hemos colaborado en un hotel en Cannes y estamos planteándonos trabajar en México, Uruguay, Bar- hein, Arabia, Magreb... Confiamos en que esta esperanza se convierta pronto en realidad. Tras esta crisis resulta evidente que hay que abrir el campo de trabajo; somos capaces de ello y sabemos competir. –En cuanto a la profesión de ar- quitecto, ¿cómo está afectando la crisis del sector inmobiliario al trabajo de los estudios? –Pienso que ha afectado tremen- damente, no hemos estado prepara- dos para esta situación, en la que además, no tenemos muchas cosas que podamos hacer, fundamental- mente porque dependemos de terce- ros para trabajar. ¿Cómo se crea un promotor? ¿Cómo se crea un clien- te? ¿Cómo se inventa un trabajo? Hemos tardado en ser conscientes de la crisis porque había trabajo en marcha, y también tardaremos en re- cuperarnos. Esta crisis nos va afec- tar más que las anteriores, porque creo que ha sido más estructural, va a cambiar el esquema de necesida- des y por lo tanto de la oferta. –¿Considera que deben formar- se equipos multidisciplinares? –Siempre he creído en que los equipos debían ser multidisciplina- res para el trabajo aquí, pero consi- dero que es fundamental para salir fuera, hay que ofertar cosas diferen- tes para hacer más atractiva nuestras ofertas. Creo que estos equipos de- ben de trascender de los meramente técnicos y agruparse con constructo- ras, promotores, en definitiva agen- tes del sector con ganas de trabajar. –¿Cree que existe buen nivel en la Arquitectura que se proyecta y construye en Bizkaia? –En general en Bizkaia y en Eus- kal Herria se proyecta y se constru- ye a un excelente nivel. Nuestra ma- nera de proyectar es más real, menos utópica, enraizada en nuestra mane- ra de ser y entender el trabajo, con compromiso y esfuerzo. Creo que tenemos excelentes ejemplos de buena Arquitectura proyectada por arquitectos vizcainos y vascos, solo tenemos que pasear por nuestros pueblos y ciudades; hay mucho y bueno y en esto creo que la Escuela de Donostia tiene mucho que ver. –¿Qué obras de Arquitectura destacaría en Bilbao y por qué motivos? –Podría caer en los tópicos típicos y mencionar a los de siempre, los que la mayoría conocemos, pero creo que también hay obras de refe- rencia, como los trabajos de IMB, un equipo que ha trabajado con res- ponsabilidad, delicadeza y buen ejercicio; las viviendas de Coope- raCtiva en Rekalde por ser un ejerci- cio de Integración y de propuesta Urbana de Viviendas Protegidas Pú- blicas; y las viviendas en Gardoki de Luis Domínguez, por el ejercicio compositivo de integración del edi- ficio en el Ensanche. “Hemos tardado en ser conscientes de la crisis porque había trabajo en marcha y también tardaremos en recuperarnos” “Tras la crisis resulta evidente que hay que abrir el campo de trabajo” 9 junio de 2014 Bilbao Iñaki Aurrekoetxea Aurre, arquitecto “Nuestra manera de proyectar es más real, menos utópica”