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ENTRE PREMIOS Y RECORTES: EL ZIGZAGUEANTE PROCESO DE EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES RURALES M. Pallarès-Blanch (1), A.F. Tulla (2), Antònia Casellas (3) y Ana Vera (4) (1) Centro de Desarrollo Rural Integrado de Cataluña, Ctra. Coll de Jou, s/n, km 2, 25280 Solsona- Lleida. [email protected] Marta Pallarès-Blanch es técnica en la Fundación Centro de Desarrollo Rural Integrado (CEDRICAT), contratada del programa Talent-Empresa de pre-doctores. Este artículo se ha realizado en el marco de su proyecto de tesis en la Universitat Autònoma de Barcelona. (2) Dpto. Geografía, Fac. Letras, Universidad Autónoma de Barcelona. 08193 Bellatera- Barcelona. [email protected] Antoni F. Tulla, CU geografía (UAB) (3) Dpto. Geografía, Fac. Letras, Universidad Autónoma de Barcelona. 08193 Bellaterra- Barcelona. [email protected] (4) Dpto. Geografía, Fac. Letras, Universidad Autónoma de Barcelona. 08193 Bellaterra- Barcelona. [email protected] Resumen: A pesar del rápido ascenso de la participación de las mujeres en la política parlamentaria española, a partir del 2011 el porcentaje ha descendido. En el ámbito rural, tradicionalmente poco receptivo con respecto a la paridad de género, se observa la misma tendencia, como ejemplifica el caso de los Pirineos Catalanes. Este artículo plantea los posibles límites de las políticas paritarias en el ámbito rural analizando como la participación de las mujeres en la política formal se relaciona con patrones segregacionistas de género, a la vez que se investigan los mecanismos de movilización y organización de las mujeres en redes de cooperación. El estudio permite ampliar el conocimiento sobre los mecanismos de empoderamiento de las mujeres ante los retos de la democracia participativa en el siglo XXI. 1
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Entre premios y recortes: el zigzagueante proceso de empoderamiento de las mujeres rurales

May 01, 2023

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ENTRE PREMIOS Y RECORTES: EL ZIGZAGUEANTE PROCESODE EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES RURALES

M. Pallarès-Blanch (1), A.F. Tulla (2), Antònia Casellas(3) y Ana Vera (4)

(1) Centro de Desarrollo Rural Integrado de Cataluña, Ctra.Coll de Jou, s/n, km 2, 25280 Solsona- Lleida. [email protected] Pallarès-Blanch es técnica en la Fundación Centro deDesarrollo Rural Integrado (CEDRICAT), contratada delprograma Talent-Empresa de pre-doctores. Este artículo seha realizado en el marco de su proyecto de tesis en laUniversitat Autònoma de Barcelona.(2) Dpto. Geografía, Fac. Letras, Universidad Autónoma de Barcelona. 08193 Bellatera- Barcelona. [email protected] F. Tulla, CU geografía (UAB)(3) Dpto. Geografía, Fac. Letras, Universidad Autónoma de Barcelona. 08193 Bellaterra- Barcelona. [email protected] (4) Dpto. Geografía, Fac. Letras, Universidad Autónoma de Barcelona. 08193 Bellaterra- Barcelona. [email protected]

Resumen: A pesar del rápido ascenso de la participación de lasmujeres en la política parlamentaria española, a partir del2011 el porcentaje ha descendido. En el ámbito rural,tradicionalmente poco receptivo con respecto a la paridadde género, se observa la misma tendencia, como ejemplificael caso de los Pirineos Catalanes. Este artículo plantealos posibles límites de las políticas paritarias en elámbito rural analizando como la participación de lasmujeres en la política formal se relaciona con patronessegregacionistas de género, a la vez que se investigan losmecanismos de movilización y organización de las mujeres enredes de cooperación. El estudio permite ampliar elconocimiento sobre los mecanismos de empoderamiento de lasmujeres ante los retos de la democracia participativa en elsiglo XXI.

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Palabras clave: Empoderamiento de las mujeres,participación en la política formal, activismo social,techo de cristal, inclusión, redes de cooperación y enfoqueascendente.

Abstract:Despite the rapid increase in the involvement of women inthe Spanish parliamentary politics, since 2011 theproportion has declined. In rural areas, traditionallylittle receptive with respect to gender parity, localgovernment show women´s stagnation rates, as exemplified bythe case of the Catalan Pyrenees. This paper examines thepossible limits of parity policies in rural areas analyzinghow the participation of women in formal politics isrelated to patterns of gender segregation, whileinvestigating the mechanisms of mobilization andorganization of women´s networking. The study broadens theunderstanding of the mechanisms of empowerment of women andthe challenges of participatory democracy in the XXIcentury.

Key words: Women's empowerment, participation in formal politics, social activism, glass ceiling, inclusion, cooperation networks and bottom-up approach.

La presencia de las mujeres en los órganos derepresentación política en España ha experimentado unrápido aumento desde la restauración de la democracia afinales de 1970. Sin embargo, al inicio de la segundadécada del siglo XXI este proceso muestra signos deestancamiento en determinadas zonas rurales, comoejemplifica el caso de la región catalana del Alto Pirineoy Aran. En la práctica de la política formal se identificanlas mismas pautas sexistas que en el mercado laboral, encuanto a la segregación entre sexos según competenciastemáticas y niveles de responsabilidad. Las mujeres ruralesse concentran en las áreas de gestión pública conpresupuestos más bajos. Además, mucho más difícil que estaren política como concejala es hacerlo desde el cargo deresponsabilidad como alcaldesa. Al mismo tiempo, lapermanencia en la política es menos prolongada en las

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mujeres1. Estas dinámicas sexistas se registran en todoslos ámbitos territoriales, aunque de forma más acusada enlas zonas rurales. Para Ana Sabaté y María Ángeles Díaz2,la importancia de avanzar en la representatividad políticade las mujeres en las áreas rurales se puede argumentar apartir de tres planteamientos normativos: 1) por lanecesidad de una equidad de género (igualdad deoportunidades) en base a la idea de justicia social; 2)para asegurar la estabilidad demográfica, social yeconómica de las áreas rurales y 3) para dar visibilidad yreconocimiento a las aportaciones de las mujeres aldesarrollo rural, capitalizando sus habilidades y recursosadquiridos socialmente.

Por otra parte, observamos un creciente reconocimientoinstitucional, precisamente más notorio en las zonasrurales, hacia la labor emprendida por las mujeres en elcampo de la emprendeduría y de creación de autoempleo.Paralelamente sin embargo, los presupuestos que más puedeninfluir en las condiciones de vida y de trabajo de lasmujeres, en particular en las zonas rurales, son los másafectados por las medidas de reducción de la inversiónpública. Esta contradicción estructural, expresada entérminos de premios, por un lado, y recortes, por otro, esconsubstancial al sistema patriarcal3. Es por este motivoque identificamos una trayectoria zigzagueante en elproceso de empoderamiento necesario para que las mujeresdispongan de igualdad de oportunidades de facto.

Con esta investigación nos proponemos ilustrar lascuestiones más relevantes en este proceso de transición delas mujeres en la política local en zonas rurales.Presentamos en primer lugar, el marco en el que secircunscriben las teorías sobre representación política yempoderamiento de las mujeres. En segundo lugar, exponemosbrevemente el contexto socioeconómico actual de las mujeresrurales y describimos los datos que informan de laevolución de la representación de las mujeres en lapolítica formal en España en los ámbitos estatal,autonómico y local desde las primeras eleccionesdemocráticas hasta el 2013. Para ello, partimos de fuentessecundarias proporcionadas por la sección “Mujeres en cifras”del Instituto de la Mujer y el Banco de Datos "Mujeres y

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Hombres Protagonistas en las Instituciones Democráticas Catalanas",elaborado por Marta Corcoy Rius y Patricia Laura Gómez, delprograma Ciudades y Personas, del Instituto de CienciasPolítica y Sociales de la Universidad Autónoma deBarcelona. También se han usado las bases de datosestadísticos del Instituto Nacional de Estadística (INE) yel Instituto de Estadística de Cataluña (IDESCAT). Por otrolado, se analizan entrevistas semi-estructuradas a 15mujeres y 15 hombres involucrados en la política local enla región del Alto Pirineo y Aran4(ver Figura 1). Lasentrevistas fueron realizadas con la ayuda del InstitutoCatalán de las Mujeres de la Generalitat de Catalunya. Eneste documento seleccionamos tres cuestiones de laentrevista: 1) Motivos para participar en la políticalocal, 2) Disponibilidad de candidatas y 3) Valoración dela presencia de mujeres en la política local y posiblesdiferencias, si las hubiere, con las de los hombres. Estainformación cualitativa se explora para ahondar en lascausas que han motivado a las mujeres y los hombresentrevistados a involucrarse en la política local,identificando las dificultades y los aspectos facilitadoresen su acceso a la política formal, tomando por referenciala región catalana del Alto Pirineo y Aran (ver Figura 1).Finalmente, en las conclusiones valoramos estos resultadosen relación al proceso de empoderamiento de las mujeres.

Figura 1. Localización de la región de estudio

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Fuente: Elaboración propia a partir de las bases cartográficas del Departament de Territori i Sostenibilitat. Medi Ambient (2012).

Figura 1. Localización de la región de estudio

El proceso de empoderamiento de las mujeres en lapolítica rural

La exclusión de las mujeres ha sido durante siglos unacaracterística de los regímenes democráticos. La lucha delas sufragistas por el derecho al voto consiguió laincorporación de las mujeres a la ciudadanía política,proceso que culminó bien entrado el siglo XX. En España elsufragio femenino se reconoció en la Constitución de 1931de la Segunda República. Sin embargo, la incorporación delas mujeres a la política se produce a un ritmo más lentoque su introducción al mercado de trabajo. En el 2012, sellega al 55,87% de Tasa de Población Activa Femenina5 enCataluña, siendo el 53,41% en España y el 65,5% en UE-27.En cambio, el porcentaje de mujeres en parlamentosnacionales es solo del 20,3%6 a nivel mundial y del 25%7 enla Europa-27.

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La regulación en medidas de fomento de la paridad de sexosse introduce para paliar esta infrarrepresentaciónestructural de las mujeres en los órganos políticos8. Laparidad, entendida como la participación equilibrada demujeres y hombres en las posiciones de poder y toma dedecisiones en todas las esferas de la vida, constituye unacondición clave para la igualdad entre los sexos. Laparidad de sexos en la representación política reflejamejor la composición de la sociedad y garantiza laparticipación de las mujeres en la elaboración de laspolíticas públicas. Por ello, la normativa europearecomienda9 el reparto de las posiciones de poder y de tomade decisiones entre el 40% y el 60% por sexo. Sin embargo,en 2012 sólo cinco países de la UE-27 contaban conparlamentos paritarios en sus estados nacionales: Bélgica,Holanda, Islandia, Noruega y Suecia10. Tanto en estospaíses, como en aquellos en los que el porcentaje demujeres en el Parlamento se acerca al 40%, se hanintroducido medidas de cuota de representación. En algunoscasos, las cuotas han sido asumidas de forma voluntaria porlos partidos, adoptándolas en la elaboración de lascandidaturas electorales. En otros casos, los mecanismos deacción positiva han tenido un carácter legal oconstitucional11. En España los efectos de la aplicación delas medidas paritarias que marca la Ley 3/200712 sereflejan en un claro aumento de la representación de lasmujeres, aunque la paridad no se ha conseguido debido a lapresencia mayoritaria de las candidatas en las últimasposiciones. Este fenómeno se reproduce en todos lospartidos, aunque en menor medida en los que ya disponían deuna cuota paritaria fijada voluntariamente para laelaboración de las candidaturas, generalmente, en partidosde izquierda y centro-izquierda13. Por tanto, se puedeargumentar que el porcentaje de mujeres en las listasresulta un instrumento insuficiente para garantizar laparidad efectiva en los cargos públicos. Para seguiraumentando la participación de las mujeres, y garantizarque sean elegidas, se hace necesario introducir medidascomplementarias, como las listas cremallera, en las quemujeres y hombres se alternan sucesivamente en lasposiciones a lo largo de la lista14.

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En los estudios sobre género y política domina el enfoqueque los factores de oferta y demanda que afectan a laparticipación política de las mujeres15. En términos deoferta, la falta de candidatas se explica por una menorafiliación a los partidos y una menor participación en lapolítica formal por parte de las mujeres. Por otro lado,las mujeres tienen que hacer frente a una serie de factoresde la demanda relacionados con el acceso a la esferapública. La principal barrera en este ámbito es la culturapolítica que domina en los centros de poder, donde lasdirectrices que definen la meritocracia y las cualidadesnecesarias para ocupar un cargo llevan un sello claramentemasculino16. Debido a ello las mujeres pueden versesometidas a constantes pruebas de competencia, dado que superfil frecuentemente no se ajusta al de los hombres. Estacultura organizacional con raíces patriarcales sigue siendofuerte en las zonas rurales, especialmente en las demontaña17. Por último, la vida política y las actividadesde los partidos suelen coincidir con los horarios en losque las mujeres tienden a estar más ocupadas en el cuidadode los hijos u otros dependientes. Esta amalgama delimitaciones se conoce por el concepto "techo de cristal"ya que, a pesar de la inexistencia de barreras sexistaslegales, actúa restringiendo el acceso de las mujeres a lospuestos de máxima responsabilidad18.

El enfoque de oferta y demanda ha sido cuestionado enrecientes estudios19 considerándolo un modelo importado dela economía liberal, basado en el supuesto equilibro entreoferta y demanda del mercado, equilibro que, según lacrítica no se produce. Desde esta perspectiva se argumentaque las diferencias de representación de las mujeres entrepaíses no se explican por factores de oferta y demanda comofuerzas abstractas. Para comprender tales diferencias hayque reconocer el papel de las normas y de las prácticas entérminos de género y cómo éstas intervienen en los partidospolíticos y en los sistemas electorales20. El estudio deBækgaard y Kjaer (2011) sobre representación de las mujeresen la política danesa, apoya la tesis de Krook. Así,mientras que se registran claras restricciones en laoferta, tanto a nivel de verticalidad (niveles de cargospor responsabilidad), como horizontalidad (áreas

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competenciales por temática), no se registra ninguna por loque respecta a la demanda21.

Las dificultades de construcción y garantía de laciudadanía femenina se explican, en parte, porque sólo muyrecientemente la teoría sobre la ciudadanía ha sidopermeada por el enfoque de género22. Según Cobo23 la paridadataca el núcleo básico de la democracia patriarcal alproponer una nueva distribución del poder entre hombres ymujeres. Por este motivo las acciones positivas en pro dela paridad no están exentas de polémicas e incluso derecursos legales por parte de los partidos másconservadores24. La superación del déficit derepresentación femenina mediante la paridad debe formarparte de una propuesta más amplia hacia un nuevo contratosocial, donde también las responsabilidades familiaresestén repartidas de forma equilibrada entre hombres ymujeres. En la medida en que la autonomía y la libertad sonlos rasgos que definen al ciudadano, la dependencia sesepara del debate político. Al instalarse ésta en la esferaprivada, origina una relación de dependencias en cadena:las mujeres dependientes de los hombres y las personasdependientes, sean niños, personas enfermas, discapacitadaso viejas lo son de las mujeres25.

El mismo concepto de ciudadanía ha sido revisado porautoras como Benhabib y Cornella (1990), Young (2000),Fraser (2008) o Pateman (1996) las cuales critican lasconcepciones liberales de la ciudadanía, así como laposición de Habermas26 sobre una democracia del diálogoentre individuos, en la que se ponen de lado las relacionesde poder. Phillips (2008) por su parte, defiende lapolítica de la presencia, al no haber una solución única alos problemas que sea objetivamente válida. Phillipspropone la representación de personas, a lo que denominapolítica de la presencia de las mujeres en las institucionesdemocráticas, como paso necesario para garantizar su accesoal ejercicio del poder político. Otra posición es ladefendida por Iris M. Young27 cuestionando la mayoría comotérmino estrictamente numérico, ya que las sociedadesmodernas contienen múltiples grupos culturales, algunos delos cuales dominan injustamente. Para esta autora son los

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hombres dotados de poder económico los que se apoderan delas riendas de la esfera pública y por ello contrapone a lanoción de ciudadanía como mayoría, la ciudadanía de gruposcaracterizados por la afinidad, la autoidentificación y elser identificados por los demás. Asimismo, considera quehay grupos privilegiados y grupos oprimidos, por lo que noson simplemente diferentes.

Entre la emergencia de modelos teóricos que recogen larelación entre género y ciudadanía destaca el enfoque deciudadanía como empowerment (empoderamiento) o creaciónneta del poder. El empoderamiento se refiriere literalmentea “hacer surgir poder en un grupo”. De esta manera, elempoderamiento está ligado a la participación, a laautonomía y al bienestar. El concepto, por tanto, sedesmarca de la tradición individualista, de atomización delos sujetos, al apelar a la colectividad de los procesos detoma de decisiones y reconocer un lugar protagónico a losgrupos o colectivos en las dinámicas de poder. Desde elenfoque del empoderamiento, el concepto de ciudadaníaincorpora las asimetrías de poder entre grupos y lasnecesidades de reconocimiento de la diferencia. El conceptode empoderamiento fue popularizado a partir de IVConferencia Mundial de las Mujeres en Beijing en 1995, através del Desarrollo Humano del Programa de la NacionesUnidas para el Desarrollo (PNUD). Según el PNUD, lapresencia de mujeres en los parlamentos y su nivel deformación expresan el grado de “empoderamiento” de éstas(Índice de Potenciación de Género) que, junto con suscondiciones de salud y posición en el mercado laboral,forman el Índice de Desigualdad de Género, uno de losindicadores del Índice de Desarrollo Humano28. Con lamatriz conceptual del modelo de Desarrollo Humano; lateoría de las capacidades de Sen29 (1997), las tesis dedesarrollo humano y la feminista exhiben sus mayorescoincidencias. Posteriormente, Martha Nussbaum (2002)reformula y amplía el concepto de capacidades centrales deSen aplicando la perspectiva de género. Los resultados sonuna mayor precisión en la definición de capacidadescentrales y la articulación de éstas sobre una lógica deempoderamiento que alcanza tanto al ámbito privado-familiarcomo al ámbito público. Para Nussbaum el ordenamiento

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político-público debe brindar a los ciudadanos un nivelbásico de capacidad. Si la gente se encuentrasistemáticamente por debajo del nivel mínimo, se requiereperentoriamente la intervención de los estados. Este nuevoenfoque de ciudadanía involucra una revisión de la relaciónentre Estado y familia, tal y como ha sido entendida por elliberalismo. Desde esta perspectiva, no solo las mujeresnecesitan adquirir las denominadas capacidades masculinasde la elección y de la planificación independiente, sinoque también los hombres deben adquirir habilidadestradicionalmente asociadas con el quehacer de las mujeres.

El enfoque de empoderamiento está implícito en el conceptode transversalidad (mainstreaming) de las políticas degénero, ya totalmente incorporado en la jerga de laspolíticas públicas con perspectiva de género. Su eficaciaes aún dudosa y su implantación muy reciente en las áreasrurales españolas. Aun así, la institucionalización de laspolíticas de género y, concretamente, de las políticaslocales de género nos proporciona referencias obligadascomo son la aplicación de presupuestos de género, medidaspara el bienestar cotidiano o las políticas del tiempo30.En estos momentos de recortes en las políticas sociales,son valiosas experiencias que hay que custodiar comoejemplos de transformación y redireccionamiento de lapropia agenda política incorporando la perspectiva de lasmujeres en el proceso político.

Mujeres rurales en contexto, representación yacciónEn 2012 la agricultura representa sólo el 8,69% de lapoblación ocupada en el Alto Pirineo y Aran; 4,24% en lasmujeres y 11,62% en los hombres, aun teniendo en cuenta elcarácter rural de esta región de Cataluña. La organizaciónlaboral tradicional en la explotación agraria se hacaracterizado por una marcada separación entre la esferaproductiva, encabezada por los hombres, y la reproductiva yasistencial, relegada en exclusividad a las mujeres31.Mientras el rol de las mujeres incluía las tareas de ayudaa la esfera productiva, el rol de los hombres, no sólo noexigía un trato a la inversa, sino que éste era consideradoimpropio. Este aspecto asimétrico es el factor clave que

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explica la discriminación de los trabajos de las mujeres ysu confinamiento a la invisibilidad32. Esta estructura esaun influyente en las zonas rurales, viéndose reflejada enuna mayor relegación del trabajo doméstico en las mujeresque en las áreas urbanas33. Otra característica de laszonas rurales es su escasa oferta laboral, especialmente detrabajos cualificados, que afecta de forma especial a lapoblación joven y a las mujeres. En primer lugar, ellodificulta el retorno de la población formada, en este casofemenina y masculina, a las zonas de origen rural. Ensegundo lugar, los sectores menos “empoderados”, es decirmujeres y jóvenes tienen más difícil acceder a puestoscualificados. Todo ello conlleva a la conocida doblediscriminación de las mujeres rurales, por razón de sexo ypor razón de origen geográfico. Esta situación se vereflejada en la aportación económica de las mujeres ruralesy en la propia diferencia salarial. Así, una mujer ruralsustentadora principal tiene salarios un 34% más bajos quela media; un 41% menos que un varón urbano; un 26% menosque un varón rural y un 15% menos que una mujer urbana34.

Mujeres rurales empresarias y emprendedoras

En el siglo XXI el gran grueso de la población activafemenina en las zonas rurales de los países occidentales sereparte entre los servicios de la administración pública yla actividad empresarial como profesional autónoma, ya seaen el comercio, en el turismo rural, en la producciónartesanal o en la agricultura. En todos los casos deactividad empresarial se trata de trabajos de jornadaslaborales muy largas y con características demicronegocios, por lo que llevan incluida la precariedadlaboral. Destaca, además, la falta de tradición empresarialen las mujeres, hecho que las lleva a perpetuar el rol decomplementar al marido. El principal inconveniente para laconsecución del proyecto empresarial son las dificultadespara la conciliación con las cuestiones familiares ypersonales. Otra limitación que experimentan es la escasaoferta formativa y de servicios para las personas. Por otrolado, los estudios enfatizan que las mujeres emprendedorasreinvierten en el negocio, ofrecen calidad y fiabilidad enel producto, así como en el servicio prestado, por lo queresponden al perfil de buenas emprendedoras. En el

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desarrollo de sus negocios se observa como es fundamentalla red de apoyo mutuo entre mujeres. Las mujeres destacande sus proyectos empresariales, el hecho de que éstos leshayan aportado visibilidad a su trabajo, independenciaeconómica y un aumento de la autoestima35.

El aumento de visibilización del trabajo de las mujeresjunto con el consecuente empoderamiento se refleja en losresultados de la presente investigación. Con frecuencia,las mujeres entrevistadas atribuyen a su labor empresarialel motivo por el que han recibido la propuesta depertenecer a una candidatura política. Además, su cargoempresarial les conllevaba responsabilidades enasociaciones. Por lo tanto, el empoderamiento y liderazgoque las mujeres rurales experimentan a través de su propiaemprendeduría es, en la mayor parte de los casos, el mismocanal que les da acceso a la actividad política. Desde los estudios rurales con perspectiva de género, elrol de las mujeres en las comunidades rurales ha sidoanalizado y destacado, concluyendo que éste es clave en laviabilidad de la explotación agraria36, en el desarrollodel tercer sector37 y en el desarrollo rural38. Desde diversasinstancias gubernamentales se reconoce la labor de lasmujeres, beneficiándolas con premios simbólicos que les danvisibilidad, reconocimiento y, por lo tanto,empoderamiento. Sin embargo, es inevitable encontrarcontradicción entre este reconocimiento institucional, altiempo que los presupuestos en inversión pública sonrecortados, precisamente en los conceptos que másdirectamente afectan a las mujeres y muy especialmente enlas zonas rurales, como son los servicios de atención a laspersonas39.

La representación de las mujeres en las institucionespolíticas españolas

La proporción de diputadas al Congreso de los Diputados delEstado Español ha aumentado significativamente desde el 6%en el Período Legislativo (PL) 1977-82 hasta alcanzar el38,26 % en el PL 2008-2011. No obstante, en la últimalegislatura (2011-2015) la proporción ha bajado al35,43%40. A la vez, el proceso de incorporación de mujeres

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en los gobiernos locales de algunas zonas rurales muestrasignos de estancamiento. Este es el caso de la región delAlto Pirineo y Aran, en los Pirineos Catalanes, con el21,9% de mujeres en el PL 2007-2011 y el 21,8% en el PL2011-2015. En los siguientes apartados analizamos endetalle estas tendencias.

La representación de mujeres en las Comunidades Autónomas del EstadoEspañol

La proporción media de mujeres en los parlamentosautonómicos, 43,1% (ver Figura 2), es bastante superior ala proporción de mujeres en el Congreso, 35,45%. Se observaen 2011 importantes diferencias entre ComunidadesAutónomas, destacando Castilla-León, Castilla la Mancha yAndalucía como las tres Comunidades con proporciones másaltas, superando la media española en los tres casos. En elotro extremo encontramos a Aragón, Canarias y Navarra,donde la proporción de mujeres en los parlamentosautonómicos tiene los porcentajes más bajos, inferiores ala media española todos ellos (véase Figura 2).

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Figura 2. Proporción de mujeres en los parlamentos autonómicos españoles 1987-2011, %

La evolución de la proporción de mujeres en losparlamentos autonómicos en las últimas décadas (ver Figura3), tomando por referencia los años 1987, 1997, 2007 y2011, observamos cómo entre 1987, con el 7% de mujeres demedia, y 1997, con el 20%, la proporción de mujeresprácticamente se triplica. El siguiente período, 1997-2007, representa un segundo gran salto en el que tambiénse dobla la proporción, pasando del 20% al 41%. Por elcontrario, de 2007 a 2011 la proporción crece poco, del41% al 43%, y no crece en todas las Comunidades Autónomas.Es más, en la Figura 2 se observan puede apreciar,claramente, como en algunas Comunidades Autónomas laproporción de mujeres ha descendido en 2011. Entre ellasidentificamos, por un lado, el grupo de Comunidades convalores tradicionalmente altos, que puede que ahora esténtocando techo: Baleares, Castilla-La Mancha, C. Valencianay País Vasco. Por otro lado, encontramos a las comunidadesque han tenido históricamente una baja representación demujeres en sus parlamentos. Son los casos de Aragón,Canarias y Navarra. No obstante, hay que reconocer queéste último período temporal abarca pocos años.

En los cuatro periodos seleccionados se repiten lasComunidades de Madrid y el País Vasco como las de mayorproporción de mujeres en la política parlamentaria.Baleares y Castilla-La Mancha aparecen en tres momentos,mientras que Andalucía y Castilla-León en dos. No hay unarazón precisa, por ahora, que explique porque en 2011 esen estas siete Comunidades donde ha descendido laincorporación de mujeres en la política parlamentaria y noen otras. Otros estudios41 corroboran esta tesis afirmandoque no pueden establecerse relaciones claras conpotenciales variables explicativas- demográficas como lapoblación; económicas como la renta per cápita y el PIB ocon políticas de partidos; tamaño de partidos, partidosestatales o nacionalistas, gobiernos de coalición omonocolor, presencia de hechos identitarios etno-nacionales, nivel competencial asumido por la Comunidad

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Autónoma etc. No puede sino concluirse que la variedad eintensidad de la presencia de mujeres depende de dinámicasinternas de cada partido en cada región, registrándosecasos muy distintos en diferentes territorios dentro de unmismo partido42.

Figura 3. Índice de variación del número de mujeres en losparlamentos autonómicos españoles 1987-2011%

La participación de las mujeres en las asambleasparlamentarias en España ha experimentado un aceleradoincremento, más rápido pero con similar volumen alregistrado en países europeos con las cuotas más altas43.Otro dato revelador que se refleja en la Figura 3 es elhecho de que los incrementos más altos se hayan registradoen períodos previos al establecimiento de las cotas deparidad que marca la Ley 3/2007. En realidad, aunque laaplicación de la Ley haya impulsado el crecimiento de lapresencia de mujeres en los parlamentos de ochoComunidades, en siete ha decrecido y en cuatro se hamantenido igual. Solo Canarias y Navarra no llegan al

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mínimo del 40% de personas de un mismo sexo, tal y comoexige la Ley. Curiosamente, en Castilla-León se sobrepasael máximo del 60% permitido de personas de un mismo sexo,dato que no podemos argumentar. Lo que parece másdeterminante en la promoción de mujeres en las listas decandidatos al parlamento son las decisiones de inclusióntomadas dentro de determinados partidos políticos, prácticaque se ha ido generalizando44. El parlamento de laComunidad Autónoma de Cataluña cuenta desde 1997 con unporcentaje de mujeres ligeramente inferior a la media deltotal en España, a pesar de partir de un porcentajesuperior en 1987.

Representación de mujeres en los gobiernos locales. Caso del Alto Pirineo y AranLa participación de mujeres en los gobiernos municipalestambién ha evolucionado significativamente en España (verCuadro 1). No obstante, en el período 2011-2015 aún no selogra alcanzar el mínimo del 40%.

Cuadro 1.Evolución de la proporción de alcaldesa y concejalas enlos ayuntamientos por Comunidades Autónomas, 1983-2011.

ComunidadesAutónomas

1983 1995 2007 2011Alcaldía

Alcaldía

Concejalas

Alcaldía

Concejalas

Alcaldía Concejalas

M* % % M % % M % % M %

Andalucía 16 2,1 3,9 152 19

,3 16,0 3.378

37,8 19,8 3.38

1 42,0

Aragón 13 1,8 6,9 464 13

,4 13,4 979 23,1 16,3 975 26,9

Asturias 3 3,8 3,8 194 21

,2 14,1 355 37,4 19,2 306 36,7

Islas Balears 1 1,

5 10,4 161 20,9 9,0 321 35,

9 10,4 352 42,0

Islas Canarias 1 1,

1 2,3 215 18,3 12,6 522 38,

2 19,1 535 41,0

Cantabria 4 3,9 2,9 122 13

,3 11,8 282 27,3 7,8 307 32,3

Castilla-León 52 2,

3 7,6 1.339

12,3 13,6 2.83

522,8 15,7 2.89

3 26,8

Castilla-LaMancha 19 2,

1 8,6 828 15,9 17,5 1,90

330,6 19,2 1.95

6 34,6

Cataluña 15 1, 4,7 1.1 15 12,7 2.58 29, 14,3 2.75 34,4

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6 01 ,3 5 1 9

Extremadura 12 3,2 5,8 504 17

,8 15,7 1.966 35 18,2 1.07

6 36,5

Galicia 6 1,9 4,5 408 11

,3 8,0 1.064

31,8 7,6 1.24

6 36,5

Madrid 4 2,2 10,6 343 23

,4 19,6 1.143

29,8 23,9 857 40,7

Murcia 4 8,9 6,7 140 21

,7 13,3 850 38,7 13,0 299 42,0

Navarra 1 0,4 5,1 284 17

,2 17,7 277 37,2 18,9 557 35,5

La Rioja 5 2,9 8,0 504 22

,0 10,3 895 35 14,9 232 29,0

Valencia 3 0,6 6,1 136 16

,8 17,5 260 26,9 19,2 1.95

7 38,3

País Vasco 6 2,6 8,8 1.0

3721,4 19,9 531 27,

8 22,0 959 40,4

Ceuta y Melilla 0,0 21 43,8

España 164 2,0 6,5 9.3

0016,5 14,6 20.1

6530,5 16,8 20.6

68 34,9

*M= Mujeres.Fuente: Elaborado a partir de los datos del Instituto de la Mujer, 2011 http://www.inmujer.migualdad.es/mujer/mujeres/cifras/poder/poder_ejecutivo.htm

En el Alto Pirineo y Aran la participación de las mujeresen los gobiernos locales en el PL 2011-2015 cuentasolamente con el 21,8%, frente al 34,4 de Cataluña y el34,9 de España (ver Cuadro 2). Más difícil resulta elacceso de las mujeres del Alto Pirineo y Aran al cargo dealcaldesa, siendo solo el 7,8% de mujeres que ostentan estecargo, frente al 14,1 de Cataluña y el 16,8 de España (verCuadro 2).

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Cuadro 2.Evolución de la presencia de mujeres en los ayuntamientosAlto Pirineo Catalán por comarcas, Cataluña y España. 1979-

2015 (absolutos y %)Concejalas

Comarcas 1ª PL1 1979-83 4ª PL 1991-95 8ª PL 2007-11 9ª PL 2011-15MT2 % M THM3 MT % M THM MT % M THM MT % M THM

Alt Urgell 1 0,8 131 8 6,4 125 26 20,6 126 25 19,

2 130

AltaRibagorça 1 4,0 25 5 20,

0 25 6 22,2 27 7 28,

0 25

Cerdanya 3 2,8 107 6 5,9 102 28 25,9 108 27 23,

9 113

PallarsJussà 5 5,2 97 10 10,

2 98 20 20,6 97 22 22,

4 98

PallarsSobirà 2 2,1 97 11 12,

4 89 21 21,4 98 22 22,

2 99

Val d'Aran 8 13,6 59 7 13,

7 51 11 20,0 55 11 18,

6 59

APyA 20 3,9 516 47 9,6 490 112 21,9 511 114 21,

8 524

Cataluña 393 4,8 8.262 919 11,0 8.321 2.651 29,

6 8.953 2.759 34,4 8.023

España 2.356 4,5 52.35

09.30

016,456.53

720.16

530,566.11

520.66

834,959.13

6Alcaldesas

APyA 2 2,6 77 1 1,3 77 5 6,5 77 6 7,8 77

Cataluña 21 2,2 934 30 3,2 941 124 13,0 955 133 14,

1 946

España 164 2,0 8.051 529 6,5 8.096 1.17914,6 8.075 1.355

16,8 8.078

Nota: 1: PL: Periodo Legislativo. 2: TM: Total Mujeres. 3: Total Hombres y Mujeres.Fuente: Elaboración a partir de datos de Corcoy, et al., 2011.Datos 2011-15: http://www.terracatalana.cat/les/eleccions/2011///. Datos España: Capo, 1992

Si comparamos los tres ámbitos territoriales del estudio;España, Cataluña y Alto Pirineo y Aran, observamos como elincremento de la presencia de mujeres en el gobierno localha sido constante en los tres ámbitos, hasta el período2007-2011. En el siguiente periodo, 2011-2015 se produceuna desaceleración tanto en España como en Cataluña y unestancamiento en el Alto Pirineo y Aran (ver Figura 4.).

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Figura 4. Evolución de la presencia de mujeres en elgobierno local: España, Cataluña y Alto Pirineo y Aran,1975-2015, %

Existen además otros dos aspectos específicos en cuanto ala calidad de la representación de las mujeres en elgobierno local del Alto Pirineo y Aran. En primer lugar, seidentifica una mayor segregación de sexo en lasresponsabilidades políticas por la concentración de mujeresen los puestos “menos importantes45” (véase Cuadro 3).

Cuadro 3.Tipo de responsabilidades políticas en ayuntamientos, Alto

Pirineo y Aran y Cataluña, 2007-11.

Tipo de responsabilidadAlto Pirineo y Aran CataluñaTotal

Mujeres%

Hombres%

Total

Mujeres %

Hombres %

Administración y Hacienda 75 13,3 86,7 975 15,0 85,0Mantenim., Infraestr. y Servic. municipales 8 12,5 87,5 244 11,9 88,1

Partic. ciudadana, Solidaridad, Coop. e Igualdad 4 0,0 100 121 31,4 68,6

Servicios a las personas 55 29,1 70,9 1682 43,0 57,0Territorio y medio ambiente 41 4,9 95,1 891 11,3 88,7Comunicación y NNTT 0 0,0 0,0 20 25,0 75,0Promoción y actividades 17 17,6 82,4 415 20,0 80,0

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económicasSin responsabilidades específicas 311 25,7 74,3 4605 33,1 66,9

% sin responsabilidades/ Total cada sexo _ 71,4 57,9 _ 57,5 48,9

Total 511 21,9 78,1 8.953 29,6 70,4

Fuente: Elaboración propia a partir de Corcoy et al., 2011.

Donde hay mayor representación de mujeres es en el área de“Servicios a las personas” con el 29,1% en el Alto Pirineoy Aran frente al 43% de Cataluña. En cambio, donde está másrepresentado el colectivo de los hombres es en el área de“Territorio y medio ambiente” con un 95,1% en el AltoPirineo y Aran y un 88,7% en Cataluña. También está muymasculinizada el área de “Mantenimiento, Infraestructuras yServicios municipales” con un 87,5% y 88,1%respectivamente. En el Alto Pirineo y Aran los hombrestienen una representación máxima del 70%, en Cataluña esdel 60%. En cambio, las representación máxima de lasmujeres en el Alto Pirineo y Aran es del 30%, mientras queen Cataluña llega al 40%. El gran contraste entre el 25,7%de políticas “Sin responsabilidades específicas” en el AltoPirineo y Aran frente al 74,3% de los políticos, es menosacusado en el total de Cataluña; 33,1% de políticas y 66,9%de políticos.

En segundo lugar y centrándonos en el número de miembrosdel consistorio que son relegidos (ver Cuadro 4) vemos comoen el Alto Pirineo y Aran el porcentaje de relegidas pasódel 2,7% de la primera legislatura al 14,3% de la octava.Para Cataluña los datos son del 3,5% y del 21,7%,respectivamente.

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Cuadro 4.Repetición regidores/as 1979-2007, comarcas Alto

Pirineo y Aran y Cataluña.

Comarcas

1º PL1 1979-83

4º PL 1991-95 8º PL 2007-11

M2Total %M M

Total %M M

Total % M

Alt Urgell 1 73 1,4 6 103 5,8 12 75 16,0

Alta Ribagorça 1 812,5 3 17

17,6 2 11 18,2

Cerdanya 0 53 0,0 3 83 3,6 7 58 12,1Pallars Jussà 2 44 4,5 6 79 7,6 5 52 9,6Pallars Sobirà 0 56 0,0 5 70 7,1 8 46 17,4

Val d'Aran 3 2512,0 3 41 7,3 5 31 16,1

Alto Pirineo y Aran 7 259 2,7 26 393 6,6 39 273 14,3

Cataluña124

3.571 3,5 586

6.366 9,2

1.030

4.739 21,7

1PL: Periodo Legislativo. 2. M: Mujeres. 3. %M: % de Mujeres.Fuente: Elaboración propia a partir de Corcoy et al., 2011.

¿Empoderamiento? un balanceLas pautas de participación en las democraciasindustrializadas han cambiado desde la década de losnoventa. Mientras que las formas institucionalizadas departicipación (véase, miembros de partido) estándisminuyendo, se observa un incremento en la aparición deformas no institucionalizadas de participación política. Unestudio basado en la Encuesta Social Europea46, la Encuestade Ciudadanía, Participación, Democracia47 de los EUA y losEstudios de Elecciones Holandeses48 establece que lasdiferencias de género se han reducido considerablemente yen algunos casos incluso se ha invertido hacia laparticipación no-institucionalizada, en la que las mujerestienden a ser más activas que los hombres. En dichaencuesta, tanto las mujeres más jóvenes, como los hombresmás jóvenes, tienen claramente preferencia por formas noinstitucionalizadas de participación política49. Otraencuesta de 2011 en Cataluña muestra cómo, si bien loshombres adultos participan un 3,6% más en asociaciones quelas mujeres, en la población joven la situación es inversa,son las mujeres las que participan más que los hombres, conun 8,6% más de proporción50. Las mujeres constituyen,

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además, redes de solidaridad, familiares y amistosas quepermiten una circulación más fluida de los recursos y delaprovechamiento de todas las posibilidades desupervivencia: desde los comedores colectivos, hasta lasredes entre madres y abuelas y también entre mujerespobres, evitándose mutuamente la exclusión social51.Similares resultados hemos obtenido en investigacionesprevias realizadas en el área del Alto Pirineo y Aran, enla que, de nuevo, las mujeres se identificaron como elcolectivo más activo en la creación de redes desolidaridad52.

La necesidad de garantizar una política de igualdad deoportunidades entre mujeres y hombres está presente en losprincipios ideológicos de la UE53, en la política agrariacomunitaria vigente54 y en la OIT55. Según la UE esprioritario ofrecer políticas de apoyo a las mujeresrurales para fijar población, cohesionar el territorio56 ycorregir la masculinización de la población rural. Sinembargo, en vista a los datos expuestos, las mujeres tienenuna baja representación en los gobiernos locales y ésta,además, adquiere los mismos patrones que los del mercadolaboral, siéndoles mucho más difícil ocupar los puestos demáxima decisión política. Ante esta situación el análisisde las entrevistas en profundidad permite determinar quéfactores intervienen facilitando u obstaculizando laincorporación de las mujeres en los cargos derepresentación política del área de estudio.

Puntos en común en los discursos de hombres y mujeres

A la pregunta sobre los principales motivos que condujerona las personas entrevistadas a participar en la políticalocal, existe consenso en identificar el deseo de ayudar ala comunidad, tanto la cercana como la general. Otro datocomún entre hombres y mujeres hace referencia al tamaño demunicipio, cuando mayor es éste, las personas entrevistadasmuestran menos críticas con el sistema político dominante.En su lugar, sus enfoques son más institucionalizados y susrespuestas más formales.

Diferencias en el discurso de hombres y mujeres

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En cuanto a la pregunta sobre la disponibilidad decandidatas, se respondió por parte de los cabezas de listaque era muy limitada. Las respuestas aportadas por loshombres identificaron que la falta de candidatas era debidaa un supuesto menor interés de las mujeres en la afiliacióna partidos y en la política formal, con matices añadidos,como el de la “oposición de las mujeres a participar en eljuego sucio de la política” o en “tener demasiadasensibilidad para soportar las tensiones que acompañan elejercicio de la política”. La limitación de la ofertadebida a “las dificultades de las mujeres para laconciliación laboral, familiar y personal”, fue elargumento más mencionado en todos los casos entrevistados,siendo manifestado con mayor énfasis por las mujeres. Otrasaportaciones interesantes, son ”la ausencia de modelosprevios de mujeres en política”, que situaría a las mujeresen un contexto sin referencias, hecho que añadido al“elevado sentido de la responsabilidad y la implicaciónpersonal de las mujeres con los compromisos adquiridos”,las empujaría a rechazar las invitaciones a ser candidatas.Por el lado de la demanda, señalando como principal barrerala cultura de política dominante, de clara improntamasculina, las respuestas fueron muy diferentes según lossexos. Mientras que para los hombres entrevistados no veíanrazón, en muchos casos, que explicara la falta de presenciade las mujeres en la política, sus mismas compañeras depolítica local afirmaban sentirse más exigidas y observadasen tanto que mujeres que “ejercían un poder que a ojosexternos parecía impropio”. En las respuestas sobre surecorrido vital, las mujeres se habían adaptado a ladinámica política dominante pero, en bastantes casos, condificultades disimuladas, especialmente al principio. Estasdificultades habían sido suavizadas por el apoyo que leshabían ofrecido otras mujeres, estuvieran o no en el mismopartido político.

En cuanto a los factores que facilitan la implicación delas mujeres en la política activa, coincidieron ambos sexosen que la previa vinculación en organizaciones cívicas eraun aspecto decisivo en su trayectoria. Las mujeresenfatizaron la disponibilidad de tiempo. Por este motivo

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algunas de ellas eran mujeres con los hijos mayores, obien, sin hijos.

Contribuciones de las mujeres al modelo de empoderamiento

En cuanto a la valoración de la aportación de las mujeresen los gobiernos locales, las mujeres entrevistadasaprecian la existencia de equipos mixtos, mencionan y danapoyo a la necesidad de tomar las decisiones en equipo y acooperar con las administraciones de los territoriosvecinos. Existe consenso, también, entre las respuestas delas mujeres, en que hombres y mujeres tienen sensibilidadesdiferentes, aunque los objetivos puedan ser, esencialmente,los mismos. Mientras que las mujeres manifiestan lanecesidad de considerar que los beneficiarios finales sonlas personas, los hombres tienden a concentrarse más en losaspectos ejecutivos del proyecto.

La mayoría de mujeres entrevistadas habían aportadoconciencia de género en su práctica política, a pesar de sudesconocimiento sobre la perspectiva de género. Las másjóvenes, tenían una visión muy crítica sobre el sistemapolítico imperante y se mostraron abiertas a emprenderalternativas. Esta actitud era compartida por algunoshombres jóvenes.

La mayoría de los hombres manifestaron apreciar lasaportaciones de las mujeres por su eficiencia, capacidad detrabajo y organización, su planteamiento grupal y susaptitudes para la conciliación. Sin embargo, no mostraronpreocupación por la baja presencia de mujeres en la toma dedecisiones ni interés en indagar sobre las causas. Enalgunos casos se mostraron reacios a las medidas deparidad. La escasa consciencia entre los hombresentrevistados sobre las dificultades que las mujeresafrontan en el proceso de incorporación en la políticamuestra la tendencia generalizada, a considerarequiparables la igualdad de derechos con la igualdad deoportunidades.

Conclusiones

En los anteriores apartados hemos analizado el progresivoaumento de la participación de las mujeres en España en

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tres niveles de organización política; el Congreso delEstado, los Parlamentos Autonómicos y las AdministracionesLocales. Los datos demuestran que aun acercándose a lastasas más altas de participación femenina del mundo, no seconsigue llegar en muchos casos al mínimo del 40%establecido por ley. El análisis de la calidad de estaparticipación, a través del caso del área de montaña delAlto Pirineo y Aran en Cataluña, nos permite observar unospatrones de desigualdad semejantes a los que se identificanen el mercado laboral. Por un lado, la representación delas mujeres es mucho menor en los puestos de máximaresponsabilidad. Por otro, la permanencia en los cargoselectos es más corta que en los hombres. Este aspecto noslleva a recuperar las tesis de oferta y demandaestablecidas por la teoría clásica57.

La participación de las mujeres en las estructuras derepresentación parlamentaria y en los gobiernos es unindicador de igualdad de oportunidades en la sociedad58.Sin embargo, los factores de demanda y oferta del mercadopolítico constriñen de una forma específica a las mujeres,limitando su acceso y manteniéndolas alejadas de lospuestos de máxima decisión. Tradicionalmente, se haatribuido a la falta de interés de las mujeres. Datosrecientes muestran que esta diferencia en el interés por lapolítica entre hombres y mujeres es atribuible únicamenteen los adultos, pero nula entre los jóvenes59. Estaconclusión, matizaría el modelo de oferta y demanda asícomo otros postulados que defienden el desinterés de lasmujeres por las cuestiones políticas. El modelo de oferta ydemanda sigue siendo útil, siempre y cuando contenga en sumarco de análisis que existen disidencias a las prácticaspolíticas dominantes y que en éstas las mujeres tienen unpapel destacado. Los resultados de esta investigación ponen en evidencia lanecesidad de reivindicar las políticas de paridad, dado quehan sido decisivas para el aumento de la participación delas mujeres en la política. No obstante, y tal y como se hademostrado en este estudio, estos apoyos no son suficientespara garantizar la plena representación de las mujeres enla política en igualdad de condiciones, es decir, sin

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producirse dinámicas de segregación por sexo. Éstas sonmedidas legales que responden a un enfoque top-down, por loque seguirán potenciando un modelo político por imposición,que insistimos, da sus frutos. En este sentido, esrelevante destacar que las medidas para aumentar la paridadcon frecuencia no se entienden y algunos hombres sonactivamente resistentes a ellas. Parece evidente, por lotanto, que estas políticas de apoyo a las mujeres debenvenir acompañadas de otras acciones para promover suempoderamiento. Hay que mencionar, además, que las medidasde paridad en España no son vinculantes en municipios demenos de 3.000 habitantes, que son la mayoría de losmunicipios en el Alto Pirineo y Aran. Por otro lado, lossectores con mayor capacidad de dar empleo a las mujerescuentan con la inversión pública como paso previo. En sumayor parte consisten en iniciativas públicas de fomento delos servicios a las personas. Urge, por tanto, clarificarconceptos y metodologías frente a un contexto que esprevisible que cuestione la necesidad de instrumentospúblicos de apoyo a las mujeres. Los recortes en inversiónpública disminuyen claramente el margen que las mujeresestaban consiguiendo y, por lo tanto, la labor que éstasejercen transformando la política. Finalmente, hay quetener en cuenta también que existen otras vías de hacerpolítica, básicamente a través del asociacionismo, y queson necesarias para aprovechar el capital humano, femeninoy masculino que no se siente identificado con los patronesestablecidos.

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1 Casellas et al, 2013 pp. 391.2 Sabaté y Díaz 2003, p. 143, 159-160.3 Bowlby et al., 1982, pp. 22-23.4 “Alt Pirineu i Aran” es uno de los siete ámbitos territoriales reconocidos por la“Llei 1/1995, de 16 de març, del Pla Territorial de Catalunya”.5 Fuente: Datos III trimestre 2012: EPA del INE www.ine.es para Cataluña a y España, www.eurostat para UE-27. <http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/employment_unemployment_lfs/data/database > [4 de mayo de 2013].6 Fuente: Unión Inter-Parlamentaria en base a información proporcionada por los Parlamentos Nacionales a 31 de octubre de 2012. <http://www.ipu.org/wmn-e/world.htm > [4 de mayo de 2013].7 Fuente: Datos III trimestre 2012. <www.eurostat > [4 de mayo de 2013].8 Verge, 2008, p. 125.9 Recomendación 96/694 del Consejo, de 2 de diciembre de 1996, DO L 319.10 Fuente: Base de datos de la Comisión Europea: mujeres y hombres en la toma de decisiones ('Política - Parlamentos Nacionales de la zona en los parlamentos nacionales y 'Política - Parlamento Europeo’). [4 de mayo de 2013].11 Verge, 2008, p. 127.12 Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.13 Verge, 2006, p. 17, 192.14 Verge, 2006, p. 32.15 Norris, 1997, p. 159.16 Kittilson, 2006, p. 37-38; Little y Panelli, 2003, p. 284.17 Comas d’Argemir, 1984, p. 61; Pallarès-Barberà, 2003, p. 26, 33, 53, 56-57, 60.18 Valcárcel, 1997, p. 18, 28, 37, 48, 61; Verge, 2006, p. 176-77, 181, 185-86, 189.19 Krook, 201020 Krook, 2010 p. 708-10.21 Bækgaard y Kjaer, 2011, p. 9.22 Zúñiga, 2010, p. 138.23 Cobo, 2002, p. 31.24 Verge, 2008, p. 129.25 Izquierdo, 2003, p. 122-23.26 Habermas, 1987 p. 343-56 a Young, 2011 p. 70.27 Young, 2011 pp. 117.28 PNUD, 2011, p. 8, 31, 48, 67, 69, 113, 185, 189-90.29Sobre las relaciones recíprocas entre sistema político (particularmente lademocracia) y sistema económico, y sobre la forma en que estas relaciones afectanla vida de los individuos.30 Diputació de Barcelona, 2007, p. 43; Gelambí, 2005, p. 14.31 Whatmore, 1991, p. 73; Tulla, 1991, p. 72-73; Little y Panelli, 2003, p. 281, 283.32 Valcárcel, 1997, p. 98-99.33 Cànoves y Blanco, 2008, p. 134.34 García Sanz, 2004, p. 115.35 Cànoves y Blanco, 2008, p. 146.36 Tulla, 1991, p. 72-73.

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37 Pallarès-Barberà et al., 2003, p. 78; 2005, p. 72.38 Rico y Gómez, 2009, p. 73; Baylina y Bock, 2004, p. 98, 107, 147-49, 151, 162.39 Benería y Sarasúa, 2010, p. 1.40 Instituto de la Mujer, 201241 Casellas et. al., 2009, p. 19; Tulla et al., 2012, p. 77; Oñate, 2011, p. 130.42 Oñate, 2011, p. 131. 43 Verge, 2006, p. 192.44 Verge, 2006, p. 192.45 Se consideran “más importantes” y “menos importantes” según el poder queostentan. Entre las primeras se ubican las que, con una u otra denominación, seocupan de asuntos de Economía, Presupuesto y Hacienda, así como las de ObrasPúblicas y Transporte. Entre las que se consideran de “menor importancia” están lasde Educación y las de Políticas Sociales e Igualdad. La clasificación está ligadaal impacto sobre la sociedad así como el volumen de presupuesto (Oñate, 2011, p.127).46 Para conocer los datos de la Encuesta Social Europea ver<www.europeansocialsurvey.org > [4 de mayo de 2013].47 Para conocer la información de “Ciudadanía, Participación, Democracia” de losE.U.A. ver <http://www.uscidsurvey.org > [4 de mayo de 2013].48 Para conocer los Estudios de Elecciones Holandesas ver<http://www.bsk.utwente.nl/skon > [4 de mayo de 2013].49 Stolle y Hooghe, 2009, p. 22.50 Enquesta sobre participació i política a Catalunya, 2011, p. 4. 51 Benería, 2005, p. 122.52 Pallarès-Barberà et. al., 2003, p. 9, 2005, p. 77.53 Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000/C 364/01) Cap. IIIIgualdad. Artículo 23. Igualdad entre hombres y mujeres.54 Decisión del Consejo de 20 de febrero de 2006 sobre las directrices estratégicascomunitarias de desarrollo rural (2007-2013) (2006/144/CE).55 (ILO Gender Equality Action Plan 2010-15). Plan de Acción de Género 2010-15Organización Internacional del Trabajo.56 Reglamento (CE) 1698/2005 del Consejo de 20 de septiembre de 2005 relativo a laayuda al desarrollo rural a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural(FEADER). Artículo 8: Igualdad entre hombres y mujeres y no discriminación.57 Norris, 1997, p. 242.58 PNUD, 2011, p. 8, 31, 48, 67, 69, 113, 185, 189-90.59 Fuente: Encuesta de participación y ciudadanía 2011. Dirección General de Juventud y Dirección General de Relaciones Institucionales y con el Parlamento.