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Enero – Julio 2018. ISSN 0719-8256. www.rchri.cl pp.-87-114
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ENFOQUES ALTERNATIVOS PARA ENTENDER LAS RELACIONES
INTERNACIONALES DE LOS ACTORES LOCALES EN AMÉRICA LATINA.
ALTERNATIVE APPROACHES TO UNDERSTAND INTERNATIONAL RELATIONS OF LOCAL ACTORS IN LATIN AMERICA
ABORDAGENS ALTERNATIVAS PARA COMPREENDER AS RELAÇÕES INTERNACIONAIS DOS ATORES LOCAIS NA AMÉRICA LATINA
José Manuel Leal (*)
Rocío Melendrez (**)
Recibido el 19 de diciembre de 2017
Aceptado el 23 de febrero de 2018
Resumen El artículo discute dos enfoques utilizados en el estudio de las relaciones internacionales de los actores locales en América Latina, el liberal institucionalista y el de Política Verde (PV). Usualmente, la literatura en el tema analiza su participación en la arena internacional desde las escuelas tradicionales de las Relaciones Internacionales (RRII), como la liberal institucionalista, que pone al Estado en el centro del análisis y, por consecuencia ofrece una concepción centralizada del poder en las RRII. Esto ha impedido profundizar en el tema y entender de una manera más integral la acción internacional de los actores locales, es decir, como protagonistas y no actores pasivos. Por otro lado, enfoques alternativos, como es el caso de la teoría verde, incluye en el análisis la descentralización del poder y la desterritorialización de las RRII. De esta manera el enfoque de PV contribuye con nuevas perspectivas en viejos debates en la disciplina sobre soberanía y poder en el sistema internacional. Contrastando la escuela liberal institucionalista, con la llamada Política Verde, el articulo pretende así mostrar limitantes de las escuelas clásicas y empujar a futuras discusiones que contribuyan a ampliar nuestro conocimiento sobre las relaciones internacionales de actores locales. Palabras clave Gobiernos locales, Teoría de Relaciones Internacionales, Política Verde, América Latina.
(*)
Candidato a Doctor en Ciencias Políticas ( Universidad de Ottawa, Canadá) Email: [email protected] (**)
Profesora de la asignatura Cooperación Internacional para el Desarrollo. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) Email: [email protected]
Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo: Leal, José Manuel & Melendrez, Rocío (2018) Enfoques alternativos para entender las relaciones internacionales de los actores locales en América Latina. Rev. chil. relac. Int, vol 2 (1):86-114
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Abstract This article discusses two approaches used to study the international relations of local actors in Latin America, Liberal Institutionalism and Green Politics (PV for its acronym in Spanish). Usually, literature in the field explores the participation of local actors from traditional approaches in International Relations (IR), such as liberal institutionalism that assumes power in IR is centralized by a higher authority (e.g., International Organizations, national and supranational authorities). By consequence, they assume the international activity of local actors has a causal relation to the wiliness of central governments. Such assumption has limited our understanding of the international activity of local actors since they are seeing as passive actors, and not as key actors in nowadays foreign politics.On the other hand, alternative approaches, such as Green Politics, uses a decentralized conception of power in international politics. This way, the PV approach pushes the limits of the discipline by contributing with new perspectives to old debates in the discipline, such as the ones about sovereignty and power in IR. Contrasting Green Politics approach in IR with liberal institutionalism, the article aims to show some limitations of mainstream perspectives in IR, and encourage future debates that contribute to expanding our understanding of the discipline related to the international activity of local actors in Latin America. Keywords Local governments, International Relations Theory, Green Politics, Latin America
***
No cabe duda que el concepto westfaliano, en el que las relaciones
internacionales solo se consideraban exclusivas de los gobiernos centrales, ha
quedado atrás. De manera contrastante, el auge de la participación a nivel
internacional de los actores locales ha experimentado un crecimiento
considerable en diversas partes del mundo. Dicho auge ha sido promovido en
parte por una renovada teoría del federalismo1, la cual surgió a inicios de los
noventa en Canadá y Estados Unidos. A su vez, el proceso de integración de la
Unión Europea contribuyó a esta tendencia, ya que en algunos países que
tradicionalmente estaban fuertemente centralizados, se vieron "obligados" a
1 El federalismo es una doctrina política que busca que una entidad política u
organización esté formada por distintos organismos (Estados, asociaciones,
agrupaciones, sindicatos, etc.) que se asocian delegando algunas libertades o poderes
propios a otro organismo superior, a quien pertenece la soberanía, (Estado federal o
federación) y que conservan una cierta autonomía, ya que algunas competencias les
pertenecen exclusivamente. Para ampliar véase: Aldecoa, 1999; Brooks, 2007; Oh &
Matsuoka, 2017.
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descentralizarse, para una mejor gestión de proyectos y recursos para los países
miembros2. De manera paralela, la interdependencia, en parte propiciada por la
globalización económica, así como el incremento de las necesidades de los
habitantes y el surgimiento de problemas comunes; han promovido la acción
internacional de los gobiernos locales. Ésta es un reflejo de la búsqueda por
parte de las entidades locales por encontrar una respuesta a los nuevos retos
que han dejado inconclusos los modelos de desarrollo económico impulsados
durante la década de los ochenta.
A pesar de esto la literatura en las Relaciones Internacionales (RRII) en
América Latina, que en su mayoría usa enfoques clásicos, atribuyen una relación
causal entre la participación de los actores locales en la política internacional y
factores externos. Al mismo tiempo dichos enfoques conceptualizan su
actividad internacional como dependiente de la voluntad de los gobiernos
centrales o alguna otra autoridad superior como los organismos internacionales
o gobiernos supranacionales. Por consecuencia, análisis que parten de los
supuestos de las escuelas clásicas de RRII –salvo algunas pocas excepciones- no
ha sido capaz de reflejar la rápida evolución de la participación de los actores
locales en la política internacional. Por el contrario, enfoques alternativos en las
Relaciones Internacionales han sido capaces de incorporar dentro de sus
análisis, la participación de otros actores además del Estado (ej. Andrade & de
Oliveira, 2015a; Bansard, Pattberg, & Widerberg, 2017; Castells, 2005; Nasiritousi,
Hjerpe, & Linnér, 2016), así como las redes de colaboración (ej. H. A. Bulkeley,
Broto, & Edwards, 2014; Gordon, 2016; Howlett, 2002; Lee, 2013), o el estudio de
las relaciones transnacionales (H Bulkeley et al., 2014; Harriet Bulkeley & Betsill,
2005; Harriet Bulkeley & Newell, 2015; Durazo-Hermann, 2000; Hoffmann, 2011;
R. O. Keohane & Victor, 2011).
En el presente artículo, nos referimos al enfoque liberal institucionalista
como aquel que, a lo largo de las ciencias sociales, hace énfasis en el rol que
juegan las instituciones políticas y sociales en moldear el comportamiento de
los actores, así como en intervenir en los resultados que dicho comportamiento
produce. En la teoría de Relaciones Internacionales (RRII) esté enfoque está
asociado con el trabajo de Robert Keohane (1984a, 1989, 2012). En el contexto
2 Un ejemplo de esto es Francia, quienes dividieron el país en regiones, aunque su
sistema siguió siendo en esencia centralizada.
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latinoamericano, dicho enfoque está asociado con el trabajo de diversos autores
a lo largo de la región (ej. Flores, 2007; Oddone, 2016; Schiavon, 2010; Zeraoiu,
2011).
Por otro lado, el enfoque de Política Verde (PV), o Teoría de Política
Verde como algunos la llaman, es una perspectiva relativamente nueva en las
relaciones internacionales. Tiene sus orígenes en la escuela europea (Devetak,
2013), y hasta el momento, ha sido escasamente considerada por los académicos
en las escuelas española (e.j. del Arenal, 2007) y latinoamericana (ej., Schiavon,
Ramírez, Olvera, & Flores, 2016)3. Uno de los principios centrales en la PV es su
rechazo a una visión antropocéntrica al momento de analizar los problemas
medioambientales globales. En su lugar, los enfoques tradicionales toman un
enfoque eco-centrista (M. Paterson, 2005). Para Eckersley (1992, p. 49) un
enfoque eco-centrista implica, primero, el no hacer una distinción entre el
mundo humano y el no-humano. Segundo, una visión eco-centrista implica
conceptualizar al mundo como un conjunto de inter-relaciones entre el mundo
natural y el humano, en lugar de hacer una separación entre ambos.
Es así como el artículo pretende discutir algunas de las limitantes de las
escuelas clásicas de las RRII al estudiar la actividad internacional de los actores
locales. Al mismo tiempo, pretendemos enunciar de manera breve algunas
críticas a la Teoría Marxista y su relación con temas medioambientales. De esta
manera, buscamos introducir el enfoque de Política Verde en el estudio de las
relaciones internacionales, y específicamente en el análisis de la acción
internacional de los actores locales. Consideramos importante resaltar que
nuestro objetivo en este artículo no es descalificar los trabajos que se basan en
los enfoques tradicionales de RRII, sino que simplemente pretendemos
enriquecer las discusiones en la disciplina, y a su vez mostrar enfoques
alternativos para el estudio de la actividad internacional de los actores locales4
3 El debate acerca de los orígenes de la disciplina de Relaciones Internacionales, su
estrecha –o no- relación con las ciencias políticas, así como de sus diferencias y
similitudes con escuelas en diferentes partes del mundo, no es abordado en el presente
artículo debido a que no es el principal objetivo de análisis. 4 Cuando hablamos de actores locales nos referimos a Organismos de la sociedad civil
(OSCs); Gobiernos sub-nacionales a nivel estatal, provincial, departamental o
municipal; Instituciones de Educación Superior; empresas y demás organizaciones cuyo
campo de acción se concentra en una, o más zonas específicas dentro del territorio
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en una realidad más compleja que nos exige analizar las problemáticas desde
diferentes puntos de vista incluyendo a una diversidad mayor de actores. Por el
contrario, a través del presente trabajo buscamos empujar a futuras discusiones
en la disciplina que contribuyan a expandir las fronteras de este campo de
estudio, y entender las relaciones internacionales de actores locales. Cabe
mencionar que el enfoque de Política Verde no es de uso exclusivo para temas
medioambientales, sino que, a través de los diversos problemas
medioambientales, plantea la necesidad de re-pensar viejos debates en las
Relaciones Internacionales, como, por ejemplo, la eficacia del sistema-estado
para reaccionar a los diversos problemas en el mundo (M. Paterson, 2005).
Con esto en mente el artículo está organizado de la siguiente manera. En
la primera sección discutiremos cómo se ha estudiado hasta el momento la
actividad internacional de los actores locales en las escuelas tradicionales de las
RRII, así como algunas de las limitantes de la escuela liberal institucionalista. En
la segunda sección, expondremos de manera breve la Teoría de Política Verde, y
mencionaremos algunas de sus principales críticas a la teoría Marxista y liberal
institucionalista en referencia a la política medioambiental y de Relacionales
Internacionales. En la tercera sección discutiremos la acción internacional de
los actores locales desde la perspectiva de la teoría de política verde
enfocándonos en dos aspectos: la descentralización del poder y la
desterritorialización del estudio de las RRII. Al final, daremos algunas
conclusiones y propondremos algunos cuestionamientos para motivar a futuros
debates en el área.
LA ACTIVIDAD INTERNACIONAL DE LOS ACTORES LOCALES EN LA
LITERATURA DE RRII: Explicando la acción de los actores locales en las
relaciones internacionales
Las teorías de las Relaciones Internacionales (RRII) son herramientas
analíticas a través de las cuales se pueden explicar y comprender los sucesos
sociales que se dan entre actores de diversa índole en el ámbito internacional,
así como su impacto en el sistema internacional. Dicho de otra manera, las
nacional; y que al mismo tiempo tienen algún contacto y colaboración con otros actores
de nacionalidades diferentes.
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teorías son como lentes o filtros que hacen que dirijamos nuestra atención a lo
que determinada teoría considera importante para entender una parte del
mundo (Donnelly, 2005).
Siguiendo esta línea, Del Arenal define a las RRII como el campo de
estudio que comprende “el conjunto de relaciones sociales que configuran la
sociedad internacional, tanto las de carácter económico y cultural […], las que se
producen entre los Estados como las que tienen lugar entre otros actores de la
sociedad internacional (Empresas Multinacionales, Organizaciones
gubernamentales, Individuos, etc.), y entre éstos y los Estados.” (del Arenal,
2007). Así pues, las teorías de las RRII, son de gran utilidad, no solo para
analizar algunos fenómenos determinados, sino también en la práctica, ya que
nos brindan elementos sólidos, basados en información verificable y
comprobable, para comprender el origen de determinados sucesos, así como sus
causas y efectos en su ámbito de influencia, lo cual puede ser aplicado en la
elaboración de estrategias de acción internacional.
Estas interacciones tienen lugar en el marco de determinado contexto,
con sus particularidades referentes a tipo y número de actores que intervienen5,
sus objetivos, e instrumentos que implementan para el logro de dichas metas,
pudiendo o no establecer con otros actores relaciones de enfrentamiento o
cooperación. En este sentido, debido a que la sociedad internacional va
cambiando, influenciada por diferentes factores internos y externos, las teorías
también se van transformando y adaptando al nuevo contexto, surgiendo así
nuevas teorías y otras que mantienen sus mismos postulados, aunque ya
adaptados a una nueva realidad.
Aunque desde antes de la conformación del sistema internacional como
lo conocemos actualmente, ya se tiene registro de filósofos, estadistas e
investigadores que trataron de explicar las relaciones de poder y conflicto entre
naciones (por ejemplo Maquiavelo, Kant, entre otros). Fue a raíz de la Primera
Guerra Mundial que tanto estadistas como investigadores comienzan a
enfocarse en la explicación de las relaciones internacionales, especialmente en
las motivaciones y origen de la guerra, por un lado, y, por el otro, de alguna
5 Lo anterior, tomando en cuenta que actualmente ya existen otros actores en el
escenario internacional, los cuales interactúan de manera compleja en un mundo cada
vez más interconectado, teniendo injerencia en distintos aspectos o áreas del desarrollo.
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manera, de la cooperación. De acuerdo a Del Arenal, la única teoría que
prevaleció desde el S. XVII y hasta hace una década, fue la teoría realista (del
Arenal, 2007), la cual tiene como premisas centrales el Racionalismo y
Estatocentrismo (Donnelly, 2005).
En este orden de ideas, cuando estalla el primer conflicto bélico de
magnitudes globales, es cuando se comienza a gestar el sistema internacional
como lo conocemos actualmente, teniendo como actor protagonista al Estado-
nacional, y a las organizaciones internacionales (OOII), creadas, conformadas y
promovidas por éste. De hecho, aún en la actualidad, aunque el Estado-nación
ya es uno más de los actores, su prevalencia continúa, estando aún en el centro
de las Relaciones Internacionales, que, desde el punto de vista del Derecho
Internacional, siguen siendo estrictamente relaciones entre Estados (Cors &
Malé, 2015). De hecho, el análisis de las relaciones internacionales de los actores
locales para explicar su surgimiento, prevalencia, mecanismos y objetivos, para
muchos estudiosos en la materia, tiene como punto de partida, el andamiaje
institucional y marco normativo que le brindan los gobiernos centrales para su
ejercicio, además de una serie de factores internos y externos, como los proceso
democráticos, descentralización, la transformación de un mundo bipolar a uno
multipolar, el desarrollo de las tecnologías de la información, etc.
Como mencionamos anteriormente, la dinámica de las relaciones
internacionales van cambiando, tanto por la naturaleza de sus actores, formas
de interacción y comunicación entre ellos, y por los objetivos que persiguen,
integrando nuevos esquemas de cooperación a través del intercambio y
participación de una diversidad de actores que ahora, a diferencia de décadas
pasadas, no eran considerados como verdaderos sujetos de cooperación y
desarrollo6. Dicho de otra manera, desde hace algunas décadas, la configuración
del sistema internacional ha cambiado, pasando de reconocer solo a los estados
y las organizaciones internacionales (conformados por ellos mismos), y en el
6 Un claro ejemplo de esto, en el ámbito de la cooperación internacional para el
desarrollo, es el surgimiento de la Nueva Arquitectura de la Ayuda, cuyo objetivo es
lograr que los esfuerzos de cooperación internacional contribuyan verdaderamente al
logro de objetivos concretos de desarrollo. En el marco de este proceso, que dio inicio
en el Foro de Alto Nivel de Roma en 2003 los actores locales de diferente naturaleza, es
decir, organizaciones de la sociedad, civil, sector privado y gobiernos sub-nacionales
fueron reconocidos hasta el Foro de Alto Nivel de Busan en el 2011.
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seno de las cuales se discuten y toman decisiones sobre el rumbo de países o
regiones enteras, como sujetos del Derecho Internacional, a un escenario en
donde existe una diversidad de actores que incluyen gobiernos sub-nacionales,
así como organismos internacionales y de la sociedad civil, además de una
diversidad de instituciones privadas (Castells, 2005; Rosenau, 1992, 1995;
Strange, 1996). Todos estos actores tienen un rol importante dentro de las
relaciones internacionales, respondiendo y contribuyendo, por una parte, a la
agenda internacional de desarrollo, y, por otro lado, buscando el cumplimiento
de metas propias, establecidas de acuerdo a sus propias necesidades y
prioridades.
Los actores de los que hablamos en el párrafo anterior, incluyen
gobiernos sub-nacionales, organismos de la sociedad civil, instituciones de
educación superior y otras instituciones u organizaciones privadas. Estos
actores han tenido una creciente actividad internacional, vinculándose con sus
contrapartes en otros países, a través de los cuales buscan cumplir con sus
complejas agendas que, en la actualidad, van más allá de la prestación de
servicios públicos, incluyendo otros temas de gran relevancia como la
protección a los derechos humanos, la conservación del medioambiente y lucha
en contra del cambio climático, el impulso a sus sectores productivos
estratégicos, entre otros. Una de las limitantes para el correcto análisis de este
fenómeno, es justamente, la visión reducida que se tiene en cuanto a las
motivaciones y dinámicas de los actores locales para la internacionalización,
pues aún en algunos casos concretos, estos siguen analizándose desde la
perspectiva de un complemento a la política exterior del gobierno central
(Colacrai, 2013; Russell, 2010), y vistos como solo capaces de tener injerencia en
temas del núcleo blando de la política exterior, es decir, en donde no se ejerce
soberanía (Ippolito, 2016). En el caso de los gobiernos sub-nacionales, señalan
Cors & Malé (2015), en los países más avanzados en este tema, la administración
central ha creado una serie de instituciones y mecanismos para apoyar e
impulsar las relaciones internacionales de los gobiernos sub-nacionales, pero
siempre como una extensión de los gobiernos nacionales7.
7 En el caso de México, de acuerdo al marco normativo, los gobiernos sub-nacionales
tienen la facultad de establecer acuerdos de cooperación con contrapartes extranjeras,
siempre y cuando estos sean revisados y aprobados por la Secretaría de Relaciones
Exteriores.
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En este sentido, y aunque las teorías de las RRII se van renovando y
actualizando de acuerdo a la realidad imperante, el debate para el análisis de
estos fenómenos relativamente nuevos, no se ha abierto lo suficiente, para dar
cabida a otros enfoques alternativos, que ofrecen también una plataforma
general explicativa para entender las acciones de determinados actores, así
como sus dinámicas, y objetivos a alcanzar.
En este artículo pretendemos exponer algunos argumentos en los que la
teoría de Política Verde podría aportar nuevos elementos analíticos para
entender este fenómeno, buscando otros enfoques que nos den más
herramientas para analizar un fenómeno concreto de las RRII de los actores
locales en América Latina. Como mencionamos anteriormente, existen un gran
número de teorías clásicas y modernas de las Relaciones Internacionales, por lo
que nosotros hemos decidido contrastar la teoría liberal institucionalista con la
política verde, buscando de esta manera explicar y entender de una forma poco
explorada por la literatura, las relaciones internacionales de los actores locales.
Para introducirnos en el tema y comenzar a construir este argumento, es
importante partir de las premisas de ambos enfoques, en sus características y
qué elementos teóricos y de análisis nos brinda cada una de estas teorías.
Desde el punto de vista del liberalismo institucional, las relaciones
internacionales se dan en el marco de un Sistema Internacional, definido éste
como “el conjunto de interacciones entre los diferentes actores internacionales”,
creando de esta manera una configuración de poder (estructura), en el marco de
la cual se produce una red compleja de interacciones (procesos) de acuerdo a
determinadas reglas, implícitas o explícitas (Barbé Izuel, 2003), que
determinarán en gran medida el éxito o fracaso de las relaciones de cooperación
entre estos (Prado L., 2014). Desde esta perspectiva, y en un mundo cada vez
más integrado, los actores, interdependientes unos de otros debido a lazos
económicos y políticos, buscarán la cooperación sujetándose a reglas y normas
creadas a través de diferentes mecanismos, tales como las organizaciones
internacionales, los regímenes internacionales, y la reciprocidad (Idem). Estas
instituciones internacionales crean un marco normativo que influye en la
conducta, las actividades y las expectativas de los participantes (R. Keohane &
Nye, 1989). En otras palabras, las instituciones son un conjunto de reglas que
determinan el comportamiento de los actores en áreas de políticas específicas
(Donnelly, 2005).
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En este contexto, es importante hacer énfasis en que, desde el punto de
vista del liberalismo institucional, los Estados nacionales siguen predominando
como protagonistas de las relaciones internacionales y de cooperación que se
dan entre los actores. Esto es en definitiva una limitante importante para lograr
un pleno análisis de los procesos de internacionalización de los actores locales,
toda vez que estos son vistos como actores complementarios a sus gobiernos
centrales, con áreas de acción específica y limitada. Asimismo, desde esta
perspectiva, las relaciones internacionales de estos están determinadas, en
buena medida, en procesos externos, en los cuales ellos llevan a cabo su acción
internacional, y no en decisiones propias basadas en prioridades, necesidades y
con actores afines a estos, contribuyendo así a una gobernanza global.
De manera contraria, el enfoque de la política verde, dentro de sus
premisas principales habla de la descentralización como estrategia
indispensable para enfrentar los problemas medioambientales. Aunque en
principio se enfoca a los temas medioambientales, no es privativo para otros
temas que puedan ser abordados en este marco.
INTRODUCCIÓN A LA POLÍTICA VERDE
Una de los autores más influyentes dentro de la Teoría de Política Verde,
y una de las primeras en plantearse nuevos cuestionamientos respecto a los
viejos debates en el pensamiento político, y por consecuencia, en las RRII, es
Robyn Eckersley. También considerada como una de las principales impulsoras
de la PV, Eckersley argumenta que a pesar de que a simple vista se piense que
los enfoques liberalista y marxista puedan tomar posturas diferentes –e incluso
contradictorias- ambos ignoran la variable de medio ambiente. Al plantear una
serie de críticas tanto al enfoque neo-Marxista como a la escuela liberalista
cuando éstas tratan de abordar los problemas medioambientales
internacionales, Eckersley contribuyó a la construcción de las bases para el
desarrollo del enfoque de la política verde. Al respecto, Eckersley (2004, p. 108)
argumenta que ambas escuelas adoptan la idea de progreso como eje central.
Esto quiere decir que, tanto el enfoque Marxista –incluidos los enfoques neo-
Marxistas- como el liberalismo institucional –al igual que el enfoque neo-
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liberal-, consideran que la dominación del mundo natural se dará a través del
progreso científico.
Presentado como un enfoque alternativo a los existentes, desde sus
inicios, la PV fue vinculada con un enfoque neo-Marxista. Trabajos como los de
Altvater (2006); Barkin & Tagle Zamora (2012) y Schmidt (1971) argumentaban
ofrecer una alternativa a la concepción capitalista respecto al mundo natural. Al
respecto Marx se refiere al mundo no-natural [medio ambiente] como
‘naturaleza externa’, a la cual considera como “la fuente principal de todos los
instrumentos y objetos de trabajo”, misma a la que llama “la casa de
herramientas original ", o la" despensa original.8" Sin embargo, Eckersley (1992,
pp. 77–79) impugna por la necesidad de una nueva ética que sea más sensible a
los problemas medioambientales y que guie las prácticas políticas. Al respecto
hace una crítica a Marx cuando éste argumenta que la mezcla del trabajo con la
‘naturaleza externa’ era un acto de apropiación, por lo tanto, el producto
pertenecía al trabajador. Aun cuando veía a las personas como parte de la
naturaleza, Marx consideraba que el trabajo humano desempeñaba un papel
fundamental y determinante en el desarrollo de la naturaleza. De igual manera,
las fuerzas (o medios) de producción fueron entendidos [por Marx] como los
medios tecnológicos con los cuales los humanos controlan la naturaleza externa
para satisfacer sus necesidades, incluyendo medios tangibles tales como las
máquinas, así como medios más intangibles como el conocimiento científico,
habilidades, y diseño organizacional (p. 79). Como menciona Balbus (1982 en
Eckersley, 1992), Marx vio el desarrollo de la ciencia como el medio por el cual
la humanidad buscaría "descubrir las 'leyes independientes' de la naturaleza, no
para respetar, sino para socavar su independencia de nuestra existencia".
Respecto a la escuela liberal institucionalista, Eckersley señala que los
valores liberales nacieron dentro de una sociedad de libre mercado la cual
asume que existe una fuente inagotable –y en continuo aumento- de recursos,
mismos que servirían para generar suficiente crecimiento económico para todos
por medio de los avances tecnológicos. Eckersley continua con su crítica cuando
sugiere que el problema con los valores liberales usados por el Estado –así como
por las organizaciones internacionales- es que dichos valores han sido incapaces
de resolver, o minimizar de manera considerable, los problemas
8 Para ampliar véase: Marx, K. (1844). The economic and philosophical manuscripts.
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medioambientales. En el mismo sentido menciona que dichos valores tienen
una fuerte injerencia en las políticas públicas, y por consecuencia, dichas
políticas continúan permitiendo el desplazamiento de los costos ecológicos en
el espacio y el tiempo. Lo anterior se debe, en mayor medida, a los términos
utilitarios que la escuela liberal le atribuye a la protección del medio ambiente.
El problema fundamental con el ideal liberal de la autonomía, menciona
Eckersley, es que se basa en una ontología del desapego social y biológico hacía
con el medio ambiente (p. 104). Las libertades fundamentales –incluidas las del
libre contrato- están arraigadas a la estructura normativa, formal e informal, del
Estado liberal democrático. A diferencia de las libertades civiles y mercantiles,
las consideraciones medioambientales no se consideran como fundamentales y,
por lo tanto, son negociables (p. 100). En este sentido, el enfoque liberal
institucionalista asume que el Estado –incluidas las diferentes instituciones que
lo conforman, así como sus normativas- funcionan de manera eficiente9.
Otro de los autores que han contribuido al desarrollo del enfoque de
política verde es John Dryzek. Al igual que Eckersley, Dryzek critica al enfoque
liberal institucionalista por su incapacidad de comprender las dinámicas
internas que influyen en gobernanza global medioambiental. Por ejemplo,
Dryzek (2013) hace mención a la falta de capacidad de enfoques como el
policéntrico de Oström (2010) al momento de aplicarlo en el estudio de la
gobernanza climática. Dicho enfoque, menciona Dryzek, ignora la capacidad
divisora de los intereses del sector de energías fósiles en la gobernanza global.
Oström, argumenta Dryzek, interpreta la influencia que ejercen algunos grupos
como simples barreras de la acción colectiva, y no como dinámicas de poder
movidas por intereses particulares de ciertos grupos.
9 Hay muchos ejemplos en la literatura de política medioambiental que critican el
enfoque de mercado en la gobernanza global del cambio climático. Estos autores
muestran al mercado y al sistema capitalista en general, como uno de los principales, si
no es que el principal, causante de los problemas medioambientales. Véase: (Adger &
Jordan, 2009; Clapp, 1998; Clark & York, 2005; Levy & Newell, 2005; P. J. Newell, 2010;
Matthew Paterson, 2009; Steans, 1999).
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Inicios del enfoque de Política Verde en las Relaciones Internacionales
Se puede decir que la Política Verde (PV) en las Relaciones
Internacionales (RRII), tomó fuerza en la década de los 70s. Lo anterior debido
que en décadas pasadas el interés dominante en la disciplina se concentraba en
temas de seguridad, orígenes de la guerra y poder en la política internacional
(ej. Grieco, 1988; Snidal, 1985; Waltz, 1979), y posteriormente en temas de
cooperación, el papel de las Organizaciones Internacionales (OOII) en la
política internacional, el surgimiento de regímenes internacionales y
cooperación entre Estados (ej. Abdelal, Blyth, & Parsons, 2010; Axelrod &
Keohane, 1985; R. O. Keohane, 1984b; Krasner, 1976; Kratochwil & Ruggie, 1986;
Oye, 1986; Ruggie, 1982; Susan Strange, 1970; Wendt, 1992). En el ámbito de los
actores locales, durante la década de los 90s surgió el concepto de Cooperación
Internacional Descentralizada (CID) el cual es comúnmente utilizado por las
escuelas europeas y latinoamericanas para describir la colaboración entre
entidades sub-nacionales en diferentes áreas (ej. Cohesión social, protección
medioambiental, intercambios culturales y promoción económica). Sin
embargo, dicha herramienta analítica tiene sus bases en el enfoque liberal
institucionalista de la cooperación en donde sigue una lógica de mercado y
donde los intereses económicos juegan un rol determinante para que la
cooperación pueda darse. Al mismo tiempo, la CID considera fundamental la
participación del gobierno central para que ésta pueda llevarse a cabo,
manteniendo así una visión estatocentrica (Romero, 2004).
No fue sino a finales de la Guerra Fría cuando la disciplina comenzó a
incluir en los debates los problemas medio ambientales de una manera más
formal (Steans, Pettiford, & Diez, 2005). En sus inicios, la literatura de política
medioambiental que hacía referencia a temas globales, se enfocó en temas como
el uso de pesticidas en los 1960s, la sobrepoblación y los ’límites del crecimiento’
(Meadows, Meadows, Randers, & Behrens, 1972) en la década de los 1970s. A raíz
de la creciente interdependencia e interacción en la política internacional
durante la década de los 1980s, la disciplina comenzó a preocuparse por
problemáticas regionales, como la lluvia acida, así como aquellos con escala
global como el deterioro de la capa de ozono, deforestación, perdida de la
biodiversidad, y el cambio climático. A raíz de esto, algunos autores
comenzaron a observar la necesidad de replantear algunas de las hipótesis
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dentro de la disciplina de RRII al observar que la concepción que se tenía acerca
del territorio y la soberanía de las escuelas clásicas, no eran suficientes para
abordar las nuevas problemáticas medioambientales las cuales incluían una
diversidad de actores mayor.
LA ACCIÓN DE LOS ACTORES LOCALES DESDE LA PERSPECTIVA DE LA
TEORÍA DE POLÍTICA VERDE
Hay dos aspectos en la teoría de política verde que aportan un enfoque
alternativo del estudio de la acción internacional e los gobiernos locales. El
primero tiene que ver con el desafío al concepto de autoridad y poder en la
política internacional. La PV desafía la concepción estatocentrica de las
relaciones internacionales en la que se asume hay una jerarquía entre actores,
donde el Estado –y las OOIIs subordinadas a los intereses de los Estados
miembro- son los únicos con la capacidad de tomar decisiones en el diseño y
ejecución de acciones internacionales. En otras palabras, la PV sugiere una
descentralización del poder en las relaciones internacionales donde otros
actores, además de los Estados, tienen la capacidad de actuar. Es decir, la PV
argumenta que una descentralización en la toma de decisiones en el diseño y
ejecución de sus propias políticas de desarrollo.
El segundo aspecto está relacionado con desvincular el territorio, es
decir las fronteras físicas, cuando estudiamos problemáticas cuyas
características implican una diversidad de actores transnacionales con orígenes,
nacionalidades, y facultades como el crimen organizado, controversias
comerciales que impliquen empresas y gobiernos, o las problemáticas
medioambientales que traspasan las fronteras legales. Al tomar en cuenta
cuestiones medio ambientales la PV desafía la territorialidad implícita en los
enfoques tradicionales los cuales no alcanzan a explicar ni entender problemas
trasnacionales complejos (como los medioambientales y de seguridad que
sobrepasan fronteras e involucran una diversidad de actores). En otras palabras,
la PV cuestiona el concepto de soberanía y territorio, y rechaza la visión
tradicional en la que los Estados soberanos son los únicos facultados (y con la
capacidad) para involucrarse en la política exterior.
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Ambos argumentos en la PV resaltan parte de las limitantes de los
enfoques tradicionales cuando estos pretenden abordar problemáticas en un
contexto interconectado e interdependiente. Las siguientes secciones explican
más a detalle ambos argumentos en la PV respecto a la inclusión de nuevos
actores en el estudio de las RRII, incluida la acción de los actores locales en las
RRII.
La descentralización del poder en la teoría de las RRII
La teoría de Política Verde (PV) sugiere, entre otras cosas, la
descentralización del poder como alternativa para enfrentar los problemas
medio ambientales. De acuerdo a Paterson (2005), la descentralización es una
de las características más representativas de la PV. Al mismo tiempo, agrega, la
teoría de PV le da importancia a la descentralización e inclusión de actores
locales debido a que es donde los alcances de las relaciones internacionales se
vuelven más tangibles. Principalmente debido a que el Estado-nación es muy
grande y, al mismo tiempo, limitado para lidiar de manera efectiva con las
problemáticas medioambientales, así como con las particularidades de éstos, y
otros temas, en cada región (Idem). Para llevar a cabo una descentralización
como la que menciona Paterson, implicaría romper con el modelo de
organización jerárquico, dando mayores capacidades y facultades a los actores
locales. A su vez, este argumento asume que los actores locales tienen la
capacidad de tomar las mejores decisiones que les convengan. Uno de los
autores que introdujo, y desarrollo con más detalle, el argumento de la
descentralización fue John Dryzek. En su libro, Rational Ecology: Environment
and Political Economy, Dryzek (1987) argumenta que las comunidades de escala
pequeña –a diferencia de la maquinaria distante del Estado central- son más
conscientes en el manejo responsables de los recursos naturales. Al mismo
tiempo, agrega, las localidades tienen mayor capacidad para prevenir y
responder de manera más rápida y eficiente a cualquier situación de
emergencia.
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Sin embargo, dentro de los enfoques tradicionales de la Teoría de
RRII, no es común optar por la descentralización. Por ejemplo, Singer (1961)
establece que existen dos niveles de análisis en la Teoría de Relaciones
Internacionales, el sistema internacional y los Estados. Al respecto,
argumenta a favor de que cada nivel interactúe de manera individual sin
ninguna interacción uno con el otro, salvo algunas excepciones muy
particulares. De esta manera, Singer sugiere una visión inmóvil de la
disciplina, en la que no debe existir interacción alguna entre los actores, al
mismo tiempo que no considera la posibilidad del surgimiento de “nuevos”
actores además de las OOII y los Estados. De la misma manera Snidal (1985, p.
579) argumenta que la presencia de un solo actor, el cual debe ser lo
suficientemente capaz de ejercer el dominio sobre el resto en el Sistema
internacional, va a conducir al resto de los actores a actuar de manera
colectiva dentro del sistema internacional. De igual manera, la ausencia de un
poder hegemónico es la causa por la cual existe un desorden, así como la falta
de capacidad por lograr acuerdos entre los Estados. Es así como Singer ignora
al resto de los actores en la política internacional (ej. OOII, empresas
trasnacionales, ONGs, gobiernos locales, etc.) y su capacidad de influir en las
decisiones de los Estados.
Por otro lado, desde la perspectiva de la PV, Paterson (2000) se pregunta
¿cómo la estructura de la política internacional influye en la generación de
problemas medioambientales? Al respecto comenta que los problemas
medioambientales a escala global son más fáciles de entender cuando dividimos
el ejercicio del poder entre una diversidad de actores y cuando entendemos, a
éstos, como un fenómeno que se genera como consecuencia de la dinámica
entre cuatro estructuras de poder en la política internacional, mismas que están
interrelacionadas entre ellas: el Sistema-Estado, es decir una visión
estatocentrica en las RRII; el sistema capitalista, entendido como políticas de
mercado cuyo objetivo principal es la acumulación de capital sin tomar en
cuenta los impactos sociales y medioambientales; la concentración en la
generación del conocimiento, es decir, ¿quién lo genera, bajo qué criterios se
genera, con qué motivos y para quién?10; y por último una lógica patriarcal la
10
Para ampliar el debate se puede consultar Foucault (1976) quien discute la relación
entre el poder y el conocimiento; así como Devetak (2013), quien discute acerca del
conocimiento y teoría de Relaciones Internacionales.
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cual prioriza la acumulación y el dominio del mundo natural11. Cada una de
estas estructuras de poder, argumenta Paterson, influyen de manera directa en
la generación de problemas medioambientales, y al mismo tiempo son
responsables de mantener centralizado el ejercicio del poder en la política
internacional.
Más que aportar una fórmula que resuelva las carencias en los enfoques
tradicionales, la PV nos hace ver la necesidad de explorar y utilizar otros
enfoques en el estudio de las RRII. Por ejemplo, en relación a la distribución del
poder en la política internacional, cuando autores como Dryzek, Eckersley o
Paterson hablan sobre la necesidad de desarticular el poder en el estudio de las
RRII, podemos voltear al trabajo de Michael Foucault y de su concepto de
gubernamentalidad, cuando analizamos las dinámicas de poder en la política
internacional. Por ejemplo, Morales Moreno (2016, p. 78) critica a las escuelas
tradicionales de RRII las cuales no alcanzan para explicar y entender un
contexto de "interdependencia compleja." Morales menciona que el liberalismo
institucional le da un sentido normativo a la acción colectiva e ignora los
motivos, necesidades particulares e intenciones de los actores locales.
La desterritorialización de las RRII
Uno de los primeros en desmitificar el concepto de soberanía, fue R.B.J.
Walker. En su libro Inside/outside: international relations as political theory,
Walker (1993) desmitifica el concepto de soberanía en la teoría de RRII
argumentando que subjetividades individuales (como la cultura, las clases, raza
y genero) han sido sistemáticamente marginalizados en el estudio del concepto
de soberanía. La soberanía, agrega, ha sido un concepto asumido sin mayores
cuestionamientos en la teoría de RRII. Representada como un espacio físico, el
concepto de soberanía ha sido usado en su mayoría por la escuela realista para
justificar el uso de la fuerza. Walker continua su crítica a las escuelas
tradicionales al mencionar el surgimiento de la “gobernanza desde abajo” la cual
incluye protestas directas contra instituciones por medio de actividades
11 Para ampliar véase: Paterson, M. (2000) Understanding Global Environmental Politics.
London, Palgrave.
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coordinadas entre ONGs y movimientos sociales. En otras palabras, al mismo
tiempo que se desarrollan convenios globales en materia medioambiental (ej.
Regímenes, convenciones, foros, etc.), de manera simultánea, nuevas formas de
gobierno emergen (Hadden, 2015). Esta “desterritorialización” de la gobernanza
global, agrega, es en parte incentivada por redes trasnacionales de colaboración.
Tal es el caso de las formas privadas como las alianzas entre ONGs
Internacionales y Corporaciones trasnacionales, mecanismos de gobernanza
multinivel desterritorializados como las redes transnacionales de colaboración
(ej. C40, ICLEI, CGLU, etc.). Para ilustrar el argumento de la distribución del
poder en las relaciones internacionales, Walker toma el caso de la Gobernanza
Global Medioambiental (GGM). Al respecto comenta que dicho fenómeno no
puede entenderse solamente como un cambio de autoridad en la política
internacional, sino que implica aspectos tanto positivos como negativos.
Respecto los aspectos positivos Walker se refiere a la democratización de la
gobernanza global, en la que actores de diferente índole participan en la toma
de decisiones (ej. Abbott, 2017; Andrade & de Oliveira, 2015a, 2015b; Betsill &
Bulkeley, 2006; Sending & Neumann, 2006). Acerca de los aspectos negativos
generados por la participación de otros actores, Walker habla del
involucramiento con fines de lucro de las empresas trasnacionales, y como estas
influyen en el diseño de políticas que favorezcan a sus intereses (Levy & Newell,
2005; P. Newell & Paterson, 2010; Steans, 1999).
En el mismo sentido Eckersley (2004) hace una crítica al
multilateralismo medioambiental12, el cual comenta la mayor parte del tiempo
esta entendido a través de un enfoque neo-liberalista institucional (o
liberalismo institucional como algunos lo llaman). Al respecto argumenta que
dicha escuela no ha sido capaz de comprender –y mucho menos de alterar- el
concepto de territorialidad de manera fundamental. Al igual que la escuela
realista, el liberalismo institucional asume sin cuestionar ni problematizar los
conceptos de soberanía y territorio en las RRII, mucho menos cuestiona el papel
de las ideas e identidades en las estructuras del sistema internacional, (p. 30).
Lo anterior, agrega, se puede observar cuando el Estado es visto como un
facilitador de los procesos de privatización, mercantilización y desregulación (p.
12
Eckersley se refiere a multilateralismo medioambiental a todas las organizaciones
internacionales y regionales que, así como a los regímenes internacionales, cuyo tema
está relacionado con la conservación y protección del medio ambiente.
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66), poniendo como prioridad el crecimiento económico dentro de sus fronteras
por encima de los intereses del resto de los miembros de la comunidad
internacional.
Paterson, Humphreys, & Pettiford (2003) siguen la misma línea cuando
cuestionan el concepto de gobernanza global vista desde una perspectiva
institucionalista. Al respecto argumentan que, de manera paralela a los
acuerdos institucionales y mecanismos multilaterales en la GGM, se ha venido
surgiendo una “gobernanza desde abajo”, en la que las protestas de la sociedad
civil tienen un impacto en las decisiones institucionales (ej. Sending &
Neumann, 2006). En el mismo sentido que Walker, ellos argumentan que ésta
desterritorialización de la gobernanza ha tomado fuerza, principalmente, en las
redes trasnacionales de diversos actores. Paterson et al. (2003) mencionan que
la GGM no puede ser interpretada de manera separada con el cambio de
autoridad en la política internacional. Estos cambios, agregan, impulsan, tanto
de manera positiva (ej. Regímenes, convenciones, foros) como de manera
negativa13 el desarrollo de acuerdos convencionales en la gobernanza; sino que
provocan el surgimiento de manera simultánea nuevas formas de gobernanza,
como aquellas entre corporaciones privadas, ONGs, mecanismos de gobernanza
multinivel (ej. Unión Europea, Mercosur, Comunidad Andina), así como
prácticas desterritoriales como los acuerdos entre actores transnacionales con
nacionalidades, naturaleza y orígenes –público o privado- diferentes entre ellos.
Basado en lo anterior, el enfoque de PV no solamente justifica, sino que
ve como necesaria la inclusión de otros actores además del Estado y las OOII,
en el estudio de las relaciones internacionales.
CONSIDERACIONES FINALES
En el presente artículo hemos argumentado la necesidad de considerar
otros enfoques en la teoría de Relaciones Internacionales, además de los
clásicos, al momento de analizar la acción internacional de los actores locales.
13
Algunos autores argumentan que las políticas medioambientales con un enfoque de
mercado, o dominación sobre el mundo natural, como la geoingeniería, puede
representar un cambio severo en la viabilidad de la humanidad. Véase: Hamilton (2013).
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Al respecto, sostenemos que los enfoques tradicionales, como el liberal
institucionalista, atribuyen una relación causal entre la participación de los
actores locales en la política internacional y factores externos. Por ejemplo,
trabajos que utilizan dichos enfoques, consideran que para que los actores
locales puedan tener una participación en la política internacional, éstos están
sujetos a la voluntad de una autoridad superior (ej. Gobierno nacional, supra-
nacional), guardando así una visión estatocéntrica. Por consecuencia dichas
escuelas no ha sido capaces de reflejar la rápida evolución de la participación de
los actores locales en la política internacional, lo que afecta no solamente para
su estudio, sino también en la práctica, ya que estas visiones limitadas se
pueden traducir en falta de acciones o políticas que incentiven la actividad de
estos actores en su actuar internacional.
Por el contrario, enfoques alternativos en las Relaciones Internacionales,
como la Política Verde, han sido capaces de incorporar dentro de sus análisis, la
participación de otros actores además del Estado. Al respecto, resaltamos dos
aspectos particulares que consideramos contribuyen a un mejor entendimiento
de las relaciones internacionales de los actores locales. El primero tiene que ver
con el desafío al concepto de autoridad y poder en la política internacional.
Dicho de otra manera, la PV sugiere una descentralización del poder en las
relaciones internacionales donde otros actores, además de los Estados, tienen la
capacidad de actuar. Es decir, argumenta por una descentralización en la toma
de decisiones en el diseño y ejecución de sus propias políticas de desarrollo. El
segundo aspecto está relacionado con desvincular el territorio, es decir las
fronteras físicas. En este sentido, la PV cuestiona el concepto de soberanía y
territorio, y rechaza la visión tradicional en la que los Estados soberanos son los
únicos facultados (y con la capacidad) para involucrarse en la política exterior.
Por último, esperamos que, al haber expuesto uno de enfoques
alternativos para el estudio de las relaciones internacionales de los actores
locales, como en este caso el de Política Verde, dejamos ver la necesidad de re-
pensar viejos debates en las Relaciones Internacionales, como, por ejemplo, la
eficacia del sistema-estado para reaccionar a los diversos problemas en el
mundo, y la centralidad del concepto de soberanía en el estudio de las RRII. Al
mismo tiempo nos abrimos a la posibilidad de plantearnos nuevos
cuestionamientos en el análisis de la política internacional, y, de esa manera
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complejo e interconectado.
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