¿EN QUÉ…? EL PATHOS DE DIOS ANTE UN PUEBLO APÓSTATA Un Comentario Bíblico del libro del profeta Malaquías
¿EN QUÉ…? EL PATHOS DE DIOS ANTE UN PUEBLO
APÓSTATA
Un Comentario Bíblico del libro
del profeta Malaquías
¿EN QUÉ…? “EL PATHOS DE DIOS ANTE UN PUEBLO APÓSTATA”
COMENTARIO BÍBLICO DEL LIBRO DE MALAQUÍAS
“Si el que cura y el que llora ante la tumba de Lázaro, el que grita de dolor y agonía
cuando se encuentra con alguien con una deformidad, si esas no son las lágrimas de
Dios, si ese no es el pathos de Dios, entonces hemos perdido la conexión con quién
es Él.”
(RAY ANDERSON)
GERSOM VELEZ MARTÍNEZ
Yo el Señor Jehová estoy consternado
por los crímenes de mi pueblo,
que con desprecio profundo
reniega de mi legado.
Han dejado mis principios,
ya no hay más amor por ellos
los cuales frenan en sus vidas
sus actos desaforados.
Ya no existo para ellos
por tanto se han entregado
a una vida religiosa
Que no exalta a mi Nombre.
Ese dios que ellos adoran no es el verdadero,
es un símbolo del mal,
que el humano irracional
maneja, astuto y artero.
Es un ardid del engaño,
de la astucia un argumento;
de la falacia instrumento y la injusticia el amaño.
Es la humana negación de mi amor santo y eterno,
de ese Padre Justo y Bueno,
que soy yo para mi pueblo.
Soy Bondad Soberana y Justicia Perfecta,
la Redención y la meta de la imperfección humana.
Quiero quitarles ese yugo de sus pasiones
romper las férreas cadenas,
y conquistar por las buenas sus destrozados corazones.
Si mi pueblo así lo entiende
no equivoca su camino,
modifica su destino
y soy Yo quien los defiende.
Quiero el corazón de mi pueblo,
para guiarles en su vida aquí en la tierra,
bendecirles y sustentarles
y den gloria a mi Nombre.
(Anónimo)
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
1. UN MENSAJE DESDE EL PATHOS DE DIOS PARA UN PUEBLO
APÓSTATA (1.1) ……………………………………………………. Pg. 11
2. ¡DESPRECIARON MI AMOR! (1.2-5) ...…………………………… Pg. 27
3. ¡MENOSPRECIARON MI NOMBRE! (1.6) ……………………...... Pg. 44
4. ¡HAN MANCILLADO MI ALTAR! (1.7-2.16) …………………….. Pg. 67
5. ¡ME HAN HECHO CANSAR! (2.17-3.5) …………………………... Pg. 86
6. ¡NO SE HAN VUELTO A MÍ! (3.6-7) ……………………………… Pg.122
7. ¡ME HAN ROBADO! (3.8-12) ………………………………………. Pg.140
8. ¡HAN HABLADO PALABRAS VIOLENTAS CONTRA MÍ! (3.13-15) Pg.150
APÉNDICE
RESPUESTA DE DIOS: ¡ACTUARÉ CON JUSTICIA! (3.16-4.6)… Pg.164
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
BREVE RESEÑA BIBLIOGRÁFICA
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INTRODUCCIÓN
¡Cuántas veces Dios ha sido decepcionado! Es quizá lo que describe el dolor del
corazón de Dios ante un pueblo, que si bien conoce los mandamientos divinos, no ha
sido fiel al llamado de ser una nación santa y un reino de sacerdotes (Éxodo 19.5-6;
1ª Pedro 2.9), en medio de un mundo donde se ha debido establecer el reino de
justicia a través de la obediencia del mismo pueblo.
A su vez, hablar de decepción, para el ser humano, es evocar sentimientos de
importancia frente al hecho de que la confianza ha sido traicionada por aquél a quien
de buena fe, se le ha abierto el corazón; lo cual puede llevar a la depresión y en el
último de los casos, aunque suene extraño, la misma muerte. Muerte de una relación,
muerte física de una persona, es decir, éstas pueden venir como consecuencia
inevitable de un sinnúmero de circunstancias dadas por una desilusión.
La decepción, por otra parte, puede definirse como aquél pensamiento o idea que se
tiene de alguien, el cual podría ser algo y resulta no serlo, o que podría dar algo y no
lo hace. En ese sentido se puede decir que: “no da la talla.” Esta, lleva en sí el hecho
de que se construye una idea del otro y, a la larga, se observa que no es así.
Ahora, en cuanto a la relación Dios-hombre, en primera instancia, la decepción lleva
siempre a descubrir que el ser humano se hace ideas de Dios, las cuales le conducen
a construir a un dios a su manera, que espera sobretodo, que le cumpla lo que cree y
que él haga su voluntad o deseo caprichoso y egoísta, fruto del orgullo.
Por esta razón, es que se puede afirmar, que la decepción ha de llevar al hombre a
encontrar una relación más profunda con su Creador, al punto en que pueda
conocerle y así reconocerle como el Señor de su vida.
Por ello, la decepción en este caso, es lugar de revelación, de encuentro, de llevar al
hombre a reconocer su necesidad del único y verdadero Dios. Puesto que en este
camino, el ser humano se encuentra con el Señor, con personas, acontecimientos y
ocasiones para revisar su propia vida y buscar una madurez espiritual.
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En segunda instancia, y desde la perspectiva de revelación, es de donde parte el
mismo actuar de Dios, pues Él se reveló al hombre, debido a que éste no puede
agradarle en sus propias fuerzas ni puede autojustificarse ante Él; bien dice la Palabra
de Dios: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso ¿quién lo
conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a
cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” (Jeremías 17.9-10). De allí
que el hombre, necesita de Dios en su vida, pues Él mismo da el querer como el
hacer por su buena Voluntad (Filipenses 2.13).
Pero, entonces…Si Dios sabe todo esto… ¿Por qué su decepción? ¿Acaso no es
normal en el hombre este actuar por su naturaleza pecaminosa?
Cuando hablamos de que Dios puede decepcionarse del hombre, se está
estableciendo el vínculo estrecho de amor que el Señor ha proclamado con éste: “con
amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia” (Jeremías 31.3).
Un amor que le ha llevado a entregar a su propio Hijo a favor del pecado de la
humanidad de todos los tiempos y generaciones habidas y por haber hasta el fin en la
parousía de Cristo.
Es verdad, el hombre en su naturaleza pecaminosa, tiene un actuar continuo donde
prevalece el pecado, y aunque Dios lo sepa de antemano, sin embargo, este gran
amor, le ha llevado siempre a denunciar el abandono del hombre hacia él, y así en su
pathos divino mostrar el gran interés por su vida y salvación eterna. Es decir, este
pathos es prueba fehaciente de que Él no es un Dios indiferente, y muy a pesar de la
perversión del corazón humano, está siempre dispuesto a recibirlo una vez que éste le
reconozca como el único Dios y Señor de todo, en su propia existencia sobre la
tierra.
Pero, a su vez, es prueba de aquél dolor que siente cuando su pueblo se aparta del
pacto divino, del camino que ha establecido para su bienestar, el cual le lleva a tomar
decisiones que duelen en lo más profundo de su corazón: el castigo hacia su pueblo
infiel y apóstata.
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En este orden de ideas, el libro de Malaquías, es la exposición del fracaso moral y
espiritual del pueblo de Dios. Su profecía revela una era que estaba debilitada por el
pecado. Lo que es más, existía insensibilidad al pecar. Estaban en una crisis
espiritual, en la cual sus convicciones respecto al Dios único y verdadero eran nulas;
a su vez, era el estado o condición más baja que hubieran podido alcanzar.
Este hecho, les llevó a estar sorprendidos por la censura divina, y portarse como
niños malhumorados y enojados debido a su ignorancia, el término en forma de
pregunta ¿en qué…? lo corrobora de manera cierta.
Esta ignorancia, tenía dos posibles interpretaciones: una en la falta del conocimiento
de Dios. La otra, en el menosprecio e indiferencia de ese conocimiento, el cual había
sido dado por Dios mismo; es decir, en ambos casos se puede determinar que el
pueblo carecía de disposición para obedecer los mandatos divinos.
Por otro lado, cabe destacar que Malaquías, cuya traducción en hebreo es “mi
mensajero o mensajero de Jehová” (malakhi; malakhiyah), tenía el deber de
entregar el último mensaje de Dios a su pueblo Israel, antes de la venida de
Jesucristo. Este hecho, hace que este libro profético tenga gran importancia para los
hebreos y aún para la iglesia de Cristo, toda vez, que históricamente y luego de su
entrega, Dios decide callar durante cuatrocientos años y no seguir hablando a un
pueblo que se tornó rebelde y no cumplió con la labor encomendada por Dios de ser
testimonio de obediencia delante de las demás naciones de la tierra.
Es de tener en cuenta además, que normalmente las últimas palabras dadas por
alguien, llegan a tener un poder especial, pues pueden alcanzar la conciencia del
hombre, tocan su corazón y perduran en su memoria.
Ante este panorama, es de importancia escudriñar acerca del estado en el que se
hallaba el pueblo de Dios, el cual había sido escogido por el amor divino, toda vez
que la iglesia hoy ha de tener en cuenta principios bíblicos que le puedan ayudar a
marcar diferencia en un mundo en caos: lleno de falsas doctrinas, filosofías y
tradiciones humanas, las cuales han estado apartándola del camino trazado por
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Jesucristo. Es la dulce tentación de la época postmoderna: el humanismo
desenfrenado.
Objetivo General
Realizar un análisis bíblico-teológico acerca de como Dios manifiesta su dolor por
un pueblo que ha caído en la apostasía.
Objetivos Específicos
1. Desarrollar un estudio inductivo y analítico del libro del profeta Malaquías.
2. Identificar el significado del pathos de Dios por su pueblo.
3. Identificar el significado de la apostasía, como parte esencial del pecado del
pueblo judío.
4. Identificar en el libro de Malaquías, principios bíblicos que ayuden a la
iglesia hoy para ser consciente del pecado de la apostasía.
5. Observar el atributo de la justicia divina como instrumento de amor para un
pueblo que necesita ser restaurado.
6. Establecer el llamado de la iglesia a permanecer fiel y a dar una genuina
adoración al único Dios verdadero.
7. Realizar una aplicación del contenido bíblico del libro de Malaquías, a la
situación y/o contexto actual de la iglesia.
Metodología
El libro de Malaquías será analizado desde una perspectiva bíblica y teológica.
Bíblica, por cuanto se realizará un estudio, lo más detallado que sea posible, de todas
sus partes teniendo en cuenta el método histórico-gramatical del texto. Además de
tener en cuenta algunas técnicas utilizadas en el círculo hermenéutico, con el firme
propósito de buscar de las Escrituras el significado que los escritores bíblicos
quisieron comunicar para su tiempo y para el hoy, siendo esta última la manera de
contextualizar y comprender el mensaje de Dios para su pueblo.
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Teológica, por cuanto se profundizará y reflexionará acerca de la forma como se
puede llegar a caer en la apostasía. Además de observar el atributo de la justicia de
Dios como respuesta al pecado de su pueblo.
Por otro lado, es importante dejar establecido que el contenido de este libro no será la
última palabra en cuanto al asunto en cuestión, sólo se trata de un aporte para
enriquecer, orientar y ayudar en el crecimiento personal y espiritual de los lectores
quienes están inquietos en conocer más acerca de Dios y su mensaje.
Esto debido, a que como se debe determinar, la palabra de Dios es una plétora
insondable en la cual, se puede discernir, cada día, ciencia divina de gran valor para
la vida y nuevas enseñanzas que transforman el corazón del hombre.
Este libro, comprende cuatro capítulos bíblicos, y se utilizará en ellos ambas formas
de acercamiento. El estudiante entonces, estará dispuesto a realizar un análisis y
profundización de este libro profético, para así comprender el sentido de vida de la
iglesia; además, de tener presente la facilidad con la que se puede llegar a cometer el
pecado de apostasía. En este mismo orden de ideas, el alumno tendrá el privilegio y
oportunidad de lograr dicha profundidad a su estudio de la siguiente manera:
1. Tareas semanales (20%)
1.1. Solucionar el cuestionario que corresponde al estudio de cada capítulo
o lección semanal como parte de un estudio inductivo personal.
1.2. Elaboración de un ensayo de reflexión de máximo cinco hojas, a
través del cual, presente aspectos del carácter de Dios y principios bíblicos
para la vida personal y eclesial, que sean hallados en un estudio personal del
libro bíblico bajo análisis.
2. Trabajo aplicativo y/o contextual (30%)
Consistirá de tres partes:
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2.1 Compartir su experiencia eclesial donde indique la condición o estado de
la iglesia hoy, en relación a la apostasía.
2.2 Hacer un cuadro comparativo entre el pueblo de Israel descrito en
Malaquías y la Iglesia de Cristo hoy.
2.3 Presentar alternativas de solución a la problemática actual según el cuadro
comparativo.
3. Evaluación final (20%)
Ensayo: profundizar en el tema: “cómo la iglesia hoy está cayendo en el
pecado de la apostasía y de qué manera se debe evitar” (mínimo cinco hojas).
4. Reporte de lectura (15%)
Consistirá en hacer un reporte de máximo dos hojas, de libros que tratan
acerca de la apostasía y la justicia de Dios (Licenciatura 300 páginas;
Maestría 500).
5. Asistencia (15%)
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LECCIÓN UNO
UN MENSAJE DESDE EL PATHOS DE DIOS PARA UN PUEBLO
APÓSTATA (1.1)
“Si Dios fuera impasible en absoluto, seguramente
sería incapaz de amar. Sería capaz de amarse a sí
mismo, pero no a sus criaturas. Pero si Dios es capaz
de amar a otros, está expuesto a los sufrimientos que
le acarreará este amor; aunque el mismo amor
no le permite sucumbir al dolor. Dios no sufre, como
la criatura, por faltarle algo. En ese sentido él es
impasible. Dios sufre por efecto de su amor, que es el
desbordamiento de su ser. En este sentido Dios
parece estar sujeto al sufrimiento.”
(D. de J. Caravias)
INTRODUCCIÓN
Como ya se ha mencionado anteriormente, Malaquías significa “mi
mensajero”. Y ya que un profeta es propiamente un mensajero de Dios, éste ha de
interpretarse no sólo como el nombre de una persona, sino también que es posible
aplicarlo como un título de “aquél a quien Dios encomienda un mensaje para un
pueblo que se ha desviado del camino establecido por el mismo Dios.”
Ahora, la posibilidad de aplicación del libro es universal y a todos los
tiempos, como parte de lo que se denomina contextualización. En la cual, se observa
claramente que lo que vivió el pueblo de Israel en su tiempo, hoy se puede encontrar
en el seno de la Iglesia y a quien Dios tiene algo que decir a manera de exhortación.
Hablando acerca del texto, se puede afirmar que tuvo lugar entre el año 516 y
450 a.C (aproximadamente), cuando se reanudaron con regularidad, las ceremonias
del culto en el templo de Jerusalém, una vez concluida su reconstrucción.
Éste se caracteriza por incluir un tono fuerte y controvertible con el que se
aborda el tema del dolor de Dios hacia un pueblo que vivía en medio de la apostasía.
Entendida a modo de ver del autor de este comentario como “la renuncia o
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abandono de los mandamientos o caminos de Dios; volviéndole la espalda, para
seguir sus propios caminos.”
Él establece un principio general de condena por sus prácticas cotidianas y
reprochables, en las cuales se reprueba la negligencia e indiferencia de los
sacerdotes, quienes estaban permitiendo que el pecado se instalara en el propio
templo; y quienes a su vez, eran responsables además, de que se cometieran abusos
en la celebración de los sacrificios.
Por otro lado, se censura a los que estaban actuando con maldad, injusticia e
impiedad, a quienes repudiaban a sus esposas para unirse en yugo desigual con
mujeres paganas; así mismo, a los que dejaban de dar el diezmo defraudando al
Señor; y a quienes hablaban con palabras violentas contra Dios. Sobre todos estos
estaba el juicio de Dios.
Estos hechos, son la manifestación del estado de ánimo de un pueblo judío,
que en un acto de desvergüenza, cuestionan el obrar de Dios por el desencanto y
dudas acerca del amor y justicia divinos, luego de haber estado en cautiverio varias
décadas bajo la mano de los babilonios.
¿Cómo entonces no va Dios a reaccionar de manera páthica, es decir, con
pasión frente al hecho de que su amado pueblo le ha rechazado de una forma tan
soberbia? Es obvio, que desde el amor de Dios y desde su justicia, no podía seguir
dejando a su pueblo sin ninguna reprensión y disciplina, era necesario recordarles
que sólo había un Dios verdadero y que no estaba dispuesto a abandonarles a su
suerte, pues Él seguía mostrándoles que les amaba entrañablemente, y por esta razón
debía poner un alto al pecado dado por su apostasía.
EL PATHOS DE DIOS, EL PROFETA Y SU MENSAJE
Se puede decir que el “Pathos de Dios” es “todo lo que Dios siente o
experimenta: en relación a su tristeza, pasión, padecimiento a causa del pecado de
su pueblo.” En este caso Dios da a conocer a su pueblo todos sus sentimientos hacia
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él, por medio del profeta o elegido por El, para llevar ese mensaje. Por el pathos
divino el profeta revela en su vida, en sus hechos y en sus palabras las emociones de
Dios, la vida interior de Dios, sus pensamientos y sus sentimientos, las
preocupaciones y aflicciones de Dios con respecto al mundo, su preocupación
por el hombre, una preocupación que se manifiesta en los profetas como denuncia
del poder y, por lo mismo, de la violencia. El pathos divino se expresa en la
esperanza y en la oración, tanto del profeta como de aquel del que recibe el mensaje.
En este sentido el profeta era un hombre poseído, seducido y atormentado por el
pathos de Dios (Jeremías 20.7-18). El pathos divino no se hace indiferente a la
humanidad, es en si la misma compasión.
En el pathos, el Todopoderoso sale de sí mismo y entra en el pueblo de su elección.
Hace consistir su Ser en el interés de este, y a su vez pone todo su interés en su
alianza con el pueblo. Por eso se ve alcanzado por las experiencias, acciones y
dolores de Israel. Su pathos no tiene nada que ver con el carácter de los dioses de la
mitología. Es una relación libre con su creación, con su pueblo y con la historia. Se
toma al hombre en serio hasta el punto de que padece bajo las acciones del hombre y
puede ser herido por ellas.
Los profetas no identificaron el pathos de Dios con su esencia, sino que vieron en
este la manera como se relaciona con su pueblo, de su interés y de su participación en
él. La profecía, por tanto, no es la predicción del futuro tal como está pre-ordenada
en el destino o en el plan salvador de Dios, sino que es la mirada que penetra en
el pathos presente de Dios, en su dolor por la desobediencia de su pueblo y en su
pasión por su derecho y su honor. Es por esto, que la Ira divina es precisamente su
amor herido, y es un dolor que le llega a su corazón. De esta forma, esta se convierte
en la expresión de su permanente interés por el hombre. Mientras que el abandono de
su pasión por el hombre significaría indiferencia.
El pathos divino encuentra su resonancia en la simpatía del hombre, en su apertura y
perceptibilidad para lo divino, lo humano y lo natural. En esa simpatía corresponde él
al pathos de Dios.
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Hablar del pathos divino es además hacer referencia a la compasión de Dios hacia el
hombre. Dios, no quiere el mal para el hombre, Dios solo desea que su pueblo se una
a Él, por ello dice Jehová: “Pero he aquí que yo le traeré y le llevaré al desierto, y
hablaré a su corazón.” (Oseas 2.14)
En este, Dios le permite experimentar al profeta su amor a su pueblo como el amor
que tiene el amado por su amada. Si Dios no respondiera con su Ira frente al pecado
y soberbia de su pueblo, no habría como conocer su amor hacia este; en su dolor
expresa su amor hacia su pueblo, cuando sus obras no le permiten volver a Dios.
El pathos divino también es el amor mismo de Dios dado a conocer por aquellos
hombres, que en nombre de Dios, denuncian, consuelan y animan al pueblo, según
sus necesidades.
Para ser profeta de Dios, se debe conocer a Dios y el mundo en que vive. El profeta
vibra con las mismas pasiones que conmueven a Jehová. El pathos de Dios se
convierte en pasión humana y entra en la historia como una fuerza operante y un
principio perturbador del orden establecido. La certeza de haber sido enviado por
Jehová y de hablar en su nombre es el hecho fundamental de la conciencia profética:
“el Señor me ha enviado.”
Su existencia entera está al servicio de esa misión: “El Señor me envió para
profetizar contra esta Casa y esta ciudad todas las palabras que ustedes
escucharon... En cuanto a mí, aquí estoy en manos de ustedes. Hagan conmigo lo
que mejor les parezca” (Jeremías 26.12, 14). En esto radica lo esencial del
profetismo bíblico, como lo confirman las siguientes palabras de Isaías: “Lo que oí
del Señor..., eso es lo que yo les anuncio” (Isaías 21.10).
Por otro lado, cabe decir que el profeta no se limita únicamente a recitar de manera
impersonal un mensaje, por el contrario se hace partícipe de este con un compromiso
total, al entregarlo al receptor del mismo, esto le lleva entonces a identificarse
plenamente con la pasión de Dios (Oseas 11.8-9; Miqueas 6.3-4).
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En conclusión, se puede determinar que el pathos divino, el profeta y su mensaje se
hacen uno sólo, con la finalidad de que el pueblo de Dios entienda que lo que Él
experimenta es real y así éste pueda tomar decisiones radicales en cuanto a vivir una
relación de obediencia que le lleve cada vez más cerca de su presencia y Palabra, y le
ayude a apartarse de su pecado más perverso: la apostasía.
LA APOSTASÍA DEL AMADO DE DIOS
El viaje a través de este importante mensaje que Dios habló al remanente que
estuvo en cautividad, y que a diferencia de muchos, pudo regresar a la tierra que el
Señor les había dado, inicia de manera distinta a las demás profecías del Antiguo
Testamento.
Las palabras: “Profecía de la Palabra de Jehová contra Israel…”, que se
usaron en el encabezamiento o primer verso de este texto profético, deja entrever que
el mensaje no era muy esperanzador. Por el contrario, estaba lleno de un sentimiento
lastimero profundo, pues en la mayoría de los casos en que se traía profecía, los
mensajeros de Dios decían: “…vino Palabra de Jehová…”; y aunque el mensaje o
mensajes fueran fuertes, de entrada no hubo tanta expresión páthica como en esta
ocasión.
En este orden de ideas, se ha de considerar que en el primer verso se utiliza el
término hebreo “massa”, el cual significa: En primera instancia “carga del
alma”,1 denotando el tener que llevar un peso que es penoso y que causa sufrimiento
a quien es el mensajero. Como se había dejado claro anteriormente, el profeta
enviado se identifica con el pathos de Dios y esto no es fácil, porque es sentir lo que
Dios está sintiendo por causa del pecado de su pueblo. Es llevar una Palabra de peso
que ha salido del mismo corazón de Dios ante un pueblo que va en contravía a sus
enseñanzas y decretos.
En segunda instancia, indica también “sentencia que lleva a levantar la voz y no
callar”. Ante esta situación de pecado, el Dios de Israel no estaba dispuesto a
1 www.encinardemamre.com/hebreo-C.html
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quedarse con una actitud pasiva y su reacción páthica fue inmediata. Allí se ve de
manera clara su Justicia.
Justicia viene del hebreo “Tsadaq” y significa “tener razón, ser correcto en todo.”
Al decir que Dios es justo, estamos diciendo que Él siempre hace lo que está
correcto, lo que debe hacerse y en forma consistente, sin parcialidad ni prejuicios.2
“La rectitud (o justicia), es la expresión natural de Su santidad. Si, Él es
infinitamente puro, quiere decir que debe oponerse a todo pecado y esa oposición
debe demostrarse en el tratamiento que Él da a sus creaturas (Génesis 18.16-33; Job
4.17; 2ª Pedro 2.6-8). El hecho de que Dios es justo significa que puede juzgar y
juzgará entre el bien y el mal, y administrará justicia de acuerdo a sus estándares.”3
Como se puede notar Dios no puede quedarse sentado en su trono como si no le
interesara lo que estaba sucediendo. Él, en su Santidad, debía actuar de manera justa
frente al comportamiento de su pueblo, mostrándoles su maldad y perversión.
Además de querer recordarles que les había llamado para alabanza de su gloria
(Isaías 43.7, 21).
Una de las caras que tiene la apostasía, es que profana el nombre de Dios. Es
decir, busca menoscabar con palabras y/o acciones su dignidad, su gloria, su
respetabilidad, su honra y su buen nombre. Algo que está en total contradicción para
lo que Dios escogió a su pueblo, según el mismo profeta Isaías mencionó: “porque
cuando vean sus hijos, la obra de mis manos, en medio suyo, ellos santificarán mi
nombre; ciertamente, santificarán al Santo de Jacob, y tendrán temor del Dios de
Israel” (Isaías 29.33).
Israel tenía la misión ineludible de mostrar, tanto a sus generaciones, como a las
demás naciones de la tierra, a través de su conducta y/o comportamiento en su vida
cotidiana, ceremonias, adoración, etc., al único y verdadero Dios.
2 Deffinbaugh, Robert L. La justicia de Dios. Abril 2005. www.bible.org 3 Ibid.
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Es por esta razón, que el texto cuando refiere al mensaje dado por el profeta, se hace
presente en su traducción la preposición “contra.”4 Esta está indicando una
oposición real de parte de Dios a la conducta inmoral y retante de parte de sus hijos.
Es una respuesta y/o reacción de rechazo inminente a lo que el pueblo presentaba
como vida de sacrificio ante Él.
Él se resiste a aceptar este tipo de conducta, y sacrificios ofrecidos por ellos; por
esta razón, se comporta como un enemigo para poder manifestar su total aversión al
gran pecado de su pueblo: el menosprecio por su Nombre.
Por otro lado, es importante también tener presente que en esta ocasión la
situación era distinta para el mensajero debido a:
No se trató de un llamado a denunciar la idolatría, pues esta había sido abandonada.
No era tampoco un llamado a retornar a la tierra prometida, pues un remanente había
regresado, aunque algunos todavía permanecían en cautiverio.
No fue una alerta a reedificar el templo, ya que estaba terminado (este mensaje
posiblemente fue contemporáneo al tiempo de Esdras y Nehemías).
Y de ninguna manera, era un llamado a reconstruir los muros de Jerusalem, pues
estaban bien.
Este mensaje al pueblo, el cual era enfático, trataba acerca del estado moral y
espiritual del pueblo que había podido regresar del cautiverio en Babilonia. Este
estaba realizando observancias religiosas para Dios, y aunque en el exterior estaban
en una posición correcta y los rituales eran los correctos, su comportamiento y
actitud eran erróneos. ¿Qué estaba pasando con el pueblo entonces? Veamos:
Sus prácticas eran deshonrosas (1.6)
Tenían una insensibilidad moral y una ceguera espiritual en cuanto a su misma
condición; por ello, cuando Dios les reclama, ellos preguntan ¿en qué hemos
fallado?
Su motivación para servir al Señor no era la correcta, lo hacían más por salir del paso
y amor a sí mismos (1.7-10)
4 Esta traducción se dio por la versión griega del Antiguo Testamento (La Septuaginta), donde se da el
prefijo epi junto al artículo ton en acusativo
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Llegaron a considerar un fastidio el servicio al Señor (1.13)
Así mismo, el sacerdocio estaba fuera del orden divino, de todo lo que Dios había
establecido que fuera, pues desde el principio este era santo y honroso. Se
caracterizaba por tener vida, andar en paz, en temor de Jehová, la ley estaba de
continuo en sus bocas, no se hallaba iniquidad en este, estaban llamados a vivir en
justicia y bendición para con el pueblo.
Eran los que ayudaban a los demás a que se apartaran del mal camino, enseñándoles
en cuanto una relación de intimidad correcta con Dios, pero ellos estaban:
Errando en su relación con Dios (2.8)
Errando en su relación con otros (2.10)
Errando en sus relaciones familiares (2.14-15)
Errando en su relación con el mundo (2.11)
Errando en cuanto a la disciplina (2.16), pues se deshacían de un hermano de manera
equivocada, sin un fundamento adecuado o sólido basado en la Escritura.
Queda claro que eran infieles. Y cabe entonces preguntar ¿Qué estaban viviendo
y enseñando entonces al pueblo? De acuerdo a esto, se puede hacer notorio que si el
sacerdocio estaba mal, qué se podía esperar del pueblo. Dios eligió un sacerdocio
para que fuera ejemplo de su grey, pastorearlos conforme a la Voluntad de Dios
expresada en las Escrituras para que cada día fueran santificados por ellas y así vivir
una vida de obediencia al Señor. Allí no existía nada de esto, por ello se hace más
real la apostasía en el amado de Dios.
LA APOSTASÍA HOY
Hoy como ayer, es inevitable hablar de apostasía, pues está haciendo mella
en el pueblo de Dios. No estamos exentos de que este pecado se haya vuelto una
realidad aún en nuestra época. Como lo dice el pastor Hiram Almirudis: “La
apostasía muerde y muchas veces no produce dolor, de ahí que hay innumerables
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apóstatas que siguen creyendo que están en tierra firme, pero están cayendo al
abismo sin darse cuenta.”5
Y continúa: “Muchos transitan por un camino religioso, se divierten en él, se sienten
realizados, son entretenidos con repertorios carentes de sentido y contenido bíblico,
asisten a iglesias donde los pastores tienen la diabólica habilidad de hacer que todos
se sientan bien con sus bufonadas. Pero, no transitan por el camino real que es
Cristo, sino por el paralelo que les lleva a un destino de condenación.”6
Esa es la realidad que nos acompaña hoy, debido a que muchos están usando la
palabra de Dios de manera acomodada y están negando su eficacia. Ya no se predica
en contra del pecado, porque no vende. El interés es estar cómodos, gozar de las
cosas terrenales y se ha olvidado que la Iglesia es una sierva sufriente que debe poner
la mira en las cosas eternas (Colosenses 3.1-2), pues ha resucitado con Cristo y su
vida está en Él.
Se debe dejar claro que se está presentando de la siguiente manera: Primero, como un
abandono de la fe para seguir todo lo que el mundo ofrece. Aquí caen personas
débiles que se mantienen comparando lo terrenal con lo eterno (Cristo-Satán, Iglesia-
Mundo, Cielo-Infierno, Santidad-Placer), y su decisión final es por el mundo, pues la
filosofía actual del hedonismo, el cual pregona el placer como el summum bonum, le
hace rechazar el llamado de Dios a una vida conforme su Voluntad Perfecta.
Segundo, la mezcla que se está haciendo de la fe con las costumbres y estilos del
mundo. A este tipo de situación se le puede llamar “espiritualidad híbrida”. Es
decir, un nuevo tipo de religiosidad la cual busca incluir de manera radical las
creencias religiosas y/o filosóficas del mundo actual, tratadas como verdades, las
cuales son conforme a las tradiciones de hombres y los rudimentos del mundo
(Colosenses 2.8), a lo que el Señor ha dejado establecido en su Palabra. Eso es tanto
como decir que: “todos los caminos llevan hacia Dios.”
5 Almirudis, Hiram. 17 señales de la gran apostasía de los últimos días. 2006. www.centrorey.org 6 Ibid.
20
Un ejemplo de ello, es ver como hoy en día, predicadores del evangelio, están
introduciendo principios de la metafísica (que es ocultismo), a la iglesia…veamos el
siguiente cuadro:
Visualización
Basta con mirarlo en tu mente por fe, y se hará realidad lo que
esperas
Imaginación
Basta con imaginar en tu mente, aplicando la fe y se materializa lo
que deseas
Positivismo Piensa positivo y te irá bien
El poder del decreto
Yo decreto, Yo declaro, Yo profetizo: refiere a una orden que yo
puedo dar para que Dios haga algo o yo determine que algo se
haga realidad.
El poder de la afirmación
Hay que repetir varias veces algo que se desea ser o tener y
sucederá
Esto es sólo una muestra de todo lo que está pasando dentro de la Iglesia hoy.
Infortunadamente se está cayendo en la profanación del Nombre de Dios una vez
más, y hay que recordar lo que dice la Escritura: “no usaréis el nombre de Dios en
vano” (Éxodo 20.7).
Los efectos nocivos que se están presentando: la sutil desviación de la Fe verdadera,
ingenuamente la gente pone la fe en sí misma y no en Dios, un delirio de un poder
que no existe y un afán por demostrarlo. Se supone que este poder es porque Dios me
usa, la cuestión es que Dios no me usa, yo soy el que pretendo usar a Dios.
La confusión de mucha gente sincera. Mucha gente que con sinceridad va a buscar a
Dios, se confunden al encontrar que la enseñanza no es la Escritura, es metafísica,
nueva era, administración, etc.
La llegada y la salida de mucha gente. Es cierto que mucha gente llega a la Iglesia,
buscando a Dios con sinceridad en su corazón pero al tiempo se sienten defraudados
y se van a veces a otras Iglesias (En porcentaje pequeño) y a veces al mundo (En
21
mayor porcentaje). La división de la Iglesia. Infortunadamente hoy en día iglesias
cristianas se han dividido a causa de estas enseñanzas.
El tropiezo para muchos no creyentes. Que cree Ud. ¿Que pensara el no creyente
conocedor de estas cosas, al ver a la Iglesia cristiana utilizando principios
metafísicos? De hecho se dan cuenta de la manipulación con fines económicos. Una
mujer recién convertida, y que en tiempo atrás fue practicante de la metafísica,
fanática de cierto canal de televisión al leer el material que estoy compartiendo, dejo
de verlo al darse cuenta que no había diferencia entre lo que ella había aprendido
sobre metafísica y lo que enseñaban en ese medio de comunicación.
Lo más lamentable es el pobre fundamento que reciben los que asisten a estas
iglesias, lo que los lleva a ser pseudo-discipulos. Y como si fuera poco, todo es
muestra del desplazamiento de la Escritura por enseñanzas heréticas.
Como se puede notar, es triste ver en lo que la Iglesia se está convirtiendo, bien diría
Santiago en su epístola: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de
vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación” (Santiago 3.1).
Tanto Santiago como los demás apóstoles tuvieron claro que la apostasía era la
manera como los creyentes podrían apartarse de la verdad del evangelio. Por esta
razón, hablaron de ella y de cómo esta abriría el camino al enemigo del Señor: el
Anticristo (1ª Juan 4.3).
Ahora, es importante también mencionar lo que el Apóstol Pablo habló a su discípulo
y consiervo Timoteo: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán
tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros,
vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles,
aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los
deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la
eficacia de ella; a éstos evita. Porque de éstos son los que se meten en las casas y
llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas
22
concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al
conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a
Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento,
réprobos en cuanto a la fe.” (2ª Timoteo 3.1-8).
Por ello, cabe tener en cuenta lo que afirma el pastor Hiram Almirudis: “la apostasía
es salirse del camino, continuar caminando paralelamente al camino real pensando
que se transita por él, pero arribando a un destino distinto y que no se esperaba.”7
7 Ibid.
23
CONCLUSIÓN
“No todo lo que brilla es oro…” Es quizá uno de los refranes más conocidos en
nuestro medio. A través de este se quiere expresar que no todo lo que parece tan
bueno en realidad lo es. Esas cosas que se creen son maravillosas en muchos casos
no lo son, y por dentro entrañan algún mal, engaño o falencia. Así es la apostasía,
por ello, Jesús dijo: “Mirad que no seáis engañados, porque muchos vendrán en mi
nombre…” (Lucas 21.8). Ilustremos con la siguiente reflexión:8
Hoy día mucha gente está ávida de “sensaciones”, “experiencias”, de meterse en
sistemas espirituales sin o con pocos fundamentos, entre menos rígidos y claros,
mejor. Hay una tendencia a lo pragmático: “si me hace sentir mejor, si me siento
bien, si es algo inofensivo y fraternal, es bueno” ¡según un criterio muy ligero y
común!
Sin embargo, “¡no todo lo que brilla es oro!” Los orientalismos no son jamás en
primer lugar técnicas de relajación o anti-estrés sino espiritualidades, manera de
pensar y vivir. Y aún, tratando de quedarse solo con técnicas sin nexo religioso (lo
que es imposible en el fondo…), subyace en ellas un fondo espiritual que se desvía
de la ascética, la mística y la recta espiritualidad cristiana. Todas las coincidencias
que puedan tener estos orientalismos, en su parte práctica con la oración de Jesús u
otras formas de oración cristiana, son sólo aparentes y externas.
El monismo de la mayor parte de los orientalismos, presente aun en su praxis orante,
tiende a volcar al sujeto hacia una “autorrealización” y “conciencia” de su divinidad.
Pecado original, infierno, Trinidad, salvación en Cristo, incorporación a la Iglesia,
gracia, etc., son negados frontal o sutilmente. Se propicia una realidad en la medida
que se íntima con un Dios cercano, que está dentro de nosotros si se quiere, cierto,
pero sustancialmente distinto del ser humano y de la creación, en cambio en los
orientalismos, no existe una diferencia esencial entre naturaleza y divinidad, de allí
8 Lopez-Geissmann, Roberto H. Algunas reflexiones sobre cristianos que coquetean con
orientalismos. Diciembre 2012. www.eccechristianus.wordpress.com
24
Que se induzca a la auto-exploración no para hallar a Dios en uno mismo, sino para
ser consciente de que ¡uno es dios! Bien y mal en tal concepción son grados de
una misma cosa, de allí el desprecio por la “dualista” visión cristiana.
De allí que en parte del hinduismo existe el culto a Kahli y otras hierofanías
(manifestación de lo sagrado), que asumen el mal como parte no a combatir sino
integrante de la vida en el cosmos.
Y sabemos que muchos de los fenómenos (levitación, visiones, quietud, faquirismo,
adivinación, materialización de objetos, etc.) no son inventos ni exageraciones,
existen y se dan en contextos de prácticas orientalistas. Pero despreciando el
discernimiento espiritual, a los occidentales solo les suele importar e impresionar la
vistosidad y tener esas facultades, consolaciones espirituales y calmas o vigor
corporal, sin importarle el origen de tales fenómenos. Todos ellos suelen inducir a
la auto-adoración del hombre y de lo creado, al interés desmedido en lo fenoménico,
contingente y no en la búsqueda sincera de un Dios personal, relevante y capaz
de establecer maneras para relacionarse con Él. Nada de esto pertenece a Cristo ni a
su Evangelio, y sí se parece mucho a la tentación de nuestros primeros padres por
manos de la Serpiente antigua: “Si coméis de este fruto seréis como dioses!”.
Jesús dijo: “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge,
desparrama” (Mateo 12.30). O estamos fielmente batallando contra las tinieblas o
las tinieblas van a cegar nuestros ojos al grado de colaborar con sus siniestros
propósitos. Es ahora que necesitamos más de la palabra no adulterada para guiar
nuestras vidas y que sea una lámpara a nuestros pies. El rechazo a la verdad es el
camino hacia la apostasía, pues una vez sea quitada de en medio, se antepondrán las
opiniones e ideas de quienes son enemigos del Señor, haciendo el objetivo principal
del pseudo-cristianismo actual, la satisfacción de la carne en vez de su negación y
satisfacción del alma.
Muchos se han acostumbrado ya a un alejamiento de la verdadera vida cristiana y les
parece cosa ligera coquetear con el mundo y sus filosofías, además de perder el
temor de Dios y su palabra. ¡La apostasía ya está aquí!
25
Las evidencias de que la iglesia cruza por un momento de clara apostasía son
muchas, entre ellas:
La vida frívola de los cristianos.
La insensibilidad hacia la santidad de Dios.
La naturalidad con que se practica el pecado.
La introducción en la iglesia de cuanto estilo de adoración extravagante y
sin sentido que va surgiendo.
El desprecio declarado hacia la sana doctrina.
Desprecio a la instrucción.
La marcada indiferencia hacia la Palabra de Dios.
El materialismo de las iglesias, ministros y miembros.
Las competencias para ver quién tiene la iglesia más grande.
El número alarmante de ministros que caen en adulterio, orgullo y muchos
otros pecado, y no hay disciplina para ellos, pues son intocables.
El concepto tan bajo que el mundo secular tiene de las iglesias, de los
ministros y de los cristianos.
Los estilos de adoración sensuales de parte de músicos, vocalistas y
cantantes nómadas.
El protagonismo y señorío que muchos pastores tienen sobre las iglesias.
El nepotismo que hace de las iglesias una empresa familiar.
La facilidad con que las personas se hacen cristianas, se bautizan y se hacen
miembros de las iglesias.
La sustitución de la Biblia por la psicología.
La politiquería, el caciquismo pueblerino, el apadrinamiento, y la burocracia
que distinguen a tantas personas que ostentan cargos eclesiásticos.
Por ello, se necesitan mensajeros de la palabra verdadera para denunciar este
siniestro plan de Satán para destruir al pueblo de Dios. Que aunque no se podrá
erradicar, por cuanto es algo ya establecido por Dios en su Palabra como anuncio de
su Venida, sí es necesario darlo a luz para rescatar al mismo pueblo de las manos del
engaño y desviación del camino de vida en Cristo Jesús.
26
CUESTIONARIO
1. ¿Qué significado tiene el pathos de Dios?
2. ¿Qué relación tiene con el profeta?
3. ¿Qué relación tiene con el mensaje?
4. ¿Qué es apostasía?
5. ¿De qué manera apostató el pueblo de Israel? Describa con detalle.
6. ¿Qué relación tiene la Justicia de Dios con la apostasía?
7. ¿Qué implica que el mensaje esté iniciando con un “contra”?
8. ¿Cómo se relaciona este hecho con el mensaje del profeta?
9. ¿Cómo se relaciona con la Justicia de Dios?
10. ¿Qué evidencias hay de que estamos en tiempo de apostasía?
ENSAYO
De acuerdo a la primera lección de este curso:
Realizar un ensayo de máximo cinco páginas acerca de la Justicia de Dios como
respuesta a la apostasía de su pueblo, donde se presente un análisis profundo acerca
del tema.
27
LECCIÓN DOS
¡DESPRECIARON MI AMOR¡ (1.2-5)
“El pecado es…la osadía a la Justicia de Dios,
la violación a su Misericordia, la burla a su Paciencia,
el desaire a su Poder y el desprecio de su Amor”
(John Bunyan)
INTRODUCCIÓN
El pueblo de Dios ha llegado a caer bajo debido a que rechaza el amor de Dios
profanando su Nombre. Este hecho se manifiesta en que se quiere ser como Dios,
vivir en sus propios caminos en contradicción con los principios establecidos en su
Palabra.
Esto se debe a que somos arrastrados por el orgullo, abusando de la libertad que nos
fue dada para vivir en obediencia. Es así que no se responde con amor al amor de
Dios, ni se le reconoce; por el contrario, hay un enfrentamiento con Él, poniéndole
como un rival y en ocasiones, sólo le hacemos un esclavo de los caprichos de nuestro
corazón.
Estamos en una época donde no se comprende la malicia del pecado, por ello, hay
incapacidad de mirar a Dios. Lo único que se está observando es que el pueblo se
mire a sí mismo y su actuar se aleje del verdadero Dios y de lo que Él ha establecido
como el camino correcto para este.
El pueblo de Israel se encuentra frente al Dios de sus padres y antepasados, y al
escuchar a Dios hablarles acerca de lo que él ha hecho por ellos, su pregunta: ¿En
qué? Muestra la frialdad de un remanente que ha regresado del exilio y que
manifiesta así su menosprecio ante el reclamo justo que el Señor está haciéndoles.
El sentido de esta corta pregunta es: “de qué manera o forma nos has amado”,
dando a entender su malicia e insolencia, indicando además, una hostilidad y actitud
argumentativa para justificarse ante Él.
28
Parece inconcebible que el pueblo de Israel:
1. Haya olvidado todos los favores y beneficios recibidos de la mano de Dios;
de cómo y cuántas veces los libró de sus enemigos.
2. Menosprecie el nombre de Dios, pues sus sacerdotes no le dieron la
importancia que merece la Santidad y Justicia de Dios, ofrendando lo
contaminado y dañado.
3. Deshonre al Señor con su inconsciencia del pecado y el incumplimiento de la
enseñanza de las Escrituras; olvidando que había de enseñar lo que indica las
Palabra de Dios y actuar conforme ella, renunciando a la vida pecaminosa.
4. No tome en serio el pacto con Dios actuando con indiferencia ante este.
5. Ignore voluntariamente lo que agradaba a Dios.
6. Se dejen influenciar por lo que veían: “la maldad tiene premio y el bien da
sufrimiento”, llevándoles a creer que Dios está ausente de la realidad que viví
el pueblo.
7. Considere que no tenía por qué volverse a Dios, pues pensaban que eran un
pueblo inocente y santo. Su dureza de corazón y soberbia no les permitía
reconocer su conducta equivocada y reprochable.
En este orden de ideas, podemos entonces afirmar, que el pueblo estaba cayendo en
una apostasía sin precedentes, basado en su misma pregunta (¿En qué?), la cual se
repite seis veces en el libro, siendo esto un manifiesto de su contrariedad contra
Jehová el Dios de sus antepasados.
¡…EN QUÉ NOS AMASTE…¡
Es interesante, que el mensaje de Dios inicia con una afirmación concreta: “Yo os he
amado.” Más cuando su pueblo está en una mala actitud ante Él. En este caso,
podríamos decir que es Dios quien tiene mucho que reclamar a su pueblo, pero
vemos la utilización de una frase que tiene un sentido muy profundo y esencial, si se
quiere.
29
A través del uso de esta, demuestra lo necesario que es afirmar al pueblo para
preparar el camino hacia la corrección que debía dar. Esta cumple la función de
preparar y desarmar el corazón del hombre para que pueda escuchar y recibirla, pues
les recuerda que desde el principio les amó y que habrá redención para sus vidas.
Por esta razón, se puede determinar que históricamente no puede decirse que Dios no
amaba a su pueblo. De hecho en Deuteronomio 7.8 lo confirma: “…sino por cuanto
Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha
sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de
Faraón rey de Egipto.” Y una vez más en Jeremías 31.3 lo dice claramente: “jehová
se manifestó a mí hace ya mucho tiempo diciendo: con amor eterno te he amado; por
tanto te prolongué mi misericordia.”
Es un hecho claro, su amor fue con actos llenos de su ternura y compasión; además
de la manifestación de su poder glorioso en favor de un pueblo que había elegido
entre muchos que existían en la tierra.
En esta primera parte del texto en análisis, y ante esta situación de pecado, los
reclamos justificados de Dios contra su amado no se hicieron esperar. Una vez más
Él les demuestra su pathos, por medio de una inconformidad con la manera en que
sus hijos están actuando. ¿Cómo es posible que desconozcan el gran amor de Dios?
¿Acaso habían olvidado todo lo que Él había hecho por ellos a través de los tiempos?
Es preciso dejar claro que el pecado, normalmente, cierra los ojos de quienes lo
practican, y les hace creer que no se está haciendo algo equivocado. De acuerdo a
esto, Israel tenía una perspectiva errada de lo que estaba haciendo. Para ellos lo que
pasaba era más una muestra del abandono de Dios hacia sus vidas; por esta razón, su
cuestionamiento al Creador de todo, con cierto cinismo: ¿de qué manera nos amaste?
¡Es que no vemos nada que muestre tu amor en este momento!…Dando así apertura
a su propia justificación comportamental y actitud pecaminosa.
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APELACIÓN A LA MEMORIA HISTÓRICA
Cuando el pueblo de Dios olvida, Él no lo hace y en esta ocasión no es la excepción.
Era necesario que el Señor les llevara a través de la historia para que se dieran cuenta
que no tenían justificación alguna. Ante la pregunta suspicaz del pueblo, Dios
entonces les demuestra con hechos su amor: les recuerda su elección como
descendientes de Jacob.
A través del uso de la historia de los inicios de Israel, Él buscaba recordarles que
bien hubiera podido elegir a Esaú, quien por ser el primogénito, tenía pleno derecho
y era parte de sus privilegios como tal. Sin embargo decidió elegir a Jacob a pesar de
que no era alguien recomendable por tener un carácter equivocado (tramposo,
engañador, etc.). Pero… ¿Por qué lo amó a él? Podemos decir que lo hizo para dejar
suficientemente claro que la elección de Dios no depende de algo bueno en las
personas elegidas, sino simplemente por sus propósitos eternos (Romanos 9.11; 1
Corintios 1.27-29).
Miremos por un momento, lo que significa el término “Amor”. Viene del hebreo
´ahabah que lleva la idea de “quemar, encender o prender fuego.”9 Por esta razón,
el amor se ejemplifica con un sentimiento ferviente por alguien y que se traduce en
una relación de deseo entre dos personas. Cuando se refiere a Dios, indica más que
un sentimiento, es una decisión totalmente independiente de todo estímulo y
motivación externa. Y este fuego en el corazón de Dios por su pueblo, no se
enciende por su atractivo, ni se apaga por la falta de atractivo, es el resultado de su
misma naturaleza. Las Escrituras lo dicen claramente: Dios ES amor; por esta razón,
vemos a un Dios interesado en que su pueblo se corrija de una mala actitud y
comportamiento.
Así mismo, cabe establecer que este amor es soberano e incondicional, de manera
que lleva a Dios a elegir un pueblo para sí, y que este lleve su gloria a las demás
naciones de la tierra.
9 Vine, W.E. Diccionario Expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento. CARIBE:
Colombia. 1999. Pg. 16
31
También es importante decir que el término tiene el sentido de un deseo de tener
comunión profunda con el objeto de elección, lo cual supone un afecto interno que
conlleva en sí un compromiso de unidad y la preferencia que se concede a quien lo
recibe. Es un vínculo de amistad y comunión espiritual que se establece y donde
Dios conoce a su pueblo, se preocupa por su bienestar y le concede dones y gracias
(Génesis 18.19; Salmo 144.3; Jeremías 1.5; Amós 3.2). Se ha de afirmar además,
que el amor de Dios es gratuito, total, inmutable y definitivo. De allí que le lleva a
entregar todo de sí en favor del objeto de ese amor: su pueblo.
Su amor está cimentado en un compromiso apasionado, sufrido y lleno de deseo por
este. Compromiso apasionado, porque refiere al pacto que Dios hizo con sus
antepasados y el cual fue ofrecido por el anhelo de redimir a la corona de la creación:
el hombre. Y así se determina como un compromiso serio y cabal, en el cual ha
puesto todo su corazón, al que no puede faltar, y que le impele a ser fiel como parte
de su Justicia divina.
Sufrido, por cuanto él conoce el corazón de la humanidad, el cual está inclinado
hacia el mal por su misma naturaleza (Jeremías 17.9-10). Pero, que a pesar de todo
no deja de experimentar tristeza cuando éste se aparte de Él y sus principios divinos.
¿Por qué Dios sufre? Porque se preocupa por el bienestar de su pueblo. Es imposible
que quien ame, no padezca al ver a su familia alejarse y vivir una vida que le lleva
hacia la perdición. Más cuando se fue escogido para ser un reino de sacerdotes,
llamados a adorarle con la vida, y llevar su Gloria a las demás naciones de la tierra.
Y lo peor aún, que olviden esa realidad y su misión y/o deber para con Dios.
Y por último, lleno de deseo, porque viene del deleite de su corazón, el cual está
guiado por su sabiduría infinita y su Soberanía. Deuteronomio 10.14-15 lo describe:
“He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y
todas las cosas que hay en ella. Solamente de tus padres se agradó Jehová para
amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a vosotros, de entre todos los
pueblos, como en este día.”
32
En síntesis, Él no tenía por qué escoger a este pueblo insignificante, pues disponía
del derecho absoluto y de los privilegios para haber elegido a cualquier otro pueblo
que existiera en la tierra para cumplir sus propósitos de redención. Por ello, en el
texto anterior se resaltan sus derechos universales, su libertad y autoridad soberana
para hacer todo de acuerdo a su criterio o deseo.
Ahora, haciendo un breve análisis de este hecho histórico usado en el texto de
Malaquías, se puede prescribir que en una decisión soberana, Dios dio cumplimiento
a su compromiso con la redención de la humanidad: por el simple deseo de su
corazón, eligió a Jacob y su descendencia por encima de Edom.
Por otro lado, también es importante recordar que el verdadero amor disciplina y
corrige el pecado (Hebreos 12.5-11). Por ello, Dios no se muestra pasivo sino que
está en su corazón reaccionar ante esta afrenta de su pueblo. Infortunadamente la
depresión y el desaliento espiritual de Israel en este tiempo, le lleva a ir en contra de
aquél que verdaderamente les ha amado y pierden el camino.
En relación a los dos hermanos, el texto menciona que Dios no escogió a Esaú y su
descendencia, quienes no gozaron de la bendición de Dios; de ahí la expresión:
“convertí sus montes en desolación y abandoné su heredad para los chacales del
desierto.” (Vs. 3)
Es de notar que históricamente, los descendientes de Esaú no fueron disciplinados,
sino juzgados. Aunque estas dos palabras parecen similares, cabe decir que ambos
tienen propósitos diferentes: la disciplina es para corregir un mal comportamiento; el
juicio es para castigar al infractor.
Es por eso, que a través de sus palabras, Dios estaba mostrándoles que ellos no
habían sufrido lo mismo que los del pueblo de Edom, el cual fue un castigo sin
beneficios. Esto debido a su gran amor por el pueblo que había escogido para sí. Así
también, ellos estaban rumbo a su extinción como nación, mientras que Israel había
sido restaurado a su territorio. Esto muestra una enseñanza especial para el pueblo:
33
aunque viviera situaciones parecidas a otros pueblos paganos, su destino era distinto:
la gloria eterna.
Los de Edom eran un pueblo orgulloso, que confiaban en sus propias fuerzas
creyendo que ellos mismos no necesitaban a nadie para levantarse y reconstruirse
como nación, desconociendo a Dios y su Palabra. Ante lo cual en su indignación, Él
no permitiría que lo hicieran por su falta de arrepentimiento. La consecuencia sería:
“Les llamarán territorio de impiedad y pueblo contra el cual Jehová está indignado
para siempre.”10
¿Cómo no valorar el amor de Dios? Sería absurdo, pues Dios mostró con hechos y
argumentos sublimes que desde el principio les había amado al escogerlos como
pueblo por su soberana y libre Voluntad.
Cuando Dios ama, Él busca la restauración de su pueblo; su pathos le lleva a
reaccionar de manera que se entienda con claridad que despreciarle sería desconocer
sus propósitos eternos.
Al terminar, en el verso 5 el profeta aduce: “Y vuestros ojos lo verán, y diréis: sea
Jehová engrandecido más allá de los límites de Israel.” El sentido acá es que Israel
sería liberado de su aflicción, restaurado de su dolor, no siempre estaría en medio de
esta disciplina, y si se quiere, prueba. Ellos serían testigos de cómo la Palabra de
Dios se cumpliría ante sus propios ojos y les llevaría a exaltar el nombre de Dios de
manera que todas las naciones a su alrededor tendrían que reconocer al Dios que está
por su pueblo y que es el objeto de su amor para siempre.
EL DESAMOR HACIA DIOS
El pueblo de Dios, manifestó su descontento y hasta desamor por todo lo que había y
estaba sucediendo a su alrededor. Es muestra de que el ser humano ama cuando las
cosas salen bien: como quiere y como planea.
10 Indignado tiene el sentido de alguien que “se babea en la boca” con gran ira y enojo. Por ello se
habla de una reacción muy fuerte de parte de Dios.
34
Cabe manifestar entonces, que el desamor hacia Dios se da en momentos en que se
atraviesa un profundo dolor, el cual lleva a un sentimiento fuerte de coraje hacia Él.
Al ser humano, le es imposible entender los planes de Dios. Por ello, es más fácil
decir que nuestros planes deben ser aprobados y respaldados por Dios, pues es Él
quien debe acomodarse o adaptarse a ellos. Esto es así por cuanto se exige que las
cosas sean como el mismo hombre piensa y quiere, donde se pretende imponer sus
propias condiciones. Llevándole a no confiar en la providencia divina y en su gran
poder y amor; además, que lo que Dios hace es idóneo y de acuerdo a sus propósitos
eternos.
Cuando el pueblo no entiende lo que Dios hace, se piensa que Él está siendo
indiferente a su necesidad, que no está dispuesto a ocuparse de sus asuntos, y por ello
nace en su corazón un desamor, el cual se da en medio de crisis como: enfermedad,
pérdidas, etc. Y ante la impotencia y frustración, la respuesta es de rebeldía y
desilusión hacia el Señor.
El comienzo de la apostasía es el desamor, y el no entender que Dios con cada acto
de su Voluntad, tiene un propósito, y el mayor de ellos es el de mostrar su poder en
la tierra y que su nombre sea anunciado: “Y a la verdad yo te he puesto para mostrar
en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra” (Éxodo 9.16).
El pueblo de Dios se centró en sí mismo, es decir, su pensamiento es que eran
capaces de crear buenas cosas y de no pensar en el mal, que podían hacer todo por sí
mismos y que Dios, aunque existía, era sólo un objeto de servicio al cual se llama
cuando se requiere.
Hoy esto es lo que se podría denominar: “humanismo cristiano”. El cual ha llegado a
entronarse en la misma vida de la Iglesia de Cristo. Como lo expresa Andrew
Strom:
“Es el credo espiritual dominante de la mayoría de la sociedad
occidental. Prolifera en los medios, en la educación, en la medicina -
por todas partes. Y tristemente, ha infiltrado la iglesia a gran escala.
En el pensamiento humanista, EL HOMBRE es el centro de todo, en vez
35
de Dios. Todo gira alrededor del HOMBRE y cómo hacer que sea feliz.
Hablar acerca del PECADO hace que la gente se sienta infeliz y
culpable - por tanto es "equivocado" "juzgarles" al predicar contra el
pecado. El humanismo es muy tolerante. "Ellos no hieren a nadie",
dice. "Que hagan lo que desean". De hecho, la TOLERANCIA y la
FELICIDAD DEL HOMBRE son las grandes mantras del humanismo.
Entonces, ¿de qué manera ha invadido esta filosofía astuta la iglesia? -
Bueno, cada vez que Ud. escucha a un evangelista que suena como un
aviso comercial en la tele, Ud. está siendo testigo de la invasión del
humanismo. Ud. escuchará cosas como: "Dios quiere dar a USTED
una vida excitante. Dios quiere bendecir a USTED. Dios quiere quitar
todos sus sufrimientos y darle una vida feliz." - …lo que sucedió, es que
el ENFASIS ha cambiado desde "salvación del pecado y del juicio"
hacia "Dios quiere que Ud. sea feliz y bendecido". El enfoque ya no
está en el hecho de que nuestros pecados ofenden a un Dios santo, y
que la CRUZ es el único remedio. En cambio, el mensaje es más como
un comercial para crema dental - usando a Jesús como un medio para
tener una vida feliz y exitosa. Él es visto como un medio para nuestros
fines egoístas. Todo gira alrededor de "¿Qué beneficios puedo obtener
de ello?"11
La perspectiva de Israel también estaba perdida, su cosmovisión había cambiado,
habían dejado al Verdadero Dios por sus propios conceptos y opiniones, los cuales
les llevaron a apartarse de lo establecido por el Señor.
Así como los judíos de aquél tiempo, el pueblo de Dios en la actualidad han perdido
la senda, su caminar hoy es que a lo bueno dicen malo y a lo malo bueno. Su
identidad se ha diluido en medio de una sociedad donde se maneja la nueva
tolerancia, la cual reza: “Vive y deja vivir”, “acomódate a lo de hoy”, “la Escritura
es obsoleta y pasada de moda”.
11 Strom, Andrew. El Evangelio del humanismo. En: Los secretos de la iglesia temprana.
www.altisimo.net/maestros/iglesiaTemprana15.htm
36
Es entonces, el desamor, el desprecio de ese gran amor que Dios ha dado a su pueblo
escogido y que no se valora por adoptar una postura de rebelión y arrogancia frente a
quien lo ha dado todo para su bienestar eterno.
37
CONCLUSIÓN
Reflexionemos en la siguiente lectura:12
EL AMOR DE DIOS
Henry Drummond dice que el amor es lo más grande del mundo. Y desde
nuestro punto de vista, el amor es lo más grande en Dios. Sin amor Su justicia nos
cortaría; Su santidad nos echaría fuera de su vista; y Su poder nos destruiría. El amor
es la única esperanza de los pecadores, y nuestra mayor preocupación debería ser
descubrir el amor de Dios hacia nosotros.
Con respecto a Su naturaleza moral, Dios dice ser dos cosas: Luz y amor. “Dios es
luz” (1ª Juan 1.5). En las Escrituras, “las tinieblas” representan una posición de
pecado e ignorancia, y “la luz” es un símbolo de santidad y entendimiento. “Dios es
amor” (1ª Juan 4.8). La luz y el amor están perfectamente balanceados en la
naturaleza divina. Debido a que Dios es luz, Su amor no es una simpática debilidad o
una bondadosa naturaleza indulgente. Debido a que Dios es luz, Su amor es un amor
santo, y no un mero sentimentalismo enfermizo. El amor de Dios nunca está en
conflicto con Su santidad. Debido a que Dios es luz, El nunca pasa por alto el
pecado, aún en su propio pueblo, “Porque el Señor al que ama castiga, Y azota a
cualquiera que recibe por hijo” (Hebreos 12.6). El amor de Dios puede ser definido
como; aquel eterno principio de su naturaleza por el cual es movido a otorgar
bendiciones espirituales y eternas. El amor es la causa móvil de todos Sus actos de
misericordia y gracia. El amor es la garantía de que todas las cosas obran
conjuntamente para el bien último de Su pueblo; Su amor es la base de todas sus
actividades redentoras.
CARACTERISTICAS DEL AMOR DE DIOS
1. El amor de Dios es eterno. “Jehová me ha aparecido desde hace mucho tiempo,
diciendo: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi
misericordia” (Jeremías 31.3, RVA). Aquí tenemos explicada la atracción secreta del
12 Cole Duval, Claude. La Doctrina de Dios. México, 2001. Pgs. 75-79
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pecador hacia Dios. El los atrae porque El los ama. “Bienaventurado el hombre que
tú escoges y haces que se acerque a ti” (Salmos 65.4, RVA). El amor que nos
compró, también nos buscó y nos trajo hacia el lugar seguro, hacia el propiciatorio,
Jesucristo. Nunca hubo un tiempo en el que Dios no amó a su pueblo, y nunca habrá
un tiempo cuando Él no los amará. Él nos amaba igualmente, tanto antes de que
fuéramos salvados, como desde que fuimos salvos; “porque siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros” (Romanos 5.8).
2. El amor de Dios es inmutable. Dios no cambia y por lo tanto, no puede haber
cambio en su amor. “Como había amado a los suyos que estaban en el mundo,
amóles hasta el fin” (Juan 13.1). El amor de Dios por su pueblo no tiene principio, y
bendito sea Dios, tampoco tendrá final. Su amor es como El mismo, desde la
eternidad y hasta la eternidad. El gran argumento de Pablo acerca de la seguridad de
los creyentes se basa en el hecho de que, nada puede separarnos del amor de Dios.
Ninguna cosa de la tumba de nuestro pasado, ninguno de los peligros presentes, ni
del futuro o lo porvenir. El amor de Dios no está sujeto a vicisitudes.
3. El amor de Dios es soberano. Esto es evidente de por sí. Dios en sí mismo es un
soberano, que consulta su propio placer imperial, y que obra todas las cosas de
acuerdo al consejo de su propia voluntad. De esto necesariamente se sigue que su
amor es soberano. El solo selecciona los objetos de Su amor. Si El ama a Jacob y
aborrece a Esaú, ¿Quién le criticará? Si El ama a criaturas caídas de la raza humana y
aborrece a los ángeles caídos, ¿Quién puede disputar Su derecho de hacerlo así? Si es
cierto que “del que quiere tiene misericordia; y al que quiere, endurece” (Romanos
9.18), “¿quién eres tú, para que alterques con Dios? Dirá el vaso de barro al que le
labró: ¿Por qué me has hecho tal?” (Romanos 9.20).
No hay nada en los pecadores que mueva a Dios a amarles; nadie puede reclamar el
derecho al amor de Dios; Su amor es libre y soberano. ¿Qué hubo en este miserable
pecador para atraer el corazón de Dios? ¡Absolutamente nada! Por otro lado, había
todo para merecer su rechazo; mucho por lo cual El pudiera haberme aborrecido.
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4. El amor de Dios es eficaz. Esto resulta obvio, porque es el amor del
Todopoderoso. Esto significa algo, sí, significa todo, el ser amado por Dios.
Frecuentemente somos amados por aquellos que son incapaces de ayudarnos. Ellos
carecen de poder para hacer por nosotros, lo que les gustaría hacer. Su amor es
incapaz debido a que carecen de poder para hacer que su amor sea eficaz. Darío
amaba a Daniel pero fue incapaz de salvarlo (Daniel 6). Pero nosotros somos amados
por el Todopoderoso, para quien nada es difícil o imposible. Los objetos del amor de
Dios están seguros eternamente. Aquel que puede estar seguro de que Dios le ama,
también tiene asegurado un hogar en el cielo.
Veamos ahora una pregunta muy importante: ¿Cómo puedo yo saber que Dios me
ama? ¿Cómo puedo estar seguro de que todas las cosas obran para mi bien?
Asegurándome de que yo amo a Dios. Mi amor por Dios es una evidencia interna de
Su amor por mí. “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1ª Juan
4.19). Su amor por nosotros creó nuestro amor hacia Él. “El amor es de Dios.
Cualquiera que ama, es nacido (el griego: ha nacido) de Dios, y conoce a Dios”
(1ª Juan 4.7).
MANIFESTACIONES DEL AMOR DE DIOS
Dios es amor y El manifiesta lo que Él es. No hay atributos ociosos en Dios. No hay
tal cosa como un amor secreto. El amor brotará, si es el amor de Dios o es el amor de
hombre. El amor es activo, es un principio de vida que está obrando.
1. El amor de Dios a los pecadores fue manifestado en el don de Su Hijo. El
amor da. El amor da lo mejor. Dios nos amó tanto que dio Su Hijo unigénito.
Cristo amó tanto a la iglesia, que se entregó a sí mismo por ella (Efesios
5.25). El buen pastor da su vida por las ovejas (Juan 10.11). Como un judío
típico, Nicodemo pensó que Dios no amaba a nadie excepto a los judíos, pero
nuestro Señor le dijo que; Dios ama a todo el mundo (es decir, a gentiles
tanto como a judíos), de tal manera que dio a Su Hijo unigénito, para que
todo aquel (judío o gentil) que crea en El, no perezca, más tenga vida eterna.
Hasta que fueron mejor enseñados, los propios apóstoles pensaron que todas
40
las ovejas estaban entre los judíos, pero el Salvador les corrigió diciéndoles:
“Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las
ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas
también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”
(Juan 10.15-16). Las ovejas entre los judíos estaban en un redil, una cerca
ceremonial que les distinguía de los gentiles. La oveja entre los gentiles no
estaba sujeta a leyes ceremoniales. En la salvación, las ovejas de entre los
judíos, Cristo las condujo fuera del redil (Judaísmo), y las hizo uno con las
ovejas gentiles, para que oyeran su voz, así que ahora hay un solo rebaño y un
Pastor. Todo el pueblo de Dios son uno en Cristo, porque “No hay Judío, ni
Griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra: porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3.28). Esto no enseña que no
existan distintas esferas de servicio, sino significa que todos los salvos tienen
una salvación común.
2. El amor de Dios es manifestado en el nuevo nacimiento. Por naturaleza
nosotros somos hijos de ira, por un nacimiento sobrenatural llegamos a ser
hijos de Dios. “No los que son hijos de la carne, éstos son los hijos de Dios”
(Romanos 9.8). Juan dice: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que
seamos llamados hijos de Dios” (1ª Juan 3.1). No solamente somos
llamados hijos de Dios, sino que por el nuevo nacimiento somos hechos hijos
de Dios. Somos hechos hijos por un llamamiento divino; el nuevo nacimiento
está conectado con este llamamiento eficaz.
3. El amor de Dios es manifestado en la disciplina. La disciplina es una
expresión y una prueba del amor. “Porque el Señor al que ama castiga, Y
azota a cualquiera que recibe por hijo” (Hebreos 12.6). Aquí está la
evidencia de que ninguno de los hijos de Dios es perfecto. Todos ellos
necesitan la vara de castigo del Padre. La palabra usada para “castigo”
significa entrenar como a un niño, y la palabra usada para “azotar” significa
un castigo, azote o tunda. Los niños necesitan entrenamiento y castigo, y el
41
amor de Dios nos dará lo que necesitemos. La corrección proviene de la
mano amorosa de un Padre sabio; la condenación proviene de los labios
verdaderos de un Juez justo. Cuando los santos son tratados por sus pecados,
ellos son castigados por el Señor, para que ellos no sean condenados con el
mundo (1ª Corintios 11.32). El castigo no es placentero, pero es
provechoso; produce fruto de justicia y nos hace participar de Su santidad
(Hebreos 12.10-11).
ASPECTOS VARIOS DEL AMOR DE DIOS
Algunos teólogos hablan de varias clases del amor divino, sin embargo, nosotros
preferimos pensar de un principio divino con emociones variables, de acuerdo con el
objeto sobre el cual el amor es otorgado. Nosotros como el Dr. Kerfoot tenemos que
decir sobre este punto: “Si el objeto amado es adorable, entonces la emoción es de
complacencia. Si el objeto amado es uno necesitado de bondad o beneficencia, la
emoción es de benevolencia. Si el objeto está en angustia o aflicción, entonces la
emoción es de compasión o piedad. Tal como el principio activo del fuego es el
mismo, cualquiera que pueda ser el carácter del material que sea alcanzado, así
también el principio del amor es el mismo.”
1. Cuando el amor de Dios se posa sobre sí mismo o sobre criaturas inocentes, este
es el amor de complacencia. Este es el aspecto del amor por Su Hijo, en Quien Él
siempre se complace, y en Quien siempre toma deleite.
2. Cuando el amor de Dios es hacia los pecadores como objetos de miseria,
entonces este es el amor de compasión o piedad. Los creyentes fuimos por
naturaleza hijos de ira, pero Dios quien es rico en misericordia, debido a su grande
amor por nosotros, nos dio vida juntamente con Cristo (Efesios 2.3-5). En
misericordia Dios vivificó a los muertos espirituales, y esta maravillosa misericordia
es a cuenta de Su grande amor. Su grande amor por los pecadores fructifica en
“abundante misericordia” y “riquezas de gracia”.
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Una sucia, borracha y andrajosa ramera aullaba y llenaba el aire con lenguaje
obsceno, estaba siendo arrastrada calle abajo por un policía. Una mujer refinada y
elegantemente vestida bajó de la banqueta a la calle y besó a esta miserable mujer.
Asustada y sobria por el momento, la vil criatura preguntó sorprendida “¿Por qué
hiciste esto?”. “Porque te amo”, fue la pronta respuesta. ¿Está usted sorprendido de
este ejemplo de amor? Entonces recuerde que la distancia moral entre Dios y el
pecador, y me refiero a cualquier pecador, es mucho mayor que la existente entre
estas dos mujeres; y aun así Dios se inclina para darnos el beso de la reconciliación.
De acuerdo a este tratado, es necesario recordar que hoy aún la Iglesia ha sido
llamada a manifestar el carácter de Dios en su diario vivir, por ello el apóstol Pedro
mencionó: “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido; para que anunciéis las virtudes de aquél que os ha llamado de las
tinieblas a su luz admirable.” (1ª Pedro 2.9).
Y es el mismo trato que Dios dio a Israel: escogidos por amor demostrado
aún de manera más tremenda, la cual implicó el sacrificio de su Hijo Jesucristo en la
cruz del calvario. ¿Podremos despreciar ese amor?
43
CUESTIONARIO
1. ¿Por qué el pueblo de Israel despreció el amor de Dios?
2. ¿Qué significado tiene el amor de Dios y cuáles son sus características?
3. ¿Qué principios importantes hay en el texto que nos muestran la justicia de
Dios?
4. ¿Qué implicaciones tiene la pregunta hecha por el remanente de Israel ante
Dios?
5. ¿De qué manera amó Dios a Israel? Explique y describa.
6. ¿Cuáles fueron las enseñanzas dada por Dios a su pueblo a través de la
historia de Jacob y Esaú?
7. ¿Cuáles fueron las razones que Dios tuvo para elegir a Israel como su pueblo?
8. Ante el tema de la elección ¿Cómo es Dios?
9. ¿Qué consecuencias habrá al que desprecie el amor de Dios?
10. ¿Cuál es la diferencia entre disciplina y castigo? ¿Qué significaba esto para el
pueblo de Israel?
11. ¿Cómo se manifiesta la Justicia de Dios en su amor por el pueblo? ¿Qué
relación tienen el amor y la justicia de Dios?
12. ¿Por qué se da el desamor en el pueblo de Dios? ¿Qué implicaciones tiene?
ENSAYO:
Realizar un ensayo de no más de 5 páginas donde se trate el tema: “De qué manera
la iglesia de hoy no valora el amor de Dios”
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LECCIÓN TRES
¡MENOSPRECIARON MI NOMBRE! (1.6)
“Para el pueblo de Dios…ignorar, suavizar o de otro modo
silenciar la realidad letal del pecado, es cortar el nervio
de la Palabra de Dios. Porque la sobria verdad es que
sin una información completa acerca del pecado, el
Evangelio de la gracia se vuelve impertinente, innecesario
y, finalmente, carente de interés.”
(Cornelius Plantinga, Jr.)
INTRODUCCIÓN
Como se mencionó anteriormente, el pueblo de Dios inició su camino hacia una
apostasía sin reversa, en su desamor por su Creador y Originador. Cierto dramatismo
existencial producido por un sentimiento de desengaño y pérdida, les lleva a
cuestionar el gran amor del que han sido objeto durante toda la historia, desde sus
orígenes como tal. Dios no faltó en ningún instante, siempre estuvo a su lado de
manera incondicional. Y aunque en su Santidad y Justicia, les disciplinó a causa de
su pecado, nunca los abandonó debido a su relación de amor hacia ellos.
El pueblo judío, en su actitud altiva, y creyendo ser inocentes de toda culpa, se
vuelven contra su Señor en una rebelión sin pretextos, una no sujeción a su autoridad
infinita, a una absoluta y abierta confrontación con quien les dio la vida. Por esta
razón, fueron dados grandes pasos hacia una pérdida de la razón y de su identidad
como pueblo de Dios, tanto en su carácter como en la enseñanza que debían impartir.
Habían caído en oscuridad al querer proclamar verdades superiores a la verdad
absoluta del Dios vivo y verdadero, aflojando así los principios morales y espirituales
que les fueron dados por el Señor desde sus antecesores. Isaías 5.18, 20-21 dice:
“¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con
coyundas de carreta…! ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que
hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo
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dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes
delante de sí mismos!
Esa era la situación real de un pueblo que en su vida cotidiana practicó la idolatría,
no permitiendo la verdadera adoración al Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Además
de hacerles perder de vista el camino de bendición que fue trazado en la antigüedad
por Él en su amor perfecto e ilimitado.
Ahora, en esta sección del libro en análisis, el pathos de Dios se hace presente una
vez más, en la manifestación arrogante de su pueblo: un desdén y desinterés
despectivo hacia todo lo que significaba la adoración a Dios.
¡…EN QUÉ HEMOS DESPRECIADO TU NOMBRE…!
“Despreciamos lo que importa por apreciar lo que no es nada ¿Ay
cosa más apocada questa vida? Que de corta, no es venida que es
pasada. ¡Cuán pocos tienen memoria desto, y sufre Dios Eterno gente
de tan mal gobierno que queréis trocar la gloria a barato del
infierno…! Ingrato desconoscido a Dios, y que ya no fuese suyo y
tuyo el interese, pues Él por ti ¿qué ha podido hacer que no lo hiciese?
¿Qué dar su sangre le vemos por nosotros, y nosotros lágrimas por él
no demos! Que Dios fuera un no sé quién, un hombre de por ahí…”13
Esta poesía tiene mucho de cierto, el ser humano y en especial su pueblo ha
menospreciado su Nombre por generaciones y nada ha hecho para volverse a su
Dios, aquél que todo lo ha dado en favor de éste.
Al pueblo de Israel no le fue suficiente lo que Dios había hecho por él. Su actitud
cada vez era más recia frente al Creador de la vida. Su beligerancia es muestra de
que habían optado por ser indiferentes ante el gran amor de Jehová. Lo que es más,
su frialdad se convirtió en un obstáculo firme en su relación con Él.
En medio de esta penosa situación, Dios dirige ahora su mirada y atención
meticulosa hacia los sacerdotes del pueblo, aquellos que habían sido escogidos para
el servicio en el templo y guiaran a éste hacia el camino de bendición dado por la
13 Boscan, Juan. “Para bien confesar”. Extracto de poesía 1554. Ed. AKAL: Madrid. 1999.
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obediencia a su Palabra. Un lugar de honor, que no fue dado a todos, sino a aquellos
que Él mismo estableció y fueran esa influencia correcta que el mismo pueblo judío
necesitaba para andar en pos de Jehová.
Su función era mediar ante Dios por el pecado del pueblo para que hubiera una
reconciliación entre las dos partes y a su vez buscar que en la vida cotidiana existiese
la santidad que el pacto exigía para quienes lo acogieron. Sin embargo, el
sacerdocio estaba lejos del camino de santidad trazado por Dios para llevar a su
pueblo a dejar la vida pecaminosa. Por esta razón, su dolor profundo le lleva a
expresar: “Menospreciáis mi Nombre”.
Aquí tenemos dos términos de los cuales es necesario conocer su significado, pues es
importante entender por qué el pathos de Dios se estaba haciendo cada vez más
visible a medida que su discurso contra Israel iba avanzando, muestra de su
indignación santa.
“Menospreciar” viene del hebreo bazah14
e indica:
1. En la forma Qal del verbo significa
“Desestimar, es decir, es tener un sentimiento o actitud de considerar a
alguien o algo como inferior, vil en extremo o sin valor alguno.” De allí que
tiene el sentido de:
1.1 Despreciar a Dios: su Palabra y su Nombre.
1.2 Deshonrar, haciendo burla de quien es Dios
1.3 Malvender, teniendo en poco lo que hace, además de mostrar descontento
en la forma que Él obra.
En este caso, se ve claramente que la actitud de Israel hacia su Dios fue de
tratarlo como un ser inferior, de muy poco valor debido a que su obrar hacia ellos, no
era lo que esperaban. Por ello su pregunta ¿En qué lo hemos hecho? denota
displicencia y aún maldad en su corazón ¿Acaso no conocían a Dios? ¿No conocían
su Palabra? ¿No sabían que el pecado llevaba al fracaso y en sí tiene
14 Strong, James. Diccionario Strong de palabras hebreas y arameas del A.T. En: Nueva
Concordancia Strong Exhaustiva. CARIBE: Nashville, Miami. 2002. Pg. 92.
47
castigo? Prácticamente era una burla, un irrespeto hacia la majestad de un Dios
vivo y real.
¿Qué habrían de decir las demás naciones acerca de Jehová, si su pueblo
estaba dando semejante espectáculo de perversión espiritual y ceremonial?
Dios los había escogido para que fueran un pueblo santo y ejercer una función
sacerdotal (Éxodo 19.6), además de mostrar que la presencia del único Dios
verdadero estaba a su lado y que los dioses de las demás naciones eran solo
ídolos, que no podían ni defenderlos, ni sustentarlos, ni proveer para sus
necesidades.
Es así que ellos debían llevar su Nombre en alto para que todos los habitantes
de la tierra, por su fama, supieran que no había otro Dios como Él, Terrible en
maravillas, Grande y Todopoderoso que no tiene por inocente al culpable
(Números 14.18; Nahúm 1.3). Sin embargo, con su comportamiento estaban
quebrantando el pacto y mostrando a alguien sin gloria, sin majestad.
2. En el Niphal, tiene el sentido de:
“No valer la pena, rechazar a alguien por ser despreciable.” En otras
palabras, Israel estaba en un serio problema, pues estaban rechazando a quien
les había dado vida a través de su gran amor y fidelidad por generaciones.
Cómo no había Dios de sentir dolor e indignación, cuando ante sus propios
sacerdotes Él era alguien que, según su perspectiva equívoca, no merecía sino
desprecio y al cual no valía la pena recurrir en medio de sus necesidades y sus
vidas. Lo más tremendo y preocupante es que su influencia había llegado al
mismo pueblo, quien a su vez estaba en una inclinación hacia el mal y la
idolatría.
Esto hace que ya no vean a Dios de la misma manera. Según este criterio y su
actitud, estaban pregonando que Él no era grande ni poderoso y que no
merecía que el pueblo le siguiera considerando como el ser más importante
para sus vidas. Hecho que causa que no se tenga en cuenta lo que su Palabra
48
enseñaba, y que estuvieran a merced de su propia prudencia o sabiduría en
cuanto a qué y cómo obrar en todas las áreas de su existencia.
Ahora, por otro lado, está el término “Nombre”. Este viene del hebreo Shem y dicho
de Dios está compuesto con Ha, lo cual se traduce “El Nombre” (HaShem). Esta
expresión refiere a su naturaleza, esencia, historia y grandeza. Por esta razón,
menospreciar su Nombre es tanto como desacreditarlo, y esto habla del daño que se
causa a la reputación de su mismo Ser.
Se debe precisar que dentro del mundo hebreo el sentido del nombre de
alguien es determinante. En muchos casos este expresaba la realidad o
características de una persona, en otros la fe o esperanza que se depositaba en
ésta. Ahora, en Dios, indica su profundidad en atributos como: Poder,
Santidad, Conocimiento, entre otros. “El Nombre” (HaShem) referido a Dios
revela: “el verdadero y único Dios, quien es la meta de toda aspiración y
esfuerzo humano. Es a quien se recurre en la aflicción o cuando se necesita
guía, es a quien debe acogerse estrechamente.”15
Cuando el pueblo judío pensaba en HaShem, lo veía como el Ser Supremo
Todopoderoso, indicando así que Él era:
El Planificador, el Creador y el Amo Eterno de todas las fuerzas, la materia y
la vida del cosmos: Aquél que ordena toda existencia y le da significado.
Un Ser Espiritual absoluto e ilimitado. Cree que Di-s se encuentra en todas
partes y trasciende el tiempo, el espacio y la naturaleza, y todo lo sabe. Quien alienta al hombre a que piense en El cómo en un Padre Celestial. Dios
se interesa personalmente en todas las criaturas. Fija normas objetivas de vida
para todos los hombres, especialmente Su Pueblo Elegido.
Como se puede observar, para ellos Dios no era alguien irreal, sino una realidad
Omnipresente. Alguien a quien todos pueden vincularse directamente. Es el
15 Sacado de: www.mercaba.org/FICHAS/Enciclopedia/elohim.htm
49
Guardián por excelencia de su pueblo. Es a quien podían recurrir en momentos
difíciles. A quien podían expresar sus sentimientos más profundos.
Es preciso determinar entonces que Dios conoce todo, puede todo y está en todo. Es
el Soberano, es Autónomo y por tanto, su autoridad es absoluta, su abundancia es
para afirmar su Voluntad, la cual es perfecta. Él reúne en sí todas las perfecciones y
fuerzas infinitas y externas; Él es el máximo Ser que gobierna sobre su pueblo y
sobre todo lo creado. En otras Palabras, HaShem, es la forma más usada por los
Israelitas para referirse al innombrable YHWH.
HaShem era una forma del pueblo judío de decir Papá. El cual no indicaba un
nombre legal, ni un nombre en hebreo, ni un título siquiera. Era una manera de
mostrar una intimidad relacional y un respeto; una forma de expresar su amor hacia
Él y reconocer que él aún está al mando y en control de sus vidas como pueblo. Lo
que es más, “El Nombre” implicaba que debían: tener una actitud de
sobrecogimiento y reverencia al observar su Infinidad y Grandeza; reconocer que Él
tenía el control de todo y por ello, tener la firme disposición de sujetarse en humildad
a su Voluntad; Recordar las limitaciones que como seres humanos se tienen y así
depender totalmente de Él; y por último, construir una relación de intimidad y
respeto, pues era la esencia de su misión como pueblo.
Cuando los sacerdotes actuaron de esa manera insensible y déspota hacia su Señor,
dieron un paso de grandes magnitudes hacia el alejamiento de Él y su Palabra; y lo
que es más, quisieron hacer un camino alternativo ceremonial y de vida, que según
ellos, les llevaba a apuntar al mismo lugar: una relación con su Dios, no dándose
cuenta que habían caído en Apostasía.
Este pecado les llevó aún más allá, minimizaron la grandeza del Dios único y
verdadero que tantas veces les había mostrado su poder librándoles de manos del
enemigo. Estaban despreciando la misma sabiduría divina, la cual hace referencia a
su conocimiento perfecto de todo, que dirige y usa de la mejor manera en favor de su
mismo pueblo y que busca el cumplimiento de sus planes y propósitos eternos.
50
Era la misma dignidad de Dios, su propio Ser, lo que está siendo puesto en
entredicho, siendo una humillación a su Glorioso y Eterno “Nombre”, el cual estaba
siendo pisoteado por sus propios hijos.
El mayor problema de este pueblo menospreciador, no es el hecho de que desprecie
la ayuda divina. Por el contrario, siempre está esperando algún milagro y socorro,
que Él extienda en su misericordia, que dé su mano para salvarle de las diferentes
situaciones adversas en su vida. El meollo del asunto está en que incluso, esperan
que Dios mismo quebrante su Palabra y mandatos para darles una mano, pues no
querían someterse a estos mandatos, ni saber los detalles, ni mover un dedo en su
entrega total a Dios.
Este menosprecio entonces, era la muestra de un Israel que se presumía inocente
creyendo que lo que hacían estaba bien delante de Dios. Es una situación parecida a
la que el profeta Jeremías refirió cuando el pueblo apostató: “…Soy inocente, de
cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No
he pecado.” (Jeremías 2.35). Por ello, el Señor les preguntó: “¿Qué maldad hallaron
en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se
hicieron vanos?” (Jeremías 2.5). Esto es un retroceso para los judíos en su relación
con Dios, una vez más se habían alejado de su Creador, Sustentador y Guiador.
Él no había obrado de acuerdo a sus gustos, sus sueños, sus deseos y caprichos. Por
ello, le dieron la espalda al único que podría darles la oportunidad de santificarse y
ser ese pueblo glorioso a quien todas las demás naciones reconocerían como la
Nación del Dios Todopoderoso. Además, su actuar era muestra de su enojo contra
Él, lo cual les llevó a desechar su consejo, pero que no quedaría impune: “…Sino que
desechasteis todo consejo mío y mi reprensión no quisisteis, también yo me reiré en
vuestra calamidad, y me burlaré cuando os viniere lo que teméis; cuando viniere
como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un
torbellino; cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.” (Proverbios 1.25-
27).
Es interesante, pero a la vez sorprendente, que el pueblo Israelita hubiera olvidado
quién era Dios tan fácilmente, lo que Él había hecho, y también lo que había sido
51
enseñado a través de su Palabra por generaciones…es como si no tuvieran memoria.
Dios siempre estableció cómo debían ser, qué camino debían tomar, cómo adorarle,
ir más allá de eso es querer saltarse su Voluntad y no agradarle. Es ir contra sus
designios. Todo esto es muestra de su menosprecio, pero ¿cómo se manifestó?
“EL HIJO HONRA AL PADRE… ¿DÓNDE ESTÁ MI HONRA?”
En esta parte del texto, el énfasis está en el término “honra”, el cual viene del hebreo
kabod que refiere a “reconocer la importancia y valor de Dios como lo que Él es y
significa para con su pueblo.” Es un reconocimiento cúltico y la confesión de que
Él es el Dios verdadero. Señala además, su Soberanía sobre la historia apuntando
hacia una futura manifestación de su gloria.16
El Señor evoca la Ley que dio a Moisés en el Sinaí (Éxodo 20.12a): “Honra a tu
padre y a tu madre…”, donde habla de un mandato conocido para ellos, en
específico a los que enseñaban su Palabra al pueblo. Su indignación se dio porque la
relación de Dios con su pueblo era de un Padre que ama a sus hijos, pero ellos no le
estaban dando ese lugar y su comportamiento estaba lejos de ser la de un hijo. Esta
relación privilegiada de Israel estaba en el corazón de Jehová, el cual le llevaba a
manifestarse como Protector, Sustentador y Proveedor ¡Qué gran amor de Dios!
El problema mayor es que no le vieron como ese Padre que en su amor debía
reprender y disciplinar el mal comportamiento de sus hijos. No aceptaron esa
realidad, no asumieron su responsabilidad frente al pecado y despreciaron su
corrección (Proverbios 15.32).
Los judíos debían aprender a vivir su condición de hijos. Esta era sumamente
esencial, pues la filiación con el Padre les llevaría a una plena liberación del pecado.
Su comportamiento debía ser el resultado de esa relación Padre-hijo; por ello, la
mención de la ley como punto de partida para desvirtuar la actitud equivocada de
ellos. Esta relación suele tener ciertas características como:
16 OpCit. Vine, W.E. Pg.149
52
El hijo hace lo que ve hacer a su Padre. Es un hecho que, el padre como
autoridad ha de ser ejemplo de vida para sus hijos, aparte de ser el sustentador,
formador, proveedor, protector. Ellos sabían que este era el comportamiento
normal de un padre, y el de sus hijos era darle el honor a este en toda su vida
para que le fuera bien sobre la tierra (como lo dice Éxodo 20.12), y la mejor
manera de cumplir con este mandato con promesa divina, era llevar un
comportamiento apropiado. Dios como Padre, lo era, Él cumplía con todos los
requerimientos que pertenecen a un progenitor amoroso y comprometido.
Pero, aún más allá, fue siempre el mayor y mejor ejemplo para sus hijos de
cómo ser un Padre, de allí que esperara que su pueblo como hijos
respondieran de una manera correcta ante su gran amor por ellos. Él nunca les
había fallado, pues Dios es fiel a su pacto; sin embargo, el pueblo había
quebrantado la parte que le correspondía de vivir de acuerdo a sus preceptos
mostrando respeto y temor ante HaShem, el Dios Eterno e Infinito.
1. Se tiene un sentido de pertenencia. El ser humano fue creado por Dios y para
Dios, Él le hizo y no el hombre a sí mismo. Ahora, al escoger un pueblo, lo
hizo su familia, su heredad y de allí parte su esencia paternal. Es llamado
Padre y se manifestó como tal desde tiempos antiguos (Ezequiel 34.30-31).
Eso da más sentido al hecho de que los judíos le pertenecían, como dice el
salmista: “Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a
nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.” (Salmo 100.3)
Esto hace que Él tenga que, por derecho propio, preocuparse por su
pueblo e interesarse seriamente en su bienestar incluido también la corrección
a sus malos comportamientos. Es de conocimiento cierto que cuando hay una
relación parental Padre-hijo es porque hay un sentido de pertenencia y se
adquieren las características propias que proceden en dicha relación.
2. Una relación estrecha. El hombre fue creado como un ser relacional, con una
capacidad dada por su Creador al tener su imagen y semejanza de poderse
comunicar con Dios primeramente, luego con seres semejantes a éste y con
53
todo el medio que le rodea. En este sentido, se puede decir que Dios buscó a
un pueblo para intimar con él, con el firme propósito de darse a conocer,
revelando su carácter y así guiarle por la senda que ya estaba establecida para
éste acá en la tierra, la cual preparó para su bienestar.
Es claro entonces que su Palabra es la manera en que se reveló a su pueblo,
comunicándoles lo que a Él le agradaba y cómo debían vivir en todas las
áreas de sus vidas. Como dice la Escritura: “La comunión íntima de Jehová
es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.” (Salmo 25.14)
3. El amor es la base esencial de esta relación. El pueblo de Dios fue elegido
por amor, no porque fuera el más bueno o grande de las naciones de la tierra;
por el contrario era el más vil y menospreciado (Deuteronomio 7.7-8). ¿Por
qué entonces se volvieron en menospreciadores, si fueron invitados sin
merecimiento alguno para ser parte de una relación de amor mutuo con el
Padre Celestial? Es algo que no se puede concebir, pero a la final fue su
apasionada respuesta. Isaías 43.4 expresa una vez más lo que había en el
corazón de Dios por los suyos: “Porque a mis ojos fuiste de gran estima,
fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu
vida.” Él les había dado el más grande honor, pero ¿por qué el pueblo no le
honraba a él si le consideraba su Padre?
4. El resultado de todo lo anterior es el servicio (Éxodo 19.4-6). Israel sólo
debía asumir su responsabilidad y andar como el Padre lo pedía: una nación
obediente y pura. Fueron escogidos para mostrar su Gloria a través de una
relación correcta con Él, la cual iba a manifestar que el único Dios verdadero
estaba a su lado y de su lado, y así muchos se acercarían a Él para conocerle
también como ellos lo habían conocido.
Como se puede notar, los sacerdotes habían dejado de lado al Padre de Israel y eso
mismo estaban enseñando a sus hijos. Aquél que se manifestó en favor de ellos y de
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manera terrible, quien les escogió siendo la nación más insignificante sobre la tierra
y los puso en un lugar de honor, quien les rescató y les llenó de su bendición, ya no
era valioso para ellos, habían perdido su amor por Él, ya no querían pertenecerle ni
reconocer su Honra.
Nace una pregunta ¿Cómo despreciar a un Padre como Él? Ningún ser humano jamás
podrá compararse ni alcanzar su calidad paterna. Por ello, es absurdo lo que un
pueblo, por tener un corazón endurecido, puede hacerle a una relación que a la final
le favorece más. El Señor nunca perderá, pues el ser humano es quien
verdaderamente necesita a Dios, Dios no necesita de este para Ser quien es: un Padre
amoroso y con un corazón henchido y apasionado por los que son suyos.
“…Y EL SIERVO A SU SEÑOR… ¿DÓNDE ESTÁ MI TEMOR?”
En esta segunda parte del texto, se enseña la honra en una relación distinta. Ahora se
presenta lo que refiere a una de Señor-siervo.
En este tema la palabra en la que se pretende hacer énfasis es en el término
“temor”. Este viene del hebreo mora‟ que significa literalmente “cosa u obra
aterradora.” Este se emplea para describir la reacción que las grandes obras y actos
de destrucción de Dios causan en los seres humanos.17
Deuteronomio 4.24 expresa: “¿Quién como tú, Jehová, entre los dioses? ¿Quién
como tú, magnífico en santidad, Terrible en loores, hacedor de maravillas? Este
texto manifiesta el carácter de Dios, el cual por sus grandes maravillas y su terrible
poder, debe motivar al pueblo a reconocer su honor y respetarle con temor y temblor.
En otras palabras, Él es Señor de todo por excelencia y su magnificencia es
inigualable.
Aunque esta analogía no alcanza a manifestar el sentido real y profundo de Dios
como Señor, ésta fue usada para enfatizar que en cuanto al siervo, su deber es
realizar determinadas labores para su señor, por ello estaba sometido a su voluntad.
Y en cuanto a la condición de señor, éste estaba comprometido a dar su protección,
17 Ibid. Pag. 330.
55
justicia y provisión a su siervo. Todo esto no era ajeno a los sacerdotes ni al pueblo,
toda vez que era una relación tan conocida para ellos como la de padre e hijo.
Por otro lado, cuando refiere ya a la relación de Dios con su pueblo, es importante
observar lo siguiente en la condición de Dios como el Señor:
1. Él tiene autoridad absoluta sobre sus siervos para recompensar a quienes le
obedecen y castigar a quienes le desobedecen (Oseas 12.14), en este
sentido Dios es Rey Soberano y Amo Todopoderoso.
2. Él sostiene una relación con su pueblo esperando una sumisión amorosa y
voluntaria a su Palabra de su parte, y en la cual se presenta como el
Protector, el Juez Justo y Sustentador.
Lo anterior, le describe como el adón de su pueblo, el que le debe reconocer como
Gobernador, quien tiene el control de sus días. Esto describe su posición de Amo
absoluto y así merece respeto y que debe ser obedecido.
Es entonces importante recordar, el reclamo divino era más que justo, si ellos se
catalogaban como señores por tener siervos ¿qué de su relación con el Señor de
señores? El pueblo fue llamado “siervo de Jehová” (Isaías 44.1-2) y ellos lo habían
aceptado ¿Por qué entonces no le trataban con el respeto que merecía? No estaban
valorando su lugar como Amo, Él era su Protector, su Sustentador, pero a su vez su
Juez Justo que debía llamar a cuentas a su amado siervo por haberse apartado de los
caminos de Dios.
De esta forma, el pueblo judío había endurecido su corazón hacia Dios y fue el
resultado de su rechazo hacia Él como Padre y Señor. La verdad, a pesar de ser
pregonada por los profetas enviados por Dios, no halló cabida en sus vidas; y por
esta razón, Dios siempre tuvo que intervenir para mostrarles su fidelidad y amor, con
la finalidad de enderezarles de la senda de maldad por donde estaban caminando
perdidos y sin brújula.
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“…OFRECÉIS SOBRE MI ALTAR PAN INMUNDO…”
El Altar era el lugar donde se realizaban los sacrificios a Jehová con la finalidad de
establecer comunión entre ambas partes debido a su sentido del perdón y remisión
del pecado por el derramamiento de sangre, es símbolo además de adoración al
Señor.
Cuando refiere a pan inmundo, quiere expresar que los sacerdotes estaban ofreciendo
sacrificios que tenían impurezas y manchas ceremoniales, algo que estaba prohibido
por Dios en sus mandamientos, pues Él requería lo mejor para que hubiera
restauración de una comunión rota por el pecado. Pero la hipocresía del sacerdocio
les llevó a profanar el Nombre del Dios Altísimo, degradando y rebajando al nivel de
mediocridad todo lo que fue hecho para su Honra. Ellos estaban tan impuros en su
pecado que algo tan puro como el Altar y las ofrendas estaban siendo contaminados
con sacrificios dañados.
Ante este panorama, es de resaltar que Dios tenía razones suficientes para enojarse
con su pueblo y dar un mensaje “en contra”, uno que no era del agrado de Israel. No
valoraron ni siquiera su comunión en adoración a Él. Le deshonraron dando lo peor
de ellos hecho reflejado en sus sacrificios sobre el Altar.
¿Es entonces válida la expresión de los sacerdotes “en qué”? Es necesario decir que
no. Pero además, es posible pensar que su apostasía estaba en un punto muy alto y
que, el camino que habían labrado por sí mismos ofreciendo unos supuestos
sacrificios en “honor a Dios”, en vez de acercarlos a Él, los alejaba cada vez más de
su Presencia santa, puesto que estaban fuera de lugar y orden, mostrando así un total
desprecio al Glorioso Nombre de su Padre y Señor.
Y SE VUELVE A REPETIR LA HISTORIA…
Es interesante dar inicio a esta parte aplicativa con la frase popular: “un pueblo que
no conoce su historia está condenado a repetirla”. Son muchos los que reclaman su
autoría, pero acá esto no está en discusión.
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Es de resaltar, que este enunciado se ha convertido en una realidad determinante en
nuestros días en la Iglesia posmoderna. Por cuanto dice exactamente lo que está
sucediendo en medio de ella, lo cual le ha llevado a una apostasía sin cuartel y que
cada vez más se va acrecentando. ¿Cómo puede ser posible que la Iglesia, teniendo
en sus manos la Palabra de Dios, se esté apartando de los principios que la hace
única, llevándole a deshonrar a Dios como Padre y Señor?
Al igual que el pueblo de Israel, la Iglesia se está volviendo autónoma pasando por
encima del mismo Dios y de su Palabra. Hemos de entender claramente, que el
hombre no ha cambiado mucho desde los días de Adán. Sus hechos realizados hace
siglos y que quedaron registrados en la historia, podrían ser escritos de nuevo, pues
“nada hay nuevo debajo del sol.” Todavía hay la misma clase de hombres (aunque,
tal vez, vestidos de manera diferente) que existió en edades muy remotas. Hay
todavía hombres que no valoran al Señor ni su Palabra.
Este hecho se confirma se puede observar a muchos predicadores que hoy parecen
simplemente seguir una corriente humanista predicando principalmente "bendiciones
y gracia", y olvidándose de la convicción del pecado y del "tomar su cruz". Porque
no queremos ofender a nadie, ¿no cierto? Pero Jesús y los apóstoles no fueron así.
Ellos predicaban "pecado, justicia y juicio" en una manera muy directa y punzante.
A menudo es claro que los oyentes fueron muy ofendidos como con los profetas
antiguos. Ellos predicaban un arrepentimiento verdadero, "contar el precio" y la
pérdida de todas las cosas. Pero en muchas iglesias hoy, esta clase de discurso
causará que muchos busquen lugares donde puedan predicarles lo que quieren
escuchar. Y así la iglesia se vuelve abierta para el engaño.
Dios no se preocupa por la felicidad del hombre. Él está mucho más preocupado
porque éste viva una vida en santidad. Pero para muchos predicadores, "Gracia y
bendiciones" son la receta para el éxito en la vida cristiana. Y muchos caminan ahora
por este camino ancho y seductor. Un buen número de ellos han incluso aprendido a
levantar su voz en una manera que se piensa que están predicando de manera
poderosa y desafiante. Pero cuando se examina qué están diciendo realmente,
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normalmente es solo la fórmula de "bendiciones y emoción". La iglesia que se
alimenta de una tal dieta de "azúcar y basura", pronto se volverá terriblemente
"gorda" y tibia.
Como dijera Roger Casco Herrera: “El actual sistema de nuestra Iglesia se ha
desviado de su misión de predicar la palabra de Dios tal cual es. La mayoría de
ellas están contaminadas. Predican de sí mismas y sus intereses, así como de lo que
conviene escuchar. Como resultado tenemos ovejas que paren ovejas enfermas, y
esta crisis doctrinal daña más a la Sociedad Emergente. Dijo el Señor por medio del
profeta Jeremías, que la abundancia de pecado en el pueblo es por causa del pecado
de los profetas y los sacerdotes que enseñaban.”18
Es la repetición de un hecho histórico que debiera ser tenido en cuenta, el cual aún
fue advertido para que no se convirtiera en un nuevo fracaso del pueblo de Dios.
Continúa Roger diciendo en su artículo:
“En los púlpitos dominan una enorme diversidad de temas
menos de Cristo. La Profecía, La Familia, las Finanzas, los
Milagros, la Unción y lo Sobrenatural son la onda de los
maestros de hoy. Penosamente, todas impartidas por los mismos
pastores de estas Iglesias. De tal manera que imperan en
nuestra nación Iglesias Proféticas, Iglesias Políticas, Iglesias
Siquiatras y Sicólogas, Iglesias Auditoras y Financieras, entre
otras, pero ¿No deberían ser todas Iglesias Bíblicas,
Doctrinales y Cristocéntricas? Sí es por Jesús que somos salvos,
y estamos en la espera de su retorno, y la única misión que le
fue encargada a la Iglesia es hablar sobre él ¿por qué sus
Maestros no están predicando y enseñando sobre él?19
18 Artículo: El mensaje actual de la Iglesia: Su menosprecio al Hijo de Dios, Crisis y las Influencias a
la Sociedad Emergente. En: http://quienesjesucristo.blogspot.com 19 Ibid.
59
De acuerdo a esto, la Iglesia en esta era ha perdido la brújula, y lo más deplorable es
que todo ha iniciado por los ministros del evangelio que han prestado sus oídos a
mensajes humanistas y de filosofías conforme a tradiciones de hombres y a los
rudimentos del mundo y no según Cristo, los cuales les han apartado del camino
trazado por el Señor de la Iglesia: Jesucristo su Fundador y Salvador (Colosenses
2.8).
Es así que se han puesto otros fundamentos que no están conforme a la Voluntad de
Dios expresada en su Palabra, como dice el Apóstol Pablo a la iglesia de Corinto:
“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es
Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas,
madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la
declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego
la probará.” (1ª Corintios 3.11-13)
Tal vez hoy no haya una persecución generalizada, en la cual se vea la muerte física
como sucedía en el pasado, pero lo más preocupante es que la Iglesia está muriendo
espiritualmente debido a la gran afluencia de filosofías que sutilmente se han estado
filtrando dentro de ella, apartándole de la senda determinada por Jesucristo como
vida cristiana.
Refiere Roger: “Esta laguna de identidad de la actual Iglesia institucionalizada les
tiene ocupadas en muchas cosas para beneficiar a la Familia y a la Sociedad –no
está mal– pero ese no es su llamado, debe cumplir su único fin, transmitir el
evangelio de nuestro Señor Jesucristo (Marcos 16:15). Es por esto que tenemos
Iglesias como centros de entretenimiento para jóvenes, bodegas de granos básicos,
asesores familiares y financieros pero, nada de un centro de enseñanza sobre el
Salvador (Mateo 16:15-19). Una Iglesia enemiga de la misma Iglesia. Todas tienen
la misma Biblia pero predican un evangelio diferente. Enajenados con el Evangelio
de la “dieta” del Reino (o de la Prosperidad), un mensaje maldito (Gálatas 1:7,8).
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Temas como el Pecado, la Santidad, el Infierno y la Segunda Venida de nuestro
Señor ya no forman parte del programa son cosa del pasado.”20
El pueblo de Dios ha perdido su identidad, y se ha prestado a seguir el espíritu de
Apostasía de nuestro tiempo que había sido anunciado por el Señor y sus apóstoles
hace mucho tiempo atrás: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a
doctrinas de demonios.” (2 Tesalonicenses 2:3). Y “Nadie os engañe en ninguna
manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición.” (2 Tesalonicenses 2:3-4). Además,
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como
apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como
ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como
ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.” (2 Corintios 11: 13-15).
Dios ha sido claro, entonces ¿por qué si sus advertencias han sido determinadas con
antelación para nuestro conocimiento, la Iglesia está siendo engañada tan fácilmente?
Es muy probable que tenga las siguientes razones:
1. La Ignorancia a la Palabra. En este caso se puede decir que esta se presenta
de dos maneras: aquellos que no son estudiantes de la Palabra y sólo cuando
están en el templo reciben enseñanza, o a través de la radio, o la televisión, y
que reciben cualquier cosa de manera crédula y no están motivados a
corroborar si lo que están absorbiendo es verdadero o no. Y aquellos que
conociéndola y estudiándola, la ignoran voluntariamente porque no conviene
su mensaje de cambio y transformación de vida.
2. El orgullo. Uno de los peores y principales problemas que lleva al creyente a
menospreciar a Dios y su palabra es el pensar que el hombre y su sabiduría
están por encima de todo. Que la Palabra sólo es un texto maravilloso y es
digno escucharlo, pero no es práctico vivirlo, pues las épocas han cambiado y
todo debe ser contextualizado a lo que ocurre en nuestro entorno. Grave
20 Ibid.
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error, ya que se está ignorando el texto donde Jesús le decía a sus discípulos:
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mateo 24.35).
Así mismo lo que expresaba Jeremías: “Así dijo Jehová: No se alabe
el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se
alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en
entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y
justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” (Jeremías 9.23-
24). El orgullo lleva al hombre a amar su propia sabiduría cuando ésta lo
único que hace es alejarle de la Presencia de Dios y de la verdadera
Sabiduría. Santiago lo dice claramente: “Pero si tenéis celos amargos y
contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;
porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal,
diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda
obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura,
después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos,
sin incertidumbre ni hipocresía.” (Santiago 3.14-17).
Por esta razón siempre el creyente que quiere vivir la vida cristiana a
su arbitrio, no está obrando de acuerdo a la Voluntad de Dios y el orgullo le
hace preso de su propia opinión y prudencia.
3. La Incredulidad. El anterior punto da como resultado que la persona no crea
lo que Dios dice en su Palabra, y esto le aparta de Él ineludiblemente. Su
Palabra lo dice: “Todas las cosas son puras para los puros, más para los
corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su
conciencia están corrompidas.” (Tito 1:15). Y: “Mirad, hermanos, que no
haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse
del Dios vivo.” (Hebreos 3:12). Es de observar que la incredulidad es maldad
en el corazón, porque lleva a la perdición.
4. La Mundanalidad. Es curioso que una de las cosas que más está hablando de
apostasía en la Iglesia, es el hecho de que el mundo se ha filtrado dentro de la
misma. En vez de ganar al mundo para Cristo, el mundo está ganando a la
Iglesia para sí. Esto se debe a que la Iglesia, como se ha mencionado
62
anteriormente, se ha convertido en un lugar más al estilo club social, como
una empresa, un lugar de entretenimiento, con la finalidad de ser más
atractiva para los de afuera, usando “estrategias” y pasando por encima de los
principios de la Palabra y de la vida en santidad que Dios el Señor ha pedido
de su pueblo. La Escritura es muy explícita en ese sentido: “!Oh almas
adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de
Dios.” (Santiago 4.4). Y además: “No améis al mundo, ni las cosas que
están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en
él.” (1ª Juan 2.15).
5. La Presunción. En este sentido lo que se quiere decir es que el pueblo de
Dios cae en el concepto de que como no le pasa nada, porque aducen: “Dios
es lento para la ira y grande en misericordia” (Salmo 103.8), puede seguir
caminando la vida cristiana de manera desordenada, creyendo que Dios tiene
el deber de perdonar y dejar vivir. Este es un pensamiento es desafortunado
por cuanto Dios, en su Palabra deja claro que: “Hay camino que parece
derecho al hombre, Pero su fin es camino de muerte.” (Proverbios 16.25). No
se puede seguir utilizando la Escritura para que diga lo que presume que está
bien para su vida; por ello su presunción le llevará a la muerte eterna.
6. La comezón de oír. Es el rechazo a la sana doctrina mirándola como sin
sentido y como un proceso de perdida de cosas nuevas por experimentar.
Estamos en el tiempo del hedonismo espiritual, la Iglesia está abierta a probar
“novedades”, se apropian de diferentes experiencias que llaman palabras
“rhema”, profética, como “nuevas revelaciones del Espíritu.” Esta se da por
maestros que se nutren de pasiones humanas, que se desvían de la verdad y
entran en las medias verdades para luego aterrizar en el terreno de la mentira,
dando entrada a fábulas y no a los principios inconmovibles dados en la
Palabra; además, atacan, ridiculizan y se mofan de quienes abrazan la sana
doctrina. Dejando así de cumplir el ministerio porque va de un modelo a otro,
una estrategia a otra, un proyecto a otro, cuando llega algo novedoso desecha
lo empezado para probar algo más.
63
A parte de esto, también: Rechazan la auto-negación y menosprecian
la cruz, porque van en búsqueda del trono y la exaltación. Proclaman un
mensaje ligero, sin mucho compromiso o demanda. Se enfocan en eventos y
no en procesos de largo plazo. Rechazan el crecimiento orgánico porque es
lento y buscan el crecimiento espumoso porque el “resultado” es inmediato.
Los Maestros de la comezón de oír son aplaudidos por el mundo. No son
rechazados por este sistema. Se comparte lo que la “carne y sangre” quiere
oír y no lo que Dios dice.
Dice la Escritura: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana
doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros
conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y
se volverán a las fábulas.” (2ª Timoteo 4.3-4).
La Iglesia ha dejado de honrar a Dios como Padre y Señor, y el pan que está
ofreciendo sobre el altar de su vida y ministerio está contaminado. Los ministros no
están siendo fieles a su llamado sacerdotal para enseñar la Palabra pura y sin
acomodamientos o “contextualizaciones culturales actuales que van conforme el
medio que le rodea”; sólo están, en un interés desenfrenado, sirviendo a sus vientres
y no a quien es el Señor y Amo de la Iglesia. Y por influencia de estos maestros
proclamadores de un pseudo-evangelio, la Iglesia está sumida en una apostasía que le
ha desviado del camino verdadero establecido por Él y manifestado en su Palabra.
¿Acaso no es lo mismo que sucedió en la historia pasada con el pueblo de Israel?
Estamos prácticamente usando el Nombre de Dios en vano.
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CONCLUSIÓN
Menospreciando a Cristo
“Lo menospreciamos cuando no lo ponemos en primer lugar; cuando
nuestros esfuerzos se destinan a otra cosa que no sea adorarlo
reverentemente; cuando pecamos, prefiriendo los placeres de este mundo
antes que la comunión con Él y su gloria eterna; cuando vivimos como si
no existiera; cuando no dependemos de Él en cada bocanada de aire que
tomemos; cuando nuestro día comienza y no lo consagramos a Él; lo
menospreciamos cuando falta la fe y tememos por lo que ocurra en el
mañana; cuando nos avergüenza confesarlo delante de la gente; cuando
no damos testimonio en nuestra vida de lo que decimos profesar; cuando
nos distraemos en asuntos intrascendentes en vez de adorarlo; cuando
minimizamos la importancia de la verdad bíblica y preferimos la
"unidad", que no es más que hipocresía y falsedad; cuando decimos que
las Escrituras no son suficientes; cuando creemos tener parte en nuestra
salvación y descansamos en nuestros propios méritos para agradar a
Dios; lo menospreciamos cuando dejamos de orar y leer la Biblia,
creyendo que podemos vivir de esa forma; cuando murmuramos contra
un hermano, aun sabiendo que es parte del mismísimo cuerpo de Cristo;
cuando amamos solo de palabra y no de hecho; cuando deseamos realizar
nuestros sueños en vez de someternos únicamente a su voluntad; cuando
creemos en la falsa autoestima antes que en el amor de Cristo; cuando
nos preocupamos del desarrollo del yo en vez de crecer en el
conocimiento de Jesucristo; en fin, seguramente podría seguir hasta el
infinito con situaciones en las que menospreciamos a Cristo.
Me declaro culpable de caer en muchos de estos casos, y no
puedo más que lamentarme ante esto y rogar a Dios por misericordia. Si
no fuera por su gracia, ¿Quién podría permanecer en pié?
Exhorto a todo aquel que esté leyendo estas líneas a arrepentirse por menospreciar a
Cristo, y rogar a Dios por misericordia, para que su Espíritu Santo nos de la gracia a
fin de dar al Señor la gloria que se merece, exaltando a Cristo como lo supremo en
nuestras vidas. Para esto fuimos creados, y si rehuimos hacerlo, no sólo viviremos
65
existencias carentes de todo sentido, sino que además sufriremos la muerte eterna, ya
que la misma ira de Dios estará sobre nosotros (Jn. 3:36).”21
21 Sacado de: http://doctrina-biblica.blogspot.com.co/2009/10/menospreciar-cristo.html
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CUESTIONARIO
1. ¿Qué era lo que el pueblo judío quería proclamar con su actitud hacia
Dios?
2. ¿De qué manera menospreciaron su Nombre?
3. ¿Qué implicaba el “Nombre” y cómo se relaciona con el ser
menospreciado?
4. ¿De qué forma fue deshonrado Dios como Padre y Señor?
5. En la relación padre-hijo, ¿qué características son importantes y cómo se
relacionan con Dios y su pueblo?
6. ¿Qué aspectos son importantes en la relación señor-siervo que lleven a
comprender mejor en lo que respecta a Dios y su pueblo?
7. ¿De qué manera el altar era esencial en la relación de Dios con su
pueblo? Explique.
8. ¿Cómo se está repitiendo la historia de Israel hoy?
9. ¿Qué razones probables existen para que la Iglesia se haya vuelto
apóstata? Explique.
10. ¿Cómo estamos menospreciando a Cristo como Señor de la Iglesia y
Dios como nuestro Padre?
ENSAYO:
Realizar un ensayo de no más de 5 páginas donde se trate el tema: “De qué manera
la iglesia de hoy está deshonrando a Dios como Padre y Señor”
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LECCIÓN CUATRO
¡HAN MANCILLADO MI ALTAR¡ (1.7-2.16)
“Los altares simbolizaban comunión con Dios y
conmemoraban encuentros significativos con Él.
Abram construía con regularidad altares a Dios por
dos razones: (1) para orar y adorarlo, y (2) para
recordar la promesa de Dios de que lo bendeciría.
No hubiera podido sobrevivir espiritualmente
sin la renovación regular de su amor y lealtad a
Dios. Construir altares lo ayudaba a recordar
que Dios era el centro de su vida. La adoración
frecuente nos ayuda a recordar lo que Dios desea y
nos motiva a obedecerle.”
(David Montealegre)
INTRODUCCIÓN
La relación adecuada entre Dios y su pueblo es la adoración. Un paso
significativo en su vida de fe era el hecho de que encontrarse con HaShem debía
tener como resultado el aprender a adorarle. Pero esta adoración, era la manera en
que podían reconocer de que Dios está en lo alto y ellos en lo bajo; de que Dios es
Santo y ellos falibles; de que Dios es inmensamente grande y sublime y que ellos
eran pequeños, casi insignificantes, un minúsculo grano en la inmensidad de la
creación; de que Dios es todo sabiduría y ellos, la mayoría de las veces, necedad y
vanidad; y ya sea por estas u otras razones estaban inhabilitados de adorar a Dios
directamente; esto habla de que necesitaban de un medio o algo que les permitiera
presentarse ante Dios para ofrecer tan siquiera un humilde tributo. Si alguno pensaba
que solo bastaba una actitud dispuesta y un buen deseo para acercarse a Dios, no
conocía en absoluto la realidad del mal presente en su corazón humano, e ignoraba
cómo este mal le inhabilitaba por completo para presentarse ante el Dios que es
perfectamente Santo.
Jamás alguno ha podido acercarse a Dios basado y amparado en su propia
virtud, sino que, desde los inicios mismos de la historia, quien pretendiese en verdad
acercarse a él, lo hacía apoyándose en una ofrenda por sus pecados, o un sacrificio
sustitutivo a su favor, o en una promesa de perdón recibida de parte de Dios mismo.
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Y en este acercarse a Dios por parte de estos hombres de la antigüedad, tales como:
Abel, Noé, Abram, Isaac, Jacob, José, Moisés, David, un elemento pleno de
significado es el altar: una especie de estructura sobre la que se ofrecían a Dios
ofrendas, generalmente de animales sacrificados, como un encuentro de comunión
con Él.
Este encuentro, siendo levantado un altar y su respectivo sacrificio, se dio
como:
1. Señal de reconocer el pecado como seres necesitados del perdón de Dios ante
las debilidades y falencias del corazón humano (Génesis 4.4). Aunque la
Escritura no muestra el acto literalmente en el principio, es posible que Dios
mismo enseñó al hombre a realizar derramamiento de sangre y por ello la
ofrenda que trajo Abel ante Dios fue agradable. Ya cuando viene la Ley,
queda establecido como una norma para el pueblo judío (Levítico 4.35; 5.10).
2. Adoración (Génesis 8.20-21). Noé ofrece sacrificio luego que el diluvio
terminó y fue grato ante los ojos de Dios, fue un acto de reconocer su
Grandeza y su Poder Infinito.
3. Señal de establecimiento en un lugar (Génesis 12.6-8; 13.18; 26.25). A través
del altar se demarcaba un sitio para invocar el Nombre de Dios, además de
reconocer la vulnerabilidad y necesidad de la bendición divina.
4. Señal de un encuentro especial con Dios (Génesis 28.18; 35.1, 6-7, 9-15).
5. Señal de testimonio por la victoria concedida por Dios (Éxodo 17.15-16).
6. Instrumento de clamor a Dios en medio de una situación adversa (2ª Samuel
24.18-25).
7. Para levantar una señal visible que recordase una obra de Dios o perpetuase
una concesión divina (Josué 4. 1-3, 5-7; 22.10-11, 26-27).
Como se ha podido observar, el altar era una señal o recordatorio de lo que
Dios les había dicho, lo que les había perdonado, prometido o entregado. Este no es
el sacrificio o la ofrenda, pero permitía al pueblo presentar sacrificios y ofrendas
puras y sin manchas sobre éste, de lo mejor de sus ganados, y así pudieran hacerlo
69
con entendimiento y conciencia de lo que hacían. Pero… ¿Qué estaba sucediendo
con Israel?
…¡EN QUÉ TE HEMOS DESHONRADO!...
El sacerdocio judío no sólo había tenido una actitud despectiva de desdén o
desinterés hacia su relación de intimidad y respeto hacia su Padre y Señor, sino que
también estaban deshonrándole.
Ellos profanaban su grandeza, hollando su reputación; lo cual les estaba
llevando a la derrota moral, muerte espiritual y pérdida de la Gloria y Presencia de
Dios en medio suyo como pueblo. Se habían cansado de obrar con justicia, por el
estado de inconformidad en que se hallaban al ver que Dios no estaba haciendo lo
que deseaban que hiciera por sus vidas. Habían olvidado los beneficios y salvación
dadas por Él a su pueblo.
Dios obra de maneras que el hombre no puede comprender, y su pueblo no fue la
excepción. Él quería que aprendieran de la historia, de cómo había querido formar el
carácter de ellos desde el principio, de manera que respetaran el pacto y le
reconocieran como el Único y Verdadero Dios…sin embargo, con su actitud estaban
desconociendo que Él era:
1. El Planificador, Creador y Amo Eterno de todo, que ordena toda existencia
y le da significado. Todo lo que hizo fue con un propósito eterno.
2. El Ser Espiritual Absoluto e Ilimitado, quien está en todas partes,
trasciende el tiempo, espacio y naturaleza; y lo sabe todo.
3. El Padre Celestial, quien se interesa en todas sus creaturas y fija normas
objetivas de vida para todos los hombres, en especial a su pueblo elegido.
De acuerdo a esto, es necesario establecer que era, es y será una realidad
Omnipresente, quien ha determinado una relación vinculatoria con su pueblo,
convirtiéndole en el sumo Guardián de éste; además, de ser su Proveedor a quien se
70
recurre en tiempos difíciles y el gran Consejero, a quien se puede expresar lo que
existe en lo profundo del corazón en búsqueda de orientación y consuelo.
Ahora, ante este panorama, es triste observar que el sacerdocio, escogido para
bendición, no estaba respondiendo con honestidad frente a las exigencias dadas por
Dios en lo que respecta a su actitud, comportamiento y cumplimiento de su santa
labor sacerdotal.
¿Por qué Dios fue deshonrado? Para comprenderlo pasemos a definir el significado
de deshonra. Bíblicamente viene del término hebreo ga‟al,22
que traduce
literalmente “desprecio, asco, repugnancia.”
Ahora, en algunas de sus diferentes formas del verbo su significado es:
1. En el Pual, “estar manchado”. En este sentido refiere a una condición o
estado de alguien, y está relacionado con el menosprecio al Nombre de Dios
y como consecuencia su profanación (Malaquías 1.7, 12). Por ello,
necesariamente debían ser excluidos del sacerdocio, puesto que su
atrevimiento y gran osadía les produjo como resultado, tratar al Dios
Todopoderoso como alguien sin valor, sin honra ni estima.
2. En el Piel, “Manchar, profanar, contaminar”. Es la acción que se realiza al
obrar de manera equivocada, fuera de los parámetros dados por Él para su
adoración y culto ceremonial.
3. En el Niphal, “Estar sucio”. Es lo que divide a Dios de su pueblo, el pecado
mismo. Por tanto, durante muchos momentos Él ocultó su rostro para no
oírles, pues sus vidas estaban contaminadas con la maldad de su corazón
(Isaías 59.3), cuyo efecto fue la rebeldía, no queriendo, a su vez, aceptar la
corrección, no confiando en Él y falseando los sacrificios sobre el altar,
demostrando así su alejamiento indiscutible de Dios.
22 S.J., Pedro Ortiz V. Léxico Hebreo-Español y Arameo-Español. Sociedad Bíblica: Madrid. 1997.
Pg. 41
71
Entonces, cabe decir con certeza que los sacerdotes estaban deshonrando, es decir,
manchando la reputación de Dios con sus actos de iniquidad, ¡Es claro que esto no
debe quedar impune! Por esto, no se reservó para sí su indignación ante esta grave
afrenta, pues ellos habían sido escogidos para santificar el Nombre de Dios, pero
hacían exactamente lo contrario.
Es de notar que ellos, se estaban comportando como si Dios no existiera. Actuaron
con hipocresía, fingiendo ser piadosos, pero no cumplían cabalmente con el ritual
santo del altar. Hicieron a un lado la letra y el espíritu de la ley dada por Dios. No
hacían caso a lo que Él les había hablado con respecto a los sacrificios. Actuaron
con irreverencia al expresar desprecio por lo sagrado, y esto daría como
consecuencia el deterioro de la imagen de Dios, toda vez que estos actos eran
deshonestos de su parte. Es curioso que las demás naciones, ante sus dioses (que son
sólo ídolos), se comportaban tal vez mejor y daban lo mejor de ellos hacia esculturas
muertas; pero Israel que tenía al Verdadero Dios, Grande en Maravillas y
Todopoderoso, lo trataban como si fuera lo peor para ellos. ¿Por qué pasaba esto?
Para ellos: … ¡La Mesa del Señor era Despreciable! …
El sacerdocio judío no estaba ofreciendo sacrificios santos y por ello, no daban lo
mejor, traían de los animales: lo ciego, lo cojo, lo enfermo, cosas que Dios había
prohibido, puesto que estas ofrendas debían reflejar santidad y pureza. Ello hablaba
también de la condición moral y espiritual en que se encontraban, no mostrando
pureza y por el contrario, rechazando todo lo santo.
La comunión con Dios implicaba un corazón contrito y humillado, no uno altivo y
orgulloso que no reconoce que Dios merece lo mejor de su pueblo. La obediencia
era lo que agradaba y amaba Dios más que cualquier otra cosa que se le pudiera
ofrecer; Por esta razón, había dado principios o normas para la adoración que se
debía dar a su Nombre.
72
La analogía utilizada en el texto acerca del príncipe, manifiesta con claridad su
desazón y decepción con el sacerdocio. A un príncipe que pertenece a la realeza y
rige, no se le puede salir con cualquier cosa como ofrenda. Se sobreentiende que éste
debe recibir un buen obsequio, de lo mejor que tenga quien le ofrece un don o
dádiva. Entonces, si es así en la relación entre seres humanos, cuánto más no merece
Aquél que les había dado todo. Parte de las consecuencias a su desaire fueron:
1. El corazón de Dios no estaba agradado por lo que hacían
2. Su adoración no era aceptable delante de Él
3. Su complacencia no estaba con ellos
La razón de esto es muy clara: “Porque desde donde el sol nace hasta donde se
pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre
incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice
Jehová de los ejércitos.” (Malaquías 1.11)
Es interesante observar en este texto, como Dios testifica de sí mismo que su Nombre
es grande entre las naciones; y es entonces claro que, Él no permitirá que eso cambie
de ninguna manera. Además de manifestar que en otros lugares si lo tenían en honra
y le daban honor, puesto que le ofrecían ofrendas limpias.
Para ellos: … ¡La Mesa del Señor era Inmunda! ...
La mesa hace referencia a la comida que se ofrece, en este caso en particular, era ese
convite, ese encuentro donde los ministros del santuario y el pueblo ofrecían a Dios
sacrificios, para poder ser justificados y tener así esa intimidad con Él.
Esta comida, al ser o estar contaminada, mancillaba el glorioso Nombre de Dios
mismo. El ofrecer este tipo de sacrificios inmundos, era la muestra de indolencia de
su parte como siervos del Dios Altísimo, causando su deshonra.
Cabe decir que, ésta se produce cuando el sacerdocio ha ido en contra de su deber,
para cumplir así con el sentido del deber al no hacer aquello que debieron haber
hecho y que a su vez, ayudaba a afinar la integridad moral. Por causa de su actitud,
73
se vieron abocados a rechazar todo lo sagrado y hacer caso omiso a los mandatos
divinos.
Por otro lado, es de determinar que el pueblo le debe honra al Dios Soberano. Si se
debía mostrar respeto a seres humanos terrenos, los cuales son imperfectos (como se
había enseñado a través de la Ley), ¿No se debía mayor honor al Padre y Señor de
Israel? Los sacrificios de animales era un acto que debía llevarse a cabo con las
debidas solemnidades; los sacrificios fuera de lo establecido en detalle por el Señor,
estaban prohibidos (Levítico 22.20-25; Deuteronomio 15.21).
…Para ellos: … ¡Todo era un Fastidio! ...
La expresión del sacerdocio era: “Oh que fastidio es esto”, está estrechamente
relacionada con el término hebreo ga‟al ya descrito anteriormente y que tiene el
sentido de algo que causa asco y repugnancia. Es sorprendente que los sacerdotes
estuvieran asqueados de hacer el bien, de adorar al Dios que tantas veces les había
ayudado y les había llenado de sus beneficios; y que aparte de todo, merecía ser
obedecido en sus requerimientos en relación a los sacrificios.
Este era el problema que estaba carcomiendo la fibra espiritual de ellos. Por esta
razón, comenzaron a hacer cosas de manera mecánica, por costumbre y posiblemente
lo hacían todo por guardar las apariencias y no dar lugar a que hablaran mal de sus
vidas. Se puede entrever que estaban cansados de cumplir con los que Dios les
mandó, y querían que vieran en ellos unos ministros consagrados, pero en lo más
profundo de sus corazones estaban fastidiados de todo lo santificado.
Pero nada es oculto delante de Dios, Él conoce todo, hasta lo más mínimo de los
pensamientos humanos. Sabía la actitud del corazón de sus siervos, una que era
negligente y que les llevó a desobedecer la Palabra de Dios y presentar ofrendas
inapropiadas, pues estas no cumplían con las características que fueron establecidas
desde tiempos antiguos, Levítico 22.19-20 dice: “para que sea aceptado, ofreceréis
macho sin defecto de entre el ganado vacuno, de entre los corderos, o de entre las
74
cabras. Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque no será acepto por
vosotros.”
Dios no se agradó de esto, y pronunció maldición en contra de ellos, por cuanto:
1. Habían engañado prometiendo lo mejor de su rebaño, pero sacrificando a
HaShem lo dañado. La Escritura también deja claro: “Mejor es que no
prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga
pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que
Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?”
(Eclesiastés 5.5-6).
2. En su corazón, no se habían decidido a cumplir fielmente la Palabra de Dios
ni tampoco a dar gloria a su Nombre.
3. No tenían el Temor de Dios en sus vidas, por ello, no se humillaban ante Él.
4. No estaban andando en justicia delante del Dios Verdadero, por esto, la Ley
de la Verdad no estaba en sus bocas.
5. Debido a lo anterior, no guardaron sabiduría y no cumplieron correctamente
con su misión de llevar el mensaje puro y verdadero de Dios al pueblo, el
cual siempre buscaba de los ministros el consejo divino para vivir
conforme había sido mandado ¿De qué forma entonces había de vivir el
pueblo, si los ministros de Dios se corrompieron? La respuesta es obvia, la
corrupción también los alcanzó.
El fastidio es una actitud que obstaculiza la comunión con Dios, puesto que es el
resultado de no querer vivir más bajo la Voluntad divina expuesta en sus Preceptos;
los cuales se les había convertido en una pesada carga. En consecuencia, sus actos
eran de irrespeto, burla y deshonra hacia el Señor muestra de su quebrantamiento al
pacto al ofrecer sacrificios impuros.
En este orden de ideas, es importante resaltar, que una vez más HaShem utiliza la
memoria histórica y les recuerda el pacto con Leví, en el cual había paz, vida,
justicia, temor de Dios, sabiduría, humillación, pureza y el cumplimiento de la
misión de pregonar el consejo divino de forma que el pueblo viviese de acuerdo a su
75
Perfecta Voluntad. ¡Cuánto desprecio había en los corazones de los siervos escogidos
para la gloria de su Nombre!
Por otro lado, su maldición estaba sobre: sus bendiciones, su sementera, su rostro y
sus ministerios. En la primera, se refiere no sólo a las bendiciones materiales sino
también a todos los beneficios de la gracia de Dios y que incluían, en este caso, las
bendiciones pronunciadas por los sacerdotes sobre el pueblo de Israel. En la
segunda, hace referencia a que su abundante provisión se acabaría; En tercera
instancia, se debe recordar que el sacerdocio recibía las entrañas de los sacrificios,
incluyendo los intestinos, llenos de estiércol. Esta materia inmunda no podía ser
utilizada en el sacrificio, y por eso se apartaba. Cuando Dios expresa que arrojaría el
estiércol a sus rostros, lo que quería significar es que ellos están tan inmundos como
el estiércol. Por último, les dice que serían arrojados juntamente con este estiércol,
mostrándoles que serían expulsados de su ministerio y que no podrían disfrutar de su
presencia en el altar sagrado del templo.
Ellos: … ¡Se habían apartado del Camino! …
Apartar viene del hebreo Sur, y significa “cambiar, corromper.”23
Esta es una
descripción real de la condición moral y espiritual en que se hallaban los sacerdotes.
Estaban lejos de guardar el pacto levita del sacerdocio, lo cual les encaminó a estar
viviendo en pecado. Dejaron de plano la senda trazada por Dios en su Palabra y
comenzaron a andar por caminos que ellos mismos estaban diseñando.
Con esta forma de vivir, hicieron tropezar a muchos en la Ley, por haberse
corrompido al cambiar de dirección en todo lo concerniente a la adoración a Dios.
Es decir, con su mal ejemplo de palabra y conducta, se llevaron por delante al mismo
pueblo, el cual estaba quedando convicto por la maldición de la misma Ley: “El
alma que pecare, esa morirá.” (Ezequiel 18.20)
23 Opcit. Strong. Pg. 92.
76
Estos actos pecaminosos fueron corrompiendo el pacto de Leví; y por esto, esta
grave falta merecía la disciplina correctiva de Dios, quien estaba airado por su
pecado debido a que: 1) no habían guardado sus caminos, 2) estaban haciendo
acepción de personas, 3) se estaban portando deslealmente unos contra otros y, 4)
profanaron el pacto con sus padres, es decir se habían apartado del pacto hecho por
Dios con Abraham, Isaac y Jacob.
La manifestación de la disciplina divina, se da en el hecho que fueron hechos viles y
bajos ante el pueblo. Es decir, es de recordar que el sacerdocio era un oficio de gran
honor, pero por su impiedad ya nadie les respetaba y eran considerados como lo peor
entre el pueblo, pues los despreciaban y eran humillados. ¡Es un justo premio a su
gran maldad!
Ellos: … ¡Profanaron el Santuario! …
Su pecado cada vez era más repudiable, ensuciaron o contaminaron la casa de Dios,
El lugar de la morada de Jehová entre su pueblo. Este debía permanecer santo,
puesto que fue consagrado para el servicio solemne a Él.
Este santuario era el lugar de reunión, donde se realizaba el encuentro entre Dios y su
pueblo. Además era el centro de revelación divina donde su Gloria, su Voluntad y su
Poder se manifestaban como testimonio aún al mundo entero. A través de esto, las
demás naciones conocían que la Presencia del Dios Verdadero estaba con el pueblo
judío y les causaba temor, porque conocían de sus terribles y maravillosos hechos de
salvación por ellos.
También era el centro de adoración por excelencia, en el cual los judíos: venían en
sus fiestas a alabar a Dios; en sus momentos de preocupación y necesidad, a buscar
refugio y consuelo en Él; y a confesar sus pecados buscando el perdón, para ser
contados entre los justos recibiendo bendición y justicia divina.
Por último, y no menos interesante e importante, el santuario terrenal era un lugar de
acceso al Celestial, como explica Ángel Manuel Rodríguez: “De acuerdo con
77
Éxodo25:9, el tabernáculo debía construirse siguiendo el diseño que el Señor le
mostró a Moisés en el monte Sinaí (Éxodo. 25:40). Este concepto necesita estudio
porque arroja luz sobre la verdadera naturaleza del santuario israelita. El
sustantivo tabnit se deriva del verbo bãnãh, construir. En el A.T., tabnit se refiere a
la estructura, un diseño o modelo para un edificio, una figura de algo, o una réplica
o símil. Generalmente describe un objeto tridimensional y en la mayoría de los casos
presupone la existencia de un original.”24
Acorde a este párrafo, Dios quiso de forma detallada, que se construyera una réplica
similar del Santuario Celestial en el que pudiera morar en la tierra y en bienestar de
su pueblo. Por esto, cabe determinar que los sacerdotes estaban fuera de lugar, y con
su actitud y perversa adoración, estaban haciendo una afrenta de grandes magnitudes
a la Santidad de Dios. De allí que sus Palabras hacia Judá e Israel son muestra de su
decepción y su pathos.
La primera forma en que se expresa hacia ellos es con el término “Prevaricó”, El
cual es: escuchar lo que Dios dice, tener convicción de que es verdad, pero a pesar de
todo, se hace caso omiso a su Palabra, ya sea por terquedad, soberbia o
conveniencias personales. Es exactamente la condición de los sacerdotes del pueblo,
en su rebeldía, no estaban dispuestos a seguir los parámetros dados por Dios.
La segunda expresión es “han cometido abominación”. El sentido aquí es que
estaban haciendo cosas detestables para Dios, toda vez que eran contrarias a su
Naturaleza divina, pues realizaban prácticas comparables a las paganas y se
convierten en un fracaso en la observación de los preceptos divinos, destruyendo la
armonía en las relaciones: Dios-sacerdotes, Dios-pueblo y sacerdotes-pueblo. El mal
ejemplo del sacerdocio causó esta situación tan delicada; por ello, se volvieron
peligrosos, siniestros y repulsivos ante Dios y el pueblo mismo.
La razón principal por la cual el Señor hizo estas referencias, es que habían
contaminado su casa haciendo unión en yugo desigual con otros dioses. Y lo que es 24 Aristide, Aristone. El Santuario en Hebreos 9.1-5. www.monografías.com
78
más, sin tener un ápice de culpa en sus conciencias. Es decir, los ministros estaban
permitiendo que los hombres de la nación Israelita formaran hogares con mujeres
extranjeras, las cuales servían a dioses paganos, y por ende se introdujo la idolatría
en el pueblo de Dios ante la mirada pasiva e inoperante de ellos mismos.
Consecuentemente, lo que iba a suceder era que su llanto y clamor, en medio de sus
necesidades y adversidades, sería en vano, pues Dios no estaba dispuesto a responder
ante sus lamentos, y que habían violado el pacto y aceptado adoración a dioses
falsos. El Señor les corta entonces, todo acceso a Él, manifestándoles que no recibirá
ningún sacrificio en ofrenda que busque aplacar la ira de su Justicia y Santidad: “no
miraré más la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano…” (vs. 13).
Él no estaría dispuesto a aceptar la hipocresía de sus siervos ni del pueblo en general,
pues sus votos eran presuntuosos y no buscaban mostrar un sincero amor a Dios, sino
una especie de soborno para tratar de evitar el castigo divino, por mucho que lo
hicieran con remordimiento. ¿Habrá algo oculto para Dios?
Ellos: … ¡Eran Desleales! ...
La Palabra de Dios expresa con claridad que Él no comparte su Gloria con nadie:
“…no le daré mi gloria a nadie más, ni compartiré mi alabanza con ídolos
tallados.” (Isaías 42.8); y: “…pues no adorarás a ningún otro dios, ya que el Señor,
cuyo nombre es Celoso, es Dios Celoso.” (Éxodo 34.14). El problema del yugo
desigual entre el pueblo era: ¡prevaricación, abominación y profanación!
Dios es celoso de su pueblo. El término en hebreo es qin‟ah y designa el rojo que
sale al rostro de alguien apasionado de manera vehemente. Podemos entonces
determinar que el pathos de Dios se hace presente una vez más, puesto que Él exige
una adoración exclusiva de parte de los suyos, a quienes eligió por amor. Además,
cabe decir que es por su Santidad que no puede aceptar que se atente de esa forma
contra su honor. Su amor apasionado le lleva a ponerse en acción ante cualquier
afrenta e infidelidad.
79
Israel estaba siendo infiel ¿Por qué? Porque en lo que respecta al matrimonio,
estaban abandonando a sus propias esposas, divorciándose de ellas para casarse con
mujeres idólatras, siervas de dioses paganos.
Esta desobediencia a los mandatos ciertos del Señor, les desencadenó grandes
dificultades, puesto que violaron el pacto matrimonial, además de ignorar
conscientemente el hecho de que Dios no se agradaba del repudio; así mismo, el
permitirse aceptar la adoración idolátrica. Su infidelidad fue algo de carácter
ofensivo, pues Él había sido puesto como testigo en los votos matrimoniales, para
así llegar a convertirse de dos seres a uno solo, como parte de la bendición divina.
Sin embargo, se habían vuelto polígamos y esto era destructivo para el
establecimiento de un pueblo santo, el cual habría de ser luz en medio de naciones
paganas.
Para Dios, el matrimonio es santo y lo ama como a su Santuario. El pueblo pecaba
en contra de lo que el Señor había considerado como sagrado, pues lo apartó con un
propósito y significado especial. Él lo formó y estableció y pecar contra este, era
tanto como pecar contra el mismo Santuario determinado por Dios. Fue su idea
desde el principio y no del hombre, y es usado como herramienta cuyos
fines son: 1) Mostrar un ejemplo de su relación con el pueblo, 2) Satisfacer las
necesidades de este, 3) conformarles a su imagen, y, 4) Tener una descendencia para
Dios.
En las condiciones que el sacerdocio se hallaba, donde tenían en poco el matrimonio
y caían en yugo desigual, afectó a todo el pueblo y lo que vivirían sería una vida
envuelta en la miseria y destrucción para ellos mismos. Habían cubierto sus vidas de
pecado debido al maltrato y abandono de sus esposas, repudiándolas, por cuanto no
guardaban su propio espíritu. Es decir, sus corazones se endurecían, se volvían
crueles y se amargaban contra ellas; por esta razón, quebrantaron sus votos
matrimoniales y apostataron de su fe casándose con mujeres siervas de dioses
paganos.
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Todo esto estaba ocurriendo de forma encubierta, según ellos, ante Dios. Pero, nada
se esconde delante de su Presencia, y por esto, les acusa de desleales, prevaricadores,
profanos y abominables. Su decepción es real, Él observó que su pueblo se iba
hundiendo cada vez más en la apostasía e idolatría profunda, la cual estaba enconada
en sus corazones. Por eso es posible establecer que este cuadro que se ha visto, el
cual no es la única vez que ocurre, es manifestación clara de que cuando el pueblo se
aleja de Dios, es destruido por su propio pecado. La Escritura lo afirma de la
siguiente manera: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por
cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste
la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.” (Oseas 4.6).
EL PASADO EN EL PRESENTE
La situación a la que la Iglesia hoy se está enfrentando, es en extremo delicada, por
cuanto está siendo llevada a adecuarse o acomodarse a la cultura postmoderna, para
que así se vuelva asequible para la sociedad que le rodea.
Por esta razón, se encuentran un sinnúmero de herejías y negaciones de la Palabra de
Dios que son proclamadas desde los púlpitos. La Iglesia se ha vuelto autosuficiente,
la cual tiene como premisa mezclarse con el mundo, ser parte de él, para así poder
brillar en medio de este y llevarles un mensaje más acorde a sus necesidades
humanas.
Sin embargo, están en medio de una ceguera espiritual que no les permite observar
que se han estado apartando totalmente de los principios establecidos por el Señor en
su Palabra. Su deseo, es quitar de plano todo aquello que incomode, ofenda o
moleste a las personas que escuchan y cause rechazo de su parte y se vayan; por
esto, no se habla del pecado. Ya no se menciona siquiera el negarse a sí mismo, el
morir a la carne, pues este mensaje no “vende”.
Ahora se está resaltando el amor hacia sí mismo, la autoestima (que no es otra cosa
que el orgullo), la realización y desarrollo personal; les parece que para Dios es lo
mismo una vida en pecado que en santidad, no hay diferencia y no existe la
81
necesidad puesto que se está bajo la Gracias, exaltando el concepto: “salvos, siempre
salvos.” Se está enfrentado un cristianismo que se ha acomodado a este tiempo
donde todo es liviano, nada hace daño, todo es permitido, hasta el Señor está
obligado a satisfacer los caprichos y sueños de los que se hacen llamar sus hijos. Por
otro lado, Dios se ha vuelto esclavo de los deseos de su pueblo y los ministros del
evangelio están en busca de fama y éxito personal.
Estas y muchas más son las enseñanzas del sacerdocio cristiano hoy. Como dice el
dicho: “cualquier parecido con la realidad de Israel, en aquellos tiempos en que
vino Palabra de Jehová contra su pueblo y el sacerdocio del santuario, no es mera
casualidad.”
John McArthur cita: “La influencia del Post-modernismo claramente ya ha infectado
a la iglesia. Los evangélicos están moderando su mensaje para que las crudas
afirmaciones de verdad del evangelio no suenen tan discordantes al oído post-
moderno. Muchos evitan señalar claramente que la Biblia es verdad y todos los
otros sistemas religiosos y visiones del mundo son falsos. Algunos de los que se
llaman cristianos han ido más lejos, negando a propósito la exclusividad de Cristo y
cuestionando abiertamente su afirmación de que es el único camino a Dios.”25
El mayor problema de acuerdo a todo lo anterior, es que a lo bueno llaman malo y a
lo malo bueno. ¿Acaso no era lo mismo que le sucedió al pueblo de Israel? Dice la
Escritura: “!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la
luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por
amargo! !Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de
sí mismos! !Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para
mezclar bebida; los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su
derecho! Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora
la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo;
porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del
25 Gómez, Ludin. La Iglesia y el Postmodernismo. 27 Noviembre, 2010.
www.ludingomez.blogspot.com.co
82
Santo de Israel. Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y
extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres
fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino
que todavía su mano está extendida.” (Isaías 5.20-25).
Así también ha sido manifestado que: “el postmodernismo proclama a los cuatro
vientos que la verdad ha muerto, no existe. Cada cual fabrica su propia “verdad”
según el cristal con que mira las cosas, y nadie puede cuestionar ni poner en tela de
juicio la verdad del otro, ya que el individuo es principio y fin de todo. Es el mismo
espíritu y filosofía que Satanás le prometió a Eva: “…serán abiertos vuestros ojos, y
seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” (Génesis 3.5).26
La Palabra de Dios dice claramente: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la
sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros
conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se
volverán a las fábulas.” (2ª Timoteo 4.3-4).
En el tiempo actual, los ministros están dando los peores sacrificios al Rey de reyes y
Señor de señores. Su adoración está cargada de maldad y están llevando al pueblo a
pecar debido al extravío de sus corazones.
Es preciso entonces establecer, que los siervos de Dios hoy, han equivocado también
su camino y el mensaje que están llevando a que el pueblo viva: es uno lleno de
permisividad temible, la cual es tolerante con el pecado y se suaviza el evangelio
para hacerlo atractivo. Es decir, acomodan el evangelio para que la gente no se vaya
de la Iglesia, convirtiéndolo en un pseudo-evangelio, el cual está impregnado de
filosofías humanistas, por lo que ésta está siendo arrastrada por la corriente del
mundo.
Ya el santuario, el cual fue apartado para la adoración pura a Dios, no tiene a Cristo
como el centro de sus reuniones, pues se ha convertido más en un lugar de frecuentes
shows o espectáculos espirituales; además, en otros momentos pareciera más como
26 Carrillo, Miguel Rosell. El Movimiento Emergente. Mayo 2010. www.centrorey.org
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un club social con el firme propósito de mantener entretenidos a los asistentes a ella.
Se ha vuelto carnal y un lugar para la mercadería religiosa. Ya no se adora a Dios,
pues el centro de atención es el hombre y sus necesidades.
Muchos van porque se sienten atraídos por la música, no por la Palabra. Y lo más
tremendo de todo esto es que lo llaman “Estrategias para alcanzar a los incrédulos.”
Ya no hay interés por la Palabra, ni por vivirla. Un conocimiento académico de ella
es “suficiente”, pero no hay práctica para ser ejemplo de vida ante los demás. Como
algunos mencionan: “Vale más un gesto que mil palabras”. Aplicado a esta
situación, implica que el pueblo de Dios debe ser consecuente entre lo que hace y lo
que dice, de lo contrario, no se está cumpliendo con el mandato de Jesús cuando dijo:
“Sean sal y luz.” (Mateo 5.13-16).
Hoy por hoy se está buscando más lo individual y se destaca el estar por encima de
otros cueste lo que cueste, pues da un status socio-religioso sinigual y trae
satisfacción y beneficios personales. Por ello, cabe decir que se está más por poder,
ostentación e imagen.
Todo lo descrito anteriormente habla exactamente de lo que es apostasía, los
ministros del evangelio han creado por sí mismos, nuevos caminos, para presentar a
los creyentes, mostrándoles que es el mismo camino que fue trazado desde la
antigüedad por el Señor, pero no se dan cuenta que no es la realidad, y están
apartándoles cada vez más de la Presencia de Dios y acercándoles a la perdición
eterna.
84
CONCLUSIÓN
“LOBOS EN TRAJE BLANCO”27
Hay lobos con piel de oveja al acecho
mercaderes de la fe para propio provecho
aúllan su cautivante lenguaje sectario
maquillado como un santo vocabulario
Buscan los incautos su experiencia religiosa
van sin saber que se tornara peligrosa
emocionados sienten que tocan la gloria
allí pierden su identidad y memoria
Hay un mundo sediento de liderazgo
va detrás de cualquiera que muestra ese rasgo
sin distinguir lo ilusorio de lo cierto
se dejan llevar a un profundo desierto
Allí les importa más el como que el porqué
se juntan todos siguiendo a un Coré
se creen príncipes sentados en una nube
olvidando que de golpe cae todo lo que sube
De repente sedientos se mueren de pena
y al no encontrar agua beben arena
otros beben los granos no por urgencia
sino porque entre agua y arena no ven diferencia
Corren ciegos a su tierra prometida
sin importar a quien le causen heridas
olvidan que no todo lo que brilla es oro
y que palabras santas las dice hasta un loro.
Mateo 7:15
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero
por dentro son lobos rapaces.”
Hechos 20:29
“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos
rapaces, que no perdonarán el rebaño.”
27 Valencia, Julio. Lobos en traje blanco. El Rincón del Poeta. 28 Abril, 2010. www.juliopoeta.com.
85
CUESTIONARIO
1. ¿Qué significado tenía el altar y sus respectivos sacrificios?
2. ¿De qué manera se puede aplicar el día de hoy?
3. ¿Qué significado tenía el deshonrar a Dios? Explique.
4. ¿Qué implicaciones tenía para los sacerdotes y el pueblo judío?
5. ¿Qué estaban los sacerdotes desconociendo de Dios? Explique.
6. ¿De qué manera estaban tratando a Dios y las cosas sagradas? Explique cada
una.
7. ¿De qué manera el pasado se ha vuelto a manifestar en el tiempo presente?
Explique.
ENSAYO:
Realizar un ensayo de no más de 5 páginas donde se trate el tema: “De qué manera
la iglesia de hoy ha mancillado el Altar de Dios”
86
LECCIÓN CINCO
¡ME HAN HECHO CANSAR! (2.17-3.5)
¿Para qué me sirve, dice Jehová,
la multitud de vuestros sacrificios?
hastiado estoy de holocaustos de
carneros y de sebo de animales gordos;
no quiero sangre de bueyes,
ni de ovejas, ni de machos cabríos.
¿Quién demanda esto de vuestras manos,
cuando venís a presentaros delante de mí
para hollar mis atrios?
(Isaías 1.11-12)
INTRODUCCIÓN
No es la primera vez que el pueblo de Israel hace cansar a Dios con sus malos actos.
Por mucho tiempo, ellos habían sostenido su apostasía causando reacciones de parte
del Señor, quien sólo buscaba el bienestar de aquellos que había tomado para sí y los
consideraba su familia.
Cuando Él exclama: “Estoy hastiado o cansado”, lo hace por causa de sus fuertes
sentimientos hacia la hipocresía que él encuentra en su pueblo. Él no puede soportar
que se le ofrezca un supuesto “excelente sacrificio”, con el fin de disimular un
corazón lleno de maldad. Tampoco sobrellevará la tensión creada entre una profesión
clara de fe y compromiso, seguido por una vida mediocre. El cansancio de Dios es su
disgusto, su indignación ante la manera fría y superficial en que le presentaban
ofrendas. Él nunca se cansa de recibir a pecadores contritos, pero se cansa
rápidamente de una religión “mecánica” y sin amor.
Cansar a Dios es una cuestión sumamente delicada; puede significar la muerte de la
vida de adoración del pueblo. “Aunque multipliquéis las oraciones, yo no
escucharé.” (Isaías 1.15) Dios repudia que se le haga parte de un juego espiritual. Si
se juega con él y se le trata con una sumisión superflua, fraccionará sus líneas de
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comunicación con su pueblo y su relación de intimidad con Él, se convertirá en
tiempo dilapidado.
Por lo tanto, al ser frío y superficial, irresponsablemente se puede inducir la
interrupción de muchas bendiciones que Dios planeó dar a sus escogidos. No
debieron ofrecerle un amor mediocre o una devoción defectuosa. Él anhela una
ofrenda de tipo “voluntario” y lleno de amor, pues les había llenado de sus
beneficios: “Te ofreceré sacrificios voluntarios. Daré gracias a tu nombre, oh
Jehová, porque es bueno.” (Salmo 54.6)
Ahora, sean cuales fueren las causas precedentes, cualquier desfallecimiento del
ánimo trae consigo cierta pérdida de la conciencia espiritual y, junto con ella, la
inclinación a atribuir despropósitos a Dios. El pueblo judío debía servir siendo
“manso y humilde de corazón”, para evitar así la autocompasión y la hipocresía. Por
el contrario debían adorar de manera correcta, a fin de que sus sacrificios fueran en
verdad para el beneficio de sus almas, lo cual es muchísimo más que tan sólo un
simple juego religioso.
Aun cuando fueron justamente disciplinados o reprendidos, no deberían haber caído
en un deterioro espiritual, puesto que, junto con la reprensión, Dios trae un amor
renovador…es por esto que la Palabra de Dios enseña: “Hijo mío, no desprecies la
disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina
a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.” (Proverbios 3.11-12)
¿Acaso no era Él su Padre y Señor? Claro que sí, pero en ese momento de la historia,
lo habían olvidado todo voluntariamente, y por ello, estaban tomando una actitud de
rechazo hacia Él.
...¡EN QUÉ TE HEMOS CANSADO!...
Una vez más el sacerdocio repunta con su frase displicente “en qué”. Cada vez que
Dios muestra su decepción ante la actitud de ellos y del mismo pueblo, su respuesta
es con orgullo y altivez como si no estuvieran haciendo nada malo.
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El énfasis de la muestra de cansancio del Señor en esta ocasión se centra en sus
palabras: “habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras.” Hasta el
momento, en lecciones anteriores, se había observado la actitud del corazón y la
conducta de los sacerdotes y del pueblo, una que iba en contra de lo que Dios había
establecido como parte de su relación con Él y que les había conducido
ineludiblemente a la apostasía.
En esta parte, ya Dios hace hincapié en lo que sale del corazón y es transmitido a
otros. Ahora, ¿Qué era lo que estaban diciendo? El texto es muy claro: aseguraban a
diestra y siniestra que “cualquiera que hacía el mal agradaba al Señor”; y además,
tenían la insolencia de pregonar también que “Él se complacía en ellos.”
Cuando habla de esto, es preciso establecer que los israelitas estaban desconociendo
la Escritura y todo lo que tenía que ver acerca de la adoración a Dios. El pueblo fue
creado para alabanza de su Gloria (Isaías 43.7, 27), es decir, para agradarle con su
vida íntegra. Es importante entender que la adoración verdadera, está basada en las
Escrituras y no en la opinión que el hombre tenga acerca de Dios. No se adora para
impresionar. Adorar es dar la vida por el Señor, teniendo un cambio y un
compromiso personal con Él; por tanto, la adoración es para complacerlo a Él y no
para que el hombre lo haga consigo mismo.
Allí es donde los sacerdotes pecaron, y por esta razón, se habían alejado totalmente
de lo que les había sido dado como muestra de su amor por el Creador y Sustentador
de sus vidas. La Escritura dice: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de
toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Deuteronomio 6.5) Era el amor lo que les
llevaría a dar al Señor la adoración conforme a su corazón y Voluntad perfecta.
Acorde a esto, es necesario determinar entonces que con el mal no se agradaría a
Dios, bien lo dice la misma Escritura en Proverbios 6.16-19: “Seis cosas aborrece
Jehová, y aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las
manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos
inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, Y
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el que siembra discordia entre hermanos.” En este orden de ideas, el pueblo de
Israel estaba viviendo exactamente lo que este texto afirma.
Aborrecer significa detestar, encontrar profundamente desagradable. Siendo así una
emoción muy fuerte acompañado de dolor y el cual lleva a subir el ánimo de quien la
tiene. Dios llega al momento donde se hastía de lo que sus hijos piensan, sienten y
hacen, pues quieren pasar por encima de su Palabra atravesando la línea que les
separa del pecado. De acuerdo a este pasaje bíblico, se puede establecer una relación
con lo que eran sus palabras llenas de despropósitos, y describir de dónde se
originaba:
En primer lugar, aborrece los ojos altivos. Es decir, había orgullo en su corazón y
por esta razón: pensaban que no necesitaban de Dios, creían ser autosuficientes, que
lo tenían todo y si les faltaba alguna cosa lo obtendrían por sí mismos. Este mismo
egocentrismo, no les permite admitir que han pecado y creen estar obrando de
manera correcta. Por ello, menospreciaron lo que Dios les había expresado y no
daban importancia a su misma Presencia, aun despreciando sus consejos y
reprensiones, lo cual es muestra de que se consideraban sabios y no eran enseñables.
Esto les llevó al fracaso, pues querían que todo se hiciera como ellos decían aunque
estuvieran equivocados.
A este primer ítem, la Palabra de Dios tiene respuestas claras: “Porque Jehová es
excelso, y atiende al humilde, más al altivo mira de lejos.” (Salmo 138.6);
“Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará
impune.”(Proverbios 16.5) y “Altivez de ojos, y orgullo de corazón, y pensamiento
de impíos, son pecado.” (Proverbios 21.4). Dios reaccionó de acuerdo a sus
Preceptos, no podía quedar impune la apostasía de su pueblo, debía hacer justicia por
su Nombre Santo.
En segundo lugar, aborrece la lengua mentirosa. El sacerdocio judío no estaba
hablando la verdad y creyeron que no estaban perjudicando a nadie. Estaban siendo
engañosos, aparentes y falsos delante del pueblo, de ahí su hipocresía. Fingían estar
diciendo la verdad y la tergiversaron de manera que compartían al pueblo que Dios
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se estaba complaciendo por lo que se le ofrecía. Aún ellos mismo se estaban
creyendo tal mentira. La Palabra enseña algo muy infalible al respecto: “Guarda tu
lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; busca
la paz, y síguela.” (Salmo 34.13-14) Cómo se puede tener paz si no hay la
disposición del corazón de apartarse del mal; y cómo se puede apartar del mal si se
usan los labios para hablar engaño. Una cosa lleva a la otra y por esto, el pecado está
a la puerta. Además: “Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los
que hacen verdad son su contentamiento.” (Proverbios 12.22). La manera correcta
de llevar agrado al corazón de Dios es siendo verdaderos, honestos y puros.
En tercer lugar, aborrece las manos derramadoras de sangre. En este sentido, Dios
había establecido la nación de Israel sobre el fundamento de justicia y juicio. Fue
dada la provisión en la ley para que el culpable fuera castigado y el inocente fuera
eximido de culpa. Lo que es más, le fueron dadas instrucciones específicas a los
jueces para que fueran justos e imparciales. Sin embargo, se estaban engañando a sí
mismos y llevaban al pueblo a un despeñadero del cual no iba a ver salida alguna. El
salmo 89.14 dice: “Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y
verdad van delante de tu rostro.” ¿Cómo es posible que ellos se atrevieran a poner
en tela de juicio la misma Justicia divina? Cuando ellos aseveran de manera
arrogante “Dónde está el Dios de justicia”, lo que están queriendo afirmar es que si
Él no hacía las cosas al agrado de ellos, entonces su justicia no tenía sentido.
Además pensaban que no iba a haber consecuencias por su forma de hacer las cosas,
pues para ellos sus ofrendas debían ser aceptadas por el Señor.
La Justicia de Dios se puede enunciar como la expresión natural de su Santidad. Esto
indica que es infinitamente puro, y por esta causa, debe oponerse a todo pecado y esa
oposición debe demostrarse en el tratamiento que Él da a su pueblo. Cuando se dice
que Dios es recto o justo, se está asegurando que sus acciones hacia los suyos, están
en completo acuerdo con su naturaleza Santa. Esta definición deja entrever con
claridad que lo que ellos estaban diciendo acerca de Dios era totalmente equivocado
y por qué no decir: su corrupción era demasiado evidente y decepcionante.
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Eran ellos los que estaban obrando con injusticia tanto para con el Señor y aún con el
pueblo, puesto que sus palabras estaban mostrando a un Dios que no correspondía
con la realidad que estaban viviendo, un Dios que no les beneficiaba en nada.
¡Cuánto dolor en el corazón de Dios al ver a sus siervos usar su Nombre de manera
profana!
En cuarto lugar, aborrece el corazón que maquina pensamientos inicuos. Ellos, lo
que hacían, había sido maquinado, planeado y llevaban a cabo todo el pecado
posible, como si nunca hubieran escuchado lo establecido en los mandatos divinos.
Su orgullo e idolatría les había cegado sus ojos, y su entendimiento había sido
cauterizado de manera que sus acciones eran repugnantes ante Dios. Era una
rebelión plena e insolente, Dios conocía lo que había en sus corazones, como dice la
Escritura: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a
cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.” (Jeremías 17.9-10)
En quinto lugar, aborrece los pies presurosos para correr al mal. Empezaron su
carrera para detestar lo recto y amar lo malo, conscientemente escogieron el mal
camino en sus vidas por encima de lo bueno que Dios había dado en su Palabra. Es
de notar, que existen personas que indudablemente tienen atracción hacia el mal.
Quizá por su pasado, el mal ejemplo recibido en sus casas, el desconocimiento total
de Dios, y el desconocimiento de cualquier valor moral, social, o la falta de
educación. En el caso de ellos, como lo dice el texto, conocían la Escritura pero la
desconocieron voluntariamente y rechazaron, para vivir acorde a los caprichos de sus
corazones malvados. Endurecieron tanto sus corazones que se volvieron astutos para
obrar en maldad, pero ni ellos mismos sabían lo que hacían ni hacia donde iban con
todo su pecado.
El Salmo 52.3,5 certifica que el mal siempre tendrá su paga y esta es la muerte, la
separación de Dios: “Amaste el mal más que el bien, la mentira más que la
verdad…Por tanto, Dios te destruirá para siempre; te asolará y te arrancará de tu
morada, y te desarraigará de la tierra de los vivientes.” Así mismo Isaías 59.7
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expresa: “Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente;
sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en
sus caminos.”
En sexto lugar, aborrece el testigo falso que habla mentiras. Un testigo falso que
habla mentiras acusa a un inocente, y puede producirle la pérdida de su buen nombre.
Y de acuerdo a esto, Existe una confabulación para pervertir el juicio. El sacerdocio
estaba dando un falso testimonio acerca de Dios a quien le acusaban de desamor e
injusticia, lo cual no obedece a la verdad, de allí que Él se sintiera humillado y su
Nombre ante las naciones estaba quedando afectado, puesto que iba o estaba siendo
ya vituperado.
Proverbios 12.17-19 dice: “El que habla verdad, declara justicia; Mas el testigo
mentiroso, engaño. Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: Mas la
lengua de los sabios es medicina. El labio de verdad permanecerá para siempre:
Mas la lengua de mentira por un momento.” La mentira tarde o temprano es
descubierta y este era el momento en el cual Dios tenía que pronunciarse al respecto
y por ello, las mentiras que estaban rodeando al sacerdocio levita fueron
denunciadas. Así también Proverbios 19.5 declara: “El testigo falso no quedará sin
castigo, y el que habla mentiras no escapará.” Dios escogió a sus siervos para
testificar y/o pregonar ante el pueblo la verdad de su Palabra, pero ellos estaban
actuando con falsedad y engañando al pueblo con sus palabras mentirosas, por esto
no quedarían en la impunidad.
Por último, aborrece al que siembra discordia entre hermanos. Las relaciones son
importantes para el Señor. De allí que creó al hombre con la capacidad de
comunicarse con quienes le rodean, en especial con Dios y los de su misma especie.
Sin embargo, los sacerdotes con sus engaños y vidas fraudulentas estaban causando
discordia en sus relaciones fundamentales: con Dios, con su familia y entre ellos
mismos debido a su pecado. Sutilmente falsearon el pacto, se traicionaron a unos y a
otros, tergiversaron la verdad y produjeron confusiones que generaron malos
entendidos que a su vez provocaron el alejamiento de su Señor y Padre. Esta
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sombría siembra afectó la unidad y creó descontento y zozobra a los demás
miembros del pueblo de Dios.
Como se puede notar, cada uno de estos apartes de este pasaje bíblico se cumplió
paso a paso en los escogidos de Dios. Por esta razón se puede decir que Dios estaba
hastiado y cansado de lo que estaban haciendo con sus vidas, y con las ofrendas que
estaban trayendo delante de él en el altar. Cuando se dice que Dios estaba cansado
de lo que ellos estaban diciendo, se está haciendo referencia a que el Señor se sentía
exhausto en su corazón por la gran carga que tenía al ver que su pueblo apostataba de
su maravilloso y reverenciado Nombre.
Por otro lado, ¿Cómo es que se agrada a Dios? La Escritura misma habla al respecto
y menciona que su complacencia está con aquellos que son íntegros en su manera de
vivir, es decir, que no han sido alcanzado por el mal (Salmo 16.3). Por esa razón,
implica creerle a Él, temerle, obedecerle haciendo su Voluntad y realizando los
sacrificios que él quiere. Isaías 43.7, 21 manifiesta: “Todos los llamados de mi
nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice…Este pueblo he creado
para mí; mis alabanzas publicará.” Es claro que Israel estaba fuera de orden y sus
costumbres, su vida espiritual, sus vidas personales y familiares se habían
corrompido por causa de una rebelión absurda que solo iba a afligirlos y destruirlos a
ellos mismos.
LOS MOTIVOS DE LA CONSTERNACIÓN DIVINA
El Señor Dios Todopoderoso infatigablemente había instruido por mucho tiempo a su
pueblo en el conocimiento de su Voluntad, les daba su consejos para vivir una vida
recta delante de él y que diera Gloria a su Nombre; pero no apreciaron su instrucción
y estuvieron en impiedades, desenfrenados en costumbres impuras, profanando la
casa de Jehová y una lamentable entrega a las abominables idolatrías paganas,
desatendiendo así las advertencias que les enviaba a través de sus siervos los
profetas, de quienes se burlaron y los apedreaban, pues no les decían lo que querían
escuchar.
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Cómo no estar consternado, como no vivir ese pathos divino que le lleva a reaccionar
frente a la afrenta de sus propios hijos, los abusos de quienes debían proclamar y
llevar su Nombre en alto. Él estaba abatido por causa de los lamentables sucesos que
estaban aconteciendo en esos momentos con el remanente amado.
Ahora, es de tener presente, la respuesta a la pregunta que con sarcasmo, si se quiere,
dirige el sacerdocio hacia el Señor: ¿dónde está pues el Dios de justicia? Esta era
más una recriminación a Dios porque Él no estaba haciendo las cosas a la manera de
ellos; es más una manera de levantar juicio contra Dios y determinar que Él no era el
Dios que profesaba ser. Actitud inconcebible de un pueblo que gozó de sus
beneficios continuos y una relación cercana con un Padre Amoroso y Bueno.
Es interesante notar que la respuesta de Dios viene de una manera firme y severa
para el pueblo: “…y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra…”;
en otras palabras, les estaba diciendo: ¿quieren conocer al Juez Eterno? Y ¿sus
juicios contra el que se ufana en su pecado? Aquí estoy presente.
En este orden de ideas, se presenta como el fiel testigo contra todo lo que no está de
acuerdo a su Voluntad Perfecta. Él hace una protesta reiterada acerca de los sucesos
de los cuales ha sido observador directo, confirmando ante ellos los hechos
sobreentendidos y que ninguno podría contradecir; además, actuaría como
administrador del castigo para hacer justicia.
¿Cuáles eran entonces, las razones por las que Dios estaba tan airado? De acuerdo al
texto son los siguientes:
1. “…Seré pronto testigo contra los hechiceros…”. La hechicería estaba
prohibida de acuerdo a la ley y quien la practicara estaba abocado a morir por
ser culpable. El término hebreo usado en el texto es kashap28
que tiene los
siguientes sentidos: el primero es “practicar magia”. En esta acepción
Donald T. Moore afirma de manera cierta:
28 Opcit. Strong. Pg. 62.
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“Lo que se buscaba con estas prácticas era aprovecharse de los
poderes sobrenaturales y espirituales para lograr sus propios fines;
así que para ellos, los poderes divinos eran solamente medios para
lograr sus fines y propósitos individuales que con frecuencia son
egoístas aunque puedan ser socialmente buenos o malos. Como
consecuencia con la magia se trataba lograr sus fines "mediante
fórmulas y actos que son considerados intrínsecamente efectivos en
una forma casi determinista.
La actitud de la magia con su conjuro es completamente
contraria. Se acerca a los poderes sobrenaturales y espirituales con
arrogancia y con autosuficiencia. Opera en forma autónoma e
independiente, pues su eficacia emana de las mismas palabras, que
ha de pronunciarse siempre del mismo modo. Forman solamente
otra fórmula más para conseguir sus metas sin pedir o hacer
petición. Se cree en un ritual o conjuro mágico en el cual el orden
de las palabras o cierto tipo de comportamiento tiene la virtud o el
poder de producir determinados resultados. Contiene casi siempre
un mandato y tiene por objeto forzar la comparecencia y la acción
al instante con la que se va a operar.
Demanda lo que quiere; con una fórmula o con sus
conocimientos o con una sustancia especial piensa obligar a los
poderes a acatar a sus anhelos. Exige de ellos lo que propone;
propone y planea coaccionar, controlar y someter lo sobrenatural.
Así se adueña de esa fuerza y poder y lo administra, poniéndolo a
su servicio y utilizándolo para alejar otros poderes.”29
Así mismo considera:
“En la magia no se tiene que confiar en Dios, por eso uno pone su
confianza en su truco, receta, fórmula, palabras rituales,
conocimientos o una sustancia material especial. Sólo eso se
necesita, nada más. Y eso es el objeto de su fe. El poder en la
magia procede del maligno y sus secuaces. El poder del maligno
también produce señales, pero son menores (compare Moisés y los
magos delante del faraón en Ex 7:8-13).”30
De acuerdo a esto, se puede observar que Dios estaba queriendo mostrar a su
pueblo, en especial a sus sacerdotes, que estas prácticas les habían apartado
de Él. Y además, que les había llevado a volverse arrogantes y creer en una
falsa autosuficiencia.
29 En: www.sanadoctrinaonline.org 30 Ibid.
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Dios les había escogido y debían reconocer que solo en Él, podrían
vivir una vida plena; por ello, podrían acercarse a él en petición conforme a
su Voluntad divina; y así, acatar, someterse y rendirse a Dios dispuestos a
reconciliarse con El, obedeciendo siempre con una buena disposición, las
condiciones de Dios.
Sin embargo, estaban llenos de engaño y maldad, trastornando los
caminos rectos establecidos por Dios en su Palabra. Llevaban al pueblo a
desviar su mirada y confianza en Dios, para poder así concebir su voluntad
caprichosa. Este hecho es dado por la gran idolatría que estaba ocurriendo en
la nación judía.
El segundo sentido es: “susurrar un conjuro.” Todo esto iba volviéndose
cada vez más un acto oscuro y sin discernimiento alguno de su parte. Por esta
razón, en este punto se puede dilucidar que Dios estaba contra el mensaje que
pregonaban “que los que hacían el mal estaban agradando a Jehová y su
complacencia está con ellos.” Y lo hacían en voz baja como si el Señor no
fuera a escucharles. Su hipocresía era frontal y sin respeto alguno hacia Él.
Llevaban al pueblo a hacer conjuros con los cuales los ponían bajo
obligación de juramento; además de querer invocar a un ser sobrenatural para
que se manifieste utilizando supuestas palabras mágicas.
Este es un paralelo pagano de la profecía como dice la Escritura: “No sea
hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien
practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador,
ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación
para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones
Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de
Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a
adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios. Profeta de en
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medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él
oiréis.” (Deuteronomio 18.10-15).
Era uno de los intentos humanos de conocer y controlar el mundo y el
futuro, dejando de lado al Dios Único y Verdadero. Siendo lo opuesto a la
verdadera profecía, la cual es esencialmente sumisión a la Soberanía de Dios
(Deuteronomio 18.14).
El último sentido es, “encantador”; y procede del anterior, toda vez que a
través de su mensaje equivocado, estaban encantando al pueblo y llevándole a
pervertirse. Es algo parecido al flautista de Hamelin, el cual encantaba a las
ratas a través de su flauta encantada para sacarlas de aquel pueblo que le
había contratado. Los sacerdotes debían proclamar la verdad, pero estaban
engañando al pueblo con palabras dulces, así como satanás engañó a Eva para
que se alejara de la presencia de Dios y siguiera su propio camino
apostatando de la fe en Dios.
2. “…Seré pronto testigo contra los adúlteros…” Otra de las cosas que
estaban vedadas por Dios a través de sus mandamientos, como dice Éxodo
20.14: “No cometerás adulterio.” Este pecado tiene el sentido de infidelidad
a un pacto. HaShem estaba en contra de un pueblo que estaba siendo infiel al
pacto en dos maneras: física y espiritualmente. Física porque como se ha
descrito anteriormente, estaban dejando a sus esposas judías, por tomar
extranjeras más jóvenes e idólatras. Y debido a eso, estaban siendo infieles
con Dios, por cuanto se dedicaron a adorar y servir a otros dioses.
La lealtad a Dios era de suma importancia. Por ello, se condena a los
sacerdotes idólatras que se postran y juran por Jehová y al mismo tiempo con
otros dioses (Sofonías 1.5).
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El término utilizado es na‟af,31
también tiene el sentido de
“apostatar” y es claro que el sacerdocio levita en este momento se había
salido del camino, y continuaron haciendo un camino paralelo al real
pensando que al transitar por él, arribarían al mismo lugar, no teniendo en
cuenta que llegarían a un destino distinto y el cual no esperaban. La
infidelidad tiene entonces una connotación clara: la apostasía.
3. “…Seré pronto testigo contra los que juran mentira…” Los sacerdotes
estaban conspirando mediante juramento o compromiso entre ellos para
lograr fines ilícitos, especialmente contra Jehová. Shabá, 32
es el término
hebreo que describe el “jurar.” Este indica la afirmación decidida de una
promesa, es como atarse a sí mismo y de manera completa y perfecta, de allí
el sentido de “repetir una declaración siete veces”; es por esta razón, que
muchos relacionan jurar con el número siete, aun cuando no ha sido posible
determinarlo con seguridad. Y “mentira” viene del hebreo Shéquer,33
que
significa “engaño, vanidad, traición, fingimiento”. Tiene el sentido de que lo
que se habla no es cierto, solo es un engaño y no obedece a la realidad.
Al ver ambos significados, se puede observar que el sacerdocio engañaba al
pueblo por la vanidad que existía en sus corazones y no proclamaron la
verdad; por el contrario, ellos afirmaban servir a Dios cuando no era cierto y
declaraban de manera concisa, completa y supuestamente “cierta” que
estaban complaciéndole a Él.
La manera más específica para complacer a Dios es la obediencia, como lo
describe la Escritura: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los
holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?
31 Opcit. Strong. Pg. 83. 32 Ibid. Pg. 128. 33 Ibid. Pg. 139
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Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención
que la grosura de los carneros.” (1ª Samuel 15.22)
Toda persona está llamada, por el Señor y su Palabra, a la sinceridad y
a la veracidad en el hacer y en el hablar. Cada uno tiene el deber de buscar la
verdad y adherirse a ella, ordenando la propia vida según las exigencias de
ella y es triste ver que tan pronto el pueblo había olvidado la ley de Dios dada
a sus padres en la antigüedad cuando dice: “No hablarás contra tu prójimo
falso testimonio.” Lo que hablaban de Dios era precisamente falsear la
verdad y es desobediencia a este mandato divino, lo cual les llevaba también
a engañar al pueblo en general.
Esto involucra: 1) El falso testimonio, el perjurio y la mentira, cuya gravedad
se mide según la naturaleza de la verdad que deforma, de las circunstancias,
de las intenciones del mentiroso y de los daños ocasionados a las víctimas. 2)
El juicio temerario, la maledicencia, la difamación y la calumnia, que
perjudican o destruyen la buena reputación y el honor, a los que tiene derecho
toda persona. Y 3) El halago, la adulación o la complacencia, sobre todo si
están orientados a pecar gravemente o para lograr ventajas ilícitas.
En todo esto estaba implicado el pecado de Israel y su sacerdocio levita. Por
ello no estaban siendo fieles a lo establecido desde el principio en cuanto a la
adoración a Dios y el servicio en su templo.
Por último y no menos importante, se puede expresar entonces, que la clave
se encuentra en las palabras de David a su hijo: “Y tú, Salomón, hijo mío,
conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo” (1ª Crónicas
28.9). ¿Y qué significa servir a Dios con un corazón completo? Significa
amarlo y tener un profundo deseo de conocer y cumplir sus requisitos. Quien
sirve a Dios con todo el corazón anhela seguir su guía y se deja corregir por
Él.
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4. “…Seré pronto testigo contra los que defraudan en su salario al
jornalero…” Defraudar viene del hebreo ashác,34
y tiene el sentido de
“opresión, violencia, robo o ganancia deshonesta.” Los jornaleros u obreros
estaban amparados por la ley, Deuteronomio 24.14 lo afirma de la siguiente
manera: “No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus
hermanos o de los extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus
ciudades. En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues
es pobre, y con él sustenta su vida; para que no clame contra ti a Jehová, y
sea en ti pecado.” Sin embargo estaban siendo oprimidos y sujetos a que su
salario les fuera robado por los principales del pueblo. No les estaban
pagando cumplidamente, y sus familias se veían afectadas para sustentarse.
Si se observa, las cosas están cada vez peor y no era nada halagador lo que
sucedía: se les estaba privando de un derecho fundamental a los que eran
dignos de un salario por el esfuerzo de su labor cotidiana. Por esta razón, el
pueblo estaba decepcionado, pues veían como se les abusaba sin
consideración a través del engaño, y no tenían ya ni siquiera confianza en el
sacerdocio por cuanto su conducta no era la que esperaban. De allí la
posibilidad cierta de que el mismo pueblo se desenfrene, al no haber Palabra
sana ni testimonio real de Dios, no habría por qué someterse a una autoridad
corrupta, la cual no era digna de la menor credibilidad.
“…Seré pronto testigo contra los que defraudan a la viuda y al
huérfano…” Los jornaleros no eran los únicos que estaban siendo abusados,
este segundo grupo era otro de los que Dios había amparado en sus mandatos.
El Salmo 68.5 señala que Dios es: “Padre de huérfanos y defensor de
viudas…” Las viudas formaban el estrato más desfavorecido de la población.
Ellas no recibían ayuda económica o protección social de ningún varón, sea
porque su marido había muerto, sea porque había sido abandonada y quedaba
34 Ibid. Pg. 104.
101
sola, sin padres, hermanos o parientes que cuidaran de ella; por ello, HaShem
es el defensor de ellas.
No menos importantes son los huérfanos. Un huérfano es esa persona
que se quedaba sola porque ninguno de sus progenitores vivía y en el proceso
de crecimiento y desarrollo se encontraba solo. El huérfano estaba
desprotegido, desamparado y era una persona vulnerable, frágil y débil. De
allí que Él se proclamó Padre de ellos.
Deuteronomio 27.19 corrobora la protección divina involucrando una
maldición: “Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del
huérfano y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.” ¿Cómo podían
desconocer la Escritura de esa manera?
5. “…Seré pronto testigo contra los que hacen injusticia al extranjero…”
Este último grupo de personas, estaban constituidos por hombres y mujeres
que no formaban parte del pueblo elegido, ni tenían una patria o un hogar
donde defenderse y vivir protegidos. Pero que Dios había establecido que
Israel debía acogerlos y amarlos, es decir, recibirlos en el espacio de vida y
familia, de clan y de grupo religioso. Ellos merecían respeto y protección
mientras son parte del pueblo y además tenían la posibilidad de terminar
ingresando en la comunidad judía mediante la circuncisión y el asumir
responsabilidades frente al pacto de la Ley.
Pero aún a sabiendas de todo lo que la Escritura decía acerca de los
extranjeros, ellos estaban siendo tratados con injusticia. Este término es
natá,35
en el hebreo y significa “desviar moralmente, pervertir, rechazar”.
Acorde al significado se puede dilucidar que estaban siendo rechazados de
manera que su mal testimonio ponía en entredicho el poder de Dios y por ello
no recibían tampoco un verdadero mensaje de vida, sino de muerte. Por
ende, como no había un Palabra pura de parte del sacerdocio, estaban siendo
35 Ibid. Pg. 87.
102
llevados a desviarse moralmente y pervertir sus caminos junto con ellos. Es
lógico que al habitar en su tierra todo lo malo que sucedía les afectaba
directamente y así seguían empañando el Nombre de Dios. Salmo 86.9
Indica: “Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti,
Señor, y glorificarán tu Nombre.” Con ese ejemplo que estaban dando,
¿Cómo podrían las naciones adorar y glorificar a HaShem? Al existir
extranjeros con Israel, se presentaba la oportunidad de que se cumpliera esta
Palabra, pero su propio pueblo se había convertido en enemigo de su Nombre.
Es de tener en cuenta que en verdad Dios debía testificar muy pronto contra su
pueblo, pues las cosas estaban salidas de orden y ameritaba una intervención a tan
magna apostasía.
Esta situación tenía una causa real: “no tenían temor de Jehová en sus corazones.”
Es decir, no reconocieron el poder y condición de Dios ante ellos, pues su deber era
dar reverencia y debido respeto a Él, manifestado a través de su sumisión y
obediencia. De acuerdo a esto, el temor de Dios es una actitud de reverencia y
respeto hacia Dios, que pasa progresivamente por lo siguiente:
• Una conciencia de que Dios es el dueño de todas las almas, y tiene el poder de
otorgar salvación o condenación.
• Una conciencia de que Dios está permanentemente mirando todo lo que
pensamos, decimos y hacemos, y que Él tiene el poder para premiarnos o castigarnos
de acuerdo a nuestra conducta; lo cual debería motivar a su pueblo el ser cuidadoso y
apartarse del mal.
• Un deseo consciente y permanente de agradar a Dios en todo lo que se hace y no
ofender Su santidad.
• Un reconocimiento humilde de que Él es Dios y el hombre es una creatura, y por
lo tanto, Él es digno de ser temido y reverenciado.
103
El temor de Dios es expresado en la conducta diaria. Sin embargo, esta no fue su
actitud, por el contrario, fueron rebeldes y contumaces, pues su vida diaria estaba
mostrando una oscuridad en sus corazones. Cuando Dios se manifestó al pueblo de
Israel, les dio leyes para que pudieran expresar ese temor y tuvieran una conducta
ejemplar entre el pueblo y hacia otras naciones. La Escritura es clara en eso: “Habló
Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová
vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni
haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en
sus estatutos. Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis,
andando en ellos. Yo Jehová vuestro Dios. Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis
ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová.” (Levítico
18.1-5).
El temor bíblico de Dios para su pueblo, incluye el entender lo mucho que Dios
aborrece el pecado y temer su juicio sobre éste. Es lo que le hace permanecer fiel a
Él alejados del pecado y de los deseos del mundo pagano. Sin embargo, todo aquel
que se aparta del camino del Señor, como pasó con ellos, se cae muy pronto en la
oscuridad de sus propios pensamientos. En medio de esta oscuridad se puede creer
que se piensa, se dice o se hace lo correcto, pero en realidad se resiste a la Voluntad
divina. En esto hay una inevitable soberbia, cuando se ponen los propios
pensamientos por encima de los pensamientos de Dios. A menudo, la razón de esto
es la cobardía y el temor a lo que los demás puedan pensar. Se termina cediendo
ante las tendencias del medio: el razonamiento humano sustituye las leyes de Dios; la
soberbia sustituye la humildad, y ellos se habían hecho señores y jueces sobre las
mismas Escrituras. El trágico resultado de esto es que se produce el cambiar la
verdad de Dios por la mentira.
También es importante decir, que la ausencia de fe es la principal causa de que el
hombre no tema a Dios. Pues, no se tiene la firme convicción de que Dios es el único
que tiene el poder de juzgar la conducta del hombre en su vida terrenal y que su
Palabra es infalible y verdadera, que por esta razón se ha de obedecer sin objeciones.
104
Es así que, la mala actitud: primero del sacerdocio, consistió en que empoderados
en su posición relevante y de autoridad delante del pueblo, creyeron que podían
hacer lo que querían y no les sucedería nada. Y si no había temor de Dios, es
entendible su caída en la seductora propuesta de alejarse del único Dios verdadero y
en su corazón estaba la codicia y disfrute de las mieles del poder y del placer. Y en
segundo lugar, a los que estaban practicando la hechicería, el adulterio, el perjurio y
mentira, el fraude y la injusticia, que se habían enajenado por valores terrenales
paganos, y que no creían ni reparaban en las consecuencias futuras, si les descubrían
su maldad. Algo que sí sucedió, pues Dios lo estaba viendo todo y para cada uno era
la justicia divina.
¿DÓNDE ESTÁ EL DIOS DE JUSTICIA?
Esta expresión fue manifestada en forma de sarcasmo de parte de su amada nación.
En otras palabras: ¡La verdad es que cualquiera puede hacer lo que le venga en gana
sin consecuencias! ¿Qué querían decir? Que no había normas y que todo era relativo.
No existía un Dios de justicia que dijera lo que está bien y lo que está mal.
¿Era todo esto cierto? No, de ninguna manera. Él tenía respuestas concretas, pues Él
es el que Gobierna y el único que puede dar sentencia ante el pecado de sus
escogidos. Lo que debía ser más preocupante para estos es que Él siempre ha
aborrecido el maltrato y la opresión, las mentiras, el hacer fraudes, y otras formas de
maltrato a otros. El hecho de que Dios es Justo representa que consideraría entre el
bien y el mal, y dispondría justicia de acuerdo a sus parámetros; además, debían
comprender que iniciaría el juicio con ellos. Hecho que no esperaban por cuanto
pensaron que Dios iba a castigar a las naciones que tanto les habían causado daño.
Entonces, Clamaban querer justicia, pero encontrarían que la justicia fue algo
confuso e irónico como su misma pregunta, pues se convirtió en un boomerang.
105
Es en este momento donde El Señor comienza a mostrar de qué manera iba a obrar
para cumplir su sentencia en contra de su pueblo. En primera instancia, les dice: “yo
envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí…” (3.1a). Aquí
mensajero tiene la connotación de “aquél que porta la presencia de Dios, su
autoridad y por ende, está representándole, siendo un delegado.” Como lo afirma
Eduardo Calaza Schenkel:
“El tratamiento que hace Malaquías del concepto de “mensajero” en
diversos pasajes permite establecer algunas conclusiones en cuanto a la
función que ocupó su don profético en Israel. En el Antiguo Testamento,
la designación “mensajero” está directamente ligada, por etimología y
uso, al concepto de envío representativo; y uno de los contextos más
comunes para la palabra es el de la actividad política. En los usos del
Cercano Oriente antiguo, los mensajeros eran encargados, tanto de llevar
comunicados entre diferentes reinos, como también de llevar los
mensajes y la voluntad del rey a las comunidades propias de su reino.
Este es el contexto que parece encuadrar el ministerio de Malaquías como
un “mensajero de Yhwh”, puesto que el documento presenta a Yhwh
como el “gran rey” (1:14), y a Malaquías como el mensajero encargado
con un oráculo para su pueblo Israel (1:1).
Lo interesante es notar que Malaquías también aplica este concepto
de “mensajero” –representante y comunicador del rey– a otros individuos
que ejercen otras funciones específicas además del profeta (Mal 1:1; 3:1;
4:5). En el libro encontramos que también los sacerdotes deben ser
mensajeros del Rey Yhwh enseñando y promoviendo sus leyes (2:7); y
además el Ángel del pacto, es el mensajero del Rey Yhwh al estar
directamente relacionado con su pacto (3:1).”36
Como se puede observar, hay una correlación entre el profeta, los sacerdotes y el
mensajero que el Señor estaba prometiendo enviar. Todos en una función de
pregonar el mensaje de la Torá y de la Voluntad de Dios para el pueblo. Veamos el
siguiente cuadro:
Mensajero (Malak) Función
Profeta Comunica mensajes del Rey
Sacerdote Enseña las leyes del Rey
Ángel del pacto Gestiona el pacto del Rey
36 Schenkel Calaza, Eduardo (2012). “mensajero del Señor: lecturas sobre el don profético en
Malaquías.” DavarLogos. Vol. 11, No 1. Pgs. 23-24.
106
El pueblo judío tenía claro en ese momento que Él estaba haciendo una promesa que
ellos entendieron desde la perspectiva de que al fin aparecería a quien tanto habían
estado esperando para que destruyera a las naciones paganas quienes habían
oprimido por mucho tiempo a la nación escogida de Dios.
Ahora en cuanto al cuadro, dice el mismo Eduardo al respecto que:
“El sacerdote no ejerce su función de mensajero en los términos del
profeta. Su labor no es comunicar mensajes específicos o circunstanciales
de parte del Rey, sino enseñar las leyes del Rey Yhwh al pueblo.
La diferencia esencial es que la labor del sacerdote es continua y
oficial; mientras que la del profeta, es extraordinaria y circunstancial.
Esto puede explicar que el surgimiento de Malaquías como profeta esté
relacionado a la laxitud del sacerdocio de esos tiempos. Yhwh debe enviar
un mensajero extraordinariamente para reprender a los sacerdotes que no
enseñan la Torá al pueblo; Malaquías les recuerda que han dejado su
función de mensajeros del Rey, y a raíz de esto, el pacto y el reino se
debilitan (2:6-7).”37
Era necesario que Dios interviniera, por ello el mensajero sería enviado para preparar
el camino para su llegada al templo. Ellos lo deseaban, y Jehová responde con una
descripción escatológica de su venida, la cual sería precedida por la llegada del
mensajero. La tarea de éste era simplemente despejar el camino antes de que Él
mismo llegara, después de lo cual vendría a juzgar a su pueblo. Entonces, el
mensajero de Jehová prepararía el camino a través de una proclamación que podría
sólo ser ignorado a costa del juicio divino. Además es importante determinar que el
enviado sería tanto profeta como sacerdote.
En segundo lugar, Dios les dice: “…y vendrá súbitamente a su templo el Señor a
quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros.” (3.1b). En
esta parte del texto, se hace referencia a la venida del Señor, el cual era Jehová quien
les hablaba, a quién ellos estaban adorando con sus sacrificios, a quien debían sus
propias vidas y de quien esperaban cumpliera sus promesas antiguas. Asimismo se
hace referencia a un segundo mensajero. Por ello, cabe establecer que el primero
37 Ibid. Pg. 24.
107
tenía nada que ver con éste, no era el mismo, toda vez que se le describe como el
ángel del pacto. Además, ningún mensajero podría prepararse así mismo un camino;
por el contario, su labor era el ser enviado por delante de sus reyes o señores para
despejar los caminos para su llegada.
Por otro lado, cabe observar que: “la mención e intervención del ángel del pacto
como mensajero, es distinta a las del profeta y sacerdote, pero tiene su punto de
encuentro con estas en que también se relaciona directamente con el reino y el pacto
de Jehová. El pueblo ha cuestionado la justicia del reino de Dios, y Malaquías
anuncia que el Ángel vendrá en el día Jehová, representando a Jehová, y entrará a
Su templo para realizar un juicio para vindicar a Jehová y reafirmar la justicia de
su reinado. Lo que conecta, entonces, a los tres “mensajeros” (profeta; sacerdote;
Ángel), es que los tres ministran a favor del reino de Yhwh especialmente como
protectores del pacto entre Yhwh y su pueblo. Pareciera que el pueblo no puede
quedar sin mensajeros. Si la institución oficial (sacerdotes) no cumple con su
función de ser mensajeros del Rey enseñando su Toráh, entonces Yhwh llamará la
atención de su pueblo y lo pastoreará mediante mensajes extraoficiales a través del
don profético. En este sentido, se podría decir que el don profético surge en Israel
cuando el pueblo deja la Torah.”38
Se puede decir entonces que: en el texto se predice la venida de un profeta humano y
sacerdote a la misma vez, que preparará el camino para el Sacerdote Real divino a
quien el pueblo esperaba con gran expectativa y quien les redimiría. El deseo de
Dios de establecer a Israel como un reino obediente de sacerdotes y un pueblo que
proclamara su Palabra, le lleva a darles la promesa que les visitaría con su gloria.
Ahora, esa gloria de Dios prometida con su presencia en el templo traería ciertos
compromisos para Israel. De allí que el profeta, trae a colación dos preguntas
bastante dicientes: “¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? o ¿quién
38 Ibid. Pg. 25.
108
podrá estar en pie cuando él se manifieste?” (3.2a) Estas hacen alusión al día de
Jehová, el cual está caracterizado por el juicio de Dios: “Día de tinieblas y de
oscuridad, día de nublado y de densa niebla...grande es el día de Jehová, y muy
terrible.” (Joel. 2.2, 11, 31)
La visita repentina, cuando no lo esperaran, de Dios a su pueblo no iba a ser bajo una
perspectiva de prosperidad inigualable y libertad de la subyugación de las naciones
opresoras; su intención era el beneficio real de una nación que estaba: 1) buscando su
propia conveniencia, 2) adaptando a Dios a sus ambiciones y egoísmo. Hecho que se
dio a través de la fabricación de una especie de dios en sus corazones que no era el
verdadero Señor y Dios, cayendo así en la idolatría; 3) apostatando, pues decían
conocer a Dios pero no discernían su Carácter Santo y Justo; 4) pensando que Él
estaba complacido con la vida pecaminosa de su pueblo y se había olvidado de lo que
era justo según ellos; 5) creyendo que la gente no tendría consecuencias al vivir de
cualquier manera, pues nadie les iba a pedir cuentas y/o castigar y 6) proclamando
que todo era relativo, pues no creían que hubiera una verdad absoluta que pudiera
guiarles en su diario vivir.
Este beneficio, descrito como real, trataba de la restauración de sus vidas como
pueblo y de su servicio de adoración a Él. El mensajero que prepararía el camino
para el Señor, haría un llamado al pueblo rebelde de justicia propia al
arrepentimiento. El quitaría los bloques de tropiezo espiritual de justicia propia, la
arrogancia, la incredulidad, y la perversidad.
El segundo mensajero denominado el Ángel del pacto, tiene funciones muy claras: en
primer lugar es el revelador de la Voluntad de Dios como Padre y Señor de su
pueblo. Y segundo, era quien llevaba a cabo a la perfección la Voluntad misma de
Dios. De acuerdo a esta descripción, es necesario destacar que se ha encontrado que
es el mismo que se menciona como el Ángel de Jehová en otras partes del Antiguo
Testamento (Jueces 2.1-4). Este tiene características muy peculiares que solo pueden
109
ser atribuidas a Dios: autoridad para perdonar pecados (Éxodo 23.19-21), acepta
adoración (Josué 5.14-15) y sacrificios (Jue. 13:19-23).
Ante este panorama solo que da determinar que Dios mismo era quien vendría a su
pueblo y cumpliría su misión. Pero… ¿cuál era esa misión? Para entender la labor
que debía realizar es importante ver por un momento el retrato que se hace de él:
“…Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.” (3.2b). De
acuerdo a ello, se establece una relación con el resto del texto, el fuego purificador
refina el oro y la plata; y el jabón de lavadores los lava. Bíblicamente el fuego se
utiliza en dos formas: una para consumir y otra para refinar. En este caso, había
esperanza para el pueblo judío, pues el Señor como fuego refinador no les destruiría
indiscriminadamente como lo hace el incendio forestal, y no les consumiría por
completo como el fuego incinerador. El fuego refinador refina, purifica, derrite la
barra de plata u oro, separa las impurezas que arruinan su valor, las quema dejando al
oro y la plata intactos. Por lo tanto, debían tener claridad de que la pureza y santidad
siempre serán temibles. Pues deberían tener una sensación de “temor y temblor” en
el proceso de llegar a ser purificados. ¿Esperaban un juicio? Era este, uno que les
ayudaría a vivir bajo los parámetros divinos. Así mismo, cuando refiere al jabón de
lavadores, estaba hablando de ese proceso a través del cual pisaban, abatían y
amasaban la ropa con una sustancia alcalí, que utilizaban, para purificarla por
completo dejándola intachable
Como se puede ver, en ambos casos, el propósito final era purificar. Una ilustración
que ayuda a entender es la siguiente: “Un día una mujer curiosamente visitó un
taller de producción de objetos de plata. Mientras ella observaba al orfebre
sostener una pieza de plata sobre el fuego dejándolo calentar intensamente, él
explicaba que para refinar la plata, debía ser sostenida en medio del Fuego donde
las llamas arden con más fuerza…ya que esta es la única forma de extraer toda
impureza que lleve con ella. Le preguntó al platero si era cierto que él debía
permanecer sentado frente al fuego durante todo el tiempo que la plata era refinada.
El hombre respondió, Si…y no sólo debía estar ahí sentado sosteniendo la plata,
110
sino también debía mantener sus ojos fijamente en ella durante el tiempo que está
en el fuego…si la plata fuese dejada un instante más de lo necesario, sería
destruida… se mantuvo en silencio por un momento y luego preguntó: ¿Cómo sabe
cuándo ya está completamente refinada?…Él sonrió y respondió: Ah, muy simple,
cuando puedo ver mi imagen reflejada en ella dijo el orfebre.”
Una vez más entonces queda claro que la idea e intención de Jehová, Dios
Todopoderoso, no era extinguir a su pueblo, si no que su amor le impelía a
transformarlo, por ello sus palabras de juicio involucran la idea de limpiar sus
pecados por causa de su alejamiento del pacto. El juicio comienza por casa, y Dios
necesitaba recomponer el camino de sus siervos, los hijos de Leví, purificándoles y
también, su deseo era capacitarles para la labor de su alto y sublime llamamiento
sacerdotal. De allí que se tomaría el tiempo necesario para hacerlo: “se sentaría y
minuciosamente sacaría las impurezas de sus hijos para que ellos pudieran
presentar nuevamente sacrificios puros y santos en su presencia como lo hicieron en
la antigüedad.”
Por último, Dios muestra uno de sus atributos más sublimes: su Inmutabilidad. Les
dice con voz firme: “…Yo Jehová no cambio…” Una expresión que se da en medio
de una respuesta divina, la cual busca ejecutar el juicio pedido, debido al fracaso de
sus mensajeros, y que Dios se apersonaría como ese Juez terrible contra quienes han
violado el pacto. Él purificará a Israel y refinará a sus sacerdotes quienes corregirán
sus faltas y así serán aceptados sus sacrificios.
Como se ha mencionado anteriormente, el Nombre de Dios representa: su Presencia,
su Carácter, su Poder y su Autoridad; y cuando Él afirma que no cambia, quiere decir
que el juicio divino será una realidad. Es decir, en esta situación, la Inmutabilidad de
Dios significa que Dios seguirá con el juicio. También significa que Dios seguirá
adelante con Su promesa de salvación.
111
Hablar de este atributo, el cual es inexpresable, implica indicar que: en primer lugar,
Dios nunca dejará de cumplir su Voluntad por causa de un cambio en su poder para
cumplir Sus propósitos. Es decir, El Dios inmutable, no puede y no alterará su
Palabra o cambiará su opinión para revertir las consecuencias que recién Él ha
pronunciado por causa del pecado de Israel. Segundo, Él es inmutable con respecto a
su carácter o atributos, fue, es y será el mismo. Y tercero, Él termina lo que empieza.
Es desde esta perspectiva que se presenta a Dios en Malaquías, y es obvio que al no
cambiar, por esta razón el pueblo no había sido consumido…Él es fiel a sus
promesas, Él es el Dios de pactos. Su memoria histórica le llevaba a tener en cuenta
lo hecho con Abraham, Isaac y Jacob sus siervos. Además de haber escogido a los
Levitas como sacerdocio perpetuo ante Él.
En resumen, a pesar de todo esto, los judíos aún siguen esperando ese mensajero que
prepararía el camino al Señor y mensajero del pacto, quien habría de hacerles
justicia. Y así mismo, es de resaltar que Dios juzgará los corazones de quienes dicen
servirle pero no le temen. Sin la gloria de su presencia no se puede distinguir quien
sirve a Dios de corazón sincero y quien lo hace solo de labios. Cuando se cubre o se
esconde el pecado para proteger una reputación, se pone un velo sobre el corazón.
Se piensa equivocadamente que este velo hace parecer puro a quien lo tiene, cuando
no es real. Eso se llama hipocresía, engañándose a sí mismo y a los demás.
La verdadera satisfacción del pueblo se encontraba en las cosas en vez de hallarla en
el Señor, en cosas que se oponen al Señor. Además, por ser un pueblo pecaminoso,
se darían cuenta de que la venida del Señor traería juicio en lugar de alegría. Sin
embargo, y aunque fuera así, Él vendría no para consumir o destruir si no para
restaurar a su amado.
112
LA IGLESIA HOY SE CANSÓ DE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS Y
ESTÁ MURIENDO EN LA APOSTASÍA
En este aparte, en honor a la verdad, se hace menester tener presente el diagnóstico
que hizo John McArthur en un artículo sacado de su libro “La fe temeraria: Cuando
la Iglesia pierde su voluntad de discernir.”39
Equiparado con la situación del
sacerdocio judío y la actitud del pueblo, no estamos tan lejos de estar viviendo en la
misma realidad de antaño en la iglesia de hoy, la cual es muestra de que se ha
cansado de vivir bajo la Voluntad de Dios y está deshonrando el Nombre de Cristo
sin consideración alguna. Él la describe de la siguiente forma:
El discernimiento verdadero ha sufrido un terrible revés en las últimas
décadas, porque la razón misma ha estado bajo ataque dentro de la iglesia.
En consecuencia, la fe temeraria o fe insensata está asolando a la comunidad
evangélica. Mucha gente descarta la sana doctrina en favor de la experiencia
meramente personal. Otros declaran estar dispuestos a ignorar puntos
doctrinales importantes y distintivamente bíblicos, para conseguir el logro de
la unidad externa de todos los cristianos profesantes. El verdadero
cristianismo, caracterizado por una fe bíblica e inteligente, parece estar
disminuyendo, incluso entre los evangélicos más conservadores.
Abandono de la verdad objetiva
La iglesia visible en nuestra generación se ha hecho sorprendentemente
tolerante para las enseñanzas aberradas y las ideas extravagantes, y
terriblemente intolerante para la sana doctrina. En la concepción popular
evangélica la “verdad” se ha hecho casi por completo subjetiva. La verdad es
vista como fluida, siempre relativa y nunca absoluta. Sugerir que algún
criterio objetivo deba o pueda usarse para distinguir la verdad del error, es
algo notoriamente fuera de sintonía con el espíritu de la época. Y en algunos
círculos, hasta la misma Escritura se descarta como pauta fiable de la verdad.
Después de todo, si la Biblia puede ser interpretada de muchas maneras, se
oye, ¿quién puede decir cuál de todas sea la correcta? Muchos incluso creen
que hay o puede haber una verdad aparte y más allá de la Biblia.
Todo este relativismo ha tenido efectos desastrosos en la capacidad del
cristiano promedio para discernir lo verdadero de lo falso, lo cierto de lo
equivocado, lo bueno de lo malo. Las más claras enseñanzas de la Escritura
están siendo cuestionadas, hasta por gente que se declara creyente en la
39 MCArthur, John. Artículo: “Guerra contra la razón”. Traducido por: Alberto Mansueti. 1994.
www.contra-mundum.org. Pgs. 1-13.
113
Biblia. Por ejemplo, algunos cristianos ya no están seguros de sí la
homosexualidad debería ser clasificada como pecado. Otros argumentan que
la agenda feminista sí es compatible con el cristianismo bíblico. Y a diario
los medios de prensa “cristianos” (radio y TV, libros, revistas etc.) nos
disparan una mezcla heterogénea de ideas, algunas temerarias, extravagantes
y caprichosas, otras francamente absurdas, y otras decididamente peligrosas.
Y el cristiano común y corriente está deplorablemente mal preparado para
distinguir y separar las mentiras de la verdad. Incluso sugerir que se requiere
una selección entre la mentira y la verdad, ya es visto por muchos como algo
peligrosamente “intolerante”. Y en todas partes hay la idea de que cualquier
disputa sobre doctrina es cosa intrínsecamente mala. La preocupación por la
ortodoxia se considera incompatible con la unidad cristiana. La doctrina
misma se etiqueta como divisiva, y quienes plantean cuestiones de doctrina
son vistos como deficientes en el amor. No se permite criticar a nadie por sus
creencias, no importa si esas creencias son o no bíblicas.
En el mundo evangélico de hoy está permitido defender las doctrinas menos
convencionales y más antibíblicas, siempre y cuando no se critique a nadie.
El único tabú hoy en día es señalar los errores de los demás, y la intolerancia
es únicamente para quienes osamos hacerlo. Cualquiera que hoy se atreva a
sugerir que las ideas o doctrinas de alguien son erróneas o no bíblicas, se ve
tachado de inmediato como polémico, divisivo, falto de amor, o incluso “no
cristiano”. Hay completo derecho a profesar cualquier punto de vista; pero lo
que no está bien es criticar a otra persona los suyos.
Cuando la tolerancia es un valor superior a la verdad, es obvio que la causa
de la verdad siempre sufre. La Historia de la Iglesia lo muestra. Sólo cuando
el pueblo de Dios ha montado una defensa robusta de la verdad y de la sana
doctrina, la iglesia ha florecido y crecido con fuerza. Ejemplos tenemos
varios: la Reforma, la era de los “puritanos”, y el Gran Avivamiento. En
cambio los tiempos de decadencia siempre se han caracterizado por un
excesivo énfasis en la tolerancia, el cual inevitablemente conduce al
descuido, a la prevalencia de lo mundano, a las concesiones en asuntos
doctrinales, y a una enorme confusión.
Deriva en un mar de subjetividad: existencialismo
La iglesia pierde sus amarres en esta época, y eso plantea hoy mayores
peligros que nunca. Porque en los últimos 100 años, el mundo ha cambiado
súbita, dramática, y muy aterradoramente: la gente ya no ve la verdad como
antes; vivimos bajo el imperio de una filosofía que se ha vuelto hostil a la
idea misma de verdad, de la verdad como algo absoluto.
No siempre fue así. Desde el principio de la historia hasta el pasado siglo
XX, casi toda la filosofía humana asumía la verdad, absoluta, como algo
necesario. La verdad se entendía universalmente como lo que es verdadero y
no falso, cierto y no erróneo, correcto y no incorrecto, moral y no inmoral,
justo y no injusto, bueno y no malo. Prácticamente todos los filósofos desde
la época de Platón suponían la objetividad de la verdad. ¿En qué consistía la
114
misma Filosofía, sino en la búsqueda de la verdad, de su máxima
comprensión y expresión? Este ejercicio de investigación se presumía que
era posible, incluso necesario. La verdad era algo que podía y debía ser
entendido del mismo modo por toda persona. ¡No quiere decir que todos
estaban de acuerdo en qué cosa era verdad en cada caso, por supuesto! Pero
casi todos estaban de acuerdo en que lo que fuese verdad, sería verdad
objetivamente y para todo el mundo.
Todo eso cambió en el siglo XX con el surgimiento del existencialismo. Esta
filosofía rehúye una definición precisa, pero incluye el concepto de que toda
verdad, incluso la más superior, es subjetiva y no objetiva: que tiene su
origen y ser en la mente de las personas, y no es algo que existe en la
realidad externa, fuera del individuo. Se exalta la experiencia individual y la
elección personal, y se minimiza o descarta cualquier criterio absoluto de
verdad, bondad, moralidad y ese tipo de cosas. Podríamos con precisión
caracterizar el existencialismo como el abandono de la objetividad. Por eso
es intrínsecamente anti-intelectual, contrario a la razón, irracional.
La verdad se arroja y se disuelve en el reino de la pura subjetividad, incluso
hasta los puntos de lo absurdo y de la demencia. Todo se vuelve relativo; los
absolutos desaparecen. La diferencia entre lo verdadero y lo sin sentido se
hace no significativa, y lo único que importa es la experiencia individual. Y
la experiencia de una persona es tan válida como la de otra, incluso si las
distintas experiencias subjetivas de todo el mundo llevan a concepciones
contradictorias de la verdad. “La verdad que es cierta para mí” puede ser
diferente de la verdad de otro. De hecho, nuestras creencias pueden ser
obviamente contradictorias, y la “verdad” subjetiva de otra persona de
ninguna manera invalida la mía. Porque “la verdad” es autenticada por
experiencia personal, y relevante sólo para el individuo que da el salto de fe.
Eso es el existencialismo.
El existencialismo cristiano o neo-ortodoxia, niega la base objetiva de la
verdad esencial, que es la verdad absoluta y la autoridad de las Escrituras,
por eso la Neo-ortodoxia debe ser entendida como un Pseudo-cristianismo.
Esta habla de la primacía de la “autenticidad personal”, y minimizan o
niegan la importancia de la verdad objetiva.
La actitud neo-ortodoxa hacia la Escritura es un microcosmos de la filosofía
existencialista entera: la Biblia misma no es objetivamente la Palabra de
Dios, pero “se hace” Palabra de Dios cuando me habla a mí de forma
individual. En la neo-ortodoxia, el subjetivismo se superpone a todas las
doctrinas del cristianismo histórico. Se emplean palabras conocidas, pero se
redefinen o se usan a propósito de un modo vago, no para transmitir su
significado objetivo, sino para comunicar un cierto simbolismo, que es
subjetivo, y así debe interpretarse. Después de todo, cualquier “verdad”
expresada en términos teológicos es aplicable sólo al creyente. Lo que la
Biblia dice objetivamente ya no tiene importancia. “¿Qué significa para mí?”
es el tema relevante. El lenguaje de los teólogos neo-ortodoxos a menudo
suena como si reafirmaran las creencias tradicionales, pero su sistema difiere
radicalmente de la fe cristiana tal como fue la comprendida en la Historia del
115
Cristianismo. Y al negar la objetividad de la verdad, toda la teología queda
relegada al reino del relativismo más subjetivo. Es la teología perfectamente
adecuada para la edad en que vivimos; y por eso es tan mortal, precisamente.
Misticismo: la irracionalidad tiene consecuencias
El misticismo es la idea de que la realidad espiritual está dentro de uno
mismo y se encuentra “mirando a tu interior”. El misticismo es muy acorde
con el existencialismo religioso; de hecho, es consecuencia inevitable del
existencialismo. La mística desdeña la comprensión y el entendimiento
racionales, y en su lugar busca la verdad a través de los sentimientos, la
imaginación, las visiones personales, las voces interiores, la iluminación
privada, y otros medios igualmente subjetivos. La verdad objetiva se hace
prácticamente superflua. Las experiencias místicas son auto-autenticadas, es
decir, no están sujetos a ningún tipo de contrastación, examen o verificación
objetiva. Son únicas para la persona que las experimenta. No surgen de un
proceso racional ni dependen de razón para justificarse, así que son
invulnerables a cualquier refutación por medios racionales.
la experiencia convence al místico de tal manera y hasta tal punto que
simplemente no puede dudar de su valor y la exactitud de lo que él cree que
es. [...] En su forma más cruda, esta posición afirma que creer en algo lo
hace real. La idea es que la realidad última es puramente mental, y uno es
capaz de crear cualquier realidad conforme a sus deseos. Así el místico
„crea‟ por su cuenta la verdad, a través de su experiencia. En una forma
menos extrema, el punto de vista parece ser que hay „realidades alternas‟,
unas tan reales como las otras, y que en ellas el místico se „sumerge‟ en sus
experiencias. Cualquiera sea la forma en que se vea, el criterio de la verdad
se queda como una experiencia puramente privada y subjetiva, sin medios de
verificación ni de defensa y prevención contra el error. El místico se ve por
encima de los demás, y de sus interrogantes o cuestionamientos. Resultado
práctico: es casi imposible razonar con un místico convencido, que por lo
general se coloca por fuera del alcance de la razón.
El misticismo es por lo tanto la antítesis de discernimiento, una de las formas
extremas de la fe sin prudencia. Es la gran mescolanza en la que se sintetizan
la Neo-ortodoxia, el movimiento carismático, los evangélicos anti-
intelectualistas, e incluso algunos sectores del catolicismo romano. Surgen
tendencias como “la tercera ola”, movimiento neo-carismático con énfasis
dominante en las señales, prodigios, milagros y profecías personales; la
Renovación Carismática, que combina las enseñanzas del monasticismo, la
mística antigua, las religiones orientales y otras tradiciones espirituales; la
“guerra espiritual”, que busca confrontación directa con potencias diabólicas,
y el movimiento de las “profecías” o revelaciones privadas, que alienta a los
creyentes a buscar señales extrabíblicas que supuestamente proceden
directamente de Dios.
El influjo de la mística también ha abierto a la iglesia evangélica a la
penetración de conceptos típicos de la “Nueva Era”: control del pensamiento
y “visualizaciones” (visiones), sanidad interior, comunicación con los
116
ángeles, “canalización”, interpretación de los sueños, pensamiento positivo y
“confesión positiva”, y gran cantidad de otras nociones, prácticas y
“terapias” que procedan directamente del ocultismo esotérico, chamanismo y
religiones orientales.
En otras palabras, la Neo-ortodoxia atacó la inspiración objetiva de la
Escritura; el misticismo evangélico ataca la interpretación objetiva de la
Escritura. El efecto o resultado práctico es igual y el mismo. Al adoptar el
relativismo existencialista, los evangélicos pierden las riquezas que costaron
tan ardua lucha. Si podemos obtener una guía significativa de personajes que
aparecen en nuestras fantasías, ¿por qué molestarnos con lo que la Biblia
dice, no dice o quiere decir? Si vamos a ignorar o incluso rechazar el
veredicto bíblico contra la homosexualidad, ¿qué diferencia hay si el
tratamiento literal del asunto en las Escrituras es exacto o no? Si hay
profecías personales, visiones, sueños, y seres angélicos disponibles para
darnos orientación espiritual inmediata (“nueva revelación”, se le llama a
menudo) a quién le importa si la Escritura está exenta de error, en todo o
parte?
El misticismo anula además la Escritura, apartando a la gente de la Palabra
de Dios como único objeto confiable de fe. Advirtiendo sobre los peligros
del misticismo, Schaeffer escribió: “Probablemente la mejor manera de
describir este concepto de la teología moderna es como „fe en la fe‟, en lugar
de fe dirigida a un objeto real.... Hoy la gente no habla sobre el objeto de su
fe, sólo de su fe misma. Así puede conversar sobre la existencia de su fe y su
„tamaño‟, ya que existe contra toda razón, y eso es todo. La fe del hombre
moderno se vuelve hacia adentro.... Su fe es introvertida, porque no tiene
ningún objeto cierto... su racionalidad no está abierta a la discusión. Esta
posición, sugeriría yo, es en realidad de una mayor desesperación y
oscuridad que la del suicida.”
Pero la fe del místico es una ilusión. La verdad “cierta para mí” es
irrelevante para cualquier otra persona, porque carece de cualquier base
objetiva. Por tanto, en última instancia la fe existencial es absolutamente
incapaz e impotente para levantar a nadie por encima del nivel de la
desesperación. Todo lo que puede hacer la persona es buscar siempre más
experiencias, más fuertes, y más sentimientos. Multitudes se encuentran
atrapadas en el desesperado ciclo de alimentarse de una experiencia, y buscar
afanosamente la siguiente. Tales personas no tienen un concepto real de la
verdad, sino que sólo “creen”. La suya es una fe temeraria, sin prudencia.
Las tradiciones religiosas extra-bíblicas: objeto de la fe
Este tipo de fe es imprudente también, ya que somete la Palabra de Dios
escrita a la tradición oral, la autoridad de la iglesia, o algún otro criterio
humano. Es una confianza incondicional en una autoridad religiosa terrenal.
En esa fe rara vez se desecha por completo las Escrituras, pero al forzar a la
Palabra de Dios en el molde de una tradición religiosa, se invalida la Palabra
de Dios y no rinde efecto (Mateo 15.6). Por eso, los que se contentan con
escuchar crédulamente a una voz de la autoridad humana en lugar de la
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Palabra de Dios y dejar que hable por sí misma, no pueden discernir. La suya
es una fe temeraria e irracional.
En la fe temeraria identificamos el extremo hacia “tu propio yo interior”
como misticismo. Podríamos llamar a este otro extremo el de la “tradición
aprendida”, en el sentido de “aprendida de memoria” y rutinaria, o que se
sigue por rutina. En Isaías 29:13 es precisamente como Dios mismo lo hace:
“Este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su
corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de
hombres que les ha sido enseñado…”
En la Escritura sólo hay condena para la tradición de memoria. Rituales
religiosos, formalismo sacerdotal, liturgia de un libro etc., no son lo mismo
que adoración. El culto real, como la fe real, debe ocupar la mente. Jesús
dijo: “Los verdaderos adoradores adorarán al Padre... en espíritu y verdad,
porque el Padre busca que los tales le adoren” (Juan 4:23). ¿No es la
tradición memorizada el mismo error por el que Jesús condenó a los
fariseos? Les dijo: “Con razón profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como
está escrito: 'Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos
de mí. En vano me honran. Enseñando como doctrinas mandamientos de
hombres‟. Dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los
hombres”. También les dijo: “Ustedes dejan a un lado el mandamiento de
Dios para guardar vuestra tradición” (Marcos 7:6-9).
La tradición rutinaria es como la mística: tampoco pasa por la mente. Pablo
dijo a los judíos aferrados sus vacías tradiciones religiosas: “Porque yo les
doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia,
no se han sujetado a la justicia de Dios…” (Romanos 10:2-4). Su problema
no era la falta de celo. No era que carecían de entusiasmo, en el plano
emocional, o tenían pereza para la práctica religiosa. La cuestión es que el
celo que mostraban para la tradición de sus padres “no es conforme a
ciencia”. Ellos no eran lo suficientemente exigentes en materia de
conocimiento, y por lo tanto su fe en sí era deficiente.
Si se puede notar, la iglesia no es ajena a la apostasía de Israel en el tiempo del
profeta que fue usado por Dios en el libro de Malaquías. Prácticamente es ver como
un espejo que refleja la misma imagen: un pueblo sumido en la negación de honrar a
su Señor y Padre, y de obedecer su Palabra con todo el corazón y cumplir así con el
mandato divino de “amar al Señor Dios con todo el corazón, fuerzas, alma y ser.”
¿Hasta cuándo continuará esta situación? Como lo diría el mismo John McArthur al
final de su artículo: “Hasta que los Cristianos recuperemos la determinación firme
de probar y juzgar todo por la regla de las Escrituras, rechazando lo que es falso y
erróneo, y adhiriendo a lo que es verdadero y cierto, la lucha de la iglesia fallará, y
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nuestro testimonio a un mundo en pecado se perturbará. Pero si la iglesia se
levanta, y defiende la verdad de la Palabra de Dios contra todas las mentiras de este
mundo malo, entonces empezaremos a ver el poder de la verdad “que nos hace
libres” (Juan 8:32).40
40 Ibid. Pg. 12.
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CONCLUSIÓN
Para concluir este capítulo, es importante resaltar el atributo de la Inmutabilidad de
Dios como parte esencial de su justicia eterna, y que le lleva a cumplir fielmente con
sus planes y propósitos hacia su pueblo. Claude Duval Cole lo describe de la
siguiente manera:41
LA INMUTABILIDAD DE DIOS
“¡Porque yo, Jehová, no cambio!” (Malaquías 3:6, RVA). La mutabilidad pertenece a
toda la creación, la inmutabilidad pertenece exclusivamente a Dios. Los cielos
visibles a menudo cambian su apariencia; a veces están despejados y en otras
ocasiones se llenan de nubes y de oscuridad. La faz de la tierra cambia su apariencia
en las distintas temporadas del año. La tierra también ha experimentado un gran
cambio desde la época del diluvio y experimentará otro gran cambio que será
realizado a través del fuego (2Pe. 3:5-10). Los ángeles en su primer estado estaban
sujetos a cambio, tal como la apostasía de muchos de ellos lo demostró. Los ángeles
elegidos no han cambiado, han sido confirmados en santidad. Pero esto no es debido
a su naturaleza, sino a la gracia electiva de Dios en Cristo, quien es la cabeza de todo
principado y potestad (1Tim. 5:21; Col. 2:10).
Y cuando consideramos al hombre, la cúspide de la creación, su mutabilidad es tan
evidente que no se necesita ninguna prueba de ello. ¿Cuál persona no ha sido afligida
frente a la realidad de la mutabilidad humana? Muchos de nosotros sabemos lo que
significa ser alabado hoy y calumniado mañana, por los mismos labios. Cambio y
deterioro veo en derredor; ¡Oh, que Aquel que nunca cambia, permanezca conmigo!
La base de la esperanza de estas palabras es la inmutabilidad del Dios que es el
mismo ayer, y hoy y para siempre.
41 OpCit. Cole Duval, Claude. Pg. 26.
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DIOS ES INMUTABLE EN SU NATURALEZA
Dios es llamado: “...Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de
variación” (Santiago 1:17). Dios no puede cambiar para mal porque es eternamente
Santo. Dios no puede cambiar para bien, porque Él ya es perfecto. El tiempo no
efectúa ningún cambio en Aquel que es eterno. El Dios autoexistente y autosuficiente
no es afectado por el paso del tiempo, ni por el envejecimiento. “¿No lo has sabido?
¿No has oído que Jehová es el Dios eterno que creó los confines de la tierra? No se
cansa ni se fatiga, y su entendimiento es insondable” (Isaías 40:28).
DIOS ES INMUTABLE EN SUS ATRIBUTOS
El poder de Dios siempre es el mismo porque las Escrituras hablan de su poder
eterno (Rom. 1:20). No hay ningún incremento en su conocimiento porque
“conocidas a Dios son todas sus obras, desde el principio del mundo” (Hech.15:18).
Su amor es inmutable (Jn.13:1; Rom. 8:35-39; Jer. 31:3) y su misericordia
permanece para siempre (Sal.136). Su veracidad es inmutable porque El no puede
mentir (Ti. 1:2). Su santidad no puede ser manchada y su fidelidad nunca falla.
Aunque Dios ha derramado una abundancia de bendiciones sobre sus criaturas, y ha
dado tantas buenas dádivas a los hombres, su bondad es todavía la misma que no ha
disminuido en nada.
DIOS ES INMUTABLE EN SUS DECRETOS
Los propósitos de Dios son eternos. Dios nunca toma nuevas resoluciones ni
tampoco hace nuevos decretos, porque sus consejos son eternos. Dios nunca pasa un
“próspero año nuevo” porque Él siempre es bendito y feliz. Sus propósitos no pueden
ser frustrados porque “el consejo de Jehová permanecerá para siempre; los
pensamientos de su corazón por todas las generaciones (Sal. 33:11). “Muchos
pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá”
(Proverbios 19:21). “Jehová de los ejércitos juró, diciendo: Ciertamente se hará de la
manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado” (Isaías
14:24). “Empero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, é
hizo” (Job 23:13).
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CUESTIONARIO
1. ¿Qué significado tiene que Dios esté cansado de su pueblo?
2. En qué consistía la réplica del sacerdocio judío al cuestionar: ¿en qué te
hemos cansado?
3. ¿Qué relación tiene Proverbios 6.16-19 con lo que ellos proclamaban al
pueblo? Explique.
4. ¿Cuáles eran los motivos de la consternación divina? Explique.
5. ¿Cuál era el sentido de la pregunta de los Levitas en cuanto a la Justicia de
Dios?
6. ¿Cuál era la correlación existente entre Profeta, Sacerdote y Ángel del
Pacto? Explique.
7. ¿Qué significado tenía para los judíos, la promesa del mensajero que
enviaría y el Ángel del pacto? ¿Qué implicó para Israel?
8. ¿De qué manera se ha cansado la Iglesia en hacer la Voluntad de Dios? Y
¿Los Ministros del Evangelio en qué han caído hoy?
9. ¿De qué manera es importante el atributo de la Inmutabilidad divina tanto
para Israel como para la Iglesia hoy? Explique.
ENSAYO
De acuerdo al diagnóstico de John McArthur, realizar un ensayo de no más de cinco
páginas que muestre la manera como la iglesia está experimentando lo descrito por él
hoy.
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LECCIÓN SEIS
¡NO SE HAN VUELTO A MÍ!
“La apostasía carcome y muchas veces no ocasiona
dolor, de ahí que hay numerosos apóstatas que creen
que están en tierra firme, en el camino correcto,
pero lo que realmente está sucediendo es que
están cayendo al abismo sin darse cuenta”
(Pr. Hiram Almirudis)
INTRODUCCIÓN
Para iniciar este capítulo, es interesante hacerlo con el siguiente testimonio de vida:
En una entrevista que le hicieron a la hija de Billy Graham en el Early
Show, Jane Clayson le preguntó, "¿Cómo pudo Dios permitir que sucediera esto?"
(Se refería a los ataques del 11 de Septiembre). Anne Graham dio una respuesta
sumamente profunda y llena de sabiduría. Dijo: "Al igual que nosotros, creo que
Dios está profundamente triste por este suceso, pero durante años hemos estado
diciéndole a Dios que se salga de nuestras escuelas, que se salga de nuestro
gobierno y que se salga de nuestras vidas. Y siendo el caballero que Él es, creo que
se ha retirado tranquilamente. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé Su
bendición y Su protección cuando le hemos exigido que nos deje estar solos? A la
luz de ciertos sucesos recientes... ataques de terroristas, balaceras en las escuelas,
etc., creo que todo comenzó cuando Madeleine Murria O'Hare (fue asesinada, hace
poco que se descubrió su cuerpo) se quejó de que no quería que se orara en nuestras
escuelas, y dijimos que estaba bien. Luego alguien dijo que mejor no se leyera la
Biblia en las escuelas...la Biblia dice no matarás, no robarás, amarás a tu prójimo
como a ti mismo. Y dijimos que estaba bien. Luego el Dr. Benjamín Spock dijo que
no debíamos pegarle a nuestros hijos cuando se portan mal porque sus pequeñas
personalidades se truncarían y podríamos lastimar su autoestima (el hijo del Dr.
Spock se suicidó).”42
42 Sacado de: www.palabrasdealiento33.blogspot.com.co
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“Dijimos que los expertos saben lo que están diciendo. Y dijimos que estaba bien.
Luego alguien dijo que los maestros y directores de los colegios no deberían
disciplinar a nuestros hijos cuando se portan mal. Los administradores de las
escuelas dijeron que más valía que ningún miembro de la facultad de las escuelas
tocara a ningún estudiante que se porte mal porque no queremos publicidad
negativa y por supuesto no queremos que nos vayan a demandar (hay una gran
diferencia entre disciplinar, tocar, golpear, cachetear, humillar, patear, etc.). Y
dijimos que estaba bien. Luego alguien dijo, dejemos que nuestras hijas aborten si
quieren, y ni siquiera tienen que decirles a sus padres. Y dijimos que estaba bien.
Luego uno de los consejeros del consejo de administración de las escuelas dijo, ya
que los muchachos siempre van a ser muchachos y de todos modos lo van a hacer,
démosle a nuestros hijos todos los condones que quieran para que puedan divertirse
al máximo, y no tenemos que decirle a sus padres que se los dimos en la escuela. Y
dijimos que estaba bien. Luego algunos de nuestros principales funcionarios
públicos dijeron que no importa lo que hacemos en privado mientras cumplamos con
nuestro trabajo. Estuvimos de acuerdo con ellos y dijimos, no me importa lo que
nadie, incluyendo el Presidente, haga en su vida privada mientras yo tenga un
trabajo y la economía esté bien. Luego alguien dijo vamos a imprimir revistas con
fotografías de mujeres desnudas y decir que esto es una apreciación sana y realista
de la belleza del cuerpo femenino. Y dijimos que estaba bien. Y luego alguien más
llevó más allá esa apreciación y publicó fotografías de niños desnudos, llevándola
aún más allá cuando las colocó en Internet. Y dijimos que estaba bien, tienen
derecho a su libertad de expresión .Luego la industria de las diversiones dijo,
hagamos shows por televisión y películas que promuevan lo profano, la violencia y
el sexo ilícito. Grabemos música que estimule las violaciones, las drogas, los
suicidios y los temas satánicos. Y dijimos, no es más que diversión, no tiene efectos
negativos, de todos modos nadie lo toma enserio, así que adelante. Ahora nos
preguntamos: ¿por qué nuestros niños no tienen conciencia, por qué no saben
distinguir entre el bien y el mal, y por qué no les preocupa matar a desconocidos, a
sus compañeros de escuela, o a ellos mismos?. Probablemente, si lo pensamos bien y
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despacio, encontraremos la respuesta. Creo que tiene mucho que ver con "LO QUE
SEMBRAMOS ES LO QUE RECOGEMOS."43
Es curioso cómo la gente simplemente manda a Dios a la basura y luego se pregunta
por qué el mundo está en proceso de destrucción. Es curioso ver cómo creemos lo
que dicen los periódicos, pero cuestionamos lo que dice la Biblia. Es curioso cómo se
mandan "chistes" por la red y se riegan rápido como pólvora, pero cuando empiezas
a mandar mensajes del Señor, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos. Es
curioso cómo hay artículos lujuriosos, crudos, vulgares y obscenos que circulan
libremente por el ciberespacio, pero la discusión de Dios en público se suprime en las
escuelas, los espacios de trabajo y a veces hasta en el hogar. Es curioso ver cómo nos
preocupa más lo que piensan los demás de nosotros que lo que Dios piensa de
nosotros.
¿USTED QUE OPINA? ¿ES DIOS EL QUE NOS ABANDONA O SOMOS
NOSOTROS LOS QUE LO ABANDONAMOS A ÉL PARA SEGUIR NUESTROS
PROPIOS DESEOS Y CAPRICHOS CONTRARIOS A SU PALABRA?
La Palabra de Dios dice: “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos
a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los
ejércitos.” (Zacarías 1:3)
…¡EN QUÉ HEMOS DE VOLVERNOS!…
Como se ha podido dejar ver, Israel se hundía más y más en la complacencia y el
pecado dudando del amor de Dios, deshonrando su Nombre, siendo infieles a Él,
degradando sus normas santas, defraudando sus recursos y despreciando su gracia.
43 Ibid.
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Los judíos estaban totalmente endurecidos en su corazón hacia Dios y su Palabra.
Pareciera como que en sus pensamientos no existiera y ni estuvieran interesados en la
relevancia que debía tener para ellos. Esto es manifestación de que:
Se estaban amando más a sí mismos, lo cual les condujo a la egolatría, la
injusticia y la queja.
Eligieron los caminos que más les convenía, con el único propósito de hacer
su propia voluntad.
Se volvieron religiosos, donde sólo les importaba los rutinarios sacrificios
externos, pero en su corazón: le estaban dando la espalda a Dios,
convirtiéndose en un pueblo idólatra, engañándose a sí mismos y causando
decepción a su alrededor.
Se volvieron ciegos de mente y cerraron su corazón a la necesidad del
Verdadero y Único Dios.
Le dejaron en un papel limitado en la vida: como alguien o algo más entre
otras cosas; Por ello, no le entregaban su vida ni le rendían su corazón.
No se dejaban amar. Edificaron un muro entre su corazón y el amor de
Dios; endurecieron su corazón de manera que lo convirtieron en una fortaleza
infranqueable, que afectó su relación con lo demás a su alrededor.
Esto se expresó abiertamente a través del orgullo, una voluntad propia inclinada
hacia el mal, apego a una tradición sin sentido, la cual se volvió una vana
religiosidad; ignorancia voluntaria, se volvieron quejambrosos y por último apareció
la incredulidad. Al observar esta condición, se puede entrever que el pueblo judío se
aferró a una identidad propia, al YO, a los deseos propios. Por esta razón, no se
puede observar un arrepentimiento de su parte. No veían que sus actitudes,
pensamientos y acciones debieran ser mejorados, se habían acomodado a su pecado.
Es allí, en medio de esta situación sombría, donde Dios les hace una invitación firme
a: “volverse a Él, para así Él volverse a ellos”. Es su Palabra fiel y verdadera, la cual
siempre ha buscado restaurar al ser humano y en especial a su mismo pueblo.
126
El término hebreo para “volver” utilizado en el texto, es Shub. Su traducción es:
“retractarse, retornar, regresar, revertir el daño y sacar lo que ha hecho daño,
restaurar algo al estado original”44
Y tiene el sentido de: “recapacitar y volver al
punto de partida, hecho que se da como producto del arrepentimiento”. Este punto
de partida para Israel, era retornar al pacto que habían violado con su pecado y que
implicaría la obediencia de su parte.
Del anterior término surge Teshubá, que significa “arrepentimiento”. Posee el
sentido de arrepentirse de los pecados propios de una forma profunda y sincera. Esta
consiste en un proceso en el cual la persona judía identifica las áreas en las cuales se
encuentra débil, examina sus actitudes y controla sus deseos e instintos que lo
desvían del camino de Dios, retornando así a su creador y Dios, Elohim.45
Este tiene la connotación de que cuando una persona se arrepiente y reconoce la
bajeza de su pecado y la grandeza de Dios, y medita respecto a la bondad de Dios en
cuanto que Él se baja a Sí mismo hacia la relativa impureza del hombre para aceptar
su Teshubá, se despierta un fuerte amor por Dios. Por ello, entre más la persona
profundiza su arrepentimiento y reconoce la bajeza del pecado, mayor es la cantidad
de gratitud que siente hacia Dios, y se conecta con Él incluso más debido a este
amor.
A esta actitud, es a la que el Señor estaba llamando a su pueblo. Él deseaba que
hubiera un cambio de mente, comportamiento y voluntad total. Para que esto
sucediese, debían:
Retornar a Dios luego de haberse apartado de las enseñanzas de la Torah.
Detener sus malos hábitos, dejando el pecado atrás y comenzando a buscar
una nueva forma de vivir y actuar.
44 Op.Cit. Strong. Pg. 130 45 Sacado de: www. es.wikipedia.org.
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Admitir su pecado de manera humilde, estando afligidos según la Torah y
con una actitud sincera.
Determinar no volver a cometer los errores del pasado.
Este proceso de Teshuba, era un prerrequisito fundamental, del cual depende la
salvación tanto individual como colectiva. Esto debido a que el sentido real del
arrepentimiento, tiene que ver directamente con la esencia del hombre: una relación
de dependencia total con su Creador, de allí que tiene un vínculo con la eternidad.
Es de Dios que viene el alma humana y a Él debe retornar, y esto denota claramente
la unión que ha de existir entre Dios y su pueblo escogido y formado por Él mismo.
Es así que, cuando el hombre no se vuelve a Dios, Dios de inmediato tomará la
decisión de no volverse al hombre, y esto es a causa del pecado del mismo ser
humano, que en su orgullo, se aleja conscientemente de quien es la Fuente de su
propia existencia y salvación.
También es importante reconocer que el arrepentimiento no será posible a menos que
se pueda distinguir claramente entre el bien y el mal. De otra manera, solamente se
racionaliza y el ser humano se engañará a sí mismo pensando que no ha hecho nada
malo. Los niveles de valoración cambiantes del medio que le rodea, contribuye a esta
falta de claridad.
Es por esto, que se puede determinar que el Señor estaba pidiéndoles ese
arrepentimiento, el cual implicaba para ellos:
1. Cambiar sus vidas para un bienestar futuro, al igual que retornar a Dios por
amor y hacer su Voluntad de igual manera.
2. Determinar nuevos caminos, los cuales debían llevar a actitudes inocentes,
de docilidad, con gran capacidad de maravillarse por quien es Dios y sus
hechos poderosos en favor de su pueblo, no tener prejuicios, estar llenos de
gozo, confianza y seguridad.
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3. Cuando se ama a Dios se queda sujeto a su Perfecta Voluntad, y se hace con
liberalidad o amor voluntario.
De acuerdo a lo que hemos visto, el pueblo judío no estaba reconociendo su
condición de pecado, lo que estaban haciendo, a sus ojos, era normal, no tenía nada
de maldad. Es decir, “a lo malo le decían bueno y a lo bueno, malo.”
Por otro lado, en qué realmente debían volverse, preguntaron ellos, de inmediato la
réplica divina no se hizo esperar: en primera instancia, Dios no tardó en responder
con dolor y firmeza al mismo tiempo, “desde los días de vuestros padres, os habéis
apartado de mis leyes.”
De acuerdo a esta expresión, una persona que se aparta es alguien que
espiritualmente va por el camino equivocado. Él retrocede en vez de avanzar. La
persona que se aparta ha demostrado durante un tiempo un compromiso con Dios y
ha obedecido normas de comportamiento, pero luego vuelve a las viejas costumbres.
El apartase puede manifestarse de varias formas, por ejemplo: el abandonar su fe,
perder el fervor por el Señor, el alejarse de lo establecido por Dios y volver a caer en
viejos hábitos.
En este orden de ideas, el pueblo de Israel estaba equivocado en su camino, se habían
alejado de su compromiso con Él y lo más tremendo es que lo estaban haciendo
desde hace mucho tiempo atrás: “desde los días de sus padres.”
“Apartar” es Sarar en hebreo, y tiene el significado de: “Ser contumaz y rebelde de
una manera profunda.”46
Lo cual lleva a la persona a volverse terca y obstinada en
sus propios criterios, dando así como resultado el darle la espalda a Dios. Es tal su
obstinación que se vuelve rencillosa; es decir, está dispuesta a reñir con la verdad de
la Palabra de Dios y contra el mismo Dios, no acepta estar equivocada y se vuelve
desleal y falsa. El salmo 78.8 lo corrobora: “Y no sean como sus padres, generación
46 Sacado de: www.iglesiareformada.com/Chavez_diccionario_hebreo_biblico.pdf
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contumaz y rebelde; generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios
su espíritu.” ¿Qué merecía entonces una persona en esta condición? La respuesta es
clara según Deuteronomio 21.18-21: “Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde,
que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole
castigado, no les obedeciere; entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán
ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; y dirán a los
ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a
nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo
apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y
temerá.”
Israel merecía ser destruida por su afrenta contra el Eterno. No podía
escapar del castigo de un Dios que les había amado eternamente. Sin embargo les
estaba dando la oportunidad de arrepentirse y regresar al camino que habían
abandonado por voluntad propia y sin remordimientos. A pesar de todo, ellos no
estaban tan convencidos de que estuvieran obrando tan mal.
Debido a este comportamiento, sus vidas se corrompieron y torcieron la verdad de
Dios, dando un mal testimonio a las demás naciones que conocían al Dios que
permanecía desde la antigüedad con ellos y los había librado, con obras portentosas,
de sus enemigos.
Lo peor que pudieron hacer fue desechar el gobierno de Elohim sobre sus vidas, e
iniciar un camino donde pretendieron gobernarse a sí mismos, hecho que les
determinó vivir bajo la oscuridad espiritual y moral. Por esta razón, su corrupción
estaba demostrada a través de: primero, querer cambiar la naturaleza de la relación
con Dios dado por un falso sentido de adoración; segundo, tratar de comprar o
sobornar al Señor con rituales sin sentido que lo daban como dádivas. Y tercero, sus
ofrendas despedían un muy mal olor en la presencia de Dios, pues estaban dando lo
peor de sus rebaños.
130
Y en segunda instancia, Dios refuerza lo anterior con: “…y no las guardasteis.” El
término “guardar” está dado en el texto como Shamar, el cual significa “cercar
alrededor como con espinos, proteger/cuidar, cumplir/obedecer.”47
Refiere a la
actividad pastoral de cuidar un rebaño; pero también, cuando una persona cuida su
corazón y su mente. Así mismo, cuidar una nación o ciudad de un ataque exterior e
influencias impías. Sin protección el pueblo de Dios se convierte en presa fácil de
todo lo malo. Esta protección se da contra la invasión, deterioro y destrucción que es
resultado de las amenazas que reflejan los intrusos espirituales y humanos que están
entre el mismo pueblo.
Es así que, el haber tomado mujeres que venían de naciones paganas, las cuales eran
idólatras, desencadenaba la desviación y corrupción de un pueblo que había sido
llamado a ser santo. La obediencia a los mandamientos de Dios era la manera
perfecta de protegerse del mal, era como poner esos espinos alrededor del pueblo
para que el enemigo no pudiera dañarles. Sin embargo, desde los pastores del rebaño
judío (El Sacerdocio) se estaba pregonando y practicando el pecado.
El Señor siempre había deseado que su pueblo viviera su Palabra, para que de esta
manera pudieran vivir una vida en abundancia. Debían continuamente atesorar lo
que Él les decía, defenderla y así no se perderían nunca (Deuteronomio 28.1-2 dice:
“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y
poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu
Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas
bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.”)
Las razones que Dios presentaba a su pueblo del por qué deberían escoger obedecer
y hacer su Voluntad eran correctas, eran verdaderas, pues a través de ellas, se
desecha todo argumento que se levanta contra el conocimiento mismo de Dios y
además tenía la facultad de fortalecer su fe. Ellos estaban llamados a cuidar su
47 OpCit. Strong. Pg. 136.
131
primogenitura y herencia, protegerla de todos aquellos que de alguna manera
querían arrebatársela.
Es por ello, que debieron recordar las Palabras de consolación: “Sucederá que
cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que
he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te
hubiere arrojado Jehová tu Dios, y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a
su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y
con toda tu alma, entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia
de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido
Jehová tu Dios.” (Deuteronomio 30. 1-3) Sin embargo no ocurrió así, estaban tan
empeñados en sus caminos, que no podían ver más allá de sus propios deseos
carnales.
En resumen, Los judíos entonces, de esta generación, se habían “apartado” de las
leyes de Dios en parte, porque los sacerdotes se habían apartado del camino. A la
misma vez, los llamó a arrepentirse para recibir su bendición; es decir, si los judíos
se volvían a Él, Él volvería a ellos con bendiciones. Es así, como les mostró que no
había cambiado de ninguna forma, seguía siendo el mismo Dios de justicia,
misericordia y perdón. Pero ellos retaron a Dios a señalar algún pecado del cual
debían arrepentirse. Su pregunta medio argumentativa, es por un lado una protesta de
inocencia, pero también deja abierta la puerta para una respuesta clara, y mostrarles
que no eran tan inocentes como ellos querían dejar entrever. ¿Acaso no es una forma
cínica de acercarse a quien todo lo sabe y conoce?
LA IGLESIA HOY: ¿DEBE VOLVERSE A DIOS?
En este tiempo, una gran parte de la Iglesia tiene una perspectiva bastante diciente y
sutil, a través de la cual manifiesta su posición abierta hacia el fracaso apóstata. Para
esta, el mensaje del evangelio debe tener su base en la flexibilidad y ambigüedad,
con la finalidad de poder llegar a más personas. Los creyentes están viviendo acorde
132
a la cultura y además, son seducidas por el actual sistema humanista, los cuales no
están dispuestos a aceptar la autoridad absoluta de la verdad bíblica, que aplicada con
fidelidad corrige al pueblo de Dios del estilo de vida mundano, los corazones
corruptos y los conductas llenas de maldad.
Es así que se levantan discípulos que profanan el Nombre de Dios y tiene un corazón
endurecido hacia la verdad absoluta e inquebrantable de la Palabra de Dios. Bien lo
dijo el Apóstol Pablo en su carta a Timoteo: “También debes saber esto: que en los
postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí
mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes,
crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de
los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la
eficacia de ella; a éstos evita.” (2ª Timoteo 3.1-5)
Pablo tenía claro que, existirían tiempos de crisis en la humanidad, pero que a su vez
afectaría el vivir del pueblo de Dios. Ahora, ¿Será que hoy, la iglesia tendrá en su
seno, creyentes con este tipo de comportamientos? Indudablemente. Es por esta
razón, que cada día, se hace más real la apostasía. Ejemplo de ello, entre otros más,
es el ver en la actualidad, como iglesias y ministros del evangelio en diferentes
partes del mundo, están aceptando la homosexualidad y el matrimonio gay como
algo natural y a lo cual no se debe oponer el pueblo de Dios, hecho que ha sido
argumentado desde el punto de vista del amor de Dios para este tipo de personas.
¡Qué absurdo! Prácticamente, hoy, a lo bueno se dice malo y a lo malo se dice bueno.
¿No es algo similar a lo que Israel estaba viviendo en aquél tiempo del profeta? Es
claro que sí.
Se está dando adoración, no al Dios Único y Verdadero, si no a los dioses del mundo
pagano. Por ello, negarse a dar la razón a Dios y defender la verdad revelada por Él,
es una forma obstinada y peligrosa de malicia. Defender un evangelio flexible y
133
ambiguo, ocultando la verdad absoluta de Dios es una forma corrupta de promover la
incredulidad dentro de la Iglesia.
Los mismos ministros del evangelio de hoy están desvalorizando la verdad, debido a
su deseo de satisfacer una necesidad “creada” de las personas (bienestar material), en
vez de mostrar la necesidad real de Jesucristo en sus vidas y una vida que agrade a
Dios. Se les está enseñando a ser egocéntricos y orgullosos con la filosofía
humanista de la “autoestima”, que no es más que la elevación del YO, de la
satisfacción y superación personal. Se han levantado autores “cristianos” que están
proporcionando una literatura que quebranta la verdad de la Palabra de Dios y lleva a
la iglesia a alejarse de los principios que Dios estableció para ella.
Hoy se está perdiendo la identidad de la Iglesia: “parecerse a Cristo”, es decir, ser
imitadora de Él y/o andar como Él anduvo (1ª Juan 2.6), ya no hace parte de su meta,
es algo retrógrado. Esto, a razón de que la cristiandad está más preocupada porque el
mundo la quiera, que la vea como parte de él y que no es ajena a sus costumbres. Se
puede decir, que espera que el mundo determine que es “buena onda” cayendo así en
la relatividad pregonada dentro de la estructura del espíritu de la época.
Si los pastores del rebaño, que son los que debieran llamar al orden al pueblo de
Dios, no lo hacen, si no que desde ellos se observa la corrupción y el pecado, qué se
puede esperar de aquellos que están recibiendo en sus vidas un alimento adulterado y
un evangelio acomodado a los intereses personales de cada quien.
En este orden de ideas, se pueden enunciar algunas razones por las cuales esto está
sucediendo dentro de la Iglesia:
1. Un desconocimiento total de quién es Dios. Conocer implica tener una
relación personal e íntima con Él a fin de saber lo que quiere de su pueblo,
para así llevar una vida de obediencia (1ª Juan 2.3-4 dice: “Y en esto sabemos
que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo
134
le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad
no está en él.).
2. No se ha tenido una real experiencia con Cristo. No se ha sido
transformado, donde la vida no vuelve a ser la misma, cuando hay un cambio
auténtico, un abandono del pecado, donde el dejarlo, no es por legalismo o
por obligación, sino “por la convicción del Espíritu Santo” (Juan 16.8: “Y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.).
Cuando hay un verdadero cambio dentro del corazón de cada creyente, se
manifiesta hacia su comportamiento externo; Jesús viene a llenar el vacío en
su corazón, cambia su amargura en alegría, el lamento en gozo; si nunca ha
amado empieza a dar amor, “el que no ama, no conoce a Dios, porque Dios
es amor” (1 Juan 4.8).
3. El mundo la vence. Se ha dejado seducir por los deleites de este mundo, anda
y vive de una manera incorrecta a los ojos de Dios, y no se arrepiente
sinceramente, “con todo esto…no se volvió a mí de todo corazón, sino
fingidamente” (Jeremías 3.10). No camina en integridad y justicia, cuando
anda mal, las fuerzas se le van, la confianza disminuye, la fortaleza del Señor
siente no merecerla, entonces llega la frustración porque todo sale mal, se
siente vencida, pero no recuerda “porque todo lo nacido de Dios vence al
mundo; esta es la victoria que ha vencido al mundo nuestra fe” (1 Juan 5.4),
Necesitan arrepentirse, confesar sus iniquidades; el Señor en su infinito amor
le perdonará y “aumentará sus fuerzas como las del búfalo…” (Salmo
92.10).
4. Falta de compromiso en la vida cristiana. Esta es una de las principales
causas del alejamiento de la Iglesia, no querer comprometerse, se sabe que, el
precio de seguir a Jesús implica un costo, un sacrificio muy alto, y se debe
dejar el pecado, es necesario la Santidad, Integridad y la Honestidad; ya lo
135
dice la Biblia “si vivimos por el Espíritu, andemos también por el espíritu”
(Gálatas 5.25).
5. Una fe frágil. Como toda construcción, lo más importante son los cimientos;
estos deben ser lo más fuerte posible, inamovibles, inmutables; en la vida de
un cristiano es la fe, es primordial edificarla sobre una base sólida
perfectamente estable, la cual es Jesucristo y su Palabra. Sin embargo, la
Iglesia ha permitido que su fe sea permeada por filosofías humanistas, y por
ello, ya su fidelidad hacia el Señor ha sido abandonada.
Por último, cabe recordar que Satanás empezó todo en el huerto en su diálogo con
Eva plantando las semillas de duda acerca de lo que Dios había ordenado: "¿Con que
Dios os ha dicho...?” (Génesis 3:1). Esta primera oración articulada por el
Adversario ha sido la base, los cimientos para incitar a la humanidad en su rebelión
en contra de Dios. Sus implicaciones impugnan el carácter de Dios y producen
constantes e interminables racionalizaciones de parte del hombre: ¿Por qué Dios está
tratando de privarte de algo? ¿Es Él realmente el que está a cargo de todo? ¿Acaso Él
es el único que determina las reglas? La Iglesia probablemente no ha entendido bien
su argumentación: No existen absolutos; tienes que considerar todo desde tu propio
punto de vista, Dios es un mentiroso, ustedes pueden acceder a un conocimiento
fuera de Dios, pueden determinar por sí mismo qué es bueno o malo, etc. Eva,
aunque reiterando lo que Dios había ordenado, comete el error de añadir su propio
comentario erróneo a lo que Dios realmente había dicho: "...ni le tocaréis." (Génesis
3:3).
Esto es lo que ocurre cuando diálogos toman lugar en lo que se refiere a lo que no se
puede evadir, por ello, la verdad es modificada, ya sea añadiendo o quitando.
Trágicamente muchos ministros del evangelio y cristianos no ven ningún error en
tales modificaciones. Muchos de ellos están satisfechos hasta con nuevas versiones
bíblicas que han hecho exactamente eso, permear la Palabra de Dios que es la verdad
absoluta de Dios.
136
Por esta razón, cabe decir que, el cristianismo está cimentándose sobre experimentos
o experiencias sensacionales (lo que es emocionalmente positivo para la persona), en
una enseñanza o una tendencia actual que está persuadiendo a través de la iglesia y
está debilitando la verdad Bíblica. Hoy en día, hay muchas manifestaciones de éste
tipo de infección, cuyo énfasis es en señales y prodigios, sanidad por fe, prosperidad,
los nuevos apóstoles y los nuevos profetas, el dominio del reino, misiones para
redimir la cultura, estrategias para la guerra espiritual, sanidad interna, los 12 pasos,
psicología “cristiana”, activismo social evangélico, la vida con un propósito, el
resurgimiento de la iglesia, ecumenismo, misticismo, entretenimiento en las iglesias,
adoración contemporánea, versiones bíblicas que se acomodan a la cultura y tiempos
actuales, y traducciones bíblicas en forma visual. Todos estos movimientos y nuevas
tendencias están en clara oposición a las enseñanzas de la Palabra de Dios y aun así,
miles de los llamados cristianos o creyentes siguen entusiastamente éstas corrientes
que están destruyendo lentamente la verdadera iglesia cristiana.
Aunque los métodos de estas enseñanzas o tendencias son diferentes, todos tiene algo
en común: mientras que afirman seguir las Escrituras, todos ellos, ya sea por
ignorancia, delirios propios o engaño intencional, traicionan y debilitan las
enseñanzas de las Escrituras. La Palabra dice: “"Hay un camino que al hombre le
parece derecho; pero su fin es camino de muerte" (Proverbios 14:12; 16:25).
El camino que le parece correcto al hombre, que emocionalmente le parece bien, que
aumenta el número de personas, que lo hace sentir mejor en sí mismo, que no juzga a
las personas o la manera en que ellos viven, que es más positivo, que impresiona al
mundo, etc., todo esto está constantemente destruyendo la sana doctrina en la iglesia.
Este tipo de experimentación en la iglesia está en directa contradicción y oposición a
la sana doctrina bíblica y está preparando el camino para que la iglesia continúe sin
cesar los pasos de la Apostasía.
137
Es así que, la respuesta es clara: La Iglesia de hoy sí debe volverse a Dios en
arrepentimiento verdadero, apartándose de su maldad y sin excusa alguna. Sólo de
esa manera alcanzará misericordia.
138
CONCLUSIÓN
El propósito principal del pueblo escogido por Dios (llámese judíos o gentiles), a
través de los tiempos, siempre ha sido el proclamar al Único Dios Verdadero, y
también las enseñanzas inquebrantables de su Palabra. Sin embargo, éste, por causa
de su pecado ha promulgado enseñanzas mal intencionadas y fuera de la Verdad
Absoluta de Dios.
En el caso de Israel, con el ánimo de vivir bajo sus propios criterios y disfrutar de los
placeres profanos ofrecidos por el mundo. Para la Iglesia hoy, a parte de lo anterior,
también lo hace para atraer más creyentes, propagando y fomentando la experiencia
personal de analizar las cosas espirituales. La doctrina sana ha sido puesta a un lado
mientras que la iglesia se enfoca en las "necesidades emocionales" de las personas a
quienes ellos ven como cristianos potenciales.
La realidad espiritual de la convicción del hombre por el pecado, no es muy popular
en estos días y tampoco se puede mantener la atención de las personas, dado por el
tiempo requerido para poder explicar ésta profunda realidad espiritual. Las
enseñanzas superficiales de la iglesia moderna y el uso de los métodos del mundo
para atraer a los perdidos, han convertido a la iglesia cristiana en un gran barco que
está ignorando advertencias cruciales necesarias para mantener a flote la vida
espiritual de cada uno. Y así también como una orquesta que toca una pieza musical,
dentro de un barco que se hunde, así también, la iglesia moderna está hundiéndose
en un océano de corrupción, de desobediencia, de ignorancia, de indiferencia y lo
inaudito es que la mayoría de éstos individuos son personas que profesan y basan su
fe en la Biblia. ¿¡Irónico verdad!?
No queda más que decir que, para el pueblo de Dios la historia parece no ser una
ciencia representativa y digna de estudiar, pues se están obviando los grandes
ejemplos de vida que provocaron el fracaso más tremendo en la relación de Elohim
con su pueblo escogido y amado.
139
CUESTIONARIO
1. ¿De qué manera, la entrevista a la hija de Billy Graham, se relaciona con el
desarrollo de esta lección?
2. ¿De qué forma se manifiesta la dureza de corazón de los judíos hacia Dios y
su Palabra? Explique.
3. ¿Cómo expresó el pueblo esta dureza de corazón?
4. ¿Qué significa Teshubá? ¿Cómo se relaciona con la lección? Explique.
5. ¿Cuál es el proceso de arrepentimiento? ¿De qué sirve?
6. ¿Qué implicaba para el pueblo de Dios este arrepentimiento?
7. ¿Qué significa el término “apartar”? Y ¿Qué implicaciones tiene para el
pueblo de Dios?
8. ¿Por qué ellos no se arrepentían? Explique.
9. ¿Qué significa el término “guardar”? Y ¿Qué implicaciones tiene para el
pueblo de Dios?
10. ¿Por qué la Iglesia hoy debe volverse a Dios? Explique.
11. ¿Qué razones, se pueden presentar, por las cuales la Iglesia está en pecado?
12. ¿Qué implica para la Iglesia lo que Satanás inició en el huerto? Explique.
ENSAYO:
Realizar un ensayo de no más de 5 páginas donde se trate el tema: “Cómo la iglesia
de hoy debe volverse a Dios”
140
LECCIÓN SIETE
¡ME HAN ROBADO!
“Todo lo que el pueblo de Dios tiene
le pertenece a Dios; si le roba a Dios,
está robando lo que confió en sus manos”
(Anónimo)
INTRODUCCIÓN
“Había una vez un hombre vago que decidió robarle el grano a sus vecinos.
Pensó, “Si robo un poquito de grano de cada siembra a nadie le hará falta y tender
el grano suficiente para todo el invierno.” Espero hasta que oscureciera y salió
detenidamente de su casa. Se llevó a su hija para que velara mientras se robaba el
grano. Le dijo: “Hija, si alguien me ve mientras me llevo este grano debes
avisarme.” Llegaron a la primera siembre y el hombre vago comenzó a segar lo que
no había sembrado. Después de unos minutos si hija llamo, “¡Papá, alguien te ve!”
Asustado, el hombre miro pero no vio a nadie. Se llevó el grano robado y se dirigió
a la siguiente siembra. No hizo más que comenzar a remover el grano cuando su
hija llamo otra vez, “¡Papá, alguien te ve!” Nuevamente el hombre paró y miro a su
alrededor. Viendo nada, tomo el poco grano que se había robado y fue a la siguiente
siembra. Paso un rato y su hijo lo llamo nuevamente, “¡Papa, alguien te ve!” Esta
vez, más molesto que asustado, miro a su alrededor. No vio a nadie y continuó
llevándose el grano que había producido el sudor de otro. Llegando a la última
siembra, comenzó su labor deshonesta cuando su hija llamo, “¡Papa, alguien te está
mirando!” El pillo paro y miro a su alrededor. Al no ver a nadie, le pregunta a su
hija, “¿Por qué sigues diciendo que alguien me ve? ¡He mirado a todo mi alrededor
y no veo a nadie!” “Papa,” le respondió su hijita, “es que Alguien te ve de
arriba.”48
48 Sacado de: http://www.licoc.org/AOG/Span/aog37sp.htm
141
Este es un relato muy revelador: Dios todo lo conoce, aun lo que se desea pasar
desapercibido. Esto se confirma en el Salmo 139.1-3: “Señor, tú me has examinado
y me conoces; tú conoces todas mis acciones; aun de lejos te das cuenta de lo que
pienso.
Sabes todas mis andanzas, ¡sabes todo lo que hago!” El conoce todo aquello que
se espera nadie llegue a saber. El conoce las cosas que se han hecho, las cosas que se
han pensado, y la verdadera intención de las obras. En Jeremías 16:17 señala:
“Porque mis ojos están sobre todos sus caminos, los cuales no se me ocultaron, ni su
maldad se esconde de la presencia de mis ojos.”
Las personas pasan gran parte de su tiempo tratando de crear una buena imagen. Son
expertos en hablar bien de sí mismos, creyendo que todo lo que hacen es correcto. Al
igual que los políticos que tratan de encubrir sus fallas y sacar ventaja de todas las
situaciones a su favor.
La verdad es que el pueblo de Dios puede ser muy bueno en esto. Puede ponerse sus
mejores ropas y presentarse como “dedicados” seguidores del Señor. Tratando así de
vender una imagen. Pero Dios lo conoce todo y cuando su pueblo se aleja de Él, su
reacción no se hace esperar, denunciando el pecado de este.
¡VOSOTROS ME HABÉIS ROBADO!
¿Robará el hombre A Dios? Es la pregunta que describe el siguiente diálogo que se
presenta entre Dios y su pueblo. Esta revela claramente la condición de un pueblo
que definitivamente se había vuelto desalmado y cínico. Que a su vez, muestra
nuevamente que se habían apartado de la Ley divina y no obedecía a la voz de Dios.
Cuando Dios sacó a Su pueblo de la esclavitud de Egipto y lo trajo a Canaán, les dio
una tierra rica y fértil. De todo lo que cosechaban en esta buena tierra, Dios pedía
que le dieran la primera décima parte. Esto se llamaba “el diezmo”. La palabra
diezmo significa “la décima parte”.
142
El propósito del diezmo era recordar a la gente que todas las cosas son propiedad de
Dios y enseñarles a poner a Dios primero en sus vidas. Dios es sumamente generoso.
Les permitió quedarse con nueve décimos de todo lo que cosechaban, pero el
diezmo, la primera décima parte, pertenecía a Él. La Biblia dice: “Y el diezmo de la
tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es
cosa dedicada a Jehová.” (Levítico 27:30).
Además de sus diezmos, el pueblo de Dios debía dar ofrendas voluntarias. Los
diezmos y las ofrendas se entregaban a los sacerdotes de Dios. Este fue su modo de
ganar la vida, ya que no tenían tierra propia. Dios dijo a Su pueblo que trajeran sus
diezmos y ofrendas cuando vinieran a adorarle. Dios les había dicho: “Y ninguno se
presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su
mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado.” (Deuteronomio
16:16–17).
Como se puede observar, Dios enseñó a Su pueblo a diezmar y ofrendar como un
acto de adoración a Él. Cuando ellos daban libremente, Dios les daba cosechas
abundantes. La palabra lo corrobora: “Honra a Jehová con tus bienes, Y con las
primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia.”
(Proverbios 3:9–10).
Al ver este cuadro, se entiende el por qué Dios estaba tan enojado, pues aún en esto
su propio pueblo le estaba faltando. Robar viene del término hebreo Qabá el cual
significa: “cubrir, defraudar, despojar.”49
El sentido del término refiere a “tomar
posesión de propiedades que pertenecen a otro sin su consentimiento cuando no se
es observado.”50
Acorde a esto, los judíos estaban tomando de lo que era dedicado a
Jehová, sin su consentimiento, iniciando por el mismo sacerdocio levita y luego
como dice el texto: “toda la nación.” (vs.9).
49 OpCit. Strong. Pg.116 50 Sacado de: www.es.globe.com.
143
A parte de esto, también hace referencia a: retener de alguien lo que legítimamente le
pertenece, apoderarse de cosas de otros de manera fraudulenta y apropiarse de algo
para el uso particular de lo que se tenía la obligación de dar a otros.
¿Por qué el énfasis en el pago de diezmos y ofrendas? La razón es que cuando éstos
no eran pagados, los sacerdotes se veían obligados a abandonar su ministerio y a
convertirse en agricultores; la vida espiritual de la nación se paralizaba y las viudas,
los pobres y los extranjeros sufrían. Sin embargo, el pecado principal no era este,
sino el robo a Dios y la desobediencia hacia Él
Israel estaba entonces, totalmente perdido en su maldad. Ellos querían cubrir su
pecado, protegiéndose a través de malos sacrificios, creyendo que con esto iban a
poder engañar al Dios Eterno. Su abuso de confianza les llevó al punto de
reprocharle a Él su acusación, como diciendo: “no, no hemos hecho nada malo, no te
hemos despojado de nada, somos inocentes.”
La realidad era otra. Por esta razón, no se deja esperar la maldición que dirige contra
su pueblo, manifestando su enojo y aversión hacia todo lo que estaba haciendo. El
término hebreo usado es „arar y significa “una declaración de juicio sobre los que
quebrantan el pacto.”51
Denota la revelación de la justicia divina en apoyo a su
derecho a la obediencia absoluta de parte de su pueblo.
A pesar de este panorama, Elohim, una vez más muestra su amor y justicia hacia
ellos, hecho que se dio por medio de una invitación en forma de mandamiento:
1. “Traed los diezmos al alfolí”. El alfolí era el granero que había a disposición
del templo y sus administradores (reyes, sacerdotes y/o levitas), de donde se
repartía a quien lo necesitase. Era el tesoro del templo. Cualquier hambriento
que acudiera a este, recibiría ayuda. Faltar a esa protección al vulnerable era
faltar al mismo Dios personalmente. Por esta razón, quien se llevaba el
51 OpCit. Vine. Pg. 185.
144
dinero destinado para lo que Dios había establecido en la Ley, le estaba
robando a Él mismo, que era el que se las había otorgado y a su vez era el
máximo juez sobre ella.
Lo que Dios quería mostrarles era que ellos mismos estaban provocando la
desdicha y el mal al desobedecer intencionalmente al Señor, y luego exigir
bendiciones. Por eso, se puede decir que en el momento en que se sometieran
de nuevo y comenzaran a hacer lo que debían, y volvieran a ser fieles con sus
obligaciones tributarias, todo volvería a funcionar, y ellos verían que Dios
volvería a bendecirles.
2. “Probadme en esto…”. Es interesante así mismo, observar, ante cualquier
pronóstico, como Dios hizo la invitación a su pueblo de ponerle a prueba. Y
consistía en que si ellos le honraban, dejaban de robar y traían todo lo que Él
requería en una demostración de arrepentimiento verdadero, Él:
2.1 Haría llover sobre ellos una abundancia excesiva de bendición.
2.2 Los protegería de las temibles langostas, aquí denominadas "el
devorador", las cuales destruían el fruto de la tierra.
2.3 Haría fértil la vid del campo y produciría en abundancia.
2.4 Serían bienaventurados y deseables entre las naciones del mundo, lo cual
implicaba llevar la Gloria del Altísimo.
Es de recordar, que cuando ellos estaban en armonía con Dios, el pueblo de
Israel llegó a ser una bendición para las demás naciones del mundo. Y es
importante decir que aquí se habla de honradez con Dios, y no puede tener
"santidad" si no se actúa con transparencia con Él.
Como se ha dejado entrever, Israel, desde sus reyes, sacerdotes y toda la nación
entera debía obedecer a Dios en cuanto al manejo de la economía que era parte
importante por involucrar, pues se utilizaba para la organización administrativa, la
145
seguridad social del mismo pueblo y lo que tiene que ver en cuanto al servicio
sacerdotal; además, para que no hubiera necesidad entre su pueblo. Él es un Dios
perfecto y deseaba que todo se hiciera decentemente y con orden. Y dejar de dar, era
retener y apropiarse de lo que no les pertenecía y a eso se llama: Robo.
LA IGLESIA: ¿HA ROBADO?
En este tiempo, se ha estado jugando con las emociones de los creyentes para sacar
de ellos beneficios económicos. Hay pastores que abusan de los miembros en sus
propias iglesias para proyectos que no son la extensión del reino de Dios, sino su
propia glorificación mediante grandes templos y programas entre comillas
relevantes.
El cristianismo en el pasado guiaba a pagar un alto precio por ser la iglesia de Cristo,
pero ahora se está desviando, se le ha dado un carácter preeminente al principio que
establece que Dios siendo rico se hizo pobre para enriquecernos. Parece que el
cristianismo para determinados individuos se ha convertido en un medio de
enriquecerse, prometiendo sanidades, éxito y/o prosperidad. Si bien es cierto que
debemos traer un mensaje de salvación a la persona en todos los aspectos: mente,
vida, familia, sociedad; también es responsabilidad de la iglesia señalar que el
propósito es que cada cristiano pueda desarrollar el carácter de Cristo en su vida.
Al cristianismo de hoy le gusta predicar que hay atajos para prosperar, ser sanos,
tener plenitud divina; ¡Que lejos de la realidad!; la vida cristiana es de entrega a
Cristo; esto es morir a uno mismo y tomar la cruz. Debemos buscar la restauración
de un cristianismo basado en Cristo y su reino. Otra cosa fuera de esto es robo.
Ahora, en cuanto a lo que el texto nos está hablando de que el pueblo le robaba a
Dios en cuanto a los diezmos y ofrendas. Hoy se puede decir que la iglesia está en la
misma situación de Israel. Los ministros como se ha dicho, roban lo que le pertenece
a Dios para sus propios beneficios personales, quitándole posibilidad a aquellos que
146
vienen al templo y tienen necesidades primarias. Es verdad que la iglesia no es un
lugar de caridad, pero sí es necesario comprender que Dios da los recursos para que
se atiendan a las viudas, a los huérfanos, extranjeros, en sus necesidades.
También es claro que, la iglesia tiene el deber de proveer para las necesidades de los
ministros, quienes son los que alimentan el rebaño con la Palabra de Dios y tienen
todo el derecho de recibir su alimento físico también. Sin embargo, se puede
observar que en muchos casos no se tiene en cuenta esto, y los diezmos y ofrendas
son retenidos, y así no puede haber alimento en su casa, por cuanto los ministros
tendrían que dedicarse a otras labores diferentes que la vida espiritual del mismo
pueblo.
Por otro lado, están los predicadores y ministros que hacen parte de movimientos
donde se hace énfasis en la prosperidad, cuyo lema es: “Mientras mayor sea tu
ofrenda, así será tu bendición.” Esta es una forma sutil de lograr el objetivo de tomar
lo que no les pertenece, y usarlo para un bienestar propio y lucrarse a costa de los
demás. Se hacen llamar apóstoles, profetas, evangelistas y pastores, los cuales no
ven estos llamados ministeriales como una función inmerecida para bendecir al
cuerpo de Cristo, si no como una jerarquía para aprovecharse de la iglesia misma. Su
mensaje es humanista, sicológico, en pro del desarrollo del Yo: la satisfacción
personal y un constante instar hacia las riquezas, finalmente abandona el objetivo
principal de la fe, predicar al Hijo del Dios Vivo, Jesús de Nazaret.
¿Será en este aspecto nada más donde se le ha robado a Dios? Indudablemente no.
Existen otras formas en las cuales Dios ha sido víctima de robo de parte de su
pueblo, como: su Gloria, su Nombre, su tiempo, su Palabra, etc. Y por esto, cabe
decir que, la iglesia roba a Dios porque hay egoísmo y orgullo botando su dinero en
lujos, placeres profanos, gastando lo que no pueden, ya que no saben administrar sus
ingresos. Roba a Dios porque aman más el dinero que a Dios. Roba a Dios porque
los ministros nunca les ha enseñado a ofrendar. Además de robar a Dios, roba a la
obra de Dios su progreso, roba a los perdidos la oportunidad de oír el evangelio, roba
147
a los ministros un sostenimiento adecuado, roba a los pobres y se roba a sí misma la
bendición de Dios que puede abrir las ventanas del cielo y derramar sobre ella
bendición hasta que sobreabunde. Se roba a ella misma la salvación, ya que no hay
lugar en el cielo para los deshonestos.
148
CONCLUSIÓN
Se han perdido los derroteros morales y éticos. En un pueblo que le rinde culto al
éxito a cualquier precio, los antiguos derroteros de la honradez y la integridad están
ocultos a los ojos que son testigos de esta realidad sin precedentes. Se necesita
retornar al camino de vida trazado en la Palabra de Dios.
El robo es desobediencia directa a Dios. La expresión “No robarás” es un
mandamiento claro (Éxodo 20.15; Deuteronomio 5.19; Mateo 19.18). Desafiar a
Dios equivale a irrespetar Su grandeza. Dios es el dueño de todas las cosas. Él dijo:
“No te reprenderé por tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que están
continuamente delante de mí. No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de
tus apriscos. Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los
collados. Conozco a todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los
campos me pertenece. Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el
mundo y su plenitud” (Salmos 50.8-12). Por lo tanto, el robo es la intención de
tomar para nosotros algo que le pertenece a Él. Cualquiera que sea la forma en que su
pueblo y sus ministros pretendan hacerlo, siempre tendrá la misma connotación ante
Dios y será un gran menosprecio a su Palabra y su Providencia.
Los judíos del tiempo de Malaquías robaban a Dios. Le despojaron de su honor ante
las naciones, y quitaron su obediencia a Él: ofreciendo a Dios pan inmundo,
despreciando así al altar de Dios. Los animales que ofrecieron a Dios eran ciegos,
cojos, enfermos. Lo que ningún hombre había aceptado, era lo que daban a Dios en
ofrenda. Presentaron a Dios hasta cosas robadas. Dios reprendiendo esta deshonra
dijo: "Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible
entre las naciones." ¿Se puede medir la grandeza de Dios con la ofrenda del pueblo?
¿O es su ofrenda tan miserable que lo que hace es profanar el nombre de Dios?
¿Cuántos en la iglesia están ofreciendo a Dios una ofrenda perversa? Muchos hoy
alaban a Dios, glorificando su nombre, para luego darle una migaja de ofrenda. ¡Y ni
qué hablar de su diezmo!
149
CUESTIONARIO
1. ¿Qué relación tiene el relato introductorio del hombre vago, con el tema en
estudio?
2. ¿Qué tiene que ver la omnisciencia de Dios con lo que el pueblo de Israel
estaba haciendo? Explique.
3. Cómo responder a la pregunta ¿Robará el hombre a Dios?
4. ¿Cuál era el propósito del diezmo? Explique.
5. ¿A qué se refiere el término robar en el hebreo? Explique.
6. ¿Por qué el énfasis de Dios en cuanto al diezmo y las ofrendas? Explique.
7. ¿Cuáles eran los objetivos de Israel en cuanto al pecado de robo?
8. ¿Qué significa que Dios maldiga con toda maldición a su pueblo? Explique.
9. ¿Cuáles fueron las invitaciones de Dios a su pueblo? Explique.
10. ¿Cómo ha robado la iglesia hoy?
ENSAYO:
Realizar un ensayo de no más de 5 páginas donde se trate el tema: “Relación entre la
Omnisciencia de Dios y el pecado de robo.”
150
LECCIÓN OCHO
¡HAN HABLADO PALABRAS VIOLENTAS CONTRA MÍ!
“Toda palabra que conlleve violencia es el resultado
de personas engañándose a sí mismas para creer
que su dolor es provocado por otros, pensando por tanto,
que estos merecen ser castigados.”
(Marshall Rosemberg)
INTRODUCCIÓN
¿De dónde viene la violencia, según la Escritura? No viene de Dios. La Creación es
un acto de poder, no de violencia. El hombre tiene como misión, entre otras, poner
orden en este mundo inacabado, imperfecto. Su dominio sobre el mundo creado tiene
por objetivo que reine la paz. Pero la serpiente, el Maligno, sugiere al hombre que
comiendo del fruto prohibido se hará capaz de rivalizar con Dios. Marido y mujer no
se ayudan a resistir a la tentación. Al contrario, se arrastran el uno al otro. Se dejan
engañar: es el pecado. Y el mayor acto de violencia fue la ruptura de su relación con
Dios.
Por ello, la consecuencia del pecado fue la violencia física. Sobre un fondo de
rivalidad, Caín mata a Abel. Dios quiere parar el ciclo infernal de la violencia:
protege a Caín. Pero esta se mantiene viva. Y llega hasta tal punto que, dice la
Escritura, Dios se arrepiente de haber creado al hombre. “La tierra está llena de
violencia a causa de los hombres”, le dice a Noé. ¡Que la humanidad tenga un nuevo
comienzo, a partir del único justo que Dios encuentra, Noé y su familia! El diluvio
engulle pecadores y pecados. Dios no se venga, hace justicia, pues no puede dejar
indefinidamente que se propaguen el mal, la injusticia, la violencia, el pecado.
Israel no nació de la violencia. Nació del llamado de Dios a Abraham, a quien hace
salir de su país para que se desplace, como nómada, con su familia y pertenencias.
Un tiempo después, Abraham, en Egipto, sus descendientes, sufren violencia: son
explotados y amenazados con ser exterminados. Empieza entonces otra fase de la
151
historia del pueblo judío. Dios salva a los israelitas “con mano fuerte y brazo
extendido.” Bajo la guía de Moisés, les hace salir de Egipto. Les defiende cuando
son atacados. Les hace entrar en la Tierra prometida. Como se ha visto, Dios no es
violento: es justo y protege.
En su historia, Israel ha sido mucho más a menudo víctima de la violencia que autor
de ella. Por los profetas, Dios hace progresivamente descubrir a su pueblo que la
violencia es ciertamente un callejón sin salida y que incluso el ejercicio de la fuerza
no pondrá fin al pecado que está en el hombre. Lo importante es la conversión de los
corazones.
Sin embargo, en este caso, fue victimario, pues la violencia (no física), no se hizo
esperar dentro de su relación con Dios, su Creador, aquél que los había sacado de la
esclavitud de los egipcios y los llevó por el desierto, para más tarde ubicarles en la
tierra que les prometió. Este hecho se demuestra cuando Dios dice: “Vuestras
palabras contra mí han sido violentas…”
¡VOSOTROS HABÉIS HABLADO VIOLENTAMENTE CONTRA MÍ!
Veamos el siguiente párrafo:
“Si tuvieras frías las manos para no hacer una buena obra, mala
señal, pero deja esperanza. Si tuvieres solo fríos los pies para no dar
un paso hacia Dios, mala señal, pero aún da treguas. Mas con todo
eso echar por la boca el aliento frío, quiero decir, que no solo no
honres a Dios con tus obras, que no solo sigas su Ley, sino que aún
deshonras a Dios con tus palabras, que lo ultrajas con tus injurias,
que lo desprecias con tus blasfemias: ¡Oh que respiración tan fría!
¡Pobre de ti! Señal de muerte. Y si esa respiración blasfema no la
mudas presto, no puede ya tardar la muerte de tu alma.”52 (Juan Martínez de la Parra)
Haciendo un breve análisis del párrafo anterior, es prácticamente lo que el pueblo de
Israel estaba viviendo: una relación quebrantada con Dios, por su mala actitud y su
52 Sacado de: www.books.google.es/books?id=qqmnJMdFEV8C
152
corrupción. No solamente habían despreciado el amor de Elohim, habían
menospreciado su Nombre, lo habían hecho hastiar, no se habían vuelto a Él, le
habían robado; si no que ya por último, habían estado hablando con violencia contra
Él. ¡Cuánta decepción y dolor en el corazón de Dios!
La violencia no solo puede mostrarse a través de un golpe sino también, mediante la
violencia verbal, ya que las palabras pueden generar malestar. Este tipo de violencia
se presenta en: qué es lo que decimos, cómo y con qué intención lo hacemos, y se
puede mostrar a través de los insultos, los descalificativos personales, las palabras
hirientes, etc.
Israel definitivamente estaba tan lleno de corrupción, que no importaba lo que
estuviera hablando de su Salvador y Dios, quien le escogió entre los demás pueblos y
lo puso en un lugar especial ante sus ojos. Sólo se dejaron llevar por su desazón,
incredulidad y más que esto, orgullo.
El pueblo cayó en la incredulidad. Y esta incredulidad no es más que la ausencia de
fe, es la falta de credibilidad a la verdad. Ellos en su momento debieron confrontar
los grandes obstáculos que se les presentaba con la fe en Dios. Lamentablemente
prevaleció su incredulidad, lo que trajo la destrucción de todos ellos. Además esta
incredulidad se demostró cuando ellos le replicaron al Señor: “¿qué hemos hablado
contra ti?”. Por ello es bueno dejar establecido que:
La incredulidad es un pecado peligroso por cuanto:
1. Lleva a degradar el Carácter de Dios, implicando que Dios es débil e
incapaz de proteger a su pueblo. Además, de que es malo al llevar a su
pueblo a la adversidad, donde se cuestionan sus decisiones.
153
2. Lleva a envilecer el carácter del hombre, lo transforma en un pueblo sin
esperanzas, su conducta evidencia ingratitud y vuelve atrás al pecado,
culpando a Dios por todo lo que vive.
3. Lleva a atentar contra la obra de Dios, impide que los planes de Dios se
lleven a cabo en sus vidas. Por cuanto, el pueblo lo desestima, cualquier cosa
es mejor que cumplir la voluntad de Dios.
4. Trae la Ira de Dios, la incredulidad trae consigo la rebelión. Dios nunca ha
tolerado la rebelión. Ella es el principio de Satanás y está arraigada en lo
profundo del corazón del hombre. Razones de la Ira de Dios por la
incredulidad:
4.1 La Incredulidad ciega: es decir, quita la visión de Dios. Impide ver lo
que Dios puede hacer y está haciendo. Israel inhibió la mirada de Él, y así
perdió el camino trazado por Él en su Palabra para su pueblo.
4.2 La Incredulidad desalienta: ya no hay motivación. Se manifiesta una
condición interna de cansancio y fastidio. El desaliento es una
consecuencia de la incredulidad y un arma poderosa para destruir aún al
más fuerte.
4.3 La Incredulidad incita a la rebelión: empieza a tomar control de las
emociones y se convierte en un pueblo obstinado, terco, duro. El cual
pierde toda sensibilidad y comienza hablar mal, porque todo le parece
mal. Se produce además, desprecio por las cosas de Dios. No engrandece
a Dios ni a su obra, más bien la ridiculiza, lo ataca, y le señala con
desprecio. Ni le da importancia.
4.4 La Incredulidad Cierra Puerta: impide que Dios obre en favor de su
pueblo, y aunque Dios quisiera hacerlo, no puede.
4.5 La Incredulidad trae muerte: la relación de Dios con su pueblo sufre una
ruptura dolorosa que causa pérdida espiritual, y que a su vez puede
terminar en la pérdida física y eterna de la vida.
154
La incredulidad entonces, jamás ha traído beneficios al pueblo de Dios. Nunca ha
dignificado a Dios, al contrario le denigra, al igual que al hombre. Entorpece el
avance y consumación de la obra de Dios. Para quienes caen en el pecado de la
incredulidad, no queda otra alternativa que esperar que la ira de Dios le alcance.
Se puede establecer que la raíz del comportamiento de Israel contra Dios tiene su
asidero en la incredulidad. De allí que, este pecado no puede ser aislado a un solo
asunto en la vida. Por el contrario, se derrama sobre todo, manchando y
contaminando cada detalle del caminar y vivir cotidiano del pueblo. Además, cabe
decir, que la incredulidad lleva al pecado de la presunción. Presumir es atreverse a
pensar que el hombre sabe lo que es correcto por sí mismo, sin tener en cuenta a
Dios. Y esto es una arrogancia que dice: “Yo conozco el camino,” y actúa por su
propia cuenta.
En este orden de ideas, viene Dios a los judíos expresando su decepción, al
considerar las palabras que ha escuchado de ellos, las cuales son violentas. El
término hebreo utilizado en este texto es Hazaq el cual significa “endurecido, recio,
grave, obstinado e impío.”53
El verbo expresa un sentimiento de violación forzada.
Dios ha sido humillado de la peor manera posible. Su sentido de integridad personal
ha sido violado y destruido. Él ve a su pueblo como un criminal y Él es la víctima.
Su sentido de la moral ha sido destrozado ¿Cómo no va a expresar su decepción con
un pueblo que está pisoteando su dignidad y es responsable de semejante violación?
Por esta razón, la descripción de este término, es como un proceso que se deja
entrever: el corazón se endurece frente a la Voluntad de Dios, y obviamente lo que
sale del corazón eran palabras desagradables, recias en contra del Carácter de Dios y
de su obra. Algo que se convierte en una situación bastante grave porque el Nombre
de Dios está siendo vituperado, muestra de su misma obstinación. Lo que les lleva a
53 OpCit. Strong. Pg. 39
155
vivir una vida impía ante el mismo Señor. Es decir, lo que salía de sus bocas era lo
que pensaban, lo que tenían en sus corazones y así actuaban.
En la forma hiphil del verbo, indica “reforzar un ataque contra” y “consolidar
control sobre”, y en el hithpael es “encarnizado, con crueldad.”54
Ante estos
significados, queda claro que la actitud de los judíos, empezando por los sacerdotes
levitas, era insolente. No había la forma de escaparse de la mano de Dios, por cuanto
Él no dejaría pasar por alto un pecado tan delicado y grave como el que ellos estaban
cometiendo. Lo más diciente es que lo que hacían con crueldad y se habían vuelto
despiadados con Dios, especialmente al cebarse en sus recriminaciones contra Él.
¿Pero qué era lo que ellos estaban diciendo que causó el furor de Elohim?
¿QUÉ HEMOS HABLADO CONTRA TI?
Una vez más, esta es su respuesta frente a la manifestación de su pecado ante el Dios
Altísimo: ¡somos inocentes, nos estás acusando falsamente! ¡Mientes, te equivocas!
Es posible considerar todos los terribles pecados de Israel cometidos en el desierto,
murmuraciones, reclamos, idolatría, ingratitud, rebelión, sensualidad. Sin embargo, y
como ya se ha mencionado anteriormente, ninguno de ellos provocó la ira de Dios
tanto como su incredulidad. Ejemplo de ello está en Números 14:11: “Y Jehová dijo
a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me
creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?”
Los comentarios malintencionados de parte del pueblo contra Dios, tenían propósitos
sombríos pues su dignidad y buen Nombre estaban siendo deshonrados al considerar
que:
54 OpCit. www.iglesiareformada.com.
156
Por demás era servir a Dios…
Ellos decían prácticamente: "¿Qué hay de bueno en servir a Dios? No vale la pena
hacerlo". Toda práctica y cumplimiento de lo establecido por Dios les resultaba una
pesada carga, ya no tenía sentido ni trascendencia, porque en sus corazones no
estaban convencidos de la necesidad ni de la utilidad de cumplir con unas leyes
dadas tanto tiempo atrás.
Sus corazones se habían enfriado, y con su vida y actos se habían apartado de Su
presencia, y por ello Dios no les estaba bendiciendo. Y como consecuencia de esa
frialdad espiritual llegaron a acusar a Dios por la situación en que se encontraban.
Su cuestionamiento de la observancia de la Ley, el aburrimiento de estar en la
Presencia santa de Dios demuestra cuán apartados estaban espiritualmente. No sólo
se justificaban, sino también encontraban argumentos para seguir sus caminos
deseosos de desligarse de cualquier presión que sus conciencias pudieran despertar
en ellos.
El pueblo olvidó el verdadero motivo de servir a Dios, el cual era por
agradecimiento. El servicio nunca ha de ser por intereses personales ni tampoco por
obligación, sino al contrario, es el resultado del amor que este debe mostrar a quien
le llamó. Además, tiene que ver con la disponibilidad que se tenía para servirle. Lo
cual se hacía de buena manera, con ganas con el deseo de agradar a Dios. Pero, ya lo
hacían por cumplir. Todo lo que la nación judía hiciera realmente debía ser porque
les naciera de un corazón lleno de amor y agradecido, y no por guardar las
apariencias.
A Dios no se puede engañar, él sabe el cómo, cuándo y porqué del servicio de su
pueblo a Él. Así que, el servir a Dios debía ser un privilegio, una oportunidad, que
estaban dejando de lado, ignorando los principios divinos, y abandonando a su vez,
157
el plan perfecto de Dios: ser sus colaboradores, y ser parte de ese plan que desde
tiempos remotos había establecido.
Bienaventurados son los soberbios y los que hacen impiedad…
El pueblo estaba volteando su mirada hacia los impíos y veían como ellos
prosperaban a pesar de no conocer a Dios, de estar alejados de Él, mientras ellos que
habían creído en el Dios de sus padres, y le habían servido, ahora estaban en una
condición la cual no estaban conformes. Esto no era nada nuevo, pues el Salmo
73.3-9, nos muestra una situación similar: “Porque tuve envidia de los arrogantes,
Viendo la prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte,
Pues su vigor está entero. No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son
azotados como los demás hombres. Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de
vestido de violencia. Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los
antojos del corazón. Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con
altanería. Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra.”
Esta era una realidad que, una vez más, el pueblo veía de manera cotidiana, veían a
los paganos prosperar en sus obras, aun cuando estaban totalmente desalineadas a la
Palabra de Dios, veían como sus maquinaciones malvadas se cumplían a cabalidad y
podían ver cuán felices eran cuando ejercían su crueldad; se mofaban de su éxito, de
su injusticia y no perdían oportunidad para resaltar su triunfo incluso delante del
Dios Altísimo, olvidando que Él es Dios, el que todo lo ve, el que todo lo sabe. Otros
hasta le agradecían a Dios la prosperidad que habían logrado a causa de la injusticia
que ejercían ¿habrá algo más irónico…darle gracias a Dios por tener lo que se quiere
a costa de la maldad y el pecado?
Ellos estaban tan preocupados por lo “bien o muy felices” que aparentemente podían
vivir estas naciones paganas, qué olvidaron que este no era el camino que Dios les
había trazado a ellos. De acuerdo a esto, lo que estaban sintiendo no era justo ante
los ojos de Dios; era sólo un corazón lleno de envidia y codicia, era la
158
concupiscencia, resultado de los deseos carnales que en realidad tenían en sus
corazones. Lo que catalogaban como bendición en aquellos que vivían apartados de
Dios, era en realidad una maldición para ellos, porque es eso precisamente lo que
más los alejaba de la presencia de Dios. No importa cuánto promulguen el nombre
de Dios con sus labios, si viven en pecado, en injusticia, están separados de la Gloria
del Señor. Infortunadamente, Israel había caído en esta misma situación: la Gloria de
Dios se había apartado de la vida del pueblo por su pecado.
Como se puede notar entonces, sus comentarios en contra de Dios, eran resultado de
su gran obstinación, lo que les llevó a la apostasía. Todo lo que andaban diciendo
muestra que buscaban reforzar sus ataques contra Elohim vez tras vez, con el firme
propósito, absurdo por demás, de querer consolidar un supuesto control sobre su
obrar. ¡Qué jactancia la de este pueblo!
Y lo más incoherente era que estaban ensañados diciendo a los demás todo lo que era
una gran mentira en cuanto a Dios, no teniendo presente lo crueles que fueron no
solo con su Creador y Sustentador, si no con todos, pues por causa de unos muchos
en la nación se habían apartado del camino dado por Dios en la verdad de su Palabra
y por ello, serían castigados.
Y LA IGLESIA… ¿HA HABLADO CONTRA DIOS PALABRAS VIOENTAS?
En el Nuevo Testamento se encuentra la historia de un hombre que pensaba que era
amigo de Dios, hasta que un día se dio cuenta de lo contrario. Este hombre era
fervientemente religioso, asistía a los servicios semanales para adorar a Dios y
conocía la Biblia de manera detallada; de hecho, podía recitarla de memoria. Sin
embargo, un día Dios lo confrontó con la dura realidad de que él era realmente su
enemigo. Este hombre era Saulo de Tarso, quien posteriormente sería conocido como
el apóstol Pablo. Él dedicó su vida a luchar contra lo que consideraba era una falsa
doctrina, pero en realidad estaba luchando contra su Creador, Jesucristo.
159
¿Se podría encontrar la iglesia hoy en la misma situación, es decir, creer que está
haciendo lo correcto, pero en realidad está contra Dios? Se necesita abrir el corazón y
mente para ver si se refleja en la historia de Pablo.
Incluso los que pertenecen al pueblo de Dios pueden estar en una posición donde se
hacen enemigos de Dios por luchar contra su plan y propósito en sus vidas. En este
sentido la historia de Pablo es trascendental, ya que fue un hombre devoto y como él
mismo se describió, “sin culpa” en cuanto a la observancia de su fe religiosa. Si un
hombre con este nivel de devoción estaba equivocado en la forma de adorar a Dios,
entonces es de suma importancia que la iglesia reconozca que también ha hablado
con indiferencia acerca de Dios, su servicio, su obra.
Ahora, la iglesia en momentos se ha enojado con Dios cuando algo no le ha salido
bien, cuando su vida se llena de contradicciones, de adversidades, cuando levanta la
mirada para decir ¿por qué a mí? Algo que como el pueblo de Israel, le lleva a
desanimarse y a sufrir del pecado de Incredulidad…desde allí se puede decir sin
dudar que, ella, inicia ese camino de irse en contra de quien le amó y le escogió en
este tiempo para que fuera una nación santa y un reino de sacerdotes, para pregonar
las virtudes de Cristo (1ª Pedro 2.9).
Muchas veces, se culpa a Dios de la infelicidad. Y se desarrolla amargura y
resentimiento hacia Él, especialmente si ha tenido muchas decepciones en su vida. El
enemigo ha querido que se culpe a Dios si no somos felices. Quiere crear entre Dios
y su pueblo una grieta que le haga perder el gozo de la salvación. Los judíos
estuvieron enojados con Dios y hablaron cruelmente contra Él. Algunas veces se
trata de obtener de Dios cosas que se quieren, por imitación de lo que se ve que los
demás hacen. Así que hay disgusto inmediato cuando Dios no responde de la manera
en que se pensaba que lo haría. Pero por copiar las acciones de otros, se puede estar
haciendo cosas que Dios nunca dijo que se hicieran. No se puede estar enojado con
Dios por no bendecir algo que nunca Él aprobó ni aprobaría, eso se llama presunción.
160
Cuando hay enojo contra Dios se opera bajo la impresión de que la vida debe ser
fácil, y que Dios debe evitar que suceda cualquier tragedia. Cuando Él no lo hace,
hay impotencia y desánimo, hecho que conlleva a que se hable en contra de su obrar.
Pero también es importante decir, que cuando no se comprende la extensión de la
Soberanía de Dios, se pierde confianza en su habilidad para controlar las
circunstancias, la gente, y la manera en que éstas afectan. Después hay desazón hacia
Dios porque parece que Él ha perdido el control del universo y especialmente el
control sobre la vida de su pueblo. Cuando se pierde la fe en la soberanía de Dios, es
porque la frágil humanidad está lidiando con la frustración, y la falta de control sobre
los acontecimientos. Por esta razón, la comprensión de la Soberanía de Dios en todas
las circunstancias, debe estar acompañada por el entendimiento de sus otros
atributos; amor, misericordia, bondad, benignidad, justicia y santidad.
De acuerdo a lo que se ha mencionado, la Iglesia sí ha hablado palabras de violencia
contra Dios, así se pretenda hacer creer en ocasiones que es inexistente la situación y
que la iglesia es inocente. En las Palabras de Jesús quedó claro cuando dijo:
“Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en
tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y
entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”
(Mateo 7.22-24)
En conclusión ¿se puede confiarle todo a Dios? ¡Claro que sí! Dios es compasivo,
lleno de gracia y amor, y el pueblo de Dios, debe confiarle todas las cosas. Se debe
entender que cuando algo trágico sucede, se conoce que Él lo usa para atraerá su
pueblo más cerca de Él y fortalecer su fe, llevándole a la madurez y plenitud (Salmos
34:18; Santiago 1:2.4).
161
CONCLUSIÓN
Dios es el Único que jamás defrauda. Desde el comienzo del tiempo, su Palabra se ha
mantenido fiel. Cada profecía es una promesa que ha sido o será cumplida. Por esta
razón, es importante tener en cuenta el siguiente aparte del tratado acerca de la
Fidelidad de Dios:55
“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel...” (Deuteronomio
7:9). La fidelidad es uno de los más dulces y más confortables de los
atributos divinos. La fidelidad pertenece a Dios; la inconstancia y
volubilidad caracterizan al hombre pecador. La fidelidad de Dios es una
verdad práctica para los creyentes. Es una almohada para su cansada
cabeza, un estimulante para su desfalleciente corazón, y una fortaleza para
sus débiles rodillas. En todas las exigencias de la vida Dios puede ser
seguramente confiable. El nunca defraudará al alma confiada. Ella nunca
sufrirá debido a que la fidelidad de Dios falle. La fidelidad de Dios junto
con su todo poder son nuestra esperanza perpetua. Los hombres nos
defraudan porque ellos carecen tanto de fidelidad como de poder. Por ello
podemos ver más de la destrucción y ruina causada por la infidelidad de los
hombres y luego contemplar Uno quien es grande en fidelidad. Podemos
estar seguros de que “fiel es el que prometió” (Hebreos 10:23).
La infidelidad es una de las características más sobresalientes de
estos días malos. ¿Quién no ha sufrido a manos de la infidelidad de los
hombres? ¿Dónde encontraremos al hombre que no ha sido culpable, al
menos en alguna medida, de este gran pecado? En el mundo económico
casi todas las fallas son el resultado de la infidelidad de los deudores o los
empleados. En la esfera social la infidelidad marital ha venido a ser un
terrible azote; los sagrados votos matrimoniales son quebrantados con la
facilidad con que uno tira la ropa vieja a la basura. En el mundo político las
promesas pre-electorales son rotas de manera poco seria en contraste de
como fueron hechas. En los asuntos internacionales los acuerdos entre las
naciones son tratados meramente como papel de desperdicio. Una vez que
los hombres aprenden que no se puede confiar en otros, existe temor y
alarma por todas partes. También en la esfera religiosa la infidelidad es tan
evidente como en todas las demás partes. Multitudes que profesan creer en
la Biblia, son ignorantes de grandes porciones de ella, la citan fuera de su
contexto, y al mismo tiempo buscan explicar mucho de ella quitándole su
verdadero significado. (Nota del Traductor: El autor se refiere a que
muchos profesantes no solo son ignorantes de las enseñanzas bíblicas, sino
también al hecho de que secularizan o contemporizan sus enseñanzas,
tratando de entenderlas y adecuarlas según la perspectiva del hombre
moderno.)
La fidelidad es una perfección en Dios por la cual Él es fiel a Su
Palabra y a todos sus compromisos pactados. El nunca quebrantará un
55 OpCit: Cole Duval. Claude. Pgs.50-53
162
contrato consigo mismo o con alguna de sus criaturas. Lo que Él se ha
propuesto es lo que El hará, y lo que Él ha prometido es lo que El realizará.
Las mentiras son uno de los pecados que más se han extendido en todos los
tiempos.
Fue el creer en una mentira lo que causó la ruina de la raza humana. Adán
y Eva dieron la espalda a la palabra de Dios y siguieron al padre de
mentira. Y todos sus hijos han seguido sus pasos. En el pasado, los hijos de
Israel inclusive rogaba a sus profetas que les predicasen mentiras. Ellos
clamaban: “No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas,
profetizad mentiras” (Isaías 30:10). En nuestros días la mentira ha sido
disimulada con la gran palabra “propaganda”.
De Dios leemos que: “El permanece fiel, no se puede negar a sí
mismo” (2ª Timoteo 2:13). Esto significa que El será completamente fiel
en realizar todo aquello que se ha propuesto. En Romanos 8:28 está escrito
que: “Todas las cosas cooperan para el bien de aquellos que aman a Dios
y que conforme a su propósito son llamados.” Retrocediendo en la
eternidad podemos ver que había un pueblo conocido (amado) y
predestinado, al cual Dios se propuso llamar, justificar y glorificar. Este era
un propósito secreto conocido solamente a Dios mismo y no una promesa
hecha a los hombres, pues el hombre aún no llegaba a existir. Entonces, si
Dios fallara en llamar, justificar y glorificar a los que antes conoció y
predestinó, El no sería fiel o veraz consigo mismo. Sería como cuando un
hombre se propuso hacer algo y luego falla por falta de constancia o
habilidad. Dios es fiel a sus propósitos, y tiene poder amplio para ejecutar
todos sus planes. “...Y en el ejército del cielo, y en los habitantes de la
tierra, hace según su voluntad: ni hay quien estorbe su mano, y le diga:
¿Qué haces?” (Daniel 4:35).
Entonces, es importante entender también que Dios es fiel a los hombres que
deciden seguir sus mandamientos. A medida que estos se escudriñan, se recordará
una y otra vez que se deben seguir los principios de Dios y no vivir como el resto del
mundo.
¿Cómo entonces no confiar en un Dios que ha sido, es y será fiel por la eternidad?
163
CUESTIONARIO
1. ¿Cómo se relaciona la violencia con las palabras de violencia?
2. ¿Qué implicaciones tiene para Dios las palabras de violencia de su pueblo
hacia Él? ¿Y para el pueblo estar haciéndolas?
3. ¿Cuál era la raíz de todo? Explique.
4. ¿Por qué la incredulidad es un pecado peligroso? Explique.
5. ¿Por qué la Ira de Dios fue el resultado de la incredulidad? Explique.
6. ¿Qué significa que las palabras de Israel contra Dios eran violentas?
Explique.
7. ¿Qué fue lo que habló Israel contra Dios? Explique cada uno.
8. ¿La iglesia ha hablado contra Dios de igual forma? ¿Cómo se manifiesta este
hecho? Explique.
9. ¿Qué importancia tiene el Atributo de la Fidelidad de Dios en esta lección?
¿Y qué implica? Explique.
10. ¿Se puede confiar en Dios o se debe estar enojado con Él? Explique su
respuesta.
ENSAYO
Realizar un ensayo de no más de 5 páginas donde se trate el tema: “Ejemplos de
cómo la Iglesia de hoy está hablando palabras violentas contra Dios.”
164
APÉNDICE
RESPUESTA DE DIOS PARA SU PUEBLO: ¡ACTUARÉ CON JUSTICIA!
(3.16-4.6)
Cuatro características corresponden al juez:
Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar
prudentemente y decidir imparcialmente. (Sócrates)
INTRODUCCIÓN
El hombre suele concebir la justicia como la mera aplicación imparcial de la ley. La
justicia está conectada con la ley, con la obligación, los derechos y los deberes, y
mide sus concesiones según igualdad y mérito. Sin embargo, en el caso de Elohim
implica más que el frío cumplimiento de las reglas por fidelidad al deber o a las
obligaciones.
Las Escrituras dicen que el Creador es justo, indicando que hace lo que es correcto y
equitativo, y que actúa así siempre, sin parcialidad (Romanos 2:11). De hecho, es
inconcebible que proceda de otro modo. El fiel Eliú señaló: “¡Lejos sea del Dios
verdadero el obrar inicuamente, y del Todopoderoso el obrar injustamente!” (Job
34:10). En efecto, es imposible que Jehová obre injustamente. ¿Por qué? Por dos
importantes razones: primera, Dios es Santo, Él es infinitamente puro y recto, lo que
le impide actuar de modo injusto. Y segundo, Dios es Amor, lo que le mueve a tratar
a todos con rectitud, aun cuando no esté excluido el castigo para los que obran con
pecaminosidad.
En cambio, la injusticia, en sus diversas modalidades, suele ser fruto de la codicia y
el egoísmo, vicios contrarios al amor. La Biblia nos garantiza lo siguiente acerca del
Dios de amor: “Jehová es justo; él sí ama los actos justos” (Salmo 11:7). Él mismo
dice tocante a su persona: “Yo, Jehová, amo el derecho” (Isaías 61:8). ¿Verdad que
es todo un consuelo saber que se deleita en obrar conforme a derecho, o sea, en
165
justicia? (Jeremías 9:24: “Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en
entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia
en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”.)
UN REMANENTE QUE TEME A JEHOVÁ
Como se ha descrito a través de este libro, el pueblo de Israel, muestra una
deplorable condición delante de Dios: la adoración pública es despreciada, los
sacerdotes sirven por intereses egoístas, el pueblo trae ofrendas abominables y su
comportamiento es claramente absurdo; además de estar haciendo comentarios
acerca de Dios humillantes. Es decir, el deterioro y caos reinaba por doquier. Sin
embargo, en medio de ese ambiente, Dios inclina su oído para escuchar la voz de
unos pocos.
El texto expresa: “…hablaron cada uno a su compañero…” Esta expresión deja
entrever había un grupo de judíos que llegaron a reunirse para alabar a Jehová y
animarse mutuamente, lo cual los ayudó a mantener su fidelidad y pureza. Este tenía
una comunión íntima entre sí, la cual era permanente, y que cultivaban como una
amistad espiritual y fraterna entre ellos, además de ser conscientes de la apostasía
que existía en el pueblo de manera generalizada. A ellos se les describe como:
1. “…los que temían a Jehová…” No habían perdido su reverencia y
admiración hacia el Señor, por el contrario entre ellos hablaban acerca de
todo lo que sucedía a su alrededor con sus compañeros. Ellos tenían claridad
acerca del entendimiento de quién es Dios: que Él es Santo, Justo y Soberano,
a pesar de estar viviendo situaciones adversas. Este temor de Dios era la base
para andar en los caminos rectos del Señor, servirle y así, amarlo. Además,
incluye el entender lo mucho que Dios aborrece el pecado, y que su Carácter
le lleva a hacer juicio sobre éste, a infligir disciplina a su pueblo cuando este
obra de manera equivocada.
166
Así mismo, reconocieron el fracaso y la ruina generalizada. Esto les
motivó a no vivir una vida liviana ante Dios y a actuar con respeto y sujeción
a Jehová, reconociendo su soberanía y la total dependencia en Él.
2. “…los que piensan en su Nombre…” No habían olvidado que el Nombre de
Dios significa su Naturaleza, sus Atributos, su Carácter, su Propósito, sus
Métodos, su Providencia, su Palabra, su Fidelidad, su Reino; en otras
palabras: todo lo que Dios es, todo lo que Dios hace, todo lo que Dios
representa. Por esta razón, la meditación de su corazón era agradable a los
ojos de Elohim y así escaparon de vivir una vida espiritual externa, formal y
fría como los demás. Esto es muestra de que contaban con Dios y se
aferraban a su Palabra. Es decir, se ocupaban en sus cosas, le asignaban valor
a las cosas de Dios y le amaban.
A este grupo de judíos que no estaban participando de la maldad del pueblo, se les
puede denominar “el remanente fiel”. Lo que da sentido a un remanente (el resto),
es que se apega al testimonio de las cosas tal como eran al principio, y que, por tanto,
no sigue la corriente de la distorsión. Es por eso tan importante, determinar, que la
existencia misma de un remanente demuestra el fracaso del resto del pueblo, pues si
la generalidad fuese fiel, entonces no habría la necesidad de un remanente.
Dios ha tenido y tiene un profundo interés en este remanente. Cuando todo se
desvanece y pierde su vigor, Dios se levanta y sostiene un residuo para expresar a
través de ellos su voluntad y sostener su verdad. De allí que su recompensa hacia
ellos fue:
“…fue escrito libro de memoria delante de Él…” Esto indica que Jehová
nunca olvidaría a sus siervos fieles ni lo que habían hecho para glorificarlo.
Él recompensaría a todo aquel se comportara justamente ante su Presencia,
adorándole con un corazón sincero, como dice el Salmo 37:29: “Los justos
heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella.”
167
“Y serán para mí especial tesoro…” Esta expresión lleva a recordar las
palabras del Señor en Éxodo 19:5-6: “Ahora, pues, si dieres oído a mi voz, y
guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los
pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de
sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de
Israel.”
Es también importante recordar lo que indica esta palabra: en la antigüedad
cuando personas viajaban en caravanas guardaban sus tesoros en cofres, los
cuales cuidaban diligentemente. Sin embargo, de sus piezas o joyas,
seleccionaban la que tenía más valor: diamantes, gemas, zafiros, rubíes, etc. y
lo guardaban no en un cofre, sino en el centro de su pecho, a veces pendiendo
de una cadena. Ellos llamaban a esa joya única y valiosa “su especial tesoro”.
El guardarlo dentro de su pecho, no era sólo una manera de representar el
gran valor que dicha joya tenía, sino que indicaba que, para arrebatarla de su
dueño debía primero vencerle o matarle. Es decir, protegían la joya con su
propia vida. Pero, por otro lado, si la joya que portaban, al evaluarse
resultaba defectuosa o falsa, perdía inmediatamente su categoría de “especial
tesoro” y era sustituida por una de mayor valor y pureza.
Es claro entonces, que este remanente, era valorado por Dios, pues se habían
conservado puros delante de su Presencia y por ello, Él les bendeciría y
protegería en el día del juicio.
“…y los perdonaré…” Dios tiene plena conciencia de las limitaciones de su
pueblo. Como dice Salmo 103:14, “conoce bien la formación de nosotros, y
se acuerda de que somos polvo.” En efecto, no olvida que son creaturas
hechas de polvo, con las flaquezas y debilidades que conlleva la
imperfección. Por otro lado, la indicación de que conoce esta formación, es
importante recordar que la Escritura compara a Dios a un Artesano, y a su
pueblo, como vasijas a las que da forma (Jeremías 18:2-6: “Levántate y vete
168
a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del
alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que
él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le
pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No
podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice
Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros
en mi mano, oh casa de Israel.). El Gran Alfarero regula su manera de
tratarle de acuerdo con la fragilidad de su naturaleza pecaminosa y con la
respuesta, positiva o negativa, que da a su consejo divino. El Señor
comprende el poder del pecado, al que describe en su Palabra como una gran
fuerza que afecta al hombre en su vida.
Así pues, Él sabe que, por mucho que se desee obedecerle, no se
logrará a la perfección. En cambio en muestra de su amor incondicional,
asegura que perdonará si su pueblo pide misericordia con arrepentimiento
sincero. El Salmo 51:17 dice: “Los sacrificios de Dios son el espíritu
quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.”
No, nunca rechazará un corazón “contrito y humillado” por la carga de la
culpabilidad. Y este era posiblemente la actitud de este remanente.
“Entonces os volveréis…” El remanente que se habían apartado de la
apostasía, por su conversión sincera, sobrevivirían en el tiempo del juicio
divino. Por su fidelidad y confianza en Elohim, recibirían salvación.
“…y discerniréis…” A este Dios les abriría los oídos espirituales para que
pudieran escuchar la voz de Dios y recibirían su Palabra de manera puntual y
les daría la dirección correcta sobre los planes de Dios para ellos. Para que
esto fuera una realidad, necesitaban vivir en obediencia a los principios
expresados en la Torá.
Era aprender a contemplar, examinar y apercibirse de lo que Dios
había hablado y confiar que el cumpliría con su Palabra a cabalidad. Además,
169
este hecho les capacitaría para distinguir objetivamente quién era bueno o
malo y quiénes verdaderamente eran sus siervos.
“…viene el día ardiente…” hace referencia al día en que se daría el juicio
contra aquellos que habían apostatado contra Elohim y los describe como:
“los soberbios y los que hacen maldad…”, los cuales serían destruidos y
consumidos por sus pecados.
“…más a vosotros los que teméis mi nombre…” Una vez más hace
referencia al remanente, los cuales habían decidido servir a Elohim con todo
su corazón y fuerzas, y no habían sucumbido frente a la maldad de la mayoría
del pueblo. Por su actitud, a ellos:
“Nacerá el Sol de Justicia y en sus alas traerá salvación”
Representa la plenitud de la salvación de Dios para su amado
remanente. Es decir, ellos serían bendecidos por Elohim,
quién les justificaría y serían sanados en sus corazones.
“…y saldréis, y saltaréis…” El Señor utiliza, en este texto,
una figura: la de los becerros de la manada. Estos están
encerrados en el establo en la noche, y lo amarran con un
cabestro, pero cuando sale el sol el ternero sale al potrero; el
novillo queda en libertad y brinca. El pueblo estaba aferrado
al recuerdo de pecados pasados, y a su vez por la presente
incredulidad estaban poniéndose como un cabestro y se
mantenían en un cautiverio espiritual en su vida cotidiana
debido a que se habían apartado de Dios. Sin embargo, cuando
el Señor se revela queda en libertad y puede crecer.
Elohim deseaba salvar a su pueblo de todo pecado, pero
era necesario su arrepentimiento sincero, y la sanidad divina
les haría libres, de manera que habría gozo en sus corazones
170
por la justificación de sus pecados, los cuales les serían
perdonados para siempre dando la oportunidad de confiar en Él
y producir fruto en sus vidas.
“Hollaréis a los malos…” Parte de su recompensa es que
volverían a ser ese pueblo donde la Gloria de Jehová se vería,
y serían puestos en el lugar de donde habían caído. Isaías
61.1-3 dice: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz,
y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que
tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas
sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y
andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu
nacimiento.” Es decir, estarían sobre las demás naciones por
cuanto el Señor seguiría siendo su Estandarte.
“Acordaos de la Ley de Moisés…” El Señor les estaba
recomendando que debían recordar el obedecer la Palabra que
Él mismo había dado a los judíos en el Monte de Horeb, para
que de esta manera fueran bendecidos y prosperados en sus
caminos, conforme a lo dicho en 1 Reyes 2:3: "Guarda los
preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y
observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus
testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés,
para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que
emprendas."
“...os envío el profeta Elías…” Dios les enviaría en un futuro no muy
lejano un profeta con el Espíritu de Elías, quien haría portentos y
ejecutaría juicios sobre aquellos cuya maldad era continua. Se podría
decir también, que el que viene, cumplirá bien con las funciones que los
sacerdotes corruptos en esos momentos, solo cumplían a medias. La
171
labor del profeta era para que los judíos se arrepintieran sinceramente de
su deslealtad unos con otros y así salvarse de ser destruidos por Dios .
De allí que se establezca en el texto, los conflictos entre padres
e hijos los cuales se presentaban como un problema generalizado debido
a que la sociedad judía estaba totalmente carcomida por la deslealtad
interhumana. De modo que se habla de una comunidad desleal unos con
otros y de su necesidad de arrepentirse.
Y si esto no ocurriese, Él mismo estaría dispuesto para afligir
a su pueblo con plagas y calamidades naturales por su infidelidad al
pacto. Él estaba advirtiendo que la deslealtad que había llegado hasta a
envenenar las relaciones familiares, expondría a Israel a un castigo
divino más severo: la destrucción total.
LA IGLESIA: UN PUEBLO QUE SERÁ JUZGADO
Durante mucho tiempo, la Iglesia ha estado esperando que la promesa de Dios en
relación a establecer su Reino y juzgar a la humanidad, se haga una realidad. Al fin y
al cabo, sólo el cumplimiento de esta profecía puede traer justicia y paz a nuestro
mundo tan lleno de guerra y violencia. Sin embargo, como el mismo pueblo de
Israel, la Iglesia se ha corrompido y ha entrado en un periodo casi generalizado de
apostasía.
Todo tipo de movimientos “espirituales”, nacientes y creados por hombres que se
han apartado de la verdad del Evangelio, han crecido dentro de ella, la han
corrompido y la han apartado del camino que Dios estableció para su pueblo desde
antes de la fundación del mundo. Veamos un ejemplo de ello:
“Ya no hay un clamor contra la carne y la necedad que
infiltra la casa de Dios. Vemos esto en una carta que recibí de un pastor
dedicado quien sirve en una de las más grandes denominaciones
protestantes. Él gime sobre lo que tomó lugar en la conferencia anual de su
denominación:
172
“Votamos apoyando el aborto parcial, aun cuando el Congreso de
nuestro país ha votado en contra. ¡Qué tristeza! ¿Cuándo el Congreso es
más piadoso que una iglesia?
“Nuestro nuevo moderador, quien va a servir como portavoz por
los próximos dos años, abiertamente apoya la ordenación de homosexuales
y lesbianas, y es, de hecho, de una congregación „más iluminada‟ (llamada
así porque ellos creen que tienen „más luz‟ que los demás sobre el asunto
de homosexualidad). Como ministro en esta denominación, ahora me
permiten bendecir uniones del mismo sexo. ¿Cómo puedo bendecir a
aquello que Dios llama perverso?”56
Como se puede ver, cada día que pasa la iglesia se degrada más y más, y no
aprovecha la oportunidad de vivir de tal manera que pueda impactar a un mundo que
está orientado hacia la destrucción total por el juicio divino.
Se puede decir con certeza que siempre que el pueblo se ha apartado de la
senda de la voluntad de Dios, y se ha tornado al pecado, a la idolatría, a la apostasía,
Dios se ha visto forzado a visitar a su pueblo con juicio y con castigo.
Porque el juicio comienza por la casa de Dios (1 Pedro 4:17: “Porque es tiempo de
que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros,
¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y: Si el justo
con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?), y es cierto que
“Dios es amor”, pero también es muy cierto que “Dios es fuego consumidor” (1 Juan
4:8; Hebreos 12:29). La iglesia no debe olvidar la Palabra de Dios.
Se está viviendo en días finales de la historia de la Iglesia. Y el apóstol Pablo
refiriéndose a estos, escribió: “Pero el Espíritu Santo dice claramente que en los
postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores
y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1).
Recordando a Israel, en Jeremías 14:10, 11; 15:1, 3 dice: “Se deleitaron en vagar, y
no dieron reposo a sus pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará
ahora de su maldad, y castigará sus pecados… No ruegues por este pueblo para
bien… Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, no estaría mi voluntad con este
56 Sacado de: www. http://www.tscpulpitseries.org/spanish/ts041025.htm.
173
pueblo; échalos de mi presencia, y salgan… Y enviaré sobre ellos cuatro géneros de
castigo, dice Jehová: espada para matar, y perros para despedazar, y aves del cielo
y bestias de la tierra para devorar y destruir. ”. Según se puede notar, la copa de la
ira de Dios, fue que el pueblo se deleitaba en vagar, no daban reposo a sus pies, esto
lo hacían física y espiritualmente, no iban a la casa de Dios en busca de la Palabra de
Dios y de la voluntad de Dios; pero iban dondequiera que se les antojaba,
dondequiera que se les invitaba, iban a quien querían menos a Dios. Vagaban,
erraban, rotaban, correteaban, se desviaban, sin punto fijo en ningún lugar;
espiritualmente hacían lo mismo, no se apoyaban firmemente en Dios y en su
Palabra, pero cualquier falso profeta que les profetizaba bendición, paz, prosperidad,
riquezas, fortuna, vanidad, esto creían porque esto querían.
¿Acaso no se está viviendo en este tiempo condiciones similares?, aunque aquellas
cosas pasadas fueron escritas para que hoy, la Iglesia, no caiga en las mismas cosas;
Sin embargo, están muchos en la Iglesia de hoy vagando, no dando reposo a sus pies,
corriendo de un lugar a otro, yendo de un profeta a otro, cambiando de una doctrina a
otra; llevados por todo viento de doctrina, buscando la que mejor se acomode a sus
caprichos y frivolidades. Y son a estos a los que el apóstol Pedro se refiere cuando
dice: “Tienen por delicia el gozar deleites cada día… son inmundicia y manchas,
quienes… se recrean en sus errores. Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian
de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen al corazón habituado a la codicia,
y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo
el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad… les ha
acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca
lavada a revolcarse en el cieno” (2 Pedro 2:13-15, 22).
A pesar de todo esto, es correcto decir también, que existe un remanente que no ha
claudicado ni ha dejado de vivir la Palabra de Dios y hoy está rogando para que la
mayoría de la Iglesia retorne al Señor y le sea fiel. Paulo Aireu dice:
174
“De entre todos los llamados a ser salvos Dios se ha preservado un
remanente de escogidos. Escogidos no por mérito sino por la pura
Soberanía y Gracia de Dios, y no para exaltación propia sino para
humillación continua y baluarte que proclame en todas las direcciones
el permanecer apegados al evangelio de Cristo y así mantener firme el
estándar de nuestra fe, no más abajo o más arriba, a la izquierda o a la
derecha, sino con la vista fija, centrada, en el creador y consumador de
nuestra fe, Cristo Jesús. Pero aún los escogidos podemos ser
engañados si creemos la voz del maligno y nos olvidamos de nuestro
servicio a Dios y nuestra responsabilidad en el plan de Dios. Nada nos
puede separar del amor de Cristo y del plan de Dios para nosotros, con
excepción de nosotros mismos cuando, apoyándonos en nuestra propia
prudencia y poniendo nuestros ojos en la dirección incorrecta,
voluntariamente nos desvanecemos en las ilusiones. Estamos viviendo
tiempos tremendos en que muchos falsos profetas se han levantado y
muchas falsas doctrinas se han dispersado como cáncer, y cuyo único
propósito es robar las preciosas almas que Dios anhela rescatar. Por
eso más ahora que nunca es necesario proclamar que el plan de Dios
sigue vigente, que Cristo es el camino, la verdad y la vida, y que fuera
de Él no existe salvación ni poder para resistir las ilusiones que el
mundo ofrece.”57
Dios siempre ha tenido, tiene y siempre tendrá un remanente fiel, que es su pueblo
redimido por la sangre de Cristo. Hoy tiene un remanente formado por personas de
todo el mundo judíos y no judíos.
Para terminar, saber que todos tienen oportunidad para ser parte del remanente fiel de
Dios es alentador y esperanzador. Por otro lado, saber que el pueblo de Dios nunca
estuvo solo es una gran noticia que anima, estimula y fortalece. En el caso de la
iglesia, su fe será fortalecida y cambiará su forma de pensar, sentir y actuar. La
perspectiva sobre la vida espiritual cambiará para bien. Por ello, se debe confiar en
Dios no importa la circunstancia en que se esté, pues Dios nunca dejará a su Iglesia
sola tampoco, pues se es parte de su remanente fiel, él siempre estará a su lado para
ayudarla y levantara. Jesús lo dijo claramente: “…enseñándoles que guarden todas
las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
fin del mundo. Amén.” (Mateo 28.20); y además también dijo: “Estas cosas os he
hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo
he vencido al mundo.” (Juan 16.33).
57 Sacado de: www.lasteologias.wordpress.com/2008/10/13/el-remanente-de-hoy.
175
CONCLUSIÓN
Israel fue llamado a hacer justicia, a vivir conforme lo que fue establecido en la
Torá, pues de esta manera recibirían libertad. Dios Busca justicia y rectitud en el
mundo que Él creó, y llama a su pueblo a participar a su lado en esto: “Buscad el
juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda” (Isaías
1.17). Lo cual es más que hacer algo bueno; es una manera de mostrar el carácter
mismo de Dios, porque “Jehová es el que hace justicia y derecho a todos los que
padecen violencia.” (Sal 103.6).
Si se va a buscar la justicia, al pueblo de Dios le es necesario aprender a confiar y a
depender de Dios aún en medio de circunstancias adversas. En cuanto al Sol de
Justicia entendemos, teológicamente, que refiere a Jesucristo. Por medio de Él los
creyentes son justificados y santificados y, así, llevados a ver la luz. Su influencia
hacen santo, gozoso y fructífero al pecador. Es aplicable a las gracias y
consolaciones del Espíritu Santo, llevadas a las almas de los hombres. Cristo dio el
Espíritu a los que son suyos para que brillen como la mañana. Cristo vino como el
Sol a traer, no sólo luz a un mundo oscuro, sino salud a un mundo enfermo.
Por otro lado, el pueblo de Dios también ha sido llamado a vivir en el temor de Dios.
Este no consiste en solo decir que hago parte de la Iglesia; no es solo estar sentado
unas horas en una silla escuchando o leyendo su Palabra. El temor de Dios es vivir
muriendo cada día al mundo pero ser resucitados en Cristo para agradarle a él.
Por esta razón, y ante la apostasía, es que Dios levanta un remanente, el cual es
durante la mayor parte del tiempo un pueblo escondido, dispersado, menospreciado y
perseguido. Los que forman parte de él, a menudo se sienten solos.
Los que hacen parte del remanente de Dios, pueden hablar de su fe en Cristo con
todo denuedo, en toda situación donde el Señor se lo permite. Pero no tienen ninguna
"agenda escondida" detrás de ello: No tienen necesidad de cumplir un número
176
obligatorio de "horas de evangelización", ni de ganar miembros con la finalidad de
ser engrandecidos como líderes, ni de aumentar ingresos por ofrendas y diezmos, ni
de "acumular puntos" para ser más aceptos ante Dios. Por eso, no necesitan organizar
eventos llamativos ni manipular a nadie. Son sencillos testigos de lo que Dios hizo en
sus vidas.
Además, respetan y honran la genuina autoridad espiritual en quienes la pueden
percibir; pero no conocen oficios ni posiciones jerárquicas. Y aquellos que alcanzan
tal reconocimiento, no lo toman como una ocasión de levantarse por encima de sus
hermanos. Al contrario, se humillan aún más en el temor de Dios, y se convierten
aún más en siervos de sus hermanos (Lucas 21:24-28).
177
CUESTIONARIO
1. Qué relación tiene la Justicia con: ¿La Santidad? Y con: ¿El Amor?
2. ¿Qué indica la expresión “hablaron cada uno con su compañero”, dentro de
los que temían a Jehová?
3. ¿Quiénes eran los que temían a Jehová?
4. ¿Qué significa “los que piensan en su Nombre”? Explique.
5. ¿Qué da sentido a un remanente? Explique.
6. ¿Cuál fue la recompensa de Dios a este remanente? Explique cada uno.
7. ¿Qué pasaría con la actitud del remanente? Explique cada uno.
8. La Iglesia hoy ¿está en riesgo de juicio?¿Por qué?
9. ¿la Iglesia está viviendo lo mismo que Israel vivió? ¿Cómo?
10. ¿Existe un remanente hoy? ¿Qué características debería tener?
ENSAYO
Realizar un cuadro comparativo entre el pueblo de Israel y la Iglesia de hoy
mostrando claramente los puntos donde coinciden ambos pueblos en relación a la
apostasía y actitudes ante Dios.
178
CONCLUSIÓN
Malaquías es una muestra de la miserable y autocomplaciente condición de los
judíos que habían regresado del cautiverio. Su brío se había deteriorado rápidamente
hasta llegar a un estado de insensible indiferencia a las demandas de Dios, un estado
de satisfacción por su propia manera de ser y actuar.
Es una palabra de súplica profunda de parte de Dios, en la cual Él reprueba el grosero
desprecio de ellos por Él, expresado de varias maneras. Sin embargo, ¡ellos
responden con descarado desafío como si estuviesen enteramente sin culpa! De ahí
que esta es la última palabra de Dios para Israel hasta cuatrocientos años más tarde,
cuando Juan el Bautista fue enviado por Dios.
Israel, al rehusar escuchar a Dios, será dejado para que coseche los amargos
resultados de su propia arrogante opción.
Con todo, cuán precioso es que todavía estaban aquellos quienes en su corazón
temían a Jehová, aunque, sin duda, era un pequeño remanente de entre el remanente
que había regresado a Judá. No se les da ningún nombre que los distinguiese, puesto
que lo que es precioso para ellos es el nombre del Señor. Pero ellos hablaron a
menudo unos a otros acerca de las cosas de Dios, y esto era un deleite para Su
corazón. Él asegura que aquello no fue olvidado, sino que fue escrito en un "libro de
memoria."
Cuán apropiado es que este último libro del Antiguo Testamento muestre a Elohim
ocupado no meramente con acciones, sino con los pensamientos y motivos de los
corazones. Y a ellos se les promete que les nacería el Sol de Justicia: Cristo Jesús que
estaba aún por venir en poder y gran gloria a su mismo pueblo.
Malaquías da principios prácticos acerca del compromiso que debe tener el pueblo
con Dios. Él merece lo mejor. Es importante que se esté dispuesto a dejar cualquier
179
estilo de vida pecaminoso y separarse del mundo. Se debe hacer de la familia una
prioridad durante toda la vida. Se debe estar listo para el proceso de santificación del
Señor en la vida de su pueblo; por ello, no ha de haber lugar para la soberbia.
Malaquías cierra sus mensajes señalando el gran día del juicio final. Para todos los
que temen a Dios, será un día de gozo debido a que morarán en su presencia. Los que
le han despreciado a Él y su Palabra, serán destruidos.
Finalmente, es claro que el pueblo de Dios ha de ser renovado a través de un
arrepentimiento sincero y el de adquirir un compromiso serio y cabal con el Señor,
dando su vida en un sacrificio real, abandonando el pecado. Al final, valdrá la pena
todo lo que este haga.
Para concluir, es bueno tener en cuenta diez cosas por las cuales se puede saber que
la iglesia ha sido secularizada:58
1. Se predica sólo lo que es popular y evita lo que es culturalmente
controversial.
2. No hay un estándar moral para ser miembro o para servir en el ministerio
de la iglesia.
3. Las relaciones sexuales prematrimoniales, la convivencia entre parejas no
casadas y la aceptación de la homosexualidad se normalizan en la
congregación.
4. La mayoría de los jóvenes tienen formas alternativas normalizadas de la
familia y el matrimonio.
5. La música secular se utiliza en eventos de la iglesia, como estrategia de
atracción.
6. Bailes mundanos, beber y emborracharse son aceptables.
7. La iglesia defiende los valores de la cultura que nos rodea más que la
enseñanza de la Escritura.
8. La congregación propugna una cultura de entretenimiento más que una de
discipulado bíblico.
9. La congregación propugna una cultura de la codicia opulenta y el
narcisismo en lugar de sacrificio y entrega.
10. Jesús sólo se presenta como un Salvador personal, más que el Señor de
todos.
58 Sacado de: www.contralaapostasia.com/2015/04/13/10-senales-de-que-su-iglesia-ha-sido
secularizada/.
180
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BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA
El Misionero Gersóm Vélez Martínez es casado y sirve en la Iglesia Cristiana
Apostólica Palabra de Justicia, ministerio que Dios le permitió iniciar en la ciudad
de Medellín. Ha realizado sus estudios teológicos en el Seminario Bíblico de
Colombia (Lic. En Sagrada Teología y Biblia con énfasis en misiones) y en el
Seminario Internacional de Miami -MINTS- (Lic. En Estudios Teológicos; Magister
en Estudios Teológicos) donde actualmente es aspirante al Doctorado en Ministerio.