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Elementos Pragmáticos y Discursivos en Los

Oct 07, 2015

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Mervat Ibrahim

pragmatica y discurso
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  • Elementos pragmticos y discursivos en los

    procesos de traduccin

    JOS LUIS MARTNEZ-DUEAS Universidad de Granada

    [email protected] 1. Introduccin: Traduccin y textualidad

    La traduccin interlingstica es un conjunto de procesos mentales, de conocimiento y de comunicacin, que se articulan en torno al paso de sis-temas lingsticos distintos y en los que interviene el sistema de escritura, autnomo aunque no independiente, frente a este proceso se encuentra la denominada traduccin intralingstica, y la traduccin intersemitica1. De la complejidad lingstica que sobresale en los procesos de la traduc-cin, los sistemas gramaticales y en especial los sintcticos y lxico-semnticos acaparan la atencin de dificultades bsicas y elementales; sin la oportuna y adecuada superacin de stas, el proceso de traduccin se convierte en un proyecto fracasado o en un producto errneo. El sistema gramatical requiere el reconocimiento de los correspondientes sub-sistemas en su totalidad, pues adems de los mencionados conviene con-siderar el fonolgico y el morfolgico. La integracin de las lenguas como sistema de sistemas supone el eje fundamental sobre el que gira el proce-dimiento en su totalidad. Adems, existe el nivel comunicativo de la ac-cin que impone sus propias normas y exige un reconocimiento acertado y pormenorizado.

    Existe un nivel de entendimiento de este proceso, procesos, o con-junto de procesos, que pasa por la reflexin acerca de la produccin mate-rial de la traduccin. Me refiero, naturalmente, al texto traducido, y por implicacin al texto original. Sea cual fuere la naturaleza de uno u otro el hecho es que en principio de trata de lo mismo, un texto. Qu hay de im-portante en esta observacin? Pues, desde mi punto de vista, casi todo, por 1 Vase R. Jakobson, quien distingua: Intralingual (rendering), interlingual (translation proper), intersemiotic (transmutation), y afirmaba: Translation in-volves two equivalent messages in two different codes. Vease On linguistic as-pects of translation (1957), Selected writings. Vol. II, The Hague: Mouton, 1971, pgs. 260-266

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    no decir todo; no obstante ms adelante matizar la respuesta. Esto requie-re un acertado y prolijo conocimiento del fenmeno del texto, como pro-ducto representado, sus dimensiones y sus componentes. Y tambin re-quiere una no menos acertada y detallada consideracin de la textualidad, es decir, del conjunto de realidades que conforman el texto. Esto nos lleva a tratar en un primer momento la micro-estructura textual, para pasar a considerar la macro-estructura. En conjunto, tambin habremos de pasar a ver distintas consideraciones de lo que es el texto, sin las cuales el proceso de la traduccin se considera de manera sesgada e incompleta. Tambin cabe una final referencia a la relacin entre la traduccin y la textualidad sin la que resulta imposible adentrarse en el estudio del texto: la retrica. Esta ciencia vilipendiada, olvidada, confundida, malentendida, ignorada, e incluso estudiada, es la disciplina que se ha ocupado siempre de la reali-dad textual, de su composicin, de su desarrollo y de su valoracin. Por tanto, conviene tener claro que una consideracin de la traduccin ha de incluir el complejo fenmeno de la textualidad y la vertiente disciplinar de la retrica. Sin embargo, si todo se detuviese aqu, habra una cierta ma-niobra falseadora, pues no hay un proceso completo sin la atencin nece-saria a la dimensin de accin de la retrica, y ah entra la llamada disci-plina de la pragmtica, la que se ocupa de la accin y de los actos, de los actos lingsticos en particular, y de la forma en que stos discurren, es decir, del discurso. La pragmtica considera la accin del habla, sus inten-ciones y sus efectos y las relaciones establecidas a partir de la misma, por los hablantes. Estos se relacionan con el discurso a travs de la fluidez comunicativa y relativa a la textualidad. Los elementos pragmticos apa-recen en la accin comunicativa y afectan a la traduccin; igualmente habr que considerar los elementos del discurso y la forma en que operan en la correspondiente textualidad, tanto de origen como de resultado, de producto. En resumen, al tratarse de una consideracin de prcticas tex-tuales en interaccin, de textualidades en contraste, la traduccin no debe soslayar su realidad pragmtica y su dimensin discursiva. 1.1 Discurso y sociedad Al tratar de la traduccin como fenmeno de inters social e histrico se encuentra uno con la dificultad o imposibilidad, o su adscripcin a una actividad prctica, su realidad como teora, o como ciencia, su posibilidad como arte, o su entendimiento como tcnica. En cualquier caso lo que se produce es un fenmeno comunicativo que requiere el entendimiento de

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    tres factores: la lengua, la sociedad, y el individuo2. Todo ello dentro de una reflexin filolgica de mbito lingstico. Esos tres factores son fun-damentales. La lengua es un sistema de sistemas que es abierto y de (casi) innmera combinacin. Tambin hay que contar con la realidad comuni-cativa de la lengua, primaria pero real, aparte de las funciones de la expre-sin y de la argumentacin3. La comunicacin se produce dentro de una comunidad de discurso que utiliza la lengua. Por tanto sta es parte de una sociedad y de unos individuos integrados en la misma. El discurso es por definicin lo que pasa por nuestras vidas y en nuestro entorno. En los es-tudios lingsticos el discurso es un acontecimiento estructurado que po-see varios niveles de comportamiento, y entre ellos se encuentra el nivel lingstico. Frente a esto el texto se define como un conjunto de elementos gramaticales que se constituye en un complejo semntico, con significado completo.

    La sociedad como conjunto de intereses y de formas de coopera-cin aparece igualmente reflejada en la lengua y el discurso. Los miem-bros de una comunidad de discurso participan a travs de los usos de la lengua, del habla, y sobre todo por medio de una actividad que define lo que es el discurso: el dilogo4. El entendimiento de un discurso, en gene-

    2 Sobre esta consideracin me baso en E.-A. Gutt, Translation and relevance. Cognition and context, Oxford: Blackwell, 1991, pg. 9, y en la cita que este autor hace de Peter Newmark: [] the body of knowledge that we have and have still to have about the process of translating. 3 Aunque hay que considerar la propuesta de M.A.K Halliday, Explorations in the functions of language, London: Arnold 1973, de metafuncin conceptual (de ex-periencia y lgica), macrofuncin interpersonal, y metafuncin textual, hay que recordar igualmente las correcciones de Karl Popper, Objective knowledge, Ox-ford: Oxford University Press, 1972 de descripcin y argumentacin, a las esta-blecidas por Kart Bhler, Sprachtheorie, Jena, 1934, de manifestacin, repercu-sin y representacin, rehechas como expresin, apelacin, y representacin. Para un tratamiento crtico de este asunto en una perspectiva de retrica moderna vase J.L. Martnez-Dueas, Retrica de la lengua inglesa, Granada: Comares, 2002. 4 El dilogo es bsico para el entendimiento discursivo, como explica Macdon-nell: Dialogue is the primary condition of discourse: all speech and writing is social. Within and across countries, discourses differ []. Discourse differs with the kinds of institutions and social practices in which they take shape, and with the positions of those who speak and those whom they address. The field of discourse is not homogenous. D. Macdonnell, Theories of discourse, Oxford: Blackwell, 1986, pg. 1

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    ral, se hace posible por su contextualizacin, como materializacin cir-cunstancial. El fenmeno de la traduccin puede verse dentro de una prc-tica discursiva, una tcnica, un arte exacto, o la teora de traducir; en cual-quier caso se trata de un dilogo entre una textualidad original y una de-seable textualidad final de recepcin. Discurren intereses, preconcepcio-nes, resultados, y efectos. Desde unas textualidades de determinadas inser-tas en una sociedad, lo que constituye un discurso, se parte a otra que for-ma parte de ese discurso pero que se establece a su vez como una alterna-tiva paralela. A este respecto cualquier ejemplo puede pasar por vlido: pinsese en la Biblia, en Homero, o en Shakespeare, o en la traduccin de un manual de instrucciones de montaje de maquinaria, o en un folleto de informacin turstica. 1.2 Modelos de anlisis

    Una vez resueltas las situaciones de definicin y de concepcin de estos asuntos, conviene pasar a ver la necesidad de establecer unos modelos que acten de forma apropiada en el estudio de los procesos de la traduccin, entendida sta como un discurso. La distincin antes aludida de Roman Jakobson ha de relacionarse con una perspectiva del significado, es decir, con la posibilidad de descu-brir distintas consideraciones semnticas que hay que tener en cuenta para traducir5. Me referir a dos modelos de anlisis lingstico que contienen diversos aspectos de inters en el estudio lingstico y que se pueden apli-car a la traduccin.

    En primer lugar me referir a la llamada gramtica del texto, o lingstica de texto, y por extensin a la lingstica del discurso, o anlisis del discurso. Hay un tratamiento que trasciende la mera gramaticalidad oracional y se ocupa de la significacin completa de la escritura, en una complejidad semntica que va ms all de la mera sintaxis o del entrama-do lxico. En segundo lugar me referir a la llamada teora de la pertinen-

    5 Se puede mantener la clsica clasificacin de Geoffrey Leech: Conceptual (de contenido lgico, denotativo y cognoscitivo), asociativo (con los niveles connota-tivo, afectivo, estilstico, reflejado, y de colocacin), y temtico, que se refiere a la forma de organizar la presentacin del mensaje en orden y nfasis (G.N. Leech, Semantics, Harmondsworth: Penguin 1974, pgs. 10-27). Conviene recordar en relacin con el significado y la traduccin la conclusin de Roman Jakobson: The signans is perceptible, the signatum intelligible. Or to put it more concretely and operationally in Charles Peirces terms: the signatum is translatable (Jakob-son, op. cit., pg. 267).

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    cia, en lo que tiene de valoracin psicolingstica de lo pragmtico, al producirse una valoracin cognoscitiva de fenmenos del entendimiento en trminos de presuposicin, inferencia, implicacin, que son moneda de cuo comn en la comunicacin lingstica y que en otras consideraciones se obvian o se descuidan cuando no se ignoran. En lo referente a la lingstica del discurso dir que en principio de parte de una consideracin sintctica que valora la consideracin ret-rica (la adecuada organizacin de la comunicacin y el entendimiento para una efectividad determinada) y que tambin considera la vertiente estils-tica (la opcin del cmo en el habla). Esto puede comprobarse en el estu-dio de textos paralelos, una prctica extendida, y que muestra la necesidad de un mtodo de contraste textual, que estudie los niveles pragmtico-textuales, los sintctico-textuales, y los semntico-textuales. Esto lleva a una integracin discursiva, como explica Hartmann: Whatever else the study of parallel texts may reveal, it certainly confirms that the meaning of individual items in discourse is constituted as an amalgam of their pragmatic, syntagmatic, and semantic components6. La comunicacin textual requiere una traduccin en la que no se consideren oraciones o pa-labras aisladas, a menos que constituyan un discurso nico con un contex-to de situacin claramente identificable. La traduccin del discurso slo es posible si se conocen las estructuras gramaticales equivalentes y los prin-cipios pragmticos correspondientes en la lengua a la que traducimos. El proceso y el producto dependen de todo un conjunto de actividades lin-gsticas que se conjugan con precisin y superacin de las dificultades: reconocimiento de la lengua de partida, reconocimiento de los elementos discursivos presentes y la seleccin de opiniones y propiedades dentro de una comunicacin interlingstica. A partir de aqu puede hablarse de mo-delos de equivalencia (la estilstica comparada de Jean-Paul Vilnay y Jean Louis Darbelnet), que presupone la existencia de estilos convencionales asociados con diferentes situaciones comunicativas. Otra aproximacin a estos problemas es la que desarroll Eugene Nida, probada en su traduc-cin bblica, que se basa en la sintaxis oracional, y que busca la equiva-lencia dinmica hacia el lector como resultado de un complejo conoci-miento de procedimientos cognoscitivos, ms psicolingstico que estils-tico. Catford intent una readaptacin de la traduccin palabra por pala-bra, literal, y libre a la luz de la categora funcional de Halliday de rank. Palabra por palabra est limitada por la categora de la palabra, la literal en el nivel de la oracin simple, y la libre en el nivel de la oracin simple

    6 R.R.K. Hartmann, Contrastive textology, Heidelberg: Gross, 1980, pg. 40.

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    (clause) o sintagma, y libre al nivel de la oracin o el prrafo7. De estas consideraciones se desprende que llega un momento que el conocimiento de las lenguas en cuestin (A/B: source-target) presupone su reconoci-miento discursivo y textual, de forma que no se trata de un uso acertado de las hablas, o del habla, es decir del acierto en el estilo, sino de un do-minio de la competencia, de las categoras lingsticas tanto de la compe-tencia lingstica como de la competencia comunicativa. Esto puede llevar a una reflexin relativa a tratar no slo de un bilingismo sino de un bicul-turalismo. De cualquier modo, la consideracin lingstica ha de integrar-se en una teora de la traduccin autnoma, pues resulta imposible una traductologa sin perspectiva de estudio lingstico, y esto requiere un cierto nivel avanzado como explica Hartmann: Translation as interlingual textual approximation requires the co-ordinated use of several skills and may therefore not be the ideal exercise in the early stages of a language course8. En el caso concreto de tratar de establecer diversos tipos de tra-duccin discursiva (literaria, cientfica, jurdica, tcnica) hay que determi-nar los procesos discursivos implcitos. En el caso concreto de la traduc-cin literaria hay que conocer el anlisis del discurso junto con el anlisis de contrastes, a la vez que hay que relacionar el estudio de la estilstica literaria con la literatura comparada. Hay aspectos semiticos, lingsticos estticos y culturales que conforman la realidad discursiva del texto, su lectura, su transmisin su traduccin, y su comunicacin y entendimiento. Tales aspectos han de dominarse en cada uno de los casos para lograr los resultados adecuados. Una vez tratado el aspecto relativo a la lingstica del texto, gros-so modo, pasar a tratar lo relativo a la traduccin con referencia a la teo-ra de la pertinencia, a travs de la obra de Dan Sperber y Deirdre Wilson, Relevance.Communication and cognition, Oxford: Blackwell, 1986, 2 ed. 1995. El principio de la pertinencia establece que todo significa en su re-lacin de contexto: An assumption is relevant in a context if and only if it has some contextual effect in that context9. Se considera la presencia de un esfuerzo y de unos efectos que se ponen en marcha para conseguir el entendimiento, lo que se consigue en el caso de entender unas asunciones determinadas en un contexto en concreto: An assumption is relevant to an individual at a given time if and only if it is relevant in one or more of

    7 Hartmann, op. cit., pg. 54 y ss. 8 Hartmann, op. cit., pg. 61. 9 Sperber y Wilson, op. cit., pg. 122.

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    the contexts accesible to that individual at that time10. Aunque el conjun-to de ideas de esta teora psicolingstica y pragmtica es complejo y con-trovertido, se ha aplicado a la traduccin con cierto xito. En mi opinin, lo definitivo es el entendimiento de la distincin entre la explicatura y la implicatura de Grice y su principio de cooperacin11. El avance de Sperber y Wilson y su aplicacin a la traduccin como procedimiento es entender la nocin de implicatura como un ele-mento bsico en la comunicacin y entender la traduccin como un asunto de comunicacin, segn propone Gutt. Este autor establece una distincin entre la traduccin como uso interpretativo y el uso descriptivo. El prime-ro es el que contiene pensamientos en virtud de la apariencia interpretativa que tienen con otros pensamientos, en calidad de la representacin de las opiniones de alguien sobre algo. El uso descriptivo contiene pensamientos en virtud de que son verdad respecto a algn conjunto de situaciones, co-mo representacin de lo que el hablante cree que es verdad de la comuni-cacin humana12. En resumidas cuentas puede decirse que la teora de la pertinencia aporta una visin del componente psicolgico de la accin comunicativa, en el nivel mental y en el nivel social, donde confluyen componentes fun-damentales para la lengua, y por ende, para la traduccin. Sin considerar la suposicin o la inferencia, o el contraste de lo explicado y lo implicado, poco podr entenderse del fenmeno lingstico que opera en la traduc-cin, como conjunto de componentes y de procedimientos. 1.3. Principios pragmticos y elementos del discurso Hay que reconocer cmo el avance de los estudios lingsticos se aplica en un campo de estudio no muy distinto y que hay que tenerlo en cuenta en relacin con el fenmeno de la traduccin. Al hablar de pragmtica hay que resaltar lo que no es gramatical, lo que es accin y relacin entre los hablantes, el uso social de la interaccin y sus efectos. La pragmtica, adems, se relaciona con la semntica que no es exclusivamente lxica, con un nivel de significacin basado en el entendimiento, en la intelec-

    10 Sperber y Wilson, op. cit., pg. 144. Lo que lleva al principio de pertinencia propiamente dicho: Every act of ostensive communication communicates the presumption of its own optimal relevance. Pg. 158. 11 H.P. Grice, Notes on logic and conversation, en P. Cole and J. Morgan, eds., Syntax and semantics III. Speech acts, New York: Academic Press, 1975, pgs. 41. 12 Vease Gutt, op.cit., pgs. 56-59.

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    cin, en la situacin de innmeros factores que contribuyen y deciden el acto lingstico. Frente a la gramtica, que contiene las reglas de funcio-namiento de la lengua y por tanto la regulacin de la formacin de las es-tructuras en funcin de sus componentes fnicos, morfolgicos, sintcti-cos, y lxico-semnticos, la pragmtica se ocupa de las cosas de aqu, de este lado de la comunicacin material. El pragmatismo filosfico surge en EE.UU. a finales del siglo XIX de manos de William James, John Dewey y C.S. Peirce para contrarrestar los devastadores efectos de la metafsica: el pensamiento del ms all, de la verdad, de la realidad. El pragmatismo filosfico se ocupa del ms ac, de las cosa, de los hechos, de las relacio-nes comunicativas. En este orden de la vida se ocupa de ta prgmata, de las cosas, lo que es, lo que se dice, lo que se hace. El estudio etimolgico de la disciplina revela mucho segn explica Ortega: Son asuntos, es decir, algo que se ha de hacer un faciendum, - de prattein - hacer, actuar. Debemos, pues, contemplar nuestra vida co-mo una articulacin de campos pragmticos. Ahora bien, a cada campo pragmtico corresponde un campo lingstico, una galaxia o va lctea de palabras, las cuales dicen algo sobre todo gran asunto humano13. La pragmtica, por tanto, es otro componente del lenguaje, pero no en su aspecto estructural sino en su significacin de acto, al hacer, al decir, y al entender, y se considera una rama de la semitica como escri-bi Charles Morris en 1938. Su funcionamiento se basa en principios y no en reglas, y se ocupa del conjunto de procedimientos que producen la co-municacin, frente a la semntica, que se ocupa de los sistemas de la sig-nificacin14. La accin, la realizacin de acciones, los actores que toman parten en ellas, los diversos enunciados, componen en su conjunto el pro-ceso de la comunicacin, con sus correspondientes componentes semnti-cos. Los principios de la correccin lingstica (politeness), el aspecto positivo y negativo (face), son elementos fundamentales. En resumen, la pragmtica se concentra en el habla y en la accin: Pragmatics will have as its domain speakers communicative in-tentions, the uses of language that require such intentions and the strate-

    13 Jos Ortega y Gasset, Campos pragmticos, en Obras completas. Volumen 9, Madrid: Alianza, 1983, pgs. 639-645. 14 Humberto Eco, Semantics, pragmatics, and text semiotics, en J. Verschueren y M. Bertucelli-Pappi, eds., The pragmatic perspective, msterdam. Benjamins, 1987, pgs. 695-713

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    gies that hearers employ to determine what these intentions and acts are, so that they can understand what the speaker intends to communicate15. En estrecha relacin con el componente pragmtico y su estudio se halla el discurso, lo que discurre y comunica, pero que no es un nivel gramatical. El discurso es el uso de la lengua, su funcionamiento, los enunciados: la cultura, la sociedad, y la lengua. A este respecto cabe men-cionar la importancia de la consideracin del enunciado en el sentido que propusieran en su da J.L. Austin y J.R. Searle al estudiar las fuerzas locu-tivas, elocutivas, y perlocutivas; los actos de habla de constatacin y reali-zacin (constative y performative), y la comunicacin ftica16. El estudio del discurso se hace a travs de los mtodos denominados anlisis del discurso, y anlisis de la conversacin, que siguen procedimientos si-milares y que consideran el componente lingstico como fundamental, pero no nico. En tal sentido, hay que tener en cuenta la utilizacin de los elementos aparentemente gramaticales que cobran un sentido totalmente distinto: los denominados sealadores del discurso, que operan en muchas lenguas como seales desprovistas de valor gramatical: Ya ves, bueno, vale, you know, well, I see, I mean, mais oui. Existen elementos tales co-mo las conjunciones conjuntivas, de coordinacin, que actan de conecto-res discursivos, como floor retainers, como floor holders. Hay sea-ladores que operan como trnsitos de la interaccin, como elementos de la divisin del trabajo comunicativo, con funcin de anticipacin o de refe-rencia de la informacin17. Todo esto se relaciona con la estructura de la informacin, que no es sino una denominacin errnea, pues lo que hay es funcin discursiva en la que intervienen la estructura temporal, la estruc-

    15 S. Davies, Pragmatics. A reader, New York; Oxford University Press, 1991, pg. 11 16 A esto hay que aadir los tipos de enunciados posibles y las taxonomas corres-pondientes: Cito una muy precisa: Behabitives (apology, thanks, condole, welcome, bid farewell, congratulate) Commissives (promise, swear, pledge, contract) Verdictives (find, rank, acquit, convict) Expositives (concede, urge, grant, agree, testify, defy. (W.H. Beale, A pragmatic theory of rhetoric, Carbondale: Southern Illinois University Press, 1987, pgs. 144-145). 17 Vase la monografa de Deborah Schiffrin , Discourse markers, Cambridge: Cambridge University Press, 1987.

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    tura descriptiva, la estructura evaluativa (subjetividad, implicacin, narra-cin)18. 1.4. Discurso y traduccin Tras esta breve aunque compleja exposicin hay que sealar la importan-cia de estas ideas en relacin con la prctica de la traduccin. Si todo esto se encuentra presente en la lengua como acto comunicativo, como proceso y como producto, y como procedimiento cognoscitivo, lo que se traduce en algo ms que palabras y oraciones: inferencias, implicaturas, presu-posiciones, sealadores del discurso...Qu relaciona a estos elementos con la traduccin? Qu procedimiento hay que seguir? Cmo se tradu-cen estos elementos? Ya Hartmann adverta sobre la dificultad de la tra-duccin si no se consideran los elementos discursivos. La primera tarea en la traduccin consiste en reconocer la realidad discursiva que configura la materialidad lingstica. La traduccin de enunciados no proposicionales, como los saludos, pierde un semantismo pragmtico esencial, o ganan semantismo lxico superfluo, segn se entiendan las realidades discursi-vas y contextuales. Pinsese en espaol, buenas noches, frente al francs, bonnne soir/ ingls, nuit, o en good evening/night, o el rabe salam alei-khum, o el hebreo shalom. La traduccin no puede ser literal, de nivel lxico. Hay unos condicionantes que evidencian unos usos determinados. Obsrvese el modo de recibir una orden castrense en ingls Yes, sir! o Aye, sir!, o en espaol, A la orden! Qu ocurre si se traduce en espaol la voz militar como s, seor? Pues simplemente, que falla la pragmti-ca.

    Dos casos de traduccin literaria ilustran estas dificultades prag-mticas de la traduccin. En primer lugar una traduccin de prosa de una obra escrita en turco, una coleccin de relatos escrita en turco, Tutkulu bir Estambul Ulemesi, de A. Didem Uslu, publicada en 1992, y su traduc-cin al ingls, A passionate trilogy of Istambul, el texto ingls aparece repleto de trminos turcos, algunos de uso comn en nuestras lenguas y

    18 Esto lo trata la misma autora en su obra Approaches to discourse, Oxford: Ox-ford University Press, 1991, pgs. 299-314. Sobre el aspecto preciso de la prag-mtica en la traduccin de obras de teatro, vase David Horton Social deixis in the translation of dramatic discourse, Babel, 45 (1999), pgs. 53-73, donde se hace un estudio de los elementos pragmticos de interaccin verbal, intercambios en el dilogo, seales cinticas y para-cinticas, y la relacin entre el escenario y el pblico como auditorio, en sentido tcnico retrico.

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    otros desconocidos: pasha, Kapaliars (en nota de la traductora, el viejo bazar cubierto de Estambul), fez, effendi, Hidrellez (comienzo del festi-val de los gitanos turcos), Azrael (el ngel de la muerte), hodja (sacerdote musulmn), Kader, un nombre propio que significa destino, hado, en un cotexto donde el concepto se repite, Iman Bayildi ( un plato de berenjenas con cebolla y aceite, llamado el hodja se desmay, pues al ver la canti-dad de aceite se desmay, segn la tradicin), trousseau (usado como con-junto de documentos de un historial acadmico), noche de kina, (henna, alea) en los dedos y en los pies de la novia antes de la boda, asure, post-re de cereales, tkenmez (zumo de frutas), haciyamatz, (tentetieso), el loco Dumrul (personaje de la tradicin turca que regatea con el ngel de la muerte), la referencia contextual al ajo con el sentido del refrn turco que cuando uno se casa , y al comer ajo, el olor sale a los cuarenta das aun-que la mona se vista de seda mona se queda (), la verdad no se puede ocultar. Estos ejemplos aparecen con una explicacin glosada, en nota a pi de pgina, para trascender la realidad social, cultural y discursiva que la lengua original posee y que se ha de recoger en la lengua a la que se traduce. La conclusin es una pregunta, Hasta qu punto es necesario hacer una aclaracin en forma de nota? No se estar haciendo una edi-cin anotada? Qu criterios se siguen para excluir o incluir trminos con-cretos, o traducirlos directamente? Por ejemplo, fez, gorro rojo. El segundo caso es de poesa, la traduccin del libro de R.M. Ril-ke Duineser Elegien, Robert de Beaugrande, Factors in a theory of poetic translating, Ase: Van Gorcum 1978. La dificultad de la traduccin se muestra aqu en la complejidad de la metfora, su entendimiento, y lo in-esperado del recurso lingstico que constituye un discurso propio en los campos metafricos. Eso implica la lectura interpretada a partir de la me-tfora en cuestin, como puede verse en la metfora Perlen des Leids/ Pearls of sufferance, que se puede entender como lgrimas, o como el sufrimiento de la ostra al producir la perla; Schleier der Duldung/Veils of passivity, que se puede entender como velos de pasividad, que esconden los sufrimientos de quien los lleva, o el velo como signo de paciente re-nuncia, como en algunas rdenes religiosas, o pinsese en el velo de las mujeres en el Islam. Otros ejemplos son Schaukeln der Freiheit/Seasons of freedom, Taucher und Gaukler des Eifers/Divers and magicians of zeal, Felder blhender Wehmut/Fields of blossoming melancholy, Tiere der Trauer/Animals of sorrow19. Estas y otras metforas no solo dependen de

    19 Vase el libro de Beaugrande, su traduccin del poema, pgs. 137-168, y los comentarios que entresaco, pg. 73. Respecto a esta cuestin de equivalencias y

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    un cotexto y de un contexto sino de todo un discurso metafrico inserto en el discurso especial de lo potico, y ese complejo entramado comunicativo y cognoscitivo se produce en una lengua y se pasa a otra, con el corres-pondiente cambio potencial de lectura. Estos ejemplos muestran el nivel de complejidad al que se enfrenta el ejercicio de la traduccin y la depen-dencia de una consideracin lingstica concreta y metdica. 2. La accin comunicativa Las dificultades que se hallan en el entendimiento lingstico localizado en determinados aspectos de un orden institucional no se superan con una comprensin adecuada, slo, sino que adems hay que explicarlos y discu-tirlos en funcin de diversos rdenes de la vida. Esa es la manera de esta-blecer la relacin dentro de la lengua entre la gramtica y la pragmtica. Esto lo explica Habermas en una definicin clara:El habla y la accin son las estructuras no aclaradas a que recurrimos cuando tratamos de esclarecer, siquiera sea provisionalmente, la pertenencia, el ser ingre-diente de, un mundo socio-cultural de la vida 20. El texto como conjunto de estructuras gramaticales dotadas de cohesin y de coherencia y consti-tuidas como unidad semntica ms all de lo meramente gramatical, re-presenta ese hilvn epistemolgico que va del habla a la accin. La textua-lidad contiene la realizacin de la lengua y la accin como conducta deri-vada. El habla pone en marcha la accin al descargar la fuerza comunica-

    significados resulta de inters el artculo de Harold Olk, Critical discourse awa-reness in translation, The Translator, 8 (2002), pgs. 101-115; aqu se expone la situacin de usar el trmino equivalente al ingls Q.C. (Queens Counsel), y la disyuntiva de utilizar el anticuado e institucionalmente impropio alemn Kro-nanwalt o el actual equivalente, pero no correspondiente, de Staatsanwalt. Igual ocurre con House of Lords, que se traduce conceptualmente como Oberhaus. N-tese que en espaol se dice Cmara de los Lores (sic), y no Cmara Alta, que es nuestro Senado. El artculo de Laura Santamara Guinot Cultural references in translation. Infromative contribution and cognitive value, Translation Perspec-tives XI (2000), pgs. 415-426, ofrece un anlisis de las expresiones del compor-tamiento cultural y los elementos sociales que intervienen en la expansin de ideas y modelos. Esta autora establece una tabla de categoras culturales primarias y secundarias que hay que tener en cuenta en la traduccin, v.gr. (Categora pri-maria) Cultura: (categoras secundarias) artes, religin, educacin, medios de comunicacin. 20 Jrgen Habermas, Theorie des kommunikativen Handelns, 1981. Cito por la traduccin espaola, Teora de la accin comunicativa. Vol. I. Racionalidad de la accin y accin social; Madrid: Taurus, 1987, pg. 155.

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    tiva de la lengua, y su modo de discurrir, el discurso contiene una trama de comportamientos y de entendimientos por parte de los miembros de la comunidad del discurso, lo que como relacin llega a confirmar el nivel pragmtico. Una vez considerados los principios analticos del texto en su perspectiva pragmtica hay que considerar el aspecto del significado tex-tual. La consideracin gramatical del texto lleva a comprender una ver-tiente significativa que conforma una significacin lingstica de semnti-ca. En mi opinin, la consideracin pragmtica y semntica del texto, la que tiene en cuenta la vertiente discursiva, se dirige ms hacia la lnea de Saussure y lo semiolgico, tal y como hacen Husserl y Derrida, segn ex-plica Habermas21. El anlisis, el estudio y la lectura de textos en su ver-tiente pragmtica son actividades orientadas ms hacia el signo y su ex-presin por lo que se tiene de tendencia a la accin, a la revisin de la conducta, a lo social y a lo cultural; por esto, una semntica social tras-ciende lo meramente gramatical. Hoy da, por tanto, se habla de semntica y pragmtica como algo conjunto.

    Existe el peligro de analizar un texto, como principio general, o diversos textos como objetos concretos, y no reconocer su existencia se-mitica, su concurrencia de signos, su reduccin grafolgica a veces crp-tica. La manutencin del signo escrito supone una veneracin por lo que (re)presenta; esto conlleva a la vez un planteamiento determinado sobre la escritura y su realidad distinta de la lengua, no como una forma de lengua, ya que la escritura no es lengua, es otra cosa. He ah el dilema22. De todas formas, podemos seguir refirindonos a esto con el anlisis que hace Habermas de la obra de Derrida: La escritura es la promesa testamenta-ria de entender23. Los textos actan en calidad de albaceas semiticos de irrebatible legitimidad.; no se trata de la percepcin del signo como tras-cendencia, ni siquiera como permanencia sino de la percepcin de una

    21 Jrgen Habermas, Der philosophische Diskurs der Moderne, Frankfurt: Suhrkamp, 1985. Cito por la traduccin espaola, El discurso filosfico de la mo-dernidad, Madrid: Taurus, 1989, pg. 205. 22 Sobre este aspecto polmico pero complejo vase la obra de Florian Coulmas, The writing systems of the world, Oxford: Blackwell, 1989, que muestra un pano-rama completo de diversas civilizaciones, as como un punto de vista histrico. Roy Harris desarrolla una importante tesis al defender la escritura no como repre-sentacin del habla sino como un verstil sistema de signos como dispositivo mnemotcnico del pensamiento (Signs of writing, London: Routledege, 1995). 23 Habermas, op cit. 1985, pg. 215.

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    codificacin grafolgica como proyecto de continuidad en una operacin social de comunicacin y de conocimiento, de sociotextualidad. Tal en-tendimiento hace del texto un entramado semitico que engloba la estruc-tura gramatical (fontica, morfologa, sintaxis, semntica lxica) junto a su devenir de accin (pragmtica y discurso). Los entendimientos y las interpretaciones proceden de un discurso, de la pertenencia a una comuni-dad de discurso, lo que posibilita la llamada competencia comunicativa. La utilizacin de la escritura perpeta el derecho de expresin, donde los textos juegan una funcin meditica, frente al proceso de sacralizacin textual que deviene funciones viticas: los libros sagrados, las leyes fun-dacionales, las normativas.

    Los textos constituyen un nivel de representacin en la escritura y participan de una doble convencin: por una parte opera el sistema sgnico que los compone, y por otra el sistema comunicativo del que participan. Este sistema comunicativo es de base social y tiene raigambre cultural. Esta observacin lleva a la aclaracin que hace Richard Rorty sobre el entendimiento en general: For us [pragmatists], all objects are always contextualized24.

    Estas consideraciones se refieren al valor de la textualidad y la dimensin de la contextualizacin, sin que haya que explotar al mximo el paradigma de los gneros. Adems la textualidad procura adelantar un proceso de racionalidad al buscar la funcin comunicativa, aunque no to-dos los textos participan de esa textualidad racional, sino de la alternativa. Como recuerda el propio Habermas: Siguiendo a Jacob Bhme y a Isaac Lorin, Schelling insiste con razn en que el error y el engao no son irra-cionales, sino formas de una manifestacin de una razn pervertida25. En cualquier caso, y como colofn provisional, se puede afirmar que los procesos de traduccin se hallan incursos en una textualidad que participa de una proyeccin funcional comunicativa, y que esto se encuadra en una forma de racionalidad.

    2.1. Consenso y racionalidad

    La textualidad supone la plena consideracin de la lengua como sistema de sistemas y su total integracin en los procesos discursivos, entre los que cabe destacar los propios de la transmisin del conocimiento y su per- 24 Esto lo afirma el autor en su artculo Inquriy as recontextualization en Objec-tivity, relativism and truth. Philosophical Papers Volume 1, Cambridge: Cam-bridge University Press, 1991, pg. 97. 25 Habermas, op. cit. 1981, pg. 384.

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    tenencia a la funcin comunicativa en mayor o menor grado de creativi-dad por parte de los miembros de la comunidad de discurso. Respecto a la comunidad de discurso cabe destacar que ha de entenderse en un doble sentido: o bien sociolingstico o bien socio-retrico. El primer grupo se une por principios determinados por la solidaridad y el mantenimiento del grupo comunitario de socializacin, mientras que en el segundo grupo ste queda determinado nicamente por el propsito comunicativo, por la fun-cionalidad del habla26. La comunidad de discurso reconoce en el enuncia-do un elemento que se halla sujeto a un sistema de normas que regula la prctica lingstica27. ste pertenece a una sistemtica general, social y cultural que se encuadra en el pragmatismo, concretamente en la pragm-tica lingstica. No se trata slo de posibilitar correspondencias entre so-nidos y significados sino de establecer una normativa social. De no ser as, la gramtica no existira como tal ya que no se vera completada por la pragmtica a los efectos propios de crear la comunicacin, el significado completo. Una gramtica sin pragmtica es una reduccin gramatolgica, un objeto de mero estudio de laboratorio, de escritorio, de muestra acad-mica huera. La prctica textual adquiere ese nivel sociolingstico y socio-retrico que deviene lo que Bourdieu denomina el poder simblico. La prctica textual consiste en los principios que ponen en marcha los ele-mentos del discurso, el reconocimiento de las normas sociales que la gra-mtica recoge materialmente pero que no llega a dotarlas de funcin com-pleta. La prctica textual opera en determinadas situaciones y deriva el significado de su pertenencia a un sistema lingstico dotado de elementos tanto gramaticales como pragmticos y discursivos.

    La consideracin pragmtica requiere el reconocimiento de las unidades de estudio, los enunciados, y stos han de considerarse en fun-cin de su percepcin y su valoracin dentro de la comunidad del discur-so; a este respecto Pierre Bourdieu aclara las dificultades de entendimien-to: Utterances receive their value (and their sense) only in their relation to a market, characterized by a particular law of price formation28. Este capital simblico de la lengua, y su uso, es el capital social de la comuni-cacin, que se reconoce como valor en distintos estratos y sentidos. T-mese como ejemplo de capital social, de raigambre cultural, como novelas

    26 Esto lo define John M. Swales, Genre analysis. English in academic and re-search settings, Cambridge: Cambridge University Press, 1990, pg. 24. 27 Vase P. Bourdieu, Language and symbolic power, Cambridge, Mass.: Harvard University Press, pg. 45. 28 Op. cit., pg. 67.

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    clsicas, Tristram Shandy, La bestia humana, Ana Karnina, o ensayos igualmente clsicos, El discurso del mtodo, El ser y el tiempo, y sus res-pectivas traducciones claro est, frente a superventas de actualidad como las traducciones de la obra de Rowling, Harry Potter, o de Follet The pi-llars of the earth, o de Paulo Coelho Once minutos, o las memorias de Hilary Clinton. El sistema de lectura, y su apoyo de mercadoctecnia, como prctica textual se definen por el capital simblico acumulado en las obras consideradas clsicas, provistas de un I.V.A. diacrnico y transcultural., un significado de valor acumulado. Este S.V.A. incluye la metaliteratura y la metatextualidad, las bibliotecas como bancos de escritura y de lectura, los programas acadmicos de difusin y reproduccin de gustos y valores, y el uso de citas y referencias que incluyen su propia textualidad. La ley de formacin de precios en los diversos textos viene dada por rgidas normas de mercado y de esta guisa una larga y densa obra escrita, y su prctica textual, origina diversos discursos y por tanto pertenecen a diver-sos mercados; por ejemplo, el Cdigo Civil, o el Catecismo de la Iglesia Catlica; en estos dos ejemplos, la textualidad pertenece a un precio dis-tinto de mercado y la lectura de ambas obras requiere una prctica textual distinta entre s, de diferentes mbitos discursivos. Si se piensa en diferen-tes ejemplos textuales de diverso gnero, de variado registro, y de asunto distinto, y se piensa tambin en sus diferentes realidades contextuales en funcin de autor y de lector, en sus correspondientes discursos, inmedia-tamente se aprecia la complejidad de la recepcin, de la comprensin, y de la valoracin textual.

    Esto puede verse en distintos elementos discursivos que poseen estructuras gramaticales diferentes en los sealadores del discurso, en in-gls, I mean, I see, you know, well29 . Tambin se recoge en los elementos propios del sistema de intearaccin de la conversacin para retener el inte-rs, o manifestar la intervencin hablada: Hm, uhu, [?]glottal stop30: Algunas de estas cuestiones se ilustran en este dilogo de una narracin y una traduccin

    Bloody hell! He said. I ought to know! Ive suffered more than a year of misery about that woman! But I thought you knew all this? She told me, I said. She told me! But, of course, I didnt believe her. I sat back onto the floor and rocked my head into my hands.

    29 Deborah Schiffrin, Discourse markers, Cambridge University Press, 1987. 30 C.S. Levinson, Pragmatics, Cambridge: Cambridge University Press, 1983

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    Why of course? said Hugo. After all she called you in to defend her against me, didnt she? Only you walked out! He spoke bitterly. She locked me in. I said. I couldnt stand that. My God! I whished she has locked me in! said Hugo. I couldnt believe her! I couldnt! I said. Did she tell you Id been awful? said Hugo. Well, she said something vague about your possibly bursting in. (Iris Murdoch Under the net, Harmondsworth: Penguin, 1954, pg. 227) Claro que s! He estado sufriendo ms de un ao por esa mujer! Pero crea que usted ya lo saba. Sadie me lo dijo contest-. Me lo dijo! Pero yo no la cre, por supuesto. Me sent en el suelo. -Por qu por supuesto? pregunt Hugo-. Despus de todo le llam para defenderla contra m, no es verdad? Solamente que usted se mar-ch! Hablaba con amargura. Sadie me dej encerrado dije-. No pude soportarlo. Dios mo! Ojal me hubiera encerrado a m!- exclam Hugo. No poda creerla! No poda!- continu. Le dijo que me tema? pregunt Hugo. Bien, dijo algo acerca de la posibilidad de que usted irrumpiera en su departamento. (Bajo la red, Barcelona: Crculo de lectores, 1971, pg. 260, traduccin de M Consuelo Girons, Plaza & Jans 1962).

    El texto original y su traduccin, al margen de la valoracin estilstica co-rrespondiente, deja claro el problema de la seleccin de elementos prag-mticos, pues salta a la vista el uso de expletivos en ingls britnico, como bloody hell, o la exclamacin my God, o el elemento de conexin well. En la versin espaola no se traduce el expletivo y se introduce una expresin adverbial de ratificacin, cuando se podra haber escrito algo as como demonios, diantre, a la porra, caray, o algo ms fuerte; en cualquier caso una expresin desprovista de valor semntico pero cargada de fuerza elo-cutiva ocasional, no proposicional. La expresin de origen religioso s tiene un equivalente exacto, y el well/bien funciona en el contexto de for-ma similar, aunque habra que valorar los elementos suprasegmentales que concurren en el supuesto dilogo, que nos llega en forma de escritura. En cualquier caso, el (micro)texto funciona de una manera determinada y en su discurso social y cultural todo depende de su recepcin, en concreto en lo que se refiere a la aplicacin que regula la prctica y la ley de forma-cin de precios: dilogo, narracin, ficcin, o cualquier otro componente de gnero, tipologa o registro. En general, las diversas actitudes y los di-

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    ferentes discursos pertenecen a un entendimiento que constituye el capital social, y el capital simblico frente a las propiedades materiales, como advierte Bourdieu:

    [] y que se apoya no slo en los ndices del juicio colectivo, sino, adems, en los indicadores objetivos de la posicin realmente ocupada en las distribuciones que este juicio colectivo toma ya en cuenta31.

    Esta misma percepcin respecto al individuo en la sociedad, es la que puede aplicarse al conocimiento de los textos y a su funcin comuni-cativa; el indicador colectivo empuja al discurso y a su materialidad tex-tual hacia determinadas posiciones. Tales posiciones conforman el capital simblico del objeto frente a su valor crematstico: una primera edicin de una obra clsica del siglo XVIII, frente a una edicin de bolsillo en la ac-tualidad. La textualidad slo difiere en su composicin ecdtica, en el in-ters de biblifilo; esta textualidad en los trminos y condiciones previa-mente definidos conforman un poder simblico de universos simblicos como recordaba el mismo Bourdieu:

    What creates the power of words and slogans, a power capable of con-taining and subverting the social order, is the belief in the legitimacy of words and those who utter them. And words alone cannot create this be-lief32.

    Esta creencia en la legitimidad, en la autoridad de las personas, es lo que constituye el discurso que hace posible la textualidad como poder simblico. Esta textualidad se fundamenta en discursos, en los modos de discurrir las actitudes en un entorno social, cultural, y por ende, poltico. Los componentes estructurales del texto, el entramado gramatical, o lxi-co-gramatical, se articulan en funcin de unos discursos, El entendimiento del texto se produce en funcin del discurso y en relacin con ese poder simblico. La creencia y la fe en las palabras y en los lemas, en las textua-lidades, su transmisin, manutencin, y reproduccin, son cuestiones que generan un pragmatismo. Otra cuestin bien diferente es la relativa a la autoridad del texto, es decir, la capacidad de autoridad del acto de habla que subsiste en la proferencia. Eso es parte de la legitimidad textual. En un nivel de transferencia, esto se produce igualmente en la traduccin. 31 Pierre Bourdieu, Le sens pratique, Paris: ditions de Minuit, 1980; traduccin espaola, El sentido prctico, Barcelona: Taurus, 1990, pg. 235. 32 Pierre Bourdieu, Language and symbolic power, Cambridge, Mass. : Harvard University Press, 1991, pg. 170.

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    Esta reflexin lleva a una explicacin ms concreta que nunca est de ms al hablar sobre palabras, y sobre su traduccin. Me refiero a la polmica sobre la definicin de palabra y de oracin que pasa por la nega-cin de los trminos y adems, la literatura lexicogrfica, sintctica, y se-mntica, gramatical en general, es compleja. Sin embargo es preciso esta-blecer principios mnimos: grosso modo el trmino oracin se refiere a la unidad completa de comunicacin escrita, frente al enunciado o la profe-rencia que se refiere al acto pragmtico lingstico, independientemente de su valor semntico. El trmino palabra indica la unidad lxica aislada que se integra o constituye oraciones o proferencias. En cualquier caso no hay lugar a dudas: el componente verbal, se hace lengua como expresin del pensamiento o de la reaccin humana filtrada por la mente; y la lengua desarrolla su sistema gramatical a travs de los elementos lxicos y su integracin en su sintaxis, es decir, en una construccin. De ah la repetida idea de la estructura como base lingstica. Lo que hace posible la comu-nicacin es el reconocimiento de la estructura en un contexto, como repre-sentacin de un enunciado. En nuestra perspectiva actual, de sociedad hi-pertextual y de macro-alfabetizacin, la oralidad y la escritura se entrela-zan en una amalgama semntica y cognoscitiva en la que resulta a veces imposible establecer las diferencias precisas33. 2.2. Accin y traduccin

    Superados los conceptos bsicos y necesarios para entender la accin co-municativa como desarrollo discursivo, conviene pasar a considerar la influencia sobre los procesos de traduccin. Si existe una preconcepcin sobre la estructura proposicional que rige la accin comunicativa, tal pre-suposicin habr de aplicarse igualmente a la traduccin. En primer lugar esto se entiende dentro de la consideracin general del aspecto discursivo de la traduccin: la pragmtica, los actos de habla, el anlisis de la con-versacin, el contraste de variaciones. Estas facetas lingsticas, que no son esencialmente gramaticales, constituyen los paradigmas de la accin comunicativa de la traduccin, la consecucin de una realidad en su en-tendimiento. George Steiner explicaba hace muchos aos que el entendi-miento de la accin comunicativa se relaciona con la traduccin:Any model of communication is at the same time a model of trans-lation, of

    33 A este respecto vase el ensayo, clsico ya, del padre Walter Ong, Orality and literacy. The technologizing of the word, London: Methuen, 1982.

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    vertical or horizontal transfer of significance34. Existe una pugna entre las diversas significaciones representadas en distintas lenguas y sus apa-rentes contextos nicos y una accin comunicativa general, lo que hace hablar de propiedades generales de la lengua, lo que estudia la lingstica general, y que de forma simblica se denomina universales del lenguaje. Esta presuposicin lleva a pensar que o bien hay una realidad comn, con una estructura profunda universal y comn, con unas dificultades de es-tructura superficial, o por el contrario se sigue una visin monadista. En sta visin se afirma que la estructura profunda es inaccesible a la investi-gacin lgica o psicolgica, por sus elementos tan abstractos o casi trivia-les35.

    La accin comunicativa se rige por el significado que se traslada, y ste se refleja en una serie de actitudes al asignar significados, como expone Tymoczko al tratar de la construccin de un discurso que incluye el trmino poltergeist:

    The example can be made less fanciful by imaging the term poltergeist replaced by a more common, if more sombre, term such as spirit or by a network of terms such as soul, grace, temptation, and so on. If in a body of discourse, spirit or a word we want to translate as spirit, frequently occurs, then the range of meaning assignments available to us depends upon our attitude toward the reality of spirit36.

    Esta actitud ante la realidad que se considera sea cual fuere su origen, forma parte de un discurrir personal y colectivo que se enmarca en una accin individual y socialmente. La opcin ante la expresin de de-terminadas realidades no depende slo de vectores estilsticos, pues se halla condicionada por una constriccin ideolgica, de creencias o de re-sultados y de opiniones que promueve una toma de decisin en concreto. La traduccin, por tanto, ha de entenderse como una accin comunicativa dentro de estos parmetros que estipula Jrgen Habermas:

    COMUNICACIN DE LA ACCIN SITUACIN DE LA ACCIN

    ACCIN ORIENTADA AL XITO

    ACCIN ORIENTA-DA AL ENTENDI-MIENTO

    34 George Steiner, Alter Babel, Oxford: Oxford University Press, 1975, pg. 45. 35 George Steiner, op. cit., pgs. 73-74. 36 Tymoczko, T., Translation and meaning, pg. 35, en F. Guenthner y M. Guenthner-Reutter, eds., Meaning and translation, London: Duckworth, 1978, pgs. 29-43.

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    NO-SOCIAL ACCIN INSTRUMEN-TAL

    SOCIAL ACCIN ESTRATGI-CA

    ACCIN COMUNI-CATIVA

    El mismo autor explica su clasificacin de forma sencilla:

    Hablo, en cambio, de acciones comunicativas cuando los planes de ac-cin de los actores implicados no se coordinan a travs de un clculo egocntrico de resultados, sino mediante acto de entendimiento37.

    De esto se desprende que la tarea de la traduccin como discurso participa de una accin comunicativa al orientarse al entendimiento, lo que en tr-minos de Habermas la incluye en una forma de consenso racional. 3. Gramtica, pragmtica, y retrica Tras la consideracin de los componentes generales del discurso y su es-tudio textual, y la relacin de ste con el estudio pragmtico de la lengua, todo ello en relacin con los procesos de la traduccin, hay que hacer refe-rencia a los mbitos lingsticos de su desarrollo. La gramtica se entiende como el conjunto de reglas y estructuras que constituyen el inventario de una lengua en su mbito de comunicacin y conocimiento, lo que se pue-de denominar G1, frente a la G2, que es la gramtica o gramatologa, esto es, el estudio e interpretacin de las codificaciones gramaticales. Una de las perspectivas gramatolgicas de ms inters al abarcar los significa-dos de los componentes y sus valores en relacin meta-oracional es la de-nominada visin funcionalista, de integracin de componentes, de textua-lidad y de semantismo, y de aspiracin o vocacin mental, no mentalista. El reconocimiento de los componentes lingsticos tiene como parte ini-cial ineludible el estudio de la gramtica; por tanto, cuanto ms se tenga en cuenta esta parte en su resolucin y explicacin, en su aplicacin de definiciones y clasificaciones, mejor ser el reconocimiento. Adems, la necesidad de un reconocimiento textual ha de hacerse dentro de un mto-do analtico que se haya ocupado de tal mbito, y a este respecto el fun-cionalismo gramatical, en cualquiera de sus formas, es ms que vlido38.

    37 J. Habermas, Teora de la accin comunicativa, pg. 366. 38 Me refiero a las ideas que aparecen en las obras de M.A.K. Halliday, Explora-tions in the functions of language, London: Arnold, 1973, System and function in language, selected papers edited by Gunther Kress, Oxford: Oxford University

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    La consideracin lingstica de la textualidad debe mucho a los diversos enfoques funcionales, entre los que cabe destacar la relacin de la cohesin y la coherencia textuales, los elementos del discurso (tema, re-ma, asunto, foco, dinamismo comunicativo), el estudio del conjunto de proposiciones, las secuencias de acciones y de oraciones, como desarrolla van Dijk al tratar del texto, en una de las primeras obras especializadas de rigor, ya de hace ms de un cuarto de siglo39. Estos avances de gramtica del texto incluyen la consideracin de la teora de la accin, del cambio, del progreso, de la transicin de la semntica a la pragmtica, de los actos de habla, y del contexto. En definitiva, la consideracin del significado y de la accin surge de una primera aproximacin meramente gramatical, para llegar a su definicin pragmtica, y por consiguiente retrica. En re-sumen, el fenmeno de la traduccin se aborda de forma ms compleja, si no completa, a travs del anlisis textual, de la verificacin de su cohesin y de su coherencia; y este procedimiento tiene probada su eficacia en el campo de la lingstica del texto40. En lo concerniente al discurso como habla, hay que diferenciar entre la lengua en uso como expresin de contenido (transactional), y la lengua como funcin de expresin de relaciones sociales y de actitudes personales (interactional), lo que se corresponde con las metafunciones de Halliday ideational: experiential/logical y interpersonal, como Press, 1976 An introduction to functional grammar, London: Arnold, 1985, 2ed. 1995, y algunas otras perspectivas que pueden encontrarse en Ronald Langacker, Foundations of cognitive grammar. Vol. I. Theoretical prerequisites, Stanford: Stanford University Press, 1987, Vol. II. Descriptive applications, Stanford: Stan-ford University Press, 1991; o la vision de S.C. Dik, Functional grammar, Am-sterdam: North Holland, 1978, The theory of functional grammar. Part 1. The structure of the clause, Dordrecht: Foris, 1987, Part 2. Complex and derived con-structions, Berlin: Mouton de Gruyter, edited by K. Hengelved.; tambin puede consultarse la obra de Talmy Givn, English grammar. A function-based intro-duction, Amsterdam: John Benjamins, 2 vols. O la obra resumida de Jan Firbas, Functional sentence perspective in writen and spoken communication, Cam-bridge: Cambridge University Press, 1992. Estos autores, por dispares que parez-can entre s, resumen una visin conjunta de la lengua en una funcionalidad com-pleja y de relacin, en la que una configuracin oracional y textual sirve de sopor-te para entender los fenmenos lingsticos de forma extensa. 39 T.A. van Dijk, Text and context, London: Longman, 1977. 40 Conviene conocer las monografas de C. Nord, Textanalyse und bersetzen, Heidelberg: Julius Gross, 1988, B. Papegaij y K. Schubert, Text coherence in translation; Dordrecht: Foris, 1988, y W. Wilss, Kognition und berstezen, Tbingen: Niemeyer, 1988.

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    sealan Gillian Brown y George Yule41. El discurso es un conjunto de relaciones sociales en una dimensin cognoscitiva y, por tanto, cuanto mayor nfasis hay en los aspectos pragmticos y semnticos ms completa es la descripcin. Si la pragmtica se ocupa de la lengua en su uso, de las interacciones, de la accin comunicativa, de los principios que la regulan, y de la participacin de los miembros de la comunidad del discurso, se acerca bastante a lo que tradicionalmente ha sido la retrica como arte de expresarse apropiadamente, en una clara lnea lingstica. A este respecto ha de distinguir la retrica como realidad, R1, y la retorologa, o estudio de la retrica y la aplicacin de un mtodo determinado, R2. No debe ol-vidarse que el estudio retrico, ms centrado en la comunicacin literaria o en la formalidad de la escritura, es el precedente ms completo de la moderna consideracin pragmtica. El elemento de mayor inters en la actualidad retrica es la argumentacin, como forma de dirigirse a un au-ditorio, entendiendo la argumentacin retrica como un procedimiento que no sigue un sistema nico y reconocido, como la argumentacin l-gica. La argumentacin retrica se basa en oposiciones42. Adems de la argumentacin, hay que considerar la relacin entre los individuos y el grupo social entre el que acta y su accin, como seala Dobrosielski. Al fin y al cabo la retrica se ocupa de la argumentacin en lo concerniente al aspecto social de la lengua, la accin comunicativa, y sus efectos. Para una mayor consideracin de estas integraciones hay que abordar el asunto en sus diversas relaciones y comprobar los lmites de la moderna discipli-na y su prctica en relacin con los postulados retricos43. Por ltimo cabe mencionar el esfuerzo del estudio retrico y de aplicacin a la traduccin literaria de la F.S.P. de Jan Firbas, y lo que supone de avance en el estudio de la retrica de la escritura. 3.1. Interaccin y conocimiento

    41 G. Brown y G. Yule, Discourse analysis, Cambridge: Cambridge University Press, 1983. 42 M. Dobrosielski, Lgica y retrica, en Suplementos del seminario de proble-mas cientficos y filosficos, n 20, 2 serie, Mxico D.F.: Universidad Nacional de Mxico, 1959, pg. 429. 43 Sobre esta relacin vase J.L. Martnez-Dueas, Los estudios de retrica y el anlisis del discurso, en Antiqua et nova Romania. Estudios lingsticos y filol-gicos en honor de Jos Mondjar en su sexagsimo aniversario, Granada: Uni-versidad de Granada, 1993, vol. II, pgs. 67-79.

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    Si la interaccin pertenece al conjunto metafuncional denominado inter-personal, todo su estudio es plenamente discursivo y pragmtico. El nivel social de integracin, dispersin, disgregacin o aislamiento quedar con-figurado en ese discurso, en lo que se puede llamar nivel comunicativo. Las relaciones sociales y las actitudes personales manifiestas en la expre-sin hablada, trascienden lo gramatical. El anlisis del discurso y el anli-sis de la conversacin se basan precisamente en la interaccin. A travs de su observacin se concluye que diversos elementos aparecidos en ese in-tercambio ms o menos definido constituyen la gnesis de una comunica-cin: silencios, repeticiones, tartamudeos, gestos. En cuanto al conocimiento, la informacin manejada y su trasva-se, los datos acumulados y su interpretacin, (knowledge /information/ intelligence), esto se maneja de acuerdo con la modulacin del uso de la lengua y se percibe a travs de su percepcin, lo que se llama la cogni-cin, por medio de prototipos, mapas mentales de referencias semnticas complejas, esquemas. Todo esto se representa en la lengua44. 3.2. Enunciados y oraciones, palabras e ideas

    El elenco tradicional del estudio gramatical incluye estos trminos y su varia definicin. La proferencia/enunciado, por una parte, resume el nivel pragmtico: aserto, pregunta, ruego, mandato, exclamacin. La oracin, como unidad gramatical, escrita: declarativa, interrogativa, imperativa, exclamativa. Este tipo de correlacin es efectiva para reconocer la acerta-da traduccin de la verbalizacin del pensamiento, como primera forma de expresin. Los niveles expresivos de los tipos de enunciado y de ora-cin expuestos ofrecen dificultades textuales, intratextuales, e intertextua-les, lo que llevado al plano interlingstico se plantean ms dificultades, sobre todo al trascender lenguas y culturas. La cuidada distincin del enunciado de la oracin, de la pragmtica frente a la gramtica, son im-prescindibles para abordar el fenmeno de la traduccin., especialmente en su proceso inicial de reconocimiento de la significacin. La distincin entre la idea y la palabra es de menor importancia lingstica, en la relacin entre el discurso y la pragmtica, por una parte, 44 Sobre la lingstica cognoscitiva la introduccin ms completa es la de F. Un-gerer y J.H. Schmid, Introduction to cognitive linguistics, Harlow: Longman, 1996.Se considera la experiencia, junto a la prominencia y la atencin; hay jerar-quas de experiencia y categoras de sucesos: nuestros modelos de abstraccin se basan en la experiencia, lo que lleva a estos autores a la afirmacin de que el con-texto es un fenmeno mental.

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    y la gramtica, por otra. La palabra, la unidad lxica, dotada de campo lxico, pertenece a un orden semntico, a una relacin de superordenacin y de subordinacin: hiperonimia e hiponimia (Ser vivo: animal: ave: pja-ro: gorrin). La idea tiene un matiz conceptual que se engloba en lo dis-cursivo, en un mapa semntico de experiencia. De relacin y de actitud. Esto tiene as mismo una importancia fundamental a la hora de la eleccin lxica del paso de una lengua a otra: el reconocimiento conceptual es b-sico. Esto explica la exposicin de Ortega de campos pragmticos y de campos lxicos. 3.3. Texto, cotexto, y contexto

    La visin pragmtica y discursiva de la traduccin no est completa sin una referencia a estos conceptos. La traduccin est hecha por traductores, que levantan puentes pragmticos, y por tanto hay que considerar la reali-dad textual en la que esta realidad se produce45. La cuestin ms bsica es la diferencia de mtodo en el estudio del texto y del discurso: A TEXT is a structured sequence of linguistic expressions forming a unitary whole, and a DISCOURSE a structured event manifest in linguistic (and other) behaviour 46. El texto, como realidad lingstica de dimensin gramatical encierra una significacin de elementos lxicos definido como cotexto, frente al contexto como conjunto extralingistico47. El contexto crea una dimensin de relacin discursiva con la realidad, a travs del punto de vista, como fenmeno mental48. Al fin y al cabo se trata de entender los

    45 Se trata de un feliz hallazgo en el diario The Times, en su seccin de Saturday Reviews, del 8 de noviembre de 2003 donde se lee: Lost in translation. The pleasure of Ecos book [Mouse or rat?] is that it shows that translators are emi-nently pragmatic bridge-builders, says Alan de Botton. 46 Willis Edmondson, Spoken discourse, London: Longman 1982, pg. 4. 47 Sobre el cotexto y el contexto vase Egon Werlich, A text grammar of English, Heidelberg: Quelle & Meyer, 1976, pgs. 80-81. 48 As lo consideran Ungerer y Schmid, op. cit. A la vez considrese la definicin que de contexto ofrecen Sperber y Wilson: A context is a psychological con-struct, a subset of the hearers assumptions about the world. It is these assump-tions, of course, rather than the actual state of the world, that affect the interpreta-tion of an utterance. A context in this sense is not limited to the information about the immediate physical environment or the immediately preceding utterances: expectations about the future, scientific hypotheses or religious beliefs, anecdotal memories, general cultural assumptions, beliefs about the mental state of the speaker, may all play a role in the interpretation (Sperber y Wilson, op. cit., pgs. 15-16).

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    contextos, para entender, en general, a la humanidad49. Hechas estas pre-cisiones no est de ms concluir con una cita larga que es una reflexin sobre la prolijidad semntica de la escritura como textualidad: To make free with Batesons logistic question, the text is an am-bivalent place and has been so from its beginnings in the language. It is, on the one hand, a place of fixed, determinable, concrete signs, a material artefact and, on the other, an ineffable location of immaterial concepts, not depending at all on performance transmission. It is, on the one hand, a weighty authority with direct access to originary meaning, and, on the other, a slowly accumulating, socially derived series of meanings, each at war with the other for prominence and acceptance. It is a place inhabited only by a sole, creative author who unwillingly releases control to social transmission, and it is also a place constructed wholly out of social nego-tiation over transmission and reception. Each of these descriptions of text offers a different textuality and a different ontology, and we shall see them emerge more fully in the chapters that follow50 . 4. Pertinencia y traduccin El principio de la pertinencia como observacin de la comunicacin rela-tiva a un contexto sirve de marco referencial al proceso de la traduccin, en lo que tiene de fenmeno comunicativo y cognoscitivo. La idea del contexto, entendida sta como conjunto de presunciones psicolgicas que nos llevan a entender la realidad externa, hace posible un acercamiento a la traduccin, como textualidad real e hipottica, de manera diferente a como se haba pensado con anterioridad. Si se entiende que la textualidad se basa en una situacin y en su entendimiento, puede pensarse que la in-formacin forma parte de un proceso comunicativo que implica su perti-nencia a travs de los procesos de conocimiento, sus esfuerzos y sus efec-

    As lo expresa Ben-Ami Scharfstein, The dilemma of context, New York: New York University Press, 1989: To understand human beings, or cultures, we must understand their contexts (pg. 51). Igualmente, en la traduccin hay que consi-derar la relacin del significado con el contexto, como hace William H. Snyder en Context an essential element of language meaning, Translation Perspectives , Beyond the Wesstern tradition, XI (2000), pgs. 393-413; El autor habla de di-versos tipos de contexto en la traduccin, como el tipo cultural, el idiosincrtico, el de medio ambiente fsico (el entorno), el lingstico, y el referencial 50 D.C. Greetham, Theories of the text, Oxford: Oxford University Press, 1999, pg. 63..

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    tos. Esto es lo que Sperber y Wilson han desarrollado en los ltimos vein-te aos en el llamado principio de pertinencia. El principio se desarrolla a travs de un complejo pragmtico que contempla lo cognoscitivo como el eje de la comunicacin: la asuncin, la implicacin, la inferencia, la informacin, la intencin, la representacin. El efecto y el esfuerzo son elementos que constituyen la clave del grado de pertinencia. Como se ve, esto tiene marcada relacin con Grice. El con-texto que Sperber y Wilson estudian centran se centra en contenidos pro-posicionales aislados, enunciados simples, en pares de preguntas y res-puestas. No obstante, hay autores que piensan que este principio, y su complejo y sistemtico desarrollo, tiene aplicacin textual, sobre todo en el campo de la estilstica y de la retrica de la literatura; as la revista Language and Literature dedic el nmero 3 del volumen 5 (1996) a este estudio monogrfico y sus contenidos se encaminan hacia una explicacin textual y discursiva como se advierte en la introduccin:

    Poets (and novelists and playwrights) may spend a considerable amount of time making sure the right words are placed in the right order. They take this trouble because the thoughts they wish to communicate are ex-tremely rich and subtle. Only by adopting a theoretical approach of the kind that relevance theory offers, concentrating on thoughts as complex sets of assumptions of varying degrees of strength and weakness, inter-acting dynamically on-line with other sets of assumptions, can justice be done to the complexity of the thoughts that may be communicated51.

    Este intento prueba el inters de los estudios lingsticos de la lite-ratura por explorar la textualidad a la luz de la comunicacin y el conoci-miento, de la interaccin de los procesos mentales que manejan la infor-macin y la hacen pertinente: al fin y al cabo, en una novela, en un poema, en una tragedia, siempre hay un contexto, y se hacen inferencias, se pro-ducen implicaciones y esfuerzos y efectos comunicativos. Los procedi-mientos cognoscitivos se activan en la lectura de los textos literarios con su propia contextualizacin, desplegando as todo el principio de pertinen-cia. Este mtodo parece haber ganado adeptos en el campo de la lingsti-ca, en general, y en los estudios literarios en particular. Pero esto no quie-re decir que las ideas de la pertinencia se consideren una panacea o un mtodo adecuado: en el volumen 6 de Language and Literature, en el

    51 Adrian Pilkington, Introduction: relevance theory and literary style, Lan-guage and Literature, 5 (1996): 157-172, pg. 160.

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    nmero 2 de 1997, apareci una rplica a todas las consideraciones ante-riores y concluye que se trata de una metodologa ingenua y llena de in-tenciones, con jerga de los aos noventa pero con ideas de los aos veinte, y se les van de las manos los intereses de psicolingistas y tericos de la literatura52. 4.1. Principios y aplicaciones

    Hasta aqu la teora y su contestacin. Cul es la autntica dimensin de aplicacin de este principio de pertinencia en los estudios del texto y del discurso y por extensin a la traduccin? Eso depende de la concepcin y consideracin que se tenga de la pertinencia. Siempre que se piense en un juego de implicaciones fuertes o dbiles de mayor o de menor intensidad, y de mayor o de menor percepcin, se puede pensar en una activacin de la pertinencia. En el plano textual y discursivo, el proceso se lleva a cabo a travs de una compleja y larga operacin en la que se entrecruzan es-tructuras de explicacin y de implicacin (explicatures, implicatures), se producen inferencias y existen procesos discursivos de metfora y de iro-na que provocan distintos entendimientos. En cualquier caso, la obra de Sperber y Wilson constituye una referencia pragmtica en torno a cierto eje cognoscitivo y tiene el mrito de aunar el fenmeno de la comunica-cin y del conocimiento como proceso conjunto. En el mbito concreto de los estudios de lingstica y de literatura, de estilstica, de retrica y de potica, hay una posibilidad discreta de buscar aplicaciones una vez que se entienda en su complejidad el principio de pertinencia, y todo lo que conlleva. En cualquier caso las distinciones de Sperber y Wilson son suti-les y prcticas: In other words, poetic effects create impressions rather than common knowledege53. Esta distincin ayuda a entender cmo la lectura de un poema, de una novela, o de una comedia, produce un efecto diferente a la lectura de una crnica poltica o un tratado de anatoma. En el primer caso todo se acerca a un mundo alternativo en el que la impresin constituye su propia textualidad, mientras que en el segundo caso hay una catarata informativa que se acerca a lo que es el conocimiento. Tal distincin ha de relacionar-se con la diferencia entre los discursos de ficcin y los de realidad epist-mica y que es verificable, y ha de reflejarse fielmente en su traduccin. Los casos de mestizaje textual ofrecen tambin su propia solucin por par- 52 Keith Green, Butterflies, wheels and the search for literary relevance, Lan-guage and Literature, 7 (1997) 133-138. 53 Sperber y Wilson, op. cit., pg. 224.

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    te de la mente del lector, su discrecin contextual. As por ejemplo, la lec-tura de una novela histrica como The heart of Midlothian provoca un nivel de conocimiento compatible con el de las impresiones, tal como puede ocurrir en In cold blood, libro en el que el rastreo de archivos poli-ciales y judiciales da lugar a una narracin de profunda experiencia. La discrecin contextual siempre regula el fenmeno que se activa por medio de la pertinencia. Al fin y al cabo el estudio de la pertinencia se centra en los elementos que hacen posible la interpretacin de un texto a travs de su contexto54. La principal dificultad de aplicacin estriba en que Sperber y Wil-son tratan de enunciados aislados, ejemplos concretos, y las aplicaciones textuales contienen discursos literarios cuya individualidad de enunciado es imposible de detectar, ya que lo que s hay es cientos de enunciados que componen la novela, el poema o el texto, en general. El principio de pertinencia ha desenterrado algunas ideas y las ha puesto en fila con otras ms actuales, siempre dentro de una perspectiva lingstica que busca aclarar la interaccin de la comunicacin y el conocimiento en el hecho lingstico. La aplicacin del principio de pertinencia en los estudios de potica radica en entender que la complejidad lingstica de la literatura, la dificultad textual, permite un complejo sistema de implicaciones que se puede desentraar por medio de la pertinencia. Como explica Adrian Pil-kington la comunicacin potica se ha pretendido explicar a travs de las propiedades literarias internas del texto y de los fenmenos sociocultura-les; pero tambin cabe hacerlo en los trminos cognoscitivos propuestos por la teora de la pertinencia55.

    54 Esta es la opinin manifestada por Jonathan Berg: In broad terms my concern here will be with how considerations about a texts context enter into our inter-pretation of the text, (The relevant relevance, Journal of pragmatics, 16 (1991):411-445), pg. 411. Considera este autor las implicaciones como elemen-tos que indican los objetivos o fines de la conversacin, y eso se puede extender al texto. Berg sostiene que frente a la pertinencia semntica (semantical relevan-ce), la pertinencia de inferencia (inferential relevance) y la pertinencia temtica (topical relevance) hay que hablar de la pertinencia pertinente (relevant relevan-ce), es decir, de la inclusin de actos concretos para fines determinados. 55 Adrian Pilkington concluye en el volumen monogrfico Relevance Theory: Relevance theory then provides the phenomena in which a notion of poetic repre-sentation can be developed. A poetic representation is a complex thought consist-ing of a wide range of simultaneously accessed weak assumptions which, by re-peatedly setting up the appropriate sets of conditions, evokes an intense and

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    4.2. Discurso, conocimiento, y traduccin

    La aplicacin de estos principios puede hacerse con la complejidad reque-rida en grandes textos y la correspondiente consideracin de los contextos. Como fase previa al proceso de traduccin en s. Si se consideran los prin-cipios de pertinencia y su complejidad se pueden sealar dos mtodos pa-ralelos y complementarios en el proceso, o conjunto de procesos que componen la traduccin: el mtodo comunicativo y el mtodo cognosciti-vo. El mtodo comunicativo consiste en detectar, en explicar y en de-limitar los elementos lingsticos y no lingsticos que a travs de la tex-tualidad y el discurso transfieren informacin y comunican. Los tres pasos consecutivos son bsicos: la palabra, el giro, el sentido, quedan expuestos y su dificultad gramatical o retrica, o estilstica, queda consignada; as ocurre con la distincin entre nombres propios y comunes y los nombres de cualidad (NQL): polica, profesor, canalla, imbcil, como explica Nico-las Ruwet en su estudio sobre el insulto56. Esta clase de distincin es fun-damental para emprender una traduccin que tenga en cuenta los niveles discursivos: Ce salaud de Pierre Un imbecile de gendarme. Los NQL se encuentran en contextos especiales: Epce de salaud/*Epce de medicine. Pinsese en la distincin: Me llam idiota/fillogo. El mtodo cognoscitivo no tiene en cuenta el proceso sino lo que en ste hay de presuposicin. No explica ni delimita sino que evala: mide el valor del discurso, su objetividad. En lo relativo a la traduccin esto se ve en palabras que pueden variar su valor, por lo que el mtodo cognosci-tivo tanto en su valor mental como de apreciacin cultural se hace impres-cindible: rata, frente a Desert Rats; len, Coeur de Lion/ lion hearted, y la asociacin semntica de [+valor/+fuerza]. En lo tocante al fenmeno de la traduccin en general, la perti-nencia hace que se convierta un texto traducido en un texto aparentemente original: equally complex affective or emotional state. (Poetic effects, Lingua, 87 (1992): 29-51), pg. 49. 56 Nicolas Ruwet, Grammaire des insults et autres tudes, Paris: Seuil, 1982.

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    Houses (1981) model for translation quality assessment explicitly pro-vides for such cases under the notion of covert translation. She defines covert translation as a translation which enjoys or enjoyed the status of an original ST [source text] in the target culture. She calls this type of translation covert because it is not marked pragmatically as a TT [translated text] of an ST but may, conceivably, have been created in its own right57.

    El resultado del procedimiento hay que valorarlo en funcin de su efecto: en muchos casos la similaridad del texto original es incidental en vez de crucial en el acto comunicativo, como indica Gutt, op. cit., pg. 65. La aplicacin de estos mtodos genera un procedimiento que ha de respetar el equilibrio entre la estructura explicada y la estructura impli-cada: The sum total of the explicatures and implicatures of the translation must equal the sum total of the explicatures and implicatures in the origi-nal58. La propuesta general de procedimiento pasa por recomendar la traduccin interpretativa frente a la traduccin descriptiva: In other words, a translation would be a receptor language text that interpretively resembled the original59. La recomendacin general tiene como fin con-seguir lo que es consistente con la bsqueda de la pertinencia ptima60.

    57 Gutt, op. cit., pg. 45. Gutt cita la obra de Juliane House, A model for transla-tion quality assessment, Narr: Tbingen, 1981. 58 Gutt, op. cit., pg. 95 59 Gutt, op. cit., pg. 100 60 Gutt, op. cit., pg. 118

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