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El tigre y la nieve Roberto Benigni. 114 min.(2007) Género: Comedia. Nacionalidad: Italia. Director: Roberto Benigni. Guion: Roberto Benigni, Vincenzo Cerami. Reparto: Roberto Benigni, Jean Re- no, Nicoletta Braschi, Giuseppe Bat- tiston, Steven Beckingham, Alexis Conran, Emilia Fox, Jonah Lotan, Noah Margetts, Mark McKerracher, Andrea Renzi, Mariella Valentini, Gianfranco Varetto, Tom Waits. Año de estreno: 2007 A ttilio es un poeta y profesor universitario de poe- sía en la Universidad para Extranjeros de Roma. Estamos en el año 2003; la guerra de Irak no ha empezado todavía, aunque se palpa en el am- biente su próximo comienzo. Attilio parece vivir com- pletamente en su mundo, encerrado en su torre de marfil, donde sólo se oyen las sublimes voces de los poetas que más le gustan. Tiene cierta reputación li- teraria; ha publicado recientemente su última colec- ción de poemas, El tigre y la nieve, que ha tenido una buena acogida tanto de la crítica como por parte de los lectores de poesía. Los acontecimientos cotidianos apenas hacen mella en él: de noche sólo sueña con una mujer con la que se desea casar. El nombre de la mujer es Vittoria y, en la vida real, ella, qué pena, no quiere saber nada de él. De hecho, ella se exaspera con las constantes atenciones de este hombre incura- blemente alegre que nunca cesa de declarar su impe- recedero amor por ella. Attilio la sigue a todas partes, la vigila, le promete amor eterno y se lanza a sus pies. Pero cuanto más le presiona, ella más se resiste. Vitto- ria también forma parte del mundillo literario: en es- te momento se encuentra escribiendo la biografía del poeta iraquí más importante de la actualidad, que ha vivido durante años en París y que está preparan- do su regreso a su hogar en Bagdad. Si estalla la gue- rra, a él le gustaría estar entre su gente. Vittoria y At- tilio le conocen brevemente en Roma. Delegaciones de Enseñanza, Medios de Comunicación y Pastoral Juvenil-Vocacional Montaje y revisión: Mª Ángeles de la Torre y José Alfredo Elía
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Nov 25, 2015

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  • El tigre y la nieve Roberto Benigni. 114 min.(2007)

    Gnero: Comedia. Nacionalidad: Italia. Director: Roberto Benigni. Guion: Roberto Benigni, Vincenzo Cerami. Reparto: Roberto Benigni, Jean Re-no, Nicoletta Braschi, Giuseppe Bat-tiston, Steven Beckingham, Alexis Conran, Emilia Fox, Jonah Lotan, Noah Margetts, Mark McKerracher, Andrea Renzi, Mariella Valentini, Gianfranco Varetto, Tom Waits. Ao de estreno: 2007

    A ttilio es un poeta y profesor universitario de poe-sa en la Universidad para Extranjeros de Roma. Estamos en el ao 2003; la guerra de Irak no ha empezado todava, aunque se palpa en el am-

    biente su prximo comienzo. Attilio parece vivir com-pletamente en su mundo, encerrado en su torre de marfil, donde slo se oyen las sublimes voces de los poetas que ms le gustan. Tiene cierta reputacin li-teraria; ha publicado recientemente su ltima colec-cin de poemas, El tigre y la nieve, que ha tenido una buena acogida tanto de la crtica como por parte de los lectores de poesa. Los acontecimientos cotidianos apenas hacen mella en l: de noche slo suea con una mujer con la que se desea casar. El nombre de la mujer es Vittoria y, en la vida real, ella, qu pena, no quiere saber nada de l. De hecho, ella se exaspera con las constantes atenciones de este hombre incura-blemente alegre que nunca cesa de declarar su impe-recedero amor por ella. Attilio la sigue a todas partes, la vigila, le promete amor eterno y se lanza a sus pies. Pero cuanto ms le presiona, ella ms se resiste. Vitto-ria tambin forma parte del mundillo literario: en es-te momento se encuentra escribiendo la biografa del poeta iraqu ms importante de la actualidad, que ha vivido durante aos en Pars y que est preparan-do su regreso a su hogar en Bagdad. Si estalla la gue-rra, a l le gustara estar entre su gente. Vittoria y At-tilio le conocen brevemente en Roma.

    Delegaciones de Enseanza, Medios de Comunicacin y Pastoral Juvenil-Vocacional

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  • El tigre y la nieve Gnero: Comedia. Nacionalidad: Italia. Director: Roberto Benigni. Guion: Roberto Benigni, Vincenzo Cerami. Reparto: Roberto Benigni, Jean Reno, Nicoletta Braschi, Giu-seppe Battiston, Steven Beckingham, Alexis Conran, Emilia Fox, Jonah Lotan, Noah Margetts, Mark McKerracher, Andrea Renzi, Mariella Valentini, Gianfranco Varetto, Tom Waits. Ao de estreno: 2007

    I Semana de Cine Espiritual

    El tigre y la nieve

    Naci en 1952 en un familia de granjeros de la Toscana. A principio de los sesenta e incapaz de seguir estudiando, empez a trabajar en un pequeo circo ambulante como ayudante de un mago. Poco despus se uni a un grupo denominado "Poetas improvisados", con los que recitaba en "octava rima" en teatros y plazas a travs de toda la Toscana. En 1972 se traslada a Roma, y con varios amigos forma una compaa de teatro independiente en la que trabaja hasta 1976, el ao en que escribe y protagoniza su primera pelcula. Desde entonces, con la excepcin de unos pocos "espectculos para un hombre solo" que represent por toda Italia, se ha dedicado plenamente al cine escribiendo, dirigiendo e interpretando todas y cada una de sus pelculas. Est casado con la actriz Nicoletta Braschi, protagonista femenina de varias de las pelculas que componen su filmografa, y en algunos casos de las que l ha dirigido.

    A ttilio es un poeta y profesor universita-rio de poesa en la Universidad para Extranjeros de Roma. Estamos en el ao 2003; la guerra de Irak no ha em-

    pezado todava, aunque se palpa en el am-biente su prximo comienzo. Attilio parece vivir completamente en su mundo, encerra-do en su torre de marfil, donde slo se oyen las sublimes voces de los poetas que ms le gustan. Tiene cierta reputacin literaria; ha publicado recientemente su ltima coleccin de poemas, El tigre y la nieve, que ha tenido una buena acogida tanto de la crtica como por parte de los lectores de poesa. Los acon-tecimientos cotidianos apenas hacen mella en l: de noche slo suea con una mujer con la que se desea casar. El nombre de la mujer es Vittoria y, en la vida real, ella, qu pena, no quiere saber nada de l. De hecho, ella se exas-pera con las constantes atenciones de este hombre incurablemente alegre que nunca cesa de declarar su imperecedero amor por ella. Attilio la sigue a todas partes, la vigila, le promete amor eterno y se lanza a sus pies. Pero cuanto ms le presiona, ella ms se resiste. Vittoria tambin forma parte del mundillo literario: en este momento se encuentra escribiendo la biografa del poeta iraqu ms importante de la actualidad, que ha vivido durante aos en Pars y que est preparando su regreso a su hogar en Bagdad. Si estalla la guerra, a l le gustara estar entre su gente. Vittoria y Attilio le conocen brevemente en Roma.

    Como director, a Roberto Benigni le gusta emplear las metforas visuales para ex-presar ms all de las palabras. Indica a que se quiere referir el director con estas imgenes.

    Attilio: Sabes amigo? Yo estoy contento de haber nacido. Me gusta estar aqu! es-toy seguro de que incluso muerto me acor-dar siempre de cuando estaba vivo.

    Attilio: En el gran reloj del tiempo hay escrita una sola palabra: AHORA

    Attilio: Para evitar ele dolor a su mujer se hizo pasar por ciego durante 12 aos? Fuad: Cada persona es un abismo, da realmente vrtigo mirar hacia adentro.

    Attilio: Fuad, milenios de sabidura y estamos as, pero es que jams se apren-de nada? Fuad: Sabes por qu se hacen las gue-rras, pues porque el mundo empez sin el hombre y sin el hombre acabar

    Los textos e imgenes (tanto grficas como cinematogrficas) que se muestran en este material se acogen al derecho de cita con fines didcticos, que pretenden fomentar el conocimiento de las obras y

    tienen como nico objetivo el anlisis, comentario o juicio crtico de las mismas.

  • I Semana de Cine Espiritual

    El tigre y la nieve

    9. SMS SOS Escribe el mensaje que transmitiras a un/a ami-go/a que te comentara: - Que no encuentra motivaciones para vivir - Que est gravemente enfermo/a - Que ha suspendido muchas asignaturas - Que tiene graves problemas con sus padres - Que tiene un mal de amores

    10. Los imposibles Fuad quiere ir a su pas aunque ste est en guerra y todos quieren salir de l. Atilio tambin quiere entrar en Bagdad a toda costa. Indica 3 cosas que hayas hecho ltimamente en contra de la opinin de la mayora y tus motivaciones para realizarlas.

    7. Milagros Cuando el doctor iraqu le dice al protagonista que lo nico que queda por hacer para salvar a Vittoria es rezar a Al resulta un poco chocante. Probablemente esta contestacin no la habra dado un mdico occiden-tal. Aqu aparece reconocida en su valor la fe islmica. Como si Dios bajara a ver las estrellas de Bagdad. Busca en historias reales que ltimamente de las que hayas tenido conocimiento hace poco, peridicos, telediarios sucesos que indiquen que en la realidad Dios acta.

    8. Marcar la diferencia Puede un hombre cambiar el mundo? Puede evitar una guerra? Crees que un hombre como Attilio, que no puede evitar una guerra, cambia el mundo con su actitud? Indica actitudes que crees que cambian el mundo ante estos problemas: - Violencia escolar - Discusiones - Contaminacin ambiental - ndices de drogadiccin juvenil

    El juego de la verdad Cada uno en un papel pone tres aspectos de su vida o de su biografa que sean menos conocidos por el resto de la clase. Dos de ellos han de ser ver-dad y uno mentira. Por ejemplo: Nac en Cuenca. Tengo un lugar en la planta del pie. El verano pasado consegu atravesar buceando una piscina de 25 metros. Una vez escritos se inicia una ronda en que cada alumno se ir levantando y leer los 3 aspectos dichos. A continuacin el resto de la clase deber votar el aspecto que cree que es mentira de los tres. Luego el alumno referido dir cul era mentira.

    N acido en el pueblo toscano de Miseri-cordia en 1952, Roberto Benigni es co-mo su personaje en El tigre y la nieve: exuberante y apasionado, gritn y

    gesticulante, divertidsimo, hasta el punto de que cuesta mucho no rerse con l y mante-ner una cierta seriedad durante la entrevis-ta. Pudimos hablar con l durante su recien-te paso por Madrid. E: En la pelcula, su personaje reza un Pa-drenuestro a Al. Significa eso que han me-jorado sus relaciones con Dios? Roberto Benigni: Mis relaciones con Dios han sido siempre buensimas! Siempre le he llamado Guido, como si fuera un amigo. La oracin de mi personaje no es una demos-tracin de nada. En ese momento, Attilio es una persona desesperada, que est sola, que comprende el valor de la vida humana y que sabe que, si hay un Dios, es el mismo para todos. Siente lo mismo que todos noso-tros, que tambin somos un poco Dios. As que, en su desesperacin, tambin podra dirigir su oracin a Jernimo o a m mismo. E: Piensa, como su personaje, que, por de-fender a la familia, uno debe estar dispuesto a hacer lo que haga falta? RB: La familia es maravillosa, pero no es el tema central de la pelcula, sino ms bien la sorpresa final. Atilio es sobre todo un hombre enamorado, al que no se puede sujetar.

    Y, como est enamorado, su vida tiene sen-tido. Todo existe porque Vittoria existe. El amor es una emocin enorme, que no puede contener ninguna dictadura ni ideologa. De hecho, los polticos temen a las personas apasionadas. E: O sea, que nada de cinismo. RB: Para nada. El cinismo es una tontera. Los grandes pensadores no son los que afir-man que el mundo es feo. Los verdaderos revolucionarios desde Jesucristo hasta Isa-as, Dante, Cervantes... no estn enfadados porque el mundo sea feo, sino porque los hombres no ven la belleza del mundo. As que el mundo se divide en dos: los cnicos y los que dicen que el mundo es terrible por-que los hombres no ven su belleza. Estos lti-mos son los grandes pensadores. E: Cmo le ha influido nacer en un pueblo llamado Misericordia? RB: Misericordia! Piedad! Era un pueblo muy pobre, que seguro me ha influido mu-chsimo. E: Para ser ciudadano del mundo? RB: Eso es. He nacido en un lugar que for-ma parte de la raza humana, y estoy agra-decido a todas las civilizaciones que nos han legado algo. Los griegos, los rabes, los indi-os, los espaoles, los franceses... Tenemos que estar agradecidos a todos, y me parece na-tural dar las gracias a todos.

    E n la noche de la vspera de San Valentn, en la ciudad italiana del santo obispo patrono de los enamorados, Terni, el Premio Oscar Roberto Benigni explic a los jvenes que, segn l, Jess es el inventor del amor desinteresado.

    Siendo el hombre que no poda pecar, explic el director y actor de La vida es bella, Jess carg con los pecados de todos; el hombre que no poda morir muri por amor de todos. Invent el amor desinteresado --constat Benigni--. Vosotros me diris que el amor ya exista. Es verdad! Tambin las ondas de radio y la electricidad existen desde siempre, pero si no haba alguien que las des-cubriera, no lo hubiramos sabido. l ha declarado verdaderamente qu es el amor, explic los jvenes que llenaban el Teatro Verdi de esta localidad en un encuentro organizado por el obispo de esta dicesis, monseor Vincenzo Paglia, segn una crnica recogida por el diario Avvenire. El amor es para los dems, pues nuestra felicidad depende de su felicidad, y esto es lo que nos ha enseado Jess, explic el actor, quien demostr que ha ledo la encclica Deus caritas est de Benedicto XVI, aunque no la cit expresamente.

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    El tigre y la nieve

    Mosul se queda sin cristianos Londres/Madrid, 28 octubre 2008.-

    L a comunidad cristiana de Mosul (Irak) ha quedado redu-cida a cerca de 500 miembros a causa de la persecucin que est sufriendo en las ltimas semanas. Si los ataques continan, podra extinguirse una de las comunidades

    cristianas ms antiguas del mundo. Antes del inicio de la gue-rra, los cristianos en Mosul alcanzaban el nmero de 25.000. Los ltimos informes a los que ha tenido acceso Ayuda a la Iglesia Necesitada confirman que los cristianos siguen huyendo de Mosul, en un xodo que pueden haber protagoni-zado cerca de diez mil cristianos iraques en el ltimo mes. El hostigamiento sobre esta comunidad ha supuesto la muerte de al menos 15 cristianos y la destruccin del hogar de varias familias que se han negado a abandonar la ciudad. La Liga rabe, institucin que agrupa a los Estados rabes, hizo p-blico un comunicado la pasada semana en la que exiga poner fin de inmediato a los ataques producidos en Mosul, y aada que la Liga se haba puesto en contacto con el Pa-triarcado de Bagdad y con autoridades del pas, con el fin de terminar con los ataques y proteger a los perseguidos.

    L a invasin de Iraq, entre el 19 de marzo y el 1 de mayo de 2003, fue encabezada por los Estados Unidos, res-paldados por fuerzas britnicas y pequeos contigentes de Australia, Polonia y Dinamarca. Una serie de otros

    pases estuvieron involucrados en sus consecuencias. La in-vasin marc el inicio de la actual guerra de Iraq. Segn el Presidente de los Estados Unidos George W. Bush y el Primer Ministro del Reino Unido Tony Blair, las razones para la invasin eran "desarmar a Iraq de armas de des-truccin masiva (ADM), poner fin al apoyo brindado por Saddam Husein al terrorismo, y lograr la libertad al pueblo iraqu."[3] La invasin de Iraq provoc una fractura poltica entre las grandes potencias, que se di-vidieron entre aquellas que se opusieron acti-vamente a la invasin, como lo fueron Francia, Blgica, Alemania, Rusia, China (adems de otros pases que mostraron una oposicin pasi-va), y aquellos que apoyaron pblicamente a los Estados Unidos, como fue el caso de Gran Bretaa, Espaa, Polonia, Portugal y dems naciones que integraron la coalicin. La guerra tambin sirvi para que se diera la primera manifestacin ciudadana global en la historia en contra de un conflicto.

    4. El significado de amar Del 1 al 10 hasta qu punto merece la pena amar cuando se dan estas circunstancias. - Cuando la otra persona est gravemente enferma 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - Cuando existe la oposicin de padres y amigos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - Cuando existe el miedo de perder tu fe 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - Cuando existe la posibilidad de infidelidad 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 - Cuando existe la realidad del sufrimiento 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

    5. No siempre es lo que parece Parecera en muchas ocasiones que Attilio es un payaso que slo hace tonteras, pero en mu-chas ocasiones sus actos tienen alguna razn. Indi-ca al menos 3 de estas acciones.

    6. Coincidencias y Diferencias Fuad y Atilio son amigos. Ambos son poetas y tienen cosas en comn, aunque les separan la religin y la cultura. Rellena el cuadro siguiente:

    Coincidencias Diferencias

    Un poeta

    Un soldado

    Un modelo de publicidad

    Un profesor

    Tus padres

  • I Semana de Cine Espiritual

    El tigre y al nieve

    1. Amistades insospechadas As como en la pelcula hay una amistad de Atilio con el poeta irak indica relacio-nes de amistad insospechadas que hayas hecho ltimamente.

    En tu familia

    En tu escuela

    En tu barrio

    En tu parroquia

    En tus amistades

    2. La realidad y sus smbolos Qu smbolos encuentras en la pelcula, religiosos o no? Qu crees que representan, o que crees que quiere transmitir Begnini con ellos?

    El tigre

    La nieve / polen en Roma

    El pajarito

    El camello

    3. La realidad es positiva A finales del ao 2006 se contabilizaban en el mundo 21 conflictos armados, concen-trndose la mayora en frica y Asia, muchos de ellos ocupan apenas unos segundos en los informativos por razones negativas. De los pases en conflicto que te indicamos a conti-nuacin intenta encontrar una buena noticia que tenga que ver con estos pases. Burundi Uganda Colombia Afganistn India Rusia (Chechenia) Lbano Irak

    El poeta y las palabras

    A ttilio es un hombre de las palabras. Poeta y profesor sabe que las pala-bras sacan de la soledad y el sin sen-tido. Gracias a la palabra la comuni-

    cacin con los otros es posible y los seres humanos pueden encontrarse y compartir. A travs de la palabra la humanidad ha buscado el sentido y la verdad que hay en el fondo de la realidad. As el ser humano se hizo verdaderamente humano en el momento en que pudo poner palabras que indagaban en el sentido. Nuestro poeta dice que hay pala-bras como pared o tantas otras como corazn, amor o verdad que estn manchadas y tendramos que poner en cuarentena las palabras; para lavarlas y curarlas, reencontrando su significado ms profundo. Mientras tantas veces la publici-dad usa las palabras y las imgenes para vender y aparentar, los poetas buscan las palabras para expresar el interior.

    Para encontrar las palabras que hay que aprender a contemplar la reali-dad. Recordad cuando Atilio se hecha en el suelo del aula y les ensea a sus alum-nos a contemplar el cielo estrellado, que por otra parte se tienen que imaginar. Al-guien que no es capaz de contemplar no puede ser un poeta, un buscador de pala-bras. Sorprendentemente, nuestro poeta con su palabra convence a los de una ONG mdica para que le trasladen a Irak o incluso gracias a la palabra lograr pa-sar un control de soldados USA. La pala-bra tiene un poder, es el poder del dilo-go. As en la pelcula hay una amistad de Atilio con el poeta irak.

    La guerra en el cielo de Bagdad

    R oberto Benigni est preocupado por las grandes heridas de la humani-dad. En La vida es bella nos trasla-d a los campos de exterminio nazis

    y ahora nos lleva a la guerra de Irak. Que un cmico aborde los lugares de ms pro-fundo sufrimiento tiene mucho valor, por-que precisamente all es donde ms difcil es rer. Hemos visto como en un momento de la pelcula se compara a Bagdad con Babel el lugar donde se radicalizaron las lenguas y las diferencias. En este caso el relato bblico es interpretado en la clave de de metfora: la torre que quiere con-quistar el cielo se convierte en el lugar de separacin y enfrentamiento de la huma-nidad. Babel es el inicio de todas las gue-rras e incomprensiones de los pueblos.

    Todo el mundo era de un mismo lenguaje e idnticas palabras. Al despla-zarse la humanidad desde oriente, halla-ron una vega en el pas de Senaar y all se establecieron. Entonces se dijeron el uno al otro: Ea, vamos a fabricar ladrillos y co-cerlos al fuego As el ladrillo les serva de piedra y el betn de argamasa. Despus dijeron: Ea, vamos a edificar una ciudad y una torre con la cspide en los cielos, y hagmonos famosos, por si nos desperdi-gamos por toda la tierra.

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    El tigre y la nieve

    El amor no acaba nunca

    E n sus declaraciones sobre la pelcula Nicoletta , que es la esposa de Benigni y interpreta en este caso a Vittoria, indica que en ella hay un secreto que

    solamente se descubre al final. El espectador se hace la idea que At-tilio est separado de su mujer y atiende a ratos de sus dos preciosas hijas, Emilia y Ro-sa. Adems sabe que ha tenido una aven-tura amorosa con una joven profesora compaera en la Universidad. Pero lo que al espectador le queda claro es que est perdidamente enamorado de Vittoria, la mujer de sus sueos y de sus vigilias. La primera escena nos presenta un da de bodas muy especial celebrado en medio de la noche, con un pblico vario-pinto donde hay cineastas y escritores. All, en su sueo, Vittoria le declara su amor. Sin embargo, la realidad es muy distinta y por algo que permanece oculto, Vittoria no puede querer a Atilio, del que permanen-temente se distancia.

    Cuando ella cae gra-v e m e n t e herida en Bagdad se nos muestra de forma c-mica y des-m e s u r a d a hasta dnde puede llegar el amor de Attilio. Puede viajar a Bagdad en plena guerra, puede convencer a un m-dico oriental sobre un remedio para sus gra-ves lesiones o puede atravesar la lnea de fuego para ir a buscar medicamentos. La fidelidad de Attilio a su amada es comparable con la solidez de su esperanza que nada parece hacerla tambalear. El mis-mo Benigni seala en la entrevista de los materiales extras del DVD su inspiracin en la Biblia. Y aqu parece encarnarse las cono-cidas palabras de Pablo, frecuentes en las celebraciones de boda:

    La eleccin: La esperanza o la nada

    L a amistad de Attilio y Fuad es otra de las pistas de El tigre y la nieve. Ambos se co-nocen y se apoyan. En el caso del poeta irak representa al arista fiel a su pueblo que en la hora de la destruccin viene a reunirse con l para compartir su destino.

    Sin embargo, en la narracin observamos que paralelamente a como crece la obstinacin de Attilio por salvar a Vittoria la desazn y la tristeza de Fuad avanzan. Ver a su pueblo destruido le sume en una inmensa pena.

    Hay un dilogo muy significativo tras el encuentro bajo el cielo estrellado de Bag-dad. La desesperanza se ha apoderado del poeta que llora por su tierra: el mundo em-pez sin el hombre, y sin el hombre acabar. Stilmente, Attilio queda preocupado y cuando se despiden y ya cuando ambos se alejan se vuelve y le pregunta al iraqu Verdad que si eres bueno y te portas bien luego vas al cielo? Se trata de una formulacin infantil, parece casi la pregunta del hijo que espera el consuelo tranquilizador del padre.

    Pero Fuad ya est sumergido en la noche. A la pregunta por el futuro le contestar con la desesperanza irremediable. Despus de nosotros no hay nada. Ni siquiera la nada, que al menos sera algo. La prxima vez que le veamos se habr ahorcado.

    Sin embargo, fijmosnos en la respuesta de Attilio que ha preferido quedarse de guardia con el matamoscas a la cabecera de su amada. Seguro que incluso muerto me acordar siempre de cuando estaba vivo. Aqu el poeta ha escogido la palabra justa. Se trata de una paradoja: cmo es posible que un muerto recuerde que est vivo? A no ser que no est muerto, en ese caso recuerda. Aqu se est sealando que la Vida tiene un componente indestructible. El hombre no estuvo slo al principio y tampoco estar slo al final. Hay futuro y por eso es posible el amor esperanzado y un poco chiflado de Ottilio.

    Ciego por amor Atilio: Esta vivo? Fuad: Si. Atilio: Has visto. Que te habr dicho. Anda vamos! Fuad: No espera. Nos tienen que dar permiso. Es un anciano. A lo mejor no se acuerda de m. Mi padre me lo pona como ejemplo. Me deca: ningn noble lo iguala Atilio: Y eso por que? Qu ha hecho? Fuad: Es un gran poeta. Siendo muy joven am a una joven y se casaron. Al cabo de un tiempo, cuando l estaba en la guerra, recibi la noticia de que su mujer haba contrado la viruela y estaba deformada. Sabido esto. Al Giumeili dijo: Me duelen los ojos. Y despus: Me he quedado ciego. Despus de doce aos cuando su mujer muri l reabri los ojos. Atilio: No es posible. Para evitarle el dolor a su mujer. Se hizo pasar por ciego durante doce aos. Fuad: Cada persona es un abismo. Da real-mente vrtigo mirar hacia dentro. Nunca ha dado explicaciones a nadie.

    Los sueos Atilio: Que bonito! Me alegro por ti. Yo en cambio sueo siempre lo mismo Valeri: Siempre el mismo animal Atilio: No, no. No hay animales. Sueo en una especie de ceremonia de boda con mucha gente. Despus llega la no-via. Y me gusta ms que ninguna mujer que haya conocido. Y de repente me dice: Bsame. Quiero hacer el amor con-tigo. Valeri: Y tu que haces despus de que te diga eso? Atilio: Me desmayo del susto. Nooo. Entonces me despierto. Valeri: Ya pero en el sueo, Ella que animal es? Atilio: Que va a ser. Es ella. La mujer de mi vida. Valeri: Atilio. Pero que sueo es ese. Es, como perdona. Es como si a mi me gustaran las cerezas, y en el sueo me comiera las cerezas. Pero esto es un sub-consciente mental primitivo. Perdna-me Atilio. Atilio: Que pasa es un sueo que no se cumple. Valeri: Cmo se va a cumplir? Si yo deseo a una mujer y yo sueo con ella, tengo que idealizarla por eso en mi sue-o es un pingino, porque lleva en s to-da la mitologa del pingino. O bien es una iguana. Este, s es un sueo maduro. Atilio: T crees? Valeri: No lo digo yo lo dice Sigmund Freud, hombre. Atilio: Freud

    Lo que da sentido a la vida Atilio: Seor Al Guimeili. Necesito esa glicerina. Ya s que lo sabe, pero si no la consigue, mi amor se morir, y si se muere, para mi toda esta puesta en escena del mundo que gira y gira pueden desmontarlo y llevrselo. Pueden des-clavarlo todo. Enrollar el cielo y cargarlo en un camin, y luego pueden apagar esa luz pre-ciosa del sol que me gusta tanto, tanto. Sabe porqu me gusta tanto? Porque ella me gusta iluminada por la luz del sol, tanto. Se lo pueden llevar todo: alfombras, las columnas, los palacios, la arena, el viento, las frutas maduras, el grani-zo, las siete de la tarde, mayo, junio, julio, la al-baca, las abejas, el mar, los calabacines los ca-labacines Aydeme! Encuntreme la gliceri-na Encuntremela Encuntremela.

  • I Semana de Cine Espiritual

    El tigre y la nieve

    La esperanza o la nada (De noche. Attilio pasea con Fuad) Fuad: Justo le estaba hablando de esto a Vittoria cuando me pregunt por qu haba vuelto a Bagdad. Entonces le cont la noche nmero 351 de ''Las mil y una noches''. La recuerdas? Atilio: No. Te sabes las 1001? Cul es la 406? Fuad: Es la del poeta italiano con el zapato roto! Atilio: ''Las mil y una noches''... qu belleza! (Quedan situados de espaldas, ante el cielo estrellado donde brillan los bombardeos) Atilio: Madre ma, qu cielo! Fuad: El cielo de Bagdad es la mejilla del mundo. Parece que disparen ngeles! A 80 km de aqu, hace ms de 3.000 aos, cons-truyeron la Torre de Babel para tocar el cielo. Atilio: Entonces, a 80 km de aqu nacieron todas las lenguas, no? Fuad: Pero desde que intentaron tocar el cielo, dejamos de entendernos. Una leyenda islmica dice que a veces Al baja a la tierra porque tiene nostalgia de ver el cielo estrella-do desde abajo. Atilio: Milenios de sabidura y estamos as. Es que jams se aprende nada? Fuad: Sabes por qu se hacen las guerras? Porque el mundo empez sin el hombre, y sin el hombre acabar. Atilio: S, eh? Fuad: Por qu esta noche no te vienes a dormir en una buena cama? Atilio: Gracias, pero tengo mi bonita silla de barbero, voy a dormir como un tronco junto a Vittoria, por si acaso. Fuad: Te entiendo. Adis. Atilio: Buenas noches, Fuad. (Fuad se aleja) Fuad! Verdad que si eres bueno y te portas bien luego vas al cielo? Fuad: Despus de nosotros no hay nada. Ni siquiera la nada, que al menos sera algo. Atilio: Yo estoy contento de haber nacido. Seguro que incluso muerto me acordar siempre de cuando estaba vivo. Fuad: Buenas noches, Attilio. Atilio: Hasta maana, Fuad.

    El padre nuestro (Attilio y el doctor junto a la cama donde est entubada Vittoria) Atilio: (Le da unas pastillas. La conversa-cin entre ellos es en ingls) Doctor, tam-bin hay sta. Doctor: Gracias por esto y por lo dems, aunque slo sea una gota de agua en el desierto. Ahora est bien. Ahora debo ir-me. Atilio: Est bien, pero sigue sin moverse. Como usted me dice una cosa cada vez, por qu no las hacemos todas juntas? Qu hacemos ahora? Doctor: Ms que esto no se puede hacer. Ahora slo se puede rezar a Al. Atilio: Gracias. (El doctor macha. Attilio le habla a Vittoria) Has odo? Ha dicho que hemos hecho todo. Ests bien, lo ves? Aqu dentro hay de todo. No hay nada ms que hacer. Y ahora, tranquilzate. Ha puesto el suero bueno. Ha dicho que recemos a Al. La nica cosa que queda por hacer es re-zar a Al. Yo le rezara. Hemos hecho lo imposible. Al, yo la nica plegaria que s es el ''Padre Nuestro'', en italiano. Supongo que lo entenders, no? Tanto da. Son to-das iguales, incluso es bonita. Rezamos, Vittoria? Al, all voy. (Se arrodilla junto a ella) Padre nuestro que ests en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a noso-tros tu reino. Hgase tu voluntad, as en la Tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada da dnosle hoy, y perdnanos nues-tras deudas, as como nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos dejes caer en la tentacin mas lbranos del mal (Golpea una mosca que se haba colocado en la almohada. Se levanta). Ahora s que lo hemos hecho todo. Descansa. Yo tambin intentar descansar. (La besa en la frente) Adis, Vittoria. Si quieres algo, estoy en la silla de barbero (Se sienta en ella).

    La oracin como ltima palabra

    C uando el doctor iraqu le dice al protagonista que lo nico que queda por hacer para salvar a Vittoria es rezar a Al resulta un poco chocante. Probablemente esta contestacin no la habra dado un mdico occi-dental. Aqu aparece reconocida en su valor la fe isl-

    mica. Como si Dios bajara a ver las estrellas de Bagdad.

    La respuesta de Attilio es esencial y simple. Si vivimos ante Dios y morimos ante Dios hemos de orar ante el nico Dios. La oracin del padrenuestro es la oracin primera del cristianismo, el centro de la oracin de Jess. Lejos del sincretismo Atilio comprende al Dios nico en el Dios de Jesucristo, y la encarnacin est aludida en esa bajada de Dios para mirar el cielo estrellado.

    Quizs los seres humanos cuando nos encontramos ante las situaciones definitivas de la vida descubrimos, no tanto como autoconsuelo tranquilizador, sino como experiencia de certeza que Dios nos acompaa. Y en esta hora ltima la oracin un valor definitivo.

    Y desde aqu, no cabra conocer algo de la experiencia de los hombres que orar? Veamos como el hermano Roger de Taize nos habla desde su comunidad-escuela de ora-cin:

    Para rezar, Dios no pide prodigios extraordinarios, ni esfuerzos sobrehumanos. En la historia de los cristianos hay muchos creyentes que han vivido de las fuentes de la fe a tra-vs de una oracin muy pobre en palabras.

    Estar desprovisto ante esta realidad de la oracin que, a primera vista te sobre-pasa? Ha sido as desde el comienzo de la Iglesia. Pablo, el apstol, escriba: No sabemos cmo orar. Aada: pero el Espritu santo viene en ayuda de nuestra incapacidad y reza con nosotros. Tu corazn no es capaz de imaginarlo pero su Espritu est en conti-nua actividad dentro de ti

    Una sencilla oracin, como un leve suspiro, como la oracin de un nio, nos mantie-ne alerta. No ha revelado Dios a los pequeos, a los pobres de Cristo, lo que los poderosos de este mundo no son capaces de comprender?

    Algunos necesitan en la oracin muchas palabras para formular lo que llena su co-razn. No sera preferible pronunciarlas en soledad? (Hermano Roger de Taiz en La oracin. Frescor de una fuente, PPC, Madrid 20055)

    El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no se jacta ni se en-gre; es respetuoso y no busca su inters; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se ale-gra de la injusticia; sino que se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. El amor no pasa nunca (1 Cor 13,4-8a). Dos claves para que nos fijemos en el amor loco de Attilio. Por una parte, aparece como gratuito y desmedido, ms cuando sabemos de las dificultades de ella para aceptarle. Para el no hay ni dificultades, ni condiciones ni enfermedad. Adems no bus-ca ningn reconocimiento a sus sacrificios. Es

    un amor extremadamente fiel. Y por otra parte, es un amor que cura; despus de todos sus intentos por cuidar y salvar a Vit-toria parece que su amor le despierta como en los cuentos de hadas o de las mil y una noches. El beso de este nuevo prncipe -recordad la princesa de La vida es bella- logra despertar a la bella durmiente. Luego, cabe creer en los milagros. En la conclusin el espectador hace un descubrimiento inesperado. Con lo que la pelcula se convierte en un canto a la fideli-dad y a lo definitivo. Como si el guin qui-siera subrayar con este ltimo golpe de efec-to, que no poda ser de otra manera.

  • I Semana de Cine Espiritual

    El tigre y al nieve

    El poeta, de profesin, las palabras (Attilio est en la cocina. Acude a la habi-tacin de las hijas, que estn en la cama, al or sus gritos) Emilia: Pap, aydanos. Atilio: Qu? Emilia: Un murcilago! Atilio: Rpido, a cubierto. Al suelo! Est explorando. lntentemos entender sus inten-ciones. Rosa: Debajo de la cama, as no nos ver. Emilia: Sal de aqu, murcilago horrible! Atilio: Te has vuelto loca? Si le dices eso, se ofende. Es peligroso! Dejadme a m. Es-perad. Murcilago, oh, murcilago, si haces filigrana, a tu derecha estn las ventanas. (El murcilago marcha por la ventana) Emilia: Vaya casualidad! Atilio: Es la poesa. Si le dices ''horrible'' qu haces? Contrarrestar halagando sin ego. Veris, el otro da estaba afeitndome. Entr una araa y le dije: ''Sal, araa, si si-gues ah ste no se baa''. Y sali. Rosa: Y si me encuentro un ratn? Atilio: Le dices ''Ratn, sal del rincn!'', y te vas. Rosa: Me ensears a hacer esos bonitos pareados? Emilia: Qu has hecho para convertirte en poeta? Rosa: Cmo se hace? Atilio: Cuando era pequeito, tendra unos aos menos que vosotras, quiz 8 9 aos, viva con la abuela, mi mam. Me haba llevado a casa del to Giustino, cerca de un bosque. Y sabis qu me ocurri? Emilia: Qu?

    Atilio: Un pajarito empez a volar y can-tar descendiendo ms y ms... Volaba y descenda. Hasta que se pos aqu, sobre mi hombro. S. En serio. Me haba elegido a m entre todo el mundo. Tena miedo que se fuera y por eso fing que era un rbol. Me qued quieto, estaba as. El corazn me lata en el pecho, pareca que se me iba a salir. Emilia: Qu pas? Atilio: Se fue volando. Tena que contarlo, cuando vino mi mam, le dije: ''Mam, un pajarito estaba volando y cantaba en mi hombro, se par durante ms de una hora un pajarito.'' Ella dijo: ''Cre que era impor-tante'', y sigui hablando con mi to. Rosa: Acaso era tan mala que no le gus-taban los pajaritos? Atilio: No es que fuera mala, y s le gusta-ban los pajaritos. No era ella, era yo, que no le haba explicado bien lo que haba sentido. No le haba transmitido bien la emocin que yo haba tenido. Me qued tan mal, que me dije: ''Habr alguien que de profesin encuentre las palabras justas, que las sepa unir de manera que cuando le late el corazn logre hacrselo latir a los dems?''.Ese da decid ser poeta! Emilia: A m me ha latido el corazn. Rosa: Y a m, pero a la abuela no. Atilio: Si las palabras no son las justas, na-da puede ser justo. Si digo ''a la cama, que es tarde'', nos entendemos, son las palabras justas. Rosa: Y si entra otro murcilago? Atilio: (Cierra la ventana) Es imposible. lros a la cama, maana tengo que llevaros al colegio a las 9.00. Rosa: A las 9.00, no. A las 8.30. Atilio: Y media! Has cado. Buenas no-ches, hijas.

    Por qu no te quedas? (En el jardn Vittoria est recostada en el banco con los ojos cerrados. Attilio es-t junto a ella) Atilio: De todos modos te quera decir que yo sigo soando todas las noches que nos casamos. Pero as estamos bien, sin casarnos, faltara ms! Vittoria: Qu dices? Atilio: Que si quieres otro cojn. Vittoria: No, gracias. Atilio: Entonces, me voy. Descansa. Volver, quiz maana, pasado maa-na, pero volver pronto. Adis, Vittoria! Vittoria: Qudate si quieres. Atilio: No, te noto cansada. Adis, Vit-toria! (sin darse cuenta se pone la cha-queta de ella. Al marchar se da cuenta del error) Perdona, me he equivocado. La chaqueta. (Attilio se acerca a ella y le besa la fren-te. Ella abre los ojos. Ella ve en el cuello de l su propio colgante) Atilio: Los pajaritos! (Mirndola a ella, la jaula se le cae y se abre. Los pjaros salen volando. Uno de ellos se posa so-bre el hombro de Vittoria. Despus se va volando) Atilio: Cantan y vuelan. Adis. (Marcha con la jaula vaca. Por una par de veces pasa ante el portal) Atilio: Perdona, no sabrs dnde he aparcado, por casualidad? (Vittoria sonre)

    Buscar la inspiracin (Attilio dando clase) Atilio: Vamos. De prisa. ld rapidito, pero sin correr. Con calma, no os apresuris. Y no escri-bis nicamente poemas de amor, que son los ms difciles, esperad al menos a tener 80 aos. Escribid sobre algo ms lrico, el mar, el viento, un radiador averiado, un tranva con retraso. No existe una cosa ms potica que otra. La poesa no est fuera, est dentro. Qu es la poesa? No preguntes a Belceb. Mrate al es-pejo, la poesa eres t. Decorad bien vuestros poemas, buscad bien las palabras, debis esco-gerlas. A veces se necesitan ocho meses para encontrar una palabra. La belleza se inici un da cuando alguien empez a elegir, desde Adn y Eva. Sabis cunto tard Eva en elegir la hoja de parra idnea? Cmo me est sta? Y sta? Desnud todas las parras del paraso! Enamoraos. Si no os enamoris est todo muer-to. Os debis enamorar, todo revive, se mueve todo. Dilapidad el gozo, consumad la alegra, estad tristes y taciturnos con exhuberancia, in-suflad con energa en la cara de la gente la feli-cidad. Y cmo se hace eso? Mirar en mis apuntes, lo he olvidado. Esto es lo que debis hacer... No he podido leerlos, pero voy recor-dando. Para transmitir la felicidad es necesario ser feliz y para transmitir el dolor es necesario ser feliz. Sed felices, porque tendris que sufrir, no tengis miedo a sufrir, todo el mundo sufre. Y si no tenis los medios no os preocupis, para hacer poesa slo es necesaria una cosa: todo. No busquis la novedad, es la cosa ms vieja que existe (Entra en la clase la Srta. Brow-ning).Y si la inspiracin no os viene en esta posi-cin, o sta otra, pues os tiris al suelo y os po-nis cmodos. (Se estira en el pasillo de la clase) En esta posicin podris ver el cielo, fijaos qu belleza. Por qu no me habr estirado antes? Qu estis mirando? Los poetas no miran, ob-servan. Haceos obedecer por las palabras. Si la palabra ''pared'' no os hace caso, no la usis ms en ocho aos, as aprender. Qu es esto? No lo s! Esto es la belleza, como esos versos. Quiero que se queden escritos ah para siempre. Borradlo para volver a empezar. La clase ha terminado. Adis. Nos veremos el mir-coles... jueves.