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54 61 10 Mensaje del Secretario General Aerosoles carbonosos Actividades de investigación y desarrollo de la OMM con el fin de beneficiar a África 41 Deposición atmosférica sobre el océano: los ecosistemas marinos y el clima Calidad del aire, condiciones meteorológicas y climáticas en Ciudad de México Gestión de la calidad del aire y predicción del tiempo durante los Juegos Olímpicos de Pekín Gases de efecto invernadero y contaminación urbana 16 31 22 Contaminación atmosférica, tormentas de polvo y arena y el monzón del Índico 48 Organización Meteorológica Mundial Tiempo · Clima · Agua Vol. 58 (1) - Enero de 2009 Artículos de fondo | Entrevistas | Noticias | Reseñas bibliográficas | Calendario www.wmo.int Boletín Cambio climático y calidad del aire 4 El tiempo, el clima y el aire que respiramos
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El tiempo, el clima y el aire que respiramos - WMO Library

Apr 11, 2023

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Page 1: El tiempo, el clima y el aire que respiramos - WMO Library

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Mensaje del Secretario General

Aerosoles carbonosos

Actividades de investigación y desarrollo de la OMM con el fin de beneficiar a África

Organización Meteorológica Mundial

7bis, avenue de la Paix - Case postale 2300 - CH-1211 Geneva 2 - SwitzerlandTel.: +41 (0) 22 730 81 11 - Fax: +41 (0) 22 730 81 81

Correo electrónico: [email protected] - Dirección web: www.wmo.int

ISSN 0250-6025

41

Deposición atmosférica sobre el océano: los ecosistemas marinos y el clima

Calidad del aire, condiciones meteorológicas y climáticas en Ciudad de México

Gestión de la calidad del aire y predicción del tiempo durante los Juegos Olímpicos de Pekín

Gases de efecto invernadero y contaminación urbana 16 31

22

Contaminación atmosférica, tormentas de polvo y arena y el monzón del Índico

48

Organización Meteorológica

Mundial

Tiempo · Clima · Agua

Vol. 58 (1) - Enero de 2009 Artículos de fondo | Entrevistas | Noticias | Reseñas bibliográficas | Calendario www.wmo.int

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Cambio climático y calidad del aire

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El tiempo, el clima y el aire que respiramos

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[...] resulta prioritario desarrollar sistemas exhaustivos de control, herramientas de asimilación de datos y modelos de predicción que integren un conjunto diverso de datos dentro de una estructura coherente.

Guy Brasseur

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Boletín

Las noticias acerca de las actividades de la OMM y de los episodios más recientes pueden encontrarse en el boletín informativo de la OMM Meteo-World (http://www.wmo.int/pages/publications/meteoworld/index_en.html), en la sección de NOTICIAS de la página web de la OMM (http://www.wmo.int/pages/mediacentre/news/index_en.html) y en las páginas web de los programas de la OMM a través de la dirección de internet de la OMM (http://www.wmo.int).

Boletín de la OMMwww.wmo.int/bulletin_en

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Organización Meteorológica Mundial (OMM)

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Copyright © Organización Meteorológica Mundial, 2009

La OMM se reserva el derecho de la publicación impresa, elec�trónica y en cualquier otra forma, y en todos los idiomas. Se autoriza la reproducción de breves extractos de los artículos del Boletín de la OMM a condición de que se cite claramente la fuente completa de los mismos. La correspondencia edito�rial y las peticiones solicitando autorización para publicar, re�producir o traducir (parcial o totalmente) artículos firmados, deberán dirigirse al Editor.Las denominaciones empleadas en el Boletín de la OMM y la forma en que aparece la información que contiene no implican, de parte de la Secretaría de la OMM, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios, ciu�dades o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.Las opiniones expresadas en los artículos y las afirmaciones contenidas en los anuncios insertados en este Boletín corres�ontenidas en los anuncios insertados en este Boletín corres�ponden a sus autores o anunciantes y no reflejan necesaria�mente la opinión de la OMM. El hecho de que en los artículos y anuncios se mencionen los nombres de determinadas com�pañías y productos no significa que la OMM los favorezca ni recomiende con preferencia a otros similares que no se men�cionan ni se anuncian.

ÍndiceEn este número ..................................................................................... 2

Mensaje del Secretario General con motivo del Día Meteorológico Mundial de 2009 ................................................................................... 4

Tercera Conferencia Mundial sobre el Clima ..................................... 8

Implicaciones del cambio climático en la calidad del aire, por Guy P. Brasseur ....................................................................................... 10

La atmósfera global: los gases de efecto invernadero y la contaminación urbana, por Euan Nisbet y Martin Manning ........................ 16

Posibles influencias de la contaminación atmosférica y de las tormentas de polvo y arena en el monzón del Índico, por William K.M. Lau, Kyu-Myong Kim, Christina N. Hsu y Brent N. Holben ................. 22

Gestión de la calidad del aire y predicción del tiempo durante los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, por Jianjie Wang, Xiaoye Zhang, Tom Keenan y Yihong Duan ............................................................................. 31

Actividades de investigación y desarrollo de la OMM relacionadas con la calidad del aire, el tiempo y el clima, con el fin de beneficiar a África, por André Kamga Foamouhoue, José María Baldasano, Emilio Cuevas Agulló, Aïda Diongue-Niang, Carlos Pérez García-Pando, Eugene Poolman y Madeleine Thomson .... 41

Calidad del aire, condiciones meteorológicas y climáticas en Ciudad de México, por Luisa T. Molina, Benjamin de Foy, Óscar Vázquez Martínez y Víctor Hugo Páramo Figueroa ......................................... 48

Los aerosoles carbonosos: un desafío pendiente, por Karl Espen Yttri, Cathrine Lund Myhre y Kjetil Tørseth ........................................ 54

Los impactos de la deposición atmosférica sobre el océano en los ecosistemas marinos y en el clima, por Robert A. Duce, James N. Galloway y Peter S. Liss .................................................................... 61

Hace cincuenta años ............................................................................. 67

Necrología ............................................................................................. 70

Noticias de la Secretaría de la OMM ................................................... 71

Calendario ............................................................................................. 76

La Organización Meteorológica Mundial ............................................ 77

Miembros de la Organización Meteorológica Mundial ..................... 78

La revista de la Organización Meteorológica Mundial

Volumen 58 (1) - Enero de 2009

Secretario General M. Jarraud

Secretario General Adjunto Hong Yan

Subsecretario General J. Lengoasa

El Boletín de la OMM se publica trimestralmente

(enero, abril, julio, octubre) con ediciones en

español, francés, inglés y ruso.

Editor Hong Yan

Editora asociada Judith C.C. Torres

Consejo editorial

Hong Yan (Presidente)

J. Torres (Secretaria)

G. Asrar (investigación del clima)

L. Barrie (investigación atmosférica y medio

ambiente)

G. Love (meteorología y reducción del riesgo

de desastres)

E. Manaenkova (política, relaciones exteriores)

R. Masters (desarrollo, actividades regionales)

B. Nyenzi (clima)

B. Ryan (satélites)

D. Schiessl (planificación estratégica)

A. Tyagi (agua)

J. Wilson (enseñanza y formación profesional)

Wenjian Zhang (sistemas de observación e

información)

Precios de la suscripción:

Correo terrestre Correo aéreo

1 año 60 FS 85 FS

2 años 110 FS 150 FS

3 años 145 FS 195 FS

Correo electrónico: [email protected]

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2 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

El tema del Día Meteorológico Mun-dial de este año es “El tiempo, el clima y el aire que respiramos”. Este número del Boletín se ha concebido en torno al mismo tema, e incluye artículos relacionados con la calidad del aire y su manifestación en las zo-nas urbanas y sus alrededores, los vínculos con el tiempo atmosférico y el cambio climático, y el impacto de la deposición de contaminan-tes (incluido el nitrógeno) sobre la capa superior del océano. Como de costumbre, el número de enero del Boletín se abre con un mensaje del Secretario General con ocasión del Día Meteorológico Mundial.

Entre 1800 y 2007, la parte de la po-blación mundial que reside en las ciudades se ha incrementado desde aproximadamente el 3 por ciento hasta alcanzar un 50 por ciento. En consecuencia, las megalópolis y los núcleos regionales de concentración de población se han desarrollado lle-vando aparejados cambios en el uso del suelo y en las emisiones antro-pogénicas de contaminantes, lo que ha originado grandes implicaciones medioambientales tanto para los propios núcleos regionales de con-centración de población como a una escala mayor. La contaminación at-mosférica en zonas con una alta den-sidad de población afecta a la salud humana de manera grave a lo largo y ancho del planeta. La predicción de la contaminación atmosférica en las zonas urbanas es un servicio ne-

cesario para que la población pueda tomar medidas de precaución de forma cotidiana y para que puedan determinarse las medidas políticas adecuadas para reducir las emisio-nes, de modo que se alcancen los ni-veles de contaminación establecidos como objetivo. A través del programa de Vigilancia de la atmósfera global (VAG), su Proyecto sobre la meteo-rología y el medio ambiente urbano (GURME) y el Programa mundial de investigación meteorológica (PMIM), la OMM refuerza las capacidades de los estados Miembros a la hora de ofrecer predicciones de calidad del aire, ilustrando así los vínculos que existen entre la meteorología y la ca-lidad del aire.

La composición química de la atmós-fera, los fenómenos meteorológicos y el clima están fuertemente interco-nectados. Existe un crecimiento en las emisiones de agentes contami-nantes en el Extremo Oriente y en América del Sur, mientras que en Europa y en América del Norte es-tas emisiones están estabilizándose o reduciéndose. La economía está globalizada, con importantes conse-cuencias para el transporte intercon-tinental de la contaminación atmos-férica, las emisiones procedentes de las aeronaves (Organización de avia-ción civil internacional) y de los bu-ques (Organización marítima inter-nacional). Los cambios en las prácti-cas agrícolas y en el clima físico dan lugar a un aumento en la quema de

biomasa y en el número de incendios forestales. El transporte de agentes contaminantes atmosféricos a través de fronteras nacionales, regionales y continentales representa un aspecto importante del ciclo mundial de la contaminación atmosférica, inclu-yendo el impacto sobre el Ártico y sus mares limítrofes.

La contaminación atmosférica y el cambio climático interactúan en am-bos sentidos. La Convención mar-co de las Naciones Unidas sobre el cambio climático se centra en el efecto del cambio climático de los gases de efecto invernadero de lar-ga duración. Los aerosoles (directa e indirectamente) y el ozono troposfé-rico ejercen un forzamiento radiativo a nivel regional sobre el clima, y se espera que dicho forzamiento modi-fique la distribución de los patrones meteorológicos sinópticos y la distri-bución de los elementos meteoroló-gicos, como por ejemplo las precipi-taciones y el viento, a nivel regional. El alcance de la modificación y su impacto social aún no se conocen suficientemente, pero es muy proba-ble que sean importantes.

La variabilidad y el cambio climá-ticos tienen consecuencias para la composición atmosférica, a través de la modificación de factores que afectan al ciclo vital (fuentes, trans-porte, transformación física/química y eliminación) de un agente conta-minante en la atmósfera: por ejem-

En este número

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Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 3

plo, temperatura, propiedades en superficie (sequía y cubierta vege-tal), nubosidad, precipitación (inclu-yendo la duración de los períodos secos) y propiedades de mezcla en la capa límite. La adaptación de las sociedades al cambio climático tiene consecuencias para la composición atmosférica, por ejemplo, a través de los cambios inducidos en las emi-siones procedentes del consumo de energía a medida que el sistema de producción energética va avanzan-do hacia una mayor utilización de las energías renovables, incluyendo los biocombustibles. La OMM cuen-ta con una responsabilidad concreta y con una capacidad probada para liderar el análisis técnico acerca del modo en que pueden interaccionar en ambos sentidos la variabilidad del clima y el cambio climático con la contaminación atmosférica a nivel regional y, en combinación, a escala mundial, puesto que estos son asun-tos de preocupación inmediata que afectan a las sociedades de todo el

mundo en una proporción que aún no se conoce con claridad, pero que podría ser muy importante (episo-dios de contaminación atmosféri-ca, crecidas, sequías, suministro de agua, suministro de alimentos, etc.).

Al igual que ocurre con el clima, los agentes contaminantes atmosféricos pueden afectar a las condiciones me-teorológicas. Cada vez existe una ma-yor sensibilización de que, al incluir los aerosoles y el ozono en los mo-delos de predicción meteorológica de manera realista, aumentarán las posibilidades de mejorar la precisión de las predicciones meteorológicas. Al mismo tiempo se están generando predicciones de la calidad del aire en las que se están empleando los me-jores sistemas de predicción meteo-rológica del mundo, a saber, los man-tenidos por los centros operativos de predicción meteorológica.

El componente atmosférico del ciclo biogeoquímico del nitrógeno reacti-

vo, incluyendo su relación con el se-cuestro de carbono en ecosistemas, aún no se conoce de forma precisa. El nitrógeno reactivo se propaga en cascada a través de compartimentos medioambientales, con una produc-ción anual aproximada de 165 mega-toneladas de dicha sustancia, de las cuales alrededor del 75 por ciento está relacionada de alguna manera con las prácticas agrícolas y el 25 por ciento con la quema de combustibles fósiles y con la utilización industrial del nitrógeno. Los temas en cuestión que resultan más importantes para la OMM son la calidad en el sumi-nistro de agua y el vínculo existente entre el ciclo del nitrógeno reactivo, la contaminación atmosférica y el cambio climático.

Øystein Hov, Presidente del Comité científico

mixto sobre contaminación ambiental y química atmosférica,

Comisión de ciencias atmosféricas de la OMM

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4 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

EL TIEMPO,EL CLIMA

Y EL AIRE QUE

RESPIRAMOS

www.wmo.int

Organización Meteorológica

MundialTiempo · Clima · Agua

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Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 5

Title

El 23 de marzo de cada año la Organi-zación Meteorológica Mundial (OMM) y la comunidad meteorológica mun-dial celebran el Día Meteorológico Mundial, que conmemora la entrada en vigor, ese mismo día de 1950, del Convenio de la OMM por el que se creó la Organización, justo 30 días des-pués de que los Miembros depositaran el 30.º instrumento de ratificación o adhesión. La OMM asumió desde entonces las responsabilidades de su predecesora, la Organización Meteo-rológica Internacional (OMI), creada por el Primer Congreso Meteorológico Internacional celebrado en Viena en septiembre de 1873 con el objetivo de facilitar la colaboración internacional en la esfera de la meteorología, en par-ticular las observaciones coordinadas y los instrumentos normalizados.

Un año después de esa reestructura-ción, en 1951, se designó a la OMM organismo especializado del sistema de las Naciones Unidas. En la actua-lidad, la Organización cuenta con muchos más Miembros, a saber, 188 países y territorios, y ha ampliado su mandato con el fin de que abarcara las cuestiones relacionadas con el agua y el medio ambiente.

Como es costumbre que la celebra-ción del Día Meteorológico Mundial se centre en un tema concreto, el Consejo Ejecutivo de la OMM decidió que el tema de 2009 sería “El tiempo, el clima y el aire que respiramos”. Este tema es particularmente adecuado en un momento en que las distintas co-munidades del mundo se esfuerzan por alcanzar los Objetivos de Desa-rrollo del Milenio, establecidos por las Naciones Unidas, en especial en lo que se refiere a la salud, la alimen-

tación, la seguridad de los recursos hídricos y el alivio de la pobreza, y asimismo se esfuerzan por aumentar su eficacia para prevenir y atenuar los desastres naturales, el 90% de los cuales está directamente relacionado con los riesgos de efectos meteoroló-gicos, climatológicos e hidrológicos y, por consiguiente, se incluyen en el mandato de la OMM. Además, los científicos y profesionales de la me-dicina son cada vez más conscientes de los vínculos fundamentales que existen entre el tiempo, el clima, la composición del aire que respiramos y sus efectos sobre la salud humana.

Durante muchos siglos, los huma-nos consiguieron adaptarse bastante bien a las repercusiones del tiempo y el clima al adecuar la vivienda, la producción alimentaria, el suministro de energía y los medios de vida a las condiciones climáticas y medioam-bientales. Sin embargo, en los últi-mos decenios, el crecimiento demo-gráfico, el mayor uso de la energía y el desarrollo industrial han contribui-do a la emisión de gases y partículas que pueden afectar, y de hecho afec-tan, a la salud humana. De ahí que el asma, las enfermedades cardíacas, el cáncer de pulmón y muchas otras afecciones médicas se hayan visto agravadas o incluso hayan sido pro-vocadas por el empeoramiento de la calidad del aire. Además, la contami-nación del aire vulnera la economía mundial, la seguridad alimentaria y de los recursos hídricos y el desarro-llo sostenible al dañar las plantas, los cultivos y los ecosistemas.

Es interesante recordar que Hipócra-tes (c. 460-377 a. C.), considerado por muchos el “padre de la medicina”,

rechazó la superstición en favor de la observación científica, realizó una clasificación de las enfermedades y estableció conjuntos de normas morales y profesionales que conti-núan siendo válidas hoy en día. En particular, en su obra publicada en el siglo V a. C. “Sobre los aires, aguas y lugares” se examinan los efectos del clima, el suministro de agua y las regiones sobre la salud humana y se realiza una comparación de las condiciones geofísicas de la vida en Europa y Asia. En la época de Hipó-crates en general se aceptaba que tan solo existían cuatro elementos: el agua, el aire, el fuego y la tierra con sus correspondientes cualidades de frío, sequedad, calor y humedad. Si estas estuvieran presentes en el cuer-po humano en su justa medida y en el lugar apropiado, se gozaría de bue-na salud pero si el equilibrio se alte-raba también se deterioraba la salud. Hoy en día sabemos que los gases y partículas residuales que se encuen-tran en el aire tienen un impacto con-siderable sobre el tiempo, el clima y la calidad del aire.

El tiempo, el clima y el aire que respiramosMensaje de Michel Jarraud, Secretario General de la OMM, con motivo del Día Meteorológico Mundial de 2009

www.wmo.int

Michel Jarraud, Secretario General

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6 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

Los meteorólogos, climatólogos y químicos atmosféricos contribuyen actualmente a la atenuación de los impactos del tiempo, el clima y la ca-lidad del aire que respiramos ya que trabajan conjuntamente, para pro-porcionar predicciones y análisis de la distribución atmosférica y la con-centración y el transporte de gases y partículas en la atmósfera, a los pro-fesionales de la medicina y los cientí-ficos ambientales.

Desde los años cincuenta la OMM ha estado a la vanguardia de la coor-dinación de las observaciones y aná-lisis de la composición atmosférica. La información sobre los gases de efecto invernadero, aerosoles y ozo-no, así como los parámetros clási-cos de observación meteorológica e hidrológica hoy en día, se obtienen periódicamente gracias a las redes mundiales de estaciones de superfi-cie in situ y de teledetección, sondas instaladas en globos, aeronaves y satélites. Ello ha contribuido a com-prender el cambio de la composición química de la atmósfera y constituye la base científica de nuestros cono-cimientos actuales sobre los efectos del tiempo y el clima en la calidad del aire, así como las repercusiones recí-procas de los componentes del aire en el tiempo y el clima.

Muchos ejemplos de esta actividad innovadora de la OMM se remontan a los estudios científicos publicados en el contexto del Año Polar Interna-cional y del Año Geofísico Internacio-nal, gracias a los trabajos de los Ser-vicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) de los Miembros de la OMM y en colaboración con otras organizaciones internacionales. En ese sentido, la OMM ha participa-do de forma activa en las iniciativas internacionales destinadas a evaluar nuestra atmósfera cambiante en lo que se refiere a los contaminantes del aire como el ozono al nivel del suelo, el esmog, las partículas, el dióxido de azufre y el monóxido de carbono, que en su mayoría son resultado de la combustión industrial, urbana y vehicular de los combustibles fósiles. La OMM fue una de las organizacio-nes fundadoras de las tres principa-les convenciones relacionadas con la composición atmosférica: la Conven-ción sobre la contaminación atmos-férica transfronteriza a larga distancia de la Comisión Económica para Eu-ropa de las Naciones Unidas (1979),

el Convenio de Viena para la Protec-ción de la Capa de Ozono (1985) y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1994). En la actualidad, la OMM con-tinúa suscribiendo las disposiciones de estos mecanismos internacionales esenciales en el marco de la acción mundial.

Muchos de los subproductos con-taminantes del aire de la revolución industrial también son responsables de otros cambios que actualmente observamos en nuestro clima y que quedan al margen de la variabilidad natural que se esperaba obtener de los efectos astronómicos y geofísicos por sí solos. El Grupo Interguberna-mental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), copatrocinado por la OMM, publicó su Cuarto Informe de Evaluación y recibió el prestigio-so Premio Nobel de la Paz en 2007. El Grupo llegó a la conclusión de que el cambio climático es indiscuti-ble y muy probablemente se debe al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero antropó-genos. El IPCC también prevé que au-mente la frecuencia y la intensidad de las inundaciones, las sequías y otros fenómenos meteorológicos y climáti-cos extremos como consecuencia de los cambios en el clima, en particular las olas de calor que pueden tener efectos perjudiciales para la salud hu-mana, exacerbar la contaminación y propagar los incendios forestales.

El viento, la lluvia, la nieve, la luz del sol y la temperatura pueden tener

distintos grados de incidencia en la dispersión y la permanencia de los contaminantes atmosféricos. El calor urbano puede atrapar a los conta-minantes mientras que la lluvia y la nieve tienden a eliminarlos de la at-mósfera y a dispersarlos por el suelo y los océanos. Los científicos pueden utilizar modelos meteorológicos para evaluar y predecir las característi-cas de la contaminación del aire. En consecuencia, las predicciones opor-tunas, pertinentes y exactas de la ca-lidad del aire contribuyen a proteger las vidas y los bienes y complemen-tan las predicciones meteorológicas más tradicionales.

Aunque el desarrollo de las predic-ciones regionales de la calidad del aire ha mejorado considerablemen-te en los últimos 30 años, todavía es difícil que lleguen a las comunidades locales en el momento oportuno. Sin embargo, un número cada vez mayor de SMHN se sirve de las predicciones sobre la calidad del aire y muchos de esos Servicios también proporcionan una amplia gama de índices y adver-tencias como los códigos de colores. Como en cada región varía la mane-ra en la que se difunden los índices y las advertencias, la OMM facilita la formación para maximizar la eficacia de esos productos y sus beneficios sociales.

Esos productos nunca han sido tan necesarios como ahora. La Organiza-ción Mundial de la Salud (OMS) calcu-la que cada año perecen prematura-mente 2 millones de personas debido

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Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 7

a la contaminación del aire. Incluso concentraciones relativamente bajas de ozono, partículas y contaminantes conexos pueden tener efectos impor-tantes en las afecciones respiratorias y cardíacas, en particular en los paí-ses en desarrollo, de modo que las predicciones de la calidad del aire son una buena oportunidad para emi-tir alertas tempranas y contribuyen a atenuar los peligros relacionados con los contaminantes atmosféricos.

A medida que las megaciudades cre-cen y se expanden, la contaminación urbana cada vez afecta a más perso-nas en todo el mundo. Aproximada-mente la mitad de la población mun-dial vive en grandes ciudades, que carecen de sistemas de vigilancia de la calidad del aire, en particular en los países en desarrollo. Por consiguien-te, la movilización de recursos y la formulación de políticas adecuadas para vigilar y hacer frente a la conta-minación del aire en estos países es un desafío cada vez más importante. La Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM y el Programa Mundial de Investigación Meteorológica están ampliando de forma activa el con-junto de servicios relacionados con la calidad del aire de que se dispone actualmente a través de los SMHN de los Miembros de la OMM. Ya se han puesto en marcha una serie de pro-yectos en distintos países para mejo-rar la predicción de la contaminación del aire y la prevención de sus efec-tos conexos.

Además de coordinar la predicción de la calidad del aire, la OMM pro-mueve la investigación en el ámbito de su contaminación. Las partículas en suspensión, o aerosoles, son de-cisivas para determinar la absorción o el reflejo del calor por parte de la superficie de la Tierra, las nubes y la atmósfera así como la formación de esas nubes y precipitaciones. Aunque conforme transcurren los días la lluvia se lleva la mayor parte de los aeroso-les de la parte baja de la atmósfera, algunas partículas pueden permane-cer durante períodos más largos en las masas de aire más secas y en la parte alta de la atmósfera producien-do distintos efectos. Por consiguien-te, los estudios relacionados con los aerosoles han pasado a ser una importante esfera de investigación y serán uno de los componentes prin-cipales de los modelos de próxima

generación de predicción del clima y el tiempo.

La calidad del aire también es deci-siva en lo que se refiere al conteni-do de la arena y el polvo, que reduce la visibilidad, estropea los cultivos y afecta al clima local. Hacer frente a los problemas específicos de las tor-mentas de arena y polvo es uno de los principales objetivos del Siste-ma de la OMM de aviso, evaluación y advertencia de tormentas de arena y polvo, que apoya el desarrollo de predicciones específicas conexas así como la investigación y la evaluación de los efectos de las tormentas de arena y polvo. Algunos Miembros de la OMM y organizaciones asociadas actualmente participan en la investi-gación y la predicción operacional de esos fenómenos peligrosos que prin-cipalmente repercuten en África, Asia y América del Norte.

Además, los SMHN de los Estados Miembros de la OMM y algunas de las organizaciones asociadas de la Organización desempeñan un papel clave en la vigilancia de las emergen-cias medioambientales y en la res-puesta a estas. Cuando se producen emergencias de ese tipo, que pueden desprender sustancias peligrosas, como derrames de sustancias quími-cas, una erupción volcánica, enferme-dades transmitidas por vectores de la atmósfera o un accidente en una cen-tral nuclear, los meteorólogos pueden contribuir a predecir su subsiguiente dispersión y propagación. A ese res-pecto, el programa de la OMM de Ac-tividades de Respuesta de Emergen-cia facilita la modelización numérica

de los contaminantes del aire por par-te de una red de Centros Meteoroló-gicos Regionales Especializados de la OMM, en estrecha colaboración con la OMS, el Organismo Internacional de Energía Atómica, la Organización de Aviación Civil Internacional y otros asociados.

A través de los programas relaciona-dos con la calidad del aire, la OMM y los SMHN de sus Miembros con-ciencian a los encargados de la adop-ción de políticas y al público, sobre la estrecha relación que existe entre el tiempo, el clima y el aire que respi-ramos suministrando la información más pertinente y fundamentada. Se trata de una colaboración que exige la cooperación de muchas comuni-dades y sectores, cuya importancia se pondrá de relieve este año en la Tercera Conferencia Mundial sobre el Clima que se celebrará en Ginebra del 31 de agosto al 4 de septiembre.

En el curso de esa colaboración de-cisiva, los SMHN continuarán siendo clave para proteger la salud humana y el medio ambiente. Confío en que el tema del Día Meteorológico Mun-dial de 2009 contribuya a fomentar la participación de todos los Miembros y socios de la OMM al más alto nivel y con este motivo deseo felicitarles sin reservas.

Se ha editado una carpeta, un folleto (OMM-No. 1035) y un cartel para el Día Meteorológico Mundial de 2009, sobre el tema “El tiempo, el clima y el aire que respiramos”.

Se ha creado un sitio web relativo al Día Meteorológico Mundial de 2009 al que puede accederse a través de la página web de la OMM (http://www.wmo.int/wmd/) donde, en principio, se incluirán el folleto y el cartel (en formato pdf) así como el mensaje del Secretario General. Se añadirá más material conforme se vaya disponiendo del mismo.

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8 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

Title

El clima ofrece a las sociedades opor-tunidades, pero también riesgos. Con el paso de los años, la OMM ha mejorado las capacidades por lo que respecta a la meteorología, la hidro-logía y las geociencias afines para ofrecer servicios que permitan a la humanidad afrontar las condiciones climáticas.

Los sistemas y normas desarrolla-dos por la OMM facilitan la recopi-lación, el proceso y el intercambio de observaciones climáticas a fin de prestar servicios que protejan la vida y los bienes materiales y que impul-sen el desarrollo socioeconómico. En las dos anteriores conferencias mundiales sobre el clima, la OMM y sus socios congregaron al mundo para tratar cuestiones climáticas re-lacionadas con la ciencia y las polí-

ticas necesarias para comprender y mitigar mejor los efectos del cambio climático.

La Primera Conferencia sobre el Cli-ma, celebrada en 1979, impulsó la creación de instituciones como el Programa Mundial sobre el Clima de la OMM, el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (co-patrocinado por la OMM, el Conse-jo Internacional para la Ciencia y la Comisión Oceanográfica Interguber-namental de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), y el Grupo In-tergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (copatrocinado por la OMM y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Am-biente), que recibió el Premio Nobel de la Paz de 2007.

La Segunda Conferencia Mundial sobre el Clima, celebrada en 1990, pidió el establecimiento de un con-venio sobre el clima e impulsó los esfuerzos internacionales que final-mente dieron lugar a la creación de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1992. Asimismo, esta Conferencia condujo a la creación del Sistema Mundial de Observación del Clima y a la formulación de recomendacio-nes para las actividades futuras del Programa Mundial sobre el Clima.

En consecuencia, la CMC-3 ha sido concebida en virtud de nuestro me-jor conocimiento del sistema climáti-co y de los progresos en la ciencia de la información y predicción del clima que pueden contribuir a aumentar el bienestar social. La Conferencia se

Tercera Conferencia Mundial sobre el ClimaPredicción e información del clima para la adopción de decisiones

Ginebra, Suiza31 de agosto-4 de septiembre de 2009Centro Internacional de Conferencias de Ginebra

CMC 3

Patrocinado por

Federal Department of Home Affairs FDHAFederal Office of Meteorology and Climatology MeteoSwiss

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centrará en la creación de servicios que permitan a los responsables de adoptar decisiones una mejor gestión de las oportunidades y de los riesgos climáticos asociados a condiciones climáticas extremas y que posibiliten, a su vez, que las comunidades mejoren su capacidad de adaptación al cambio climático a largo plazo.

La enorme cantidad de datos que la OMM ha reunido y archivado, junto con sus sistemas mundiales de pro-ceso de datos y de telecomunica-ción, supone un recurso que puede contribuir de manera significativa al desarrollo de servicios y productos climáticos, entre los que se incluyen mapas de posibles riesgos y oportu-nidades, períodos de retorno de po-sibles riesgos y oportunidades, posi-bles fuentes de energías renovables, gestión urbana, posibles brotes de enfermedades y predicciones climá-ticas precisas.

Los centros mundiales, regionales y nacionales de predicción del clima poseen los conocimientos necesa-rios para producir información y pre-dicciones climáticas de utilidad. Sin embargo, estos conocimientos va-rían en función de la región y el país. Es necesario fortalecer las capacida-des de los países en desarrollo y de los países menos adelantados para facilitar que generen productos y servicios útiles y precisos.

Debemos ser conscientes de las ne-cesidades de las diferentes socie-dades e integrarlas en la creación de productos y servicios. Hay que mejorar la vigilancia y la predicción del clima y desarrollar políticas apro-

piadas. Un país no puede satisfacer estas necesidades por sí mismo. El mundo tiene un único sistema climá-tico que redistribuye calor, energía y otros componentes atmosféricos y oceánicos; por lo tanto, la coopera-ción mundial resulta indispensable.

Si se vigila de forma adecuada el sis-tema climático es posible detectar a tiempo los sistemas climáticos peli-grosos transfronterizos. El mundo debe de unirse para mejorar los ser-vicios de información y predicción del clima que contribuirán de mane-ra significativa a cumplir los Objeti-vos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, el Plan de Acción de Bali de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cam-bio Climático y el Marco de Acción de Hyogo para la reducción de ries-gos de desastres.

La CMC-3 establecerá un marco in-ternacional para desarrollar servi-

cios climáticos que disminuyan la brecha existente entre los informes de evaluación del IPCC y los servi-cios necesarios para adaptarse a la variabilidad y el cambio climáticos a nivel regional y sectorial.

Asimismo, cabe esperar que la CMC-3 proporcione orientaciones sobre la forma de tratar riesgos relaciona-dos con el clima como, por ejemplo, sequías, crecidas, episodios de frío extremo, olas de calor, hambruna o brotes de ciertas enfermedades que, además de poner en peligro la vida de las personas, afectan a la salud y a la disponibilidad de necesida-des básicas como alimentos, agua y energía.

Promovemos la publicidad de la Con-ferencia y la participación en la misma con el fin de contribuir a su éxito. Por favor, visite nuestro sitio web (citado arriba) para consultar el programa y obtener más información.

Una mejor información climática para un futuro mejorhttp://www.wmo.int/pages/world_climate_conference/

QU

INET

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Title

Implicaciones del cambio climático en la calidad del airepor Guy P. Brasseur*

IntroducciónLos cambios en la composición quí-mica de la atmósfera que se han producido como consecuencia de una industrialización masiva y de una agricultura y urbanización in-tensivas, y también a causa del trá-fico rodado, marítimo y aéreo, han derivado directa e indirectamente en un incremento del forzamiento ra-diativo y, fruto del mismo, en futuros cambios en las temperaturas y en los ciclos hidrológicos del planeta.

La mayor aportación al forzamien-to radiativo está originada por el aumento de las concentraciones at-mosféricas de dióxido de carbono, un producto derivado de la quema de combustibles fósiles. Las emisio-nes de otros gases de efecto inver-nadero, entre los que se incluyen el metano y el óxido nitroso, también se han elevado como consecuencia de las actividades del ser humano. El ozono es un gas reactivo que no solo es importante a la hora de pro-tegernos de la perniciosa radiación ultravioleta, sino que también es un gas de efecto invernadero y, con al-tas concentraciones de esmog, pue-de llegar a ser nocivo tanto para la salud de los seres humanos como para el mundo vegetal. Finalmente, la emisión a la atmósfera de dióxido de azufre, precursor de las partículas de aerosoles sulfatados, de carbono negro y de partículas orgánicas tam-bién ha afectado a la transferencia radiativa en la atmósfera, ocasio-nando impactos sobre el sistema

climático. Las partículas submicróni-cas de aerosoles sulfatados tienden a impulsar de nuevo a la atmósfera una parte de la radiación solar reci-bida, mientras que las partículas de carbono negro absorben una canti-dad importante de radiación solar de onda corta y afectan al flujo de la ra-diación terrestre de onda larga.

Además, los aerosoles proporcionan los núcleos de condensación que facilitan la formación de las gotitas de las nubes. Su presencia en la at-mósfera ocasiona importantes cam-bios en el albedo de las nubes y en la vida de las mismas, con efectos indi-rectos sobre el clima del planeta. La presencia de grandes cantidades de aerosoles también puede afectar a la estabilidad vertical de la atmósfera y, al depositarse en la superficie, las partículas pueden reducir el albedo de la nieve originando, una vez más, consecuencias sobre el clima.

Estos fenómenos son muy difíciles de cuantificar, puesto que implican la aparición de complejos procesos microfísicos y químicos. Por consi-guiente, el impacto climático de los compuestos químicos, y concreta-mente de la contaminación atmosfé-rica, resulta complicado de calcular. Y aún es más difícil de evaluar, si cabe, el efecto del cambio climático sobre la composición química y, en particular, sobre la calidad del aire.

En este artículo analizaremos breve-mente los procesos que determinan las interacciones del sistema climá-

tico y la composición química de la atmósfera a diferentes escalas. En concreto, examinaremos los dife-rentes procesos a través de los cua-les los cambios esperados en térmi-nos de temperatura y precipitación debidos a la acción del hombre po-drían afectar a la calidad del aire en el futuro.

Impacto del cambio climático en la composición química de la atmósfera de fondoSe han empleado modelos climáti-cos (IPCC, 2007) para llevar a cabo proyecciones de la evolución del va-lor medio de la temperatura y de la precipitación durante los próximos siglos. Cuando se adopta un escena-rio cotidiano para realizar las simu-laciones, el incremento previsto en la temperatura media de la superfi-cie global para finales del siglo XXI es de 2,8 ºC, con un calentamiento medio de 3,5 ºC en tierra y de has-ta 7 ºC en el Ártico. Estos cambios, que se producirán a menos que se adopten medidas drásticas encami-nadas a reducir las emisiones de ga-ses de efecto invernadero, tendrán importantes consecuencias sobre el sistema acoplado físico, químico, biológico e hidrológico que gobierna la evolución del planeta con arreglo a escalas temporales que pueden ir de decenios a siglos.

Tal y como se pone de manifiesto en la Figura 1, las interacciones de los ecosistemas continentales y oceá-nicos, y de los sistemas hidrológi-* Centro Nacional de Investigación de la Atmósfera, Boulder, Colorado (Estados Unidos)

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cos, biogeoquímicos, fotoquímicos, microfísicos y climáticos son muy complejas, por lo que su compren-sión ha de pasar necesariamente por la investigación, la observación y la modelización en un laboratorio.

Concretamente, para la comunidad investigadora internacional resulta prioritario desarrollar sistemas ex-haustivos de control, herramientas de asimilación de datos y modelos de predicción que integren un con-junto diverso de datos dentro de una estructura coherente. Los seres hu-manos perturban el sistema terres-tre, no solo a través de la emisión de gases de efecto invernadero, sino también por la producción y emisión de compuestos reactivos y aeroso-les, y al cambiar el uso de las tierras (por ejemplo, a través de la defores-tación, el riego y la urbanización). Todas estas transformaciones an-tropogénicas y el cambio climático derivado de las mismas son suscep-tibles de modificar la composición química de la atmósfera.

El impacto del cambio climático en la abundancia atmosférica de gases reactivos y de aerosoles puede pro-

ducirse a través de diferentes meca-nismos:

• los cambios en la temperatura atmosférica influyen en las velo-cidades a las que tienen lugar las reacciones químicas;

• los cambios en la humedad at-mosférica afectan a la produc-ción y destrucción químicas de especies químicas y, particular-mente, al índice de pérdida de ozono troposférico;

• los cambios en la frecuencia e intensidad de las descargas eléc-tricas afectan a la producción at-mosférica de óxido nítrico, con un efecto directo en el balance de ozono de la troposfera superior;

• los cambios en la nubosidad at-mosférica influyen en la compo-sición de la atmósfera al modi-ficar el grado de penetración de la radiación solar y, por tanto, la actividad fotoquímica en la at-mósfera; también resulta modi-ficada la química acuosa y hete-rogénea asociada a la presencia de nubes;

• los cambios en la frecuencia e intensidad de las precipitaciones como consecuencia del cambio climático afectan al ritmo de eli-minación de la atmósfera de las sustancias solubles;

• los cambios en la temperatura en superficie y en las precipita-ciones afectan a la emisión de compuestos químicos y a su de-pósito en la vegetación y en el suelo;

• los cambios en la temperatura del océano influyen en el inter-cambio de compuestos entre la atmósfera y los océanos, como por ejemplo el dimetil sulfuro, los cuales constituyen una fuen-te de aerosoles sulfatados;

• los cambios en la frecuencia e intensidad de las situaciones de estancamiento prolongado del aire afectan a la dispersión de contaminantes y aumentan la frecuencia e intensidad de los episodios de contamina-ción con consecuencias graves para la salud de los seres hu-manos;

Clima

Deposición de NO3, radiación UV

Efecto invernadero

Gases de efecto invernadero

Emisionesantropogénicas

Emisiones antropogénicas

CO2

Cambio en el uso de la tierra, incendiosPresas/

riego/emisiones térmicas

Agua de la superficie/ciudades

Emisionesantropogénicas

Emisiones biogénicas de CH4, DMS, COVDeposición seca y conducción por estomas

Ecosistemas(Fase gaseosa)

Química

Oxidantes:OH, H2O2HO2, O3

Incendios: hollínPolvo mineral

Efecto de isla de calor

CH4, O3,N2O, CFC

Aerosoles

Efectos directos e indirectos/reacciones sobre fuentes naturales

Figura 1 — Representación esquemática de las interacciones del clima, los gases atmosféricos reactivos, los gases de efecto invernadero, los aerosoles, los ecosistemas y el sistema hidrológico (de Cox, comunicación personal)

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• los cambios en la circulación ge-neral de la atmósfera influyen en el transporte a gran escala de agentes contaminantes de un continente a otro;

• los cambios en la actividad con-vectiva dan lugar a variaciones en el transporte vertical con res-pecto a la composición química de la troposfera superior;

• los cambios en el intercambio entre la estratosfera y la tropos-fera afectan a la abundancia de especies químicas, incluyendo el ozono, en la troposfera superior;

• los cambios en la intensidad del viento en superficie sobre los continentes modifican la movili-zación de partículas de polvo en las regiones áridas y, por tanto, afectan a la concentración de ae-rosoles en la troposfera;

• los cambios en la intensidad del viento en superficie sobre los océanos modifican los intercam-bios de gases traza en la interfa-se océano-atmósfera, y afectan a la emisión de partículas de sal marina en la capa límite atmos-férica.

Un ejemplo de interacciones del clima y de los sistemas químicos atmosféricos lo ofrece la acción del

isopreno, un hidrocarburo biogéni-co liberado en grandes cantidades por la vegetación. Estas emisiones aumentan considerablemente con la temperatura de las hojas. Una vez li-berado a la atmósfera, el isopreno se oxida, lo que contribuye a la forma-ción de aerosoles orgánicos secun-darios y, cuando el nivel de óxidos de nitrógeno es elevado, también a la producción de ozono. La mayor parte de los óxidos de nitrógeno presentes en la atmósfera se emiten como consecuencia de procesos de combustión.

De este modo, cabe esperar que el calentamiento climático aumente la emisión a la atmósfera de hidrocar-buros biogénicos como el isopreno, lo que contribuirá a empeorar la cali-dad del aire a escala regional; se pro-ducirá de manera adicional ozono y aerosoles, lo que conllevará conse-cuencias directas sobre la salud y el cambio climático.

Un segundo ejemplo de interacción química entre el clima y la atmósfera puede percibirse en las emisiones de óxido nítrico por parte de bacterias presentes en el suelo terrestre; estas emisiones son sensibles a la tempe-ratura y a la humedad del suelo, y pueden verse afectadas por el cam-bio climático. La multiplicación de los incendios forestales en las regio-nes donde las sequías son cada vez

más frecuentes o intensas conducirá a que el volumen de emisiones de productos derivados de la combus-tión, como el monóxido de carbono, el óxido nítrico, el hollín y otros com-puestos, sea cada vez mayor, origi-nando graves consecuencias sobre la calidad del aire a nivel regional e, incluso, global.

Finalmente, los incrementos en la frecuencia de las descargas eléctri-cas a causa del clima podrían ocasio-nar un mayor número de incendios de origen natural, sobre todo en las regiones boreales que experimenten un aumento en las emisiones a la atmósfera de compuestos químicos de naturaleza pirogénica. En todos los casos no solo se ve afectada la calidad del aire, sino también el for-zamiento radiativo y, por ende, el sistema climático. Las reacciones positivas entre los sistemas quími-co y climático pueden identificarse, pero el papel que desempeñan so-bre el conjunto del sistema terrestre podría verse relegado a un segundo plano por otras reacciones negativas y más intensas que mantengan el clima dentro de unos límites acep-tables, al menos de cara al futuro previsto.

La cuantificación de los mecanismos de acoplamiento entre la química atmosférica y el clima requiere el desarrollo de complejos modelos re-lacionados con el sistema terrestre, que deberán tener en cuenta las in-teracciones conocidas de los proce-sos químicos y climáticos. Muchos grupos en el mundo están emplean-do actualmente estos modelos, por ejemplo, para evaluar el grado de recuperación del ozono estratosfé-rico (tras la reducción progresiva de los halocarbonos de origen an-tropogénico) en el contexto de un clima cambiante. Una de las princi-pales expectativas que suscitan es-tos modelos estriba en que también ofrecerán información acerca de la respuesta de la troposfera, concreta-mente por lo que se refiere al ozono y a los aerosoles, ante el futuro cam-bio climático.

Se han utilizado numerosos modelos químicos de transporte para evaluar la respuesta del ozono troposférico a los cambios climáticos durante el si-glo XXI (véanse, por ejemplo, Breas-seur y otros, 2006; Stevenson y otros, 2006). En el estudio de Stevenson y

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otros se emplearon nueve modelos globales para evaluar cómo afectaría el cambio climático al ozono tropos-férico de cara al año 2030. Aunque los modelos presentan importantes diferencias, apuntan a que, en un clima más cálido, la concentración de ozono debería reducirse en la tro-posfera inferior conforme aumente la concentración de vapor de agua como consecuencia de una mayor evaporación en la superficie.

Al mismo tiempo, el ozono debería aumentar en las capas altas de la tro-posfera como resultado de una ma-yor entrada de dicho gas desde la es-tratosfera. A pesar de los últimos pro-gresos alcanzados por medio de los estudios basados en estos modelos, aún no existen conclusiones en firme acerca de la magnitud de la retroali-mentación entre el ozono y el clima, ni siquiera se sabe si es positiva o negativa. Asimismo, los cambios en la probabilidad de aparición de episo-dios relacionados con el ozono como consecuencia del cambio climático siguen siendo objeto de debate.

Los modelos acoplados químico-climáticos también han de tener en cuenta el papel de las partículas de aerosoles. El problema es complejo porque, aparte de los efectos de los aerosoles sulfatados, también hay que considerar el papel del hollín y de los aerosoles orgánicos. Estos últimos se producen en gran parte por la oxidación de gases orgánicos biogénicos, seguida por la conden-sación de moléculas orgánicas oxi-genadas semivolátiles. Tal y como se ha señalado anteriormente, la vegetación libera una gran parte de componentes orgánicos gaseosos y las emisiones correspondientes pre-sentan una fuerte dependencia de la temperatura. Por tanto, cabe esperar que el calentamiento climático origi-ne un aumento de las emisiones de hidrocarburos biogénicos y, en con-secuencia, derive en la producción de aerosoles orgánicos adicionales.

Los modelos climáticos modernos incluyen una representación simpli-ficada de los procesos relacionados con los aerosoles, aunque estos dis-tan mucho de aproximarse a la reali-dad a la hora de tratar dichos proce-sos y, concretamente, la formación de aerosoles orgánicos secundarios. El cambio climático afectará a las emisiones de los precursores de los

aerosoles, en particular, los com-puestos orgánicos volátiles (COV) biogénicos. Las variaciones en el pe-ríodo e intensidad de los fenómenos climáticos como El Niño/Oscilación Austral (ENOA) en el Pacífico tropical afectarán a los regímenes de precipi-tación en diferentes partes del plane-ta. Durante los episodios de El Niño, en regiones como Indonesia, donde las precipitaciones desaparecen y la quema de biomasa es intensa, se in-tensifican las cantidades de partícu-las y las emisiones de gas.

Nuestro conocimiento en lo que res-pecta a los cambios en la calidad del aire a nivel mundial como conse-cuencia del cambio climático tiene aún muchas lagunas. Entre ellas, los posibles cambios que cabría esperar a partir de la modificación del trans-porte a grandes distancias, la venti-lación de la capa límite y los inter-cambios a través de la tropopausa. Es preciso, asimismo, abordar mejor los posibles cambios a experimentar en las emisiones y deposiciones en superficie como consecuencia del cambio climático. Los estudios ex-perimentales llevados a cabo en el laboratorio y sobre el terreno, así como los estudios efectuados a par-

tir de imágenes de satélite y mode-los, ayudarán a resolver muchas de estas preguntas pendientes.

Efectos de las olas de calor sobre la calidad del aire a nivel regionalLas olas de calor ofrecen una forma de estimar cómo puede evolucionar la contaminación atmosférica en un escenario futuro de cambio climá-tico. A este respecto, la ola de calor que tuvo lugar en Europa occidental y central en agosto de 2003 constitu-ye un caso interesante sobre el que efectuar pruebas. Durante las dos pri-meras semanas del mes de agosto, la temperatura fue particularmente elevada en estas regiones de Europa, con máximas diarias que se situaban entre los 35 y los 40 ºC en París, es decir, más de 10 ºC por encima de la temperatura media climatológica para esta época del año. Se registra-ron tasas de mortalidad superiores en un 50 a 100% de la normal en muchos países de Europa. En total, se tuvo constancia de más de 30 000 muertes adicionales (15 000 en Francia, 5 000

56°

54°

52°

50°

47°

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42°

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36°

360300240220200180170160150140130120110100908070604020

0

-10° -8° -6° -4° -2° 0° 2° 4° 6° 8° 10° 12° 14° 16° 18° 20° 22°

Estaciones donde O3 >180µg/m3

Ozono en superficie (µg/m3) el 8 de agosto de 2003

Figura 2 — Concentración de ozono en superficie (en μg/m3) el día 8 de agosto de 2003 (durante la ola de calor europea de 2003), calculada por Vautard y otros, 2005. Las estaciones que informaron de concentraciones de ozono superiores a 180 μg/m3

aparecen indicadas (de Vautard y otros, 2005).

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RCM simulations for northern SwitzerlandFr

ecu

enci

aFr

ecu

enci

a

2018161412 28262422

CTRL1961-1990

SCEN2071-2100

Temperatura (°C)

(a)

(b)

Figura 3 — Simulación a través del modelo climático de Schär y otros (2004) de la temperatura media y de su variabilidad en el norte de Suiza para los períodos 1961-1990 y 2071-2100 (escenario SRES A2), respectivamente. La probabilidad de que se produzcan olas de calor aumenta en el futuro.

en Alemania, 6 000 en España, 5 000 en Portugal y 5 000 en el Reino Uni-do) (Trigo y otros, 2005). Los daños a las cosechas, los deslizamientos asociados al deshielo de la tundra en latitudes elevadas, el brote de incen-dios forestales, etc., ocasionaron un importante daño a la economía.

Durante este período de temperatu-ras extraordinariamente elevadas, se registraron altos niveles de ozono producido de forma fotoquímica, so-bre todo en la parte central de Fran-cia y en el suroeste de Alemania. Así, por ejemplo, el 8 de agosto muchas estaciones informaron de concentra-ciones de ozono que superaban los 180 μg/m3, nivel que se encuentra muy por encima de lo que se consi-dera una calidad óptima del aire se-gún las normas establecidas (véase la Figura 2). Se cree que cerca de un tercio de los fallecimientos registra-dos durante este período de tiempo estaban asociados a problemas de salud ocasionados por estas concen-traciones excesivas de ozono.

Son muchos los factores que pueden explicar las elevadas concentracio-nes de ozono durante la ola de calor de agosto de 2003. En primer lugar, los aumentos de temperatura favo-recieron la producción química de ozono en la troposfera. En segundo lugar, la baja humedad atmosférica redujo la destrucción de ozono, así como la producción del radical hi-droxilo, que destruye muchos conta-

minantes atmosféricos, incluidos los precursores del ozono. En tercer lu-gar, la vegetación se vio afectada por las elevadas temperaturas y por la ausencia de precipitaciones, lo que condujo a una importante reducción en la eliminación por deposición seca del ozono y otros compuestos en la superficie de la Tierra. En cuarto lugar, la emisión de los precursores del ozono biogénico, como el isopre-no, se vio notablemente fortalecida como consecuencia de las elevadas temperaturas. Se registraron incre-mentos del 60 al 100 por ciento en las emisiones de isopreno (Solberg y otros, 2008). Finalmente, una si-tuación meteorológica estable, con cielos despejados y que se prolongó por espacio de dos semanas, pro-pició unas condiciones favorables para la contención de agentes conta-minantes en la capa límite y para la fotoquímica activa.

Además de estas condiciones loca-les, la sequía extrema que tuvo lu-gar en la parte meridional de Europa durante el mes de agosto favoreció la aparición de incendios forestales. Portugal, por ejemplo, fue testigo de una de sus peores temporadas de incendios. Hodzic y otros (2007) esti-maron que se emitieron alrededor de 130 kilotones de partículas finas de aerosoles (PM2,5) como consecuencia de los incendios en Europa durante el período de la ola de calor, lo que dio lugar a una concentración media en el suelo de partículas PM2,5 de en-

tre el 20 y el 200% (hasta 40 μg/m3) sobre el continente europeo. Estas minúsculas partículas de aeroso-les, compuestas principalmente de materia orgánica y carbono negro, pueden penetrar profundamente en el sistema respiratorio de los seres humanos y, por tanto, representan un importante riesgo para la salud. Hodzic y otros (2007) también confir-maron que la presencia de capas de humo elevadas sobre el continente europeo había alterado notablemen-te las propiedades radiativas de la atmósfera: los resultados de los mo-delos apuntaron a una reducción del 10 al 30% en los índices de fotólisis y a un incremento en el forzamiento radiativo de 10 a 35 W/m2 durante el período de fuerte influencia de los incendios a lo largo y ancho de gran parte de Europa.

Los episodios de contaminación atmosférica podrían tornarse más frecuentes e intensos en un escena-rio futuro de cambio climático. Los modelos climáticos muestran que la probabilidad de que se produz-can olas de calor podría aumentar de manera significativa durante el siglo actual. Los modelos emplea-dos en Suiza apuntan, por ejemplo, a que la temperatura media del país no solo se incrementaría de forma notable, sino que la variación están-dar de la temperatura se duplicaría a finales del siglo XXI (véase la Figu-ra 3 y Schär y otros, 2004). Así pues, los veranos secos y calurosos serían más frecuentes y, por término medio, las olas de calor como la de 2003 po-drían tener lugar en Europa una vez cada dos años. Los modelos globales (IPCC, 2007) muestran que la desvia-ción típica en la temperatura y, en consecuencia, la probabilidad de que se produzcan olas de calor, aumenta-ría en muchas partes del mundo. Por tanto, cabría esperar la aparición de episodios de ozono más frecuentes, no solo en las regiones urbanizadas del hemisferio norte, sino también en los países emergentes (como China y Brasil), afectados ambos por la rápi-da industrialización y por una intensa combustión de biomasa. Aunque los países de Europa y de América del Norte traten de reducir las emisiones antropogénicas de contaminantes, la contaminación atmosférica podría volverse más resistente de lo espe-rado como consecuencia del cambio climático.

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ConclusionesEn resumen, las elevadas concentra-ciones de ozono observadas en Euro-pa durante la ola de calor de 2003 fue-ron consecuencia de una combinación de factores meteorológicos, químicos y biológicos. Es probable que estos episodios se produzcan con una ma-yor frecuencia en el futuro. Es nece-sario contar con una mejor compren-sión de los vínculos existentes entre el clima, los ecosistemas y los ciclos biogeoquímicos, puesto que el aco-plamiento entre estos sistemas afecta directamente a la calidad del aire.

Puesto que consideramos tanto los aspectos regionales como los glo-bales de estas interacciones, resulta importante abordar la contaminación atmosférica desde una perspectiva centrada en el sistema de la Tierra. Los modelos del futuro tendrán que integrar procesos relacionados con:

• el clima físico, incluyendo la di-námica y la microfísica a todas las escalas;

• la química atmosférica (gases reactivos y partículas de aeroso-les) y los ciclos biogeoquímicos (incluyendo los ciclos del carbo-no y del nitrógeno);

• los ecosistemas terrestres y los pro-cesos hidrológicos (ecosistemas gestionados y no gestionados); y

• las interacciones de los sistemas naturales y sociales (energía, agricultura, sistemas costeros y otros sistemas humanos).

Uno de los desafíos intelectuales de cara al futuro no es solo comprender mejor el comportamiento de los di-ferentes componentes del sistema terrestre, sino desarrollar también una ciencia de acoplamiento, de tal forma que el destino de nuestro sistema planetario pueda simularse mejor a través de modelos numéri-cos integrales.

AgradecimientosQuiero expresar mi más sincera grati-tud a Claire Granier, Alma Hodzic, Jean-François Lamarque y Christine Wiedin-myer, por su valiosa ayuda durante nues-tras discusiones.

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Title

La atmósfera global: los gases de efecto invernadero y la contaminación urbanapor Euan Nisbet1 y Martin Manning2

IntroducciónDurante cincuenta años, desde que Dave Keeling comenzó a realizar un seguimiento del dióxido de carbono en Mauna Loa (Hawai) y en el Polo Sur, muchos científicos han rastrea-do los gases de efecto invernadero y otros gases traza presentes en la at-mósfera global. Los resultados han revolucionado nuestra forma de en-tender la biogeoquímica y, asimismo, han demostrado que la actividad hu-mana influye en el cambio climático y en la calidad del aire. Las medicio-nes precisas de las concentraciones de gases traza, iniciadas por Dave Keeling, comenzaron como una in-vestigación científica emocionante y desembocaron, probablemente, en el desafío socioeconómico y político de mayor importancia al que la hu-manidad se ha enfrentado.

A través de mediciones precisas y calibradas de gases traza en varios emplazamientos hemos sido capa-ces de elaborar balances exactos para las fuentes y los sumideros de los gases de efecto invernadero y de los contaminantes que determinan la calidad del aire. Los efectos antropó-genos en la atmósfera se han identi-ficado claramente. Al mismo tiempo, hemos perfeccionado nuestra com-presión acerca de la envergadura de los daños que puede generar un cambio atmosférico sin límites. Esto ha provocado que el mundo entero

se replantee la dirección y el modelo de actividad económica.

Los avances tecnológicos necesa-rios para evitar cambios perjudicia-les para la atmósfera tienen un cos-te pero, cada vez más, la evidencia demuestra que el precio de no hacer nada sería mucho mayor. Las conse-cuencias en la calidad del aire y en el cambio climático ascienden posible-mente a billones de dólares (Burtraw y otros, 2003; Metz y otros, 2007; Sitch y otros, 2007). Irónicamente, a pesar de la atención internacio-nal que se presta al cambio global, el seguimiento preciso y estratégico de los gases traza presentes en la at-mósfera, que identificaron el proble-ma en primera instancia, carece de una gran financiación (Nisbet, 2007). Sin embargo, esta “ciencia cenicien-ta” sigue siendo la única con medios que señalen si la mitigación está te-niendo resultados.

Si diésemos por sentado el cambio atmosférico, se justificaría un enfo-que de vigilancia minimalista. Sin embargo, el agujero de la capa de

ozono demostró que la química de la atmósfera es capaz de dar sorpresas. Es más, la vigilancia de la atmósfe-ra nos proporciona la visión general más completa de los cambios bio-geoquímicos que se producen en un mundo que se está calentando a gran velocidad. Este no es momento para dar por sentada la vigilancia de la atmósfera.

¿Qué gases de efecto invernadero se vigilan y dónde?Es necesario vigilar los gases de efec-to invernadero por varias razones. En primer lugar, la respiración de la Tierra es una ciencia fundamental. Keeling (1960), en su primer informe, documentó el ciclo estacional de au-mento y descenso de la biosfera pla-netaria y mostró el efecto dominante de las masas de tierra del hemisferio norte sobre las del sur. En segundo lugar, y lo que es más preocupante, la vigilancia ha detectado el conti-nuo aumento del nivel de dióxido de carbono. Las mediciones comenza-ron en Hawai en marzo de 1958; en-tonces se registraron 316 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono. En marzo de 2007, el valor compara-ble era 384 ppm. La curva de Mauna

1 Departamento de ciencias de la Tierra, Royal Holloway, Universidad de Londres (Reino Unido)

2 Instituto de investigación sobre el cambio climático, Universidad Victoria de Wellington (Nueva Zelanda)

[...] la vigilancia de la atmósfera nos proporciona la visión general más completa de los cambios biogeoquímicos que se producen en un mundo que se está calentando a gran velocidad.

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Loa, simple e inequívoca, cambió nuestra forma de concebir el mundo y nuestros actos.

En la actualidad, muchos países de-claran sus emisiones de gases de efecto invernadero, que se calculan a partir de datos económicos y esta-dísticos, tales como las toneladas de combustible fósil quemado, las fil-traciones de vertederos o el cálculo de las emisiones de metano de las vacas (que pueden variar considera-blemente de un país a otro). Existen documentos en los que figura esta información pero, pese a la posi-bilidad de errores en el proceso de acopio de datos, estas emisiones to-davía no se han verificado de forma independiente y completa. Este es el mayor defecto del proceso de Kioto, ya que en él las emisiones se aso-cian con costes financieros reales o con ganancias.

Hoy en día, la vigilancia mundial de los gases de efecto invernadero y de sustancias similares que llevan a cabo muchas naciones por el bien público está comenzando a propor-cionar un enfoque independiente y científico para calcular las emisiones de gases de efecto invernadero. Por el momento, la información solo sir-

ve para ofrecer elementos generales y muy regionales que ayuden a com-prender la situación o para cuantifi-car penachos que proceden de fuen-tes localizadas de gran tamaño. En el futuro, en virtud de un tratado de Kioto complementario, se deberían llevar a cabo un mayor número de acciones con el fin de garantizar su aplicación en todos los niveles: local (por ejemplo, en una fábrica), regio-nal, nacional y continental.

Los principales componentes traza presentes en la atmósfera vigilados a escala mundial son:

• losprincipalesgasesqueregulaKioto, esto es, el dióxido de car-bono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O), el hidrofluo-rocarbono (HFC), el perfluoro-carbono (PFC) y el hexafluoruro de azufre (SF6);

• losgasesqueagotanlacapadeozono tales como el clorofluoro-carbono (CFC) y el hidrocloro-fluorocarbono (HCFC), contro-lados por el Protocolo de Mon-treal;

• los gases de efecto invernade-ro indirecto, como el hidrógeno

(H2), que en una economía de hi-drógeno crecería bruscamente, y el monóxido de carbono (CO) (implicado en la química del me-tano y en la calidad del aire); y,

• el dióxido de carbono isotópi-co (13CO2), el metano isotópico (13CH4), y el ozono (O3), que limi-tan las fuentes y los balances de CO2.

A escala local y regional, muchos contaminantes de corta duración, ta-les como los compuestos orgánicos volátiles (COV), el óxido de nitrógeno (NOx) y las partículas, son vigilados junto con sustancias que resultan de sus reacciones químicas, por ejem-plo, el ozono.

No todos estos gases se vigilan por igual y la cobertura espacial y tem-poral de la información disponible varía enormemente. Pero, en cual-quier caso, el alcance limitado de la cobertura o el carácter esporádico de los programas de mediciones que no se financian de forma continua están limitando nuestra capacidad para identificar cambios de origen natural o humano. Durante muchos años, la verificación de los efectos de la po-

Figura 1 — Lugares del mundo en los que se vigila el dióxido de carbono en noviembre de 2008 (cortesía de A.C. Manning). Las estaciones indicadas pertenecen a programas de la NOAA (EEUU), del Instituto de investigación Scripps (EEUU), de Princeton (EEUU), de la Organización de investigación y ciencia de la Commonwealth (Australia), del Instituto nacional de investigaciones sobre el agua y la atmósfera (Nueva Zelandia), del Instituto nacional de estudios ambientales (Japón), del Servicio Meteorológico de Sudáfrica y de CarboEurope-IP (UE, incluyendo el programa francés RAMCES).

Mediciones intermitentes con matraces

Mediciones continuas

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lítica en el control de las emisiones se ha identificado como uno de los posibles objetivos de los programas nacionales e internacionales de la ciencia atmosférica, pero aún debe lograrse de forma significativa.

Grupos nacionales y multinaciona-les, algunos gubernamentales, y otros vinculados a universidades se encargan de realizar la vigilancia. El programa de vigilancia mundial más exhaustivo lo lleva a cabo la Admi-nistración nacional del océano y de la atmósfera de los Estados Unidos (NOAA), que también aporta la ma-yor parte de la normativa sobre cali-bración. El trabajo de la NOAA sobre dióxido de carbono está estrecha-mente coordinado con los programas nacionales de Australia, Canadá, Chi-na, Japón, Nueva Zelanda y Sudáfri-ca, entre otros, pero no con el Reino Unido: una excepción considerable respecto a los países desarrollados.

Los programas de la Unión Euro-pea, como CarboEurope y GEOmon, contribuyen de forma significativa al coordinar los esfuerzos nacionales, por ejemplo, la red francesa RAM-CES (Red atmosférica de medición de compuestos de efecto invernade-ro), y al ayudar a realizar mediciones en la India y en África. Sin embargo, muchos programas de vigilancia re-ciben poca financiación o son pro-pensos a reducciones importantes (como ha ocurrido con el trabajo de prestigio mundial que se realizaba en Australia y en Canadá así como con el programa de vigilancia del metano de la Unión Europea). Las principales deficiencias de la red de vigilancia se dan en los trópicos, es-pecialmente en la India (donde Fran-cia realiza cierta labor de vigilancia), en Arabia Saudí, en el África Tropical y en Brasil (desde donde es difícil en-viar muestras).

La OMM coordina las mediciones de todo el mundo y el análisis de las mismas, por ejemplo, al apoyar des-de 1975 un encuentro internacional bienal de la comisión de expertos sobre dióxido de carbono y gases traza. A través del programa de la Vigilancia atmosférica global (VAG), la OMM es la responsable de ayudar a los asociados internacionales que mantienen los componentes clave de la red mundial de medición del dióxido de carbono y gases traza de la VAG, que es parte del Sistema

mundial de observación del clima. El gran compromiso adoptado por la comunidad internacional que in-vestiga el ciclo del carbono ha faci-litado el acuerdo sobre las normas y la metodología analítica. Esta co-munidad ayuda a la OMM a publicar un boletín anual sobre los gases de efecto invernadero en el que se hace constancia del consenso existente sobre la composición y la tenden-cia de dichos gases. Lo que es más importante, los grupos de expertos sobre mediciones del VAG inician estudios de comparación circulares descuidados por los organismos de financiación, pero sin los cuales la colaboración internacional y la ma-yor parte de la modelización de los balances carecería prácticamente de valor. Aproximadamente 25 progra-mas nacionales participan en este trabajo (el número va en aumento). El trabajo tiene un alcance mundial, especialmente gracias a la NOAA y al programa RAMCES, que utilizan las islas oceánicas estratégicamente. Sin embargo, hay deficiencias en la cobertura (Figura 1), sobre todo en los trópicos.

La vigilancia por satélite de gases tra-za todavía está en su etapa prelimi-nar pero proporcionará una imagen más amplia y valiosa. Los sistemas de satélites, como el Espectrómetro de absorción de imágenes median-te exploración para cartografía de la atmósfera (Sciamachy) del satélite de observación del medio ambiente

(Envisat) de la Unión Europea, usan el infrarrojo cercano para medir la cantidad total de dióxido de carbo-no y metano presente en la colum-na vertical de la atmósfera. Dentro de poco, el Observatorio orbital de carbono (OCO) de la NASA y el saté-lite IBUKI (GOSAT) de la Agencia de exploración aeroespacial de Japón, que observa los gases de efecto in-vernadero, proporcionarán cober-tura adicional en la mayor parte del mundo. En principio, la cobertura prácticamente mundial que ofrecen las técnicas de teledetección nos con-ducirá a mejorar nuestra capacidad para relacionar la actividad humana en la concentración de gases traza con la distribución de las fuentes y sumideros que las causan (Rayner y O’Brien, 2001). De todos modos, este enfoque todavía tiene que ser proba-do. En el futuro cercano, dependere-mos claramente de la red terrestre. Además, a largo plazo, continuare-mos necesitando la verificación en tierra de datos proporcionados por las mediciones en la columna de su-perficie y en la ascendente.

El dióxido de carbono varía a lo largo del planeta. Keeling demostró que cambia considerablemente en una escala de tiempo plurianual, pero también existen variaciones esta-cionales y latitudinales importantes. La Figura 2 muestra la “alfombra de carbono” o “alfombra mágica”, es decir, el dióxido de carbono presente en la capa marina límite por tiempo

Figura 2 — Promedio mundial de la distribución del dióxido de carbono atmosférico en el fondo marino por tiempo y latitud (datos de la red cooperativa de muestreo de aire del Laboratorio de investigación del sistema terrestre de la NOAA (www.esrl.noaa.gov))

CO

2 (μ

mo

l mo

l–1)

Latitud

Año

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y latitud. Esto es un registro maravi-lloso de la respiración de la biosfera de nuestro planeta y del incremento de la actividad humana. La topografía fina de la variación mundial de dióxi-do de carbono puede compararse con la variación global en tempera-tura absoluta. Mientras que, durante un anticiclón primaveral, el nivel de dióxido de carbono en tierra en una región altamente industrializada pue-de exceder las 450 ppm, en un bos-que a mil kilómetros de distancia di-cho nivel puede ser 100 ppm inferior. Compárese esta información con la temperatura de 330 K en el Sahara y de 230 K en el Polo Sur en el mes de julio. Hay ciclos estacionales gran-des y un gradiente hemisférico más importante.

El efecto invernadero mundialLa Figura 3 muestra la evolución de los promedios mundiales de los ga-ses de efecto invernadero más im-portantes desde 1978, según datos de la red cooperativa de muestreo de aire del Laboratorio de investigación del sistema terrestre de la NOAA. El aumento del dióxido de carbono pa-rece inexorable, especialmente en el último decenio. Obsérvese el cambio que se produce en la pendiente en el período de menor crecimiento y de El Niño a comienzos de los noventa. El óxido nitroso también crece a un rit-

mo constante: este gas, liberado en la fabricación del nailon y en la agricul-tura, puede ser un objetivo rentable de las medidas de reducción.

El metano es, incluso por delante del óxido nitroso, un primer objetivo in-teresante para la labor de reducción ya que muchas de sus emisiones, como las de los vertederos y los ga-soductos, son económicamente dis-pendiosas y medioambientalmente perjudiciales. El balance de metano estuvo cerca de alcanzar el equilibrio a principios de la década de los no-venta pero, en la actualidad, el balan-ce de este gas puede estar creciendo nuevamente, especialmente en el Ártico (resultados de la NOAA que aún no se han publicado, y Rigby y Prinn, 2008). Todavía se descono-cen los motivos de dicho aumento y esto, mientras continúe así, constitu-ye una crítica contundente a nuestra capacidad para diagnosticar el cam-bio atmosférico. La Unión Europea financió hace unos años la vigilancia de los isótopos del metano presente en el Ártico que, en principio, per-mitía distinguir las fuentes de apor-te. Este programa terminó y ahora prácticamente toda la investigación isotópica en el Ártico está en ma-nos de programas estadounidenses y nacionales. Por último, la Figura 3 muestra reducciones alentadoras de los clorofluorocarbonos, lo que refle-ja el éxito del proceso del Protocolo

de Montreal. Este resultado es un in-dicador esperanzador para continuar con el Protocolo de Kioto.

¿Para qué medir los gases de efecto invernadero?Estudios regionalesEl estudio detallado de la distribu-ción del dióxido de carbono que proporcionan las redes de vigilan-cia ayuda a resolver varias cuestio-nes científicas. Por ejemplo, permite cuantificar los sumideros de dióxi-do de carbono en la tierra y en los océanos, evaluar las consecuencias de la ola de calor que vivió Europa en 2003 sobre el nivel de dióxido de carbono presente en la atmósfera, estudiar las consecuencias del ciclo de El Niño/Oscilación Austral u ob-servar los principales impactos de los episodios volcánicos.

En los Estados Unidos de América, la NOAA vigila el dióxido de carbono realizando observaciones de forma continua desde torres de gran altu-ra y recogiendo muestras con una pequeña aeronave. La información recogida proporciona gradientes re-gionales en espacio y tiempo, que se introducen en un sistema de modeli-zación de la asimilación de datos del ciclo del carbono denominado Car-bon Tracker (rastreador de carbono). A partir de los datos que ofrece el mencionado sistema, Peters y otros (2007) calcularon el intercambio neto de dióxido de carbono entre la tie-rra y la atmósfera desde 2000 hasta 2005. Descubrieron que la biosfera continental de América del Norte es un sumidero de carbono de gran im-portancia, ya que absorbe unos 0,65 × 1 015 gramos de carbono por año (nota: la variabilidad es grande, des-de 0,4 hasta 1,01 × 1 015 g/año). Esto compensa parcialmente las emisio-nes de combustible fósil, calculadas en 1,8 x 1 015 g/año. En Europa está en curso un programa de vigilancia desde torres altas como parte del programa Chiotto de CarboEurope y del emergente Sistema integrado de observación del carbono.

Stephens y otros (2007) utilizaron perfiles verticales obtenidos a partir de mediciones tomadas desde aero-naves para inferir que la absorción

Figura 3 — Promedios mundiales de las concentraciones de los gases de efecto invernadero más importantes, bien mezclados, de larga duración: dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, CFC-12 y CFC-11. Datos recogidos desde 1978 por la red cooperativa de muestreo de aire del Laboratorio de investigación del sistema terrestre de la NOAA (www.esrl.noaa.gov/gmd/aggi/)

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Metano CFC-12CFC-11

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del norte era de aproximadamente 1,5 × 1 015 g/año, estimación menor a la de años anteriores, y que las emisiones netas tropicales eran ba-jas (0,1 × 1 015 g/año), lo que supone que la fuerte absorción de los trópi-cos equilibra en gran parte la mayor proporción de las emisiones de la tala de bosques tropicales y de los incendios de herbazales. Piao y otros (2008) llaman a la cautela porque, al utilizar los datos y modelos sobre ob-servaciones de la NOAA, descubrie-ron que el calentamiento otoñal po-dría tener graves consecuencias en el balance de dióxido de carbono.

La vigilancia isotópica resulta es-pecialmente impactante. Como las emisiones de diferentes fuentes tie-nen distinta proporción isotópica, es posible calcular la intensidad de la fuente. Por ejemplo, si desde una cuenca minera soplan vientos enri-quecidos en 13CH4, dicho incremento puede relacionarse con el total de metano que se liberó. El uso de aná-lisis de retrotrayectorias de viento permite tales deducciones sobre la fuente a grandes distancias: el me-tano liberado en incendios produ-cidos en Canadá puede “olerse” en Irlanda; el metano liberado en África llega hasta Nueva Zelandia. Final-mente, los isótopos se combinan de forma similar a como lo hacen las serpentinas de colores en los pena-chos de humo.

Levin y otros (2007) se sirvieron de observaciones de 14C radiogénico

realizadas en estaciones regiona-les en Alemania y las compararon con mediciones en la troposfera li-bre en Jungfraujoch (Alpes suizos), para calcular el excedente regional de dióxido de carbono en relación a años anteriores.

Bakwin y otros (2004) muestran de forma más general que, median-te el uso de mediciones de dióxido de carbono, es posible cuantificar las emisiones de este gas a escala regional (hasta aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados, siempre que la red de vigilancia sea adecuada). Con instrumentos relati-vamente económicos y con mues-tras secundarias tomadas desde ae-ronaves, debería ser posible calcular las emisiones por cantidad y por fuente isotópica. En relación con los programas existentes no es necesa-rio redoblar esfuerzos. En principio, debería ser posible actuar con pru-dencia sin la necesidad de que en el futuro exista ningún acuerdo como el de Kioto, por lo menos en las re-giones industriales más importantes como China, Estados Unidos, Euro-pa y la India.

Consecuencias sobre el aire de las ciudadesLa calidad del aire de las ciudades de los países desarrollados ha mejora-do considerablemente durante el úl-timo decenio. La Figura 4 muestra el promedio mensual de monóxido de carbono, un buen representante de

la calidad del aire global, en Egham, al suroeste de Londres (Reino Unido). En la actualidad, es muy raro que haya días con un nivel de monóxido de carbono muy elevado. Esta mejo-ra se viene produciendo desde 1997 como consecuencia de la reducción de las emisiones de los automóviles a la que dieron lugar el convertidor catalítico de gases de combustión, un régimen fiscal que hizo que el com-bustible sin plomo fuese más barato que el combustible con plomo (re-duciéndose así el deterioro del cata-lizador) y un régimen de inspección anual más riguroso. Hoy en día, el aire de Londres es a menudo perfec-to y no es la única ciudad en la que sucede: la mayor parte de las ciuda-des europeas y estadounidenses han logrado la misma mejora. Aunque si-gue habiendo riesgos graves para la salud, el panorama general es mucho más prometedor que hace diez años.

La calidad del aire de muchas ciuda-des de los nuevos países industria-lizados, especialmente en China y en la India, sigue siendo extremada-mente mala. No obstante, también en estos dos países la situación está cambiando. La calidad del aire de Pekín es un ejemplo ilustrativo: los grandes esfuerzos para mejorar las condiciones de cara a los Juegos Olímpicos de 2008 hicieron que el pueblo desease un aire más limpio en todo el país. En la India la presión popular también podría suponer re-sultados positivos. La experiencia en materia de calidad del aire de Amé-rica del Norte y Europa, y en la dé-cada anterior con la lluvia ácida, de-muestra que, con trabajo, la calidad del aire puede mejorar considerable-mente en el plazo de diez años.

Si bien tenemos un conocimiento relativamente amplio sobre la cali-dad del aire local alrededor de los principales centros urbanos, es pro-bable que el crecimiento previsto de las megaciudades plantee nuevos problemas, sobre todo porque emi-timos nuevos tipos de gases sinté-ticos a la atmósfera a un ritmo de-safiante antes de saber cuáles son todas las consecuencias medioam-bientales que ello supone. Lo que es quizás más preocupante es que aún sabemos poco sobre el origen de los cambios químicos de la atmósfera que pueden estar ocurriendo a es-calas mayores. Por ejemplo, existen

Mean monthly CO concentrations 1999-2008

0

100

200

300

400

500

600

700

Jan-99 Jan-00 Jan-01 Jan-02 Jan-03 Jan-04 Jan-05 Jan-06 Jan-07 Jan-08

Figura 4 — Registro de los últimos diez años de la concentración de monóxido de carbono en Egham, oeste de Londres. En el gráfico aparece el promedio mensual de la relación de mezcla de carbono. El registro detallado del metano también muestra una reducción brusca desde 1997 debida a episodios graves de contaminación. Entre 2006 y 2008, hubo muchos días con vientos del oeste que traían niveles de carbono no muy por encima de los niveles de fondo coetáneos (estacionales) del Atlántico y niveles de metano similares a los obtenidos en las mediciones simultáneas realizadas en Mace Head, al oeste de Irlanda (datos preliminares no publicados, Grupo Royal Holloway: nótese que la línea es solo de carácter indicativo).

Co

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Ene-99 Ene-00 Ene-01 Ene-02 Ene-03 Ene-04 Ene-05 Ene-06 Ene-07 Ene-08

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pruebas de que las fluctuaciones en la concentración de las sustancias oxidantes dominantes, el radical hi-droxilo (OH), pueden ser bastante grandes (Manning y otros, 2005), y es revelador que mucho de lo que in-ferimos sobre el hidroxilo provenga de los modelos químicos atmosféri-cos en lugar de hacerlo de las obser-vaciones (Jöckel y otros, 2003; Spi-vakovsky y otros, 2000).

Irónicamente, la contaminación por aerosoles china e india fuerza el efec-to invernadero de forma negativa a escala mundial. Por ello, estos dos países limpiarán su aire. Al hacerlo, aliviarán los problemas locales pero también acelerarán el calentamiento global. Además, los convertidores catalíticos de gases de combustión hacen más pesado al automóvil, lo que se traduce en ineficacia. Por con-siguiente, el consumo total de com-bustible de los vehículos en los paí-ses occidentales es más elevado de lo que sería si el aire estuviese más sucio. Las mejoras medioambienta-les locales pueden significar un au-mento transitorio del calentamiento global.

ConclusiónCon el apoyo internacional de la OMM, la vigilancia y el análisis de los gases de efecto invernadero presen-tes en la atmósfera se han desarrolla-do en un sistema mundial integrado que cumple cincuenta años desde las primeras mediciones realizadas por Dave Keeling en Mauna Loa (Hawai) y en el Polo Sur. Las enormes reper-cusiones científicas y socioeconómi-cas de este trabajo se han dado por sentadas en numerosas ocasiones. El aumento del calentamiento global debido al efecto invernadero y el ma-yor número de localizaciones con la

calidad del aire degradada se com-prenden razonablemente. Ahora, lo que necesitamos es una vigilancia más exhaustiva y detallada (y relati-vamente económica) diseñada para impulsar modelos pertinentes con el fin de determinar el balance local y regional de gases traza. Esto permiti-rá una revisión independiente de las emisiones en función de la fuente, el emplazamiento y el tiempo. Actual-mente, resulta posible disponer de una herramienta eficaz de rastreo de carbono.

Referencias

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Title

Posibles influencias de la contaminación atmosférica y de las tormentas de polvo y arena en el monzón del Índicopor William K.M. Lau1, Kyu-Myong Kim2, Christina N. Hsu1 y Brent N. Holben3

IntroducciónEn los países asiáticos afectados por la temporada del monzón, como por ejemplo China y la India, los proble-mas que está provocando la contami-nación atmosférica en la salud huma-na y en la seguridad están volviéndo-se cada vez más graves, como conse-cuencia de la creciente concentración de agentes atmosféricos contaminan-tes procedentes de las emisiones de gases de desecho originados por el aumento de la demanda energética asociada al veloz ritmo emprendido por los procesos de industrialización y modernización. Entre tanto, la dis-tribución irregular de las lluvias mon-zónicas, asociada con crecidas repen-tinas o con sequías prolongadas, ha originado importantes pérdidas de vidas humanas y daños a cultivos y bienes materiales, con impactos so-ciales completamente devastadores. Históricamente, la contaminación atmosférica y la investigación de los fenómenos monzónicos se han trata-do como problemas separados. Sin embargo, algunos estudios recientes han sugerido que los dos problemas podrían estar intrínsecamente unidos, por lo que deberían estudiarse de for-ma conjunta (Lau y otros, 2008).

Básicamente, los aerosoles pueden afectar a las precipitaciones a través de efectos radiativos debidos a las

partículas suspendidas en la atmósfe-ra (efecto directo) y/o interfiriendo en los procesos de formación de nubes y precipitaciones (efecto indirecto), e incluso modificándolos. Consideran-do sus propiedades ópticas, los aero-soles pueden clasificarse en dos cate-gorías: los que absorben la radiación solar y los que no lo hacen. Ambos tipos de aerosoles dispersan la luz solar y reducen la cantidad de radia-ción solar que alcanza la superficie de la Tierra, provocando que esta se en-fríe. El enfriamiento de la superficie aumenta la estabilidad atmosférica y reduce el potencial de convección.

Sin embargo, los aerosoles absor-bentes, además de enfriar la super-ficie, pueden calentar la atmósfera. Este calentamiento atmosférico pue-de reducir la cantidad de nubes bajas a causa del aumento en la evapora-ción de las gotas de las nubes. Pero el calentamiento puede generar mo-vimiento, aumentar la convergencia de humedad en niveles bajos y, por tanto, incrementar las precipitacio-nes. El calor latente derivado del au-mento en las lluvias puede desenca-denar procesos de retroalimentación en la circulación a gran escala, ele-vando aún más la respuesta inicial al calentamiento provocado por los ae-rosoles y ocasionando más lluvias.

Por otra parte, los aerosoles pue-den aumentar la concentración de núcleos de condensación de la nube (CCN), incrementar la cantidad de nubes y reducir los índices de coales-cencia y colisión, provocando así una disminución de las precipitaciones. Sin embargo, en presencia de una mayor humedad y de aire caliente, la reducción en la coalescencia o en la colisión puede desembocar en gotas

subfundidas en altitudes más eleva-das, donde se producen precipitacio-nes en forma de hielo que posterior-mente cae y se funde. La liberación de calor latente como consecuencia de la congelación en el aire y de la fusión en niveles más bajos impli-ca un transporte de calor en sentido ascendente mucho mayor en nubes contaminadas y un reforzamiento de la convección profunda (Rosenfeld y otros, 2008). De esta manera, los aerosoles pueden dar lugar a un au-mento en la convección a nivel local. Por tanto, en función de las condicio-nes ambientales a gran escala y de los procesos de retroalimentación, el efecto de los aerosoles sobre las pre-cipitaciones puede ser positivo, nega-tivo o una combinación de ambos.

En la región del monzón asiático y zonas limítrofes, el forzamiento provocado por los aerosoles y las respuestas del ciclo hidrológico son elementos aún más complejos. A nivel local pueden tener lugar tan-to efectos directos como indirectos, además de forma simultánea, que pueden interactuar entre sí. Apar-te de los efectos locales, las lluvias monzónicas pueden verse afectadas por los aerosoles transportados des-de otras regiones e intensificados a través de la circulación a gran escala y por retroalimentaciones debidas a la humedad. De este modo, el pol-vo transportado por la circulación a gran escala desde los desiertos co-lindantes con la región septentrional de la India puede afectar a las preci-pitaciones sobre el golfo de Bengala; el sulfato y el carbono negro origina-dos por la contaminación industrial de las zonas centrales y meridiona-les de China y del norte de la India pueden afectar al régimen de preci-

1 Laboratorio de la atmósfera de la NASA/Centro de vuelos espaciales Goddard, Greenbelt, MD 20771

2 Centro Goddard de ciencias de la Tierra y tecnología, Universidad de Maryland, Condado de Baltimore, Baltimore, MD 21228

3 Laboratorio de la hidrosfera y la biosfera de la NASA/Centro de vuelos espaciales Goddard, Greenbelt, MD 20771

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pitaciones en la península de Corea y Japón; y las sustancias orgánicas y el carbono negro procedentes de la quema de biomasa en Indochina pueden modular el régimen de pre-cipitaciones previas al monzón en la parte meridional de China y en sus regiones costeras, contribuyendo así a la variabilidad en el diferencial de calentamiento y enfriamiento de la atmósfera y al contraste térmico en-tre la tierra y el mar.

Estudios recientes de los efectos de los aerosoles sobre el monzón asiáticoMuchos estudios recientes han docu-mentado variaciones en la concentra-ción de aerosoles, enfriamiento de la superficie y la posible relación de es-tos elementos con las precipitaciones en las regiones monzónicas de la In-dia y del este asiático (Krishnan y Ra-manathan, 2002; Devara y otros, 2003; Cheng y otros, 2005; Prasad y otros, 2006; Nakajima y otros, 2007; George y otros, 2008; y muchos otros). Los estudios de modelización han dejado entrever que los aerosoles presentes en la atmósfera pueden afectar al ci-clo hidrológico del monzón alterando el balance energético regional en la atmósfera y en la superficie terrestre, así como mediante la modulación de los procesos nubosos y de precipita-ción (Rosenfeld, 2000; Ramanathan y otros, 2001; Li, 2004). Sin embargo, en función del diseño experimental, de las escalas espaciales y tempora-les consideradas, del forzamiento de los aerosoles y de la representación de los procesos de los aerosoles y de las precipitaciones, los modelos han generado resultados que difieren mucho entre sí.

Utilizando un modelo de predicción meteorológica de escala global, Iwa-saki y Kitagawa (1998) descubrieron que el efecto del aerosol puede redu-cir el contraste térmico entre la tierra y el mar, conduciendo a la supresión del monzón de la zona oriental de Asia y demorando notablemente el avance hacia el norte del frente Mei-yu sobre Asia oriental. Menon y otros (2002) sugirieron que la prolongada sequía del norte de China y las ha-bituales inundaciones estivales en la zona sur de dicho país podrían estar relacionadas con un incremento en la absorción y en el calentamiento como consecuencia de un aumento de la concentración de carbono ne-

gro sobre la India y China. Ramana-than y otros (2005), utilizando el for-zamiento de los aerosoles obtenido a partir de experimentos de campo sobre nubes marrones atmosféri-cas, sugirieron que el enfriamiento producido por los aerosoles reduce la evaporación en superficie y dis-minuye el gradiente norte-sur de la temperatura en superficie sobre el océano Índico, dando lugar así a una circulación monzónica más dé-bil. Lau y otros (2006) y Lau y Kim (2006) descubrieron que una canti-dad importante de aerosoles de pol-vo procedentes del desierto de Thar y de los desiertos de Oriente Medio se transporta hacia la parte septen-trional de la India durante la estación previa al monzón (desde abril hasta principios de junio).

Los aerosoles de polvo se acumulan en las faldas y se esparcen sobre la llanura indogangética al ser forzados por el viento dominante que se topa con la abrupta topografía del Himala-ya. La gruesa capa de polvo absorbe la radiación solar y actúa como una fuente elevada adicional de calor durante el verano asiático. Las par-tículas de polvo transportadas por el aire se hacen aún más absorben-tes cuando sobrevuelan las grandes ciudades de la llanura indogangética y se cubren de minúsculos aeroso-les de carbono negro procedentes de las emisiones locales (Prasad y Singh, 2007).

El efecto combinado de calenta-miento debido al polvo y al carbono negro puede generar una reacción dinámica a gran escala a través de lo que viene a denominarse el efec-to “bomba de calor elevada” (EHP) (Lau y otros, 2006). Este efecto au-menta el calentamiento estacional de la meseta tibetana, dando lugar a un creciente calentamiento de la troposfera superior a finales de la primavera y principios del verano, lo que provoca un estímulo posterior de las precipitaciones monzónicas en la zona norte de la India durante los meses de junio y julio. Wang (2007) obtuvo resultados similares que po-nían de relieve que el forzamiento del carbono negro global fortalecía la celda de Hadley en el hemisferio norte, junto con un aumento de la circulación monzónica en el Índico durante el verano. Meehl y otros (2008) y Collier y Zhang (2008) reve-laron que las precipitaciones en la India aumentan en primavera debi-do a un aumento de la concentración

de carbono negro, si bien el monzón puede debilitarse posteriormente por medio de un incremento induci-do de la nubosidad y del enfriamien-to de la superficie. Bollasina y otros (2008) apuntaron que la influencia de los aerosoles en la circulación monzónica a gran escala del Índico se articula por el calentamiento y en-friamiento de la superficie terrestre en la India, como consecuencia de la disminución de las precipitaciones y nubosidad que acompaña al aumen-to de la concentración de aerosoles durante el mes de mayo.

Estos nuevos resultados pueden ser tan confusos como informati-vos, como consecuencia de la na-turaleza ya de por sí compleja de la interacción entre los aerosoles y el monzón. Además, el estudio de esta interacción está en su fase em-brionaria como ciencia interdisci-plinar. Los efectos de los aerosoles sobre los procesos de precipitación dependen en gran medida no solo de las propiedades del aerosol en cuestión, sino también de los esta-dos dinámicos y de los procesos de retroalimentación en el sistema aco-plado océano-atmósfera-tierra. Por consiguiente, para comprender una relación concreta entre las precipita-ciones y los aerosoles deben enten-derse, en primer lugar, las condicio-nes meteorológicas generales que afectan a dicha relación.

En este artículo presentamos algu-nos patrones básicos de variabilidad estacional e interanual de los aero-soles y del monzón, centrándonos en el monzón del Índico. Utilizare-mos la temporada de 2008 como ejemplo para estudiar los posibles impactos de los aerosoles sobre el sistema monzónico a gran escala del sur de Asia, y las retroalimentacio-nes de dicho sistema, en el contexto de forzamiento procedente del océa-no y de la superficie terrestre.

Los aerosoles y el sistema monzónico

Los “puntos calientes” globales de concentración de aerosolesEs probable que los efectos de retroa-limentación atmosférica inducidos por la presencia de aerosoles sean más eficaces en los “puntos calientes” de aerosoles, que se caracterizan por una

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fuerte concentración de aerosoles en las proximidades de zonas con abun-dante humedad atmosférica, es decir, regiones oceánicas o bosques tropica-les. La Figura 1 muestra la distribución global del espesor óptico de los aero-soles a partir de la quinta recopilación de datos del sistema MODIS (espec-trorradiómetro de formación de imá-genes de resolución moderada) en 2005 (Hsu y otros, 2004). Los puntos calientes de aerosoles varían geográ-ficamente en función de la estación; algunas regiones muestran actividad durante todo el año.

En la Figura 1 se aprecia claramen-te que el desierto del Sahara, África occidental, Asia oriental y la llanura indogangética son puntos calientes de aerosoles durante todo el año y están vinculados geográficamente a las principales zonas con actividad monzónica. El gran desierto del Sa-hara está situado al norte de la zona de lluvias del monzón de África occi-dental. La región monzónica de Asia oriental coincide con el complejo de megalópolis industriales de China y se halla en el recorrido del vien-to que procede de los desiertos del Gobi y Taklamakán. La llanura indo-gangética es un complejo de mega-

lópolis y está situada en una zona a favor del viento del desierto de Thar y de los desiertos de Oriente Medio. Estas regiones se ven afectadas por las lluvias y sequías monzónicas, y también por una gran contamina-ción industrial y por las tormentas de arena y polvo del desierto. En el resto del artículo nos centraremos en la presencia de aerosoles en la llanura indogangética y en la región del mar de Arabia, así como en sus posibles impactos en el monzón de verano del Índico.

La llanura indogangética constituye un “punto súper caliente” de aeroso-les, ya que acoge la mayor densidad de población del planeta y también la concentración más elevada de plan-tas industriales impulsadas por la quema de carbón. La mayor parte de los aerosoles existentes pertenecen a las especies absorbentes: carbono negro procedente de la combustión de carbón y combustibles biológicos, de la quema de biomasa y de polvo. Durante la primavera y principios de verano en el norte, estos aerosoles se desplazan desde el desierto de Thar y los desiertos de Oriente Me-dio empujados por los vientos del oeste del monzón en desarrollo. En

la Figura 1(b), sobre la zona norte del mar de Arabia pueden encontrarse concentraciones muy elevadas de aerosoles, tal y como indica el gran espesor óptico de los mismos, entre los meses de julio y agosto. Los ae-rosoles mezclados con humedad at-mosférica durante los meses previos al monzón pueden encontrarse en forma de calima y humo, constitu-yendo las denominadas nubes ma-rrones atmosféricas (Ramanathan y Ramana, 2005).

Ciclo estacional monzónico de precipitación y aerosolesLa covariabilidad de los aerosoles absorbentes y de la precipitación en el subcontinente indio puede com-probarse en la sección climatológica de tiempo y latitud (1979-2003) de la Figura 2, donde se muestra el Índice de aerosoles obtenido con el espec-trómetro cartográfico del ozono total (TOMS-AI) y la precipitación según el Proyecto mundial de climatología de las precipitaciones. El TOMS-AI mide la intensidad relativa de los aerosoles absorbentes basándose en la capacidad de absorción en el espectro ultravioleta y se trata de

Marzo-Abril-Mayo

Septiembre-Octubre-Noviembre

Junio-Julio-Agosto

Diciembre-Enero-Febrero

(a) (b)

(c) (d)

Figura 1 – Distribución global (obtenida con el sistema MODIS) del espesor óptico de los aerosoles a 0,55 μm en la que se aprecian los puntos calientes para los períodos de (a) marzo-abril-mayo, (b) junio-julio-agosto, (c) septiembre-octubre-noviembre y (d) diciembre-enero-febrero de 2005

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los únicos datos satelitales globales, a largo plazo y diarios disponibles, obtenidos durante el período 1979-2005, con un pequeño intervalo de interrupción entre 1993 y 1996. El aumento de la concentración at-mosférica de aerosoles absorbentes, que antecede al desplazamiento ha-cia el norte de la banda lluviosa del monzón, es muy pronunciado entre abril y junio en el norte de la India (> 20ºN). La disminución de aeroso-les debido al lavado de lluvia durante el máximo de la estación monzónica (julio-agosto) también resulta evi-dente. Tanto los aerosoles como las precipitaciones están claramente re-lacionados con la circulación a gran escala que controla buena parte de la variación estacional. La zona con al-tas concentraciones de aerosoles en el norte de la India se solapa durante los meses de junio y julio con la zona de precipitaciones, apuntando así a la posibilidad de que los aerosoles puedan interactuar con las nubes y con la lluvia en esta región y que no sean completamente eliminados por las lluvias monzónicas debido al rápido restablecimiento por las emi-siones locales y por transportes des-de fuera de la región.

A partir de la distribución mensual de la precipitación pueden deducir-se detalles adicionales acerca de las características de los aerosoles, y a partir de las observaciones de la red AERONET (Holben y otros, 1998) en

el emplazamiento único de Kanpur (situado en la llanura indogangéti-ca, cerca del límite entre las zonas húmedas y secas) (Figura 3) puede extraerse información relativa al es-pesor óptico de los aerosoles y al exponente de Ångstrøm. El espesor óptico de los aerosoles cuenta con un doble máximo en el ciclo anual, es decir, un fuerte componente se-mianual (Figura 3(a)). El primer máxi-mo está asociado con el restableci-miento de los aerosoles absorbentes durante los meses de mayo y junio, antes del máximo de lluvias monzó-nicas que tiene lugar durante julio y agosto. Incluso durante el período de precipitaciones máximas, aunque los aerosoles de fondo experimen-tan reducciones de su pico máximo (~0,8), sus valores siguen siendo muy elevados (~0,5-0,6), poniendo así de manifiesto que no todos los aerosoles han sido eliminados por las lluvias monzónicas. Es probable que el segundo máximo de espesor óptico de los aerosoles durante no-viembre-enero esté provocado por el restablecimiento de las nubes ma-rrones atmosféricas, originadas por las emisiones industriales y por la combustión de biocombustibles y fa-vorecidas por unas condiciones me-teorológicas estables asociadas con masas de aire subsidentes y ausen-cia de precipitaciones, condiciones que predominan en la zona norte de la India durante el monzón de invier-no (Ramanathan y Ramana, 2005).

Por este motivo, el ciclo semianual puede ser, en gran medida, un reflejo de las variaciones estacionales de las condiciones meteorológicas.

Las propiedades generales de los aerosoles pueden deducirse a partir de las variaciones del exponente de Ångstrøm (Figura 3(b)). Este índice representa una medida de la depen-dencia espectral del espesor óptico, que es inversamente proporcional al tamaño de la partícula. Los exponen-tes de Ångstrøm más reducidos halla-dos durante el período comprendido entre abril y junio indican la presencia de aerosoles gruesos (radios eficaces de partículas > 1 μm) absorbentes, como por ejemplo el polvo. Por otra parte, los valores más elevados de los meses de noviembre a enero apun-tan a la presencia de aerosoles finos (radio eficaz > 1 μm) debidos a la con-taminación industrial, que es proba-ble que consistan en una miscelánea de aerosoles absorbentes (carbono negro) y no absorbentes (sulfato). A causa de las condiciones dominan-tes de subsidencia sobre la llanura indogangética durante el monzón de invierno, es posible que las partículas finas se restrinjan más a la capa lími-te atmosférica y a las zonas situadas por debajo de las nubes. Por tanto, no son detectadas por el TOMS-AI y esto explicaría la ausencia de un segundo máximo en este índice TOMS-AI. Sin embargo, es necesario que otros aná-lisis más detallados confirmen esta hipótesis. Tanto el espesor óptico del aerosol como el exponente de Ångs-trøm indican una importante variabi-lidad interanual, como se desprende de la gran desviación típica mensual.

Patrón característico de la circulación a gran escala asociado con la EHPTal y como se ha mencionado ante-riormente, a partir de abril y mayo, antes de que lleguen las lluvias mon-zónicas, tiene lugar un aumento con-tinuo de los aerosoles absorbentes. La Figura 4(a) muestra el patrón de regresión estadística de la tempera-tura media según la vertical (de su-perficie a 300 hPa) en los meses de mayo y junio y del viento a 300 hPa durante abril y mayo obtenido con el TOMS-AI durante aproximadamente 20 años sobre la llanura indogan-gética. La formación de aerosoles durante los meses de abril y mayo sobre esta llanura está asociada al desarrollo, en los meses de mayo y

TOMS-Al (1973-2003) Ciclo anual (70E-80E)

Precipitación según GPCP (1997-2006)

40N

35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

EQ

5S

10S

40N

35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

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5S

10S

Feb.Ene. Abr.Mar. Jun.May Ago.Jul. Oct.Sep. Ene.Dic.Nov.

Feb.Ene. Abr.Mar. Jun.May Ago.Jul. Oct.Sept. Ene.Dic.Nov.

2.2

2

1.8

1.6

1.4

1.2

1

0.8

0.6

0.4

0.2

13121110987654321

Figura 2 – Sección transversal climatológica media de tiempo y latitud que muestra: arriba, el espesor óptico de los aerosoles absorbentes según el Índice de aerosoles obtenido con el espectrómetro cartográfico del ozono total (TOMS-AI) y, abajo, la precipitación según el Proyecto mundial de climatología de las precipitaciones (GPCP)

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junio, de una pronunciada anomalía cálida a gran escala en la troposfera superior, acoplada con un anticiclón anómalo a gran escala en niveles superiores sobre el norte de la In-dia y la meseta tibetana, con fuertes vientos del norte a 75-90ºE, 20-25ºN y del este a través del subcontinen-te indio y el mar de Arabia a 5-20ºN. El anticiclón de gran escala y núcleo cálido asociado al incremento en la concentración de aerosoles parece estar acoplado con un ciclón en ni-veles superiores y núcleo frío situa-do al noroeste del mismo. El patrón dipolar concuerda con la respuesta de las ondas de Rossby en términos de temperatura y viento ante el au-mento del calentamiento diabático sobre la India y el golfo de Benga-la y la reducción del calentamiento en la zona noroeste de la India y Pa-kistán (Hoskins y Rodwell, 1995). A 850 hPa (Figura 4(b)), los patrones de regresión muestran un aumento generalizado en las precipitaciones, vinculado a un fortalecimiento de la convección sobre la zona noreste de la India, en las faldas del Himalaya, con el incremento más pronunciado sobre el golfo de Bengala y la región costera occidental de la India en los meses de junio y julio. La parte no-roccidental de la India, Pakistán y la región septentrional del mar de Arabia permanecen secas. Los vien-tos anómalos del oeste se extienden por el mar de Arabia, atravesando el subcontinente indio y finalizando en una circulación ciclónica sobre el golfo de Bengala. El aumento en la intensidad de estos vientos del oeste originará un mayor transporte de polvo desde Oriente Medio a tra-vés del mar de Arabia, hasta llegar al subcontinente indio. Durante el

período que va de mayo a julio, los patrones de circulación a gran escala en los niveles superiores e inferiores de la troposfera se traducen en un gran incremento de la cizalladura de los vientos del este, y en una profun-dización en la depresión del golfo de Bengala. Ambos fenómenos consti-tuyen señales de un monzón sura-siático más potente (Webster y Yang, 1992; Goswami y otros, 1999; Wang y Fan, 1999; y Lau y otros, 2000). Estos patrones de circulación a gran escala son característicos de los impactos

originados por los aerosoles absor-bentes sobre el monzón del Índico.

El monzón del Índico en 2008En este apartado utilizaremos el monzón del océano Índico en 2008 a modo de ejemplo para analizar las posibles relaciones de las lluvias monzónicas con el forzamiento océa-no-atmósfera a gran escala y con los aerosoles. El monzón estival del Índi-co en 2008 ha sido algo más débil de lo normal, siguiendo los pasos de La Niña en el Pacífico tropical. Sin em-bargo, en la zona norte de la India, en las faldas del Himalaya, han podido encontrarse condiciones más húme-das de lo normal, altamente anóma-las y persistentes mientras que sobre la India central y meridional, el mar de Arabia y Bangladesh (Figura 5(a)) se han registrado condiciones más secas de lo habitual. Además, sobre la parte meridional del océano Índi-co se ha hallado un patrón dipolar de precipitaciones este-oeste, entre el ecuador y los 10ºS. Aunque el dipolo este-oeste en las precipitaciones pue-de estar relacionado con el dipolo del océano Índico (Saji y otros, 1999; We-bster y otros, 1999), el motivo de la anomalía persistente en las precipi-taciones de la India septentrional aún se desconoce. La circulación a bajo nivel muestra fuertes vientos del este que conectan el dipolo del océano Ín-dico y el dipolo de precipitaciones en la zona meridional de dicho océano. Sobre el mar de Arabia se registran fuertes vientos del suroeste, que también alcanzan la parte occidental de la India, dirigiéndose a las faldas del Himalaya. El déficit de precipita-ciones en las regiones occidentales y meridionales de la India parece estar relacionado con un ciclón a gran es-cala situado sobre el norte del mar de Arabia y con una corriente anticicló-nica sobre la India meridional y el sur del golfo de Bengala. La temperatura de la superficie del mar es inusual-mente baja en la totalidad del mar de Arabia y en el golfo de Bengala, así como en la zona norte del océano Ín-dico (Figura 5(b)). Estas temperaturas generalizadas por debajo de lo nor-mal en la superficie del mar podrían haber ocasionado que el monzón del Índico fuera más débil, aunque el enfriamiento sobre la zona norte del mar de Arabia también podría ser la señal de un monzón fortalecido.

En el océano Índico meridional apa-rece un dipolo este-oeste en las tem-peraturas de la superficie del mar,

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300

250

200

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0Feb.Ene. Abr.Mar. Jun.May. Ago.Jul. Oct.Sep. Dic.Nov. Feb.Ene. Abr.Mar. Jun.May. Aug.Jul. Oct.Sep. Dic.Nov.

(a) (b)

Figura 3 – Observaciones AERONET para el período climatológico (2001-2006) en Kanpur (India), de (a) espesor óptico de los aerosoles y (b) exponente de Ångstrøm. La curva indica la precipitación mensual media expresada en mm/mes.

45N

40N

35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

EQ

45N

40N

35N

30N

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10N

5N

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40E 50E 60E 70E 80E 90E 100E

40E 50E 60E 70E 80E 90E 100E

0.4

0.3

0.2

0.1

0

-0.1

-0.2

-0.3

-0.4

1.6

1.2

0.8

0.4

0

-0.4

-0.8

-1.2

-1.6

(a) T1000-300 & u300mb (MJ) Reg AI_AM

(b) Pcpn & u850mb (JJ)

Figura 4 – Condiciones meteorológicas a gran escala anómalas características, asociadas con el efecto de la bomba de calor elevada y basadas en la regresión del índice TOMS-AI durante abril-mayo con (a) viento a 300 hPa y temperatura troposférica en mayo-junio, y (b) viento a 850 hPa y precipitación

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que posiblemente sea un rastro del dipolo del océano Índico, y es más que probablemente la causa subya-cente del dipolo este-oeste de preci-pitaciones de la zona sur del Índico. Sin embargo, las anomalías persis-tentes en la precipitación de la zona septentrional de la India no pueden explicarse directamente a través de las condiciones del dipolo del océa-no Índico, puesto que las lluvias so-bre la India continental no guardan demasiada correlación con el forza-miento oceánico a gran escala, como el dipolo del océano Índico o el fenó-meno de El Niño/Oscilación Austral (ENOA). Es posible que la anomalía en la precipitación esté relacionada con un patrón ciclónico estacionario extratropical, asentado en la zona norte de la India o en la extensión hacia el oeste de la depresión mon-zónica desde el sur de China, pero falta por demostrar esta teoría.

Posibles impactos del polvo del desierto en las anomalías de precipitación del monzón del Índico en 2008En este apartado procederemos a examinar la distribución de aeroso-les y las posibles señales de los im-pactos de los mismos en el monzón del Índico en 2008. La Figura 6(a) muestra la imagen MODIS de polvo y nubes en la región del monzón del Índico, para el 18 de junio de 2008. La gran aglomeración de nubes so-bre la zona noreste de la India está relacionada con una mayor convec-ción, asociada con fuertes precipita-ciones de origen monzónico sobre las faldas del Himalaya, cerca de Nepal. Las aglomeraciones de nubes frente a la costa del extremo meri-

dional del subcontinente y sobre el golfo de Bengala están asociadas con un incremento en las anomalías de precipitación que se han detecta-do en esas zonas. El gran contraste existente entre las regiones secas y polvorientas del noroeste de la India y Pakistán y la zona norte del mar de Arabia si se las compara con las re-giones húmedas (activas en términos convectivos) del noreste de la India y el golfo de Bengala resulta aún más sorprendente. Puede apreciarse una gran concentración de polvo sobre el norte del mar de Arabia y el oeste de la India. Las estelas de polvo y nubes ponen de relieve la existencia de una corriente monzónica suroccidental predominante sobre la zona noroes-te de Arabia. La gran concentración de polvo se mantiene durante junio y parte de julio, como puede dedu-cirse de la distribución de anomalías de espesores ópticos de aerosoles durante los meses de junio y julio de 2008 (Figura 6(b)). El núcleo de los grandes espesores ópticos de ae-rosoles se encuentra sobre el norte del mar de Arabia y sobre la región del noroeste de la India y Pakistán, con un núcleo secundario sobre la parte oriental de la India y el golfo de Bengala. Existe un gran contraste

este-oeste sobre la llanura indogan-gética, que pone de manifiesto que la región seca queda al oeste y las zonas húmedas al este.

Tal y como se desprende de la retro-dispersión lidar del Calipso, las capas de polvo se extienden desde la super-ficie hasta más de 4-5 km sobre una zona amplia de Pakistán y Afganistán hasta el norte del mar de Arabia (Figu-ra 7, imagen superior). Las partículas de polvo son transportadas hasta al-titudes elevadas forzadas por el vien-to, que actúa frente a la accidentada topografía; las concentraciones más elevadas se encuentran a 4 km de al-tura y más, sobre tierra. Sobre el océa-no se presentan en forma de capas, tanto por encima como por debajo de la capa límite. Bajo la capa límite, el polvo puede presentarse mezclado con aerosoles de sal marina. Más al este, la espesa capa de mezcla entre el polvo y los aerosoles procedentes de las emisiones locales que se extiende hasta los 5 km es perfectamente visi-ble sobre la llanura indogangética y la zona central de la India, extendiéndose desde las faldas del Himalaya (Figura 7, imagen inferior).

La concentración de polvo sobre la zona norte de la India ha ido aumen-tando de forma continua desde abril de 2008. Los cálculos de la retrotra-yectoria muestran que, durante el mes de abril de 2008 (Figura 8(a)), la mayor parte de los aerosoles encon-trados en niveles bajos (850 hPa) en el emplazamiento de Kanpur, situado cerca del límite de las zonas húmedas y secas en la llanura indogangética, tiene su origen en el polvo transpor-tado a gran altura (por encima de 600-400 hPa) sobre el desierto afgano y los desiertos de Oriente Medio, más una parte procedente del transporte a bajo nivel sobre el mar de Arabia (Figura 8(b)). En el mes de junio (Fi-gura 8(c)), el transporte se desplaza

40N

30N

20N

10N

EQ

10S

40N

30N

20N

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10S40E 50E 60E 70E 80E 90E 100E 40E 50E 60E 70E 80E 90E 100E

(a) Pcpn (TRMM 3B42) (Junio/Julio 2008) (b) TSM (TMI)

-16 -12 -8 -4 4 8 12 160 0-0.8 -0.6 -0.4 -0.2 0.2 0.4 0.80.6

Figura 5 – Patrones de anomalía de (a) precipitación y viento a 850 hPa (m/s) y (b) temperatura de la superficie del mar (en ºC) durante junio y julio de 2008. La anomalía se define como una desviación respecto de una media climatológica de ocho años (2000-2007).

(a) (b)35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

EQ45E 50E 55E 60E 65E 70E 75E 80E 85E 90E 95E

0.8

0.6

0.4

0.2

0

-0.2

-0.4

-0.6

-0.8

Figura 6 – MODIS: (a) imagen visible que muestra la distribución de nubes y polvo sobre el subcontinente indio y los océanos limítrofes; (b) distribución del espesor óptico de los aerosoles

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hacia el norte del mar de Arabia y se encuentra sobre todo en niveles ba-jos (por debajo de 800 hPa), en cohe-rencia con la aparición de los vientos monzónicos del suroeste a bajo nivel sobre el mar de Arabia y el noroeste de la India. En el mes de julio (Figura 8(d)), las trayectorias siguen indican-do la presencia de cierta entrada de vientos del suroeste en Kanpur, pero esta queda prácticamente reducida a las zonas del noroeste de la India y a Pakistán, donde las trayectorias seña-lan una potente recirculación definida por la topografía local.

Basándonos en estudios de modeliza-ción previos, creemos que los aeroso-les de polvo que se encuentran sobre el mar de Arabia, la zona noroeste de la India y Pakistán en concentraciones por encima de la media absorben la radiación solar y, por tanto, calientan la atmósfera. Los aerosoles de polvo reducen la cantidad de radiación solar entrante en la superficie a través de un proceso de difusión y absorción,

mientras que la radiación de onda larga procedente del polvo calienta la superficie y enfría la atmósfera. Los estudios previos han mostrado que el calentamiento atmosférico provo-cado por aerosoles es del orden de +20 a +25 W/m2, mientras que el en-friamiento de la superficie es de una magnitud comparable sobre el mar de Arabia y el océano Índico (Satheesh y Srinivasan, 2002; Podgorny y Rama-nathan, 2001). Hacemos hincapié en el hecho de que el enfriamiento del mar de Arabia y del océano Índico comenzó en febrero/marzo de 2008, antes de que aumentara la carga de polvo. Por este motivo, es más pro-bable que el enfriamiento por aero-soles sea una señal de efecto a nivel local superpuesta a un enfriamiento oceánico a gran escala que ya se esté produciendo como consecuencia de otros factores. El enfriamiento del mar de Arabia aumenta la estabili-dad atmosférica y reduce las precipi-taciones. Sin embargo, los aerosoles de polvo acumulados sobre el norte

de la India y las faldas del Himalaya durante mayo y junio, posiblemente en combinación con emisiones loca-les de carbono negro, generaron una elevada fuente de calor. La Figura 9(a) muestra la anomalía térmica en los niveles superiores de la troposfe-ra, así como la circulación a 300 hPa. La presencia del anticiclón de núcleo cálido a gran escala y la potente co-rriente del este sobre la zona septen-trional de la India es sorprendente-mente similar al patrón característico de circulación asociado con el efecto de EHP (véase la Figura 4). El patrón de circulación a 850 hPa (Figura 9(b)) también se asemeja al patrón de EHP, lo que pone de manifiesto un fortale-cimiento parcial de la corriente mon-zónica sobre las zonas noroccidental y central de la India, así como un au-mento de la humedad en las capas altas de la troposfera (600-300 hPa).

En la sección transversal norte-sur del flujo meridional y de las anoma-lías térmicas desde la meseta tibeta-

30

25

20

15

10

5

0

Alt

itu

d (

km)

30

25

20

15

10

5

0

Alt

itu

d (

km)

55.2876.79

49.3174.02

43.2971.75

37.2569.82

31.1868.11

25.1066.56

19.0065.12

12.8963.74

6.8362.42

55.4486.13

49.4783.34

43.4681.06

37.4279.12

31.3577.41

25.2775.85

19.1774.41

13.0673.03

6.9971.71

Figura 7 – Retrodispersión del Calipso que muestra el espesor y la concentración relativa de la capa de aerosoles a lo largo de una sección transversal meridional sobre Pakistán y el mar de Arabia (arriba) y la llanura indogangética y el Himalaya (abajo). Clave de colores: rojo = concentración alta; amarillo = concentración media; verde = concentración baja; gris = nubes. Los números del eje de abscisas representan la latitud norte y la longitud este.

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Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 29

na hasta el sur de la India (75-85ºE) pueden verse vestigios adicionales del efecto de EHP. Sobre la meseta tibetana se percibe un calentamiento por encima de lo normal, así como un enfriamiento cerca de la superfi-cie y en la troposfera inferior en las tierras bajas de la llanura indogan-gética y en la India central. En las laderas meridionales de la meseta tibetana se produce un aumento del movimiento vertical ascendente, mientras que en el sur de la India se registran movimientos descendentes (Figura 9(c)). El movimiento meridio-nal muestra una bifurcación en las capas bajas de la troposfera, cerca de los 15-20ºN, poniendo de relieve un movimiento de sumidero presu-miblemente asociado con el enfria-miento provocado por los aerosoles y un movimiento ascendente, que se une en las capas medias y altas de la troposfera con el movimiento ascen-dente sobre las faldas del Himalaya. El flujo entrante en niveles bajos aporta un incremento en la humedad en las laderas sur del Himalaya, y aumenta los vientos monzónicos del oeste en niveles bajos sobre la zona central de la India y los del este de niveles elevados sobre la parte meri-dional de la meseta tibetana (Figura 9(d)). En este caso, es probable que la circulación meridional se vea for-zada por la convección iniciada por el calentamiento atmosférico debido al polvo y aumentada como conse-cuencia de las retroalimentaciones positivas derivadas de la convergen-cia de humedad en niveles bajos y del aire ascendente en la capa de polvo. Aunque los datos anteriores no suponen la confirmación definiti-va de los impactos provocados por los aerosoles absorbentes, las ca-racterísticas de la circulación a gran escala son coherentes con el efecto de la EHP, incluyendo el mayor ca-lentamiento de las capas altas de la troposfera sobre la meseta tibetana, el enfriamiento en las proximidades de la superficie y un incremento de la corriente monzónica con el consi-guiente aumento de precipitaciones en el norte de la India.

ConclusionesLos resultados mostrados sugieren que los aerosoles y las precipitacio-nes en las regiones monzónicas y en los desiertos adyacentes están estre-chamente relacionados con la circu-lación a gran escala, y conectados con los complejos procesos diná-micos y de calentamiento diabático

40N

35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

40N

35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

40N

35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

40N

35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

45E 50E 55E 60E 65E 70E 75E 80E 85E 90E40E35E45E 50E 55E 60E 65E 70E 75E 80E 85E 90E40E35E

45E 50E 55E 60E 65E 70E 75E 80E 85E 90E40E35E45E 50E 55E 60E 65E 70E 75E 80E 85E 90E40E35E

200

250

300

400

500

600

700

850

900

950

950

(a) Abril (c) Junio

(b) Mayo (d) Julio

Figura 8 – Retrotrayectorias de siete días, que muestran las posibles fuentes de origen y rutas de transporte desde los desiertos limítrofes para la masa de aire observada a 850 hPa sobre Kanpur para 11 días, comenzando el (a) 15 de abril, (b) 15 de mayo, (c) 15 de junio y (d) 15 de julio de 2008. La altura del trazador (en hPa) se muestra en color.

40N

35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

300

400

500

600

700

800

900

1000

300

400

500

600

700

800

900

1000

40N

35N

30N

25N

20N

15N

10N

5N

50E 60E 70E 90E80E 100E40E

50E 60E 70E 90E80E 100E40E 10N 15N 20N 35N30N25N 40N5N

10N 15N 20N 35N30N25N 40N5N

-4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4

-4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4

-4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4

-4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4

(a) T1000-300 Junio de 2008

(b) q600-300

Junio de 2008 (75E-85E)(c) T & v;w

(d) q & u

Figura 9 – Distribuciones espaciales observadas en las anomalías de junio de 2008 para: (a) temperatura troposférica media (en ºC) y vientos a 300 hPa (m/s); (b) humedad específica media a 600-300 hPa, vientos a 850 hPa y secciones verticales meridionales sobre el norte de la India y el Himalaya (75-85ºE); (c) línea de corriente meridional vertical y temperatura; y (d) vientos zonales (isolínea) y humedad específica (sombreado).

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30 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

durante los períodos del monzón y previos al mismo. Los desiertos no solo aportan el forzamiento radiativo a gran escala, sino también las par-tículas de polvo que son transporta-das hacia las regiones monzónicas y que interfieren con la evolución de la circulación del monzón y sus precipi-taciones, y posiblemente también las alteren. En la medida que los proce-sos dinámicos acoplados atmósfera-océano-tierra constituyen el elemen-to impulsor principal del monzón en Asia, hay que extremar el cuidado a la hora de distinguir las relaciones entre los aerosoles y las precipitacio-nes que se deban realmente a la físi-ca de los aerosoles de las que apare-cen por estar ambos gobernados por los mismos procesos dinámicos de gran escala. El monzón del Índico de 2008 parece aportar señales revela-doras de los impactos ocasionados por los aerosoles absorbentes, aun-que es preciso llevar a cabo más es-tudios para determinar los detalles del forzamiento de estos aerosoles y la respuesta del ciclo hidrológico del monzón, así como los papeles relativos en comparación con el for-zamiento derivado de los procesos acoplados atmósfera-océano-tierra.

Agradecimientos

Este trabajo está apoyado por el Progra-ma de investigación interdisciplinar de la NASA.

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Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 31

Title

Gestión de la calidad del aire y predicción del tiempo durante los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008por Jianjie Wang1, Xiaoye Zhang2, Tom Keenan3 y Yihong Duan4

IntroducciónLos XXIX Juegos Olímpicos se cele-braron en Pekín del 8 al 24 de agosto de 2008. Más de 10 000 atletas pro-cedentes de 204 países, territorios o regiones participaron en ellos. Este acontecimiento fue excepcional des-de una perspectiva histórica por su dimensión, variedad de eventos de-portivos y de actividades relaciona-das con ellos, operaciones de infraes-tructuras municipales y actividades diarias del público en general. Más de 1,7 millones de voluntarios se encar-garon de prestar un amplio abanico de servicios. El análisis de los datos meteorológicos históricos muestra que los emplazamientos olímpicos, a finales del verano, están expuestos a importantes riesgos por tormentas con intensas lluvias, rayos, fuertes vientos y granizo. El tiempo apacible también puede presentar desafíos, como por ejemplo la niebla, la calima o unas condiciones estables y de ca-lor, que son menos propicias para la dispersión de los contaminantes at-mosféricos y pueden dar lugar a una mala calidad del aire.

Por consiguiente, los servicios me-teorológicos afrontaron importantes retos a la hora de minimizar los im-pactos negativos de los fenómenos perjudiciales. Para que los Juegos fueran un éxito, se tuvo que hacer frente a múltiples desafíos relaciona-dos con la meteorología y la calidad del aire. Para ello, China y sus socios internacionales emprendieron una serie de soluciones sin precedentes

relacionadas con la gestión de la con-taminación atmosférica, la vigilancia y la predicción meteorológica.

En la dirección http://www.wmo.int /pages /publications /bulletin_en/index_en.html se dispone de un informe más detallado.

Gestión y medidas relacionadas con la calidad del aireEl gobierno municipal de Pekín adop-tó algunas normas destinadas a re-ducir temporalmente las emisiones para garantizar una buena calidad del aire durante los Juegos Olímpi-cos y Paralímpicos, y también a fin de cumplir el compromiso adquirido para poder albergar los Juegos. Se prohibió el tráfico por las carrete-ras de Pekín a alrededor de 300 000 vehículos “con distintivo amarillo” desde el 1 de julio hasta el 20 de septiembre de 2008 (dos días des-pués de la conclusión de los Juegos Paralímpicos de 2008), y se paraliza-ron todas las actividades relaciona-das con la construcción. Además, se redujo el tráfico estableciendo que todos los vehículos de Pekín con pla-cas de matrícula que terminaran en cifra impar/par tendrían permitida la circulación únicamente en los días impares/pares desde el 20 de julio al 20 de septiembre. Asimismo, se adoptaron medidas de reducción de las emisiones, centradas principal-mente en la combustión del carbón.

De junio a septiembre de 2008 la Ad-ministración Meteorológica de Chi-na (CMA) dirigió una campaña de análisis y vigilancia en tiempo real, ininterrumpida y extensa, de apoyo a la logística de los Juegos y tam-bién posibilitó la realización de una evaluación única de los efectos pro-ducidos por los intentos de mejorar la calidad del aire (Zhang y otros, 2008). En la operación de vigilancia se hizo un seguimiento de las con-centraciones de partículas de PM10 y PM2,5 en el aire, incluyendo las frac-ciones de aerosol de sustancias or-gánicas, sulfato, nitrato y amonio en las concentraciones de PM1, carbono negro, espesor óptico del aerosol, ozono y otros gases reactivos entre los que se incluyen el óxido nítrico, el dióxido de nitrógeno, el óxido de nitrógeno, el carbono y el dióxido de azufre. La vigilancia en tierra se reforzó con medidas del espesor óp-tico de los aerosoles y del dióxido de nitrógeno en columna a partir de la recuperación de información sa-telital y del análisis de los procesos meteorológicos y sus características. La vigilancia se llevó a cabo en tres estaciones urbanas situadas a dife-rentes alturas y en cuatro estaciones rurales.

Durante el período de los Juegos, en Pekín disminuyeron drásticamen-te algunos agentes contaminantes atmosféricos. Los análisis pusieron de relieve que esta reducción no es-taba relacionada únicamente con la aplicación de las medidas de con-trol, sino que también estaba fuer-temente vinculada a las condiciones meteorológicas. Concretamente, la región subtropical de altas presio-nes se encontraba al sur, por lo que las condiciones meteorológicas de Pekín estaban dominadas por la in-teracción de una vaguada que, en el seno de los vientos del oeste, se

1 Oficina Meteorológica de Pekín, Administración Meteorológica de China, Pekín2 Academia China de Ciencias Meteorológicas, Administración Meteorológica de China,

Pekín3 Centro de Investigación del Servicio Meteorológico, Servicio Meteorológico, Melbourne

(Australia)

4 Centro Meteorológico Nacional, Administración Meteorológica de China, Pekín

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32 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

desplazaba frecuentemente hacia el este, más un anticiclón continen-tal frío, con días de nubes y claros o con chubascos. Tras extraer las estimaciones del cambio en las con-centraciones como consecuencia de las condiciones meteorológicas, los análisis arrojaron que la eliminación de los automóviles con distintivo amarillo después del 1 de julio de 2008 había producido reducciones de: alrededor del 40 por ciento en las concentraciones de diversos gases reactivos vinculados a los vehícu-los a motor; el 15-25 por ciento en las concentraciones de partículas de PM10; alrededor del 25-30 por ciento en las concentraciones de carbono negro relacionado con el tráfico; y el 25-40 por ciento en la concentración de partículas orgánicas y nitrato.

La introducción de las normativas sobre la restricción de los vehículos a motor con placas de matrícula im-pares/pares desde el 20 de julio de 2008 produjo una reducción adicio-nal de un 15-20 por ciento aproxima-damente en las concentraciones de varios gases reactivos. Aunque las concentraciones totales de partículas de PM10 aumentaron ligeramente, el carbono negro, las partículas orgáni-cas y los nitratos se redujeron entre un 6 y un 20 por ciento. Sin embar-go, los productos de amonio y los sulfatos se incrementaron alrededor de un 10 por ciento, mientras que la concentración de ozono creció un 30 por ciento.

Antes de los Juegos, y durante el desarrollo de los mismos, la CMA ofreció predicciones a dos días vis-ta de partículas de PM10, visibilidad y ozono al gobierno municipal de Pekín y, posteriormente, a la Oficina Meteorológica de Pekín y a la Ofici-na Municipal de Protección del Me-dio Ambiente de la misma ciudad. Los predictores utilizaron el Mode-lo ambiental y químico atmosférico unificado de la CMA (CUACE) en el sistema de predicción de calimas y ozono. Se trata de un sistema unifi-cado de modelización de la química atmosférica y el medio ambiente que puede acoplarse fácilmente con diferentes modelos meteorológicos y climáticos para diversas escales temporales y espaciales. Para esta aplicación concreta, el CUACE se acopló íntegramente con el modelo de predicción MM5, con una reso-lución horizontal de 54 km en Asia y Europa oriental. Las condiciones iniciales y de contorno se obtuvie-ron a partir del modelo operativo de predicción global a medio plazo del CMA. El CUACE comprendía un

módulo químico para gases, conver-siones de gas a partículas, aerosoles orgánicos secundarios y aerosoles.

Partiendo del inventario de emisio-nes regionales del CMA extraído de Cao (2006), el modelo CUACE se eje-cutó en tiempo real desde el 1 de ju-lio hasta el 30 de septiembre. Todos los días se suministraron productos a dos días vista, en media de 12 ho-ras e intervalos de 2 horas de PM10, ozono y visibilidad para Pekín como guía para la predicción (Figura 1) en los pronósticos de tres a siete días vista de las condiciones meteorológi-cas estabilizadas teniendo en cuenta un parámetro que relaciona la cali-dad del aire con las condiciones del tiempo (índice Plam). Este índice se calculó a partir de la relación entre las concentraciones de PM10 y datos meteorológicos fundamentales ob-tenidos con los datos estivales de Pekín y sus áreas colindantes entre 2000 y 2007. Los datos meteorológi-cos se refieren, entre otras variables, a la temperatura del aire, la hume-dad relativa, el viento, la presión atmosférica, la visibilidad, la nubo-sidad, la evaporación, la estabilidad del aire y un breve historial de los fenómenos meteorológicos de los días precedentes. Los índices Plam más altos y la mala calidad del aire (> 150 μg/m3 PM10) estaban asocia-dos a temperaturas altas, humedad elevada, velocidad del viento más

baja y tiempo estable. La Figura 1 muestra un ejemplo del uso del índi-ce Plam. A cada uno de los emplaza-mientos situados fuera de Pekín se le asignó una ponderación en el Plam según la velocidad y dirección del viento en comparación con la llegada de la masa de aire a Pekín. Un valor más alto del índice Plam en un lugar situado en las zonas colindantes con Pekín pone de manifiesto que las con-diciones meteorológicas en esa área favorecerían el transporte de agentes contaminantes hacia Pekín.

Proyectos de demostración del Programa Mundial de Investigación Meteorológica de la OMMBajo los auspicios de la CMA, el Cen-tro de servicios meteorológicos para los Juegos de Pekín (BOMSC) pudo dar servicios meteorológicos “carac-terísticos y de alto nivel” de forma satisfactoria. Estos servicios se ba-saron en una predicción meteoro-lógica operativa y en unos sistemas de alerta así como en las platafor-mas interactivas hombre-máquina. Tras una evaluación preliminar, los servicios meteorológicos prestados

44N

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110E 111E 112E 113E 114E 115E 116E 117E 118E 119E 120E 121E 122E 121E 122E 123E 124E

110E 111E 112E 113E 114E 115E 116E 117E 118E 119E 120E 121E 122E 121E 122E 123E 124E 110E 111E 112E 113E 114E 115E 116E 117E 118E 119E 120E 121E 122E 121E 122E 123E 124E

110E 112.5E 115E 117.5E 120E 122.5E 125E

-90 -80 -70 -60 -50 -40 -30 -20 -10 0 20 30 30 40 50 60 70 80 90 100110120130140150160

350

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12hrs mean PM10 (µg/m3) 08072408-08072420 (CAWAS/CUACE)

12hrs mean visibility (km) 08072408-08072508 (CAWAS/CUACE) 12hrs mean Plam 08072408-08072420 (CAWAS/CUACE)

12h-mean 03 (ppb) 08072408-08072420 (CAWAS/CUACE)

Figura 1 – Guía de predicción a 12 ó 24 horas de la concentración de PM10, visibilidad y ozono, así como índice Plam, para Pekín y sus zonas colindantes según el modelo CUACE del Centro de observación y servicios atmosféricos de la CMA, comenzando a las 08 BTC del 24 de julio de 2008

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Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 33

en el seno de este entorno tan com-plejo y desafiante desde el punto de vista meteorológico obtuvieron una aceptación pública del 93,1 por ciento. Estas posibilidades se desa-rrollaron y probaron con bastante antelación, movilizando los recursos y la experiencia meteorológica na-cional, y utilizando una cooperación internacional eficaz. Los proyectos de demostración del Programa Mun-dial de Investigación Meteorológica (PMIM) de la OMM constituyen dos ejemplos de esta colaboración inter-nacional.

Teniendo en cuenta el proyecto OMM/PMIM de los Juegos Olímpi-cos de Sídney de 2000, la CMA di-señó los planes necesarios en 2003 con el fin de contar con un Proyecto de demostración de predicciones del PMIM (B08FDP) y con un Proyecto de investigación y desarrollo (B08RDP) que ofreciesen apoyo técnico a los servicios meteorológicos y a la pre-dicción del tiempo durante los Jue-gos Olímpicos y Paralímpicos de Pe-kín de 2008.

El objetivo general del proyecto B08FDP era el de demostrar y cuan-tificar los beneficios de una predic-ción inmediata (dentro de un plazo de 0 a 6 horas, especialmente en el margen de tiempo de 0 a 2 horas), centrándose en la predicción de fe-nómenos meteorológicos de gran impacto y empleando la tecnología y los conocimientos científicos más avanzados. Este proyecto estuvo di-rigido a desarrollar, aplicar y demos-trar sobre el terreno los sistemas de predicción inmediata para las tor-mentas convectivas a nivel local y a utilizar los productos obtenidos a partir de estos sistemas con fines de predicción operativa y de realización de evaluaciones de los beneficios socioeconómicos para los usuarios finales. En el cuadro adjunto se men-cionan los ochos sistemas de predic-ción inmediata que participaron.

El proyecto B08FDP se desarrolló durante tres años y medio, con dos pruebas en los veranos de 2006 y 2007 destinadas a mejorar los sis-temas y a optimizar los algoritmos individuales de extrapolación de tor-mentas, estimación cuantitativa de la precipitación, generación de pro-ductos y otras tareas. Las pruebas de campo también permitieron que los sistemas pudieran adaptarse a los datos locales, a los cálculos y al entorno de red. El Servicio Meteoro-lógico de Australia desarrolló un sis-tema de verificación de predicciones en tiempo real, que fue transferido a la Oficina Meteorológica de Pekín. A mediados de julio de 2008 todos es-tos sistemas cumplían los requisitos de demostración. Estaban prestos y dispuestos para recibir y procesar, en tiempo real, los datos de obser-vación local frecuentes y multivaria-dos (véase la Tabla 1), y para generar productos destinados a la predicción (véase la Tabla 2) y a la verificación en tiempo real.

Con el fin de determinar las dificul-tades técnicas surgidas durante las diferentes fases de la implantación, y para analizar las soluciones, identi-ficar a los grupos de trabajo respon-sables y estudiar las estrategias y cronologías de las actividades princi-pales, se celebraron tres seminarios internacionales y varias conferencias telefónicas. Los aspectos técnicos fundamentales incluían el control de la calidad de los datos obtenidos por radar, la sincronización de los mismos, el mosaico tridimensional de los datos radar sin procesar y la transferencia de los resultados de la investigación a la operatividad. En Pekín se celebraron dos seminarios de formación, en abril de 2007 y julio de 2008, con objeto de formar a los expertos locales y a los predictores en la mejora del apoyo local a los sistemas B08FDP, especialmente en la aplicación local de productos. Al-gunos usuarios finales participaron en calidad de aprendices.

El proyecto B08RDP se centró en las predicciones a corto plazo (6-36 ho-ras) a través del desarrollo y la uti-lización de sistemas de predicción por conjuntos (EPS) de área limitada y alta resolución (15 km) para el cor-to plazo, por parte de seis participan-tes diferentes (el Centro Nacional de Predicción del Medio Ambiente y el CNIA, de los Estados Unidos; el Ser-vicio Medioambiental de Canadá; la Agencia Meteorológica de Japón; el Instituto Central de Meteorolo-gía y Geodinámica de Austria; Me-teoFrance; y la CMA). Se estableció un marco común en el que los seis participantes ejecutaran sus mode-los de forma remota en sus propias sedes, empleando la misma configu-ración para los cálculos y abarcando Pekín y el área que le rodea. Tanto los datos de observación como los de los miembros del conjunto se transmitían a través de un servidor

Tipo de dato N.º de estaciones y localización Frecuencia de actualización

Radar Doppler 4; con sincronización de tiempo 6 minutos

EMA 106; en Pekín y alrededores 5 minutos

Radiosonda 5; en Pekín y alrededores 6 horas

Perfilador de viento 1; en Pekín 6 minutos

PNT-RUC Resolución horizontal de 3 km, abarcando Pekín y zonas colindantes

3 horas

Satélite-FY2C 1 30 minutos

Rayos 1 en Pekín y 2 en la provincia de Hebei Tiempo real

Tabla 1 – Datos suministrados al proyecto B08FDP en el verano de 2008 por parte de la Oficina Meteorológica de Pekín

Sistemas de predicción inmediata participantes

BJ-ANC (Oficina Meteorológica de Pekín y Centro Nacional de Investigación de la Atmósfera (CNIA) de los Estados Unidos)

CARDS (Servicio Meteorológico de Canadá)

GRAPES-SWIFT (Academia China de Ciencias Meteorológicas)

STEPS y TIFS (Servicio Meteoro-lógico de Australia)

SWIRLS (Observatorio de Hong Kong, China)

NIWOT (CNIA)

MAPEL (Universidad McGill de Canadá y Weather Decision Tech-nologies de Estados Unidos)

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34 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

Sistema Productos resultantes Plazo de predicción (minutos)

BJANC

Auto-Nowcaster

Reflectividad ≥ 35 dBZ 30, 60Predicción cuantitativa de la precipitación (PCP) 0-30, 0-60Evolución de las tormentas 30, 60Límites 30, 60

VDARS

Viento (componentes “u” y “v”)

AnálisisVelocidad verticalTemperatura de perturbaciónHumedad relativa

C A R D SPCP 0-60Predicción en un punto Cada 6 min hasta 102 minAparición y propiedades de las tormentas 6, 12, 18, 24, 30, 42, 60

GRAPES-SWIFT

PCP 0-30, 0-60, 0-120, 0-180Reflectividad 30, 60Trayectoria de la tormenta (35, 40, 45, 50, 55 dBZ) 6, 12, 18, 24, 30, 42, 60Potencial wx convectivo 0-60

MAPLEPCP 30, 60Reflectividad 30, 60

NIWOT Reflectividad ≥ 35 dBZ 60, 120, 180, 240, 300, 360

STEPS

STEPSPCP (dominio de mosaico) 0-30, 0-60, 0-90

Probabilidad de precipitación (POP) (1, 10, 20, 50 mm, dominio de mosaico) 0-60

Campos de lluvia

Estimación cuantitativa de la precipitación (ECP) (6 min, mosaico) AnálisisECP (60 min, mosaico) AnálisisECP (120 min, mosaico) AnálisisECP (180 min, mosaico) AnálisisECP (60 min, combinado con pluviómetro, mosaico) AnálisisMedidor (60 min, interpolado, mosaico) Análisis

SWIRLS

PCP (radar) 0-60, 0-120, 0-180Probabilidad de amenaza de rayos 0-60, 0-120, 0-180Aparición y propiedades de las tormentas (reflectividad ≥ 34 dBZ) 6, 12, 18, 24, 30, 42, 60Condiciones meteorológicas severas: inicio de rayos (tipo y severidad), reventón (nivel de severidad), granizo (tipo), tormenta con lluvia (nivel de intensidad)

0-30

Fuertes rachas de viento (máximo posible) 0-30

POP (1, 10, 20 mm en 60 min; 1, 10, 20, 50 mm en 180 min; 1, 10, 20, 50 mm en 360 min) 0-60, 0-180, 0-360

PCP (combinado) 0-60, 0-120, 0-180, 0-240, 0-300, 0-360

TIFS

TIFS

Conjunto de probabilidades de tormenta (guía para alerta VIPS por rayos, modo automático) 0-60

Conjunto de probabilidades de tormenta (guía para alerta VIPS por rayos, modo manual) 0-60

Conjunto de probabilidades de lluvia (guía de alerta VIPS por tormentas con lluvia) 0-60

Probabilidad de lluvia densa (2 mm/h) 0-60TITAN* Aparición y propiedades de las tormentas (reflectividad ≥ 35 dBZ) 6, 12, 18, 24, 30, 42, 60WDSS* Aparición y propiedades de las tormentas 6, 12, 18, 24, 30, 42, 60

* TITAN es una parte de Auto-Nowcaster desarrollada por el CNIA (Estados Unidos). WDSS es un sistema de predicción inmediata desa-rrollado por el Laboratorio nacional de tormentas severas (Estados Unidos). Los dos sistemas se utilizaron en el proyecto S2KFDP para los Juegos Olímpicos de Sídney de 2000 y se facilitaron al Servicio Meteorológico de Australia (BOM) tras la finalización de los mismos. El BOM integró estos dos sistemas en el TIFS y para que hicieran las veces de un solo sistema en el proyecto B08FDP.

Tabla 2 – Los productos del proyecto B08FDP en www.b08fdp.org

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Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 35

FTP en tiempo real, con resolución y localización de zona unificadas, utili-zando formato de datos y nombre de archivo uniformes y con codificación y descodificación normalizadas en GRIB2. La Tabla 3 muestra las carac-terísticas de los seis sistemas.

Entre 2006 y 2008 todos los siste-mas participantes se ejecutaron en tiempo real o casi real durante el verano, comparándose y analizán-dose las predicciones. En el Centro Meteorológico Nacional (CMN) y en el Centro de Información Meteoroló-gica Nacional de la CMA se configu-ró un sistema para cumplir las tareas relativas a la transmisión de datos de observación y de predicción por conjuntos, codificación y descodifi-cación de datos, verificación, correc-ción de desviaciones y generación de productos teniendo en cuenta los datos de predicción por conjuntos procedentes de múltiples fuentes, la presentación de productos, etc. La mayor parte de los productos de los conjuntos fueron distribuidos al CMN y a la Oficina Meteorológica de Pekín como guía para los predic-tores. El proyecto B08RDP también hizo hincapié en la demostración, evaluación e intercomparación en

tiempo real de las actividades de modelización que suelen ser com-petencia de la comunidad investi-gadora (por ejemplo, los produc-tos probabilísticos provenientes de múltiples centros orientados a los fenómenos meteorológicos de gran impacto o el modelo capaz de resol-ver nubes, de alta resolución (unos 2-4 km), para fenómenos meteoroló-gicos severos).

Para garantizar la aplicación eficaz de los productos de la predicción por conjuntos, durante estos últi-mos años el CMN ha centrado sus esfuerzos en la formación profesio-nal de predictores nacionales y pro-vinciales en su tarea cotidiana de la predicción meteorológica. Con el fin de afrontar las necesidades del ser-vicio meteorológico para los Juegos Olímpicos, se creó un vínculo entre los proyectos relativos a la mesoes-cala y los correspondientes a la pre-dicción inmediata y se estudiaron las necesidades de productos por parte de grupos de expertos y de usua-rios. Entre los productos considera-dos se incluían la media, dispersión y probabilidad de los elementos en superficie, las incertidumbres de las circulaciones y los productos espe-

ciales asociados con las situaciones meteorológicas de gran impacto. Se desarrollaron, además, productos en términos de probabilidad para las distintas sedes de los Juegos.

El período de demostración de los ocho sistemas de predicción inme-diata anteriormente mencionados y del sistema de verificación de las predicciones en tiempo real tuvo lugar entre el 20 de julio y el 20 de septiembre de 2008. Trece expertos procedentes de Australia, Canadá, Estados Unidos y Hong Kong (Chi-na) trabajaron durante un período de demostración intensivo (1-24 de agosto). Todos los sistemas B08FDP ofrecieron un subconjunto de los productos de guía para la predicción inmediata que se mencionan en la Tabla 2, cada seis minutos.

Con objeto de apoyar estas opera-ciones para aumentar su eficacia, un experto del proyecto y dos expertos locales fueron los responsables de:

• organizar análisis y discusiones sobre los productos meteoro-lógicos y de predicción inme-diata en el seno del grupo del B08FDP;

Participantes ModeloCondiciones

inicialesPerturbación

inicial

Condiciones de contorno

laterales

Perturbación lateral

Perturbación física

NCEP WRF-ARW (5)WRF-NMM (5)

GEFS-regionalizado(T284L60, 5)

(L60M15)

NCEP3DVAR

Desarrollo NCEPEPS global

NCEPEPS global

Multimodelo

MRI/JMA NHM(L40M11)

Meso4DVAR

(20kmL40)

VS globales dirigidos(T63L40)

Predicción global JMA(TL959L60)

Predicción global (T63L40)Iniciada por VS

dirigidos

Ninguna

SMC GEM (L28M20) SMCGlobalEnKF

SMC GlobalEnKF

ESP global del SMC

EPS global de SMC

Perturbación de la tendencia

física con cadena de

Markov, perturbación de

la superficie

ZAMG Y METEO-FRANCE

ALADIN(L37M17)

CEPMMPGlobal4DVAR

FusiónCEPMMP SVcon ALADIN

Modo desarrollo

Predicción global del CEPMMP

Predicción EPS del CEPMMP

Multifísica

CMN/CMA WRF-ARW(L31M15)

WRF-3DVAR Desarrollo EPS global de CMA

EPS global de CMA

Multifísica

CAMS/CMA GRAPES(L31M9)

GRAPES-3DVAR Desarrollo EPS global de CMA

EPS global de CMA

Multifísica

Tabla 3 – Sistema de predicción por conjuntos de área limitada del B08RDP en el verano de 2008

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36 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

• preparar los textos concisos que describan los patrones de la cir-culación dominante y los siste-mas meteorológicos, así como los posibles impactos sobre el área de Pekín, en general, y so-bre las sedes deportivas, en par-ticular;

• interpretar los productos B08FDP para los predictores locales; y

• participar, en representación del grupo, en las discusiones me-teorológicas que tenían lugar dos veces al día.

En el caso de un servicio importan-te o de un fenómeno meteorológico complejo, los expertos del proyecto B08FDP y los expertos locales par-ticipaban con una mayor frecuencia en intercambios de información con los predictores, así como en discu-siones meteorológicas dentro del período de vigilancia mejorado. Para las ceremonias de inaugura-ción y de clausura, los expertos del programa B08FDP trabajaron junto con los predictores de la Oficina Meteorológica de Pekín (BMB), para realizar un seguimiento continuo de las variaciones de los sistemas me-teorológicos hasta la finalización de estos eventos.

Se habilitaron tres medios para que tanto los predictores como los equi-pos de los servicios meteorológicos que trabajaban in situ pudieran acce-der directamente a los productos del proyecto de demostración y a los re-sultados de la verificación de forma sencilla:

Una página web (• http://www.b08fdp.org), en chino y en inglés, desarrollada dentro del dominio web de la BMB, dirigida a los predictores y a los equipos de los servicios in situ, con el fin de que pudieran acceder a los productos (véase la Tabla 2).

• Una plataforma interactiva hom-bre-máquina donde se incluyó un subconjunto de productos B08 dentro de los procedimien-tos operativos de predicción inmediata de la BMB, para que los predictores pudieran acceder directamente a ellos y utilizarlos como guía para la predicción in-mediata.

Los expertos locales facilitaron •a los predictores algunas copias impresas e interpretaciones orales de productos, así como dictámenes de expertos. Además,

en el caso de otros usuarios finales (como el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Pekín (BOCOG), los departamentos meteorológicos de aviación civil, la unidad de servicios de embarcaciones del Palacio de Verano y el público en general), se habilitó una página web del Servicio Meteorológico para los Juegos Olímpicos de Pekín (http://www.weather2008.cn) en chino y en inglés, para ofrecer acceso y navegación por los diferentes productos.

Para garantizar la aplicación práctica de los productos del EPS del B08RDP en los servicios meteorológicos de los Juegos, especialmente durante el transcurso de episodios meteorológicos de gran impacto, el CMN diseñó diferentes enfoques para asegurar el acceso directo de los predictores y de los participantes en el proyecto a los productos del EPS, así como a las observaciones y a los campos del análisis. En primer lugar, los productos del EPS se clasificaron por categorías y se convirtieron a diferentes formatos de datos dirigidos a distintos usuarios finales o modos de visualización. En segundo lugar, se desarrolló la página web del B08RDP

(www.b08rdp.org) dentro del dominio web del CMN, para garantizar de esta manera el acceso en tiempo real de todos los predictores de la BMB y el CMN y de los participantes en el proyecto. En tercer lugar, los productos del EPS desarrollados para las 17 sedes olímpicas se transmitían a la BMB a través de una red por cable de alta velocidad especialmente diseñada para tal propósito. Esto permitió establecer una estrecha colaboración entre las aplicaciones de predicción del proyecto B08RDP y las de predicción inmediata del B08FDP.

Los expertos del proyecto B08RDP pertenecientes a la CMA también tra-bajaron codo con codo con los pre-dictores a través de la transmisión e interpretación de las predicciones por conjuntos y aportando sugeren-cias a la predicción meteorológica desde la perspectiva de la investiga-ción. Se utilizaron las predicciones por conjuntos para caracterizar las incertidumbres en las predicciones. Estas incertidumbres son necesarias para comprender y mejorar aún más la predicción de fenómenos meteo-rológicos de gran impacto median-te la comparación con predicciones sencillas y deterministas.

Administración Meteorológica de China

Gobierno municipalde Pekín

ServiciosmeteorológicosCentro de Servicios

Meteorológicos para losJuegos Olímpicos de Pekín

Familia Olímpicadel BOCOG

Oficinas meteorológicasen sedes (VWO) (6)

Centros nacionalesde apoyo técnico (6)

Oficina meteorológicade ciudades olímpicas (7)

Oficina Meteorológicade Pekín

Oficina Meteorológicade Tianjin

Oficina Meteorológicade Shanghái

Oficina Meteorológicade Shenyang

Oficina Meteorológicade Qinhuangdao

Oficina Meteorológicade Qingdao

Observatoriode Hong Kong

VWO para remoy piragüismo

VWO para atletismo

VWO en el centro de ceremonias de apertura

y clausura

VWO en el centro deinstrucción de deportes

VWO para actividadesde vela

VWO para hípica

Centro MeteorológicoNacional

Centro ClimáticoNacional

Centro MeteorológicoNacional de Satélites

Centro Nacional deInformación

Meteorológica

Academia China deCiencias Meteorológicas

Centro de ObservaciónAtmosférica de la CMA

Figura 2 – Estructura organizativa del Centro de Servicios Meteorológicos para los Juegos Olímpicos de Pekín

Page 39: El tiempo, el clima y el aire que respiramos - WMO Library

Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 37

Servicios de predicción del tiempoLos Juegos Olímpicos de Pekín 2008 se desarrollaron en la ciudad anfi-triona y en seis ciudades subsedes (Qingdao para las pruebas de vela, Hong Kong para los eventos ecues-tres, y Tianjin, Qinhuangdao, Shen-yang y Shanghái para el fútbol). Con la aprobación de la CMA y del gobier-no municipal de Pekín, se designó al BOMSC como el único proveedor de servicios meteorológicos oficiales en agosto de 2006 (TOK, 2008). En la Figura 2 se muestra su estructura organizativa.

El BOMSC abarcaba tres componen-tes: los servicios meteorológicos de la ciudad anfitriona, las ciudades subsede y las oficinas meteorológi-cas de las sedes. En Pekín, Qingdao y Hong Kong se crearon algunos centros meteorológicos operativos nacionales e instituciones de investi-gación bajo los auspicios de la CMA, así como seis organismos de servi-cios meteorológicos provisionales, destinados a apoyar los eventos de-portivos al aire libre y las situaciones de gran afluencia de público. Los servicios meteorológicos de la ciu-dad anfitriona y de las subsedes su-ministraban predicciones del tiem-po y servicios meteorológicos a los comités organizadores deportivos locales y a los organizadores locales de las principales actividades públi-cas, mientras que los centros opera-tivos nacionales y las instituciones de investigación asumieron la tarea de ofrecer asesoramiento y apoyo técnico a las oficinas meteorológi-cas de la ciudad anfitriona y de las subsedes, además del Observatorio de Hong Kong, que tenía la respon-sabilidad íntegra de facilitar predic-ciones y servicios meteorológicos a los eventos hípicos. Todas las ob-servaciones, predicciones y alertas pertinentes recibidas por el sistema de información de los Juegos Olím-picos de Pekín, diseñado para tal fin, eran recopiladas y convertidas a un formato unificado por parte de la BMB y, posteriormente, distribuidas al BOCOG.

Las demandas especiales de servi-cios meteorológicos muy precisos para los acontecimientos deportivos y para los grandes actos sociales re-lacionados con ellos superaban el nivel habitual de las predicciones meteorológicas y de los servicios operativos en muchos aspectos. Para abordar este asunto, la BMB, en aso-ciación con otros servicios meteoro-lógicos, se centró en la investigación

y el desarrollo de nuevas técnicas, metodologías y herramientas desti-nadas a conseguir las predicciones refinadas de elementos meteoroló-gicos en sedes concretas, así como las predicciones inmediatas y las alertas tempranas por condiciones meteorológicas convectivas severas (Wang, 2007). Se establecieron los “cuatro sistemas y dos herramientas interactivas” siguientes:

• El sistema Hi-MAPS se encar-gaba del preproceso de un am-plio abanico de observaciones frecuentes a través de una for-ma rápida de actualización (por ejemplo, datos sin procesar pro-cedentes del barrido volumétri-co del radar cada seis minutos, perfiles de viento cada seis mi-nutos, observaciones de estacio-nes meteorológicas automáticas cada cinco minutos, observacio-nes de radiosonda mejoradas cada seis horas, etc.). El sistema Hi-MAPS suministraba datos de observación a los sistemas ope-rativos de la BMB y proporcio-naba datos normalizados a los ocho sistemas de demostración del B08FDP en tiempo real.

• El sistema BJ-ANC se desarrolló conjuntamente con el CNIA y ge-neraba predicciones inmediatas de condiciones meteorológicas convectivas severas, basadas principalmente en las múltiples observaciones de radar Doppler, y realizadas con técnicas de extrapolación más complejas. También incorporaba otros al-goritmos, como por ejemplo el sistema de análisis variacional del radar Doppler, la estimación cuantitativa de la precipitación a partir del radar y los algoritmos de predicción. El sistema generó mucha información susceptible de utilizarse como guía para la predicción inmediata (véase la Tabla 2).

• El sistema BJ-RUC fue desa-rrollado conjuntamente con el CNIA. Se trata de la versión lo-cal del sistema de investigación y predicción meteorológica con una serie de mejoras. Con un ciclo rápido cada tres horas, el sistema suministraba salidas nu-méricas mesoescalares de alta resolución (3 km) para Pekín y las zonas limítrofes para las siguien-tes 24 ó 36 horas como guía para la predicción.

• El sistema OFIS constituía una herramienta interactiva hombre-ordenador destinada a facilitar el

análisis de las condiciones me-teorológicas y la generación de predicciones cada tres horas, de elementos meteorológicos preci-sos para los tres días siguientes (0-63 horas), basándose en una serie de observaciones, en los productos de predicción numéri-ca del tiempo (PNT) y en la guía para la predicción en las sedes, así como la verificación en tiem-po real de la guía. La guía para las predicciones en las sedes se obtenía principalmente de:− predicciones de varios elemen-

tos específicos para las sedes olímpicas mediante el método de regresión de las máquinas de soporte vectorial, una in-terpretación estadística de los productos de PNT;

− predicciones de varios ele-mentos específicos para las sedes olímpicas por métodos de ajuste de funciones semi-periódicas, basadas en las conclusiones del responsable de los predictores para pro-nósticos cada 12 horas de los tres días siguientes.

• El sistema VIPS, una herramien-ta interactiva hombre-máquina, ayudó a los predictores a la hora de vigilar los fenómenos meteo-rológicos convectivos severos y en la emisión de alertas tempra-nas para la zona de Pekín. En una sola pantalla podía superponer-se una variedad de observacio-nes meteorológicas mesoescala-res de alta frecuencia y de pro-ductos de PNT, así como la guía para las predicciones inmediatas e información geográfica. Tam-bién admitía mapas de alertas tempranas y funciones para la revisión desde la pantalla. Ade-más, generaba automáticamen-te textos de alerta tanto en chino como en inglés, con una función de edición.

• El sistema OMIS tenía múlti-ples funciones, pues recopilaba observaciones en tiempo real y predicciones meteorológicas específicas para las diversas sedes, tanto en Pekín como en las demás ciudades anfitrionas. Este sistema realizaba una des-codificación automática de la información, convirtiendo for-matos de datos y unidades de medida, traduciéndola a los idio-mas deseados, clasificándola y empaquetándola para diferentes usuarios en forma de productos diferentes, y difundiéndola en tiempo real al BOCOG, al sis-tema INFO2008 de los Juegos

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Olímpicos de Pekín, al sistema de radiodifusión de los Juegos y a la página web del Servicio Me-teorológico de los Juegos Olím-picos.

Durante los Juegos Olímpicos, la precipitación registrada fue supe-rior a lo normal en Pekín. La preci-pitación acumulada, del 8 al 24 de agosto, fue de 151,7 mm en la zona llana, un 90 por ciento superior a la media de 30 años (80 mm) de este mismo período. Hubo cuatro epi-sodios de precipitaciones genera-lizadas en Pekín y otros cuatro de precipitaciones locales, en los que en cinco días sueltos se registró una precipitación diaria de 10 mm. Entre el 10 y el 11 de agosto, la ciudad su-frió tormentas y lluvias fuertes. Por otra parte, el número de fenómenos meteorológicos de gran impacto, diferentes a las precipitaciones, fue inferior al normal.

Frente a unas condiciones meteoro-lógicas complejas y cambiantes, el

BOMSC puso un especial énfasis en algunos componentes fundamenta-les de cara a su prestación de servi-cios:

M e j o r a r l a “ c o n s u l t a ” •meteorológica

Se organizaron debates especia-les para acontecimientos impor-tantes, como por ejemplo las ce-remonias de apertura y clausura, así como para los eventos al aire libre sensibles a las condiciones meteorológicas. En estos en-cuentros participaron los predic-tores principales y los expertos, así como expertos extranjeros en predicción inmediata.

Hacer un buen uso de las •tecnologías avanzadas

Los “cuatro sistemas y las dos herramientas interactivas” se incorporaron a los procesos de alerta temprana y de predicción refinada con el fin de aprove-char el potencial humano para aumentar la eficacia y la calidad

basándose en las altas tecnolo-gías.

Mejorar la interacción con las •sedes

Se instaló la versión simplificada del sistema VIPS en las oficinas meteorológicas, facilitando el acceso de los equipos de servi-cio a las observaciones y predic-ciones actualizadas, así como a las alertas tempranas, permitien-do así que se pudiera interactuar de forma oportuna con los usua-rios finales. Al mismo tiempo, los canales de comunicación de información posibilitaron que el personal del emplazamiento correspondiente y de la oficina central incluyese los cambios en las demandas de los usuarios, facilitando la prestación de los servicios pertinentes y adapta-dos a las necesidades de cada uno y en cualquier momento.

Con las ventajas aportadas por estas iniciativas, el BOMSC suministró al

N.º Nombres de los productosSuma de productos

Chino Inglés Francés

1 Predicción meteorológica cada 3 horas para las sedes de las ciudades anfitrionas 13 160 13 160 272

2 Charlas informativas meteorológicas especialmente destinadas a los Juegos Olímpicos 110 110 48

3 Avisos de tiempo severo para las ciudades anfitrionas 390 390

4 Predicciones meteorológicas a 7 días vista para las ciudades anfitrionas de los Juegos Olímpicos de Pekín

55 55 24

5 Predicción de viento cada hora para la sede de tiro de los Juegos Olímpicos de Pekín 62 62 --

6 Predicción meteorológica para la sede de remo y piragüismo de los Juegos Olímpicos de Pekín

60 60 --

7 Predicción meteorológica a lo largo del trazado de la prueba de maratón de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008

30 30 --

8 Predicción meteorológica para el circuito urbano de ciclismo de los Juegos Olímpicos de Pekín

56 56 --

9 Predicción meteorológica para la ceremonia de apertura (clausura) de los Juegos Olímpicos de Pekín

301 301 --

10 Alerta de riesgo meteorológico para la ceremonia de apertura (clausura) de los Juegos Olímpicos de Pekín

11 -- --

11 Predicción meteorológica en Pekín, especialmente de cara al tráfico 110 -- --

12 Informe de tormentas para los Juegos Olímpicos de Pekín 22 -- --

13 Evolución probable del tiempo para los próximos 10 días para los Juegos Olímpicos de Pekín 12 -- --

14 Evolución probable del tiempo para los próximos 30 días para los Juegos Olímpicos de Pekín 2 -- --

15 Predicción meteorológica especialmente destinada a la logística de los Juegos Olímpicos de Pekín

55 -- --

16 Predicción meteorológica para la ceremonia de apertura (clausura) de las pruebas de vela olímpica en Qingdao

50 -- --

17 Predicción horaria del viento para las sedes de vela olímpica de Qingdao 165 -- --

18 Informe meteorológico para los eventos ecuestres de la sede olímpica de Hong Kong 138 138 --

Tabla 4 – Predicciones meteorológicas y alertas ante fenómenos meteorológicos severos emitidas por el BOMSC entre el 25 de julio y el 17 de septiembre de 2008

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BOCOG predicciones exhaustivas “características y de alto nivel”, así como servicios de alerta temprana, que ayudaron a los organizadores a programar el horario de varios even-tos al aire libre. El Comité Olímpico de Programación llevó a cabo seis conferencias telefónicas e introdujo cambios de horario en ocho even-tos deportivos como consecuencia de las predicciones meteorológicas facilitadas por el BOMSC. A pesar de que la precipitación fue superior a lo normal, las predicciones inme-diatas y de corto plazo, precisas y oportunas, así como los servicios de seguimiento continuo, pudieron garantizar el desarrollo normal de la mayor parte de eventos al aire libre. Tan solo unos pocos se vieron inte-rrumpidos por la aparición de preci-pitaciones inesperadas.

Estos servicios meteorológicos contribuyeron significativamente a todos los eventos. Por ejemplo, el BOMSC predijo que habría más pre-cipitación antes de las 09:00 horas del día 21 de agosto, pero que dis-minuiría después de esta hora. La Asociación Internacional de Federa-ciones de Atletismo decidió que las pruebas femeninas de 20 kilómetros marcha y decatlón se mantuvieran a su hora, pero que las especialidades de salto de altura y de jabalina se re-trasaran una hora.

Desde la llegada de los atletas a la Villa Olímpica hasta la finalización de los Juegos Paralímpicos, el BOMSC emitió y difundió más de 10 000 co-pias de predicciones, informes, char-las informativas y alertas de natura-leza meteorológica en 18 categorías en chino, inglés y francés (Tabla 4). Al mismo tiempo, la sociedad en gene-ral fue partícipe de más informacio-nes meteorológicas que nunca por televisión, radio, internet, teléfono, prensa, mensajería y otros medios; asimismo, también existía la posi-bilidad de disponer de información meteorológica en inglés. La página web del Servicio Meteorológico para los Juegos Olímpicos (www.wea-ther2008.cn), creada por el BOMSC, contaba con un enlace a la página oficial del BOCOG, que recibió más de 15 millones de visitas.

La verificación preliminar de las predic-ciones meteorológicas cada tres horas para las 63 horas siguientes en las se-des de Pekín puso de relieve que:

• Los predictores dependieron en gran medida del material de guía suministrado; podían emitir opi-niones o realizar modificaciones con arreglo a sus méritos.

• La predicción cuantitativa de la precipitación es el elemento más difícil de pronosticar, sobre todo cuando se refiere a un lugar y momento determinados.

• Las pericias de los predictores por lo que respecta a la tempe-ratura, la humedad relativa y la velocidad del viento fueron algo superiores a las de la guía de predicción; sin embargo, los aciertos en la precipitación y en la dirección del viento fueron, por término medio, más o me-nos similares a los de la guía.

• El grado de precisión de las pre-dicciones de humedad relativa cada tres horas emitidas por los predictores, con una desviación

inferior al 10 por ciento con res-pecto a la observación, se acer-caba al 70 por ciento en 24 h, al 65 por ciento en 24-48 h, y al 55 por ciento más allá de las 48 h. El error absoluto medio de las predicciones de temperatura cada tres horas fue de 1,7 ºC en 24 horas, 2,0 ºC en 24-48 horas, y 2,2 ºC más allá de las 48 h (véan-se las Figuras 3 y 4).

• Al comparar el rendimiento de las predicciones de precipitación cada tres horas en las diferentes sedes a través del índice de ame-naza (TS), los predictores de-mostraron mayor habilidad que la guía basada en las máquinas de soporte vectorial (SVM); sin embargo, la pericia se reducía

100

80

60

40

20

0

3 6 9 12 15 18 21 24 27 30 33 36 39 42 45 48 51 54 57 60 63

Hora

Prec

isió

n d

e la

pre

dic

ció

n (

%)

SVMHPFFPredictor

Precisión de la predicción de la humedad relativa (|Pre-Obs|<10%) 8-24 ago. 2008

Figura 3 – Grado de precisión de la predicción de la humedad relativa (desviación < 10%) (estadísticas basadas en los datos de los días 8-24 de agosto de 2008)

4

3.5

3

2.5

2

1.5

1

0.5

03 6 9 12 15 18 21 24 27 30 33 36 39 42 45 48 51 54 57 60 63

Hora

Erro

r abs

olut

o m

edio

(ºC)

SVMHPFFPredictor

Error absoluto medio de la temperatura. 8-24 ago. 2008

Figura 4 – Error absoluto medio de la temperatura (ºC, estadísticas basadas en los datos de los días 8-24 de agosto de 2008)

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con el plazo de validez (TS alre-dedor de 0,1-0,2 en 24 h, y 0,07-0,13 en 24-63 h frente a un TS de la guía basada en las máquinas de soporte vectorial inferior a 0,1 en 0-63 h). Resulta llamativo que el TS de la guía para la precipita-ción en las sedes cada tres horas, dentro de un plazo de validez de 24 horas, obtenido a partir del sistema BJ-RUC, contara con el TS más elevado de los tres. Sin embargo, su rendimiento inesta-ble en las diferentes pasadas a lo largo del ciclo diario no aportó la confianza necesaria a los predic-tores como para fiarse de este sistema.

Las respuestas a una encuesta so-bre el grado de satisfacción puso de manifiesto que tanto los usuarios y los afiliados al BOCOG como los operarios que intervinieron en las ceremonias de apertura y clausura, los equipos de deportes acuáticos de Shunyi, el Estadio Nacional, los equipos de operación en la ciudad, los funcionarios metropolitanos, los organizadores de los eventos de-portivos, los árbitros, los atletas, los voluntarios y el público en general creían que las predicciones suminis-tradas por el BOMSC eran precisas, oportunas y eficaces, con un grado de satisfacción pública del 93,1 por ciento.

ConclusionesEl exitoso, amplio y complejo con-junto de actividades de apoyo re-lacionadas con la calidad del aire y la meteorología durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos tendrá un efecto duradero tanto en China como en la comunidad internacional.

Se registraron importantes disminu-ciones en la concentración de mu-chos gases y aerosoles relacionados con el tráfico rodado, gracias a la res-tricción del mismo. La prohibición de los vehículos con distintivo amarillo tuvo un efecto mucho mayor sobre la reducción de los contaminantes atmosféricos que las limitaciones re-lativas a las cifras alternas de las pla-cas de matrícula. La corporación del gobierno municipal de Pekín recibió varias recomendaciones destinadas a comprender y mejorar la calidad del aire a partir de estos resultados; asimismo, otras zonas urbanas del mundo podrían beneficiarse de este conocimiento.

El BOMSC prestó unos servicios me-teorológicos eficaces y de calidad en

un período en el que se registraron más precipitaciones de lo habitual. Esta circunstancia fue reconocida por todos los sectores. El éxito se de-bió a la utilización de tecnologías y técnicas avanzadas, al papel “huma-no”, a la estrecha interacción con los usuarios finales, a la implantación de los proyectos de demostración y a la ejecución de unas medidas de traba-jo y de gestión sin precedentes.

El proyecto B08FDP del PMIM de la OMM resultó ser muy eficaz como apoyo a los servicios de predicción inmediata de los Juegos Olímpicos de Pekín no solo por servir de guía, sino también por ofrecer un enfoque complementario muy interactivo en-tre expertos, predictores y el perso-nal encargado de transmitir los co-nocimientos. El B08FDP constituyó un ejemplo satisfactorio de la combi-nación de los resultados de la inves-tigación con las aplicaciones operati-vas. Esta práctica debería seguirse a la hora de desarrollar unos mejores apoyos a la predicción inmediata en cualquier lugar del mundo.

El proyecto B08RDP del PMIM de la OMM promovió el conocimiento en el uso de los conjuntos de múltiples centros y en la determinación de la incertidumbre. Los productos de la combinación y corregidos de las des-viaciones del conjunto multimodelo eran superiores a los de cualquier conjunto individual, de tal manera que podían obtenerse ventajas a par-tir de la utilización en tiempo real de los productos probabilísticos desti-nados a la predicción de fenómenos meteorológicos severos. Sin embar-go, el cambio paradigmático de una oficina de predicción a la hora de pa-sar de una predicción determinista a otro por conjuntos siempre encierra un desafío, incluso tras una forma-ción meticulosa.

El Servicio Meteorológico para los Juegos Olímpicos ofreció una oportunidad práctica a los pre-dictores de generar pronósticos meteorológicos exhaustivos. Sin embargo, la predicción refinada supone una tarea nueva y desa-fiante para unos predictores cuya experiencia previa en predicciones convencionales no tiene por qué ser necesariamente aplicable. En la actualidad, las habilidades de los predictores a la hora de rea-lizar predicciones refinadas su-peran ligeramente a los métodos de predicción objetivos, pero aún queda mucho margen para que los predictores puedan desempe-ñar un papel de valor añadido en las predicciones refinadas como

consecuencia de un aprendizaje continuo y acumulado fruto de la experiencia.

Las actividades desarrolladas de cara a los Juegos Olímpicos y Para-límpicos fueron muy amplias, y gran parte de su éxito residió en la plani-ficación plurianual a largo plazo rela-tiva a todos los aspectos de esfuerzo y compromiso de los socios interna-cionales y de los anfitriones locales.

Agradecimientos

Los autores desean dar las gracias a to-dos los participantes en el B08FDP/RDP por su contribución al éxito del proyec-to y por su excepcional rendimiento a la hora de apoyar a los servicios meteoroló-gicos para los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008. F. Liang, S.Y. Shi, D.B. Shu, H. Guo y X.Q. Ma ayudaron a elaborar las figuras y las tablas.

Referencias

WanG, J.J., 2007: Refined forecasts for the weather service to 2008 Beijing Olympics. Documento destinado al Seminario Anual de la Sociedad Me-teorológica de China, diciembre de 2007 (en chino).

CMA, 2008: Transfer of Knowledge (TOK), Functional Area Report—Meteorologi-cal Service.

zhanG, x.y., y.Q. WanG, x.c. zhanG, t. niu, s.l. GonG, P. zhao, J.l. Jin y M. yu, 2008: Aerosol monitoring at multiple locations in China: contributions of EC and dust to aerosol light absorption. Tellus B 60B, 647-656.

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Title

Actividades de investigación y desarrollo de la OMM relacionadas con la calidad del aire, el tiempo y el clima, con el fin de beneficiar a Áfricapor André Kamga Foamouhoue1, José María Baldasano2, Emilio Cuevas Agulló3, Aïda Diongue-Niang4, Carlos Pérez García-Pando2, Eugene Poolman5 y Madeleine Thomson6

Introducción

Nuestras capacidades para prede-cir la calidad del aire, el clima y el tiempo han experimentado cam-bios espectaculares (por ejemplo Hollingsworth y otros, 2005; IPCC, 2008; Uppala y otros, 2005). Sin em-bargo, la demanda de predicciones más precisas ha aumentado como consecuencia del crecimiento expo-nencial de la población, del cambio climático y de una sensibilidad cada vez más creciente por parte de la so-ciedad ante los desastres naturales y la mala calidad del aire, a causa de la concentración de las poblaciones en los núcleos urbanos, en las regiones costeras y en los valles fluviales.

Las estrategias de mitigación repre-sentan un desafío concreto para Áfri-ca, con muchas naciones en proceso de desarrollo de las cuales más de 30 se encuentran entre los 49 países me-nos adelantados (PMA) del mundo. Estas naciones cuentan con una capa-cidad limitada de mitigar los desastres naturales que no solo amenazan la se-guridad pública, sino que también ori-ginan ondas de choque que debilitan aún más las economías frágiles. Por ejemplo, las inundaciones asociadas a los ciclones tropicales redujeron la

tasa de crecimiento anual de Mozam-bique del 8 por ciento al 2,1 por ciento en 2000. Las sequías sufridas por la zona oriental de África redujeron el potencial hidroeléctrico de Kenia, aca-rreando la necesidad de un préstamo de urgencia de más de 50 millones de dólares norteamericanos. Además, cada vez preocupan más cuestiones como la mala calidad del aire como consecuencia de la quema de bioma-sa, la arena y el polvo, y la contamina-ción atmosférica.

Por consiguiente, se han producido algunos cambios en la orientación de los Servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales (SMHN) en África, que han pasado de ocuparse fundamentalmente de las observa-ciones meteorológicas a contribuir al desarrollo sostenible por medio de su ayuda en la seguridad pública y en las actividades sensibles desde una perspectiva económica (Afiesi-mama, 2007). Las bases necesarias para llevar a cabo este cambio de orientación son el ingenio y la ini-ciativa de los SMHN, habitualmen-te en asociación con los Miembros de la OMM de fuera de África, que han conducido a un mejor uso de los productos de modelización y a que los modelos de área limitada sean ejecutados a nivel local por parte de

muchos SMHN en África. Este cam-bio paradigmático también viene respaldado por la amplia colabora-ción internacional que se ha desarro-llado bajo los auspicios de la OMM.

El presente artículo describe tres pro-yectos cuya cobertura va desde re-portar beneficios inmediatos a África a través de la mejora del acceso a los productos de predicción del mundo desarrollado (y la utilidad de estos) hasta un plan de investigación y de-sarrollo a 10 años vista destinado a mejorar las capacidades predictivas y de mitigación dentro de África.

Proyecto de demostración de predicciones de fenómenos meteorológicos adversosLas capacidades actuales de los principales centros de predicción numérica del tiempo (PNT) inclu-yen modelos deterministas de alta resolución que ofrecen las mejores estimaciones de la evolución de las condiciones meteorológicas y de los sistemas de predicción por con-juntos (EPS) que tratan de captar el conjunto de posibles resultados y ampliar al radio de acción útil de las predicciones. Estos progresos han supuesto que el plazo de predicción de las alertas relacionadas con fe-nómenos meteorológicos adversos haya pasado de los dos días tradicio-nales con las predicciones rutinarias de utilidad hasta una antelación de cinco días, con proyecciones acerca de la evolución probable varios días antes. Por desgracia, tan solo unos

1 Centro africano de aplicaciones meteorológicas para el desarrollo2 Departamento de ciencias de la Tierra, Centro de supercomputación de Barcelona,

Centro nacional de supercomputación3 Director del Centro de investigación atmosférica de Izaña, Agencia Estatal de

Meteorología4 Dirección de la Meteorología Nacional (Senegal)5 Predictor principal: Reducción de riesgos de desastre, Servicio Meteorológico de

Sudáfrica, Pretoria (Sudáfrica)6 Presidenta del Programa regional para África, Instituto internacional de investigación

sobre el clima y la sociedad (IRI)

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pocos SMHN de las naciones en vías de desarrollo y de los PMA cuentan con un acceso adecuado a los pro-ductos de alta resolución y hacen una amplia utilización de ellos; y aún son menos los países que utilizan los EPS para aumentar estos plazos de previsión.

Para garantizar que los PMA y las naciones en vías de desarrollo tam-bién puedan beneficiarse de los avances revolucionarios de las téc-nicas de predicción, la Comisión de sistemas básicos (CSB) de la OMM puso en marcha el Proyecto de de-mostración de predicciones de fe-nómenos meteorológicos adversos. Entre los objetivos de este proyecto figuran la mejora en la precisión y en el plazo de las predicciones de episodios meteorológicos de tiem-po adverso, la mejora en los plazos

de emisión de alertas relacionadas con estos episodios y la mejora en la coordinación de los SMHN con las autoridades de gestión de emer-gencias tanto antes como después de los episodios.

El proyecto utiliza la red de centros del Sistema mundial de proceso de datos y de predicción (SMPDP), a fin de suministrar productos operativos de última generación a través de un proceso de predicción en cascada (por ejemplo, de los centros mun-diales de producción a los SMHN a través de los centros regionales). El primer subproyecto a nivel regio-nal se llevó a cabo en la zona suro-riental de África, entre los meses de noviembre de 2006 y noviembre de 2007, con el Centro europeo de pre-dicción meteorológica a medio plazo (CEPMMP), los Centros nacionales

de predicción del medio ambiente de los Estados Unidos (NCEP) y el Servicio Meteorológico del Reino Unido haciendo las veces de centros mundiales de productos.

El Centro meteorológico regional es-pecializado (CMRE) de Pretoria (dise-ñado para el Servicio Meteorológico de Sudáfrica) fue el responsable de distribuir los productos PNT y EPS, a través de una página web destinada a tal fin, a cinco SMHN participantes (Botswana, Madagascar, Mozambi-que, República Unida de Tanzania y Zimbabue), quienes mantuvieron el control sobre la decisión definitiva de emitir alertas a sus autoridades de gestión de emergencias. El CMRE de Pretoria también ofreció produc-tos de orientación diaria relacio-nados con la posibilidad de que se produjeran lluvias intensas o fuertes vientos durante los siguientes cinco días, teniendo en cuenta un análisis de todos los productos PNT y EPS disponibles. El CMRE de La Reunión, responsable de las predicciones de ciclones tropicales en la zona sur del océano Índico, mantuvo su funcio-namiento normal y apoyó el proyec-to con el suministro de información valiosa acerca de los ciclones tropi-cales. El proyecto incluía formación para los cinco SMHN participantes, con el fin de mejorar el uso de los productos de asesoramiento y los relacionados con los modelos en la página web del CMRE de Pretoria. El proyecto se está ampliando a la totalidad de los 16 países que com-ponen la zona meridional de África, y debería ponerse de relieve que constituye un modelo útil para los países en vías de desarrollo y para los PMA de cualquier parte del mun-do. Pueden consultarse más detalles de este satisfactorio proyecto en el reciente artículo de Poolman y otros (2008) en la edición de diciembre de MeteoWorld (http://www.wmo.int/pages/publications/meteoworld/in-dex_en.html).

Tormentas de arena y de polvo en África: oportunidades para controlar y predecir mejor el proceso de reducción de riesgos

Cuando los vientos son fuertes, pueden arrastrar grandes cantida-

Aclarando los efectos del tiempo, el clima y las tormentas de arena y polvo sobre los brotes de meningitis en el África centralLas epidemias de meningitis meningocócica en el Sahel provocadas por la bacteria Neisseria meningitides tienen lugar en la parte final de la estación seca, caracterizada por vientos alisios Harmattan, secos y con altas concen-traciones de polvo. ¿Qué es exactamente lo que origina las epidemias de meningitis meningocócica a lo largo y ancho del Sahel? ¿Es posible crear sistemas de alerta temprana que cuenten con unos tiempos de anticipa-ción más prolongados para poder así reaccionar? La complejidad de estas cuestiones amplía el debate entre las ciencias atmosféricas y los colectivos dedicados a la salud. Gracias a los esfuerzos de colaboración de la OMS y de los miembros de las comunidades medioambiental, de salud pública e investigadora se ha conseguido desarrollar el Consorcio para la elaboración de tecnologías de información sobre el riesgo de la meningitis en el medio ambiente (MERIT). El consorcio pretende ampliar las posibilidades actuales con el fin de combinar y utilizar de una forma más eficaz la información medioambiental con el conocimiento de la meningitis meningocócica epi-démica a través de un análisis que incluye información y datos relacionados con la distribución de los casos de meningitis, la población, el medio am-biente y el clima, el estado de vacunación y las características de la cepa.

El polvo, en concreto, es considerado como un candidato importante para su utilización en un sistema de alerta epidémica temprana. Aunque el meca-nismo a través del cual el polvo podría influir en el desencadenamiento de las epidemias de meningitis sigue sin estar claro, la explicación más sencilla del papel que desempeña es que el daño físico que ocasiona a las células epiteliales que recubren la nariz y la garganta, junto con unas condiciones secas y con presencia de polvo, permite que la bacteria pueda acceder fácil-mente al torrente sanguíneo. Unas predicciones más precisas de la estación seca del Sahel, por lo que respecta tanto a las condiciones climáticas como a las concentraciones de polvo, podrían resultar importantes a la hora de establecer alertas tempranas de epidemias de meningitis. Cabe esperar que el enfoque dado por el MERIT tenga consecuencias inmediatas en los resul-tados de la salud pública en África a través del aumento en la eficacia de las estrategias de prevención y lucha contra la meningitis.

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des de arena y polvo desde suelos desnudos y secos, y transportarlas en el seno de la atmósfera, afectan-do a regiones situadas a cientos o miles de kilómetros de distancia. Cada año, se expulsan de esta ma-nera entre 1 000 y 3 000 Tg de polvo desde las regiones fuente. El desier-to del Sahara constituye la mayor fuente de aerosoles de polvo mine-ral, aportando alrededor del 50-70 por ciento del polvo proyectado en todo el mundo. Tanto para los paí-ses saharianos como para los que se encuentran expuestos a los vien-tos que provienen del Sahara, el polvo y la arena transportados por el aire representan un serio peligro para el medio ambiente, para los bienes y para la salud humana. El polvo sahariano también desempe-ña un importante papel en el clima y en las condiciones meteorológicas como consecuencia de sus impac-tos directos (forzamiento radiativo) e indirectos (nubes, precipitaciones) sobre la atmósfera.

A principios de la década de 1990 se comprendió que, si se incluían las concentraciones de polvo como variables predictivas en los mode-los de PNT, podrían llevarse a cabo predicciones acertadas de los pro-cesos relacionados con la presencia de polvo en la atmósfera (emisión, mezcla turbulenta y deposición). En 1993 se realizó una primera predic-ción experimental de la concentra-ción de polvo para el norte de África y el Mediterráneo. Sin embargo, la modelización con un componente preciso de concentración de polvo no podría llevarse a cabo sin las observaciones pertinentes. A princi-pios de los años noventa tan solo se contaba con las observaciones si-nópticas de la visibilidad y con imá-genes poco precisas del Meteosat que señalaban la presencia de pol-vo sobre el mar, para poder validar las predicciones relacionadas con el polvo. Han sido muchos los proyec-tos e iniciativas posteriores que se han lanzado a fin de mejorar nuestro conocimiento del proceso al que se ve sometido el polvo y los impactos del mismo sobre África, entre los que se encuentran aspectos del pe-ríodo de observaciones especiales relacionado con el Análisis multidis-ciplinario del monzón africano, del Experimento sobre el polvo mineral del Sahara y del Experimento del polvo de Bodélé 2005 (la depresión

de Bodélé está considerada como la zona exclusiva de origen de polvo más vasta del Sahara).

La modelización del polvo y sus me-didas conexas han progresado no-tablemente durante los últimos 15 años. Hoy en día existen varios mo-delos avanzados de polvo atmos-férico que generan predicciones experimentales diarias; también hay otros muchos modelos utiliza-dos para la investigación científica, entre los que figuran modelos con una resolución muy alta. Algunos de los productos de satélite más recientes de la NASA (MODIS, CA-LIPSO, etc.) y de la Agencia espa-cial europea (Meteosat de segunda generación) pueden detectar el pol-vo por encima de la región del Sa-hara en modos de alta resolución y observar su estructura vertical. También existen otras actividades complementarias relacionadas con la observación de las concentracio-nes de polvo, como son las redes lidar (GALION), la fotometría solar (VAG, AERONET-PHOTONS, SKY-NET) y las redes de observación de la materia particulada. Hay seis mo-delos de predicción de polvo que suelen aplicarse sobre las regiones de África y del Mediterráneo, gene-rando productos a los que se pue-de acceder públicamente.

Quince países de la zona han mos-trado su interés por mejorar sus ca-pacidades para predecir y compren-der los procesos relacionados con el polvo. Como respuesta a este inte-rés, y con el apoyo del Decimocuarto Congreso meteorológico mundial, la

Secretaría de la OMM lanzó en 2007 el Sistema de alerta y evaluación de las tormentas de arena y polvo (SDS-WAS) como un proyecto conjunto del Programa mundial de investigación meteorológica (PMIM) y de la Vigi-lancia de la atmósfera global (VAG) bajo los auspicios de la Comisión de ciencias atmosféricas de la OMM. La misión del sistema SDS-WAS no es otra que mejorar la capacidad de los países para que estos puedan fa-cilitar predicciones, observaciones, información y conocimientos de ca-lidad relacionados con las tormentas de arena y de polvo en el momento oportuno a los usuarios pertinentes a través de una asociación internacio-nal de comunidades de investigación y operativas. Los productos del SDS se crearán y facilitarán a los usua-rios a través de internet, con el fin de obtener los mismos resultados de los diversos modelos participantes, presentados en formatos idénticos, sobre un solo dominio acordado de manera uniforme. El proyecto tam-bién incluirá un sistema de verifica-ción en tiempo casi real. La creación de capacidad será uno de los princi-pales componentes del Centro regio-nal en África, a fin de mejorar tanto la tecnología de observación como las posibilidades de los países para utilizar las observaciones y los pro-ductos de predicción del SDS y así hacer frente a las necesidades de sus sociedades. Los sistemas SDS-WAS y MERIT también son actividades del GEO destinadas a facilitar la creación de capacidad.

España alberga un centro regional del sistema SDS-WAS para el norte

SDS-WAS de la OMM

Nodo regional 1

Nodo regional 2

Nodo regional n

...

Centro regional 1

Socio 1

Socio 2Socio 3 Socio 4

Socio 5

...

Socio n

Figura 1 — La red internacional del SDS-WAS constituida por nodos federados asistidos por centros regionales

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de África, Oriente Medio y Europa. Este nodo regional ha suministrado generosamente personal de apoyo técnico, así como servicios de al-macenamiento de datos y presta-ciones web, con la posibilidad de utilizar recursos informáticos loca-les de alto rendimiento. Para poder hacer frente a las necesidades del usuario, el Centro regional situado en España ya ofrece diariamente productos de predicción relativos al polvo en la región septentrional de África (www.bsc.es/projects/earthscience/DREAM/). El grupo ejecutivo de esta región se reunió en Cartago (Túnez) en noviembre de 2008, con el fin de desarrollar un sistema en tiempo casi real en 2010 y de comenzar el proceso de solicitar la participación formal de los centros de modelización ope-rativa y de investigación. Tanto los usuarios nacionales como las organizaciones internacionales serán consultados durante la fase de desarrollo de productos y he-rramientas útiles. Este esfuerzo a nivel regional también incluye un producto de reanálisis a 40 años, que contiene una base de datos histórica de predicciones de polvo, con el fin de desarrollar herramien-tas climatológicas y de apoyar a diversas aplicaciones, como por ejemplo las destinadas al ámbito de la salud (véase el cuadro de la página 42). La Administración Me-teorológica China acoge un segun-do centro regional para Asia. La coordinación entre ambos centros regionales se garantiza por medio del Comité ejecutivo del sistema SDS-WAS de la OMM.

Reducción de los impactos relacionados con los desastres naturales y contribución a la seguridad alimentaria en África

Son muchos los desafíos que se pre-sentan en África en relación con la calidad del aire, el tiempo y el clima (OMM, 2008). África cuenta con una población de varios cientos de mi-llones de personas, que ejercen una presión importante sobre los recur-sos, el suministro y la demanda de alimentos, especialmente en los lí-mites de los desiertos. Asimismo, el

continente africano se encuentra en-tre las regiones más vulnerables del mundo ante la posibilidad de sufrir desastres hidrometeorológicos. Los sistemas de observación y modeliza-ción existentes en la zona tienen de-ficiencias relativamente importantes y, además, la debilidad de la infra-estructura de comunicaciones en la mayor parte de países africanos ha originado una barrera a la hora de di-fundir los productos derivados de la predicción. Estos desafíos implican la posibilidad de obtener grandes beneficios si se logra desarrollar una estrategia a largo plazo encaminada a mejorar no solo la capacidad de predicción de los modelos, sino tam-bién las infraestructuras, los medios científicos y la experiencia técnica en África. Estos progresos permitirían

Figura 2 — Dominio propuesto para el nodo de África del Norte, Europa y Oriente Medio relativo al proyecto SDS-WAS

Estrés hídrico y escasez de agua dulce en 2025

Costa de Marfil

Níger

Benín

Sudán

SenegalMauritania

Mozambique

UgandaGhana

Togo

NigeriaMadagascar

Burkina Faso

Tanzania

Zimbabue

Etiopía

Lesotho

Mauricio

Comoras

Sudáfrica

Somalia

Malaui

RuandaBurundi

Kenia

Cabo VerdeYibuti

Egipto

Escasez Estrés Vulnerabilidad

2 0000 1 000 3 000 4 000 5 000 6 000

Source: United Nations Economic Commission for Africa (UNECA), Addis Abeba ; Global Environment Outlook 2000 (GEO), UNEP, Earthscan, London, 1999.

m3

Disponibilidad de agua

en 1990en 2025

Disponibilidad de agua por habitante

Escasez de aguamenos de 1 000 m3/persona/añoEstrés hídrico1 000 a 1 700 m3/persona/añoVulnerabilidad hídrica1 700 a 2 500 m3/persona/año

Escasez

Estrés

UNEP

G R I DA r e n d a l MAYO 2002

DELPHINE DIGOUTBASADO EN UN BOSQUEJO DE PHILIPPE REKACEWICZ

Figura 3 — Disponibilidad de agua en África para 1990 y 2025

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que los africanos pudieran desem-peñar un papel mucho más impor-tante en el desarrollo e implantación de las mejoras en la predicción, así como a la hora de mitigar los efec-tos perjudiciales de los fenómenos meteorológicos, la calidad del aire y el cambio climático y de reaccionar ante ellos.

El programa THORPEX (Experimento de investigación y predictibilidad del sistema de observación) del PMIM de la OMM ha desarrollado un am-bicioso plan a 10 años dirigido a ayudar a conseguir estas mejoras. El THORPEX fue creado en 2003 por el Decimocuarto Congreso meteo-rológico mundial como un progra-ma internacional de investigación y desarrollo de 10 años de duración, centrado en la investigación que per-mitiría, por un lado, acelerar las me-joras en la exactitud de las prediccio-nes de un día a dos semanas vista relativas a los fenómenos meteoro-lógicos de gran impacto y, por otro lado, dar cuenta de los beneficios sociales, económicos y medioam-

bientales asociados a la mejora de las predicciones (Shapiro y Thorpe, 2004; THORPEX/International Core Steering Committee, 2005). En 2006 y 2007 se desarrolló el plan científico para África del PMIM-THORPEX, tras las reuniones de planificación cele-bradas en Uagadugú (Burkina Faso) y en Karlsruhe (Alemania), en febre-ro y en noviembre de 2007, respec-tivamente. Se desarrolló un plan de ejecución basado en el plan científi-co, con una tercera reunión de pla-nificación para África del programa PMIM/THORPEX en Pretoria (Sudá-frica), con el fin de acordar una vi-sión final. Estas tres reuniones cons-tituyen las piedras angulares de los planes científicos y de ejecución del programa THORPEX para África y de la creación de un Comité regional.

Los esfuerzos desplegados por el programa THORPEX para África con-tribuirán a alcanzar los objetivos de desarrollo acordados en las confe-rencias y cumbres de las Naciones Unidas (por ejemplo, la Cumbre mundial sobre el desarrollo soste-

nible, celebrada en Johannesburgo (Sudáfrica) en 2002; o la Conferencia de la OMM sobre “Condiciones de vida seguras y sostenibles: benefi-cios sociales y económicos de los servicios meteorológicos, climáticos e hidrológicos”, celebrada en Madrid en 2007). El programa fue desarro-llado por investigadores africanos para África. La versión actual de estos planes será revisada por los SMHN y por otros posibles partici-pantes a principios de 2009, y des-embocará en una versión definitiva del plan prevista para el verano de 2009. El plan THORPEX para África hace especial hincapié en las acti-vidades que contribuyen a aportar beneficios sociales y en la utilización de los avances en los modelos deter-ministas EPS. Este plan se adapta a las necesidades de los usuarios y se centra en los siguientes ámbitos de aplicación fundamentales:

Gestión de los recursos hídricos: la vulnerabilidad, el estrés y la esca-sez del agua son impedimentos de cara a garantizar un desarrollo se-guro y sostenible de muchos países africanos. El programa THORPEX contribuirá a gestionar los recursos hídricos de una manera integrada al mejorar la calidad de predicciones y alertas de episodios de lluvias fuer-tes e inundaciones.

Seguridad alimentaria: la mayor par-te de los países africanos ha pasado por situaciones de desnutrición, es-casez de alimentos o hambrunas a lo largo de las últimas décadas. El Sis-tema de alerta temprana para casos de hambruna (FEWS) del USAID, que ya funciona en África, trabajará es-trechamente con el programa THOR-PEX para África con el fin de verificar los sistemas de predicción avanzada dirigidos a mejorar las alertas tem-pranas con predicciones integradas que varían de unos días a una esta-ción, mientras que el Consorcio para la investigación económica en África evaluará los daños causados por los episodios meteorológicos de gran impacto que han tenido lugar en el pasado por lo que respecta a la se-guridad alimentaria, y desarrollará herramientas para estimar los bene-ficios adicionales.

Energía: los fenómenos meteoroló-gicos peligrosos contribuyen a agra-var la penuria energética en África,

0 500 km

Ghana

NigeriaTogo

Burundi

KeniaUganda

Ruanda

Tanzania

CamerúnRep.

Centrofricana

CongoGabón

GuineaEcuatorial

Santo Toméy Príncipe

RepúblicaDemocráticadel Congo

Yibuti

EtiopíaSomalia

Egipto

Sudán

Angola Malaui

MozambiqueZambia

Zimbabue

Sudáfrica

Botswana

Lesotho

Namibia

Swazilandia

Comoras

Madagascar

Eritrea

ArgeliaLibia

Marruecos Túnez

BurkinaFaso

MaliMauritania

Níger ChadGambia

GuineaGuinea-Bissau

Liberia

Senegal

SierraLeona

BenínCosta de

Marfil

SáharaOccidental

Somalilandia

Halaïb

IndianOcean

Casamance

Touaregs

Mayotte(Francia)

Fuentes: Mapa creado originalmente por Sylvie Brunel y Cécile Marin. Human Development Report, PNUD; Ramsès, 1994, Dunod; Total Call of the HCR Examination of the Programs, HCR, 2001; The State of Food Insecurity in the World, FAO, Rome, 1999; Populations en danger, Médecins sans frontières - Lepac, La Découverte, 1995; Interventions, Action internationale contre la faim, 1994; Le Monde peut-il nourrir le monde?, Les Clés de la planète, hors-série nº 1, Croissance, Paris, 1998.

Principales zonas de hambrunas durante los últimos treinta años

Escasez de alimentos

Desnutrición crónica(menos de 2 300 calorías diarias por habitante, en 1995-1997)

Principales conflictos en los años 90

JUNIO 2002PHILIPPE REKACEWICZ

Figura 4 — Desnutrición y escasez de alimentos en África

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puesto que dañan las infraestructuras de producción y distribución, redu-ciendo así el suministro e incremen-tando la demanda. Esta escasez ener-gética ha aumentado en el continente africano durante el último decenio, por lo que THORPEX África prevé co-laborar con las principales empresas energéticas para desarrollar y poner de manifiesto unas estimaciones me-jores del suministro, la demanda y la información de alerta temprana.

Transporte: una importante fuente de ingresos para la mayor parte de los SMHN africanos son los servi-cios que se prestan a la aviación. El PMIM/THORPEX permitirá aportar mejoras adicionales a estos servi-cios meteorológicos, manteniendo y reforzando así la confianza y la noto-riedad de los SMHN, y facilitando de este modo el desarrollo y la implan-tación del proyecto AMDAR-África.

Salud: la malaria, la meningitis, la fiebre del Valle del Rift y el cólera se encuentran entre las enfermedades provocadas por las condiciones me-teorológicas y climáticas que azotan a los países africanos. La colabora-ción instaurada entre la OMM y la OMS para poner en marcha el pro-yecto MERIT (véase el cuadro de la página 42) constituye un marco de referencia apropiado para implicar a la comunidad relacionada con la salud en la realización de estudios orientados a comprender mejor las relaciones que existen entre la salud y el tiempo o el clima, y a mejorar la preparación y los planes de respues-ta frente a epidemias.

Desde aquí hacemos un llamamien-to para que el lector interesado con-sulte en la página web (http://www.wmo.int/thorpex) los planes cien-tíficos y de implantación en su ver-sión completa y para que formule comentarios al respecto. Algunos de los aspectos destacados del plan de implantación PMIM/THORPEX para África son:

• Mejorar el uso de las tecnolo-gías de observación disponibles, incluyendo la teledetección por satélite, evaluar el rendimiento de las redes de observación ope-rativas y especiales por lo que respecta a la calidad de la predic-ción, y facilitar recomendaciones a la Comisión de sistemas bási-cos de la OMM a fin de lograr una red de observación óptima y de bajo coste, desde la perspectiva de los fenómenos meteorológi-cos de gran impacto.

• Se desarrollará un sistema de información meteorológica para África en colaboración con el Centro internacional de física teórica de la UNESCO con la identificación de fenómenos meteorológicos de gran impac-to, datos acerca de los efectos en cuestión, y herramientas y métodos de análisis. Esto facili-tará la aplicación de iniciativas conjuntas entre los científicos de los ámbitos socioeconómico, medioambiental y de predicción para desarrollar productos y servicios integrales. En 2009 se celebrará un cursillo para definir

el contenido de este sistema. En una iniciativa posterior se defi-nirán las técnicas de predicción que ayuden a aislar los puntos débiles de la cadena de activida-des, desde la predicción de los modelos hasta la utilización de la información meteorológica.

• THORPEX África contribuirá a establecer un sistema de predic-ción integrado sin interrupciones en África que utilice productos deterministas y EPS para plazos de previsión que vayan desde días hasta estaciones o décadas. Esta actividad comenzará por la identificación de los productos existentes con arreglo a escalas temporales diarias, semanales, bisemanales y mensuales en centros de carácter global, y pro-cederá a evaluar su disponibili-dad, calidad, utilidad y posible valor añadido.

• Desde una perspectiva del usua-rio se llevarán a cabo la verifica-ción de predicciones así como evaluaciones de daños, pérdidas y rentabilidad, mientras que en el marco de una asociación con la comunidad de investigación socioeconómica se desarrolla-rán los esquemas de evaluación de rentabilidad.

• Conforme a lo acordado en el plan de acción de Madrid (mar-zo de 2007) y en el programa de acción de Bruselas para los PMA adoptado por la tercera Confe-rencia de las Naciones Unidas re-lativa a los PMA (mayo de 2001), se han planificado proyectos de demostración de predicciones, actividades de formación y otras actividades de creación de ca-pacidad y desarrollo de infraes-tructuras. Estos proyectos de de-mostración deberían incluir los sistemas EPS y la última gene-ración de sistemas de predicción determinista de alta resolución, así como servicios destinados a las aplicaciones del satélite (por ejemplo, EUMESAT-Meteosat de segunda generación). Estos esfuerzos mejorarán el nivel li-mitado de conocimientos de los SMHN de algunos países en la medida que esa circunstancia re-presenta un impedimento para

[...] se han producido algunos cambios en la orientación de los Servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales en África, que han pasado de ocuparse fundamentalmente de las observaciones meteorológicas a contribuir al desarrollo sostenible por medio de su ayuda en la seguridad pública y en las actividades sensibles desde una perspectiva económica.

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la contratación y el desarrollo del personal.

• El programa PMIM/THORPEX África colaborará con la Vigilan-cia meteorológica mundial y el Sistema de información de la OMM para evaluar los puntos fuertes y débiles del Sistema mundial de telecomunicación en África, y para desarrollar y eje-cutar un proyecto de telecomu-nicaciones para interconectar los laboratorios universitarios africanos, los institutos de inves-tigación, los SMHN y los centros regionales e internacionales de datos, así como para intercam-biar métodos, herramientas y productos. Tamaño esfuer-zo tomará en consideración el cambio de las comunicaciones hacia sistemas como internet o los teléfonos móviles, así como la consolidación de los nuevos usos de los recursos de comuni-cación a nivel local.

Comentarios finales

Este artículo destaca tres iniciativas internacionales coordinadas por la OMM y dirigidas a beneficiar a la so-ciedad africana a través de la mejora de sus capacidades de predicción. La primera iniciativa es el Proyecto de demostración de predicciones de fenómenos meteorológicos adver-sos. Un aspecto interesante de este proyecto es el uso del concepto de predicción en cascada para dotar al mundo en vías de desarrollo de ca-pacidades de predicción operativa a la vanguardia de la tecnología y con un coste relativamente bajo. El segundo proyecto es el Sistema de alerta y evaluación de las tormentas de arena y polvo (SDS-WAS), que está consiguiendo que se disponga de una nueva capacidad de predic-

ción en África. También guarda estre-cha relación con los usuarios finales y sirve de pilar de cara a la mejora de los modelos, el desarrollo de pro-ductos y la creación de nuevas capa-cidades de predicción por conjuntos de las tormentas de arena y polvo. El proyecto se ha beneficiado de los recursos nacionales para poder esta-blecer un centro en España, así como de la cooperación entre socios.

El tercer proyecto, THORPEX-África, corresponde a una perspectiva a largo plazo dirigida a mejorar las capacidades de predicción e investi-gación dentro de África en contrapo-sición a los intentos anteriores, que se centraban más profundamente en las capacidades existentes fuera de este continente. Un proyecto de desarrollo a largo plazo requiere el compromiso de los SMHN y de los usuarios africanos de los produc-tos de predicción medioambiental. Incluso con la gran contribución ya asumida de casi todos los compo-nentes de la OMM, resulta necesario llevar a cabo un esfuerzo coordina-do para generar recursos y así hacer que la idea del programa THORPEX-África se convierta en una realidad. La reciente creación de THORPEX-África como una tarea del Grupo de observación de la Tierra supone un paso en la movilización de recursos, así como de cara a fortalecer los vín-culos con los usuarios finales y las ventajas para los mismos. El presen-te artículo pretende obtener reaccio-nes de la gran comunidad africana y de otros socios para poner en prácti-ca esta idea.

Agradecimientos

Queremos dar las gracias a todos los participantes, puesto que, sin sus con-tribuciones, estos esfuerzos por parte de la OMM para el bien de África no serían posibles.

Referencias

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WMO [OMM], 2007: The Madrid state-ment and action plan. International Conference on Secure and Sustaina-ble Living: Social and Economic Be-nefits of Weather, Climate and Water Services. http://www.wmo.int/pages/themes/wmoprod/documents/ma-drid07_ActionPlan_web_E.pdf.

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Title

Calidad del aire, condiciones meteorológicas y climáticas en Ciudad de Méxicopor Luisa T. Molina1, Benjamin de Foy2, Óscar Vázquez Martínez3 y Víctor Hugo Páramo Figueroa3

El Área metropolitana de la Ciudad de México (AMCM) constituye una de las megalópolis más grandes del mundo, con una población estimada en 20 millones de habitantes, que viven en el lecho seco del lago Tex-coco y sus inmediaciones. La cuenca interna se encuentra a una altitud de 2 240 metros sobre el nivel del mar, y está rodeada en tres de sus lados por montañas y volcanes, con una abertura hacia la meseta mexicana en el norte y una interrupción en la continuidad montañosa en el sures-te. Con un diámetro de unos 50 km y un espacio limitado para su amplia-ción, el AMCM cuenta con una eleva-da densidad de población y un alto índice de actividades industriales y comerciales (Figura 1). Representa alrededor del 20 por ciento de la po-blación de México y el 9 por ciento de sus emisiones de gases de efecto invernadero, con vertidos equiva-lentes a 60 millones de toneladas de dióxido de carbono al año.

Estrategias y tendencias de cara a la gestión de la calidad del aireDurante el siglo XX, Ciudad de Méxi-co experimentó un gran incremento en población y de zonas urbaniza-das, puesto que hasta ella llegaron inmigrantes procedentes de otros lu-gares del país, y la industrialización estimuló el crecimiento económico (Figura 2). El crecimiento demográ-

fico, una motorización y actividades industriales cada vez mayores, una cuenca limitada y un elevado índice de radiación solar se han aliado para ocasionar importantes problemas en la calidad del aire, relacionados con agentes contaminantes primarios y secundarios. La red automática de control de la calidad del aire, creada a finales de la década de 1980, reveló elevadas concentraciones de todas las clases de los principales agentes contaminantes: plomo, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, ozono y materia

particulada (PM). El ozono superaba los niveles aceptables de calidad del aire en más del 90 por ciento de los días y marcaba máximos por encima de 300 partes por mil millones (casi el triple del nivel estándar) entre 40 y 50 días al año: una de las peores cifras del mundo (Molina y Molina, 2002).

Tanto el gobierno mexicano como los ciudadanos de Ciudad de México han admitido que la contaminación atmosférica representa una gran preocupación medioambiental y social desde mediados de los años ochenta. En la década de 1990 se de-sarrollaron y aplicaron exhaustivos programas de gestión de la calidad del aire. Entre las acciones concretas

1 Centro Molina de energía y medio ambiente, California, e Instituto tecnológico de Massachusetts, Massachusetts (Estados Unidos)

2 Universidad de San Luis, San Luis, Missouri (Estados Unidos)3 Secretaría de medio ambiente, Gobierno del Distrito Federal (México)

Figura 1 — Vista aérea de Ciudad de MéxicoL.

T. M

olin

a

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llevadas a cabo figuraban la elimina-ción del plomo en las gasolinas y la implantación de conversores catalíti-cos en los automóviles, la reducción del contenido de azufre en el com-bustible diésel de los transportes, la sustitución del gasóleo por gas na-tural en la industria y en las centra-les eléctricas, y la reformulación del gas licuado de petróleo utilizado en calefacciones y cocinas. El gobierno también endureció las inspecciones a los vehículos y el programa de mantenimiento: los vehículos tenían que revisarse con arreglo a un sis-tema centralizado, y era necesario realizar inspecciones más frecuentes en el caso de los vehículos con unos índices de emisión mayores, como incentivo encaminado a promover la renovación del parque automovilísti-co y a ayudar a garantizar el mante-nimiento adecuado de los vehículos. Además, la puesta en práctica del “Hoy no circula”, que hacía que los vehículos privados no circularan du-rante un día a la semana, ha resulta-do eficaz a la hora de modernizar el parque automovilístico, eximiendo a

los vehículos de bajas emisiones de atenerse a esa regla.

Como resultado de estas acciones reguladoras y en combinación con el cambio tecnológico, las concen-traciones de los principales agentes contaminantes han ido reduciéndo-se durante la última década, a pesar del continuo crecimiento de la pobla-ción y de la actividad económica (Fi-gura 3). Sin embargo, los niveles de Ciudad de México en lo que respecta a materia particulada y ozono siguen superando los valores recomenda-dos por la Organización Mundial de la Salud.

La Comisión ambiental metropolita-na (CAM), un organismo que invo-lucra a varias agencias y en el que tienen cabida las autoridades medio-ambientales del gobierno federal, del Estado de México y del Distrito Fede-ral, se creó a mediados de los años noventa con la intención de coor- dinar las políticas y los programas que se desarrollan en el área metro-politana. El actual programa de ges-

tión de la calidad del aire, PROAIRE 2002-2010, incluye varias medidas nuevas para aumentar aún más esa calidad y recoge una mayor cantidad de datos de observación a fin de me-jorar el inventario de emisiones del AMCM (Molina y Molina, 2002; CAM, 2002). En 2003 se llevó a cabo una gran campaña de medidas sobre el terreno, financiada por la CAM (Mo-lina y otros, 2007) y, en 2006, Ciudad de México fue seleccionada como caso de estudio para el programa MILAGRO (Iniciativa de megaciu-dad: observaciones de investigación local y global), un proyecto científico internacional encaminado a inves-tigar el caudal de emisiones proce-dentes de una megalópolis (Molina y otros, 2008). Estos estudios sobre el terreno han permitido disponer de conjuntos exhaustivos de datos diri-gidos a actualizar y mejorar el inven-tario de emisiones, y también de los procesos químicos, de dispersión y de transporte de los agentes conta-minantes emitidos a la atmósfera del AMCM, además de sus impactos a escala regional y mundial.

Una de las medidas importantes del programa PROAIRE 2002-2010 se centra en el sector del transporte, la fuente más importante de con-taminantes vertidos a la atmósfera del AMCM. Ciudad de México ha adoptado hace poco el sistema de autobús de tránsito rápido, diseñado inicialmente para la ciudad de Curi-tiba (Brasil), e implantado con éxito en Bogotá (Colombia), donde el es-pacio principal de las carreteras fue asignado a los autobuses de gran capacidad y bajas emisiones. Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la SEMARNAT-INE puso de manifiesto que la exposi-ción al monóxido de carbono, a los hidrocarburos y a la materia particu-lada por parte de las personas que diariamente se desplazaban a su lugar de trabajo se había reducido aproximadamente en un 50 por cien-to cuando los populares minibuses de 22 plazas movidos por gasolina fueron sustituidos por modernos au-tobuses tipo diésel (Metrobús), que se desplazaban por un carril cerrado o destinado al tráfico de los mismos (Wöhrnschimmel y otros, 2008). Este estudio corroboró las conclusiones de Bogotá en el sentido de que el sistema de autobuses de tránsito rá-pido puede reducir simultáneamen-

Límite del área metropolitanaLímite del Distrito FederalLímite del EstadoLímite municipal (Estado de México)

1910 1930 1950 1970 2000

Figura 2 — Mapa topográfico de la expansión urbana correspondiente al área metropolitana de la Ciudad de México

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te la concentración de agentes con-taminantes regulados por la EPA, las emisiones de gases de efecto inver-nadero, los niveles de exposición de las personas que viajan diariamente a su lugar de trabajo y el tiempo de desplazamiento.

El gobierno también ha incrementado sus esfuerzos para animar a la parti-cipación pública y a la implicación de las partes interesadas. La información sobre los niveles de calidad del aire y las nuevas iniciativas puede consul-tarse en internet (www.sma.df.gob.mx/simat/) y está publicada en los medios de comunicación.

MeteorologíaSi exceptuamos la contaminación at-mosférica, el área metropolitana de la Ciudad de México tiene un clima ideal: una estación fresca y seca en-tre noviembre y febrero, seguida por

un período cálido y seco hasta abril, y una estación lluviosa desde mayo hasta octubre. Las temperaturas son moderadas y la humedad es baja. Gracias al efecto pantalla ejercido por las cadenas montañosas en casi todos los lados, los vientos suelen ser débiles dentro de la cuenca. Por lo que respecta a los contaminantes atmosféricos, la estación fresca pre-senta fuertes inversiones en superfi-cie y picos más elevados de conta-minantes primarios por la mañana, mientras que la estación cálida po-see un mayor índice de radiación ul-travioleta y, en consecuencia, mayor presencia de esmog. Unas condicio-nes más secas originan un aumen-to de la concentración de aerosoles como consecuencia del polvo y de la quema de biomasa. La estación de lluvias cuenta con un menor índice de partículas de PM10 y de monóxido de carbono, pero sigue presentando elevados niveles de ozono como con-secuencia de una intensa actividad fotoquímica antes de los chaparro-

nes vespertinos. Por tanto, la preo- cupación por la calidad del aire es una constante durante todo el año.

Parte del problema reside en las con-diciones meteorológicas. Los suaves vientos y las fuertes inversiones tér-micas durante la noche conducen a la aparición de altas concentraciones de agentes contaminantes primarios en la hora punta y a lo largo de la mañana. Por tratarse de una latitud baja (20ºN), el forzamiento sinóptico es débil y las condiciones meteoro-lógicas se ven fuertemente influidas por los vientos de montaña y valle existentes en la cuenca. La circula-ción habitual en una estación cálida comienza con la aparición de vientos catabáticos suaves en la cuenca, que vienen seguidos por un crecimiento muy rápido de la capa límite hasta alturas máximas de 2 a 4 km a pri-meras horas de la tarde. Un viento canalizado accede a la cuenca desde el sureste y crea una línea de conver-gencia a través del AMCM (véase la Figura 4). El momento en el que se presenta este flujo canalizado deter-mina la localización y la magnitud de las concentraciones máximas de ozono (de Foy y otros, 2008).

Con la presencia de estos vientos débiles y de un intenso esmog, re-sulta tentador comparar el caso del AMCM con el de Los Ángeles. En Los Ángeles, los sistemas estables de altas presiones con subsidencia del aire dan lugar a una acumulación de contaminantes y de episodios de niveles máximos de esmog durante múltiples días. En el AMCM, las si-mulaciones de las trayectorias de las partículas muestran que el rápido crecimiento de la capa límite origina una mezcla vertical eficaz. Cuando la línea de convergencia se mueve ha-cia el noreste, la masa de aire es des-plazada de la cuenca a través de los vientos de altura. Por consiguiente, la recirculación de los contaminan-tes en el interior de la cuenca se ha-lla limitada, así como su persisten-cia de un día para otro. De hecho, el AMCM se asemeja más a Houston, donde la masa de aire contaminado se desplaza hacia el mar por la ma-ñana y es transportada de nuevo so-bre la ciudad por la brisa marina de la tarde (Banta y otros, 2005).

Desde el punto de vista climático, la serie de temperatura de 100 años del observatorio meteorológico muestra

Población

Vehículos

Consumo de energía

Sector del transporte

Ozono (media anual del máximo diario)

1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006

1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006

1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006

1990 1992 1994 1996 1998 2000 20032002 2004 2006

Año

Año

Año

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20

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200

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0

Figura 3 — Tendencias de la población, el parque automovilístico, el consumo de energía y la concentración de ozono en el Área Metropolitana de la Ciudad de México (1990-2006)

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un leve descenso durante la prime-ra mitad del siglo, seguido por un fuerte incremento hasta el momento actual de entre 2 y 4 ºC. También se ha producido un aumento en el nú-mero y en la duración de las olas de calor en el AMCM. Las simulaciones numéricas del cambio en el uso de la tierra sugieren que hasta un 75% del mismo podría atribuirse al efecto de isla de calor urbana y el resto, al cam-bio climático. Los estudios relativos a esta isla de calor ponen de mani-fiesto que podría interactuar con los vientos de montaña y valle e influir en los flujos catabáticos nocturnos y en la ventilación vespertina.

Las precipitaciones han experimen-tado una tendencia aún más pronun-ciada que la temperatura durante el último siglo (véase la Figura 5). La precipitación anual en el observato-rio ha aumentado en un 50 por cien-to. Mientras que a principios de siglo se registraba una media de entre 0 y 3 días al año con episodios extremos (más de 30 mm/día), en las últimas décadas esta frecuencia ha pasado a ser de entre 5 y 10 días al año. Aún no se conoce bien en qué medida puede atribuirse este cambio a la isla de calor urbana y en qué proporción, al cambio climático.

Plan de acción frente al cambio climáticoEl Plan de acción frente al cambio climático del AMCM (Acción Cli-mática), diseñado para el período 2008-2012, consta de 26 medidas de reducción de las emisiones, 12 me-didas de adaptación y seis medidas

de información y sensibilización, con un presupuesto total de casi seis mil millones de $ EEUU. Este proyec-to se inició con el apoyo del Banco Mundial, se desarrolló a través de un análisis de costes, beneficios, obstá-culos e impactos y concluyó con la consulta pública y el establecimien-to de un consenso entre 32 organiza-ciones gubernamentales. El objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el equivalente a 7 millones de toneladas de dióxido de carbono durante el período que va de 2008 a 2012, así como contar con un plan de adaptación listo para 2012.

Las principales medidas destinadas a la reducción de emisiones están relacionadas con los proyectos de captura de biogás y los de gestión de residuos. A continuación nos en-

contramos, en el sector del trans-porte, con los casos del transporte público para escolares, una nueva línea de metro, hasta 10 nuevas lí-neas de Metrobús y rutas especiales para el transporte. Estas medidas se complementan con proyectos para renovar la flota de taxis y autobuses de capacidad media, con medidas de inspección y mantenimiento de vehículos, y con la modernización y renovación de las estaciones. En el sector residencial, resulta especial-mente rentable iluminar de forma eficaz los domicilios privados. Se adoptarán medidas adicionales para racionalizar el uso de la energía re-sidencial y de los recursos hídricos, así como el desarrollo sostenible de las viviendas. Se fomentará la efica-cia energética a través de proyectos destinados a tal fin en agencias gu-bernamentales y en los sectores de servicios públicos. Entre estas medi-das adicionales se incluyen algunos proyectos de generación de energías renovables y centros de reciclado.

La adaptación a un incremento en las precipitaciones y a los episodios ex-tremos consistirá en una mejor ges-tión de las crecidas a través del desa-rrollo de compuertas de inundación y sistemas de alerta. Los proyectos de desarrollo rural promoverán la conservación del terreno y de los re-cursos hídricos, así como la refores-tación y la protección de los cultivos. Además, se incluirá el control de las cosechas modificadas genéticamen-te, el fomento de la agricultura or-gánica, la plantación de especies de árboles resistentes al cambio climá-

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1990

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Año

Milí

met

ros/

año

Figura 5 — Tendencias históricas de la precipitación en un observatorio meteorológico del AMCM

Figura 4 — Modelo conceptual de circulación en un día de la estación cálida. Los vientos en superficie procedentes del norte se encuentran con el viento canalizado del sur (rojo) y forman una línea de convergencia (rosa). La mezcla vertical origina una ventilación de la cuenca como consecuencia de los vientos de altura del oeste (azul). Imagen del MODIS con colores reales proyectada sobre un modelo con elevación del terreno (escala vertical exagerada).

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tico y la creación de tejados verdes. La adaptación ante un incremento en las temperaturas se centrará en la teledetección y en el control de los incendios forestales y en un sistema de control epidemiológico para las poblaciones vulnerables.

Los proyectos de información y sensibilización incluyen un progra-ma de formación permanente sobre el cambio climático, información acerca de la utilización eficaz de los recursos energéticos en el hogar, la conservación del agua, campañas de sensibilización pública y campa-ñas sobre la gestión integrada de

residuos. El principal foco de aten-ción es el de aumentar la concien-ciación, comprender los riesgos y promover medidas de adaptación y mitigación.

Los resultados reflejados hasta la fe-cha incluyen una “norma solar” que está siendo promovida para los pa-neles solares de cara al suministro de agua caliente. Esta norma ya ha sido adoptada por el 30 por ciento de las piscinas (6 957 m2 instalados), con un período de recuperación de la inversión de 1,5 años. La instala-ción continuará con 6 500 nuevos proyectos inmobiliarios hasta 2012,

y también será adoptada por hoteles y otros socios comerciales.

El sistema de Metrobús está supo-niendo un rotundo éxito gracias a que cuenta con una de las líneas más utilizadas del mundo, que trans-porta diariamente a 265 000 pasaje-ros. Este es el primer proyecto del mundo que vende las reducciones en sus emisiones como parte de su financiación. En el período compren-dido entre 2005 y 2007 hubo una re-ducción del equivalente aproximado a 67 400 toneladas de dióxido de carbono, que se vendió por 281 600 euros. Están desarrollándose nuevas

Los Miembros de la OMM reaccionaron ante las ne-cesidades de desarrollar capacidades meteorológicas y medioambientales en zonas urbanas a través de la creación del Proyecto de la Vigilancia de la atmósfera global (VAG) sobre la meteorología y el medio am-biente urbano (GURME) en 1999. El interés surgió a partir de las dificultades a las que estaban teniendo que enfrentarse los países como consecuencia de la creciente urbanización y de los problemas de conta-minación atmosférica relacionados.

Han sido muchos los proyectos que se han empren-dido bajo los auspicios del GURME, encaminados a ayudar y a facilitar las actividades de investigación conexas y, en consecuencia, a crear aplicaciones ur-banas de las mismas. Estos proyectos incluyen algu-nas actividades como:

• Estudios encaminados a comprender cómo se for-Estudios encaminados a comprender cómo se for-ma la contaminación atmosférica local.

• Estudios sobre el fenómeno de la isla de calor.• Diseño, establecimiento y mejora de las redes de

observación meteorológica y de la contaminación atmosférica.

• Creación de sistemas y servicios de modelización y de predicción de la calidad del aire.

• Formación y creación de capacidad en materia de modelización y predicción de la calidad del aire.

• Estudios sobre el impacto que el área urbana ejerce sobre la calidad del aire a nivel regional.

• Creación de sistemas de comunicación vía internet para informar a las autoridades y al público general acerca de condiciones meteorológicas especiales (como por ejemplo hielo, nieve, humo y calima), así como de la contaminación atmosférica.

El proyecto GURME ha centrado sus esfuerzos en la modelización y predicción de la calidad del aire (acti-vidades necesarias para apoyar una gestión medio-ambiental eficaz a escala urbana). Se están llevando a cabo reuniones de expertos, encaminadas a recopilar la información existente hasta la fecha relacionada con los nuevos métodos de predicción meteorológica

desde una perspectiva química y a contribuir a iden-tificar las futuras necesidades de investigación con el fin de mejorar las predicciones. Se han organizado actividades de formación en América Latina y en el sur de Asia que han contado con la participación con-junta de representantes de los sectores investigador y operativo.

El proyecto GURME implica la cooperación entre or-ganizaciones y agencias que se desenvuelven en dife-rentes sectores. Trabajar conjuntamente con diferen-tes autoridades es importante para que los estudios, el desarrollo de actividades y el fomento de estrate-gias de prevención mejoradas puedan llevarse a cabo de forma satisfactoria.

El proyecto GURME también establece colaboracio-nes que se extienden a nivel regional y mundial. Cada vez existe una mayor conciencia de que una predic-ción meteorológica precisa en términos químicos re-quiere tener en cuenta la influencia de las fuentes de contaminantes a partir de fenómenos a gran escala (como por ejemplo tormentas de polvo e incendios forestales). La naturaleza multiescalar de las cuestio-nes de las que se ocupa el proyecto GURME exige, y facilita, la colaboración a diferentes niveles.

Isla de calor

GLOBAL: cambio climático

LOCAL: contaminación

atmosféricaefectos sobre

la salud

REGIONAL:lluvia ácida,

ozono troposférico,aerosoles, gases de efecto invernadero

Población

Pluma

Investigación en materia de meteorología urbana

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líneas y se instalarán 10 nuevas rutas de transporte para 2012, consiguien-do así una reducción del equivalente a 369 500 toneladas de dióxido de carbono junto con una mejora del entorno urbano.

ConclusionesCiudad de México lleva trabajando varios años con la intención de me-jorar la calidad del aire. Se ha pro-gresado mucho a la hora de abordar los problemas relacionados con la contaminación atmosférica a través de programas de gestión de la cali-dad del aire basados en considera-ciones científicas, técnicas, sociales y políticas. Sin embargo, la presión continua ejercida por la creciente población urbana y el deseo de las personas de disponer de una mejor calidad de vida conllevan una cons-tante necesidad de mejorar la cali-dad del aire.

El gobierno también ha emprendido acciones encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto inver-nadero. El objetivo del plan es desa-rrollar políticas “sin excusas” que re-sulten beneficiosas incluso en caso de ausencia del cambio climático. El plan también trata de centrarse en las estrategias de “todos ganan”, que promueven el desarrollo social a la par que los beneficios medioam-bientales.

Existen importantes ventajas com-partidas relacionadas con la calidad del aire de cara a mitigar el cambio climático. Ciudad de México ha de-sarrollado algunos estudios integra-dos que evalúan los beneficios com-partidos asociados a los esfuerzos coordinados en relación con la con-taminación atmosférica y la atenua-ción del cambio climático. Un análi-sis de cuatro megalópolis (Ciudad de México, ciudad de Nueva York, San-

tiago de Chile y Sao Paulo) realizado por Cifuentes y otros (2001) arrojó el resultado de que la reducción de los gases de efecto invernadero desem-bocaría en grandes disminuciones en las concentraciones de ozono y materia particulada, con importantes mejoras en la salud pública. McKin-ley y otros (2005) concluyeron que cinco medidas de control propuestas en la Ciudad de México con las que se pretendía reducir la exposición anual a partículas en un uno por cien-to y al máximo diario de ozono en un tres por ciento también reducirían las emisiones de gases de efecto inver-nadero en un dos por ciento durante los períodos 2003-2010 y 2003-2020. Otro estudio puso de relieve que si el programa actual para la gestión de la calidad del aire (PROAIRE 2002-2010) en la Ciudad de México se de-sarrollaba conforme a lo establecido, originaría una reducción del 3,1 por ciento en las emisiones previstas de dióxido de carbono en 2010, además de una disminución sustancial de los agentes contaminantes a nivel local (West y otros, 2004). Por consiguien-te, es importante integrar los objeti-vos de la calidad del aire y de la es-tabilización climática en el diseño de la política medioambiental, a fin de obtener así unos posibles beneficios sinérgicos.

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TitleLos aerosoles carbonosos: un desafío pendientepor Karl Espen Yttri*, Cathrine Lund Myhre* y Kjetil Tørseth*

IntroducciónEl nivel de aerosoles en el ambiente sigue representando un gran desafío para la ciencia atmosférica como con-secuencia de su capacidad para origi-nar efectos negativos sobre la salud y de influir en el balance radiativo y, por tanto, en la temperatura de la superfi-cie de la Tierra. Sin embargo, nuestro conocimiento de los mecanismos a través de los cuales pueden explicar-se los efectos sigue siendo un tema en proceso de investigación. Asimis-mo, nuestra comprensión acerca de las fuentes y sumideros atmosféri-cos, así como sobre las propiedades físicas y químicas de los aerosoles, aún no se ha completado.

Una gran parte de las deficiencias que existen a este respecto puede atribuirse a la fracción carbonosa del aerosol, a pesar de que la comu-nidad científica ha centrado toda su atención en ella durante los últimos 15 ó 20 años. Esto podría explicarse parcialmente por el gran número de especies implicadas en la formación y transformación del aerosol carbo-noso, y por el hecho de que las ca-pacidades analíticas actuales resul-tan insuficientes para completar una caracterización cualitativa y cuanti-tativa. Asimismo, las emisiones a la atmósfera de partículas carbonosas primarias y de precursores gaseosos de aerosoles carbonosos secunda-rios apenas se conocen.

Para mejorar esta situación, es ne-cesario contar con un mayor cono-

cimiento de prácticamente todos los aspectos de los aerosoles carbono-sos. El presente artículo describe brevemente los efectos principales de estos aerosoles sobre la salud y el clima, y aborda alguna de las la-gunas de conocimiento relacionadas con las proyecciones futuras. Ade-más, también trata la necesidad de contar con un mayor desarrollo de las actividades de control para redu-cir estas lagunas de conocimiento.

El aerosol carbonoso y sus efectos sobre la saludDesde una perspectiva mundial, se estima que las muertes prematu-ras ocasionadas por enfermedades cardiovasculares y pulmonares tras la exposición a partículas presen-tes en el aire ascienden a la nada despreciable cifra de unas 800 000 (Organización Mundial de la Salud (OMS), 2002). A pesar de la eviden-cia cada vez mayor de que algunas fuentes de partículas están mucho más relacionadas con efectos nega-tivos sobre la salud que otras (Hoek y otros, 2002; Laden y otros, 2000), la OMS sigue recomendando el uso de tan solo un factor de riesgo a la hora de evaluar las consecuencias sobre la salud de la exposición a partículas suspendidas en el aire. De esta manera, cualquier elemen-to que aporte gran parte de partícu-las al entorno, como por ejemplo la fracción carbonosa, que constituye el 20-70 por ciento de la concentra-ción de masa, debe ser objeto de gran preocupación.

Algunos estudios epidemiológicos recientes han puesto de manifiesto una asociación estadística entre los aerosoles carbonosos y las visitas al servicio de urgencias cardiovascula-res. Con la revelación de evidencias de los efectos que pueden asociarse directamente con la fracción carbo-nosa, mejorará la capacidad para evaluar la exposición y las conse-cuencias para las grandes masas de población.

Los aerosoles carbonosos contienen un gran número de especies orgáni-cas, aunque la mayor parte perma-nece aún sin identificar. Sin embar-go, se ha constatado la presencia de sustancias tóxicas bien conocidas, como por ejemplo hidrocarburos aromáticos oxipolicíclicos y nitropo-licíclicos, así como dibenzodioxinas y furanos policlorados. Pero la co-munidad científica sigue tratando de resolver el enigma de qué es lo que provoca la toxicidad de los aerosoles presentes en el aire.

En un estudio reciente, McDonald y otros (2004) consiguieron señalar con precisión algunas especies orgá-nicas particuladas (hopanos y este-ranos) a la hora de tratar la toxicidad para los pulmones de muestras de escape de gasolina y combustible diésel. Ese hallazgo ofrece una gran perspectiva de cara a averiguar qué elementos y sustancias integrantes de los complejos aerosoles carbo-nosos son responsables de que las partículas inhaladas sean tóxicas para el pulmón. Además, respalda los estudios epidemiológicos identi-ficando el tráfico de vehículos como una fuente importante de contamina-

* Científico investigador del Instituto Noruego de Investigaciones Atmosféricas

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ción ambiental que puede derivar en mortalidad prematura (Hoek y otros, 2002; Laden y otros, 2000; Metzger y otros, 2004). Finalmente, refuerza el consejo general emitido por la OMS, relativo a que las partículas prima-rias procedentes de la combustión son especialmente importantes, puesto que “suelen ser ricas en me-tales de transición y componentes orgánicos, y también cuentan con un área de superficie relativamente am-plia”. Mientras la comunidad interna-cional se prepara para entrar en una época en la que los combustibles renovables desempeñarán un papel más importante, debería tenerse en cuenta que la OMS no distingue en-tre los efectos provocados por las partículas derivadas de la quema de combustibles fósiles y las proce-dentes de la combustión de biomasa (OMS, 2005).

Los aerosoles carbonosos y los efectos climáticosA la hora de estudiar el impacto de los aerosoles en el clima, las grandes incertidumbres –con mucha diferen-cia del resto de factores– están aso-ciadas a los efectos de los aerosoles carbonosos. También es justo seña-lar que los aerosoles carbonosos son los más importantes actualmente por lo que se refiere a los efectos de los aerosoles sobre el clima, lo que se atribuye principalmente a la parte de carbono negro del aerosol carbo-noso, que absorbe la radiación solar presente en la atmósfera. Según Ra-manathan y Carmichael (2008), esta característica ha hecho que el carbo-no negro se convierta en el segundo contribuidor más importante al ca-lentamiento global, únicamente por detrás del dióxido de carbono. Sin embargo, el efecto climático del car-bono negro es incierto y sigue deba-tiéndose (Forster y otros, 2007).

La presencia de concentraciones elevadas de carbono negro en zo-nas con un alto índice de radiación solar constituye un elemento favo-recedor para las denominadas nu-bes marrones que cubren grandes regiones, como por ejemplo en Asia (Ramanathan y Carmichael, 2008). Las nubes marrones han contribui-do al oscurecimiento de la superfi-

cie de la Tierra, al calentamiento de la atmósfera y a la perturbación del ciclo hidrológico, afectando posi-blemente al monzón.

Tal y como se apuntó en el cuarto Informe de evaluación del Grupo In-tergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) (Forster, 2007), el carbono negro en la nieve tiene un impacto importante sobre el forzamiento radiativo total de la atmósfera al absorber una mayor cantidad de luz solar. Además, el carbono negro depositado sobre la nieve y el hielo podría intensificar la fusión de los glaciares no solo en las altas latitudes septentrionales, sino también en otras regiones no pola-res como el Himalaya, ocasionan-do efectos secundarios posteriores por lo que respecta al suministro de agua en las regiones densamente

pobladas que se sirven de los recur-sos de esta cordillera.

Estos notorios efectos del carbono negro sobre el clima regional y glo-bal y su corto período de vida (1 se-mana ± 1 semana) en comparación con el dióxido de carbono ha llevado a muchos a la conclusión de que la reducción de emisiones de carbono negro supone la estrategia más efi-caz para ralentizar el calentamiento global (Bond, 2007; Hansen y otros, 2000; Jacobson, 2002), mientras que la reducción de los gases de efecto invernadero es necesaria para dete-ner dicho calentamiento. De esta ma-nera, resulta fundamental cuantificar y posteriormente reducir las incerti-dumbres en los efectos climáticos del carbono negro para así poder elaborar estrategias de disminución eficaces y bien dirigidas.

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Imagen MODIS del satélite Terra que incluye los puntos de mayor concentración de incendios (puntos rojos) en la zona occidental de Canadá, el 5 de julio de 2004 a las 19:35 UTC. Los colores grises señalan la presencia de columnas de humo procedentes de los incendios en los bosques boreales.

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A este respecto, el mayor conoci-miento con el que se cuenta, en rela-ción con las fuentes y las propieda-des físicas y ópticas del carbono ne-gro, es particularmente básico para desarrollar procesos de reducción eficaces. En concreto, la utilización de indicadores específicos de fuente, el análisis de radiocarbonos y los es-pectrómetros de masas relativos al tiempo de vuelo de los aerosoles se han revelado como métodos efica-ces a la hora de determinar fuentes de carbono negro.

Cualquier intento encaminado a re-ducir las emisiones de carbono ne-gro también irá en beneficio de los objetivos de la OMS por lo que res-pecta a la salud, puesto que ciertos estudios toxicológicos (Donaldson y otros, 2000) han vinculado los efectos adversos para la salud con la exposición al carbono negro. La fracción de carbono orgánico de los aerosoles carbonosos podría incre-mentar la capacidad de absorción del carbono negro en un factor de 2 a 4 cuando este actúa como reves-timiento (Bond y otros, 2006; Fuller y otros, 1999; Jacobson, 2001; Sch-naiter y otros, 2005). El aerosol de carbono orgánico también absorbe la radiación ultravioleta debido a la presencia del denominado carbón marrón. Además, los aerosoles de carbono orgánico desempeñan un papel determinado en la formación de gotitas de nube, proceso que en su día se creyó que únicamente se veía afectado por la parte inorgánica del aerosol.

Perspectivas de futuro en relación con los aerosoles carbonososLa necesidad de comprender la na-turaleza de los aerosoles carbono-sos será cada vez más importante, en la medida en que se espera que sus emisiones por parte de los paí-ses con economías emergentes au-menten drásticamente en el futuro. Además, la importancia relativa de las diferentes fuentes que emiten aerosoles carbonosos a la atmósfera podría cambiar drásticamente en el futuro, ya que estamos tratando de adaptarnos a una sociedad neutra en términos de carbono, sustituyen-do los combustibles fósiles por otros

de naturaleza renovable. También se ha especulado con que el cambio cli-mático podría tener un efecto similar mediante el incremento de la forma-ción de aerosoles orgánicos secun-darios tras la oxidación atmosférica de los precursores orgánicos en fase gaseosa.

Aunque el cambio a las energías re-novables mejorará la situación en lo que respecta al dióxido de carbono, el impacto sobre el nivel de contami-nación de las partículas carbonosas en suspensión se presenta incierto. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, 2007), cerca del 80 por ciento de las fuentes de ener-gías renovables son de naturaleza combustible, de las cuales el 97 por ciento corresponde a biomasa. Las proyecciones de la Administración de Información de Energía (EIA, 2008) muestran que es probable que el consumo de biomasa (renovables) se incremente en aproximadamente el 200 por ciento entre 2000 y 2020.

Las futuras emisiones de aerosoles carbonosos como consecuencia del esperado aumento en el consumo de biomasa dependerán sobrema-nera de las tecnologías empleadas para transformar la biomasa en ca-lor y energía. Las predicciones del Instituto Internacional para el Aná-lisis de Sistemas Aplicados para el programa “Aire puro para Europa” (CAFÉ) apuntan hacia la calefacción doméstica y, en concreto, a la quema de madera como una de las princi-pales fuentes que pueden contribuir a las futuras cargas de materia par-ticulada y carbono negro en Euro-pa. En amplias zonas del continente europeo, las emisiones procedentes

de la quema de madera para cale-facción residencial, o doméstica, no están reguladas, y la combustión tiende a producirse en pequeñas instalaciones con tecnologías obso-letas, favoreciendo así las emisiones de aerosoles carbonosos. Además, el período de renovación para las estufas de madera y chimeneas es bastante prolongado, lo que dificulta el cambio a unas tecnologías nuevas y más limpias.

Varios estudios recientes que se cen-traban en la medición del levogluco-sano, un indicador exclusivo de los aerosoles carbonosos procedentes de la combustión de madera, han puesto de relieve que dicha sustan-cia está presente en el entorno urba-no, y también en el medio rural, en un amplio abanico de emplazamien-tos dentro de Europa, y en concen-traciones bastante elevadas. Entre estos lugares se incluyen algunos que no cabía esperar que estuvie-ran especialmente influidos por esta fuente. En el caso de las partículas procedentes del humo de la madera, las características físicas y químicas diferirán en función de las condicio-nes y de los dispositivos de com-bustión, lo que podría afectar a la toxicidad de las partículas. Sin em-bargo, el conocimiento actualmente existente con respecto a este tema es muy limitado. Aunque la presen-cia de levoglucosano en invierno apunta hacia los aerosoles carbono-sos de la combustión de madera en el ámbito residencial, la presencia de ese mismo compuesto en muestras recogidas durante el verano se ha asociado con los impactos deriva-dos de los incendios incontrolados y con la quema de desechos agrícolas.

Un problema de emisiones urbanas a nivel relativamente local puede transformarse en una fuente regional de aerosoles carbonosos oxidados y, presumiblemente, de naturaleza hidrófila. Las consecuencias para la salud y los efectos sobre el clima de este material oxidado son, casi con total seguridad, drásticamente diferentes a los originados por las emisiones primarias (Robinson y otros, 2007).

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Si bien esta quema de desechos está prohibida en la mayor parte de paí-ses de Europa occidental, constituye una práctica habitual en muchas par-tes del mundo.

Durante los últimos años se han dado muchos ejemplos de emisio-nes procedentes de incendios in-controlados y agrícolas, que han de-teriorado seriamente la calidad del aire en Europa (Saarikoski y otros, 2007; Yttri y otros, 2007), violándo-se el valor límite de partículas en el aire y produciéndose una elevación de la concentración de aerosoles carbonosos de cerca de un orden de magnitud en algunos casos. Tam-bién existen ejemplos de cómo han afectado los incendios incontrolados y agrícolas a las concentraciones de agentes contaminantes en el aire de la región ártica (Stohl y otros, 2007), y se ha estudiado si los incendios en los bosques boreales podrían ser la principal fuente de emisión de carbo-no negro durante el verano ártico en años de gran actividad de incendios (Stohl y otros, 2006; Stohl y otros, 2007).

Ya se ha expresado la preocupación sobre las consecuencias de la con-versión a gran escala de gasolina a etanol (bioetanol) por lo que respec-ta a los correspondientes problemas para la salud relacionados con el ozono. El E85 (85 por ciento de eta-nol y 15 por ciento de gasolina) pue-de originar un aumento de los casos de cáncer, mortalidad y número de hospitalizaciones relacionados con el ozono hasta en un 9 por ciento en una ciudad como Los Ángeles, en comparación con el combustible 100 por cien gasolina, según los cálculos de Jacobson (2007).

También se ha mostrado interés por la oxidación de etanol no quemado como fuente de acetaldehído, que es una sustancia cancerígena para los seres humanos. La combustión de los biocombustibles cambiará ine-vitablemente la composición orgá-nica del aerosol carbonoso. Aunque los biocombustibles suelen tener un contenido más rico en oxígeno, cabe esperar más especies oxigena-das en las emisiones. Esta fracción del aerosol carbonoso es la menos analizada, en parte debido a las limi-taciones analíticas, por lo que este ámbito debe ser sometido a inves-tigaciones adicionales. Los compo-

nentes oxigenados polares son las especies más solubles en agua y, por ende, resultan potencialmente acti-vos como núcleos de condensación para la formación de nubes.

Los últimos progresos en química analítica han ofrecido pruebas de que los aerosoles orgánicos biogé-nicos secundarios (BSOA) contribu-yen de forma sustancial (un 60 por ciento) a la parte orgánica de los aerosoles carbonosos atmosféricos, incluso en los ambientes urbanos (Szidat y otros, 2006). Esto confir-ma lo que se ha dicho desde hace tiempo: que los aerosoles orgánicos biogénicos secundarios constituyen una de las principales fuentes ausen-tes de los aerosoles carbonosos. Se ha establecido la hipótesis de que el calentamiento global provoca un incremento en la concentración de aerosoles orgánicos biogénicos se-cundarios como consecuencia de un aumento en las emisiones de com-puestos gaseosos orgánicos y voláti-les de naturaleza biogénica que, pos-teriormente, se oxidan para formar partículas en la atmósfera. Además, la formación de aerosoles orgáni-cos biogénicos secundarios debería verse impulsada de forma adicional por unas velocidades de reacción dependientes de la temperatura conforme aumenta el calentamiento

global atmosférico. Los argumentos esgrimidos por Robinson y otros (2007) sugieren que los aerosoles orgánicos secundarios de naturaleza antropogénica también podrían ser más abundantes de lo inicialmente esperado como consecuencia de la oxidación de productos de baja vo-latilidad que se evaporan de los ae-rosoles carbonosos primarios con dilución atmosférica. Esto apunta a que la mayor parte de la población está expuesta a los aerosoles orgá-nicos secundarios, incluso en zonas urbanas. Tal y como establecen Ro-binson y otros (2007): “Un problema de emisiones urbanas a nivel relati-vamente local puede transformarse en una fuente regional de aerosoles carbonosos oxidados y, presumi-blemente, de naturaleza hidrófila. Las consecuencias para la salud y los efectos sobre el clima de este material oxidado son, casi con total seguridad, drásticamente diferentes a los originados por las emisiones primarias”. Por regla general, las partículas biológicas de aerosoles primarios han sido ignoradas a la hora de evaluar las fuentes de los aerosoles carbonosos. Sin embar-go, algunos estudios recientes han puesto de manifiesto que las partí-culas biológicas pertenecientes a ae-rosoles primarios pueden suponer un importante 30 ó 40 por ciento de

En un documento reciente publicado en Nature, Robinson y otros (2007) sugieren que los aerosoles orgánicos secundarios de naturaleza antropogénica también podrían ser más abundantes de lo inicialmente esperado como consecuencia de la oxidación de productos de baja volatilidad que se evaporan de los aerosoles carbonosos primarios con dilución atmosférica. Esto apunta a que la mayor parte de la población está expuesta a los aerosoles orgánicos secundarios, incluso en zonas urbanas.

V. T

ORR

ES

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la parte orgánica del aerosol carbo-noso en regiones moderadamente influidas por las condiciones antro-pogénicas (Winiwarter y otros, 2008 (a); Winiwarter y otros, 2008 (b); Yttri y otros, 2007). Las partículas bioló-gicas seleccionadas de los aerosoles primarios pueden ser activas tanto como núcleos de condensación de nubes como en forma de núcleos de hielo heterogéneos, y contribuir de este modo a la formación de las nubes. La naturaleza heterogénea de esta fuente hace que resulte compli-cado predecir cómo se comportará ante el cambio climático.

El proceso de tratar de reducir el ca-lentamiento global disminuyendo las emisiones de carbono negro re-quiere centrarse en todas las fuentes principales, aunque más concreta-mente en zonas de especial interés, es decir, en aquellas regiones donde las emisiones de carbono negro tie-nen un gran efecto sobre el clima. Al-gunos ejemplos son las economías en desarrollo de Asia, como China y la India, que suman entre un 25 y un 35 por ciento del total mundial de emisiones de carbono negro (Ra-manathan y Carmichael, 2008). Otro lugar importante es la zona norte de Eurasia en invierno y primavera, pues esta región es la principal fuen-te que afecta a las capas bajas de la troposfera de la región ártica (Barrie y otros, 1986; Sharma y otros, 2006; Stohl y otros, 2006). Las emisiones dentro del Ártico propiamente debe-rían reducirse a un mínimo, puesto que tienen un efecto notable y des-proporcionado, aunque este proceso podría resultar complicado, ya que probablemente algunas actividades antropogénicas aumenten confor-me retrocede el hielo marino. Una apertura del Paso del Noroeste iría posiblemente acompañada de un aumento de las actividades de nave-gación, pues se favorecería la bús-queda de petróleo y gas, tal y como ha sucedido en el mar de Barents.

Otro gran desafío podría ser la pre-sencia de incendios en los bosques forestales de Siberia (Federación Rusa), Canadá y Alaska (Estados Unidos), que escapan al control de los seres humanos. El aumento de la frecuencia de estos incendios se ha postulado como una de las con-secuencias del calentamiento global, lo que ocasionaría además una ace-

leración en la fusión del hielo marino y de la nieve en la región del Ártico. Durante el grave episodio de con-taminación atmosférica que afectó a la zona europea del Ártico en la primavera de 2006 (originado por la quema de productos agrícolas en el este de Europa), Stohl y otros (2007) demostraron perfectamente cómo el calentamiento desproporcionado del Ártico condujo a la aparición de nuevas zonas de las latitudes medias como regiones fuente de la contami-nación atmosférica en el Ártico. Este episodio podría servir como alerta temprana de lo que sucedería con una mayor frecuencia en el futuro si el Ártico se calienta más rápidamen-te que las latitudes medias. Asimis-mo, también pone de manifiesto la necesidad de prohibir la práctica de quemar desechos agrícolas.

Los residuos de las cosechas consti-tuyen una reserva de energía neutra en lo que respecta al dióxido de car-bono que podría añadir un valioso suplemento al consumo energético total; por tanto, la quema en cam-po abierto supone una pérdida de recursos. Con la población mundial creciendo un 1 por ciento anual du-rante el período comprendido entre 2005 y 2030 (IEA, 2008), la produc-ción de alimentos y, en consecuen-cia, los desechos agrícolas, deberían aumentar proporcionalmente lo que podría desembocar en un agrava-miento del problema de las emisio-nes derivadas de la quema de estos desechos. En el caso de Ucrania, que cuenta con los valores europeos más elevados de potencial energético a partir de las cosechas, se ha apunta-do que la producción de trigo cuenta con potencial para duplicarse (FAO, 2003; Ericsson y Nilsson, 2006; Scia-re y otros, 2008). Por este motivo, esta es una futura fuente de aeroso-les carbonosos nada despreciable.

Durante las últimas décadas, las emisiones antropogénicas en Eu-ropa y Norteamérica de amoniaco, óxidos de nitrógeno e hidrocarburos que no contienen metano se han es-tabilizado, mientras que las de dióxi-do de azufre se han reducido nota-blemente. Esto ha conllevado un aumento relativo de la importancia de los aerosoles carbonosos fren-te a las especies inorgánicas de los mismos. Un incremento adicional de sustancias carbonosas, ya sea por

el uso de combustibles fósiles o de biocombustibles, o bien como con-secuencia de la aparición de incen-dios más frecuentes en los bosques boreales, aumentará la importancia de disminuir sus fuentes en los años venideros.

¿Cómo podrían las redes de control afrontar el reto planteado por los aerosoles carbonosos que proceden de una multitud de fuentes?Por regla general, no existe una vi-gilancia a largo plazo (más de diez años) de los aerosoles carbonosos, aunque hay algunas excepciones (Scharma y otros, 2006). Ello se debe en parte a la ausencia de un enfoque normalizado acerca de cómo debe-rían llevarse a cabo los procesos de recogida de muestras y su posterior análisis químico. Son muchos los dispositivos que pueden tomar par-te durante una toma de muestras de aerosoles carbonosos, y son suscep-tibles de sobrestimar o subestimar en gran medida la fracción orgánica de los aerosoles; además, existen importantes retos asociados con la separación de la parte orgánica y la de carbono negro y elemental (Mc-Dow y Huntzicker, 1990; Schmid y otros, 2001). Por esta razón, los da-tos procedentes de las diversas re-des de control apenas resultan com-parables. Actualmente, se está inten-tando crear en Europa un protocolo unificado para recoger muestras en el entorno rural y analizar química-mente los aerosoles carbonosos con vistas a los “superemplazamientos” conjuntos de la “Vigilancia y la eva-luación europeas del transporte de los contaminantes atmosféricos a larga distancia en Europa” y de la Vi-gilancia de la Atmósfera Global de la OMM a través del proyecto EUSAAR de Superemplazamientos europeos para la investigación de los aeroso-les atmosféricos (www.eusaar.org).

En 2008, ninguna red de control de la calidad del aire alcanzaba el nivel de desarrollo necesario para establecer las diferentes fuentes que contribu-yen a las concentraciones de aeroso-les carbonosos en la atmósfera, o al

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menos no de forma continuada. Para conseguirlo ha de ampliarse la espe-cificación de componentes, y tienen que ponerse en funcionamiento ins-trumentos más sofisticados, tanto en línea como sin conexión. Obvia-mente, estos requisitos no se ajus-tan a instrumentos de bajo coste o de fácil manejo, sino que deberían estar orientados a los “superempla-zamientos” seleccionados dentro de una red.

Como alternativa, existe la posibili-dad de llevar a cabo campañas de-dicadas. Este enfoque cuenta con la importante ventaja de que combina los esfuerzos realizados por los gru-pos de investigación con los efectua-dos por las agencias internacionales. Un ejemplo reciente lo constituyen las intensas campañas llevadas a cabo por el Programa europeo de vigilancia y evaluación, algunas de las cuales también están localizadas junto con las campañas del proyecto EUCAARI (Proyecto integrado euro-peo sobre las interacciones de la ca-lidad del clima y del aire, las nubes y los aerosoles). En este caso se han adoptado medidas concretas duran-te el otoño de 2008 y de cara al in-vierno/primavera de 2009, con el fin de poder determinar las fuentes de los aerosoles carbonosos. De mane-ra similar, en Norteamérica se están llevando a cabo también intentos para obtener datos a largo plazo. Por desgracia, la cobertura global de los emplazamientos que se encargan de medir los aerosoles carbonosos es muy limitada. En concreto, en las re-giones ecuatoriales, en Asia y en las zonas boreales no se han tomado las suficientes muestras. Generalmen-te, las limitaciones tienen su origen en una falta de competencia interna y en la carencia de finanzas e infra-estructuras, aunque si aumentan las posibilidades de financiación para la transferencia de capacidad la situa-ción podría mejorar en los próximos años.

Igualmente, durante los últimos años han mejorado notablemente las posibilidades de análisis. Uno de los avances más importantes ha sido la implantación de varios indicado-res (como por ejemplo el 14C, el levo-glucosano, la celulosa, los azúcares y los alcoholes de azúcar) en deter-minados estudios de delimitación de fuentes. El uso continuado de estos marcadores y de instrumentos re-

lacionados con el tiempo de vuelo de los aerosoles mejorará sin duda nuestro conocimiento de los aero-soles carbonosos. Las mediciones relativas a la fase de los aerosoles deberían verse apoyadas por me-didas simultáneas de los posibles precursores de los aerosoles carbo-nosos en fase gaseosa, entre los que se incluyen los compuestos orgáni-cos volátiles de naturaleza biogéni-ca, los compuestos orgánicos volá-tiles emitidos antropogénicamente, sus productos de degradación y los compuestos del tipo formaldehídos y glioxales (Simpson y otros, 2007). En el caso de estos últimos, existe incluso capacidad de resolución es-pacial, lo que permite el suministro de patrones de concentración a nivel regional utilizando un solo instru-mento.

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Title

Los impactos de la deposición atmosférica sobre el océano en los ecosistemas marinos y en el climapor Robert A. Duce1, James N. Galloway2 y Peter S. Liss3

IntroducciónLa transferencia de elementos quí-micos de la atmósfera al océano ha ejercido durante mucho tiempo un impacto sobre este último (por ejemplo, como fuentes de nutrientes o influencia en el pH). Con la llega-da del Antropoceno, la transferencia de algunas sustancias químicas se ha elevado por encima de los nive-les naturales, iniciándose el paso de nuevos productos. Este breve artícu-lo examina el impacto derivado de tal incremento de transferencia de determinados nutrientes (nitróge-no, hierro y fósforo), toxinas (plomo y mercurio) y reguladores del pH (dióxido de carbono) sobre los eco-sistemas oceánicos y el clima.

Durante más de cien años se ha ve-nido investigando sobre este tema, y los primeros estudios se centra-ron en el dióxido de carbono (Bolin, 1960). A finales de los años sesen-ta y a lo largo de la década de los setenta comenzó a gestarse un im-portante historial sobre una serie de sustancias (por ejemplo, Murozumi y otros, 1969; Goldberg, 1971). Por otra parte, el Grupo mixto de exper-tos de NU sobre los aspectos cientí-ficos de la protección del medio ma-rino (GESAMP) llevó a cabo varios informes que ampliaban el estudio del tema en cuestión (GESAMP, 1989; Duce y otros, 1991). Ade-más, dos informes adicionales del GESAMP (GESAMP, 1991; GESAMP,

1995) establecieron vínculos entre el cambio global y la superficie del mar (Liss y Duce, 1997). La OMM se convirtió en uno de los patrocina-dores del GESAMP y, actualmente, a través del programa de la Vigilan-cia de la atmósfera global, enca-beza los esfuerzos para desarrollar una base de datos integrada relati-va a la transferencia de sustancias químicas de la atmósfera al océano (www.wmo.int/pages/prog/arep/gaw/gesamp.html). Recientemente se ha creado un nuevo Grupo de trabajo del GESAMP (el número 38, financiado por la OMM, la Organi-zación marítima internacional, el Comité científico de investigaciones oceánicas del Consejo internacional para la ciencia y la Agencia inter-nacional para la cooperación y el desarrollo de Suecia), con el fin de abordar íntegramente todos los te-mas relacionados con la entrada de sustancias químicas en el océano procedentes de la atmósfera.

Existen varios factores que determi-nan si una parte del océano va a recibir sustancias atmosféricas que podrían alterar los procesos biogeoquímicos. Tres factores importantes son la reac-tividad del material que se deposita, el tiempo de permanencia de los pro-ductos químicos en la atmósfera y los sistemas de transporte atmosféricos relacionados con las fuentes antro-pogénicas, es decir, dónde se emite el producto químico, cuánto tiempo permanece en la atmósfera y qué es lo que hace cuando pasa al océano. Estos factores se abordarán en las si-guientes secciones.

El tiempo de permanencia en la at-mósfera de un agente contaminante es quizás el factor más importante a la hora de determinar si se producirá un proceso de transporte importante del agente contaminante hacia zo-nas de océano abierto. En general, si el tiempo de permanencia en la atmósfera de una sustancia es bre-ve, por ejemplo varios días, esta sus-tancia únicamente se transportará a escala local o regional. Sin embar-go, las sustancias con un período de permanencia que se prolonga por espacio de varias semanas pueden experimentar procesos de transpor-

1 Departamentos de Oceanografía y Ciencias Atmosféricas, Universidad A&M de Texas, College Station, TX 77845 (Estados Unidos)

2 Departamento de Ciencias Ambientales, Universidad de Virginia, Charlottesville, VA 22904 (Estados Unidos)

3 Escuela de Ciencias Ambientales, Universidad de East Anglia, Norwich NR4 7TJ (Reino Unido)

[...] no existe región alguna de los océanos que pueda

escapar a la influencia de la actividad del ser humano

[...] esta influencia será mayor en el futuro, en la

medida en que la población humana y la utilización por

habitante de los recursos sigan aumentando.

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te a escala hemisférica, mientras que los compuestos con período de permanencia de más de uno o dos años pueden transportarse a través de todo el mundo.

Las sustancias presentes en partícu-las como, por ejemplo, la mayor par-te de los metales pesados y polvo, por regla general, contarán con pe-ríodos de permanencia relativamen-te breves (entre unos días y varias semanas), y su eliminación, ya sea a través de deposición húmeda o seca sobre la superficie oceánica, se pro-ducirá generalmente a escala local o regional, especialmente cercana a las líneas costeras en el caso de fuentes de origen terrestre o cerca de vías marítimas para las fuentes situadas en buques. Este será también el caso de los gases reactivos con breves pe-ríodos de permanencia en la atmós-fera. Los gases de vida larga como, por ejemplo, el dióxido de carbono y algunos de los contaminantes orgá-nicos persistentes (COP), cuya vida atmosférica puede extenderse duran-te decenios, se distribuyen de forma más uniforme a escala global, y su acceso al océano es independiente en gran medida de la distribución de sus fuentes de origen.

Transporte de nutrientes hacia el océanoHierro y polvo

El hierro (Fe) es un micronutriente fundamental para los organismos marinos fotosintéticos y, en aproxi-madamente el treinta por ciento de la superficie oceánica, en su mayor par-te en los océanos australes, constitu-ye el nutriente que limita la produc-tividad biológica primaria (Martin, 1990). La fuente primaria del hierro en las aguas oceánicas abiertas es la de-posición atmosférica, puesto que las grandes aportaciones de hierro que se efectúan al océano y que proceden de los ríos pasan a formar parte, en gran medida, de los sedimentos que se encuentran cerca de la costa (Jic-kells y otros, 2005; Mahowald y otros, 2005). El hierro está presente funda-mentalmente en el polvo mineral te-rrestre, procedente en gran medida de las regiones áridas.

Martin (1990) estimuló un creciente interés por el hierro y también sugi-rió que, durante ciertos períodos del pasado en los que grandes cantida-

des de polvo mineral, y por consi-guiente de hierro, eran transportadas hacia el océano, el incremento en la productividad biológica marina que se experimentaba como consecuen-cia de este fenómeno originó una reducción adicional del dióxido de carbono atmosférico, afectando así al clima. Los desiertos y las tierras áridas constituyen hoy en día cerca de una tercera parte de la superficie terrestre del planeta. Estas regiones son muy sensibles ante los cam-bios climáticos y de otra naturaleza a nivel global, que pueden alterar posiblemente el flujo de partículas minerales que pasan de la superficie terrestre a la atmósfera. En la Figura 1 se muestra la deposición atmosfé-rica de hierro a nivel mundial.

El hierro está presente en el océano en concentraciones muy reducidas, como consecuencia de su baja so-lubilidad en aguas oxigenadas. En términos biogeoquímicos, el hierro soluble es el que se utiliza como nu-triente. El contenido en hierro del polvo de los suelos se encuentra en niveles cercanos al 3,5 por ciento de media, pero la solubilidad del hierro contenido en este polvo es muy re-ducida, variando generalmente en-tre menos del 1 por ciento y el 2 por ciento en el agua marina. Sin em-bargo, la medida de la solubilidad del hierro en muestras de aerosoles minerales indica una mayor solubili-dad, posiblemente como consecuen-cia de la transformación del aerosol al ser transportado sobre el océano (Jickells y Spokes, 2001).

Entre los factores que controlan la solubilidad del hierro de los aeroso-

les se incluyen la fotoquímica, espe-cialmente la fotorreducción de Fe III a Fe II, y el entorno ácido del aero-sol mineral, sobre todo durante la transformación de los aerosoles en las nubes (Jickells y Spokes, 2001). Sabemos que las emisiones de los precursores ácidos, como por ejem-plo el dióxido de azufre y el óxido de nitrógeno, se han más que doblado como consecuencia de la actividad antropogénica; además, cabe espe-rar que sigan aumentando las emi-siones de óxido de nitrógeno (Den-tener y otros, 2006).

Básicamente, las partículas de polvo mineral cuentan con diámetros que van de 0,1 a 10 μm, con un diámetro medio de unos 2 μm. Estas partícu-las tienen una vida que les permite ser transportadas a lo largo de mi-les de kilómetros, con la posterior deposición sobre el océano (véase la Figura 1). La producción, el trans-porte y la deposición de polvo en los océanos dependen de factores climáticos que afectan a la sustenta-ción, a la velocidad del viento y a la precipitación (que es importante de cara a la eliminación de partículas). Las actividades humanas pueden haber elevado la producción de pol-vo atmosférico hasta en un 50 por ciento (Mahowald, Engelstaedter y otros, 2009).

La insinuación de Martin (1990) acer-ca de que el hierro constituye un nutriente de naturaleza limitante en amplias zonas del océano ha condu-cido a la realización de varios expe-rimentos mesoescalares relaciona-dos con la adición de hierro, a fin de comprobar esta hipótesis. Tal y como

0,00 0,20 0,50 1,00 2,00 5,00 10, 20, 50,

Figura 1 — Deposición media de polvo atmosférico (g cm2/año) (de Jickells y otros, 2005)

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apuntaron Boyd y otros (2007), estos experimentos “revelan que el su-ministro de hierro ejerce un control sobre la dinámica de los bancos de plancton, lo que, a su vez, afecta a los ciclos biogeoquímicos del carbo-no, el nitrógeno, el silicio y el azufre y, en última instancia, influye sobre el sistema climático de la Tierra”.

Nitrógeno y fósforo

Todos los organismos de nuestro pla-neta necesitan nitrógeno, pero me-nos del uno por ciento de la totalidad de las especies biológicas cuentan con la capacidad de convertir el ni-trógeno molecular ubicuo (N2) en ni-trógeno reactivo biodisponible (Nr). Debido a su escasez, el nitrógeno suele ser el nutriente limitante en las tierras de cultivo, bosques y superfi-cies de pasto, así como en los ecosis-temas costeros y de mar abierto. En principio, los humanos han logrado resolver el problema de la limitación de nitrógeno en las áreas de cultivo a través de la producción de fertili-zantes nitrogenados. Sin embargo, aunque la mayor parte del nitrógeno empleado en la producción de ali-mentos y la totalidad del nitrógeno reactivo producido por la quema de combustibles fósiles se pierde en el medio ambiente, existe una parte importante de pérdida de nitrógeno reactivo que se vierte en sistemas no controlados, incluidos los ecosiste-mas terrestres y marinos.

La atmósfera es el vector más impor-tante de distribución del nitrógeno reactivo de naturaleza antropogénica al medio ambiente de todo el mun-do. A mediados de los años noventa, cerca del 40 por ciento del nitróge-no reactivo antropogénico creado se emitía a la atmósfera, mientras que para 2050 esta cantidad ascenderá hasta el 50 por ciento. De esta ma-

nera, con la excepción de los eco-sistemas costeros (donde los ríos constituyen una importante fuente de nitrógeno reactivo), la deposición atmosférica representa el proceso más importante a la hora de sumi-nistrar nitrógeno reactivo antropo-génico a los ecosistemas terrestres y marinos no controlados (Galloway y otros, 2008).

No resulta sorprendente que la de-posición de nitrógeno reactivo at-mosférico se haya incrementado considerablemente con la llegada de la era industrial y de la agricultura intensiva. En 1860, la deposición de nitrógeno reactivo sobre la mayor parte de los océanos era inferior a 50 mg N m2/año, con muy pocas zonas que superaran los 200 mg N m2/año. Casi toda la deposición oceánica procedía de fuentes naturales, mien-tras que las fuentes antropogénicas afectaban tan solo a algunas regio-nes costeras. En 2000, la deposición sobre grandes áreas oceánicas supe-raba los 200 mg N m2/año, alcanzan-do incluso cotas por encima de los 700 mg N m2/año en muchas zonas. Grandes penachos de deposición se extienden a lo lejos viento abajo de los principales núcleos de población de Asia, la India, América del Norte y del Sur, alrededores de Europa y África occidental (Figura 2) (Duce y otros, 2008).

El proceso de deposición del nitró-geno reactivo atmosférico se está aproximando al de fijación del nitró-geno molecular como consecuencia del drástico incremento del compo-nente antropogénico. Estas cantida-des cada vez mayores de nitrógeno atmosférico fijado de naturaleza an-tropogénica que penetran en aguas oceánicas abiertas podrían represen-tar hasta cerca de un tercio del sumi-nistro de nitrógeno externo (no reci-clado) de los océanos, y hasta casi un

3 por ciento de la nueva producción biológica marina anual, aproximada-mente 0,3 petagramos de carbono al año. Este aporte podría representar la producción de hasta unos 1,6 teragra-mos de óxido nitroso al año. Aunque alrededor del diez por ciento de la aspiración del dióxido de carbono atmosférico antropogénico por parte del océano podría derivarse de esta fertilización mediante nitrógeno at-mosférico, originando así un descen-so en el forzamiento radiativo, hasta casi dos tercios de esta cantidad po-drían contrarrestarse al aumentar las emisiones de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero. Basándonos en escenarios futuros de emisiones antropogénicas, la contribución del nitrógeno reactivo atmosférico de na-turaleza antropogénica a la produc-ción principal podría aproximarse a las estimaciones actuales de fijación de óxido nitroso para 2030 (Duce y otros, 2008).

Además del nitrógeno y del hierro, el fósforo (P) también puede ser un nutriente limitante en el mar abier-to. Un estudio reciente (Mahowald, Jickells y otros, 2009) sugiere la exis-tencia de una pérdida neta de fósfo-ro total por parte de muchos eco-sistemas terrestres, así como una ganancia neta de fósforo total por parte de los océanos (560 Gg P/año). Los aerosoles minerales constituyen la fuente dominante del fósforo total a escala global (82 por ciento), con un papel importante de las partículas biogénicas primarias (12 por ciento) y de las fuentes de combustión (5 por ciento) en las regiones no cu-biertas de polvo. En términos globa-les, se estima que las contribuciones medias de naturaleza antropogénica a los océanos son de alrededor de un 5 por ciento y de un 15 por ciento en los casos del fósforo total y de los fosfatos respectivamente, y podrían contribuir hasta en un 50 por ciento

0-1415-4243-7071-140141-210211-280281-420421-560561-700701-840841-1 1201 121-1 4001 401-2 1002 101-2 8002 801-3 500

Nr 2000(mg N/m2/año)

Figura 2 — Deposición total de nitrógeno reactivo atmosférico en 2000, en mg m2/año (de Duce y otros, 2008)

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a la deposición sobre el océano oli-gotrófico, donde la productividad podría estar limitada por el propio fósforo. Mahowald, Jickells y otros (2009) también especulan con la po-sibilidad de que el incremento en el aporte de nitrógeno antropogénico al océano pueda hacer que algunas regiones marinas pasen de estar li-mitadas por el nitrógeno a estarlo por el fósforo.

Transporte de metales tóxicos hacia el océanoPlomo

Como consecuencia de las activi-dades humanas se han vertido a la atmósfera grandes cantidades de plomo (Pb), un metal pesado tóxico. Este plomo se encuentra en partícu-las submicrométricas muy pequeñas, y puede ser transportado a lo largo de miles de kilómetros antes de de-positarse en el océano. Las fundicio-nes y otras instalaciones industriales constituyen importantes fuentes de plomo, pero hasta hace poco la prin-cipal fuente de origen del plomo at-mosférico era la quema de combus-tibles que contuvieran tetraetilo de plomo. La deposición atmosférica de plomo antropogénico ha ocasionado un aumento apreciable de las con-centraciones de plomo en las aguas de la superficie oceánica.

Aunque este fenómeno es más per-ceptible en el Atlántico Norte, ya se habría detectado desde hace 20 ó 30 años en el Pacífico Sur (Patterson y Settle, 1987). El plomo es uno de los pocos metales para los que la deposición atmosférica ha afectado de manera observable su concen-tración en la superficie del océano. Sin embargo, debido a la elimina-ción del plomo en los combustibles de los vehículos a motor, el aporte al océano ha disminuido significa-tivamente durante los últimos 20 ó 30 años (Huang y otros, 1996; Wu y Boyle, 1997). La Figura 3 muestra las concentraciones de plomo en la atmósfera y en la superficie del mar en las Bermudas y en sus alrededo-res desde principios de la década de 1970 hasta cerca del año 2000. El descenso del plomo atmosférico se ve reflejado en una reducción similar del plomo sobre la superficie oceáni-ca. En las proximidades de Hawai se han obtenido resultados similares. Puesto que el plomo cuenta con un período de permanencia en el océa-no relativamente corto (unos 10 a 20 años), los cambios en el flujo de aporte atmosférico se han visto refle-jados con relativa rapidez en las con-centraciones del agua superficial.

Mercurio

En la actualidad se admite claramen-te que la deposición atmosférica

es la principal fuente de mercurio (Hg) en el océano (Mason y Scheu, 2002). La mayor parte del mercurio atmosférico está presente en for-ma de mercurio elemental gaseoso, aunque también puede encontrarse mercurio iónico en fase gaseosa. La forma primaria del mercurio deposi-tado en el océano es la del mercurio iónico divalente (Hg2+) contenido en la lluvia, aunque la deposición seca de mercurio iónico gaseoso tam-bién puede ser importante (Fitzge-rald y otros, 2007). Se ha estimado que, durante los últimos 200 años, la carga atmosférica de mercurio a nivel mundial ha aumentado en un factor de 5 como consecuencia de las actividades humanas, dando lu-gar a mayores aportes de mercurio al océano durante ese tiempo (Sle-mr y Langer, 1992). Las actividades humanas controlan claramente las fuentes naturales terrestres del mer-curio atmosférico. Sin embargo, en realidad, el aporte de mercurio al océano puede estar reduciéndose en algunas regiones: hay evidencias de que en la columna de agua de la capa superior del océano cerca de las Ber-mudas, el mercurio podría haberse reducido con arreglo a un factor de 2 aproximadamente entre 1979 y 2000 (Mason y Gill, 2005).

El mercurio es altamente tóxico, y ya se han constatado varios ejemplos de su toxicidad en regiones coste-ras, comenzando por el tristemente célebre incidente de la bahía de Mi-namata. Aunque no existe prueba alguna de que el mercurio de las aguas superficiales del mar abierto haya provocado efectos tóxicos, hay evidencias importantes de que al-gunos peces de las zonas de aguas oceánicas abiertas acumulan canti-dades de mercurio suficientes como para resultar perjudiciales para los humanos si se consumen en gran cantidad. Debido a la bioacumula-ción de mercurio en los peces, se ne-cesitan datos adicionales acerca de sus índices de deposición y del papel que los seres humanos desempeñan en ellos.

Dióxido de carbono y acidificación del océano

En la medida que aumenta el dióxido de carbono atmosférico (CO2) como consecuencia de las actividades hu-manas, también lo hace la cantidad de dióxido de carbono disuelto en

Figura 3 — Cambio en las concentraciones de plomo en la atmósfera y en el océano, desde los años 70 hasta finales de los 90 en las proximidades de las Islas Bermudas (de Duce, 2001, utilizando datos de Huang y otros, 1996, y de Wu y Boyle, 1997)

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los océanos. Desde el período de la industrialización, alrededor de la mitad del dióxido de carbono antro-pogénico emitido a la atmósfera se ha disuelto en los océanos. Debido a que el pH del agua marina (en torno a 8,2 ± 0,3) viene determinado por el equilibrio existente entre las sus-tancias alcalinas disueltas (bases) que penetran en los océanos debido al envejecimiento climático de los suelos y la disolución de dióxido de carbono atmosférico (para producir acidez o iones hidrógeno (H+) en el agua), un incremento en el dióxido de carbono atmosférico originaría que el agua marina se volviera más ácida. Al mismo tiempo, la concen-tración de iones carbonato (CO3

2-) se reducirá, dificultando a los orga-nismos existentes la fabricación de sus conchas de carbonato cálcico (CaCO3), ya que dependen de la so-bresaturación derivada de la con-centración de iones carbonato.

Desde la llegada de la gran indus-trialización se calcula que el pH de la superficie de los océanos ha dis-minuido en 0,1 unidades, lo que se corresponde con un aumento del 30 por ciento en la concentración del ión hidrógeno. Suponiendo cuál será el nivel de dióxido de carbono atmosférico en el futuro, es posible estimar que, a finales de este siglo, el pH de la superficie marina puede

haberse reducido perfectamente en 0,5 unidades de pH, lo que equival-dría a un incremento del 300 por ciento en la concentración de iones hidrógeno desde la época anterior a la industrialización.

Este incremento se encuentra muy por encima del rango de variación natural indicado anteriormente, y es probable que el pH previsto sea me-nor del que se ha registrado durante muchos cientos de miles de años, o incluso más. Además, el ritmo de aumento de iones hidrógeno ha sido mucho más rápido que cualquier pro-ceso experimentado por los océanos durante este período (Royal Society, 2005). Ante este profundo y rápido cambio en el equilibrio ácido/base del agua marina, ¿qué implicaciones hay para la vida biológica, la ecolo-gía marina y las retroalimentaciones de tipo biogeoquímico, teniendo en cuenta la gran capacidad de los océanos de absorber el dióxido de carbono antropogénico?

Los corales son un ejemplo evidente de organismos con secreciones de carbonato cálcico, y muy probable-mente se verán afectados de manera adversa por la menor disponibilidad de iones carbonato en un mundo con mayores tasas de dióxido de carbono. Este fenómeno se añadirá al efecto provocado por el aumento

de la temperatura del agua del mar que ya parece estar afectando a los corales de las aguas tropicales. Ade-más, el fitoplancton microscópico, con estructuras conformadas a partir de carbonato cálcico (algo común en todos los océanos), también se en-contrará en desventaja (véase la Fi-gura 4). Por el contrario, el plancton —que crea sus estructuras a partir de la fijación de carbono— podrá bene-ficiarse en gran medida de la dispo-nibilidad de elementos de carbono adicionales como consecuencia de una mayor presencia de dióxido de carbono. De hecho, esta podría ser incluso la situación de algunos or-ganismos secretores de carbonatos, conforme desvela un estudio recien-te (Iglesias-Rodríguez y otros, 2008), según el cual se encontraron prue-bas de una mayor calcificación en una de las especies de fitoplancton adaptada a niveles de pH más bajos en el agua marina. Es probable que cualquier efecto sea más pronuncia-do en los océanos australes, donde la baja temperatura del agua da lu-gar a un mayor grado de disolución del dióxido de carbono. Obviamen-te, los organismos responderán y/o se adaptarán de diferentes maneras ante este descenso en el pH, por lo que un incremento en la acidez des-embocará, casi con toda seguridad, en cambios dentro de la biodiversi-dad marina.

Es probable que también se pro-duzcan cambios en la capacidad del océano de absorber dióxido de car-bono, debido a que el incremento en la acidez ocasiona un descenso en los iones carbonato, que son los que le confieren al agua marina gran parte de su capacidad natural para absorber dióxido de carbono. Por consiguiente, en el océano penetrará una cantidad menor del dióxido de carbono emitido en la atmósfera, lo que tendrá importantes consecuen-cias de retorno sobre el calentamien-to global. Posiblemente, otros gases importantes para el clima y la calidad del aire, como el sulfuro de dimeti-lo y los haluros orgánicos, también se vean afectados por los cambios inducidos por el pH en los microor-ganismos presentes en las proximi-dades de la superficie marina y que producen estos componentes.

Los óxidos de azufre y de nitrógeno son otros gases ácidos que se for-man como consecuencia de la que-ma de combustibles fósiles. Al igual que el dióxido de carbono, también

Figura 4 — Imágenes captadas con el microscopio electrónico de barrido de cocolitofóridos desarrollados en condiciones de altos y bajos niveles de dióxido de carbono, con arreglo a las concentraciones de alrededor de 300 ppmv ((a) – (c)) y de 780-850 ppmv ((d) – (f)). Obsérvese la diferencia existente en la estructura del cocolito (incluyendo malformaciones) y en el grado de calcificación de las células desarrolladas bajo condiciones de índices normales y elevados de dióxido de carbono (de Riebesell y otros, 2000).

a b c

d e f

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se disuelven en agua para formar soluciones ácidas (de hecho, por lo general constituyen generadores de ácido más potentes). Doney y otros (2007) informan de un ejercicio de modelización dirigido a evaluar la importancia relativa del dióxido de carbono frente a los óxidos de azufre y de nitrógeno, y concluyen que, en el caso de los océanos mundiales, el dióxido de carbono tiene mucho más peso que los otros dos óxidos.

Los sistemas de geoingeniería conce-bidos para moderar el cambio climá-tico de forma directa (por ejemplo, espejos en el espacio o inyección de partículas en la estratosfera) no ser-virán, en absoluto, para resolver el problema de acidificación del océa-no. La única forma realista de llevar-lo a cabo es reducir la cantidad de dióxido de carbono que se emite a la atmósfera. Aunque la química física que subyace bajo el papel del dióxi-do de carbono en el agua marina resulta sencilla, el efecto que produ-ce la reducción del pH sobre la vida biológica del océano y las reacciones hacia el sistema global distan mucho de estar claros. En consecuencia, se trata este de un tema que requiere un estudio más profundo con toda urgencia; de hecho, existen varios grandes programas de investigación que ya se encuentran en curso o que se iniciarán pronto.

ConclusiónEl transporte atmosférico de elemen-tos químicos hacia el océano se ha investigado durante más de un siglo. Con el tiempo, hemos sabido que la atmósfera representa una fuente de origen fundamental de nutrientes, toxinas y ácidos. También se ha des-cubierto que no existe región alguna de los océanos que pueda escapar a la influencia de la actividad del ser humano, y que esta influencia será mayor en el futuro, en la medida en que la población humana y la utili-zación por habitante de los recursos sigan aumentando.

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Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 67

MENSAJE A LOS METEORÓLOGOS

Una vez concluido el Año Geofísico Internacional (AGI), nos gustaría expresar, en nombre de la Organización Meteorológica Internacional, el agradecimiento y aprecio a los servicios meteorológicos del mundo entero por su colaboración plenamente sincera en este vasto proyecto, que constituye otra demostración más del espíritu internacional por el que los meteorólogos son ampliamente reconocidos. Debe rendirse un tributo especial a los miles de observadores meteorológicos de todo el mundo sobre quienes recayeron muchas de las responsabilidades adicionales derivadas del AGI. Estamos seguros de

que el mismo apoyo entusiasta continuará hasta que el último de los formularios que contienen las observaciones meteorológicas se haya recibido en la Secretaría de la OMM, completando, de este modo, la recopilación de datos que constituye una contribución única a los desarrollos futuros de la ciencia de la meteorología.

A. Viaut, PresidenteD.A. Davies, Secretario General

Contenido*El boletín de enero de 1959 contenía los artículos titulados: “La OMM y el desarrollo de la meteorología”, “Los problemas de naturaleza meteo-rológica en el campo de la energía atómica”, “Instrumento para contar los destellos de relámpago a esca-la local”, “La meteorología mundial: pasado y futuro” y “Nuevo buque meteorológico oceánico británico”. También se abordaron la segunda reunión de la Comisión de Meteoro-logía Agrícola, la colaboración con otras organizaciones internaciona-les, el Año Geofísico Internacional, las actividades de las asociaciones regionales y de las comisiones técni-cas, y la asistencia técnica.

La OMM y el desarrollo de la meteorología

Logros de gran importancia

Las inmensas tareas [...] asignadas a la Organización se han llevado a cabo de forma satisfactoria, pese a contar con unos presupuestos rela-

tivamente modestos, gracias a los generosos ofrecimientos de nues-tros Miembros, a la capacidad y motivación de nuestros expertos y al trabajo duro. Buena parte de este último ha sido fruto de una dedica-ción incansable al deber por parte del personal de la Secretaría bajo la dirección del difunto G. Swoboda (quien fue el responsable de garanti-zar la indispensable transición desde la antigua OMI sin ningún problema) y, posteriormente, bajo la del diná-mico D.A. Davies [...].

Por suerte, este esfuerzo no ha sido en vano. Algunos de los numerosos logros de los que la OMM puede sen-tirse orgullosa son los siguientes:

• la creación de los Reglamen-tos técnicos que, junto con las comparaciones de barómetros y radiosondas, contribuyen a la normalización universal de los procedimientos y prácticas me-teorológicos;

• la publicación de numerosas No-tas técnicas y del Atlas de nubes, cuyo éxito ha superado todas nuestras expectativas;

• la mejora continua de las redes de observación y de los canales de transmisión, en los que su efi-cacia y regularidad podría servir de ejemplo para otras disciplinas científicas que se encuentran in-mersas en el paso desde la fase de laboratorio hasta la fase si-nóptica mucho después que la meteorología;

• la cooperación internacional con respecto a los problemas de las zonas áridas y en el de-

Hace cincuenta años…

* Puede encontrarse una versión más completa de la sección “Hace cincuenta años” en la versión electrónica del Boletín de la OMM: http://www.wmo.int/pages/publications/bulletin_en/

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68 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

sarrollo de los recursos hídri-cos;

• la participación a gran escala en el programa del Año Geofísico Internacional, incluida la crea-ción de un Centro de datos me-teorológicos en Ginebra;

• la participación cada vez mayor en el Programa de asistencia téc-nica de las Naciones Unidas.

Todos estos logros se han alcanza-do en armonía con los objetivos de nuestra Organización, siendo uno de los más importantes de estos úl-timos el de “fomentar la aplicación de la meteorología a la aviación, a la navegación marítima, a la agricul-tura y a otras actividades humanas”. Probablemente habría que prestar una atención más especial a otro de nuestros objetivos, el de “alentar la investigación y enseñanza de la me-teorología, y ayudar a coordinar los aspectos internacionales de la inves-tigación y enseñanza mencionadas”.

Nuevas áreas de actividad

Mientras tanto, la Organización se ha tenido que enfrentar a algunos problemas urgentes y completa-mente nuevos como son los rela-cionados con la utilización de la energía atómica y con la aparición de la aviación comercial a reacción. Gracias a la cooperación de algunos Miembros que han prestado gentil-mente los servicios de expertos en estos campos, el Comité Ejecutivo ha podido actuar de forma apropia-da y eficaz. [...]

Se ha solicitado la colaboración de nuestra Organización en otro cam-po importante, el de la hidrología, pues cada vez parece más claro que se necesita una coordinación intergubernamental de las observa-ciones e investigaciones hidrológi-cas por todo el mundo. El Consejo económico y social de las Naciones Unidas ha recomendado que se am-plíen las competencias de la OMM de forma que abarquen una buena parte de este campo. [...] La Secre-taría ha llevado a cabo un estudio preliminar que ha puesto de relie-ve que son muchos los Miembros que están a favor de dar ese paso, lo que aumentaría la importancia y

el prestigio de la Organización. La decisión final corresponde al Tercer Congreso.

[...] Creo que la OMM ha obtenido unos resultados que convencen [...] a los Miembros de que se ha hecho el mejor uso posible de las contribucio-nes que han aportado. F.W. Reichel-derfer señaló, con bastante acierto, que “[los meteorólogos] se han vis-to obligados a practicar su profesión con una mínima infraestructura y con una exigua cantidad de informa-ción y datos, y esta infraestructura se encontraría por debajo de los están-dares razonables en otras ciencias fí-sicas”. Este espíritu de ahorro, que es una especie de característica profe-sional de los meteorólogos, ha lleva-do a que la OMM, cuando se traslada al ámbito internacional, constituya una de las mejores inversiones entre los organismos internacionales.

Problemas para el estudio en el futuro

Con razón podemos estar orgullosos de los resultados que ya se han ob-tenido, pero debemos garantizar que este deseo tan loable de ahorro no conduzca a una austeridad perjudi-cial. Empleando una metáfora ana-tómica, nuestra Organización puede ser delgada pero no debe correr el riesgo de convertirse en raquítica.

Lo mencionado con anterioridad re-sulta especialmente importante en este momento, ya que la meteoro-logía se encuentra experimentando en la actualidad una evolución que con el paso del tiempo algún día podrá considerarse como una revo-lución. Los mapas tradicionales que representan las isobaras, los fren-tes y las masas de aire, utilizados de forma exclusiva hasta hace muy poco, se complementan hoy en día con mapas de isohipsas que, a su vez, podrían sustituirse parcialmen-te por mapas de la tropopausa y de líneas de corriente. Cada vez cono-cemos mejor la circulación general, las corrientes en chorro y la estruc-tura de la tropopausa. El estudio de los vientos en altura en el cinturón comprendido entre los 20 y 40 km al norte del Trópico de Cáncer muestra, por ejemplo, que además de las va-riaciones estacionales de los vientos del este, existen también variaciones

en la velocidad y en la dirección que merecen un estudio más estrecho a fin de determinar su causa y su rela-ción con la evolución del campo de viento, hasta el nivel de la tropopau-sa como mínimo. Por otra parte, es posible confirmar sin duda alguna la existencia de una capa con un es-pesor medio de 7 km, situada 2 km por encima de la tropopausa, donde la velocidad del viento disminuye considerablemente y las variacio-nes térmicas son muy pequeñas: se trata, por tanto, de una capa donde las condiciones de ausencia de nu-bes –y probablemente, también de turbulencia– resultan ideales para los vuelos de largo recorrido de los aviones turbohélice del futuro. Por consiguiente, cada día se presentan nuevas evidencias del carácter de la interdependencia mundial de todos los fenómenos atmosféricos.

Los mapas elaborados por los ser-vicios meteorológicos en el pasado comprendían áreas de extensión variable pero, a menudo, limitada. Hoy en día, la representación de ma-pas hemisféricos tendrá que formar parte del trabajo cotidiano, al menos en determinados servicios; a su vez, dentro de poco tiempo los mapas globales se introducirán en la prác-tica rutinaria.

De forma paralela al aumento de la intensidad del trabajo meteorológi-co, también se produce una expan-sión de su alcance. Las observacio-nes relativas a la radiación, el ozono, la composición química del aire y la radiactividad, hasta ahora no muy extendidas, están adquiriendo una importancia cada vez mayor; ya no se realizan únicamente en estaciones aisladas, sino que también se llevan a cabo a través de redes organiza-das. El Año Geofísico Internacional ha acelerado este desarrollo y sería lamentable que estas nuevas redes se clausurasen.

Aplicación de las nuevas técnicas

Las nuevas técnicas están a punto de aportar una valiosa contribución a esta masa de datos. Aún es dema-siado pronto para realizar un inven-tario completo de todo lo que cabe esperar que puedan ofrecer a la me-teorología las observaciones desde

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fuera de la atmósfera por medio de cohetes o satélites artificiales. Sin embargo, ya podemos suponer que las medidas del albedo terrestre que se incluyen en estas observaciones serán de un gran valor para los me-teorólogos. Las primeras fotografías tomadas sobre vastas zonas de nu-bes abren, asimismo, posibilidades muy halagüeñas.

La transmisión y aplicación de esta enorme cantidad de información oca-siona considerables problemas que solamente pueden solucionarse por medio de una coordinación interna-cional cada vez mayor que nuestra Organización por sí misma es capaz de asegurar, siempre que disponga de los medios necesarios. Sería con-veniente que todos los servicios me-teorológicos contasen con sus pro-pias redes de transmisión, lo que ga-rantizaría entonces su capacidad para obtener directamente y con el menor retraso posible los datos sinópticos básicos esenciales para el funciona-miento regular de sus servicios de predicción del tiempo, que deben proporcionar la información necesa-ria para numerosas actividades hu-manas que dependen de los cambios en las condiciones meteorológicas.

El progreso que se está alcanzando en la predicción numérica del tiem-po ha conducido a que los servicios meteorológicos cada vez utilicen más los ordenadores electrónicos. La eficacia de estas máquinas está vinculada, en gran medida, a la po-sibilidad de atender su enorme de-manda de observaciones recientes. Como consecuencia de esta nueva obligación, resulta más esencial que nunca actualizar los planes de tele-comunicaciones meteorológicas in-ternacionales.

Una de las tareas de mayor enverga-dura y urgencia que deberán afrontar

los meteorólogos es la del proceso de los datos del Año Geofísico Inter-nacional. De ella cabe esperar unos beneficios inmensos para la huma-nidad en lo que será la empresa científica más importante de todos los tiempos. Sin duda alguna, todos los meteorólogos están preparados para llevar a cabo los esfuerzos po-sibles de cara a garantizar que no se tarde demasiado en alcanzar estos beneficios.

Hay un refrán que dice que la unión hace la fuerza. Durante muchos años, los meteorólogos de todo el mundo, preocupados por los problemas re-lacionados con la atmósfera –que no entiende de fronteras políticas–, han compartido las mismas inquietudes. Felizmente, en este innegable cam-po del conocimiento, los contactos entre distintas personas han sido posibles gracias a nuestras reunio-nes orientadas a desarrollar lazos de amistad aún más estrechos. Es esta unidad fraternal, que trasciende más allá de cualquier cambio en nuestro devenir, la que proporciona el mayor de los estímulos frente a las ingentes tareas ya conocidas y las que están por llegar.

A. Viaut, Presidente de la OMM

Noticias y avisos

Fallecimiento de Sir Gilbert Walker

Con pesar hemos conocido el falle-cimiento de Sir Gilbert Walker, Caba-llero Compañero de la Orden de la Estrella de la India (CSI) y Miembro de la Real Sociedad Británica (FRS), el 4 de noviembre de 1958 a los 90 años de edad. Sir Gilbert estudió en el St Paul’s School de Londres y en el Trinity College de Cambridge, donde

se interesó por las matemáticas en los campos de la dinámica y el elec-tromagnetismo. No fue hasta 1903, al convertirse en director general de observaciones en la India, cuando se estrechó su relación con la meteoro-logía.

Sir Gilbert será recordado, sobre todo, por su extraordinaria contri-bución al establecimiento de corre-laciones entre los fenómenos me-teorológicos en distintas partes del mundo que conformaron la base de su método de predicción de las ca-racterísticas del monzón del océano Índico. Fue responsable, asimismo, del inicio de algunas de las primeras investigaciones sobre la electrici-dad atmosférica y la alta atmósfera. En 1924 sucedió a Sir Napier Shaw como catedrático de meteorología en el Imperial College of Science and Technology de Londres, donde per-maneció hasta su jubilación en 1934. Durante este período prestó gran atención a los trabajos de investiga-ción relativos a la formación de las nubes.

A lo largo de más de 20 años, Sir Gil-bert desempeñó también un papel muy activo en el funcionamiento de la OMI. Durante buena parte de ese tiempo fue miembro del Comité Me-teorológico Internacional y participó, asimismo, en algunas comisiones responsables de abordar muchos aspectos diferentes de la meteoro-logía.

Tras una larga y distinguida trayecto-ria que le reportó numerosas distin-ciones, Sir Gilbert continuó con sus trabajos de investigación a lo largo de su jubilación manteniendo, como siempre, el mayor de los entusias-mos. Por su 90.º cumpleaños se pi-dió su colaboración en la redacción de un libro de texto acerca de la ae-rodinámica de las flautas.

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Kenneth PotterKenneth Evan Duke Potter, Director del Servicio Hidrometeorológico de Guyana entre 1965 y 1975 y Repre-sentante Permanente de Guyana ante la OMM desde 1967 hasta 1979, falleció en Sídney (Australia) el 10 de junio de 2008.

Ken nació en Georgetown (Guyana) el 14 de junio de 1935. Cursó sus estudios secundarios en el Queen’s College, una prestigiosa escuela de su ciudad natal, y obtuvo una beca para estudiar ingeniería civil en la Universidad de Aberdeen, en Esco-cia. En 1958 se licenció en Ciencias y en 1963 obtuvo un Diploma de posgrado en Ingeniería Hidrológica del Imperial College, Universidad de Londres.

Ken comenzó su carrera profesio-nal en el Departamento de drenaje y riego de Guyana y, entre 1958 y 1965, ocupó varios cargos de inge-niería. Cuando se creó el Servicio Hidrometeorológico de Guyana en 1965, como una división centraliza-da del Ministerio de Obras Públicas e Hidráulica, fue nombrado Jefe de hidrometeorología, cargo que des-empeñó durante nueve años. Bajo su dirección, el Servicio Hidrome-teorológico se convirtió rápidamen-te en una entidad bien coordinada y dinámica, con un núcleo sólido de profesionales.

A comienzos de su mandato como Jefe de hidrometeorología, Ken re-conoció que la escasez de técnicos hidrológicos preparados suponía un obstáculo importante para evaluar y

desarrollar los recursos hídricos de Guyana y de los países caribeños de habla inglesa. En consecuencia, hizo todo lo posible para que se creara un programa de capacitación en institu-ciones similar al que ya existía para los técnicos meteorológicos en la región. Se convirtió en la fuerza pro-pulsora para la creación del Instituto de Hidrología Operativa del Caribe (COHI), fundado en 1980 con el pa-trocinio de la OMM junto con el del Instituto Meteorológico del Caribe (IMC) en Barbados.

En 1968 Ken conoció a Lesley, una joven australiana graduada en geo-grafía que estaba realizando su tra-bajo de campo en Guyana como par-te del programa de doctorado de la Universidad McGill de Montreal. En 1971, Lesley regresó para ocupar un puesto en la Universidad de Guyana. Se casaron en Georgetown en 1973.

En 1975, Ken fue nombrado Jefe de obras del Ministerio de Obras Pú-blicas y Transporte de Guyana, asu-miendo así la responsabilidad de coordinar y supervisar el trabajo de las ocho Divisiones Técnicas del Mi-nisterio.

En 1980, Ken trabajó como asesor de la OMM a fin de poner en mar-cha la fase operativa del proyecto del COHI. Unos años más tarde, este instituto se fusionó con el IMC para crear el Instituto de Meteorología e Hidrología del Caribe.

El interés de Ken por el agua iba más allá de lo profesional, pues él era un entusiasta de los deportes acuáticos, sobre todo del remo. Fue miembro

fundador del club de remo de Geor-getown. Disfrutaba navegando en el río Demerara y, ocasionalmente, se aventuró a navegar en el mar Caribe y alrededor de las islas.

En 1980 Ken renunció a su cargo en Guyana y se instaló con Lesley en Adelaida (Australia). Desde 1981 hasta 1992 trabajó con una empresa consultora en una gran variedad de proyectos de ingeniería hidrológica e hidráulica en el sur de Australia. En 1993 abrió su propia consultoría especializada en problemas de inun-daciones y drenaje.

Ken era muy respetado por su traba-jo tanto en el Caribe como en el sur de Australia. Su familia y amigos lo describen como un caballero, tran-quilo y amable. Fue un placer haber-lo conocido y trabajado con él, y un privilegio haber sido su amigo.

Acompañamos en el sentimiento a su mujer, Lesley, y a su hija, Ann.

John Bassier

Necrología

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Visitas del Secretario GeneralEl Secretario General, el Sr. Michel Jarraud, realizó recientemente visi-tas oficiales a varios países Miem-bros, tal y como se detalla a conti-nuación. El Secretario General desea dejar constancia de su gratitud a to-dos los Miembros por la amabilidad y hospitalidad que le demostraron.

Países Bajos

El Secretario General visitó Ámster-dam el 29 de septiembre de 2008 por invitación del Presidente de la Socie-dad Meteorológica Europea (EMS), con el fin de participar en la inaugu-ración de la octava Reunión anual de la EMS y de la séptima Conferencia europea sobre meteorología apli-cada. El Sr. Jarraud pronunció un discurso titulado “El papel que está desarrollando la OMM con respecto a la adaptación al cambio climático”, al que siguió un turno de preguntas y un animado debate.

Gambia

Por invitación del Gobierno de Gam-bia cursada por el Excmo Sr. el Hon. Momodou Cham, Secretario de Esta-do de Silvicultura y Medio Ambiente, el Secretario General visitó Gambia para asistir al Foro de Gambia sobre cambio climático, inaugurado en Ko-loli el 6 de octubre de 2008.

Entre los principales objetivos de la reunión se encontraba el de aumen-tar la sensibilización con respecto a algunos de los informes medioam-

bientales más importantes, inclui-do el Cuarto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climáti-co (IPCC), que la OMM copatrocina desde 1988. El Sr. Jarraud subrayó la relevancia de avanzar rápidamente tanto en la mitigación de las emisio-nes de gases de efecto invernadero como en la adaptación a los efectos locales del cambio climático. Asimis-mo, agradeció la iniciativa gambiana relativa al cambio climático a la vez que destacó la urgente necesidad de que el conjunto del continente africano se enfrente al problema del cambio climático.

El Secretario General se reunió con el Excmo Sr. Ajaratou Isatou Njie-

Saidy, Vicepresidente de la Repú-blica de Gambia, para intercambiar impresiones sobre el desarrollo sos-tenible. El Sr. Jarraud visitó también la Oficina central de predicción me-teorológica situada en el Aeropuerto internacional de Banjul.

Nueva York (Naciones Unidas)

El Secretario General asistió a la se-gunda reunión regular de 2008 y al encuentro privado de la Junta de Jefes Ejecutivos (JJE) del sistema de las Naciones Unidas para la coordi-nación, presidida por el Secretario General de las Naciones Unidas en

Noticias de la Secretaría de la OMM

Banjul (Gambia), octubre de 2008 – La Secretaria de Estado de Justicia, la Sra. Marie Saine Firdaws, saluda al Sr. Jarraud. A su derecha aparecen el Sr. Ousman Jah, jefe del Departamento de ciencias sociales de la Universidad de Gambia, y el Sr. A. Ndiaye, director de la Oficina regional de la OMM para África.

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la sede central de este organismo en Nueva York, los días 24 y 25 de oc-tubre de 2008. La reunión se centró en el cambio climático, la seguridad del personal, la crisis económica, el reto energético mundial y la habitual charla informativa sobre temas polí-ticos, económicos y sociales. Por lo que respecta al cambio climático, la JJE analizó los progresos regis-trados en el desarrollo de un enfo-que común para el sistema de las Naciones Unidas en el que la OMM, junto con la UNESCO, desempeña un papel clave de convocatoria a la hora de coordinar esfuerzos para aumentar el conocimiento del clima, incluyendo el sistema climático y el seguimiento de los impactos, la eva-luación, las predicciones y las alertas tempranas de extremos climáticos. El conocimiento del clima se susten-ta en cinco pilares fundamentales: la adaptación, la mitigación, la reduc-ción de emisiones causadas por la deforestación y degradación de los bosques (REDD), la transferencia de tecnología, y la creación de capaci-dad y financiación.

La JJE analizó el proyecto de infor-me de los coordinadores de todas las áreas a través del Comité de alto ni-vel sobre programas. El documento resultante, denominado “Tomando medidas sobre el cambio climático: el sistema de NU unido en la acción”, fue aprobado para su presentación a los Estados Miembros en la Conferencia de NU sobre el cambio climático de Poznan, en diciembre de 2008, como continuación del trabajo encaminado al desarrollo de un marco común de referencia para su presentación en la reunión de la Conferencia de las Par-tes (COP) del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Cli-mático (CMNUCC).

Los miembros de la JJE expresaron su compromiso continuado con los esfuerzos colectivos con respecto al cambio climático.

China

El Presidente y el Secretario General de la OMM visitaron China, del 27 al 29 de octubre de 2008, para entre-gar el 53.º Premio de la Organización Meteorológica Internacional (OMI) al Sr. Qin Dahe y el Premio de investi-gación 2008 de la OMM para jóvenes científicos a la Sra. Sun Ying.

En el transcurso de su estancia tu-vieron ocasión de reunirse con el

Excmo. Sr. Hui Liangyu, Viceprimer Ministro del Consejo de Estado de China, con el fin de intercambiar pun-tos de vista sobre cuestiones de inte-rés común, especialmente en lo que se refiere al cambio climático y el pa-pel de la Administración Meteoroló-gica China (CMA), el fortalecimiento de la cooperación mundial y la cola-boración entre China y la OMM.

Los Sres. Bedritsky y Jarraud visita-ron la CMA, donde el Representante Permanente de China ante la OMM, el Sr. Zheng Guoguang, les informó de los logros y progresos alcanzados en diversos campos, entre los que cabe destacar la meteorología por satélite, la reducción del riesgo de desastres y las contribuciones más importantes de la CMA de cara a la reciente acogida, por parte de China, de los XXIX Olimpiadas de Verano y de los Juegos Paralímpicos.

Emiratos Árabes Unidos

Atendiendo una invitación especial del Foro Económico Mundial, el Se-cretario General se desplazó a Du-bai, del 7 al 9 de noviembre de 2008, para participar en la Cumbre sobre la agenda mundial.

El Sr. Jarraud tomó parte en varios debates donde subrayó el papel que desempeña la OMM con respecto a

la reducción del riesgo de amenazas naturales y el cambio climático, así como las actividades que la OMM lleva a cabo para ayudar a sus Miem-bros en los campos de la adaptación al cambio climático y la prevención y mitigación de desastres naturales.

Egipto

El 9 de noviembre de 2008, el Secre-tario General viajó a Alejandría para participar en la novena Conferencia internacional sobre el desarrollo de las tierras áridas: desarrollo sosteni-ble en las tierras áridas, cómo afron-tar el reto del cambio climático glo-bal. La reunión fue organizada por la Comisión internacional para el desa-rrollo de las tierras áridas.

El Secretario General pronunció un discurso titulado “El cambio climá-tico y las tierras áridas: los impac-tos sobre los recursos naturales y el papel de la OMM”, que se centró en el tema primordial de garantizar el rendimiento agrícola a largo plazo sin menoscabo de la conservación de la tierra, el agua y la biodiversi-dad. El Sr. Jarraud puso de relieve que el desarrollo sostenible de las regiones afectadas por la sequía y la desertificación solamente puede llegar a través de acciones concer-tadas que se basen en un sólido co-nocimiento de los distintos factores

Pekín (China), 28 de octubre de 2008 – Entrega del 53.º Premio de la OMI a Qin Dahe: el Viceprimer Ministro chino, Hui Liangyu (en el centro) con, a su derecha, el Presidente de la OMM, Alexander Bedritsky; a su izquierda, el Secretario General de la OMM, Michel Jarraud, y el Representante Permanente de China ante la OMM, Zheng Guoguang; el primero por la derecha, Qin Dahe; y la primera por la izquierda, la directora del Departamento del gabinete y relaciones externas de la OMM, Elena Manaenkova.

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que contribuyen a la degradación de la tierra.

Argelia

El 19 de noviembre de 2008 el Se-cretario General se desplazó a Argel para asistir a la Conferencia africana de ministros de medio ambiente so-bre el cambio climático más allá del año 2012. Esta reunión constituía un encuentro preparatorio de alto nivel de cara a la COP de la CMNUCC, a celebrarse en Poznan (Polonia), en diciembre de 2008.

En su discurso ante los asistentes a la reunión, el Sr. Jarraud destacó la importancia de desarrollar planes estratégicos para África relativos al cambio climático, que contribuirán a preparar mejor al continente frente a los impactos del cambio climático en el siglo XXI. Estos planes incluyen el establecimiento de un marco regio-nal eficaz para todos los programas nacionales y regionales pertinentes sobre el cambio climático, con la idea de identificar sus defectos y so-lucionarlos en el contexto africano, en particular reforzando y movili-zando las estructuras e instituciones que sea necesario.

La conferencia también brindó la oportunidad de intercambiar im-presiones con los ministros y res-ponsables ejecutivos de los orga-nismos internacionales presentes en la reunión.

Panamá

El Secretario General visitó Panamá para pronunciar un discurso ante la sexta Conferencia de Directores de

Servicios Meteorológicos e Hidroló-gicos Iberoamericanos (27-29 de no-viembre de 2008).

Los objetivos de la Conferencia de Directores son los de intensificar la capacidad institucional de los Servi-cios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN), fortalecer la enseñanza y formación profesional de su personal, y mejorar sus infra-estructuras operativas y de gestión. Mediante la cooperación horizontal, los SMHN pueden optimizar sus re-cursos, compartir experiencias e in-tegrar el desarrollo meteorológico e hidrológico a lo largo y ancho de las dos Regiones de la OMM.

Durante su visita, el Sr. Jarraud man-tuvo encuentros con el Ministro de Panamá para Asuntos del Canal, el Sr. Dani Kuzniecky; con el Vicemi-nistro de Asuntos Exteriores, el Sr. Ricardo Durán; con el Gerente de la Empresa de Transmisión Eléctrica SA (ETESA), el Sr. Isaac Castillo; con el Presidente de la Agencia Estatal de Meteorología de España y Represen-tante Permanente de este país ante la OMM, el Sr. Francisco Cadarso; y con la Gerente de hidrometeorolo-gía de ETESA y Representante Per-manente de Panamá ante la OMM, la Sra. Luz Graciela M. de Calzadilla.

Polonia

El Secretario General acudió a Poz-nan (Polonia), del 9 al 11 de diciem-bre de 2008, para asistir a la Con-ferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (14.ª reu-nión de la Conferencia de las Par-tes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, CMNUCC). El Sr. Jarraud fue el anfitrión de un almuerzo de trabajo para 30 representantes per-manentes y otros delegados de alto nivel de los SMHN, lo que supuso una oportunidad para interactuar e intercambiar libremente diferentes puntos de vista entre los asistentes a la conferencia.

Panamá, noviembre de 2008 – El Secretario General participó en la sexta Conferencia de Directores de Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Iberoamericanos.

Poznan (Polonia), 10 de diciembre de 2008 – Las Naciones Unidas convocaron el acto paralelo: “Tomando medidas sobre el cambio climático: el sistema de NU unido en la acción” (de izquierda a derecha): Anna Tibaijuka, Directora Ejecutiva de NU-HABITAT; Kandeh Yumkella, Director General de UNIDO; Michel Jarraud, Secretario General de la OMM; Ban Ki-moon, Secretario General de NU; Achim Steiner, Director Ejecutivo del PNUMA; Sha Zukang, Subsecretario General de Asuntos Económicos y Sociales; Katherine Sierra, Vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.

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Asuntos de personal

Nombramientos

Barbara J. RYAN: directora de la Oficina del Programa espacial de la OMM, Sección del sistema integrado de observación mundial de la OMM,

Departamento de sistemas de observación e información, el 2 de octubre de 2008.

Lisa-Anne JEPSEN: funcionaria administrativa de la Secretaría del Grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático, el 1 de octubre de 2008.

Michael I. BERECHREE: coordinador técnico de retransmisión de datos meteorológicos de aeronaves de la División de sistemas de observación

de la OMM, Sección del sistema integrado de observación mundial de la OMM, Departamento de sistemas de observación e información, el 1 de noviembre de 2008.

Anna Christina KUHN: funcionaria profesional auxiliar de la Oficina de planificación mixta del Sistema mundial de observación del clima de la OMM, Sección del

sistema integrado de observación mundial de la OMM, Departamento de sistemas de observación e información, el 1 de octubre de 2008.

Ascensos

Anushia MANOHARAN, funcionaria de asuntos financieros (salarios) de la División de finanzas, Departamento de gestión de recursos, el 1 de octubre de 2008.

Melissa SERANTES, empleada de la Oficina de comunicación y

actividades públicas, Departamento del gabinete y relaciones externas, el 20 de octubre de 2008.

Despedidas

Dusan HRCEK, Representante de la OMM para Europa, Departamento de desarrollo y actividades regionales, se jubiló el 16 de octubre de 2008.

Inés BRÜLHART, traductora, revisora e intérprete de la Sección de servicios lingüísticos y publicaciones, Departamento de servicios de apoyo a los programas, se jubiló el 30 de noviembre de 2008.

Jean-Baptiste MIGRAINE, funcionario profesional auxiliar de la División de reducción del riesgo de desastres, Sección de reducción del riesgo de desastres y prestación de servicios, Departamento de condiciones meteorológicas y servicios de reducción del riesgo de desastres, dejó la OMM el 30 de noviembre de 2008 tras concluir su misión de tres años.

Antonio BELDA, operador de impresión de la Sección de servicios lingüísticos y publicaciones, Departamento de servicios de apoyo a los programas, cesó su actividad en la OMM el 31 de octubre de 2008.

Aniversarios

Olga BERNASCHINA, empleada de terminología y referencias de la Sección de servicios lingüísticos y publicaciones, Departamento de servicios de apoyo a los programas: 20 años el 2 de octubre de 2008.

Azeddine ABDERRAFI, empleado de reproducción digital de la Unidad de impresión y publicaciones electrónicas, Sección de servicios lingüísticos y publicaciones, Departamento de servicios de apoyo a los programas: 25 años el 1 de noviembre de 2008.

Yvette BURNET DENIS, secretaria auxiliar de la División de predicción hidrológica y recursos hídricos, Sección de hidrología y recursos hídricos, Departamento del clima y el agua: 20 años el 1 de noviembre de 2008.

El Sr. Jarraud se reunió con Elisabeth Lipiatou y Lars Muller (Comisión Eu-ropea) para analizar la participación de la Comisión en la Tercera Conferen-cia Mundial sobre el Clima (CMC-3) (agosto-septiembre de 2009).

El Secretario General participó, asi-mismo, en una mesa redonda orga-nizada por los miembros de la Junta de Jefes Ejecutivos (JJE) del sistema de las Naciones Unidas para la coor-dinación, que estuvo presidida por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Diez miem-bros de la JJE asistieron a la mesa redonda que se organizó con el fin de poner de manifiesto el concepto del “sistema de NU unido en la ac-ción”. El Sr. Jarraud destacó la CMC-3 y los resultados que de ella se espe-ran, que se encuentran en línea con los objetivos del CMNUCC.

El Secretario General ofreció una conferencia de prensa y varias en-trevistas con representantes de los medios de comunicación en las que remarcó la importancia de la infor-mación y predicciones climáticas así como la necesidad de rellenar las lagunas de datos de las redes de observación, sobre todo en los paí-ses en vías de desarrollo. La nota de prensa emitida en las seis lenguas oficiales de NU, fue ampliamente di-fundida.

El Sr. Jarraud tuvo ocasión de reu-nirse con el Sr. Ales Kutak, Ministro Adjunto de Medio Ambiente de la República Checa, país que ostentará la próxima presidencia de la Unión Europea. Entre las propuestas de-batidas estaba la posibilidad de que aquel país acogiera una reunión pre-paratoria de la CMC-3 así como el apoyo para garantizar una participa-ción de alto nivel en la Conferencia.

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Novedades editoriales de la OMM

Reglamento Técnico Volumen II – Servicio Meteorológico para la navegación aérea internacional (OMM-No. 49)[A - C - E - F - I - R]CD-ROM2008; 175 pp.ISBN 978-92-63-30049-2Precio: 70 CHF

Aerodrome reports and forecasts–a user’s handbook to the codes (WMO-No. 782)[F - I - R]2008; 81 pp.ISBN 978-92-63-10782-4Precio: 20 CHF

From weather gods to modern meteorology–a philatelic journey (WMO-No. 1023)[Inglés]2008; 111 pp.ISBN 978-92-63-11023-7Precio: 40 CHF

Consejo Ejecutivo, sexagésima reunión. Informe final abreviado con resoluciones (OMM-No. 1032)[A - C - E - F - I - R]CD-ROM2008; vi + 191 pp.ISBN 978-92-63-31032-3Precio: 16 CHF

Expert Meeting to Evaluate Skill of Tropical Cyclone Seasonal Forecasts (Boulder, Colorado, USA, 24-25 April 2008) (WMO/TD-No. 1455)[Inglés]2008; 26 pp.Precio: 30 CHF

Nuevos libros recibidos

Uno de los factores que podrían con-tribuir a la modificación de las preci-pitaciones es la contaminación debi-da a los aerosoles que proceden de fuentes diversas como la contamina-ción atmosférica de las ciudades y la quema de biomasa. Los cambios na-turales y antropogénicos en los ae-rosoles atmosféricos podrían tener importantes efectos en la precipita-ción al influir en el ciclo hidrológico lo que, a su vez, sería susceptible de realimentar los cambios climáticos.

Este libro analiza nuestro conoci-miento de la relación que existe en-tre los aerosoles y la precipitación que alcanza la superficie terrestre.

Este libro examina los impactos del cambio climático en la economía australiana, los costes de la adapta-

ción y mitigación, y el contexto inter-nacional en el que se desenvuelve y se gestiona el cambio climático. Se analizan los elementos de que debe constar una respuesta política inter-nacional adecuada, así como los re-tos que afronta Australia a la hora de jugar la parte que le corresponde en esta respuesta. El libro de Garnaut estudia las políticas que la comuni-dad internacional debería adoptar como respuesta al cambio climático.

Esta obra presenta un análisis inte-grado del extenso campo de investi-gación que constituyen los desastres a gran escala y establece un marco común para predecir, controlar y gestionar los desastres, tanto antro-pogénicos como naturales. Se pres-ta especial atención a los episodios causados por las condiciones meteo-rológicas y por el cambio climático. Otros temas que también se tratan en este libro son la contaminación atmosférica, los tsunamis, la modeli-zación de desastres, el uso de la tele-detección y la logística de la gestión de desastres.

Aerosol Pollution Impact on Precipitation: A Scientific Review

Zev Levin, William R. Cotton (Eds.)Springer (2009)ISBN 978-1-4020-8689-2xxi + 386 pp.Precio: 149,95 €/229 US$

The Garnaut Climate Change Review

Ross GarnautCambridge University Press (2008)ISBN 978-0-521-74444-7xiv + 634 pp.Precio: 60 US$

Large-Scale Disasters Prediction, Control and Mitigation

Editado por Mohamed Gad-el-HakCambridge University Press (2008)ISBN 978-0-521-87293-5xxiii + 576 pp.Precio: 100 £/200 US$

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76 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

Fecha Título Lugar11-15 enero Reunión anual de 2009 de la Sociedad Meteorológica Estadounidense

(copatrocinada)Phoenix (Estados Unidos)

12-14 enero Grupo de trabajo CLIVAR sobre predicción estacional a interanual, 12.ª reunión Miami (Estados Unidos)19-20 enero Reuniones consultivas de la OMM sobre política de alto nivel en cuestiones

satelitales, novena sesiónPuerto España (Trinidad y Tobago)

19-21 enero Cursillo del TIGGE sobre modelización de área limitada Bolonia (Italia)19-23 enero Grupo directivo científico del GEWEX, 21.ª reunión Irvine (Estados Unidos)21-22 enero Mesa de la OMM, 61.ª reunión Puerto España (Trinidad y Tobago)26-30 enero Reunión conjunta GEOMON/IMECC Ginebra26-28 enero Reunión de planificación científica para una campaña de investigación

estudiantil del Programa GLOBE sobre el cambio climáticoGinebra

2-4 febrero Reunión de 2009 de los Presidentes de las Comisiones Técnicas Ginebra2-5 febrero Reunión sobre la actualización del plan de aplicación del SMOC (SMOC-92) Ginebra4-6 febrero Proyecto de demostración de predicciones de fenómenos meteorológicos

violentos – Reunión del equipo de ejecución del subproyecto regional de la AR IIIBrasilia (Brasil)

5-6 febrero Tercera reunión del Grupo de ejecución de los RARS – Tercera reunión del grupo de establecimiento del IGDDS

Tokio (Japón)

9-10 febrero Equipo especial de investigación, segunda reunión Ginebra9-20 febrero Cursillo de formación en predicción operativa de ciclones tropicales en el

CMRE – Centro de Ciclones Tropicales de Nueva Delhi (CMRE)Nueva Delhi (India)

11-13 febrero Grupo de trabajo del CE sobre cuestiones relacionadas con el clima, el agua y el medio ambiente, segunda reunión

Ginebra

16-19 febrero Reunión del equipo de expertos de la CMAg sobre la preparación ante los casos de sequía y de temperaturas extremas y la gestión de los mismos para garantizar el futuro de la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca

Pekín (China)

16-20 febrero Grupo consultivo de trabajo de la CHi, primera reunión Ginebra23-25 febrero Conferencia Internacional sobre desafíos y oportunidades en la

agrometeorologíaNueva Delhi (India)

26-28 febrero Reunión del Equipo de ejecución/coordinación de la CMAg sobre sistemas de apoyo para servicios agrometeorológicos

Nueva Delhi (India)

2-6 marzo Grupo de expertos OMM/CESPAP sobre ciclones tropicales, 36.ª reunión Mascate (Omán)9-13 marzo Tercer Simposio científico internacional sobre el programa THORPEX Monterrey (Estados Unidos)16-18 marzo Grupo de trabajo del CE sobre planificación estratégica y operacional de la

OMM, segunda reuniónGinebra

16-18 marzo Comité internacional de organización para la Tercera Conferencia Mundial sobre el Clima, tercera reunión

Bonn (Alemania)

23 marzo-3 abril Cursillo de la AR IV sobre predicción y aviso de huracanes y Servicios Meteorológicos para el Público

Miami (Estados Unidos)

23-25 marzo Reunión del Grupo de gestión de la Comisión de Climatología Ginebra1-3 abril Grupo de gestión de la CCl Ginebra24 abril-1 mayo Asociación Regional IV, 15.ª reunión Nassau (Bahamas)11-14 mayo Cursillo de formación sobre gestión integrada de crecidas Teherán (Irán)18-21 mayo Cursillo internacional sobre el contenido y el uso de productos

agrometeorológicos y los servicios agrometeorológicos para una agricultura sostenible

Toowoomba (Australia)

3-12 junio Consejo Ejecutivo, 61.ª reunión Ginebra31 agosto-4 septiembre

Tercera Conferencia Mundial sobre el Clima (CMC-3) Ginebra

Calendario

Page 79: El tiempo, el clima y el aire que respiramos - WMO Library

Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009 | 77

La OMM es un organismo especializado de las Naciones Unidas con los fines siguientes:

• facilitar la cooperación interna-cional para crear redes de esta-ciones que efectúen observacio-nes meteorológicas, hidrológicas y otras observaciones geofísicas relacionadas con la meteoro-logía, y promover la creación y mantenimiento de centros encargados de prestar servicios meteorológicos y afines;

• estimular la creación y mante-nimiento de sistemas para el intercambio rápido de informa-ción meteorológica y demás información conexa;

• promover la normalización de las observaciones meteorológi-cas y demás observaciones co-nexas y asegurar la publicación uniforme de datos y estadísticas;

• fomentar la aplicación de la meteorología a la aviación, a la navegación marítima, a los pro-blemas de recursos hídricos, a la agricultura y a otras activida-des humanas;

• alentar las actividades de hidro-logía operativa y fomentar la estrecha cooperación entre los Servicios Meteorológicos e Hi-drológicos;

• alentar la investigación y en-señanza de la meteorología y, cuando corresponda, la de otras disciplinas afines, y ayudar a coordinar los aspectos interna-cionales de la investigación y enseñanza mencionadas.

El Congreso Meteorológico Mundial

es el órgano supremo de la Orga-nización. Cada cuatro años reúne a los representantes de todos los países Miembros con el fin de deter-minar la política general que se ha de seguir para el cumplimiento de los fines de la Organización.

El Consejo Ejecutivose compone de 37 directores de Ser-vicios Meteorológicos e Hidrome-teorológicos Nacionales que ejercen su mandato a título personal; se reúne una vez al año por lo menos, para supervisar los programas apro-bados por el Congreso.

Seis asociaciones regionalescompuestas cada una por Miembros de la Organización cuya tarea es coor-dinar las actividades meteorológicas, hidrológicas y las actividades co-nexas en sus respectivas Regiones.

Ocho comisiones técnicascompuestas de expertos designados por los Miembros, encargadas de estudiar los sistemas meteorológi-cos y de hidrología operativa, las aplicaciones y las actividades de investigación.

Consejo Ejecutivo

PresidenteA.I. Bedritsky (Federación de Rusia)Primer VicepresidenteA.M. Noorian (República Islámica del Irán)Segundo VicepresidenteT.W. Sutherland (Territorios Británi-cos del Caribe)Tercer VicepresidenteA.D. Moura (Brasil)

Miembros de oficio del Consejo Ejecutivo (presidentes de las asociaciones regionales)

África (Región I)M.L. Bah (Guinea)Asia (Región II)V.E. Chub (Uzbekistán)América del Sur (Región III)R.J. Viñas García (Venezuela)América del Norte, América Central y el Caribe (Región IV)L.G. de Calzadilla (Sra.) (Panamá) (en funciones)Suroeste del Pacífico (Región V)A. Ngari (Islas Cook)Europa (Región VI)D.K. Keuerleber-Burk (Suiza)

Miembros electos del Consejo Ejecutivo

M.A. Abbas (Egipto)A.C. Anuforom (Nigeria)*O.M.L. Bechir (Mauritania)R.C. Bhatia (India)P.-E. Bisch (Francia)Y. Boodhoo (Mauricio)S.A. Bukhari (Arabia Saudita)F. Cadarso González (España)M. Capaldo (Italia)S.-K. Chung (República de Corea)*H.H. Ciappesoni (Argentina)G. Foley (Australia)*W. Gamarra Molina (Perú)D. Grimes (Canadá)S.W.B. Harijono (Sra.) (Indonesia)J.L. Hayes (Estados Unidos de América)*T. Hiraki (Japón)J. Hirst (Reino Unido)*W. Kusch (Alemania)L. Makuleni (Sra.) (Sudáfrica)J.R. Mukabana (Kenia)M. Ostojski (Polonia)M.M. Rosengaus Moskinsky (México)P. Taalas (Finlandia)*F. Uirab (Namibia)K.S. Yap (Malasia)G. Zheng (China)

* miembro en funciones

Presidentes de las Comisiones Técnicas

Ciencias AtmosféricasM. BélandClimatologíaP. BessemoulinHidrologíaB. StewartInstrumentos y Métodos de ObservaciónJ. NashMeteorología AeronáuticaC. McLeodMeteorología AgrícolaJ. SalingerOceanografía y Meteorología MarinaP. Dexter y J.-L. FellousSistemas BásicosA.I. Gusev

31 de diciembre de 2008

La Organización Meteorológica Mundial

Page 80: El tiempo, el clima y el aire que respiramos - WMO Library

78 | Boletín de la OMM 58 (1) - Enero de 2009

AfganistánAlbaniaAlemaniaAngolaAntigua y BarbudaArabia SauditaArgeliaArgentinaArmeniaAustraliaAustriaAzerbaiyánBahamasBahreinBangladeshBarbadosBelarúsBélgicaBeliceBenínBoliviaBosnia y HerzegovinaBotswanaBrasilBrunei DarussalamBulgariaBurkina FasoBurundiButánCabo VerdeCamboyaCamerúnCanadáChadChileChinaChipreColombiaComorasCongoCosta RicaCôte d’IvoireCroaciaCubaDinamarcaDjiboutiDominicaEcuadorEgiptoEl SalvadorEmiratos Árabes UnidosEritrea

EslovaquiaEsloveniaEspañaEstados Unidos de América

EstoniaEtiopíaFederación de RusiaFijiFilipinasFinlandiaFranciaGabónGambiaGeorgiaGhanaGreciaGuatemalaGuineaGuinea-BissauGuyanaHaitíHondurasHungríaIndiaIndonesiaIrán, República Islámica del

IraqIrlandaIslandiaIslas CookIslas SalomónIsraelItaliaJamaicaJapónJordaniaKazajstánKenyaKirguistánKiribatiKuwaitla ex República Yugoslava de Macedonia

LesothoLetoniaLíbanoLiberiaLibia, Jamahiriya ÁrabeLituaniaLuxemburgo

MadagascarMalasiaMalawiMaldivasMalíMaltaMarruecosMauricioMauritaniaMéxicoMicronesia, Estados Federados de

MoldovaMónacoMongoliaMontenegroMozambiqueMyanmarNamibiaNepalNicaraguaNígerNigeriaNiueNoruegaNueva ZelandaOmánPaíses BajosPakistánPanamáPapúa Nueva GuineaParaguayPerúPoloniaPortugalQatarReino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte

República Árabe SiriaRepública CentroafricanaRepública ChecaRepública de CoreaRepública Democrática del Congo

República Democrática Popular Lao

República DominicanaRepública Popular Democrática de Corea

República Unida de Tanzania

RumaniaRwandaSamoaSanta LucíaSanto Tomé y PríncipeSenegalSerbiaSeychellesSierra LeonaSingapurSomaliaSri LankaSudáfricaSudánSueciaSuizaSurinameSwazilandiaTailandiaTayikistánTogoTongaTrinidad y TobagoTúnezTurkmenistánTurquíaUcraniaUgandaUruguayUzbekistánVanuatuVenezuelaViet NamYemenZambiaZimbabwe

Territorios (6)

Antillas Holandesas y Aruba

Hong Kong, ChinaMacao, ChinaNueva CaledoniaPolinesia FrancesaTerritorios Británicos del Caribe

Estados (182)

Miembros de la OMM A 31 de diciembre de 2008

Page 81: El tiempo, el clima y el aire que respiramos - WMO Library

Innovaciones en Meteorología

Los sensores del radar Doppler más avanzadoDiseñamos y fabricamos los radares Doppler más avanzados de banda C, banda S y banda X.

Sistemas integrados

Nuestras soluciones “llave en mano” totalmente integradas, permiten una visualización en 2D ó 3D en tiempo real de hidrometeoros y de gráficos, gracias a los sensores radar, a una modelización avanzada de las predicciones, a sensores de relámpagos y a sensores meteorológicos remotos.

Las técnicas de polarización dualEl ejemplo más reciente de nuestra innovación son los servicios Baron que ofrecemos y las comunicaciones L-3 que han sido objeto últimamente de un contrato sombrilla Scout 24 de 43 millones de dólares EE.UU. por parte del Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos, para que 171 emplazamientos NEXRAD dispongan de la capacidad polarimétrica dual.

El Boletín de la OMM (tirada básica de 6 500 ejemplares) que circula por todo el mundo en cuatro idiomas (inglés, francés, ruso y español), es un medio ideal para anunciar todos los temas de interés para meteorólogos, hidrólogos y científicos que trabajan en temas afines. Además de su distribución a todos los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos de todos los Miembros, el Boletín se manda a los Servicios de los pocos países que todavía no pertenecen a la Organización. También se envía a diversos departamentos gubernamentales, universidades y sociedades científicas, así como a un amplio círculo de otras corporaciones afines y suscriptores individuales.

Si se pone el mismo anuncio en cuatro ediciones sucesivas del Boletín de la OMM, ¡se aplicará un descuento del 25%!

Para obtener más información sobre cómo anunciarse en el Boletín de la OMM, póngase en contacto, por favor, con:

Editorial Assistant, WMO Bulletin, World Meteorological Organization,Case postale 2300, CH-1211 Geneva 2, Switzerland.Tel.: (+41) (0)22 730 82 86. Fax: (+41) (0)22 730 80 24.Correo electrónico: [email protected]

¿Por qué no anunciarse en el Boletín de la OMM?

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PASSION FOR PRECISION

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Kipp & Zonen’s passion for precision has led to the development of a large range of high quality instruments: from all weather resistant Pyranometers to complete measurement networks.

Page 83: El tiempo, el clima y el aire que respiramos - WMO Library

[...] resulta prioritario desarrollar sistemas exhaustivos de control, herramientas de asimilación de datos y modelos de predicción que integren un conjunto diverso de datos dentro de una estructura coherente.

Guy Brasseur

Page 84: El tiempo, el clima y el aire que respiramos - WMO Library

54

61

10

Mensaje del Secretario General

Aerosoles carbonosos

Actividades de investigación y desarrollo de la OMM con el fin de beneficiar a África

Organización Meteorológica Mundial

7bis, avenue de la Paix - Case postale 2300 - CH-1211 Geneva 2 - SwitzerlandTel.: +41 (0) 22 730 81 11 - Fax: +41 (0) 22 730 81 81

Correo electrónico: [email protected] - Dirección web: www.wmo.int

ISSN 0250-6025

41

Deposición atmosférica sobre el océano: los ecosistemas marinos y el clima

Calidad del aire, condiciones meteorológicas y climáticas en Ciudad de México

Gestión de la calidad del aire y predicción del tiempo durante los Juegos Olímpicos de Pekín

Gases de efecto invernadero y contaminación urbana 16 31

22

Contaminación atmosférica, tormentas de polvo y arena y el monzón del Índico

48

Organización Meteorológica

Mundial

Tiempo · Clima · Agua

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Cambio climático y calidad del aire

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El tiempo, el clima y el aire que respiramos