im MADRID Viernes 9 de marzo de 1928 EL SIGL UTURO REDACX:iÓN y ADMINISTRACIÓN Qavel, 11, principal APARTADO DE CORREOS N.*» 113 Teléfono núm. 13.124 2." ÉPOCA.-AÑO XXI.-N.° 6.396 Pun(bido en 1876 PREGUNTAS Y RESPUESTAS Una vez más coinciden A B C j La ^'iencia Tomisla. -\uestros lectores recuerdan que no hace nmcho tiempo ABC afirmaba (y no probaba) que hay un liberalis- mo condenado y otro liberalismo no Cundeaiado. Y que el liberalismo no Condenado es el liberalismo conservo- dnr de ÍCüínovas, el liberalismo de la Constitución. A esta afirmación úe A B C oponía- 'IKJS inosolros la condenación solemne y expresa lanzada co^ntra ese libera- lismo conservador de Cánov?s o-libe- 'i'alismo constitucional por Pío-lX.;• A B C no replicó. Los hechos, no tienen réplica y... nos condenó al si- lencio, como él dice. . ínlerviino La Ciencia Tomista para ^^civ que A B C se sujetaba al espí- •{"ilu de la Santa Sede y inosotros a la letn. ¿Qué quería decir con esto? No '•^ sabemos a punto fijo, ni intenta- ''ifcs aJiora averiguarlo. Pero si el es- píritu vivifica y la letra mata, el es- iPj'ritu es preferible a la letra. La Cicn- ^'« Tomista daba la preferencia al ^ B C, que, se^fún ella, «sigue el es- píritu de la Santa Sede». , fué la primera ve^ que vimos del ''''azo a La Ciencia Tomista y al ^ Z? C. 'Nuevamíente éoínciden ahora. Rnsu defensa del rotorismo", pregun- '^^ABC : «¿Porqué ño hra de asociarse Jjn católico a un protestante, a un ma- *iom«tano, a un ¡judío, para flnes que ^0 contradirían su religión, cuando la fülcsia se relaciona oficial y diplomáli- ^«meníe con Estados sin religión, o de ^".7ión. disidente para fines de inte- |és com'ún? ¿Hay algo tan impío y Ifn, absurdo conio estas tesis de EL «lOlX) FUTURO? * 'No •em.brolIemos;*as relaciones di- T^wmijfiras de la Iglesia con los diver- ^o& 'Estados son una cosa, y otra la ip'*'^*'ícíó;i de un católico con un pro- st-ante con un mahometano, con un Judío. .Heciha esta distinción, que La Cien- "* Tomista no rechazará, notemos j^ora la semejanza, entre esa pregun- 7? de A Z; C y esta otra de La Ciencia ^^fnista. ffi la cual, .hablando de la Asociación '"^y Francisco Vitorii, en que se ven •atólicos, masones y protestantes, y : j^'^'^arándose con los «escrupulosos y •j^iipninrailores» que hablaron de oHo, ^ «ic-e : (c]>errectame,nte que no comuni- ^^i-emos con los malos en lo malo; pe- •j^ ¿porqué no hemos de comunicar fodns en lo buenoT^> Al A B C ,no se lo diríamos; pero ^ tfl Ciencia Tomista se lo vamos a «ecir. Pregúntelo a Sanio Tomás, que ^^jj^ lo más breve y lo más cómodo. • Hay una cosa que se llama exco- ^"i!óí7 y supone incomunicación. , fíondenación durísima es esta que '•'tiza y exipulsa de la Iglesia. Pero si ^sta condenación se limitara a prohi- . h' la comunicación de los malos (di- ^aiiios herejes o cismáticos o disiden- *^s y será mejor), en lo mMlo, sería . "''PPrílua, ya que por derecht) común, Por ipy generalísima y sin necesidad Uf lipyes especiales ni. de condenacio- jjfs. 1 todos noS está prohibido comu- íJl^arnos con otros para lo malo, sean íí'^los o buenos, sean herejes o cató- ••icos. Algo más que la comunicación pa- •^ 'o malo debe de prohibirse en la ^''Comunión, ley especial, pena esptv ^•^1 y gravísima pena. Kn efecto, se Prohibe en ella toda comunieación en 8'^'ieral, conforme al espíritu, ya que ^^ a la letra, del nec ave eis dixeritis ^^ San Juan. .No sólo para lo malo, ^>ie eso ya está por derecho común Prohibido, sino aun para lo bueno PPoihibe la Iglesia la coaiunicacióni de i'ís ihijos con sus enemigos, con los ^crejeg^ con los que, para evitar su Comunicación, exconiülga. v l^o.s co.sas nota Santo Tornas ©a ía ^comunión : una, la pena de loíThiioa j>^%'ldes; otra, el peligro de lo» hijCá '^'es. Prohibe, pues, ía comunicación. g'i tazón de [wna, para corregir a Jiuéllos; y en razón de peligro, pa-, j^ Pi'eservar a éstos del contagio (le ^rebeldía o de la insumisión» ^ Yiertamenle, <5omo la Iglesia tiene 'ni'añas maternales, aun en la justi- j * q'-:e hace a los que excomulga me- ; ^^ '<t mi.seriC'ordia y atenúa la. pena, j^lableciendo una cierta gradación en le 'ticomunicación. A. los nominalmen- (Condenados los incomunica de un '*ídü V de otro a los condenados con *^h().« s(>veridad. ,*'<íro como no puede olvidar la ra- l'.'.t' del .neligro del contagio entre los fj f°.s fieles,, sea cual fuere el grado ^ - mcomunicación jurídica, no ha de le*'V'^'' ''"*' '^^ orégano lodo el mon- if,, ' ''1 excomunión, a donde, sin las *> 'ives necesidades que son de supo- incomunicados- por razón de pena, que de este modo se haría irrisoria, y por razón de peligro, que de esta maine- ra no se estorbaba, sino, al contrario, se agravaría, quedando burlada la Iglesia en sus disposiciones más gra- ves. Nos parece respondida suflcieníe- menfe la pregunta de La Ciencia To- mista y explicadas las «murmuracio- nes y ios escrúpulos», a que dice la revista dominicana que la tenemos. acostiimbrada. Cierto; esos «escrúpu- los y murmuraciones» que notó en nosotros cuando hablábamos de la convivencia de católicos y de masones, V de quienes no sabemos a qué nece- sidad responden en la Asociación Francisco Vitoria, los pudo notar tam- bién, cuando comentábamos aquel principio del sindicalismo liibre, tan favorecido de esa revista, y que dice así: «Para la lucha de clases nos nni- •m'os obreros de todas las ideologías... Católicos y francmasones, moros y budistas». De todo en todo cointrario a las normas de la Acción Social Ca- tólica en España. Suficiente' respuesta tiene también en lo dicho la pregunta dé A B C. Una asociación de católicos con ma- hometainos, judíos y. protestantes, no somos nosotros, es la Iglesia quien lo prohibe en general. Si esta «tes^i^ es impía y absurda» vaya a la Iglesia con la queja; jio a'nosotros, que nos limi- tamos a defender su propia tesis. Esta ley se atenúa según cierta gra- dación, como queda dicho. Más pa- ra que la pena de la incomunicaeidni no se burle y el 'peligro del contagio no se agrave, la atenuación de la in- comunicación se mide por la necesi- dad como toda excepción do l.e.^.-es ge- nerales; y por ella se determina tam- biSni SI la incomunicación ¡ha de ^er transitoria o permanente y en qué modo. Y es a la Iglesia a quien hay que oir y obedecer en todo esto. Pero serénese A B C y advierta que una sociedad mercantil cualquiera, u otra semejante, no tiene para qué in- sistir en que admite todas las religio- nes, en que acepta la moral de toda religión, en sustituir principios de morar cristiana por rpfincipios de mo- ral naturili^ta, en difundir judaismo y masonería a todo pasto, so pretexto de neutralidad religiosa, como lo ha- ce el rotarismó, que no ihabla de otra cosa. Y verá qce esto sólo, sin ir nnás lejos, ihace ya sospechosa Una insli- tucióni internacional fundada por un masón, nutrida de masones y judíos, y (fue se' presenta con: aquellas aparien- cias inofensivas y aquella neutralidad religiosa y aqi'iel espíritu tan amnlio l>ara toda moral v para toda religión, ^ome para la irreligión y para la amo- ral, con que en el sislo pa.=^ado espar- cieron por el mu.rdo para arruinarlo en sus propios fundamentos .religiosos y sociales las sociedades secretas. fmo DE ROMA muchos años secretario de la Congrega- ción de Eitos. UN AE-ZOBISPO ESLOVACO PEAGA, 8.—El diario «Slovak», ór- gano del diputado Hlinka, a.scgura que la creación de un Arzobispado eslovaco lle- gará a ser cuestión efe actualidad inme- diata.Tnente después del regreso del, se- ñor Benes y de la llegada a Praga, del Nuncio, monseñor Ciriaci. UN SBMINAE.ÍO BEASILEÑO EIO DE JANEIEO, 8.—-Todos l<)s Obispos aportarán fondos para contribuir a Ift realización del proyecto de fundar un Scmipario brasileña en Eoma. . •»—.. o» . El acuerdo francoespañol sobre Tánger LA COMUNICACIÓN OFICIAL AL GOBIEENO DE EOMA EOMA, 8.—Los embajadores de Fran- cia, y España han entregado, por sepa- rado, al señor MussoHni una nota invi- tando al G-obierno de Italia a enviar una Delegación a la Conferencia que ha do reunirse el día 15 de marzo para tratar del asunto de Tíínger. La Delegación itaíiana estará, forma- da por el embajador de Italia en París, conde de Manzoni y un perito. -*-•>••• •' ^>»' • " ' • •-••—• A traqiie_barraque Dos palabras no m-ás par hoy, para salvar dos lapsos de la pluma o dos erratas (que todo pudiera «er, aunque de lo una y d© lo otro se tiene la cul- pa; éfí áüt<>l*;'(5[ue; fhiéhtrás escribe, en- tienden lo quei escribe Dios y él; pero después de escribir, solo Dios entiende lo que escribió). En los .párrafos inmediatamente ante- riores a la última pleca del A traque ba- rraque, deí ayer, se dice con referencia al rotarismó: «:La aceptación de la moral y de toda religión, como hoy dice el propio A B O». Lo que decía eí propio A B C j lo que nosotros queríamosi decir era: «iLa aceptaciÓ7i< de la moral de toda religión'». De manera que, según. A B C, el ro- tarismó acepta la moral de toda reli- gión. Importa que! conste asi. Se dice tambtóii más adelante: «Una institución internacional, The Botarían, de Chiea.go, ostenta en lá por- tada a manera de escudos, emblemas muy emparentados con la masonería, y que difunde con elogia la fotografía de un templo masónico, etc.». \ Se hablaba del espíritu masónico del rotarismó y de él se afirma.ba que esi: «Una institución intímacional, cuyo órgano oficial, The Rotarían, de Chica- go, ostenta en la po.rtada, etc.». Importa que eeaiste que el órgano ofi- cif'll del rotarismó, The Rotarían, de Chicago, ostenta en la portada esas co- sas y difunde' con elogio la fotografía del susodiaíio templo masónico. No más por hoy, puesto que en otro lugar de este número se refuta aquella parte del mencionado artículo de' A B C, que para ese otro Íuga;r ee reservó. ^•"v(^« .necesidades que son de sup j^.f- ims eníremos como por campo p h cotos ni vallas a h convivencia " judies, protestantes y masones, DECBETO DE LA CONGEEGAOION DEL SANTO OFICIO SOBEE LA ANULACIÓN I>E MATRIMONIOS EOMA, 8.—.La Congregación del Sati- to Oficio ha pubKeado un decreto en el cual estafclece lo siguiente-: . . Primero. En las causas matrimonia- les de los no cat<54iijos, bautizados o no bautizados, no podrán ser los mismos actores o promotores ante la Santa Se- de, sino eá los casos excepcionales en que sean juzgadosi a su vez por dicha. Congregación. Segundo. En cualquier- causa relacio- nada de un modo directo o indirecto con los matrimonicvs de religión mixta, está reservada su competeincia al Santo Ofi- cio. En los centros eclesiásticos este decre- to ha producido una excelente impre- sión El mismo está basado en el Códi- go de Derecho Canónico, del cual se men- . oionan los. cánones. LA BEATIFICACIÓN DE PIÓ IX EOMA, 8.—El sacerdote don Orione, fundador del Instituto de la Divina Pro- videncia,, ha sido nombrado postulador en la causa de beatificación del Sumo Pontífice Pío IX Sustituirá a monseñor Canni, falleeido recientemente. Muchos de los documento» de esta causa han sido ya presentados a la Con- gregaeión de Eitos. EL CARDENAL LAFONTAINE BOMA, 8.—Se asegura que el Pontí- fice nombrará proprefecfo de la Congre- gación de Ritos para ayudar al prefec- to, Cardenal Vico, que ge halla-enfermo, al Cardenal Lafontaine, actualmente Pa- triarca de Venecia, cindad que deberá al-andonar por razones dé salud. El Cardenal Lafontaine fué durante i<i» Sea, verbi gratia, la siguiente: «Qitod natura non da, Salamanca non prcstat», copiada ad pcdem litterm de «.El Inip.drciah. Pero lo que no tiene perdón de Dios es un ¡ miserere mei! dicho por un ca- tedrático, consejero, licenciado, comen- dador, académico y poliglota. «.Pondré mis parvos recursos en ame- nizar esta modesta plática. Si medio lo condgo, plaudite cives; si no lo alcan- zo, miserere mei» (1). Si esto ha^e un maestro, si no distin- que el plural del singular en el impera- tivo de misereor, estam-os dejados de la mano de Dios y el mal ejemplo nos per- derá. \ Pobre Latín! EADIATOE (1) Méndez Bejarano. Conferencia de 10 de marzo do 1927, a.cerca de la Prosodia Española, explicada" en Ja Unión Ibero-Americana de Madrid. U s conferencias de Saa fiínés Irisaciones Ei pobre Latín «.Ni contigo, ni sin ti...y» Es cosa perdida, perdida del todo, y no vemo^ por dónde vendrá el remedio. Hubo tiem,pos eú- que ae hizo al La- tin todo género de. desaguisados. Se estudia{)a Latín en los institutos y en la9 universidadek j Pero qué Latín, Dios be^idito ! Y sucedió que loa método» laicos con- tagiaron algunos Seminarios, donde ta^n- poco se aprendía la lerigua del Lacio. Y entonces un miniMro decretó ense- ñanza de este idioma en los siete iitmc del Bachillerato. Este decreto—retróy^^rado.—fué censu- rado, criticado y combatido por gentes eruditas e ignaraé; ignaras al par que eruditas. 'A quienes disonaba hasHa el Musa, musce. . Los cultos de verdad, que no eran m,ayor¡a, salieron a la palestra defendien- do la reforma. Leopoldo Alas •(Chirini) publicó un concienzudo trabajo, que tituló: «&'Z Po- bre Latín». Jarro de agua fria que apagó los fue- go» de la intelectunlidad periodística de aquellas halendas. Sin embrago, no se estudió Latín, ni ahora tampoco se estudia. Lo que no obsta para que menudeen las citas latinas en la prenm diaria^ en revistas y en conferencias. Citas capacea. de hacer célebre al me- nos eabia de los periodistas y confercn- ciantes. Ante un público numerosísirno que llenaba la espaciosa iglesia de hote en bote, dio anoche el P. Unbano su ter- cera conferencia, que versó sobre la «Eealidad del Milagro». Em.pezó exponiendo la teoría de los tres, estados, ideada por el Pont.ífice del positivismo Compte, para explicar la historia; el estado teológico, propia de la infancia de los pueblos, cuando todo lo atribuyen a intervención de la divini- dad ; el estado met^físieo, propio de los pueblos más adelantados que construyen concepciones abstractas, a las que adap- tan los hecihas d© la historia para expli- carlos; y el estada positivista, en el que se estudian los hechos, sin teorías pre- concebidas, contrastándolas con la expe- riencia y con las pruebas que ésta su- ministra para afiaptarlos o reohazarlos. Dice que Sabatier ha sincronizado esta ley, en cuanto al milagro, distin- guiendo tres fases, con relación al mis- mo: Ja de la edad antigua, en que se cree ver en todo la intervención mara- villosa y extraordinaria 3e la divinidad; la de Ja robusta edad media, en que se mezcla el elemento eobrenaturaJ con el racional, y se forma la ciencia de la re- velación ; y la de Ja edad moderna, en que todo se sujeta a Ja más severa crí- tica, que ha hecho esfumarse el milagro como el humo. _ A la negación del mila,gro llegan tam- bién los modernistas y los' que eonside- ran el milagro como un hiperfenómeno (mejor debiera llamarse metafenómeno) que carece de realidad objetiva y que só- lo subjetivamente puede ser considerado. ExT)_one que el milagro es un hecho ex- tra.o.rdinario, y eomo hecho, sujeto a exá-, roen, a análisis y a comprobación, como cualquier otro fenómeno ordinario, por Jos mismos procedimientos y con los rnismos instrumentos que emplea Ja cien- cia en sus investigaciones. Hcrrman ha didio, con sonrisa voltea. nana; «No negamos Ja posibilidad del milagro, lo que negamos es que hasta ahora se haya comprobado jamáa la exis- tencia de ningún hecho extraordinario que' pueda calificarse de milagro». Que esto no es así, sino que en la rea- lidad exi-siten y puede comprobarse la existencia de hechos extraordinarios, es lo que se propone demostrar el oonferen- eiante, que invita a todos a que si en la demostración encuentran alguna pe- numbra o les queda alguna duda, se lo haga.n saber como su discreción se lo aconseje, para trabajar con ellos en di- siparla. Afirma que la ciencia hace bien en aquilatar la certeza de los heehca antes de darlogí asentimiento, pero como la soberbia y el ongullo propenden a opo- nor.íe a lo que les contraría y a dejar pa- sar lo que Jes halaga, es necesario que la c'cncia sea humilde y sincera, y exa- mine los hecfbos sin prejuicios. Cuando se trata de' examinar los he- encs e-xtraordin!irie>s que eouj-'+ikiyen e' I'i I agro, él materialismo trata de levan-- tar una barrera infranqueable dioiendo que él no pu<áe' admitir ni examinar he- chos que no se ajustan a las-inflexibles leyes naturales; pe«) no es asi, porque ol milagro consiste en dos liedioá y una mntaición ; los hedios; son reales, tangi- bles, sujetos a examen y a comproba- ción tan minuciosa como se quiera ; y si m certeza se comprueba, en la muta- ción que los une consiste el miiagro. Y no se diga que no sé explica,, qu© pertenece' a lo maravilloso, porgue la ciencia se mueve en un mar de incógni- tas y su historia, no sólo por los ade- •ani«s conseguidos, sino por los _que •V, pre-ienten, se puede llamar la histo- fia de lo mairavilloso. Explica cómo coloeatlos nosotrosi en el momentoi presente, al que llamó Santo Temas átomo del tiempo, da.mos ex- tensión a éste ahora, haciéndole com- prender todos los hechos realizados du- ninte nuestra vida, y cómo los hechoS' acaecidos en este tiempo nos parecen m.'ís tingibles, de más fácil comproba- ción que los o.curri(Ios en któ' tiempos pa- sados, hechos que en lo que pudiera 11a- marse^ cielo del tiempo, brillíin como es- trellas, por lo cual parece que a ellas puede aplicarse el irónico cantar del mentir de las estrelias. . Sin embarga la historia, que- auxilián- dosü de los que se han llamado sus ojosi, la geografía y la cronologja, presenta a nuestra vista el panara.ma de los acon- tecimient.os humanos, tiene sus leyes, tan fijas, tan rigurosas corno lasi tienen las demás ciencia's', coma lo son las le- yes físicas, impuestas por Dios y, por tanto divinas, y nosotros podemos exi- gir a la historia que a.plicándo esas le- yes aquilate, depure y nosi presente la verdad de los hechosi. "^ .'.sí lo ha realizado; y ella nos dice qu6' en el t iiuf., de inflexión de Jos acon- tée.'tnienío.s humanos apareció un hom- bre que amaba como Dios, hablaba eo- ma Dios, enseñaba y obraba en todo como Dios. Aquí el conferenciante des- cribe con elocuentísimas y conmovedo- ras palabras la vida de Jesucristo, del que la histcma ha reconocido la realidad y que era. hombre y era Dios, y cómo el examen minucioso de' los Evangelios, de sng originales, de sus tradueseiones, de' sus transeáiipciones. realizado por Ja cú- tica racionalista, ha hecho exclamar a ésta por booa¡ de Harnak: pasamn los tiempos en que se consideraban inexac* tas-las. pagináis del Evangelio. Para demostrar la realidad del mila- gro, presenta el P. Urbano dos hechos: uno de la historia, otro de nuestros días. El de la historia es la resurrección de Lázaro, exponúendo con gran viveza de expresión 3a realidad de los dos hechos; la muerte cierta, comprobada, induda- ble de Lázaro, cuyo cadáver ya eñíewa- do despedía ha'íor insoportable; y la vida y la sanidad de áqu.el mismo "cuer- po, antes cadáver, que una multitud in- mensa de aniigos y dé enemigos vio con sus ojos y pallpó con sus manos. Los dos hechos son cic.rtos, plenísi- mamente comprobados, sin que valga decir que el testimonio de las multitu- des no es prueba conoluyentc, porque no se trata de establecer tooTÍaü ni ele de- ducir conclusiones, sino de hechos rea- les, tangibles, que Jas miíltitudes. pue- den apreciar, y cuan<!ó su testimonio es unánime, es in.'eeusablo. Los dos hechos estám, pues, históricamente comproba- dos : la mutación que los un.e constituyo el' milagro. ' • El hecho de nuestros diías, o mejor, la serie die.hechos, es lo que acontece en Lourdes. , Allí rehia la ciencia, que antes de dar p'.jr cietcis los hechos, investiga, anali- za, examina, comprueba ooñ mucha mi- nueiosiflad. En la dceiuraoión de ios bc- t!.hos extraorelinarios se excluyen las e>in- feímiedadt-is nerviosas. El Padre Urbano dice que el que ten- ga dudas que vaya a Ixjurdes y eom- p:uel)e los hechos por sí misino. El ha visto a médicos racionalistas, ptotes- tantes, hasta judíos (que son los peo- res), enmudece-r, pálidos, al ver un he- cho innegable, comprobado por la foto- grafía anterior y por la realidad pré- senle. Todos pueden dar su voto: uno sólo 0.1 contiu basta para que el hecho no se dé por comprobado, y, sin embargo, oso voto no salió de ellos. Recuerda que Zola, en su famosa no- vela, después de describir la curación milagrosa ele la p'rotagonis-ta, presenta a aquélla como aparente al punto de que muere l'a heroína víctima de la en- fermedad que se decijn curada; y cuando el .doctor Boitesaric se dirigió a Zo!a, d'iciéndole que aquella peiKona viv'a y gozaba de perfecta salud, le replicó qiie el novelista tiene el derecho de matiar a sus personaje>iS cuando le plazca. Termina el Padre Urbano diciendo que mwieron los que formaban parte del Sanhedrin que condenó a Cristo; pasan los que niegan ¡os milagi-t^s dte Lourdes, pero pcnnanece en la peña negra la Vir- gen blamca, como iris de esperanza en las miserias de la vida y eJi la inmarce- sibi'o gloria dd cielo. • • * Mañana disertará el elncuentísiino conferenpiante sobro el «Valor probaii- vo del Milagro.—El Milagro de XX si- glos», con arredo al siguiente sum;¡j-io: El reivindic'.ufor de k libiTlad, Pudre Rutlen, advi.'rte la neco-^i/lad de Dios , ^ que s'entc la Ihunaiiidad. I)i<»,s s-c co- munica a.I hombre de xiwá manera bri- llante y amorosi,i; el hombre le niega o ' 1-0 rechaza. Para explicar esa autonomía ha.y qu(! conocer el valor T/nob-divo del milagro. Demostración apodíctiea y di- • recta.—Demostración i.Ti'nÍTecta, «ex sig- no». Diná'-uiea racional de esta demos- tración. Ei fa-'o y e? dii-co. El honilire, ante las verdades d.e fe, goza de liber- tad. La fe penetra por el corazón. VA rnila.,7jro permanente de la Igle.sia ÍÍTKIÍ- ea al liumhre darauícnle dónde está !a verdad. L.i savia del milagro ha vigori- zado el árbul de \:i Patria española, ena- morada 'íW milagro de la pureza, que es la Inmaeuludá. y el milagro del amor, que e-^ la P'upar'istía. Plegaria a U Virgen de! Pila:, columna de la fe do Españi, p(>r las inteligencias vacüants^ v doloridas de nuoslioí hevniimdS de LA MEOICINA Y LA MORAL sangre española. Grande va siendo yn el ruido^pro- ducido ])or la serie de conferenciaj cientííjcas (as/ debieran ser) dcnonr- nada ipor sus organ'izadores "Curso Eugéíiico». Y lo ]ieor del caso está eu que el ruido suena a cencerros v no a bien acordados in.'^frl;illellír)s: quie- ro decir, que Jiay en el e.-^truendo ik'. toles disertaciones, más de escándalo que de público p-rovecho. Debo consi.í'nar. y así lo hago a fuer de sincero, que yo no he escu- chado a ninguno do los célebres ora- dores que han tomado parte en es.? clta-do ciclo instructivo de «Eugenia» ;i pero sí he leído que alguno se In des- mandado hasta el extremo de defen- der ron crudeza las prácticas anticon- cepcionistas, la limitación de )a ma- ternidad y el amor libre, que discul- pó, el infanticidio, y, aunque indirec- tamente, atacó al matrimonio cris- tiano. Si esto es así (como parece), el caso es más gr-ive de lo 'que salta a la vil- la, ¡pues tiene la suma gravedad do convertir en medio de corrupeiiui mu- ral lo que debiera de siivo ser eau^a de sanidad física; y tiene además la agravante de disfraz'T liii"i'.critamt'nl.j con el.nombre y los prestigios de l.t ciencia esa obra de desmoralizaciój^, que más que consejos de sabios v [)ru- dentes, jiarece desahogos de erólicc.'i y tenorios. Sin duda, no piensan los (por otros cbnceplos resjietablcs) nn'dicos confc- renciarttcH que ¡pierden de vista el fia primcrdi-'.l de toda su 'ciencia: quie- ro decir, que se olvida.n de que el l.danco de todos .«us afanes y traba- jos debo ser el «hombre» y no la bes- tia. Bien está que Ins que estudian los tr^stornos orgánicos de los irra- cionales y atienden ai mejoramienl.) de sus razafi, traten sin otra preoctt- pació¡n.' de que el caballo sea más li- gero o de meijor estampa, y el cerdo más corpulento o mejor nutrido, y la vaca más .fecunda o de mejores con- diciones lecheras, et sic de coeferis; pero los n^édicos no son veterinarios; los médicos, so ocupan del organismo «humano»; estndi-<n y cuidan'al hom- bre, y el h'ombre es algo más que una bestia; el hombre tiene conciencia;i no pueden negar esto los médicos, v =)i .hubiera alguno que lo negara, lí- breme Dios de que yo le tenga a la cabecera de nii cama cuando neces'lo los e.«limabiIísimos auxilios de la ¡Me- dicina. El .homibro (sigo diciendo) lu'ne con- ciencia, como criatura racional qi.n es, y si tiene conciencia ha de fent r por eausecuencia, moral, y si ha dü tener moral, forzoso es que le regiti". una ley, y, ¡por última deducción. e?,i ley moral ha de alcanzar, ordenar v presidir sus .actos, todos sus acto.'-', sin exclusión de los eugénicos; es más: con preferencia singular éstos, por su índole especial y por la trans- cendencia que necesariamente han dn tener. ^ ;f;j No encuentro (coníiésolo sin rodei ;Í) en eí orden social acto más reproba- ble que el die un médico di.scul¡'aiidi) V alentando por ende con la disculp;i el infanticidio, como no s^ea el de un sacerdote 'oredicando desde el [Uílpilo la inmoralidad. ¡CHié escandaloso no sería esto! Y ¿ser.á meno.s escándalo, so que quien estudia, y trabaja, y re- cibe un título .'?cadémicu jiara defen- der la vida ¡humana de la guadaíia do la muerte, se sirva de sus esludio.-,, emplee su trabajo y se escude con su título para disculpar la muerte violen- ta inferida ,T un ser incapaz de de- fenderse y dejar impune tamaño cri- men? ¡Por Dios, señores médicos!... Y si este augusto nombre no les hace mo- lla, porque lo .niegan (aunque son los que m.is motivos tienen; i^nra recono- e'erle y admirarle), por humanidad, señores, ¡por propio decoro, por el prest'gio de su Ciencia, por mil y mil razones, i\nc no ])Ueden esc'>iiar a sii eultura, tengan comedintienlu v pru- dencia; que no es su mi.sión lu fie, destruir la familia y perturbar el oi- den social. No tomen a su cargo I'i innoble tarea de hacerno» recordar eon espanto .'.'qm'! lugar de horrori'N donde en los tiempos de barbarie arrojaba d Estado romano los niñes que, a su juicio, r.^cínn con pocas energías ¡oara .•hervir ii iís turde •') U n'ció'H*: Qvc viv'un.s Menemos der --iio .a creerlo asü en época de civiliicaceni; que la niisión del m-^di'^o es la Hi' cu- rar o mejorar, no la de de?truir o malar; que un médico, en íln. nu C3 im veterinario. ¡Qué diferencia! En enero ] róx'm.í ii.a.sado, lina muier, doña Juana 8.il s ele -.Timénez, daba et) Zara?i)za una conferein:ia sobre el lenm "MaPrui- ded», y tevendo aquel üscur.-^o no s'^ =nbe qué admirar m.ás, si In deli'-Tb'- za de lu fornw o la alteza de los con- fcdíi-