EL REINADO DEL ISRAEL DE DIOS ↜∞↝ Carlos Canosa/Jerusun www.reyjusticianuestra.com
EL REINADO
DEL ISRAEL
DE DIOS
↜∞↝
Carlos Canosa/Jerusun
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y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes al servicio de Dios
su Padre... ¡Miren! ¡Viene en las nubes, ante los ojos de la humanidad
entera... «Yo soy... el que es, que era y que ha de venir...»
Apocalipsis 1, 6-8
1 El fin de una larga espera
Se lee en el Salmo 46, 6-9 una exclamación agónica:
¡las naciones se encuentran en un caos, y sus reinos se
desmoronan!… ¡La voz de Dios truena, y la tierra se derrite!
que alude al momento previo al establecimiento del Reino en una tierra
conmocionada al extremo. La falta de gobernabilidad en países partidos
por grietas que no cierran y espadas en alto entre Naciones es la marca
para estos días ¿Y qué falta para el desmoronamiento de las Naciones?
Muy poco. En Isaías 2, 4-5 leemos lo que pasará luego del Advenimiento:
El Señor mediará entre las naciones y resolverá los conflictos
internacionales. Ellos forjarán sus espadas en rejas de arado y sus
lanzas en herramientas para podar…
Esta reviravolta parece la única esperanza de un futuro en paz. Y es la
que promete desde siempre el Plan de Redención de las Naciones a
partir de Abraham. Cuando Jesús/Yeshua comenzó Su ministerio lo hizo
con estas palabras: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos está
cerca” (Mat 4, 17). Y el anhelo de ese Reino que espejará en la tierra la
paz que emana del Cielo, encabeza la oración que el Maestro enseño a
Sus discípulos –el Padrenuestro-. Y la demostración de que este
Anuncio es el que vino a traer Jesús/Yeshua, de parte del Padre, es que
luego de Su Padecimiento y Resurrección “se presentó vivo con muchas
pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días…
hablándoles acerca del reino de Dios” (Hech 1, 3), es decir, fue el tema
dominante aun luego de ser revestido de Gloria. De modo que desde el
inicio de Su Ministerio terrenal hasta que fue tomado al Cielo el cerno
de lo que Jesús/Yeshua quiso transmitir es que ahora venía el gobierno
de Dios/Elohim y Su Pueblo Santo, el Reino.
Para esto –y el Padecimiento por nuestros pecados- se hizo Hombre de
modo de participar de nuestras debilidades y ser un Rey/Sumo
Sacerdote misericordioso y justo (Heb 4, 15). Y fue en aquellos días la
culminación de los tiempos (Gál 4, 4 se), Su Ministerio vino a cerrar una
etapa de dolor para la humanidad. Y es que se manifestó a los hombres
el Gran Rey, el Ungido/Mashíaj de ISRAEL, largamente esperado,
culmen de la profecía. Nosotros lo llamamos según la versión griega:
‘Cristo’ –titulo de realeza suprema- y de allí la denominación de
‘cristianos’ a partir de Antioquia (Hech 11, 26). De modo que ‘cristianos’
son/somos los seguidores del Gran Rey de ISRAEL, integrantes de Su
Pueblo Santo: el remanente/ISRAEL DE DIOS.
Y tan evidente fue Su prédica acerca del Reino venidero que los
apóstoles preguntaron si este sería restaurado en aquellos días (Hech 1,
6). Y fueron –quizás- sorprendidos por la respuesta de que primero era
necesario predicar el Anuncio del Reino a todas las Naciones y solo
después vendría la restauración. Los apóstoles seguramente esperaban
que esa encomienda de la cual ya habían sido advertidos –por algo
habían sido nombrados apóstoles/enviados- se completara en el
transcurso de sus vidas, quizás en forma portentosa, y tal vez no habían
entendido a cabalidad la necesidad de congregar en un único redil a las
ovejas perdidas entre las Naciones que es el misterio subyacente en el
evangelio y aun hoy no se explica a los fieles. Y no les informó de
ninguna fecha precisa para la restauración del Reino de ISRAEL porque
ni aun Él –según dijo- la sabía, aunque había recomendado antes
enfáticamente estar despiertos y discernir los tiempos (Mat 16, 3).
Y el tiempo se detuvo en aquellos días ya que para Dios/Elohim esos
fueron la culminación de los tiempos. De allá para aquí solo pasaron dos
días y algo en el reloj de Dios/Elohim –YaHWéH- y la Historia se puso
en modo ‘pausa’ en lo que respecta al Plan de Redención ya que nada
puede ser cualitativamente superior a la encarnación del Verbo, Su
Padecimiento y Su admirable Resurrección y todo ha de referirse a esta
Obra ya consumada. Ahora toca completar una tarea anclada en aquella
culminación, especialmente a los acontecimientos de la Semana Santa.
Los tiempos de la Gracia, los de la Iglesia y el testimonio a las Naciones,
son todos corolarios de aquellos días. Ahora está corriendo el tiempo
necesario para efectuar la congregación en la venidera Sion en Gloria
del remanente de las tribus de Jacob y el de Judá que es la señal
mesiánica por excelencia. Por eso la Iglesia que Él dejo para extender Su
vida y Obra a todos los pueblos de la tierra es atemporal, esto es, se
mueve en el tiempo de Dios/Elohim y trasciende lo sucedido en los
últimos dos milenios, pervive y apunta hacia el futuro. Por utilizar una
palabra desgastada: es lo único auténticamente progresista aunque ella
misma tiene un tiempo determinado para su existencia –antes de
cambiar de piel- que va llegando a su fin en la medida en que el número
de la ‘plenitud de los gentiles’ está siendo alcanzado.
Dice Miqueas 2, 12-13:
Yo reuniré al grupo de sobrevivientes de Israel, y los pastorearé
como si fueran ovejas de un redil... Yo mismo... los llevaré de
regreso a su propia tierra. Yo, el Señor, que soy su Rey, iré delante
de ellos abriéndoles camino.
y lo que se describe en este pasaje –en donde ‘remanente’ sería una
mejor traducción que ‘grupo de sobrevivientes’- es la tarea que el
Señor, el Cristo/Mashíaj de ISRAEL está/estuvo haciendo mediante Su
Iglesia bajo la Guía del Espíritu Santo en los dos días y algo que han
venido transcurriendo. Pero la tarea de elegir/reunir y transportar de
entre las Naciones hasta la Sion en Gloria venidera a quienes el apóstol
Pablo llama en Romanos 11, 25 la ‘plenitud de los gentiles’ está entrando
en su fase final, como dijimos. Entonces la Historia según Dios/Elohim
saldrá del modo ‘pausa’ y entrará de nuevo en modo ‘play’ -con perdón
de la transliteración de significados-.
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2 Cataratas ruinosas en una parte
y sequía en otra
Se lee esta noticia en la prensa de hoy -11/06/2018-:
"Un inusual e intenso chubasco se registró este lunes en la ciudad
taiwanesa de Chiayi, donde la lluvia cayó solo en un punto
concreto de la localidad, dejando el resto de sus calles
completamente secas. Algunos testigos del curioso fenómeno
meteorológico lo compararon con una "catarata" y con un
"aterrador bombardeo"... fue como si se abriera un agujero en el
cielo y repentinamente dejara caer el agua sobre una pequeña
área de la ciudad" (RT)
Y este sorprendente episodio extremo tiene un paralelo con lo sucedido
en el reino del norte(Israel) rebelde cuando YaHWéH anunciaba juicio:
hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover;
sobre una parte llovió; y la parte sobre la cual no llovió, se secó...
con todo, no os tornasteis a mí, dijo el SEÑOR (Am 4, 7-8)
Como sucede casi siempre los meteorólogos quitaron trascendencia al
fenómeno y ‘explicaron’ cuales fueron sus causas. Sin embargo quienes
lo vivieron se aterrorizaron según la nota y no les pareció nada normal.
Continuamente acontecen fenómenos extraños como estos –y no solo
en el clima- y la sociedad ideológicamente atea o ateizada en que
vivimos ‘explica’ causas para ellos que nunca incluyen el estado de
rebeldía de la humanidad hacia las claras y sensatas Instrucciones de
Dios/Elohim que siguen violándose sin remordimiento. Por eso se dice:
“con todo, no os tornasteis a mí, dijo el SEÑOR”. Y las explicaciones
‘oficiales’ sobre estos fenómenos extraños se hacen con la invitación
subyacente a no indagar otros significados y olvidarlo: todo es normal.
El Vaticano, aunque un poco tardíamente, emitió en estos días un
documento denunciando la ‘ideología de género’ que es vanguardia de
una rebeldía radical inusitadamente peligrosa contra todo lo que es
sustento sano de la sociedad. En Oseas 8, 12 se dice que aquel pueblo
rebelde que fue excomulgado de la Nación de ISRAEL y se dispersó
entre todas las Naciones –el reino del norte(Israel- consideraban la Ley
de Dios/Elohim como “cosa extraña” o “sin importancia”. Algo molesto y
opuesto a sus modos de vida que había que marginar de la sociedad de
entonces para poder vivir sin recelos:
aunque yo tuve el cuidado de entregarles por escrito mis
instrucciones, ellos las consideraron como algo sin importancia.
y de aquellos rebeldes venimos los cristianos, esto es, un remanente de
su descendencia, los que fuimos alcanzados por Su Misericordia cuando
vivíamos sin esperanza y ajenos a nuestra identidad nacional en el
exilio (Ef 2, 12). Ellos en su tiempo fueron advertidos de muchas
maneras que esta actitud de rebeldía contumaz traería juicio severo. Y
entonces ¿no habrá alguna relación entre las cosas que denuncia el
documento vaticano titulado “Varón y mujer los creó” y la alteración del
clima –para referirnos a algo que está en las noticias-? Nosotros
creemos que si, la Palabra dice una y otra vez que las alteraciones
sorprendentes y perniciosas del clima son señal de un juicio venidero
(nota 1). Leemos en Mateo 24, 38-39:
pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo
y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en
que entró Noé en el arca, y no comprendieron hasta que vino el
diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del
Hombre.
Estas son Palabras de Jesús/Yeshua aludiendo a un evento catastrófico
de juicio que hoy fue eliminado de las aulas y la Historia oficial. Quizás
para tranquilizarnos de que nada nos va a pasar, que el destino está en
nuestras manos, que podemos dictar las reglas de convivencia nosotros
mismos –contradiciendo probablemente a Dios/Elohim y dejándonos
llevar por nuestros concupiscencias-. Pero en las aulas si se acepta el
evolucionismo de Darwin estrechamente vinculado al uniformismo
geológico de Charles Lyell que aunque no encuentran asidero en la
ciencia real son funcionales al desvarío moral en que vivimos. Y en la
consideración de estas teorías devenidas en doctrinas ideológicas la
Palabra es considerada también como ‘cosa extraña’ que no merece ser
tomada en cuenta aunque Jesús/Yeshua mencionó al Diluvio y la
generación de Noé como ejemplo de Juicio ¡y vaya si este evento fue una
alteración radical del clima!
Ahora bien, lo que se anuncia para estos días no es un Diluvio sino “la
venida del Hijo del Hombre” con señales y portentos aterrorizantes
para quienes no Lo esperan. Algo que quizás ‘interrumpa’ el desarrollo
de alguna serie televisiva de gran audiencia o la final de un gran evento
deportivo –es fuerza de expresión naturalmente- pero hará ‘volver en
sí’ a una humanidad que en sus grandes masas ha perdido el temor de
Dios/Elohim. Y Jesús/Yeshua llama “hipócritas” a los que no saben
discernir los tiempos (Mat 16, 2-3). Se dice:
y entonces verán al Hijo del Hombre, viniendo en una nube con
poder y gran gloria” (Luc 21, 27)
y antes habrá desfallecimiento y angustia en la gente, similar al que
hubo en la humanidad prediluviana cuando irrumpió sorpresivamente
la lluvia catastrófica o el que debe de haber embargado a la población
de Taiwán que sufrió el evento extremo que referimos al inicio. Y ya no
quedará tiempo para ensayar explicaciones tranquilizadoras.
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nota 1: en el botón ‘DESORDEN CLIMATICO’, en la columna derecha del sitio,
nos referimos extensamente a estas causalidades de la alteración del clima que
no se explican con partes meteorológicos –que en los grandes temas manejan
hipótesis falsas-.
3 Primero la restauración del Reino
de ISRAEL y luego el fin
Recordemos de nuevo la última pregunta de los discípulos/apóstoles al
Resucitado:
—Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
Y en la contestación Jesús/Yeshua puso puntos suspensivos sobre la
fecha en que llegaría la restauración prometida ya que el Anuncio del
Reino/evangelio debía llegar primero al mundo entero y luego vendría
el Reino. De modo que todavía nos movemos en la culminación de los
días (Heb 1, 2; Fil 1, 6), estamos en ellos desde que el Resucitado fue
tomado al Cielo. Por eso decimos que el tiempo está en modo ‘pausa’. Y
no puede haber un ‘fin’ hasta que sea establecida la restauración
anunciada ya que sería incongruente anunciar algo con esfuerzo y
heroicidad a lo largo de milenios sin que luego tuviera oportunidad de
concretarse: Anuncio del Reino ↭ Manifestación del Reino, anuncio y
consecuencia. Y nos referimos al Reino de ISRAEL, no lo olvidemos. Este
debiera ser el Mensaje a predicar hoy: todo lo existente va a ser
sustituido por el Reino del Jinete del caballo blanco que abre el Cielo
seguido de Su Pueblo luego de solemnes aclamaciones como nunca se
han oyeron (leer cuidadosamente todo el capítulo 19 de Apocalipsis).
¿Porqué no predicamos este Mensaje? ¿Por qué la Iglesia no es explícita
y detiene su Mensaje en el Cielo que es solo el descanso beatifico de las
almas redimidas todavía no revestidas de cuerpos gloriosos? ¿Por qué
siendo Mensajeros del Fiel y Verdadero que viene a juzgar y sujetar a las
Naciones omitimos este glorioso colofón de Su Obra? Leemos en 1
Corintios 15, 50-52:
…nuestros cuerpos físicos no pueden heredar el reino de Dios.
Estos cuerpos que mueren no pueden heredar lo que durará para
siempre
.
Y sigue:
pero permítanme revelarles un secreto… cuando se toque la
trompeta final… los que hayan muerto resucitarán para vivir por
siempre. Y… los que estemos vivos, también seremos
transformados…”
esto deja claro que lo que esperamos es el Reino y que seremos
transformados y revestidos de Gloria para poder vivir el. En la liturgia
de la Iglesia –y en su dogmatica- seguramente que se menciona este
Destino Final que nos espera pero en la práctica no termina de
visualizarse. Y no se habla para nada de la restauración del Reino de
ISRAEL, que fue el anhelo de los discípulos/apóstoles –fundamentos de
la Iglesia- antes de que nuestro Señor fuera tomado al Cielo.
Algo que ayuda a explicar esta anomalía/amnesia es que la palaba
‘ISRAEL’ está estrechamente asociada a un pueblo especifico –a una
‘raza’ incluso- y por lo tanto se supone que no puede albergar en su
significado un Reino que será mundial y multirracial. Pero esto es una
comprensión reduccionista de esta preciosa palabra que nos legó el
Ángel que ’lucho’ con Jacob y a cuyo significado nos hemos referido
otras veces en este sitio. Si leemos Apocalipsis 5, 9-10 –entre otros
pasajes- nos enteramos de que el ISRAEL venidero, el ISRAEL DE DIOS,
es un pueblo multinacional y –ciertamente- multirracial:
tú fuiste sacrificado y tu sangre pagó el rescate para Dios de
gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación. Y la has
transformado en un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Y
reinarán sobre la tierra
¡sepámoslo: la cruz pagó la redención de todas las razas, un remanente de
las cuales serán constitutivas de un pueblo que reinara sobre toda la
tierra y el universo! ¿Había meditado de este modo en los frutos del
Sacrificio de la cruz, estimado lector? Pues es lo que aquí claramente se
dice: “tu sangre pagó el rescate para Dios de gente de todo pueblo, tribu,
lengua y nación”. Este será el ISRAEL DE DIOS venidero. O ‘JEZREEL’ por
ser el fruto maduro de la Siembra del evangelio del Reino en las
Naciones o las preciosas gavillas de la Cosecha/Pesca Milagrosa en la
que la Iglesia estuvo empeñada en estos dos días y algo transcurridos
desde los eventos que dieron origen a la culminación de los tiempos.
¿Y cuándo será el ‘fin’ entonces? Leámoslo en 1 Corintios 15, 24-26:
Cristo resucitó primero; luego, cuando venga Cristo, resucitará su
pueblo. Después llegará el fin, cuando Cristo entregará el reino a
Dios el Padre, tras haber acabado por completo con todo poder,
dominio y autoridad, porque Cristo tiene que reinar hasta
derrotar a sus enemigos y ponerlos bajo sus pies.
Pongamos estos sucesos en orden:
↬ 1) resurrección del Mashíaj de ISRAEL,
↬ 2) resurrección de Su Pueblo, aquellos que Lo recibieron y aceptaron como Señor y Rey durante la predicación mundial del
evangelio del Reino
↬ 3) sujeción de las Naciones al gobierno del Mashíaj de ISRAEL y Su Pueblo –el reinado milenario del ISRAEL DE DIOS/JEZREEL-
↬ 4) entrega del Reino ya exento de toda rebeldía al Padre –el fin-
Y ahora estamos en algún lugar entre el punto 1) y el 2) finiquitando la culminación de los
tiempos del gobierno del hombre por el hombre y a la espera de la restauración del Reino
de ISRAEL que sujetará definitivamente a todas las Naciones al Hijo/Dios con nosotros que
vendrá por segunda vez libre para siempre de los clavos que Lo sujetaron a la cruz,
abriendo los Cielos, portando un nuevo Nombre, revestida Su Cabeza de coronas, con ojos
como llama de fuego y vestiduras teñidas de sangre (Ap 19, 12). Es el eterno Fiel y
Verdadero y cuando haya sido vencida toda rebeldía sobre la tierra el Reino será
entregado al Padre. Renovemos entonces nuestro entendimiento sabiendo que en la
sujeción venidera de las Naciones al reinado del ISRAEL DE DIOS, los hoy llamados
‘cristianos’ –en realidad israelitas redimidos- seremos colaboradores del Gran
Rey/Mashíaj de ISRAEL y Sumo Sacerdote universal. Nuestro descanso estará lleno de
actividad ¡largo camino nos resta!
Repasamos algunas afirmaciones básicas que hemos hecho:
↬de modo que desde el inicio de Su Ministerio terrenal hasta que fue
tomado al Cielo el cerno de lo que Jesús/Yeshua quiso transmitir es
que ahora venía el gobierno de Dios/Elohim y Su Pueblo Santo, el
Reino.
↬el tiempo se detuvo en aquellos días ya que para Dios/Elohim esos
fueron la culminación de los tiempos. De allá para aquí solo pasaron
dos días y algo en el reloj de Dios/Elohim –YaHWéH- y la Historia se
puso en modo ‘pausa’ en lo que respecta al Plan de Redención ya que
nada puede ser cualitativamente superior a la encarnación del Verbo,
Su Padecimiento y Su admirable Resurrección y todo ha de referirse
a esta Obra ya consumada… Los tiempos de la Gracia, los de la Iglesia
y el testimonio a las Naciones, son todos corolarios de aquellos días.
↬¡sepámoslo: la cruz pagó la redención de todas las razas, un
remanente de las cuales serán constitutivas de un pueblo que reinara
sobre toda la tierra y el universo!
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4 La corona de la Historia
En Apocalipsis 15, 1-4 se describe una escena en el Cielo que comienza
así:
luego vi en el cielo otro maravilloso suceso de gran importancia.
Siete ángeles sostenían las últimas siete plagas, que completarían
la ira de Dios
Y en esa expectativa de juicio “los que habían vencido a la bestia, a su
estatua y al número que representa su nombre” entonan “el cántico de
Moisés y del Cordero”. Moisés fue cabeza del primer ISRAEL -el del
Sinaí- y el Cordero es la Cabeza del ISRAEL DE DIOS o JEZREEL -el del
Monte Sion (Heb 12, 22-. Él es el sacrificio pascual eterno del remanente
que somos los ‘cristianos’. Es decir, los que cantan en el Cielo son el
producto refinado del proyecto eterno de Dios/Elohim –YaHWéH- para
redención de las Naciones que acompañarán el reinado de Su Hijo
encarnado. Son la Raza Escogida integrada por todas las razas, y la
NACIÓN Escogida integrada por gente de todas las Naciones. Y esto es lo
que proclama el cántico celestial:
grandes y maravillosas son tus obras… Justos y verdaderos son
tus caminos, oh Rey de las naciones ¿Quién no te temerá… y
glorificará tu nombre? … Todas las naciones vendrán y adorarán
delante de ti, porque tus obras de justicia han sido reveladas
De modo que Quien es llamado en Isaías 44, 6 “el Rey y Redentor de
Israel, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales” es también Rey de las
Naciones mediante el reinado de Su Hijo –Cordero Inmolado/León de
Judá/heredero del trono de David (Ap 5, 6)- y Su Pueblo Santo formado
por hijos adoptivos tomados de entre los hombres luego de una rigurosa
selección. Y este será el reinado universal que pronto galvanizará a las
Naciones trayendo Gozo y Paz a un nuevo mundo. La corona de la
Historia. Veamos rápidamente otras imágenes de ese glorioso reinado
venidero:
en el Salmo 68, 29-35
los reyes de la tierra traen tributo a tu templo... Dispersa a las
naciones que se deleitan en la guerra. Canten a Dios, reinos de la
tierra... Dios es imponente en su santuario; el Dios de Israel le da
poder y fuerza a su pueblo
en el Salmo 66, 1-6:
¡aclamen alegres a Dios, habitantes de toda la tierra!... Cuenten al
mundo cuán admirable es él... ¡Con razón se rinden tus enemigos!
La tierra entera te adorará y cantará tus glorias... ¡Qué
maravillosos milagros él hace para su pueblo!... ¡Regocijémonos en
él!
En Isaías 9, 7:
gobernará con perfecta equidad y justicia desde el trono de David
su padre. Traerá verdadera justicia y paz a todas las naciones del
mundo. Esto ocurrirá porque el Dios Todopoderoso se ha
empeñado en realizarlo.
De modo que las guerras cesarán, habrá un gobierno global –utilizando
uno de los desgastados términos de hoy- con “equidad y justicia” para
todos. Y el Trono de ese Reino estará en un Templo ubicado en una
nueva Jerusalem. Esto será lo más sorprendente visto desde la
perspectiva de este mundo enfermo de ‘laicidad’ ideologizada: el Rey
de las Naciones será también Sumo Sacerdote y todas las Naciones
vendrán a adorar en Su Templo. Y se dice en el último pasaje que este es
el Empeño del Guía de la Historia, la culminación de Su Propósito
ejecutado a través de milenios. No estamos a la deriva entonces, hay un
Timonel con rumbo a un Puerto Seguro. Hoy -28/06/2019- arranca la
cumbre del G-20 en Osaka, la reunión de los poderosos de esta tierra
¿Podrán traer paz justa y permanente a las Naciones? ¿Podrá la ONU
hacerlo? ¿Surgirá esa paz de reuniones de ‘líderes religiosos’ como la de
Qatar? Paz permanente seguro que no, paz ilusoria quizás. Dice el Salmo
146, 3-4: “No pongan su confianza en los poderosos; no está allí la ayuda
para ustedes. Ellos, al dar su último suspiro, vuelven al polvo, y todos
sus planes mueren con ellos". Por eso hubo que esperar a Alguien que
introdujera Vida Eterna en la ecuación de Paz universal para que esta
fuera posible. Y respecto a esto se dice en 1 Corintios 15, 50:
lo que les digo, amados hermanos, es que nuestros cuerpos físicos
no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos que mueren no
pueden heredar lo que durará para siempre.
No es posible una Paz permanente en un mundo que camina según el
humor de mortales. Y en la culminación de los tiempos Se manifestó el
primogénito de entre los muertos (Col 1, 18) para abrir un nuevo Camino
vertical por el que debemos de transitar todos los que anhelamos
Justicia, Gozo y Paz.
Por eso luego de la Resurrección viene la corona de la Historia que es Su
Reino y los años que transcurrieron desde aquel evento admirable
hasta nuestros días son apenas los necesarios para convocar de entre
las Naciones a Su Pueblo disperso.
Luego de anunciar juicio y destierro dice Dios/Elohim –YaHWéH- a un
pueblo rebelde en Jeremías 32, 37-38:
yo traeré de nuevo a mi pueblo de regreso desde todos los países
en donde mi furia los habrá esparcido. Los traeré… y haré que
vivan en paz y seguridad. Y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios
Y en coherencia con esto leemos en Juan 10, 27-30:
mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen. Les
doy vida eterna y nunca perecerán. Nadie puede quitármelas,
porque mi Padre me las ha dado, y él es más poderoso que todos.
Nadie puede quitarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos
uno.
De modo que el ciclo ↝ira ↝dispersión entre las Naciones
↝perdón/convocatoria de nuevo al redil de un remanente purificado
con Vida Eterna, es el todo del Plan de Dios/Elohim para Su Pueblo, el
objeto de Su Empeño/Propósito a través de los siglos. Y el Gran Pastor
de las ovejas perdidas que oyen Su Voz/evangelio es el Mismo que dice
estas terribles Palabras:
Yo he venido para encender con fuego el mundo, ¡y quisiera que
ya estuviera en llamas! Me espera un terrible bautismo de
sufrimiento, y estoy bajo una carga pesada hasta que se lleve a
cabo
Y dice el mensaje de la Virgen en Medjugorje -25/06/2019-:
Los estoy preparando para nuevos tiempos, para que sean firmes
en la fe y perseverantes en la oración, para que el Espíritu Santo
obre a través de ustedes y renueve la faz de la tierra.
Pronto habrá renuevo en la faz de la tierra, es tiempo de perseverar en
la oración.
^^^
Leemos en Sofonías 3, 19-20:
en aquel tiempo… salvaré a la oveja que cojea y recogeré a la
descarriada… yo os traeré… os reuniré, y os daré renombre y fama
entre todos los pueblos de la tierra
Y Daniel 7, 27 se refiere así a este reinado de fama venidero del redil
restaurado:
entonces se dará al pueblo santo del Altísimo la soberanía, el
poder y la grandeza de todos los reinos bajo el cielo. El reino del
Altísimo permanecerá para siempre y todos los gobernantes le
servirán y obedecerán
Amen y amen.
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(continúa)