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el progreso económico de españa - FBBVA · Leandro Prados de la Escosura. La decisión de la Fundación BBVA de publicar el presente libro no implica res - ponsabilidad alguna sobre

Jun 24, 2020

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  • el progreso económico de españa(1850-2000)

  • El progreso económicode España

    (1850-2000)

    Leandro Prados de la Escosura

  • La decisión de la Fundación BBVA de publicar el presente libro no implica res-

    ponsabilidad alguna sobre su contenido ni sobre la inclusión, dentro del mismo,

    de documentos o información complementaria facilitada por los autores.

    No se permite la reproducción total o parcial de esta publicación, incluido el

    diseño de la cubierta, ni su incorporación a un sistema informático, ni su trans-

    misión por cualquier forma o medio, sea electrónico, mecánico, reprográfico,

    fotoquímico, óptico, de grabación u otro sin permiso previo y por escrito del

    titular del copyright.

    El progreso económico de España (1850-2000)

    EDITA :© Fundación BBVA. Plaza de San Nicolás, 4. 48005 Bilbao

    IMAGEN DE CUBIERTA : © Carlos ALCOLEA, VEGAP, Madrid, 2003Brindis, 1990Acrílico sobre lienzo, 200 � 200 cmColección BBVA

    DISEÑO DE CUBIERTA : Roberto Turégano

    ISBN : 84-95163-80-2DEPÓSITO LEGAL : M-33.821-2003

    IMPRIME : Sociedad Anónima de FotocomposiciónTalisio, 9. 28027 Madrid

    Los libros editados por la Fundación BBVA están elaborados con papel 100% reciclado,fabricado a partir de fibras celulósicas recuperadas (papel usado) y no de celulosa virgen,cumpliendo los estándares medioambientales exigidos por la actual legislación.

    El proceso de producción de este papel se ha realizado conforme a las regulaciones y leyesmedioambientales europeas y ha merecido los distintivos Nordic Swan y Ángel Azul.

    Prados de la Escosura, Leandro

    El progreso económico de España (1850-2000) / Lean-

    dro Prados de la Escosura. — Bilbao : Fundación BBVA,

    2003.

    761 p. ; 24 cm

    ISBN 84-95163-80-2

    1. Crecimiento económico 2. Contabilidad nacional

    3. España I. Fundación BBVA, ed.

    330.55(460)“18/19”

    datos internacionales de catalogación

  • Since the beginning of the century Spain has made great progress,in spite of civil wars, trade restrictions, and the want of highroads.

    Michael G. MULHALL (1880)

    The advantage of economic growth is not that wealthincreases happiness, but that it increases the range of human choice.

    W. Arthur LEWIS (1955)

  • A Blanca

  • agradecimientos

    LA lista de personas que me han brindado su ánimo y ayuda du-rante los largos años de elaboración de este estudio es muy am-plia. En los orígenes de esta investigación subyace una preocupa-ción kuznetsiana, que aprendí de mis maestros Patrick O’Brien yGabriel Tortella, por la aplicación de conceptos y métodos ma-croeconómicos al pasado. Deseo agradecer especialmente el de-cisivo estímulo de Angus Maddison y la proverbial generosidadde Albert Carreras que me proporcionó datos inéditos, estimu-lantes sugerencias y detallados comentarios. Por otra parte, mideuda intelectual con Charles Feinstein resultará evidente al lec-tor. El impulso de César Molinas y José Juan Ruiz resultó, ade-más, imprescindible para acometer la investigación. James Simp-son siempre estuvo a mi disposición para debatir métodos yfuentes, y Jordi Palafox siguió de cerca mi trabajo, leyendo y co-mentando detenidamente el original. Piero Tedde de Lorca estu-dió con atención el manuscrito, y sus dotes literarias han contri-buido a suavizar la aridez económica del texto. Con FranciscoComín y Pablo Martín Aceña discutí largamente aspectos muy di-versos del libro. Joan R. Rosés leyó el manuscrito en la fase finalde redacción. Stefan Houpt e Isabel Sanz siempre estuvieron dis-puestos a debatir problemas estadísticos y me prestaron su ayudaen algunos cálculos difíciles. Teresa Dabán y Jorge C. Sanz cola-boraron conmigo en la primera versión del PIB. Mar Cebrián seencargó de la traducción del inglés de algunos capítulos. DavidTaguas y Antonio Díaz Ballesteros me aclararon problemas de laContabilidad Nacional española y leyeron pacientemente diver-

  • sas versiones del trabajo. Debo agradecer también a Nelson Álva-rez, Juan Carmona, Francisco Comín, Sebastián Coll, AntonioDíaz Ballesteros, Rosario Gandoy, Antonio Gómez Mendoza,Alfonso Herranz, Stefan Houpt, Pablo Martín Aceña, Elena Mar-tínez Ruiz, David Reher, James Simpson, David Taguas, AntonioTena y Gabriel Tortella haberme permitido consultar resultadosinéditos de sus investigaciones. Además, los comentarios y suge-rencias de Julio Alcaide, Bart van Ark, Carlos Barciela, Anto-nio-Miguel Bernal, Steve Broadberry, Roberto Cortés Conde, Ra-fael Dobado, Ángel García Sanz, Giovanni Federico, CharlesFeinstein, Pedro Fraile Balbín, Ölle Krantz, Agustín Llona, JordiMaluquer de Motes, Carlos Newland, Esteban Nicolini, PatrickO’Brien, Vicente Pérez Moreda, Jaime Reis, Albrecht Ritschl,Carlos Rodríguez Braun y Nicolás Sánchez-Albornoz me han sidode extraodinaria utilidad. Naturalmente, ninguno de los citadoses responsable de los errores factuales e interpretativos que pue-dan deslizarse en este libro.

    El presente estudio ha sido financiado por la Fundación BBVAy el Ministerio de Educación y Cultura (PB95-0294 y PB98-0031).En la Fundación BBVA me dieron toda clase de facilidades parallevar a cabo la investigación. Deseo agradecer, además, las valio-sas críticas de un evaluador anónimo a solicitud de la FundaciónBBVA. El departamento de Historia Económica e Instituciones dela Universidad Carlos III de Madrid, al que pertenezco, ha sido elmarco ideal para llevar a cabo la investigación, y quiero dar las gra-cias a sus miembros por el grato y estimulante ambiente que mehan proporcionado durante todos estos años. Tengo, por último,una deuda especial con mi familia que ha padecido mis agobios yfalta de atención durante la elaboración del libro. Blanca SánchezAlonso, esposa, crítica y compañera excepcional, me prestó unapoyo difícil de exagerar. Esta obra va dedicada a ella.

  • Í N D I C E

    Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

    Prólogo, Angus Maddison . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

    Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

    p r i m e r a p a r t eReconstrucción de las series históricasde Producto Interior Bruto

    1. Antecedentes históricos de la estimación del PIBen España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311.1. Las estimaciones del Consejo de Economía Nacional . . . . . . . . . . . 32

    1.2. Las revisiones y extensiones de los cálculos

    del Consejo de Economía Nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

    1.2.1. La estimación del PIB

    de la Comisaría del Plan de Desarrollo (1972) . . . . . . . . . . . 34

    1.2.2. La revisión urgente de Julio Alcaide (1976) . . . . . . . . . . . . . . . 36

    1.2.3. El ajuste de José Manuel Naredo (1991). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

    1.3. Las estimaciones independientes del PIB . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    1.3.1. Los índices cuánticos

    de Información Comercial Española (1962) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    1.3.2. La estimación del PIB por ramas de actividad

    de Pedro Schwartz (1976). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    1.3.3. El índice del Gasto Interior Bruto

    de Albert Carreras (1985). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    1.4. Evaluaciones del crecimiento de la economía española

    anterior a 1958 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

  • 2. La estimación del PIB por ramas de actividad, 1850-19582.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45

    2.2. Agricultura, silvicultura y pesca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

    2.2.1. Agricultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

    2.2.1.1. La construcción de índices cuánticos y de

    precios a partir de información reducida. . . . . . . . 51

    2.2.1.2. El Valor Añadido Bruto de la agricultura . . . . . . . 54

    2.2.1.3. La estimación del producto agrario

    antes de 1891. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54

    2.2.2. Silvicultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58

    2.2.3. Pesca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

    2.2.4. Valor agregado de la agricultura, silvicultura y pesca . . . 60

    2.3. Industria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60

    2.3.1. Industria manufacturera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

    2.3.2. Industria extractiva. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

    2.3.3. Agua, gas y electricidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

    2.3.4. Valor agregado de las industrias manufacturera,

    extractiva, y agua, gas y electricidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

    2.4. Construcción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

    2.4.1. Construcción residencial y comercial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

    2.4.2. Construcción ferroviaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

    2.4.3. Construcción de carreteras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

    2.4.4. Infraestructura hidráulica y otras obras públicas. . . . . . . . . . 74

    2.4.5. Valor agregado de la construcción no residencial

    y la construcción total. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

    2.5. Servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

    2.5.1. Transporte y comunicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76

    2.5.2. Comercio al por mayor y al por menor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80

    2.5.3. Banca y seguros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

    2.5.4. Propiedad de viviendas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

    2.5.5. Administración Pública . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82

    2.5.6. Enseñanza y sanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82

    2.5.7. Otros servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

    2.5.8. Valor agregado del sector servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84

    2.6. El Producto Interior Bruto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85

    3. La estimación del PIB, 1850-1958: el enfoque del gasto3.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

  • 3.2. Consumo de bienes y servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88

    3.2.1. Consumo privado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88

    3.2.1.1. Alimentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

    3.2.1.2. Vestido y otros efectos personales . . . . . . . . . . . . . . . . . 90

    3.2.1.3. Gastos corrientes del hogar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

    3.2.1.4. Consumo de bienes duraderos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

    3.2.1.5. Higiene y cuidado personal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92

    3.2.1.6. Transporte y comunicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92

    3.2.1.7. Esparcimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92

    3.2.1.8. Enseñanza e investigación,

    servicios financieros y otros servicios . . . . . . . . . . . . . . 92

    3.2.1.9. El consumo privado agregado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

    3.2.2. Consumo público. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94

    3.3. Formación Interior Bruta de Capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94

    3.3.1. Formación Bruta de Capital Fijo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

    3.3.1.1. Viviendas y otros edificios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96

    3.3.1.2. Otras construcciones y obras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97

    3.3.1.3. Material de transporte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

    3.3.1.4. Materiales diversos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102

    3.3.1.5. La Formación Bruta de Capital Fijo agregada. . 105

    3.3.2. Variación de existencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109

    3.4. Exportaciones netas de bienes y servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110

    3.4.1. Exportaciones e importaciones de bienes . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

    3.4.2. Oro y plata no monetarios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

    3.4.3. Fletes y seguros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112

    3.4.4. Turismo, fondos propios de los emigrantes,

    servicios de pasajeros y otros servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114

    3.5. El Producto Interior Bruto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117

    4. Una serie nueva del PIB, 1850-2000:enlace de la serie histórica con la Contabilidad Nacional4.1. Las series enlazadas de la Contabilidad Nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . 119

    4.2. Un procedimiento de enlace alternativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124

    4.3. ¿Una nueva visión del crecimiento español? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132

  • s e g u n d a p a r t eTendencias a largo plazode la economía española

    5. Las fases del crecimiento económico5.1. Rasgos estadísticos de la nueva serie del PIB. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143

    5.2. Fases de crecimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146

    5.3. Crecimiento económico y cambio demográfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165

    5.4. La posición de la economía española

    en el contexto internacional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170

    6. Asignación de recursos y crecimiento6.1. El PIB y sus componentes de demanda. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

    6.2. Los precios relativos de los componentes del gasto . . . . . . . . . . . . . . 192

    6.3. El PIB y sus componentes de oferta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199

    6.4. Los precios relativos de los componentes de la producción . . . 213

    6.5. Cambio estructural y crecimiento de la productividad . . . . . . . . . . 218

    Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229

    AnexosA.1. Producción final y Valor Añadido Bruto

    de la agricultura, 1850-1958. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235

    A.2. El PIB y sus componentes de producto, 1850-1958

    (millones de pesetas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253

    A.3. Índices cuánticos del PIB y sus componentes

    de producto, 1850-1958 (1958 = 100) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295

    A.4. Deflactores del PIB y sus componentes

    de producto, 1850-1958 (1958 = 100). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331

    A.5. El PIB y sus componentes de producto a precios

    de 1913, 1929 y 1958 (1850-1958) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367

    A.6. El PIB a precios de mercado y sus componentes

    de gasto, 1850-1958 (millones de pesetas). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403

    A.7. Índices cuánticos del PIB y sus componentes

    de gasto, 1850-1958 (1958 = 100) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 455

    A.8. Deflactores del PIB y sus componentes

    de gasto, 1850-1958 (1958 = 100) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 489

  • A.9. El PIB y sus componentes de gasto a precios

    de 1913, 1929 y 1958 (1850-1958). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 515

    A.10. El Producto Interior Bruto y sus componentes

    de producto, 1958-2000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 551

    A.11. El Producto Interior Bruto y sus componentes

    de producto, 1850-2000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 569

    A.12. El Producto Interior Bruto a precios de mercado

    y sus componentes de gasto, 1958-2000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 631

    A.13. El Producto Interior Bruto a precios de mercado

    y sus componentes de gasto, 1850-2000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 653

    Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 723

    Índice de cuadros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 741

    Índice de gráficos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 749

    Índice alfabético. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 753

    Nota sobre el autor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 761

  • Presentación

    LA ausencia del caso español en los debates acerca del creci-miento económico en Europa durante la era contemporánea,como atestiguan los manuales más difundidos, está estrechamen-te asociada a la carencia de series macroeconómicas largas y ho-mogéneas para nuestra economía. La escasez de enfoques explí-citamente comparativos en la Historia económica de España es,asimismo, otra de sus consecuencias. Si descendemos al plano na-cional, se advierte la falta de consenso sobre el comportamientode nuestra economía en épocas anteriores a la aparición de lamoderna Contabilidad Nacional (1954) y ello, de nuevo, se deri-va de la inexistencia de series agregadas con una cobertura tem-poral suficientemente amplia y enraizadas en la investigación his-tórica. El estudio realizado por Leandro Prados de la Escosura,que ahora presenta la Fundación BBVA, es un intento de situar aEspaña en el contexto europeo desde una óptica macroeconómi-ca a largo plazo.

    En este libro, Prados de la Escosura ofrece una nueva base es-tadística de la actividad económica desde mediados del siglo XIXhasta el umbral del siglo XXI, que permite reconstruir las grandestendencias del progreso económico a largo plazo, y proporcionaa estudiosos e investigadores una base lo más sólida y coherenteposible para contrastar sus hipótesis acerca del comportamientode la economía española durante los últimos ciento cincuentaaños.

    La obra consta de dos partes. En la primera, se ha llevado acabo una elaboración de nuevas series históricas del ProductoInterior Bruto (PIB), tanto por el lado del producto como delgasto, para el siglo anterior a la introducción de la ContabilidadNacional. Posteriormente, dichas series históricas se han enla-zado con una revisión de las series de la moderna Contabilidad

    [ 19 ]

  • Nacional, producto de un cuidadoso examen de su construccióny de la aplicación de técnicas de enlace diferentes a las habitual-mente empleadas por los contables nacionales españoles. La se-gunda parte de la obra ofrece un balance de la evolución de laeconomía española desde 1850, a partir de la nueva base estadís-tica. Este primer análisis no sólo aporta nueva luz sobre aspectospoco conocidos de la historia de la economía española sino que,además, hace posible la reconsideración, desde un nuevo ángulo,de aspectos de nuestro pasado ya debatidos por economistas, his-toriadores y científicos sociales.

    Las nuevas series del Producto Interior Bruto y de sus compo-nentes que contiene este libro esperan representar una mejorasensible sobre anteriores estimaciones históricas, tanto por su co-bertura sectorial como temporal, y descansan sobre la detallada yrigurosa investigación cuantitativa que, iniciada bajo el estímulode pioneros como Nicolás Sánchez-Albornoz, Jordi Nadal, JosepFontana, Gonzalo Anes y Gabriel Tortella, han llevado a cabo loshistoriadores de la economía española contemporánea a lo largodel último cuarto de siglo. La evidencia cuantitativa que ahora sepresenta no sólo trata de responder con mayor rigor a cuestionesrecurrentes en la historia económica de España, sino tambiénplantear otras que, hasta ahora, no habían podido formularsepor la escasez de información adecuada. Puede augurarse que lanueva base de datos hará posible la revisión de algunas percep-ciones sobre nuestro pasado económico fuertemente arraigadas,a causa de su reiteración, y sin apoyo empírico sólido.

    La visión que con estas nuevas series se obtiene del creci-miento en el largo plazo de la economía española ofrece, en con-junto, una imagen más favorable de la que se desprendía deestimaciones y evaluaciones anteriores. El nivel de actividad eco-nómica, pese a tasas de variación anual aparentemente modera-das, aumentó, en términos reales, unas cuarenta veces en siglo ymedio, en tanto el ingreso por persona se multiplicó por quince.Análogos resultados se derivan para el nivel de consumo por ha-bitante, la productividad laboral o la inversión por persona ocu-pada. Cuando se desciende a periodos históricos concretos seaprecian resultados novedosos y en ocasiones poco intuitivos, nosólo en la época de series históricas, sino también en la era de la

    [ 20 ]

  • Contabilidad Nacional, que obligan a plantearse aspectos signifi-cativos de nuestro pasado.

    La comparación explícita entre la economía española y las na-ciones europeas avanzadas, que permite la disposición de los nue-vos datos, evidencia el hecho singular de que la economía espa-ñola ha tendido recurrentemente a situarse en una posicióncercana a las tres cuartas partes del nivel de producto por habi-tante en Europa occidental; lo que induce a reflexionar sobre lasrazones que imposibilitan la convergencia real de la economía es-pañola, así como acerca de las correspondientes implicacionespara la política económica.

    En definitiva, el trabajo de Leandro Prados de la Escosuraofrece evidencia empírica para el conocimiento de nuestro pa-sado económico y permite a los científicos sociales realizar com-paraciones explícitas entre el crecimiento de la economía espa-ñola y el de las naciones de nuestro entorno.

    fundación bbva

    [ 21 ]

  • Prólogo

    LEANDRO Prados de la Escosura es uno de los más destacadoshistoriadores españoles. En los últimos veinte años, ha escritouna larga serie de artículos y varios libros en los que reinterpretala Historia económica de España, su relación con Latinoaméricay su papel en la economía internacional. Ha desempeñado, ade-más, un papel clave en la organización de nuevas redes de histo-riadores económicos, en la celebración de diversos congresos enEspaña y como fundador de la European Historical EconomicsSociety y de la European Review of Economic History. Estas circuns-tancias han atraído a una nueva generación de historiadores y es-timulado a aquéllos ya consagrados.

    Prados de la Escosura se ha distinguido por la utilización demétodos cuantitativos y ha dedicado gran parte de su tiempo du-rante los últimos diez años, a elaborar la Contabilidad Nacionalhistórica de España, remontándose hasta 1850. Asimismo, ha en-lazado las distintas bases de la Contabilidad Nacional disponiblesdesde los años cincuenta con su reconstrucción histórica para elsiglo precedente. Este tipo de investigación requiere gran ener-gía, inteligencia e imaginación. Conlleva el análisis pormenori-zado de las fuentes y explicaciones claras de los procedimientosde estimación empleados y de la medida en que los nuevos resul-tados alteran la visión establecida.

    Las evaluaciones de la Contabilidad Nacional constituyen larama más antigua de la economía. Empezaron a realizarse en elsiglo XVII, con el trabajo de William Petty y Gregory King en Ingla-terra, seguidos de Boisguilbert y Vauban en Francia. Durante elsiglo XX se convirtieron en un destacado instrumento de políticaeconómica. La importancia de las estimaciones históricas de lascuentas nacionales fue finalmente refrendada con la concesióndel premio Nobel a Simon Kuznets.

    [ 23 ]

  • La historia macroeconómica es de la máxima relevancia paraevaluar comparativamente el comportamiento económico de lasnaciones. Sirve para demostrar por qué algunos países son pobresy otros ricos, y para explicar por qué algunas naciones se estan-can y otras experimentan un rápido crecimiento. A este fin, espreciso complementar los estudios nacionales con medidas de losniveles comparativos de actividad económica en determinadosaños. Colin Clark comenzó sus trabajos en esta línea hacia 1940.Desde 1950, los organismos internacionales y un grupo de investi-gadores independientes, entre los que destacan Irving Kravis,Alan Heston y Robert Summers, han llevado a cabo un considera-ble esfuerzo para convertir las monedas nacionales en una uni-dad común ajustada por las variaciones de su poder adquisitivo.También este campo ha atraído el interés de Leandro Prados dela Escosura, y así se refleja en sus recientes investigaciones.

    angus maddison *Emeritus Professor of Economics

    Universidad de Groninga

    [ 24 ]

    * Ha sido consultor del Development Centre de la OCDE y ha publicado numero-sas obras sobre el crecimiento económico mundial en perspectiva histórica.

  • Introducción

    ES propósito de este ensayo mostrar, a partir de una reconstruc-ción macroeconómica, la evolución del progreso material enEspaña desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días 1.

    El análisis del comportamiento económico de las naciones re-quiere disponer de series macroeconómicas largas para cada país.En el caso español, la falta de un conjunto de datos homogéneo,coherente y fidedigno es responsable, en buena medida, de la au-sencia de un enfoque explícitamente comparativo en su historiaeconómica 2. Hasta 1954, fecha en que se inicia en España la mo-derna Contabilidad Nacional, se dieron intentos meritorios de esta-blecer las tendencias a largo plazo del Producto Interior Bruto (PIB),pero hasta el último cuarto de siglo no ha sido cuando, de forma sis-temática, se ha recogido información cuantificable acerca de lasprincipales variables económicas. La evaluación del crecimientoeconómico difiere, por otra parte, entre las estimaciones disponi-bles del PIB. No existe consenso, por ejemplo, acerca del comporta-miento de la economía española bajo distintos regímenes comercia-les en el siglo XIX, de la magnitud de la depresión de los añostreinta, del impacto de la independencia de Cuba o de la Guerra Ci-vil (1936-1939), o de la intensidad del crecimiento durante las dosguerras mundiales en las que España no tomó parte activa 3. Esta

    [ 25 ]

    1 Utilizo progreso en la acepción que le da el Diccionario de la Real Academia Espa-ñola: «avance, adelanto, perfeccionamiento». El diccionario Webster, de lengua ingle-sa, matiza que progreso es un movimiento constante y paulatino hacia delante, que ad-mite pausas pero no retrocesos.

    2 No es frecuente hallar trabajos que, sistemática y explícitamente, comparen laevolución de la economía española con las de otras experiencias. Entre las excepcio-nes se encuentran, entre otros, Carreras (1995), Fraile (1991), Molinas y Prados de laEscosura (1989), Prados de la Escosura (1993a) y Tortella (1994).

    3 Cf. Carreras (1985), Prados de la Escosura (1988), Palafox (1991) y Comín yMartín Aceña (1984).

  • falta de acuerdo evidencia la debilidad y el carácter incompleto dela base cuantitativa hasta ahora existente para el estudio de la histo-ria económica española.

    Dos objetivos se plantean en la obra. Por un lado, estableceruna base estadística de la actividad económica que permita, porotro, establecer sus grandes tendencias. Así, en primer lugar, seabordará la construcción de nuevas series históricas del ProductoInterior Bruto (PIB), tanto por el lado del producto (ramas de ac-tividad) como por el del gasto, para el siglo anterior a la introduc-ción de la moderna Contabilidad Nacional (1954). Las nuevasseries, una vez enlazadas con una versión revisada de la Contabili-dad Nacional, proporcionarán las bases para el análisis del pro-greso económico español durante los últimos ciento cincuentaaños.

    Es preciso recordar que las habituales reservas sobre la Conta-bilidad Nacional de los países en vías de desarrollo resultan no yapertinentes, sino imprescindibles, a la hora de enjuiciar la recons-trucción histórica de las cuentas nacionales que aquí se ofrecepara el caso español 4. El usuario de las cifras resultantes no debe-ría olvidar que, inevitablemente, existe un elevado margen deerror, pues, en muchos casos, se trata tan sólo de conjeturas razo-nables y no de hechos confirmados. Como ha advertido Feinstein(1988: 264), toda cautela es poca para prevenir que inmediata-mente que se presenten, de manera clara y sistemática, series lar-gas del PIB éstas adquieran una aparente y espuria precisión 5. Así,los resultados cuantitativos alcanzados en las reconstruccioneshistóricas tan sólo pueden interpretarse razonablemente deforma cualitativa.

    Las nuevas series representan, sin embargo, una mejora sensi-ble sobre anteriores estimaciones históricas, puesto que se hanconstruido a partir de datos muy desagregados, basados en la deta-

    [ 26 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    4 A pesar de los numerosos esfuerzos llevados a cabo para construir las series his-tóricas de producto y de gasto, los resultados obtenidos no siempre se apoyan en unasólida base empírica, y se recurre, con frecuencia, a conjeturas razonables ante la faltade información. Cf. Srinivasan (1994) y Heston (1994) acerca de la Contabilidad Na-cional en los países en desarrollo.

    5 Por esta razón han sido numerosas las revisiones de las cifras que aquí se ofre-cen y que, por tanto, han demorado su publicación.

  • llada investigación que sobre España han llevado a cabo los histo-riadores económicos en el último cuarto de siglo. En la reconstruc-ción y subsiguiente análisis de las macromagnitudes españolas seha intentado reconciliar, de manera sistemática, el conocimientodel comportamiento individual de cada industria con la visiónagregada de la economía. Con todo, las palabras de Kuznets (1952:9) hace medio siglo mantienen plenamente su vigencia: no se dis-pone de estimaciones completas y plenamente coherentes del in-greso y su composición capaces de revelar el nivel y la estructuradel crecimiento económico nacional en el largo plazo 6. Tan sóloexisten aproximaciones que varían en cobertura, precisión y com-parabilidad. En cuanto al resultado obtenido, habrá que recono-cer, con Kuznets, que su valor será escaso, pues no permite revelarlas motivaciones y aspiraciones de los agentes humanos que lo ori-ginaron.

    La fragmentaria evidencia sobre la que se han elaborado elProducto Interior Bruto y sus componentes permite trazar, sinembargo, las grandes tendencias de la economía española du-rante el último siglo y medio con un grado de satisfacción aná-logo al de muchas otras experiencias históricas nacionales. Con-viene recordar, una vez más con Simon Kuznets, que la validez delos datos ha de juzgarse por la utilización que reciben los resulta-dos obtenidos. En síntesis, la evidencia aportada deberá permitir

    introducción [ 27 ]

    6 Han circulado versiones provisionales de mi estimación del PIB como documen-tos de trabajo (Prados de la Escosura, 1993b, 1995) con el propósito de recabar críti-cas y sugerencias que me permitieran mejorarla. El hecho de no publicarlas se debió amis reservas acerca de algunos de los métodos seguidos y de los resultados alcanzados.Pese a mis cautelas, no he podido impedir que amigos entusiastas las emplearan ensus cálculos. Quizá el de Maddison (1995b) sea el caso extremo, pues tan amplia difu-sión ha recibido la revisión inédita de Prados de la Escosura (1993b) que realicé parasu libro, que ha llegado a atribuírsele la autoría. La versión completa y final de mi esti-mación del PIB español que aquí se ofrece continúa adoleciendo de numerosas limita-ciones y errores, pero no he considerado conveniente demorar su publicación, ya quelas mejoras que pudiera introducir no creo que alterasen significativamente los resul-tados. Quizá su edición estimule nuevos procedimientos de cálculo y la explotaciónde fuentes no exploradas por mí que conduzcan a una superación de esta versión delPIB. A mi juicio, la elaboración de mediciones precisas para momentos puntuales,como se han llevado a cabo en el caso de Italia para 1891, 1911, 1938 y 1951 (Rey,1992, 2000) representarían un paso fundamental para asentar sobre bases firmes la es-timación del Producto Interior Bruto de España.

  • la revisión de percepciones fuertemente arraigadas y que tan sólose sustentan en su aparente razonabilidad.

    El libro está organizado en dos partes divididas en seis capítu-los. En la primera, dedicada a la reconstrucción del ProductoInterior Bruto en el largo plazo, el capítulo 1 pasa revista a las es-timaciones históricas precedentes. Los capítulos 2 y 3 describenlos procedimientos y fuentes empleados para el cálculo de las se-ries anuales del PIB nominal y real (1850-1958), tanto desde elpunto de vista del producto como del gasto. Finalmente, en el ca-pítulo 4 se lleva a cabo un nuevo enlace entre las distintas seriesde la Contabilidad Nacional para el periodo 1958-2000 y, poste-riormente, de éstas con las estimaciones históricas correspon-dientes a 1850-1958. Las tendencias que muestran las nuevas se-ries del PIB son contrapuestas a las de estimaciones históricas yadisponibles. Los anexos del libro recogen anualmente las seriesobtenidas para el siglo y medio considerado. En la segunda parte,dedicada al análisis de las tendencias a largo plazo de la econo-mía, el capítulo 5 analiza el crecimiento y sus fases a partir de lasnuevas series del PIB, y establece la posición relativa española enel contexto internacional. En el capítulo 6, se examinan los cam-bios a largo plazo en la asignación de recursos y su aportación alcrecimiento. Por último, unas breves conclusiones cierran laobra. Puede sugerirse, por tanto, al lector únicamente interesadoen los resultados que se centre en la segunda parte del libro.

    [ 28 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

  • primera parte

    reconstrucción de las serieshistóricas de producto interior bruto

    It is important to deny here the impression... that statisticalmeasurement of national income and wealth is independent

    of the constructs of economic and social theory, or even ofthe philosophy of history.

    Simon KUZNETS (1952)

  • 1. Antecedentes históricosde la estimación del PIB en España

    LA moderna Contabilidad Nacional se inició en España en 1954,aunque existen precedentes de la estimación del Producto Inte-rior Bruto o de la Renta Nacional 7. En este capítulo se examinanlos resultados alcanzados en estos estudios. Dado mi propósito deconstruir nuevas series del PIB y sus componentes, únicamente seexaminarán los intentos realizados para proporcionar estimacio-nes anuales de la Renta Nacional 8. Un rasgo común de la investi-gación histórica de la Contabilidad Nacional ha sido la concen-tración en las variaciones del PIB y no en la estimación de su nivel,que había acaparado la atención de los coetáneos 9. Así, todas lasseries temporales disponibles son indicadores de producción queadolecen de los conocidos problemas de los números índices y,por ello, su importancia económica tiende a disminuir cuantomayor es la distancia respecto del año base 10. Por otra parte, la

    [ 31 ]

    7 Algunas evaluaciones de las estimaciones históricas del PIB pueden consultarseen Coll (1992a), Bustelo (1993) y Bardini, Carreras y Lains (1995).

    8 Dada la escasez de información, los historiadores económicos han tratado decalcular el PIB de forma puntual. Siguiendo a Deane (1957), Prados de la Escosura(1982) reconstruyó de manera consistente las cifras de Mulhall (1880, 1884, 1885,1896) y obtuvo estimaciones puntuales del ingreso nacional español para el periodo1832-1894. Además, Prados de la Escosura (1988) ha estimado el PIB de los años1800-1930, desde el enfoque de la industria de origen, para siete años de referencia.Bairoch (1976) y Crafts (1983, 1984), por su parte, derivaron, para España, distintasestimaciones puntuales para el siglo XIX, a partir del método indirecto de Beckermany Bacon (1966). Más recientemente, Coll (1992b) ha intentado medir el PIB anual-mente mediante métodos indirectos, como la estimación del ingreso a partir de varia-bles monetarias, en la línea del estudio pionero de Tortella (1983), y de evidencia an-tropométrica (Coll y Quiroga, 1994).

    9 Sólo los observadores coetáneos han intentado medir el nivel del ingreso nacio-nal. Merece la pena mencionar los intentos de Mulhall (1880, 1884, 1885, 1896), paraestimar la Renta Nacional a finales del siglo XIX para un gran número de países, in-cluido España, y las estimaciones modernas del ingreso nacional para los primerosaños del siglo XX, recogidas en Schwartz (1977).

    10 Cf. Allen (1975). En realidad, sería preciso disponer de estimaciones directasdel PIB para fechas anteriores a 1954, por ejemplo, 1910 o 1930, años para los cualesexisten censos de población, a fin de poder contrastar de un modo riguroso las cifras

  • utilización de un índice de producción para aproximar el ValorAñadido Bruto en términos reales sólo resulta aceptable cuandoel producto total y los insumos consumidos se mueven en la mis-ma dirección y con la misma intensidad 11. Tres tipos de estima-ciones diferentes de la producción anual se examinarán en estecapítulo: los cálculos oficiales del Consejo de Economía, las revi-siones y extensiones que ha suscitado y, finalmente, las estimacio-nes independientes 12.

    1.1. Las estimacionesdel Consejo de Economía Nacional

    En 1944, fue solicitado del Consejo de Economía Nacional (CEN,en adelante) que estimara un conjunto de cuentas nacionalespara España 13. Tres fueron los principales objetivos: ofrecer da-tos sobre el ingreso para los años anteriores a la Guerra Civil(1936-1939), evaluar el PIB de 1940 sobre la frágil base estadísticadisponible, y diseñar un método directo para estimar el ingresonacional en los años siguientes 14.

    [ 32 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    del PIB que, como en el presente caso, se han calculado mediante la proyección retros-pectiva de estimaciones para años de referencia con índices históricos de precios ycantidades. El PIB para 1958 es, desafortunadamente, la primera estimación de refe-rencia o cálculo directo de que se dispone en España, y solamente puede contrastarsecon una estimación independiente para el valor añadido de la agricultura. Obtenerestimaciones directas para distintos años del siglo XX representaría una contribuciónsingular a la historia económica española, aunque ello supondría un proyecto de in-vestigación de gran envergadura, como ha demostrado la reciente experiencia italia-na (Rey, 1992, 2000).

    11 El lector debería ser consciente de que mis propias estimaciones están sesga-das. De hecho, la alternativa correcta consistiría en un procedimiento de doble defla-ción tanto para los inputs como para el producto. Por doble deflación se entiende ladeflación independiente, de la producción final y de los inputs intermedios con suspropios índices de precios, con lo que el valor añadido real se obtendría como resi-duo. Cf. Cassing (1996). Para una discusión teórica de la doble deflación, cf. David(1962), Sims (1969), Arrow (1974) y Hansen (1975).

    12 Dado que ninguna de las estimaciones que aquí se examina intenta efectuaruna evaluación directa del nivel del PIB para un año dado, y se limitan a adoptar elofrecido en la Contabilidad Nacional de la base correspondiente al momento en quefue llevada a cabo la estimación, no comentaré las discrepancias exitentes entre las ci-fras del PIB que ofrecen cada una de ellas. En el caso del CEN, como se muestra másabajo, también se acepta el nivel calculado por otros autores.

    13 Estas estimaciones aparecen en CEN (1945, 1965).14 Cf. Schwartz (1977: 460).

  • La escasez de datos obligó al CEN a descomponer los índicesde producción en dos segmentos, tomando 1929 como año deenlace. Se obtuvieron, en ambos casos, índices de producción in-dependientes para la agricultura y la industria, a partir de los cua-les se calculó un índice agregado como aproximación al ingresonacional. No se incluyó el sector servicios, y se supuso, de maneraimplícita, que el output de este sector se comportaba como unamedia ponderada de las producciones agrícola e industrial.

    Para el periodo anterior, 1906-1929, se calculó el índice deproducto del sector agrícola sobre la base de 11 cultivos, en sumayoría de secano (excluida la producción ganadera), que re-presentaban el 50% de la producción total. El índice de produc-ción industrial incluyó 18 productos que cubrían bien el sectorminero, pero insuficientemente el manufacturero y la construc-ción. Los índices de producto se calcularon a partir de los secto-res agrícola e industrial, ponderando cada producto por su pre-cio medio en el periodo 1913-1928 (y los resultados fueronexpresados tomando como 100 la media del periodo 1906-1930).

    La composición de los índices agrícola e industrial cambió apartir de 1929, añadiéndose al índice agrícola 13 nuevos cultivos,distribuidos en ocho grupos básicos de productos, que suponíanel 80% de la producción total, mientras que el índice industrialllegó a incluir 38 productos distribuidos en 10 grupos diferen-tes 15. Para derivar los índices de producto agrícola e industrial seponderaron las cantidades con el precio percibido por el produc-tor y con el valor añadido unitario, respectivamente, para el año1929 16. Aunque en los años cincuenta mejoró el grado de cober-tura de los datos empleados, el método permaneció práctica-mente inalterado hasta 1956.

    El índice de producción total se obtuvo a partir de la combina-ción de los índices agrícola e industrial, con ponderaciones fijas:

    antecedentes históricos de la estimación del pib en españa [ 33 ]

    15 Para compensar la baja ponderación asignada a la industria manufacturera, elCEN (1945, 1965) otorgó una ponderación más elevada de la que le correspondía a laproducción eléctrica.

    16 La minería representaba el 22,68% de la producción industrial total; los Servi-cios Públicos (representados por la energía eléctrica), un 20,96%; y las manufacturassolamente el 56,36%. Si se compara el tamaño de la muestra industrial (2.077 millonesde pesetas) con la estimación del producto industrial que realizó el Banco Urquijo(1924), su cobertura vendría a representar el 25% del valor añadido industrial total.

  • 0,6 y 0,4, respectivamente, durante 1906-1929, y 0,5 para ambos apartir de 1929. Además, a fin de incorporar las fluctuaciones acorto plazo en los años 1906-1935, se combinó el índice de pro-ducción total con un índice de nupcialidad al que se había ex-traído previamente la tendencia. Después de la Guerra Civil(1936-1939) se excluyó la nupcialidad por considerarse inade-cuada para representar los ciclos posbélicos.

    En una segunda etapa, se enlazó el índice de producción totalcon una estimación del ingreso nacional para el año 1923, a finde derivar una serie de Renta Nacional a precios constantes 17.Después se calculó el ingreso nacional a precios corrientes reflac-tando el ingreso real con un índice de precios al por mayor (CEN,1945). Por último, para los años 1957-1964, el ingreso nacionalfue obtenido de manera directa.

    1.2. Las revisiones y extensiones de los cálculosdel Consejo de Economía Nacional

    Los intentos de extrapolar retrospectivamente las cifras de laContabilidad Nacional, establecida de acuerdo con los criteriosde la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico—OCDE— (entonces, OECE) en 1954, condujeron a revisiones delas cifras del CEN que, en alguna ocasión, se ampliaron para cu-brir el lado del gasto. Tres de estas estimaciones merecen sermencionadas.

    1.2.1. La estimación del PIBde la Comisaría del Plan de Desarrollo (1972)

    El primer intento de revisar las estimaciones del CEN fue lle-vado a cabo por la Comisaría del Plan de Desarrollo (CPD, en ade-lante) para el periodo 1942-1954 18. Los economistas de la CPD se

    [ 34 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    17 El CEN (1945) empleó la media aritmética de las cifras de ingreso nacional esti-mado por el Banco Urquijo (1924) y Vandellós (1925), bajo la hipótesis de que se tra-ta de estimaciones independientes. Algunas valoraciones de las cifras de ingreso na-cional calculadas por el CEN (1945) se encuentran en Guerreiro (1946), Hemberg(1955) y Fuentes Quintana (1958), todas reeditadas en Schwartz (1977).

    18 Su objetivo fue proporcionar la base estadística necesaria para el modelo eco-nométrico utilizado en las simulaciones que se realizaron durante el III Plan de Desa-

  • hallaban preocupados por la alta variabilidad que mostraban losdatos del CEN, y la atribuían a su estrecha dependencia respectode la producción agrícola, así como a la exclusión del sector servi-cios. La CPD propuso como alternativa un nuevo índice agregadoque añadía los servicios a los índices de producto agrícola e in-dustrial calculados por el CEN. La producción de los servicios, se-gún estas estimaciones de la CPD, se obtuvo combinando las seriesde los sectores transporte, comunicaciones y banca 19. A su vez, elíndice de producto real se calculó ponderando el índice de cadasector de acuerdo con las participaciones de la agricultura, la in-dustria y los servicios en el PIB al coste de factores del año 1954,obtenidas de la Contabilidad Nacional oficial (CNE58) 20. Des-pués se derivó el PIB a precios constantes para 1942-1953 retropo-lando el nivel del PIB de 1954 con el índice de producto real. Paraobtener el PIB a precios corrientes, la CPD reflactó la estimaciónen términos reales con un índice ponderado de los precios al pormayor (0,3) y un índice del coste de la vida (0,7) 21.

    El PIB se completó con el desglose de los componentes delgasto, esto es, con estimaciones directas de la inversión, el con-sumo público y las exportaciones netas de bienes y servicios. Paracalcular la formación de capital fijo no residencial la CPD construyóun índice físico de inversión privada combinando, según las pon-deraciones de 1954 (CNE58), las producciones de acero y ce-mento, las importaciones de maquinaria, la energía eléctrica y losvehículos de transporte matriculados. El índice de inversión resi-dencial se calculó a partir del número de viviendas construidas. Lainversión pública, a su vez, se obtuvo como la suma de la inversiónen la agricultura y las obras públicas, más la inversión pública pro-vincial y local, deflactadas por el índice de precios al por mayor.

    antecedentes históricos de la estimación del pib en españa [ 35 ]

    rrollo, un instrumento de la planificación indicativa de los primeros años de la décadade los setenta.

    19 Fueron aceptadas como ponderaciones fijas las correspondientes al valor aña-dido de la Contabilidad Nacional para 1954.

    20 La Contabilidad Nacional toma la denominación del año base o punto de refe-rencia usado para su construcción. Así, CNE58 es la Contabilidad Nacional de Españacon 1958 como año base. Véase el capítulo 4 para más detalles sobre la construcciónde la CNE.

    21 Las ponderaciones trataban de reflejar la importancia relativa del consumo pri-vado (70%) y del resto de los componentes de la demanda del PIB (30%).

  • Los niveles de las distintas categorías de la inversión para elaño 1954, requeridos para el cálculo de la serie agregada de for-mación de capital en términos reales, se tomaron de la Contabili-dad Nacional y se proyectaron hacia atrás con cada uno de los ín-dices de inversión respectivos, siendo reflactados, finalmente,con los índices de precios de los bienes de producción y de losmateriales de construcción. En el caso del consumo público seutilizó el gasto de la Administración Pública (central, provincial ylocal), previamente reescalado para adecuarlo al nivel proporcio-nado por la Contabilidad Nacional, y se empleó como deflactorel índice de precios al por mayor. Las exportaciones netas de bie-nes y servicios fueron representadas por las exportaciones netasde bienes (a precios corrientes y constantes), excepto en el casodel turismo, en que se aceptó el número de turistas (siendo el de-flactor correspondiente el índice del coste de la vida). El con-sumo privado se obtuvo como residuo a partir del PIB a precios demercado (resultado de sumar al PIB al coste de factores obtenidopor el lado del producto, los impuestos indirectos netos de subsi-dios) y de los componentes del gasto estimados de manera di-recta.

    1.2.2. La revisión urgente de Julio Alcaide (1976)Julio Alcaide, pionero de la Contabilidad Nacional en España,

    llevó a cabo la revisión de las series del CEN. Preocupado por suvariabilidad y comportamiento cíclico, intentó suavizar las cifrasdel producto real 22. Alcaide obtuvo un índice de producto inte-rior para el periodo 1901-1935 combinando, con ponderacionesde 1906, los índices del CEN para el producto agrícola e indus-

    [ 36 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    22 Alcaide realizó una revisión posterior de las cuentas históricas para el perio-do 1901-1985, que no modificó, sin embargo, sus primeros resultados sobre el pro-ducto real para la etapa anterior al inicio de la Contabilidad Nacional (Alcaide,1986). No obstante, los niveles nominales fueron revisados al alza al enlazar las se-ries históricas con las cifras más recientes de las estimaciones del PIB ofrecidas porel Banco de Bilbao. Alcaide (2000) ha vuelto a revisar recientemente sus estimacio-nes para los primeros años del siglo XX que hace retroceder hasta 1898, y las ha en-lazado con las últimas estimaciones del PIB de la Fundación BBVA para 1955-1998(trabajo del propio Alcaide). Desafortunadamente, Alcaide no explica sus métodosni contrasta sus argumentos con la evidencia empírica, así como tampoco describelas fuentes utilizadas.

  • trial, y utilizando el empleo total del sector servicios como un in-dicador de la producción en dicho sector 23. En la estimación deAlcaide no queda claro, sin embargo, cómo efectuó la revisión nisobre qué base se apoya para suponer un crecimiento cero de laproductividad del trabajo 24. Por último, para obtener el PIB a pre-cios corrientes el autor reflactó el producto real con el índice deprecios al por mayor 25.

    1.2.3. El ajuste de José Manuel Naredo (1991)José Manuel Naredo, movido por la aparente inconsistencia

    de las series del CEN, que podría llevar a subestimar el ingreso na-cional posterior a la Guerra Civil, también revisó las cuentas na-cionales del referido Consejo 26. En opinión de Naredo, el hechode que las cifras que aparecen en las cuentas nacionales oficialesestén infravaloradas se debe a la respuesta de los agentes econó-micos a la regulación sistemática e intervención en los mercadosdurante la autarquía franquista 27. Naredo advirtió además que laelasticidad-renta de la demanda de importaciones durante losaños cuarenta del siglo XX, implícita en los cálculos del CEN, erademasiado baja. La alternativa propuesta por Naredo es una seriedel PIB real para los años 1920-1950, basada en la revisión de las

    antecedentes históricos de la estimación del pib en españa [ 37 ]

    23 Las ponderaciones son 0,4 para la agricultura, 0,25 para la industria, y 0,35para los servicios. Puesto que únicamente se dispone de cifras históricas sobre la po-blación activa para los años censales, o bien Alcaide interpoló los datos censales, oaplicó a los datos anuales de la población total las tasas de participación que se deri-van de los intervalos censales. Además, Alcaide no deja claro lo que quiere decir cuan-do ajusta el empleo del sector servicios a «los cambios acusados en la producción to-tal» (Alcaide, 1976: 1129).

    24 Utilizar las cifras de empleo como indicador aproximado del producto implicasuponer una productividad del trabajo constante a lo largo del tiempo. Cf. Tortella(1987).

    25 No resulta del todo clara la revisión de Alcaide de las cifras del CEN para1940-1954. Este autor se ha apoyado en la revisión que atribuye a Tamames del pro-ducto real estimado por el CEN, aunque no proporciona la referencia. Además, mien-tras que en el caso del PIB parece que ha usado como deflactor el índice de precios alpor mayor, en el caso de la Renta Nacional fueron empleados los índices del coste dela vida y de precios al por mayor, ponderados con las participaciones del consumo y lainversión en la Contabilidad Nacional de 1954, respectivamente.

    26 Naredo (1991).27 Naredo (1991) basa su argumento en el incremento del 26% que registró el

    producto agrario en un solo año (1951), tras la abolición del racionamiento de ali-mentos que liberalizó parcialmente el mercado interior.

  • estimaciones de la Contabilidad Nacional oficial, bajo la hipótesisde una mayor elasticidad-renta de la demanda de importacionesen los años cuarenta, y una caída del 10% como resultado de laGuerra Civil (1936-1939) 28.

    1.3. Las estimaciones independientes del PIB 29

    1.3.1. Los índices cuánticosde Información Comercial Española (1962)

    La aportación del Servicio de Estudios del Ministerio de Comer-cio, aparecida en Información Comercial Española (ICE, en adelante)en 1962, constituyó una significativa mejora sobre los índices hastaentonces disponibles para el comportamiento agregado de la eco-nomía española. El «índice general de la producción total», de tipoLaspeyres, cubre el periodo 1951-1960 y combina los tres principalessectores: agricultura y pesca; minería, manufacturas y construcción;y comercio y servicios, ponderándolos por sus respectivas contribu-ciones al Valor Añadido Bruto en 1958 (CNE58). Cada uno de lossectores está representado, a su vez, por un índice Laspeyres de vo-lumen, construido con ponderaciones de 1958, que incluyen 4 ra-mas para la agricultura, 16 para la industria, y 6 para los servicios;siendo la primera vez que éstos figuran en las estimaciones del PIBanteriores al nacimiento de la Contabilidad Nacional 30.

    [ 38 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    28 Cuando este estudio se hallaba ya en prensa, me llegó una nueva estimaciónrealizada por Fernández de la Mora (2002), que coincide con la de Naredo en su con-vicción de que los niveles de producto fueron más elevados durante los años cuarenta,en especial, durante la segunda mitad de la década.

    29 Hubo en realidad un intento independiente anterior de estimar el ingreso na-cional sobre una base anual. Castañeda (1945) proporcionó la primera estimaciónhistórica del producto real para los años 1901-1934. A partir de una muestra de im-puestos indirectos y rentas de los monopolios del Estado, construyó un indicador delgasto nacional, que deflactó mediante el índice de precios al por mayor.

    30 Para cada uno de los 26 grupos de bienes y servicios, definidos según la clasifica-ción de actividades económicas de la tabla input-output de 1958 (TIOE58), se construyóun índice de volumen de tipo Laspeyres con las ponderaciones de 1958. El grado de co-bertura del producto es mucho mayor en las estimaciones de ICE que las estimacionesdel CEN, con 227 y 45 series principales para la industria y los servicios, respectivamente.En el caso del producto agrícola se adoptó el índice revisado del CEN, mientras quepara la ganadería, silvicultura y pesca se utilizaron 21 nuevas series. Las ponderacionesaplicadas para obtener el índice general de la producción total fueron 0,2693, 0,3200 y0,4107, para la agricultura, industria y servicios, respectivamente.

  • Las series de producto real fueron complementadas con uníndice cuántico de la inversión, basado en la construcción y lasobras públicas, la repoblación forestal y el consumo (produccióne importación) de maquinaria y bienes de equipo.

    1.3.2. La estimación del PIB por ramasde actividad de Pedro Schwartz (1976)

    Otro intento importante de ofrecer estimaciones alternativasa las elaboradas por el CEN fue el realizado para los años1940-1960 por Pedro Schwartz en el Servicio de Estudios delBanco de España. Schwartz utilizó nueva información cuantita-tiva y procedimientos transparentes que combinaban métodos in-directos y análisis de regresión 31. El autor empleó el método delos indicadores para obtener el Valor Añadido Bruto de los prin-cipales sectores, consistente en llevar a cabo, para el periodo1954-1960, una regresión de sus valores añadidos (derivados de laContabilidad Nacional oficial) sobre un conjunto de indicado-res 32. La relación estructural resultante se aplicó, después, a di-chos indicadores para derivar el valor añadido sectorial en el pe-riodo 1940-1953. Por último, el Producto Interior Bruto (nomi-nal y real) se obtuvo por agregación.

    1.3.3. El índice del Gasto Interior Brutode Albert Carreras (1985)

    El intento más ambicioso de todos los llevados a cabo para elcálculo de series históricas del PIB real ha sido el de Albert Carre-ras, quien construyó un índice para un amplio periodo, 1849-1958, empleando el enfoque del gasto 33. La ponderación de las

    antecedentes históricos de la estimación del pib en españa [ 39 ]

    31 El estudio de Schwartz se encuadra en una etapa de especial fecundidad acadé-mica del servicio de estudios del Banco de España, bajo la dirección de Luis ÁngelRojo. Cf. Martín Aceña (2000).

    32 Un indicador es, siguiendo a Balke y Gordon (1989), una variable temporalque está correlacionada con el producto real en la época en que se conoce el PIB real,es decir, en el presente caso, durante los años posteriores a 1954.

    33 El único precedente al enfoque de la demanda de Carreras es el de la CPD(1972), que no representa, sin embargo, una estimación independiente. Debe seña-larse que Carreras afirma haber elaborado un índice de volumen del PNB, cuando enrealidad lo que ha hecho ha sido estimar un índice de volumen del PIB, ya que no in-cluye las rentas externas.

  • principales variables (consumo público y privado, inversión y ex-portaciones netas) procede de la Contabilidad Nacional(CNE58) con 1958 como año base, mientras las tablas input-out-put de 1958 (TIOE58) permitieron descomponer cada una de lasseries en sus principales componentes 34.

    Son patentes, no obstante, ciertas debilidades en lo que, porotra parte, constituye una investigación ejemplar. Por ejemplo, lasseries de consumo sólo incluyen dos grandes categorías: alimenta-ción, bebidas y tabaco, y vestido; en tanto no se han tenido encuenta los servicios 35. Podría aducirse, en realidad, que el creci-miento del consumo probablemente esté subestimado dado quelos bienes incluidos en las series (alimentación y vestido) son losque tienen una menor elasticidad-renta 36. Por otra parte, el em-pleo de ponderaciones fijas del año 1958 podría sesgar a la baja elcrecimiento del PIB, ya que los precios relativos de los bienes de ca-pital (los componentes del gasto que más crecen) caen con el pasodel tiempo, reduciéndose, así, la ponderación que se asigna a la in-versión en comparación con lo que ocurriría si se hubieran to-mado los precios relativos de cualquier año anterior 37.

    [ 40 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    34 Podrían hacerse algunas objeciones al uso de 1958 como año de referencia,puesto que al pertenecer a un periodo autárquico, los precios estaban intervenidosdebido a la protección y regulación. Se trata de un caso parecido al de otros puntos dereferencia, 1938, en el caso de Italia y 1937, en el de Alemania. Cf. Bardini, Carreras yLains (1995:123) y Broadberry (1997). Puede aducirse, no obstante, que la tabla in-put-output de 1958 es, con 207 sectores, la primera disponible y, además, la más deta-llada hasta la fecha, de la economía española.

    35 Alimentación y vestido representan el 70% del consumo en el año de referen-cia 1958 (CNE58). En cambio, la muestra de bienes de consumo empleada en la cons-trucción del índice anual, tomando como fecha de referencia el año 1958, sólo cubreun 20% del consumo total hasta 1928, y, posteriormente, un 41% (Carreras, 1985:38-39, 45). Naredo (1991: 144) ha señalado que el hecho de que Carreras confíe enlos datos de consumo de alimentos que proporciona García Barbancho (1960) sesga ala baja los resultados obtenidos.

    36 En el año 1958 la elasticidad-renta de la demanda de vivienda, bienes durade-ros, cuidado personal, transporte, ocio, etc., era en España mucho más alta que laelasticidad-renta de la alimentación y el vestido (Lluch, 1969: 68, 78).

    37 Otras dos objeciones podrían añadirse al trabajo pionero de Carreras. El con-sumo público se ha deflactado por el índice de precios al por mayor en lugar de coníndice de precios de consumo, que es un deflactor mejor ya que sus principales com-ponentes son los sueldos y salarios. Además, en la balanza comercial solo ha incluidolas mercancías. Por otro lado, los valores oficiales que ha utilizado Carreras para lasexportaciones e importaciones exageran el déficit comercial de las mercancías para lamayor parte del periodo anterior a 1913. Cf. Prados de la Escosura (1986).

  • 1.4. Evaluaciones del crecimientode la economía española anterior a 1958

    El cuadro 1.1 resume las visiones alternativas del crecimiento dela economía española entre mediados de los siglos XIX y XX, deacuerdo con los índices de PIB examinados. La última columnacorresponde a la población y, si se sustrae de la tasa correspon-diente al PIB, se obtiene el crecimiento del PIB per cápita. Sobresa-le, en primer lugar, el hecho de que el crecimiento económico,tanto en términos absolutos como por habitante, arranque de lasegunda mitad del siglo XIX (gráfico 1.1). Quizá, el hecho más re-levante con respecto a la primera mitad del siglo XX sea la falta de

    antecedentes históricos de la estimación del pib en españa [ 41 ]

    CUADRO 1.1: Estimaciones alternativas del crecimiento del PIB, 1850-1958(tasas medias anuales en porcentaje)

    CEN(1965)

    CPD(1972)

    Alcaide(1976)

    Alcaide(2000)

    Naredo(1991)

    ICE(1962)

    Schwartz(1976)

    Carreras(1985)

    Población

    1850-1883 2,21 0,42

    1883-1901 0,96 0,47

    1901-1913 1,65a 2,30 1,89 0,13 0,69

    1913-1920 2,92 1,67 2,34 2,56 0,67

    1920-1929 1,61 2,87 3,27 1,61 1,01 0,96

    1929-1935 0,05 1,14 0,83 0,06 –0,74 0,96

    1935-1940 –6,70 –5,96 –4,25 –2,11 –5,89 0,94

    1940-1950 1,92 2,31b 2,57 2,42 3,70 1,40 1,72 0,79

    1950-1958 7,24 6,25 5,80 7,16 5,79 5,12c 5,95 5,01 0,84

    1884-1913 0,63 0,56

    1913-1935 1,60 2,02 2,31 1,03 0,88

    1940-1958 4,28 4,28c 4,01 4,53 4,63 3,42 3,18 0,81

    1850-1913 1,46 0,49

    1913-1958 1,75 1,93 2,47 1,12 0,86

    1850-1958 1,32 0,64

    Notas: Tasas geométricas de variación calculadas entre los años inicial y final de cada periodo.a: 1906-1913; b: 1942-; c: 1951-1958.

  • acuerdo que muestran las diversas estimaciones acerca las distin-tas fases de expansión y desaceleración y, únicamente, se apreciaun cierto consenso con respecto a la década de 1950. Así, en algu-nas estimaciones, los años de la Primera Guerra Mundial son denaturaleza expansiva, superando en intensidad al decenio largoanterior a 1913 (Alcaide, 2000) e, incluso, a la década de los vein-te (CEN, Carreras), mientras lo contrario se desprende de cálculosalternativos (Alcaide, 1976) que enfatizan la desaceleración queacompaña a la Gran Guerra. El dinamismo de los años 1920-1929únicamente encuentra apoyo en las cifras de Alcaide. Por otraparte, el periodo comprendido entre la caída de la Dictadura dePrimo de Rivera y el inicio de la Guerra Civil son alternativamen-te descritos como años de moderado crecimiento del PIB (Alcai-de), de estancamiento (CEN, Naredo), o marcado declive (Carre-ras). Por último, el impacto de la Guerra Civil es percibido demanera distinta en las diversas estimaciones, siendo el CEN, Alcai-de (1976) y Carreras, quienes mayor intensidad le asignan, mien-tras en el extremo opuesto se sitúa Naredo. La posguerra, a suvez, ofrece resultados discrepantes con una reconstrucción másintensa de acuerdo con los datos de Naredo, Alcaide y CPD (gráfi-co 1.2a), frente a una recuperación paulatina según las cifras deCarreras y Schwartz (gráfico 1.2b). Los años cincuenta, hasta el

    [ 42 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    GRÁFICO 1.1: Estimaciones del PIB, 1850-1958: CEN y alternativas(1958 = 100)

    CEN Carreras Alcaide Naredo

    20

    40

    80

    1850 1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950

    Esc

    ala

    sem

    iloga

    rítm

    ica

    1958

  • Plan de Estabilización, son descritos por los diversos autorescomo una etapa de crecimiento acelerado, si bien la dispersión esapreciable: desde un 5-5,5% (Carreras, ICE) a más de un 7% (CENy Alcaide, 2000). En resumen, el balance de los años comprendi-dos entre vísperas de la guerra europea y del Plan de Estabiliza-ción es de crecimiento intensivo, si bien el incremento anual delPIB por habitante oscila entre 1 y 2%, según la estimación.

    antecedentes históricos de la estimación del pib en españa [ 43 ]

    GRÁFICO 1.2a : Estimaciones del PIB, 1940-1958: CEN y revisiones(1958 = 100)

    GRÁFICO 1.2b : Estimaciones del PIB, 1940-1958: CEN e independientes(1958 = 100)

    CEN CPDAlcaide Naredo

    40

    50

    100

    90

    80

    70

    60

    1940 1942 1944 1946 1948 1950 1952 1954 1956 1958

    Esc

    ala

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    CEN ICESchwartz Carreras

    40

    50

    100

    90

    80

    70

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    1940 1942 1944 1946 1948 1950 1952 1954 1956 1958

    Esc

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    sem

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  • En suma, los resultados de apreciables esfuerzos de recons-trucción estadística indican que el panorama histórico es con-fuso, y reclaman una nueva estimación, no ya sólo por razonesque se deducen del examen de la construcción de las principalesestimaciones; sino por la manifiesta imposibilidad de llevar acabo una interpretación del crecimiento en el siglo anterior a lamoderna Contabilidad Nacional, que sea reconciliable con lasevaluaciones disponibles de la Renta Nacional. La nueva serie delPIB que en este ensayo se propone, y cuya construcción y enlacecon la moderna Contabilidad Nacional se expone en los capítu-los siguientes, trata de responder a los interrogantes planteados.

    [ 44 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

  • 2. La estimación del PIBpor ramas de actividad, 1850-1958

    2.1. Introducción

    Los datos del PIB más fiables y fáciles de obtener, tanto desde elpunto de vista de la Contabilidad Nacional histórica, como de lamayoría de los actuales países en desarrollo, son aquellos que sederivan mediante el enfoque del producto 38. En el caso de Espa-ña, primero se obtendrá el PIB desde el punto de vista del produc-to, esto es, calculando cuánto añade cada sector al valor de la pro-ducción final. Posteriormente se estimará el PIB por el lado delgasto (capítulo 3). Sin embargo, es preciso advertir que el PIB ob-tenido mediante el enfoque de producto será el aceptado comoestimación definitiva o, en términos técnicos, «total de control», ya él se ajustarán los resultados obtenidos desde el punto de vistadel gasto 39.

    El objetivo de este capítulo es describir los procedimientos quese han aplicado, siguiendo el método de la producción, para laconstrucción de las series anuales del Producto Interior Bruto aprecios constantes y corrientes en el periodo comprendido entre1850 y 1958. El Valor Añadido Bruto en términos reales para cadarama de actividad se ha calculado, como en la mayoría de los paí-ses en desarrollo, por medio de indicadores físicos, y no como resi-

    [ 45 ]

    38 Cf. Beckerman (1976) para una definición clara y sencilla de los conceptos queaquí se utilizan, y Heston (1994) para un panorama de las dificultades que entrañanlos cálculos del PIB en los países en desarrollo.

    39 Heston (1994: 33) señala que más del 80% de los países en desarrollo utilizanlas cifras del PIB obtenidas con el enfoque del producto como mecanismo de ajuste o«total de control». Las evaluaciones de la Contabilidad Nacional de España antes demediados de los años sesenta coinciden con esta visión (Schwartz, 1976: 456; Uriel,Moltó y Cucarella, 2000). La información estadística sobre la producción parece sermucho más fidedigna que la correspondiente al gasto o al ingreso. Las estimacioneshistóricas del PIB confirman esta valoración, cf. Van der Eng (1992: 348) para Indone-sia, y Batista et al. (1997) para Portugal.

  • duo o diferencia entre la producción y los inputs deflactados deforma independiente. Siempre y cuando lo permiten los datos seha seguido el método de los componentes, y no el de los indicado-res, y se han combinado estimaciones directas e indirectas 40.

    Para estimar las series del PIB a precios corrientes y constantes sehan seguido varios pasos. Primero, se han construido índices cuánti-cos de tipo Laspeyres para cada uno de los principales componentesdel producto, utilizando como ponderaciones alternativas los valo-res añadidos de 1913, 1929 y 1958. Los valores añadidos de 1913 y1929 se han computado, bien de forma directa o, en la mayoría delos casos, extrapolando hacia atrás los valores añadidos de 1958 queaparecen en la Contabilidad Nacional de dicho año base (CNE58) yen las tablas input-output (TIOE58). Para el cálculo del índice delPIB, se han ponderado los índices cuánticos Laspeyres según su par-ticipación sectorial en el valor añadido de cada uno de los años base(1913, 1929, 1958), obtenidos a partir de las estimaciones de las se-ries del PIB nominal. De este modo, los índices del PIB y de sus com-ponentes se han calculado a precios de 1913 para el periodo1850-1929, a precios de 1929 para los años 1913-1958 y a precios de1958 para el intervalo 1929-1958. Con la intención de ofrecer unaimagen homogénea para el periodo en su conjunto 1850-1958, sehan enlazado los tres segmentos en una única serie, sobre la base delos datos disponibles para los años en que se solapan los índicesconstruidos a precios de 1913, 1929 y 1958, respectivamente, a finde tener en cuenta los cambios en los precios relativos. Así, se haasignado la ponderación de 1913 a los años 1850-1913, mientrasque para 1913-1929 y 1929-1958 se han derivado medias geométri-cas con ponderación variable de los índices alternativos construidospara dichos periodos (a precios de 1913 y 1929 para 1913-1929, y aprecios de 1929 y 1958 para 1929-1958). De esta forma se otorgauna ponderación mayor al año de referencia más próximo.

    Para construir los deflactores se han empleado series de pre-cios de desigual calidad y cobertura 41. Se han calculado, así, índi-

    [ 46 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    40 Para una discusión de los métodos de los componentes y los indicadores, cf.Balke y Gordon (1989).

    41 En realidad, la falta de datos sobre los precios en el siglo XIX ha impedido a loshistoriadores económicos construir índices de precios, empleándose aún con frecuen-cia el índice de precios al por mayor de Sardá (1948), a pesar de su pequeña y sesgada

  • ces de precios Paasche en cadena para la agricultura, la industriay los servicios 42. La razón para ello es que, dado que los índicesde volumen son del tipo Laspeyres, esto es,

    QL = �qipo / �qopo, (2.1)

    serán necesarios índices de precios de tipo Paasche,

    PP = �qipi / �qipo, (2.2)

    para obtener valores corrientes,

    V = QL * PP = �qipi / �qopo (2.3)

    Siendo q y p las cantidades y los precios en el año base o o encualquier otro año i.

    Las series anuales del Valor Añadido Bruto a precios corrien-tes para cada rama de actividad económica se han obtenido enla-zando las cifras del año de referencia 1958 de la Contabilidad Na-cional (CNE58), con los índices de cantidad de Laspeyres y losíndices de precios de Paasche 43. El Producto Interior Bruto se hacalculado, a su vez, mediante la suma de los valores añadidos decada sector. Finalmente, el deflactor del PIB, de tipo Paasche, pro-cede de dividir las series a precios corrientes entre las series a pre-cios constantes.

    Cuatro han sido las ramas de actividad económica considera-das, a) agricultura, pesca y silvicultura; b) manufacturas, indus-trias extractivas y agua, gas y electricidad; c) construcción; y d) ser-vicios.

    la estimación del pib por ramas de actividad, 1850-1958 [ 47 ]

    cobertura. Hasta ahora se han aceptado sin serias objeciones los índices de precios alconsumo y al por mayor elaborados para la primera mitad del siglo XX (y lo mismoocurre con el índice de precios que ha elaborado la Comisión del Patrón Oro en1929), con la excepción de Reher y Ballesteros (1993) y Ballesteros (1997).

    42 No ha sido posible, por desgracia, obtener índices de precios Paasche para to-das las ramas de cada sector económico. En tales casos, se han empleado los índicesen cadena del tipo Laspeyres. Este problema, resultado de las deficientes estadísticas,es también muy común en la Contabilidad Nacional actual. Cf. Corrales y Taguas(1991).

    43 Las cuentas nacionales con base 1958 (Contabilidad Nacional de España 1958,CNE58) para los años 1954-1964 fueron publicadas por el Instituto de Estudios Fisca-les (1969).

  • 2.2. Agricultura, silvicultura y pesca

    2.2.1. AgriculturaPara obtener el valor añadido de este sector se ha calculado,

    en primer lugar, la producción final, esto es, la producción totalmenos simientes y piensos. El Valor Añadido Bruto se deriva sus-trayendo de la producción final las compras de insumos indus-triales y de servicios 44.

    Lamentablemente, las cifras disponibles sobre las cosechas y laproducción ganadera son incompletas, y su cobertura desigual enlas distintas épocas. Pese a ello, los datos disponibles me han per-mitido:

    a) Calcular el valor a precios corrientes de la producción fi-nal agrícola para diferentes puntos de referencia: en tornoa 1890, 1898/1902, 1909/1913, 1929/1933, 1950, y1960/1964, valorando las cantidades producidas de cadaproducto a los precios percibidos por el productor 45.

    b) Obtener la producción final real (de tipo Laspeyres) (QL)para cada año de referencia (r), deflactando los valores co-rrientes (V) con un índice Paasche en cadena de precios, apartir de una muestra amplia de bienes agrícolas (donde qy p son las cantidades y los precios) 46. Así,

    QLr = Vr / PrP

    r = 1890, 1898/1902, 1909/1913, 1929/1933, 1950, 1960/1964

    (2.4)

    [ 48 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    44 El producto final y el valor añadido de la agricultura han sido calculados por elMinisterio de Agricultura para los años 1950-1958 (Ministerio de Agricultura, 1979b),aunque la Contabilidad Nacional (CNE58) se inicia en 1954.

    45 Debido a que la cobertura no es completa, he realizado ciertos supuestos arbi-trarios acerca de la producción de algunos cultivos para los años 1890 y 1900 (véase elcuadro 2.1). Debo agradecer a James Simpson haberme permitido disponer de sus da-tos, aún inéditos, de precios y cantidades para la agricultura del periodo 1890-1930(Simpson, 1994).

    46 Para el grado de cobertura, véase el cuadro A.1.3. del anexo 1. Debe advertirseque se han construido series de producción final y de valor añadido para el periodo1850-1958, aunque para los años 1950-1958 se han empleado las cifras a precios co-rrientes del Ministerio de Agricultura (1979a, 1979b). El motivo por el cual se ha am-pliado la estimación hasta los años cincuenta es la necesidad de disponer de deflacto-res homogéneos para el conjunto del periodo considerado.

  • siendo PPr un índice Paasche en cadena,

    PPrp

    p r

    ip ip ip ipp q p q��

    � � �2

    1/ –

    p = 2 (1898/1902); 3 (1909/1913)...

    Debido a la falta de datos sobre cultivos de alto valor y queemplean una superficie reducida de tierra como son las fru-tas y hortalizas (más importantes cuanto mayores son el ni-vel de ingreso y el grado de urbanización), he preferido de-flactar las estimaciones de los valores corrientes en lugar deconstruir índices de volumen sobre la base de una informa-ción incompleta 47. De hecho, los precios tienden a moverseal unísono en bandas más estrechas que las cantidades 48.

    c) A continuación, he derivado una serie anual de la produc-ción final agraria, en términos reales, mediante el enlacede los niveles correspondientes a cada par de puntos de re-ferencia adyacentes con un índice de producción final, ob-tenido, a su vez, con la información de carácter anual dis-ponible, más reducida 49. El procedimiento ha consistidoen proyectar el nivel de cada año base con un índice cuán-tico, construido a los precios relativos de dicho año, y elcálculo posterior de una media geométrica con pondera-ción variable de las series obtenidas a precios de cada parde años de referencia adyacentes, en la que aquélla a pre-cios relativos del punto de referencia más próximo a unaño t recibe una mayor ponderación,

    la estimación del pib por ramas de actividad, 1850-1958 [ 49 ]

    47 Ésta es también, en la actualidad, una característica común en los países en de-sarrollo, cf. Heston (1994).

    48 Existen algunas diferencias entre los niveles de producción agraria del cua-dro 2.1 y los que ha calculado Simpson (1994), que conducen, a su vez, a discrepaciasen el nivel de productividad. Éstas se derivan principalmente de haber supuesto, en elcuadro 2.1, que el deflactor obtenido a partir de de aquellos bienes para los cuales sedispone de precios y cantidades es representativo de todo el sector agrario y, por tan-to, se emplea para deflactar la producción corriente final. En cambio, Simpson(1994), supone que el índice cuántico que resulta del output considerado es represen-tativo del conjunto de la agricultura. Existe un largo debate sobre cuál de los dos en-foques es el adecuado. Cf. Maddison (1995a: 231-232).

    49 Hay que advertir que ya el GEHR (1983) y Simpson (1994) habían calculado laproducción total en diferentes años a lo largo del periodo 1891-1931. A su vez, se dis-pone de índices anuales cuánticos para la producción total de los años 1891-1935construidos por Comín (1987b) y el GEHR (1987).

  • Q (Q O ) (Q O )( ) ( ) ( ) ( )t ro t n t n o rn t t o n oL L L L L� � � � �* * */ / == O (Q ) (Q )( ) ( ) ( ) ( )t ro n t n o rn t o n oL L L* / /� � � �

    (2.5)

    Siendo Q el índice Laspeyres de la producción final real, Oel índice cuántico de Laspeyres (obtenido a partir de in-formación limitada) para el año t, r la estimación de cadaaño base, y o y n el año inicial y final de cada periodo 50.

    d) Por último, he calculado el valor de la producción finalagraria a precios corrientes extrapolando hacia atrás el ni-vel de output final del año 1958 (CEN58) con el índice Las-peyres de producto final y un índice Paasche de precios 51.Este último se ha construido interpolando el nivel de pre-

    [ 50 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    CUADRO 2.1: Estimación de la producciónfinal agraria para los años de referencia

    (1)Valor corriente

    (millones de pesetas)

    (2)Índice de precios Paasche

    (índice en cadena)

    (3)Índice de volumen Laspeyres

    (índice en cadena)

    c. 1890 2.795 89,6 80,8

    1898/1902 3.190 95,2 86,8

    1909/1913 3.861 100,0 100,0

    1929/1933 8.919 173,8 133,0

    1950 52.018 1.173,3 114,8

    1960/1964 156.526 a 2.158,3 b 187,9

    Notas: a Valor a precios de 1960. b Nivel de precios correspondiente a 1960.La cobertura incompleta forzó a realizar supuestos acerca de la producción de diversos cultivos en 1890 y 1900. El produc-to total de los principales grupos: hortalizas, materias primas, frutas (incluyendo frutos secos), carne, leche, pollería y hue-vos, fue inferido a partir de la ratio entre la muestra observada y la producción total en 1909/1913.Las ratios producto final-producción total para cada cultivo se muestran en el anexo 1, cuadro A.1.1. Los coeficientes paratransformar la producción ganadera en cantidades de carne, lana y leche se presentan en el anexo 1, cuadro A.1.2.Fuentes: Cantidades, precios y valores derivan del GEHR (1991), Simpson (1994 —base de datos inédita—), y las fuentes ori-ginales allí citadas, Ministerio de Agricultura (1979a).

    50 Esto es, para 1890-1913 se ha considerado la media geométrica ponderada delos índices cuánticos con base 1891/1893 y 1909/1913; para 1913-1929, se ha tomadola media geométrica ponderada de los índices cuánticos con base 1909/1913 y1929/1933; para 1929-1950 la correspondiente a los índices cuánticos con base1929/1933 y 1950; y, finalmente, para 1950-1958, la media geométrica ponderada delos índices cuánticos con base 1950 y 1960. Por su parte, para los años 1850-1890, seha aceptado el índice cuántico Laspeyres con base 1890.

    51 El nivel de producción final agraria en 1958 procede del Ministerio de Agricul-tura (1979b: 155).

  • cios para cada par de puntos de referencia o años baseconsecutivos (cuadro 2.1, columna 2) con un índice Paas-che anual de precios obtenido a partir de información li-mitada 52. El procedimiento de enlace consistió en proyec-tar el nivel de precios de cada punto de referencia con lasvariaciones del índice anual de precios, y calcular, des-pués, la media geométrica, atribuyendo una ponderaciónmás elevada al punto de referencia más próximo al añoconsiderado (véase la expresión [2.5]) 53.

    2.2.1.1. La construcción de índices cuánticosy de precios a partir de información reducida

    Los índices anuales de precios y cantidades, construidos a par-tir de una muestra de productos agrarios, y utilizados para inter-polar los niveles de producción final real y de precios entre cadapar consecutivo de años base o puntos de referencia, requierenalgunos comentarios. Con el fin de evitar que algunos cultivos ad-quirieran una excesiva representación en la producción agre-gada, la estimación de los índices cuánticos se ha realizado en dosetapas. Se han definido, en primer lugar, 10 grupos de productosy se han calculado índices independientes para cada uno de ellos.Este procedimiento no evita que se lleven a cabo algunas conjetu-ras ante la carencia de datos, puesto que se supone que, dentrode cada grupo, aquellos bienes que no pertenecen a la muestraevolucionan exactamente igual que aquellos que la integran.Ahora bien, cuanto más homogéneo sea el grupo de bienes consi-derado, menos restrictivos serán los supuestos implícitos en elmétodo. En cualquier caso, cuando la producción se estima direc-tamente a partir de una muestra de artículos, los supuestos implíci-tos que hay que realizar son siempre más estrictos que en una es-

    la estimación del pib por ramas de actividad, 1850-1958 [ 51 ]

    52 Esto es, sobre la base de la misma muestra variable de productos que se utilizópara calcular el índice de producto final.

    53 Es decir, la media geométrica ponderada de los índices de precios con base1891/1993 y 1909/1913 para el periodo 1890-1913; para 1913-1929, la media geomé-trica ponderada de los índices de precios con base 1909/1913 y 1929/1933; para1929-1950, la media geométrica ponderada de los índices de precios con base1929/1933 y 1950; y para 1950-1958, la media geométrica ponderada de los índices deprecios con base 1950 y 1960. Para 1850-1890, se ha aceptado un índice de preciostipo Laspeyres con año base 1890.

  • timación en dos etapas, como la que aquí se sugiere 54. Se hanelaborado números índices para los siguientes grupos de bienes:cereales, leguminosas, hortalizas, materias primas (plantas indus-triales, lana y seda), frutales, mosto, aceite de oliva sin refinar,carne, aves y huevos, leche y miel 55. Los índices se han obtenido

    [ 52 ] el progreso económico de españa (1850-2000)

    54 Cf. Fenoaltea (1988). El cuadro A.1.3 del anexo 1, muestra, para cada año dereferencia, el grado de cobertura de cada uno de los grupos que integran los índicescuánticos anuales. Para una descripción más detallada del método, véase la sección so-bre la industria en este capítulo.

    55 Para obtener los índices cuánticos de cada subsector, se han valorado las canti-dades físicas de la producción final a los precios de cada año de referencia, y se ha ex-presado el valor agregado en forma de índice. Las cantidades empleadas proceden,en su mayoría, del GEHR (1989, 1991), y se han completado con las cifras que aportanComín (1985a), Simpson (1986, 1994 �