El por qué del sacramento de la reconciliación Aportes desde la teología
El por qué del sacramento de la reconciliación
Aportes desde la teología
Porque el perdón es una forma de amor
Tratar a Dios, perseverar en la fe y “confesarse” son una cuestión de AMOR no de obligación.
Es un amor adulto que ofrece aceptación global del otro.
Porque Jesús reconciliaba a la persona en sus encuentros
Jesus es el amor visible del Dios invisible.
Buscaba a los pecadores para acercarlos al Padre.
Porque Dios es fiel y misericordioso
Los sacramentos lo expresan con diferentes símbolos.
Esa Verdad nos hará libres (Jn 8,32) de comprar el amor de Dios con acciones. Dejarme curar por El.
Porque reconciliarnos
1. Anunciamos que la reconciliación total
es posible.
2. No es para ser mejor
individualmente sino es la FIESTA del
perdón.
3. Que la comunidad perdona a los suyos.
La Reconciliación es un Sacramento
Eucarístico: es el regreso del hijo pródigo, quien fue acogido con amor por el Padre. Estaba muerto y ahora está vivo por eso la alegría y la fiesta Lc 15,11-32
La Reconciliación es un Sacramento
Pascual: algo muere en mi y algo nace. Se manifiesta la voluntad de victoria sobre el mal sobre el pecado. Ef 2,1-10
La Reconciliación es un Sacramento
De Misión: en la misericordia de Dios está la misión. Donde Dios perdona hay envío: vete a decir a los demás cómo soy yo. Jn 4, 1-42
La Reconciliación es un Sacramento
De FIESTA: un banquete no un tribunal de justicia.
La alegría del abrazo amoroso cuando tocaba otra cosa.
La Reconciliación es un Sacramento
De Encuentro con los hermanos a quienes he dañado con mis agresiones.
Encontrarlos en el Señor (la fe) y volver a la fraternidad.
Reconciliarse... Es muy sano pedir perdón a los demás, a Dios y a uno mismo.
Porque al pecar:
1. Me he faltado al respeto.
2. No he sido libre y me voy esclavizando.
3. No he desarrollado mi capacidad de amar ni mis talentos.
Reconciliarse no es fácil
El pecado muchas veces es auto engaño, Antes todo era pecado, ahora nada.auto justificación, racionalización.Resulta doloroso ante uno mismo (auto condena y culpa) y los demás (temor al castigo o represión).
Reconciliarse es don y tarea
Reconocer el pecado es un triunfo mío y de Dios.