El pensamiento de las figuras fantásticas Para el colombiano es inevitable querer comprender cuáles son las causas de la guerra, de la levedad y de la injusticia sobre su territorio. Y cómo tales principios se perpetúan aún que la historia y sus pensadores han iluminado sobre sus raíces, dinámica y efectos. La violencia que desató la conquista en la apropiación de las tierras, en el saqueo de los recursos, en el ultraje cultural indígena, y luego en el esclavismo, persiste y opera hoy a través de fórmulas interiorizadas, sofisticadas y complejas, no menos crueles. Bajo la sombra opresiva de la violencia sexual y de género, de la corrupción política y privada, de la complicidad de gobernantes, medios de comunicación, multinacionales y monopolios, de la desigualdad en la educación y el ingreso, del arribismo, del consumismo y del individualismo, todos aportamos una incógnita o un valor a las ecuaciones que tejen la realidad colombiana, apuntalando un sistema social fallido. Esta obra busca, en tanto que arte engagé (socialmente comprometido), hacer una crítica al pensamiento mágico, sumiso o alienado. Pretende generar preguntas en torno a comportamientos egoístas y evasivos, a fanatismos consumistas, religiosos, de nueva era, de redes sociales, y deportivos, que nos suspenden en una vaho de opio, apartándonos de lo esencial. Los medios de comunicación (desde los temas superficiales con los que se adormece al público y desde la ocultación de los que evita tratar y analizar), el codicioso poder económico y político en el mundo, el 5% de la población que posee el 90% de la riqueza, inocula en las mentes de los ciudadanos un plan cognitivo. Este acondiciona la formulación, evaluación, secuencia y jerarquía de los pensamientos y de las acciones. Tal adaptación obliga, no los objetivos más nobles y naturales, sino aquellos que interesan al sistema financiero y a los conglomerados económicos. El sentido de humanidad está secuestrado. Alienados, así, acumular sin compasión se erige en filosofía, pasando de largo las necesidades materiales o emocionales, de incluso, vínculos cercanos. Es crucial, para salvar las especies, retomar una economía local, ecológica y solidaria, en donde la educación igualitaria, laica y holística, revele nuevos rumbos.
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El pensamiento de las figuras fantásticas
Para el colombiano es inevitable querer comprender cuáles son las causas de la guerra, de la levedad y de la injusticia sobre su territorio. Y cómo tales principios se perpetúan aún que la historia y sus pensadores han iluminado sobre sus raíces, dinámica y efectos. La violencia que desató la conquista en la apropiación de las tierras, en el saqueo de los recursos, en el ultraje cultural indígena, y luego en el esclavismo, persiste y opera hoy a través de fórmulas interiorizadas, sofisticadas y complejas, no menos crueles. Bajo la sombra opresiva de la violencia sexual y de género, de la corrupción política y privada, de la complicidad de gobernantes, medios de comunicación, multinacionales y monopolios, de la desigualdad en la educación y el ingreso, del arribismo, del consumismo y del individualismo, todos aportamos una incógnita o un valor a las ecuaciones que tejen la realidad colombiana, apuntalando un sistema social fallido. Esta obra busca, en tanto que arte engagé (socialmente comprometido), hacer una crítica al pensamiento mágico, sumiso o alienado. Pretende generar preguntas en torno a comportamientos egoístas y evasivos, a fanatismos consumistas, religiosos, de nueva era, de redes sociales, y deportivos, que nos suspenden en una vaho de opio, apartándonos de lo esencial. Los medios de comunicación (desde los temas superficiales con los que se adormece al público y desde la ocultación de los que evita tratar y analizar), el codicioso poder económico y político en el mundo, el 5% de la población que posee el 90% de la riqueza, inocula en las mentes de los ciudadanos un plan cognitivo. Este acondiciona la formulación, evaluación, secuencia y jerarquía de los pensamientos y de las acciones. Tal adaptación obliga, no los objetivos más nobles y naturales, sino aquellos que interesan al sistema financiero y a los conglomerados económicos. El sentido de humanidad está secuestrado. Alienados, así, acumular sin compasión se erige en filosofía, pasando de largo las necesidades materiales o emocionales, de incluso, vínculos cercanos. Es crucial, para salvar las especies, retomar una economía local, ecológica y solidaria, en donde la educación igualitaria, laica y holística, revele nuevos rumbos.
Fotografía y concepto:
Camilo Gómez Durán
Retoque digital:
Sergio Valencia Mejía
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