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E l M e n s a j e r o “El mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz…” - Proverbios 6:23 Tomo 20 Enero 2012 Fotografía tomada en los estudios realizados en diciembre de 2011 en Támara, Honduras. En 2012, El Mensajero cumple 20 años de circular. Agradecemos a Dios por las dos décadas que este boletín mensual ha entra- do al hogar de muchos cristianos. Tam- bién a los hermanos, hermanas e iglesias que desde el principio han apoyado la página impresa, un medio para anunciar el evangelio y propagar la doctrina de Cristo. El Mensajero es además un puente para conocer acerca de la obra del Señor, por eso le invitamos a enviarnos noticias de la iglesia donde usted se congrega. Y si desea mandar algún artículo para publicar o tiene preguntas sobre temas bíblicos, no dude en escribirnos. Animamos a todos, jóvenes y adultos, a seguir firmes en la fe de Jesús. ¿Debo juzgar a alguien o es contra la voluntad de Dios? Página 2 Apuntes sobre la predicación (segunda parte) Página 8 Cumplimos dos décadas
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El Mensajero

Mar 13, 2016

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Boletín mensual publicado por la iglesia de Cristo. Se edita en La Ceiba, Honduras. Enero 2012, Tomo 20.
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Page 1: El Mensajero

El Mensajero “El mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz…” - Proverbios 6:23

Tomo 20 Enero 2012

Fotografía tomada en los estudios realizados en diciembre de 2011 en Támara, Honduras.

En 2012, El Mensajero cumple 20 años de

circular. Agradecemos a Dios por las dos

décadas que este boletín mensual ha entra-

do al hogar de muchos cristianos. Tam-

bién a los hermanos, hermanas e iglesias

que desde el principio han apoyado la

página impresa, un medio para anunciar el

evangelio y propagar la doctrina de Cristo.

El Mensajero es además un puente para

conocer acerca de la obra del Señor, por

eso le invitamos a enviarnos noticias de la

iglesia donde usted se congrega. Y si desea

mandar algún artículo para publicar o tiene

preguntas sobre temas bíblicos, no dude

en escribirnos. Animamos a todos, jóvenes

y adultos, a seguir firmes en la fe de Jesús.

¿Debo juzgar a alguien

o es contra la voluntad

de Dios? Página 2

Apuntes sobre la predicación (segunda parte) Página 8

Cumplimos dos décadas

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¿Juzgar o no juzgar?

1. Probablemente, todos los predi-cadores del evangelio de Cristo hayan sido acusado de juzgar.

2. Tal vez, estas denuncias sean ciertas, pero la mayoría de las ve-ces no son más que una astucia para escapar de la fuerza de la pa-labra de Dios.

3. La Biblia prohíbe ciertas formas de juzgar, pero otras formas son aceptables y necesarias.

4. Vamos a examinar dos maneras de juzgar:

a. Juicios injustos. Juicio crítico y duro con propósito negativo.

b. Juicios justos. Juicio determina-do y basado en la palabra de Dios.

I. En primer lugar, vamos a considerar los

juicios injustos

A. Jesús habló de juzgar injus-tamente en Mateo, capítulo siete. Él dijo: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque

con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu herma-no (Mateo 7:1-5).

1. El término "juzgar" en este con-texto lleva la idea de condenar a otro cuando está cometiendo cosas peores.

a. En Lucas 6:37, Jesús dice: "No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdona-dos” (Lucas 6:37).

b. Esta forma de juzgar es cuando uno es muy crítico con los demás.

2. El tipo de juicio que Jesús prohí-be es que se hace con un duro y amargo espíritu que busque fallos en otros.

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¿Debo juzgar a alguien o es contra la voluntad de Dios?

Estudio presentado por el hermano Tony Melton en los estudios realizados del 5 al 8

de diciembre de 2011 en Támara, Francisco Morazán, Honduras. Valioso temas para

evitar el extremo de juzgar injustamente o el extremo de no juzgar por ningún motivo.

Page 3: El Mensajero

B. En Mateo 7, Jesús habló de un juicio que se hace general-mente por una persona con resentimientos o sentimien-tos de amargura hacia otra persona.

1. Es el tipo de juicio que busca lo malo en los demás y aplica una interpretación torcida sobre los motivos del otro.

2. Ejemplo, los líderes judíos odia-ban y envidiaban a Jesús, y siem-pre buscaban razones para juzgarle o condenarle:

a. “Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle” (Lucas 6:7).

b. “¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mis-mos no entrasteis, y a los que en-traban se lo impedisteis. Diciéndo-les él estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a estrecharle en gran manera, y a provocarle a que hablase de muchas cosas; acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle” (Lc. 11:52-54).

3. El juicio de estos hombres fue motivado por celos y envidias.

4. Ellos constantemente se motiva-ban con la mala intención de des-truir la reputación e influencia de Jesús.

5. Con esta mentalidad es imposi-ble juzgar justamente.

6. Con un espíritu amargo, los líde-res judíos condenaban clases ente-ras de sus compatriotas como los cobradores de impuestos y los sa-maritanos; ellos les llamaban peca-dores inmundos.

C. Jesús condenaba los juicios hechos por gente indigna de juzgar. (Juicios hipócritas).

1. Los fariseos juzgaban a los discí-pulos de Jesús por comer sin lavar-se las manos (Mc 7:1-13).

a. Según ellos, los discípulos de Jesús estaban violando las tradi-ciones de los judíos.

b. Jesús les acusó de descuidar el bienestar de sus padres a causa de las tradiciones humanas.

c. ¿Cuál es el mensaje? Se les con-denaban a los demás por comer con las manos inmundas, mientras que ellos mismos estaban descui-dando el bienestar de sus padres.

d. Es un ejemplo claro de las pala-bras de Jesús en Mateo 7.

e. Ellos estaban tratando de sacar una “astilla, mota o paja" del ojo de su hermano mientras que había un tablero gigante o viga en su propio ojo.

2. No eran dignos de juzgar a otros porque sus fallos eran mayores.

3. Pablo respaldó las palabras de Jesús: “Por lo cual eres inexcusa-ble, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti

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mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según ver-dad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?” (Rom. 2:1-3).

D. Santiago habló de la misma forma de juzgar que fue men-cionado por Jesús. Él dijo:

1. Santiago 4:11-12: “Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el da-dor de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

2. ¿Qué determina si el juicio está bien o está mal?

a. En la mayoría de los casos, si no todos, el motivo de juzgar determi-na si sea pecaminoso o no.

b. Si el motivo de juzgar es por en-vidia o celos, entonces es pecado.

c. El contexto de Santiago 4:11, 12, habla de los hermanos que juzgan con una mala intención y motivo.

d. Guy N. Woods escribió, "La for-ma de juzgar prohibido es hablar mal en contra del otro, o con des-precio."

e. El tipo de juicio de que Jesús y Santiago hablan es el juicio de cen-

sura con el fin de difamar o des-honrar el carácter de otro.

3. Santiago dijo que quien juzga de esta forma “murmura de la ley y juzga a la ley” y se mira a sí mismo como “juez” en vez de hacedor de la ley.

a. Este tipo de cristiano se pone encima de la ley −piensa que es como Dios.

b. Es cuando nos ponemos como jueces y jurados de los motivos de otros.

c. Nos hacemos igual con Dios, pensando que podemos leer los corazones de otros.

(1) Por ejemplo, podríamos ver una casa con las ventanas rotas y la pintura pelada y juzgar que el pro-pietario es perezoso... pero en rea-lidad, es paralítico y no tiene el dinero para reparar.

(2) A veces, cuando un hermano no llega al culto, decimos que no quie-re congregarse, aunque no sabemos si está hospitalizado.

II. Ahora, echemos un vistazo a juicios justos

A. Jesús proclamó en Juan 7:24: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.”

1. La palabra traducida "juzgar" en este versículo es modo imperativo,

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Page 5: El Mensajero

y en este caso, es un mandamiento de Cristo.

2. Jesús nos mandó a juzgar con rectitud y por las apariencias.

3. EM Zerr escribió: "La mera apariencia de una situación no siempre proporciona todos los hechos en el caso; por eso, lo honesto es investigar y obtener la verdad completa. Entonces, un juicio hecho sobre esta base será un juicio justo...".

4. Si hacemos juicios basados en los principios bíblicos, estos juicios serían justos.

a. Con la palabra de Dios como nuestra guía, podemos juzgar con rectitud.

b. Tenemos que tener mucho cui-dado cuando estamos juzgando una situación y medir bien la evi-dencia.

5. El apóstol Pablo desaprobó la actitud de los corintios, porque no juzgaban y solucionaban los pro-blemas en la iglesia: “¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? ¿O no sabéis que los san-tos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ánge-les? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor esti-

ma en la iglesia? Para avergonza-ros lo digo. ¿Pues qué, no hay en-tre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el herma-no pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos?” (1 Corintios 6:1-6).

a. Estaban llevando a sus herma-nos para ser juzgados por los in-crédulos.

b. Pablo preguntó: “¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos" (1 Co.6:5 b)

c. Pablo demostró que era una lástima que fueron incapaces de juzgar asuntos entre hermanos.

d. Él les dice a los cristianos pue-den hacer juicios justos. ¿Por qué? Porque están guiados e influencia-dos por la palabra de Dios.

e. Este versículo no sólo muestra que podemos juzgar, sino que de-bemos hacerlo.

B. Algunos creen que Mateo 7 es una prohibición a toda for-ma de juzgar.

1. Si esto es cierto, entonces el apóstol Pablo violó este manda-miento.

2. Pablo declaró culpable al her-mano fornicario en Corinto sin v i s i t a r l a c o n g r e g a c i ó n : “Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho”, (1 Cor.5:3).

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3. Pablo juzgó al fornicario con los principios de la voluntad de Dios, no con prácticas paganas.

4. Les dijo a los cristianos de Co-rinto: "Ciertamente yo, como au-sente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juz-gado al que tal cosa ha hecho... Más bien os escribí que no os junt-éis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o ava-ro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”(1 Co.5:11-13).

a. Pablo dijo a los corintios que la responsabilidad de juzgar dentro de la iglesia era de ellos.

b. Pero fallaban en este deber.

c. Uno de los defectos de los corin-tios era no juzgar a los hermanos impíos.

d. Él les dijo: “De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre”, (1 Corintios 5:1).

e. Tenemos que hacer juicios jus-tos si queremos obedecer 1 Corin-tios 5.

C. Si vamos a agradar a Dios, es necesario hacer juicios rectos.

1. Por ejemplo, Jesús dijo: “No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los des-pedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisote-en” (Mateo 7:6). (Noten, en versícu-lo 1, Jesús dijo: “No juzguen a na-die” y ahora en versículo 6, Él mandó que no dieran lo sagrado a los perros o las perlas a los cerdos.)

a. Sin embargo, tenemos que juz-gar si una persona cae en la cate-goría del perro o del cerdo.

b. Una vez más, Jesús dijo: “Cuídense de los falsos profe-tas” (Mateo 7:15).

c. Esto significa que hay que deter-minar si una persona es un falso maestro, y eso es exactamente lo que hacemos.

(1) ¿Por qué no invitamos a un mormón "anciano" a que predique en nuestra congregación?

(2) ¿Por qué no ponemos a la pasto-ra pentecostal en nuestro púlpito durante una compaña evangelística?

(3) No es por tener algo contra ellos personalmente.

(4) Sin embargo, hemos hecho un juicio basado en la palabra de Dios y por eso, no podemos tener comu-nión con ellos.

d. ¿Es este tipo de juicio pecami-noso? ¡Por supuesto que no!

2. El apóstol Juan escribió: "Amados, no creáis a todo espíri-

tu, sino probad los espíritus si 6

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son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mun-do" (1 Juan 4:1.). Otra vez dijo: “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tie-ne al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras” (2 Juan 9-11).

3. Si decidimos no tener comunión con un falso maestro, ¿no le hemos juzgado como pecador?

4. Si decidimos de no tener comu-nión con un cristiano con carácter inmoral, ¿no le hemos juzgado co-mo pecador?

5. Si decimos que sólo aquellos que creen en Jesús serán salvos, no estamos pasando juicio sobre jud-íos, budistas, musulmanes y otros muchos que no creen en Él?

6. Constantemente, hacemos jui-cios, y debemos juzgar siempre con las Escrituras.

Conclusión

1. Hemos observado dos formas de juzgar − injusto y justo.

2. Vimos cómo Jesús y Santiago condenaron los juicios injustos.

a. Condenaron la búsqueda de cul-pas y juzgar duramente sin saber el caso.

b. Condenaban al criticón y al saca-faltas.

c. Siempre estos juicios se hacen con mala intención o para dañar o destruir el carácter del otro.

d. Este tipo de juicio generalmente se hace por envidia y celos.

e. Jesús condenó el juicio hipócrita (Cuando uno juzga al otro y hace lo mismo o cosas peores).

3. Jesús nos mandó: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7:24).

a. Debemos juzgar a las personas y situaciones basadas en la palabra de Dios.

b. Si nuestro motivo es constructi-vo y con el propósito de proteger y defender la causa de Cristo, enton-ces la decisión de juzgar es bíblica y necesaria.

3. Un hombre dijo: "Es siempre correcto de juzgar a los falsos ma-estros y las falsas enseñanzas con la Palabra de Dios como la norma. Buscar problemitas es una cosa. Eliminar la fruta podrida, es otra. Debemos ser más diligentes en nuestro discernimiento y siempre actuar sobre la base de la verdad y debemos dejar las áreas de moti-vación desconocidas en las manos de Dios".

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Page 8: El Mensajero

El mes pasado apuntamos algunas posibles razones por las cuales los sermones tienen poco o nada de impacto en la iglesia. Ahora permí-tame presentar seis sugerencias para tratar de mejorar en la obra de predicar en público y así benefi-ciar a la iglesia del Señor.

¿Qué podemos hacer para ganar la atención de la iglesia y cumplir de mejor forma la responsabilidad de alimentar espiritualmente a los hijos e hijas de Dios?

Prepárese para predicar

Lo que se hace sin previa prepara-ción está condenado al fracaso. En cierta ocasión Jesús habló de un hombre que pensaba construir una torre. Primero se sienta y calcula los gastos para saber si tiene todo lo necesario para acabarla. Jesús también menciona a un rey que primero se sienta para saber si podrá hacer frente a su rival en batalla (Lucas 14: 28-32). La acción clave en ambos casos es preparar-se. ¿Y predicar en público? El pre-dicador también debe prepararse para exponer en público la palabra de Dios.

No hablo de asistir a una escuela o instituto bíblico para estudiar homilética. En este tiempo hay mu-chos libros para que un cristiano interesado en exponer la palabra de Dios en público aprenda acerca de preparar sermones. Además, hay material gratis en internet acerca de cómo preparar sermones y cómo predicarlos. Otra fuente valiosa: los cristianos con experien-cia, seguro conoce algún hermano que estará dispuesto a enseñarle acerca de cómo se elabora un sermón y algunos consejos sobre la mejor forma de predicarlos.

Con las herramientas básicas y mu-cho esfuerzo personal, usted irá aumentando sus conocimientos. Pero es necesario que esté dispues-to a ser enseñado. Si ya sabe cómo preparar bosquejos, no se confor-me, busque información y siga aprendiendo más sobre diferentes tipos de sermones. La iglesia se lo agradecerá. Un hombre no ense-ñará con éxito matemáticas si antes no se prepara. Nadie va a construir una casa sólida si no tiene los cono-cimientos necesarios para hacerlo. Un hijo de Dios no debe pretender enseñar con éxito a la congregación si no adquiere antes las herramien-tas necesarias para preparar sus

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Apuntes sobre la

predicación

Segunda parte

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sermones. Repito algo ya mencio-nado en estos apuntes: si va al púlpito sin preparación no tiene autoridad para exigir la atención de la iglesia.

Ocúpese en la lectura

Esta actitud se deriva de la ante-rior. No es posible adquirir conoci-mientos si no está dispuesto a leer y estudiar. Recuerde, Dios ya re-veló su voluntad a la humanidad por medio de actos sobrenaturales como sueños o visiones. Ahora habla a través de su Hijo, y su Hijo nos habla por medio de la Escritu-ra (Hebreos 1:1,2). Pablo le reco-mendó a Timoteo ocuparse en la lectura (1 Timoteo 4:3). El mismo Pablo deja constancia de que era un hombre que leía constantemen-te cuando le escribe a Timoteo que le traiga los pergaminos y los libros (2 Timoteo 4:13). La predicación en público no es un simple apunte de varios versículos seguidos por ideas surgidas en el momento. Es más que eso, exige lectura y estu-dio. Primero lectura de la Escritu-ra, y luego de otros libros comple-mentarios que ayuden a compren-der mejor ciertos pasajes o que iluminen más nuestras ideas. ¿Cómo podrá un cristiano enseñar con éxito en público si es perezoso para la lectura y estudio de la pala-bra de Dios? Preparar sermones para predicar ante la congregación no es simplemente abrir la concor-dancia de la Biblia y apuntar algu-nos versículos sobre un determina-do tema. El sermón es el resultado

del estudio de muchos versículos hasta dejar los que más convienen al tema.

El maestro debe aprender a prepa-rar sermones o bosquejos, esfor-zarse por obtener varias versiones de la Biblia, un diccionario bíblico, un diccionario de la lengua españo-la o comentarios de los libros de la Biblia. Pero esos libros deben ser herramientas para exponer mejor la palabra de Dios, no sustitutos.

Predique con sencillez

No significa sermones mal prepa-rados o superficiales. ¿Usted consi-dera que la predicación de Jesús era sencilla o complicada? La sencillez no se logra estudiando o apuntando ciertas ideas y versí-culos la noche antes de predicar. La sencillez es el resultado de un largo proceso de estudio y reflexión en la Palabra de Dios. El hermano que tiene el privilegio de predicar ante la congregación no debe subir al púlpito para demostrar que co-noce de homilética, de hermenéuti-ca, de teología o que sabe el signifi-cado de algunas palabras griegas o hebreas.

Jesús llegaba al corazón de las per-sonas y despertaba sus emociones porque predicaba con sencillez. Pero esa sencillez era más podero-sa que la elocuencia de los doctores de la ley, la de los saduceos o de los fariseos.

La predicación de Jesús no era su-perficial, sino profunda. Hay gran-

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des lecciones en la aparente senci-llez de la parábola del sembrador (Lucas 8:5-8) o de la llamada pará-bola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32). El Señor pudo haber predicado de forma complicada, pero expuso el amor y la severidad de Dios con palabras sencillas y con ejemplos de la vida cotidiana.

El predicador no es un candidato político en busca de la admiración de los correligionarios. No, el ma-estro o predicador es un expositor de la voluntad de Dios y entre me-nos complicada sea su predicación, más personas comprenderán y ali-mentarán el espíritu. Esforcémo-nos por predicar con sencillez.

Predique a las necesidades

Cada cristiano y cristiana debería preguntarse, ¿para qué sirve este sermón en mi vida diaria? A la vez, cada hombre de Dios que predica en el púlpito debe preguntarse ¿cómo este sermón le va a servir a mis hermanos en su vida diaria? Cuando toda una congregación sale sin saber para qué le sirve una pre-dicación en su vida cotidiana, es posible que el predicador haya fra-casado. Y ese fracaso puede ser fruto de no preparar un buen bos-quejo, de la falta de estudio o de una predicación demasiado “elevada”.

Tenemos tantos conflictos espiri-tuales que no necesitamos sermo-nes complicados y entendibles solo para unos pocos. Al contrario, que-remos escuchar sermones que den

respuesta a nuestra falta de fe, a nuestras debilidades de la carne, en fin, que respondan a nuestros pro-blemas o conflictos espirituales. Otras veces queremos aprender cómo cierta porción de la escritura nos inyecta fortaleza, esperanza, paciencia o amor.

Algunos huyen de predicar a las necesidades de la iglesia porque temen molestar a los hermanos. Pablo dijo ante los ancianos de la iglesia de Efeso: “estoy limpio de la sangre de todos; porque no he re-huido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos 20:26,27).

En ocasiones necesitamos ser ani-mados, otras corregidos y no faltan las oportunidades en que merece-mos un regaño (2 Timoteo 3:16). Recuerde, no predicamos a las ban-cas, sino a personas con necesida-des, problemas, sentimientos e in-teligencia. Cuando alguien nos es-cucha debe sentir que este hombre está predicando para mí.

Predique con amor

No vayamos al púlpito como patrón de hacienda. No queremos Diótrefes en la iglesia del Señor. Algunos motivos equivocados para predicar en público: para que me respeten, para demostrar mis co-nocimientos, para tener influencia, para sacarme el enojo contra un hermano o hermana.

Al contrario, el sentimiento que debe movernos es el amor por nuestros hermanos. Si en verdad

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Page 11: El Mensajero

tenemos amor vamos a predicar “todo el consejo de Dios”.

No usaremos la palabra de Dios para herir el corazón de nuestra familia espiritual, sino para ani-marles, para sanarles, para enca-minarlos al arrepentimiento y para motivarlos a una vida santa. Predi-car con amor no significa predicar sólo sermones “bonitos”, a veces es necesario mostrar la vara de Dios, siempre con amor. Enseñe la pala-bra de Dios sin creerse superior, dejando a un lado cualquier insulto y también la vanidad.

El púlpito no es para predicar contra determinado hermana o hermano, no es para que los amargados descarguen sus frustraciones contra la iglesia, tam-poco es un escenario para contar chistes (diferente es usar ilustracio-nes). El amor no encubre el peca-do, al contrario, lo saca a luz; no para destruir las almas, sino para restaurarlas. Quienes predican tie-nen la misma misión de Jesús: sal-var almas (Juan 10:10). Recuerde, predicar con amor incluye señalar los errores, como lo hizo Dios a las siete iglesias de Asia citadas en Apocalipsis. Se muestran los pun-tos positivos de estas iglesias, pero también les hace ver sus faltas y les llama al arrepentimiento.

Dé su parte completa

Muchos maestros se quejan de que los hermanos no atienden el

mensaje, entonces gritan o lanzan indirectas porque piensan que así serán escuchados. Eso huele a fra-caso. Quien predica en público es un obrero de Dios y es responsable de alimentar espiritualmente a Su pueblo. Por eso debe estar dispues-to a dar su parte completa.

Es decir, prepararse bien para pre-dicar. Tener un bosquejo con un propósito definido, ilustraciones, respuestas claras al tema escogido,

aplicaciones prácti-cas y una conclusión bien pensada. Si un maestro o evangelis-ta se ha preparado s u pe r f ic ia l me nte para un sermón, no tiene autoridad para

exigir atención. Si a la carrera apunta algunos versículos y algu-nas ideas en una libreta, en reali-dad no se ha preparado para dar su parte completa, y por lo tanto es casi imposible que ofrezca buen alimento y queda desautorizado a exigir respeto por su disertación.

Quienes tenemos el privilegio y la oportunidad de predicar ante la congregación somos responsables antes Dios de alimentar bien a Su pueblo. Si usted se ha preparado para predicar y algún miembro no le da la importancia debida a la palabra de Dios, siéntase satisfecho de cumplir su parte con responsa-bilidad y tenga paciencia con los débiles en la fe que no aprovechan el buen alimento espiritual.

- Carlos Rodríguez

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El amor no encubre el pecado, al contrario, lo saca a luz; no para destruir las almas, sino

para restaurarlas.

Page 12: El Mensajero

Barrio Sierra Pina, 2 calle, una cuadra de pulpería “La Norteña”, La Ceiba, Atlántida, Honduras, CA.

En internet:: www.mensajero.wordpress.com Email: [email protected]

Al Azar Danlí, El Paraíso, Honduras

Gracias a Dios tuvimos la oportunidad de ver nacer de nuevo a Ingrid Montes.

Pedimos oración por ella y por la obra de esta ciudad.—Richard Lagos

Támara, Francisco Morazán, Honduras

Del 5 al 9 de diciembre de 2011 se llevaron a cabo los estudios de predicado-

res y durante ese tiempo recibimos edificación por medio de las excelentes

exposiciones de la palabra de Dios. Además vimos el nacimiento de tres per-

sonas: Anthony Torres, Delmi Verde y Engracia Amador. Agradecemos a

todos los hermanos y hermanas que participaron y apoyaron este evento.

—Wilson Oseguera

Elixir, Colón, Honduras

En este lugar se bautizaron para perdón de pecados Rivin Javier y Jessica

Carolina. Rogamos que oren por nuestros hermanos en Cristo para que crez-

can en la sana fe.—Nelson Cruz

El Progreso, Yoro, Honduras

Tenemos dos nuevos hermanos en Cristo en esta ciudad: Osmán y Santos Ma-

nuel. También Anthony Torres, quien se bautizó el 8 de diciembre de 2011 en

Támara. Deseamos que los tomen en cuenta en sus oraciones.—Adrián Torres

San Pedro Sula, Cortés, Honduras

El 25 de diciembre se bautizó para perdón de

pecados la joven Tania López. Además tuvimos

la visita del hermano Juan Manuel Aguilar y su

familia, quienes también viajaron a Azacualpa,

Santa Bárbara, en compañía de miembros de la

iglesia que se reúne en la colonia Ideal de San

Pedro Sula, para compartir con los hermanos

de ese lugar. Pedimos sus oraciones por la

iglesia en Azacualpa.

Juan Manuel Aguilar, evangelista en

Guatemala, bautizó a Tania López.