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FLACSO-ARGENTINA El marco teórico del cepalismo en desarrollo de su primera década Estado del Arte. Maestría en Economía Política Mariano Arana 10/06/2013
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El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

Apr 20, 2023

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Page 1: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

FLACSO-ARGENTINA

El marco teórico del cepalismo en desarrollo

de su primera década

Estado del Arte. Maestría en Economía Política

Mariano Arana

10/06/2013

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Introducción

En este apartado se pasará revisión sobre los diversos modos de interpretar el pensamiento

económico desarrollado en la CEPAL. Al reconocer distintos niveles y estructuras de

análisis que mantienen íntimas relaciones entre sí encontramos, en primer lugar, los

abordajes temáticos de la historia del pensamiento económico1, de otro lado, el aspecto

historiográfico, es decir, el estudio de la producción histórica de las ideas en ciencia en

general y del pensamiento económico en América Latina en particular, vinculado al tercer

campo: el tratamiento epistemológico. Por lo tanto, trataremos el espacio estudio del

pensamiento como un conjunto donde agrupamos varios abordajes.

Se comprenderá que no trataremos de hacer una historia de la historia del pensamiento

económico, antes nuestro objetivo será definir niveles, estructuras, órdenes o principios

de unificación, jerarquías, énfasis, etc. para observar las formas de comprender el

pensamiento económico-social contenido en la CEPAL (otras veces llamado

estructuralismo latinoamericano) entre 1949 y 19612.

La lectura crítica de las formas de historiar las ideas, pretende mostrar sus límites

dándonos una dimensión por dónde empezar en un campo, por lo menos, revuelto. Resulta

esencial la revisión de este aspecto metodológico ya que es, precisamente, el centro por

donde gravitarán los aspectos diferenciales de la tesis.

Criterios de clasificación

Los métodos para seleccionar bibliografía han sido variados. En primer lugar, la cita

referencial de diversos textos de autores relevantes resultó fundamental en la elección de los

textos, ya que ha marcado los límites –aunque borrosos- del debate sobre el cepalismo. En

segundo lugar se ha indagado en las bases de datos de revistas internacionales entre las que

se encuentra una de las fuentes fundamentales como JSTOR, aunque también se han

1 Por ej. precios e inflación, crecimiento, empleo y pobreza, economía internacional, finanzas públicas, desarrollo

económico, etc.

2 Es interesante notar que para dar cuenta del surgimiento de este continente del pensamiento económico

latinoamericano, es preciso responder a las preguntas tradicionales de la historia en cuanto a periodización, contexto,

continuidad, vínculos, influencias, tradiciones y obras entre otras. Ello nos indicará cómo se ha realizado esta formación

y probablemente nos dará razones adicionales para responder al porqué se forma.

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consultado a Inforpress Centroamericana y las bases de datos contenidas en EBSCO,

además de la revista tradicional del debate no incluida en las bases anteriores: la Revista

de la CEPAL. En tercer lugar, se han revisado diversos medios de publicación de revistas

especializadas en historia del pensamiento económico, como las publicaciones de la

Universidad de Cambridge (JHET-HES), congresos locales (JEC, etc.) así como la

presencia en los dos primeros congresos internacionales de historiadores del pensamiento

económico europeo y latinoamericano (ESHET) en México (2011) y Buenos Aires

(2012).

Para el estudio historiográfico, además de los artículos de revistas de las bases de datos

anteriores, se han consultado materiales que actualmente forman parte de diversos

espacios académicos: el programa de Pensamiento Económico Argentino (FLACSO-

Maestría en Economía Política) e Historia del Pensamiento Económico Argentino (FCE-

UBA 2011), así como los programas de Pensamiento Argentino y Latinoamericano

(UBA-FILO 2012), Historia Latinoamericana Contemporánea (UNGS- Maestría en

Historia contemporánea), Epistemología de las Ciencias Económicas (UBA-Maestría en

Docencia Universitaria), entre otros.

Identificación de obras, autores y textos

Quizás una de las contribuciones más completas sobre el tema sea El subdesarrollo

latinoamericano y la teoría del desarrollo publicado por primera vez en 1970, por Sunkel y

Paz. La estructura de la obra va desde el tratamiento del tópico del desarrollo en su marco

histórico, la revisión epistemológica, su lugar frente a otros marcos teóricos y por último,

una aplicación de dicha teoría a la interpretación de procesos históricos. Dicho proyecto

supera en amplitud al tema de nuestro trabajo, sin embargo, en conjunto con los trabajos de

Rodríguez (1980), Bielschowsky (1998) y Di Filippo (2009), presente mayor relevancia

dentro de la visión interna que tiene la institución.

Sunkel y Paz señalan enfáticamente que las características metodológicas (estructurales-

históricas), ligadas a la noción de proceso y sistema, exigen estudiar su desarrollo “no sólo

desde el punto de vista de su rigor y coherencia interna”. Esta apreciación es relevante

porque aleja las reglas epistemológicas clásicas con las cuales se vota por una formación

científica o, por una formación ideológica y por lo tanto no-científica y se lleva a cabo acorde

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a la noción de “visión” desarrollada en el análisis del pensamiento económico por

Schumpeter3.

Los autores señalan a la teoría del desarrollo formada en la CEPAL como una alternativa

teórica a las corrientes dominantes y -como hiciera Furtado en la década del 50- realizan una

diferenciación de los marcos teóricos sobre el tema: los clásicos, el marxismo, los

neoclásicos y el keynesianismo.

La CEPAL evidencia rasgos de las economías latinamericanas que no se encuentran en los

otros marcos teóricos. En este sentido es una teoría específica, sin embargo, su especificidad

no le impide incluir como parte del mismo fenómeno al desarrollo y subdesarrollo. Éstos

están vinculados funcionalmente, son “estructuras parciales pero interdependientes, que

componen un sistema único.” (O. y. Sunkel 1979, 6). Prueba de la novedad teórica la

constituye su puesta en relación con distintas concepciones del desarrollo como sinónimos

de creciemiento, progreso, evolución, riqueza e industrialización asociadas a distintos

marcos teóricos. Por caso, el desarrollo como sinónimo de riqueza y progreso fue típico de

las teorías clásicas. El desarrollo como evolución está asociado a las teorías neoclásicas y

finalmente el desarrollo como crecimiento pertenece a la emergencia de las teorías

macroeconómicas de oritentación keynesianas –caso Harrod-Domar, etc.- de las décadas de

las décadas del 30 y 40. En este sentido, la teoría del (sub) desarrollo se aleja de dichos

enfoques por distintas vías: la riqueza se refiere a un resultado (deseado, óptimo, etc.) a

diferencia del desarrollo que se refiere al proceso. La evolución sistémica deja de lado los

desequilibrios y discontinuidades (natura non facit saltum4) que pone en evidencia el

desarrollo y las teorías del crecimiento conciben al desarrollo de las economías nacionales

por una única vía, ya que en escencia, están compuestas de los mismos elementos. Es este

el sentido por el cual las teorías del crecimiento representan un continuum, muestran etapas

3 El enfoque pretendido se denomina ideológico en el sentido de la “visión” de Schumpeter (Las posibilidades que una

visión evidencie un problema y no otro). Los autores separan lo ideológico de aquello metodológico: a la primera

corresponde la “visión”, a la segunda el análisis. Aunque ponen énfasis en la objetividad brindada por la toma de

posiciones a priori contra las sugerencias metodológicas dominantes en economía en esa época (O. y. Sunkel 1979, 29).

4 Estas discusiones estaban presentes en el debate a principios de los años 50. Es notorio que, incluso trabajos de

fundamentos neoclásicos como los de Nurkse (1953), se separen explícitamente de esta noción de desarrollo donde –

acorde expresara Alfred Marshall en sus Principios de Economía – “la naturaleza no procede por saltos”. Hay que hacer

referencia que dicha réplica a Furtado pone en evidencia muchas de las rupturas con las orientaciones neoclásicas en esa

época.

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de un proceso -que puede o no ser evolutivo en sentido expuesto- pero que hacen correr a

las naciones por la misma pista para lograr la misma meta. La noción de desarrollo, aunque

las reconoce como antecedentes, difiere de todas ellas debido a su concepción brindada por

sus métodos estructurales e históricos del objeto de estudio, del proceso y del sistema5.

Con el mismo objetivo pero caminos distintos a Furtado (1964), Sunkel y Paz acuerdan que

la teoría del (sub) desarrollo representa un marco teórico distinto al resto aunque, por

oposición o crítica, resulte de ellos. Este aspecto puede ser un elemento epistemológico claro

para la mirada interna de la ciencia. Sin embargo, dicho marco se encuentra únicamente

diferenciado por la metodología, ya que la “visión” la provee –al parecer– el aspecto regional

y externo al método de estudio del subdesarrollo.

El problema que surge de este razonamiento sugiere que, o bien la teoría del (sub) desarrollo

es un aspecto específico y no general de otra teoría general que se adapta en ciertas

condiciones históricas y no en otras –cuestión que habría que dilucidar teóricamente-, o

resulta que el fundamento ideológico debe explicarse más alla del método que permite

apropiarse del conocimiento que reconoce esa misma realidad, algo difícil de sostener sin

caer en un método pragmático (inductivo).

“No se admite que el subdesarrollo sea un “momento” en la evolución

continua (enfoque del desarrollo como crecimiento) o discontinua (enfoque

del desarrollo como sucesión de etapas) de una sociedad económica, política

y culturalmente asilada y autónoma…tanto el subdesarrollo como el

desarrollo son dos caras de un mismo proceso histórico universal; que ambos

procesos son históricamente simultáneos; que están vinculados

funcionalmente…” (O. y. Sunkel 1979, 37)6.

5 Existe una asociación del desarrollo con la industrialización pero ella no aparece vinculada a ningún marco teórico

específico sino a las experiencias de los países centrales.

6 El mismo Sunkel en el año 2000 volvería a señalar los aspectos fundacionales. Esta vez agregaría -a la cuestión del

método histórico-estructural y los elementos conceptuales fundacionales (centro-periferia)- las contribuciones

metodológicas a través de la “Técnicas de Análisis y Proyección” para la promoción de la industrialización, al tiempo que

provocara la atención en los nuevos estudios sectoriales concentrados en la agricultura y la industria. Pese a todos estos

elementos, Sunkel seguirá poniendo énfasis en el aporte metodológico-estructural de este enfoque que se “encuentra en

la tradición clásica de la Economía Política”. Dice, “…la metodología –aplicada en general en los trabajos más significativos

de CEPAL– es fundamentalmente la inductiva, donde el punto de partida es el intento de comprender la realidad actual

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Norman Girvan (1973) produce un ensayo comparativo de las teorías de la dependencia

en América Latina y el Caribe y afirma que existen similitudes metodológicas, elementos

en común entre algunas de ellas, producidas de forma independiente. Para Girvan, las

nuevas teorías surgían porque

“…existía la clara necesidad de una nueva teoría económica para servir la

nueva política. El análisis contra la especialización en productos primarios

debía reinterpretar la teoría de la especialización (Lewis) o cuestionar sus

supuestos (Prebisch). Esto significaba ir contra el formidable aparato de la

economía convencional y sus vastos intereses; vastos intereses

intelectuales no menos que económicos y políticos.” [El subrayado es mío]

(Girvan 1973, 859).

Con distintas herramientas, Prebisch y Lewis, llegan a conclusiones similares; esto lleva

a pensar que la realidad se les imprimía en nuevos principios que permitían dar cuenta

del proceso.

Durante la década del 60 se completa el cuadro con nuevos instrumentos surgidos a partir

de la década anterior. Por un lado, el concepto de dependencia basado en los pilares de la

estructura productiva restrictiva y necesidad de financiación externa. De otro lado, el

surgimiento desde mediados de los años 60 del “Método historico-estructural-

institucional” identificado en Furtado7. El autor, caracteriza parte del pensamiento (en el

Caribe al menos) como “visiones pre-analíticas” (en sentido Schumpeteriano) que dan

como el resultado temporal de procesos dinámicos históricos de carácter dialéctico, tanto en el sentido diacrónico, a lo

largo del tiempo, como en el sincrónico, en sus interacciones con el contexto internacional. Es lo que se ha dado en llamar

el método histórico estructural.” (O. Sunkel, La labor de la CEPAL en sus primeros dos decenios 2000, 40). Furtado

señalará que hacia 1951 “…el subdesarrollo configuraba un cuadro histórico cualitativamente distinto de aquel que

teníamos en el espíritu cuando teorizábamos sobre el desarrollo. No se trataba de una etapa, pero sí de algo diferente…Si

era posible aislar la categoría acumulación de su contexto histórico, definiéndola como una relación entre producción total

y producción consumida, ya no sucedía lo mismo con el progreso técnico, que surgía en cierto contexto socioeconómico

del cual derivaba su sentido.” (Furtado, La utopía organizada 1988, 77).

7 “Se puede observar que este análisis hizo uso de variables que son comunes en el análisis económico convencional,

como el coeficiente de capital, la tasa de beneficios y el nivel de salarios, para localizar el comportamiento de tales

variables en un contexto estructural e institucional, de tal manera de mostrar como su interacción condiciona el

funcionamiento de la economía, especialmente en relación con su propensión al crecimiento o al estancamiento. Más aún,

muestran cómo los parámetros institucionales y estructurales cambian a través del tiempo, de acuerdo con la relevancia

del método histórico.” (Girvan 1973, 875)

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soporte a posteriores construcciones conceptual-metodológicas. Así ambas

contribuciones provocarán una “teoría general de la dependencia y desarrollo”.

Girvan muestra cómo el uso del método ha llegado a utilizarse en otros continentes y con

ello sostiene el carácter “general” de la teoría. Se pregunta por qué las teorías

latinoamericanas han seguido un camino distinto a las metropolitanas en lugar de tomarlas

como punto de partida. Señala que si las teorías metropolitanas no podían siquiera ser

relevantes para los países que fueron desarrolladas, menos aún podrían haberlo sido para

la periferia, ya que oscurecían las relaciones internacionales, ponían énfasis en las

nociones de competencia en lugar de la falta de ella, ocultaban las desigualdades y con

ello las relaciones de poder. Concluye que

“La búsqueda de una teoría relevante para los países subdesarrollados se

convierte también en la búsqueda de una teoría válida y relevante para los

países metropolitanos. En el desarrollo de una economía del subdesarrollo

y dependencia, los economistas de los países subdesarrollados

dependientes han contribuido a la reformulación de una teoría

metropolitana y una teoría global del capitalismo.” [El subrayado es mío]

(Girvan 1973, 888)8.

Javier Salinas Sanchez (1977) propone un abordaje no muy común en la historiografía

sobre la CEPAL. En primer término pone en debate tres aproximaciones a las

desigualdades entre países revisadas a la luz del comercio exterior. Por un lado, las teorías

dominantes que señalan el camino al desarrollo por medio de la aplicación del principio

de las ventajas comparativas. En segundo lugar, la propuesta del desarrollo equilibrado

de Nurkse, que preveía la escasa formación de capital en conjunto a los bajos niveles de

ingreso provocaban la trampa de la pobreza, el desarrollo del mercado interno entonces

como estrategia -podríamos decir, residual– del desarrollo. Y en tercer lugar el autor

identifica la corriente de pensamiento de los efectos retardatarios (en terminología de

Myrdal) que encuentra las estructuras de producción las causas de la divergencia de la

distribución de los beneficios del comercio exterior, ubicando allí al estructuralismo

8 Tal vez el mayor mérito de las teorías del subdesarrollo haya sido expresar que una teoría significa, en el capitalismo

moderno, otra cosa a lo que los científicos sociales, y en particular los economistas, creían.

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latinoamericano (subordinado -no explícitamente- a estas extrategias de desarrollo

surgidas en Europa).

El sistema centro-perferia pone en consideración las economías nacionales con el sistema

internacional mediante un esquema analítico diacrónico, es decir, mediante el estudio

conceptual del fenómeno social en su desarrollo histórico. Por ello el texto recorre los

principales hechos que permiten justificar la teoría propuesta.

“El análisis estructural, aun reconociendo la validez teórica del argumento

clásico, rechaza la premisa sobre la que se asienta, según la cual el fruto

del progreso técnico tiende a repartirse entre todos los países participantes

en el intercambio internacional…” (Salinas Sanchez 1977, 219).

Habrá que preguntarse si el hecho que se cuestione las condiciones iniciales y no la forma

lógica puede provocar un cambio fundamental en la teoría. ¿Puede evaluarse como una

ruptura significativa del programa teórico clásico? El autor señala que dichas rupturas

permiten mostrar tendencias progresivas y acumulativas (centralización, marginación,

especialización, complejidad, etc.).

“En resumen, el esquema analítico del sistema centro-periferia fija la

hipótesis de que los procesos de marginalización y de inserción

dependiente vienen a poner en evidencia que el deterioro de la relación

real de intercambio de la periferia -en el aspecto comercial- y la inversión

extranjera -en el aspecto financiero- constituyen estructuras

internacionales que obstaculizan el proceso de desarrollo de las economías

periféricas, en general, y de América Latina en particular.” (Salinas

Sanchez 1977, 227).

Asimismo, analiza la evidencia empírica que sostiene la hipótesis de la tendencia a la

caída de los términos de intercambio en el esquema centro-periferia. Concluye que no

existe consenso sobre dicha prueba.

“Con los datos aportados por estos estudios se pueden establecer cinco

fases definidas aproximativamente por los períodos siguientes: a) 1800-

1880, b) 1880-1913, c) 1914-1938, d) 1939-1952, y e) 1952-1960. De ellos

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sólo las fases b), c), e) son reconocidas generalmente como desfavorables

para los productos primarios.” (Salinas Sanchez 1977, 234).

De este modo, el trabajo apunta a, en primer término, cuestionar la hipótesis central del

subdesarrollo: existen limitaciones estadísticas para comprobar aquello que hace

subdesarrollada a la periferia (o periféricos a los países subdesarrollados). En segundo

lugar el autor pasa por las principales objeciones a la teoría y concluye el debate parece

haberse inclinado a favor de la hipótesis de Prebisch. De este modo, al no existir

contundentes evidencias, es preciso volcarse a una segunda hipótesis del estructuralismo

desde sus comienzos en el manifiesto de 1949: la estructura financiero-tecnológica.

El sistema centro-periferia constituye un “acierto analítico” en dos dimensiones. Por un

lado, en su proyección histórica debido a que da cuenta del proceso de formación de

economías latinoamericanas y, en segundo lugar, en su proyección sistemática, que

pretende descifrar las relaciones estructurales de las economías nacionales con el sistema

internacional. Sin embargo, el autor señala que no se puede considerar un aporte

absolutamente original debido a que en el aspecto histórico se asemeja al enfoque

señalado por Ragnar Nurkse y en el enfoque sistemático, posee semejanzas con el análisis

del imperialismo. El sistema se constituye de forma incompleta, por cuanto relega los

aspectos políticos, sociales y culturales de los distintos países de la región.

Además su principal hipótesis pierde significancia con su secundaria, es decir, que la

estructura comercial pierde importancia frente a la estructura financiero-tecnológica.

Aunque en los años inmediatos a la posguerra el elemento comercial podría haber tenido

importancia fundamental, parece claro –dice- que es la técnica el elemento fundamental

de la evolución del sistema.

Otro trabajo sistemático sobre el estructuralismo lo constituye Octavio Rodríguez (1980).

Allí enuncia una distinción entre las contribuciones de la CEPAL a la teoría (aspecto

analítico) y aquellos dirigidos a la política económica9. Acorde al autor, la unidad del

pensamiento no se hace evidente, sin embargo tal unidad existe y es posible comprobarla a

9 Por ejemplo, se acepta que las relaciones sociales no son parte fundamental del desarrollo teórico, pero en el nivel de

la política económica -por ej. respecto de la utilización de la tierra, industrialización o reformas fiscales– subyacen ciertos

supuestos que no resultan evidentes.

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la luz de los documentos publicados por la institución. La CEPAL ha constituido fortalezas

analíticas que cumplen con los requisitos de forma de la teoría económica, sin embargo, lo

ha hecho de una manera un tanto desprolija –según indicara Prebisch en el prólogo de la

obra–, no constituidas como un plan preconcebido. Este método pragmático es señalado

como una debilidad comunicativa de la teoría. La teoría no se ha manifestado como tal –es

por ello que es preciso realizar una obra destinada a ello–, su contenido posee coherencia

lógica, unidad, y rigurosidad, aunque su forma no continúa siempre ese camino.

¿Cómo es posible que de la constitución analítica y metodológica de la CEPAL, evaluada

con los mismas reglas que la teoría económica resulte algo completamente diferente de ella?

¿Por qué, si la teoría no se formó como un plan preconcebido ha resultado en multiples

aportes armónicos y complementarios? ¿Por qué la forma -señalada como ad hoc, pre-

analítica, etc.– ha sido un aspecto aparentemente débil de la teoría? ¿No ha sido su método

un punto epistemológicamente diferente y por lo tanto rachaza las reglas científicas que

evalúan la teoría? ¿Sería posible con las reglas del método científico universal concluir en

dos teorías opuestas y verificables, o al menos, no falsables?10

La obra de Rodríguez parece querer responder a las construcciones teóricas dominantes.

Para ello, utiliza recursos de formalización (o al menos evidencia que la CEPAL tambíen

puede hacerlo), pone énfasis en temáticas complejas para la ortodoxia: normatividad,

reversión de técnicas, modelos, macroeconomía, etc. expresadas en la síntesis del modelo

estructuralista (Rodríguez, La Teoría del Subdesarrollo de la CEPAL 1980, 260). Tal vez,

su énfasis fuera estratégico a la luz de los años del surgimiento del neoliberalismo, tal vez

fuera un énfasis exclusivo de los documentos de la institución cuyas fuentes e influencias no

escapan de las teorías dominantes, o como señalara también Prebisch en el prólogo, fuera

sólo el aspecto económico –dejando afuera el sociológico, político, etc.- de la teoría, aquel

formulado durante los primeros años. Sin embargo, deja en claro que se trata de un enfoque,

más abstracta y más amplia que las teorías del crecimiento neoclásicas y poskeynesianas.

Dice,

10 Se señala que además de la unidad lógica, el aporte sui generis de la CEPAL es su naturaleza estructuralista. Sin embargo

la constitución de esta naturaleza no se separa de la forma de estudio, es precisamente su método. Es por tanto, en este nivel

que la discusión sobre lo analítico o pre-analítico pierde sentido.

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“Más abstracto, porque considera aisladamente la transformación de la

estructura productiva periférica, dejando de lado la influencia de factores de

tipo social o cultural eventualmente ejercen sobre dicha transformación. Y es

también más amplio, no sólo porque toma en cuenta una gran variedad de

aspectos de la estructura productiva interna de la periferia y de su

transformación, sino porque, además, considera la inserción de dicha

economía en el sistema económico mundial, y el condicionamiento que le

imponen sus relaciones comerciales.” (Rodríguez, La Teoría del

Subdesarrollo de la CEPAL 1980, 273).

Las principales críticas a este enfoque están dirigidas -en la obra- a la ausencia del estudio

de relaciones sociales11. La CEPAL provoca una teoría del desarrollo de las fuerzas

productivas pero deja ausente el estudio de las relaciones de producción12.

Aquí también aparece la preocupación por la cuestión ideológica, en este caso, concentrada

en el Estado. La teoría logra grados de neutralidad en el estudio de lo que se propuso

originalmente: las fuerzas productivas; sin embargo, por su carácter prospectivo y no

sistemático, no logra hacerlo en el plano de los conflictos sociales, evidenciados en su

caracterización del Estado. El autor afirma que “…en verdad constituyen un proyecto

sociopolítico, a través del cual se hacen visibles los vículos del pensamiento en causa con

los puntos de vista e intereses de determinados grupos y clases sociales, revelando su

carácter ideológico.” (Rodríguez, La Teoría del Subdesarrollo de la CEPAL 1980, 285).

La CEPAL consituye un proyecto sociopolítico determinado, que emerge en el contexto de

las décadas del 50 y 60 en sintonía con las ideologías de corte populistas que evidencian el

conflicto oligarquía-puebo, confunden Estado con Nación y por lo tanto, intervención con

nacionalismo. De esta forma, sostienen la relación arbitral entre el líder político y las masas.

11 Aunque existen, por supuesto, aquellas que encuentran su límite en el aspecto económico, consúltese para ello a

Hirschman (1968), o las síntesis de las críticas en Cardoso (1977) o Rodríguez (1980), entre otros.

12 Rodríguez suma a esta interpretación algunos elementos de análisis de distintas formas de marxismo como son la

centralidad en la proporcionalidad, la generación, apropiación y uso del excedente, las relaciones sociales de producción

(hace referencia a O. Lange en este punto) que reconocen la explotación del trabajo, etc.

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Este aspecto crea varias controversias en la interpretacion de la función política de la

CEPAL13.

El autor concluye que,

“…si bien el pensamiento cepalino introduce alteraciones importantes en la

economía convencional, y ofrece así una interpretación del subdesarrollo

original y sugerente, no logra superar los marcos de dicha economía, a la cual

en definitiva pertenece.” [El subrayado es mío] (Rodríguez, La Teoría del

Subdesarrollo de la CEPAL 1980, 287).

Rodríguez publica luego dos textos significativos denominados Fundamentos del

estructuralismo latinoamericano (2001) y Prebisch: Actualidad de sus ideas básicas

(2001b). Ambos estudios son muy similares en cuanto a la caracterización de la CEPAL,

por lo que pondremos énfasis en el primero de ellos que resutla más amplio. Allí asocia la

experiencia en Argentina de 1930 a 1945 como antecedente de la concepción centro y

periferia, los ciclos económicos, las ideas sobre el comercio exterior y los niveles de

regulación y dirección por parte del Estado en la economía. En ese período

“…podrá apreciarse que se trata de ideas generales, preanalíticas, que como

tales no constituyen una teoría formalizada a plenitud. Sin embargo, resultan

notoriamente armónicas y complementarias y conforman una nueva visión

del subdesarrollo, o mejor, una nueva visión sobre las características y la

evolución de largo plazo de las economías que se dio en llamar

subdesarrolladas” (…) El término “visión” se utiliza en el sentido que le

brinda Schumpeter. Con él se procura señalar que toda teoría, nueva o

renovada a profundidad, comienza cuando se logra un conjunto de hipótesis

clave que constituye el contenido fundamental de lo nuevo. Es a partir de un

contenido básico que se van desarrollando diversas formas, diversas teorías

13 De un lado, sería imposible caracterizar a un dispositivo funcional a intereses de países centrales (como lo hará Marini) a

una teoría que viene a sostener figuras autoritarias mediante el cambio en la inserción internacional del trabajo de las periferias

que –además- son sostenidas por las masas. Por otro lado, se encuentra difícil sostener en mucho de los gobiernos que se

piensan nacionales y populares a la CEPAL a la luz de la evidencia -por caso- Argentina con el golpe de estado al Gral. Juan

Domingo Perón con la llamada Revolución Libertadora de 1955 y la participacón de Prebisch en la misma, sumada a su negativa

de participar en el gobierno peronista y la relación conflictiva que ha existido entre ambos.

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formales estructuradas con rigor analítico, en cuya construcción el contenido

inicial se reexplicita y reformula.” (Rodríguez, Fundamentos del

estructuralismo latinoamericano 2001, 104).

Del mismo modo que en 1980, Rodríguez sostiene que existe una formación teórica de

constitución en la posguerra, y lo realiza con instrumentos clásicos de la historiografía

económica (Schumpeter): existe una “visión” que permite una formación diferente al tiempo

que utiliza instrumentos analíticos válidos acorde a las reglas científicas (dominantes).

“En otras palabras, se logró elaborar lo que puede denominarse una “teoría

del subdesarrollo”, conformada por el conjunto del contenido básico y de las

tres teorías que replican, en abstracto, los fenómenos del desequilibrio

externo, del deterioro y del subempleo estructural (…) La circunstancia de

que estas teorías cumplan con los requisitos de lógica habituales de la

economía convencional legitima identificar ese conjunto como una “teoría”

del subdesarrollo. Pero además debe tenerse presente que se elaboraron en

estrecha conexión con propuestas de política económica, sustentadas a su vez

en cuerpos de análisis que cumplen, también, con tales requisitos de lógica o

de coherencia interna.” (Rodríguez, Fundamentos del estructuralismo

latinoamericano 2001, 111).

Como hiciera dos décadas antes, Rodríguez está pretendiendo establecer un diálogo con las

teorías dominantes14. Por lo tanto, le aplican las mismas preguntas que le hemos hecho a su

texto de 1980.

Fernando H. Cardoso suma el diagnósico de un marco teórico difusio debido a que

“Los planteamientos cepalinos tiene obvias raíces en el pensamiento

económico clásico y en el marxismo, y están empapados en un lenguaje

14 Tal es esta caracterización que existe una contradicción entre la afirmación de lo novedoso y la continuidad de lo

convencional “Así pues, consideradas en su mayor nivel de abstracción, las ideas sobre el desarrollo económico coinciden

con las contenidas en líneas generales en las teorías del crecimiento de origen neoclásico y keynesiano, que lo conciben

como un proceso de acumulación de capital estrechamente ligado al progreso tecnológico, mediante el cual se logra la

elevación gradual de la densidad de capital y el aumento de la productividad del trabajo y del nivel medio de vida.”

(Rodríguez, Fundamentos del estructuralismo latinoamericano 2001).

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keynesiano. Esta ambigüedad hace difícil determinar el cuadro teórico en que

se mueve el análisis.” [El subrayado es mío] (F. H. Cardoso, La originalidad

de la copia: la CEPAL y la idea de desarrollo 1977, 38)15.

Pero ello no le impide afirmar la originalidad de las propuestas, habiendo realizado el

ejercicio de poner en discusión el cepalismo con los discursos dominantes tanto del

mainstream como del marxismo. Parece entonces que quienes han puesto en relación a los

discursos dominantes, logran ver la creatividad de un discurso que de otro modo parece

desvanecerse. Se combina el aporte del cepalismo en los procesos reales de cambios –sobre

todo industriales- con la elusión de los discursos que actúan directamente sobre la realidad,

aunque cuando se indaga sobre ella, aparecen otros actores, que no pretenden disputar el

terreno académico sino el político. Si bien el período de posguerra en todo el mundo, es el

período de efervescencia de la academia aplicada a la macroeconomía y por lo tanto a la

política económica, en América Latina, y en particular en Argentina, el discurso político ha

co-mandado –con interrupciones- hasta entrada la década del 70.

Cristóbal Kay y María Urquidi (1989) señalan que el estructuralismo faltó al estudio de

las relaciones de producción trocándolo por el de las relaciones de intercambio centradas

vía la tesis de centro-periferia. Sin embargo, el choque teórico contra el monetarismo

demostró que las vistas sobre el comercio exterior pueden ser patrimonio de ambos.

Los autores muestran que la caracterización centro-periferia (o desarrollo-subdesarrollo)

entendida como una relación de explotación, debe ser abandonada. Los centros no se

desarrollan porque las periferias se subdesarrollan con la actuación del Estado racional

idealizado presentado por el estructuralismo. La revisión de los estudios del Estado deben

enfocarse en sus limitaciones para conducir el desarrollo; no sólo como un Estado que

representa intereses de clase, sino reconocer espacios teóricos de lo público no

reconocidos hasta el momento más allá del Estado racional o de la lucha de clases (grupos

15 Furtado clarifica dicho diagnóstico cuando afirma que “Si pretendiéramos sintetizar la contribución de las tres corrientes

del pensamiento antes mencionadas [Marginalismo, Keynes y Marx] a la aparición de un comienzo de pensamiento

económico autónomo y creador en el mundo subdesarrollado, diríamos que el marxismo fomentó una actitud crítica y de

desacuerdo, la economía clásica sirvió para imponer una disciplina metodológica, sin la cual se produce una desviación

hacia el dogmatismo, y la eclosión keynesiana favoreció la mejor comprensión del papel del Estado en el plano económico

abriendo nuevas perspectivas al proceso de reforma social.” (Furtado, Desarrollo y Subdesarrollo 1964, 7)

Page 15: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

14

étnicos, mujeres, etc.). Es entonces donde se realiza una crítica a esa generalidad de la

teoría,

“Las especificidades de ciertas experiencias se abstraen de manera que

quedan integradas en las generalidades, por lo que escapan al análisis

infinidad de pequeños, pero no por ello insignificantes incidentes. Sin

embargo, son estos los que a veces le imprimen diversidad y carácter a una

teoría, con lo cual la enriquecen, especialmente en contraste con aquellas

que son dogmáticas y unidimensionales.” (Kay 1989, 37).

Para ello, la teoría debe abandonar su centro-centrismo. El problema del estructuralismo

reside en que su contenido (teoría) no se amoldó al continente (desarrollo en América

Latina), por ello,

“…las teorías latinoamericanas del subdesarrollo y el desarrollo sirven de

base para comprender y superar el predicamento en que hoy se encuentran

el Tercer Mundo en general y América Latina en especial. Esto es, si se

entienden las teorías estructuralista y dependentista como métodos de

análisis, como marcos de referencia o como una serie de proposiciones, en

lugar de entenderlas como teorías integrales.” [El subrayado es mío] (Kay

1989, 40).

El trabajo rescata aspectos fundamentales del estructuralismo a la luz de la oposición al

neo-monetarismo. Propone la estrategia de caracterizarlo como un método de análisis, un

marco de referencia o una serie de proposiciones. De esta forma, la crítica al

estructuralismo fue su pretensión de universalismo en búsqueda de constituirse como una

teoría integral. El estructuralismo no fue una teoría integral en la medida en que

constituyó jerarquías inferiores, apoyada esta tesis en las experiencias históricas de cada

uno de los países.

El libro publicado por Alfredo Eric Calcagno (1989), incluye el estudio de tres corrientes de

pensamiento en latinoamerica (estructuralista-cepalina, liberal-monetarista y socialista) en

sus aspectos doctrinarios, de aplicación y comparativos entre teoría y práctica. Separa el

enfoque teórico que trae los principios fundamentales, de su aplicación práctica. Los aportes

Page 16: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

15

constituyen, a través de una toma de posición ideológica, un “cuerpo de doctrina” compuesto

de dos períodos: clásico (hasta 1965)16 y moderno.

La CEPAL clásica se constiutye su visión estructural por opocisión a la visión atomista (del

consumidor, la empresa, etc.) donde la ideología aparece como un nexo entre el diagnóstico

de los problemas del desarrollo y la formación de instrumentos teóricos para su resolución.

Luego de estudiar los problemas de aplicación de la teoría y los matices que se producen en

el ámbito de la política, el autor señala una cuestión fundamental cuando afirma que estas

teorías –por el período en que se producen– podrían consistir en la racionalización de

fenómenos existentes.

“El problema estriba en establecer si esos procesos económicos quedan

asociados a las formas políticas y a la organización económica de los

gobiernos que las ejecutaron, o si las prescripciones económicas

corresponden a fenómenos técnicos que podrían haberse ejecutado bajo otros

regímenes. Ello conduce a indagar si las tesis de la CEPAL dan por supuesto

que se ejecutarán bajos regímenes capitalistas o si –con las adaptaciones

obvias- también serían válidas en sistemas socialistas (…) El segundo

problema reside en establecer si el análisis debe detenerse en el umbral de lo

político, tarea que excede a la teoría económica y las funciones de la CEPAL;

o si, para llegar al meollo de la cuestión, deben analizarse la estructura de

poder y la organización social y productiva.” (Calcagno 1989, 56).

Calcagno se está preguntando por la utilidad directa del enfoque teórico de la CEPAL y es

por ello que sus problemas radican en caracterizarla como útil para una economía capitalista

exclusivamente, o aceptalo como una generalización mayor (por ej. al socialismo); en

segundo lugar, si el ámbito es únicamente el económico del capitalismo o debe estudiar la

formación de poder en términos generales. La puesta en escena de estos dos conflictos da

por sentado que el “cuerpo de doctrina” de la CEPAL constituye un aporte general del

16 El perído clásico se caracteriza por los aportes del enfoque estructuralista, la heterogeneidad estructural, el sistema centro-

periferia, la planificación del desarrollo, las teorías de la inflación, politicas internas de industrialización y reforma agraria y

aspectos sociales del empleo, la distribución del ingreso y la intergación latinoamericana.

Page 17: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

16

capitalismo, de una teoría específica en el ámbito de la disciplina económica (excluye lo

político) y en particular, espacial hacia América Latina.

La CEPAL –concluye- ha estudiado las cuestiones de fondo (estructura productiva) y

recomendaciones generales de política evitando la oportunidad y el modo de ejecución de

las mismas.

Ruy Mauro Marini -aunque reconoce que a partir de 1949 con el manifiesto, se puede

comenzar a hablar de una plataforma teórica en América Latina- al preguntarse qué es la

CEPAL sugiere que, en primer lugar, constituye una “…agencia de difusión de la teoría del

desarrollo que se planteara en Estados Unidos y Europa…” (Marini 1994, 1). Enseguida

comienza referenciando la historia intelectual de sus contribuyentes (Prebisch, Furtado,

Pinto, etc.) y da una dimensión funcional de la CEPAL a los intereses de los países

centrales. La CEPAL entonces, es un dispositivo internacional del centro para influir en

las instituciones nacionales y regionales que coadyuvan a gobernar en la periferia.

Para Marini -en oposición directa a lo expuesto por Sunkel y Paz- la teoría del desarrollo

es etapista en esencia y constituye una versión del evolucionismo económico. Según la

CEPAL –dice- cada nación puede subirse al camino del desarrollo; desde el subdesarrollo

(pre-industrial) al desarrollo. Indica que

“…la tesis central de la teoría del desarrollo es que el desarrollo económico

representa un continuum, en el que el subdesarrollo constituye una etapa

inferior al desarrollo pleno. Este representaría, empero, algo accesible a

todos los países que se empeñaran en crear las condiciones adecuadas a

ese efecto.” (Marini 1994, 2).

En segundo lugar, señala el impacto del discurso de la modernización en otros aspectos

intelectuales de la época, como la sociología o la antropología. Por último, Marini realiza

una crítica del método de la CEPAL a partir de la siguiente interpretación:

“En la medida en que desarrollo y subdesarrollo eran, en el fondo, la misma

cosa, vale decir momentos constitutivos de la misma realidad: la economía

capitalista industrializada, sólo podrían ser diferenciados mediante

criterios cuantitativos, los únicos adecuados para ubicar una economía en

este o en aquel grado de la escala evolutiva.” (Marini 1994, 2).

Page 18: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

17

El subdesarrollo para la CEPAL, sería una parte constitutiva y rezagada del sistema

mundial cuyo resultado se evidencia a partir del aspecto cuantitativo (PBI per cápita,

esperanza de vida, etc.) que marcaría el grado de avance en la carrera por el desarrollo.

El texto, tiene la virtud de pretender comprender la formación teórica de largo plazo y en

el contexto internacional, donde -aunque formara parte de un proceso de domesticación

ideológica- la CEPAL logra constituirse en una identidad regional durante la primera década

de su existencia, entrando en crisis en la década del 60, mostrando contradicciones de clase

inter-burguesas. Existe en Marini la idea que la CEPAL era el dispositivo ideológico de la

burguesía industrial frente a la oligarquía terrateniente. La CEPAL es producto de decisiones

e influencias del centro que evita ser una mera copia y de allí es que logra su identidad de

teoría social novedosa.

Es menester el carácter contradictorio de esta interpretación: La CEPAL acuña teoría social

con identidad regional al tiempo que es un actor de los intereses del centro. Llega a ser la

agencia ideológica por excelencia de América Latina poniendo el conflicto inter-burgués

entre terratenientes e industriales, pero bajo la tutela de países centrales que pretenden seguir

dominando, y con un funcionario a cargo (Prebisch) acusado por movimientos progresistas

argentinos de defender intereses de la oligarquía terrateniente.

El sentido funcional que hace a una explicación fácil y reducida de la CEPAL deberá ser

cuestionado. Por un lado, porque en su creación, las objeciones vinieron principalmente de

países desarrollados de dominio político, por caso la nueva hegemonía: los EE.UU., aunque

también habría cuestionamientos de la URSS y Canadá, entre otros17. En segundo lugar, el

proceso de dependencia que continuó su curso se caracterizó –acorde a la propia CEPAL,

los discursos desarrollistas, los nacionalistas populares y gran parte del marxismo– por la

falta de cambio estructural necesaria para cambiar las condiciones técnicas y sociales de

reproducción.

Por último, es preciso darle un significado al término ideológico utilizado con tanta

frecuencia y en tan diversos contextos. Marini reconoce la producción teórica, aunque

fallida, de la CEPAL pero como resultado del proceso ideológico de la acumulación

ampliada a nivel mundial. Es una tesis, sin embargo, imposible de refutar: ha habido

17 Algunas tensiones continuaron posteriormente a la creación de la institución (Pollock y Kerner 2001).

Page 19: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

18

capitalismo en América Latina así como en la mayor parte del planeta que no ha sido influido

por las ideas de la CEPAL. Al mismo tiempo, las propuestas de la CEPAL (como las de

ninguna formación teórica) han sido llevadas a la práctica de forma pura, sino que muchas

veces los desarrollismos han propuesto políticas contra algunas de estas ideas (el caso de

Frondizi y Frigerio en Argentina es testigo de ello).

Resulta problemático -a la luz de las ideas de Marini- reconocer en la CEPAL la génesis del

pensamiento dependentista. ¿Cómo caracterizar entonces estos conflictos? ¿Ideológicos?

¿Doctrinarios? ¿Es que la teoría ha sido simplemente incompleta? ¿Cómo es posible teorizar

socialmente partiendo de concepciones ideológicas? ¿Cómo no lo es? ¿Cómo hay que

comprender la ideología para que ello fuera posible? ¿Cuál es el grado de veracidad de las

tesis de la CEPAL que le permitieron a las teorías de la dependencia acercarse a alguna

verdad?

Un trabajo que permite realizar más preguntas sobre la ideología y los criterios para clasificar

influencias desde Estados Unidos corresponde al de Bodenheimer y Luján (1970). Allí se

encuentra un vínculo estrecho entre el desarrollo de la ciencia política en EEUU y la

ideología del desarrollismo –el paradigma supletorio- como una interpretación

distorsionada de la realidad latinoamericana. Los autores determinan niveles de las teorías

sostenidas por el desarrollismo, que poseen su correlato en las premisas epistemológicas de

las ciencias políticas dominantes en EE.UU. Identifican para ello el siguiente cuadro:

Teorías sobre el desarrollo Premisas epistemológicas de las

ciencias políticas

Acumulación Modelo de desarrollo continuo Conocimiento acumulativo

Estabilidad

Cambio estable y ordenado Interés por la predicción y

búsqueda de “leyes universales”

Fin de la

ideología

Pluralismo. Fin de la ideología en el

desarrollo

Objetividad de las ciencias

sociales Vs. sesgo ideológico

Difusión

Desde los sectores “modernos” a los

“tradicionales”; desde países

desarrollados hacia los

subdesarrollados

Transferencia del marco

coneptual de las sociedades

desarrolladas a las

subdesarrolladas

Page 20: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

19

Fuente: Bodenheimer y Luján, 1970

No nos interesa discutir en qué grado las ciencias sociales del centro poseen dichas

características, asumámoslo como un dato y pongamos a prueba al cepalismo. Parece claro

que todos los autores han estado preocupados por las mismas cuestiones, resulta de ello que

obtienen representaciones del cepalismo completamente distintas. Interesa conocer cómo

sería posible que epistemológicamente la CEPAL se halle circunscripta por otro paradigma

dominante y permita con ello las posibilidades teóricas del surgimiento de un paradigma

alternativo como fuera, por ej., el “modelo de la dependencia”.

Queda la impresión que la crítica se ha centrado en asociar los elementos del cuadro anterior

a las contribuciones cepalinas, y que –incluso sin identificarlas como positivas18– los

defensores del estructuralismo han pretendido romper con ellas.

Street (1967) ha desarrollado trabajos de vínculos entre el estructuralismo y las teorías

institucionalistas norteamericanas. Allí encuentra cuatro aspectos comunes19, aunque no

identifica la causalidad entre ninguna de ellas. Sus aproximaciones parecen alejar al

estructuralismo de las teorías dominantes (monetarismo) producidas en norteamérica aunque

también, al recomendar a los estructuralistas el uso del instriumental institucionalista,

reconoce la escasa influencia de una parte de la heterodoxia norteamericana. De este modo,

Street lamenta

“Que la integración de la tecnología moderna en la civilización

latinoamericana se ha retrasado se debe en parte a la extensa orientación de

la región hacia España y Portugal, países de retraso similar, en lugar de otras

regiones de Europa y Estados Unidos.”[la traducción es mía] (Street 1967,

57).

18 Los reconocimientos del problema “ideológico” como un aspecto negativo en Rodríguez (1980) o como algo necesario

en Sunkel (1979) dan prueba de ello.

19 Dichos aspectos se resumen en críticas a: 1) análisis dinámico ortodoxo; 2) confianza en la eficiencia de los mecanismos de

mercado; 3) uso de medidas convencionales para corregir problemas de largo plazo y 4) la reducción del consumo como

determinante de la acumulación (el trade off entre consumo e inversión) (Street 1967, 46).

Page 21: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

20

Aunque atribuye una probabilidad a las fallas en la adecuación de la educación impuesta por

la “disciplina de la máquina” (en terminología de Veblen) que une a trabajadores de la

industria con los técnicos e ingenieros que los supervisan.

Los trabajos de Joseph Love20 representan una amplia fuente de referencias para cualquier

aporte que se relacione con el área. Es nuestro interés tomar, en primer lugar, tres de sus

principales artículos sobre la temática. Estos artículos son relevantes porque forman un

núcleo analítico que estudia, por un lado, la herencia que provocó sobre el enfoque de la

dependencia (1990); en segundo lugar, las influencias teóricas que construyeron al

estructuralismo (1996) y por último, una interpretación del auge y caída del estructuralismo

latinoamericano (2005). En segundo término revisaremos un trabajo singular sobre Celso

Furtado.

Los orígenes del análisis de la dependencia es un trabajo el autor estima la historia

institucional internacional, los documentos originales y la trayectoria intelectual de los

autores, construyendo una trama temática sobre la dependencia cuyo origen se remonta a

los aportes del marxismo y de la CEPAL. Pasa revista de los aportes que van construyendo

la radicalización del discurso de la perferia en los años 60s. Su trabajo de contexto es

realmente valorable y produce un aporte a la historiografía de la época y a la historia del

pensamiento económico no sólo de América Latina21, pone en relieve la historia de ciertos

debates y con ello evita mistificar algunas caracterizaciones que ha tenido la dependencia y

la CEPAL en versiones ligeras.

El trabajo no muestra –aunque comparativamente con otros tiene ciertas ventajas- los

debates nacionales en profundidad (sólo se hace referencia a parte de los debates en Brasil y

Chile y siempre entre autores vinculados a la CEPAL) ello provoca que ciertas ideas

parezcan desconectadas de otros discursos existentes. Por caso, en Argentina la

dependencia ha tenido raíces históricas anteriores bajo el tópico del imperialismo y del

20 Profesor emérito de historia en la universidad de Illinois (Economista por Harvard, Master en Historia por Stanford y Ph.D

en Historia por Columbia), se ha dedicado al estudio de la historia latinoamericana en el siglo XX y XXI centrando numerosos

trabajos en la CEPAL, la UNCTAD, Prebisch, Furtado y la teoría de la dependencia.

21 La década del 60 adelantaría problemáticas tomadas por Samir Amin, Immanuel Wallerstein, Arghiri Emmanuel, André

Gunder Frank y otros durante los años 70s.

Page 22: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

21

nacionalismo22, abordajes que poseen una aproximación desde lo político antes que desde

lo económico, sin embargo desvincular ambos aspectos de una realidad social es un

trabajo incompleto. Asimismo resulta de escasa utilización el uso de datos económicos

que apoyaran cierta racionalidad de los argumentos.

En Las fuentes del estructuralismo latinoamericano el autor indaga de una forma clásica -

es decir, a través del estudio del discurso- las citas y, sobre todo, las similitudes conceptuales.

De este modo vincula a las ideas de centro y periferia de Prebisch con las de Sombart y

Manoilescu por un lado (reconoce que su influencia fue sólo una probabilidad) al tiempo

que luego de descartar los estudios de Perroux, aproxima las influencias de Keynes. Las

ideas del estructuralismo latinoamericano –acorde a Anibal Pinto- tenían más énfasis en

Marx, Keynes y Rosestein-Rodan que en los autores nombrados anteriormente (esto

forma parte del tipo de historia interna de las ciencias: el vínculo y desarrollo de

categorías, la búsqueda de la originalidad del concepto, etc.).

Existe un párrafo preciso de rescatar donde Love parece orientar su búsqueda hacia algo

más que suposiciones y relaciones internas de los autores y textos que permite

comprender un aspecto general del estructuralismo como discurso no radical del fracaso

del libre mercado.

“Esta opinión, compartida por Perroux y otros corporativistas, estaba

compuesta por tres argumentos relacionados con el capitalismo de

entreguerras; 1) los precios a menudo dan señales equivocadas a los

actores económicos, porque están distorsionados por el monopolio; 2) el

trabajo y otros factores de producción "pueden responder a las señales de

los precios de forma inadecuada o incluso perversa"; y 3) los factores

pueden ser inmóviles. En el Oxford Institute of Statistics y el Royal

Institute of International Affairs en Londres estaban trabajando varios

"estructuralistas" de Europa central y oriental que expandieron esta

perspectiva: Paul Rosenstein-Rodan, Michael Kalecki, Kurt Mandelbaum,

Thomas Balogh y Nicholas Kaldor. Estaban de acuerdo en que los

mecanismos de precios funcionaban incluso peor en los países

22 Se puede consultar el desarrollo de los debates nacionales en Tarcus (1996), Altamirano (2007 y 2011), entre otros.

Page 23: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

22

subdesarrollados. Rosenstein-Rodan escribiría lo que generalmente se

conoce como el primer estudio de "economía del desarrollo" en 1943, y

Mandelbaum escribiría el primer tratado sobre el problema en 1945.

Ambos se centraban en los problemas del este y sureste de Europa. Estas

zonas formaban una especie de proto Tercer Mundo en los años de

entreguerras.” (Love, Las fuentes del estructuralismo latinoamericano

1996, 395).

Dicho párrafo aporta un elemento de conflicto y continuidad en este trabajo. Parece

evidente que no se puede evitar el estudio de influencias. ¿Cuál es el sentido que daremos

a ellas? ¿Qué obtenemos si optamos por la búsqueda de originalidad? Parece necesario

comprender el discurso en el tiempo, conocer que dichas formas tienen, no sólo vínculos

directos y cercanos con otros discursos, sino que existe una realidad conflictiva que hace

posible que estos discursos se concreten en un espacio que dominan.

A partir de allí el trabajo sigue un interesante desarrollo. Por un lado, enuncia las

condiciones económicas estructurales de mediano plazo que dieron empuje, validez o

argumento a muchas tesis de la CEPAL23. Así Love señala que,

“En consecuencia, pese a que los economistas de la Sociedad de Naciones

mantenían la fe en la importancia del comercio para el desarrollo de la

economía internacional, reconocían que la especialización en la agricultura

no había sido una solución beneficiosa para la mayoría de los países

agrícolas. No solo Prebisch estaba sucumbiendo al "pesimismo de la

exportación", sino también los economistas de la Sociedad de Naciones.”

(Love, Las fuentes del estructuralismo latinoamericano 1996, 398).

Independientemente de la originalidad de los argumentos24, el aporte de Love consiste en

enunciar los diversos autores (Sombart, Manoilescu, Perroux, Singer, Sommer,

23 Las condiciones entre la agricultura, la industria en el período de entreguerras. Las convenciones entre países europeos

respecto del carácter de los monopolios y sindicatos en la formación de precios. Los términos de intercambio y las

condiciones del comercio.

24 La tesis “Prebisch-Singer”, “Prebisch” o “Singer” y la cuenta de los meses de diferencia entre sus publicaciones muestra

lo estéril de la discusión para los fines de nuestro trabajo.

Page 24: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

23

Kondratieff, Kindleberger, entre otros) que se aproximaban a conceptos más o menos

desarrollados que constituyen los aspectos centrales del estructuralismo de la CEPAL

pero vinculándolos al contexto material y simbólico de mediano plazo. La mera

probabilidad que “varios elementos de la tesis de Prebisch-Singer habían sido planteados

en los años de entreguerras por economistas que trabajaban dentro de una tradición

neoclásica” produce un efecto sobre nuestra propuesta que resulta interesante. Si la

efectividad de la influencia no puede verificarse resulta una prueba de suma utilidad para

afirmar de un lado que la originalidad del argumento tiene escasas posibilidades de

resultar un método significativo para algo –incluso habría que acusar a sus objetivos para

la ciencia– y, de otro lado, que la falta de continuidad y vínculos directos refuerza la

necesidad de ampliar la vista sobre el objeto de estudio. No será preciso centrarse

exclusivamente en lo que Prebisch, Furtado y otros miraban y pensaban. Será necesario

ponerlos en relación (interna y externa).

Love finaliza su estudio habiendo probado que el estructuralismo no tiene fuentes directas

del corporativismo (Manoilescu y Perroux) aunque sí encuentra influencias keynesianas

y neoclásicas (Kindleberger, Cassel, Clark, etc.), que tanto Prebisch como Furtado

reconocían abiertamente. En rigor, esta búsqueda difiere de nuestro proyecto, aunque

Love para realizarla haya recorrido parte de un camino que es fundamental para nuestro

trabajo. Asimismo, siempre es posible completar la historia de la influencia intelectual

con las realidades nacionales25, especialmente con un aspecto relegado de los Estados-

Nación después de la crisis de 1929.

Concluiremos que los aportes de la influencia intelectual pueden ser útiles para trazar una

matriz de pensamiento y a partir de allí aproximar los límites lógico-metodológico de los

autores, sin embargo, ello supone que toda propuesta teórica es necesariamente coherente

en sus propios términos o que existe en una lógica rigurosamente seguida. Las formas

25 Otro tipo de trabajos relacionan este aspecto y relegan lo puesto en evidencia por Love. Tal es el caso de Pollock y

González (1991), que ubican el desarrollo del pensamiento del Prebisch “ortodoxo” hacia el “conservador ilustrado” dentro

del cual se jerarquizan sus actividades profesionales (funcionario, docente, etc.) dentro de distintas instituciones en

Argentina: informes para la SRA, actividad docente en la UBA, y diversos cargos relevantes durante los gobiernos de la

“década infame” (entre ellos, la creación del BCRA). Por caso, se encuentran rastros de las diferencias de los países del

tercer mundo al participar de la “Conferencia Económica y Monetaria Mundial” en 1933 y de las lecciones de debilidad

que reflejó el pacto “Roca-Runciman” ese mismo año (pese a que fuera Prebisch quien defendiera dicho pacto años

después).

Page 25: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

24

concretas que estos desarrollos intelectuales adoptan en las instituciones (CEPAL,

Universidades, etc.), en la política (lo político y las políticas) distan mucho de tales

caracterizaciones26.

En The Rise and Decline of Economic Structuralism in Latin America: New Dimensions,

el autor no se propone determinar si el moviemiento estructuralista fue correcto, sino

contemplar la relevancia que puede resumirse en su concepción sobre la sustitución de

importaciones (industrialización), la informalidad y la historiografía27.

Como en otros trabajos, Love contempla el contexto internacional de corto y mediano

plazo en la posición escolar del movimiento. Tanto en el surgimiento con el estado del

mundo en al crisis del 30, como en el desarrollo industrializador de la edad de oro hasta

el triunfo del neoliberalismo en los años 80s. Este trabajo tiene la particularidad de

incorporar la dimension nacional –Sobre todo la brasileña– en relación a las

contribuciones de la CEPAL debido a que contempla el aporte historiográfico, es decir,

los estudios estructuralistas sobre la historia económica en diversos países: Furtado en

Brasil, Pinto en Chile, Ferrer en Argentina, y Sunkel y Paz para toda la región. Sin

embargo, los debates al interior de la Nación siguen ausentes. Es interesante este punto

debido a que entre las características del movimiento se encuentran las relaciones entre

gobiernos y la institución, la generación y manejo de estadísticas, la intervención de

muchos autores como funcionarios en procesos nacionales (Furtado, Prebisch, Ahumada,

Ferrer, etc.), la difusión internacional y regional de sus ideas y los dispositivos de

entrenamiento que impartían sus cursos. No estamos realizando una crítica a Love, sería

poco probable hacerlo de manera correcta a dicha síntesis que pretende dar una idea del

significado de ese movimiento, pero es un esfuerzo necesario para caracterizar el

26 Tal vez, estas formas de interpretar al cepalismo permitan comprender el carácter ideológico asignado a este tipo de

teorías como una forma ideal, desfigurada y no-científica de la concepción social. Tal vez, la creencia en una coherencia

absoluta, en una razón superior de la ciencia sobre procesos político-sociales, haya sido quien juzga a estos aportes. Tal

vez sea una forma diferente de configurar las relaciones simbólicas en una sociedad y solo tal vez, haya tenido éxito

durante el siglo XX.

27 Señala que la teoría de la inflación y las teorías de la dependencia deben ser incluidos como aportes del cepalismo pero

son tatados en otros trabajos.

Page 26: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

25

pensamiento contenido en la institución “más allá de la vitalidad de sus ideas y

personalidades”.

Al respecto debemos señalar otros argumentos, comunes en el tratamiento del cepalismo.

Por un lado, existe la idea que los aportes científicos deben encuadrarse en la

epistemología clásica o clásica criticada como señala el siguiente párrafo:

“Voy a tratar a la escuela estructuralista como generadora de ideas y

políticas. Aunque no es un auténtico "paradigma" (Thomas Kuhn) o un

"programa de investigación científica" (Imre Lakatos), el estructuralismo

ha dado a luz a una serie de ideas y políticas derivadas que llegaron a

caracterizar a la escuela.” [La traducción es mía] (Love, The Rise and

Decline of Economic Structuralism in Latin America: New Dimensions

2005, 102).

Love señala como movimiento a la escuela estructuralista, aunque acuerda que el término

está mal utilizado y sería más pertinente nominarla cepalismo. Aclara que el cepalismo

ha venido a dar racionalidad a ciertos procesos que ya estaban ocurriendo:

industrialización, cambios en el comercio internacional, etc. aunque afirma que no ha

constituido ciencia tal como se la descubre y se la justifica (contexto de descubrimiento

y de justificación) (Love, The Rise and Decline of Economic Structuralism in Latin

America: New Dimensions 2005, 103).

Así,

“…podemos fácilmente concluir que la fase clásica de la historia

estructuralista, una generación antes, era más rico en la generación de

debates sobre hipótesis. Los estructuralistas habían hecho las preguntas

importantes de sus historias nacionales, utilizando la teoría

macroeconómica formal. Ellos eran conscientes de la importancia de los

buenos datos, pero hicieron un uso limitado de los mismos, y, a veces los

datos no existían en el momento en que escribieron…Por tanto, parece

apropiado clasificar la mayor parte de la historiografía estructuralista como

historia "proto-económica" (o "proto-econométrico"), si se me permite

hacer una analogía con la distinción entre las eras "pre-estadística",

Page 27: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

26

"proto-estadística", y "estadística" épocas de la historia económica y

demográfica.” [Los subrayados y traducción son mías] (Love, The Rise

and Decline of Economic Structuralism in Latin America: New

Dimensions 2005, 116).

Llegamos pues a que, incluso en los estudios que estimo más avanzados sobre la

caracterización del cepalismo, aparece la idea de proto-disciplina. Ha sido un movimiento

(en realidad toda formación discursiva es movimiento) que no ha tenido bases formales

propias sino que utilizó macroeconomía existente y no llegó a formar un aporte

historiográfico verdadero. Tal vez, pueda ser una caracterización exagerada y falta de justicia

sobre los estudios de Love, sin embargo, es un hecho común a varios textos la falta de

especificación, de limitaciones sobre lo que nosotros denominamos marco teórico.

Love publica en Estudios Sociológicos un trabajo titulado Furtado, las ciencias sociales y

la historia donde revisa los aportes del autor a las ciencias sociales con métodos clásicos de

la historiografía biográfica -las influencias intelectuales (hacia atrás y adelante), la historia

personal y su contexto, la selección de obras clave y la evolución de sus escritos, la aparición

de categorías y métodos y su desarrollo cronológico- para obener una imagen realmente

precursora de muchos aportes hacia el cepalismo y otros que no han formado parte del núcleo

analítico de la CEPAL, pero que están presentes de cualquier forma en los trabajos de

diversos autores: la aplicación del estructuralismo a la historia, la apertura del camino hacia

las teorías de la dependencia, el carácter historicista de las estructuras (sub) desarrolladas, la

concentración en la distribución del ingreso, la heterogeneidad, el tamaño del mercado, el

desarrollo y subdesarrollo como componentes de un mismo proceso (de aquí que

comunmente vayamos a usar la expresión (sub) desarrollo), las imperfecciones de mercado,

la función del Estado, reforma agraria, relaciones del consumo conspucio, el holismo

metodológico, la aplicación de tecnología al proceso productivo, etc. A diferencia de otros

trabajos, Love reconoce el aporte a las ciencias sociales del cepalismo y en particular (más

que el de Prebisch) el de Furtado28.

28 “No cabe duda que en el diálogo de los últimos cuarenta años entre las ciencias sociales y la historiografía, las ideas y

conceptos más relevantes que han surgido en América Latina y que han influido en la forma en que se escribe la historia

estuvieron relacionados con las escuelas del estructuralismo y la dependencia.” (Love, Furtado, las ciencias sociales y la historia

1999, 3)

Page 28: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

27

Una argumentación similar se encuentra el trabajo de Carlos Mallorquín (2005) al producir

un retrato intelectual de Furtado, que lo separa de la tradición asociada a Prebisch y recorre

su historia personal y profesional. Reconoce que en escritos de la década del 50 existe una

tensión entre retomar categorías económicas del análisis convencional y el inicio de algo

diferente. Furtado parece haber puesto en revisión a las teorías neoclásicas y de este modo

dar comienzo a una nueva contribución teórica (que compartiría con Prebisch). La crítica

“…llega a su culminación con su concepción estructuralista de la economía o del

subdesarrollo, cuya aparición teórica puede verse entre los años 1958 y 1962.” (Mallorquín

2005, 641).

En 2003, Eduardo Devés Valdés publica su segundo tomo sobre el pensamiento

latinoamericano en el siglo XX. Es de las pocas obras que se ha propuesto revisar

críticamente los métodos historiográficos. Su método consiste en un complejo de conceptos,

temas, problemas, autores y paradigmas en relación con el tiempo. El eje por el que se cruzan

todos ellos es la modernización asociada a superar la condición de atraso mediante la técnica

y la ciencia; cambio que se produce a mediados del siglo pasado como un movimiento

opuesto (aunque no excluyente) a lo identitario como aquello autóctono y autónomo. Frente

a la idea que la CEPAL ha propuesto una teoría autóctona del desarrollo, Devés Valdés

señala que el tema, el problema, y el paradigma de la modernización está asociado

fuertemerne a los movimientos de vanguardia de otras regiones. Señala que el tema-

concepto desarrollo aparece como algo identitario cuando, en realidad, reinstala el proyecto

modernizador.

El autor vacila entre el carácter externo impuesto sobre la ciencia social latinoamericana y

lo permitido desde dentro. En este sentido, acuerda que hay consenso en que, durante su

primera década, el cepalismo se constituyó de preocupaciones exclusivamente económicas

y que al poner en relieve lo social, se vuelve al eje identitario durante la década del 60 (José

Medina Echeverrría, Anibal Pinto, etc.) que había caracterizado el pensamiento de la región

en el período previo a las influencias modernizadoras.

El texto se nutre de citas de los principales exponentes de la CEPAL, para validar la idea del

desarrollo como sinónimo de crecimiento, como teoría modernizadora de exclusividad

económica que, aunque con intentos de separarse de las influencias dominantes (neoclásicas)

no logra hacerlo eficazmente y es por ello que las críticas de los años 60 recaen sobre los

factores escenciales de cualquier teoría social; aquellos aspectos que la CEPAL ha dejado

Page 29: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

28

de lado. Asimismo apunta que la búsqueda de una epistemología distinta permitió el

desarrollo de nuevos conceptos y principios, de esta manera surgió “…una escuela de

pensamiento, el cepalismo, punto de referencia básico en las polémicas de las ciencias

sociales y económicas de los años 50 hasta fin del siglo.” (Devés Valdés 2003, 44).

De este modo, la CEPAL había cambiado el eje y dirección de las ciencias sociales en

América Latina, que, al conducir el “giro modernizador” habilitaron espacios identitarios y

dialogaron con dependentistas y conservadores durante todo el resto del siglo.

Ricardo Bielschowsky publica algunos de los trabajos sobre la historia del pensamiento

de la CEPAL más interesantes. Entre ellos, le fue designada –por la CEPAL- la tarea de

compilar el conocido libro de los 60 años de la CEPAL junto a dos textos (1998, 2009)

que contribuyen a percibir la visión interna que la institución tiene de sus propios aportes.

El trabajo titulado Evolución de las ideas de la CEPAL posee la riqueza de estudiar el

desarrollo de las ideas acorde a su contexto regional (no así el internacional que es

descartado manifiestamente por el autor, aunque también escasea el acercamiento a los

debates nacionales). Tiene la particularidad de señalar los dispositivos a través de los que

han influido sus ideas: la participación en la ALALC, la UNCTAD, el ILPES y las

discusiones sobre la Alianza para el Progreso29.

Desde un punto de vista historiográfico-económico Bielschowsky se posiciona con los

aportes de Schumpeter de mediados del siglo pasado cuando “distingue entre el principal

objeto de estudio (la historia del análisis económico) y el otro campo de la historia del

pensamiento económico, el de los sistemas de economía política” señalando que la

contribución de la CEPAL pertenece a este último grupo y agrega que “se trata, en suma,

del paradigma desarrollista latinoamericano” [El subrayado es mío] (Bielschowsky, 1998,

p. 1).

El autor sostiene que en el período donde está escribiendo la historia de la CEPAL (década

de 1990, aunque no varía su posición en 2009) existe un regreso al programa de

investigación del ciclo 1949-1980, donde “el análisis vuelve a centrarse en las tendencias

29 Es interesante notar como el aspecto de “oficial” de la CEPAL lo lleva a reconocer que, pese a la informal heterodoxia

de sus autores, la institución mantendría posiciones moderadas y situadas a la derecha del espectro político en la década

del 60.

Page 30: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

29

de las estructuras productivas y distributivas”, la vista sobre el aparato productivo, la

especialización y la inserción internacional son aspectos de continuidad con la primera

época, aunque señala que el enfoque metodológico es aquello que permanece

principalmente en la CEPAL luego de tantos años.

Sesenta años de la CEPAL: estructuralismo y neoestructuralismo es un trabajo que

sostiene la misma conclusión respecto de los cambios y continuidades del pensamiento

contenido en la institución, pero en particular respecto de la primera etapa entiende que

“…estos autores sostenían que era necesario formular una teoría autónoma

capaz de aprehender la naturaleza del subdesarrollo de la región y las

vicisitudes de su evolución socioeconómica. No fueron pocas las

contribuciones analíticas generadas por los investigadores de la CEPAL a

partir de la inspiración estructuralista. Con independencia y audacia, esa

producción contribuyó al diseño de una identidad ideológica para la región

en su conjunto.” [El subrayado es mío] (Bielschowsky, Sesenta años de la

CEPAL: estructuralismo y neoestructuralismo 2009, 176).

A diferencia del trabajo anterior, Matías Vernengo (2006), pone en relieve los aspectos

heterodoxos de los dos enfoques de la Escuela de la dependencia, entre los que incluye a

la CEPAL. En apariencia el texto sostiene la idea que el centro actúa como tal a través de

sus formas monetarias y no tecnológicas como había sostenido desde dicha institución

(incluso en la edad de oro del capitalismo o, para la periferia, el proceso de la ISI). La

nueva dependencia no se encuentra en el uso de la tecnología sino corresponde a una

dependencia financiera30. Aunque pone énfasis en los cambios producidos durante la

crisis de la deuda en la década de 1980, dicha posición supone una interpretación sobre

la validez de los estudios de la CEPAL y por lo tanto es preciso detenernos en este tema

que contiene a los problemas de inflación y dependencia externa.

Noyola (1956) y Sunkel (1958) son los disparadores de los análisis ampliamente

difundidos de la inflación estructural. En este sentido son un textos clásicos (y originales)

que apoyan su origen teórico en las estructuras de producción. Vernengo invierte la

30 La tesis va más allá, en realidad -señala citando a M.C. Tavares– este tipo de dependencia ha sido dominante por más

de 150 años.

Page 31: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

30

causalidad del fenómeno expresado por estos autores: el atraso tecnólogico es

consecuencia de los estrangulamientos financieros sobre la dirección de la demanda

efectiva; cuando la demanda efectiva es el determinante del progreso técnico y no al revés.

Ahora bien, si los factores técnicos de la producción ya no (o nunca) gobiernan la

dependencia, vulnerabilidad y restricciones al desarrollo ¿Cuál es la explicación

alternativa a la inflación no monetaria en America Latina? ¿Cuál es la relación entre los

fenómenos de inflación y dependencia financiera? Si la dependencia financiera no precisa

el uso de tecnologías distintas ¿Precisa dispositivos financieros diferentes? ¿Dónde radica

la singularidad de la periferia latinoamericana? ¿Por qué razón se siguen perpetuando

diferencias en las productividades relativas del centro y la periferia?

Otro aspecto de controversia corresponde a la unión de las discusiones sobre la

dependencia tecnológica con las versiones neoclásicas ofertistas (supply-side) como

limitantes del desarrollo. Al no existir posibilidad teórica de dependencia en ningún

sentido en las teorías neoclásicas y sus derivados precisamente porque las relaciones

sociales no pueden emerger del análisis, se hace difícil darle mérito a dicha interpretación.

En segundo lugar, porque en las teorías señaladas, no hay espacios para las asimetrías que

no sean las de información (al menos como se ha planteado hasta el momento) y por

último, porque las formas del poder que admite la teoría son únicamente poder de compra.

En la discusión sobre qué provoca dependencia tendremos a las formas de producción y

las relaciones sociales o las formas monetarias. Si la hegemonía financiera ha de ser el

centro alrededor del que gravitan las diversas periferias ¿Tiene sentido hablar de América

Latina como unidad de algún tipo?31

Luiz Carlos Bresser-Pereira el mismo año que Vernengo publica su trabajo titulado De

La CEPAL Y El ISEB a La Teoría De La Dependencia donde examina las tres vertientes

de la teoría de la dependencia (super-explotación capitalista, dependencia asociada y la

31 La clasificación de los autores en dos continentes: la tradición marxista y la de la CEPAL, merece cierta atención. Un

punto que habría que discutir respecto de dicha clasificación es el grado de pertinencia de los aspectos esenciales que

toma cada autor de los diferentes enfoques. Parece claro que no existe un sólo aporte a aquello denominado dependencia.

Las posibilidades de acercar a Prebisch y Furtado son más sencillas que hacerlo con Cardoso incluso más difícil es unir a

Prebisch con enfoques marxistas. Las posibilidades de juntar a A.G. Frank y Dos Santos son más reales que las de hacerlo

con Furtado y A.G. Frank. La pregunta para el texto será sobre la pertinencia de señalar la síntesis en dos continentes

acorde a los objetivos buscados. Tal vez el grado de abstracción del trabajo precisa de ello, sin embargo, no resulte una

caracterización correcta acorde a lo buscado en nuestro trabajo.

Page 32: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

31

nacional-dependiente) pero suma un nivel de abstracción mayor al declarar los conflictos

en el mundo de las ideas del siglo XX: Nación vs. Metrópoli y orden vs. Justicia social.

De esta forma, Bresser-Pereira agrega la cuestión nacional caracterizada por su relación

con los intelectuales públicos.

El artículo señala interesantes componentes historiográficos sobre el desarrollo del

pensamiento latinoamericano en la década que nos ocupa. Por un lado, su interpretación

historiográfica difiere significativamente de las enunciadas hasta el momento. Centra su

atención en las discusiones desde Brasil, es decir que agrega la dimensión nacional con

un detalle de las instituciones y sus intelectuales componentes, al tiempo que estima de

forma abstracta los debates mundiales, suma la discusión sobre los actores del desarrollo

contenido en cada enfoque resultando la evidencia de la estrategia política expresada en

cada proyecto. A todo ello agrega una interpretación singular del significado de la CEPAL

cuando afirma que,

“La elaboración teórica de los dos grupos [CEPAL e ISEB] se inscribía en

la 'teoría del imperialismo'; es decir, la teoría que explica el subdesarrollo

como resultado sobre todo de la acción imperialista de las grandes

potencias, el 'centro', que buscan mantener a los países de la 'periferia' en

su condición de exportadores de productos agrícolas y materias primas.”

(Bresser-Pereira 2006, 421)

Luego amplía,

“La oposición “centro- periferia" desarrollada por Raúl Prebisch no fue

sino un eufemismo para designar la relación imperialista. Y por lo tanto,

como señaló sobre todo Furtado, el subdesarrollo no era mero atraso o una

etapa del desarrollo sino una consecuencia de la relación centro-periferia.”

(Bresser-Pereira 2006, 426)

Las caracterizaciones de la dependencia y su relación con la CEPAL son de gran

importancia porque muestran uno de los límites de la teoría. En este sentido el trabajo

posee, además, la virtud de poner el debate en la historia. No sólo de la dependencia con

el imperialismo, sino del marxismo europeo con las formas nacionales adoptadas por el

marxismo en América Latina.

Page 33: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

32

Paradójicamente sus virtudes se vuelven sus aspectos negativos. Su énfasis en la cuestión

nacional en Brasil hace que su caracterización de la CEPAL se vincule al imperialismo y

no quede claro porqué termina asociándolo -indirectamente- al marxismo europeo32. En

rigor, la vía aparente para que esto suceda puede ser el debate iniciado por Celso Furtado,

sin embargo habría que coincidir en que fuera Furtado el representante típico de la

CEPAL y no, por caso, Prebisch, Sunkel o Pinto. Aunque incluso esto tampoco sería una

prueba contundente de una interpretación acorde a nuestras coordenadas metodológicas.

En segundo lugar, si bien se hace mención a los debates generales de la izquierda, hay

escasas referencias del contexto de mediano-largo plazo del capitalismo mundial y de

América Latina en particular, al tiempo que los debates teóricos concretos (desarrollo,

capital, intercambio, inversión pública, etc.) no están puestos en relación. Esto no resulta

una crítica al trabajo, en él no existe una propuesta de dar una caracterización acabada de

la CEPAL y por lo tanto difícilmente podría satisfacer ciertos requerimientos que creemos

necesarios. Pero resulta un trabajo interesante por el método utilizado para poner en

escena los debates teóricos y nacionales en Brasil en las décadas del 50 y 60.

Enrique Arceo (2008) caracteriza los inicios teóricos de la CEPAL sobre tres pilares

fundamentales –en apariencia– pre-existentes:

El desarrollo representa un continuum. Una especie de carrera sin llegada por el

desarrollo.

El desarrollo representa modernización de condiciones sociales (económicas,

ideológicas, políticas, etc.) en línea con los países centrales.

Si el desarrollo y subdesarrollo son dos momentos (exceptúa a Furtado de esta

caracterización) de una misma realidad, entonces se diferencias cuantitativamente

y no cualitativamente.

La CEPAL actuará como un “vocero” en las luchas políticas dentro de la región y hacia

fuera ante los países centrales. En este sentido, Arceo encuentra un aspecto de continuidad

con la teoría en el centro pero una ruptura respecto de los intereses para los que se utiliza

32 “En la periferia, la expresión "dependencia" es la contrapartida de la palabra "imperialismo" en el centro.” (Bresser-

Pereira 2006, 429)

Page 34: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

33

esa teoría. El enfoque de centro y periferia difiere del imperialismo -aunque comparta

similitudes en cuanto al estudio del comercio internacional- en su enfoque sobre la

racionalidad y el espacio político de los Estados, más precisamente, de las funciones que

competen al Estado nacional en relación al desarrollo. Esta caracterización permite poner

en relieve el carácter político del cepalismo33 o de parte de él cuando señala –al citar a

Cardoso- que “la desigualdad de la situación política entre la colonia y la metrópoli hace

que el sistema económico sea percibido como directamente ligado al sistema político

poniendo así de relieve más claramente la situación entre ambos” (F. H. Cardoso 2011,

28). Estos son aspectos políticos de la acumulación de capital apuntados en relación al

concepto de heterogeneidad estructural de Pinto, colocando algo que parece ser una

convención sobre los estudios de la CEPAL en los años 60s: su incorporación de lo social.

A partir de allí el trabajo de Arceo reorienta sus énfasis para poner de relieve las

influencias de los dependentistas. Sin embargo deja de lado su caracterización de la

CEPAL señalando escasos –aunque relevantes– tópicos vinculantes como el intercambio

desigual y la industrialización.

Resulta fundamental volver sobre los aspectos políticos del proceso de acumulación, algo

que Celso Furtado se había encargado de señalar en su síntesis de 1964 desarrollado

durante el año 1952. El razonamiento de Furtado muestra que las nuevas técnicas

incrementan la productividad y el ingreso social. El incremento de la demanda resultante

cambia la estructura de producción, pero, las relaciones entre acumulación y producción

deben observarse a partir de las realidades concretas. Por caso, cuando la productividad

es baja, el excedente es reducido (las necesidades de subsistencia consumen la mayor

parte) debido a que no hay posibilidades de acumular sin distribución desigual, pero esta

genera (en el subdesarrollo) una rápida diversificación del consumo de los grupos sociales

de mayores ingresos. Es así como se reducen las posibilidades de acumulación incluso

con desigualdades sociales que las habiliten (Furtado, Desarrollo y Subdesarrollo 1964,

83).

33 En primer lugar respecto de la concepción (no teoría) del Estado, del Estado concreto en sentido de aquel inmediato,

del Estado Nacional en el cual muchos intelectuales de la CEPAL fueron funcionarios o que, en sus misiones técnicas,

participaron. Por otro lado de un tipo de abstracción del Estado, aquel racional, puesto por encima de las relaciones

sociales.

Page 35: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

34

Lo hace explícito años más tarde

“El presente caso de las estructuras subdesarrolladas, que constituyen la

regla en América Latina, es fundamentalmente diverso: la forma como la

técnica penetra crea problemas de amplias proyecciones en el plano social.

De esta manera son los técnicos quienes, al servicio de los intereses de

individuos y grupos privados, crean problemas cuyas soluciones requieren

decisiones de naturaleza política. Como las decisiones políticas implican

tomas de posición con respecto a juicios de valor, es decir, están en el plano

de racionalidad sustantiva, no es de extrañar que en los países

latinoamericanos el proceso político genere fuertes tensiones que

comprometen permanentemente la estabilidad de las estructuras de poder.”

(Furtado, Hacia una ideología del desarrollo 1966, 387)34.

En opinión del autor, “La falta de contenido ideológico ha sido la principal característica

de los movimientos de masas heterogéneas surgidos en América Latina, lo que explica su

rápida degeneración en populismo.” (Furtado, Hacia una ideología del desarrollo 1966,

391). Será necesaria una construcción ideológica y solidez organizacional para que el

movimiento de masas pueda crecer homogéneamente.

La excepción que –acorde a Arceo y otros- constituye Furtado, resulta relevante por

varios motivos: si la teoría constituye dos momentos de un mismo proceso entonces

deberemos acordar que a) es una teoría general del desarrollo (y del capitalismo) debido

a que representa una caracterización de la acumulación en estadíos primitivos o atrasados;

o b) es una teoría particular del subdesarrollo como subsistema integrado pero

cualitativamente diferente del desarrollo.

El primer caso parece manifiestamente negado por Prebisch en 1949 cuando afirma que

“No se interprete, sin embargo, que este propósito está animado de un

particularismo excluyente. Por el contrario, solo se sabrá cumplirlo

mediante un sólido conocimiento de las teorías elaboradas en los grandes

34 Aquí estamos en una instancia de crítica a la importación de teorías -que desde el manifiesto se harían evidentes-.

Pocos años después Cardoso y Faletto incorporan formalmente la dimensión de ensayo sociológico y es la década del

surgimiento de los debates de la dependencia que continuarán con énfasis en los años 70s.

Page 36: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

35

países, con su gran caudal de verdades comunes. No hay que confundir el

conocimiento reflexivo de lo ajeno con una sujeción mental a las ideas

ajenas, de la que muy lentamente estamos aprendiendo a librarnos.”

(Prebisch, El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus

principales problemas 1949, 359).

El segundo constituye la excepción señalada por Arceo, cuando Furtado señalara que

“…mientras no se disponga de un cuadro teórico que permita establecer la

racionalidad de los agentes que, actuando simultáneamente en más de una

parte del sistema, condicionan el comportamiento de otros agentes en el

sub sistema que nos interesa, tendremos que limitarnos a tratar sobre las

de cisiones de aquellos agentes, aun cuando actúen desde dentro del

subsistema en cuestión, como variables exógenas, a semejanza de lo que

se hace con la "demanda externa" en el análisis tradicional de las

economías "nacionales".” (Furtado, Dependencia externa y teoría

económica 1971, 336).

Es interesante señalar que Furtado cuestiona en 1971 que aún no se haya desarrollado un

cuerpo teórico alternativo, aunque señala que observar las estructuras desde el

subdesarrollo constituye una tarea epistemológica diferente al marco teórico neoclásico.

Sin embargo, el diagnóstico se constituye en una incapacidad del (sub) desarrollo para

comprender los vínculos de ambos susbsistemas (desarrollo y subdesarrollo) y por tanto,

conocer las “leyes de la dependencia”. En resumen, no pareció existir una visión global

del sistema, estudiado desde las leyes que operan en los subsistemas debido a que el

estructuralismo resulta en un estudio de las leyes de la dependencia; conocer las formas

dominantes ayudara a caracterizar aquellas dependientes. De hecho, resulta una tarea

fundamental comprender contra qué y quienes se levanta el “grito de guerra” del

manifiesto de 1949, y cuál es el significado de ese “tournant del pensamiento político-

económico” en América Latina (Furtado, La utopía organizada 1988, 55). La imagen debe

ser tomada presentando los fundamentos del discurso y su contexto en el que participan

el resto de los discurso, por ende es fundamental contrastar, no sólo las reglas lógico-

metodológicas sino las alternativas de cambio en ese período.

Page 37: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

36

Por último, el trabajo del economista argentino Armando Di Filippo (2009) es el que

requiere mayor atención. En primer lugar es uno de los ultimos artículos publicados en la

revista de la CEPAL que trata al pensamiento cepalino de forma sistemática. En este

sentido, posee el privilegio de contar con muchas de las contribuciones relevantes ya

publicadas. En segundo lugar, el ensayo parte de una hipótesis similar a la que tomamos

en nuestro trabajo: “…que existe una teoría estructuralista latinoamericana dotada de

rasgos propios…Los fundadores del estructuralismo concibieron un enfoque sistémico,

multidimensional y dinámico.” (Di Filippo, Estructuralismo latinoamericano y teoría

económica 2009, 181), sin embargo, su prueba es efectiva a través de lo que denominamos

un enfoque epistemológico clásico o interno de la ciencia. En este sentido creemos que

su aporte debilita la hipótesis al ponerse en uno de los lugares más vulnerables relativos

entre de la teoría estructuralista, el marginalismo y el marxismo.

Un aspecto central del ensayo resulta en la distinción entre la noción de economía política

y la de teoría económica. La primera –indica- recupera la actividad de la CEPAL acorde

al enfoque que tuviera Adam Smith de la Economía Política como actividad de apoyo al

legislador y al hombre de estado. Distinta de la Economía Política como sinónimo de

ciencia económica que el autor asigna a Marx y otros académicos y –cabe aclarar– será

el significado que damos en este trabajo a dicho concepto35.

El autor señala que el centro del estudio económico esta alrededor de la teoría del valor

y que el estructuralismo latinoamericano ha dispuesto de un enfoque radicalmente

diferente al marginalismo y a la teoría “marxista-ricardiana”36. Y concluye que

35 Es preciso indicar que las diferencias entre las economías políticas de Marx y Smith no se dirimen en el terreno de lo

anunciado por Schumpeter (1982) entre el análisis económico y el de los sistemas de economía política. El principal

argumento para sostener la inexactitud del término asociado a la CEPAL es que para que Smith pudiera sugerir al estadista

de la adopción de ciertas reglas tuvo que haberse preguntado previamente sobre la naturaleza del sistema económico y

ello constituye, en el significado que toma como válido Di Filippo, su Economía Política como teoría y por lo tanto como

análisis. En el caso de Marx no pertenece a las conclusiones de su teoría accionar sobre las funciones de políticas del

Estado y sus funcionarios que no fueran revolucionarias por lo que no aplica siquiera la comparación.

36 Un aspecto que desarrollaremos será la crítica a esta noción de Marx y Ricardo juntos. Porque es precisamente aquel

espacio en que difieren el que se deja a un lado en la noción de Di Filippo: la distinción entre forma y contenido,

fundamental para comprender las diferencias básicas entre Marx y Ricardo pero que una misma pregunta convendría

hacerle a la teoría del valor estructuralista señalada por él ¿Cuál es la forma y el contenido del precio?

Page 38: El marco teórico del cepalismo en el desarrollo de su primera década (Parte 2)

37

“Esta incorporación sistémica del concepto de poder a la explicación de

los mecanismos de mercado evoca las condiciones que le impone Thomas

Kuhn (1969) a la estructura de las revoluciones científicas cuando las

nuevas teorías emergentes amplían la visión de mundo de las teorías

preexistentes y las incorporan a un nuevo paradigma explicativo.” [El

subrayado es mío] (Di Filippo, Estructuralismo latinoamericano y teoría

económica 2009, 188)

El estructuralismo tiene fundamentos filosóficos de raíces aristotélicas, fundamentos

epistemológicos sobre el cambio estructural, la noción de poder y la adaptación de

instrumentos teóricos a las ralidades nacionales (insumo- producto, demanda efectiva,

etc.). Acorde al autor, la CEPAL posee una noción diferente a las teorías clásicas del

excedente, denominada “excedente de innovación” o de “desarrollo” fruto de la

creatividad humana (visión filosófica) que guarda relación aparente con la intensidad de

las necesidades y la noción de poder en sentido de fijación de reglas de juego por parte

del Estado, “Es por esta vía que el concepto de necesidades se vincula al concepto de

excedente mediante la noción de poder institucionalizado.” (Di Filippo, Estructuralismo

latinoamericano y teoría económica 2009, 194). Todas estas categorías fundamentales

son puestas en determinadas relaciones que constituyen el método estructural mediante

la dinámica de los ciclos, relaciones sindicales, condiciones históricas y desequilibrios,

que dan perspectivas sobre la estructura de los mercados, el excedente, la distribución del

ingreso y los precios, entre las principales variables.

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