El inconsciente bipersonal: el dilogo intersubjetivo, la
representacin relacional actuada y la emergencia de nuevas formas
de organizacin relacionalPublicado en la revista n004Autor:
Lyons-Ruth, KarlenEl trabajo de Karlen Lyons-Ruth The two-person
unconscious: Intersubjective dialogue, enactive relational
representation, and the emergence of new forms of relational
organization fue originariamente publicado en Psychoanalytic
Inquiry: A Topical Journal for Mental Health Professionals, vol.
19, No. 4, pp. 576-617. Copyright 1999 de Melvin Bornstein, Joseph
Lichtenberg & Donald Silver. Traducido y publicado con
autorizacin de The Analytic Press, Inc. Traducido por Manuel
Esbert1Nota de traduccin: el trmino ingls "enact", segn el
diccionario Webster tiene, como uno de sus significados, actuar o
representar un rol, como ocurre en una pieza teatral. En el
presente trabajo "enact" se ha traducido como actuar, "enactive"
como actuado/a, "enactment" como actuacin, en el sentido de que una
persona al relacionarse con otra acta, o pone en acto, una cierta
representacin inconsciente o reglas procedimentales que regulan sus
intercambios interpersonales.La teora psicoanaltica ms reciente se
ha ido orientando cada vez ms hacia una postura relacional,
intersubjetiva y socio-constructivista. Desde ella se ve el
encuentro psicoanaltico como co-construido de manera recproca por
dos participantes, donde ambas subjetividades, la del paciente y la
del analista, contribuyen a la forma y al contenido del dilogo que
emerge entre ellos (McLaughlin, 1991). El nfasis que los escritos
analticos actuales dedican a las actuaciones (enactments, ver nota
al pie) en la situacin analtica apunta a mantener la atencin
directamente puesta en el rea de contacto entre los dos
participantes de la situacin analtica y en la forma de las
transacciones implcitas que emergen entre ambos (vase, por ejemplo,
Ogden, 1994). Las descripciones clnicas dan cuenta de la
contribucin activa de ambos miembros a la co-construccin de la
actuacin, aun cuando el principal inters clnico se encuentre en
esos rasgos de la actuacin que evocan los aspectos problemticos de
las interacciones del paciente con otras personas importantes
(Jacobs, 1991; Hoffman, 1992). Las actuaciones han sido vistas como
oportunidades importantes para vislumbrar aquellas motivaciones y
significaciones inconscientes del paciente que anteriormente no
haban sido reconocidas o articuladas (McLaughlin, 1991).
En este giro hacia una captacin ms fluida y recproca del proceso
teraputico, se ha cuestionado de manera creciente la necesidad de
un modelo psicoanaltico del desarrollo (vase, por ejemplo,
Mitchell, 1988). La presin convergente sobre las teoras
psicoanalticas de la mente y el desarrollo procede del progresivo
refinamiento de la investigacin, tanto comportamental como
neurocientfica. Las nuevas observaciones sobre el desarrollo y
organizacin de la mente, el cerebro y la conducta, han sobrepasado
el ritmo de cambio de la teora psicoanaltica, socavando an ms la
credibilidad de los viejos modelos evolutivos. En contraste con
esos cambios que alimentan el escepticismo hacia el papel de la
teora evolutiva, la investigacin longitudinal del apego ha aportado
recientemente un apoyo coherente a la opinin de que hay aspectos
importantes de la conducta relacional que se asientan en la
historia relacional. Este creciente cuerpo de investigacin
evolutiva defiende la relevancia permanente de la historia
evolutiva para el proceso psicoanaltico y la necesidad concomitante
de reformular una metateora psicoanaltica que sea coherente tanto
con esa reciente investigacin como con una perspectiva ms fluida,
recproca y constructivista del cambio relacional en la adultez.
Las cuestiones iniciales que han servido de base de inspiracin a
las inquietudes que se describen en el presente artculo fueron
suscitadas por el trabajo del Grupo Bostoniano de Estudio del
Proceso de Cambio, a saber: cules son los mecanismos no
interpretativos del cambio que operan en la situacin psicoanaltica,
y cmo podra el estudio del desarrollo iluminar esos mecanismos de
cambio? Dichas cuestiones son abordadas de manera ms directa en
artculos relacionados (Grupo Bostoniano de Estudio del Proceso de
Cambio, 1998; Stern y cols., 1998). En el debate en torno a ellas,
sin embargo, se ha hecho patente que al considerar cmo los
mecanismos no interpretativos conducen al cambio, hay tambin que
abordar la cuestin de qu es lo que cambia.
El psicoanlisis siempre se ha preocupado por comprender cmo se
origina la significacin, donde los afectos seran las guas
directrices centrales de la misma. En la actualidad, las nuevas
investigaciones presionan a los estudiosos de orientacin
psicoanaltica en el sentido de hacerles reconocer cmo los sistemas
de significacin se organizan de una manera que incluye formas
procedimentales o implcitas de saber. El saber procedimental se
refiere a saber cmo hacer algo y cmo comportarse de manera
adaptativa, y no tanto a conocer informacin o imgenes que puedan
ser recuperadas y relatadas de forma consciente (Cohen y Squire,
1980). La organizacin de la memoria y de la significacin el el
mbito implcito o actuado tan slo se hace manifiesta en la accin. De
acuerdo con el presente inters psicoanaltico por las actuaciones en
el seno del propio tratamiento, me referir a saber cmo hacer como
representacin actuada (vase tambin Bruner, Olver y Greenfield,
1966).
Estos sern los postulados principales en este artculo: (1) que
gran parte de nuestra experiencia relacional es representada en una
forma procedimental implcita o actuada que es de naturaleza
inconsciente, si bien no necesariamente inconsciente en sentido
dinmico; (2) que tanto en el desarrollo evolutivo como en el
psicoanlisis, la integracin y articulacin crecientes de nuevos
procedimientos actuados para estar con desestabilizan la
organizacin actuada preexistente y funcionan como un motor
elemental de cambio; y (3) que los procedimientos actuados se
articulan e integran mejor a travs de la participacin en formas ms
coherentes y colaboradoras de interaccin intersubjetiva. Dicho de
otra forma, al nivel de los procedimientos actuados inconscientes,
el medio es el mensaje; es decir, la organizacin de la significacin
est implcita en la organizacin del dilogo relacional actuado y no
requiere del pensamiento reflexivo o de la verbalizacin para ser,
en algn sentido, conocida. De acuerdo con investigadores que
observan a los bebs, tales como Beebe y Lachman (1994), la
representacin actuada es vista aqu como el medio ms temprano por el
cual la sombra del objeto se convierte en parte de lo sabido no
pensado de la experiencia infantil temprana (Bollas, 1987).
El presente artculo tratar de explicitar mejor un modelo del
desarrollo y del cambio de los procedimientos relacionales actuados
que sea coherente tanto con la literatura psicoanaltica reciente
como con los ltimos hallazgos de la investigacin sobre el apego, la
interaccin temprana entre la figura parental y el nio, la
neurociencia cognitiva y la teora de sistemas dinmicos no lineales.
El estudio del apego se ha concentrado en describir y validar una
variedad de estrategias organizadas de la interaccin cuidador-beb
en torno a a las necesidades de apego de las que el beb tiene
representacin hacia el final de su primer ao de vida. Un trabajo ms
reciente ha ampliado esas descripciones de las representaciones
actuadas que el beb tiene de las necesidades de apego, para incluir
las correspondientes estrategias actuadas parentales mediante el
recurso de responder a una entrevista sobre sus propias
experiencias tempranas referidas al apego. Si bien los detalles que
presentan esos patrones de representacin relacional actuada en el
mbito de las experiencias del apego tienen importancia en s mismos,
ya han sido descritos adecuadamente en la literatura y no sern
revisados aqu (vase Bretherton, 1988; Main, 1993; Lyons-Ruth y
Jacobvitz, 1999). De lo que s tratar este artculo es de las
implicaciones que tienen esos procedimientos relacionales actuados,
perdurables y orientados al apego, para una teora psicoanaltica
evolutiva del proceso relacional y de la representacin actuada. Los
estudios sobre el apego proporcionan la base ms slida para realizar
esta sntesis, aunque tambin contribuyen a la emergencia del modelo
el trabajo sobre la interaccin temprana cara a cara, el realizado
sobre los modelos, sensibles a lo contextual, del desarrollo
cerebral y del desarrollo cognitivo, y la investigacin sobre la
cognicin del adulto. Debido a que resulta prematuro concretar un
grupo de trminos para describir este territorio conceptual nuevo,
me referir indistintamente a representaciones actuadas,
procedimientos relacionales, o sistemas de control relacional
implcito. Empleo el trmino representacin en relacin al saber
actuado porque, en concordancia con hallazgos psicoanalticos
previos, esta forma de representacin preserva el saber sobre las
contingencias afectivo-perceptivas y espacio temporales en el
ambiente. Usar aqu tambin implcito e inconsciente de manera
intercambiable para referirme al inconsciente procedimental no
dinmico. El presente artculo sostiene como posicin central que el
saber actuado evoluciona y cambia por procesos que son intrnsecos a
este sistema de representacin, y que no se basan en la traduccin de
los procedimientos a un conocimiento reflexivo (simbolizado). Lo
que no significa que la traduccin del saber actuado a palabras no
sea una herramienta teraputica de peso o no constituya una etapa
evolutiva importante. Lo que s significa es que el desarrollo no se
produce nica o primariamente por un movimiento que va desde la
codificacin procedimental hasta la codificacin simblica (o desde el
proceso primario hasta el proceso secundario, o desde las formas de
pensamiento preverbales a las verbales). Las formas procedimentales
de representacin no son infantiles, sino que son intrnsecas a la
cognicin humana en todas las edades, y subyacen a muchas formas de
accin cualificada, incluyendo la interaccin social en la intimidad.
La elaboracin de formas simblicas de pensamiento, con inclusin de
imgenes y palabras, contiene la capacidad potencial de contribuir a
la reorganizacin del saber actuado. Sin embargo, yo sostendra que
la retranscripcin del saber relacional implcito al conocimiento
simblico es laboriosa, no es intrnseca al sistema relacional que se
basa en el afecto, no se alcanza nunca de forma plena, y no
constituye el modo general en que se logran los cambios evolutivos
del saber relacional implcito. Por el contrario, yo argumentara que
los sistemas procedimentales del saber relacional se desarrollan en
paralelo a los sistemas simblicos, y como sistemas separados que
son gobernados por principios que les son propios. Los sistemas
procedimentales influyen y son influidos por los sistemas simblicos
mediante mltiples conexiones trans-sistmicas, pero esas influencias
son necesariamente incompletas. Es ms, el saber relacional actuado
se fundamenta en acciones orientadas a fines, igual que las
evaluaciones afectivas que guan dichas acciones, con lo que
probablemente ejerza una gran o incluso una mayor influencia sobre
cmo los sistemas simblicos se elaboren, que la influencia que los
sistemas simblicos ejercen de hecho sobre la elaboracin de los
sistemas relacionales (vase Anderson, 1982; Schachter y Moscovitz,
1984; Damasio, 1994). Bosquejar a grandes lneas una teora del
cambio psicoanaltico y evolutivo que se basa en la representacin
actuada implcita o inconsciente y en las transacciones
paciente-terapeuta ms que en el conocimiento simbolizado y en la
interpretacin. Este centrar la atencin en el proceso bipersonal
apunta a establecer un marco terico que permita que los antiguos
insights sobre el interjuego del afecto, el conflicto, la defensa y
la resistencia, puedan ser ampliados hasta los territorios de lo
bipersonal y adquieran una base evolutiva cientficamente
sostenible. Aunque aqu no se considere de manera exahustiva el
constructo de la motivacin, y en cierta medida el del afecto, ambos
estn implcitos en cualquier teora de la representacin actuada y el
presente marco referencial pretende incrementar, y no reemplazar,
la extensa literatura existente sobre motivacin y afecto en el
tratamiento analtico. De manera similar, aqu no se explicitarn los
mltiples puntos de confluencia en los que el modelo que este
artculo describe podra converger con, o complementar a, los modelos
de la psicologa del self o de la organizacin intrapsquica. En
cambio, el artculo se centra en ampliar nuestra conceptualizacin
del espacio transaccional y sus formas de representacin en el
desarrollo evolutivo y en el tratamiento de orientacin
psicoanaltica. El artculo se divide en dos partes. La primera
seccin aborda el dilogo bipersonal en el desarrollo temprano. Se
destacan tres implicaciones centrales de la investigacin actual
sobre el apego. En primer lugar, de las formas ms colaboradoras del
dilogo padres-nio emergen las representaciones actuadas ms
flexibles y abarcativas. En segundo lugar, la neurociencia de
adultos coincide con la investigacin infantil en confirmar a lo
largo de la vida el estatuto separado y disociable del conocimiento
simbolizado consciente y el saber implcito o procedimental no
simbolizado. Por ltimo, con anterioridad al comienzo del uso de
smbolos, los procedimientos relacionales implcitos del nio
presentan seales de conflicto y defensa que estn ligadas a
restricciones particulares o distorsiones del dilogo afectivo
infanto-parental. La segunda seccin del artculo explora los
mecanismos no interpretativos del cambio en los sistemas de control
relacionales. Se revisan los modelos evolutivos de Fischer (1980) y
Case (1991), que ponen de relieve la naturaleza fraccionaria y
dependiente del contexto del desarrollo de las conductas de
destreza que aparecen en los mbitos relacionales y en los no
relacionales. Sobre todo, Fischer y Case presentan modelos
evolutivos de cmo los sistemas ms complejos de control se elaboran
desde la infancia hasta la edad adulta mediante la coordinacin de
unos procedimientos actuados con otros, lo que va generando
destrezas cada vez ms flexibles y globales. Un punto fuerte de
estos modelos consiste en el nfasis que ponen en el anlisis de la
complejidad de la tarea, una complejidad que no depende de si la
tarea exige conocimiento verbal o una capacidad de solucin de
problemas de tipo ms procedimental implcito. La creciente
articulacin y coordinacin de los distintos componentes que integran
la tarea en estos modelos permite observar cmo los procedimientos
actuados pueden llegar a ser ms coordinados, articulados, flexibles
y globales, segn van siendo aplicados de forma repetida, sin que
medie articulacin verbal alguna de los procedimientos en s mismos.
Estos modelos tambin consideran algunos rasgos especficos de los
procedimientos actuados para hacer cosas con los otros, rasgos que
resultan cruciales para la sensibilidad del psicoanlisis pero que
no haban sido explicitados en la literatura sobre la cognicin.
Finalmente, en el presente artculo se mencionan algunos principios
de los sistemas dinmicos no lineales que dan cuenta de cmo el lento
proceso transaccional que suponen los repetidos encuentros que
implica la situacin psicoanaltica pueden dar lugar al incremento de
la complejidad y del grado de articulacin de los procedimientos
relacionales del paciente (y del analista). Desde la perspectiva de
los sistemas auto-organizados, esta articulacin creciente
desestabiliza las formas de organizacin antiguas y puede provocar
un vuelco hacia una nueva forma emergente de organizacin
procedimental que ser ms compleja y coherente. Parte I: Orgenes
evolutivos de los procedimientos relacionales actuadosDilogo
colaborador y coherencia en las representaciones actuadas La
relacin analista-paciente y la relacin figura parental-nio
comparten su insistencia en facilitar el cambio evolutivo, que de
cara al objetivo que nos interesa es un cambio en el rea de la
construccin de nuevas posibilidades de regulacin adaptativa de la
experiencia intersubjetiva. Por su parte, el analista debe asumir
el cometido mucho ms difcil de promover la desconstruccin de los
modos establecidos pero insatisfactorios de estar con, a la vez que
facilitar el surgimiento de otros nuevos. Este inters por la
comprensin y desconstruccin de lo viejo ha capturado la atencin de
los autores psicoanalticos del pasado. Los clnicos del psicoanlisis
han heredado un lenguaje bien articulado y descriptivo de la
psicopatologa individual. Un efecto concomitante ha sido una
valiosa capacidad de entender ciertas intrincadas y creativas
maniobras defensivas de adaptacin a los ambientes dolorosos y
limitantes. Sin embargo, y hasta cierto punto, los tericos del
psicoanlisis se han dedicado a explorar las representaciones
patolgicas internalizadas y su emergencia transferencial,
descuidando la comprensin de los requisitos evolutivos de la
co-construccin de maneras de estar en relacin con otros que sean ms
flexibles, coherentes y adaptativas. La investigacin sobre el apego
ha demostrado que la aparicin de modelos de apego internos
operativos, o procedimientos implcitos relacionales, que posean
coherencia, est en funcin de haber participado en formas coherentes
de dilogo padres-nio (vase van Ijzendoorn, 1994, metaanlisis; Main
y Goldwyn, 1994). El trmino dilogo aqu se usa en su sentido ms
amplio, abarcando todas las vas de la comunicacin interpersonal, lo
que incluye las comunicaciones afectivas inherentes al movimiento,
a la sincronizacin temporal del comportamiento y a la forma o
estructura general del habla, as como a las seales gestuales y
afectivas. Coherencia se emplea aqu de acuerdo con la definicin de
Main y Goldwyn (1994), siguiendo al filsofo Grice (1975), en
relacin con las representaciones adultas del apego. Segn Grice
(1975), la coherencia en la comunicacin se alcanza mediante el
cumplimiento de principios que gobiernan la cantidad, la calidad,
la relacin y el modo, es decir, siendo sincero, claro, pertinente y
sucinto aunque tambin completo. Estas cualidades sirven para
maximizar el principio primordial de cooperacin entre
participantes. De ah que un dilogo coherente sea veraz y
colaborador. Esta definicin tambin podra servir como modelo
operativo de primer nivel para capturar los atributos esenciales
del dilogo clnico coherente, tal como lo definen los modelos
bipersonales actuales. La literatura de investigacin sobre el apego
ofrece una perspectiva sobre lo que podra ser denominado como
algunas caractersticas esenciales del dilogo colaborador. El
estudio del proceso de la comunicacin padres-nio proporciona un
laboratorio desde el que observar cmo distintas organizaciones del
dilogo afectan a las etapas del desarrollo. Los estudios
longitudinales sobre el apego proporcionan ciertos insights en
relacin a los tipos de dilogo padres-nio que ataen al desarrollo
infantil de patrones procedimentales actuados, coherentes y
flexibles, para tramitar las relaciones. Los dilogos padres-nio que
son colaborativos y flexibles han sido denominados comunicacin
abierta en la literatura de investigacin sobre el apego, pero este
trmino es susceptible de ser malinterpretado. Un dilogo coherente o
abierto no se caracteriza por una supuesta apertura parental en el
sentido de que los padres se manifiesten descontroladamente
desinhibidos ante el nio, sino por la apertura parental ante los
estados mentales del nio, incluyendo toda la amplitud de las
comunicaciones de ste, de manera que sus estados afectivos
particulares y sus motivaciones (rabia, pasin, malestar) no
resulten excluidos de una intersubjetividad regulada y compartida.
Los estudios sobre el apego suelen evaluar la sensibilidad parental
como el aspecto de la conducta parental que se asocia a la
seguridad del apego infantil (van Ijzendoorn, 1994). Sin embargo,
en nuestro propio trabajo sobre las interacciones tempranas result
evidente que lo que se requiere por parte de los padres para
hacerse acreedores de esta caracterstica es su inters constante por
aprehender la realidad subjetiva infantil de cada momento (estado
afectivo, deseos vigentes y capacidad de comprensin), y su esfuerzo
por generar respuestas que reconozcan y comenten o elaboren dicha
realidad infantil (Quieres este vaso?, pues no puedes cogerlo
porque se puede romper; toma esta taza. Este cubo podra ser una
casa, quieres que sea una casa? y qu tipo de casa quieres que
hagamos con l?) (Lyons-Ruth, Bronfman y Atwood, 1999; Lyons-Ruth,
Bronfman y Parsons, 1999). Es decir, dilogo colaborativo se refiere
a conocer la mente del otro y a tenerla en cuenta al generar y
regular las interacciones. El proceso de alcanzar un reconocimiento
intersubjetivo adecuado a lo largo del desarrollo exige una atencin
inmediata a las iniciativas infantiles que se producen en la
interaccin, porque mediante esas iniciativas el nio comunica sus
propsitos particulares y generales (motivaciones) junto con las
estructuras de significacin que esos propsitos llevan asociadas.
Sin el reconocimiento por parte de una persona de las iniciativas o
comunicaciones de otra no cabe intersubjetividad ni regulacin
didica. Adems, los vdeos realizados a padres y nios durante el
primer ao muestran que los padres arman el andamiaje que sostendr
la capacidad del nio de articular y comunicar sus estados mentales
antes de que ste la logre y la pueda practicar por s mismo. As, el
progenitor induce al nio a adoptar un papel de compaero de
comunicacin (basndose en la capacidad preadaptativa infantil de
participar como compaero social), por medio de responder
cuidadosamente a cada iniciativa infantil no lingstica con intencin
comunicativa, y adoptando el papel infantil en la comunicacin hasta
que el nio sea capaz de ocupar su propio lugar. Por ejemplo, con un
beb de dos meses: Ese ruidito significa que tienes hambre? A lo
mejor tienes hambre, vamos a ver si quieres un poco de agua, no?,
agua no?, y qu tal zumo? Ah, eso s que te gusta. La bondad del
ajuste de la actividad parental de sostn depende de la habilidad de
los padres para captar cabalmente las capacidades cognitivas, las
preferencias y aversiones y el reconocimiento de las experiencias
del pasado que se encuentran presentes en el nio. El hecho de que
este conocimiento sea de ardua adquisicin, slo aproximado en el
mejor de los casos, erizado de dificultades y sujeto a revisin
constante, lo convierte en todo un reto, susceptible de sufrir
distorsiones y falsas atribuciones por parte de los padres. Es
imposible conocer completamente la mente de otro. La dificultad
inherente a ese conocimiento implica necesariamente que la
comunicacin est cuajada de errores y necesite mltiples
procedimientos para deshacer la ambigedad de ciertos mensajes, para
detectar y corregir los malentendidos que surjan, y para corregir
los fallos importantes de comunicacin: qu pasa?, no quieres el
osito?, quieres la manta?, tampoco?, te duele el diente que te est
saliendo? A lo mejor es que ests cansado.... De manera que la
empata no debe entenderse simplemente como la captacin que una
persona tiene del estado mental de otra, sino como el resultado
complejo de una serie de habilidades comunicativas para indagar y
decodificar la realidad subjetiva del otro. El trabajo de
investigacin evolutiva, pues, por primera vez nos est
proporcionando acceso sistemtico a los detalles de los procesos
interactivos entre los progenitores y el nio, ya sean colaborativos
y flexibles o incoherentes y rgidos. La investigacin evolutiva
sobre las relaciones de apego tambin ha permitido observar las
caractersticas del dilogo con el nio que se asocian con la
flexibilidad y la elasticidad en el curso del desarrollo posterior
infantil. Hay una abrumadora coincidencia a lo largo de los
trabajos de investigacin y de las diversas tradiciones
investigadoras. Los sistemas de comunicacin evolutiva se asocian
con resultados positivos del desarrollo infantil en estos casos:
cuando se abren a la gama completa de comunicaciones afectivas
(vase, por ej., Ainsworth y cols., 1978); cuando incluyen las
iniciativas de ambos participantes en un dilogo equilibrado y
recprocamente regulado (Baldwin, Cole y Baldwin, 1982); cuando se
caracterizan por transacciones activas con correccin de fallos,
malentendidos y conflictos de intereses (Tronick, 1989; Crockenberg
y Litman, 1990); y cuando el miembro ms evolucionado consolida el
sistema de comunicacin hacia formas ms flexibles e inclusivas (por
ej., Wood, Bruner y Ross, 1976). Dichos resultados positivos
incluyen relaciones interpersonales cargadas con un tono emocional
positivo, as como modelos procedimentales actuados que son vlidos
para llevar a cabo relaciones coherentes, integradas, flexibles y
abiertas a la informacin nueva (para una revisin de esta
literatura, vase Bretherton, 1988). En base a estos trabajos
recientes sobre los procesos de comunicacin en el desarrollo
temprano, la comunicacin coherente en una relacin relacionada con
el desarrollo se describe como poseyendo las siguientes
caractersticas: 1. Estructuracin activa del dilogo con la finalidad
de poner de relieve las carencias, necesidades, puntos de vista y
preferencias del nio, tanto actuales como emergentes: se admite de
manera explcita la dificultad y la importancia de conocer la mente
del otro. 2. Bsqueda activa de reparacin de los malentendidos: se
hace evidente la necesidad de una mutua contribucin a la regulacin
del dilogo y a la reparacin de los equvocos. 3. Elevacin activa del
dilogo a nuevos niveles de conciencia por parte del interlocutor ms
desarrollado: aparece la paradoja de que la relacin est regulada de
manera recproca a pesar de la asimetra evolutiva. 4. Compromiso y
lucha activos junto al nio en los periodos de reorganizacin y
cambio de la percepcin propia y de los otros, con atenta
reevaluacin del peso de las iniciativas y de la capacidad de
dirigir la relacin por parte del nio: aparece la paradoja de que
las iniciativas de la relacin estn equilibradas a pesar de la
asimetra de poder. La investigacin sobre el apego ha venido a dejar
patente que los encuentros que tienen que ver con el apego y se dan
en relaciones de intimidad social son regulados por modelos
internos operativos o representaciones procedimentales actuadas
sobre cmo hacer cosas con otros (vase una revisin en van
Ijzendoorn, 1995). En el nivel del adulto, estos modelos se
aprecian en el discurso verbal del adulto, tal como lo describe la
Entrevista de Apego para el Adulto (Adult Attachment Interview,
Main, 1993). Sin embargo, el hecho de que se observen en el dilogo
verbal no significa que el sujeto tenga una representacin simblica
de los modelos en s mismos, aun a pesar de que puedan ser
representados simblicamente por el investigador que observa o por
el psicoanalista. Adems, esta investigacin ha dejado sentado que
esos modelos se pueden observar en su funcionamiento en las
transacciones cuidador-nio, que comienzan a tener representacin al
principio de la vida en forma implcita procedimental, y que se
accede mentalmente de nuevo a ellos en los encuentros sociales
nuevos (para revisiones, vase Bretherton, 1988, y Lyons-Ruth,
1991). En ausencia de cambios importantes en las relaciones de
proximidad, estos modelos tienden a persistir en la adolescencia y
en la vida adulta (vase Main, 1993). Este trabajo est empezando a
poner de manifiesto el isomorfismo parcial entre proceso y
estructura, entre medio y mensaje, entre las caractersticas del
dilogo relacional y las caractersticas del procedimiento relacional
actuado resultante. De ese modo, la investigacin sobre el apego
proporciona un soporte emprico general al constructo psicoanaltico
de objetos internalizados, a la vez que recalca el origen temprano
de estos modelos en las transacciones relacionales que se producen.
Sin embargo, la internalizacin ocurre en un nivel presimblico, con
anterioridad a la capacidad de evocar imgenes o representaciones
verbales del objeto. Por lo tanto, la forma primaria de la
representacin tiene que ser, no de palabras o imgenes, sino de
procedimientos relacionales actuados, que gobiernan el cmo hacer, o
lo que Stern y cols. (1998) han denominado saber implcito
relacional (vase tambin Lyons-Ruth, 1998). La representacin actuada
y el inconsciente implcito procedimental Si los objetos son
internalizados ya desde los primeros meses de la vida, no
simplemente como una manera de manejar los objetos malvolos, tal
como Fairbairn (1952) haba propuesto, sino dentro del proceso de
desarrollo normal, entonces se necesita un lenguaje y un conjunto
de cosntructos para aprehender cmo se representan estos objetos y
cmo cambian sus representaciones en el curso del desarrollo. Una
teora vlida tambin tendr que admitir una perspectiva de la
naturaleza individual e idiosincrsica de la experiencia vital y las
elaboraciones personales de las estrategias actuadas, de la fantasa
interna y de los significados simblicos que marcan al individuo.
Puede la ciencia cognitiva del desarrollo converger con el
pensamiento psicoanaltico para crear una teora general de la
representacin relacional actuada segn se despliega desde los
primeros meses de la vida? La teora psicoanaltica y la ciencia
cognitiva coinciden en afirmar que los sistemas de significacin
incluyen elementos tanto de experiencia consciente (por ejemplo,
verbalizables o susceptibles de recibir atencin) como inconsciente
o procesada de forma implcita. En la ciencia cognitiva moderna,
procesamiento implcito se dice de la actividad mental que es
repetitiva y automtica, que permite hacer clasificaciones y tomas
de decisin rpidas, y que opera fuera del campo de la atencin
focalizada y de la experiencia verbalizada (vase, por ejemplo,
Marcel, 1983; Rumelhart y McClelland, 1986; Kihlstrom, 1987).
Aunque no se mencione en la literatura cognitiva, el procesamiento
implcito puede ser de gran relevancia para el manejo rpido y
automtico de las claves emocionales no verbales, las cuales son
reconocidas y representadas en la temprana infancia en
proto-dilogos sociales complejos (Trevarthen, 1980), y como tales
encuentran sus orgenes antes de que la la comunicacin simblica est
disponible. Los investigadores cognitivo-evolutivos tambin
consideran que el pensamiento incluye procedimientos tanto
conscientes como inconscientes o implcitos (Fischer y Pipp, 1984).
Ahora bien, los investigadores del desarrollo no equiparan tan
fcilmente procesamiento implcito y tomas de decisin ms repetitivas
y superficiales (1984). Por ejemplo, Fischer y Pipp (1984) se
declaran especficamente en contra de igualar el procesamiento
inconsciente al inconsciente evolutivamente primitivo de Freud,
argumentando en contra que el pensamiento inconsciente no permanece
esttico durante la infancia, sino que muestra desarrollos
sistemticos que corren estructuralmente en paralelo con los
desarrollos del pensamiento consciente (pg. 89). La literatura
neuropsicolgica aborda la cuestin de las formas diferentes y
paralelas del procesamiento mental desde el estudio de adultos con
dao cerebral, y llega a una conclusin coincidente. Schachter y
Moscovitch (1984) sealan que la realidad psicolgica y neurobiolgica
de mltiples sistemas de memoria es... consistente con una gran
amplitud de datos procedentes de la la psicologa cognitiva, la
neuropsicologa, la psicologa fisiolgica, y nosotros sostenemos que
tambin de la psicologa del desarrollo (pg. 175). Sostienen que
existen al menos dos formas distintas y diferenciables de memoria
(pg. 174), una memoria procedimental, con varias denominaciones, y
una memoria declarativa (Cohen y Squire, 1980), un saber cmo es
algo frente a un saber que algo es (Cohen y Squire, 1980), una
memoria perceptiva frente a una memoria autobiogrfica (Jacoby y
Dallas, 1981), una memoria en sentido amplio frente a una memoria
en sentido restringido (Piaget e Inhelder, 1973), o una memoria
implcita frente a una memoria explcita (Schacter y Buckner, 1998).
La forma implcita de memoria, que se describe como un saber cmo es
algo, se refiere a la adquisicin de habilidades, mapas y respuestas
adaptativas reglamentadas, todos los cuales se evidencian en la
conducta, pero permanecen inconscientes porque no estn
representados en forma simblica y raramente son plenamente
traducidos al lenguaje verbal; la forma explcita de memoria,
descrita como un saber que algo es, supone un conocimiento simblico
o de imgenes que permite que los hechos vividos o experiencias sean
convocados a la luz de la conciencia, en ausencia de las cosas a
las que se refieren. No es ninguna sorpresa para los psicoanalistas
que la esfera de conocimiento que resulta accesible a la conciencia
a travs de la representacin consciente apenas constituya ms que una
pequea parte de la base de conocimientos adaptativos que el
individuo adquiere. Si bien por un lado es cierto que las formas de
conocimiento procedimental y declarativo explcito se interpenetran
mutuamente en el funcionamiento adulto normal, los estudios de
adultos que sufren de amnesia por una variedad de etiologas
neurolgicas, al igual que los trabajos sobre nios normales,
demuestran la disociabilidad potencial de ambas formas de
conocimiento. Por ejemplo, el rendimiento de los sujetos amnsicos
al tener que completar palabras fragmentarias mejora por la
exposicin previa a la lista de palabras tanto como mejora el
rendimiento de los sujetos normales. Sin embargo, se ve gravemente
daada la capacidad de los sujetos amnsicos para decir si han visto
una palabra especfica antes de realizar la tarea o, incluso, para
decir si han visto antes la lista de palabras. El saber implcito
procedimental se acumula en ausencia de todo recuerdo consciente
(conocimiento declarativo) de la experiencia misma de aprendizaje.
Efectos similares de aprendizaje se producen en ausencia del
recuerdo consciente a la hora de realizar tareas an ms complejas,
como el ensamblaje de un rompecabezas, aprender a aplicar una regla
matemtica complicada (la regla de Fibonacci), o aprender a
solucionar el puzzle de la Torre de Hanoi (Schachter y Moscovitch,
1984). Schachter y Moscovitch (1984) mencionan ejemplos ms prximos
al mbito de inters de los psicoanalistas, como la paciente de
Claparde (1911) que rehus estrecharle la mano sin saber por qu lo
haca. Fue incapaz de recordar que el da anterior se haba pinchado
con un alfiler que Claparde esconda en la mano que le tendi. En
otro caso, a un sujeto amnsico se le contaron historias inslitas en
referencia a una serie de dibujos que tena delante. Al da siguiente
el sujeto fue incapaz de recordar que se le haban contado las
historias, pero con toda coherencia les puso a los dibujos unos
ttulos que reflejaban fielmente los temas de esas historias. Los
psiclogos cognitivos siguen luchando con las numerosas cuestiones
implicadas en lograr una especificacin mayor de estos sistemas
disociables de la memoria (vase Anderson, 1982; Schachter y
Buckner, 1998). Sin embargo, por lo que atae a este artculo, estos
datos dejan claro que el saber implcito, operando por fuera de la
conciencia, juega un papel fundamental en el funcionamiento tanto
del adulto como del nio. Es ms, se producen en la vida adulta
aprendizajes complejos a travs de mecanismos implcitos
procedimentales, aprendizajes que no estn mediados por la traduccin
de saber implcito a formas simbolizadas o conscientes, aun cuando
pueda haber palabras o imgenes formando parte del proceso de
memoria procedimental. Resulta particularmente relevante para
nuestro inters actual el hecho de que algunos procesos que ejercen
influencia sobre el saber procedimental tengan escaso efecto sobre
la memoria declarativa (por ejemplo la modalidad del aprendizaje
inicial), al igual que algunos procesos que influyen sobre la
memoria declarativa apenas afecten al aprendizaje implcito (como el
intervalo de demora despus del aprendizaje inicial y el nivel de
procesamiento implicado en el aprendizaje inicial). Basndose en
todos estos datos, Schachter y Moscovitch (1984) sostienen que
existe una relativa independencia entre los dos sistemas de
memoria. La consecuencia para nuestro presente debate es que es
posible que el cambio en las formas procedimentales implcitas de
saber relacional se produzca a travs de mecanismos relativamente
diferentes que el cambio en las formas declarativas de
conocimiento. La literatura psicoanaltica reciente aboga por una
participacin creciente del analista, en parte debido a la creciente
impresin de que accedemos mucho mejor a estos saberes implcitos
actuados, ya sean los propios como los del paciente, en un marco ms
participativo. Esta atencin emergente que recibe el inconsciente
procedimental implcito es congruente con la investigacin cognitiva
moderna, pero todava no se han elaborado sus implicaciones para los
modelos previos del inconsciente. Esos procedimientos implcitos
actuados para estar en relacin con otros son cruciales para el
trabajo teraputico, pero no resultan bien aprehendidos por las
antiguas divisiones entre proceso primario y secundario, entre yo y
ello, entre verbal y no verbal, e incluso por el constructo del
inconsciente dinmico. Con frecuencia los procedimientos implcitos
relacionales no son ni conscientes y verbalizables, ni tampoco
reprimidos en sentido dinmico. No se los puede reducir a pulsiones
o impulsos inaceptables, como tampoco encuentran sus orgenes o su
esencia en la fantasa. Sin embargo, el saber implcito relacional es
susceptible de ser visto en la estructura de las interacciones
fantaseadas y, tambin, en la estructura actuada de las
interacciones reales. Seligman (1995) seala que el preconsciente de
Freud bien puede haber prefigurado este aspecto del inconsciente.
Stolorow, citado por Seligman (1995), ha adelantado la nocin de
inconsciente pre-reflexivo, y Sandler y Sandler (1994) diferencian
entre el inconsciente pasado y el inconsciente presente. Adems, los
Sandler hacen una cuidadosa presentacin de los usos que Freud da a
los trminos inconsciente y preconsciente. Una excelente sntesis de
la literatura sobre memoria procedimental desde una perspectiva
psicoanaltica se encuentra en Clyman (1991).
La investigacin infantil, en particular, nos muestra que, mucho
antes de que las palabras adquieran su relevancia, se adquieren
procedimientos para estar en relacin con otros que varan
notablemente en una serie de dimensiones, como la probabilidad de
implicar a otros en intercambios positivos, o las emociones que se
exhiben o no se exhiben ante los dems, o la informacin social y
afectiva que se recoge de los otros, o la efectividad de los medios
empleados para obtener de los otros ayuda o bienestar. Son
procedimientos que se desarrollan por adaptacin a cuidadores
particulares, y no son necesariamente igual de eficaces para
regular la excitacin fisiolgica interna (Spangler y Grossman, 1993;
Hertsgaard y cols., 1995; Gunnar y cols., en prensa), para
garantizar las actividades de exploracin y dominio (Cassidy y
Berlin, 1994), para adaptarse a la variedad de ambientes de los
grupos de iguales (Lyons-Ruth, Alpern y Repacholi, 1993), o para
relacionarse con los otros en la adolescencia (Kobak y Sceery,
1988). En el trabajo psicoanaltico se presta una cuidadosa atencin
a todas las transacciones que se dan en la sesin, por la necesidad
de comprender los mltiples mapas procedimentales implcitos del
paciente, con su tono particular, su flexibilidad y amplitud de
aplicacin, o con sus discontinuidades y rigideces. Sin embargo, si
el desarrollo no consiste primordialmente en traducir el proceso
primario a formas simbolizadas, sino en desarrollar procedimientos
adaptativos implcitos para estar en relacin con otros en una gran
amplitud de situaciones cargadas de afecto, entonces hacer
consciente lo inconsciente no constituye una descripcin adecuada
del cambio evolutivo o psicoanaltico.Dilogo y defensa Como han
demostrado claramente Ainsworth, Main y otros, los modelos
procedimentales que guan el dilogo afectivo temprano entre los
padres y el nio muestran varios tipos de supresiones y distorsiones
o incoherencias, distorsiones que los analistas han entendido desde
hace tiempo, aplicando un modelo unipersonal e intrapsquico, como
defensivas (Ainsworth y cols., 1978; para una revisin, vase
Bretherton, 1988). Estos trabajos dejan claro que los procesos
implcitos bipersonales son vitales para los orgenes evolutivos de
ciertas defensas. Este trabajo evolutivo, ligando el discurso
afectivo no verbal a la estructura defensiva, refleja el inters
actual analtico en seguir muy de cerca el proceso del dilogo
bipersonal en el seno de la sesin, por su capacidad para hacer
presente las supresiones y distorsiones de los modelos implcitos
relacionales de ambos participantes. En el caso de dilogos
progenitor-nio menos coherentes, las investigaciones sobre el apego
han observado que una posicin caracterial particular, o una
determinada estrategia defensiva, pueden constituir un componente
de un esquema interpersonal mucho ms amplio que ha perdurado en la
vida del paciente durante un prolongado periodo. De ah que a
ciertas estrategias defensivas no se las describa de la mejor forma
si se las considera como resultado de un conflicto intrapsquico
particular o como una determinada perturbacin interpersonal
procedente de un momento especfico del desarrollo. Por ejemplo, la
investigacin sobre el desarrollo ha puesto de manifiesto que la
tendencia que puede presentar un nio a suprimir sus sentimientos de
vulnerabilidad procedentes de la rabia o el malestar y a desplazar
su atencin, alejndola del mbito relacional y dirigindola al mundo
inanimado de los objetos, no debera ser entendida como un estilo
obsesivo procedente de los intentos de control en la temprana
infancia; en cambio, para un considerable nmero de nios (van
Ijzendoorn, 1994), esta posicin es ciertamente evidente en la
conducta infantil a los 12 meses de edad, y tiene relacin con
determinadas formas del dilogo afectivo con los padres que se
despliega durante el primer ao de vida, incluyendo la supresin
parental de la rabia y el malestar ante el contacto fsico cercano
(Main, Tomasini y Tolan, 1979), y las expresiones de falsa sorpresa
parental ante la rabia del nio (Malatesta y cols., 1989). Estas
restricciones del dilogo entre los padres y el nio ya aparecen
prefiguradas en el estilo discursivo parental durante las
entrevistas en torno al apego anteriores al nacimiento de su hijo
(para una revisin metaanaltica, vase van Ijzendoorn, 1994).
Incluso en aquellos casos en los que un acontecimiento traumtico
ocurrido en un determinado perodo evolutivo desempea un papel
patognico crucial, sus efectos fisiolgicos e intrapsquicos
prolongados tienen que ver con la calidad del dilogo postraumtico
que surge entre los padres y el nio en relacin con el
acontecimiento doloroso. Por ejemplo, observaciones recientes
relacionan una reactividad excesiva y prolongada del sistema
adreno-hipotalmico-pituitario de respuesta al estrs con una
capacidad colaborativa mermada en el dilogo entre los padres y el
nio (Sprangler y Grossmann, 1993; Hertsgaard y cols., 1995; para
una revisin de la literatura, vase Lyons-Ruth y Jacobitz, 1999). La
modalidad y calidad de la colaboracin presente en el dilogo con los
padres, por lo tanto, emerger como un potente mediador que va a
determinar si aspectos particulares de la experiencia traumtica van
a quedar excluidos de ser regulados por dicho dilogo. Esta
literatura de investigacin seala que los procesos implcitos
bipersonales deben estar incorporados a cualquier teora del
desarrollo de las defensas. Sin embargo, la mayor parte de la
teorizacin ha permanecido con una orientacin intrapsquica. Los
tericos del apego proponen que los procesos defensivos sean
comprendidos como resultantes de la distorsin, la exclusin o la
insuficiente integracin de la informacin y la experiencia
emocional, y ponen un nfasis particular en la gnesis y la
persistencia de mltiples modelos de experiencia relacional que son
inconsistentes. Desde una perspectiva del apego, Bretherton (1991)
cita a Stern (1985), a Tulving (1972), a Craik (1943) y a otros que
sealan la existencia de un potencial de mltiples modelos inherente
a los sistemas representacionales y de memoria que almacenan la
experiencia humana. Otros enfoques de esta cuestin por parte de los
tericos, tanto del psicoanlisis como del apego, enfatizan el papel
del conflicto y de la intensidad emocional ms que la disponibilidad
de modos diferentes de representacin mental a la hora de entender
la presencia de mltiples modelos incompatibles. Por ejemplo, Main y
Hesse (1990), en su discusin de las conductas del apego
desorganizado/desorientado, ponen el acento en el miedo y el
conflicto, en la medida en que el miedo que suscita la figura de
apego lleva al nio, cuando siente estrs, a activar y a la vez
inhibir las conductas de acercamiento a la figura de apego. El
hecho de que se den la activacin y la inhibicin simultneas proviene
de la naturaleza del propio sistema conductual de apego, que se
activa normalmente en presencia del miedo o la amenaza, pero que
debe ser a la vez inhibido en el caso de que la figura de apego sea
la fuente de la amenaza. Es previsible que aparezca en la vida
adulta un proceso similar a nivel representacional, en el que el
acceso mental a los pensamientos y sentimientos relacionados con el
apego continen siendo a la vez activados e inhibidos. Fonagy (1991)
propone una teora intrapsquica de modelos mltiples algo diferente,
derivada de la teora clnica de las relaciones objetales. En la
teora de las relaciones objetales se han entendido los modelos no
integrados de idealizacin y devaluacin del self y del otro en base
a la defensa de escisin, una defensa vinculada a la presencia de
representaciones particularmente malignas de los otros
significativos (Kernberg, 1976). En opinin de Fonagy, la conciencia
que el nio tiene de la malignidad del cuidador es excesiva para ser
tolerada, y hace que se inhiba la capacidad de reflexionar sobre
los estados mentales del self y del otro, lo que dar lugar a
representaciones no integradas e inconsistentes de las relaciones
esenciales. Fonagy (1991), de manera ms explcita que otros, tambin
seala la regresin evolutiva de las representaciones mentales
resultantes de ese proceso. Ahora bien, la investigacin reciente
del apego sostiene una opinin ms radical de las defensas, desde una
perspectiva socio-constructivista, incluyendo la escisin. Los
investigadores del apego han mostrado, de manera ms patente que
quienes trabajan desde los dems enfoques, la base interactiva que
subyace a las eliminaciones y distorsiones que destacan en
numerosas estrategias relacionales implcitas. Si por parte del
progenitor hay afectos negativos, sobre todo de odio, que produzcan
ataques hostiles, devaluacin intensa, vergenza o retraimiento,
pueden quedar excluidos del discurso en el futuro. Al excluir de la
interaccin los afectos negativos, stos tambin quedan fuera de la
elaboracin y la comprensin, evolutivas e integradas, de las
conductas, las emociones y las experiencias relacionadas con la
rabia, elaboracin y comprensin que podran darse a partir de una
aceptacin e inclusin ms equilibrada en la interaccin y el discurso.
La investigacin del apego ha basado sistemticamente las maniobras
defensivas de la infancia, como por ejemplo la evitacin infantil,
en las respuestas conductuales y afectivas de los cuidadores, cuyos
modelos implcitos relacionales generan a su vez dichas respuestas.
Estas maniobras defensivas interpersonales son entendidas como
interactivas y adpatativas en su origen ms que originadas
simplemente en la esfera intrapsquica. Investigaciones recientes en
nios con conducta de apego desorganizado tambin han conectado estas
formas conflictivas de conducta infantil con respuestas
atemorizadas y dubitativas, o atemorizantes y hostiles, del
cuidador (vase Lyons-Ruth, Bronfman y Atwood, 1999; Lyons-Ruth,
Bronfman y Parsons, 1999). Estas conductas de apego desorganizado
en la infancia tambin son precursoras de que se inviertan los
papeles con el progenitor ms tarde en la etapa preescolar (Main,
Kaplan y Cassidy, 1985). Estas observaciones apuntan a la
dificultad parental de recoger y balancear las iniciativas del nio
con las suyas propias, resultando de ello un colapso del espacio
intersubjetivo en donde solamente prevalecer y ser reconocida la
realidad subjetiva de una de las partes. Dicho colapso del espacio
intersubjetivo de las interacciones entre el nio y sus progenitores
puede tambin ser la causa de la capacidad mermada que los pacientes
borderline tienen para integrar las representaciones en conflicto y
para reflexionar adecuadamente sobre los estados subjetivos,
propios y de los otros, como Fonagy ha sealado (1991).
La comprensin de las defensas como parcialmente enraizadas en la
estructura de los intercambios con los otros significativos
resulta, adems, congruente con el creciente reconocimiento por
parte de los analistas de que las interacciones paciente-analista
ponen en juego las exclusiones o contradicciones defensivas del
saber implcito procedimental del paciente. Actualmente se piensa
que la reflexin compartida sobre las actuaciones (enactments) en el
seno de la terapia constituye una rica fuente de insight sobre este
saber implcito procedimental, incluyendo el recurso a las
distorsiones defensivas y a la exclusin de informacin. La
investigacin del desarrollo ha llegado a demostrar que muchas de
las supresiones y distorsiones que se evidencian en las actuaciones
tienen un origen bipersonal. Parte II: La representacin relacional
actuada y el proceso de cambio Debido a que son los cambios en la
organizacin de los sistemas de significacin a lo que en general nos
referimos cuando hablamos de cambio en el desarrollo y de cambio
psicoanaltico, resultar crucial tanto para la teora evolutiva como
para la teora psicoanaltica el dar cuenta de esos cambios en los
sistemas de significacin. Desde la teora del desarrollo, en
particular, el cambio no puede describirse adecuadamente como
simplemente hacer consciente lo inconsciente. Por el contrario, se
adquieren nuevos modos de estar en relacin con los otros. An no
existe literatura que entre en pormenores al abordar la tarea de
determinar cmo los modelos operativos, los objetos internalizados,
o los significados implcitos procedimentales llegan a ser ms
articulados y complejos a lo largo del desarrollo, o reelaborados
durante el tratamiento psicoanaltico. Un modelo suficientemente
potente de cmo se produce el cambio en el saber relacional implcito
probablemente requerir de una sntesis de insights procedentes tanto
de la ciencia del desarrollo como de la teora psicoanaltica. Un
modelo de la mente basado en sistemas de control Qu puede la actual
ciencia cognitivo-evolutiva ofrecer a la teora psicoanaltica de la
significacin? Las observaciones de la investigacin
cognitivo-evolutiva recogidas desde hace treinta aos vienen a
coincidir con resultados similares procedentes de las neurociencias
y de los estudios sobre la cognicin del adulto en la produccin de
los siguientes insights generales sobre la construccin de los
sistemas de significacin, unos insights que tambin son concurrentes
con la experiencia clnica de la mente y la significacin. 1. La
mente est naturalmente fraccionada, conteniendo sistemas de
significacin a menudo no integrados entre s (vase, por ejemplo,
Fisher y Granott, 1995). 2. El procesamiento mental se produce en
varios niveles en paralelo, a la vez que de manera secuencial
(Marcel, 1983; Fisher y Granott, 1995). 3. Toda actividad adaptada
expresa estructura mental (Fisher, 1980). 4. Todo conocimiento es
en esencia reconocimiento, en la medida en que el aprendizaje nuevo
reorganiza automticamente y hasta cierto punto el aprendizaje
antiguo (Edelman, 1987; Freeman, 1990). 5. Los significados son
co-construidos en interaccin con las mentes y los dispositivos de
una cultura dada (Vygotsky, 1962; Bruner, Olver y Greenfield,
1966). 6. En los mbitos de significacin con una investidura
cultural rica (la aportacin de muchas mentes y dispositivos
contribuyendo a la articulacin mental del mbito) los sistemas de
significacin se desarrollarn creando niveles superiores de
organizacin, es decir, llegarn a articularse e integrarse en
coordinaciones de rango superior y sern procedimentalizadas a fin
de permitir la presencia de ms elementos en la memoria operativa,
todo ello de una manera ms rpida y completa que en los mbitos que
no cuenten con ese respaldo (Bruner, Olver y Greenfield, 1966;
Fisher, 1980; Anderson, 1982). 7. Evolutivamente, las limitaciones
de la memoria operativa y de la velocidad de procesamiento marcan
el lmite superior al grado alcanzable de organizacin de la accin
adaptativa, pero a partir de este lmite superior, el nivel de la
organizacin llevada a cabo variar ampliamente entre los diferentes
mbitos, en funcin del grado de respaldo que tenga la elaboracin
representacional de cada mbito (Case, 1991; Fisher, 1980). 8. Aun
cuando se pueda demostrar la existencia de un grado ptimo de
complejidad de pensamiento en un mbito dado, la utilizacin de ese
grado ptimo puede sufrir notables variaciones, dependientes del
contexto (Fisher y Granott, 1995).
Si estas caractersticas generales del pensamiento son aplicadas
a los modelos operativos e implcitos de relacin, cabe esperar que
la organizacin flexible e integrada de la experiencia implcita
relacional sea especialmente dependiente de la calidad y amplitud
de la participacin de un compaero relacional. Esta dependencia de
la calidad de la participacin del compaero tambin da a entender que
el saber implcito relacional ser particularmente vulnerable al
fraccionamiento y a una insuficiente integracin, si se lo compara
con los dems sistemas de significacin implcita que gobiernan la
conducta relacional. Es decir, la falta de integracin mental puede
deberse no solamente a la existencia de procesos defensivos
intrapsquicos sino, tambin, a la ausencia de relaciones
colaborativas en el seno de las cuales poder articular e integrar
la comprensin relacional y los modos de ser. Puede haber reas de
saber actuado potencialmente conflictivo que permanezcan no
integradas entre s, tal como sucede en la escisin, y tambin puede
haber elementos de saber actuado y de conocimiento simblico que
sean potencialmente conflictivos y que operen en paralelo y sin
integracin conjunta en los diferentes modos de representacin. La ms
reciente teora del desarrollo (Fisher, 1980; case, 1991; Fisher y
Granott, 1995) presenta el modelo actual ms potente para explicar
cmo cambian en el curso del desarrollo los sistemas de
significacin, con sus correspondientes habilidades adaptativas
asociadas que sirven para hacer cosas en el mundo. La moderna teora
cognitivo-evolutiva contempla el desarrollo como un proceso que
incluye la construccin de sistemas de control (o de significacin)
cada vez ms complejos. Estos sistemas de control emergen como
propiedades tanto de la persona como del contexto ambiental en el
que se desarrollan. La cognicin, la accin y las emociones son
productos interrelacionados de esos sistemas de control. La mejor
descripcin actual del cambio que se produce en un sistema actuado
de control pone de relieve los microprocesos graduales mediante los
cuales determinadas habilidades simples del desarrollo, o
procedimientos relacionales actuados, se coordinan con otras
habilidades simples, o procedimientos, para formar estructuras de
pensamiento coordinadas de segundo nivel, las cuales, a su vez, se
coordinarn entre s. Uno tiene que aprender a conseguir ciertos
resultados fiables de cada procedimiento, y en toda una serie de
diferentes situaciones ambientales, para despus coordinarlo con
algn otro procedimiento relacional. Por ejemplo, despus de tener un
conflicto con su madre, un nio de dos aos puede aprender a calmar
su malestar, que puede alcanzar variados grados posibles de
intensidad, recurriendo a una serie de ayudas (pulgar, manta,
abrazo parental, cambio de atencin), para despus coordinar este
procedimiento actuado con un segundo conjunto de procedimientos que
le permitan establecer relaciones ldicas con el progenitor, lo que
generar un conjunto de estructuras compensatorias de control de
segundo nivel, que le llevarn del malestar en la relacin con el
progenitor a un estado de calma y, finalmente, a restablecer la
relacin positiva y el juego. Este procedimiento relacional actuado
podra despus coordinarse con procedimientos que sirven ms para
interactuar con compaeros de juego que con los padres, de manera
que de un conflicto inicial con los padres termine desarrollndose
un sistema de control procedimental coordinado para manejar las
relaciones con los compaeros de juego.
Es importante sealar que aunque se empiecen a usar las palabras
en la primera infancia al servico de los procedimientos
relacionales actuados, la insercin de las palabras en el interior
de los procedimientos no hace que la organizacin del propio
procedimiento sea accesible al pensamiento reflexivo ni a la
representacin verbal. Puede ser que el nio de tres aos sea capaz de
verbalizar el significado de bueno o malo, pero ser incapaz de
representar consciente o verbalmente que inhibe el impulso de
dirigirse a su padre en busca de consuelo cuando el retraimiento
fsico o la frialdad del tono de voz paternos le transmiten
desaprobacin de esa bsqueda de consuelo. La estructura organizativa
de la mayor parte de los comportamientos relacionales permanecer
inconsciente e implcita an cuando el nio incorpore a dichos
procedimientos implcitos palabras y comprensiones nuevas. Fisher
(1980) y Case (1991) presentan en detalle este proceso evolutivo de
una coordinacin gradual de procedimientos ms complejos, integrados
y globales, o estructuras de control, a lo largo de la serie de los
niveles del desarrollo. El lector debe consultar en los trabajos de
Fisher (1980) y Case (1991) sus detalladas exposiciones de cmo
mbitos particulares de saber procedimental se ensamblan, componente
a componente, durante los aos que transcurren desde la infancia
hasta la vida adulta. Sus teorizaciones han ampliado el viejo marco
de referencia piagetiano en varias direcciones, restando valor a
sus estructuras monolticas y jerrquicas al reemplazarlas por
conjuntos de habilidades ms variadas y sensibles al contexto, o
sistemas de significacin modular. Estos sistemas de significacin
modular precisan del apoyo del entorno, pero operan dentro de los
lmites generales que imponen la capacidad de memoria y la velocidad
de procesamiento disponibles en cada nivel de edad. En contra de
las antiguas concepciones, no hay una progresin simple y uniforme
que recorra una serie de etapas, ni la gente opera en la realizacin
de sus tareas en un nivel determinado. Los conjuntos de niveles y
subniveles que Fisher (1980) y Case (1991) describen no
corresponden a pocas del desarrollo, sino que presentan un anlisis
de la complejidad de la tarea, del grado de articulacin mental
implcita necesaria para cumplir un conjunto de acciones
adaptativas. El grado de complejidad de los sistemas de control que
utiliza un determinado nio o adulto es muy variable segn sean las
tareas a cumplir. Se entiende que el desarrollo es un proceso en el
que se despliegan simultneamente una serie de diferentes vas, las
cuales pueden estar coordinadas tan solo vagamente o no estarlo en
absoluto en el grado de articulacin que logran. Es ms, el grado de
complejidad del pensamiento y la accin a lo largo de una va
determinada variar con los factores contextuales de da en da. Para
citar a Fisher: Las personas carecemos de una mente integrada y
bsicamente lgica. Por el contrario, disponemos de mltiples sistemas
de control que operan espontneamente por separado, aunque
potencialmente podamos conseguir que en un momento dado muchos de
ellos se coordinen y se integren (pg. 153). Esta opinin coincide
sin duda con la experiencia clnica, ya que el repertorio relacional
con que cuenta un sujeto para hacer cosas con los otros puede ser
muy discrepante de sus habilidades en otras reas.
Esta incipiente concepcin del desarrollo de la significacin,
modular y sensible al contexto, est en armona con muchos insights
clnicos del psicoanlisis. Se trata de insights que enfatizan las
relaciones integrales entre los sistemas de significacin y la
conducta adaptativa, la naturaleza fraccionaria y atinente al
contexto de los sistemas de significacin tanto simblicos como
procedimentales, la importancia de los compaeros culturales en el
sostenimiento o reedificacin de los sistemas representacionales
hacia formas ms flexibles e inclusivas, y el proceso gradual y
repetitivo, aunque con especificidad individual, por medio del cual
los sistemas de significacin llegan a hacerse ms articulados,
integrados y abarcativos. Los investigadores de este rea, con mayor
especificidad de la que aparece en la literatura del desarrollo,
bosquejan las limitaciones del proceso de elaboracin de los
sistemas de significacin simblica y procedimental en momentos
particulares del desarrollo, y delinean el proceso gradual mediante
el cual los componentes de una tarea o de un mbito de significacin
se van diferenciando y coordinando de forma sistematizada en otros
sistemas ms flexibles e inclusivos. Aunque el lenguaje de la
ciencia cognitiva les suele resultar poco acogedor a los clnicos,
un modelo que recoja la lenta articulacin de un campo de
significacin dentro de un conjunto de limitaciones evolutivas,
probablemente describir bien ciertos aspectos de la elaboracin del
conocimiento relacional explcito e implcito, no solo durante el
desarrollo sino tambin en el curso de la terapia analtica. Tambin
la neurociencia contempornea concibe la organizacin mental como un
avance a travs de la acumulacin gradual de complejidad de las
conexiones neuronales, hasta alcanzar un punto crtico en el que
emerge espontneamente un nivel ms elevado de organizacin (Edelman,
1987). La literatura sobre la neurociencia tambin pone de relieve
la naturaleza idiosincrsica individual de las crecientes
organizaciones neuronales y, a la vez, la convergencia
aparentemente paradjica de esas vas idiosincrsicas en resultados
conductuales tpicos de la especie. Por lo que hace al desarrollo,
terminamos arrivando a un mismo lugar por caminos que pueden correr
muy distantes entre s. Estos modelos de una creciente articulacin y
organizacin de los sistemas neuronales y de los procedimientos
relacionales son susceptibles de proporcionar fundamento a una
empresa psicoanaltica que est enfocada a la significacin y que
parta de perspectivas cientficas actuales, y de crear un suelo
frtil para un dilogo de entendimiento entre las disciplinas
psicoanalticas y del desarrollo. Procesamiento mental paralelo La
reciente conciencia del funcionamiento en paralelo de gran parte de
la actividad cognitiva, y las fuertes restricciones que sufre lo
que puede ser en cada momento el objeto de la atencin sostenida (en
la conciencia), ha llevado a la conclusin general de que el
pensamiento progresa hacia modos formales de elevada complejidad
mediante el desarrollo de procedimientos actuados cuya traduccin no
es fcil, y nunca de forma completa, a un medio verbal recuperable
de forma explcita (vase, por ejemplo, Fisher y Granott, 1995;
Marcel, 1983). La dimensin actuada es ms evidente en territorios
que no se prestan fcilmente a la expresin verbal, tales como la
composicin o la interpretacin musical, las habilidades complejas en
arte o atletismo y la pericia espacial o arquitectnica. Sin
embargo, tambin es propia de los campos cargados al mximo de
simbolismo una creciente complejidad de saber implcito que se
adquiere con la repeticin de la exposicin a la tarea o con el
quehacer continuado, como sucede con la escritura de artculos
cientficos o con el anlisis literario. Otro campo en el que el
conocimiento complejo se construye fuera de un medio
predominantemente verbal lo constituye el saber cmo comportarse en
las relaciones de intimidad, donde los procedimientos para lograr
una hbil interaccin, incorporando una variedad de sutiles claves
afectivas, se desarrollan mediante una serie de coordinaciones
notablemente articuladas e integradas, casi todas por fuera del
conocimiento verbalizable y la conciencia. Es evidente que en tanto
especie poseemos todava una comprensin muy escasa de cmo funciona
la interaccin humana, an cuando la estemos actuando a diario en
grados muy refinados. Incluso en la literatura analtica existe con
frecuencia un gran abismo entre la sistematizacin de los insights
mencionados en los trabajos y las sutilezas y complejidades de lo
que los analistas saben y llevan a cabo de manera implcita en la
clnica. Es decir, el saber clnico implcito tambin opera a elevados
niveles de complejidad fuera del medio de las palabras, a pesar de
lo mucho que se valora en este campo el conocimiento sistematizado
y verbalizable. Para enfatizar que la estructura del pensamiento es
inherente a la accin, Fisher (1980) se refiere a su teora
cognitivo-evolutiva como teora del desarrollo de habilidad. Desde
su perspectiva, la cognicin en cada nivel consiste fundamentalmente
en aprender a controlar un abanico de acciones, ya sean fsicas o
mentales, con el objetivo de lograr un determinado resultado en el
mundo y ms all de la variedad especfica de los efectos ambientales.
Por ejemplo, en el nivel sensoriomotor, entre los 9 y los 12 meses,
el nio aprende a coordinar su foco de atencin con el de la
cuidadora mediante el empleo de una serie de sonidos vocales y
gestos, para redirigir el foco de atencin de ella y que coincida
con el de l, sin importarle la posicin fsica o el motivo actual de
atencin que ella tenga (vase Bretherton, McNew y Beeghly-Smith,
1981). Una habilidad relacionada, pero mucho ms compleja en cuanto
al grado de abstraccin del pensamiento, consistir en coordinar a lo
largo del tiempo las identidades parental y profesional propias con
las identidades parental y profesional del cnyuge, por medio de
negociaciones conjuntas y tomas de decisiones (vase Fisher, 1980).
Estos ejemplos recalcan la estructura mentalmente organizada de
unas conductas que estn a la vez imbuidas de afectividad y al
servicio de las necesidades bsicas de supervivencia. Tanto la
literatura cognitivo-evolutiva, entonces, como la relacionada con
la investigacin del apego, convergen en la nocin de que el saber
implcito relacional es un rea en la que el saber actuado organizado
o procedimental implcito se desarrolla desde los primeros meses de
la vida principalmente fuera del territorio del conocimiento
simblico o verbalizado. Melvin Lewis (1995), discutiendo un caso
relacionado con esta cuestin sobre amnesia y transferencia, tambin
observa una diferencia entre memoria procedimental y la
declarativa, y propone la hiptesis de un cambio evolutivo para
explicar la amnesia infantil. De acuerdo con su hiptesis, ciertas
estructuras tempranas, tales como el proceso primario y el
pensamiento sensoriomotor, permaneceran como tales a lo largo del
desarrollo y se manifiestaran en pautas preverbales, afectivas,
sensoriales y motricas. Por el contrario, las funciones posteriores
de la memoria, especialmente las que implican el empleo del
lenguaje, cambiaran masivamente con el desarrollo. Lewis postula
que el concepto de amnesia infantil como resultado de la represin
podra ser inviable, dado que se pueden recuperar formas no verbales
de los recuerdos desde la infancia en adelante. Llega a la
conclusin de que: La aparente inaccesibilidad verbal podra no tener
nada en absoluto que ver con la represin; podra simplemente
tratarse de que los recuerdos tempranos estn codificados en forma
prelingstica y hemos estado buscando la representacin equivocada de
esos recuerdos muy tempranos, buscando palabras en vez de
respuestas fisiolgicas, conductas y emociones (pg. 410). Si bien su
argumentacin coincide con las opiniones aqu sostenidas en el
sentido de que las representaciones relacionales implcitas se
forjan desde los primeros meses de vida, el modelo que aqu se
propone difiere de esa nocin de un supuesto cambio evolutivo. En la
concepcin del cambio evolutivo, los sistemas representacionales
afectivos y conductuales que no se complejizan con el desarrollo se
oponen a los sistemas verbales que emergen durante el segundo ao y
que s se complejizan. Hay un modelo ms potente y general que el
modelo del cambio evolutivo, y es el de sistemas paralelos. En un
modelo de sistemas paralelos, las representaciones afectivas y
conductuales que guan las interacciones con los otros se continan
complejizando y hacindose ms articuladas con el desarrollo, donde
la capacidad verbal que se va adquiriendo queda incorporada a las
estrategias interactivas, sin que esas estrategias en s mismas
dependan de dicha articulacin verbal. Esto est claramente en
consonancia con la complejidad de los fenmenos transferenciales que
se observan en la clnica. En este modelo, las representaciones
afectivas y conductuales no son pre-verbales: simplemente no son
primariamente verbales. Siguiendo a Bretherton (1991), Stern (1995)
y otros, estos procedimientos implcitos relacionales pueden ser
descritos como organizndose alrededor de una serie de metas locales
y supraordinadas y como incluyendo tanto los procedimientos
interactivos como las redes asociadas de significaciones cognitivas
y afectivas que conllevan. Estos esquemas relacionales
multivalentes incluiran no solo significados cognitivos verbales o
verbalizables si estuvieran disponibles, sino tambin un rico
entramado de fantasas en forma de imgenes, sensaciones fisiolgicas
cargadas de afecto y el saber relacional implcito sobre cmo esos
significados y fantasas se relacionan con las acciones sociales.
Las conexiones integrales entre la cognicin y la valoracin o
sentimiento que este modelo requiere, tambin las han sealado
Damasio (1994) y Edelman (1987) sobre la base de la ltima
investigacin en neurociencia. Tambin Stern (1995) ha delineado
recientemente la naturaleza multidimensional de los esquemas
relacionales tempranos segn aparecen en la psicoterapia
infanto-parental. Si las representaciones de cmo hacer cosas con
los otros integran significaciones semnticas y afectivas con
procedimientos conductuales/interactivos, en ese caso se podr
acceder a un determinado procedimiento implcito relacional por
mltiples rutas, y el cambio representacional podr ponerse en marcha
a partir de cambios ocurridos en la experiencia afectiva, en la
comprensin cognitiva o en los encuentros interactivos, sin que haya
necesariamente que asignar un estatuto privilegiado a ninguna
dimensin particular, como por ejemplo la interpretacin. Stern
(1995) ha sealado algo relacionado con esto al referirse a la
psicoterapia infanto-parental, donde la intervencin del terapeuta
puede dirigirse a la representacin que los padres tienen de su
propia experiencia, a la relacin transferencial de los padres con
el terapeuta, o a la propia interaccin entre los padres y el nio.
Se espera que la movilizacin del cambio por medio de ms aspectos
simultneos de este espectro multidimensional de esquemas de
pensamiento, emocin y accin mejorar la efectividad del proceso de
cambio, siempre que se respeten los ritmos y los momentos adecuados
para no sobrecargar al paciente. Estructura de la tarea en el rea
relacional: un elemento comn al cambio evolutivo y al cambio
psicoanaltico Como resultado de la creciente influencia de la
investigacin sobre la infancia, los tericos del psicoanlisis se
cuestionan en qu medida la dada padres-beb, o ms tarde padres-nio,
proporciona una analoga vlida para la dada teraputica (por ejemplo,
Mitchell, 1988; Wolff, 1996). En concordancia con los trabajos de
Fisher y Case, sugiero que un elemento estructurante esencial y
comn al cambio en el desarrollo y al cambio en el tratamiento
psicoanaltico consiste en la estructura de la tarea intrnseca al
proceso de llegar a conocer la mente de otro. Ambos cambios, el
inherente al desarrollo y el psicoanaltico, referidos a cmo se
comporta uno en las relaciones de intimidad, se producen dentro de
los lmites de una serie de diferenciaciones e integraciones
necesarias para la construccin de los procedimientos colaborativos
que rigen las conductas en las relaciones. Las entidades mentales
en continua construccin evolutiva y que se organizan en rangos
superiores, descritas por Fisher y Case en trminos abstractos, han
sido estudiadas en relacin a la habilidad progresivamente ms
compleja que el nio va adquiriendo para conceptualizar la actividad
de otras mentes (vase Hobson, 1993; Selman, 1980). La literatura
existente sobre las teoras de la mente que el nio desarrolla,
ilustra la capacidad que el nio despliega para pensar sobre el
pensamiento, incluido el propio. La funcin de auto-reflexin, que
Fonagy (1991) en particular ha puesto de relieve, se relaciona
estrechamente, aunque habitualmente con un cierto retraso
evolutivo, con la capacidad para reflexionar sobre la subjetividad
de los otros (Landry y Lyons-Ruth, 1980). Las discusiones
psicoanalticas sobre la representacin suelen incluir la
representacin de los diferentes estados de la subjetividad, de
manera que la emergencia evolutiva de grados sucesivos de pensar
sobre el pensamiento implanta una serie de niveles potenciales de
representacin de los acontecimientos intersubjetivos. El estudio de
la conciencia intersubjetiva, entonces, no es abordable de la
manera ms adecuada posible en trminos de si se ha adquirido
conciencia o representacin simblica propiamente dichas. En su
lugar, tendremos que considerar qu nivel de pensamiento sobre el
pensamiento se ha alcanzado con fluidez y se ha integrado a nivel
procedimental con qu tipos de contextos afectivos y relacionales.
Ya sea en la temprana infancia o en la vida adulta, uno tendr que
empezar por discernir en qu medida su vida mental es similar o
difiere de las de los dems, para llegar despus a comprender la
manera de hacer esas similitudes y diferencias explcitas en el
dilogo y elaborar procedimientos para negociar con el otro a la luz
de las diferencias. El nio en crecimiento debe elaborar esas mismas
comprensiones. En las literaturas del desarrollo, cognitiva y
psicoanaltica, todava son pobremente descritas y comprendidas las
caractersticas esenciales de los sistemas de significacin, tanto el
verbal como el implcito procedimental, que constituyen el mbito de
los conocimientos relacionales. Los trabajos evolutivos sobre las
teoras de la mente que el nio genera (vase, por ejemplo, Carpenter,
Nagell y Tomasello, 1998; Hobson, 1993), los estudios sobre los
dficits relacionales que caracterizan a los autistas (por ejemplo,
Hobson, 1993) y la investigacin sobre la comprensin social de los
nios (Selman, 1980), aportan ciertos detalles desde la literatura
de investigacin. El rico acervo de trabajo descriptivo
psicoanaltico sobre los trastornos graves del carcter tambin
contiene en potencia una teora de cmo se elabora el mbito del
conocimiento intersubjetivo o permanece sin elaborar, bajo
condiciones normales o anormales (por ejemplo, Fonagy, 1991). Sin
embargo, esta recopilacin de de trabajos debe ser antes depurada de
supuestos evolutivos hoy insostenibles (por ejemplo, Westen, 1990;
Lyons-Ruth, 1991). El trabajo psicoanaltico sobre la organizacin de
los mundos intersubjetivos de los pacientes infantiles y adultos, y
la investigacin evolutiva sobre la construccin de la comprensin
intersubjetiva, constituyen focos complementarios que iluminan un
territorio subyacente comn de conocimiento. Desde la perspectiva de
esa estructura comn que aqu es presentada, la relacin
progenitor-nio no es una metfora de de la relacin adulto-paciente,
ni viceversa. En cambio, ambas ofrecen vas nicas, aunque
convergentes, para describir cmo los seres humanos co-construyen un
conjunto de procedimientos y comprensiones para conciliar el mbito
intersubjetivo. La comprensin de cmo la mente construye el mbito
intersubjetivo, ya sea en la infancia o en la adultez, les resulta
crucial tanto al psicoanlisis como a la ciencia evolutiva. En esta
perspectiva, el cambio psicoanaltico y el evolutivo se producen a
partir del interjuego dinmico de las mltiples restricciones
impuestas por la estructura de las tareas intersubjetivas, por la
capacidad de la memoria operativa, y por la calidad y amplitud de
la participacin de los miembros de la interaccin. Este enfoque
constructivista y complejo nos permite alejarnos de una visin
monoltica, secuencial y evolutiva. Adems, nos permite percibir las
similitudes de los procesos de cambio evolutivo y psicoanaltico, no
en trminos de regresin del adulto o fijacin a etapas de la primera
o segunda infancia, sino en trminos de las condiciones, comunes a
los seres humanos de cualquier edad, que han de darse a la hora de
abordar y progresar hacia el dominio de las tareas complejas
implicadas en la negociacin con otras mentes. Rasgos especficos de
los sistemas de control relacional Ahora bien, los tericos del
psicoanlisis y los investigadores de la infancia pediran la
inclusin de varios aadidos a estos modelos cognitivos de la
construccin de significacin. Tanto los tericos del anlisis como los
investigadores de la infancia llamaran la atencin sobre los
problemas especiales que supone la necesidad de conocer a otra
mente y ofrecerse a ser conocido por ella, una condicin que
constituye un prerrequisito para la construccin de los sistemas de
significacin relativos a cmo estar con los otros. La elaboracin de
las nociones de intersubjetividad, o cmo dos mentes interactan
entre s, constituye un proceso de colaboracin intrnseca que depende
de que una mente sea razonablemente capaz de conocer por lo menos a
otra mente ms. Esta colaboracin intersubjetiva necesariamente
ampliada es susceptible de crear contextos singulares e
idiosincrsicos en el seno de los cuales se elaboren los sistemas de
significacin interpersonal, en contraste con los mltiples ejemplos
de regularidad estable que caracterizan a las transacciones con el
mundo fsico. De manera que la disponibilidad de un contexto de
aprendizaje en el que se elaboren las significaciones
intersubjetivas se encuentra fuertemente condicionada por la
frecuencia y calidad particular de la participacin del otro
integrante de la comunicacin, en lo que Tronick (1998) ha
denominado la expansin didica de la conciencia (cf. tambin Sander,
1995). Los tericos del psicoanlisis tambin sealaran en particular
los potentes sistemas de motivacin, acompaados de sus intensos
afectos concomitantes, que afectan a la elaboracin de las
significaciones intersubjetivas con mayor fuerza que a la
elaboracin de de la conceptualizacin del mundo fsico. La segregacin
de las significaciones asociadas con intensos afectos negativos ha
recibido el inters de la observacin psicoanaltica desde sus
comienzos. Hasta el da de hoy, los investigadores cognitivos no han
intentado desarrollar un anlisis detallado de los sistemas de
significacin que guan las relaciones de intimidad. El propio trmino
cognitivo inteligencia sensoriomotriz es desacertado para reconocer
la existencia temprana en la infancia de un sistema de comunicacin
afectiva generado por la elaborada y expresiva musculatura facial
que aparece nicamente en la especie humana (Izard, 1978). Adems de
las coordinaciones sensoriomotrices, de complejidad creciente, que
se ensamblan a lo largo de los dos primeros aos de la vida, se dan
tambin coordinaciones emocionales e interpersonales, de progresiva
complejidad, que se van co-construyendo despus, como seala en
particular la literatura del apego, al igual que los estudios
relacionados de Tronick, Sander y Stern. Lo ms probable es que
estas coordinaciones, progresivamente ms complejas, entre accin
interpersonal y conciencia intersubjetiva, sigan las etapas
microevolutivas de la articulacin de los sistemas de significacin
que describen Fisher y Case. El hecho de que las primeras lecciones
prolongadas en conciencia intersubjetiva se reciban generalmente
junto a una figura de apego, cuya presencia y participacin son
necesarias para la supervivencia del nio, hace que esos
intercambios estn imbuidos de intensa emocionalidad. La literatura
cognitiva an no ha contemplado con ninguna profundidad cmo el
desarrollo de los sistemas de significacin resulta organizado,
fragmentado o distorsionado por estos sistemas emocionales (pero
vase Damasio, 1994). Sin embargo, es probable que las
caractersticas afectivas, al igual que las caractersticas
cognitivas, resulten de importancia central en la psicopatologa. La
complejidad del razonamiento verbalizable sobre los dems que uno
posea, y quizs tambin la de su saber implcito procedimental, no
mantiene una relacin directa con la psicopatologa. El razonamiento
verbal sobre los otros puede estar altamente desarrollado y
coexistir junto a aspectos caracteriales graves y conductas
desadaptativas (vase el trabajo de Selman, 1980). La labor
teraputica parece consistir en la identificacin de las modalidades
de proceder, o de las suposiciones sobre los otros, que son
desadaptativas fuera de un contexto inicial de aprendizaje pero que
pueden ser o no menos complejas. En cambio, pueden estar ms
impregnadas de rabia o miedo, menos integradas con otros saberes
procedimentales, pueden ser menos eficaces en la modulacin de las
respuestas al estrs fisiolgico interno, y es probable que impliquen
interpretaciones atemorizadas u hostiles de la conducta de los
otros. La desconstruccin de los modos complejos pero desadaptativos
de estar con los otros, junto a la co-construccin simultnea de
nuevos modos de estar en compaa que sean ms adaptativos pero
igualmente complejos, seguramente incluir un lento periplo
compartido, realizado a base de una serie de encuentros
intersubjetivos que vayan catalizando la construccin de nuevos
sistemas de control. Se hace necesario un modelo que integre los
procesos motivacionales y afectivos con la articulacin creciente y
la organizacin de las estructuras de control relacional.
Contemplado desde la perspectiva evolutiva, el mbito del saber
relacional se complejiza a lo largo del desarrollo evolutivo, en
mayor medida por procesos de aprendizaje y observacin participativa
que a travs de la instruccin oral. Queda por explorar a fondo si el
proceso gradual de diferenciacin y coordinacin de los componentes
de significacin (y accin) que son descritos en la literatura
evolutiva va a resultar til para comprender la construccin
evolutiva o la reconstruccin teraputica del saber implcito
relacional. Ahora bien, tanto los tericos del desarrollo como los
del psicoanlisis tendrn que vrselas con la cuestin de cmo
evolucionan y cambian los sistemas de significacin comprendidos en
el territorio del saber implcito relacional. Conflicto, afecto
negativo y procedimientos actuados fragmentados o disociados Los
modelos procedimentales para estar con los otros se organizan al
principio de acuerdo con el nivel evolutivo de comprensin que est
disponible en los momentos en que toman forma y, pueden o no,
sufrir reorganizaciones posteriores en concordancia con los niveles
posteriores de comprensin. De ah que un procedimiento relacional
implcito, junto con los significados y valores que conlleva
asociados, pueda permanecer a un nivel inicial de representacin o
pueda ser solamente actualizado parcialmente de vez en cuando,
generndose una serie de variaciones coexistentes en los diferentes
niveles subsiguientes (probablemente sta sea la norma en la mayora
de las reas de la experiencia), o finalmente pueda ser
repetidamente abordado y sea reconstruido cada vez con el paso del
tiempo, de manera que las versiones evolutivamente anteriores
resulten en gran parte renovadas (vase Edelman, 1987). Muchos
procedimientos implcitos de este tipo sobre cmo negociar
intercambios cargados de afecto con los otros constituyen una parte
importante del material que se lleva al psicoanalista. Desde la
perspectiva del desarrollo normal, la carencia de articulacin e
integracin de los sistemas representacionales, tanto implcitos como
explcitos, puede tener muchos orgenes, entre los que se encuentran
las limitaciones evolutivas en la generacin de significacin en
determinadas edades, las reglas implcitas familiares de vinculacin
que excluyen formas particulares de relacin, las reglas implcitas
que incluyen acciones procedimentales pero evitan su reconocimiento
verbal, las experiencias traumticas con consecuencias que resultan
amenazantes para otras formas de estar con los otros que son
necesarias para sobrevivir, y finalmente los frecuentes
dislocamientos de la vida humana, en la que pueden aparecer
procedimientos implcitos en cierto modo contradictorios y regir,
por ejemplo, la vida privada frente a la pblica, las relaciones con
los hermanos frente a las relaciones con los amigos o las
interacciones entre los gneros. En la tensin que se establece entre
las metas y necesidades del nio y las respuestas de los diferentes
ambientes que le prodigan cuidados a lo largo del desarrollo surgen
conflictos a nivel de las representaciones implcitas
procedimentales. Ciertamente, pueden existir otras formas de
discontinuidad o limitacin de los procedimientos, pero las ms
relevantes para la teora psicoanaltica son las que se asocian con
las interacciones interpersonales desequilibradas, con la
frustracin de necesidades y con los afectos negativos. Las
respuestas inadecuadas a las metas y necesidades centrales del nio
generan afectos negativos y reas de intercambio que resultarn
excluidas en el futuro de ser negociadas, articuladas e integradas.
As, los trastornos y los desequilibrios en las transacciones
interpersonales son inicialmente isomrficos con las
discontinuidades e inadecuaciones en los procedimientos
relacionales y se asocian con experiencias de conflicto en torno a
la frustracin de las metas principales. No es probable que los
conflictos que surjan entre las metas personales que el nio tiene
por s mismo (tales como preservar una buena relacin con la figura
parental o por el contrario salirse con la suya, o pasar del padre
o por el contrario amarlo) terminen convirtindose en dificultades
duraderas, a no ser que aparezcan conflictos comparables entre las
metas parentales e infantiles que interfieran con su resolucin en
el curso del desarrollo (Fisher y Watson, 1981). Si ha sido posible
tener un acceso flexible, tanto mental como emocional, a casi todos
los niveles de la experiencia en el seno de un dilogo que promueva
el crecimiento, los sistemas de control relacional resultantes
estarn razonablemente bien integrados, con los asuntos
interpersonales resueltos y planteadas y solucionadas en grado
suficiente las metas y significaciones interpersonales que pudieran
ser contradictorias, como para poder negociar razonablemente bien
la vida en el mundo. Pero si muchas metas del paciente fueron
anuladas y quedaron excluidas de la interaccin posterior, los
afectos negativos relacionados con la frsutracin de dichas metas
permanecern sin resolver, adems de que habr representacin de la
afectividad negativa del cuidador hacia dichas metas. Estos puntos
de conflictividad irresuelta sern internalizados como
discontinuidades en los procedimientos implcitos, discontinuidades
que estarn frecuentemente marcadas por las fuertes emociones en
conflicto. De igual manera, si en las relaciones se han actuado las
metas relacionales de tal manera que entren en conflicto con su
reconocimiento, o se han actuado en formas que sean entre s
contradictorias y esas contradicciones no han sido nunca
confrontadas, de ello resultarn representaciones implcitas
procedimentales segregadas, fragmentadas o contradictorias, con
escasas posibilidades de actualizar, articular e integrar formas
implcitas de estar con los otros cuando haya oportunidad de que
aparezcan nuevas capacidades evolutivas (vase Bretherton, 1988). El
trabajo teraputico, entonces, tendr que realizarse alrededor de las
lneas defectuosas que marcan las negociaciones interactivas
fracasadas, alrededor de las metas que permanezcan abortadas, los
afectos negativos sin resolver, los conflictos experimentados y las
representaciones implcitas procedimentales que se encuentren
desarticuladas entre s. El contemplar los objetos internalizados o
las transferencias como sistemas de control relacional que estn
regidos por modelos procedimentales implcitos permite ver con mayor
claridad que los mapas procedimentales implcitos segregados o
fragmentados no solamente estarn imbuidos de emociones
conflictivas, sino que con toda probabilidad estarn
subdesarrollados en varias formas al compararlos con otros
procedimientos que se hayan desarrollado dentro de relaciones
caracterizadas por una comunicacin ms coherente. Por otra parte, se
pueden observar procedimientos que han sido desarrollado bajo las
condiciones de una comunicacin ms restrictiva, para entenderlos no
como subdesarrollados, sino como evolucionados de una manera
diferente, en condiciones en las que se ha dado importancia y se
han impuesto barreras a la expresin libre, con la resultante
segregacin y fragmentacin de los procedimientos de control
relacional. Ahora bien, la eliminacin de las barreras afectivas
ante los nuevos modos de estar con los otros constituye solamente
un aspecto del proceso de cambio; deben desarrollarse nuevos pr