-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 9
1. ESCENARIO Y CIRCUNSTANCIA1
Teddy Crownchield se desplaza raudamente, en automvil, hacia el
centro de laciudad. Su trayecto, la flamante avenida Legua: vista
desde el aire, una lnea queconecta el nuevo extremo meridional
limeo y el antiguo espacio intramuros, alque se ingresa luego de
atravesar el Arco Morisco donado por la colonia espa-ola para las
fiestas del centenario de la independencia nacional peruana
(1921).El narrador no se preocupa por especificar la ubicacin del
domicilio del protago-nista, ya que la descripcin del interior es
suficiente para deducir su estatus y,consecuentemente, localizarlo.
Esta sencilla asociacin entre barrio y clase so-cial es ya un
indicio histrico: un par de dcadas antes habra resultado insli-ta.2
Ambientada en 1928, y publicada en 1934, Duque, la novela de Jos
Diez
El guin de la ciruga urbana:Lima 1850-1940*
Gabriel Ramn Joffr
* Trabajo de investigacin ganador del primer Premio Nacional en
Ciencias Sociales, convo-cado por el Instituto de Investigaciones
Histrico Sociales, en la categora docentes.
1 Este artculo aborda las formas cmo la poltica, el espacio y la
esttica se entrecruzanen Lima, en el trayecto histrico que va de la
adusta Penitenciara al buclico Parquede la Reserva.
2 En Lima colonial, y buena parte de la repblica (siglo XIX), el
estatus no estuvo definidopor la zona residencial, antes bien por
el domicilio. Prevaleca una heterogeneidad socialintraurbana, que
combinaba dos tendencias: el precio del suelo disminua a medida que
sealejaba de la Plaza Mayor. Sin embargo, en una misma calle poda
encontrarse una lujosa
-
Gabriel Ramn Joffr
10 / Ensayos en ciencias sociales
Canseco, presenta una topografa social especfica, hilvanada a
partir de unaserie de detalles urbanos que la hicieron verosmil
como relato y la hacen plena-mente datable en los albores del siglo
veinte limeo.3
Como otras capitales del continente, la peruana estaba
experimentando untrance decisivo (y tpico) de la ciudad moderna
latinoamericana: el abandonodel centro como zona residencial por
parte de las clases altas, la denominadahuida al sur limeo.4 No
obstante, incluso en la novela, el desplazamientoan estaba en
marcha: Carlos Surez, acomodado amigo de Teddy, viva consu abuelo
en una vieja casona de la cntrica calle de San Ildefonso.5 La
nuevasegregacin implicaba la especializacin del centro como espacio
comercial,abigarrada residencia popular y sede de los ms diversos
antros. Entre estosltimos destacaban los fumaderos de opio en el
barrio chino, o los prostbulosde las calles de Patos y del Huevo,
frecuentados por los personajes de lanovela y sus contemporneos.
Precisamente sobre este tpico, el autor intentaevidenciar el
sustento documental de Duque. Incluye una nota a pie de pgina:por
decreto prefectural posterior a la redaccin de la novela los
diversosburdeles haban sido trasladados al incipiente distrito
popular de La Victoria, alsureste de Lima. En una urbe donde todas
las actividades estaban siendodebidamente sectorizadas, la
prostitucin no poda resultar exenta. El parad-jico resultado de la
reforma no escap a Diez Canseco: desplazados a fin dehacer
honorable la zona que abandonaban, los lupanares acabaron
ocupando
mansin junto a una vivienda pauprrima; ms an, muy cerca del
centro haba residen-cias populares. Confirman esta situacin a
inicios del siglo XX: BURGA, M. y FLORESGALINDO, A. (1987) Apogeo y
crisis de la Repblica Aristocrtica. Lima: Rikchay Per,p. 13 y
PARKER, D. (1998) Civilizing the City of Kings: Higiene and Housing
in Lima,Peru, en PINNEO, R. y BAER, J. (eds.) Cities of Hope.
People, Protests, and Progress inUrbanizing Latin America,
1870-1930. Boulder: Westview Press, pp. 166-7.
3 DIEZ-CANSECO, J. (1934) Duque. Santiago de Chile: Ercilla.
Sobre Duque y su vinculacincon la ciudad (como fenmeno literario),
resultan ilustrativos los ensayos de ORTEGA, J.(1986) Cultura y
modernizacin en la Lima del 900. Lima: CEDEP y ELMORE, P. (1993)Los
muros invisibles. Lima y la modernidad en la novela del siglo XX,
Lima: Mosca Azul,Caballo Rojo.
4 Referencias sobre este rasgo de la historia urbana continental
en GUTIRREZ, R. (1983)Arquitectura y urbanismo en Iberoamrica.
Madrid: Ctedra, p. 479 y SCOBIE, J. (1984)The growth of Latin
American cities, 1870-1930, en BETHELL L. (ed.) The
CambridgeHistory of Latin America. Cambridge: Cambridgc University
Press, vol. IV, pp. 256-8, quealuden a situaciones semejantes en
Buenos Aires, Mxico, Quito, Ro de Janeiro, Santia-go, y Sao
Paulo.
5 J. BASADRE destaca el prestigio que la zona tradicional
continuaba ostentando entre lasfamilias acaudaladas y apunta cl
caso del millonario Eulogio Fernandini que en la segundadcada del
nuevo siglo resolvi edificar su mansin en pleno centro. Cf. (1983)
Historiade la Repblica del Per. Lima: Universitaria, vol. IX, 7a.
edicin, pp.375-8.
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 11
todas las calles que llevan nombres de prceres o de santos. A
contraco-rriente del asptico proyecto municipal, los antpodas
(virtud/pecado) resulta-ban simblicamente unidas en el entramado
urbano.6
A diferencia de la escasa historiografa urbana de la poca, y de
la poste-rior, Duque caracteriza socialmente los espacios y he ah
su brillo los articu-la: Teddy va del sur al centro, del buclico
Country Club al cntrico PalaisConcert, de la avenida Legua al
balneario de La Punta, de las canchas del LawnTennis a las camas de
Patos, aprovechando los variados usos de estos retazoslimeos. La
inusitada velocidad del automvil permite abarcar por vez primeraen
su gnero a la urbe en conjunto. Pese a su prolija descripcin de
detalles,los lmites espaciales del ms notable de sus antecedentes
narrativos lasTradiciones peruanas (1872) de Ricardo Palma fueron
siempre mucho msmodestos.7 Esto hace de la sealada ficcin un
privilegiado punto de partidapara interrogarse por el
funcionamiento de la ciudad de entonces, contextonecesario para
comprender la apropiacin de modelos urbanos forneos, in-gredientes
primordiales del guin de la ciruga limea.8
6 DIEZ CANSECO, op. cit., p. 28.7 Es sintomtica la distancia
entre Duque y Julia, o escenas de la vida de Lima (1861) de
Luis Benjamn CISNEROS. En esta temprana novela limea, las
escasas alusiones a la urbeson escuetas. No se describe, ni se
percibe, la ciudad; todo sucede en las casas o al pasar porellas. Y
para colmo con el fin de evitar desplazamientos y descripciones
urbanas? losprotagonistas viven en cuadras vecinas.
8 Adems de los trabajos generales de ROMERO, J. (1976)
Latinoamrica, las ciudades y lasideas. Buenos Aires: Siglo XXI,
RAMA, A.( 1985) A cidade das letras. Sao Paulo: Brasiliensey
GUTIRREZ, R., op cit, se consideran las observaciones metodolgicas,
surgidas a partir decomparaciones latinoamericanas especficas: al
tratar de Belo Horizonte, AgnottiSALGUEIRO, VI. (1995) Revisando
FLAUSSMANN. Os limites da comparao. A cidade, aarquitetura e os
espaos verdes (o caso de Belo Horizonte). Revista U.S.P., 26, pp.
195-205, ha enfatizado en la necesidad de marcar distancias
respecto al modelo originalparisino y especificar elementos (v. g.
avenidas) a fin de establecer comparacionesvlidas; en el caso de
Caracas, ALMANDOZ, A. (1997) Urbanismo europeo en
Caracas(1870-1940,). Caracas: Fundarte, Equinoccio, Ediciones de la
Universidad Simn Bol-var, pp. 25-6 advierte de la necesidad de
contextualizar las ideas urbansticas en el marcode las
importaciones culturales y, por tanto, no limitar la pesquisa a los
monumentos oavenidas imposibles. En sentido anlogo, para Lima se ha
insistido en la importancia deconsiderar las edificaciones en
relacin con los proyectos, Cf. RAMN, O. (1999) Lamuralla y los
callejones. Intervencin urbana y proyecto poltico en Lima durante
lasegunda mitad del siglo XIX. Lima: PromPer-Sidea, pp. 184-5. El
artculo pionero deHARDOY, J. (1987) Teoras y prcticas urbansticas
en Europa entre 1850 y 1930. Sutraslado a Amrica Latina. Revista de
Indias, 47 (179), pp. 187-224, estrictamente lanica aproximacin
especfica en perspectiva continental al tema que nos
convoca,incluye poca informacin sobre la retaguardia del proceso:
las capitales del Pacfico,especialmente de las repblicas
andinas.
-
Gabriel Ramn Joffr
12 / Ensayos en ciencias sociales
Iniciando el siglo XX, Lima era ms que sus extremos, siendo al
medio deltrayecto descrito donde se ubican los ms destacados y
modernos lugarespblicos del momento, con el Parque de la Exposicin
como epicentro. Precisa-mente en una de sus instalaciones, el
renombrado restaurante del Parque Zoo-lgico, el protagonista y
Surez conocern un par de actrices hngaras!: indi-cio del domstico
cosmopolitismo del sector. La capital peruana comenzaba aquebrar
sus lmites virreinales. Por un lado, a travs de una relativa
sintonainformativa con las grandes urbes, que permita una
apropiacin local msacelerada de los modelos culturales en boga. Y
por otro, en trminos urbanos,rebasaba con holgura el espacio
intramuros, intrnsecamente colonial. El mo-mento de negociar otro
centro haba llegado y las indicadas variables seentrecruzaban en la
circunstancia.
Con un ncleo tradicional sumamente regular y denso (y por tanto
difcil deintervenir), una periferia meridional definidamente
residencial, y el resto deincipientes periferias, pauprrimas, el
inters oficial a juzgar por el nfasisconstructivo y la direccin de
los proyectos apunt al concurrido parque ysus alrededores.
Originalmente acondicionado para la magna Exposicin Na-cional
(1872), este complejo contaba con un Jardn Botnico, un Zoolgico
ydiversos pabellones, a los que paulatinamente se iran agregando
monumen-tos, fuentes y otras instalaciones. El apogeo de esta zona
urbana qued ratifi-cado cuando en 1898 fue seccionada por la
majestuosa avenida 9 de Diciembre.Adornada por esculturas de mrmol
y flanqueada por elegantes edificios resi-denciales, esta va
comenzar a funcionar como el bulevar criollo por antono-masia,
opacando al cntrico jirn de la Unin. En menor escala, pero en
elmismo sentido que Ro de Janeiro y Ciudad de Mxico, las
coordenadasestilsticas de la empresa urbana limea fueron explcitas
y constantes. Bajo elinflujo de las grandes exhibiciones
internacionales, el diseo general e inclu-so los componentes del
Palacio de la Exposicin (1872) haban respondido amodelos europeos,
especialmente italianos y franceses. Tres dcadas des-pus, en pleno
auge de la medicina sanitarista, se instal frente a esta
edifica-cin el Instituto de Higiene. Se aprovecharon entonces los
materiales y elformato del pabelln peruano que acababa de
participar en la Gran Exposicinde Pars (1900), construido por el
arquitecto francs Fernand Guillard.9
La descripcin urbana de Duque y el espacio ocupado por el Parque
de la Exposi-cin se ubican al centro del proceso a tratar. Resultan
corolario y prlogo de untrayecto que es preciso esbozar,
recorriendo fragmentos de una ciudad por describir.
9 BROMLEY J. y BARBAGELATA .J. (1945) Evolucin urbana de la
ciudad de Lima. Lima:Concejo Provincial de Lima, p. 96.
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 13
2. EL PRECEDENTE BORBNICO
Las reformas introducidas durante el rgimen borbnico pueden ser
conside-radas como el primer proyecto de modernidad urbana en
Hispanoamrica. Bajoestas pautas, desde la segunda mitad del siglo
XVIII, una serie de edificacionesmarc el panorama limeo. Los
edificios asociados a este ciclo constructivo secaracterizaron por
la concentracin de funciones, lo que consecuentementellev a un
incremento de sus dimensiones. Por las limitaciones espaciales de
latraza en cuadrcula, como por la incipiente adopcin de preceptos
higienistas yde seguridad urbana, buena parte de estos edificios
resultaron exiliados a laperiferia. As sucedi, por ejemplo, con el
coliseo de Gallos (1762), edificacinque se asoci a la regularizacin
de esta actividad ldica, que anteriormente sellevaba a cabo en
cualquier lugar de la urbe. El coliseo se convirti en el espa-cio
exclusivo para su ejercicio, estuvo dotado de amplias instalaciones
paracumplir su cometido y se le ubic cerca de las murallas. Algo
semejante ocurricon la plaza de Toros (1780) o el cuartel de Santa
Catalina (1806), desplazadosex profeso a causa de su magnitud y
funciones. Este proceso fue acompaadopor la paulatina introduccin
del neoclasicismo, manifiesto en edificacionescomo las renovadas
portadas del Callao (1800) y de Maravillas (1807), y laaustera
iglesia de Santo Cristo (1780).
En este ciclo constructivo que incluy al menos veinte grandes
obras,entre nuevas edificaciones y reconstrucciones, la realizacin
ms representati-va result el Cementerio General (1808). Si
tradicionalmente los muertos habansido enterrados en las iglesias,
desde mediados del siglo XVIII al comps deliluminismo las
autoridades metropolitanas determinaron la necesidad de ubi-carlos
a extramuros por razones de salubridad. Para tal fin era necesario
contarcon un espacio adecuado que alojara esta desplazada y
unificada funcin, porlo cual se le ubic a sotavento, al este de la
ciudad, ms all de las murallas.Erigido bajo la direccin del artfice
espaol Matas Maestro, este edificio fueuno de los primeros de su
gnero en las capitales del continente, y materializuna reforma y
una poca. Como el resto de edificaciones, evidenci el cambiode
orientacin arquitectnica colonial, bajo la batuta de un imperio
subordina-do al canon esttico francs.10
1 0 Sobre las construcciones borbnicas limeas, puede verse GARCA
BRYCE, J. (1972) Delbarroco al neoclsico en Lima: Matas Maestro.
Mercurio Peruano 488 (48-68) Lima,y RAMN, O. (1999) Urbe y orden.
Evidencias del reformismo borbnico en el tejidolimeo, en OPHELAN,
S. (ed.) El Per en el siglo XVIIL La era borbnica. Lima:Instituto
Riva Agero, pp.295-324. Respecto al surgimiento de la poltica
higinica
-
Gabriel Ramn Joffr
14 / Ensayos en ciencias sociales
3. LA URBE DEL GUANO (1847-1875)
Concluido el cielo borbnico, la capital peruana experiment un
hiato cons-tructivo de algunas dcadas. La descomposicin del sistema
colonial espaolprovoc que las autoridades limeas abandonaran el
proyecto de renovacinurbana para dedicarse exclusivamente a la
defensa militar del reino. La zozobrapropia de las primeras dcadas
del nuevo rgimen ratific la denominadaruralizacin de la capital.
Como sealan los testimonios del momento, Limatena la faz de una
ciudad arrasada11. A mediados del siglo XIX, gracias a labonanza
econmica obtenida por la exportacin del guano (fertilizante de
ex-cremento de aves), se pudo solventar la constitucin efectiva del
Estado pe-ruano. Para la abandonada capital, esto se tradujo en un
nuevo ciclo construc-tivo (Cuadro 1). Se erigi entonces una serie
de edificios, cuyas caractersticascomunes revelan trazos del
programa urbano del momento.
Primero, tras estas edificaciones pueden identificarse
especialistas que, ha-bindose informado de las novedades del mundo
industrializado, procedieron aimplementarlas en Lima. Mdicos como
Jos Casimiro Ulloa, quien luego deviajar a Francia para conocer las
nuevas tcnicas psiquitricas, propuso la cons-truccin del
manicomio.12 El polifactico abogado Mariano Felipe Paz Soldnrealiz
un periplo por Estados Unidos con el objetivo de conocer las
modalida-des penitenciarias, proponiendo y dirigiendo la ejecucin
de un centro de reclu-sin con el modelo panptico. La apertura
ocasionada por la quiebra del sistemacolonial espaol permiti la
llegada de profesionales de otras naciones euro-peas,
principalmente de Italia y Francia. De las seis grandes obras de
este cielo,al menos tres estuvieron a cargo de italianos, lo cual
no sorprende si se considerael rol preponderante que estos
inmigrantes haban adquirido en el Per.13 Duran-te el gobierno de J.
Echenique (1851-1854) se contrat a los ingenieros franceses
hispanoamericana consltese CLEMENT, J. (1983) El nacimiento de
la higiene urbana enla Amrica espaola del siglo XVII. Revista de
Indias, 23 (171), pp. 77-95.
1 1 El funcionario ingls John MC GREGOR (1845), Bosquejo general
del Per (1847), enBONILLA H. (ed.) Informes de los cnsules
britnicos. Lima: IEP/ FLBIP, p. 163, sintetizabala situacin limea:
Ahora todo da impresin de pobreza y decaimiento, un cambiopenoso de
su anterior esplendor y riqueza. Esta apariencia se poda observar
no slo en laciudad, sino tambin entre los habitantes. Familias
enteras haban sido barridas y sus exservidores, o extranjeros, se
haban convertido en poseedores de sus casas y propiedades.
1 2 RUIZ, A. (1994) Psiquiatras y locos. Entre la modernizacin
contra los Andes y el nuevoproyecto de modernidad. Per: 1850-1930.
Lima, Instituto Pasado y Presente.
1 3 La migracin al Per fue mucho menor que la experimentada en
las costas atlnticaslatinoamericanas. No obstante, result
significativa en trminos de cuadros dirigentes.En 1896, los
extranjeros controlaban 103 de las 113 firmas importadoras limeas,
161
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 15
Emilio Chevalier y Charles Farraguet, y al polaco Ernesto
Malinowski para dirigirgrandes obras de ingeniera. Inmediatamente,
se determin la constitucin de laComisin Central de Ingenieros
Civiles (1852). En 1860 se aprob el Regla-mento para el servicio de
ingenieros y arquitectos del Estado. Ejercieron enton-ces sus
actividades los primeros arquitectos profesionales, como
MaximilianoMimey, Jos Tiravanti, Miguel Trefogli, Domingo Garca y
Manuel San Martn.En 1876 se fund la Escuela de Ingenieros del Per,
a cargo del polaco Eduardode Habich. De este modo, se sentaron las
bases para la formacin de la principalinstitucin tcnica del pas, de
la que egresaran los primeros cuadros de arqui-tectos. Tanto por la
importacin de especialistas extranjeros, como por la instruc-cin de
los artfices locales, se comenzaba a contar con personal capaz de
cons-truir edificaciones de nuevo tipo.14
Segundo, los grandes edificios construidos quebraron el patrn
arquitec-tnico al proponer formas desconocidas, ntimamente
asociadas a los renova-dos contenidos institucionales. Hasta
entonces la arquitectura limea se habacaracterizado por su marcado
carcter regional, producto de la paulatina trans-formacin de las
formas tradicionales. Pese a la presencia de algunos elemen-tos de
carcter industrial, se trataba de una arquitectura emprica y
artesanal,ejecutada por maestros de obra y carpinteros
frecuentemente guiados por elpropietario. Obras como la
Penitenciara, por sus dimensiones y su especializa-da funcin,
requeran un enfoque ms tcnico y racionalizado para su diseo
yejecucin, impensables en manos del artfice tradicional.15 Se
trataba de ingre-dientes, y contenidos. La disposicin en panptico
de la Penitenciara y elHospital Dos de Mayo, las lneas rectas y la
majestuosidad de las fachadas noeran recursos aislados, ya que
estaban asociados a la propuesta disciplinariaasumida por el
Estado. En el frontis, la Penitenciara adopt un estilo severo
de las 196 casas comerciales y 74 de las 92 fbricas. El 10 por
ciento de la poblacinlimea era europea, cuya mitad era italiana.
Segn MORSE, R. (1973) La Lima de JoaqunCapelo: un arquetipo
latinoamericano, pp. 9-45, en MORSE, R. y CAPELO, J. Lima en1900.
Lima: IEP, p. 39. La estatua ecuestre de Bolvar fue confeccionada
por AdnTandolini, el hospicio Manrique por M. Trefogli, el Palacio
de la Exposicin por Anto-nio Leonardi y el Hospital Dos de Mayo por
Mateo Graziani y Miguel Trefogli. Sobre lapresencia italiana ver
VELARDE, 1-1. (1978) Arquitectura peruana. Lima: Editorial
Studium,3ra edicin, p. 409.
1 4 BROMLEY y BARBAGELATA, op. cit., p. 89-90; GARCA BRYCE, J.
(1980) La arquitectura enel virreinato y la republica, en Historia
del Per (Procesos e Instituciones). Lima-Barcelona: Editorial Juan
Meja Baca, vol. IX, pp. 102-103, y LPEZ SORIA, J., (1999)Historia
de la Universidad Nacional de Ingeniera, vol I. Los aos
fundacionales (1876-1909). Lima: UNI, introduccin y captulo I.
1 5 GARCA BRYCE, J. (1967) Arquitectura en Lima 1800-1900.
Amaru, 3, pp. 51-2.
-
Gabriel Ramn Joffr
16 / Ensayos en ciencias sociales
que evocaba su finalidad reclusiva y su inexpugnabilidad,
mientras que alinterior inclua salas donde los presos seran
acondicionados a la disciplina dela produccin durante el da y
celdas individuales nocturnas. Por su parte, elhospital, construido
luego de una epidemia de fiebre amarilla, deba servir paraafrontar
futuros percances masivos. Por ello sus pabellones estaban
dispues-tos de un modo totalmente distinto al de sus antecedentes
coloniales.
Tercero, cada uno de estos edificios sustitua una serie de
pequeos esta-blecimientos de origen colonial: un enorme Matadero
general en lugar de mu-chos y diminutos lugares para beneficiar el
ganado, un Manicomio en vez devarias loqueras, entre otros. Esto
provocaba un rompimiento con las magnitu-des precedentes, como
sucedi con la Penitenciara, que ocupaba casi treshectreas, escala
inusitada incluso para las grandes iglesias coloniales, queadems
conjugaban con el panorama arquitectnico existente.
Cuarto, por motivos semejantes a los esgrimidos durante el ciclo
construc-tivo previo (espacio, higiene, seguridad), muchos de los
edificios de este pe-rodo se situaron lejos del centro, destacando
entre las excepciones el Merca-do Central, que aprovech el extenso
terreno expropiado a las monjas de laConcepcin. Resultaron
desplazados a la periferia el Manicomio (al este de laciudad), la
Penitenciaria (en el extremo meridional), el Hospital Dos de
Mayo(prximo a la portada de Cocharcas). Atravesaron las murallas:
el Mataderogeneral, el Palacio de la Exposicin, la Fbrica de Papel,
la Fbrica de gas y laPlaza Dos de Mayo.
Pese a diferir de sus antecedentes borbnicos, estos edificios
compartanalgunos rasgos bsicos. As por ejemplo la construccin del
Mercado Central(1852) cumpli con uno de los ms preciados anhelos de
las postrimeras colo-niales: la reorganizacin del expendio de
vveres a intramuros. Otra caracters-tica comn fue el ya sealado
exilio a la periferia, aunque la relevante diferenciaestuvo en la
modificacin del rea de proyeccin. Si durante la segunda mitaddel
siglo XVIII se haba privilegiado la zona norte (ribera derecha del
ro Rmac)y este (asociada a la portada de Maravillas y el
Cementerio), durante el cicloguanero prim el sur.16
A la sealada serie constructiva se sum una empresa urbanstica de
granenvergadura: la demolicin de las murallas y la consecuente
reutilizacin de laperiferia. Esta mole de barro que rodeaba la
ciudad se hallaba en franco aban-dono. Entre sus mltiples
proyectos, el empresario norteamericano Henry
1 6 Adems de una serie de edificios (Penitenciaria, Palacio de
la Exposicin, Hospital Dosde Mayo, Escuela de Artes y Oficios,
entre otros) se ubic al sur la primera e inconclusaempresa
urbanizadora republicana (1860).
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 17
Meiggs vislumbr que derrumbarlas y aprovechar el terreno
despejado resul-tara lucrativo. A fin de medir y tasar el rea
implicada, el gobierno comision alingeniero Luis Sad di Carlo, que
haba llegado desde Chile, para encargarse dedirigir el Instituto
Modelo de Agricultura. Posteriormente Meiggs compr lazona y plane
con la asesora de Sad una serie de alamedas de circunvala-cin, de
50 m de ancho, con cinco avenidas paralelas cada una. De esta
granavenida circular, deban partir ramales que llegaran hasta el
centro. Tambin secrearan squares o jardines que adems de ser un
centro de atraccin oreunin son tambin muy eficaces para la
salubridad de una ciudad, comoaseveraba uno de los ingenieros de la
obra. Complementariamente, se planeuna avenida muy ancha, con seis
filas de rboles, que ira desde el Callao hastala plaza 2 de Mayo.
De este modo el puerto se comunicara con la capital, quea su vez
tendra todas sus secciones interconectadas.17
Esta empresa que resume el ciclo guanero, fue posible por la
coincidenciaentre la bonanza econmica y la valorizacin de los
terrenos perifricos,provocada por el crecimiento urbano. La
magnitud del proyecto y su sintonacon el panorama europeo esto es,
su filiacin con las reformas que el barnde Haussmann implementaba
en Pars se explican por el atractivo que ejer-ca Lima entre
inversionistas como Meiggs y por el auxilio del gobierno deJos
Balta.18 Esto no slo permiti la renovacin de los cuadros
profesiona-les, sino la ejecucin de proyectos de avanzada. El
carcter vanguardista deesta empresa explica por qu pese a
interrumpirse se convirti en unaespecie de prlogo de la futura
Lima. El Plano Topogrfico de Sad (1872),elaborado en esa coyuntura,
resume las pautas bsicas del guin urbano delos siguientes ciclos
constructivos.19 Cuan radical sera la serie de reformasimaginadas,
que incluso se plane (sin xito) desplazar el centro vital de
laciudad, es decir, el conjunto de los principales edificios
institucionales, alsur, al futuro barrio de La Victoria.20
1 7 La cita en BRESSON, A. (1874) Las alamedas. Estudio sobre
los trabajos de embellecimientoy de salubridad de Lima. La Patria.
28 abril. s.p. Se incluye informacin de STEWART, W.(1946) Henry
Meiggs. Yankee Pizarro. Durham: Duke University Press, p.
225-7.
1 8 Sobre la indicada filiacin, comprese el mapa de Sad (1872)
con el de Pars reformado(1873). Cf. BENEVOLO, L. (1995) A cidade no
histria da Europa, pp. 190-1.
1 9 Es preciso destacar las notables e inexploradas
correspondencias formales entre elmapa de Sad y el proyecto de
expansin de Barcelona (1858) de Ildefonso CERD (Cf.Frampton, K.
(1980) Modern architecture. A critical history. London: Thames
andHudson, p. 25) y el plano de ciudad de La Plata (1882) (Cf.
GUTIRREZ, Arquitectura yurbanismo en Iberoamrica, p. 508).
2 0 BROMLEY y BARBAGELATA, op. cit., p. 86-87, 88-89.
-
Gabriel Ramn Joffr
18 / Ensayos en ciencias sociales
La tendencia estilstica del ciclo constructivo guanero fue
comentada pordiversos testigos europeos, entre los que destaca el
testimonio del viajerofrancs Charles Wiener, quien visit Per y
Bolivia a mediados de la dcada de1870. Luego de su periplo, este
personaje consultara los trabajos inditos deLeonee Angrand,
diplomtico que haba estado en la capital peruana un par dedcadas
atrs (1847). Luego de criticar la transformacin limea y la prdida
delos valores tradicionales (aludiendo a los bocetos de su
predecesor), Wienerreconoci con nostalgia: Estos dibujos [...] me
pareci que daban una notaque [...] yo ya no poda encontrar. Ms
tarde comprend que este matiz delicadohaba sido desafortunadamente
borrado por el tiempo. Lima progresa y, alprogresar, la adorable
ciudad colonial se europeiza. Las nuevas casas se pare-cen a las
residencias prosaicas de nuestros pequeos rentistas.21
Viajeros posteriores sern aun ms enfticos, equiparando a escala
urba-nstica las transformaciones limeas a las acaecidas en Pars.
Tal fue el casode Andr Besson (1886), quien aludir a la
haussmanisation limea o sucompatriota mile Carrey, quien seal que
... desde hace algunos aos, unatransformacin tan completa como la
operada en nuestras murallas por el Sr.Haussmann, de dudosa gloria,
ha hecho de Lima una ciudad nueva [...] Susfortificaciones se han
convertido en bulevares.22
4. ORQUESTANDO LA GRAN CIUDAD (1895-1930)
Tal como sucediera con el descalabro colonial, la Guerra del
Pacfico (1879-1883) signific un nuevo quiebre del proyecto urbano
limeo. Las imgenesde la destruccin provocada por el ejrcito chileno
en el aristocrtico balnea-rio de Chorrillos son una buena sntesis
del percance sufrido: elegantes ca-sas quemadas y al centro una
plaza con esculturas de mrmol, totalmentearrasada. Luego de la
ocupacin militar de la ciudad, y la conclusin delconflicto, vendra
el perodo de la reconstruccin nacional, que adems de
larehabilitacin de los exteriores urbanos, comenzara a incidir en
los espaciosprivados.
Si anteriormente las novedades haban estado principalmente
restringi-das a los grandes edificios pblicos, en los dos ciclos
constructivos siguien-tes, la Repblica Aristocrtica (1895-1919) y
el oncenio de Augusto B. Legua
2 1 WIENER, Ch. (1880) Prou et Bolivia. Paris, p. 14.2 2 Sobre
Besson ver MACERA, P. (1976) La imagen francesa de1 Per (siglos
XVI-XIX). Lima:
INC, p. 141. y Emile CARREY (1875) Le Prou. Tableau descriptif
historique et analitiquedes tres et des coses de ce pays. Paris:
Garnier Frres, Libraries-diteurs, p. 362.
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 19
2 3 Esta lista necesariamente incompleta ha sido elaborada con
base en la informacin deBROMLEY, J. y J. BARBAGELATA, op. cit. y J.
GARCA BRYCE, La arquitectura en el virreinatoy la repblica. Las
fechas son de inauguracin; por ello, en algunos casos
especfica-mente las avenidas es preciso considerar que su conclusin
result muy posterior.
CUADRO 1PRINCIPALES EDIFICACIONES Y AVENIDAS (1850-1930)23
Ciclo guaneroPlazuela 7 de Setiembre 1847Terminal del
ferrocarril 1851Mercado Central 1852Matadero General 1855Escuela
Normal Central 1857Monumento a Bolvar 1858Manicomio
1859Penitenciaria 1860Fbrica de Gas 1862Hospicio Manrique
1866Escuela de Artes y Oficios 1870Plaza 2 de Mayo 1872Puente Balta
1872Palacio de la Exposicin Nacional 1872Hospital 2 de Mayo
1875
Ciclo de la Repblica AristocrticaQuinta Heeren 1890Barrio Obrero
La Victoria 1896Casa de Correos 1897Avenida 9 de Diciembre
1898Avenida Brasil 1898Avenida La Colmena 1899Renovacin Plaza Mayor
1901Hipdromo de Santa Beatriz 1903Facultad de Medicina
1903Instituto de Higiene 1904Casa Barragn 1904Banco del Per y
Londres 1905Monumento a Bolognesi 1905Casa Courret 1906
-
Gabriel Ramn Joffr
20 / Ensayos en ciencias sociales
Cripta de los Hroes 1908Avenida del Sol 1908Teatro Segura
1909Quinta Alania 1909Estacin Ferroviaria Desamparados 1912Teatro
Coln 1913Casa Fernandini 1913Casa de Depsitos y Consignaciones
1915Almacenes Oechsle 1917Palacio Arzobispal 1917
Ciclo del Oncenio leguiistaTeatro Forero (Municipal) 1920Colegio
Guadalupe 1920Avenida Legua 1921Arco Morisco 1921Monumento a San
Martn 1921Monumento a Washington 1922Parque Universitario
1923Avenida del Progreso 1924Edificio Rmac 1924Sociedad de
Ingenieros 1924Monumento a Petit Thouars 1924Edificios Plaza 2 de
Mayo 1924Museo de Arqueologa Peruana 1924Hospital Loayza 1924Museo
de Arte Italiano 1924Hotel Bolvar 1924Fuente China 1924Fuente
Norteamericana 1924Monumento a Sucre 1924Edificio Minera
1924Monumento al Obrero 1926Monumento a Manco Cpac 1926Country Club
1927Avenida Alfonso Ugarte 1928Parque de la Reserva 1929Banco
Italiano 1929Club Nacional 1929
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 21
(1919-1930), se enfatiz en la descongestin de la traza.24
Durante el primero,la oligarqua ejerci directamente el poder
poltico, mientras que el gobiernode Legua signific un intento de
modernizar la sociedad peruana y redefinirlas relaciones con el
imperialismo. La marcada presencia de Estados Unidosse tradujo en
las obras pblicas incluso urbanas que aumentaron en n-mero y
magnitud. Destac entonces la Foundation Company,
constructoranorteamericana encargada de las principales avenidas.25
Ambos perodostuvieron un decisivo influjo en el panorama urbano
limeo y ms all de losmatices compartieron dos rasgos. Por el lado
de la gran escenografa urba-na, se planearon y ejecutaron enormes
avenidas (de circunvalacin, de pene-tracin y de conexin
interurbana). En lo concerniente a estructura interna, laatencin
estuvo centrada en la vivienda masiva. La preocupacin oficial porla
ubicacin, forma y disposicin de las residencias populares se
convirtien imperativo de una agenda que constataba la insuficiencia
del mero em-bellecimiento estratgico.
Una contradictoria ecuacin parece haber resumido la situacin
residen-cial limea precedente. Durante las postrimeras coloniales
la ciudad habacrecido muy poco en extensin, rasgo que se mantuvo a
lo largo del siglo XIX.Mientras tanto, el nmero de habitantes haba
ido aumentando constante-mente. El paliativo para esta permanencia
haban sido las residencias popu-lares, tanto aquellas expresamente
planeadas con tal funcin (callejones),como las generadas por la
subdivisin de las viviendas pudientes (casas concuartos de
vecindad). En 1839 el nmero de callejones era de 247, duplicn-dose
en las dos dcadas siguientes. Pero este no fue el nico tipo
residencialque se increment, ya que en el mismo intervalo el nmero
de puertas pasde 10,605 a 13,093, y slo dos aos despus a 14,002, en
lo que un comenta-rista de la poca calific de prodigioso aumento.
Conservando su trama, y
Palacio Legislativo fines dcada 1920Edificios de portales de
Plaza San Martn 1930Orfanatorio Prez Aranbar 1930Reconstruccin del
Palacio de Gobierno 1926-38Palacio de Justicia 1926-38
2 4 Sobre la ciudad en este perodo ver MUOZ, F. Diversiones
pblicas en Lima 1890-1920.La experiencia de la modernidad. Lima:
PUCP / U. del Pacfico / IEP.
2 5 BURGA y FLORES GALINDO, op. cit. y THORP, R. y BERTRAM, G.
(1985) Per: 1890-1977.Crecimiento y politica en una economa
abierta. Lima: Mosca Azul, p. 181.
-
Gabriel Ramn Joffr
22 / Ensayos en ciencias sociales
prcticamente sin modificar su superficie, la ciudad tuvo que
subdividirse,para alojar la creciente poblacin.26
Para inicios del siglo XX, la situacin mud, la ciudad rebasaba
sus fronte-ras coloniales: de las 456 hectreas de las postrimeras
del siglo XVIII, alcanzabalas 1,292 en 1908. Los ndices
demogrficos, tambin resultaban apremiantes:entre 1891 y 1908 la
poblacin haba aumentado de 103,956 a 140,884. Limacontaba ahora con
unos 671 callejones y 755 casas de vecindad, que alberga-ban casi a
la mitad de la poblacin. En una ciudad caracterizada por su
lentocrecimiento en relacin con las otras capitales sudamericanas
entre 1903 y1908, el nmero de edificaciones haba pasado de 12,311 a
14,230, esto es unpromedio anual de 384 obras, entre locales
pblicos, residencias, fbricas ytalleres.27 A lo anterior era
preciso agregar la mencionada huida al sur de lasclases altas, que
contribuy a la densificacin de las grandes residencias y delcentro
en conjunto. Al deterioro generalizado de los servicios
(tugurizacin)se sumaba un rasgo de signo contrario: permanecan en
el centro los principa-les edificios institucionales y comerciales
de la ciudad. El dilema era: cmoestablecer un business district en
medio del arrabal? Ser precisamente en estacoyuntura de crecimiento
(y hacinamiento), que se d el auge del higienismo.Esta rama de la
medicina dedicada a la salud urbana haba adquirido
especialrelevancia desde fines del siglo XIX luego de una mortfera
serie de epidemias.Desde su fundacin, la Seccin de Salubridad
Pblica del Ministerio de Fo-mento (1907) se convertir en una
herramienta esencial de la planificacinurbana. Precediendo a los
propios arquitectos, fueron los mdicos sanitaristas,en colaboracin
con los ingenieros, quienes dieron las pautas constructivaspara las
viviendas populares.28
Es en estas sinuosas lneas donde debe ubicarse el proyecto
urbano de laspostrimeras del siglo XIX e inicios del XX. Cabe ahora
interrogarse en especfi-co, cmo se manifest la llegada de los
nuevos patrones arquitectnicos?Aunque la transicin al nuevo siglo
estuvo marcada por modificaciones delms variado signo, como se
puede percibir ms claramente, el significado de lanovedad es a
partir del tratamiento diacrnico de determinados espacios. Ental
sentido es preciso tratar tres elementos: la vivienda obrera, las
avenidas ylas plazas.
Alojar. Para desplazar a la poblacin pobre, se edificaron
barrios popularescomo La Victoria (1896), donde incluso se determin
relegar las actividades
2 6 RAMN, La muralla y los callejones, pp. 137-138.2 7 Toda esta
informacin estadstica en BROMLEY y BARBAGELATA, op. cit., pp. 100,
92, 100
y 101, respectivamente.2 8 RAMN, La muralla y los callejones,
loc. cit., pp. 144-1 83.
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 23
prohibidas (como el caso de los prostbulos, mencionado en Duque
y efec-tivamente acaecido). Simultneamente, se intervino el centro.
Una orquestadacampaa de crtica oficial a las congestionadas
residencias populares precedia la intervencin y accin constructiva.
Concebidas como antros desde losque se podan irradiar las ms
diversas enfermedades, las casas de los pobres,especialmente los
callejones, ratificaron su nefasta fama a raz de la epidemia
depeste bubnica (1903). Los primeros experimentos constructivos se
remontana las casas para los obreros que participaron en la
construccin de ferrocarri-les, planeadas por el norteamericano
Henry Meiggs (1875); los planes de Ricar-do Monti (1871) para crear
sociedades de crdito que solventaran la construc-cin de residencias
para las clases proletaria y media; y los proyectos deagrupaciones
de vivienda de Glicerio Joya (1896). A fines de siglo, la
Sociedadde Beneficencia Pblica inici una campaa constructiva
concertada. Esta ins-titucin, propietaria de buena parte del
patrimonio inmueble limeo, realizproyectos en los que participaron
el ingeniero Felipe Araneivia (1894-1895), elarquitecto francs
Claudio Sahut (1912, 1916) y, especialmente, Rafael Marquina.Este
prolfico arquitecto peruano formado en la Universidad de Cornell
(EEUU) ejecut desde fines de la dcada de 1920 ms de veinte
proyectos decasas para obreros, principalmente ubicadas en Barrios
Altos (lado este delcentro) y el barrio del Rmac.29
Conectar. El trazado en cuadrcula ha sido un atributo de las
ciudades hispa-noamericanas. Los mapas coloniales de Lima muestran
un ncleo regularmenteformado y una periferia marcada por la
sinuosidad, dato espacial ycronolgicamente relevante ya que da
cuenta de cmo el proyecto urbansticode los albores virreinales fue
paulatinamente olvidado. Este tejido sobrevivi alperodo colonial, y
es slo a mediados del XIX que se identifican ligeras
interven-ciones. Adems de la pionera Plazuela del 7 de Setiembre
(1847) tratada msadelante, cabe mencionar que a raz de la
construccin del Mercado Central(1854) se suscitaron conflictos
entre el gobierno y las monjas del convento queiba a ser expropiado
y perforado. El ministro encargado seal entre las justifi-caciones
de la intervencin que los terrenos del convento, al ocupar dos
man-zanas juntas, interrumpan el trfico entre los barrios alto y
bajo de la ciudad.Iniciando una poca de perforaciones, la calle fue
trazada.
El siguiente momento comenzar con la demolicin de las murallas y
elproyecto asociado. El sealado plano de Sad (1872) inclua una gran
avenidade circunvalacin con una serie de plazas y avenidas que
penetraban el trama-do en cuadrcula. La coordinacin entre la ciudad
vieja y nueva se realizaba en
2 9 RUIZ, M. (1993) Las casas para obreros de Rafael Marquina.
Huaca, 3, pp.33-41.
-
Gabriel Ramn Joffr
24 / Ensayos en ciencias sociales
la zona este, donde un par de grandes avenidas, dispuestas en
cruz, cortabanel antiguo tejido. Pese a tratarse de una zona
relativamente pobre, sin edificiosimportantes por tanto, idnea para
ser intervenida el proyecto no prosper.
Concluyendo el XIX se inicia el trazado de tres avenidas
fundamentales. En1898 se inaugura la 9 de Diciembre, luego conocida
como Paseo Coln, por sucarcter principalmente peatonal. Esta
avenida conect la zona de la futuraPlaza Bolognesi (1905) y la
avenida Grau, seccionando el Parque de la Exposi-cin. Un ao despus
se inici la avenida Interior o La Colmena, que deba irdesde la
Plaza 2 de Mayo hasta la avenida Grau, atravesando Lima de oeste
aeste. Aunque para la dcada del cuarenta la obra an no culminaba,
su tramoprincipal hasta la proyectada Plaza San Martn ya estaba
listo en 1911. Latercera avenida, Brasil (1899), era mucho ms
extensa, partiendo del lugar queocupara la Plaza Bolognesi hasta
llegar al litoral, con aproximadamente cincokilmetros. A este
primer grupo podra agregarse un proyecto, la avenida Cen-tral
(1899) que atravesara todo el centro de Lima, en direccin
perpendicular ala avenida Interior. Ira desde la Plaza Bolognesi
hasta la Alameda de los Des-calzos (al otro lado del ro), pasando
por el jirn de la Unin. De esta avenidaslo se realizaron algunos
breves tramos.
Considerando lo anterior, es posible distinguir los tres tipos
de avenidas.La gran avenida de circunvalacin, que como la vienesa
RingStrasse, separaba(centro y periferia) pero a la vez comunicaba.
En Lima este papel lo cumpla laavenida Grau, a la que se fueron
agregando el Paseo Coln y la avenida Alfon-so Ugarte (1928). De
este modo se obtuvo una avenida que rodeaba la viejaciudad,
comenzando en el extremo este, pasando por el nuevo centro,
hastallegar a la Plaza 2 de Mayo. El otro tipo fueron las avenidas
de penetracin,como la Colmena y la proyectada Central, que
resultaron la modalidad mscomplicada y ansiada. En este sentido, el
gran proyecto de la poca fue laavenida 28 de Julio (1906) que
abrira una majestuosa perspectiva desde laPlaza Mayor hasta la
futura Plaza San Martn. Pese a las gestiones del alcaldeFederico
Elguera (1901-1909) y a la ley de expropiacin especficamente
pro-mulgada, no se avanz un solo tramo. El tercer tipo fueron las
avenidas decontacto con los otros centros urbanos. Adems de la
Brasil, destacan laavenida Legua (1921) y la Progreso (1924), ambas
encargadas a la FoundationCompany. La primera sigui y propici el
rumbo de las clases altas limeas,enlazando el centro con Miraflores
y los barrios residenciales intermedios. Laotra permiti un flujo ms
acelerado entre el centro y el puerto del Callao.
Exhibir. La tradicin colonial se caracteriz por las plazas
rectangularessituadas frente a los recintos eclesisticos. El ciclo
guanero comenz quebran-do este patrn con la construccin de la
Plazuela 7 de Setiembre (1847). Esta
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 25
explanada result inusitada: por su ubicacin, ya que se situaba
delante de unteatro, y, formalmente, al ser semicircular.30 El
siguiente hito urbano de este tipofue la Plaza 2 de Mayo (1874),
erigida en homenaje a los participantes en elcombate homnimo, en
que se enfrentaron embarcaciones espaolas y fuerzasperuanas en el
puerto del Callao (1866). La zona que ocupara este monumentohaba
sido especialmente atendida por los borbones, que erigieron una
elegan-te portada neoclsica, asociada a un camino con una serie de
valos. Por suposicin estratgica, como prtico de la urbe para
quienes llegaban desde elpuerto, y una supuesta vinculacin espacial
con la campaa independentista,el presidente Manuel Pardo eligi este
lugar para instalar el monumento dehomenaje. Para la realizacin de
la obra se convoc a un concurso internacio-nal, del que resultaron
vencedores dos artistas franceses, el escultor LenGugnot y el
arquitecto Edmond Guillaume. Antes de instalarse en Lima, la
obrafue exhibida en el Palacio de la Industria frente a los Campos
Eliseos de Pars(1872). Las fotos contemporneas muestran la
discordancia entre el estilo y lamagnitud de este artefacto y sus
alrededores, conformados por vetustas casasde un piso. Como en el
caso de la Plazuela 7 de Setiembre, la ruptura era formaly de
ubicacin, pero en mayor escala. Era una enorme plaza circular
ubicada aextramuros, siendo adems la primera de una serie de
explanadas que moldea-ran la periferia inmediata de la
ciudad.31
Cincuenta aos despus (1924), el magnate trujillano de
ascendencia italia-na Vctor Larco Herrera decidi regularizar el
panorama aledao, financiando laedificacin de una serie de elegantes
residencias de varios pisos, para obtenerun complejo semejante a la
parisina Place de lEtoile. Los planos originalesestuvieron a cargo
del arquitecto Claudio Sahut y la realizacin ligeramentedistinta
del arquitecto polaco Ricardo Malachowsky. De este modo se
trans-formara el abandonado barrio, se coordinara los alrededores
de la plaza con elestilo del monumento central y con las
edificaciones de la flamante avenida laColmena, en cuyo extremo
opuesto se edificaba la Plaza San Martn (1924).32Este conjunto tena
una coherencia formal semejante al Paseo Coln, en dispo-sicin
(avenida que desemboca en plaza circular), estilo y magnitud. Sin
embar-
3 0 BRESCIA, R. (1968) Obras pblicas del siglo XIX en Lima.
Tesis de bachillerato Facultad deArquitectura, Universidad Nacional
de Ingeniera, Lima.
3 1 La informacin sobre el monumento del 2 de mayo en MAJLUF, N.
(1994) Escultura yespacio pblico (Lima 1850-1879). Lima: IEP, pp.
14-16.
3 2 Acerca del proyecto de las residencias circundantes a la
plaza, ver el artculo annimoLos bellos proyectos que tena don Vctor
Larco Herrera para el embellecimiento deLima, Mundial 80,
25.XII.1921.
-
Gabriel Ramn Joffr
26 / Ensayos en ciencias sociales
go, la Plaza 2 de Mayo no result de un proyecto especfico, sino
de un proce-so paulatino de medio siglo.
Ms all de la divisin temtica planteada en esta seccin, es
preciso apun-tar que los anotados elementos se integraron en el
trazado de las grandesavenidas, como La Colmena, que sintetizaban
la novedad urbanstica. Ademsde servir como va de comunicacin, esta
obra implicaba la edificacin deresidencias y la exhibicin de la
renovada escenografa. El testimonio de PedroDvalos (1907) que volva
a Lima luego de ms de un lustro en el extranjeroes ilustrativo. Al
describir La Colmena, apuntaba: Todos los edificios son deestilo
moderno, y gozan de confortable disposicin, antes no vista en
Lima.Pertenecen al gnero de residencias, siendo tal el costo de
ellas y el aire seoral(sic) que slo podrn ser habitadas por gente
rica [...]. De los modelos de laantigua casa colonial no se ha
tomado nada. Pero la innovacin no se limitabaa esta avenida, sino
que se converta en rasgo de las arterias urbanas: Es param el Paseo
Coln la ms significativa prueba del progreso y bienestar
genera-les, del espritu de grandeza e higienizacin que flota por
encima de la masapesimista y conservadora. All se ha roto con todo
lo antiguo. De la Lima vieja,de la que estuvo entre murallas no se
ha copiado nada.33
Durante los dos ciclos constructivos tratados, la presencia
europea conti-nu siendo decisiva en el tramado del guin urbano.
Luego del experimentohaussmanniano, el modelo parisino adquiri
prestigio universal, convirtindoseen referente obligado en Amrica
Latina. Ms all de la multiplicidad de naciona-lidades, en la que
destacan polacos (Malachowsky), espaoles (Agustn Querol,Mariano
Benlliure) e italianos (Gaetano Moretti, Julio Lattini) prima el
influjofrancs: tres de los ms prolficos arquitectos del momento,
Emile Robert, ClaudioSahut y el mencionado Malachowsky se haban
formado en la Escuela de BellasArtes de Pars.34 El detalle de la
Plaza 2 de Mayo (afrancesada de principio a fin)confirmara la
constancia de la sealada impronta, hasta bien entrado el siglo
XX.
5. LA GESTIN (FORNEA) DE LO PROPIO
Constatada la novedad que significaron los ciclos constructivos
asociados ala Repblica Aristocrtica y al oncenio de Augusto B.
Legua, conviene dete-nerse en un rasgo efmero, puntual, que permite
caracterizar a contraluz el
3 3 DVALOS Y LISSN, P. (1908) Lima en 1907. Lima: Gil, pp. 29,
61.3 4 Robert dirigi la edificacin del Palacio Legislativo y la
Cripta de los Hroes; Sahut el
Saln dorado del Palacio de Gobierno, el Teatro Coln y elabor
numerosos proyectos;y Malachowsky el Club Nacional, la fachada del
Palacio Arzobispal, el Banco Italiano, elPalacio de Gobierno, entre
otros.
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 27
proceso de apropiacin de las corrientes urbansticas forneas: la
bsquedade una expresin arquitectnica propia.35
El sonado debate sobre el carcter nacional que congreg a los
intelec-tuales limeos de inicios de siglo, repercuti en diversos
mbitos, incluso en elarquitectnico.36 Aunque ni el socialista Jos
Carlos Maritegui, ni elultraconservador Jos de la Riva Agero
propugnaron recetas especficas,sus preferencias urbanas se
asociaron a sus respectivos credos polticos.Enfatiz el segundo en
la tradicin hispana, mientras que el primero propugnuna integracin
que destacara lo indgena.37 Sin embargo, fue el incipientegremio
arquitectnico nacional el que asumi la transformacin del discursoen
obra. Ya desde los albores del rgimen republicano hubo intentos por
tras-ladar al paisaje urbano algunos atributos de la comunidad
imaginada perua-na. Es significativo que las primeras series de
esculturas pblicas, asociadas alciclo guanero hayan estado
exclusivamente dedicadas a personajes de la mito-loga clsica, como
las de la Alameda de los Descalzos y la Plaza del Cercado.Una
parcial excepcin podra ser la escultura de Cristbal Coln (1860),
donadapor la colonia italiana, que inclua una indgena caribea. No
obstante, la visi-bilidad del pasado prehispnico como suceda en
Mxico resultaba perma-nente, ya fuese a travs de los mltiples
vestigios arqueolgicos (abundantesen el valle limeo) o de sus
descendientes (la poblacin indgena).38
3 5 Sobre este tema, en perspectiva continental, ver la
documentada aproximacin deGUTIRREZ, op. cit. pp. 550-567. Para la
evaluacin del neocolonial y el neoperuano, anno hay suficiente
investigacin primaria. En tal sentido la referencia sigue siendo
GARCABRYCE, La arquitectura en el virreinato y la repblica, loc.
cit. Resulta imprescindible laconfrontacin de los argumentos de
Sebastin SALAZAR (1974) Lima la horrible. Lima:Peisa, pp. 95-106 y
VELARDE, H. (1946) Arquitectura peruana. Mxico: Fondo deCultura
Econmica y op. cit. Un artculo exclusivamente dedicado al tema es
el deRODRGUEZ, L. (1980) El estilo neocolonial en la arquitectura
peruana, en MATOS R.(ed.) III Congreso Peruano. El hombre y la
cultura andina. Lima: Lasontay, pp.879-892 que lamentablemente no
tuvo ulteriores desarrollos.
3 6 Sobre el problema nacional, vanse los captulos de BURGA y
FLORES GALINDO, op. cit.III.2, III.3.
3 7 Sin ser el tpico principal, Amauta, la emblemtica revista
dirigida por Maritegui,inclua algunas fotografas de edificios
peruanos acompaadas de comentarios. As, alpresentar la fachada de
una casa arequipea se indicaba La tcnica indgena, robusta eingenua,
de la ornamentacin, logra la fusin natural con la estructura
espaola. Se realizael mestizaje (1928) XII, p. 10. Enfatizando una
tendencia, junto a la foto de una iglesiase sealaba: Ejemplar
absolutamente realizado de arquitectura mestiza peruana. Hastaen el
conjunto hay influencia indgena (1928), XII, p. 9. (Original no
subrayado).
3 8 Un indicio del carcter paulatinamente imperativo de esta
presencia fue la exhibicin dematerial arqueolgico en la Exposicin
Nacional (1872). Cf. MIDDENDORF, E. (1973) ElPer. Lima: UNMSM, vol.
I, p. 443.
-
Gabriel Ramn Joffr
28 / Ensayos en ciencias sociales
Slo hacia la segunda dcada del siglo XX, aparecieron las
primeras mani-festaciones urbanas que incluyeron alusiones al
pasado prehispnico.Significativamente, se vincularon a la
efervescencia constructiva del onceniode Legua, que tuvo en las
festividades de la independencia nacional (1921,1924) su momento de
auge.39 Destac el monumento a Manco Cpac (1926),donado por la
colonia japonesa, y que pasara a ocupar el centro de la
plazaprincipal de La Victoria. Una obra de mayor envergadura fue el
Parque de laReserva (1929), diseado por el ingeniero peruano
Alberto Jochamowitz, conla colaboracin de Sahut. Ubicado
inmediatamente al sur del Parque de laExposicin, este inusitado
ejercicio urbanstico pretenda dotar a Lima de unrea verde
intraurbana, y estaba explcitamente inspirado en sus smiles
euro-peos. Adems de sus elementos tpicamente occidentales (la
loggia, la prgolay la fontana), este espacio incorporaba novedades
vernculas: relieves conescenas indgenas, esculturas individuales de
indgenas, una fuente incaica yuna huaca ornamental. Destac
especialmente esta ltima, que por medio de suforma y ornamentos
propona un pequeo conjunto prehispnico.
No es fortuito que este pionero experimento plstico estuviera a
cargo delrenombrado pintor indigenista Jos Sabogal, vinculado al
crculo de intelec-tuales preocupados por el problema
nacional.40
Simultneamente se edificaba el Museo de Arqueologa (1924) de la
avenidaAlfonso Ugarte, primera y nica edificacin pblica
radicalmente prehispnicadel panorama urbano limeo. Se situaba a
pocos metros de la Plaza 2 de Mayo, yfue financiado por el ya
mencionado magnate Vctor Larco. Para la construccinde este museo se
convoc a un concurso, realizndose el proyecto deMalachowsky, con
una fachada que agregaba a la ornamentacin inca inusita-dos
elementos preincaicos (un par de monolitos tiahuanaco, de
concreto).41
Lo nacional como sntesis cultural se manifest incluso en magnos
proyec-tos urbansticos, como la nonata Plaza Per (segunda mitad de
la dcada 1930),
3 9 Ver el cuadro 1, especialmente entre 1921 y 1924. La
frecuencia de monumentos yedificios se vincula al inters oficial en
las indicadas celebraciones y a los regalos realiza-dos por las
diversas coloniales extranjeras. En 1921 se celebraron los cien aos
de ladeclaracin formal de la independencia, y en 1924 el centenario
de la batalla de Ayacucho.
4 0 Sobre este Parque, ver el testimonio del propio A.
JOCHAMOWITZ (1931) Mi vida profesio-nal. Lima: Torres Aguirre.
Informacin sobre la inauguracin en Mundial, 22.11.1929.Sobre
Sabogal, resulta muy ilustrativo el artculo de J. C. MARITEGUI, La
obra de JosSabogal, Mundial, 28.VI. 1928.
4 1 Ver el artculo annimo Los bellos proyectos..., Mundial 80,
25.XII. 1921. El diseoalternativo de Sahut, que tambin particip, en
MORALES, C. (1940) Claudio Sahut y suobra, Arquitecto Peruano, 37,
s. p.
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 29
basada en la propuesta del arquitecto polaco Bruno Paprocki.
Esta explanadaconectara el lado este del Palacio de Gobierno y el
frontis del Congreso, previademolicin de las manzanas intermedias.
Cada una de sus cuatro seccionesostentara nombres de perodos
histricos (incanato, virreinato, independen-cia, repblica) que
incluiran grupos escultricos alusivos a cada uno de
losdepartamentos del pas.42
Las sealadas obras fueron la manifestacin fsica de una inquietud
querecorra la ciudad, y cuyos corolarios arquitectnicos fueron los
denominadosestilos neocolonial, y especficamente neoperuano. En
ambos casos se tratabade sntesis estilsticas, pero con matices
radicalmente distintos: el primeroenfatizaba en la recuperacin del
elemento hispano colonial, mientras que elsegundo rescataba el
elemento indgena (prehispnico y colonial) como basede la tradicin
nacional. Significativamente en la gnesis del neoperuano seubica un
escultor y arquitecto espaol, Manuel Piqueras Cotoli
(1886-1937).Este especialista se inici con trabajos como la fachada
de la Escuela de BellasArtes (1919), y un saln del Palacio de
Gobierno (1919), en los que experimen-taba con la decoracin indgena
sobre formas europeas, criollas o espaolas.Sin embargo, su bsqueda
iba ms all, intentando rebasar lo meramente deco-rativo.
Posteriormente, Piqueras pasara a identificar un ritmo
escalonadoque juzgaba caracterstico de la plstica andina, y que
trasladara a una de susms destacadas creaciones: el Pabelln del Per
para la Exposicin Ibero-Ame-ricana de Sevilla (1929). Sustentaba su
eleccin sealando que la Nacindeba presentarse ante las dems [...]
con algo suyo, muy suyo, que la diferen-cie de las otras, que la
afirmara en su personalidad artstica.43
6. COORDENADAS DEL NUEVO URBANISMO: ENTRE LA TUGURIZACIN Y LA
BARRIADA
Mientras el neoperuano abortaba, el neocolonial adquira rango
oficial. Laadopcin de este estilo se convirti en requisito para
realizar edificios en elcentro de Lima, y se hizo presente en
algunas casas de la periferia elegante.44Los alrededores de la
flamante Plaza San Martn fueron sometidos a una siste-
4 2 Arquitecto Peruano 15. IX. 1938.4 3 PIQUERAS, M. (1930) Las
bellas artes y arquitectura peruanas. Revista El Per. Reprodu-
cido en Huaca, 3 (1993), pp. 61-62 Lima. Sobre el pabelln, ver
BASADRE, Historia de laRepblica, vol. IX, p. 344. Coincidentemente,
en el IV Congreso Panamericano de Arqui-tectos realizado en Brasil,
se recomendaba que cada Nacin procure vivir su
tradicinarquitectnica nacional, GUTIRREZ, Arquitectura y urbanismo
en Iberoamrica..., p. 565.
4 4 GARCA BRYCE, La arquitectura en el..., p. 47.
-
Gabriel Ramn Joffr
30 / Ensayos en ciencias sociales
matizacin neocolonial (1925). Ms an, los predios que circundaban
el cuadri-ltero identificado como lo ms representativo de la ciudad
la Plaza Mayorcomenzaron a ser sometidos a un experimento plstico
que concluy en 1944.
Se daba entonces una situacin paradjica: mientras se inventaba y
difun-da oficialmente este estilo nacional (el neocolonial), las
formas constructi-vas domsticas tradicionales, propias de la
arquitectura limea, entraban encrisis. Si bien los ya tratados
ciclos constructivos se haban caracterizado porla introduccin de
novedades, ahora la situacin se haba agravado. La im-pronta
artesanal en los detalles de disposicin, forma y ornamento, que
habafuncionado como una suerte de estructura profunda de la
arquitectura perua-na, amenazaba colapsar. Un testigo de excepcin
defini crticamente los ele-mentos de este trance: No entiendo por
tradicin: portales arequipeos,ornamentos de Tiahuanaco y perfiles
de adobe cnicos. Por tradicin entiendola tradicin de calles
vistosas, abundantes espacios abiertos y plantos conve-nientes; la
tradicin de jardines interiores y fachadas llanas; de iluminacin
porlo alto, techos planos, construcciones bajas, y materiales
escogidos, trabaja-dos con finura.45 Esta modalidad constructiva
que coordinaba la obra espec-fica y su contexto (en una suerte de
microurbanismo), resultaba minada por laproliferacin de nuevos
materiales y tcnicas. Para evaluar esta crisis, GeorgeKubler aluda
a tres asuntos: el reemplazo de adobes por ladrillos, el nuevo
usode las ventanas y la relacin entre decorados y espacio. Estos
detalles mostra-ban cmo la manera consuetudinaria, artesanal y
armoniosa de concebir laconstruccin desapareca mientras se imponan
elementos desordenadamentesuperpuestos en aras de una pretendida
funcionalidad.46
A la sealada crisis, que podra calificarse de cualitativa, se
agregaba otra,ms amplia, que converta lo anteriormente sealado en
detalle. Desde la dca-da de 1920, la migracin a Lima desde el resto
del pas, se haca cada vez msmasiva y mostraba sus primeros rastros:
el centro de la ciudad dejaba de ser lazona receptiva por
excelencia y las escasas unidades populares de vivienda nopodan
satisfacer la creciente demanda residencial. De pronto, los
espaciosdespejados y de escaso valor, perifricos o prximos a la
ciudad, empezaron aser aprovechados con el fin de urbanizarlos o,
ms propiamente, adaptarlosrudimentariamente como vivienda. Data de
entonces el surgimiento de un fe-nmeno tpico de las metrpolis
tercermundistas, cuya manifestacin limeafue denominada barriada:
nacieron Armatambo (1924), Puerto Nuevo (1928),Mendocita (1931),
entre otros. Cuantitativamente, todo el despliegue arquitec-
4 5 KUBLER, G. (1948) Sobre arquitectura actual en Lima. Las
Moradas; II (6), p. 264.4 6 KUBLER, op. cit., p. 264, 269.
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 31
tnico previo comenzaba a hacerse minora frente a esta pauprrima
modalidadresidencial que marcara el rumbo de la urbe.47
Luego del terremoto de 1940 tanto por la destruccin como por la
cantidadde poblacin indigente la situacin era tan grave que los
incipientes urbanistasoficiales, como el arquitecto Emilio
Harth-Terr, tuvieron que ceder ante estanovedad popular, asumindola
como solucin de emergencia.48 La planificacinurbana debi
subordinarse entonces al mpetu migratorio. La preocupacin porlas
barriadas pareca soslayar el temor a los callejones. Si
anteriormente uno delos puntos esenciales haba sido descongestionar
el centro, ahora la crecienteperiferia marcaba la pauta. La
autoconstruccin masiva y precaria desplazabacualquier patrn
constructivo oficial. Aparecieron entonces nuevas fronteras,entre
la gran ciudad formalmente erigida y estas modalidades
residenciales. Unade las respuestas oficiales ser la creacin de
conjuntos habitacionales masivosbajo nuevos modelos urbansticos,
circunstancia de otra historia.
7. EPLOGO
La distincin de ciclos constructivos (borbnico, guanero, de la
RepblicaAristocrtica, del oncenio) permite seccionar la diacrona
limea. Aunque cadauno pudo haber resultado de diversos proyectos
urbansticos, a posterioriresultan especficamente caracterizados. No
slo se trat de la ereccin deseries de edificios, sino de la
coordinacin de los mismos de acuerdo a determi-nado patrn. Espacial
y estilsticamente, los borbones rompieron con la tradi-cin colonial
previa y se ubicaron en el umbral de la modernidad urbana. Elauge
guanero de la temprana repblica permitir concretar muchas de las
aspi-raciones del ciclo previo, como la concentracin funcional y el
desplazamientoperifrico, con una arquitectura que enfatizaba en los
edificios pblicos. Elcompartir un mismo tejido urbano, hizo que en
ocasiones diversos regmenesinsistieran en determinadas zonas, lo
cual gener verdaderos palimpsestos yevidencia su estratgico
carcter. Ello sucedi, por ejemplo, con el rea ocupa-da por la Plaza
2 de Mayo, ininterrumpidamente atendida en los cuatro
ciclosconstructivos abordados.
4 7 Una sntesis del tema en DRIANT, J.C. (1991) Las barriadas de
Lima. Historia e interpre-tacin. Lima: IFEA/DESCO.
4 8 Esto fue propuesto por los directores de la Junta Urbana de
Lima y Callao, el ingenieroRoque Vargas Prada y el arquitecto
Emilio Harth-Terr en un artculo periodstico (LaPrensa, 2 de junio
de 1940). Citado por CRUPI, T. (Ms) Nation Divided, City
Divided:Urbanism and its Relation to the State 1920-1940.
Manuscrito, p. 25.
-
Gabriel Ramn Joffr
32 / Ensayos en ciencias sociales
El caso de la plaza no fue nico, ya que es posible identificar
otros espaciosconstantemente intervenidos. Precisamente esta
recurrencia espacial permiteindicar que existe una coincidencia de
objetivos. Un momento muy ilustrativo,fue las postrimeras del ciclo
guanero, cuando quedaron planteados los temascentrales de los
siguientes ciclos: la descongestin intramuros y sus dos va-riables
especficas, las grandes avenidas y las viviendas populares.
Sintomti-camente, las obras pioneras en ambos rubros estuvieron a
cargo del mismoempresario, Henry Meiggs. Los posteriores ciclos
constructivos enfrentaronun desafo anlogo, pero de mayor magnitud
(demogrfica y espacial). Loslmites previos de Lima comenzaban a
desaparecer, surgiendo una marcadadiferenciacin entre el viejo
espacio intramuros y la periferia. El nuevo sistemaurbano provoc
una reutilizacin de la estructura existente. Aunque el
centromantuvo su funcin principal y reforz su valor simblico,
surgieron otroslugares de importancia. Desde las postrimeras del
siglo XIX este rol alternativolo cumpli la periferia meridional
inmediata (el Palacio de la Exposicin y susalrededores). Testigos
vaticinaban (con certeza) que el futuro inmediato sehallaba hacia
esta zona, especficamente alrededor de los puntos cardinalesdel
Crculo Bolognesiano.49
La apropiacin de modelos forneos, caracterstica de una sociedad
colo-nial y neocolonial como la peruana, tiene algunas constantes
remarcables. Lasealada adopcin de los cnones neoclsicos a partir
del filtro francs duran-te el perodo borbnico, dar inicio a una
larga relacin. La separacin polticade Espaa permitir un mayor flujo
de escuelas y profesionales forneos. Porcuestiones migratorias,
durante el ciclo guanero, la presencia de
especialistas,intermediarios comerciales e, incluso, materiales
italianos ser notable. Ubica-da en un segundo plano, la presencia
francesa ir incrementndose, a medidaque el modelo parisino adquiera
mayor prestigio, especialmente a partir delexperimento
haussmaniano. La adopcin local de este modelo ser especial-mente
relevante desde la dcada de 1870, coincidiendo con el trazado de
laslneas bsicas de la nueva urbe, sintetizadas en el clebre plano
de Sad. Resu-miendo una tendencia, un ingeniero de la poca afirmaba
que era preciso hacerde Lima el Pars de las Repblicas
Hispano-Americanas.50
Los dos ciclos constructivos siguientes (de la Repblica
Aristocrtica ydel oncenio) confirmaron el influjo francs, aunque
durante el segundo seconsolidar la presencia imperialista
norteamericana mediante empresas de
49 DVALOS Y LISSN, Lima en p. 73.50 BRESSON, Las alamedas, s.
p.
-
El guin de la ciruga urbana: Lima 1850-1940
Ensayos en ciencias sociales / 33
gran envergadura. Sin embargo, el prestigio de la escuela
arquitectnica fran-cesa explica su paradjica permanencia incluso
cuando polticamente estabaen un relegado tercer plano. El estilo
adoptado en las grandes avenidas confir-ma esta inercia. En los
albores del siglo veinte se dar una situacin indita. Alocupar un
lugar de franca retaguardia en la esfera latinoamericana, Lima
asumi-r modelos continentales intermedios como Buenos Aires o
Santiago de Chile.Intermedios, ya que sirvieron como ejemplo de la
realizacin de proyectos deinspiracin europea, como sucedi con las
grandes avenidas. Para incentivarla realizacin del proyecto de la
avenida 28 de Julio, el alcalde Federico Elguerasola aludir a las
experiencias concluidas en estas capitales.51
Aunque puede hallarse alusiones a escuelas arquitectnicas
europeas delsiglo XX entre los especialistas peruanos de entonces,
no se tradujeron enrealizaciones concretas. Hasta la Segunda Guerra
Mundial, la estructura urba-na continu marcada por la combinacin
del tejido colonial tradicional y algu-nas grandes transversales de
filiacin haussmanniana. Por diversas razones,Lima no fue el centro
de atencin de los portavoces de la nueva arquitectura,que visitaron
y realizaron proyectos en diversas ciudades brasileas e
hispa-noamericanas.52 Por otro lado, la ms auspiciada de las
tendencias nacionales(el neocolonial) tuvo una vigencia
restringida. En 1947 una agrupacin dearquitectos locales, junto con
otros especialistas, lanz un clebre manifiestoen el que condenaba
acremente los estilos neocolonial y neoperuano.Calificndolos de
falsificacin y copia del pasado llamaban a sus colegas aseguir los
pasos de los nuevos maestros europeos.53
5 1 Memoria de la Municipalidad de Lima, 1906: VII-IX.5 2 Sobre
el impacto y la presencia de Le Corbusier, los miembros del CIAM y
sus discpulos
en Latinoamrica ver HARDOY, Teoras y prcticas urbansticas... pp.
212-215.5 3 Sobre la declaracin de la Agrupacin Espacio, ver GARCA
BRYCE, La arquitectura en
el..., p. 154 y RODRGUEZ, El estilo neocolonial,...
pp.884-885.