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Para Jtttta Burger
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~~'U-Iovl~) -Ad.&.! ACK.
EL ENSAYO COMO FOR1'vlA
Ver lo preciso, ver lo iluminado, 1'10 la lIZ.Coaras,
Pandera
Que el ensayo en Alemania est desprestigiado como produc-to
ambiguo; que le falta convincente tradicin formal; que
slointermitentemente se ha dado satisfaccin a sus enfticas
exigen-cias; todo eso se ha comprobado.y censurado suficiente nmero
deveces. "La forma del ensayo no ha dejado todava a sus espaldasel
camino de independizacin recorrido hace ya tiempo por suhermana la
poesa: el camino que aleja de una primitiva e indi-ferenciada
unidad con la ciencia, la moral v el arte". 1 Pero ni lainquietud
suscitada por esa situacin ni la 'provocada por el esta-do de nimo
que reacciona a ella por el procedimiento de acotarel arte como
reserva de irracionalidad, identificar el conocimientocon la
ciencia organizada y eliminar por impuro lo que no sesomete a esa
anttesis, han conseguido modificar en nada el pre-juicio nacional.
La elogiosa calificacin de crivain sirve an hoypara tener excluido
del mundo acadmico al destinatario del elo-gio. A pesar de la
grvida comprensin que Simmel y el jovenLnkca Kassner y Benjamn han
'confiado a la especulacin acerof
-
., . "'~.
.NOTASDll x.in1M.TUaA..~~~-:.;:__:;:.
-c, ..
_mo no -acepta como filosofa ms que ]0 que se reviste de lac.
dignidad de 10- universal, pennanente y, hoy tambin, si es
pos-~Ie,ori8!nario, sin en~ar en tratos con la formacin
e.sJliritual par-ticular SI.no en J'medida en que hay que
ejemplilicar en ella lascategoras generales, 0, al menos, en la
medida en que lo particu-lar se hace, transparente POI stas. La
tenacidad con que sobrevive
__ o e:re ~l;I:f;lItl~ ..serfatan- engm~~ corno S\.!..componente
afectivaSI no fUra que la alimentan motivos ms importantes que
lamolesta conciencia de lo que falta de cultivo a una cultura
que.apenas conoce histricamente al homme de lettres. En Alemaniael
ensayo provoca a la defensa porque recuerda y. exhorta a l~libertad
del espritu, la cual, desde el fracaso de una tibia ilustra-cin ya
fracasada en los das de Leibniz, no se ha
desarrolladosuficientemente ni aun ha)', bajo las condiciones de la
libertadformal, sino que siempre ha estado dispuesta a proclamar
comosu ms propia aspiracin el sometimiento a cualesquiera
instan-cias. Pero el ensayo no admite que se le prescriba su
competencia,En vez de producir cienticamenre algo o de Crear algo
artstica-mente, el esfuerzo del ensavo refleja an el ocio de lo
infantilque se inflama sin escrpulos con lo que ya otros han hecho.
Eensayo refleja 10 amado y lo odiado en vez de presentar el
cspr-tu, segn el modelo de una ilimitada moral del trabajo,
comocreacin a partir de la nada, Fortuna y juego le son
esenciales.No empieza por Adn y Eva, silla por aquello de que
quiere ha-blar; dice lo gue a su propsito se le ocurre, termina
cuando lmismo se siente llegado al final, y no donde no queda ya
restoalguno: as se sita entre las "di-versiones". Sus conceptos no
seconstruyen a partir de algo primero ni se redondean en algoltimo.
Sus interpretaciones no estn filo]gicamentc fundadasy medidas, sino
que son l)or principio hiperintcrprctadones- para el veredicto
automatizado de ese despierto entendimientoque se contrata como
alguacil de la tontera Contra el espritu-,-,Por eso se estigmatiza
como cosa ociosa el esfuerzo del sujeto enel ensayo por penetrar lo
que se esconde como objetividad detrsde la fachada: se le
estigmatiza por puro miedo a la ncgatividad.Se arguye que todo es
mudo ms sencillo. Se adjudica la ciegamancha amarilla a aquel qtle
interpreta en vez de aceptar sin msy limitarse a ordenar; la
cieg
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1+ NOTAS DE LITERATURA
. ~-
fuera de la cosa misma? Segn lISOpositivista, el contenido,
unavez fijado segn la protoimagen de la proposicin de
protocolo,debera ser segn esto indiferente a su exposicin, y sta
tendraque ser convencional, no exigida por la cosa; y toda mocin
expre-SIV~ en la exposicin es, para el instinto del purismo
cientfico,pelIgrosa para una objetividad que saltara l la vi-sta
slo despusde la r.~tirada del sujeto, peligrosa por tanto tambin
para la con-sumacion de la COSil, la cual, se supone, se afirmar
tanto mejorcu.~nto menos apele al apoyo de la forma, a pesar de que
la normaIT':lstna de sta consiste precisamente en dar la cosa pura
y sina.nadl~lo. ~n :a alergia a las formas como puros accidentes,
el esp-ntu C1enn~clsta se acerca al tercamente dogmtico. La
palabradisparada .l:rcsponsablemente pretende ser prueba de espritu
derespon~blltdad para con la cosa, y la reflexin sobre lo
espiritualse c,o.?verte en privilegio del ql1e carece de
espritu.
Iodos estos abortos del rencor no son slo la "no verdad",Pues si
el ensayo no se digna empezar por derivar las formacionesculturales
de un algo subyacente, por otra parte se enreda dema-slado.
celosamente en la organizacin cultural de la prominencia,el xito y
el prestigio de los productos del mercado. Las biografasde novelas
y toda la dems literatura de prernisas o presupuestoscmparcntada
con ellas y (lue las acompaa, no son mera decene-racin, sino
tentaci~ constante de una forma cuya sospechaocon-:ra la falsa
profun~ldad no qlK':da en absoluto satisfecha por lamversion en
consciente superficialidad. Ya en Sainte-Beuve, delque
probablemente desciende el gnero del ensayo moderno, sedibuja esta
tendencia, que, junto con productos como los perfilesde Herbert
.Eulenberg, prototipo alemn de una inundaci6n deindigna literatura
cultural, junto Con los filmes sobre Rembrandt,Toulouse-Lautrec y
la Sagrada Escritura, ha seguido promovien-do la neutralizacin de
formaciones culturales. su conversn enmercancas, una neutralizaci6n
que ya se manifiesta irresistible-mente en la reciente historia de
la cultura antes de que en el.Este cob~e el vergon~~ nombre de
herencia. Este proceso es talvez ~~mamente VISIble en Stefan Zweig,
que en su juventudconSl~6 algunos ensayos diferenciados para acabar
por caer,en su libro sobre Balzac, en la psicologa del hombre
creador.Esta literatura no critica los conceptos abstractos
fundamentales,los da~~ ~n-:c.c,onceptol.losraf.d~ cliss, _sino.gu~
los presqp~ne .- ..
EL ENSAYO COMO FOlllliA 15
todos implcitamente, y por eso mismo con completo acuerdo.El
resultado externo de la psicologa comprensiva se fusiona conlas ms
corrientes categoras procedentes de la concepcin delmundo del cursi
analfabeto de la cultura, como las categoras depersonalidad e
irracionalidad. Estos ensayos se confunden porculpa propia con el
folletn literario, con el cual los enemigos dela forma confunden a
la forma misma. Libre de la disciplinade la servidumbre acadmica,
la libertad espiritual misma se haceservil y acepta gustosamente la
necesidad socialmente preformadade la clientela. La
irresponsabilidad, momento, en s misma, detoda verdad que no se
agite en la responsabilidad por lo existente,se hace en cambio
responsable de las necesidades de la concienciaestablecida; los
malos ensayos no son menos conformistas que lasmalas tesis
doctorales. Slo que la responsabilidad no respeta sloa autoridades
y gremios, sino tambin la cosa.
Pero la forma es inocente del hecho de que el mal ensayonarre de
personas en vez de abrir-la cosa. La separacin de cienciay arte es
irreversible. Slo la ingenuidad de los fabricantes de lite-ratura
la pasa por alto, porque el fabricante de literatura se tomapor un
genio de la organizacin y sabe hacer con buenas obras dearte
chatarra para otras malas. La ciencia y el arte se han separadocon
la cosificacn del mundo en el curso de la creciente
desmito-Iogizacin, es imposible restablecer con un golpe de varita
mgi-ca una conciencia para la cual sea una sola cosa intuicin y
con-cepto, imagen y signo - si es que esa conciencia ha existido
algu-na vez-, y la restitucin de esa conciencia caera otra vez en
elcaos. Slo como consumacin del proceso de mediacin seraimaginable
esa conciencia, como utopa, tal como la pensaronlos filsofos
idealistas desde Kant con el nombre de intuicinntelectual, la cual
fracas siempre que el conocimiento actualapel6 a ella. Cuando,
mediante emprstito de la poesa, la filoso-fa cree poder eliminar el
pensamiento objetvador y su historia,la anttesis (segn terminologa
usual) de sujeto y objeto, Y hastaespera que en una poesa montada
con piezas de Parmndes y deJungnickel, hable el Ser mismo, esa
filosofa no hace ms queacercarse a la ms lixiviada chchara
cultural. Con astucia cam-pesina recompuesta como originariedad,
esa filosofa se niega acumplir con las obligaciones del pensamiento
conceptual, obliga-ciones que, sip embargo, ha suscrito ell cuanto
se pm;o a utilizar. -. _.: ... ,.- . '-'_. '.. -' -
'. ';"''''' :. ;~t; ,..'n
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..;. .""--"-:'~~~.:.~::.:~~:......~.-." ... _
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_.NOTS VE LlTl!RATUnK .. .':
conceptos en la proposicin y el juicio, mientras que su
elementoesttico no pasa de ser una aguada reminiscencia de
segundamano de Holderlin, o del expresionismo, o a veces incluso
delmodem styl, porque ningn pensamiento puede confiarse
tanilimitada y ciegamente al lenguaje como finge la idea del
deciroriginario. fa violencia que en esto se infieren
recprocamentela imagen y el concepto surge de la jerga de la
propiedad, 1" enla que tiemblan palabras de ttemolosa conmocin que
al mismotiempo se callan aquello que las conmueve. La ambiciosa
trascen-dencia del lenguaje al sentido desemboca en una oquedad
signi-ficativa que es para el positivismo muy fcil detener y
bloquear,pues aunque aquel lenguaje se creyera superior al
positivismo,no ha servido ms que para jugar la partida de ste,
ofrecerlematerial de crtica y aceptar sus cartas. Ea jo la
constricci6n deesos desarrollos, el lenguaje, cuando an se atreve a
moverse enlas ciencias, se aproxima a la industria artstica, y el
investigadorcientfico es el que, negativamente, ms mantiene la
fidelidad es-ttica al sublevarse o resistirse contra el lenguaje en
general y,en vez de rebajar la palabra a mera parfrasis de sus'
cifras, pre-fiere la tabla numrica, que tiene al menos el valor de
reconocersin rodeos la cosficacin de la conciencia y ya 5610 con
elloencuentra por s misma algo as.como una forma sin necesidadde
apologtico prstamo del arte. Cierto clue el arte ha estadodesde
siempre tan entrelazado con la dominante tendencia de
laIlustracin
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18 NOTAS DE LITERATURA
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da relieve a sus observaciones, confirmndolas o reurndolas enel
recuerdo. Pero su unidad, individualmente cerrada y en la quea
pesar de ello aparece el todo, no resultara divisible, por
ejem-plo, entre las separadas personas y el aparato mltiple y
divididode la psicologa}' la sociologa. Boja la presin del espritu
cien-tihcista y de sus desiderata, omnipresentes y latentes tambin
enel artista, Proust, con una tcnica imitada de las ciencias, en
unaespecie de serie experimental, ha intentado salvar o
restablecerlo que en los das del individualismo burgus, cuando la
con-ciencia individual an conliaba en s misma y no se
estrechabaanticipadamente bajo la censura de la organizacin, vala
ancomo conocimientos de un hombre experimentado del tipo deaquel
desaparecido homme de Lettres, tipo que Proust resucitaan como caso
supremo de dilettantismo. A nadie se le habraentonces ocurrido
considerar irrelevantes y rechazar como acci-dentales e irraconales
las comunicaciones de una experiencia,slo porque son las suyas y
porque no son sin ms susceptiblesde generalizncin. Mas aquella
parte de sus hallazgos que sedesliza por las mallas cientficas
queda ciertamente perdida parala ciencia. Como ciencia del espritu
deja de cumplir sta lo quepromete al espritu: abrir desde dentro
las formaciones del es-pritu. El joven escritor que quiere aprender
en la Universidadqu es una obra de arte, qu es fonna lingstica, qu
es cuali-dad esttica, incluso qu es tcnica esttica, no oir en el
mejorde los casos ms que noticias sueltas y genricas,
informacionesque se toman ya listas de la filosofa que est en
circulacin encada caso y que se pegan ms o menos arbitrariamente al
conte-nido de las formaciones de que se trate. Si en cambio se
dirige ala esttica filosfica,se le ofrecern proposiciones de un
nivel deabstraccin que ni estn en mediacin con las formaciones quel
desea entender ni son en verdad unas con el contenido quebusca.
Pero la culpa de esto no recae slo sobre la divisin deltrabajo del
ksmos noetiks en arte y ciencia ni son elminablesestas lneas de
demarcacin mediante buena voluntad y una pla-nificacin que las
rebase, sino que el espritu modelado inape-lablemente segn el
modelo del dominio de la naturaleza y de laproduccin material se
entrega al recuerdo de aquella fase supe-rada, pero prometedora de
otro futuro, a la trascendencia res-pecto de Is.endurecdas
relaciones de produ!:.ci6,n; y esto para-"'
. '.,' . .
m r---II1
I1Ii
EL ENSAYO COMO FOHMA 19
liza su procedimiento especializado precisamente frente a
susespeciales objetos.
Por lo que hace al procedimiento cientfico y a su Iundamen-racin
filosfica como mtodo, el ensayo, segn su idea, explicitala plena
consecuencia de la crtica al sistema. Incluso las doctri-nas
ernpiristas, que conceden a la experiencia inconcluible e
.in-anticipable preeminencia sobre el fijo orden conceptual,
siguensiendo sistemticas en la medida en que discuten y aclaran
con-diciones del conocimiento concebidas como ms o menos
cons-tantes v desarrollan el conocimiento mismo en una conexin loms
c~ltinua posible. Igual que el racionalismo, el empirismofue, desde
Bacon -ensayista l rnismo-e-, "mtodo". La dudasobre el derecho
absoluto del mtodo no se ha realizado casi, enel modo de proceder
del pensamiento, sino en el ensayo. El en-sayo tiene en cuenta la
conciencia de "no identidad", aun sinexpresada siquiera, es radical
en el "no radicalismo", en la abs-tencin de reducido todo a un
principio, en la acentuacin de 10parcial frente a lo total, en su
carcter fragmentario. "Tal vezha sentido algo as el gran siem de
Montaigne cuando dio a susescritos la denominacin
extraordinariamente hermosa y acertadade essays. Pues la sencilla
modestia de esta palabra es una or-gullosa cortesa. El ensayista
despide las propias orgllllosas e&-peranzas que alguna vez se
creen haber llegado cerca de lo l-timo: se trata slo de comentarios
a las poesas de otros, eso eslo nico que l puede ofrecer y, en el
mejor de los casos, comen-tarios a los propios conceptos. Pero
irnicamente se adapta aesa pequeez, a la eterna pequeez del ms
profundo trabajomental frente a la vida, y con irnica modestia la
subraya an". 1El ensayo no obedece a la regla del juego de la
ciencia y de lateora organizadas segn la cual, como dice la
proposicin deSpinoza; el orden de las cosas es el mismo orden de
las ideas.
Como el orden sin lagunas de los conceptos no ~ uno conel ente,
el ensayo no apunta a una construccin cerrada. deduc-tiva o
inductiva. Se yergue sobre todo contra la doctrina, arrai-gada
desde Plat6n, segn la cual lo cambiante, lo efmero, esindigno de la
filosofa; se yergue contra esa vieja injusticia he-cha a lo
perecedero, injusticia por la cual an vuelve a conde-
-
nrsele en e! concepto. El ensayo retrocede espantado ante
laviolencia del dogma de que el resultado de la abstraccin, el
. concepto atemporal e invariable, reclama dignidad onrolgca
envez de! individuo subyacente y aferrado por l. El engaode que el
ordo idearnm es el ardo rerum arraiga en la posicin dealgo mediado
como si fuera inmediato. Del mismo modo que unalgo meramen te
fctico 110 puede ser pensado sin concepto, por-que pensarlo
significa siempre conceptuarlo, as tampoco es pen-sable el ms puro
concepto sin referencia alguna a la facticidad.Incluso las
formaciones de la fantasa, supuestamente liberadasdel espacio y del
tiempo, remiten a existencia individual, porderivadamente (Juc sea.
Por ello no se deja in timidar el ensayopor los ataques de la ms
depravada medirabunda profundidadque afirma que la verdad), la
historia se contraponen irrccon-ciliablemenre, Si la verdad tiene
en realidad un ncleo tem-poral, el pleno contenido histrico se
convierte en momento inte-grante de ella; el a posleori se
convierte concretamente ena priori, como exigieron Fiebre y sus
sucesores slo en trminosgenerales. La referencia a experiencia -a
la que el ensayo prestatanta sustancia como la tradicional teora de
las meras ..catego-ras -es la referencia a la historia entera; la
mera experienciaindividual, con la que la 'ton ciencia arranca y
empieza comocon lo que ms prximo le es, est ya mediada por la
experienciacornprehensiva de la humanidad histrica; y la idea de
que envez de eso la experiencia de la humanidad histrica sea
mediadamientras que lo propio individual en cada caso sera ]0
inme-diato, no es ms que autocngao de la sociedad y de la
deolocaindividualistas, Por ello el ensayo rectifica el desprecio
por "'lohistricamente producido como objeto de la teora. Es
insoste-nible la distincin entre una primera filosofa y una mera
filosofade la cultura, la cual presupondra a la primera y
construira so-bre su Fundamento: y esa distincin sirve precisamente
para ra-cionalizar teorticamenre el tab que pesa sobre el ensayo.
Pier-de as su autoridad un modo de proceder del espritu que
veneracomo canon la separacin entre lo temporal)' lo aternporal.
Unnivel de abstraccin ms alto no otorga al pensamiento
dignidadmayor ni contenido metafsico; ms bien se volariliza ste con
elproceso de la abstraccin, y el ensayo se propone
precisamentecorregir algo de cs.'! prdida. La corriente objecin
contra el
ensayo, a saber, que es fragmentario y accidental, postula sinms
el carcter dado de la totalidad, y con ello la identidadde sujeto y
objeto, por lo que se comporta como si realmente seestuviera en
poder del todo. Pero el ensayo no se propone buscar10 eterno en lo
perecedero y dcstilarlo de ello, sino ms bien eter-nizar lo
perecedero. Su debilidad da testimonio de la "no identi-dad" misma
que l tiene que expresar, testimonio del exceso dela intencin sobre
la cosa, y, con ello, de aquella utopa excluidapor la articulacin
divisora del mundo en eterno y perecedero.En el enftico ensayo el
pensamiento se libera de la idea tradi-cional de verdad.
Con ello suspende al mismo tiempo el concepto tradicionalde
mtodo. El pensamiento tiene su profundidad en la profun-didad con
que penetra en la cosa, y no en lo profundamenteque le reduzca a
otra cosa. Esto es lo que aplica polmica-mente el ensayo al tratar
lo cluC segn las reglas es deri-vado sin recorrer l mismo su
definitiva derivacin. El ensayopiensa junto en libertad lo que
libre)' junto se encuentra en elobjeto elegido. No se encapricha
con un ms all de las media-ciones -las mediaciones histricas en las
que est sedimentadala sociedad entera -, sino que busca 10$
contenidos de verdadcomo histricos en s mismos. No pregunta el
ensayo por ningnprotodato originario, para dao de la sociedad
persocializada, lacual, precisamente porque no tolera nada que ella
misma nohaya acuado, no puede tolerar en modo alguno ]0 que
recuerdesu propia omnipresencia, razn por la cual tiene CJue traer
a cola-cin, como ideolgico complemento, esa naturaleza de la que
suprctica no deja nada. El ensayo denuncia sin palabras la ilusinde
gue el pensamiento pueda escaparse de lo que es thsei, cul-tura,
para irrumpir en ]0 que es ph)'sei, de naturaleza. Atadopor 10
fijado, por lo confcsadarncnte derivado, por lo formado,el ensayo
honra a la naturaleza al confirmar que ella no es ya elhombre. Su
alejandrinismo es la respuesta a la fingida pretensindel saco )'
del ruiseor, que, cuando acaso la red uni vcrsal lespermite
sobrevivir, an querran hacer creer, por su mera exis-tencia, que la
vida sigue viviendo. El ensayo abundona la rutamilitar que busca
los orgenes y quc en realidad no lleva sino alo ms derivado, al
ser, 8 la idcologla duplicadora de IQ que yapreviamente existe;
pCnJ con eso Jl0 pierde la idea misma de in-
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22 23NOTAS DE l.ITERATURA El. ENSAYO COIlIO FORMA
rncdiatez, postulada ya por el sentido de la mediacin. Todos los
que comprende que la exigencia de definiciones estrictas
contri-grados de lo mediado son inmediatos para el ensayo antes de
que huye desde hace tiempo a eliminar, mediante fijadoras
manipu-ste se disponga a reflexionar. laciones de las
significaciones conceptuales, el elemento irritante
Del mismo modo que niega pro toda tos, as tambin niega la y
peligroso de las cosas que vive en los conceptos, Pero no
pordefinicin de 5\15 conceptos. La filosofa ha erigido la plena cr-
ello puede salir adelante sin conceptos generales -- tampoco latca
de stos desde los ms divergentes aspectos, en Kanr, en lengua que
no fetichiza el concepto puede prescindir de l-, niHegel, en
Nietzsche, Pero la ciencia no se ha apropiado nunca procede con
ellos a capricho. Por eso precisamente toma msesa crtica, Mientras
que el movimiento que nace con Kant, en seriamente la carga de la
ex-posicin, si se le compara con lostanto que movimiento dirigido
contra los residuos escolsticos modos de proceder que separan el
mtodo de la cosa y son indi-presentes en el pensamiento moderno,
coloca en el lugar de las Ierentes respecto de la exposicin de su
contenido objetivado. Eldefiniciones verbales la conceptuacin de
los conceptos a partir l' como de la exposicin tiene que salvar, en
cuan to a precisin,del proceso en el que se producen, las ciencias
particulares siguen lo que sacrifica la rCl1UnCl a la "de-finicin"
crcunscriptiva, !tenazmente fieles a su precrtca obligaci6n de
definir, con objeto 1 pero sin entregar la cosa mentada a la
arbitrariedad de significa- fde preservar plenamente la seguridad
de su operacin; en esto I cienes conceptuales decretadas de una vez
para siempre. Encoinciden con los escolsticos los neopositivistas,
para los que filo- ~ esto ha sido J3::!Jj~.!!1jE maestro
inalcanzable. Mas una tal pre-sofa no es ms que el mtodo cientfico.
El ensayo, en cambio, ! cisin no puede quedarse cn lo Jtomizado. El
ensayo urge, msasume en su propio proceder el impulso
antisisterntico e intro- f,' que el procedimiento definitorio, la
interaccin de sus conceptosduce conceptos sin ceremonias,
"inmediatamente", tal como los en el proceso de la experiencia
espiritual. En sta los conceptosconcibe y recibe, No se precisan
esos conceptos sino por sus rela- no constituyen un continuo
operativo, el pensamiento no pro-dones recprocas. Pero en esto se
encuentra con un apoyo en I cede Iinealmente y en un solo sentido,
sino que los rnomcntoslos conceptos mismos. Pues es mera
supersticin de la ciencia por I se entretejen como los hilos de una
tapicera. La fecundidad delrecetas la de que los conceptos son en s
mismos indeterminados I~ pensamiento depende de la densidad de esa
intrincacin. Propia-y no se determinan hasta la definicin. La
ciencia necesita de esa mente, el pensador no piensa, sino que se
hace escenario de expe-idea del concepto como tabula rasa con
objeto de consolidar su I rienda espiritual, sin analizada. Tambin
el pensamiento tradi-pretensin al dominio, pretensin de potencia
que domina la ! cional recibe de ella sus impulsos, pero elimina su
recuerdo ensituacin en exclusiva -que pone ella sola la mesa rasa.
En cuanto a la forma. El ensayo, en cambio, escoge la
experienciarealidad, todos los principios estn previamente
concretados por I espiritual como modelo, aun sin imitada
simplemente comoel lenguaje en el que se encuentran. forma refleja;
el ensayo la somete a mediaci6n mediante su pro-r El ensayo parte
de esas significaciones y. siendo como es l pa organizacin
conceptual; si quiere e>'1'resaIse as, puede +
1 mismo esencialmente lenguaje, las lleva adelante; el ensayo
que- 1, decirse que el ensayo procede de un modo metdicamente ame-
~rra ayudar al lenguaje en su relacin con los conceptos, y tomar
tdico,a los conceptos, reflejndolos, tal como ya se encuentran
nombra- El modo como el ensayo se apropia los conceptos puede
com-dos inconscientemente en el lenguaje. El procedimiento feno-
pararse del modo ms oportuno con el comportamiento de una
J,' menolgico del anlisis signficacional presiente todo esto,
pero persona que, encontrndose en pas extranjero, se ve obligada aA
convierte en fetiche la relacin de los conceptos al lenguaje. El
hablar la lengua de ste, en vez de ida componiendo mediante
ensayo se contrapone tan escpticamente a esto como a la pre-
acum~laci6n de elementos, de mu?nes: ~gn. q~iere la peda-tensin de
dehnir, El ensayo carga sin apologa con la objecin goga acadmica.
Esa persona leer sin diccionario. Cuando hayade que es imposible
saber !\Jera de toda duda qu es lo que visto treinta veces la misma
palabra en contextos si~~ cam-
:~>E,:dobeim,gm,u., b'jn )", 00'''1''''- Y ~:~: nbj~n.;~.
~.:~IJ> bi;"" habr ",gmado '" _tid, -j'" que'; huM.,. .
-
contr~do tras bsqueda en el diccionario todas esas
significacionesrecogidas, las cuales son en su mayor parte
demasiado estre-chas, en comparacin con los cambios en el contexto
y demasiadovagas en comparacin con los inconfundibles matices que
el con-texto funda en cada caso. Y del mismo modo que ese modo
deaprendif1je est expuesto al error, as tambin lo est el ensayocomo
Forma; el ensayo tiene que pagar su a6nidad con la
abiertaexperiencia espiritual al precio de la falta de seguridad
temidacomo la muerte por la norma del pensamiento establecido.
Elensayo no se limita a prescindr de la certeza libre de duda,
sinoque, adems, denuncia su ideal. El ensayo se hace verdaderoen su
avance, que le empuja a ms all de s mismo, y no enla obsesin del
buscador de tesoros a caza de fundamentos. Susconceptos reciben la
ll1Z de un termi1111S ad qllem oculto en elensayo mismo, no de un
descubierto terminus a quo, y con estosu mtodo mismo expresa sin ms
la intencin utpica. TodosS1.1S conceptos deben exponerse de tal
modo que se soportenentre todos, que cada cual se articule segn las
configuracionescon otros. En el ensayo se renen en un todo legible
elementosdiscretos, separados y contrapuestos; no es el ensayo
andamiaje niconstruccin. Pero, como configuraciones, los elementos
cristali-zan por su movimiento. La coriguracn es un campo de
fuerzas,como, en general, bajo la mirada del ensayo toda formacin
es-piritual tiene que convertirse en un campo de fuerzas.
El ensayo es una provocacin al ideal de la clara et
distinctaperceptio y de la certeza libre de duda. En su conjunto
podranrerprerarse como protesta contra las cuatro reglas que el
Dis-C01/I"S de la Mthodc de Descartes coloca al principio de la
cien-cia Occidental y de su teora. La segunda de aquellas reglas,
ladivisin del objeto "en autant de parcelles qu'il se pourrair
ctqu'il scrait requis pom les mieux rsoudrc", ofrece el esbozo
delanlisis elemental bajo cuya ensea la teora tradicional pone
enequivalencia los esquemas de ordenacin conceptuales y la
es-tructura del ser, Pero el objeto del ensayo, los artefactos, se
resis-ten al anlisis elemental y no pueden construirse sino en
basea su idea especfica: no en vano ha tratado en ese punto
Kant:lnlogamente las obras de arte y los organismos, a pes;)1' de
seguirdistinguindolos nsobornablcmcnte con tra todo
oscurantisrno
romntico. No se debe hipostasiar la totalidad en cuanto
entidadprimera, igual que no se deben hpostasiar como primeros
losproductos del anlisis, los elementos. Frente a ambas conductasel
ensayo se orienta por la idea de aquella accin recproca querechaza
tan enrgicamente la pregunta interesada por los ele-mentos como la
bsqueda que se interesa por lo elemental. Losmomentos no pueden
desarrollarse puramente a partir del todoni, a la inversa, el todo
de los momentos. El todo es mnada y nolo es; sus momentos, de
naturaleza conceptual en tanto que mo-mentos, aluden a ms all del
objeto especfico en el que estnreunidos. Pero el ensayo no les
persigue hasta all donde, msall del objeto especfico, se
legitimaran: de hacerla caera en lamala infinitud. Ms bien se
acerca tanto al hic et Htl11C del objetoque ste se disocia en los
momentos en que tiene su vida, envez de ser objeto mero.
La tercera regla cartesiana, "conduire par ordre mes pcnscs,en
commcncant par les objets les plus simples et les plus aiss
aconnaitre, pour monte! pcu a pcu cornme par degrs jusquesa la
connaissance des plus composs'', contradice brutalmente ala forma
ensayo, pues sta parte de lo ms complejo, no de loms simple y
previamente slito, La Forma ensayo no se ap:.n-tar de la actitud de
aquel que empieza a estudiar Iilosolta ytiene ya a la vista de algn
modo la idea de ella. Difcilmenteempezar esta persona por leer a
los escritores ms simples cuyocommo-n se11se suele resbalar por los
lugares en los que habraque quedarse; sino que ms bien empezar por
recurrir a los su-puestamente difciles, los cuales proyectan
entonces retrospecti-vamente su luz a lo sencillo y lo iurninan
como "posicin delpensamiento respecto de la objetividad". La
ingenuidad del estu-diante que no se contenta, y aun a medias, sino
con lo difcil yformidable, es ms sabia que la adulta pedantera que
con ame-nazador dedo exhorta al pensamiento a comprender primero
losencillo, antes de atreverse con eso orro complejo que es lo
quepropiamente le atrae. Ese aplazar el conocimiento no sirve msque
para impedirlo. Frente al COllveral de la comprensibilidad,frente a
la nocin de verdad como coherente conjunto de electos,el ensayo
obliga a pensar la cosa desde el primer paso con tantascapas o
estratos como tiene, y C$ aS] correctivo de aquella
rgidaprimitividad cJue siempre se asocia a la m/,io corriente.
Mientras
-
26 NOTAS DE LlTERATUHA
que la ciencia, falsihcando a su manera lo difcil y complejo
deuna realidad antagonstica V monadolzicamente escindida la. o I
J:edllce a :noddos ~mplificadores y luego diferencia a
posterioriestos mediante sedcente material, el ensayo en cambio se
sacudela ilusin de un mundo sencillo, lgico en el fondo, ilusintan
apta para la defensa del ente mero. El "ser diferenciado" delensayo
no es un aadido, sino su medio mismo. El pensamientoestablecido se
complace en atribuir la diferenciacin a la merapsicologl) del
sujeto conocedor, creyendo as desligarse de lasconstricciones que
aqulla pone. Las tronituantes condenas cien-tGcas del exceso de
agudeza no se dirigen en realidad al mtodoprecipitado e indigno de
confianza, sino a lo inslito en la cosa,que ese otro mtodo permite
manifestarse,
La cuarta regla cartesiano, "Faire partout des denombrementssi
entiers et des revues si gnrales, que je fusse assur de ne
renomettre", el principio propiamente sistemtico, vuelve a
presen-tarse sin alteracin en la polmica de Kan! contra el estilo
"derapsodia" del pensamiento de Aristtclcs. Esa regla correspondeal
reproche que se hace al ensayo de ser, por hablar como
rnaes-trc.scuela. una investigacin que no agota su terna, cuando
todoobjeto, y sin duda el espiritual, incluye en s infinitos
aspectosde cuya eleccin no decide sino la intencin del que conoce.
La"visi?n de conjunto" .no sera posible ms que en el caso de
quepreviamente se supusiera que el objeto tratado se resuelve
corn-pletamente en los conceptos de su tratamiento, que no
quedanada
- .'\
-
30
ea de Hcgel al pie de la letra: no se puede jugar
inmediata-mente In verdad de la totalidad contra 10:0; juicios
individuales,ni es posible Iinirizar la verdad hasta hacerla juicio
individual,sino que la exigencia de verdad presentada pOI la
singularidaddebe tomarse literalmente hasta la evidencia de su no
verdad.Lo audaz, lo anricipativo, lo prometido y no cumplido
totalmentede todo detalle ensaystico arrastra como negacin otras
tantasaudacias; la no verdad en la que el ensayo se in trinca a
sabien-das es el elemento de su verdad. Sin duda hay ya elemento
dc110 verdad en su mera forma, en la referenci; ,; entidad
culru-ralrncntc prcformada y derivada como si Fuera entidad en
s.Pero cuanto ms enrgicamenre suspende el concepto de un
algoprimero y se niega a deshilar cultura de naturaleza, tanto
msfundamentalmente reconoce la esencia natural de la cultura
mis-ma. Hasta el da de hoy se perpeta en la cultura la ciega
cone-xin natural del mito, y el ensayo reflexiona precisamente
sobreello: la relacin entre naturaleza) cultura es su tema propio.
Noen vano se sumerge el ensayo, en vez de "reducirlos", en
losfenmenos culturales corno en una segunda naturaleza o
segundainmediatez, para suprimir precisamente por su tenacidad la
ilu-sin de sta. El ensayo se engaa tan poco como la filosofa de
10originario acerca de la diferencia entre la cultura y lo que
subyacca ella. Pero para l la cultura no es un epifenmeno
superpuestoal Ser y que haya de destruir, sino que incluso lo
subyacente esthse), a saber, la falsa sociedad. Por eso para e]
ensayo el origenno vale ms que la superestructura. Su libertad en
la eleccinde los objetos, su soberana frente a todas las
l'ri01'ities de lofctico o de la teora, se debe al hecho de que
para el ensayotodos ]05 objetos estn en cierto sentido a la misma
distancia delcentro, del principio que los embruja a todos .
El ensayo no glorifica la ocupacin con lo originario como siella
fuera ms originaria que la ocupacin con lo mediado, porque la misma
originariedad es para el ensayo objeto de reflexin,algo negativo.
Esto correspondea una situacin en la que la ori-gnariedad, como
punto de vista oposicin del espritu en mediodel mundo
persocialzado, se ha convertido en una mentira. Latal rneittira
abarca desde el aislamiento de conceptos histricosde las lenguas
histricas para ascenderlos a palabras originarias
.. hasta .la educacin acadmica en creasive.wri~i~1gy el
primitivis- .
NOTAS DE LITElli\TUHA EL ENSAYO COM.O FOnz,,1A 31
actitud para Con ellas no es la del punto de vista o posicin.
Sila falta de punto de vista, de posicin, del ensayo no es ya
inge-nua y obediente a la preeminencia de sus objetos, si
aprovechams bien la relacin a sus objetos como medio contra la
constric-cin del principio, consigue realizar, parodsticamente, por
asdecirlo, la polmica, en otro caso impotente, del
pensamientocontra la mera filosofa de punto de vista, de actitud o
posicin.El ensayo consume las teoras que le son prximas: su
ten-dencia es siempre tendencia a la liquidacin de la opinin,
in-cluso de la opinin de la cual partc.
El cnsayo es lo que fue desde el principio: la forma crticapar
exceliencc, y precisamente como critica inmanente de lasformaciones
espirituales, como confrontacin de lo que son consu concepto, el
ensayo es crtica de la ideologa. "El ensayo es laforma de la
categora crtica de nuestro espritu. Pues el quecritica tiene
necesariamente que experimentar, tiene que estable-cer condiciones
bajo las cuales se hace de llueva visible un objetoen forma diversa
que en un autor dado; y, ante todo, hay queponer a prueba, ensayar
la ilusoriedad y caducidad del objeto;ste es precisamente el
sentido de la ligera variacin a que el cr-tico somete el objeto
criticado". 1 Cuando se reprocha al ensayofalta de punto de vista y
relativismo, porque no reconoce puntode vista alguno externo a s
mismo, se est de nuevo en presencia?c esa ,nocin de la verdad como
cosa "lista y apunto", comoJcrarqma de conceptos, la nocin
destruida por Hegcl, tan pocoamigo de puntos de vista: y en esto se
tocan el ensayo y su ex-tremo, la filosofa del saber absoluto, El
ensayo querra salvaral pensamiento de su arbitrariedad
rcasurnindolo reflexivamenteen el propio proceder, en vez de
enmascarar aquella arbitrariedad
. disfrazndola de inmediatez.. . Cierto que ~quclla liloso~a, la
~el sabe.r absoluto, se quedSiempre con la inconsecuencia
consistente en' que mientras cri-ticaba el abstracto concepto
supremo, el mero "resultado", ennombre del proceso, discontinuo en
s, sin embargo, al mismotiempo, segua hablando, segn costumbre
idealsra, de "mtodo"dial~c~c~. Por eso el ensayo es ~s dialctico de
lo que 10 esla dialctica cuando se expone a SImisma. El ensayo toma
la l6g-
. l . DJiNSn, loc..cit., p. 420.
~. . .". "
';;"'.;
-
NOTAS Dll--LITP.l1Arul\.A-
n:O artstico cultivado con organizacin industrial, y hasta la
m-srca de flautas de caa y el finger pmnting en los que la
oquedadpedaggica se disfraza de virtud metasca, El pensamiento
noqueda al margen de la rebelin de Baudelaire, la rebelin de
lapoesa contra la naturaleza como reserva social. Tampoco los
pa-rasos del pensamiento son ya sino artificiales, y por ellos
deam-bula el ensayo. Y como, segn el dicho de Hegel, no hay entreel
cielo y la tierra nada que no est mediado, el pensamieelo nopuede
ser fiel a la idea de inmediatez ms que a travs de 10mediado,
mientras queel pensamiento se convierte en vctima dela mediacin
cuando aferra inmediatamente lo no mediado. Astu-tamente se aferra
el ensayo a los textos, como si existieran sinms y tuvieran
autoridad. De este modo consigue, pero sin elengao de un algo
primero, un suelo para sus pies, por dudosoque sea, de un modo
comparable al de la antizua exsesis tcol-. d P o ogJca e textos,
-era la tendencia es la contrapuesta a esta ltima:
es 1:1 tendencia crtica; la tendencia es a sacudir la pretensin
dela cu~tura mediante la confrontacin de 10$ textos con su
propioenfll~o concepto, con la verdad mentada por cada uno aunqueno
qUIera mentada, y llevar as a la cultura al pensamiento de su"no
verdad", de aquella apariencia ideolgica en la cual la cul-tura se
manifiesta come decada -de la naturaleza. Bajo la miradadel ensayo
In segunda naturaleza se intcrioriza en s misma comonaturaleza
primera.
Si la verdad de! ensayo se mueve a travs de su "no verdad",no
hay que buscada empero en la mera contraposicin a suelemento
insincero y proscrito, sino en ste mismo, en su moti-lidad, en su
falta de aquella solidez cuya exigencia la cienciatransfiri .de las
relaciones de propiedad al espritu. Los que secreen obligados a
defender el espritu de toda insolidez son susenemigos: el espritu
mismo, una vez emancipado, es mvil, Enc~anto. quiere ms (IUC la
mera repeticin y el mero adobo admi-nls~atJvos de l? ya exi.stente
en cada caso, el espritu presenta~lgun f1an~o sm cubrir; mas la
verdad abandonada por esteJuego con nesga no seria ya ms que
tautologa. Histricamenteel cnsayo e,s! emparentado con la retrica,
a la que la menta-Iidad cicntica, desde Descartes y Bacon, quiso
hacer frente,hasta (1UC, con mucha consecuencia, acab por
rebajarse, en laera cientfica, a la categora de una ciencia sz,!i
generis, la ciencia
de l~ comunicacin. Probablemente, es cierto, la retrica fue
yasiempre el pensamiento en su adaptacin al lenguaje comuni-cativo.
Este pensamiento apuntaba a la obvia y trivial satisfaccinde los
oyentes. Precisamente en la autonoma de la exposicin,por la que se
distingue de la comunicacin cientfica, el ensayoconserva restos de
aquel elemento comunicativo de que carece lacomunicacin cientfica,
La satisfacci6n que la retrica quieresuministrar al oyente se
sublima en el ensayo hasta hacerse ideade la felicidad de una
libertad frente al ohjeto, libertad que daal objeto ms de lo suyo
que si se le coloca en el despiadadoorden de las ideas. La
conciencia cientficista, orientada contratoda representacin
antropomorfstica, estuvo siempre aliada conel principio de realidad
y fue siempre, como ste, enemiga de lafelicidad. Mientras qlle se
afirma que la felicidad es la finalidadde todo dominio de la
naturaleza, resulta que la felicidad se pre-senta siempre como
regresin a la naturaleza mera. Ello se mani-fiesta hasta en las
filosofas supremas, hasta en Kant y en Hcgcl.A pesar de tener su
pathos en la idea absoluta de razn, estasfilosofas denigran al
mismo tiempo a la razn, por impertinentee irrespetuosa, en cuanto
qtle ella relatviza algo vigente. El-ensayo, oponindose a esa
tendencia, salva un momento de so-Fstica. La hostilidad del
pensamiento crtico oficial a la Felicidades perceptible,
especialmente en la dialctica trascendental deKant, la cual querra
eternizar las fronteras trazadas entre elentendimiento y la
especulacin e impedir, segn la carncrcrfs-tica metfora, el
"vagabundeo por los mundos inteligblcs".
Mientras que la razn que se critica a s misma pretende estaren
Kant con los dos pies bien asentados en el suelo, fundndosea s
misma, en realidad, segn su ms ntimo principio, est ha-cindose
impermeable a cualquier novedad y combatiendo yala curiosidad, el
ldico principio del pensamiento tan denigradotambin por la ontologa
existencial, Lo que Kant, desde el conte-nido, ve como finalidad de
la razn - la produccin de la hu-manidad, la uropa-c-, queda
impedido desde la forma, desde lateora del conocimiento, la cual no
permite a la razn rebasar elmbito de la experiencia, el cual se
contrae, en el mecanismodel mero material y las inmutables
categoras, a aquello que yasiempre fue, existi.
Pero el objeto del ensayo es lo nuevo en tanto que nuevo, no
~.,.
J - NOT.,I.S D1. U'TEllAVllA !f
; I
~
-
34 NOTAS DE LrrERATURAtraducible a lo viejo de las Formas
existentes. Al reflejar comosin violencia el objeto, el ensayo se
queja calladamente de quela verdad traicionara a la felicidad y,
con ello, a s misma. Y estelamento mueve a la clera al ensayo. El
elemento suasorio de lacomunicacin se sustrae entonces, en analogia
con el cambio defunci6n de algunos rasgos de la msica autnoma, a su
fin ori-ginario y se convierte en pura determinacin de la
exposicincomo tal, en su factor de violencia que, en vez de
reproducir lacosa, querra reconstruida partiendo de sus membra.
disiectaconceptuales. Pero las malfamadas transiciones de la
retrica,en las que asociaciones, multivocidad de las palabras,
abandonode la sntesis lgica tenan que facilitar el trabajo al
oyente y so-meterlo, una vez debilitado, a la voluntad del orador,
se fundenen el ensayo con el contenido de la verdad. Sus
transiciones re-chazan la derivacin directa en beneficio de
conexiones horizon-tales entre los elementos, conexiones para las
cuales no tiene sitiola lgica discursiva.
El ensayo no utiliza los equvocos por negligencia, ni porqueno
sepa que sobre ellos pesa una prohibicin cientihcista, sinopiJta
llevar, hasta alli adonde pocas veces llega la crtica del equ-voco,
la mera distincin de significaciones: al hecho de quesiempre que
una palabra cubre diversidad, lo diverso no puedeserio
completamente, sino que la unidad de la palabra alude auna unidad
en la cosa, por recndita que sea, sin que, por lodems, esta unidad
pueda confundirse con parentescos lings-ricos segn el uso de las
actuales filosofas restaurativas, Tambinen esto roza el ensayo la
lgica musical, el arte estrictsmo y, sinembargo, sin conceptos, de
la transicin musical, para dar a lalengua que habla algo que perdi
bajo el dominio de la lgica,discursiva, la cual, empero, no permite
que se salte por encimade ella, sino que slo es posible superada
con astucia mediantesus propias formas y gracias a la expresin
subjetiva y penetran-te. Pues el ensayo no se encuentra en simple
contraposici6n conel procedimiento discursivo, El ensayo no es
.algico, sino queobedece l mismo acriterios lgicos en la medida en
que el con-junto de sus frases tiene que componerse en acorde. No
puedenquedar en l contradicciones meras, a menos que se
fundamen-ten corno contradicciones de la. cosa misma. $610 que el
ensayodesarrolla los pensamientos de modo diverso del que sigue
la
.0. ,_o
tI!
EL ENSAYO COMO FOIHvlA 35
lgica discursva. No los deriva de un principio ni los infiere
decoherentes observaciones particulares. Coordina los elementosen
vez de subordinados; y lo nico conmensurable con los cri-terios
l6gicos es la esencia del contenido del ensayo, no el m~~ode su
exposicin, Mientras que, por una parte, en comparaclODcon las
formas en que se comunica indiferentemente un conte-nido ya listo,
el ensayo es ms dnmco que el pensamiento tra-dicional 3 causa de la
tensin entre la exposicin y lo e.-puesto,por otra, como
compresencia construida, es tambin ms est-tico. En esto y slo en
esto consiste su afinidad con el cuadro,pero con la diferencia de
que la esttica del ensayo es la de rela-ciones de tensin detenidas
en cierto sentido. La fcil docilidaddel curso de los pensamientos
del ensayista le obliga a una inten-sidad mayor que la del
pensamiento dscursivo, porque el ensayono procede, como ste, ciega
y au romatizadarnen te, sino que encada momento tiene que
reflejarse sobre s mismo. Naturalmenteque esa reflexin no se
refiere slo a su relacin con el pensa-miento establecido, sino
tambin a su relacin con la retrica yla comunicacin. De no ser as,
lo que se imagina ser supracienr-neo resulta ser vanidad
precientica.
La actualidad del ensayo es la actualidad de lo anacrnico.
Elmomento le es ms desf;vorable que nunca. El ensayo se veaplastado
entre una ciencia organizada en la que todos se arro-gan el derecho
de controlar a todos y todo y que excluye con elaparente elogio de
"intuitivo" o "estimulante" lo que no estcoi:tado por el patrn del
COllSCl1S, y una fi.losofa que se contentacon el vaco y abstracto
resto de lo que no ha sido an ocupadopor la orga.nizaci6n de la
empresa cientfica y que, por eso mis-mo, es para ella objeto de una
empresa organizada de segundogrado. Pero el ensayo se ocupa de lo
opaco de sus objetos. Conconceptos querra abrir de par en par lo
que no entra en con-ceptos o que, por las contradicciones en que se
enredan stos,revela que la red de su objetividad es mera dsposcin
artfi-ciosa subjetiva. El ensayo querra polarizar lo opaco,
desemba-razar las fuerzas latentes en ello. Se esfuerza por llegar
a laconcrecin del contenido determinado en el espacio y en el
tiem-po; construye la encarnacin conjunta de los conceptos talcomo
stos se presentan, juntos y encarnados, en el objeto. Elensayo' se
sustrae __a la tiranadeIos atributos .atrib,uidos .a las ';
, :.~ -',_ :.; ."
-
ideas desde la definicin del Symposio, "eternas en su ser, ni
en-gendradas ni perecederas, ni sujetas a cambio ni a
disminucin";"un ser por sI mismo, para 'S mismo, eterno,
monoforme", y apesar de ello el ensayo sigue siendo idea, porque no
capitula anteel peso del ente, porque no se inclina ante 10 que
meramente es.Pero no lo mide con el canon de un algo eterno, sino
ms biencon un entusistico fragmento del perodo tardo de Netzsche:"Y
supuesto que dijramos 's' a un nico instante, con ello be-mas dicho
's' no slo a nosotros mismos, sino a toda existencia.Pues nada est
aislado en s, ni en nosotros mismos ni en las co-sas: y si nuestra
alma no ha temblado v resonado de felicidad,corno una cuerda, sino
una sola vez, para ello fueron necesariastodas las eternidades,
para condicionar ese acaecer nico - y todaeternidad Fue aceptada,
liberada, justificada y afirmada en aquelinstante nico de nuestro
's'", 1 S610 que el ensayo desconfaincluso de una tal justificacin
y airmacin. Para la felici-dad, que era sagrada para Nictzsche, el
ensayo no conoce msnombre que el negativo. Incluso las supremas
~anifestaciones delespritu que cx-presan la felicidad siguen
intrincadas en la culpaque consiste en obsraculzarla en cuanto
siguen siendo mero esp-ritu. Por eso la ms ntima ley formal del
ensayo es la hereja. Porviolencia contra la ortodoxia del
pensamiento se hace visible enla cosa aquello, mantener oculto lo
cual es secreto y objetivo finde la ortodoxia.
1. FIUl!DRICH Nnrrzscnn, Der Plill" %m ;'fac/t (TI), HT
erke,Band, X. Lepzig, 1906, p. 206, 1032.
DE LA INGENUIDAD EPICAI1(I
"As como la tierra aparece grata a los que vienen nadandoporque
Poseidn les hundi en el ponto la bien const;uida em-barcacin,
hacindola juguete del viento y del gran oleaje: y ~nospocos que
conszuieron salir nadando del espumoso mar. .. pIsanla tierra muy
alegres porque se ven libres de aquel info.rtunio:pues de igual
manera le era agradable a PenJ~r~)a vista ~elesposo y no le quitaba
del cuello los nveos brazos . ~ .Si se midela Odisea por esos
versos, por la metfora de la feheldad de losesposos reunidos, no
como si se tratara de metfora cualquierasimplemente aadida, sino
como contenido n~do de la ,na~ra:cin, que aparece hacia el final de
sta, la Odisea no sena sinoel intento de prestar odo al choque
siempre renovado del maren la costa rocosa, el intento de dibujar
pacientemente cmo elagua sumerge los escollos para retirarse luego
bramando de eUosy hacer que 10 Firme brille con color ms profundo.
Ese br,:mares el sonido de la palabra pica en la que lo unvoco y
firmese rene con 10 multvoco y fluyente para separarse al punto
deellos. La aforme marea del mito es lo siempre igual" mientrasque
el t/os de la narracin es 10 divers~, y l~ ~del1~dad des~ia-dada y
rigurosa en que se sujeta al objeto eplco sirve preCisa-mente para
consumar su "no identidad" con la identidad mala,con la monotona
sin articular: para realizar su diversidad mis-ma. La epopeya
quiere contar algo digno de ser contado, de
l' HO)'!I!no, Odisea, XXIII, 231 Y ss, -- El autor cita la
clsica tra-duccin nacional alemana de Voss, Damos aqu la
trndicional versincastellana en prosa de Segal, en la edicin Alsna.
(N. (lel T.)