El Doctor Apio En el puesto de doña Carlota había un tomate al que le dolía la barriga. Los nabos corrieron a llamar al consultorio del doctor Apio. ¡Doctor Apio, Doctor Apio! Al señor Tomate de duele la barriga. Vino el Doctor Apio y le tocó la barriguita. Le recetó un tazoncito de anís. El tomate ya sonríe, la barriguita no le dolía.