EL DISPOSITIVO DE LA SEUDOTRADUCCIÓN EN TRADUCCIONES I, II Y III DE JUAN GELMAN Masterproef voorgelegd voor het behalen van de graad master in de taal- en letterkunde: Latijn - Spaans Academiejaar: 2017 – 2018 Barbara Vanden Bulcke Studentennummer: 19913773 Promotor: Dr. María Teresa Navarrete Navarrete Copromotor: Prof. dr. Ilse Logie
93
Embed
EL DISPOSITIVO DE LA SEUDOTRADUCCIÓN EN€¦ · que le presento. Prefacio Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
EL DISPOSITIVO DE LA
SEUDOTRADUCCIÓN EN
TRADUCCIONES I, II Y III DE JUAN
GELMAN
Masterproef voorgelegd voor het behalen van de graad
master in de taal- en letterkunde: Latijn - Spaans Academiejaar: 2017 – 2018
Barbara Vanden Bulcke Studentennummer: 19913773
Promotor: Dr. María Teresa Navarrete Navarrete
Copromotor: Prof. dr. Ilse Logie
Agradecimientos
Escribir un trabajo de esta magnitud ciertamente lleva tiempo e implica un gran esfuerzo. La
realización de la presente tesina nunca hubiera sido posible sin la ayuda y el apoyo de las personas
que quisiera agradecer a continuación.
En primer lugar, quisiera dar las gracias a mi directora, la doctora María Teresa Navarrete Navarrete.
Tanto sus correcciones ilimitadas y sus revisiones relevantes como su asesoramiento experto fueron
imprescindibles para el desarrollo de esta tesina. Por estar siempre dispuesta a leer mis textos y por
todas las sugerencias y correcciones valiosas, le debo expresar mis sinceros agradecimientos. No sé
cómo puedo agradecérselo.
En segundo lugar, me gustaría expresar mi gratitud a la profesora Logie, la codirectora de esta tesina.
Por tener confianza en mí y por su complacencia de seguir mi idea de investigar la poesía. Además,
le agradezco mucho la oportunidad de pasar un cuatrimestre en la Universidad Nacional de La Plata.
Tuve la suerte de estudiar y de vivir algunos meses en este lugar mágico que rezumaba un aire de
revolución. Conocí a gente cariñosa y seguí, junto con unos diez compañeros argentinos, entre el
mate y el ruido de la universidad caótica, las clases cautivadoras –por nombrar solo éstas – del
seminario “Lírica y secularización. El problema del sentido en la poesía latinoamericana de
Postvanguardia” del profesor Enrique Foffani. Y lo que es más, la Universidad de La Plata me
facilitó acceso a fuentes imprescindibles sobre Juan Gelman, el poeta argentino que he terminado
por amar a lo largo del desarrollo de esta investigación.
Debo, por supuesto, también agradecer a la profesora María Ángeles Pérez López de la Universidad
de Salamanca, donde estudiaba en el tercer año del grado, por transferirme su pasión por la poesía
hispanoamericana y por darme a conocer el poeta argentino Juan Gelman. Su enseñanza apasionante
sobre los y las poetas de América Latina en las clases de ‘Poesía hispanoamericana del siglo XX’,
me inspiró a investigar la obra poética gelmaneana.
Obviamente, debo expresar mi gratitud a Juan Gelman, el poeta que he trabajado, por escribir y
haber publicado sus hermosos poemas.
Muriel Van den Bosch de la universidad de Gante, te doy las gracias por las conversaciones
motivadoras y por los consejos en cuanto al diseño de esta tesina.
Mi querida hermana Caroline, por tu soporte persistente en el transcurso de esta investigación y tu
apoyo en circunstancias difíciles, te estoy eternamente agradecida.
Por último, solo me queda agradecer a usted, estimado lector, por tomarse el tiempo de leer la tesina
que le presento.
Prefacio
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar. Antonio Machado
Gante, 4 de agosto de 2018
Querido papá
Te escribo porque estoy acabando con mi tesina de la maestría y quiero contarte muchas cosas, no
sé por dónde empezar. Ya hace trece años, tuviste que despedirte demasiado pronto de la vida y de
todo lo que amabas. Mucho ha sucedido y te extrañamos enormemente.
Muchas veces, te has preguntado por qué no logré completar mis estudios en la universidad después
de la escuela secundaria en 1991, como antes sacaba casi siempre buenas notas. Igualmente te has
preguntado si la causa se debería a tu separación con mamá o a la enfermedad de Wilson que se me
diagnosticó en 1999, aunque nací con esta enfermedad. Bueno, ahora puedo decirte a ciencia cierta
que era por la enfermedad. Lo he leído en varios artículos médicos. La disminución del rendimiento
escolar es una característica de la enfermedad, a menudo antes de la diagnosis real.
Pero, en 2013 empecé a estudiar de nuevo, y decidí estudiar literatura y lingüística de las lenguas
latín y español. Como sabes bien, el latín me gusta desde hace muchos años y, dado que asistí a
clases nocturnas de español durante varios años, opté por la combinación de latín y español.
No siempre fue fácil, pero lo hice con mucho gusto. Mi poema favorito de Antonio Machado se ha
convertido en mi mote: continuar y no mirar hacia atrás. La metáfora del camino en el poema,
muestra de manera expresiva nuestro camino de la vida: caminamos por la vida, tomamos nuestras
propias decisiones y las huellas, que dejamos atrás, son nuestras y no de otras personas. Nosotros
mismos tenemos que determinar el destino. Tú también lo sabes ciertamente.
El camino de mi vida no siempre ha sido fácil por los continuos problemas de salud, el fin de mi
relación con Steven, la búsqueda de una vivienda nueva. En estos momentos difíciles, te extraño
mucho. Pero no solo en estos momentos, sino en instantes de alegría, pienso en ti. Soy la madrina
de tu nieto Boris, que va a cumplir ocho años finales de agosto. Oh, hubieras estado orgulloso de él.
Él se parece a ti. Es un chico mono pero a veces un poco obstinado.
Durante mis estudios, a menudo dudaba de mí mismo y algunas veces, pensaba que una tarea o un
examen no saldría bien. Sobre todo, el último año fue complicado: estaba enferma muy a menudo
porque tengo otra vez problemas con mi hígado. Sin embargo, estoy agradecida por todas las
asignaturas interesantísimas que se me enseñaron en la universidad. Fui de Erasmus en Salamanca
en el tercer año del grado y el año pasado, llevé estudiando cinco meses en la Universidad de La
Plata en la hermosa Argentina. Fue una experiencia excepcional y sé que hubieras venido a
visitarme. En Salamanca, me enamoré de la poesía hispanoamericana gracias a la asignatura ‘Poesía
hispanoamericana del siglo XX’ de la simpática profesora María Ángeles Pérez López. La pasión
por la poesía hispanoamericana llevó a elegir el tema de esta tesina: el dispositivo de la
seudotraducción en Traducciones I, II y III de Juan Gelman, el estupendo poeta argentino. No es un
tema fácil, pero sus poemas me emocionan. He aprendido mucho, también gracias a mi directora,
que me tantas veces indicaba la dirección correcta durante la investigación. Igualmente, al escribir
esta tesina, a veces me lo pasaba mal y dudaba si lo conseguiría. Ahora, siento que he evolucionado
mucho y he adquirido más conocimiento a lo largo del desarrollo de este trabajo. Tengo más
confianza en mí.
Estoy orgullosa por haber tenido éxito y sé que tú también lo hubieras estado. Siempre me has
aconsejado de seguir mi corazón en cuanto a la elección de mis estudios.
Por lo tanto, dedico esta tesina, el colmo de mi carrera, a tú y, espero que – siempre dijiste que creías
en la reencarnación- como Bob Chambers estas viajando “por la muerte montado en un burrito / con
la mejilla cerca de la luna tan alta / y una almohadita para el sol” (Gelman 2012: 127) o como George
Bentham, “allá habrás de crecer George Bentham para atrás / en dirección al comienzo de todo /
habrá rocío para tu herido corazón / y después bailaremos” (Gelman 2012: 150). Te confío que estos
son mis versos preferidos de este extraordinario poemario.
¿Y sabes qué, papá? En realidad, te pareces un poco a Juan Gelman por el mismo aspecto, la misma
boca y las cejas casi iguales. Desafortunadamente, no has tenido la suerte de ser tan viejo como él.
Donde quiera que estés, papá, consagro mi tesina a tú y espero que algún día, podamos bailar …
Barbara
P.D.: Escribo esta carta mientras que estoy en ‘De Krook’, la biblioteca nueva de Gante. Veo los
barcos navegando delante de mí y siento que estés cerca de mí.
Según la práctica brechtiana, el espacio de alteridad no se encuentra en la relación egotista entre
el poeta y sus alter egos dialécticos, sino en la recepción del texto y su identificación con el
mundo real. Para Brecht, la intención mimética del viejo teatro crea la ilusión de que el mundo
simulado en la escena es natural. Al despertar una conexión emotiva en el espectador, este no
puede percibir la impostura que todo texto encierra y, por lo tanto, no es capaz de aceptar la
construcción cultural que nuestro mundo representa. Según sus ideas, solo a través del
Verfremdung o distanciamiento, el espectador puede liberarse de su fascinación dramática,
observar su artificiosidad y encaminarse hacia la transformación social (Payán 2012: 83).
Antes de seguir, conviene aclarar el término “extrañamiento brechtiano” o verfremdungseffekt.
En su libro Escritos sobre el teatro, Brecht (2004) describe que extrañar una acción o un
personaje significa “simplemente quitarle a la acción o al personaje los aspectos obvios,
conocidos, familiares, y provocar en torno suyo el asombro y la curiosidad” (2004: 83).
Andrade plantea en su tesis doctoral Brecht y el extrañamiento su influencia en el teatro
latinoamericana (2016) que de ello se depende que, a través de la técnica de la identificación,
el público sienta que las emociones del personaje le son tan propias, que no cuestionará asunto
alguno en su comportamiento. De esta manera, el actor, en tanto intérprete solo buscará en un
mismo registro las emociones o reacciones a darle al personaje. En tanto en la nueva técnica
propuesta, el actor podrá imaginar que hay otras emociones contenidas en el personaje. Así, los
sentimientos humanos se aparecen y presentan ya no como algo general, si no, como conductas
particulares y pertinentes a un evento. Lo que nos permite pensar que en la misma situación,
otro sujeto podrá reaccionar de otro modo distinto (Andrade 2016: 23-24).
Andrade continúa su explicación del extrañamiento explicando que los formulistas rusos ya
desarrollaron el concepto de extrañamiento. Shklovski utiliza el término “Priem ostranenija”,
procedimiento o efecto de extrañamiento. Para Shklovski, extrañar radica en desarrollar formas
en el lenguaje literario que permitan presentar otra visión de las cosas, diferente a la vida
cotidiana, mostrándolas en nuevos contextos. “También extrañar implicaría utilizar la técnica
de la exageración para resaltar lo ficticio (el grotesco, la parodia y el absurdo entrarían en esta
concepción)” (Andrade 2016: 24-25).
28
Gomes (1997) señala, a su vez, que el yo, como entidad ajena y distante precipita la destrucción
de toda mímesis. “A eso, pasado por el cedazo del formalismo ruso, llamaba Brecht ‘efecto de
alienación’ (verfremdung)” (Gomes 1997: 652).
Veremos en el capítulo dedicado a Traducciones III. Los poemas de Sidney West de la segunda
parte de esta tesina cómo destaca el uso de la tercera persona en estos poemas. Pero, antes, en
los primeros dos capítulos de esta parte, estudiaremos, primeramente el poemario
Traducciones I. Los poemas de John Wendell y segundo, el libro Traducciones II. Los poemas
de Yamanokuchi Ando.
29
Parte II
La poesía es el lugar donde todo sucede. A semejanza del amor, del humor, del
suicidio y de todo acto profundamente subversivo, la poesía se desentiende de lo que
no es su libertad o su verdad. Decir libertad y verdad y referir estas palabras al mundo
en que vivimos o no vivimos es una mentira. No lo es cuando se las atribuye a la
poesía: lugar donde todo es posible.
(Pizarnik 1968: 34)
30
31
3. Traducciones I. Los poemas de John Wendell (1965-1968)
3.1 Introducción
Entre los años 1965 y 1969 Gelman escribe la serie de las Traducciones. La primera de las
obras publicadas de este ciclo fue Traducciones III. Los poemas de Sidney West (1969). Como
ya hemos mencionado, el ciclo de las Traducciones comienza en el orden de la escritura con
Traducciones I. Los poemas de John Wendell (1965-1968) y Traducciones II. Los poemas de
Yamanokuchi Ando (1968). Ambos fueron publicados en la edición aumentada de Cólera Buey5.
De este modo, el primer poemario en la serie de las Traducciones es Traducciones I. Los
poemas de John Wendell (1965-1968), supuesto poeta inglés. En este capítulo nos centraremos
en el estudio de esta obra.
3.2 La numeración romana de los poemas
Los poemas atribuidos a Wendell, tienen una numeración romana que no sigue un orden
específico y que sugieren la existencia de casi 500 poemas de los cuales solo se han conservado
o publicado 32. También hay tres poemas atribuidos por el propio Wendell a otro autor, Dom
Pero Gonçalvez, que están escritos con un estilo arcaizante similar al español medieval que
complica además el juego de identidad entre los tres poetas y la figura de Gelman (Urli 2016:
348).
En cuanto al orden arbitrario de los poemas, cabe mencionar que el poema XXXI inicia el
poemario y los poemas XXIX, II y XVII lo siguen componiendo un orden aleatorio. Por
consiguiente, el lector puede suponer, por un lado, que se trata de una negligencia o de un
propósito del ‘traductor’ que presenta los poemas de acuerdo con su propio gusto o, por otro,
el lector puede creer que el ‘traductor’ respetó exactamente el original, lo que implica que se
han perdido un número considerable de poemas. Aunque Traducciones I cuenta con solo 29
5 Juan Gelman. 1971. Cólera Buey. Buenos Aires: La Rosa Blindada. El libro reúne varios libros que el autor da a
conocer por primera vez. Dos de ellos son Traducciones I. Los poemas de John Wendell (1965-1968) y Traducciones II. Los poemas de Yamanokuchi Ando (1968).
32
poemas, la numeración los sobrepasa largamente dado que solo seis de los poemas se insertan
entre el I y el XXIX y el resto llega hasta el “CDXXIV” (Sillato 1996: 38).
También ‘Los poemas de Dom Pero’ de este poemario se presentan bajo números romanos muy
altos (CDLVI, CDLXXXI y XDV) y estos poemas continúan, a modo de apéndice, la serie de
los 29 primeros poemas del libro. Son solo tres poemas que al igual que los poemas de John
Wendell carecen de un título.
3.3 Análisis de los poemas de Traducciones I. Los poemas de John Wendell (1965-
1968)
La lejanía cultural se presenta en los poemas de este poemario refiriendo a otros textos ajenos,
entre otros, el Panchatantra (poema LXV), el mito de Edipo y Antígona (poema XXIII), la
historia de Catón el Censor (poema CDXXIV), Diderot (poema CDXII), Descartes (poema
CCCLV).
Con su primer heterónimo, John Wendell, Gelman continúa hablando de sí mismo, pero, al
mismo tiempo, ya empieza hablar “de otras cosas” (cf. Benedetti 1973: 229), como él mismo
indicara en la citada entrevista con Benedetti. Así, se entremezclan poemas en los que prevalece
la primera persona con poemas más bien narrativos en los que el ‘yo’ se desvanece para dar
lugar a relatos de tipo anecdótico e impersonal (Sillato 1996: 39):
todo el día viví con tu ausencia mejor dicho
todo el día viví de tu ausencia ya que los terremotos
otros desastres internacionales
no me distrajeron de ti (Gelman 2012: 223)
cuando Edipo se arrancó los ojos o la representación de sus delitos
(matar al padre concebir con la madre
todo lo que Sófocles llamo ignorancia o sufrimiento)
manaron larga sangre densa sobre el talón níveo de Antígona (Gelman 2012: 228)
En lo que sigue, veremos cómo Gelman se disfraza, a través de su heterónimo John Wendell,
primeramente de un poeta esteticista que aborda temas cultos tales como los mitos griegos y
los científicos franceses y, —en calidad de ‘Dom Pero’, su segundo heterónimo — los cronistas
de Indias y en segundo lugar, de un poeta estético cuando habla del propio proceso lírico a
33
través del recurso de la personificación de la poesía. La poesía anterior de Gelman en cambio,
se caracteriza por “un lirismo rico y vivaz y un contenido principalmente social” (Gonzáles
Tuñón en Gelman 2012: 12).
En el poema “CCLXVI”, la referencia de la voz poética a sí misma desde la tercera persona,
“quien esto escribe” (Gelman 2012: 229), constituye un enlace entre el ‘yo’ que escribe y el ‘él’
como una entidad separada y distinta sobra la cual se relatan las experiencias personales:
siempre atacando la realidad atacando
siempre por ella de buenas y
malas maneras quien
esto escribe ha pasado sus días
nadie sabe si lo han derrotado pero
es seguro que no consiguieron
hacerle sentir miedo
por la belleza de este mundo (Gelman 2012: 229)
En el poema “XXIV” de TI6, tenemos, por un lado, un hablante que vive el mundo y siente el
hambre y la rabia de los demás. Es una actitud que se enriquece incluso cuando el yo poético
parece agotado y desearía librarse de estas doloridas impregnaciones de su alma (Giordano
1983: 176):
yo soy un hombre mundial me interesa
la revolución en Pakistán la falta
de revolución en el Yorkshire donde
una vez vi que lloraban
de hambre o de rabia nomás (Gelman 2012: 222)
Y, por otro lado, el descanso del guerrero:
cómo es posible entonces que
entre las tempestades o sus calmas
que vienen a ser lo mismo desde
cierto punto de vista yo
no haya olvidado tu valor la
suave apariencia que adquirís y todo
sea como tu olor después de haber amado
antes de haber amado sea como tu olor? (Gelman 2012: 223)
6 De aquí en adelante utilizaremos la abreviatura TI para hacer referencia a Traducciones I. Los poemas de John
Wendell (1965-1968).
34
El hablante va descubriendo el amor a través de su testimonio de las luchas de los otros y llega
el momento en que necesita un desahogo del dolor (Giordano 1983: 176):
basta
no quiero más de muerte
no quiero más de dolor o sombras basta
mi corazón es espléndido como una palabra (Gelman 2012: 224)
Este poema “XXXIII” de TI es un rayo idílico, una pausa en la peregrinación, en el sentido de
Los versos del Capitán7, de Pablo Neruda. El amor se interpone entre el dolor del mundo y la
sensibilidad del yo lírico (Giordano 1983: 177).
Simulando ser John Wendell, Gelman expresa su deseo de captar la realidad mediante la
palabra. Su mundo está habitado por los fantasmas de la memoria a los que consigue
corporificar mediante la escritura. De este modo logra separarse de sus recuerdos y enfrentarlos
dentro de la nueva realidad del poema (Sillato 1996: 40):
con la madrugada
han empezado otra vez los ruidos en la casa
y es posible que sean los fantasmas o
algún ropero algún olvido que se desarman (Gelman 2012: 222)
O, por ejemplo, en el poema “CLVII”:
ante una asamblea de recuerdos de balde
tome la palabra y dije señores
dispersarse, es inútil que
se reúnan hasta estas horas de la madrugada y
no me dejen dormir no
dejen dormir a los vecinos y
golpeen y golpeen como si no supieran
que a carne golpeada no se vuelve insensible sino triste (Gelman 2012: 230)
Pero esta realidad, evocada en el poema, es inestable y puede empeorarse porque ha sido
construida con palabras, y las palabras:
a veces son peores que actos mejor dicho más ciertas
el tiempo que pasa no las afinas no las embellece
describe sus rajaduras sus paredes raídas
el techo se les hunde y llueve
El poema entero “CCLCI” muestra claramente la blasfemia de la voz poética ante su propia
poesía porque en las palabras, Gelman no puede “tener abrigo ni reparo” (Gelman 2012: 234)
(Giordano 1983: 176):
7 Los versos del Capitán es una de las obras más famosas de Pablo Neruda sobre el tema de amor.
35
estos poemas, esta colección de papeles esta
manada de pedazos que pretenden respirar todavía
estas palabras suaves ásperas ayuntadas por mí
me van a costar la salvación
a veces son peores que actos mejor dicho más ciertas
el tiempo que pasa no las afinas no las embellece
describe sus rajaduras sus paredes raídas
el techo se les hunde y llueve
es así que en ellas no puedo tener abrigo ni reparo
en realidad huyo de ellas como de las ciudades antiguamente malditas
asoladas por las enfermedades las catástrofes
los reyes extranjeros y magníficos
mas malas que el dolor son estas
ruinas que levante viviendo dejando de vivir
andando entre dos aguas
entre este mundo y su belleza .
y no me quejo ya que
ni oro ni gloria pretendí yo escribiéndolas
ni dicha ni desdicha
ni casa ni perdón (Gelman 2012: 234)
Es otra manera de sentirse momentáneamente liberado de la seriedad que ha debido soportar
durante toda su trayectoria creativa O, dicho de otro modo, la voz de John Wendell le permite
a Gelman criticar su propio proceso poético y por consiguiente lo metapoético destaca en el
poema (Giordano 1983: 176-177).
Gomes señala a su vez, que Gelman expresa en este poema su desazón, provocada por las
injusticias políticas, y no solo roza con lo escatológico y paroxístico,
sino que se extiende ahora al quehacer creador, que no se impone a los demás asuntos, sino que
es medido con la misma regla por una voz deseosa de equilibrar los términos de la dicotomía
“mundo” (en este caso, las facetas prácticas de la experiencia) y “belleza” (la escritura, el
“verso” del que se nos hablaba en Violin y otras cuestiones. (1997: 656)
La inversión del giro idiomático “costar la perdición” refleja exactamente la difícil armonía
lograda (Gomes 1997: 656). No obstante, Gelman no se queja y justifica su propio acto de
escritura (Sillato 1996: 40):
ni oro ni gloria pretendí yo escribiéndolas
ni dicha ni desdicha
ni casa ni perdón (Gelman 2012: 234)
De ahí que la poesía, y más específicamente su amor por la poesía, establece el tema alrededor
del cual giran muchos de los poemas (Sillato 1996: 40):
36
eternamente perseguido por ti
o persiguiéndote paso
los días malos y los buenos contemplo (Gelman 2012: 225)
Un otro ejemplo interesante, que aborda el tema de la poesía, es el poema “CCCLVII”:
nunca supe que sucesión o días ataron tu fatalidad
eres bella eso sí pero más eres dulce
y te derramo como el vino
y tiemblas horizontes
o verdaderamente nunca sabré amarte o sea nunca
terminare de amarte
voladora
no me dejas dormir (Gelman 2012: 239)
Es obvio que estos poemas tratan lo estético o el propio proceso lírico y están completamente
diferentes de la poesía realista de Gelman.
El recurso de la personificación de la poesía que constatamos varias veces en este poemario,
le permite a la voz poética dirigirse a “ella” a través del “tú” (Sillato 1996: 41). La obsesión
por la poesía abarca, además, otros aspectos, como la relación entre la poesía y la política,
más específicamente, sobre el sistema capitalista:
XCI
toda poesía es hostil al capitalismo
puede volverse seca y dura pero no
porque sea pobre sino
para no contribuir a la riqueza oficial
puede ser su manera de protestar de
volverse flaca ya que hay hambre
amarilla de sed y penosa
de puro dolor que hay puede ser que
en cambio abra los callejones del delirio y las bestias
canten atropellándose vivas de
furia de calor sin destino puede
ser que se niegue a sí misma como otra
manera de vencer a la muerte
así como se llora en los velorios
poetas de hoy
poetas de este tiempo
nos separaron de la grey no sé qué será de nosotros
conservadores comunistas apolíticos cuando
suceda lo que sucederá pero
toda poesía es hostil al capitalismo (Gelman 2012: 232-233)
En la primera estrofa, el poeta tiene miedo y se preocupa del futuro de la poesía dentro de un
sistema capitalista cuya visión antipoética no da lugar a una creatividad lírica (Sillato 1996: 41).
37
El poema abre con una clara declaración respecto a la posición de la poesía y del capitalismo.
En la segunda línea, la poesía está vinculada con privación (“seca”) y dificultad (“dura”), y
puede “volverse flaca”. El léxico asocia el poeta con el modesto, lo desposeído, mientras que
al mismo tiempo utiliza “puede”. Por consiguiente, se esbozan fracturas entre la poesía y el
capitalismo, también entre poesía y riqueza (Bollig 2014: 125). Más adelante Gelman aspira a
la atención de los poetas de su tiempo, a quienes piensa unidos en su oficio de poetas más allá
de las diferencias ideológicas. Insiste en que ellos consideran el peligro que los sigue con el
avance del capitalismo (Sillato 1996: 42).
Sobre la base de cuanto antecede, llegamos a la conclusión que Gelman –apelando a su
heterónimo John Wendell– juzga del sistema capitalista con sus ideas antipoéticas. Aquí,
observamos uno de los motivos del recurso de la seudotraducción, como hemos señalado en el
primer capítulo: “una segunda explicación para disimular textos como traducciones, puede ser
el miedo del autor por medidas censuradoras” (Toury 1995: 42).
La crítica a un sistema que fomenta el individualismo a costa del sufrimiento de otros, reaparece
en el último poema como crítica a quienes viven de espaldas a la realidad (Sillato 1996: 42):
en región asolada por la sequía
en ano que se pierde la cosecha
son ricos ¡oh querida! los que
no presencian la ruina de su país
la destrucción de su familia
[…]
Son ricos son riquísimos los que
no han conocido las sobras del sacrificio (LXXXIX en Gelman 2012: 244)
En el poema “CCCIII” observamos ya un antecedente del poemario Traducciones III. Los
poemas de Sidney West porque manifiesta el tono épico y algunas imágenes que serán
dominantes en Traducciones III. Los poemas de Sidney West (Sillato 1996: 43):
el profesor nash smith escribía
sobre el status el hábitat y
se fue adentrando en la cuestión
y a los 30 se le caía el pelo
[…]
este pajarito se comió el profesor en menos tiempo
que usa un gallo para cantar o acompañar al insomne y
nash maldecía como un loco
Smith mientras distraído se limpiaba los lentes dijo “ya sabía que algo así iba a pasar”
[…]
38
los manzanos de california les chupan dulcemente los huesos pero
el pueblo pasa cerca desconfiando de todo
al advertir una especie de vuelo
que entre ellos en otoño levantan (Gelman 2012: 231-232)
El comienzo del poema hace referencia al profesor Henry Nash Smith (1906-1986) y esto
percibimos igualmente como guiño al tercer libro Traducciones III. Los poemas de Sidney West
porque Henry Nash Smith fue un profesor de literatura y cultura americana y uno de los
fundadores de los American Studies.
Con respecto a los últimos tres poemas de TI, ‘Los poemas de Dom Pero’, es interesante
destacar que este ínfimo poemario incluye una anotación pequeña que a modo de explicación
antecede a los tres poemas: “Escritos en el español que se verá y atribuidos por John Wendell
a un tal Dom Pero Gonçalvez” (Gelman 2012: 245). Este paréntesis y el desplazamiento del
carácter de ‘atribuidor’ a John Wendell sugieren que la nota es obra del ‘traductor’ de Wendell.
El lector piensa que un ‘traductor’ está entregándole o escatimándole información, ya que, por
un lado, cuenta con esta nota explicativa y, por otro, nada se dice del orden arbitrario que
adoptan los poemas ni de la supuesta desaparición de tantos otros. No obstante, es obvio que a
través de esta nota, que formula el intermediario entre John Wendell y el lector, se deja explícito
el carácter de ‘original’ de ‘Los poemas de Dom Pero’ –“escritos en el español que se verá”
(Gelman 2012: 245)–. A diferencia de los poemas de la primera parte, estos tres no han sido
sometidos al proceso de traducción y John Wendell se transforma, para el lector, en el
divulgador de los poemas de otro –Dom Pero–, mientras que Juan Gelman se presenta ante el
lector como si fuera el traductor de Wendell y el divulgador de Wendell y Dom Pero (Sillato
1996: 38-39).
A través de su segundo heterónimo ‘Dom Pero’, Gelman se convierte en un poeta que se siente
hechizado por el tema de la conquista y la lengua española de este época.
Antes de seguir, conviene que aclaremos el tema de la conquista y sus consecuencias para la
historia y el desarrollo de la lengua española. La llegada de Colón a América simboliza una
reordenación histórica de dimensión mundial. Por primera vez, se une las historias de los
nativos americanos y de los europeos en una sola historia (Stern 1992: 7). Los cronistas tal
como Bernal Díaz del Castillo relatan las vicisitudes que vivieron y las peripecias que
soportaron. De esta manera, sus espontáneas descripciones y explicaciones se pasan a la crónica
e historia oficial, mientras que en realidad los historiadores son elegidos para desempeñar esta
función (Domingo 2007: 115-116). La conquista española en América originó también la
39
aparición de una nueva lengua española, dado que la expansión del español al Nuevo Mundo
en América supuso un nuevo proceso de nivelación y homogeneización de la lengua. Esta
capacidad se presenta incluso en el encuentro con las lenguas indígenas: el español asimila a
un montón de elementos de dichas lenguas. La expansión de la lengua no es solo geográfica,
sino que concierne a algunos aspectos internos. En la lengua se producen importantes procesos
de reorganización y de simplificación, que parecen ocasionar una estructura más sencilla. Es
ese idioma que, cada vez más flexible, va a ser utilizado por estas personas quienes llevaron la
literatura española a cimas similares (Aguilar 1992: 11-13).
Así las cosas, es obvio que, Gelman quiere exponer, mediante su heterónimo ‘Dom Pero’ su
fascinación por las Crónicas de Indias. ‘Los poemas de Dom Pero’ ponen de manifiesto un
tono épico-narrativo, que remite a las historias de los cronistas de Indias:
hay grandes pastos y muy buenos asientos para criar
en estos países para vivir prósperamente
y terná buen asiento la cibdad que se poblare
con asesinos rubios buena gente y de paz (Gelman 2012: 245)
Este poema plantea el tema de la conquista y de la colonización española en relación con el
nuevo colonialismo proseguido por los EE.UU. al que se refiere directamente el principio de
este poema (Sillato 1996: 44):
¿adónde van ladrones desuella-caras malos
cristianos robando todo el mundo?
¿van a Vietnam a las Indias a mi casa
con jubones talegas penetes vidrios e loza? (Gelman 2012: 245)
De esta manera, el poema genera una fusión de ambas experiencias parecidas en un mismo
espíritu colonial. Esta relación lleva además a la lucha de los conquistadores o, dicho de otro
modo, los colonizadores de antes están confundidos con los nuevos porque ambos dominan una
naturaleza abundante y desconocida, la de las Indias y la de Vietnam, que está llena de misterios
y amenazas que pueden costarles la vida en cualquiera negligencia (Sillato 1996: 44):
en río lo más angosto cinco leguas
y en víbora o culebra o serpiente
hay el mismo peligro de morir
nunca se sabe en estas Indias
nunca se sabe si el remedio era
como los lobos hambrientos meternos por los bosques
con el hacha en las manos
con el fusil la metra (Gelman 2012: 246)
40
Estos hombres no solo deben luchar para dominar la naturaleza y para protegerse de cualquier
ataque imprevisto, sino también para suprimir la peor de las enfermedades, para la cual no hay
remedio, la nostalgia por el país dejado (Sillato 1996: 45):
¿y de ahí?
¿acaso alguno le encontró la pena enfermedad?
ninguno le encontró la enfermedad
ninguno le encontró la pena enfermedad
lo dieron de alta un día gris y lento como Dios
que giraba entre todas las mujeres
sufrió como se dice del país
ninguno le encontró la enfermedad (Gelman 2012: 248)
Tampoco existe un alivio para el desconcierto mental que crean las atrocidades de la guerra
(Sillato 1996: 45):
entre olmos sauces hortensias húmedas de frio
vagaba al pairo de la vez
que vio un relámpago de bestias
muertas al pie de sus balazos (Gelman 2012: 248)
El uso de un lenguaje arcaico en estos poemas, que se debe por un lado al español usado por
los colonizadores de las Crónicas de Indias, y por otro, a la manera en que los indígenas se
manifestaban en la nueva lengua aprendida, despliega la admiración de Gelman por ese “idioma
naciente”, que se originó del español medieval y da lugar al “español renacentista” como el
propio Gelman llama a ese idioma (Sillato 1996: 45)8.
Sillato (1996) sostiene que las descripciones de un paisaje americano identificable reeditan el
período colombino y la leyenda negra española. El heterónimo Dom Pero se ampara en esta
leyenda para representar el carácter bárbaro de toda invasión. Por un lado, se refiere a la
colonización española en América y, por otro lado, se hace referencia a la invasión
angloamericana en Vietnam. Sillato concluye que “renaciendo de las cenizas de los
conquistadores españoles, levanta su voz para hacer saber al mundo que el espíritu conquistador
y colonial de algunos pueblos no solo pertenece al pasado sino que es una constante amenaza
para el porvenir” (1996:46).
8 En una entrevista concedida a María del Carmen Rodríguez, Gelman sostiene que:
Esos caminos posibles se advierten, mucho más objetivamente, cuando uno lee literatura española de
cierta época, y sobre todo a los conquistadores y viajeros del siglo XV o XVI, en los que el idioma —el
español— no estaba aún cristalizado, sino que se hallaba en estado naciente. Y lo que a mí francamente
me fascina de los textos de Santa Teresa, de San Juan, de Fray y Luis y de tantos otros —Quevedo, por
ejemplo—, es justamente el manejo del idioma naciente; manejo que también tenían Colón, Hernán
Cortes y demás. (cf. en Sillato 1996: 45)
41
En lo referente al primer poemario de la serie de las Traducciones, llegamos a la conclusión de
que Gelman mediante su heterónimo John Wendell expone aún cierta vacilación en cuanto al
recurso de la seudotraducción. Por un lado, incluye elementos ajenos al convertirse en un poeta
esteticista y por otro, critica al sistema político de su tiempo en algunos poemas, al disfrazarse
en el poeta inglés, mientras que en ‘los poemas de Dom Pero’, logra completamente
transformarse, en su segundo heterónimo ‘Dom Pero’ como si fuera un poeta de la época de los
cronistas de Indias, revelando en estos tres poemas su admiración por los cronistas y la lengua
española de esa época como idioma naciente.
Tovar a su vez, expresa acertadamente sobre el primer heterónimo de Gelman, que
John Wendell hace un ejercicio personal de imaginación para contar del amor y su angustiosa
pérdida; de la muerte y sus despojos; de asumir lecturas, recreándolas; de orígenes, viejos y
nuevos; de tragedias, con variaciones; de vigilias y sueños; de historia, en literatura; de tantos
exilios y tan poco lugares; y de muchas otras cosas, dispersas con el otro y encontradas por el
yo. (Tovar 2009: 241)
En TI aún persisten temas y obsesiones que venían marcando la poética gelmaneana hasta ese
momento, como el amor, la poesía y la revolución. Sin embargo reconocemos el sello
gelmaneano en este afán de ruptura con su poesía intimista tanto por los temas antes señalados
como por ciertos recursos poéticos, utilizados ya anteriormente. Estos recursos poéticos
alcanzarán su máxima expresión en Traducciones III. Los poemas de Sidney West
(Sillato1996:45).
Todo lo anterior nos lleva a afirmar que T1 simboliza un puente de transición hacia una poesía
más impersonal, un aspecto que se ahondará en Traducciones II. Los poemas de Yamanokuchi
Ando y que culminará en los lamentos de Sidney West (Sillato 1996: 43).
42
43
4.Traducciones II. Los poemas de Yamanokuchi Ando (1968)
El segundo poemario en la serie de las Traducciones es Traducciones II. Los poemas de
Yamanokuchi Ando (1968). Aquí Gelman finge haber traducido poemas de un supuesto poeta
japonés Yamanokuchi Ando.
Cuando estudiamos los poemas de TII9, comprobamos que el poemario contiene 20 poemas
que, al igual que TI, se organizan siguiendo una numeración romana del I a XX. Pero a
diferencia de TI, los números no exceden el número total de poemas, lo que da la impresión de
que es una colección completa. El lenguaje de estos poemas es más hermético y la primera
persona es reemplazada por una voz poética impersonal. Los poemas de TII expresan varios
temas y reflexiones como si fueran verdades universales (Sillato 1996: 47):
aquel que fue creado como rostro
no tiene derecho a la sombra
al descanso al olvido no puede
rogar al dios que lo creo (Gelman 2012: 269)
Los poemas se construyen a partir de un pensamiento convirtiéndose en una representación de
alguna ‘verdad universal’ o proverbio. La voz poética no se involucra en los poemas, sino que
“se distancia creando ante el lector un micromundo independiente” (Sillato 1996: 47).
Sin embargo, el yo lírico se personifica en muy pocos poemas y se muestra como un rayo que
cruza el poema. Así, el poema “XI” parece encubrir un sentimiento colectivo expresado a través
de la primera persona del plural: “suele / ser consecuencia del poder / que tenemos o del / que
no tenemos” (Gelman 2012: 265). En el poema “XII” se describe las “pestes / que visitaron mi
país” (Gelman 2012: 266) y la última estrofa del poema “XV” alude al yo lírico de la siguiente
manera: “nacidas del brutal / forcejeo de Dios recuerdo / estas cosas estos detalles hoy / oh
señora sol mío.” (Gelman 2012: 267) (Sillato 1996: 48).
Los poemas transmiten una síntesis de peripecias experimentadas y de normas posibles a seguir
y, debido a la falta de una voz identificable, se constituyen a partir de “verdades universales”
(Sillato 1996: 47). El primer poema del poemario ilustra la idea de una experiencia vivida:
pelear con la palabra se puede pero
no con mujer de sueño feo donde
9 De aquí en adelante utilizaremos la abreviatura TII para hacer referencia a Traducciones II. Los poemas de
Yamanokuchi Ando (1968).
44
ella dobla la cabeza
como el cisne para dormir (Gelman 2012: 258)
Mientras el final del poema XI parece expresar un consejo:
es ilusión menos
el poder oh bueno hambrientos miserables
desesperados des-
amparaos ilusos
es humano e inútil que lloren el
sistema se humedece y después
se seca al sol como nosotros
distraídos por tanta belleza (Gelman 2012: 265)
En lo referente a la poesía japonesa, cabe recordar que la atención de los poetas japoneses se
dirige sobre todo a la naturaleza y al amor. La idea de la fugacidad de todo lo telúrico, que
prevalece en el budismo, está muy presente en la sociedad japonesa. El amor por la naturaleza
de los japoneses está profundamente enraizado en su vivencia religiosa. La sensibilidad de los
japoneses por la belleza de la naturaleza, tan mutable a lo largo de las estaciones, es notable.
Debido a la forma concisa de la poesía japonesa, el poeta japonés debe evocar para el lector la
infinita variedad de la naturaleza de una manera sugerente, que significa que se solicita una
cooperación activa del lector (Hellemans 1980: 13). La influencia del haiku japonés destaca en
relación con las verdades universales. Es bien sabido que la forma más popular de la poesía
japonesa es el haiku, que consiste en una composición de tres versos de cinco, siete y cinco
sílabas. El haiku que comenzó a surgir durante el siglo VIII, es de índole epigramática. Fue
muy utilizado por el budismo para transmitir sus preceptos, pero su influencia llegó al mundo
occidental y marcó a famosos poetas del siglo XX como entre otros a Ezra Pound. América
Latina tuvo sus propios poetas que, en algún momento, experimentaron en el terreno del haiku,
como el argentino Jorge Luis Borges o el uruguayo Mario Benedetti (Cantella 1974: 642). Los
poetas japoneses han escrito millones de haikus, muchos de los cuales se han convertido en
verdaderos proverbios. El haiku auténtico no es una descripción, sino un apunte que expresa
una idea o una imagen. El tema puede ser serio, cómico, trivial o profundo y se nos ofrece de
además que “esa hermandad pareciera aludir indirectamente al lazo familiar que liga a estos
cuatro heterónimos entre sí y su padre-autor, Gelman” (Sillato 1996: 50).
En TII, Gelman, gracias al uso de una voz poética impersonal, no se limita a solo un tema, la
heteronimia le permite abarcar asuntos variados (Sillato 1996: 50). Además, se aprecia que
Gelman, mediante el recurso de la seudotraducción –recurriendo a su heterónimo Yamanokuchi
Ando–, se convierte otra vez en un poeta estético al escribir sobre la poesía y el rol de los poetas.
49
5.Traducciones III. Los poemas de Sidney West (1968-1969)
5.1.Introducción
Traducciones III. Los poemas de Sidney West es el tercer libro en la serie de las Traducciones.
Este poemario es uno de los libros más complejos y reveladores de su carrera. Con esta
publicación, el autor argentino se distancia del realismo social que había dominado sus libros
anteriores como, por ejemplo, Violín y otras cuestiones (1956)14. Los primeros libros de
Gelman, de acuerdo con Achúgar (1985) tienen “un tono más cordial –del latín cor, cordis:
corazón, esfuerzo, ánimo–, una situación donde respirara el hombre de la calle” (1985: 98).
Los poemas de Traducciones III. Los poemas de Sidney West están escritos bajo una óptica
surrealista. Gelman inventa a un supuesto poeta estadounidense, Sidney West, al que le atribuye
los poemas. Como ya hemos señalado, la idea es una continuación de los poemas de
Traducciones I y Traducciones II, en los que los poetas inventados se llaman John Wendell y
Yamanokuchi Ando. Gelman se presenta en TIII15 ante el lector como el traductor de la
colección de epitafios escrita por el poeta americano y refiere la influencia que la Spoon River
Anthology de Edgar Lee Masters ejerce sobre este libro. Sin embargo, todo este entramado es
un juego literario de Gelman que forma parte de su apelación al recurso de la seudotraducción
(Payán 2012: 81).
En TIII, Gelman alcanza una extrema libertad de lenguaje, uniendo el humor y la ficción con el
relato de historias pequeñas de gente simple que vive en un pequeño pueblo estadounidense. El
estilo de TIII es complejo y difícil de definir. Gelman utiliza la poesía para narrar historias, en
la cual lo importante no es el contenido, sino la forma lírica y la complicidad con el lector para
dotar estos textos de una finalidad humorística. La ironía y el humor transitan por las páginas
14 En el prólogo de Violín y otras cuestiones (1956) González Tuñón escribe:
Con Violín y otras cuestiones Juan Gelman irrumpe dignamente en la poesía de habla española y el círculo
universal de la rosa. En su libro palpita un lirismo rico y vivaz y un contenido principalmente social, pero
social bien entendido, que no elude el hijo de la fantasía. Juan Gelman no es un evadido de la realidad,
como desearían los teóricos reaccionarios de un artepurismo imposible; ni tampoco un 'editorialista en
verso', un simple propagandista, como querrían que fuera los agrios críticos sectarios, los que ignoran que
en la conciencia del poeta, del creador, habrá siempre un terreno inalienable que no podrá ser hollado.
(2012: 12). 15 De aquí en adelante utilizaremos la abreviatura TIII para hacer referencia a Traducciones III. Los poemas de
Sidney West.
50
de este libro y se hallan en tensión con el tema central que las motiva: la muerte. O, dicho de
otro modo, el humor que esquiva el sentido trágico de la muerte (Sillato 1996: 31).
El libro está compuesto por una serie de poemas titulados “lamentos”16 y una “fe de erratas” al
final. La función inmediata de este poema final es cerrar o limitar hipotéticamente la variedad
de interpretaciones de los poemas, puesto que la idea de corrección de errores de imprenta
supone que hay una necesidad de corrección y fijación de la posición de las palabras en el texto
(Borinsky 1983: 880).
Nos proponemos reflexionar sobre las características específicas de TIII a partir del
interrogante: ¿en qué sentido y cómo TIII se establece como una forma de ruptura con respecto
a la poética anterior de Juan Gelman? Empezamos con un análisis de la función de los elementos
paratextuales en TIII. A continuación, investigaremos la intertextualidad entre TIII y la obra
Spoon River Anthology (1915) de Edgar Lee Masters. Por último, indagaremos cómo el
surrealismo influenció los poemas de TIII. Para ello, esbozaremos primeramente el contexto
histórico-literario de esta corriente junto con sus características y a continuación, buscaremos
dónde se encuentran exactamente los rasgos surrealistas en los poemas de TIII.
5.2 Los elementos paratextuales en Traducciones III. Los poemas de Sidney West
Traducciones III. Los poemas de Sidney West se distingue de los otros dos poemarios escritos
bajo el recurso de la seudotraducción, no solo por haber sido publicado como libro
independiente17, sino también por los elementos paratextuales de este libro (Sillato 1996: 27).
Como señala Payán (2012): “No nos encontramos ante un personaje-autor realista, sino ante un
conjunto de gestos o gestualidades que fingen referir a un autor, a partir de los cuales el lector
asume la existencia de West. Tal presunción de ficcionalidad se asienta en tres hechos
fundamentales” (Payán 2012: 86).
16 Dado que Gelman nunca utiliza letras mayúsculas en TIII, empleamos en esta tesina la letra minúscula para
citarlos, respetando la intención autoral. 17 Nos referimos aquí a la primera edición de 1969, cuya portada llama inmediatamente la atención del lector.
51
5.2.1 El título y el epígrafe
El título que aparece en la portada Traducciones III. Los poemas de Sidney West prepara al
lector hacia la farsa que luego se representa. Se puede percibir las marcas de una tercera figura,
igualmente importante en la propagación del texto: el editor. La portada muestra claramente los
nombres del autor, del traductor y del editor y los nombres de los dos primeros sobresalen.
Como lectores creemos buenamente que Gelman ha traducido a un poeta estadounidense a
través de procesos mentales de asociación y deducción (Sillato 1996: 28). Sillato dice: “Algunas
preguntas surgen de un lector desconcertado […]:¿existe verdaderamente, Sidney West?, ¿o
Sidney West es Gelman?, ¿o Gelman es, en realidad, su traductor, su vehículo de difusión?”
(Sillato 1996: 25). Según Payán (2012), al autor traducido le falta una justificación sólida como
escritor inventado, ya que en ningún momento se formula una biografía o una alusión a la
verosimilitud. Además, en el poemario TIII no aparece nunca voz del supuesto autor Sidney
West. Bajo la forma de la traducción, Gelman impone repetidas veces, aunque de forma
despersonalizada, un lenguaje lírico que le es propio. Nunca habla West; siempre habla Gelman
(Payán 2012: 86). Sillato (1996) indica que en ninguna parte aparece un elemento que
caracterice las obras traducidas como por ejemplo “traducido por”. No obstante, desde la
primera cita al principio del libro, Gelman quiere implicar al lector en su libro o al menos intenta
advertir sobre su credibilidad como traductor y creador y eso nos lleva al segundo elemento
paratextual, el epígrafe: “La traducción, ¿es traición? / La poesía, ¿es traducción? Po I-Po”.
Podemos complementar este silogismo con un tercer interrogante no explícito: “La poesía, ¿es
traición?”. De esta manera, Gelman avisa al lector de las traiciones que se van a desarrollar en
los poemas que siguen (Payán 2012: 87). Sillato (1996) a su vez, explica cómo el lector, a través
del epígrafe se sentirá desorientado, si acepta la condición de “traducción”. Observamos una
ironía sutil en este entimema que contradice y duda de la validez del texto mismo. Si el epígrafe
fue elegido por el supuesto-autor, Sidney West, ¿fue su manera de protegerse de futuras
traducciones? Si el epígrafe fue elegido por el supuesto traductor, Juan Gelman, ¿es su manera
de avisar al lector acerca de lo volátil de la traducción o una manera de confirmar la
traducibilidad de la poesía? El lector puede obtener algunas aclaraciones en relación con este
epígrafe confuso, gracias a la “fe de erratas” del final del poemario. La interpretación de “fe de
erratas” la abordaremos en el apartado siguiente. Volviendo al epígrafe, Urli observa que
Gelman construye una especie de silogismo incompleto donde la tercera pregunta podría ser:
“la traición, ¿es poesía?” o “la poesía, ¿es traición?”. Pero no está y queda en el lector completar
52
(o no) ese espacio. Es interesante notar que Gelman no facilita una respuesta, pero al sugerir la
pregunta, cuestiona algunas categorías aceptadas y refuerza simultáneamente la idea de un yo
que parece querer utilizar su invisibilidad. Sin embargo, de esta manera, el yo tiene más
autoridad de la que se cree al dejar el silogismo incompleto (Urli 2016: 363-364).
Dalmaroni, a su vez, señala en cuanto al epígrafe apócrifo lo siguiente: “¿En qué punto de la
cadena está el recodo de la traición, la salida de este laberinto de espejos? Trampas del lenguaje
(traición/traducción; poesía/po-i-po), tartamudeos espasmódicos, recorrido entrecortado de las
voces, ¿adónde ir (a buscar sentido)?” (1993b: 60).
5.2.2 Fe de erratas
“Lo que en realidad se sugiere a partir de esta “fe de erratas” es que el lector deberá adecuar su
lectura de los poemas a la interpretación propuesta desde una de las dos voces productoras de
estos “lamentos”: la del poeta o la del traductor” (Sillato 1996: 29). Sin olvidar esta afirmación
de Sillato, también deberíamos tener en cuenta, como ya hemos visto en anteriores capítulos,
que en Traducciones I y II el límite entre la subjetividad del autor y lo dicho en el texto no
estaba muy claro, a pesar de la figura del traductor ficticio que mediaba entre una escritura
original y una traducida. En TIII no habrá identificación posible puesto que el uso de la tercera
persona se desplaza, escondiendo primero la voz de Sidney West y luego, al final del libro, en
la “fe de erratas”, la voz del traductor/editor de los poemas (Porrúa 1997: 2-3). En la “fe de
erratas” podemos leer:
a sidney west se lo comieron todos los pájaros que supo inventar
la ponina y el niño especialmente
golosos de su estado y pasión
abierta como inútil
donde dice ‘un día paso lo que sigue’ (página tal verso cual)
había pasado antes la tristeza
y eso es fatal para el poeta
o fue para el peno de west
ea bichitos tábanos fulgores que saludaban en el cementarlo de Oak!
allí lo pusieron a sidney west que duerma
donde dice ‘que duerma duerma duerma’ (página tal verso cual)
debe decir que duerma y nada más (Gelman 2012: 154)
53
Porrúa (1997) especifica que, de acuerdo con este segundo hablante, que traduce y revisa la
traducción desde la idea más pura de azar, el texto no es un conjunto estable como discurso, ni
en el orden subjetivo, ni en el orden lingüístico. Según afirma Porrúa, “«fe de erratas» no solo
propone la validez de la versión, sino que, además, aquel que la escribe, parte del mismo
lenguaje inestable que ocupa los poemas del cuerpo central, los de Sidney West” (1997: 3).
Podemos observar un montón de vacíos en la estructura gramatical y la sintaxis pierde cohesión.
Además, muchos de los términos se forman a partir de procesos de transformación que podemos
relacionar con el neologismo (Porrúa 1997: 3).
Porrúa sostiene que la “fe de erratas” es una lectura irónica, pero no hacia el interior del texto
que la incluye, sino hacia afuera, a saber, el sistema poético. Gelman no incorpora en vano en
el epígrafe inicial la cuestión de la traición –“La traducción, ¿es traición? / La poesía, ¿es
traducción?” Po I-Po–. De esta manera, el tema de la posibilidad o no de la traducción literaria
esta profundizado e igualmente esta cuestión fue examinada por el grupo “Poesía Buenos Aires”
que tradujo material teórico específico en relación a este tema.18 A Gelman no le interesa
razonar sobre la traducción lingüística, sino sobre la poesía o la literatura como un discurso que
traduce discursos de otros. Lo importante es la posibilidad de distanciamiento, que, en el caso
de TIII, funciona al producir un texto totalmente disconforme tanto con el interior de la poética
sesentista como con las vanguardias locales. La falsa traducción origina la politización del
debate estético y, por esta razón, podemos percibir de nuevo la discrepancia desde la extranjería
con el fin de que se prescinda definitivamente de la cuestión de la literatura nacional y popular,
siendo en la época de los sesenta en Argentina uno de los ejes más fuertes del debate estético-
político (Porrúa 1997: 3).
Existe en todos estos componentes del paratexto, la intención de ser confuso, de obligar al lector
a una determinada manera de lectura en la que es necesario trastocar los signos con el fin de
que se ponga en tela de juicio ambas voces, la del poeta y la del traductor (Sillato 1996: 31).
18 Durante los años entre 1950 y 1960, Poesía Buenos Aires fue una revista que representó cabalmente la
modernidad poética. Dirigida por Raúl Gustavo Aguirre, con la participación de Mario Trejo, Edgar Bayley y
Rodolfo Alonso, Poesía Buenos Aires hizo un trabajo de difusión de autores de latitudes ajenas, como Pessoa,
René Char o Wallace Stevens. Poesía Buenos Aires se configura como una doble antología: la primera, formada
por textos poéticos en lengua castellana y por textos poéticos traducidos (del francés, del inglés, del portugués y
del italiano); la segunda, por textos teóricos y críticos, sobre poesía, de autores argentinos y extranjeros. En apoyo
de su teoría estética, la revista reúne textos de entre otros Henri Michaux, Tristan Tzara, Vicente Huidobro, Pablo
Neruda, César Vallejo, Alain Bosquet, René Ménard, Roger Munier, Wilhelm Worringer, Arthur Rimbaud, Herbet
Read y Cesare Pavese (Giordano 1992: 389).
54
Gelman cierra TIII con este último poema “fe de erratas” de TIII haciendo aclaraciones. Afirma
que donde escribió “salió de sí como de un calabazo”, debería decir “el arbolito creció creció”
(Gelman 2012: 154). Además explica que estos poemas jamás amarán a su autor, que los
escribió “en el frescor de un pozo seco y oscuro / arriba de la tierra deslumbrada por el sol / o
sol o sol o sol” (Gelman 2012: 154). Observamos aquí el contraste entre la oscuridad y la luz,
el hombre en soledad escribiendo en la oscuridad mientras afuera hay luz. Esto muestra el acto
de creación como un proceso doloroso, en el que el poeta sufre. Escribe que “se lo comieron
todos los pájaros que supo inventar”. Se lo comieron porque estaban “golosos de su estado y
pasión / abierta dulce como inútil” (Gelman 2012: 154). Al poeta lo entierran en el cementerio
de Oak para “que duerma” (Gelman 2012: 154). Sin embargo, aguarda la resurrección, pero
mientras tanto hay que dejar que duerma:
hasta que alen por favor los pieses
que duerma sidney west
hasta que bien nos amoremos
que duerma duerma duerma (Gelman 2012: 154)
“Logrará resucitar con alas una vez que el amor nazca en nosotros, los lectores. El amor forma
parte de, junto con la escritura, de un proceso de metamorfosis” (Pérez 1999: 10). El poeta y
los personajes de este poemario sufren transformaciones y siempre hay movimiento,
nacimientos y muertes, y transformaciones de la escritura en los poemas. Los sustantivos se
convierten en verbos y son dotados, por tanto, de movimiento, sus pies van a “alar”, el
enamorarse cambia en “amorarse”. El sujeto poético puede libremente cambiar el lenguaje y
modificarlo. Puede transformar la naturaleza y su relación con la naturaleza, con la vida y con
la muerte. Finalmente, en este proceso de transformación, el poeta Gelman puede crear un
poeta: Sidney West, que es él y no es él, es el norteamericano, un otro que vive otra historia,
pero unido a él en la poesía.
En este último poema, el supuesto traductor separa versos anteriores, los corrige, los repite, los
hila. Al editar esta voz del ultratumba, el traductor traza un gesto y no sacraliza un enunciado
que como tal, parece contingente: “donde dice […] podría decir” (Gelman 2012: 154). El
énfasis en el gesto registra al valor pragmático, o sea, ritual, que caracteriza los lamentos. En
esta “fe de erratas”, la despersonalización de la enunciación alcanza su punto más alto.
Efectivamente, este poema retoma, sin comillas, los neologismos tan típicos del poema
“lamento por el uteró de mecha vaughan” (“alar” y “amorar”) (Fabry 2008: 106-107).
55
5.3 Traducciones III. Los poemas de Sidney West y Spoon River Anthology
Como hemos indicado en la introducción de este capítulo, los “lamentos” que componen la obra
conectan al lector, en primera instancia, con un tipo de escritura que estuvo en auge en la poesía
norteamericana y que queda recogida en la colección Spoon River Anthology (1915) de Edgar
Lee Masters. El autor inauguró con esta obra la poesía épica en la cual narra las hazañas de
héroes legendarios. La obra tiene como escenario los pueblos remotos de Estados Unidos en
los que la muerte es un hecho cotidiano. Las ilusiones y los fracasos de los seres opacos y
trágicos sobreviven a sus muertes a través de los mensajes de sus epitafios o a través de la
memoria de testigos19. No solo el estilo y el escenario desde donde se exponen las voces acercan
el poemario TIII a la poesía recogida en la antología de Masters, sino también la angustia de
estos seres (Sillato 1996: 26). Los poemas de TIII se postulan como reescritura de la Spoon
River Anbthology porque Gelman está procesando una escritura norteamericana y compone el
poemario a partir de la lírica norteamericana propuesta por Masters. Esta elección es atípica en
dos sentidos: desde el punto de vista de la inventio y desde de las tradiciones escogidas. Por un
lado, mientras que en la década del 50, Gelman opta por distinguir a Vallejo como el texto de
referencia para su poemario Violín y otras cuestiones, para TIII elige con Masters, una voz no
hegemónica en el sistema poético vigente, puesto que Masters no era una figura central dentro
de la poesía argentina y tampoco dentro de la poética norteamericana (Porrúa 1997: 4).
Por otro lado, el desplazamiento de las previsiones de lectura es también ambiguo, porque
Masters no actúa dentro de la obra gelmaneana como intertexto explícito, sino más bien como
un texto que se recicla bajo otra estética. Los poemas de Masters ofrecen un intenso trabajo de
composición de lo coloquial y lo narrativo, elaboraciones también características de la poética
argentina del sesenta. Sin embargo, el tono realista de la poesía argentina desaparece en TIII
que se forma sobre la sintaxis de la imagen y no sobre lo oral. El poema “Nellie Clark” de Edgar
Lee Masters denota claramente la idea de lo coloquial:
I was only eight years old;
And before I grew up and knew what it meant
I had no words for it, except
That I was frightened and told my
Mother; And that my Father got a pistol
And would have killed Charlie, who was a big boy,
Fifteen years old, except for his Mother.
19 Los testigos son las vecinas (“lamento por gallagher bentham”), las niñas, los niños y las ancianas (“lamento
por el pájaro de chester carmichael”), la madre (“lamento por el pelo de bright morgan”).
56
Nevertheless the story clung to me.
But the man who married me, a widower of thirty-five,
Was a newcomer and never heard it
Till two years after we were married.
Then he considered himself cheated,
And the village agreed that I was not really a virgin.
Well, he deserted me, and I died
The following winter. (Masters 1919: 62)
Mientras que los poemas de Masters ofrecen concomitancias estéticas con la línea intimista de
la poesía argentina de los años 60 incluyendo elementos tales como los amigos, el amor, la
política o las preocupaciones personales. En cambio, los poemas de TIII están completamente
escritos en tercera persona y prescinden de la construcción del ‘yo’. Este desplazamiento de la
tercera a la primera persona implica la desaparición de la subjetividad lírica y el empleo notable
del objeto de la enunciación (Porrúa 1997: 4). En el libro de Masters, el relato es siempre un
monólogo en primera persona, fórmula propia de lo lírico, mientras que en Gelman, la tercera
persona es hegemónica y se presenta bajo la apariencia de la figura del traductor. Como
resultado del influjo brechtiano, Gelman va a construir un texto desapasionado, paródico,
voluntariamente ficticio y ajeno a los criterios de verosimilitud. Va a investirse de modelos
literarios clásicos como el epitáfico para después desmontarse. Va a residir los terrenos del
patetismo para formarse mensaje lúcido y crítico (Payán 2012: 83).
Los ejemplos siguientes muestran claramente la presencia de la tercera persona:
“¿cómo serán los japoneses?” preguntaba roy hennigan
“¿dónde andarán? ¿por qué cielos? ¿cómo cavan
su marcha hacia el fulgor?” preguntaba acostándose
en las tardes feroces de Ohio
[…]
“mejor mejor” decía roy hennigan
“háganme caso niños” decía yéndose
en ala en cúmplase emplumado
pero con luz qué cosa vea (Gelman 2012: 144-145)
En este poema, destacan las formas verbales en tercera persona singular ‘preguntaba’ (dos
veces) y ‘decía’ (dos veces). Otro ejemplo del uso de la tercera persona observamos en “lamento
por el uteró de mecha vaugham”:
“oh bichos” decía dirigiéndose a los bichos
que poblaban su cuerpo y mucho más su sueño
aleteando picoteándole el alma
“oh bichos que me despiertan la voz”
[…]
“pies que piesan en vez de alar o cómo
57
sería el mundo el buey lo que se hija /
si no nos devoráramos / si amorásemos mucho” decía mecha vaugham (Gelman 2012: 119)
Además de esto, cabe referir el objeto de enunciación en las dos obras. Mientras que en Spoon
River Anthology los personajes muertos se lamentan por su vida pasada, en “el lamento” de TIII
el lamento se realiza a partir de un detalle vinculado con el difunto. De esta manera, mueren o
tienen una relación con el muerto, sicomoros (“lamento por el sicomoro de tommy derk”),
tórtolas (“lamento por la tórtola de butch butchanam”), ojos (“lamento por los ojos de vernon
vries”), días españoles (“lamento por el día español de raf maloney”), úteros (“lamento por el
uteró de mecha vaugham”), alelíes (“lamento por los alelíes de ost maloney”, ciruelos (“lamento
por el ciruelo de cab cunningham”). O, dicho de otro modo, el ejercicio del lamento se traslada
hacia un objeto no común. Este recurso ocasiona un efecto de extrañamiento brechtiano, lo cual
implica un impedimento del lector con el referente creado (Porrúa 1997: 8). En cuanto a este
efecto de extrañamiento, cabe referir también a la teoría de Shklovski (véase el apartado 2.3.2).
A partir de la reescritura del texto de Masters bajo la clave de la vanguardia francesa, la elección
de una voz menor representa un desplazamiento de la poética argentina de los sesenta y lo que
queda de Spoon River Anthology es la estructura del libro. En este sentido, cada poema será el
relato de o sobre un muerto en particular. Masters adhiere a cierto aspecto de la tradición clásica
greco-latina al hacer de la muerte un relato de algunos hechos de la vida del personaje dado que
cada muerto narra la experiencia de su vida y pide oraciones a los caminantes, como en el
epitafio clásico20. Gelman, en cambio, relega el relato hacia procesos muy complejos en
relación con la muerte y sobre todo asociados a los efectos que la muerte puede producir. Esto
se debe a la lectura que Gelman hace de Les chants de Maldoror, la misma que ya habían
realizado los surrealistas franceses (Porrúa 1997: 4). En el apartado correspondiente, trataremos
la influencia de esta obra.
20 Dalmaroni (1993) afirma que en 1913 llegó a manos de Masters la Antología griega, compilada en el siglo I
antes de Cristo. Este libro, imitando entre otros a Calímaco y a Teócrito constaba de unas cuatro mil piezas
poéticas: epigramas, epitafios, elegías, poemas amorosos y humorísticos. Tomando estos textos como modelo y
especialmente los de motivo luctuoso, Masters comienza a publicar en 1914 los poemas que un año más tarde
reunirá en su Spoon River Anthology (Dalmaroni 1993a: 138).
58
5.4 Traducciones III. Los poemas de Sidney West y la influencia del surrealismo
5.4.1 Una aproximación al surrealismo
Antes de seguir, conviene que repasemos brevemente la noción “surrealism”. El término
“surrealismo” es empleado por primera vez en 1917 por el escritor Guillaume Apollinaire para
describir el carácter innovador que iba más allá del realismo (sur-realismo) de dos obras
artísticas: el ballet de Jean Cocteau, Parade (1917), y el drama Les mamelles de Tirésias (1917)
del propio Apollinaire (Bradley 1999: 6). No se puede aplicar el término en el sentido actual en
ninguna de las dos obras pero André Breton y su amigo adoptaron el término con avidez.
El surrealismo oficialmente surgió en los años veinte del siglo XX en París a partir de un grupo
de intelectuales y describe una aventura colectiva centrada en la figura carismática de Breton
(Bradley 1999: 6). Al final de los años veinte, artistas como Salvador Dalí y René Magritte –
dos representantes principales del surrealismo, junto con André Breton y Max Ernst–
expresaron su respeto al surrealismo (Bradley 1999: 9).
El surrealismo lo definió André Breton en su Primer Manifiesto Surrealista en 1924 de la
siguiente manera:
Voy a definirla, de una vez para siempre: SURREALISMO: sustantivo, masculino.
Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar verbalmente, por escrito o de
cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento,
sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral. (Breton
1924)
Esta definición puntualiza ya tres rasgos principales del surrealismo. Se trata de una expresión
de manera automática, sin intervención de la razón. Además, se refiere a una manifestación de
la psique y del pensamiento puro. También el surrealismo se mantiene apartado de ideologías
estéticas o morales. El manifiesto de Breton se inclina como una verdadera doctrina. Tiene un
tono dogmático y un carácter exclusivo. Está totalmente en contra del realismo, contra la novela
realista, en particular. Por el contrario, admira a Freud y a su teoría del subconsciente (Bradley
1999: 10).
A fines de los años treinta del siglo XX, el surrealismo llega a América (Ferdinán 2002:73).
Cuando André Breton visita México en 1938, tiene la impresión de que es el país surrealista
por excelencia. El surrealismo tendría éxito no solo en México, sino en todo el continente
59
americano, visto que el surrealismo se concebía como “la estética más apropiada para expresar
la realidad del continente” (Ferdinán 2002: 73). Desde este momento, la opinión pública afirmó
que el carácter del arte, de la realidad y de la literatura latinoamericana era inherente al
surrealismo (Ferdinán 2002: 73). Los centros de difusión del surrealismo coincidían con las
ciudades principales de Latinoamérica (Ferdinán 2002: 90). Aunque Aldo Pellegrini21 fundó el
primer grupo surrealista de habla hispana en Buenos Aires, en 1926, fue en Lima, Perú, donde
trataron por la primera vez de diseminar las ideas surrealistas (Ferdinán 2002: 90). El
surrealismo años más tarde adoptó en la literatura latinoamericana la forma de lo “real
maravilloso” y del “realismo mágico” (Ferdinán 2002: 88). Al igual con los movimientos
vanguardistas de España, las vanguardias de Latinoamérica no tuvieron un canon contra el cual
justificar su rebeldía y la urgencia de la renovación (Ferdinán 2002: 88). Octavio Paz, escritor
mejicano y poeta surrealista, amigo y admirador entusiasta de Breton, sostiene en El arco y la
lira (1956) su tesis sobre el programa surrealista:
El auge de la poesía popular, el recurso al sueño y al delirio, el empleo de la analogía como
llave del universo, las tentativas por recobrar el lenguaje original, la vuelta a los mitos, el
descenso a la noche, el amor por las artes de los primitivos, todo es búsqueda del hombre
perdido… El programa surrealista – transformar la vida en poesía y operar así una revolución
decisiva en los espíritus, las costumbres y la vida social […] Para lograrlo, unos y otros apelan
a la subjetividad: la ironía romántica y el ‘humor’ surrealista se dan la mano. (Paz 1956: 34-
35)
Transformar la vida en poesía, el objetivo del surrealismo, se consigue mediante la imaginación
libre. Se escribe sin apelar al razonamiento, dejando salir los pensamientos no filtrados y
produciendo inconscientemente frases o dibujos en el papel. Esta escritura automática tiene que
llevar a puras revelaciones. Más adelante Paz señala en El arco y la lira (1956) que:
El surrealismo se presenta como una radical tentativa por suprimir el duelo entre sujeto y
objeto, forma que asume para nosotros lo que llamamos realidad. Para los antiguos el mundo
existía con la misma plenitud que la conciencia y sus relaciones eran claras y naturales. Para
nosotros su existencia asume la forma de disputa encarnizada: por una parte, el mundo se
evapora y se convierte en imagen de la conciencia; por la otra, la conciencia es un reflejo del
mundo. (Paz 1956: 64)
En suma, podemos concluir que el surrealismo es un movimiento artístico que tiene sus raíces
en Europa y que igualmente se basa en la sociedad europea de la década de los años veinte. No
21 Aldo Pellegrini (1903 – 1973) fue un poeta, ensayista y crítico de arte argentina.
Gelman leyó el texto de Lautréamont en 1969 puesto que en 1964, se editaban las obras
completas de Lautréamont en Buenos Aires con una extensa introducción de Aldo Pellegrini,
el líder del movimiento surrealista local. Durante esta época, aparecieron otros trabajos y
artículos sobre Lautréamont. Gelman retomó algunas zonas de una escritura no tratada en la
poética argentina de los sesenta (Porrúa 1997: 5).
La relación entre TIII y Les chants de Maldoror puede postularse mediante el cotejo de ciertas
zonas referenciales, sobre todo a partir de la corporalidad, entendida a partir de procedimientos
de desintegración y metamorfosis. Los procesos de desintegración en TIII y en Les chants de
Maldoror deben relacionarse con el canibalismo y con la corrosión de los cuerpos. El cuerpo,
sujeto a cambios extraños ante la cercanía de la muerte es el nuevo referente de Gelman (Porrúa
1997: 5).
Al igual que el canto poético Les chants de Maldoror, muchas imágenes representadas en los
poemas de TIII están relacionadas con la corporalidad a partir de procedimientos de
desintegración y metamorfosis y nos hacen pensar en el cortometraje español Un chien andalou
de Luis Buñuel y Salvador Dalí. Un chien andalou está considerada la película más significativa
del cine surrealista22.
5.4.4 Características del surrealismo en Traducciones III. Los poemas de Sidney West
En los apartados siguientes, analizaremos cómo aparecen estas subversiones de factura
surrealista en TIII. Estudiaremos en primer lugar la inestabilidad del lenguaje que, a nuestro
juicio, se debe a la asociación libre y la sintaxis rota y constituye un concepto bastante amplio.
Por ello nuestro análisis se centrará en las “violentaciones” del lenguaje (Sillato 1996: 36), el
uso de la lengua infantil, la incorporación de neologismos. A continuación, estudiaremos
detenidamente la utilización de imágenes en las que destacaremos la elaboración que realiza
Gelman de las imágenes surrealistas.
22 La película muestra una secuencia de imágenes que Buñuel y Dalí habían soñado. En una escena muy conocida
de la película, se hace una incisión en un ojo con una cuchilla de afeitar como símbolo de la nueva mirada
surrealista donde se anula violentamente la mirada burguesa.
63
5.4.4.1 La inestabilidad del lenguaje
Sillato (1996: 36) habla justificadamente de las violentaciones del lenguaje. Efectivamente, en
TIII destacan los malos usos de la lengua. Consideramos los siguientes ejemplos: en el poema
“lamento por gallagher bentham” se puede observar: “«áhí va gallagher bentham el desgraciado
malparido» decían las vecinas a sus hijos” (Gelman 2012: 109) donde el autor usa la
acentuación “áhi” en lugar de ahí. En “lamento por la llama de roy joseph gally” percibimos la
construcción del participio “rompido” –“besó a la llama o reina contra el sol dejándolo
rompido” (Gelman 2012: 144)–. Además observamos la ausencia de la correlación de número
y género como por ejemplo en “lamento por la niña blanca de johnny petsum” donde en el
último verso del poema es posible leer “ya ciegas mucho ciegas” (Gelman 2012: 138). La
subversión de la sintaxis – las figuras retoricas ‘asíndeton’ e ‘inversión’ destacan en los versos‒
también llama la atención tal como ocurre en el poema “lamento por la tripa de helen carmody”:
hombros hermosos brazos hermosos tripa tan linda pie chiquito
pero también marido viejo regalaron a helen carmody (Gelman 2012: 130)
Otro ejemplo llamativo de la transgresión ortográfica se observa en el poema “lamento por el
uteró de mecha vaughan” donde Gelman modifica la acentuación de la palabra útero,
escribiendo uteró. En lo referente a este poema, cabe mencionar también que el poeta recrea la
relación entre el interior de una mujer y el mundo. La mujer vive encerrada en su “uteró” y en
este lugar ella habla con los “bichos” que ocupaban su cuerpo y les pregunta por qué no puede
volar, qué la mantenía “pegada” al piso. El diálogo entre Mecha y los bichos de su “uteró”
establece igualmente tanto su propio lenguaje como su propia gramática (Pérez 1999: 8):
“pies que piesan en vez de alar o cómo/
sería el mundo el buey lo que se hija /
si no nos devoráramos/ si amorásemos mucho” decía mecha vaugham (Gelman 2012: 119)
Urli señala a su vez que, en lo referente a la palabra “uteró”, el sustantivo ‘útero’ se ha
convertido en una especie de pseudo-verbo y en cuanto los juegos lingüísticos de los poemas,
indica que estos se inclinan a errores propios de alguien que no domina bien el español o “como
si el mismo proceso de traducir extrañara la propia lengua nativa” (2016: 355-356).
El poema se construye sobre la dialéctica del amor y la comida. Esta última acción representa
la relación de la mujer entre su interior –su útero, que devora– y el amor. El mensaje no está
claro y tampoco tiene una explicación racional porque está envuelto en misterio, pero en el
neologismo “amorásemos” (Gelman 2012: 119), leemos algo relacionado con el amor y, por
consiguiente, lo asociamos con “enamorásemos”. Es evidente que el poeta ha querido
64
desautomatizar lo enunciado y sorprendernos. Las barras de separación entre las palabras han
sido puestas por el mismo poeta y están creadas por Gelman tratando de indicar alguna
fragmentación en el sujeto y en el lenguaje mismo, agregando este signo para indicar el efecto
traumático que sufre la expresión (Pérez 1999: 8).
Cabe referir asimismo al cruce de registros de diferentes procedencias, tal como la poesía
española medieval. Así leemos en “lamento por el furor de roy hennigan”: “de su morir
estallaron las huelgas / del sertimiento de los pieses mentales” (Gelman 2012: 145).
La entonación de TIII es la de la intimidad, inexistente en el surrealismo francés y
destacadamente diferente a aquella primera implantación que había en los textos de Gelman, en
la poética de los sesenta, en donde se presenta una figura de sujeto que habla de sí mismo y
cuenta sus creencias. Lo íntimo en TIII no estará en lo dicho, sino en el objeto y el modo de la
enunciación, o sea, no en el registro coloquial sino en la construcción de una lengua infantil. El
uso del diminutivo es el centro del lenguaje infantil cuya realización está basada en la
contaminación. El contexto es el de las voces menores y de una lengua ‘menor’ o ‘infantil’ cuya
producción es la inestabilidad (Porrúa 1997: 9). A modo de ilustración leemos en el poema
“lamento por el vuelo de bob chambers”: “bob chambers no protesta / viajaba en un burrito/
con la mejilla cerca de la luna tan alta / y una almohadita para el sol” (Gelman 2012: 127) o en
el poema “lamento por las yerbas de jack hammerstein”: “o arrancaba la yerba ya vieja crecida
/ sobre ternuras sobre zapatitos de seda que no hacen ruido en el amor”23 (Gelman 2012: 139)
(Porrúa 1997: 8-9)24. Ambos nombres ‘Bob Chambers’ y ‘Jack Hammerstein’ evocan una
imagen de una persona robusta. Esta idea no parece ser compatible con un burrito, una
almohadita o unos zapatitos y por consiguiente provocan una sensación de inestabilidad.
23 La letra cursiva de los diminutivos en estos dos poemas es nuestra. 24 En los poemas de TIII se encuentran también referencias a canciones y cuentos infantiles. Se presentan como
préstamos estructurales a partir de sus sectores más cristalizados, que podríamos definir como los estribillos. Así
leemos en la apertura de “lamento por el pájaro de chester carmichael” (Porrúa 1997: 9): “todas las niñas cantan
en Melody Spring / todos los niños bailan en Melody Spring / y las ancianas tejen los ancianos fuman sus pipas de
espuma de mar en Melody Spring” (Gelman 2012: 111). Lo que reaparece aquí en este poema es la repetición
estructural de ‘Sur le Pont d’Avignon’ (La canción francesa muy famosa Sur le Pont d'Avignon del siglo XV: “Sur
le Pont d'Avignon / On y danse, On y danse / Sur le Pont d'Avignon / On y danse tous en rond” y trata del Pont
d'Avignon. El puente es oficialmente Pont St. Bénézet pero es más conocido como el Pont d'Avignon en el que se
baila, como dice la canción. No se conoce el autor ni el origen de la canción.) que facilita tanto en la canción como
en el poema de Gelman, el desarrollo del motivo primordial, a saber que todos los niños cantan y bailan como en
la canción ‘El puente de Avignon’ (Porrúa 1997: 9). Con respecto al cuento infantil, observamos en “lamento por
las yerbas de jack hammerstein” una reescritura de uno de los pasajes más repetidos del clásico ‘Caperucita
roja’(Porrúa 1997: 9): “«qué lindo pelo tienes» le decía Jack hammerstein / «qué linda frente ojos boca pechos
tienes» le decía Jack hammerstein / «qué lindo pie chiquito rio de marmol»” (Gelman 2012:140).
65
En lo referente a la lengua infantil, conviene referir a la influencia del dadaísmo. En 1918, el
Manifiesto Dada escrito por Tzara, proclamó “la ruptura entre el arte y la lógica, la necesidad
de una gran tarea negativa por emprender” (Bradley 1999: 19). Los poemas en la línea dadaísta
se componen sin coherencia y sin significado a partir de sonidos y fragmentos de palabras
separados (Van den Berg 2016: 7). “Dada”, como una indicación del balbuceo del bebé, es una
palabra infantil que se refiere a una visión lúdica, espontánea y sin restricciones. Experimentos
con el lenguaje, el regreso a los sonidos primarios, el desarrollo de un nuevo lenguaje, todo eso
es parte del programa de Dada (Van den Berg 2016: 27-28). Los neologismos en TIII se fundan
igualmente en las ideas del programa dadaísta. Porrúa sostiene que los usos de los neologismos
deberían ser encuadrados dentro del género infantil ya que estamos ante un lenguaje inventado.
Leemos en “lamento por los que envidiaron a david cassidy”: “sap sap deibi coli pik decía david
cassidy a los pies / de su melancolía en primavera oh!” (Gelman 2012: 116) o bien en “lamento
por el pelo de bright morgan”: “«hop hop alba amo» decía a caballo de Alabama bright morgan”
(Gelman 2012: 131) y más adelante: “ola que ola la maripola no pasa nadie nadie” (Gelman
2012: 132). La musicalidad y el juego arbitrario con los sonidos prevalece en estos casos y “si,
como dice Riffaterre (1979), el neologismo debe ser leído dentro del contexto lingüístico del
poema, en estos casos el contexto no postula una diferenciación del término inventado” (Porrúa
1997: 9). En nuestra opinión, en lo referente al uso de los neologismos, destaca la influencia
del creacionismo de Huidobro, que presenta en sus poemas una ruptura de la convención de la
lengua y llega al límite del experimento25 (Schulman 1979: 16). Aclaremos a modo de
ilustración la palabra ‘maripola’ en el verso “ola que ola la maripola no pasa nadie nadie”
(Gelman 2012: 132). Lo que constatamos aquí es la creación del neologismo ‘maripola’ que
rima con “ola que ola”. Es evidente que la palabra supuesta es ‘mariposa’ en vez de ‘maripola’26
y de acuerdo con los principios del creacionismo, el poeta ‘crea’ la nueva palabra.
25 Pensamos principalmente en el poema “Canto VII” del poemario Altazor de Huidobro: Al aia aia / ia ia ia aia
ui/ Tralalí / Lali lalá / Aruaru / urulario / Lalilá/ Rimbibolam lam lam / Uiaya zollonario/ lalilá (2003: 807). 26 En los versos precedentes, se mencionan otros animales: “bright morgan hablaba también /de las culebras y
alacranes que se comieron el corazón amargo / de 7 hermanos 7 caminos de Aragón / ola que ola la maripola no
pasa nadie nadie” (Gelman 2012: 132).
66
5.4.4.2 La imagen en Traducciones III. Los poemas de Sidney West
En la primera parte de este apartado nos centraremos en el uso particular de la imagen en
relación con el mundo surrealista y a continuación veremos cómo se representan las imágenes
surrealistas en los poemas de TIII.
Porrúa se pregunta cuál es el significado del uso de la imagen y hace referencia a los surrealistas
y al creacionismo de Vicente Huidobro. En sus manifiestos, Huidobro define la metáfora como
un acto de “la creación pura”. La imagen debe ser un elemento creado o inventado y no una
figura retórica basada en la imitación de la naturaleza. O, dicho de otro modo, la imagen no
debe remitir a un referente real, la imagen tiene que convertirse en realidad (Huidobro 2009:
67). Y Breton en el Primer manifiesto surrealista define la imagen como el acercamiento de
dos realidades distantes, sin participación del poeta. De este modo, surge la idea de “escritura
automática”(Breton 1965). (más bien la metáfora surrealista y la escritura automática poseen
un componente irracional). En suma, tanto los creacionistas como los surrealistas concuerdan
en darle un lugar excepcional a la imagen; lo variable es la posición del sujeto en el proceso de
creación (Porrúa 1992: 62).
Cabe aclarar que la diferencia entre la metáfora y la imagen radica en el problema de la
representación. En la metáfora, la realidad suele ser el elemento silencioso de la comparación
y sobre este elemento se establece el símil, mientras que la idea de la imagen está estrechamente
ligada a la idea de la invención, imaginación e incluso de delirio (Porrúa 1992: 62).
En “lamento por los pies de carmichael o shaughnesssy” leemos:
[…] iba carmichael
con el caminito en la mano como
paquete de dolor (Gelman 2012: 129)
En estos versos, los dos términos de la comparación son irreales. La comparación no aparece
para aclarar nada, sino como una construcción autonómica y como una imagen de la vanguardia.
En el mismo poema leemos:
a carmichael se le caían pedazos
de rabia pura de la cara
que iba dejando como árboles
que crecieron como árboles a costado del camino (Gelman 2012: 129)
Observamos otra manera de la invención, que no se encuentra en la analogía entre términos
imaginarios, sino en la identificación absoluta de los mismos. La comparación ya no existe y
67
los componentes cambian de identidad y de este modo, entramos en la representación de “lo
fantástico”, que es la base sobre la cual se construye la imagen (Porrúa 1992: 64).
Además de esta observación, vemos una imagen impactante y el amor mismo viene “mal y
triste y destrozado” (Gelman 2012: 129) y presenta al personaje como víctima de una
descomposición monstruosa. Tal desintegración del ser humano suprime los límites entre él y
el espacio, agudizando la destrucción de las formas que la sola mención de “pedazos”. El mismo
efecto destaca en otros pasajes de los poemas, tal como en “lamento por el sicomoro de tommy
derk”, donde el cuerpo humano se ha convertido en leña y ha de desmembrarse, alusión clara
al mitema de la destrucción dionisíaca. En este poema, se une lo mítico y fantástico a las fuerzas
de la naturaleza y la manifestación más tajante de la descomposición o pérdida de forma del
universo salta a la vista (Gomes 1997: 656-657):
a los cuarenta tommy derk descubrió
que él sufría la suerte de su pueblo
que el paraíso a cuenta
lo destinaba a páramo del mundo
¡ah tommy derk cómo lloraba en su entretela o revés!
pero ni así regaba sus tierritas
donde la luz se le apagaba
al pie del sicomoro marrón
[…]
así que tommy derk se acostó a morir nomás
y pidió que por lo menos lo hacharan
hicieran leña con él algún fuego con él
algún calor o luz o advertencia (Gelman 2012: 148-149)
La imagen en TIII se forma no solo a partir de los elementos inventados, sino que lo que cuentan
los textos no responde tampoco a una realidad externa. Por lo tanto, aparecen personajes que
vuelan o se transforman en árboles o tumbas de donde crecen caballos con los que se hace un
asado (Porrúa 1992: 64).
Pérez (1999) corrobora que podemos visualizar en los poemas imágenes de gran plasticidad,
asemejándose a las composiciones de tipo surrealista. Son imágenes visuales, donde el poeta
concibe cuadros surrealistas que sorprenden al lector por su osadía (Pérez 1999: 7). Gelman
experimenta con la imagen y el lenguaje en los poemas, buscando proposiciones radicales. Estas
van de los poemas más argumentales, con imágenes extraordinarios a otros poemas casi
68
ininteligibles, como por ejemplo ‘lamento por la cucharita de sammy mccoy’27 o el poema
“lamento por el vuelo de bob chambers”. En este mundo poético, el personaje chambers puede
flotar en medio de los objetos y vivir en un mundo dividido hasta que las dos partes de este
mundo tiran tanto de él que termina por romperse (Pérez 1999: 7). Se dan al personaje “una
cama de rosas que fue a tirar al mar” (Gelman 2012: 127) y del costado “se le alzaban como
especie de oleajes / carnes que se soñaban alas a bob chambers y no pasaron de su piel” (Gelman
2012: 127). El personaje de chambers “se rompió” y “la soledad o perros se comieron su agujero
central” (Gelman 2012: 128). Al final del poema el personaje ‘chambers’:
viaja por la muerte montado en un burrito
con la mejilla cerca de la luna tan alta
y una almohadita para el sol (Gelman 2012: 127)
El poema expone imágenes sorprendentes y al borde del sentido. La naturaleza está
desnaturalizada y continuamente en metamorfosis (Pérez 1999: 7). El poema “lamento por el
sapo de stanley hook” narra la historia de un hombre que llegó a Melody Spring con un sapo
en la mano, al que le hablaba afectuosamente, nombrándole con bellas metáforas “oh caballito
cantor de la humedad o pedazo esmeralda” (Gelman 2012: 113). Ese sapo no está “preocupado
por esta infinitud” ni “sacudido por triste condición furiosa” (Gelman 2012: 113): estas son
preocupaciones humanas que no sufre el sapo. Le admite “y sin embargo te amo sapo / como
amaba a las rosas tempranas esa mujer de Lesbos” y le explica, mostrándole el suelo “que los
parientes de abajo también están divididos” (Gelman 2012: 113). El mundo está
incompatiblemente divido entre el cielo y el suelo, la vida y la muerte. Este poema es un ejemplo
de “la unión de los contarios” que es, como acabamos de indicar, una característica de la factura
surrealista. El sapo está considerado generalmente como un animal feo y leemos en este poema
“sapito mío íntimo mortal y moral y coral” (Gelman 2012: 112) que describe el sapo con unos
epítetos hermosos. La oposición arriba/abajo, vida/muerte, espacio/tierra se muestra también
en “lamento por los ojos de vernon vries”. En el poema las palomas persiguen a vernon vries y
él se esfuerza para volar con ellas, y decía “¡oh vernon! verdadero de arriba verdadero de abajo
poco hay en el mundo” (Gelman 2012: 114), expresando de esta manera que “el sujeto está
entre la vida y la muerte, el cielo y el trasmundo” (Pérez 1999: 8). Pero al mismo tiempo, el
mundo le aparece un lugar vacío, puesto que sus ojos “no vivían en paz perpetuamente hechos
27 A modo de ilustración, citamos una estrofa del poema: y ya más nada preguntó
de sus falanges ángeles con mudos
salían con la boca tapada
a cucharita a memoria a calor (Gelman 2012: 153)
69
y deshechos / vivían mal o tristes o encontrando pobreza” (Gelman 2012: 114) (Pérez 1999: 8).
Este poema es claramente una muestra de la manifestación de las angustias de Gelman, que
había ocultado antes y el poeta siente nostalgia por una elevación espiritual. El poema se aclara
a través de una metamorfosis: sus ojos adoran lo elevado como el océano, las cataratas, las
lluvias pero “las palomas reventaron los ojos de vernon vries una tarde / y vieron las raíces que
bajaban a tierra / y también las comieron gozosas por todo lo que vuela” (Gelman 2012: 114).
Al final del poema “los ojos de vernon vries se alejaron / como fuegos sin ruido apagándose /
en fantástico vuelo orbital” (Gelman 2012: 115) (Pérez 1999: 8). Esta división es propia de la
visión del mundo americano desde la óptica de Gelman y al observar un mundo degenerado, su
visión parece pesimista. Sin embargo la imagen es osada y muestra un sentido revolucionario
de la experimentación poética, “buscando matices y rupturas en la composición de la imagen y
en el uso de la lengua” (Pérez 1999: 7).
La imagen en TIII trabaja sobre la arbitrariedad de la relación de los objetos que la componen.
Cabe añadir que, en el orden gramatical, esta arbitrariedad propone la ruptura de las
articulaciones lógicas de objetos y circunstanciales. A modo de ilustración, leemos por ejemplo
en “lamento por la tórtola de butch butchaman” los versos siguientes (Porrúa 1997: 1):
en solidaridad con el pájaro al que amaba y cuidaba
y a veces aleteaba en su hombro dejando caer
un dulce sonido a naranjos azules girando por el cielo
a demonios de pie sobre un ratón
a monos de piedras sorprendidos en el acto de hacer (Gelman 2012: 110)
Ana Porrúa (1992) señala que “lo extraño de esta comparación es que sus segundos términos,
tienden a irrealizar cada vez más al primero: sonido del aleteo de pájaro” (1992: 64). De esta
manera, se coloca la invención como eje del poema (Porrúa 1992: 64). Además de la invención,
podemos observar en estos versos la arbitrariedad, cuyos antecedentes en relación a las
configuraciones y los usos de la imagen se hallan tanto en el surrealismo de André Breton como
en el creacionismo de Vicente Huidobro. Gelman ya introdujo estos elementos en el principio
de la serie Traducciones. Por consiguiente, podemos considerar Traducciones III. Los poemas
de Sidney West como generalización del texto insólito28. Desde este punto de vista, es posible
28 El término ‘el texto insólito’ viene de Todorov. En su libro The Fantastic. A Structural Approach to a Literary
Genre, explica que “En lo insólito puro existe una explicación racional para un evento increíble, espantoso, o
extraordinario. La literatura del horror es un ejemplo. A veces un autor crea un sentido de lo insólito para
presentar un tema tabú” (1976: 168).
70
entender la lectura de las biografías excepcionales de norteamericanos y de bestiarios29
amorosos que suponen relaciones entre, por ejemplo, Butch Butchanam y su tórtola ciega o
Stanley Hook y su sapo. Como ya hemos mencionado más arriba, este tipo de referentes
regulados firmemente por la arbitrariedad e inclusive esbozados a partir del absurdo, tienen
antecedentes en la vanguardia, sobre todo, en el dadaísmo y el surrealismo. No obstante, en la
época de la producción de la serie de traducciones gelmaneanas, las características de “lo
fantástico” o de “lo real maravilloso” prevalecen en la narrativa latinoamericana (Porrúa 1997:
1-2).
El desasosiego existencial del hombre causado por las exigencias de la vida y la noción de
temporalidad está expresado en los poemas de TIII a través de la metonimia de los “pies” (Lira
1985: 137). Dos poemas del libro se titulan con la palabra “pies” (“lamento por los pies de
andrew Sinclair” y “lamento por los pies de carmichael o’shauhnessy”). Además de estos dos
poemas, la palabra “pies” aparece muy frecuentemente por todo el poemario: “la novia de sam
dormía y hacía amanecer / de sus dos pies salía el sol la luz / y era bella como los pies de Dios”
(Gelman 2012: 133), “un día de estos se murió y lo enterraron con sus pies / […] / una mujer a
lo mejor le abrazaba los pies a cab calloway” (Gelman 2012: 135).30
En el “lamento por el uteró de mecha Vaughan”, observamos en la enunciación “pies que piesan
en vez de alar” (Gelman 2012: 119) algunas particularidades: primeramente destaca la forma
‘piesan’ que es un neologismo, formado por analogía con ‘pies’, segundo se halla otro
neologismo, el verbo ‘alar’, creado a base del sustantivo ‘ala’ y por último, percibimos una
tensión interna entre ‘pies que piesan’ y ‘alar’. Esta tensión interna/oposición encaja con la
oposición espacio/tierra (véase arriba).
En muchos poemas de TIII, la imagen onírica describe situaciones absurdas o irreales que solo
pueden ocurrir en los sueños. Lo onírico está estrechamente vinculado con lo fantástico y lo
absurdo.
Lira sostiene que las imágenes oníricas, irracionales y libres de limitaciones espacio-temporales
favorecen la visión de la unidad del mundo. Además, las imágenes en la poesía surrealista están
enriquecidas por la presencia de una naturaleza rica, expresada en fenómenos telúricos, selvas
29 Un bestiario o bestiario medieval es un compendio de bestias. Se hicieron muy populares durante la Edad
Media en forma de volúmenes ilustrados que describían animales, plantas o motivos orgánicos de la naturaleza.
Aunque es una de las formas literarias más antiguas que existen, el bestiario se mantiene vigente en la literatura
contemporánea (García 2016: 83). 30 La letra cursiva de las palabras “pies” en estos poemas es nuestra.