La Económica publica un exhaustivo trabajo sobre la obra del botánico al cumplirse 200 anos de su muerte J. M. López Piñero/N. Bas Martiri" Todas las personalidades cien- tíficas importantes padecen mi- tificaciones falseadas, casi siem- pre asociadas a graves igno- rancias. Solemos personificar esta lamentable práctica en Ca- jai, cuya genial contribución su- fre en cada aniversario de su biografía una avalancha de pu- blicaciones oportunistas y ac- tos conmemorativos, casi todos los cuales se limitan a reiterar tópicos y errores. Han llegado a aparecer antologías que in- cluyen libros como Charlas de café y El mundo visto a los ochenta años, pero ningún tex- to neurohistológico. Algo parecido sucede con Cavanilles. Cerca de veinte ve- ces se han reimpreso sus Ob- servaciones sobre la Historia Na tura I, Geografia, Agricul tu- ra, población y frutos del Reyno de Valencia (1795-1797), obra menor en el conjunto de su pro- ducción, con el resultado de considerarlo como una especie de excursionista por tierras va- lencianas. Por el contrario, prácticamente se ignoran sus Icones (1791-1801) y otros tex- tos con descripciones de cen- tenares de especies de casi todo el mundo que hoy conti- núan unidas a su nombre en la Nomenclatura Botánica Inter- nacional. Nacido en Valencia, Antonio José Cavanilles (1745-1804) es- tudió en su Universidad, donde obtuvo los títulos de maestro en filosofía (1762) y de doctor en teología (1766). Recién gra- duado, fue profesor sustituto y opositó sin éxito a cátedras de filosofía y matemáticas. En con- secuencia, tuvo que convertir- se en preceptor del hijo de Te- odomiro Caro de Briones, tra- bajo que le llevó a Oviedo, don- de se ordenó sacerdote (1772), y más tarde a Madrid. Tras año y medio en Murcia como pro- fesor de filosofía del Colegio de San Fulgencio, volvió a ser pre- ceptor, esta vez de los hijos del duque del Infantado. Al ser nombrado éste embajador en Francia, se trasladó a París (1777), donde permaneció más de una década, y donde com- pletó su formación en diferen- tes disciplinas, resultando prin- cipalmente atraído por la botá- nica. En el otoño de 1780 co- menzó a herborizar por los al- rededores de París y, sobre todo, a aprovechar los materia- les de su Jardín Botánico. Cavanilles publicó en París la primera de las diez Mona- delphiae classis dissertationes (1785), dedicadas a una clase del sistema de Linné que in- cluía las Malváceas y muchas Leguminosas. En estas mono- grafías, que terminó de publi- car en Madrid a su regreso en 1789, utilizó materiales ajenos, especialmente los herbarios, pinturas y dibujos de los Jardi- nes Botánicos de París y de Ma- drid, entre ellos, los proceden- tes de la Real Expedición a Perú y Chile dirigida por Hipó- lito Ruiz y José Antonio Pavón Su estudio más importante A su regreso a Madrid, Ca- vanilles publicó su principal obra: Icones et descriptiones plantarum. Aunque en sus seis volúmenes (1791-1801) inclu- yó plantas peninsulares, entre ellas, varios endemismos del territorio valenciano, la mayor parte de su contenido está de- dicado a especies americanas, filipinas y de diferentes zonas del Pacífico, que describió ba- sándose en los herbarios y pin- turas y en las plantas vivas del Jardín Botánico madrileño, procedentes principalmente de la expedición científica a Nueva España encabezada por Martín de Sessé y de la reali- zada por las corbetas Descu- bierta y Atrevida. Ello no resta mérito científi- co a la obra, que constituyó una de las más importantes apor- taciones de la época a la botá- nica descriptiva, tanto por la al- tura y rigurosidad de su texto, como por la calidad de sus ilus- traciones, que eran estampas calcográficas de gran objetivi- dad y belleza dibujadas por el mismo Cavanilles y grabadas por destacados artistas, en buena parte valencianos. Como ha hecho notar María Luz Terrada, Cavanilles se in- teresó también por la indaga- ción microscópica de la textu- ra íntima vegetal. En su Des- cripción de las plantas que de- mostró en las lecciones públicas del año 1801 y 1802, dice, por ejemplo: «En el tronco de las di- cotiledóneas se halla el tejido ce- lular, sustancia jugosa y ordi- nariamente uerde, compuesta degranitos casi redondos, o bien sean vejiguitas mezcladas con filamentos muy sutiles que se prolongan en todas direccio- nes». No cabe duda de que fi- guró entre los adelantados de la teoría celular. (1777-1788). RETRATO. Cavanilles, en un cuadro atribuido a M. Salvador Maella. Azucena de mar y clavel de indias, láminas de 4cones.. Los ((Icones)), en CD-Rom Con motivo de los doscientos años de la muerte de Cavanilles, la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia ha editado un CD-Rom de los «ICO- nes», y un libro que lleva por tí- tulo «Antonio José Cavanilles (1745-1 804). Segundo centenario de la muerte de un gran botáni- co», donde se recogen aporta- ciones hasta ahora inéditas. En- tre ellas, el ciclo de conferencias que la entidad realizó este año, y en el que participaron los profe- sores José María López Piñero, con un exhaustivo y documenta- do trabajo sobre la obra botánica de Cavanilles; el estudio del pro- fesor Antonio Mestre sobre la re- lación de Cavanilles con el grupo ilustrado valenciano, y las expe- rienciasviajeras del botánico, tra- tadas por el profesorJoan Mateu. El libro recogetambién el estudio Se interesó también por la indagación microscópica de la textura íntima vegetal inedito del manuscrito de la bi- blioteca de Cavanilles,a cargo de Nicolás Bas Martín, de la Real So- ciedad Económicade Amigos del País de Valencia, y María Luz LÓ- pez Terrada, profesora de la Uni- versidad de Valencia-CSIC; así, como una visión global de la vida del botánico, a cargo de Manuel Portolés, vicedirector de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. La obra se completacon la edición facsímil del elogio his- tórico que sobre Cavanilles reali- zó ei que fuera rector de la Uni- versidad de Valencia José Piz- cueta y Donday, premiado por la RSEAPV en 1826.