EL CARBÓN HISTORIA Históricamente, el desarrollo de los pueblos es demandante siempre de energía como motorvital de crecimiento y expansión. El carbón se perfilaba desde el siglo XII, como una fuente energética importante y útil para soportar el incipiente desarrollo industrial de la época, continuó utilizándose discretamente como fuente de energía primaria para alumbrado, uso doméstico, industrial y para fundiciones hasta el siglo XVIII, donde tuvo su mayor auge a raíz de la invención de la máquina a vapor. El consumo de carbón en el mundo continuó creciendo en el siglo XIX y principios del XX, cuando su participación relativa en el consumo energético global pasó del 21% en 1870, al 52% en 1900, fechas por las que ya había aparecido el petróleo. El uso industrial del carbón en ese lapso de tiempo, estuvo estrechamente ligado a la demanda de combustible para calderas y acompañó el desarrollo sin precedentes del transporte ferroviario y marítimo. El recurso carbonífero sirvió de puente a la transición entre unas sociedades con economías agrarias a otras con economías industriales en el transcurso del siglo XIX y principios del XX, cuando se da inició a la era del petróleo y el gas natural. Con una mirada geopolítica, las estadísticas han mostrado que a pesar de que existen depósitos de carbón en más de 100 países, más del 80% de los recursos geológicos están concentrados en unos pocos.
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EL CARBÓN
HISTORIA
Históricamente, el desarrollo de los pueblos es demandante siempre de
energía como motorvital de crecimiento y expansión. El carbón se perfilaba
desde el siglo XII, como una fuente energética importante y útil para soportar el
incipiente desarrollo industrial de la época, continuó utilizándose discretamente
como fuente de energía primaria para alumbrado, uso doméstico, industrial y
para fundiciones hasta el siglo XVIII, donde tuvo su mayor auge a raíz de la
invención de la máquina a vapor. El consumo de carbón en el mundo continuó
creciendo en el siglo XIX y principios del XX, cuando su participación relativa
en el consumo energético global pasó del 21% en 1870, al 52% en 1900,
fechas por las que ya había aparecido el petróleo. El uso industrial del carbón
en ese lapso de tiempo, estuvo estrechamente ligado a la demanda de
combustible para calderas y acompañó el desarrollo sin precedentes del
transporte ferroviario y marítimo.
El recurso carbonífero sirvió de puente a la transición entre unas sociedades
con economías agrarias a otras con economías industriales en el transcurso del
siglo XIX y principios del XX, cuando se da inició a la era del petróleo y el gas
natural. Con una mirada geopolítica, las estadísticas han mostrado que a pesar
de que existen depósitos de carbón en más de 100 países, más del 80% de los
recursos geológicos están concentrados en unos pocos. Las reservas
mundiales de carbón superan las reservas sumadas de petróleo y gas. Está
reportado que la relación reservas/producción, al ritmo actual de consumo
permite el abastecimiento durante aproximadamente 230 años más, cifra que
contrasta con las establecidas para petróleo y gas, las cuales escasamente
superan los 40 y 60 años respectivamente.
Se estima que hay más de 984 billones de toneladas de reservas de carbón
probadas en el mundo. Esto quiere decir que hay suficiente carbón para
abastecernos por más de 190 años. Se encuentra en todos los continentes,
principalmente en 70 países, siendo los más importantes en dichas reservas
Estados Unidos, Rusia, China e India.
En la actualidad y durante las últimas décadas, el carbón mantiene, a pesar de
la penetración del petróleo y del gas, el segundo lugar a nivel mundial como
energético, representando el 23% de la energía primaria que se consume y
mostrando cifras de producción que han crecido más del 50% en los últimos 25
años.
Adicionalmente, este recurso mineroenergético participa, tratándose de carbón
térmico, con el 39% de la generación de electricidad (se espera que se
mantenga al mismo nivel por los próximos 30 años) y de carbón metalúrgico,
con el 70% de la producción de acero mundial.
En el contexto mundial, de acuerdo con información del World Coal Institute,
Sur y Centro América son poseedoras aproximadamente del 2% de las
reservas probadas de carbón bituminoso en el mundo, con una cifra de 7800
millones de toneladas.
El mundo consume anualmente más de 4050 Mt de carbón. El carbón es
utilizado para generar electricidad, en la producción de hierro y acero, en la
industria del cemento y como combustible en diferentes usos industriales.
Este escenario demuestra que en general el carbón ha sido subestimado en su
gran potencialidad, aprovechando de él solamente sus usos energéticos y
desaprovechando sus cualidades como precursor de innumerables productos
de mayor valor agregado, salvo contadas excepciones como el caso de
Suráfrica.
Se espera que la producción mundial alcance los 7 billones de toneladas en el
2030; de los cuales 5.2 billones de toneladas son de carbón térmico. El
consumo de carbón térmico está proyectado para crecer 1.5% al año entre
2002-2030. El aumento del consumo de coke será de 0.9% al año para el
mismo período.
A pesar de que en términos de reservas el papel de América Latina es
modesto, no ocurre lo mismo en cuanto a la dinámica que han presentado las
cifras de producción, es así como América Latina duplicó, entre 1950 y 1970 su
producción, pasando de casi 6 millones de toneladas anuales a un poco más
de 11 millones de toneladas de carbón, tendencia de crecimiento que continuó
hasta alcanzar en 1990 cifras de producción que ya superaban los 36 millones
de toneladas de carbón y que continuaron creciendo en los últimos años.
El carbón es una roca orgánica, sedimentaria compuesta principalmente por
carbono, hidrógeno y oxígeno. Corresponde a la vegetación prehistórica que ha
sido enterrada debido a los movimientos de las placas tectónicas y
transformada por los efectos combinados de presión y temperatura hace
millones de años. La calidad de cada depósito de carbón está determinada por
la presión y temperatura a la que haya estado sometido y al tiempo de
formación, lo que determina su rango. Inicialmente, en los depósitos más
jóvenes, la turba se convierte en lignito, luego de varios millones de años éste
se transforma en carbones sub-bituminosos debido a la continua acción de la
temperatura y presión. Más adelante estos cambios físicos y químicos hacen
que estos carbones formen los bituminosos o carbones duros o de alto rango.
Bajo las condiciones adecuadas el incremento en la madurez orgánica puede
continuar hasta formar antracita.
El grado de cambio de turba a antracita –conocida como carbonificación,
determina sus propiedades físicas y químicas que definen el rango del carbón.
Carbones de bajo rango (lignito, sub-bituminosos) son suaves, se caracterizan
por una alta humedad y bajo contenido de carbono; lo que les proporciona un
bajo contenido de energía. Los carbones de alto rango (bituminosos, antracita)
por el contrario son duros, con poca humedad, alto contenido de carbono y por
consiguiente alto contenido de energía.
MINAS DE CARBON
El carbón es una roca sedimentaria de color negro con un alto contenido en
carbono y cantidades variables de otros elementos como hidrógeno, azufre,
oxígeno y nitrógeno, siendo utilizado principalmente como combustible fósil,
tratándose por tanto de un recurso no renovable. Tres de las 10 mayores minas
de carbón del mundo están ubicadas en la cuenca del río Powder en Wyoming,
Estados Unidos.
1. MINA NORTH ANTELOPE ROCHELLE, ESTADOS UNIDOS:
La mina de carbón North Antelope Rochelle situada en la cuenca del río
Powder en Wyoming, Estados Unidos, es actualmente la mina de carbón más
grande del mundo en términos de reservas. La mina se estima que contiene
más de 2,3 mil millones de toneladas de carbón recuperable según los
últimos datos oficiales conocidos a fecha de diciembre de 2012.
La explotación minera, gestionada y operada por Peabody Energy, se
componía originalmente de dos minas; North Antelope, que se inauguró en
1983, y Rochelle, que comenzó su producción en 1985. Con el paso del
tiempo, en 1999, las dos minas se combinaron en una sola.
North Antelope Rochelle produjo 107,7 millones de toneladas (Mt) de carbón
térmico en el 2012, en comparación con los 109,1 Mt alcanzados en 2011. Se
estima que la mina produce el carbón más limpio de los Estados Unidos, dada
la calidad de su carbón que dispone de un promedio de 8.800 unidades
térmicas británicas por libra (Btu/lb) y un bajo contenido en azufre situado en el