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Universidad de Las Amricas
Pedagoga en Historia, Geografa y Educacin Cvica
Seminario de Especialidad
EL CANTO NUEVO EN CHILE, UN PROCESO
DE RECOMPOSICIN SISTMICA
(1976 1984).
Nombre de autores: Valentina Orostica
Claudio Cuiza
Profesora: Ana Henrquez Orrego
Diciembre 2014
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ndice:
Introduccin. 2
Captulo 1 Contexto: Chile y el mundo (1973-1984). 7
1.1.- Plano Internacional. 8
1.2.- Plano Nacional. 10
1.2.1.- Contexto Cultural. 10
1.2.2.- Contexto Social. 12
1.2.3.- Contexto Poltico y Econmico. 16
1.3.- Constitucin de 1980 21
1.4.- Un asesor Cultural para la Junta de Gobierno. 23
Captulo 2 Antecedentes del Canto Nuevo. 25
2.1.- La Nueva Cancin Chilena. 25
2.2.- Clandestinidad post-golpe militar (1973-1976) 27
2.2.- El Sello Alerce. 35
Captulo 3 El Canto Nuevo (1976-1984). 39
3.1- El Canto Nuevo. 39
3.2-Estetica del Canto Nuevo. 46
3.3- La Bicicleta. 47
3.4.- Epilogo de un Movimiento. 64
Captulo 4 Las Canciones: una huella en el tiempo. 68
4.1.- Anlisis histrico. 70
4.2.- Fichas. 72
Conclusiones. 76
Referencias. 81
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[2]
Introduccin:
Si para un literato la cancin es un poema, para un musiclogo ser
un plan armnico y formal; para un socilogo, una agenda de accin
social; para un crtico
cultural, la manifestacin de un cuerpo valrico; y para un
historiador ser una huella
voluntaria dejada en el tiempo por una comunidad social (Gonzlez
et al, 2009, pg. 10).
Entre 1976 1984 se desarroll en Chile un movimiento socio
-cultural dentro
de la msica popular denominado Canto Nuevo, enmarcado en lo que
fue la dictadura
militar de Augusto Pinochet. Surga en la segunda mitad de los
aos setenta la impresin
de que Chile daba a luz algo parecido a una nueva fuerza musical
colectiva (Cancin
Valiente, Marisol Garca, 2013, p. 259). Este fenmeno, al poco
andar fue bautizado
como Canto Nuevo y su conformacin esta netamente circunscrita al
contexto histrico
en el que se desarrolla, y por otro lado, fue fundamental en el
levantamiento de una
cultura de oposicin al rgimen, afectando entonces al contexto
que lo vio nacer, crecer y
ms tarde morir.
Esencialmente el Canto Nuevo fue parte de una bsqueda artstica
para trabajar
en la restauracin del sistema democrtico extraviado despus del
golpe de estado de
1973. Se utilizaron las liricas como una herramienta de
comunicacin, informacin y
educacin, lo que llev a conformar verdaderas crnicas que creemos
que a la postre
fueron fundamentales para levantar el bando de resistencia a la
dictadura de Augusto
Pinochet. En el desarrollo de esta idea, son fundamentales los
aportes de Cristian
Gonzlez y Gabriela Bravo en su libro Ecos del Tiempo Subterrneo,
en el cual
mediante el recurso clandestino de las peas, desarrollan una
Historia que parece lejana,
al igual que un mito, un eco que solo retumba en el inconsciente
colectivo, pero que
forma parte fundamental de la vasta historia popular que muchas
veces nos han hecho
olvidar (p. 207).
La influencia del contexto histrico en la conformacin del Canto
Nuevo, lo
desmarca del movimiento musical que le precedi, que fue la Nueva
Cancin Chilena, de
la que si adquirir parte de su esttica por continuar siendo
parte de la corriente
latinoamericana de cancin protesta, como tambin suele ser
denominado, caracterizada
por sus contenido social, poltico o reivindicatorio.
Este contexto, finalmente estructurara a esta nueva forma de
cantautora, dndole
consideraciones estticas, como estar recargada en el uso de
metforas y con un
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desarrollo preferentemente clandestino, debido a la censura que
sufri, emanada de las
polticas culturales del autoritarismo. Esto ltimo ir cambiando
con su desarrollo a
travs del tiempo. El legado del Canto Nuevo lo podemos encontrar
en sus canciones, las
que se ocuparn como fuentes primarias importantes en el
desarrollo de esta
investigacin.
A travs del Canto Nuevo pretendemos realizar una mirada
complementaria a lo
que es la llamada historia oficial, la que muestra a este
periodo con caractersticas de
apagn cultural, y solamente centrndose en los procesos ligados a
la dictadura y la
instauracin de un nuevo orden neoliberal. Sin embargo, son
muchos los factores
excluidos de esta construccin, uno de ellos es este movimiento
de msica popular, el que
comenz a fraguarse en pequeos espacios de clandestinidad. Al
reducirse el proceso
histrico a la descomposicin sistmica, el repliegue comunitario
de los jvenes fue
caratulado de descomposicin y no de recomposicin. (Salazar y
Pinto, 2004, p. 240).
Esta investigacin intentara reconstruir el proceso de
conformacin del Canto Nuevo,
para as poder demostrar su participacin como agente vivo en el
proceso que Chile vivi
en esos aos.
Hemos definido al Canto Nuevo como un fenmeno de carcter
socio-cultural,
asociacin acuada por la etnomusicologa, que es una rama de la
etnografa que se
ocupa de estudiar a la msica dentro de sus contextos. La creacin
y la reproduccin de
la msica siempre ser un hecho cultural y social. Esto significa
que la msica es
portadora de una serie de caractersticas y condiciones que
permiten y fomentan su
existencia, manifestacin y reproduccin en un contexto socio
cultural especifico
(Hernndez, 2001, p. 9).
Es cultural, porque la msica se crea para determinar situaciones
y contextos
tomando una forma esttica particular marcada absolutamente por
su contexto. Y la
definimos como social porque se organiza mediante la creacin de
roles y la
especializacin del trabajo, y para esto se hace imprescindible
una estructura social que
permita la generacin y reproduccin de esta expresin cultural de
tal complejidad.
Es el Canto Nuevo un proceso de recomposicin sistmica en el
Chile de 1975-
1989? Para responder esta pregunta este trabajo se ha trazado
los siguientes objetivos:
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Analizar el contexto de los aos 1976- 1988 y definir de qu
manera
influy en el movimiento denominado Canto Nuevo.
Definir los rasgos culturales propios del movimiento Canto
Nuevo
para identificar al grupo humano que lo construye.
Atribuir historicidad a los sujetos vivos y a los espacios
comunitarios
que conformaron el movimiento Canto Nuevo en Chile, que segn
nuestra investigacin actuaron como agentes de una
recomposicin
sistmica.
Otorgar una visin desde una perspectiva socio-cultural a un
periodo
de la Dictadura Militar en Chile influido y determinado por
la
existencia del Canto Nuevo.
El mtodo que se utilizar para esta investigacin se obtiene en
parte de vertientes
ligadas a la etnomusicologa adems del mtodo tradicional del
historiador, con el
consiguiente anlisis de fuentes, ya que si para un literato la
cancin es un poema, para
un musiclogo ser un plan armnico y formal; para un socilogo, una
agenda de accin
social; para un crtico cultural, la manifestacin de un cuerpo
valrico; y para un
historiador ser una huella voluntaria dejada en el tiempo por
una comunidad social
(Gonzlez et al 2009, p. 10). Es por esto que las canciones
registradas por este
movimiento en estudio son fuentes primarias para un anlisis
histrico ligado a un eje
conductor que nos da la llamada Historia Social.
Este eje lo encontramos principalmente en la obra de Gabriel
Salazar, historiador
chileno, galardonado con el premio Nacional de Historia el 2006;
es uno de los
fundadores de la corriente historiogrfica llamada la Nueva
Historia Social y en la
actualidad es uno de los ms destacados exponentes de la
historiografa social y poltica
contempornea chilena, al igual que Julio Pinto Vallejos el cual
es especializado en
historia social y poltica. En sus escritos se destacan los
conflictos sociales y polticos
de los trabajadores del salitre y del guano; la identidad
popular; la conformacin del
Estado en Chile y distintas aristas del proceso de la Unidad
Popular.
La historia social es por excelencia la disciplina que se ocupa
del
contexto social en que se ha dado un acontecimiento, una serie
de
hechos, un personaje, una creencia, una relacin, una serie de
relaciones ,
una institucin, un proceso o una mutacin social del pasado. Ella
debe
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[5]
leer transformaciones, a veces veloces pero ms a menudo lentas o
muy
lentas (Pancino, 2003, p. 17 en Gonzlez et al 2009, p. 10).
Esta visin ser contrastada y complementada con los relatos
oficialistas de
Gonzalo Vial Correa que fue historiador, abogado y periodista.
Fue miembro del
consejo de defensa del estado y tica de medios de comunicacin,
miembro de nmero
de la Academia Chilena de la Historia, Vial es un exponente de
la historiografa
chilena de carcter conservador. Por otro lado Joaqun Fermandois
Huerta, historiador,
experto en relaciones internacionales de Chile e historia
contempornea, al igual que
Vial es numerario de la Academia Chilena de la Historia, a travs
de sus textos, ha
polemizado con otros historiadores respecto a la poltica
exterior norteamericana, la
Unidad Popular y las transformaciones polticas y sociales que ha
vivido la sociedad
chilena a lo largo del siglo XX.
En otra vertiente encontramos a Sofa Correa Sutil historiadora
Chilena, desde
1996 hasta 2010 fue responsable del currculum nacional elaborado
por el Ministerio de
Educacin para el rea de Historia y Ciencias Sociales.
La visin fornea, supuestamente ms imparcial, la encontramos en
los autores
Simon Collier y William F. Sater. El primero es un historiador
de nacionalidad inglesa,
estudio en la Universidad de Cambridge, se dedic a la Historia
de Chile, su segunda
patria segn sus propias palabras. Por otro lado William F. Sater
es un historiador de
nacionalidad estadounidense y estudio en la universidad de
California. Ha dedicado
buen aparte de su vida a la investigacin de Historia de
Chile.
De esta forma pretendemos completar un panptico mucho ms
completo del
periodo que esta investigacin abordara, periodo que por
polarizado requiere abordarlo
de diferentes visiones.
El anlisis de la revista la Bicicleta como fuente primaria,
escrita en el tiempo
que suceden los acontecimientos tendr un espacio importante en
este trabajo, por
constituirse esta en un soporte de entrevistas y letras de
canciones, es un ejercicio
fundamental en el intento de ser fieles al clima de la poca,
buscando presentar un
discurso tal como fue emitido cuando el pasado era presente.
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Este ltimo factor se nos hace vital en una reconstruccin
histrica, con el
propsito de intentar soslayar la falta de estudios ligados a lo
que es la resistencia
cultural, su influencia en el contexto y viceversa.
Los trabajos que hemos encontrado para desarrollar la temtica en
s, vienen
preferentemente desde una mirada periodstica, como el de Marisol
Garca, Gabriela
Bravo y Cristian Gonzlez o el de Eduardo Yentzen, ms ligado a
sus memorias, que si
bien nos aportan en esta elaboracin, no nos permiten realizar
una discusin
historiogrfica del fenmeno del Canto Nuevo como movimiento
enlazado directamente
con el acontecer del Chile militarizado, modelado por las
polticas culturales autoritarias
y as dilucidar la aportacin de este fenmeno en este entorno.
Debemos destacar que
todos estos autores han estado ligados al fenmeno mismo o a
trabajos culturales ms
asociados a ideologas de izquierda.
En el captulo primero partiremos retratando el contexto nacional
e
internacional en el cual naci y se desarroll el Canto Nuevo,
analizaremos tpicos
econmicos, polticos, culturales y sociales en los cuales se
desenvolvi el pas en los
aos de dictadura. Adems hablaremos de la constitucin del 80,
elaborada por la
dictadura y sus influencias en la nacin, para finalizar con el
asesor cultural de la Junta
de Gobierno y sus eventuales injerencias en el desarrollo de la
cultura.
En el segundo captulo analizaremos los antecedentes a la
aparicin del Canto
Nuevo y su influencia en el Chile que trabajo en dictadura para
reconquistar la
democracia. La construccin cultural que se vena gestando desde
antes de la unidad
popular har que el quiebre y la falta de continuidad producida
por el golpe militar sea
un trance difcil para los chilenos. El tiempo para lavar las
heridas fue corto y el trabajo
en lugares de refugio comienzo a gestar lo que sera el
movimiento de rearticulacin
cultural llamado Canto Nuevo.
En el captulo tercero, reconstruiremos el nacimiento vida y
epilogo del
movimiento Canto Nuevo, reconociendo la obra y el grupo humano
que lo conform.
Para finalizar en el captulo cuarto con un anlisis histrico de
las letras de las
canciones, fuentes primarias que a modo de huellas han quedado
para reconstruir un
pasado muchas veces invisivilizado, as intentaremos demostrar la
historicidad de este
movimiento de cantautora y su aportacin social al asumir la
responsabilidad de la
recomposicin sistmica.
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Hay que decir lo que otros callan,
hay que decirlo con canciones,
hay que cantarlas despacito
pero tambin en alta voz.
(Yo debo hablar con claridad, Schwenke y Nilo, 1980).
Captulo I
1.- Contexto: Chile y el mundo (1976-1989).
El objetivo fundamental del presente capitulo es poder
visualizar el contexto en
el que se desarroll el movimiento Canto Nuevo durante los aos
1976 y 1989. No es
posible comprender las dimensiones de este fenmeno sin un
anlisis de la realidad
histrica en el cual se desarroll, considerando las implicancias
internacionales y, a la
vez, nacionales. Lo que dar cuenta de las cualidades que
configuran el escenario en el
cual se desarrolla dicho movimiento.
Se escogi una variedad de autores que han abordado el contexto
de dictadura
militar, privilegiando miradas heterogneas a un perodo de
nuestra historia que se
caracteriz por la existencia de una sociedad polarizada desde
varios aos antes. Este
perodo se inicia con el golpe de Estado, ocurrido el 11 de
septiembre de 1973 hasta
1989 tras el plebiscito de 1988, donde se decide mediante el
voto popular si el rgimen
militar continua, o llega a su fin retomando la democracia.
La maana del da martes 11 de septiembre de 1973, se genera un
quiebre en la
historia democrtica de Chile a travs de un golde de Estado al
gobierno constitucional
del presidente Salvador Allende, luego de su derrocamiento queda
al mando del pas
una junta militar al mando del Comandante en jefe del Ejrcito
Augusto Pinochet.
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[8]
1.1.- Plano Internacional.
En el plano internacional, el mundo se encontraba dividido en
dos bloques
conformndose un mundo polarizado. Encabezado por las dos
superpotencias que
marcaran el destino poltico, econmico, social e inclusive
cultural de muchos pases
del mundo. Este fenmeno se explica por la ambicin de ambas
potencias de ampliar
sus esferas de influencia a nivel planetario. La separacin
estaba marcada por los
intereses que posea el bloque occidental y oriental, a su vez
trajo consigo una serie de
conflictos polticos, sociales y culturales, los cuales tambin se
hicieron presentes en
Latinoamrica1
En el caso de Chile los sucesos ocurridos en el exterior
desencadenaron un
ambiente propicio para efectuar el golpe de Estado basado en
detener el caos procedente
del marxismo internacional y restituir los valores tradicionales
de la cultura nacional.
Este argumento fue mantenido hasta el final del rgimen.
Fermandois plantea que
Chile quiso ser un adalid de la causa occidental y del anti
marxismo en la guerra fra.
Solo que esta, a mediados de los setenta, aunque no haba
finalizado, si haba cambiado
de carcter (2005, p. 404), el carcter que hace menciona el autor
ser el paso de
intereses por expandir ideolgicas a ser una competencia
netamente econmica.
Por otra parte en una entrevista efectuada en el ao 2013
realizada a Gabriel
Salazar plantea que:
"El modelo poltico, que se haba establecido en 1925, y
que fue de alguna manera transformado internamente con
muchas
dificultades despus de 1938 tenda a agotarse polticamente
porque ese modelo no daba el ancho para ser reformista y
revolucionario eran los propsitos de los gobiernos de
Eduardo
Frei Montalva y Salvador Allende. En este sentido era
previsible
que esto terminara en una crisis poltica importante. Por otro
lado,
el golpe fue acelerado, producido por EE.UU. Esto se sum al
problema interno de agotamiento de las posibilidades del
modelo.
La definicin norteamericana respecto a producir el
derrocamiento del gobierno de Allende era absoluto, osea las
siete
cpulas del imperialismo norteamericano iban en esa direccin
y
los dados estaban echados porque buena parte de la accin
norteamericana tenda a evitar que la democracia cristiana
formara una alianza con la unidad popular se habra producido
all
indudablemente el triunfo de Allende de una manera
definitiva
1 Para mayor informacin con respecto al contexto internacional
ver libro: Chile y la Guerra Fra Global
editores: Tanya Harmer y Alfredo Riquelme Segovia.
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[9]
El historiador Gabriel Salazar plantea que la intervencin de
Estados Unidos
tuvo un papel clave para que la Unidad Popular no siguiera en el
gobierno ya que antes
del plebiscito que dispondra Allende Estados Unidos acelero la
intervencin militar con
el objetivo de que no se realizaran nexos polticos, ya que si se
formaban no podran
derrocar a Allende como menciona el entrevistado Gabriel
Salazar.
En otra entrevista realizada en el diario La Segunda el cuatro
de Septiembre del
ao 2013 Gabriel Salazar plantea que: Para EE.UU. era muy
importante que Allende
no triunfara, y no porque fuera marxista, sino porque la frmula
de Allende era un
gobierno de reformas profundas desde el Estado liberal, y sin
cambiar la Constitucin.
Si esa frmula contaba con el apoyo del centro poltico, o sea la
DC, el triunfo de
Allende era seguro y ese proyecto poda propagarse por toda
Amrica Latina. Ese era el
peligro: la frmula de Allende.2 Se ve plasmado que la influencia
de Estados Unidos
ser decisiva y trascendental al momento de impedir las acciones
de Allende ms que
nada de la Unidad Popular, entrometindose cada vez ms hasta
lograr y asesorar el
golpe de estado
Correa et al. plantea que Estados Unidos realiza una estrategia
para que Chile
saliera de la neutralidad en la que estaba inmersa, La poltica
norteamericana se centr
en la generacin de un colapso de la economa chilena, lo que se
acentu tras la
nacionalizacin de las grandes empresas acaparamiento interno
deriv en graves
consecuencias econmicas y polticas para el gobierno de la Unidad
Popular (2001 p.
267). Frente a la amenaza que significaba un gobierno de ndole
comunista y a su vez
por la presin de este mundo bipolar, Estados Unidos opta por
desestabilizar la
economa lo que genera un impacto inmediato en lo social, lo que
conllevo luego del
golpe de estado a la aceptacin del modelo neoliberal y al
desarrollo de polticas
culturales las cuales se desarrollaran en los apartados
siguientes.
2Cmo debe ser contado el 11 de Septiembre?, Mircoles, 04 de
septiembre de 2013 / Martn Romero E., Diario La Segunda
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[10]
1.2.- Plano Nacional.
Para desarrollar el contexto nacional se dividir el anlisis en
aspectos
culturales, sociales, econmico y poltico. Esta organizacin es
pertinente para una
mejor comprensin del periodo en estudio.
1.2.1.- Contexto Cultural.
Nos referiremos a contexto cultural como todo aquello que forma
parte del
entorno y que resulte significativo en a formacin y desarrollo
de un grupo humano. En
este contexto surge una cultura identitaria, para la que todos y
cada uno de los
elementos entregan un aporte connotativo al significado comn de
las cosas de la vida
cotidiana de la poca a estudiar.
Para esta mirada daremos cuenta de medidas que desde lo poltico
incidieron de
una u otra forma en la construccin de lo cultural.
En el gobierno de la Unidad Popular (1970 -1973), se posiciono
en Chile un
proyecto de desarrollo cultural inspirado en corrientes de
izquierda que tuvo gran
adherencia por parte de los artistas que se alinearon al rgimen.
En estos aos se crearon
diferentes organismos dependientes del estado como por ejemplo
Chile Films, Editorial
Quimantu, el sello discogrfico IRT, entre otros. Como
consecuencia del golpe de
Estado de 1973 ocurre un hundimiento de este proyecto.
El golpe militar implanto diversos obstculos y medidas de fuerza
en los
aspectos polticos y culturales del pas, los autores Carlos
Cataln y Giselle Munizaga
en su libro Polticas Culturales Estatales Bajo el Autoritarismo
en Chile, la clausura
de una vasta red de organizaciones culturales de base, la
suspensin de la organizacin
artstico cultural vinculados a los partidos polticos de
izquierda y centro, y sus
respectivas ramificaciones en los medios de comunicacin, el
desmantelamiento de toda
institucionalidad estatal que mantena una activa gestin cultural
en los circuitos
populares, el control irrestricto del poder estatal y la prctica
sistemtica de las polticas
de represin y exclusin de los artistas progresistas, con la
consecuente desarticulacin
de los aparatos culturales oficiales (1985, p. 24).
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La actividad cultural sufri importantes transformaciones y
privaciones
inducidas de forma directa o indirecta por las acciones y
polticas del rgimen. Estas
estrategias de dominio se utilizaron con el objetivo de ampliar
y fortalecer sus bases de
poder de la junta militar, adems como consecuencia de la
disolucin del proyecto de la
Unidad Popular, se fomentar bajo la dictadura una campaa de
reconstruccin
cultural que no solo comenzar con el intento de desarmar
elementos indeseables para
el rgimen sino tambin fomentar fuertemente el nacionalismo. Esta
intervencin se vio
plasmada en los medios de comunicacin con una ejecucin de una
estricta censura de
prensa por medio de las oficinas de DINACOS (Direccin Nacional
de Comunicacin
Social) dependiente de la Secretara General de Gobierno desde la
cual se emitan los
comunicados pblicos oficiales del gobierno, as como las
instrucciones para la
cobertura de determinados hechos noticiosos, Llego a tal punto
que existi la
difusin de noticias falsas y el embargo de publicaciones que se
sumaban a un clima
de terror impulsado por la creacin de los organismos represivos
del estado3 (Feride
Zeran s.a., p.2 11.). A partir del ao 1977 aproximadamente, por
una liberacin
econmica se permite la publicacin de medios de comunicacin que
eran contrarios al
rgimen como por ejemplo en el ao 1978 la creacin de La
bicicleta, la cual fue una
de las principales difusoras del movimiento Canto Nuevo, esta
revista se profundizar
en el captulo III de esta investigacin.
Junto con la instauracin del rgimen militar tambin se instala un
proceso de
censura, lo que obligo a los artistas a buscar nuevas formas y
cdigos de expresin
mediante los cuales puedan dar cuenta del malestar, alteracin e
indignacin ante el
contexto de represin y de violacin a los derechos humanos en el
cual se les haba
situado, como plantea Milan Ivelec y Gaspar Galaz en su libro
Chile, Arte Actual : La
nueva actitud de los artistas provoco una nueva alteracin de la
funcin del arte; la
opcin critica asumida frente al contexto chileno y
latinoamericano implico una prctica
del arte muy distinta a la establecida. No se situaron al margen
de los problemas
cruciales que aquejaban a la comunidad, y no fueron observadores
neutrales de
espectculos destinados a una exploracin puramente visual o a una
especulacin solo
formal. Se ubicaron desde el centro mismo de los problemas para
abordarlos desde el
3 Utopia(s) .1973- 2003 . Edicin n6.Memorias de la Universidad
de Chile. Cap. complicidad y
silencios de la prensa en dictadura.
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[12]
arte (citado en polticas culturales del rgimen militar
chileno)4. En los prximos
captulos se desarrollara la idea de la censura en los
movimientos culturales y artsticos.
1.2.2.- Contexto Social.
Para referirse al contexto social se tomara en cuenta a todo
aquello que rodea e
involucra a los sujetos en diferentes mbitos en los que
coexiste, entrelazando as el
mbito poltico, econmico, educativo etc. Que forman parte de la
identidad y la
realidad de una persona, siendo estos los factores determinantes
para establecer el rol
que desempea el individuo en sociedad y a su vez, como el
contexto incide en su
realidad bajo un periodo determinado. .
El mbito social, se vio igualmente afectado por el sello
dictatorial impuesto de
forma violenta desde septiembre de 1973. Esta conformacin social
se deriv de las
polticas de represin y censura exorbitante ante cualquier
demostracin cultural que
difundiera un mensaje de oposicin al rgimen. Segn la junta
militar Para salvar la
patria, los militares asestaron el golpe de estado, haciendo una
brutal demostracin de
que no tenan escrpulos, ni para imponerse a sangre y fuego en el
espacio pblico, ni
para violar los derechos humanos de los vencidos ni para ignorar
la soberana de todos,
ni para desconocer literalmente la Ley Constitucional (Salazar y
Pinto, 2002, p. 227-
228).
En contra posicin menciona Vial que los militares, desde un
comienzo, la
suspensin indispensable por los rumores que circulaban de
ejrcitos guerrilleros y
ocultos despticos de armas(2000, p. 1326), las distintas ramas
del ejrcito y las
fuerzas de orden se desempearon como los actores represores
contra las personas,
instituciones y movimientos contrarios al rgimen, agregando que
Pinochet decidi
imponerse en el caos, creando la DINA, Direccin de Inteligencia
Nacional que
funciono a fines del 73 , y legalmente desde mediados del 74 (
Decreto Ley N521).
Su objetivo oficial recoger informacin de seguridad y formular
propuestas sobre la
materia (Vial, 2000, p. 1326)
4 Aisthesis : Revista chilena de investigaciones estticas,
edicin 54, 2013.
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[13]
Aunque Gonzalo Vial mencione a la DINA como un ente de seguridad
para
resguardar al rgimen, Collier y Sater plantea que a la DINA se
pueden atribuir la
mayora de los horrorosos incidentes de tortura documentados por
la Iglesia Catlica en
Chile y por organizaciones como Amnista Internacional en el
extranjero. Sus
conocidos centros de tortura incluan Villa Grimaldi, una mansin
en La Reina (...), la
DINA se puso como objetivo al MIR y al Partido Comunista, y no
les dio
tregua.(1998, p. 308 -309). Esta ltima visin pareciera ser por
lo imparcial de los
autores la ms cercana a una realidad que an mantiene opiniones
muy polarizadas.
En el ao 1977 se remplaz a la DINA por una polica secreta ms
reducida
llamada la Central Nacional de Informaciones (CNI). La generacin
del 68 tropez
con la maquinaria represiva indita en la Historia de Chile. El
monstruo negro que tanto
inhibi a la generacin adulta del 38, desencadeno, ataco sin
piedad a la del 68. Fue un
ataque que culmin, con un record aterrador, la larga serie de
masacres que a lo largo
de dos siglos haban puesto fin, peridicamente a las incursiones
del movimiento
popular en el espacio pblico (Salazar y Pinto 2002, p. 228). Si
bien cambiaba de
nombre, la CNI le dio continuidad a una metodologa de represin
basada en la tortura,
la desaparicin y la muerte de los opositores a la Dictadura.
El amparo que presto la Iglesia Catlica en ciertos sectores
marginales, mediante
la apertura de sus parroquias fue muy importante para
salvaguardar a las personas
perseguidas, as lo deja ver Collier y Sater, al decir que: Con
los partidos polticos
prohibidos, las cortes de justicia vergonzosamente
condescendientes y la vigilancia de la
polica secreta sobre toda la sociedad, la nica institucin capaz
de conservar alguna
lnea ms o menos independiente era la iglesia catlica (1998, p.
309-308).
Por contrapartida Fermadois proyecta el apoyo que tuvo el golpe
militar por
parte de la iglesia, limitndose a sealar que les entregara el
mismo apoyo que le otorgo
a allende, esto indigno a la junta y comenzaron los problemas
(2005, p. 421). Entonces,
la Iglesia Catlica tuvo un papel fundamental, al constituirse en
una de las vas de
desahogo popular y ser uno de los primeros lugares que le abrir
las puertas a
manifestaciones culturales, como el teatro y la msica. Sera una
instancia fundamental
para el incipiente desarrollo del movimiento Canto Nuevo.
Para Correa et al. debieron pasar cerca de tres aos para que la
jerarqua
eclesistica confrontara abiertamente a la dictadura militar
(2001, p. 289). En este
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[14]
punto concuerda en cierta medida con Fermadois ya que al no
tener respuesta inmediata
contra el accionar del rgimen, de una u otra forma estaban
demostrando su apoyo.
Para Salazar y Pinto (2002) entre (1973 -1986), la iglesia
catlica acogi a
jvenes refugiados: se abri a las otras experiencias, y
literalmente fue invadida por
personas que buscaban cobijarse en un espacio que les permitiera
mantener identidades
mnimas () Fue para ella un tiempo de acogida (p. 236). Esta
apertura que
encontramos en ciertos sectores de la iglesia, fue un foco muy
importante para quienes
comenzaran a reconstruir la democracia perdida despus del golpe,
transformndose
esta en un espacio parroquial donde los jvenes organizaban peas,
grupos de teatros,
brigadas muralistas, grupos literarios, escuelas o talleres para
cabros chicos, colonias
escolares y conciertos con grupos musicales proletarios. Dentro
del refugio, la
conversacin intensificada, dio paso a la creacin, y esta, por su
parte a los actos
culturales o eventos de expresin masiva (Salazar y pinto 2002,
p. 237).
Se fue forjando una cultura juvenil diferente a la de otros
tiempos, marcada por
un contexto de autoritarismo, censura y represin. Cabe destacar
tambin, que con
posterioridad al golpe de estado, el cardenal Ral Silva Henrquez
en conjunto con
otros representantes de las iglesias, crearon el comit de
cooperacin para la paz
(Comit Pro Paz), el cual se dedic a prestar asistencia social y
legal a los detenidos y
personas que se les hubiesen violado los derechos humanos. En el
ao 1975 este comit
seria disuelto, entonces el arzobispo Ral Silva Henrquez,
solicit al papa Pablo VI la
creacin de la Vicara de la Solidaridad, que entr en funciones en
1976. Si bien el
papel de la iglesia no fue a nivel total de su
institucionalidad, tuvo mucha importancia
para salvaguardar a las personas y la reconstruccin de la
democracia, aunque
historiadores de los llamados oficialistas como Gonzalo Vial no
lo mencionan, como
tampoco mencionan el rol de las universidades en dicho perodo de
la Dictadura Militar.
La intervencin de las Fuerzas armadas en las universidades e
instituciones
acadmicas ocurri desde un comienzo, cuando se produjo el golpe
militar, la
represin e intervencin en las universidades no se hizo esperar,
alcanzando a las
universidades pblicas, grados de violencia insospechados
(Correa, et al. p. 300), al
igual que todo el pas la censura y represin se hizo sentir en
los estamentos
universitarios. La confeccin de listas negras, la prctica de la
delacin y la presencia
en clases de agentes del aparato represivo del rgimen, crearon
un clima sofocante de
-
[15]
desconfianza e inseguridad, a sabiendas de que la identificacin
con un pasado
revolucionario o un presente opositor, bien poda implicar, amn
de la prdida del
trabajo y la imposibilidad de concluir una carrera, la represin
lisa y llana. (Correa, et
al. 2001, p. 301).
Muchos de los opositores al rgimen o los que se sospechaban que
perteneca
alguna agrupacin en contra del rgimen militar eran perseguidos;
numerosas personas
tuvieron que abandonar el pas buscando refugio en el extranjero.
La vigilancia de las
universidades y el amordazamiento del movimiento estudiantil
comenz a ceder con el
tiempo, producto de la movilizacin de un ncleo de jvenes
decididos a manifestar su
disconformidad, a travs, por ejemplo, de las canciones del Canto
Nuevo o de huelgas
de hambre u otros actos de protesta. Algunos de sus lderes
fueron golpeados,
expulsados, encarcelados, relegados e, incluso, asesinados
(Correa, et al. 2001, p.
303), entonces el ambiente que reinaba en tales establecimientos
era de mucha
contencin, miedo o incluso terror, lo que en una primera
instancia acallara de golpe lo
que en un tiempo atrs fueron himnos y banderas enarboladas como
preferencia en ese
mismo lugar.
La ACU (Agrupacin Cultural Universitaria) permiti la creacin de
talleres
universitarios con la finalidad de realizar festivales musicales
de poesa o teatro .Salazar
y Pinto, plantea que con la ACU ganamos muchas cosas: pasamos de
los baos. Ah
estn los festivales de msica y teatro con la ACU llegamos tambin
al Teatro
Caupolicn, convocando a Chile con nuestros festivales, porque de
eso se trataba, de
Chile. Del Chile que entonces queramos revivir. Era el folklore
contra la dictadura
(2002, p. 240). Gracias a esto los movimientos culturales y
sociales comenzarn a tomar
cada vez ms forma, al encontrar espacios de desarrollo, mediante
diversas maneras de
expresin.
A inicios de 1980 se comienzan a realizar y gestionar una serie
de encuentros,
movimientos artstico-culturales colectivos por medio de los
cuales los artistas
generaban un espacio de expresin y difusin para sus creaciones y
para las posturas
polticas-ideolgicas establecidas ante la dictadura. La bsqueda
de nuevas
posibilidades para configurar el significante cultural a travs
manifestar a travs de
actitudes provocativas y de denuncia social, el intento por
transformar la sociedad
mediante la interaccin arte y vida para entregar una re
significacin cultural que fue
-
[16]
apagada durante el rgimen militar. ya hacia mediados de 1983
aproximadamente,
pues debido a las contingencias econmico-sociales acontecidas a
partir del ao 1982,
bajo pleno rgimen militar, el gobierno debi ceder levemente su
rigor desptico ante la
ciudadana y otorgar ciertas concesiones, como fue la de permitir
cierto alcance en el
levantamiento de la censura. (Correa et al. 2001 p. 329).
1.2.3.- Contexto Poltico y Econmico.
Para catalogar el contexto poltico nos fijaremos en los vnculos
polticos y su
influencia en las decisiones que se adoptan en funcin a un
objetivo gubernativo. En
lo que se refiere al contexto econmico sern las circunstancias
que definen el sistema
econmico del pas
En lo poltico desde un comienzo Los militares se propusieron el
desafo ms
radical convencido hasta ahora, nada menos que cambiar la
conciencia colectiva del
pas a partir del ejercicio de la fuerza y de los hechos (Correa
et al. 2001, p. 287). La
junta militar realizo cambios radicales en la poltica chilena,
partiendo por la
Declaracin de Principios, era el deseo de otorgar un sello a su
propio proyecto
poltico. El principal redactor fue un civil, Jaime Guzmn
(Fermadois, 2005, p. 407).
La constitucin de 1980 ser la obra magna de la dictadura. Esta
carta regir los
destinos del pas y ser legitimada de una u otra forma hasta por
sus detractores ms
acrrimos.
Esta marca que se quiso implantar desde un comienzo y entregar
las bases y
justificacin de la junta militar al mando del estado chileno.
Para Correa et al. (2001)
en la declaracin de principios existe una confusin conceptual
entre valores
ideolgicos antagnicos y en segundo lugar sostiene que en esta
declaracin de
principios no se detecta atisbo alguno de la instauracin de
modelo de libre mercado,
cosa que si bien no aparece explcitamente, est presente en el
nuevo orden al que Chile
Otro hecho importante fue la prohibicin a los partidos polticos,
Vial expone
que los partidos unipopulares fueron disueltos por la junta y
aquellos opositores;
aquellos opositores a Allende, declarados en receso, pero el
receso, muy luego, se
torn tambin disolucin (2000, p. 355), agrega que el presidente
era implacable
enemigo, y hasta el final se empeara por hacerles difcil su
constitucin, y por evitar
-
[17]
su influencia en otros grupos sociales (ibdem p. 355). Ya que al
estar presente los
partidos polticos eran una amenaza para el rgimen militar, ya
que existan partidos
polticos con ideologas muy distintas a este. La conformacin en
1987 bajo la nueva
ley de partidos, ser una de las primeras seales de legitimacin a
la constitucin, ya
que hasta los ms detractores se tuvieron que atener a esta ley
para poder existir.
Collier y Sater sealan que a pesar de que los partidos haban
visto
interrumpido su funcionamiento durante diez aos anteriores,
nunca desaparecieron. El
partido Nacional se haba desbandado patriticamente desde el
golpe y sus miembros,
desde entonces apoyaban el rgimen. Los comunistas, a pesar de
haber sufrido una dura
represin, saban cmo sobrevivir en clandestinidad (1998, p. 321).
Aunque desde el
comienzo del rgimen militar los partidos polticos tuvieron que
ocultarse y otros se
disolvieron, El espacio militante, en cambio era ms selectivo,
hermtico y poltico y
atraa sobre si un riesgo mayor de represin Salazar y Pinto
(2002, p. 236) aun as se
fueron creando como en el caso del ao 1980 en donde se forma una
guerrilla urbana el
Frente Patritico Manuel Rodrguez (FPMR), estos comenzaron a
desarrollar acciones
terroristas menores,
Al iniciarse el periodo de las protestas (1983) la presin de lo
poltico sobre lo social aumento. Una atmosfera de guerrilla urbana
se extendi por todas las poblaciones. La militancia social comenz a
debilitarse y a desintegrarse, siendo sustituida
por una auto referida militancia partidaria de presencia
avasalladora, que cooptaba cuadros que, a poco andar terminaron
operando desde el interior del brazo armado del
partido correspondiente Salazar y Pinto (2002, p. 243-246)
Esta lucha contra el rgimen militar ya no solo sera una
revolucin proveniente de los
sectores populares sino que toma un vuelco y se transforma en
una lucha armada y de
planificacin para poder llegar al objetivo de derrocar la
dictadura, fue tal el grado de
especializacin la cual es otorgada desde el extranjero como por
ejemplo en Nicaragua
y en otros frentes.
El final que tiene FPMR fue un trabajo compartido por la
dictadura de Pinochet y la
democracia de Aylwin y Frei Ruiz-Tagle Salazar y Pinto (2002, p.
253) al momento de
volver a la democracia surge la necesidad de encontrar una
resolucin respecto a los
hechos que haba provocado el FPMR ya que la realidad actual no
era como la vida que
se experiment en dictadura (tortura, muerte, exilio) sino que se
intentara demostrar
-
[18]
que existe la capacidad de brindar juicios justos, pero no fue
as, ya que recibieron
procedimientos penales desiguales en comparacin con los
militares que participaron en
la violacin de los derechos humanos.
Por otro lado el contexto econmico del rgimen militar se vio
inspirado en
cierta medida en el modelo neoliberal. La orientacin econmica
del gobierno militar
estuvo condicionada, desde un principio, por una doble
necesidad, la de tener que
superar sucesivas crisis a la vez que proveerle al rgimen otro
sentido, mas dirigible que
autoritario (Correa et al. 2001 p. 290), viendo los problemas
econmicos heredados del
gobierno pasado, una de los principales temas de preocupacin de
la junta militar fue el
de encontrar la va para salir de la crisis econmica que estaba
viviendo Chile. Cuando
tomaron el poder los generales no saban prcticamente nada de
economa. Tena que
estabilizar y reactivar una economa muy catica y necesitaban un
consejo urgente
(Collier y Sater, 1998, p. 312). La ayuda la encontraron en la
reformulacin econmica
la cual obtendran de un grupo de economistas de la universidad
Catlica y de la
universidad de Chicago con tendencia neoliberal que luego los
apodaran los Chicago
Boys.
En tanto Vial esboza que Los Chicago no consiguen imponer una
lnea general,
s medidas puntuales aunque importantes: libertad generalizada y
creciente de precios,
mayor realismo cambiario, baja sostenida de los aranceles
aduaneros. No las suficientes
para detener las catstrofes. (2000 p. 1325). Fueron tecncratas
encargados de la
implantacin definitiva del modelo neoliberal. Esas catstrofes
que habla Vial, fueron
causadas por la propia intervencin de Estados Unidos y de ellos
mismos vendra la
supuesta solucin.
Por otro lado Collier y Sater (1998) mencionan que Los Chicago
Boys quera
revertir por completo la lnea de intervencionismo estatal que se
haba desarrollado en
Chile en la dcada de 1920, a la cual culpaban (con razn o sin
ella) de haber detenido
el crecimiento econmico.(p. 313). Hasta el momento las polticas
econmicas y la
apertura hacia otros mercados estaban dando buenos frutos el pas
pronto se vio
inundado por bienes extranjeros: televisores y radios japonesas,
automviles coreanos
(la cantidad de vehculos en Chile se triplico entre 1975 y
1982), perfumes y whisky
escoses (Collier y Sater, 1998, p. 316).
-
[19]
Este boom econmico que se desarroll en Chile durante dictadura
militar le
entreg una visin distinta a la cultura, ahora esta sera,
concebida como bien
comercializable semejante a cualquier otro producto, moviliz a
los hombres de
negocios, aunque no por fuerza a los ms ilustrados (Correa et
al. 2001, p. 305).
existir una mayor influencia de los productos extranjero al
igual que ocurri en el caso
de la msica, la entrada de grupo musicales europeos o norte
Americanos creca cada
vez ms , influyendo as en la conformacin de grupos nacionales
con estilos
extranjeros.
A partir 1973 se instaura en Chile un modelo econmico en el cual
la asignacin
de recursos y la operacin de la economa se entregaba al mercado,
al juego de la oferta
y la demanda, el Neoliberalismo.
Se esperaba que estas medidas estimularan el crecimiento del
empleo. En la
prctica, sin embargo, este supuesto no se cumpli; el desempleo
se mantuvo a un nivel
muy alto aun en los mejores momentos de la aplicacin del
modelo.
El PEM se inici en 1975 se present como un programa que era una
creacin
original y generosa del rgimen, el cual era transitorio y estaba
destinado a enfrentar
una emergencia proporcionando alivio a los cesantes por un mximo
de tres meses. La
direccin de dicho programa corresponda a la divisin de
Desarrollo Comunitario y
Social del Ministerio del Interior y las Municipales deberan
encargarse de su
implementacin
Primeramente no todos podan acceder a inscribirse en este
programa y estos
fueron los que no tenan carga familiares, los que no eran jefes
de familia, los que
buscaban trabajo por primera vez, los menores de dieciocho aos
entre otras.
Se pens en un empleo mnimo, tambin mnimamente retribuido. Se
plante que el trabajo no deba exceder de 15 horas semanales y
que la retribucin sera
equivalente a un tercio del ingreso mnimo5. Las desventajas que
tuvo este programa y
por las cuales fueron objeto de crtica por parte de las
organizaciones sindicales estando
centrada en el monto del subsidio inferior al sueldo mnimo legal
y que adems las
personas que participaban en l, no seran considerados como
empleados del estado, no
5 Los trabajadores del programa del empleo mnimo. Jaime Ruiz
Tagle P. y Roberto Urmeneta. 1984.
Editorial Academia de Humanismo Cristiano, Santiago.(p.14)
-
[20]
tendran estabilidad laboral ni indemnizacin por finalizacin de
trabajo, tampoco
tendran derecho a asignacin familiar, ni de colacin ni de
movilizacin.
Luego de una gran crisis econmica que dejo al pas con muchos
cesantes se
inicia 1982 el POJH (programa de ocupacin para jefes de hogar),
el cual constaba con
caractersticas similares al PEM en sus primeros aos de
implementacin. Tena por
objetivo acudir en ayuda de las familias ms necesitadas a travs
de otorgar trabajo a las
personas que se encontraban cesantes. Este programa contaba con
bajos sueldos y las
tareas que deban cumplir estos trabajadores abocaban a limpieza
de plazas, pintados de
muros, entre otros.
Estos dos programas se basaron en tratar de dar un sustento
laboral ya que el
pas se encontraba viviendo una crisis en el contexto de
dictadura militar sumndole a
este la instauracin del modelo econmico neoliberal, pero resulta
que este plan de
trabajo estaba entregando una falsa empleabilidad ya que las
condiciones laborales
como tambin la remuneracin eran psimas casi una burla para las
personas porque se
vea que los trabajadores estaban ocupados, pero no era verdico
si el sueldo no les
alcanzaba para vivir, lo que ms adelante generar descontento el
cual se expresara a
travs del surgimiento de protestas. En definitiva pareca ser una
burla a los
trabajadores, fue una manera de disfrazar las cifras macro, para
posicionar al pas en el
nuevo orden mundial.
En el mbito social la revolucin econmica vivida en Chile tuvo
altos costos
sociales, primero la sociedad tuvo que enfrentarse a grandes
tasas de desempleo, entre
1970 y 1980, el nmero de familias en condiciones de pobreza
creci del 28% al 44%
(Correa et it , 2001, p. 294), pero en contra posicin los
autores Collier y Sater (1998)
en su libro Historia de Chile 1808 1994 plantean que no es que
el rgimen militar
se hubiera olvidado a los pobres (aunque algunos de quienes lo
apoyaban, si lo
hicieron). De hecho los ms pobres (quienes estaban en la extrema
pobreza) fueron una
preocupacin permanente de su equipo de planificacin en ODEPLAN
(p. 318). a su
vez cabe sealar que las primeras protestas se fueron gestando y
cada vez tomando ms
fuerza en los aos 1983 1986, esta protesta para Vial (2000)
constituyo el mtodo
opositor para presionar la salida del Supremo Mandatario. Las
protestas aprovecharon,
exacerbaron y explotaron el desprestigio del rgimen a raz de la
crisis, y los ms
-
[21]
dolorosos efectos en estas en el sector popular: desempleo, alza
del costo de vida.
Popularizando el grito: Y va a caer! Y va a caer! (p. 1342).
Para complementar lo anterior Collier y Sater (1998) agregan que
a finales de
1984, la polica y las tropas montaron una serie de brutales
incursiones en las
poblaciones ,con este mismo hecho de las protestas desde una
mirada social que
plantea Salazar y Pinto (2002) el repliegue de la juventud
marginal fue, sin embargo,
observado y conceptualizado como un proceso de desintegracin
social y , por tanto
de involucin(p 241), aspecto en el que esta investigacin no
concuerda con estos
autores ya que creemos que este relato que se ha elaborado con
el carcter de oficial
deja de lado o invisibiliza todo el accionar de un aparataje
social que construyo desde la
clandestinidad la resistencia, sobretodo cultural a la
dictadura, para as reconquistar la
democracia extraviada. Desde larga data histrica los sectores
populares o marginales
han tenido la opcin de manifestarse, pero con el autoritarismo
implantado por la junta
esto cambio. El sentimiento de protesta o de lucha por sus
intereses quedarn
minimizados y postergados por la forma en que la dictadura
implantar la
reestructuracin de la sociedad.
1.3.- Constitucin 1980.
La constitucin de 1980 marco una nueva institucionalidad, una
nueva forma de
organizacin, Se design una "Comisin de Estudios de la Nueva
Constitucin"
(CENC), ms conocida como Comisin Ortzar, participaron varios
juristas,
como Jaime Guzmn Sergio Daz y Alejandro Silva Bascun, adems del
ex
Presidente Jorge Alessandri Rodrguez.
La constitucin se le otorgo la tarea de crear un anteproyecto de
constitucin pensado
desde un comienzo que serian solo actas constitucionales, cada
acta regulara
autnomamente aspectos de la institucionalidad pero finalmente se
convirti en una
constitucin. Esta constitucin contara con 120 artculos
permanentes y 29
transitorios, la cual ms tarde se sometera a plebiscito el 11 de
septiembre de1980. El
nuevo texto constitucional fue aprobado por una amplia mayora de
chilenos, aunque el
-
[22]
plebiscito se realiz sin registros electorales, sin acceso de la
oposicin a los medios de
comunicacin y sin control de ningn tipo sobre el acto6.
La constitucin de 1980 se llevo a cabo como una forma de impedir
repetir las
situaciones confusas y complejas sucedidas durante la Unidad
Popular, asegurar a las
Fuerzas Armadas un papel de amparar la poltica nacional,
consolidar el rgimen
militar y justificar el nuevo orden econmico social.
Entre otros asuntos, la Constitucin del '80 estableci un sistema
presidencialista de
gobierno, adems se crea un Consejo de Seguridad Nacional,
presidido por el Primer
Mandatario e integrado por los Comandantes en Jefe de las
Fuerzas Armadas, el
Presidente del Senado y el Presidente de la Corte Suprema de
Justicia. Tambin
consign la creacin de los senadores designados, la segunda
vuelta en las elecciones
presidenciales y el sistema electoral binominal. Asimismo,
estableci que el Presidente
en ejercicio se mantendra en el poder hasta 1988.
El mbito que interesa a esta investigacin es la elaboracin
cultural la cual durante la
dcada de 1980 fue bastante amplia y productiva, a pesar de las
situaciones poltico-
sociales en las cuales sta se hallaba inserta. Impidieron
claramente la difusin abierta y
pblica de manifestarse, sin embargo, los actores culturales, de
una u otra forma
encontraron ranuras y vas de comunicacin para entregar su
mensaje durante toda la
dictadura militar. Estos actores debieron permanecer y coexistir
con su entorno en
clandestinidad, que lentamente fue cediendo.
La constitucin dejaba atado el gobierno por ocho aos ms, despus
de los
cuales se plebiscitaria su continuidad. Esto provoco mucha
alarma en la poblacin, que
vea como Pinochet se eternizaba en el cargo, lo que significaba
seguir viviendo en un
pas sin libertades, sin empoderamiento ciudadano y sin
democracia.
Este tpico marco un antes y un despus, las urgencias para
elaborar flancos de
resistencia fue mayor y se comenzaron a crear grupos armados
para presionar la salida
del dictador y frentes culturales de resistencia como lo veremos
en el siguiente captulo.
6 Para mayor informacin vase libro: Historia de Chile. Desde la
invasin Incaica hasta nuestros das
(1500 -2000) Armando de Ramn .Santiago, Catalonia, 2003, p.
.254-260.
-
[23]
Ya hacia fines de del 1982 comenzara una especie de decadencia
del rgimen
militar y uno de los factores que propicio este decaimiento fue
la implantacin del
modelo neoliberal por medio de la constitucin, esto provoco,
aunque muchas veces de
forma muy tmida y espordica la apertura de algunos medios de
comunicacin en
contra del rgimen, los cuales permitieron que la informacin no
oficialista llegara a os
hogares de Chile. Se comenzaran a dar a conocer con mayor fuerza
parte de las
atrocidades en las que estuvo involucrada la dictadura militar,
como la violacin a los
derechos humanos , las desapariciones , asesinatos y torturas
generando un malestar
profundo en la poblacin chilena, la que comenz a tomar medidas
ms extremas por la
urgencia en que cada da se vea ms envuelta.
1.4.- Un Asesor Cultural para la Junta de Gobierno.
Para este apartado, debemos mencionar que no existen muchos
estudios o
publicaciones que estn relacionados con el papel que cumpli el
asesor de cultura en
la junta militar, por ende solo se expondr quien fue y que rol
cumpli en los aos de
dictadura militar chilena (Cataln y Munizaga, 2006)
El 10 de diciembre de 1974 se crea el cargo de Asesor Cultural
de la junta de
gobierno a manos de Enrique Campos Mndez, este suceso no solo
plasma la
disposicin del rgimen de estructurar de manera ms palpable su
poltica en este
espacio.
Crease el cargo de Asesor Cultural de la Junta de Gobierno en
materias culturales dependientes directamente de esta, cuyas
funciones sern
las de asesorar, proponer las medidas, polticas y programas que
deban
adoptarse para difundir, armonizar, perfeccionar y en general
incentivar el
desarrollo cultural del pas y dignificar sus medios de difusin,
en trminos
que preserven la tradicin histrico cultural del mismo y
permitan
proyectarla al futuro con un sentido de nacionalidad 7
Como se observa este decreto plasma la determinacin del rgimen a
orientar
una poltica cultural centralizada pero, sobre todo de postura
nacionalista. Como expone
el propio Campos:
7 Creacin del Cargo de Asesor Cultural de la Junta de Gobierno.
Decreto Nm.804, el 10 de diciembre
de 1974.
-
[24]
La tarea estatal de proteccin e incremento de slo las
expresiones materiales de la cultura, evita confusiones que podran,
con dao de la libertad de creacin,
hacer caer al Estado en un rol dirigista que no le corresponde.
Adems, permite
determinar ms fcilmente aquellos bienes, tanto muebles como
inmuebles, de
nuestro patrimonio cultural de orden histrico, cientfico,
bibliogrfico y
documental, cuya desaparicin o deterioro constituira un
empobrecimiento de la
nacin8
De esta cita se separan dos ideas centrales que son importantes
dilucidar. Por
una parte el respeto por la libertad de cada autor creador tendr
un lmite, marcado por
la existencia o no del marxismo en su expresin. Una de las
funciones que adoptara el
Estado ser proteger la labor de los artistas de la permanente
amenaza del marxismo,
queriendo decir que no necesariamente fomentaran la creacin
artstica nacional. La
siguiente idea central se separa de la primera, en la medida que
el Estado no adopta el
rol de produccin y emisin de contenidos, sino que se localizara
en la conservacin
de las manifestaciones materiales de la cultura, es decir, de
que ya esta creado, el
gobierno se redujo a la participacin del Estado en estas
materias, dejando tareas
asumidas desde la dcada de 1930 como por ejemplo: la propiedad
de algunas industrias
culturales o el financiamiento de la educacin en este punto
Correa et al. , desde un
principio se busco ejercer control sobre los contenidos de la
enseanza, la disciplina
interna de los establecimientos y el quehacer de los profesores
(2001 p.304). Tras el
principio de la proteccin de la cultura chilena del ataque
marxista y de regir la cultura,
se implementaron medidas que estuviera acorde con el nuevo
sistema econmico
neoliberal, La contraccin del estado, tanto respecto a su tamao
como el rango de
funciones, marca una tendencia de las polticas socioeconmicas
del rgimen militar,
observable y tambin en las labores de extensin y fomento
cultural.(Correa, et al.,
2001, p. 305), la cultura se ver como un bien o producto
comercializable.
8 Enrique Campos Menndez Informe Dibam 1973-1984, Manuscrito No.
098, Archivo del Escritor,
Biblioteca Nacional.
-
[25]
Captulo II
2.- Antecedentes del Canto Nuevo.
Al abordar el estudio del Canto Nuevo nos enfrentamos a un
fenmeno que tiene
orgenes unas dos dcadas antes de la fecha en que surge. De este
modo se deben
abordar elementos de continuidad presentes en cualquier proceso
histrico, para lo cual
esta investigacin si dar luces al respecto, pero profundizar en
el fenmeno musical
denominado Canto Nuevo, que se desarrolla en el periodo de aos
sealado. Estos
movimientos de la msica popular chilena, a modo de antecedentes,
si bien nos van
otorgando un hilo conductor necesario para la comprensin del
surgimiento del Canto
Nuevo, no son un aporte a modo de sumatoria de todos sus
elementos constitutivos
para el movimiento que comenzara a nacer a mediados de los aos
setenta. Se hace
importante abordarlos, para comprender el envin que traa el
desarrollo de la msica
popular al momento del golpe de estado de 1973. Primero el Neo
Folclor y luego la
Nueva Cancin Chilena, sern movimientos con eje en comn, que se
irn dando de
manera distintiva el uno del otro, debido a los cambios en los
escenarios polticos y
sociales que Chile vivir.
La Nueva Cancin, ser el antecedente de influencia ms
trascendente para el
Canto Nuevo, aunque en una edicin especial referida al Canto
Nuevo de La Bicicleta,
revista que ser abordada en el apartado 3.2 del tercer captulo
de la presente
investigacin. lvaro Godoy en mayo de 1981, postula que son parte
de un solo
movimiento, con presente y pasado (p. 4), aspecto que con el
tiempo se ha ido
dilucidando y es por eso que los abordaremos como dos
movimientos aparte, lo que
explicaremos desde una perspectiva histrica.
2.1.- La Nueva Cancin Chilena.
La Nueva Cancin Chilena, movimiento que antecede al Canto Nuevo,
se vena
incubando desde mediados de los sesenta y nace como una
propuesta a otro movimiento
que se iniciara exitosamente a fines del 50 y principios del 60,
el Neo Folclor. La
diferencia entre estos dos formatos, manteniendo ambos bases
musicales inspirados en
la misma raz, radica en que el Neo Folclor, en su temtica
principal prioriza las
-
[26]
alabanzas al paisaje y a los aspectos cotidianos de la zona
rural, en cambio la Nueva
Cancin destaca en el centro de su creacin al hombre y su
problemtica, incorporando
adems la utilizacin de instrumentos con identidad
latinoamericana (Prieto, Masmar y
Calvo, 2013, p. 33).
La Nueva Cancin Chilena, nace con la respuesta de los grupos
marginales del
campo frente a su situacin de desarraigo en la ciudad () En
esto, Violeta Parra es
indudablemente la madre. Sus composiciones recogen la tradicin
musical y potica de
la tradicin folklrica y ensancha sus contenidos hacia una
expresin ms actual,
universal y trascendente (La Bicicleta, 1981, p. 6). Esto
responde a los xodos
producidos del campo a la ciudad a mediados del siglo XX en
Chile. Una ciudad que no
estaba capacitada para albergar a tantos habitantes y las
consecuencias seran el
abandono, la pobreza y el desamparo. Estas problemticas sern
parte de los ejes
temticos que involucrara este movimiento. As mismo se harn cargo
de otras
temticas, como la reforma agraria, la vida de los trabajadores
de la ciudad o de los
mineros, el amor de un trabajador por su terruo o su instrumento
de trabajo, el
movimiento y las ideas de reforma impulsados en los ltimos aos
del gobierno de Frei
Montalva y la proyeccin socialista emprendida por la Unidad
Popular (Garca, 2013,
p. 99).
Sus exponentes sern personajes muy comunes que respondern a
estas
condiciones antes sealadas. Tal como seala la revista La
Bicicleta, (sobre la cual
ahondaremos en el tercer captulo de este trabajo), con respecto
a quienes conformaron
la Nueva Cancin Chilena: Esta nueva vertiente la integran Vctor
Jara, Rolando
Alarcn, Hctor Pavez, Angel e Isabel Parra, Patricio Manns, y
quienes los seguirn
despus: Intiillimani, Quilapayun, Amerindios, Tiempo Nuevo,
Charo Cofre, Payo
Grondona, Osvaldo Rodrguez, Quico lvarez, los hermanos
Quelentaro, Tito
Fernndez, Pedro Yaez Marta Contreras, Nano Acevedo y muchos
otros (La
Bicicleta, 1981, p. 6).
Coincidimos con Garca respecto a que No existe en nuestra
historia otro
movimiento tan estudiado, analizado y debatido como la Nueva
Cancin Chilena
(Garca, 2013, p. 99), por lo que el anlisis solo ser referencial
sobre este movimiento.
De este modo, hay elementos que no podemos soslayar y que van a
marcar a fuego lo
que vendr en el desarrollo de la msica de autor. Elementos como
la letra que Vctor
-
[27]
Jara dejara en una de sus ltimas canciones, grabada en 1973, y
editada de forma
pstuma en el extranjero, denominada Manifiesto, que ser luz y
gua para los
cantautores que vendrn:
Ah donde llega todo
y donde todo comienza
canto que has sido valiente,
siempre ser cancin nueva.
Esta cancin dejara una impronta testimonial que definir los
lineamientos de la cancin
social en Chile de ah en adelante.
2.2- Clandestinidad cultural post-golpe militar (1973-1976)
Un profundo silencio reina en la ciudad de Santiago. El impacto
y temor
generado en la poblacin chilena hace acallar cualquier sonido de
disidencia, ya sea
un discurso, una conversacin, el pulso de un instrumento de
cuerda o el coro de una
cancin. (Bravo y Gonzlez, 2009, p. 55)
El golpe de estado del 11 de Septiembre de 1973 produjo un
quiebre cultural
profundo. Durante la dcada anterior, la Nueva Cancin Chilena, se
alz con un
desarrollo que dejara un amplio aporte y un seero legado. Esta
rpidamente haba
ocupado un lugar primordial en la actividad musical de la poca.
La Nueva Cancin
Chilena adems de caracterizarse por el uso de temticas e
instrumentos
latinoamericanistas, se defini por su adhesin al proyecto
poltico ligado a la Unidad
Popular, que haba alzado a Salvador Allende como presidente de
la Repblica. Al
iniciarse la dcada de los setenta el Canto Popular se encuentra
en su periodo de mayor
efervescencia y desarrollo (Prieto, Masmar y Calvo, 2013, p.
33), gracias al apoyo
mutuo que se entregaron entre el Gobierno Popular y la Nueva
Cancin Chilena.
-
[28]
Como el desarrollo de la Nueva Cancin Chilena haba sido tan
significativo,
identificndose como la msica de fondoque acompao los procesos
encausados por el
gobierno de Allende, es que fue considerada como un ente
subversivo por los
gobernantes que asumieron el mando del pas luego del golpe de
estado del 11 de
septiembre de 1973.
Debido a razones ideolgicas, el nuevo gobierno reprimi y censur
todo lo
relacionado a la Nueva Cancin Chilena, destruyendo los mster de
las grabaciones,
exiliando a sus mximos representantes, tomando prisioneros a
otros y como muestra
de que lo que estaban haciendo se vena en serio, asesinaron a
Vctor Jara en el estadio
Chile pocos das despus de ser tomado prisionero en la UTE
(Universidad Tcnica del
Estado), su lugar de trabajo. Este cantautor fue uno de los
mximos exponentes de la
Nueva Cancin Chilena.
El saldo era devastador:
Patricio Manns, exiliado.
Angel Parra, detenido, torturado y exiliado.
Isabel Parra, exiliada.
Quilapayun, exiliados.
Tito Fernndez, detenido.
Vctor Jara, detenido, torturado y asesinado
Hctor Pavez, exiliado.
Antes de la irrupcin militar, ya penaban las ausencias de otros
baluartes del
movimiento:
Violeta Parra, se suicida en febrero de 1967.
Rolando Alarcn fallece debido a una afeccin cardiaca en febrero
de 1973.
-
[29]
Hubo un lapso de tiempo luego del golpe, en que la incertidumbre
trajo como
mnimo cautela en el actuar, no solo en los cantores ligados a la
Nueva Cancin
Chilena, sino que tambin a todos quienes mantenan ideas ligadas
a la izquierda y al
gobierno derrocado. Como seala Prieto et al. Aquellos fueron
tiempos difciles, al
comienzo no te atrevas ni a respirar. Si por rayar un muro o
dibujar un grafiti te podan
sacar los ojos o simplemente hacerte desaparecer (2013, p. 13).
Se produca un
fenmeno de silencio generalizado, debido a las polticas de
censura y represin
impuestas por el rgimen autoritario de Pinochet, que haba
asumido el mando del pas
con la Junta Nacional de Gobierno. Esto hacia que el
efervescente movimiento musical
que se vena gestando, fuera repentina y traumticamente acallado
y la suerte de sus
exponentes se encontraba absolutamente a la deriva.
Las medidas autoritarias, no se dejaron esperar, los periodistas
Cristian Gonzlez
y Gabriela Bravo en su libro Ecos del Tiempo Subterrneo dan
cuenta que se realiz
una reunin con altos personeros del rgimen militar a fines de
1973, a objeto de
dilucidar tanto el futuro laboral de los cantores de la Unidad
Popular como la suerte que
corran los artistas detenidos. Entre los participantes de tan
inslito encuentro estuvieron
Hctor Pavz, dos integrantes del conjunto Cuncumn, Homero Caro,
Raquel Pavz,
Hilda Parra (hermana de violeta) y Julin del valle como
representante del sindicato de
Folkloristas (2009, p. 55).
Exista mucha preocupacin por la suerte que les tocara correr a
los artistas.
Ms tarde, Hctor Pavz, cantor popular, le escribi una carta a Ren
Largo
Faras, comunicador y promotor cultural, relatndole en resumen la
respuesta que
haban recibido en esa mentada reunin:
Nos recibi el coronel (Pedro) Ewing con un sequito de
oficialitos jvenes, algunos mayores llenos de charreteras,
suboficiales
armados hasta los dientes, escribanos, grabadoras estbamos
frente a frente con los asesinos, en la misma mesa () Entre los
militares, dos civiles; uno era Benjamn Mackenna, de los Huasos
Quincheros, cerebro
artstico de la junta. Nos dijeron la firme: que iban a ser
duros, que
revisaran con lupa nuestras actitudes, nuestras canciones, que
nada de
flauta, ni quena, ni charango, porque eran instrumentos
relacionados con
la cancin social; que el folklore del norte no era chileno, que
la Cantata
a Santa Mara era un crimen histrico de lesa patria; que si Angel
(Parra) era inocente, como blanca paloma volara; que los Quilapayun
eran responsables de la Juventud Chilena (Bravo y Gonzlez, 2009, p.
55).
-
[30]
De este modo, el charango, la quena, el folklor del norte, la
Cantata santa
Mara, pasaran a ser smbolos que se identifican con el pasado
reciente, y que por lo
tanto se pretenden eliminar de raz. Por otro lado, los artistas,
pecando quizs de
ingenuos, tomaron esta reunin como una acusacin a la represin a
la que estaban
siendo vctima. El choque con estas nuevas medidas provocara un
gran terror y un
silencio en los primeros aos de dictadura.
Sobre esto, en 1979, el do Valdiviano Schwenke y Nilo, escribira
al respecto:
Nos fuimos quedando en silencio
Nos fuimos perdiendo en el tumulto
Nos fuimos acostumbrando
A aceptar lo que dijieran.
(Schwenke y Nilo, Volumen 1).
Sera injusto generalizar el miedo como una condicin homognea en
todos los
ciudadanos de ese entonces. Hubo pioneros en levantar banderas
de lucha. Algunos
pensaron que si no se luchaba, no vala la pena vivir. Yentzen
seala que en ese
contexto de pas sitiado, de tortura y detenidos desaparecidos,
de amedrentamiento
generalizado, el 74 o 75 no se poda hablar con el vecino o el
compaero de estudios o
de trabajo, sin temer que poda ser un sopln del rgimen algo en
nosotros hizo que
nos entregramos a lo que nos pareci ineludible: no tolerar esos
hechos, y no tolerar
vivir en esas condiciones (2014, p. 5). El temor no era solo a
las autoridades, sino que
cualquiera poda esconder un delator o un traidor, as tambin lo
manifiestan Prieto,
Masmar y Calvo: Pero ojo, tambin estaban los otros, los
encargados de vigilar, de
fichar, de parar oreja y soplar a quienes andaban en actitudes
sospechosas, a los
rebeldes, los que se conjuraban para sembrar el caos. (2013 p.
16). Haba que moverse
con absoluta cautela, las redes del oficialismo estaban en el
lugar menos esperado, lo
que aumentaba la incertidumbre a la hora de emprender acciones
contestatarias.
Sern las experiencias de intentar vencer al miedo, las que
escribirn las
siguientes pginas de la historia, los que se quedaron y tomaron
el desafo, los que no se
-
[31]
dejaron derrotar en ningn momento. La represin cal hondo en los
organizadores,
artistas y pblico, quienes aun a riesgo de perder su propia
vida, lograron sacar la
cabeza para respirar en este mar de violencia (Bravo y Gonzlez,
2009, p. 91).Si bien
de luto, el canto popular en Chile nunca desapareci, solo se
cobij en una
clandestinidad necesaria, y de forma muy precaria se comenz a
cantar a los nuevos
tiempos, marcados por una violencia inhibidora, intentando dar
batalla a las
imposiciones culturales del rgimen. Estas luchas se comenzaron a
librar en pequeos
espacios en un principio.
En primera instancia, los espacios de refugio fueron
principalmente dos: las
parroquias de la Iglesia Catlica y los ncleos militantes de
ciertos partidos polticos
(Salazar y Pinto, 2002, p. 236). Las parroquias actuaron
acogiendo jvenes refugiados y
albergando actividades culturales desde 1973, se caracterizaban
por ser espacios
abiertos y seguros. En cambio el espacio militante era ms
selectivo, hermtico y
poltico. Ambos actuaron como cuna para los primeros pasos de un
nuevo movimiento
musical que intentara hacerse cargo del canto truncado por el
trauma del golpe militar, y
aunque fue una etapa muy importante, aun no podemos vislumbrar
un movimiento
musical conformado como tal.
Yentzen tambin nos aporta al respecto diciendo:
En estos primeros aos tras el golpe, las misas eran el nico
momento social del pueblo chileno, y ellos explica la importancia
que
tuvo la iglesia como refugio para la resocializacin y
resurreccin
comunitaria y para la resistencia cultural. Templos y centros
parroquiales
puestos a la disposicin de la solidaridad por la iglesia
catlica, algunas
osadas peas folklricas y pequeos escondrijos universitarios,
comenzaron a cobijar el nuevo arte anti dictadura. Era un club
de la
semiclandestinidad, a las puertas del riesgo. Es difcil imaginar
el fervor
emocional que se produca cuando el cantor entonaba: yo te
nombro,
libertad9 (2014, p. 26).
Las universidades albergaran a otro sector de la sociedad, as
como la iglesia
hacia soporte a los sectores ms marginales y desamparados, las
universidades sern
cuna para movimientos ms intelectuales y politizados.
9 Yo te nombro Libertad, cancin de Isabel Aldunate, destacada
interprete del Canto Nuevo en Chile.
-
[32]
Lentamente, las universidades, lugar que haba albergado el
fulgor de los aos
anteriores al golpe, tampoco estn ajenas a esta situacin, y
comenzaron lentamente a
configurarse como otro espacio importante para el desarrollo de
la msica popular
clandestina. As relatan lo vivido en la UTE Genaro Prieto y
Jorge Calvo, integrantes
del grupo Aymara, en su libro Todava Cantamos:
Nadie se atreva a reunirse, nadie osaba siquiera hablar Antes la
radio de la escuela al medioda pona msica de los Iracundos, de
Piero Lo cambiaron por los Huasos Quincheros y por los parlantes
sala: Si vas
para Chile te ruego viajero le digas a ella que de amor me muero
Y hasta eso lo encontraban subversivo. A alguien se le ocurri que
esa
cancin aluda a los que partan al exilio. De modo que la mayora
de las
veces lo nico que haba era silencio. Un silencio absoluto y
opresivo que
ocupo completamente todo el ao 74 (2013 p. 15).
Fueron tiempos de resilencia, de aprender a caminar de nuevo y
de la paulatina
gestacin de una masa crtica que ms tarde se comenzara a levantar
como oposicin a
la dictadura. Como seala Yentzen1974 y 1975 son aos de incubacin
de la
resistencia. Algunos creadores se expresan pero en espacios casi
privados o con una
msica casi neutra (2014, p. 25). La clandestinidad haca
necesario que cada paso
haba que darlo con seguridad, y a la vez mucha cautela, no
estaba el horno para
bollos como dice el viejo adagio, haba que actuar como sea y en
esos momentos solo
quedaba el espacio privado para desarrollar la expresin y la
reflexin.
De forma atomizada y resguardada por una red de contactos
construida de voz
en voz fueron naciendo en 1975 las primeras peas en dictadura.
La pea haba sido
en Chile un lugar emblemtico que cobijo a la Nueva Cancin
Chilena en la dcada
anterior y durante el gobierno popular y ahora comenzaba a
resurgir con la fuerza
necesaria para volver a permitir la incubacin de un nuevo
movimiento de msica
popular, marcado esencialmente por la clandestinidad, dada su
oposicin al rgimen. Si
bien las peas folklricas son recintos que operaban en un local
fijo y cuyo
componente invariable era la presentacin en vivo de un artista o
conjunto en una tarima
o escenario. Esta definicin, segn Bravo y Gonzlez se iba a
quedar estrecha ya que
la pea comenzar a quedar incorporada al imaginario colectivo
como un concepto, ms
que un lugar establecido, ser una reunin, con msica folklrica,
vino caliente y
empanadas (2009, p. 17).
-
[33]
La pea ocupara un lugar importante en la recomposicin del
sistema
democrtico, ms que un negocio de entretencin, ser un centro
neurlgico para la
transmisin de vivencias e ideologas, ser el lugar donde la gente
descubrir que se
estaba exterminando compatriotas, que la televisin estaba
mintiendo y ocultando
informacin, etc.
En definitiva, estos espacios son los que ayudaran a comprender
la urgencia de
organizarse, para levantar un bando de oposicin a Pinochet lo ms
informado y
consciente posible, haciendo prevalecer la cultura nacional,
devolviendo la esperanza a
los derrotados y dndole sentido a la vida de los marginados ya
que como dice Prieto
Masmar y Calvo la cancin comenz a cumplir una funcin
aglutinadora y de
reencuentro entre la gente golpeada por los acontecimientos
diarios del pas,
necesitando un momento de desahogo y tambin de identificacin en
un ambiente de
intereses comunes (2013, p. 40) .
Este ambiente de las peas, sin embargo, no estuvo ajeno a la
represin y la
censura, ya que como sealan los mismos autores, tambin comienzan
a producirse
distintas formas de amedrentamiento como el apedreo de los
ventanales de la pea
Doa Javiera; la irrupcin con lanzamiento de elementos qumicos en
la Pea El Cantor
y una bomba instalada y explosionada en las puertas de la Casona
de San Isidro en su
segundo domicilio de Avenida Espaa-. Lo mismo sucedera con la
pea Kamarundi
poco despus (2013, p. 42). Estos sucesos, a pesar que provocaban
temor en los
asistentes y cantores de las peas, eran parte del signo de los
tiempos y se asuma como
el precio que se deba pagar, valenta para muchos y consecuencia
para otros.
As comenzaban a aflorar conceptos en las temticas de muchas
canciones, las
cuales se fueron haciendo parte de un paisaje descrito mediante
las letras. El miedo,
temor o terror, la injusticia, la valenta que les indicaba que
iban por el camino
correcto, marcado por el Manifiesto de Victor Jara, fueron parte
de una poesa que
exaltada por metforas que codificaban las verdades y
autocensuras provocadas por el
resguardo a las represiones, irn tallando lentamente un nuevo
movimiento en la msica
popular en Chile.
Por otro lado, las universidades no quedaron ajenas a este
formato de resistencia
y reorganizacin, en la UTE, como relata Prieto, Masmar y Calvo,
a mediados del 76
-
[34]
cuando los muchachos que les gustaba cantar y guitarrear, con
Genaro Prieto10
a la
cabeza, se les ocurri hacer una Pea en el comedor de la escuela
(2013, p. 15). No
fueron los ncleos polticos, no fueron los dirigentes
estudiantiles, sino que fueron
aquellos que queran expresarse mediante la msica o la poesa los
que comenzaron a
organizarse de forma muy precaria pero con una frrea conviccin
en la urgencia que
los convocaba.
Esta pea organizada a duras penas en el ao 1976 por los
estudiantes de la UTE
agrupados en CACTUS, tambin ser uno de los primeros estertores
del nuevo
movimiento que estaba por nacer, un movimiento que comenzar a
dar sus primeros
pasos en absoluta clandestinidad, resguardndose de las censuras
y de las nuevas
polticas culturales y de exterminio de la dictadura. Esta
clandestinidad tambin ser
amparada desde este momento, y de forma progresiva por
universidades como la
mencionada UTE, la Universidad de Chile con la ACU, la UEJ entre
los escritores
jvenes, adems de muchsimas peas que brotaron en Santiago
(Prieto, Masmar y
Calvo, 2013, p. 18).
A esta altura estarn funcionando varias peas con la funcin de
ser fuente
laboral de varios artistas, as como tambin entregando un aporte
de rescate de la cultura
popular. La pea Javiera (que fue una de las primeras fundadas en
dictadura), la pea
Canto Nuevo, La Fragua, El Hoyo de Arriba, El Yugo de Chile, La
Yunta, la pea La
Parra, La Chingana del 900, La Casona de San Isidro, La casa del
Cantor, la Casa
Kamarundi. Esto es solo por nombrar algunas. Nuestro foco, no es
el nombrar a todos
los exponentes de la cancin social en dictadura, como tampoco
ser nombrar una
cronologa de aparicin y extincin de las peas. Lo que nos convoca
en esta
investigacin es comprender la funcin que tuvo todo este
entramado dentro de un
proceso histrico que ha sido invisibilizado por razones que
profundizaremos en el
captulo III y IVde este texto.
La labor que se comienza a desarrollar en estos espacios,
generara una extensin
a otros lugares en donde ser requerida, ya que como relata
Yentzen: Los artistas de las
Peas, aparte de cantar en ellas, participaban permanentemente en
poblaciones y
10
Fundador y primera voz del conjunto Aymara a comienzo de los aos
70. (Prieto, Masmar y Calvo,
2013, p. 53).
-
[35]
sindicatos (2014, p. 31). Esto ser fundamental para que el medio
comience a exigir un
desarrollo en la difusin de los exponentes ms destacados de este
quehacer cultural
desarrollado en las peas, como en los centros parroquiales y en
ncleos polticos
marginales de las poblaciones.
Los nuevos escenarios para los cantantautores eran precarios,
dispersos y
discontinuos, lo que les impeda vivir de la actividad, por lo
que la profesionalizacin
de estos, se ira haciendo una cuestin necesaria para su
desarrollo en particular, como
tambin para el del movimiento en general. As podran asegurar la
llegada de sus
creaciones a un pblico ms masivo. Debemos acotar que a la
llegada de la dictadura
se prohbe la difusin de los artistas de la Nueva Cancin,
clausura el sello DICAP11
y
los sellos multinacionales acatan las prohibiciones establecidas
y orientan sus
operaciones de acuerdo a lo exigido por los intereses de las
compaas internacionales
(Prieto, Masmar y Calvo, 2013, p. 48).
Se haca Necesario un soporte discogrfico que albergara a los
grandes
exponentes de este movimiento, acogido en su gnesis por los
espacios ya sealados
como peas, parroquias, ncleos polticos poblacionales y
universidades, en un
desarrollo paralelo, a veces con tangenciales aproximaciones,
pero en general articulado
con temticas comunes.
Esta coyuntura ser fundamental para que de los centenares de
exponentes que
se haban desarrollado en estos focos, comenzaran a emerger los
favoritos de la gente, y
as comenzar con una carrera que al producir su propia discografa
comenzar a
profesionalizarse y difundirse.
2.3.- El Sello Alerce
Ricardo Garca en 1975, bajo la idea expresa de mantener vivo el
legado de la
Nueva Cancin Chilena y dar cabida a los nuevos valores, crea
junto a Carlos Necochea
el Sello Alerce (Bravo y Gonzlez, 2009, p. 180). Este sello
tendr como nombre y
eslogan simbologas que no sern casualidades, el Alerce es una
especie arbrea tpica
11
La Discoteca del Cantar Popular, fue un sello discogrfico
chileno surgido entre 1967 y 1973,
perteneciente a las Juventudes Comunistas de Chile para publicar
a los artistas que no tenan espacio en
los sellos multinacionales por sus temticas contestatarias y
anticapitalistas, convirtindose en el soporte
discogrfico de la Nueva Cancin Chilena.
(www.musicapopular.cl)
-
[36]
de Chilo, resistente, generosa, firme, tal como deba ser el
canto ante la arremetida
dictatorial. El eslogan era an ms delator: la otra msica. O lo
que era lo mismo, la
msica que no estaba sonando en las radios ni en los canales de
televisin; en realidad,
la msica que estaba sonando solo en las peas (Bravo y Gonzlez,
2009, p. 180). Toda
seal, simbologa servir para reencontrarse con una identidad
cultural truncada.
Ricardo Garca, en su labor de locutor en radio Minera.
Fuente: fotolog.com/alercediscos/33252324/
-
[37]
Logo del Sello Alerce, Revista la Bicicleta, Mayo de 1983.
Tampoco ser casualidad que en el logo del sello exista un alerce
talado, como
smbolo de la discontinuidad traumtica provocada por la
dictadura, un rbol de alece
crecido y firme, junto a otro rbol que yace a su lado en el
suelo, haca referencia
justamente a esta situacin de continuidad y ruptura en la cual
se situara este tipo de
creacin musical, por medio de un dilogo entre la tradicin y el
presente (Osorio, s.a.,
p 258).
Si bien estas interpretaciones han sido resueltas despus de
treinta aos o ms,
cuesta imaginarse que estos diseos hayan respondido a alguna
otra interpretacin. Esto
demuestra que las metforas no solo fueron un recurso del modo
literario utilizado por
los cantores en sus letras, sino que tal vez fue un recurso de
toda una sociedad, ya sea
en mayor o menor medida, como una forma de autoproteccin a
cualquier reaccin
violenta proveniente por parte de la autoridad. Haba que
resguardar los intereses de una
construccin que conoca bien los marcos legales impuestos
mediante polticas
culturales autoritarias.
La censura, igual que a los cantores de peas afecto tambin lo
que ser la
misin del Sello Alerce, haciendo que las condiciones para ellos
tambin fueran
-
[38]
desfavorables. Ricardo Garca adems era sumamente reconocido por
su aportacin con
el nombre de Nueva Cancin Chilena al movimiento surgido en los
60, as como
tambin por su simpata a las ideas de izquierda (Bravo y Gonzlez,
2009, p. 179).
Javier Osorio nos da cuenta de la importancia que tuvo Garca
para el desarrollo
del canto de autor dentro de lo que sera la resistencia cultural
a la dictadura:
Desde que Ricardo Garca y Carlos Necochea se propusieran la
creacin del sello discogrfico Alerce para dar a co