Cuanto más sencilla sea nuestra vida, tanto más felices seremos. No debemos preocuparnos por tantas cosas materiales, tales como siervos, campesinos, ganado. Si nos precipitamos en estos quehaceres, tropezaremos con las penas que de ello surge y nos alejaremos de Dios: con nuestra voluntaria deshonestidad, la muerte; como una planta, será regada y permaneceremos perdidos en las tinieblas de la vida pecaminosa, impotentes de conocernos a nosotros mismos. Diócesis de México Iglesia Ortodoxa en América Av. Río Consulado e Irapuato # 53 Col. Peñón de los Baños México D.F. www.ocamexico.org Catedral Ortodoxa La Ascensión del Señor LA SABIDURÍA DE DIOS Comparado con las personas sensatas, el que es rico y noble pero falto de disciplina espiritual y de toda virtud de vida, es alguien infeliz. Pero el que es pobre y siervo de Dios, en cuanto a condiciones de vida, pero adornado de disciplina y de virtud, éste es verdaderamente feliz. Es llamado hombre aquel que es razonable o el que soporta ser corregido. Pero al incorregible se lo debe llamar salvaje, porque su estado es propio de los salvajes. Y de éstos hay que alejarse, porque al que convive con la malicia no le será nunca posible llegar a estar entre los inmortales. Los que conducen una vida modesta y alejada de todo lujo, no caen en los peligros ni necesitan custodios sino que, venciendo la deshonestidad en todo, encuentran fácilmente el camino que conduce a Dios. Al que no sabe diferenciar entre el bien y el mal, no le es permitido juzgar a los buenos y a los malos. Bueno es el hombre que conoce a Dios, y si el hombre no es bueno, no sabe nada ni nunca será conocido: pues el medio de conocer a Dios es practicar el bien. AMÉN. ¡GLORIA A TI SEÑOR! ¡GLORIA A TI!