FEBRERO - MARZO. XVI / .11 Precio de venta US$ 5.00 bio / ELMAR ROJAS el artista / SANTIAGO VALLADARES
01
FEBR
ERO
- M
ARZO
. XVI
/ .1
1
Prec
io de
venta
US$
5.00
bio / ELMAR ROJASel artista / SANTIAGO VALLADARES
02 03
04 05
DIR
ECTO
R E
DIT
OR
IAL
Gus
tavo
Ado
lfo C
hacó
n
DIS
EÑO
GR
ÁFI
CO
Y D
IAG
RAM
AC
IÓN
And
rea
Villa
grán
CO
NSE
JO E
DIT
OR
IAL
Gus
tavo
Cha
cón
Mon
ika
Bru
chO
smin
Val
enzu
ela
Juan
B.
Juár
ez
BIO ELM
AR R
OJA
S
LA EXP
OD
AN
IELA
SIE
RR
A Y
PATR
ICIA
JIM
ÉN
EZ
EL AR
TISTA
SAN
TIAG
O V
ALL
AD
ARES
LA OBR
A DE
GAB
RIE
LA A
LFARO
CARLO
S M
END
OZA
ENR
IQU
E C
AY
RoL
o
PERSON
AJEJu
an B
. J
uare
z
Por
tada
- O
bra
Elm
ar R
ojas
CO
NTA
CTO
Mer
cade
o &
Ven
tas
/ re
vist
a@el
artis
ta.o
rg
Con el apoyo de:
Las actividades de Guatemala, Capital Iberoamericana de la Cultura finalizaron en
noviembre con un gran protagonista: Elmar Rojas, que inauguró en el Paseo de La
Reforma “El Itzul” (Andasolo), una escultura monumental de profundos significados
artísticos, literarios, ecológicos e históricos, que enriquece la diversidad de atractivos
de esa parte de la ciudad y el acervo artístico de la ciudad. El célebre artista, ganador
del Premio Iberoamericano Cristóbal Colón en 1990, también participó en la exposi-
ción que celebraba los 25 años del grupo “Itzul”, integrado por los artistas que aten-
dieron el taller de profesionalización e investigación que dirigió en la década de los 90
como parte de la proyección social de su trabajo artístico. Y, por último, acompañado
de otros artistas jóvenes, presentó la obra con la que participó en la última edición
de la Bienal de Venecia. El Artista magazine documenta esas históricas actividades.
También nos complace presentar Santiago Valladares, un singular artista salvadoreño
que ocupa ya un destacado lugar en el arte latinoamericano con su obra imaginativa
que pone a las preocupaciones técnicas y conceptuales de la actualidad en una di-
mensión fantástica e intemporal.
Completan este número los nuevos valores que apuntalan su talento con una admi-
rable dedicación al trabajo y la investigación, descubriendo así las características de
su estilo y de nuevas formas de expresión. El trabajo de Gabriela Alfaro ilustra muy
bien esta actitud, con una obra que fusiona varias técnicas laboriosas para rescatar
los hilos que dan sentido humano a la existencia. Enrique Cay, ha encontrado nuevas
formas para recrear y expresar con mayor libertad los contenidos espirituales que se
conservan vivos en las tradiciones y la vida cotidiana de los pueblos indígenas, espe-
cialmente en Sumpango, Sacatepéquez, su pueblo natal. Como contrapunto, el pre-
sente número incluye una reseña de la exposición del fotógrafo francés Yves Trémorin
que se presentó en la Alianza Francesa en el marco de Guatephoto.
El Artista magazine confirma de esta manera su compromiso con los lectores, los
patrocinadores y, sobre todo, con los artistas de la región.
G.Chacón
EDITORIAL
06 07
ELMAR ROJAS
ELMAR ROJAS
BIO
LOS FULGORES & LAS PROFUNDIDADES DE SU PINTURA
Por Juan B. Juárez
Por sus innumerables exposiciones en prestigiosas galerías y mu-
seos de América y Europa, y su participación en las subastas
Sotheby’s y Christie’s de Nueva York, Elmar Rojas (1938) es sin
duda el artista guatemalteco mejor conocido internacionalmen-
te. Por la calidad técnica y la hondura y la riqueza cromática
y poética con la que desarrolla de los temas, su obra la cultura
profunda de Guatemala, la que sólo aparece en los sueños y las
pesadillas, en un lenguaje es que se inscribe dentro del realismo
mágico que caracteriza a lo mejor de la pintura y la literatura lati-
noamericana que desde los años 60 y continúa vigente, fecundo
y actual.
Su infancia en el medio rural lo llenó de vivencias del mundo in-
dígena que reviviría posteriormente en su pintura; su paso por
la Escuela Nacional de Artes Plásticas lo puso en contacto con
la obra de Arturo Martínez y Carlos Mérida de quienes tomó el
sentido poético y el rigor metódico del trabajo creativo, así como
con Marco Augusto Quiroa y Roberto Cabrera, con quienes fun-
do en 1969 el grupo Vértebra que a pesar de que apenas duró
un par de años con su espíritu crítico y rebelde, experimental y
explosivo, marcó el arte de las siguientes cinco décadas, inclu-
yendo a los artistas de la generación actual que se definen como
conceptuales, posmodernistas o contemporáneos. Sus estudios
de arquitectura en la Universidad de San Carlos y las diferentes
escuelas de arte de Perugia, Italia, París, Francia y Madrid, Espa-
ña, lo convirtieron desde muy temprano en un artista con una
visión del mundo y del arte de amplitud universal.
08 09
BIO
Su obra de finales de los años 60 y de la década del 70
tenían un carácter documental, crítico y contestatario que
refleja el clima de terror con que se inauguró el conflicto
armado interno y el desapego total del arte de la generación
del 40. En su caso particular, a diferencia del lenguaje des-
carnado que caracterizó a Cabrera y Quiroa, predomina el
lenguaje poético teñido de onirismo que descubre y recrea
la atmósfera mágica y el oscuro misterio que rodea la vida
y la muerte, con lo que su testimonio pictórico supera lo cir-
cunstancial de la represión política del momento y el sesgo
ideológico de la época, y alcanza una dimensión histórica
y mítica que le sirve de fundamento a su verdad artística.
A principios de los años 80, sin despegarse del todo de la
crítica social y política, empieza a predominar la naturaleza
poética de su lenguaje plástico. Sus exposiciones en Euro-
pa y Latinoamérica y los grandes premios internacionales lo
puso frente a otro tipo de interlocutores más exigente que
lo llevaron a desarrollar sus visiones poéticas, su lenguaje
pictórico y su técnica pictórica con mayor rigor, amplitud
y profundidad. De allí que el carácter tenebrista que tuvo
su pintura durante la época temprana de su carrera, empe-
zó de pronto a llenarse de fulgores que provenían no sólo
de su entorno local sino de los que captó en sus viajes por
Europa y América del Sur. Fue la época de los espantapá-
jaros que instalados en los sembradíos de maíz del altiplano
guatemalteco, se ven de pronto en Venecia, Madrid, París,
Grecia, navegando en el Mediterráneo, o bien sumergidos en
la atmósfera delirante y fantástica del trópico.
Obra que tiene mucho de autobiográfico, la historia de los
espantapájaros señala el inicio de su madurez, entendida
como una liberación de lo circunstancial y de una entrega
consciente y deliberada a las exigencias que le planteaba su
obra. De allí, la serie del Torofuego, donde su pintura llega a
ser todo fulgor que ilumina por un momento las maravillas
y las atrocidades de la oscura noche de la humanidad que
le tocó atravesar en el largo viaje que es su vida de artista y
en el que encontró el camino que lo trajo de regreso a casa.
En 1992 compartió sus experiencias de artista y de ser hu-
mano con jóvenes artistas que constituyeron el grupo Itzul
(andasolo o pizote), en una actividad que era algo más que
un taller: una convivencia de la que cada quien salió más
convencido de sus propias visiones artísticas y más dispues-
tos a desarrollarlas con rigor y consecuencia. El Andasolo o
pizote, que aparece transfigurado en muchas de sus obras,
por otro lado, es también el nombre del último proyecto es-
cultórico y urbanístico de Elmar Rojas: una enorme escultura
monumental instalada en la Avenida Reforma de la ciudad
de Guatemala como punto central del Paseo del Andasolo.
LA HISTORIA DE LOS ESPANTA-PÁJAROS SEÑALA EL INICIO DE SU MADUREZ, ENTENDIDA COMO UNA LIBERACIÓN DE LO CIRCUNSTANCIAL Y DE UNA ENTREGA CONSCIENTE Y DELIBERADA A LAS EXIGENCIAS QUE LE PLANTEABA SU OBRA.
10 11
BIO
Fo
tog
rafí
as p
or
Osm
in V
alen
zuel
a
12 13
ela
rtis
ta
Por Juan B. Juárez
SANTIAGOVALLADARES
LA SENSUALIDAD & EL ENIGMA
Lo que sucede en cada cuadro de Santiago Valladares (El
Salvador, 1976) no se limita únicamente a la historia ejem-
plar que allí se cuenta con un lenguaje imaginativo, sino más
bien y sobre todo de lo que se trata es del montaje de una
escena (de la creación de un escenario, de los personajes
que encarnan la representación de cada historia y de la ilu-
minación fantástica que las sitúa como parte de un sueño),
tarea compleja que implica, además de los secretos y los
cuidados propios del oficio de pintor, el ingenio, la imagina-
ción, la fantasía, la familiaridad con la historia del arte y de
la literatura universales y cierta actitud crítica e irreverente
con respecto a su entorno cotidiano con su mezcla, a veces
grotesca, de tradición y novelería, de refinamiento y vulga-
ridad.
Y es que, a la par de sus raíces puramente plásticas que
la emparentan con el surrealismo, los ilustradores y graba-
dores franceses del siglo XVIII y XIX, la pintura flamenca,
holandesa e italiana del Renacimiento y los iluminadores
medievales, la inagotable pintura de Santiago Valladares de-
sarrolla siempre temas de naturaleza literaria, que a su vez lo
relacionan con Lewis Carroll, Franz Kafka, los fabulistas an-
tiguos de Oriente y Occidente, la crítica de las costumbres
y el teatro del absurdo.
Con esas raíces tan complejas no resulta extraño que cada
obra tenga el carácter de solución, casi siempre inesperada,
de un problema no sólo técnico o formal sino también mo-
ral; solución en la que tiene mucho que ver el sentido del
humor con tintes irónicos y la actitud lúdica —imaginación
y desenfado—con la que el artista enfrenta su trabajo. De
allí que al contar una historia fantástica, lo haga la minucio-
sidad propia del realismo fotográfico y que, al mismo tiem-
po que muestra las voluptuosidades y refinamientos de la
sensualidad, esconda con sutileza las claves simbólicas de
la alegoría. Así, sus cuadros, fascinantes a nivel de los sen-
tidos, plantean, por otro lado, un enigma que, como el de la
Esfinge, desafía al intelecto y al inconsciente del espectador.
Las escenas circenses llenas de magia y humor, los perso-
najes exagerados y absurdos, los animales fantásticos, las
máquinas demenciales, objetos aparentemente inocentes y
todo lo que aparece en sus cuadros, tienen, atrás de su con-
vincente naturalidad, sin embargo, algo de utilería, de ilusión
efectista, de juego de proyecciones inconscientes del que
adquieren su levedad y su encanto, y también su significado
oculto e inquietante.
14 15
ela
rtis
ta
“...HOY POR HOY ESOS COLORES, EL AMARILLO, BLANCO, VERDE CON LA COMBINACIÓN DEL TONO ÓXIDO, SE VEN REFLEJA-DOS EN MI OBRA. ”
¿EN QUÉ AÑO TE INICIASTE EN LAS ARTES PLÁSTICAS?
Fue muy joven; inicie como en los años 90, fue mucho antes
pero en esa fecha empecé a usar los pinceles, la pintura y
el color ya con cierta propiedad. Por iniciativa de mi papá
ingresé a un taller donde se restauraba todo tipo de elec-
trodomésticos, allí pude ver cómo la pintura dañada por el
tiempo y por el óxido daba una mezcla interesante, y creo
que hoy por hoy esos colores, el amarillo, blanco, verde con
la combinación del tono óxido, se ven reflejados en mi obra.
¿CÓMO TE DISTE CUENTA QUE QUERIAS SER ARTISTA?
Cuando me enteré que podía sacar un bachillerato en arte
fue que decidí estudiar, y entonces supe que quería vivir con
el Arte en mi vida.
¿CUÁLES SON TUS MEJORES RECUERDOS DE ESTA
ÉPOCA?
Durante el bachillerato, sentir la libertad de hacer lo que me
gusta, pasar horas durante la tarde con una materia de puro
arte, lo disfrutaba hasta el último minuto.
SI NO FUERAS ARTISTA, ¿QUÉ SERÍAS?
Trabajaría en la madera, me gusta mucho la carpintería y
hasta tengo proyectos para eso.
¿QUÉ TE INSPIRA PARA CREAR UNA OBRA?
Me inspiro básicamente en la naturaleza, siempre; desde
que principié a pintar fue así. Allí veo proyectos a futuro,
todas las nuevas ideas nacen allí.
¿A QUÉ ARTISTA NACIONAL O INTERNACIONAL
ADMIRAS?
Hay varios, entre ellos está el Maestro Elmar Rojas, y en mi
país, a Benjamín Cañas. Hay muchos otros; me gusta ver
la pintura que tiene mucho trabajo, que tiene búsqueda en
cuanto a la forma y el color.
¿CUÁLES SON TUS SUEÑOS EN TU CARRERA
ARTÍSTICA?
A mediano plazo, ver mis esculturas en un lugar público,
tanto en El Salvador como Guatemala, donde estoy traba-
jando mucho.
¿CUÁL CREES QUE ES TU OBRA MÁS SIGNIFICATIVA?
Creo que esa obra está fuera de lo de lo pictórico. Es mi
familia, ellos son mi mayor fuente de inspiración.
¿QUE PIENSAS DEL ARTE PRODUCIDO ACTUALMENTE
EN GUATEMALA?
Hay muy buen arte centroamericano. Esta muy bien posi-
cionado.
¿QUÉ MENSAJE DARÍAS A TODOS QUIENES
SEGUIMOS TU TRABAJO?
Que mantengan la expectativa, hay muchos proyectos gran-
des a futuro, hay mucho que ver y mucho que descubrir en
cada obra.
16 17
ela
rtis
ta
Fo
tog
rafí
as p
or
Osm
in V
alen
zuel
a
18 19
Las líneas que se entrecruzan en los dibujos, grabados, mapas y
bordados de Gabriela Alfaro proceden, más que de sus manos,
de su propia vida. De hecho, adentrarse en su obra equivale
literalmente a desenredar el ovillo y atravesar las distintas capas
que, como velos sutiles y transparentes, ocultan y muestran el
núcleo de su intimidad. Tarea laboriosa que exige la misma deli-
cada ternura con la que la artista trazó esas líneas vitales que la
comunican con su pasado y le dan a su presente la más concreta
sustancialidad espiritual.
Hecha de trazos finos que bordean las formas huidizas de las
vivencias infantiles o que, por su intensidad, se hunden en la ma-
teria para grabar y celebrar los objetos y sucesos que llenan su
vida cotidiana, o bien de hilos tensos, apretados y cálidos que
cubren de flores la opacidad de los cuerpos desnudos, la obra
de esta artista sensible e imaginativa es también una búsqueda
del sentido y la plenitud de la existencia, perdidos en la caótica
estridencia de la época contemporánea.
En ese contexto, el silencio y la quietud que impone cada una
de sus obras es quizás la primera experiencia que se desprende
de ese trabajo laborioso y delicado que hunde sus raíces en la
interioridad de la artista. Y de allí que el dibujo, el grabado, el
bordado, la pintura a la encáustica no sean para ella simplemente
los recursos técnicos que facilitan una expresión sino más pro-
piamente los medios e instrumentos de una introspección. Así,
tras la encantadora sencillez de sus obras terminadas se esconde
no sólo sentimientos y significados diversos sino también distin-
tos métodos introspectivos y técnicas proyectivas que le permi-
tieron acceder a ellos y a expresarlos con una cálida exactitud en
una especie de rememoración poética. Por ejemplo, el grabado
en madera de un simple y sencillo vestido de niña con sus plie-
gues que indican la forma cuerpo que una vez cubrió, impreso
sobre una tela blanca y algodonosa como un velo transparente,
levemente fijado de manera que adquiera un aspecto quebradizo
y delicado, que se muestra desplegado dentro de una caja de
madera; o las hojas que contienen los versos de su abuelo, ahora
convertidas en rosas y reordenadas ya no en un libro, sino apre-
tadas en varias filas dentro de una especie de vitrina desde la
que siguen exhalando emocionadas fragancias verbales. Se diría
que sus obras son un esforzado y afortunado rescate de lejanas
vivencias huidizas y casi fantasmales y, al mismo tiempo, un acto
de expresión y conservación de sus afectos más íntimos.
Y es en este punto donde se hace visible el carácter de búsque-
da que tienen sus afanes creativos, pues la interioridad de cada
quien no tiene un contenido estable y fijo sino que varía a cada
momento de acuerdo al estado de ánimo, a las vivencias y al
ambiente que nos rodea. De allí que Gabriela Alfaro trabaje no
tanto para extraer temas de su pasado sino más bien para cons-
truir la palpitante subjetividad que hoy, en lo más tórrido de la
actualidad, define su existencia. En ese sentido, las líneas que se
entrecruzan en su trabajo intentan ubicar su más auténtico ser y
el camino para llegar a él, y crear en relación a ese objetivo una
especie de mapa del ser y el estar, de lo que somos, ese territorio
desconocido y atemorizante que todos estamos en trance de
atravesar.
laob
ra
de
Por Juan B. Juárez
GABRIELA ALFAROLAS LÍNEAS DE SU VIDA
Fo
tog
rafí
a p
or
Osm
in V
alen
zuel
a
20 21
laob
ra
de
SUSCRÍBETEEN
Y R E C I B E G R AT I S N U E S T R A S E D I C I O N E SE N F O R M A F Í S I C A O D E S C A R G A L A E D I C I Ó N D I G I TA L
!
/ elartistamagazine
Fo
tog
rafí
as p
or
MA
FO
- M
aría
Fo
tog
rafí
a
22 23
laob
ra
de
CARLOS MENDOZA
En el núcleo de la pintura de Carlos Mendoza Rodríguez (Gua-
temala, 1986) acontece un incendio que consume cuerpos y es-
píritus, pensamientos y sentimientos, en una especie de consu-
mación total del deseo. Sus procedimientos imaginativos y sus
formas plásticas hacen, de hecho, ciertas referencias metafóricas
o reales a los juegos previos de acto sexual: una especie de cor-
tejo en el que aparecen plumajes exóticos, trinos supuestamente
seductores y ciertas desnudeces entre angélicas y provocativas,
en medio de una naturaleza que despierta y, fresca y húmeda,
destila belleza y sensualidad, es decir, deseo.
Siguiendo esa metáfora, podemos encontrar ciertas imágenes
cuya secuencia alude a un antes y a un después del incendio:
por un lado, lo que describimos en el párrafo anterior y, por otro,
ciertos paisajes espectrales que parecen, más que iluminados por
la luz fría de la luna, congelados en las opacidades pétreas de
un pasado casi geológico. Lo que se va a consumar y lo que se
ha consumado. Pero en el centro, repito, lo que domina es el
incendio.
No son, sin embargo, los cuerpos el origen del fuego, que no
pasan de ser la materia que se consume por un calor que tiene
otra fuente: el deseo, en efecto, está en la mente y desde sus
profundidades biológicas incendia los rostros de las mujeres,
especialmente los labios mórbidos transfigurados que adivinan
el apareamiento, las miradas ígneas y concentradas en el único
objeto del deseo, y las llamaradas que se extienden por las cabe-
lleras abriendo un camino de flores fosforescentes que segura-
mente conduce al cielo.
¿Un retrato erótico o una metáfora del deseo? Considero que,
pese a su juventud, Mendoza Rodríguez aborda el tema del ero-
tismo no sólo con sentido poético sino también con cierto senti-
miento de lo sagrado. Nótese, por ejemplo, que no se trata de es-
cenas sexuales anecdóticas utilizadas como pretextos machistas,
sino propiamente de la energía amorosa en su estado más puro,
como de esencia cósmica que emana de la mujer, creencia en la
que coinciden muchas religiones antiguas, incluyendo la cristia-
na, aunque ésta última le atribuya connotaciones pecaminosas.
El lenguaje poético-erótico de Mendoza, por otro lado, es intuiti-
vo y “adivina” sus imágenes más sugerentes: el incendio amoroso
se origina en las profundidades y no son los seres humanos los
que lo dominan sino los que se consumen en él.
Por Juan B. Juárez
LA CONSUMACIÓN DEL DESEO
24 25
laob
ra
de
Fo
tog
rafí
a p
or
Osm
in V
alen
zuel
a
26 27
laob
ra
de
En la pintura de Enrique Cay (Guatemala, 1977) la cultura
popular y tradicional de Guatemala encuentra el espacio, el
colorido y las formas ideales para expresar el espíritu festi-
vo y celebratorio presente en todas las manifestaciones de
la vida comunitaria de los pueblos indígenas. En sus cua-
dros esta presencia de lo popular y tradicional, sin embargo,
no es objeto de una descripción realista y documental sino
que protagoniza una especie de puesta en libertad que de
pronto hace que todo adquiera un dinamismo propio y ver-
tiginoso, como los barriletes gigantes y los toscos caballos
de los carruseles de las ferias de pueblo, que satura la at-
mósfera de las obras con los fulgores de ese espíritu festivo.
Y es que Enrique no es un observador que ve desde afuera
las costumbres de los pueblos indígenas sino que es alguien
que las ha vivido desde siempre en su natal Sumpango.
De ahí que su intención de artista creativo no se limite a
la descripción objetiva de los acontecimientos, ceremonias
y rituales bajo cuya influencia se formó, sino que aspire a
recrearlos con la misma intensidad con la que, durante su
niñez, seguía el ciclo festivo de las celebraciones que mar-
caban la vida individual y comunal.
Se trata de un verdadero torrente de experiencias y emo-
ciones a las que su posterior formación de arquitecto le está
ayudando no sólo a ordenar y analizar sino sobre todo a
articular dentro del espacio pictórico, de manera que ese
espíritu festivo reviva y contagie a los espectadores más
exigentes con aquella alegría ingenua con que los pueblos
celebran el transcurrir de la vida entre los ciclos agrícolas,
religiosos y cósmicos.
Por Juan B. Juárez
ENRIQUECAY
Frente a ese torrente aparentemente caótico de experien-
cias de su niñez, Enrique, sin embargo, no perdió la noción
de totalidad, de unidad y continuidad que tiene la vida co-
munitaria, en la que ningún acontecimiento o celebración se
da aisladamente sino que todos se interconectan interna-
mente. De allí que, por ejemplo, los barriletes gigantes que
aparecen en sus cuadros o los caballitos de carrusel que
ha realizado últimamente aludan de una manera u otra a la
figura del círculo y porten, unos como decoración y otros
como jinete, a otros personajes de la tradición popular que
pertenecen al mismo universo mítico aunque pertenezcan a
otro ciclo de celebraciones.
Artista atento a su tiempo y fiel al tema arquetípico que se
agita en las profundidades de su conciencia, Enrique Cay
está preparando su próxima exposición en Santo Domingo
del Cerro: una instalación construida con coloridos caballi-
tos de carrusel hechos de resina y metal que dan forma a un
enorme barrilete y que en su conjunto dejan ver la totalidad
del universo mítico y festivo que su obra recrea y celebra
con tanto júbilo.
EL VÉRTIGO DE LA FIESTA & LA CELEBRACIÓN
28 29
laob
ra
de
Fo
tog
rafí
as p
or
Osm
in V
alen
zuel
a
30 31
laob
ra
de
Por David Fuentes
EN LA BUSQUEDA DE SU CAMINO ARTÍSTICORoLo
Rodrigo López Argüello (El Salvador,
1979) es un joven artista de muchos ta-
lentos, que a lo largo de su vida ha estu-
diado pintura y escultura con la misma
pasión que teatro y administración de
empresas en excelentes instituciones y
con extraordinarios maestros, y lo que es
más importante, con logros significativos
en todos los campos en los que ha tra-
bajado.
En artes plásticas, por ejemplo, realizó,
como parte de un premio, un enorme
mural en la Escuela Americana de El Sal-
vador, donde estudio, y también una es-
cultura de concreto de dos metros que
donó a la misma institución. Continuó sus
estudios en Art Center de Carroll Univer-
sity, Wisconsin de 1999 al 2001, enfocán-
dose en estudiar Historia del Arte y en la
creación y exposición de obras en acríli-
co sobre lienzo y esculturas de madera
y piedra; al mismo tiempo que estudiaba
en el Betty Otteson Theatre, donde par-
ticipó en 4 obras y ganó el Betty Award
como mejor actor de reparto en la obra
“American Buffallo” y mejor actor en un
papel principal en la obra “Li’l Abner”.
Aunque sus éxitos empresariales no se
quedan atrás y lo retratan como una per-
sona polifacética, emprendedora, exitosa
y compenetrada en lo que hace, lo que
en las páginas de El Artista magazine co-
rresponde destacar es su talento en las
artes plásticas. En este campo llama la
atención su inquieta creatividad que no
se conforma con las técnicas aprendidas
en las instituciones en que se formó sino
que se siente inclinado a la experimenta-
ción con otro tipo de materiales y otras
temáticas muy personales y atrevidas.
Se trata de verdaderas audacias técnicas
y formales para lograr expresar la ener-
gía inagotable que se acumula en su inte-
rior y que intenta sacar de golpe en una
especie de visiones alucinadas que, sin
embargo, están perfectamente integra-
das a la materia de la que parecen surgir:
texturas, movimientos gestuales, colores
intensos y contrastantes en juegos en los
que se trata de que lo fugaz quede fija-
do permanentemente en resplandores
cegadores.
32 33
laob
ra
de
Obra de RoLo
34 35
& EL EJERCICIO DE LA CRÍTICA
JUAN JUAREZ
Cuando el tema es el arte y los artistas de Guatemala, el escritor
por excelencia es Juan B. Juárez. Durante más de tres décadas este
prolífico escritor se ha dedicado a documentar y a interpretar el que-
hacer de los artistas plásticos en cuyas obras se concretizan formal-
mente, se expresan de una manera estética y se exponen al público
las más diversas preocupaciones humanas, actualizadas por los he-
chos y las circunstancias históricas, sociales, económicas, políticas,
culturales y artísticas que determinan su pertinencia, les sirven de
contexto y les proveen de resonancia.
Dueño de una amplia cultura humanística, lector incansable de te-
mas literarios y filosóficos, siempre al tanto de los descubrimientos
de la antropología, la lingüística, la psicología y la sociología, en sus
escritos las palabras tienen no sólo un contenido conceptual claro
y definido sino también una gran resonancia poética que sin duda
delata sus pretensiones literarias. Su oficio, como le gusta llamarlo,
tiene como base esta especie de sensibilidad cultivada y, a la par,
un dominio de diversas técnicas de expresión literaria y de manejo
y exposición de ideas y conceptos, que hace que sus ensayos sean
rigurosos, coherentes y fluidos en el tratamiento del tema y, por otro
lado, sabrosos y fáciles de leer y entender.
pers
onaje
Fo
tog
rafí
a p
or
Osm
in V
alen
zuel
a
Por G. Chacón
36 37
Según él mismo confiesa, de los críticos que admira ha aprendido
que el mejor texto crítico es el que no se nota o que desaparece
cuando ha cumplido su función, es decir cuando la obra aparece
frente al espectador en toda su plenitud y empieza a “hablar” por sí
misma, o bien cuando el espectador entra en posesión de los “con-
ceptos sensibles” que le permiten comprender la obra que tiene fren-
te a él. En todo caso, de lo que se trata es de comprender la obra del
artista, lo cual exige un esfuerzo de la sensibilidad y del intelecto para
abrirse a lo que no comprende y para librarse de los prejuicios que le
impiden la comprensión de lo nuevo.
Pero la verdadera clave de sus escritos está no sólo en la sensibilidad,
el oficio, los conceptos y el método sino sobre todo en el trato perso-
nal con los artistas, en la calidez de vivencia que tienen las lúcidas y
penetrantes interpretaciones que hace del trabajo de los creadores,
que parecen surgir de la profundidades de la cultura y del espíritu del
artista. No es de extrañar, entonces, que alguien haya dicho que él es
“el espectador ideal que todo artista quisiera para su obra”.
“Comprender siempre exige un esfuerzo que no todos están dispues-
tos a hacer, sobre todo los que creen que ya lo saben todo—dice el
escritor. En este sentido, la crítica no es un saber sino un permanente
ejercicio de comprensión que requiere como prerrequisito la humil-
dad para estar dispuesto a considerar que cuando hay cosas que no
nos caben en la mente, no se debe a que esas cosas sean absurdas
sino quizás a que nuestra mente es muy estrecha. Y claro, esto se ve
y se aplica en todo momento, sobre todo pero no exclusivamente en
cuestiones artísticas”.
...NO ES DE EXTRAÑAR, ENTONCES, QUE ALGUIEN HAYA DICHO QUE ÉL ES “EL ESPECTADOR IDEAL QUE TODO ARTISTA QUI-SIERA PARA SU OBRA”.pe
rson
aje
38 39
lae
xp
o
PUERTAS ABIERTAS AL
TALENTOFRESCO
Dos artistas, dos exposiciones, diversas formas de expresión y
un propósito común: la decisión genuina de Patty Jiménez y Da-
niela Sierra, de darse a conocer, abrirse a la interpretación y a
la crítica; compartir pensamientos, sentimiento y emociones que
permanecían guardados en sitios que solo ellas conocen. Coinci-
dieron en el tiempo y el espacio para dejarlos ir, traducidos en
esculturas, pinturas y dibujos, de reciente creación, que a partir
de 2015 empiezan a tomar su lugar en el idioma del arte.
Se habla de las Ataduras del Inconsciente, pintura y escultura
de Patty Jiménez (1962) y de las Clausuras Liberadas, escultura
y dibujos de Daniela Sierra. Las dos exposiciones permanecie-
ron abiertas en el Museo Ixchel del Traje Indígena del 8 al 13
de diciembre pasado, y el tiempo se hizo corto para visitarlas y
analizar cada propuesta, aun así, suficiente para reconocer crea-
tividad fresca y talento nuevo en las más de 20 obras de cada
una de las artistas.
Detrás de cada pintura, de cada dibujo, escultura o instalación
hubo mucho trabajo y entrega. Más que una exposición de
obras, fue una puesta en escena impecable, en la que cada pieza
recibió la atención de una protagonista, visible desde todos los
ángulos, accesible, en espacios amplios, fáciles de transitar. Las
expositoras dejaron claro que no había lugar para aquello que
estuviera atado, querían abrir puertas y lo lograron.
Ataduras del Inconsciente y Clausuras liberadas son términos
para un nuevo diccionario creativo en el que caben sinónimos
y antónimos. Incluye descripciones que hablan de dos artistas y
de sus personalidades, de blanco y negro; de colores y formas
intensos o de lo contrario, habla de estados de ánimo, momen-
tos de luz y de sombras, de transparencia y de solidez, Todos
son atributos capaces de convivir en espacios comunes, ideas
que despiertan la imiganación y donde el deseo de expresarse
es el hilo conductor entre una y otra propuesta de Paty Jiménez
y Daniela Sierra.
Texto por Christa Bollmann
PATY JIMENEZGUATEMALA 1962
Nació en Guatemala. Desde los 10 años de edad comenzó a es-
tudióar pintura al óleo con el maestro Víctor Arriola. Más tarde
recibió clases con el maestro Oswaldo Cercado y Carlos Barre-
da. Al terminar sus estudios de secundaria y de Comercio Exte-
rior, en Guatemala, estudio Bellas Artes en el Boston College, de
Boston, Massachusetts, en Estados Unidos.
Realizó estudios de Arte Plástica y Educación Artística en el Ins-
tituto Femenino de Estudios Superiores (IFES) de Guatemala.
Recibió clases de escultura en la Escuela de Arte Toscana y en
la Escuela Municipal de Escultura de la Ciudad de Guatemala,
con el maestro Carlos González. Participó en el taller de pintura
Experimental impartido por el maestro Marlov Barrios en la di-
cha Escuela.
Ha estudiado pintura con los artistas Roberto Ríos, María An-
dré Barlett, Juan José Rodríguez, Omar de León y escultura con
Brenda Estrada Abril. Entre otros cursos incluye el de creativi-
dad, impartido por el artista guatemalteco Valens.
Ha expuesto pintura y escultura en muestras colectivas e indi-
viduales en: Rozas Botrán, Mujer y Café; en Caos Galería, Casa
Azul, el Centro de Formación de la Cooperación Española, la
Fundación G&T, Continental y el Museo Ixchel del Traje Indígena.
En junio de 2014, expuso en la Galería La Pigna, en Ciudad del
Vaticano, Italia. Fue primera mención en la categoría Fugurativo,
en el Primer Festival de Acuarela, en Quetzaltenango, realizado
en abril de 2015. Nuevamente estará presente en el Museo Ixchel
en la muestra: Ataduras del Inconsciente
40 41
lae
xp
o
Esculpe y expone desde 2014. Es escultora de vocación y abo-
gada de profesión. Actualmente estudia arte. Su formación in-
cluye cursos de pintura y escultura con el maestro Walter Peter
Brenner, en la Academia Ars Artis; Xilografía, con el maestro
Erick Menchú, en el Taller Experimental Tegg. Realizó estudios
de Historia del Arte y arte actual con la Maestra Ana María Mar-
tínez Sobral y de escultura en arcilla y recina, con el Maestro
Oscar Pérez. Ha tomado cursos de dibujo en la Escuela Nacional
de Artes Plásticas –ENAP-. También hizo escultura en plastisci-
na con el Maestro Carlos Gonzáles. Estudió Derecho y Ciencias
Sociales en la Universidad Francisco Marroquín.
Ha participado en exposiciones colectivas nacionales e interna-
cionales:
GUATEMágica (noviembre); Angeles de Ayda, Fundación G&T
Continental y Fundación Ayúdame a Vivir (Ayuvi), en la Galería
Rozas Botrán (septiembre); Junkabal (agosto); Exposición Love
Simphony,de la Fundación Margarita Tejada (julio) y la colectiva
Entidades, del Museo Ixchel del Traje Indígena. También partici-
pó en el Art Auction CAG. En octubre, su obra estuvo presente
en la exposición colectiva de pequeño formato de la Paul Fis-
cher Gallery, de West Palm Beach, en Florida, Estados Unidos.
En 2014 participó en la Noche de Arte en la Plaza, en el Distrito
Cultural, en la Ciudad de Guatemala. Clausuras Liberadas es su
primera exposición individual.
www.danielasierra.net
DANIELA SIERRAGUATEMALA 1979
Fotografías por Osmin Valenzuela
42