1 El Análisis Cefalométrico de Pérez Se divide para su estudio en dos partes: El Análisis de Tejidos Óseos y El Análisis de Tejidos Blandos. Cabe resaltar también que las dos partes van de la mano, es decir, un diagnostico óseo se complementa con el diagnóstico de tejidos blandos de manera congruente ya que este último también tiene parámetros para los tres diferentes biotipos. El análisis óseo está divido para su mejor interpretación en cinco partes que son: 1.- Diagnóstico craneofacial. (Figura 4). En donde el objetivo principal es determinar cual es tipo de crecimiento o biotipo facial del paciente. 2.- Diagnóstico en sentido sagital (Figura 5). En donde el objetivo será determinar la relación esqueletal de Clase I, Clase II o Clase III. 3.- Diagnóstico en sentido vertical (Figura 6). El objetivo principal en este punto es determinar si existe equilibrio vertical entre los maxilares o la
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El Análisis Cefalométrico de Pérez OSEOS Y BLANDOS... · 2016-05-03 · El Análisis Cefalométrico de Pérez ... las diferentes maloclusiones utilizando referencias específicas
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El Análisis Cefalométrico de Pérez
Se divide para su estudio en dos partes: El Análisis de Tejidos Óseos y
El Análisis de Tejidos Blandos.
Cabe resaltar también que las dos partes van de la mano, es decir,
un diagnostico óseo se complementa con el diagnóstico de tejidos
blandos de manera congruente ya que este último también tiene
parámetros para los tres diferentes biotipos.
El análisis óseo está divido para su mejor interpretación en cinco
partes que son:
1.- Diagnóstico craneofacial. (Figura 4). En donde el objetivo
principal es determinar cual es tipo de crecimiento o biotipo facial del
paciente.
2.- Diagnóstico en sentido sagital (Figura 5). En donde el objetivo será
determinar la relación esqueletal de Clase I, Clase II o Clase III.
3.- Diagnóstico en sentido vertical (Figura 6). El objetivo principal en
este punto es determinar si existe equilibrio vertical entre los maxilares o la
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presencia de algún tipo de rotación entre ellos que pudiera traducirse en
mordidas abiertas o cerradas esqueletales.
4.- Diagnóstico dentoalveolar (Figura 7). En este punto el objetivo es
determinar la posición e inclinación de los incisivos superiores e inferiores
más vestibularizados respecto a sus bases óseas.
5.- Diagnóstico lineal (Figura 8). En donde el objetivo es la
determinación de las longitudes del maxilar y de la mandíbula.
Figura 4 Figura 5
Figura 6
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Figura 7 Figura 8
El análisis de tejidos blandos describe en una forma clara la posición
de los maxilares y los labios en relación a la frente, la nariz y el mentón en
las diferentes maloclusiones utilizando referencias específicas para cada
biotipo obteniendo planos horizontales y verticales verdaderos – de Pérez -
para cada uno de ellos y su consecuente Triángulo Estético de Pérez. Este
análisis de tejidos blandos, evita caer en el error de diagnosticar Clases II o
III esqueletales, en donde tampoco las hay cuando se utilizan otros análisis
de tejido blandos. (Figura 9).
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Figura 9
La figura 10 muestra la radiografía lateral de la paciente A. A. cuyo
resumen de interpretación radiográfica sería el siguiente:
Se trata de una paciente de 15 años de edad.
Con un biotipo dolicofacial.
Tiene una relación sagital de Clase I Esqueletal.
Presenta un equilibrio vertical esqueletal adecuado.
Tiene ligera protrusión y proclinación dentoalveolar maxilar, así como una
ligera retroclinación dentoalveolar mandibular.
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Longitudinalmente presenta un tamaño de bases maxilares bien
proporcionado.
En relación a los tejidos blandos, la paciente muestra un aspecto facial
muy equilibrado con los labios y el mentón dentro del Triángulo Estético de
Pérez. Los labios y los maxilares se muestran en una perfecta relación
sagital, resultado de la Clase I Esqueletal.
Figura 10
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El Análisis Cefalométrico de Pérez
Es un análisis sencillo, porque:
Utiliza puntos cefalométricos de fácil identificación.
Utiliza pocas mediciones.
Utiliza un lenguaje claro y conciso.
Cualquier radiografía se puede interpretar independientemente de la
posición de la cabeza en la cual haya sido tomada.
Se puede aplicar en cualquier área de la odontología y de la medicina.
Solo se requiere un negatoscopio y un kit de trazado.
Es un análisis lógico, porque:
Emplea valores propios para cualquier tipo de crecimiento.
El diagnóstico se divide para su interpretación en cinco partes muy
sencillas de describir.
Además la interpretación de los aspectos óseos se acompaña de la
interpretación de los aspectos faciales de los tejidos blandos que también
utiliza parámetros para los diferentes biotipos.
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Se puede aplicar con los nuevos conceptos estéticos además de los
oclusales normalmente utilizados.
Es un análisis preciso, porque:
Se utilizó una metodología que ningún análisis cefalométrico ha empleado.
Se realizó sobre una muestra importante de pacientes mexicanos.
Los valores normales que utiliza tienen una desviación estándar que
permite que su uso sea sumamente válido.
La interpretación de los tejidos blandos es acorde a la armonía de varios
factores que no necesitan ser medidos.
Su efectividad radica en el uso del criterio o sentido común de cada
clínico.
Además en el Tratado de Cefalometría se analizan aspectos interesantes y
complementarios que harán que el diagnóstico cefalométrico se realice
con mucha exactitud, como lo muestran los siguientes capítulos:
Capítulo 7. Relativo al avance del tratamiento de ortopedia dentofacial,
en donde el clínico podrá comparar y analizar desde el punto de vista
cefalométrico, los avances visibles clínicamente, utilizando un método
muy sencillo.
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Capítulo 8. Relativo a la medida de la Convexidad de Ricketts, en donde
se exponen de una manera muy clara los valores según Pérez para esta
medida lineal y que es utilizada en el análisis cefalométrico de dicho autor
para determinar la relación sagital entre ambos maxilares. En este capítulo
se proponen valores para esta medida en cada uno de los biotipos
faciales, producto de una investigación muy exhaustiva similar a la del
ángulo ANB. No se utiliza en el Análisis de Pérez ya que con el análisis del
ángulo ANB es más que suficiente, pero pensando en la gran cantidad de
clínicos que utilizan este análisis –de Ricketts- , será de gran ayuda para
obtener un diagnóstico preciso.
Capítulo 9. En donde se propone un VTO muy sencillo para aquellos casos
en donde se requiere modificar la posición de los maxilares en sentido
sagital y vertical a través de un tratamiento de Ortopedia Funcional o
Mecánica o en aquellos otros en donde por cuestiones de edad, y por la
magnitud de la maloclusión, se tenga que realizar un tratamiento de
Cirugía Ortognática para su corrección.
Capítulo 10. Uno de los temas que han causado mucha controversia en los
últimos años, es el relativo a la posición “natural” de la cabeza en la que se
toma la cefalografía, en donde en este capítulo se expresa una opinión
muy clara en relación a la importancia o no de una toma radiográfica en
esta posición.
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Capítulo 11.- En este capítulo se describe de una forma muy didáctica con
figuras y dibujos específicos, las combinaciones de maloclusiones
esqueletales con posiciones dentoalveolares que pueden confundir al
clínico en la obtención de un diagnóstico cefalométrico preciso.