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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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Programa Interamericano sobre Educacin en Valores y Prcticas
Democrticas
Serie Poltica en Breve sobre Educacin y Democracia
Oficina de Educacin y CulturaDDHEC/SEDI
La Educacin en Derechos Humanos: Un aporte a la construccin de
una convivencia escolar
democrtica y solidariaPor: Ana Mara Rodino
Volumen 2Octubre de 2012
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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Sobre el ProgramaEl Programa Interamericano sobre Educacin en
Valores y Prcticas Democrticas es una alianza hemisfrica de
Ministerios de Educacin, universidades, organizaciones
internacio-nales, organizaciones de la sociedad civil, y del sector
privado, que trabajan para fortalecer la educacin en ciudadana
democrtica a travs de la cooperacin, la investigacin y la
capacitacin.
Fue adoptado en la IV Reunin de Ministros de Educacin de la OEA
realizada en Trinidad y Tobago en agosto de 2005. Su objetivo
principal es promover el desarrollo y el fortaleci-miento de una
cultura democrtica en las Amricas a travs de la educacin.
El Programa Interamericano estructura sus actividades en funcin
de tres componentes que se refuerzan mutuamente:
Investigacin y anlisis Desarrollo profesional Cooperacin e
intercambio de informacin
CoordinacinOficina de Educacin y Cultura
Organizacin de los Estados Americanos
TextosAna Mara Rodino
Equipo EditorialLenore Yaffee Garca
Romina Kasman
Diseo GrficoDiana Valentina Pernett
Equipo de Trabajo
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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La Educacin en Derechos Humanos:Un aporte a la construccin de
una convivencia
escolar, democrtica y solidariaPor: Ana Mara Rodino
Contenido
I. Educar para una cultura de derechos, democrtica y
solidariaCul es el sentido y fin ltimo de la Educacin en Derechos
Humanos? pg. 5
II. La educacin en derechos en el sistema de educacin formal Por
qu y cmo debe estar presente la EDH en la escuela? pg. 6
III. Retos globales para la educacin contempornea: aprender a
ser y a convivir pg. 9
IV. Construccin de convivencia y prevencin de la violencia con
enfoque de DDHH Cmo contribuye la EDH a construir convivencia
democrtica y solidaria, y a prevenir o intervenir frente a las
violencias en la escuela? pg. 13
V. La importancia del mtodo educativo Cmo contribuye la EDH
desde su metodologa? pg. 18
VI. Referencias y otras fuentes de consulta pg. 20
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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El documento empieza examinando el sentido y fin ltimo de la
Educacin en Derechos Humanos (EDH) y las razones que validan su
incorporacin en los programas de educacin formal, tanto como en la
gestin y la vida cotidiana de los centros escolares. Frente a los
agudos problemas de las sociedades contemporneas, se enfatizan como
metas cruciales del proceso educativo el aprender a ser y el
aprender a convivir, a la vez que se analiza cmo aporta la EDH a
alcanzar estas metas. Seguidamente, se hace un anlisis detenido de
la contribucin de la EDH para construir convivencia democrtica y
solidaria, y prevenir o intervenir frente a las diversas formas de
violencia que pueden presentarse en el medio escolar. Esta
contribucin radica tanto en los contenidos sustantivos del saber de
los derechos humanos como en su apropiada metodologa de
enseanza.
Finalmente, a lo largo del documento se intercalan en recuadros
algunas experiencias concretas realizadas en las Amricas que
revelan un buen potencial para lograr los objetivos de educar en
derechos humanos, promo-ver la convivencia y prevenir las
violencias escolares tanto como comunitarias- pues en la realidad
ambas se intersectan. Constituyen iniciativas muy diversas (rasgo
que deliberadamente se tuvo en cuenta al seleccio-narlas), pero
todas comparten preocupaciones de fondo comunes: la proteccin y
promocin de derechos y prcticas democrticas y la construccin de una
cultura de justicia y paz a travs de la educacin. Algunas de estas
experiencias, se concentran en la educacin formal escolar, otras se
extienden a los espacios barriales y citadinos, utilizando recursos
creativos, que trascienden la enseanza directa de contenidos
tericos de de-rechos humanos y democracia. Sin embargo, todas estn
concebidas en trminos de formacin en derechos, como se comprueba en
su fundamentacin conceptual, en el diseo de actividades y en la
metodologa de eje-cucin, siempre participativa, comprometida y
solidariamente colaborativa. Sus propuestas son inspiradoras de
polticas, programas y acciones educativas.
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo
tienen por base el reconoci-miento de la dignidad intrnseca y de
los derechos iguales e inalienables de todos los miem-
bros de la familia humana, ()La Asamblea General Proclama la
presente Declaracin Universal de Derechos Humanos como ideal comn
por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de
que tanto los individuos como las instituciones, inspirndose
constantemente en ella, pro-
muevan, mediante la enseanza y la educacin, el respeto a estos
derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de
carcter nacional e internacional, su reconocimiento
y aplicacin universales y efectivos ()Declaracin Universal de
Derechos Humanos, Prembulo, 1948.
Resumen
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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Cul es el sentido y fin ltimo de la Educacin en Derechos
Humanos?
Recogiendo lecciones del pensamiento y de luchas histricas de la
humanidad, a mediados del siglo XX la joven Organizacin de Naciones
Unidas acord un con-junto bsico de valores con entidad jurdica, es
decir, normas de cumplimiento obligatorio para los Estados: los
derechos humanos. Los reconoci como imperati-vos que se derivan del
valor de la dignidad humana y como pautas que deben guiar la
organizacin social y las relaciones personales para hacer posible
la convi-vencia pacfica, justa y soli-daria entre las personas del
mundo. Los llam el ideal comn por el que todos los pueblos y
naciones deben esforzarse. El trascendental acuerdo fue la
Declaracin Universal de los Derechos Humanos, promulgada el 10 de
diciembre de 1948.
Hoy los DDHH parecen tan bsicos, tan propios de la condicin
humana como respirar o caminar, pero su sentido es profundo,
complejo y nunca automtico. Son una creacin cultural, una
construccin humana. No se ganaron de una vez y para siempre, ni se
adqui-eren espontneamente. Cada nueva generacin y cada nio o nia
debe aprenderlos y ejercerlos; cada gen-eracin mayor y cada adulto
debe respetarlos, defen-derlos y ensearlos. Por eso, a la par de
consagrar los derechos humanos, la Declaracin Universal estableci
que el camino para hacerlos realidad era la enseanza y la educacin.
Nace entonces la educacin en derechos humanos (de aqu en ms
abreviada EDH), que en la actualidad es reconocida como un derecho
en s misma.
El fin ltimo de la EDH es construir sociedades donde no se
atropelle la dignidad humana. No basta con que se denuncien y
castiguen los abusos despus que ocur-rieron, provocando
sufrimientos y dolor en individuos y comunidades enteras; hay que
evitarlos. Para eso es necesario que cada persona conozca sus
derechos es decir, se reconozca a s mismo como sujeto de derecho y
sepa defenderlos; as como es necesario que reconozca y defienda los
mismos derechos para los dems. En este sentido, la EDH se
constituye en un instrumento para prevenir violaciones de derechos
humanos. Al mismo tiempo, forma a las personas para juzgar
crticamente su realidad circundante y su propia conducta con los
parmetros ticos de los derechos humanos, as como para comprometerse
activamente en modificar todo lo que impida la realizacin efectiva
de estos dere-chos para todos. Desde esta perspectiva, la EDH es
un
poderoso motor de trans-formaciones sociales e
in-dividuales.
La EDH forma en una visin de la sociedad y para prcticas
concretas en la vida social prc-ticas de interrelacin, de
organizacin y de accin cooperativa entre sujetos que se reconocen
iguales en dignidad y derechos y que actan de mane-ra autnoma,
crtica y
responsable, guiados por principios ticos y de bien comn. Por
eso a menudo se la llama educacin en y para los derechos humanos,
destacando su doble sen-tido de filosofa o visin del mundo, y de
gua tica de accin para las personas.
La EDH no es una expresin de buenos deseos; es en s misma un
derecho. (Protocolo de San Salvador, 1989, Art. 13.2; Declaracin
sobre la educacin y formacin en derechos humanos, 2011) Y como
todos los dere-chos, implica la obligacin de los Estados de hacerlo
re-alidad. La razn es simple: los derechos humanos y los principios
democrticos slo pueden ejercerse y prote-
I. Educar para una cultura de derechos, democrtica y
solidaria
Por: Allan Reyes Jirn
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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gerse si se conocen. Y si los ejercen y defienden todas las
personas sin excepciones, no solo gobernantes, intelec-tuales o
activistas.
Por su origen, por sus metas, por su profundo sentido tico,
crtico y transformador de individualidades y col-ectivos sociales,
la EDH tiene un enorme potencial para contribuir a la convivencia
pacfica, democrtica y sol-idaria en todos los mbitos de la vida: en
las relaciones entre pases y comunidades, al interior de cada
comuni-dad, en los espacios del trabajo, de la familia y de la
mis-ma escuela. Su propsito, la teora que lleva elaborada y su
propuesta pedaggica, se concentran precisamente en ensear a ser y a
vivir como personas plenas, sujetos de derechos.
Por qu y cmo debe estar presente la EDH en la escuela?
Los consensos de la Declaracin Universal y otros in-strumentos
internacionales de derechos humanos pos-teriores, incluido el
Protocolo de San Salvador en el con-tinente americano, reconocen a
la educacin como un espacio crtico de realizacin de derechos.
Establecen una doble relacin: la educacin es un derecho que los
estados deben garantizar y, a la vez, un objetivo de la ed-ucacin
es el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos. (IIDH, 2006)
Adems, el derecho a la educacin acta como un multiplicador capaz de
aumentar el disfrute de los dems derechos cuando est garantizado o,
a la inversa, de disminuirlo cuando se niega. (Tomasevsky,
2003)
II. La educacin en derechos en el sistema de educacin formal
EXPERIENCIAS
Plan Nacional de Educacin en Derechos Humanos Brasil
Cuando la ONU estableci el Decenio por la Educacin en Derechos
Humanos (1995-2004) y a fin de favorecer su desarrollo sistemtico
en el mundo, recomend a los pases miembros elaborar Planes
Na-cionales de EDH (PLANEDH). Brasil fue el primero de Amrica
Latina en hacerlo. En 2000, con parti-cipacin de todos los sectores
nacionales (especialistas, sociedad civil, instituciones pblicas y
privadas y organismos internacionales) se constituy un Comit
Nacional de EDH, que redact un texto integra-dor de polticas,
programas y acciones orientados a promover la cultura de respeto y
promocin de los DDHH. El PLANEDH tuvo un amplio proceso de consulta
nacional y en 2006 sali su segunda versin. Establece concepciones,
principios, objetivos, directrices y lneas de accin y contempla
cinco grandes ejes de actuacin: educacin bsica, educacin superior,
educacin no formal, educacin de profesionales de justicia y
seguridad pbli-ca, y educacin y medios de comunicacin.Al presente
se estn elaborando planes estatales de EDH para con-cretar mejor
las propuestas del PLANEDH en todo el pas.
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
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El espacio que se resume en la expresin engaosa-mente sencilla
de escuela engloba un conjunto de componentes diversos, todos
necesarios y relevantes para el proceso formativo: la normativa y
las polticas pblicas educacionales (leyes, decretos y reglamentos);
las diferentes manifestaciones del currculo; la docencia directa en
el aula; las herramientas pedaggicas que uti-lizan los actores
educativos (libros de texto y materiales didcticos) y los espacios
extracurriculares de partici-pacin estudiantil (gobierno
estudiantil, actividades co-munitarias, deportivas, artsticas y
culturales), por citar los componentes principales. La marcha y los
resulta-dos del proceso educativo no se entienden sin consid-erar
las complementariedades, interacciones y sinergias entre todos esos
factores, que constituyen un verdadero sistema. Es este ecosistema
como conjunto y cada uno de sus componentes el que debe estar
impregnado de la visin, los principios y las prcticas de derechos
hu-manos.
Concretar el frtil potencial de la EDH en la escuela de-pende de
comprenderla en su doble dimensin de visin de mundo o filosofa, y
de prctica de vida, as como de implementarla de manera apropiada
como trabajo
pedaggico. La gran tarea que tericos y practicantes vienen
realizando desde los aos 1980s es construir la Pedagoga de la EDH,
un proceso en pleno desarrollo en nuestro continente. Las
propuestas que despliega el pre-sente documento son el resultado de
esos esfuerzos de construccin y representan lineamientos o
directrices de poltica para la incorporacin de la EDH en los
siste-mas educativos.
La EDH debe estar presente en la educacin formal en dos grandes
mbitos de relevancia formativa, que son facetas complementarias de
una misma realidad porque se retroalimentan entre s. Uno, en los
contenidos con-templados en los planes y programas de estudio
oficia-les; dos, en las relaciones que se establecen entre los
miembros de la comunidad educativa y en la gestin y la vida
cotidiana del centro escolar. Los documentos de Naciones Unidas y
sus agencias suelen llamar a la prim-era perspectiva los DDHH a
travs de la educacin y a la segunda, los DDHH en la educacin o
enfoque de la educacin basado en los DDHH (en ingls, Human
Rights-Based Approach. UNICEF, 2008).
Legislacin para orientar la incorporacin de la EDH en la
educacin formal Uruguay
En Uruguay, la actual Ley General de Educacin N 18.437 de
Diciembre de 2008 encuadra la educacin en el marco de los derechos
humanos consagrados en la Declaracin Universal, la Constitucin
nacional y los instrumentos internacionales ratificados por el pas
como orientaciones fundamentales para las propuestas programticas y
las acciones educativas. Define lneas transversales en las
diferentes mo-dalidades del sistema, entre ellas la EDH, la que se
considera como un derecho en s misma y parte del derecho a la
educacin. Las otras lneas transversales estn muy relacionadas con
la EDH: la educacin ambiental para el desarrollo humano sostenible;
la educacin lingstica en las diferentes lenguas ma-ternas del pas y
la formacin plurilinge a travs de segundas lenguas; la educacin a
travs del trabajo; la educacin para la salud y la educacin sexual
incorporando perspectiva de gnero. La Ley crea una Comisin Nacional
para la EDH con la funcin de proponer lineamientos generales en la
materia y los Consejos de Participacin formados por los miembros de
la comunidad educativa de cada centro escolar.
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
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Otra forma de identificar la pluralidad de espacios esco-lares
donde debe incorporarse la EDH es empleando las categoras de la
teora educativa, la cual sostiene que el currculo no es un concepto
nico y uniforme, sino que tiene distintas manifestaciones. En cada
una de estas manifestaciones del currculo hay que examinar si estn
presentes (o no) los derechos humanos y cmo. Por un lado est el
currculo explcito, que abarca los objetivos y contenidos declarados
en los planes y programas de estudio. Es siempre la expresin
poltica de un consen-so sobre la legitimidad de los conocimientos
que deben ponerse al alcance de todos desde la infancia. La
in-clusin de un tema en l revela el valor que la sociedad nacional
le otorga dentro de sus aspiraciones formati-vas. De all el intenso
esfuerzo de organizaciones espe-cializadas internacionales,
regionales y nacionales, tanto como de expertos y activistas para
abrir el currculo explcito a la in-corporacin del saber
dis-ciplinario de los derechos humanos con todo lo que implica:
valores, princip-ios, actitudes, conductas, capacidades para la
ac-cin
El currculo nulo es la contracara del currculo explcito. Alude a
aquellos contenidos que por una u otra razn no se incluyen en el
currculo oficial y, en consecuencia, no estn legiti-mados por el
sistema escolar. Representa las carencias o silencios que deben ser
develados y desenmascarados con perspectiva de EDH. Los derechos
humanos fueron tradicionalmente parte del currculo nulo aquello que
no se nombra ni discute desde el concepto mismo, su definicin y
naturaleza, hasta las innumerables y diver-sas violaciones de
derechos que pueblan la historia del mundo y de nuestro continente.
Es apenas a partir de los aos noventa que los derechos humanos
empiezan a salir del currculo oculto para pasar gradualmente a ser
objetivos y contenidos del currculo explcito. Vienen ganando cada
vez ms lugar, en especial dentro de las asignaturas de Educacin
Cvica y Ciencias Sociales, y
otras veces como objetivo o tema transversal, ligados a
problemticas de equidad de gnero, diversidad tnica y
multiculturalidad, medio ambiente, salud y educacin para la
democracia. (IIDH, 2008)
Existe adems un currculo oculto. Por l se entiende el conjunto
de mensajes implcitos que provienen de la cultura escolar y de las
relaciones institucionales e in-terpersonales entre todos los
actores educativos, incluy-endo las que el centro escolar establece
con las familias y la comunidad. Esta manifestacin del currculo no
se hace visible en objetivos y contenidos declarados (de all su
calificativo de oculto), pero ejerce una potente influencia
formativa. Impera en la escuela el ejercicio de un poder desptico y
arbitrario? Se aplican formas
de castigo fsico? O se siguen pautas de auto-ridad democrticas y
participativas? Existe confianza y respeto mu-tuo entre los actores
es-colares? O prevalecen el miedo, la inseguridad, la amenaza y la
sumis-in? Se discrimina? Se tolera impunemente la discriminacin? El
cur-rculo oculto representa la fuerza de las prcticas escolares
habituales, que ensean sin proponrse-
lo pero con ms fuerza que los mensajes expresos y
de-liberados.
Respecto a cmo insertar la EDH en el currculo ex-plcito se
identifican dos modalidades: la disciplinar o especfica, y la
transversal. La modalidad especfica con-siste en desarrollar los
contenidos de derechos humanos como una asignatura independiente, o
bien como parte importante dentro de otra asignatura considerada
afn, sea Educacin Cvica o Estudios Sociales. La modalidad
transversal procura distribuir contenidos de derechos humanos
atravesando distintos espacios y campos dis-ciplinarios escolares.
En este segundo caso se pueden usar diferentes formatos para
introducir la perspectiva de derechos humanos, sus principios,
normativa y me-
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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canismos de proteccin. Ejemplos de formatos son (a) identificar
en diferentes asignaturas aquellas temticas significativas que
pueden ser analizadas con enfoque de derechos1, (b) disear talleres
interdisciplinarios y proyectos de investigacin o de accin sobre
problemas especficos de la realidad bajo la responsabilidad
con-junta de docentes de distintas asignaturas2 y (c) utilizar
conflictos o situaciones cotidianas concretas que se vi-ven en la
escuela o la comunidad como un punto de partida para ensear
derechos humanos3.
Durante los aos 1990 y principios de 2000 estas dos modalidades
se vean como opciones opuestas y excluy-entes. Los tericos
argumentaban por una o la otra con fervor, aunque con escasa
experiencia prctica porque la EDH todava no penetraba con fuerza la
educacin for-mal. Desde mediados de 2000 empieza a plantearse una
posicin integradora que ha mostrado ser fructfera: para conducir un
proceso educativo efectivo en materia de derechos humanos, las dos
modalidades deben es-tar presentes en el sistema educativo y en
cada escuela. Dotar a los derechos humanos de un espacio curricular
definido permite que se estudien a fondo como saber
1 Algunos ejemplos pueden ser, en Historia, la conquista europea
del continente y el avasallamiento de los pueblos originarios; en
Espaol, la lengua, la identidad de los pueblos y su derecho a la
cultura; en Literatura, las diversidad de las expresiones
literarias y culturales de los distintos pueblos o etnias que
pueblan un pas; en Artes, la libertad de pensamiento y expresin; en
Ciencias Natu-rales, el derecho a la vida de todas las especies
vivas y a un medio ambiente sano para las futuras generaciones,
etc. 2 Temticas apropiadas para este tipo de actividades son la
pobre-za y la inequidad como violaciones de derechos; Amrica
Latina, el continente ms desigual del mundo; las migraciones
contem-porneas desde y hacia el pas y el respeto a los derechos
humanos de los migrantes; violencia estructural y violencia
manifiesta; la vi-olencia en sus diferentes formas y espacios de
manifestacin (en la sociedad, el hogar y la escuela); delincuencia
individual y crimen organizado; genocidio y crmenes contra la
humanidad; degrad-acin ambiental y los riesgos para los derechos de
las futuras gen-eraciones, entre otros. 3 Casos que se producen con
frecuencia en la escuela y que mere-cen ser abordados con
perspectiva de derechos son, por ejemplo, las discriminaciones y
prejuicios de cualquier tipo; el irrespeto y las formas de
violencia entre estudiantes; el acoso o bullying personal o a travs
de medios electrnico; conductas autoritarias o egostas que
promueven la violacin de derechos y conductas in-diferentes o
pasivas, que presencian violaciones sin reaccionar, y las
adicciones (alcoholismo y drogadiccin).
especfico, en todas sus categoras de componentes (ver seccin 4),
a cargo de educadores con formacin espe-cializada y que se hacen
responsables de su enseanza. A la vez, al emplear formas de
tratamiento transversal, se pone en evidencia y se problematiza a
los derechos humanos donde en verdad se ponen en juego, en los
distintos mbitos de la realidad humana (que en la es-cuela estn
representados por las diversas asignaturas), y se facilita su
abordaje inter y transdisciplinario.
En sntesis, la EDH hace valiossimos aportes al proceso educativo
y a la convivencia en los centros escolares. Es mucho ms que un
conjunto de contenidos curriculares: es una poderosa herramienta de
diagnstico del clima institucional, un marco de referencia
tico-jurdico para las conductas de los actores educativos y una
propuesta de intervencin transformadora de la realidad. Cuando los
derechos humanos se incorporan en el currculo ex-plcito se abre una
potente oportunidad formativa de la personalidad, las actitudes y
las conductas; cuando adems se asumen como un principio de gestin
del centro escolar y como pautas de convivencia, se avanza en la
construccin de una comunidad educativa equita-tiva, justa y
solidaria, que puede enfrentar y resolver los problemas que surgen
a diario (de cualquier tipo que sean) de manera respetuosa y
pacfica, en el marco de una cultura de derechos.
Frente a los agudos problemas contemporneos, cules se reconocen
hoy como las metas cruciales del proceso educativo? Qu y cmo aporta
la EDH a alcanzarlas?
En el orden social mundial, muchos y graves problemas retan a la
educacin contempornea: exclusin e inequi-dades cada vez ms
marcadas; desocupacin y pobreza; crimen organizado; adicciones que
degradan la digni-dad y las capacidades personales, y
discriminaciones y violencias en las comunidades y familias, por lo
general contra quienes estn en condiciones de mayor vulner-
III. Retos globales para la educacin contempornea: aprender a
ser y a convivir
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
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Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas
Argentina
Iniciativa creada en 2004 por el Ministerio de Educacin de la
Nacin Argentina y la Universidad Na-cional de San Martn. Tiene como
propsitos sumar esfuerzos para estudiar la violencia en las
escuelas y contribuir a la consolidacin de prcticas democrticas y
espacios de ciudadana en el mbito educativo. Se funda en la
conviccin de que cualquier poltica destinada a abordar este
complejo problema debe basarse en una investigacin seria y rigurosa
que permita establecer sus contornos, sus rasgos comunes y sus
variaciones en diversos escenarios del pas, como una forma de
superar falsas soluciones ba-sadas en ocurrencias impresionistas.
Acta como gestor de proyectos que abordan el fenmeno desde diversas
dimensiones cuantitativas y cualitativas, y como interlo-cutor de
las iniciativas que se estn llevando a cabo en el pas en este
tema.
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abilidad (nios, ancianos, mujeres, pobres, discapacita-dos,
minoras tnicas y migrantes, entre otros). Frente a estos dramas
humanos, la sociedad de consumo y sus medios masivos promueven
conductas individualistas y competitivas, con poco inters por
propiciar proyectos colectivos que le den a la vida humana direccin
y sen-tido solidario.
En el orden escolar, autoridades y expertos expresan en forma
reiterada su preocupacin por una gama de situaciones que
obstaculizan la convivencia en los cen-tros escolares. Van desde
dificultades de relacionamien-to que afectan el clima institucional
y el rendimiento acadmico (por ejemplo, desinters estudiantil
frente a la oferta de educacin formal, falta de autntica
comu-nicacin entre profesores y estudiantes, y distancia cre-ciente
entre la cultura escolar y las culturas juveniles), hasta actos
decididamente violentos (discriminacin, acoso y ataques entre
estudiantes, vandalismo contra la institucin y agresiones desde el
exterior por parte del crimen organizado, tanto como la perduracin
de com-portamientos arbitrarios y autoritarios de los docentes o
administradores de centros hacia el estudiantado).
Los actos de violencia en las escuelas, de cualquier ori-gen o
grado de severidad, constituyen violaciones de derechos humanos de
algn actor/es educativos contra otro u otros. Por eso, siempre
deben ser identificados y denunciados; pero sobre todo, deben ser
prevenidos. Autoridades y pblico perciben que la violencia
in-traescolar ha crecido y que hoy alcanza proporciones alarmantes
en algunos pases. El tema se trata en la prensa y en corrillos,
pero por lo general sin infor-macin estadstica fiel, aludiendo a
unos pocos casos resonantes y datos genricos de dudosa
credibilidad. Los estudios acadmicos no son conocidos y menos an
utilizados por los actores educativos que ms los necesitan:
directores, docentes, estudiantes y padres de familia. Se hace pues
necesario analizar el problema con enfoque de derechos humanos a
fin de erradicar pre-juicios y estereotipos, hiptesis exageradas,
opiniones sin base y propuestas represivas de mano dura. Estas
ltimas son peligrosas, no slo porque la investigacin demuestra que
son ineficaces (Krauskopf, 2006; Abady Gmez, 2008; Rodguez, 2010),
sino porque toleran la violacin de derechos en nombre de un orden o
una paz definidos de manera unilateral por quienes deten-tan
posiciones de poder. (IIDH, 2011)
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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Sin negar que estos fenmenos son complejos y multi-causales,
vistos en clave de educacin y derechos, tras ellos subyacen dos
grandes nudos problemticos. Uno, las angustias, tensiones y
conflictos no resueltos que en-frentan las personas en su propio
proceso de auto-recon-ocimiento y estima personal en contextos en
acelerada transformacin, con identidades tradicionales debilita-das
y de cara a un futuro incierto y amenazante. (Tedes-co, 2011) Dos,
otras tantas angustias, tensiones y con-flictos no resueltos en las
relaciones con otras personas y colectivos sociales en un mundo
crecientemente glo-balizado, diverso y desigual. En otras palabras,
los de-safos crticos por delante son los que el Informe Delors
identific con simplicidad y exactitud entre los grandes fines de la
educacin: aprender a ser y aprender a vivir juntos/convivir
(UNES-CO, 1996), precisamente las metas que persigue la EDH.
De aqu que cada vez se reconozca ms la rele-vancia de fortalecer
la EDH como una estrate-gia de intervencin esco-lar, preventiva y
formati-va (Greene, 2006; IIDH, 2011; Magendzo, 2010). En el
proceso no debe es-tar sola. Hay que favore-cer la sinergia entre
ella y otras corrientes educativas prximas como la educacin para la
paz, la educacin para la democracia o para la ciudadana y la
educacin para el desarrollo sostenible cuyas metas tambin exi-gen
trabajar por el respeto universal de los derechos hu-manos. Son
corrientes que comparten entre s muchos objetivos, contenidos y
principios metodolgicos, cuyas diferencias tienden a ser una
cuestin de nfasis. Adoptar una perspectiva de EDH permite un
adecuado diagnstico de los problemas que afligen a nuestras
so-ciedades y escuelas, desechando percepciones arbitrar-ias o
prejuiciosas, y conceptualizndolos con precisin en clave de
derechos. Slo sobre esta base es posible despus proyectar un
trabajo educativo tico, crtico y transformador y conducirlo con
coherencia.
La perspectiva de derechos ayuda a posicionar a la edu-cacin
frente a la violencia escolar, as como a compren-derla mejor. El
sistema educativo no puede proponerse la meta reactiva de combatir
la violencia (funcin pro-pia de fuerzas policiales y operadores
judiciales, no de maestros), sino la de construir y sostener
condiciones que aseguren la buena convivencia y el aprendizaje
se-guro, que son parte de su funcin formativa. Las expre-siones de
violencia escolar deben asumirse como dis-rupciones del proceso
formativo que, si no se contienen, muestran la incapacidad de la
escuela para negociar o transformar constructivamente los
conflictos que ocur-ren en su espacio y entre sus actores. Adems,
es in-correcto concebir la violencia como un fenmeno ni-co y
uniforme, cuando se trata de una gama amplia de
situaciones y conductas distintas, por lo cual es ms preciso
pensarla en plural. (Rodrguez, 2010; Gmez, 2008) Las causas de las
violencias escolares tampoco son uniformes, porque varan segn la
ubicacin y el contexto social de los centros ed-ucativos. Por
ejemplo, en Sudamrica, los expertos sealan como factores
desencadenantes de fre-cuente vandalismo, ro-
bos y agresiones fsicas diversas contra la escuela, entre
estudiantes y an hacia docentes, a la pobreza, la ex-clusin social
y el trabajo infantil, sumados a la baja cal-idad educativa y a la
expulsin de jvenes del sistema. En Centroamrica, Mxico y el Caribe,
a la par de esos factores, se destaca la incidencia
desestabilizadora de las pandillas y el narcotrfico, que acosan a
alumnos y docentes con extorsiones y amenazas de muerte, a veces
concretadas. (Rodrguez, 2010)
Ms all de las particularidades esbozadas, se reconoce en el
continente un problema comn: la vigencia gen-eralizada de una
cultura de la violencia, que lleva a que prcticamente todos los
conflictos (hasta los ms aco-tados e irrelevantes) se solucionen
por vas violentas
Por: Marlon Esquivel
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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(Rodrguez, 2010, p. 3). Es esta actitud violenta con que se
encaran las relaciones interpersonales la que hay que de-construir
y transformar desde la educacin; pero siempre a partir de entender
sus complejidades y sin caer en simplificaciones falsas ni en
estereotipos estig-matizadores, ambos inefectivos.
Existe una relacin de doble va entre convivencia y seguridad en
el ambiente escolar y EDH. Por un lado, si los actores se sienten
tranquilos y protegidos dentro del centro escolar e interacten de
manera respetuosa, se favorece el aprendizaje de los derechos
humanos de manera implcita, prctica, porque estos aspectos son
parte del poderoso currculo oculto del sistema educa-tivo. El buen
convivir diario muestra valores y actitudes de derechos humanos en
accin, aunque no se los de-sarrolle tericamente. Como comprueba la
psicopeda-goga, los nios aprenden ms de la observacin que de la
exhortacin y, por ello, el reconocimiento de sus derechos en la
educacin facilitar extremadamente la educacin en materia de
derechos humanos (Toma-sevsky, 2003). Por otra parte, hay
influencias en sentido contrario. Si los actores educativos se
forman con am-plitud y sistematicidad en derechos humanos, su
comp-
rensin va modelando en la cotidianeidad interacciones ms
pacficas, respetuosas y seguras para todos, porque el nfasis de esa
formacin se pone justamente en los valores, actitudes y
comportamiento que deben regular los vnculos entre sujetos de
derecho.
En suma, si en la escuela se hace EDH, se estarn pro-moviendo la
convivencia y seguridad, y viceversa. Ambos aspectos crecern a la
par, o se deteriorarn a la par. Por eso, si una dimensin de la vida
escolar es deficitaria (como pasa cuando se producen incidentes
reiterados de alguna forma de violencia), una estrategia pedaggica
pertinente y slida es trabajar desde la otra dimensin: educar en
derechos.
Programa Nacional de Convivencia en los Centros Educativos
(Programa Convivir) Costa Rica
El Ministerio de Educacin Pblica y la Presidencia de la Repblica
de Costa Rica crearon este programa en 2011 con el objetivo de
promover el desarrollo de estrategias o planes para fortalecer las
relaciones de convivencia en todos los centros educativos del pas.
Con su aplicacin gradual pero sostenida se preten-de fomentar
relaciones sociales basadas en el respeto, la cultura de paz, el
reconocimiento y disfrute de la diversidad, la participacin y el
sentido de pertinencia. En cada centro educativo se crea un grupo
de trabajo para formular su propia estrategia, segn su reali-dad y
necesidades. Lo forman el Director, un docente, un orienta-dor y
dos representantes estudiantiles elegidos por la Asamblea de
Representantes del Centro. El MEP slo orienta el trabajo de estos
grupos mediante la elaboracin de una gua para la formulacin de la
estrategia y otros materiales de apoyo.
Ms informacin por favor click aqu
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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Cmo contribuye la EDH a construir convivencia democrtica y
solidaria, y a prevenir o intervenir frente
a las violencias en la escuela?
El trabajo de EDH, en cualquier nivel (primario, se-cundario o
superior) y modalidad educativa (formal o no formal), debe avanzar
por tres caminos paralelos: la enseanza-aprendizaje de informacin y
conocimientos sobre derechos humanos dimensin cognoscitiva, de
valores y actitudes coherentes con los derechos hu-manos dimensin
axiolgica o tica, y de destrezas o competencias para la accin en
defensa de los derechos humanos dimensin operacional o pragmtica.
Estos son los tres componentes o categoras de contenidos de la EDH,
todos igualmente importantes y necesarios. Como los pies de un
trpode, slo juntos pueden crear y sostener en los educandos
prcticas de conducta ti-
ca, crtica y transformadora. (Conferencia Mundial de Derechos
Humanos de Viena, 1993)
En cuanto a informacin y conocimiento, la EDH en-sea a
comprender conceptos, historia, normas e in-stituciones de derechos
humanos y democracia. Frente al cmulo de informacin que circula en
el mundo contemporneo, estar a la deriva o ser presa fcil de
manipulacin el ciudadano que no maneje con propie-dad las categoras
fundamentales de cultura poltica; los principios y garantas
constitucionales; las bases fi-losficas y jurdicas de los derechos
humanos; su nor-mativa, sistemas de tutela y mecanismos de
exigibilidad y los principios, instituciones y procedimientos del
Es-tado de Derecho, entre otros tantos desarrollos del sa-ber en
esta materia, as como tambin el contexto y los sucesos que
influyeron en cmo evolucion el recono-cimiento (o la violacin) de
los derechos humanos en el mundo, la regin y el pas. Esto es parte
de lo que debe ensearse.
Respecto a valores, la EDH cultiva aqullos de naturale-za
universal que sustentan la dignidad de la persona y a la vez
promueve actitudes coherentes con ellos. Los
Escuela Abierta Brasil
Programa creado por UNESCO que desde el ao 2000 se viene
implementando en Brasil, impulsado por el Gobierno de este pas. Se
basa en una idea sencilla: dejar los centros educativos de primaria
y secundaria abiertos los sbados y domingos para que los nios y
jvenes tengan opciones de recreo y no estn en las calles expuestos
a situaciones de violencia. Los fines de se-mana, miles de colegios
ubicados en zonas de vulnerabilidad social ofre-cen actividades
educativas, culturales, deportivas y de formacin para el trabajo y
la generacin de recursos a sus estudiantes y a los vecinos del
barrio Por esta va redujeron los ndices y la percepcin de violencia
en sus comunidades. Ms tarde fue adoptado por otros pases de la
regin como Mxico, Guatemala y Panam.
Ms informacin por favor click aqu
IV. Construccin de convivencia y prevencin de la violencia con
enfoque de DDHH
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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Caribbean Vizion (Visin Caribea) y su Programa Educulture
(Educultura) - rea del Caribe
Es una ONG fundada en 2001 por Choc`late Allen, nativa de
Trinidad, a fin de promover la cooperacin cultural y educativa
entre los pueblos del Caribe y sus gobiernos. Se propone
desarrollar la autoestima y el pleno potencial juvenil; combatir
los prejuicios y estereotipos hacia los jvenes, y estimular su
partici-pacin en la vida educativa y comunitaria para impulsar
cambios culturales en favor de la resolucin no violenta de
conflictos y el respeto a la diversidad. Educulture une
creativamente danza, msica, canto, drama, poesa, artes visuales y
lenguaje, impregnados de sensibilidad caribea, a travs de los
cuales un elenco de artistas y educadores se acercan a escuelas y
comunidades para entretener e informar a los jvenes sobre asuntos
cotidianos como HIV/SIDA, violencia, embarazo infantil y drogas,
entre otros muchos que les conciernen. Ms informacin:Organizacin de
Estados Americanos, OEA (2011).Towards a culture of non-violence:
the role of arts and culture. Field kit. Pgs. 29-33. En: por favor
click aqu
valores centrales de derechos humanos son esenciales para
construir y consolidar sociedades democrticas y pacficas: el
respeto a la vida y a la integridad fsica y psicolgica, la
identidad y la autoestima, la valoracin y el cuidado del Otro y
Otra, la no discriminacin, la libertad, la igualdad, la justicia,
la solidaridad, la partic-ipacin y el desarrollo humano. Son
esenciales porque lo que aprendemos a valorar y lo que nos
predispone emocionalmente a actuar es, en ltima instancia, lo que
guiar nuestras conductas diarias presentes y futuras, en cualquier
momento y lugar.
En cuanto a destrezas o competencias para la accin, la EDH
desarrolla mltiples capacidades cuyo domin-io hace posible
intervenir con autonoma y eficacia en las dinmicas ciudadanas para
ejercer y defender dere-chos. Por ejemplo, destrezas como las de
comunicacin oral y escrita, dilogo, procesamiento de informacin,
pensamiento analtico y crtico, argumentacin lgi-ca, toma de
perspectiva y comprensin de diferentes puntos de vista, negociacin,
resolucin de conflictos, trabajo grupal, organizacin comunitaria y
peticin a las autoridades, por mencionar algunas especialmente
crticas. Dos dcadas de trabajo terico y experiencias
de EDH en nuestro continente y el mundo, demuestran que educar
eficazmente en derechos humanos requiere movilizar el intelecto,
los sentimientos y la voluntad de accin de las personas educadores
y educandos a la par para defender los derechos humanos, propios y
de los dems, sin excepciones. Debe ser una labor in-tegral, como
integrales somos los seres humanos. (UN, 1994, 2005; Reardon, 1995;
Rodino, 2001)
Muchos de los ejemplos citados de contenidos de con-ocimientos,
valores, actitudes y capacidades para la ac-cin pueden incorporarse
o fortalecerse de manera rp-ida y sencilla en los currculos
explcitos de la regin, porque no siempre exigen modificaciones
curriculares propiamente dichas. Slo se requiere que las
autoridades educativas identifiquen en los programas de estudio los
contenidos ya existentes que podran enriquecerse con un enfoque de
derechos humanos; elaboren directrices a fin de que directores de
centros y docentes incorporen este enfoque, y dispongan la
preparacin de materiales didcticos y cursos de formacin para que
los docentes en servicio puedan aplicarlo. Si los programas de
estu-dio muestran lagunas sustanciales en la materia (es de-cir, un
fuerte curriculum nulo de DDHH), entonces se
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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requerir avanzar en un reforma curricular que corrija
deficiencias y ausencias.
Los contenidos de EDH se ejemplificaron aqu de mane-ra general
por razones de espacio, pero cada uno de el-los puede y debe
desglosarse en detalle a fin de guiar la enseanza en las aulas. Es
recomendable consultar al-gunas propuestas relevantes de matrices
de contenidos para introducir progresivamente contenidos de EDH en
la educacin bsica segn la edad de los estudiantes: dos esbozos
sintticos para edades desde la primera in-fancia hasta la juventud
(Reardon, 1995 y UNOHCHR, 2004) y una ms pormenorizada, para el
perodo de edad de 10 a 14 aos (IIDH, 2006). Esta ltima es una
herramienta muy til a los efectos tanto de evaluar la cantidad y
profundidad de los contenidos de EDH que ya estn en los programas
vigentes, como de proyectar los que todava no estn.
Si bien Amrica Latina avanz mucho en incorporar a la EDH en sus
sistemas escolares, falta consolidar estos progresos, extenderlos y
profundizarlos. El esfuerzo de investigacin ms sistemtico y
sostenido de la regin, la serie de Informes Interamericanos de la
EDH (IIDH,
2002 a 2011) comprob que hoy la EDH est presente como meta
explcita en la legislacin de 17 pases (en constituciones, leyes de
educacin y resoluciones de ministerios de educacin) y que los
contenidos de dere-chos humanos y democracia se vienen incorporando
en forma creciente en los currculos de la educacin pri-maria y
secundaria. Entre estos ltimos destacan por su amplitud y
reiteracin los referidos a la diversidad (tnica, religiosa,
lingstica y cultural), su valor para la sociedad y el rechazo de
toda forma de discriminacin. No obstante, las referencias
curriculares a derechos humanos y democracia a menudo parecen ms
sim-blicas que reales, debido a varias tendencias recur-rentes, por
ejemplo: (i) estos conceptos no se analizan a fondo (definicin,
principios y fundamentos, rasgos caractersticos, distintas
interpretaciones, etc.); (ii) la informacin y el anlisis histrico
son dbiles (cmo la humanidad construy las nociones de democracia y
derechos humanos y cmo evolucionaron en el tiempo; sus hitos
histricos y los eventos clave en las lucha por los derechos humanos
en el mundo, en el continente y en cada pas); (iii) se citan poco o
nada a personas de-stacadas que lucharon por los DDHH y la
democracia en el pasado y el presente, en el mundo, el continente
y
La transformacin de una ciudad: Medelln, Colombia
En los aos noventa, despus de dos dcadas de accin criminal del
narcotrfico y los paramilitares, la segunda ciudad de Colombia
estaba agobiada por una violencia imparable. En 2004, Medelln
moviliz a la ciudadana tras una plataforma de inclusin social y de
apuesta por la educacin, la cultura y las artes como estrategia de
desarrollo y combate a la violencia. Increment notablemente el
presupuesto educativo, hizo grandes inversiones en arte y cultura
(museos y bibliotecas pblicas), reconect las zonas ms deprimidas de
las colinas aledaas con el resto de la ciudad a travs del
transporte pblico, revita-liz los espacios pblicos con arquitectura
ambiciosa e inspiradora e impuls el crecimiento a travs de
micro-prstamos para pequeas empresas. Medelln es hoy una ciudad
transformada.
Ms informacin:Organizacin de Estados Americanos, OEA
(2011).Towards a culture of non-violence: the role of arts and
culture. Field kit. Pgs. 18 a 22. En: por favor click aqu
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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cada pas, y (iv) no se incluyen, o muy poco y ocasional-mente,
casos de violaciones masivas de derechos en la historia reciente
del mundo, el continente y cada pas. (IIDH, 2008; Rodino, 2012)
Tambin se observa (IIDH, 2008, 2009; Rodino, 2012) que los
programas de estudio ponen mayor nfasis en el estudio de las normas
de derechos humanos que en las instituciones encargadas de
protegerlos nacionales y supranacionales, desbalance que lleva a
cuestion-arse cunto hace la escuela para ensear la necesaria
articulacin entre normas e instituciones, porque en la vida real
unas no funcionan sin otras. Obviar el funcio-namiento de las
instituciones reduce las normas a una abstraccin y obstaculiza el
desarrollo de capaci-dades en los estudiantes para hacer exigibles
sus derechos, que es uno de los grandes objetivos de la EDH. En
conjunto, la informacin de nivel supranacional es insat-isfactoria.
Sobre todo, la referida a organizaciones regionales e
internacio-nales de cooperacin y promocin de derechos humanos (OEA,
ONU, UNESCO y UNICEF) es apenas moderada, demasiado escueta dada su
importancia. An sin agotar aqu los resultados de la investigacin
regional, es evidente que todava queda bastante camino por recorrer
para que la EDH aporte al currculo de la educacin formal su
potencial transformador pleno.
Hay otro aspecto de la vida de la escuela que ha mostrado tener
gran influencia en la formacin infantil y juvenil, aunque las
polticas educativas tienden a prestarle poca atencin. Se trata de
las comnmente llamadas activi-dades extracurriculares o currculo
complementario, espacios de accin estudiantil distintos de las
asignatu-ras, a cargo de algn docente pero por lo general
opta-tivos para los alumnos. Son ejemplos las organizaciones
estudiantiles, las competencias deportivas intra e inter-
institucionales y una diversidad de actividades artsti-cas,
sociales y comunitarias que impulsan los centros escolares
(proyectos de extensin a la comunidad, ferias y bailes, formacin de
conjuntos musicales, conciertos y puestas de teatro, exposiciones
de artes plsticas o per-formativas, entre otras). Estas actividades
son especial-mente apropiadas para incorporar los principios,
va-lores, actitudes y competencias de derechos humanos de manera
prctica y vivencial y, bien orientadas, pueden constituirse en
fructferas experiencias de EDH no for-mal. (Holden y Clough,
Eds,1998). Si bien existe litera-tura general sobre estas
actividades, deberan estudiarse ms a fondo con perspectiva de EDH
para aprovechar-las al mximo. La oportunidad est disponible y
slo
resta utilizarla. Existe un estudio en 17 pases latinoamericanos
sobre la normativa de las organizaciones de alum-nos en la escuela
pblica, que analiz en qu medi-da se las conceba como gobiernos
estudiantiles, es decir, espacios de partic-ipacin, representacin,
deliberacin y decisin del estudiantado dentro de los centros
escolares,
lo cual significaba reconocer su potencial para ejercer y
aprender derechos humanos. (IIDH, 2007) El estudio encontr que en
el perodo 1990-2007 se produjeron progresos importantes en 16 de
esos pases y que los cambios evolucionaron en sentido claro hacia
(i) ad-mitir el derecho a la participacin del estudiantado en la
vida de la escuela; (ii) constituir cuerpos colegiados de
representantes estudiantiles a distintos niveles (de aula, de grado
y de institucin); (iii) aumentar espacios para la deliberacin y
decisin de los estudiantes, y (iv) ar-ticular la interaccin de los
representantes estudiantiles con representantes de otros estamentos
de la comuni-dad educativa (maestros, administradores educativos,
padres de familia). En la dcada del 2000 tambin se ampliaron los
fundamentos de esta normativa apoyn-dola en principios, valores y
actitudes de derechos hu-
Por: Marlon Esquivel
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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manos y, ms recientemente, tambin en capacidades para el
ejercicio de derechos. Se constata que los Min-isterios de Educacin
asignan responsables del mismo centro educativo para orientar el
funcionamiento de los gobiernos estudiantiles y le dan seguimiento;
pero dis-ponen escasa o nula asignacin de recursos.
A partir de los documentos analizados, el panorama de los
gobiernos estudiantiles es prometedor. Para conoc-er cunto de su
potencial se materializa debe verse qu pasa en la realidad de las
escuelas. Hace falta investi-gacin local de campo: etnogrfica,
anlisis de casos y relevamiento de las percepciones y valoraciones
que hacen los propios participantes, alumnos y alumnas. Tambin
queda camino por recorrer en el continente en cuanto al desarrollo
de pedagoga y construccin de capacidades de organizacin,
comunicacin y accin estudiantil. En este sentido, autoridades,
educadores y estudiantes deben seguir trabajando para explotar sus
posibilidades, evitar sus desviaciones y rechazar sus
fal-sificaciones. (Rodino, 2010)
En cuanto a la cultura escolar y las relaciones institucio-nales
e interpersonales entre los actores educativos, la
introduccin de la EDH opera como un poderoso catal-izador4. Se
trata de ensear a utilizar los derechos hu-manos como un lente para
observar la realidad. Esto es, para auscultar y evaluar las
prcticas cotidianas en todos los lugares, momentos y actividades
escolares en las aulas y tambin en corredores, patios y baos;
duran-te clases as como durante recreos, refrigerios, deportes y
actividades sociales; de estudiantes con docentes y personal de
servicio del centro, entre estudiantes, y de autoridades y docentes
con padres y madres de familia. Un fenmeno que tiende a filtrarse
sutilmente en estas prcticas es el de la discriminacin en sus
muchas man-ifestaciones (sexismo, racismo, etnocentrismo,
xenofo-bia, homofobia, etc.), que si se extiende con impunidad se
convierte en una justificacin para irrespetar dere-chos y acudir a
la violencia. La EDH aporta probadas herramientas para sensibilizar
hacia este fenmeno multifactico y daino, exhibir sus porfiadas y
variadas formas, ensear a deconstruir prejuicios y estereoti-pos,
forjar percepciones tolerantes, cultivar la empata, valorar la
diversidad, y capacitar en procedimientos
4 Es lo que la literatura llama incorporar los DDHH en la
edu-cacin, o enfoque de la educacin basado en los DDHH, o incidir
en el currculo oculto (ver seccin 3).
Dignity in Schools Campaign (Campaa por la Dignidad en las
Escuelas) Estados Unidos de Amrica
Es una coalicin nacional de padres y madres de familia, jvenes,
educadores y activistas para oponerse al problema sistemtico de
expulsin de jvenes de las escuelas y para abogar por el derecho
humano de todos los nios y nias a recibir una educacin de calidad y
a ser tratados con dignidad. La campaa cuestiona la tradicional
disciplina de mano dura, tolerancia cero, castigo y remocin del
centro escolar que, tal como demuestra la investigacin, termina
convirtindose en una va directa que echa a los nios de las escuelas
para arrojarlos al sistema de justicia penal. Promueve alternativas
de buenas prc-ticas disciplinarias para promover ambientes de
aprendizaje seguros y pro-ductivos, que reduzcan conflictos y
optimicen el aprendizaje. Sostiene que el estudiantado, los padres
y madres y los educadores tienen derecho a participar en la toma de
decisiones de poltica disciplinaria en las escuelas.
Ms informacin por favor click aqu
Por favor click aqu
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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para negociar diferencias y conflictos. Es especialmente
iluminador su anlisis de la potencialidad constructiva del
conflicto, si se aprende a resolverlo a travs del len-guaje y la
razn en oposicin al uso de la fuerza. (Rod-ino, 2008)
Cmo contribuye la EDH desde su metodologa?
La preocupacin por incluir los derechos humanos en la educacin
formal debe ir de la mano con la preocu-pacin por su metodologa de
enseanza. La metod-ologa es siempre clave para lograr aprendizajes
de calidad en cualquier dis-ciplina movilizadores, significativos,
aplicables, perdurables; pero en el caso de los derechos humanos es
crtica. Por tratarse de un saber que alude directamente a la
condicin humana, el cmo se lo aborde debe ser coherente con la
dignidad humana. Qu prcticas prevalecen en los sistemas escolares
de Amrica Latina en cuanto a metodologa pedaggica? Las
investigaciones indican que en la ltima dcada se vienen
producien-do desarrollos importantes, que reflejan un esfuerzo de
cambio en las estrategias didcticas para ponerlas en sintona con
los avances de la teora y la investigacin psicolgica. Se est
produciendo una transicin de las estrategias tradicionales,
centradas en la transmisin acumulativa de informacin fctica
(enciclopedismo) o bien en la modificacin mecnica de conductas a
par-tir de esquemas estmulo-respuesta (conductismo), en favor de
estrategias centradas en los estudiantes como protagonistas del
aprendizaje y en sus procesos de de-scubrimiento y construccin del
conocimiento (psi-cologa cognoscitiva o constructivismo). (IIDH,
2010)
Actualmente se constatan en los programas de estudio planteos de
base constructivista y recomendaciones de estrategias acordes. Pero
la investigacin tambin recon-oce que hay una gran distancia entre
la posicin terica oficial y lo que ocurre en las aulas. En muchos
contextos subsiste la tradicional metodologa expositiva, apoyada en
el discurso del profesorado experto, frente al cual el estudiantado
cumple un rol pasivo de consumidor y re-productor de informacin que
recibe ya procesada. La EDH exige revisar esta arraigada prctica.
Uno, porque es ineficaz, pedaggicamente poco productiva. Dos,
porque aliena al estudiantado de la escuela, hacindolo sentir en un
espacio muy distante de sus necesidades e intereses, ajeno y
aburrido. Contribuye as a su desin-ters y propicia el fenmeno de la
desercin escolar (que es, en realidad, una expulsin por parte del
siste-ma), sobre todo en la adolescencia. Tres, porque esta
prctica es insensible a la consideracin de los estudiantes como
sujetos de derechos y, no pocas veces, resulta antidemocrtica y
hasta violadora de derechos.
Ante todo, hay que ten-er claro que no hay una nica corriente
que, por s sola, responda a todas las necesidades de ed-ucar en
conocimientos, valores, actitudes y ca-
pacidades para la accin que se propone la EDH. Las teoras
psicolgicas cognoscitivas y pedaggicas activas y crticas ofrecen
muchas contribuciones, pero no una propuesta nica, acabada y
exhaustiva lo cual es sa-ludable, porque impide tomarla como una
receta infal-ible. Ofrecen, s, muchos principios orientadores.
Entre ellos: guiar las acciones educativas por los valores de
los
derechos humanos, la democracia y la paz, buscan-do coherencia
entre los contenido de enseanza y el mtodo pedaggico;
movilizar la reflexin y la accin conciente, pro-moviendo el
autoexamen crtico de las actitudes y conductas personales de
educador y educandos a la
V. La importancia del mtodo educativo
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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luz de los valores de derechos humanos; propiciar procesos que
conduzcan a aprendizajes,
en lugar de transmisin mecnica de informacin (concepcin
bancaria) o bsqueda de respuestas preconcebidas (concepcin
conductista estmu-lo-respuesta);
cultivar el dilogo y promover la participacin efec-tiva de los
educandos en sus procesos de aprendiza-je utilizando modalidades
activas e involucradoras;
comprender a los sujetos que aprenden como seres integrales, con
percepciones, ideas, juicios y pre-juicios, emociones, afectos,
espritu ldico, volun-tad de accin, y apelar a todas las dimensiones
de su personalidad, incluyendo lo subjetivo y lo afectivo;
vincular contenidos y actividades educativas a la realidad
cercana de los destinatarios, con el fin de hacerlos significativos
para ellospsicolgica y so-cialmente;
problematizar el conocimiento, enseando a identi-ficar y
analizar conflictos;
asumir los conflictos como posibilidades de apren-dizaje y
ensear a negociarlos constructivamente y
potenciar al grupo como un espacio de aprendizaje y de
cooperacin. (Rodino, 2001)
Este sinttico punteo ilustra la potente contribucin que puede
hacer la EDH ms all de sus contenidos en sentido estricto y sugiere
lineamientos de poltica en el orden metodolgico, para la formacin
de educadores y la elaboracin de materiales didcticos. En cuanto a
responder al problema particular de la vio-lencia escolar y de la
cultura de la violencia en general, hay algunas observaciones
especficas que considerar. Se ha probado que no son efectivas sino
contrapro-ducentes las estrategias puramente represivas (tipo mano
dura, tolerancia cero o formacin siguiendo el modelo militar), ni
las dirigidas de modo focaliza-do a jvenes vulnerables o a
rehabilitar infractores y pandilleros. (Rodrguez, 2010; Abad y
Gmez, 2008; Krauskopf, 2006). Al contrario, las estrategias que
logran ms y mejores resultados son aquellas basadas en enfoques
preventivos, dirigidas a los y las jvenes en general (o sea,
inespecficas), buscando desarrollar una cultura de paz y derechos
humanos en la escuela y la so-ciedad. Se identifican como factores
de xito la promo-
cin del trabajo en equipo, el reconocimiento de los y las
estudiantes como jvenes y como sujetos de derecho, la vinculacin de
la educacin y el mundo del trabajo, la formacin ciudadana y en
resolucin de conflictos, y la presencia en la escuela de
especialistas complemen-tarios al docente (orientadores pedaggicos,
consejeros estudiantiles, etc.) (Acosta, 2008; Abramovay,
Coordi-nadora, 2009).
Los resultados de investigacin sealan la importan-cia de
construir polticas educativas de prevencin de posibles violencias,
dirigidas a la totalidad del estudi-antado y orientadas a mejorar
el clima escolar y la convivencia diaria, con sustento en valores y
princip-ios de derechos humanos, cultura de paz, ciudadana
democrtica y apoyadas en el desarrollo de la autoes-tima y en
capacidades de comunicacin y relacin in-terpersonal. (IIDH, 2011)
En estas lneas de accin, la EDH hace aportes insustituibles.
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Aporte de la EDH a la construccin de una convivencia escolar,
democrtica y solidaria Volumen 2 - Octubre 2012
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