147NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera
2009.ABSTRACT:Inthisarticle,thecharacteristicsof
Generation1898areanalyzedinselectedworks of its most signicant
writers, Miguel de Unamuno and Pio Baroja. A comparative study of
their main ideas and concerns in those works with a special
emphasisplacedontheirsimilaritiesanddiffer-ences will be addressed.
The common theme for this critical analysis is to demonstrate the
impor-tance of existentialism in their novels. Examples
ofthisinuenceareseenintheiruseofadark and tragic esthetic,
monologue and introspection as stylistic tools, the protagonist as
creator of his owndestiny,aswellashiscontinuousstruggle with the
other characters. The plot in these novels
addressesethicalissuesaswellasallowingthe
readertocontemplatetheroleoftranscendence and the meaning of
death.KEYWORDS: Generation of 1898, existencialism, comparative
literature, Unamuno, Baroja.EL SENTIMIENTO TRGICODEUNAMUNO Y
BAROJAEdgar Vite*RESUMEN: El autor examina las caractersticas de la
Generacin del 98 por medio de una seleccin de textos de dos de sus
representantes ms signi-cativos:MigueldeUnamunoyPoBaroja. A partir
de un estudio comparativo, analiza los temas principales de sus
novelas y las preocupaciones que los guan, poniendo especial nfasis
en sus seme-janzasydiferencias.Elhiloconductordeeste
anlisiscrticoconsisteenrastrearlainuencia del existencialismo en
sus novelas. ste se reeja en la obra de ambos escritores mediante
una esttica trgica y sombra, y el monlogo y la introspeccin
comorecursosestilsticos;elprotagonistase presenta como forjador de
su destino, adems de mostrarse en una lucha constante con el resto
de los personajes. La trama de sus novelas suele guiarse por una
serie de implicaciones ticas, adems de
hacerreexionarallectorsobreellugardela trascendencia y el sentido
de la muerte.PALABRAS CLAVE: Generacin del 98, existencia-lismo,
literatura comparada, Unamuno, Baroja.RECEPCIN:16 de enero de
2008.ACEPTACIN:17 de abril de
2008.*DepartamentoAcadmicodeEstudiosGene-rales, ITAM.ITAM Derechos
Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr
hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por
escrito.148NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera
2009.QuierocomenzarsituandoaPo Baroja y a Miguel de Unamuno como
pensadores y novelistas copartcipes de la crisis moral de Espaa en
1898, la cual no slo gener en ellos una postura intelectual, sino
que les dio lasarmasparareexionarentorno al sentido de la vida y de
su propia existencia.Enelfondo,ambosen-contraron una conguracin
trgica de la vida, desde la que propusieron su respuesta personal.1
MigueldeUnamunoentabl una constante lucha en contra de una
concepcinabstractadelmundoy delhombre.Paraellsofovasco, lo ms
importante era la propia exis-tenciaynolareexinsobreella,
aunque,paradjicamente,dedic EL SENTIMIENTO TRGICODE UNAMUNO Y
BAROJASi del todo morimos todos, para qu todo? Para qu? Es el para
qu? de la Esnge, que nos corroe el meollo del alma, es el padre de
la congoja, la que nos da el amor de esperanza.Miguel de Unamuno,
Del sentimiento trgico de la vida1 Aunada a la crisis econmica y
social, es necesario considerar tambin una crisis ideolgica e
intelectual, que no era exclusiva de Espaa, sino que fue comn al n
de siglo en Europa. Sobre este punto, Pedro Cerezo nos muestra que
la crisis del 98 y el movimiento intelectual correspondiente a la
misma, no fue un evento local, ni aislado, sino
querespondeaunasensibilidadydecadencia
compartidas.Porestarazn,aCerezoleparece ms adecuada la
interpretacin de Baroja sobre su poca que la de sus contemporneos:
A mi juicio, Baroja fue ms perspicaz al poner el sello
caracte-rstico de su generacin, no tanto en el problema de Espaa
como en una situacin espiritual afn a toda Europa, que se anunciaba
tanto en el moder-nismo literario como en el tragicismo losco.
Elverdaderoepicentroespiritualdelacrisisdel
98,porseguirutilizandoellenguajeorteguiano,
noprovenadelamitologanacional,encontra
deloquecreaOrtega,sinoquetrascendicon mucho la circunstancia
espaola, provocada por el Desastre, para inscribirse en la otra
crisis espiritual que se extendi por la Europa nisecular como la
gran sombra de la cultura ilustrada. Pedro Cerezo, La doble crisis,
ideolgica e intelectual, del 98, en Leopoldo Zea y Ma. Teresa
Miaja, comps., 98: Derrota prrica, 2000, Mxico, FCE.ITAM Derechos
Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr
hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por
escrito.149NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera
2009.granpartedesuvidayobraaesta
actividad.Unamunopresentaunplan-teamientoantropolgicoquedeja
deladotodaconcepcinidealdel hombre para ofrecernos una
loso-faexistencial:quinmejorpara reexionar sobre su propia vida,
sino aqul a quien ms le concierne? Por estaraznparaUnamunoloms
importanteeselhombreconcreto, el ser humano particular.As lo leemos
en Niebla cuando hablan Augusto y don Avito:S Augusto, s prosigui
don Avito; la vida es la nica maestra delavida;nohaypedagogaque
valga.Sloseaprendeavivirvi-viendo,ycadahombretieneque
recomenzarelaprendizajedela vida de
nuevo.2Porsuparte,laintrospeccin no es un estado ajeno a Po Baroja,
para quien la reexin en torno a la propia existencia adquiere un
lugar central. En el caso de este otro autor
vasco,encontramosensusnovelas una forma de autoconocimiento, que en
lugar de brindarnos la tranquilidad deunarespuesta,nosllevaauna
cierta sensacin de vaco e inclusive de desesperacin.
Deestemodoescomo Andrs Hurtado, el protagonista de El rbol de la
ciencia, comienza a descubrir loangustiosaquepuederesultarla
reexin,sobretododelapropia existencia:Fueradeaquellosmomentos
[...]elestudio,lasdiscusiones,la casa, los amigos, sus correras
[...] mezcladoconsuspensamientos, le daba una impresin de dolor, de
amargura en el espritu. La vida en general, y sobre todo la suya,
le pare-ca una cosa fea, turbia, dolorosa e indomable.3Partiendo de
la nocin de exis-tencia e introspeccin, Unamuno se
enfrentaalracionalismo,puespara llafacultadintelectualnoeslo
esencial en el hombre. De hecho, le parecequesonmsindispensables
los sentimientos, los impulsos y las pasiones, es decir, todo
aquello que nos mueve por dentro, que nos ani-ma o nos deja sin
aliento, marcando elsentidodelapropiavida,como cuando se sufre la
prdida de un ser querido.Estoesloquenosreeja don
AvitoenNiebla,cuandohabla de la muerte de su hijo:Desde que mi
pobre Apolodo-ro,mivctimayaldecirestole llorabalavozmuri,esdecirse
mat, no hay ya presente posible, no hay ciencia ni realidad que
valgan 2 Unamuno, Niebla, 1995, Madrid, Castalia, p.
152.3PoBaroja,Elrboldelaciencia,1985, Madrid, Ctedra, p. 60.ITAM
Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo
se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por
escrito.150NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.para m, no
puedo vivir sino recor-dndole o
esperndole.4Ladolorosaintrospeccines compartidaporBaroja,paraquien
la fraternidad y la compasin pare-cen haberse perdido totalmente.
En esta medida no slo nos muestra un marcadodistanciamientoentrelos
seres humanos, sino el terrible dao que podemos causarnos. Para
dicho autor,lasociedaddesupocase corrompiporsufuerteegosmo;la
sociedadespaolaperdidevista lamsmnimanocindedignidad humana. Esto
se aprecia, contradicto-riamente, en personajes cuyo contacto con
los otros resulta esencial:El mdico de la sala, amigo de Julio, era
un vejete ridculo, con unas largas patillas blancas. El hombre,
aunquenosabagrancosa,quera darse aire de catedrtico, lo cual a
nadiepodapareceruncrimen;lo miserable,locanallescoeraque
tratabaconunacrueldadintila aquellasdesdichadasacogidasall y
maltratadas de palabra y de obra.5Dicha deshumanizacin va a dar
lugar a una serie de situaciones dra-mticas, donde encontramos que
el benecio individual ser perseguido a cualquier costo, aun en
perjuicio de alguien ms. Po Baroja nos
presen-tacasosconcretosdondeseusaal prjimo sin el menor escrpulo.
As es como Aracil, uno de los compa-eros de Hurtado, se aprovecha
de la pobreza de una joven, sin importarle el dao que pueda
causarle:Te vas a casar con ella despus?Quitadeah,hombre!Nosera mal
imbcil.Pero has inutilizado a la muchacha.Yo! Qu estupidez!6Un tema
comn en ambos autores es el de la naturaleza contradictoria.
SegnUnamunolossereshuma-nosnosconstituimosporprincipios opuestos,
pues somos un alma ence-rrada en un cuerpo; no somos seres
acabados, y por eso, vivimos en una constante dialctica; pero lo
trgico no es que las necesidades nos aten al cuerpo, ni que las
pasiones alteren la direccin de nuestras acciones, sino ms bien que
nuestra propia naturale-za est fragmentada. Podemos mover-nos en
ambos planos, el ms alto y el ms bajo; somos seres limitados, que
se proyectan al innito.Lacontradiccinnotermina aqu; Miguel de
Unamuno se reere tambinalaclaraoposicinque
existeentreraznysentimientos, entre nuestra experiencia del mundo
ynuestrasideassobreelmismo. 4 Unamuno, Niebla, op. cit., p. 152.
5PoBaroja,Elrboldelaciencia,op. cit., p. 79.6 Ibid., p. 92.ITAM
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se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por
escrito.151NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera
2009.Unamunoseinclinamsporlos sentimientosyestosedebeaque
laraznporssolalepareceinsu-ciente. El lsofo espaol plantea que la
razn es lo opuesto a la vida; la razn,en su opinin, da muerte a la
vida. En sus palabras:Por cualquier lado que la cosa se mire,
siempre resulta que la razn se pone enfrente de ese nuestro anhelo
de inmortalidad personal, y nos le contradice.Yesque,enrigor,la
razn es enemiga de la vida.7LacrticadePoBarojaala conanza ciega en
la razn no slo hace referencia a la ciencia, sino tam-bin apunta a
un estancamiento del conocimiento,porquestetermina
reducindosealarepeticinde ciertos modelos obsoletos. Desde su
perspectiva, la ciencia fracasa y por tanto el progreso que le
adjudicamos no es ms que una ilusin. Un claro
ejemplodeestoeselmomentoen que muere el hermano menor de Hur-tado,
a pesar de todos sus esfuerzos por salvarlo:Andrs escribi a su
padre y a Margarita. Cuando recibi la carta de su hermana, pudo
seguir la marcha de la enfermedad de Luisito. Haba tenido una
meningitis tuberculosa, condosotresdasdeunperodo prodrmico, y luego
una ebre alta quehizoperderalnioelconoci-miento; as haba estado una
semana gritando, delirando, hasta morir en un sueo.8La reexin sobre
la existencia se conecta con el tema de la persona-lidad. Al
respecto, Unamuno sugiere que no slo se trata de averiguar qu
somos, sino quines somos. Para l la pregunta correcta no es qu es
el hombre?, sino quin soy yo? El primersntomadeestecuestiona-miento
es la angustia que sentimos frentealabismodelapropiaexis-tencia.En
Po Baroja el descubrimiento de la personalidad nos pone a
prue-ba,puesdudamossobreelcamino quedebemostomar.Esteconicto
senospresentadeformapalpable en la lucha interna que lleva a cabo
Hurtado para establecer su lugar en elmundo.Loparticulardedicho
personaje consiste en que se muestra enconstantebatallaconelmundo,
perosobretodoconlosotros.El choque entre su personalidad y la de
los dems resulta inconciliable.Hurtado no se siente identicado
conprcticamentenadaninadiey
estonosrevelaellugardelasole-dadenlaconstruccindenosotros
mismos:7Unamuno,Delsentimientotrgicodela vida, 1964, Buenos Aires,
Losada, p. 85.8PoBaroja,Elrboldelaciencia,op. cit., p. 153.ITAM
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2009.Parallegaralnuevocuarto deAndrshabaquesubirunas escaleras, lo
que le dejaba comple-tamente independiente [...] All se
encontrabaasugusto,solo;deca que estudiaba mejor con aquel
silen-cio; pero muchas veces se pasaba el tiempo leyendo novelas o
mirando sencillamente por la ventana.9Claro que esta bsqueda por la
soledad no slo se debe a la profun-danecesidaddeintrospeccinque
siente Andrs Hurtado, sino tambin alhechodequesurelacinconla
sociedadloobligaaaislarse.No puede sentirse identicado con nada
externo, de hecho lo que est fuera losuelepercibirdeformahostily
desgarradora. Tal escisin hace que se retraiga, que el nico lugar
donde encuentrerefugiosealyporesta razn se vuelve tan
ensimismado.Slo respondiendo a la cuestin
sobrelaidentidadpodremosesta-blecer una direccin en nuestra vida.
Para Miguel de Unamuno la duda es aquello que nos motiva a dar el
gran paso, despus del cual no hay marcha atrs.10 El peso de la
existencia puede serterrible,loquenosrecuerdala
constanteagonaenlaqueseen-cuentra Augusto; agona causada, en ltimo
trmino, por el escepticismo11 que profesa hacia su persona: Yo por
lo menos s de m decirte que una de las cosas que me da ms
pavoresquedarmemirndomeal espejo,asolas,cuandonadieme ve.
Acabopordudardemipropia existencia e imaginarme, vindome
comootro,quesoyunsueo,un ente de ccin... Pues no te mires
as...Nopuedoremediarlo.Tengola mana de la
instrospeccin.12Deaququenosresultetante-rribledejardeser,dejardeexistir.
Para Unamuno la personalidad es lo esencial de cada hombre; por eso
nos resultainconcebiblenuestrapropia muerte. Al lsofo espaol le
parece absurdalanegacindeunomismo 9 Ibid., p. 49.10 El lsofo espaol
nos muestra que la duda es el detonante de la reexin, pero, sobre
todo, nosplanteaqueladudaescondicinnecesaria
delpensamiento.Dealgnmodo,Unamuno sugiere que somos escpticos por
naturaleza y esto se debe al hecho mismo de que somos conscientes
de nuestra propia existencia. As, nos presenta una dialctica que va
de la estaticidad de lo conocido
aldinamismoproducidoporlainquietuddela duda: Y pensar es dudar y
nada ms que dudar. Se cree, se sabe, se imagina sin dudar; ni la
fe, ni el conocimiento, ni la imaginacin suponen duda y hasta la
duda las destruye, pero no se piensa sin dudar. Y es la duda lo que
de la fe y del conoci-miento, que son algo esttico, quieto muerto,
hace pensamiento,queesdinmico,inquieto,vivo, Unamuno, Niebla, op.
cit., p. 223.11 En el caso de Baroja no podramos hablar
tantodeunescepticismo,sinomsbiendeun
desencantodelahumanidad.Hurtadonoduda de su propia existencia, sino
que ms bien pierde la fe en los dems. No es el abismo interno lo
que le resulta terrible, sino el abismo externo. Ser una clara
diferencia entre el planteamiento de Baroja y el de Unamuno.12
Unamuno, Niebla, op. cit., p. 210.ITAM Derechos Reservados. La
reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el
ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.153NOTASEstudios
88, vol. VII, primavera 2009.e inclusive el hecho de que alguien
desee ser otro:Esoesloqueyonoacabo nuncadecomprender,queuno
quieraserotrocualquiera.Querer ser otro es querer dejar de ser uno
el que es. Me explico que uno desee tener lo que otro tiene, sus
riquezas o sus conocimientos; pero ser otro, es cosa que no me la
explico.13Dichoescepticismonoesun planteamientoalejadodenosotros
mismos, no es un conicto ngido, sino el resultado de la propia
existen-cia. El lsofo espaol no considera
quenuestracapacidadracionalnos lleveaunescepticismo intelectual,
sino que dicho escepticismo se deri-vadelchoqueentrelaestaticidad
delpensamientoyeldinamismo inherentealavida. Asloexpresa Augusto:No
es, en rigor, que la razn nos lleve al escepticismo absoluto, no!
La razn no me lleva ni puede lle-varme a dudar de que exista;
adonde la razn me lleva es al escepticismo vital; mejor an a la
negacin vital; no ya a dudar, sino a negar que mi conciencia
sobreviva a mi muerte. Elescepticismovitalvienedel choque entre la
razn y el deseo. Y de este choque, de este abrazo entre la
desesperacin y el escepticismo, nace la santa, la dulce, la
salvadora incertidumbre,nuestrosupremo
consuelo.14Deaqusedesprendeloque Unamunohadenominadocomo
elsentimientotrgicodelavida: setratadeestaresistencia,deesta
escisin entre nuestro deseo de super-vivenciayloslmitesdenuestra
propia naturaleza. Lo ms difcil es resignarnos. Cmo aceptar el
hecho de que algn da dejaremos de vivir,
silopropioeslaexistencia?Este eselcaminoporelcualUnamuno llega al
problema de la inmortalidad del alma y as se cuestiona sobre la
vida futura.Por el hecho de ser mortales nos aferramos a la vida,
pero sobre todo desarrollamos un enorme anhelo por mantenernos en
ella, de ah nuestra bsqueda de eternidad:Eternidad! Eternidad! ste
es el anhelo; la sed de eternidad es lo que se llama amor entre los
hombres, y quien a otro ama es que quiere eter-nizarse en l. Lo que
no es eterno tampoco es real.15Tal deseo de permanencia no debe
entenderse simplemente como conti-nuidad fsica y temporal, sino
como continuidad espiritual. De hecho ste es uno de los puntos
clave del plan-13 Unamuno, Del sentimiento trgico de la vida, op.
cit., p. 14.14 Ibid., p. 109.15 Ibid., p. 40.ITAM Derechos
Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr
hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por
escrito.154NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.teamiento de
Unamuno, pues para l lo que justica la vida es la muerte. Gracias a
que somos conscientes de que vamos a morir, la vida adquiere
unnuevosentido;podemosdecir, incluso, que es entonces cuando todo
adquiere sentido.Alrespecto,encontramosuna clara diferencia entre
el planteamien-to de Unamuno y el de Baroja. Para este ltimo no
existe nada ms all de la vida terrena. Baroja nos habla
continuamentedeesteproblemay no entiende a la muerte como aquello
que da sentido a la vida, sino como una parte ms de nuestra
condicin existencial.ParaPoBarojalamuerteno es ms que un obstculo
para los seres vivos;poresocreequepodemos desdearla. En las novelas
de Baroja encontramoscontinuasreferencias escatolgicas en las que
se muestra el desdndeciertospersonajeshacia la
muerte:Secontabanmuchashistorias como sta, fueran verdad o no, con
verdaderafruicin.Existaentre losestudiantesdeMedicinauna tendencia
al espritu de clase, con-sistente en un comn desdn por la muerte;
en cierto entusiasmo por la brutalidad quirrgica y en un gran
desprecio por la sensibilidad.16Barojarealizaunaconexin
entreelsignicadodelamuertey elegosmoindividual.Deaquse desprende lo
que denomina como la crueldad universal y consiste en que los
individuos solamente ven por s mismos,sinimportarlesperjudicar
alosotros.Lamuertesejustica como un medio para continuar con la
existencia, como parte de un ciclo que no se dirige hacia ninguna
parte. En consecuencia, la vida en general, y la existencia humana
en particular, se vuelve una lucha feroz por la super-vivencia; por
lo que, en tal estado de cosas, el ms fuerte y el ms capaz ser el
que permanezca:Todo lo que vive tiene un
pro-cesoparaapoderarseprimerodel espacio,ocuparunlugar,luego
paracrecerymultiplicarse;este procesodelaenergadeunvivo contra los
obstculos del medio, es loquellamamoslucha.Respecto de la justicia,
yo creo que lo justo en el fondo es lo que nos conviene. Supn en el
ejemplo de antes que la hienaenvezdesermuertaporel hombre mata al
hombre, que el rbol cae sobre l y le aplasta, que la araa le hace
una picadura venenosa, pues nada de eso nos parece justo, porque no
nos conviene.17Barojanosugiereenningn momento que exista algo ms
all y 16PoBaroja,Elrboldelaciencia,op. cit., p. 54.17 Ibid., p.
126.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de
este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin
previamente por escrito.155NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera
2009.portantoeliminacualquiernocin de trascendencia. Por otro lado,
esta-blece que la vida tiene sentido en s misma y que no podemos
imponerle unanalidadexterna.Deaqusu fuerte crtica a cualquier tipo
de uni-versalizacin, de la cual se sigue su conclusin de que la
idea de justicia no es ms que una ilusin:Lanaturalezaesloquetiene,
cuandotratadereventarauno,lo revientaaconciencia.Lajusticia es una
ilusin humana; en el fondo todo es destruir, todo es crear. Cazar,
guerrear, digerir, respirar son formas de creacin y destruccin al
mismo tiempo.18De esta forma nos enfrentamos al
temadelsuicidio,presentadocomo unaalternativaaesteciclosinn,
aestedestinotrgicodelhombre. ParaBaroja,elsuicidionospone frente al
poder de la libertad, pues a pesar de lo consternante que resulte
tomar esa decisin, se nos revela que la continuidad de la
existencia est en nuestras manos:Andrssehabaenvenenado.
Sinduda,larapidezdelaintoxi-cacinnoprodujoconvulsiones
nivmitos.Lamuertesehaba sobrevenido por parlisis inmediata del
corazn.Hamuertosindolormurmur Iturrioz.Estemuchachonotena fuerza
para vivir. Era un epicreo, unaristcrata,aunquelnolo crea.Pero haba
en l algo de precur-sor murmur el otro mdico.19Es necesario
recalcar que ambos escritores presentan un claro
existen-cialismo,medianteelcualbuscan responderalacrisisdesutiempo,
peromsalldelimitarseaesta-blecerunplanteamientoabstracto, tratan de
hallar una salida personal. Los dos desean resolver el problema
delaexistenciaindividual,aunque nos llevarn a conclusiones
distintas.Por su parte, Miguel de
Unamu-no,nospresentaunplanteamiento tico, donde la creencia en una
vida futuraimplicaunarelacinderes-ponsabilidadrespectodenuestras
acciones. As, la moral nos revela su verdaderofundamento,esdecir,la
inmortalidad del alma. No todas las accionessonequiparables;notodo
comportamiento est justicado. Por esta razn Unamuno nos muestra una
postura tica que incluye la esperan-za en una vida futura:Mi
conducta ha de ser la mejor prueba,lapruebamoraldemi
anhelosupremo;ysinoacabode convencerme,dentrodelaltima
eirremediableincertidumbre,de 18 Ibid., p. 129.19 Ibid., p.
292.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de
este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin
previamente por escrito.156NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera
2009.la verdad de lo que espero, es que miconductanoesbastantepura.
Nosebasa,pues,lavirtudenel dogma,sinosteenaqulla,yes el mrtir el
que hace la fe ms que la fe el mrtir. No hay seguridad y descanso
los que se pueden lograr en esta vida, esencialmente insegura
yfatigosasinoenunaconducta apasionadamente buena.20De aqu que el
lsofo espaol noslorealiceunplanteamiento antropolgico; sino que,
una vez esta-blecidoqueselhombre,secues-tionasobreelmodoenquehemos
de conducirnos y sobre la direccin que han de tomar nuestras
acciones.21 Unamunopretendeencontrarun equilibrio entre las
diversas faculta-des, los deseos y los principios que
nosconstituyen.Enestamedida propone una va intermedia entre el
racionalismo y el desmo, tratando de conciliar ambas posturas. En
esto consiste, precisamente, su propuesta dialctica. Gracias a ella
no se logra la armona, sino la conciencia de que nuestra naturaleza
es inestable, y de 20 Unamuno, Del sentimiento trgico de la vida,
op. cit., p. 227.21 Por ello, el planteamiento de Unamuno es
profundamente tico, pero sobre todo muy
perso-nal.Lacrisisinternasereejapormediodela crisis externa y
viceversa. Por esta razn el lsofo espaol no puede alejarse de la
realidad social que lo rodea, al mismo tiempo que busca encontrar
un camino propio. El existencialismo tico presentado
porUnamunonoesunexistencialismoaislado,
sinoqueimplicaunaconexinconlosdems. que en dicha inestabilidad se
funda lo esencial de la vida humana.Me parece que en el fondo este
escritor vasco deja lugar para la espe-ranza y, por tanto, para una
salida po-sitiva. Sin embargo, su respuesta no es terminal, y esto
se debe al hecho mismo de que lo caracterstico de la dialctica no
es la estaticidad. No se trata de alcanzar un estado total de
equilibrioentrenuestrosprincipios contrariossino,msbien,deno
renunciar a ninguno de ellos.En el caso de Po Baroja, ste se acerca
ms al nihilismo, al plantear un existencialismo radicalizado que
reducelavidahumanaasuestado msprimitivo.Lollamativodesu
posturaradicaenquedauncierto lugar a la esperanza, encarnada en la
gurade AndrsHurtado,quiena pesardeserconscientedeldestino trgico
del hombre, sigue luchando en contra de la falta de valores y el
egosmo.Enestemismosentidosenos presentan algunos personajes de El
rboldelaciencia,comoelcaso de Lul, la nica por quien Andrs
experimenta cierta simpata y ani-dad en el modo como comprende la
sinceridad, la honestidad y la lealtad. As la describe el
narrador:En el fondo de su falta de ilu-sin y de moral, al menos de
moral corriente, tena esta muchacha una idea muy humana y muy noble
de ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este
artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente
por escrito.157NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.las
cosas. A ella no le parecan mal eladulterio,nilosvicios,nilas
mayoresenormidades;loquele molestaba era el doblez, la hipocre-sa,
la mala fe. Senta un gran deseo de
lealtad.22Porestaraznquedaclaroque paraBarojalosindividuospueden
experimentar cierta intuicin
respec-toalobuenoylomalo,indepen-dientementedeloabsurdo,quele
resulta la existencia de una serie de ideasreguladorasydeparmetros
deconducta.Porsupuesto,alnal Andrs Hurtado no lograr cambiar nada,
pero luchar en todo momento hasta su muerte.As, Baroja nos muestra
lo impor-tante que es la individualidad, inde-pendientemente de que
sea posible o no lograr una identicacin con los dems. Para este
escritor espaol, el conicto tambin permanece abierto; y es justo en
esta escisin donde radi-ca lo trgico de la vida: en la abismal
distanciaentreunosyotros,cuya consecuenciamsterribleconsiste en la
imposibilidad de conciliar los ideales personales con la condicin
humana.22PoBaroja,Elrboldelaciencia,op. cit., p. 110. ITAM Derechos
Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr
hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por
escrito.158NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.ITAM Derechos
Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr
hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.