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SISTEMA-MUNDO y "TRANSMODERNIDAD" Enrique Dussel En este ensayo Intentamos comenzar de nuevo una reflexión que nos vie- ne ocupando desde el (omlenro de los años sesenta del siglo pasado. Asu- miremos radicalmente algunas opcIones teóricas al encontrar en trabajos recientes hipótesis muy plautilbles. que por triviales no habían sido con- .,0 sjderadas hasta el presente. La "centralidad" de Europa se reduce ahora a sólo dos lo que permite suponer que lo no subsumido por la mo- dernidad tiene mucha posibilidad de emerger pujante y ser redC'scubler- to no como un milagro antihistérico, sino como potencialidad recten te de culturas sólo ocultadas por el "'brlHo" deslumbrante --en muchos casos aparente- de la cultura occidental, de la modernidad, cu- ya globalidad técnica y económica está lejos que ser una globalizacJón cul- tural de la vjda cotidiana valoratíva de la mayoría de la humanidad. Es desde esa potencialidad no Incluida de donde surge, desde la "exteriori- dad" a'terativa, un proyecto de "transmodernidad", un "más allá" tras- cendente a la modernidad occidental (en cuanto nunca asumida, en cuanto desprectada y valorada como "nada") que tendrá una runción creadora de gran significación en el s1glo XXI. Repitiendo. La tesis de este trabajo es que con el impacto de la mo- dernidad europea desde hace poco en las múltiples culturas del planeta (pIénsese en las culturas china, del sudeste asIático, hindú. musulmana, !>antú, latinoamericana), todas ellas producen una "respuesta" variada al .. challenge H moderno e irrumpen renovadas en un horizonte cultural "más allá" de la modernidad. A esa realidad de un momento muWcul- tural fecundo la llamamos el Fenómeno de la "transmodernidad" (ya que la "posmodernidad" es todavía un último momento de la moderni- dad occidental), El ejemplo de China nos servirá-eJemplo prlvllegla- do pero no para mostrar hasta qué punto la hegemonía euro- 1201J
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Dussel-sistema Mundo y Transmodernidad_2

Jul 09, 2016

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Juana Caicedo

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SISTEMA-MUNDO y "TRANSMODERNIDAD"

Enrique Dussel

En este ensayo Intentamos comenzar de nuevo una reflexión que nos vie­ne ocupando desde el (omlenro de los años sesenta del siglo pasado. Asu­miremos radicalmente algunas opcIones teóricas al encontrar en trabajos recientes hipótesis muy plautilbles. que por triviales no habían sido con- .,0

sjderadas hasta el presente. La "centralidad" de Europa se reduce ahora a sólo dos sig1o..~, lo que permite suponer que lo no subsumido por la mo­dernidad tiene mucha posibilidad de emerger pujante y ser redC'scubler­to no como un milagro antihistérico, sino como potencialidad recten te de mucha.~ culturas sólo ocultadas por el "'brlHo" deslumbrante --en muchos casos aparente- de la cultura occidental, de la modernidad, cu­ya globalidad técnica y económica está lejos que ser una globalizacJón cul­tural de la vjda cotidiana valoratíva de la mayoría de la humanidad. Es desde esa potencialidad no Incluida de donde surge, desde la "exteriori­dad" a'terativa, un proyecto de "transmodernidad", un "más allá" tras­cendente a la modernidad occidental (en cuanto nunca asumida, en cuanto desprectada y valorada como "nada") que tendrá una runción creadora de gran significación en el s1glo XXI.

Repitiendo. La tesis de este trabajo es que con el impacto de la mo­dernidad europea desde hace poco en las múltiples culturas del planeta (pIénsese en las culturas china, del sudeste asIático, hindú. musulmana, !>antú, latinoamericana), todas ellas producen una "respuesta" variada al .. challengeH

moderno e irrumpen renovadas en un horizonte cultural "más allá" de la modernidad. A esa realidad de un momento muWcul­tural fecundo la llamamos el Fenómeno de la "transmodernidad" (ya que la "posmodernidad" es todavía un último momento de la moderni­dad occidental), El ejemplo de China nos servirá-eJemplo prlvllegla­do pero no úntco~ para mostrar hasta qué punto la hegemonía euro-

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pea es reciente, no mayor de dos siglos (hegemonía que nc ha influido en la intimidad de la vida cotidiana de las culturas no europeas. salvo durante los últimos 40 ailOS, desde la Barnada segunda guerra mundial. debido principalmente a los medios de comunicación. en especial a la televisión) ,1

UNA HIPóTESIS TODAVfA CON ASPECTOS EUROCÉNTRICOS: EL "SISTEMA-MUNDO"

La "hipótesis" de un sistema-mundo surgió como contrapartida al pri­mer eurocentrisrno. que pensó que Europa, desde sus pretendidos oríge­nes griegos y medievales latinos, produjo "desde dentro" los valores. los sistemas instrumentales (posiciones de Hegel, Marx, Weher o Sombart) que se universalizaron en los últimos cinco siglos. en el tiempo de la mo­dernidad. Esta posición eurucéntrica que se formula por primera vez a fi­nes del siglo XVIII,l con la Ilustración francesa e inglesa y los románticos alemanes. reinterpretó la historia mundial toda entera, proyectando Eu­ropa hacia el pasado, e intentando demostrar (demostración que ha ren-

1 En el apartado de ·Global Culture" del Human Developmem Repon 1999 (UNDP 1999) se indica que de 1980 a 1995 se pasó de 121 a 235 televisores en todo el mund~ por cada 1 000 hahltantt;s. La televisión se transforma en el medio de comunkadÓTl de mayor Influencia cultural: ~I.as antenomtente prósperas industrias dnematográfk.as en ro· do el mundo dt!clinaron en los años sefenta y ochenta como resultado del ascenso de la

televjsión~ (ibid, p. 33). De todas maneras ta presencia masiva de la tele-.'islón en el mun­do tiene 20 años ~lamente: y digo "solamente", porque el "núcleo ético~mítko~ (para ha­

blar c~rno Paul Rtcoeur) de las culturas necesita siglos para cons.rruirse y decon.'itruir:se. Ademas. la producción de filmes y programas sigue sIendo mayoritariamente regional In· dia ~roduce 84% de los filmes que se ven en ese país: en Arnéríca Latina en cambto 'sólo

30% (contra fi2% norteamericanos). Pero en la industlia de la televisión es absolutamen· te ma~ritar¡a la programadón en lenguas regionales y con productores prop¡os~ la in· fluenCla masiva intrafamtliar ('J(trarljcra disminuye en esle caso notablemente. .

2 Hasta ese momento, como veremos, Europa supo claramente que el "centro" cul· tural mas avanzado estaba ;rIel s~r (musulmán. del Magrcb hasta Egipto, que era para Eu­ropa el lugar de la cultura clásica como lo ha dernostrado Martln Bernal en Block Athena. The AÚrJaSJalic Roots al Ch.ts#.cal CiltJizalion. J 987) y ~n el este (incluyendo al mundo is~ lamlco de.~de Bagdad, aunque en crísill por ellmperlQ otomano, Indostán y China). Véa­se la obra. deJanet Abu-Lughod, &folr! European Hegemony. 1989. Esta obra de Abu-Lug­hod comlem:a su exposición por Francia, Flandes, y después va hacia el este. Es un relato que pilrte de Europa, sin ser ya eurocéntrioo.

SISTEMA.MUNDO y 'TRANSMOOERNlDW" 203

dldo frutos a Europa en los dos últimos siglos) que todo había sido pre­parado en la historia universal para que dicha Europa fuera "el fin y el centro de la historia mundial". al decir de Hegel.3 Fue con los enciclo­pedistas cuando comienza por primera vez la distorsión de la historia (L'&plit des Lois de Montesquleu es un buen eJemplo),' pero Igualmen­te con los ilustrados Ingleses. y en Alemania con Kant. y finalmente con Hegel, para quien el Oriente era la niñez (Klndheltl de la humanidad, el lugar del despotismo y de la no libertad. desde donde posteriormente el espíritu (el Volks¡Jeist) remontará hacia el Occidenle, en el camino hacia la plena reallzaclón de la Ilhertad y la c!vlllzaclón. Europa habría sido desde siempre elegida por el destino para ser el sentido final de la histo­

ria universaL Por el contrario. la visión del s1stema~mundo intentaba demostrar

que, desde fines del siglo XV. Europa, por el descubrimiento de Améri­ca, comenzó a desplegar dicho sistema-mundo como imperio-mundo fracasado, que es primero "mundial" y no pudo haberlo antes. Gracias a' la exposición histórica "de larga duración" de Fernand Braudel. ¡mma­nuel Wallerstelo luvo la idea de escribir la historia de este proceso: "A fi­nales del, siglo XV y prlnclp~~ del XVI, nació lo que podriamos llamar una econoffila-mundo europea. 5

Para muchos esta visión de las cosas subsumía la formulación de la ant.igua "teoría de la dependencia" latinoamericana, no la negaba sino que la subsumía. le daba un marco hIstórico mucho más plausible. Liml~ taba la ·centralidad" de Europa a los clnco últimos siglos y le quitaba el áurea de centro eterno de la historia mundial. La modernidad habría si­do el manejo (mal1agmen~ de dicha "centralidad" del sistema-mundo. Por ello España y Portugal. como prolongación del capital genovés,' eran para mí la "primera modernidad",1 de manera que. por ejemplo, las dis­cusIones de Bartolomé de las Casas ron Ginés de Sepúlveda serían el co-

J Véase mi libro n1e lnvmlion offlle AlIlericm. J995, cap, 1. pp. 19ss.. 4 Escrito en 1748. en el libro VIll. cap. xxi. afirma: "China, pues, es un Estado des­

pótico; y su prin¡;lpio es el t~mOt". En J 762 Nlcolás-Antoine Boulanger escribía Red1f'r~ ches sur ¡(¡¡iCim du despotlsllJl! orienlal. Yel téfmino se ~unará hasta el presente, siendo

en todo falso y diSforsiommte. s Wallersreln, 1979-1il84, vol. 1, cap. I. p. 2l. , Arrlgld, 1994. 1 Ahora induirla igualmeme la hegemonía intraeurnpe.a de Amsterdarn y la Francia

yel Reino Unido antes de la Revolución industrial.

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mienro del antidlscurso de la moderrúdad (siendo Ginés un intelectual moderno, expresión de la visión eurocéntrica hegemóntca en el momento). El mismo JM. Billut une el ·ascenso de Europa" con el descubrimiento de América (1492);8 como en Mano mismo (citado por L Wallerstein en la ya indicada obra ai COmienzo del tomo 1). para quien dicho descubrimiento es un momento fundamental en el origen del capitaUsmo y de la "acumu­lación primitiva".

En mi reciente obra Ética de la libe!"ciód' doy las razones por las que es España, y no Portugal ni una nación musulmana del Magreb o China. la que pudo descubrir América. Pero. a partir de esta hipótesis antieuro­céntrica (del ·primer eurocentrlsmo") cuando se habla del "tlescubrl­mlen[o de América" se indica simultánea y necesarIamente: sJstema~mun~ do, capitalismo y modernidad (para mí. no para Walle"teln que reserva el concepto "modernidad" para el tiempo de la Ilustración. posición que ahora contará con un nuevO argumento que yo mismo aportaré. pero pa­ra dar otro .. nUdo a dicha tesis),

De todas maneras, esta hipótesis del sistema-mundo suponía que el "ascenso de Occidente" partía de la ventaja comparativa que a la Eu­ropa moderna (en especial durante el Renacimiento) le habían dado los grandes descubrimientos científicos. los metales preciosos (plata y oro). la nueva fuerza de trabajo Incorporada al sIstema (de los Indios. de los esclavos africanos del siglo XVI al XVIH en América). los nuevos alimentos (la papa inca. el maíz, el tomatl y el cllarolatl mexicanos, etc.),1O los millones de kilómetros incorporados a la agricultura de las colonias europeas por la conquista, y el invento de nuevos lnstrumen~ tos económicos. Todo esto permitía el trlunfo de Europa en la compe­tencia con el mundo islámico, el Indostán, el sudeste asiáttco o China. Además, los europeos. gracias a la carabela (descubierta por los portu­gueses en el año 1441), eran los únicos que podían atravesar los océa­nos, armar barcos con cañones de alto poder y dominar primero el Atlántico (pretendidamente, desde el siglo XVI. centro geopolltlco del mundo) y posteriormente el indiCO y el Pacifico. El sistema-mundo lo originó Europa gracias a la invasión de) rnntinente americano (Hama-

a Blaut. 1993, pp_ 187ss. 9 Étíal de la llbr>ración en la edad de la g1oba1JZiJCiÓI1 Y de la erdmilin, 199B, pp. 525$. 10 94% de 10$ tuMrculos que se usaron para la alimentación humana en el siglo XIX

provinieron ck Amerindla.

SISTEMA·MUNDO y 'TRANSMODER~Jj)AD' 205

do "descubrimiento") y su superaclón deberá nacer dentro de ese pro~ ceso de globalización comenzado en 1492 y que se profundiza al final del siglo XX.

Sin contradicción con esta visión de las cosas, aunque significando una tradición intelectual completamente distinta. hablar de posmoder­nidad (momento A del esquema 2, véase infra) eS indicar que hay un proceso que surge dentro de la modernidad. y signiOca un estado de cri­sis actual en el horizonte de la globalizadón. Hablar en cambio de trans~ mooernidad ex tgirá una nueva interpretación de todo el fenómeno de la modernidad. para poder contar con momentos que nunca estuvieron in­corporados a la modernidad europea. y que subsumiendo lo mejor de la modernidad europea y norteamericana que se globaliza. afirmará fuera de ella componentes esenciales de sus propias culturas exduldas. para de .. -lTollar una nueva civi1imción futura. la del siglo XXI. Aceptar esa masi­va exterioridad a la modernidad europea permitirá cornprender que hay momentos culturales situados fuera de dicha modernidad. Para cHo. ha­brá que superar la interpretación que supone todavía un "segundo" y muy sutil eurocentrtsmo.11 pasando a una interpretación no eurocéntri­ca de la historia del sistema mundial. sólo hegem.onizado por Europa por algo más de 200 años (y no 500), por lo que el hecho de que oleas culturas hasta ahora despreciadas. no valorizadas, estén emergiendo des­de un más allá del horizonte de la modernidad europea no es un mero milagro que nace de la nada. sino e1 retorno de los actores de esa histo­rIa en otras épocas recientes. Aunque la cultura occidental se globaliza (en ciertos niveles técnicos, económicos, políticos, milltares) no agota por ello otros momentos de enorme creatividad en esos mismos niveles que afirman desde su exterioridad otras culturas vivientes, resistentes,

creciefltes.

JI El "pdmt'1'~ eurocentrismo esel de Hegel y Weber, quienes suponen la superlorl~ dad. de Europa; superioridad probada" porn factores puramente internOS de la miSma Eu­ropa. El "scgundo" tipo de emocentrbmo, que ha superando el primero. piensa todavía desde Europa. atlllQUe ac.ept$ que ésla logró el dominio por factoll:.'5 exteriores (por eJem~ pta, los metales preciosos americanos), lo que le permitirá triunfar en la competencia con el murnlo musulmán. África y Asia desde 1492. Las descripciones parten narratlvamente siempre desde Europa. África o Asia son el mundo (>xtecno, lejano. poStérior. Imentamos superar este segundo eur~ntrisrno para Indicar el sentido de una ~tránsmodemldad~ co­

mo proyecto, como alt~nativa

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¿Qut SIGNIFICÓ CHINA EN El SISTEMA-MUNDO

HASTA EL SIGLO xvmJ.

Tomaremos a China como ejemplo para mostrar hasta qué punto fue Im­posible la hegemonía mundial europea antes de la Revolución industriaL En otra obra he demostrado por qué China no pudo descubrir América. " Aunque me oponía a considerar a China inferior (desde un punto de vis­ta económico. cultural. técnic.o y hasta elentmeo) a la Europa de los siglos XV y XVl, argumentaba que China no podía ser hegemónica del "nuevo sis­lema" porque no descubrió América, y no lo hizo porque el "centro" del sJstema interregional13 se encontraba hacia el oeste de China, en el Indos­tán y el mundo musulmán; por ello, América estaba fuera de su horizon­te (SI los chinos llegaron a Alaska o a CalifornIa nada de interés comerclal pudieron encontrar. corno es de suponer). Con ello. se pensaba que Chi­na permaneció periférica o al menos no tuvo peso propio en el st,tema­mundo, anterior al capitalismo y a la modernidad, por no haber descu­bierto América. Algunos han llegado a Indicar que el renacimiento ltallano fue el comienzo de la modernidad (tesis de G. Arrlghi). en China sólo hu­bo. a lo más. un protoproceso renacenUsta en algunas de sus grandes ciu­dades. como Hangzhou. Pero fue un proceso abortado tras la pff'.sencia ex­pansiva del c.olonialismo portugués. espaflo!, holandés y posteriormente inglés y francés. China no fue moderna ni capitaIL,ta: no tuvo peso espe­cifico propio. sino que se quedó en la "noche oscura" del despotismo oriental. del "'mooo de producción asiático".

André Gunder Frank nos propone en ReOrlent. Global Economy in (he Asían Agel"- una hipótesis que sería un nuevo argumento en favor del concepto actual de transmodernldad (y no sólo de posmodernídad). 00-

:¡ Du, ... 1. 1998. pp. 52-54. 13 Lo llamo sistema interregional, aslátko·arro-m€dit~ríáneo. y no sistf:lma~mundo

por estar incluida todavía America, ya que nos situábamos antes df' 1492. H Frank, 1999. Léanse los tres a;rticulos pubUcados en l?twiew en 1999, de S:unir

Amjo, ~History conceivoo as an eternal cycle~; de GiQvanni Arrighi, MThe world accor~ ding tu Andre Gunder Frank'"', y de Immanuel Wallerstein, "frank praves the European mirade", Debo adrnltlr que acepto casi todas las criticas de los tres autores contra A.G. Frank; aunque los tres admiten que rrank ha apuntado a una ven;l.ad olvidada: la Impor­tancia de China. y digo olvidada, porque si China era el país más productor del sistema hasta el siglo XVIII, el más poblado, la descripción del slstema~mundo debió comenzar por tomar en serlo y en primer lugar a China, y nadie había hecho esto.

mil podrá verse. ya que grandes culturas universales florecieron hasta el siglo XIX del todo independientes de la Europa moderna. Indicaré some­ramente alguna de las tesis sostenibles de A,C. Frank e intentaré al mIs­mO tiempo anotar mis diferencias}S

F..s trivIal. y lo obvio frecuentemente oculta grandes verdades. que China fue hasta el sigio XVIII considerada por los europeos una potencia económica, política y culturaL 16 Adam Smith se refiere de manera evI­dente a la magnitud económica de China. En frecuentes pa"'!ies de su obra La riqueza de las naciones (todavía en 1776). observando su grande­za y lo bajo de sus salarios. escrllle:

China ha sido durante mucho tiempo UrlO de los paises más ricos, mejor

cultivados. más fértiles e industriosos, y uno de los n;ás poblados del mUft"

do_,. Las n:'ladones de todos Jos viajeros convienen eplo bajos que son los

salados de) trabajo y en las dificultades que tropiezan los obreros para pa:·:*

der mantener una familia. J 1

Considérese que Smllh usa el término "Industrioso" y "salarlo" tal como lo haria resf>ecto a Inglaterra o Escocia. por lo que parece difícil que

15 Acepto las críticas de A.G. Prank contra el COfl(.fpto ~modo de producción asiáti­co ~ que es una falacia "orientalista" (por usar él termino de Crlward Said), pero de alli a quitar todo sentido a kJ$ conceptos de valor. capual y capitalismo hay mucha distancia. Lo que ap.art"Ce, por el r.ontraliQ, es la interesante pregunta que A.G. Frank no se hace: ¿fue China de 1400 a 1800 un país mercantil capitalista? Y creo que él ha aportado las raID'" ~ pata poder ~tema entonces de futurM docuslones- afi('fffilf que China tuvo regio­ne5 donde se desaHollaron seriamente modos de producción protocapitalistas maTIL1fac

toreros, en el st'ntido de la "subsunción formal" de plusvalot €n el proceso de trabajo (pero sín ~subsunción m<tteri<t( y por lo tanto "rean en el capital strido sertru, r.on obtención de plusvalor (.Méhrwert) según el concepto de .Marx, en las: fábrk.<iS o ~tfabajadurías" arte~ sanales dé tantM ciudades chinas de porcelana, alfarería, reJk:Ios de seda, etc. Tiene razón S. Amin al mostrar que el Estado chino. de gran potenda y organización, jamás dejó que derta burguesía naclt"fue (¿los eunucos?) tomara el poder, y con ello impidió el ¡;-recimien­ro nonnal del capitalismo. De todas maneras A.G. Frank abre la posibilidad a nuevas pre­

gumas creativas:, aunque él mismo no pueda hac~rJas ni contestarlas adecuadamente,)'a que ha descuidado desde hace fiempo la categoría de v3101 (no sólo valor de cambiO) en

Marx miStl\(),

16 No se olvide que en el siglo XV, cuando lrtglarerra «'nía tres mlUones de habitan­tes, España lO. Francta lB y toda Europa 69. China ya llegaba a 125 millones. En 1800 Europa tenia 188 mllkmes y China casi el doble: 345 (Frank, 1998, p, 1(8).

!1 Smlth, 1958. libro J, cap, 8. p. 10.

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una tal "industriosidad'" manufacturera y un tal "salarlo" no deban dar a los propietarios de díchos establecimiento" plusvalor" en sentido estricto:

No nos es. dado citar país alguno cuyo progreso en la prosperidad haya si­

do tan (ontínuo que pudiera haber facilitado la adquisición de un capitaI

suficiente para estOs .. , propósitos. a no ser que demos crédito a las mara­villosas relaciones de la riqueza y cultura de China.J8

China es un pais mucho mas rim que cualquier Mm de Europa., y la di­

ferencia en el precio de las subsistencías es muy grande entre estos dos con­

tinentes. El arroz es mucho máS barato en China que el trigo en cualquier regíón de Europa. ¡9

La vida de la élite es mucho más "desarrollada" en China que en Eu­ropa (es el "lujo" que exige Sombart para el capltalismo):'o

El séquito de un magnate en China o en el lndostán es, según todas las re­

[{'rencias, mucho más numeroso y espléndido que el de las pE'fSOnas más ri­cas de Europa.21

Pero. de todas maneras. Jas enormes masas de obreros son más pobres:

El precio reaJ del trabajo. o sea la cantidad real de las cosas necesarias para

la vida que p(>fCibe el trabajador es ..• más bajo en Ja China y en el Indos­

tán, los dos mercados más grandes de las Indias Orlenlafes. qu€' en la ma­yor pa rte de Europa.2:2

Para Adam Smith, entonces, el descubrimiento de América permi­tira a Europa comprar en ambos mercados (tos más ricos del sistema­mundo, los más variados del mundo hasta la Revolución industrial):

La plata del Nuevo Mundo es, al parecer, una de las principales mercancías

que se emplean en el comercio practicado entre los dos extremar [sic] del An~

lil lbid.. libro 11, cap. 5, p. 331, 1\1 ¡bid.. librol, cap, 11, p.182. 20 Véase de W€'mer Sombat"t, Lujo y capitalJsmo. 1965. "Smlth, 1958, p, 198, 22 lbid

SISTEMA,MUNDO j 'TRANSMODERNIDAO' 209

(íguo, y es, en gran parte. este metal el que conecta regiones tan apartadas

del globo. ¿J

Es interesante anotar que los "dos extremos" del sistema tnterregjo~ nal antiguo se conectan en eJ nuevo sistema cOn el Nuevo Mundo. cons­tituyendo el plimeJ" sistema-mundo. Europa puede entonces comprar. gracias al dinero latinoamericano (peruano, mextcano). en el mercado chino; es decir. puede vender muy pocos pnx:luctos-mercancías (excepto plata) rruto de su lndustriosidad por la subsunción del trabajo asalariado europeo. porque es una región productivamente subdesarrollada, sin competencia posible ante el mayor "desarrollo" de la producción de mer­cancías chinas tales como Jos utensilios de porcelana. los tejidos de seda, etc. Como la fuente del dinero-plata está en América:

En China, nadón más rica que cualquiera de las de Europa -repit.e Adaw

Smíth······. el va:(nr de los metales preciosos se cifra mucho má'i alto que ~n ninguna parte de) continente europeo [gracias alj descubrimiento de las mi~

nas de América.24

La crisis del slslema productivo y de distribución chino e Indostáni­co en el "antiguo sislema (¿el primer sistema capitalista?) debido a cau­sas que habm todavía que estudiar con mayor profundidad," permitió el "ascenso de Occidente",

Max Weber tuvo la In luición de que, de no ser Europa la reglón más preparada para efectuar la Revolución Industrial, debían serlo China o el Indosián, Por ello. dedicó sus trabajos sociológicos, de camcler ético y re­ligioso, para probar por qué China y la India no pudieron dar origen a

2:1/bid, p, 199. 2~ /bId Conclu}le la digresión sobre las variociones del valor de 'la plata (p. 229). 25 Entre ellas: el bajó salarlo en China no permitió el U50 de la maquina. permane~

cl.endo en el nivel de un capitalismo manufacturero de la porcelana 'i los tejid05 de la ~ da con creación de plusvalor absoluto, habiendo sólo subsumido formalmente ti proceso artesanal de prOOucdón ¡radicional. La crisis polítinJ entre la dinastía de Manchuria y la China del centro. la ncc-esidad de temltnar de rolonwr el sur y la ocupacIón del occ:lden­te de China (territorio de casi el doble del ocupado por China en toda su historia), la en­cerró f'.I} sus plUplos limites. perdiendo interés por el mercado txterno, prod\..ldendo así Wl vacio que Uenará Europa, en espedal tl Reino Unido. La pérdida de los IIUIIT'S o la re­presión de la burguesía naciente por tl Estado imperial ll'ltJCStI"a la diferencia con Ingiale'-' ('fa, una isla con una monarquia en crisis.

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210 ENRlQUE DUSSEl

la sociedad capitalista. El fruto de sus enormes investlgadones,26 una y otra vez concluían cOn la misma respuesta: China y el Indostán no pu­dieron ser capitalistas por su régimen corporativo de propiedad, por te­ner una burocracia que impedía la competencia. etc. Y. por el contrario. al estudiar la ética de Jos profetas de IsraelZ7 encuentra que desde enton­ces comenzó a prepararne el largo camino que culminó en la modernidad capitalista, cuyo último capítulo será la reforma que impulsará la ética calvinista,28 que son (as condiciones de)a reaJimción del sistema capita~ lista. E¡ individualismo calvinista, la riqueza considerada como bendi­ción divina, la competenda, la propiedad privada y la disclplina de una suhjetividad austera permitieron que se origInara el capitalismo. no asj el corporativismo chino o el cuasi feudalismo mágico de la cultura brahmá­nica del Indoslán,29

Por nuestra parte, nos parece imposible que millones de trabajadores a salarlo en la producciÓn de porcelana (en torno de la reglón de la ciu­dad de X¡'an, entre los ríos Amarillo y Yangtre), de donde partía hacia Occidente por la "ruta de la seda", o de los tejidos de seda Úunto al rio Amarillo o a ¡as ciudades de Hangzhou y Fuzhou en la costa oriental), no produjeran pI usvalor tal como lo definiera Marx; al menos se trataba de un sistema regional capitalista (aunque haya sólo sUUsunción fOrmal del proceso de trabajo y se obtenga plusvalor absoluto, como ya hamos Indi­cado). pero que fue abortado por razo"es políticas, Muy lejos, y mucho más complejo, que un mero "modo de producción asiático".

Parectera entonces que China fue hasta el siglo XVtJl ia mayor poten­cia productora de mercancia'i, yel Mar de China un ámbito mercantil

26 Véase su obra Ce1.amt11elte AuNitze zur Religíorusozio!ogie. 1920-1921 {traducida parcialmente al inglés en The Religion ofChina: Conl'udsnism and Taoism, 195 i, y The Re~ ligion uf lnditr the SxluJogy of Hinduism and BuddlllJm, 1958),

~1 En la obra alemana ~Itada (traducciÓll inglesa: Anclent fudaism, 1952). Por mi parte comencé igualmente una crítica del eurocentri:mlO (en un sentklo exactamente opuesto al de Weber), para demostrar que eJ ~ethO$ de los profffil$" era crítico de la mo­dernidad, én mi obra eocríta en J964 f] humaníJll1(lsemltá. 81ructUtaS /lJlenci1Jni11es tad/­CI1M del pueblo de Israel y O[{()$ semitas. 1969.

28 Véase en la misma obra alemana el tema (tradUCción inglesa: The Protestant EthJc and 'heSpid' ofCapi'alisJn, 1930).

W Sin embargo. t'l octual desarrollo capitaltsta de Japón, Singapur o Taiwán. de 1rl5~ plración ética nrooonruciana. puede mostrarnos lo equtwcado de las hipótesis weberia­nas, ya que las relaciones corporativas ramiliares confucianas permiten perfectamente la organización de la empresa capitalista. aun tcanSf1A('lonal y con mayClt eficacia,

SISTEMA·MUNDO y ·TRANSMOOIlRNlDAD· 211

sin igual en el sistema-mundo (por la articulacIón del Viejo Mundo con el Nuevo Mundo desde 1492),

A.G. Frank estudia algunas causas de las diversas crisis de China y el Indostán en ei siglo XVII primero, y después en el siglo XVIII. La dinastía Mlng (1368-1644),'" que fundó el imperio chino altamente desarrolla­do (con regiones capitalistas), entrará en crisis relativa con la llegada de ia dinastía manchú (1644-1796), tiempo en el que en Europa se poodrá de moda la ·moda china (chinoiseJi" del r{)(:ocó (en tomo de uteoslltos de porcelana, pinturas de laca sobre madera," baldaquinos en los Jardi­nes para tomar el té, pal7110ns chinos decorados, tela\ de seda para ropa­jes con amplias mangas, etcétera).32

P<xlria igualmente mostrarse: la importanda de los sistemas econó­micos y culturales del Indoslán y el sudeste asiático, para los cuales las in­vasiones musulmanas en el norte de India y hasta Indochina, significaron sin embargo un factor propio de inestabilidad, pero al mismo tlempo de conexión comercial inesperada.

:J) Hoy cayó en mis manos una revjsta mexicana de arte donde leo que el 14 de dl­clt>mbre de 1600 partía de Manila un galron de 300 toneladas llamado .S8n DietJo, que fue después destruido por piratas holandeses-, "Al descubrirse 10& restos del naurragio en 1991 rnás de 5 000 pietaS han subkkt a la superficie ... más de 800 porcelanas blanco y azul de la época Ming. 24 guarniclorl€S de espadasJapone:sas. monooas de oro y plata ..• cerámi­ca china" (M.L Camlx111o. "400 años despué surgen restlmonios incomparabJes. Teso­ro. del San DiegO. Ca"" y Cante. 116, 1987, p. 59.

11 En la miSma revista de Mte antes tHada, leo en la página 8: "Un ejemplo singular del mueble inglés: el gahinete Wjnd90r~, por A. de Neuviltate, en el que se indica que John Belchler hizo un $f!O'étaim (de! que se incluye fotografía) en 1720, ~en madera la~ queada en negro" ((ID "patas y con escenas japonesas" , F,n las puertitas del mueble apare­<:en ~dos personajes de la mitología nipona de un reOnamlento que habla por sí solo de la jerarquía del mobiliario inglés !s1r1 del siglo Xl¡lJ1", Esto nos indica al menos que incluir figuras orientales era la .. gran moda" en el siglo XVl1l ingles. Puede rospecharsr sin embar­go que las figuras son chinas, y que 1. Belchier quizá sólo lustró el mueble, porque mues-­tra una hechura claramente Imperial. ~La maestría del ebanista y pintor", que el autor del arti('lJIQ hace pasar por inglés. droió ser en Vtlrdad china. La pieza alcan7,ó en 1996 el va· lor de 1 500 000 dólares.

12 La dinastía manchu, como ya helTlOO indicado, conquistó desde 1724 todo el oes~ te. ocupando el Tíbet. Xinjiang (desde el río Tarlm hi.\$ta Dzungaria o el Turquestán ru· so). la Mongolia. incluyendo Manchurla por el norle y por el sur fíJando fronteras ron Hirmania, Siam, Laos y Vietnam desde el fío Xinjlang. Una China de proporciones nun­ca vistas,

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212 ENRIQUE DUSSEL

RECONSTRUCCIÓN DEL SENTIDO DE LA "TEMPRANA MODERNlDAD"

(SIGLOS XV" XVIll)

La interpretación que he sostenido de lo que he denominado primera modernidad. con España y Portugal como primera referencia, graci~ al "descubrimiento" de Hispanoamérica, y por ello como primer despliegue del "sistema-mundo". habría que reconstruirlo profundamente supo­niendo la fuerte presencia china e indostánica hasta el siglo XVIII. En efecto, el "sistema antiguo" -el Old World de Adam Smith, que he de­nominado el "tercer sistema interregional asiático-afro-medlterrá­neo"33 ... - se prolongará, con el enorme peso productivo de China, desde 1400 hasta 1800 (con regiones de producdón mercantil o formal capi­talista, pero sin influencia en los océanos y por lo tanlo encerrada en su horiwnte nacional, sin presencia mundial). Por el contrario, la anexión de Amerindia en 1492 por España permitirá que Europa Inicie el des­pliegue de) sistema-mundo -----ahora realmente "mundial" -. PP,fO debe­mos tener condenda de que esa Europa tenía significación periférica en referencia al espado económico y cultural continental asiático, aunque ahora reartlculada por prlmera vez en el siglo XV. desde la antigua expan­sión musulmana que en el siglo V1l la habla separado del continente afroasiátlco.34 Gradas a la plata, y en menor medida al oro. a tos metales preciosos como dinero (origen del capltallsmo dinerario), y debido a la falta de plata en el mercado externo del sistema chino (metal que obl'd­ba como instrumento para pagar el derecho de entrar en tal mercado, siendo que China no tenia colonias nj ocupación militar externa, aunque dominaba productivamente el mercado internacional del sudeste asiáti­co), España -y Europa con ella- tuvo el dinero para compl'dr en elln­dicado mercado chIno. Desde ei Atlántico, del Caribe hacia Sevilla. y de allí a Amsterdam o Europa central. O de Génova y Venecia hacia el Me­diterráneo onental y. gracias a la conexión musulmana, hacia ellndostán o China por el occidente, o del Paclfico de Perú y México hacia Aeapul­co, y de aHí a FHipjnas y China por el oriente, los meta~es preciosos ín-

33 Véase Éfir.a de la liberación en la &dad de la globalizacíón f de /a exclusirJn, 1998. (l8-26]. pp. 36-42.

11 En efecto, La !!Xpansión musulmana desde el afio 623 d.C "~paf¡)" (corta) en bUI?

na parte a la Europa latlno-meditffránea. y por ello igualmente ala germalll::rllOfÚ-europea. de la ronextón con el "ten:er sistema lnter:reglonaf', que tuvo por "placa giratoria de con­tacto" ('ÁJlncrcial a Bagdad y a Chlna y allndostán por el lugar de mayor peso productívo.

S1STE\.lA·MUNDO Y"TRANSMODERNIDAD' 213

FluJo de ia plata Nuevo Mundo

b~~ ........ A érica é;'m~ííidad:J hispana irtd~~ (~l (periferia

.. colonial)

~ ...... .

Europa del sur del norte

(periferia) -----~ .... _--------_ .. ------

Viejo Mundo

China India Sudeste asiático

____________ ~ ___ Á~frl~ca==t===~.~. Esquema 1. El sistema-mundo al final del siglo XV%.

tegraron a la Europa del siglo xv al XVI[[, al Viejo Mundo como extremo occidente del naciente sistema~mundot siendo sólo una reglón secunda­ria en cuanto a la producción de mercancías (poco podía vender Europa a China, y sólo podían comprar con el dinero hispanoamericano).

Esta época de la primera modernidad" europea, la modernidad his­pánica. humanista. dineraria, manufacturera y mercantil, se desarrolla sólo con hegemonía sobre el Atlántico, que no es todavía centro geopo­fitico del sistema-mundo (lo sigue siendo el Mar de China en el sudeste asiático, con el Indostán y China por fronteras), Es una modernidad que en la "larga duración" yel "espacio mundial" es todavía periférica respec­to del mundo indostánico y chino, y aun musulmán. en cuanto a las co­nexiones con el Oriente.

En esLa époc.a se produce la • colonial!dad del poder": el poder euro­peo IJajo el peso de Oriente tiene por su parte sU periferia colonial nacien­te (primero, Amértca LaUna: después, ia América anglosajona, algunos pequeños enclaves o regiones de rontacto esclavistas en las costas occiden~

35 Véase mi artículo "Beyond cu(occntrism: TIte world-system and the limíts oC TTlOd<ornity", 1998,. pp. 3-31.

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214 ENRIQUE DUSSEL

tales de África, y algunas islas, puertos o puntos de apoyo en el mundo musulmán o en el Extremo Oriente, gracias a los cuales puede efectuar "'compras" en el mercado de mercancías procedentes de China o el Indos­tán): China, que se cierra sobre si misma con un proyecto nacionalista, perderá su mercado externo.

Así como Grecia fue periférica del mundo persa-egipcio (antes de Alejandro) y logró posteriormente la hegemonía con el helenismo alejan­drino, Europa periférica acumulará fuerzas durante la "primera edad de la modernidad" bajo el peso de las econonúas Indostánica y chlna_ Mien­tras que China seguía siendo una potencia continental con un mercado externo próximo a sus costas (el Mar de China o el Pacífico occidental)," mercado externo que significaba muy poco en relaclón con su enorme mercado interno, Europa. que todavía resentía el despoblamiento produ­cido por la peste y por ello con poco aumento demográfico, debió vol­carse a los ocp..anos después del fraca'ID de su expansión territorial por el este (con las Cru7.adas), gracias a sus naciones navieras (Portugal y Espa .. ña, al comienzo apoyadas por Génova, que serán después superadas por Holanda, el Reino Unido y Francia), Gracias a estos contactos· externos" se produjo una revolución en la visión del mundo, de la astronomía, de las cienci .. " desde 1492 hasta mediados del siglo XVll (revolución ideo­lógiCO-científica que, siguiendo el camino de España y Portugal, que ha­bía retomado con Carlos V los logros del Renacimiento italiano, cutmi­nará en Amsterdam, la antigua Colonia hispana, y el Reino Unido),

La América Indígena recibe el impacto de la primera globallzación (la conquista), y el racismo, el mito de la superioridad europea, la explo­tadón económica, la dominación política. la imposición de la cultura ex­terna. producen el síndrome de la "colonlaHdad del poder" --en la suge­rente expresión de Aníbal Quijano-: el poder colonizador niega lo amerlndio e Impone lo europeo Con un racismo sutil pero no mcflOS pre­sente. De todas maneras, 10 indígena guardará siempre cierta exteriori­dad (con E en el esquema 1) del sistema-mundo, Es la primera colorlÍ­zación, la de la primera modernidad.

Amsterdan, desde 1630,31 continúa ei proceso del capitalismo mer­cantil, remplazando en parte la presencia de Portugal (y de Génova) en

:l6 Indostán se volcaba hacia Sri-Lank.a, Burnta. IndoneMa y Malaka. ocupando el oc~ ddente maritimo del mercado chlnQ,

TI Véase Wallerstein, 1919-1984, voL 2,

SISTEMA~M¡;NDO Y"TRAi'iSMODERNlDAD" 215

el mundo chino-indostánico, pero sin cambiar fundamentalmente la eS­tructura de la dependencia europea, Sólo 3% del comercio en Malaka es­taba en manos de los holandeses; éstos. tampoco podían vender a tos chi­nos o a los comerciantes del Indostán ningún "'producto'" que hubiera sido elaborado en Europa. Podían ·comprar" con la plata hIspanoameri­cana en el mercado chIno. y hegemonlzaban 56'0 militarmente las rutas navieras. pero sin poder todavía imponer ningún producto propio. A los chInos no les interesaba proteger militarmente su mercado. ya que no te­njan en e[ Oliente enemigo a la vista y sí casi un total monopollo mun­dial productivo, porque eran los únicos que surtían las mercancías más requeridas: los utensilios de purcelana, el tejido de seda, el té, etcétera .

SOLO DOS SIGLOS DE HEGEMONfA MUNDIAL EUROPEA. LOS EXCLUIDOS DE LA MODERNIDAD

La hegemonía de Europa, principalmente del Reino Unido y Franela -aunque esta última en l00nor medida-, acontecerá grdcia'J a la Revo­lución industrial. que ldernóglcamente está fundamentada en el fenómeno de la lIustrdción y el movimiento rorm1ntico, SI tomamoS como fecha s1m­

bólica la Revolución francesa (1789), dicha hegemonía acaba sólo de cum­plir dos siglos. No se trata de que Europa haya sido el • centro y el fin de la historia universaJ" desdesiempre, como hpmosya indicado que 10 fue para Hegel, o que tenía, según se interpreta a los profetas de Israel, la marca de su superioridad ético-polítlca, como para M, Weber; ni siquiera que haya sido desde hace cinco siglos (desde el 1492) el centro del sistema-mundo (posición crítica cierta contra el primer eurocentrlsmo, el de Hegel o We­ber. o contra el sentido común europeo actual, que ahora puede ser consi­derado corno "segundo eurocentrlsmo", ya que la hegemonía europea no tendría 500 ailos sino sólo 200). Se tratará ahora de explicar el ascenso de Occidente articulado mn la decadencia del Este, Esto sería pensar global­mente, superando el segundo eurocentrtsrno. El sistema-mundo. que na­ció como tal por la anexión del Nuevo Mundo (tI", Hispaf1(]-American connectiolJ) al Vi~o Mundo (comprendido entre sus dos extremos: desde la Europa desconectada y secundarla, hasta la China y el Indostán de ma­yor peso). tiene un movimiento de conjunto, como eJ corazón con su diás­tole y su sístole, cuyo primer palpitar se situó en el Este. La decadencia del Esle pennitló, no como milagro Instantáneo -y en esto tiene razón 1. Wa-

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216 ENRIQUE DUSSEL

Herstein en su crítlca a Frank-- la organización del centro del sistema­mundo en manos del Oeste y no sólo por condiciones y atributos exclusi­vOS de la historia anterior de Europa (interpretación ésta que intentaba mostrar sólo Jntrínsecamente la superioridad europea sobre las otras cultu­ras). Pensar 'no eurocéntrlcamente" es ¡loder Imaginar que la Revolución Lndustrial fue posible también como fruto europeo articulado con un "'va~ cío". producido en el mercado del este de Asia, en especial de China y el Indostán, efecto de una estructuro (el de China siendo un Estado Imperial autocrático que Impedirá el triunfo de la burguesía) y de una crisis (crisis política múltiple, bajos salarios, explosión demográfica debido a la rique­l.a económica acumulada a partlr de 1400, etc.). Este vacío atrajo la posi­bilidad de ser "llenado" por una producción europea creciente, que había Ido preparándose desde fines del siglo XV; no es un milagro Instantáneo, como expllca 1. Wallerstein adecuadamente. Marx indica bien que la ex­pansión del mercado. como todo lntercambio, puede producir el desarro­llo de la producción.'" Y dados el alto salario europeo y la baja población en el Reino Unido, en relación con China y el Indostlin, la única solución (para ampliar la producción y bajar la proporción del salarlo en el valor o precio del producto) fue lanzarse al usO creciente de la máquina.'" La sub­sunción a la máquina en el proceso de producción -que Marx describe con acierto como el medio necesario para crear "pluvalor relativo" _40 dio en pocos decenios tal ventaja comparativa al Reino UnIdo y a Francia (y poc'O a poco a toda la Europa del norte) sobre China, el Indostán, el mun­do musulmán. la América hispana y aun la Europa del este (el imperio ru­so, Polonia, etc.) y del sur (España, Portugal, Italia del sur, etc,), que ya a comIenzos del siglo XIX (el tiempo que transcurre entre !.J, riqueza de fas

38 "Por ejemplo. cuando el mercado. o sea la esrera del cambio se extiende. la pro­durdón amplía su ámbíto", EJt.mentos fundamentales". (Grondri.sstlJ. 1971. vol, 1, p. 20. Se ~extiende" para el Reino Unido y SE ~estm::ha" para China y el Indostán; la "produc­ción" se "amplia" para el Reino Unido porque se ha estrechado en China y el IndostAn.

3tI En la América anglosajona del norte (los :ranq\1i$) no era ésta. la razón del uso de la

máquina (o de la Revolución industrial), sino la aún menor cantidad ~ pequeños propieta­rios que trabajaban con las manos sus propias tierras. En la América ang~ooa del norte la máquina era rnn:sarla para aumentar la productividad del trab.go libre (permitir la mayor cantidad de unidades del producto o hectáreas trabajadas de campo por el trabajador-pro­pietario). En la América hispana la existenCia de numerosa y barata mano de obra indígena o del esclavo africano (yen esto al igual qtte en las colonias anglosajonas del sur) ímpídió igualmente la nece."iidad de una prOrlta revolución industrial. corno en China y el Indostán.

~o Véa'!fl! el tratamiento del terna en mi líbro Hacia un MiJI'X de1ronOCido, 1988.

SISTEMA~MUNOO y "TRANSMODERNIDAD" 217

naciones de 1776 de Mm Smith, en el que China era lodavía el país más rico de la Tierra, y 1", Lecciones sobmla filasofía de la historia uni....-sal, d!c­tacl", en Berlín por Hegel en el decenio del 1820), lodo el Orlem.u era visto sólo como la expresión del eterno y miserable despotismo oriental.

Al mismo tiempo, África quedaba más relegada todavía, como cnn­tinente de esclavos, sin considerar que Egipto fue una civilización negra africana." En el Congreso de Berlin de 1885 África será descuartizada por las potencÍllS europ<'.as (¡sólo hace algo más de un slgloQ" El sur de Europa quedaba igualmente en el recuerdo eurocéntrico del norte (an­glosajón y germánico) como momento de la tardía Edad Media o como "parte norte del África" (¡en los PirIneos comienza África!). América La­tina. por su parle. con su pobJadón indígena y afro. era también relega­da como leJaoo mundo colonial, perIférIco de las semlperiférlcas y prein­dustriales Espaila y Portugal.

La visión de la Ilustración cubrirá como un muro de cemento toda.­la InteIprelac1ón anterior de la antigua Europa desconectada, secundari~. la de la "edad oscura" del medievo y, en el mejor de los c",os. hasta el si­glo XV, periférica del mundo musulmán. chino, indostánico: mundo oriental mucho más "culto" y desarrollado desde todo punto de vista, y centro del Viejo Mundo y la parte más densa del slstema-muodo hasta fines del siglo XVIII. Desde Hegel, Marx y Comte, h"'ta Weber, Incluyen­do a Freud, Husserl, Heidegger, Popper, Levlnas, Foucault, Lyotard o Habermas. el eurocentrismo brillará sin oposición, Y dominará al mun­do colonial con el fasto de la "cultura occidental", como la expresión "desde siempre" del centro (aunque no sea más que como condencia crí­tica cualitativamente insustituIble, como en el caso de ltabermas hasta el presente) más desarrollado de la humanidad.

Esto Justlllcará entonces que el proceso de la expansión· civilizadora europea ("Inglaterra se transformó en la misIonera de la civilizacIón en el mundo"," expresaba Hegel triunfante) ocultara. excluyera, ignorara como Inexistentes todas las culturas anteriores. coetáneas e ignoradas como "pueblos sin h1storia'" por la "cultura oc<:kleIltal". Este proceso de "exclu­sión ~. negac1ón o recluslón en la ex teriorida(rf4 efectuada por la razón 010-

41 Así nace la ideologla ~or¡entalista". .2 Véase la dtada obra de Bemal, Black AthcmJ, 43 Frase de la "'V<>rlesungen 000 die Phllosophie de..- Geschlchte. IV. 3. 3. en Timo­

ríe I*rkau\!,a"". vol. 12, p. 538. 44 Comiderése este concepto en mi obta PbJJosophyof Libemtion. 1985.

.....

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218 ENRIQUE DU&\EL

derna de Jo sinvalor ante los va~ores modernos, ante los criterios de clvili­zación con pretensión (claim) de univer>alidad que Europa impuso como evaluación en todos los niveles, se fue extendiendo rápidamente desde el comíenw del siglo XIX sobre todas ]as culturas no europea'i con una efica­cia de resultados sorprendentes. ya que los propios negados -dada su in­ferioridad industrial evidente-~ se ocuparon de aplaudir por medio de sus élites neocoloniales (educadas ahora en Europa y después en Estados Uni­dos) esa ideologia eurocénlrica sin oponente cótlco hasta hace muy poco.

La exdUJIón de lo no europeo como criterio civilizador dio a Europa ···-que ya ejercía la hegemooia militar, económica y polítlca·- dominación cultural e Ideológica Lo no europeo terminó por desaparecer en toda con­sideración práctica y teórica. Los mismos españoles o portugueses respecto de la primera modemldad. o los chinos. Indostanlcos o miembros del mun­do musulmán (desde Granada, El CIDro, Bagdad, Samareanda, Delhl, Ma­laka o Mindanao) respecto de su centralidad en el Viejo Mundo al comi.n­ro del sistema-mundo y hasta tlnes del siglo XV11I terminarán por aceptar la interpretación noroeurocéntrica. Sus élites occidentallzadas (el mismo Mao en China, ¿no fue el marxismo standaId una modalidad de expansión eu­rocéntrica?, como indicaba l'aul Sartre en la introducción a Los almenados de la nerra de Franz Fanon) serán "oco" periférico de la superioridad de la cultura occidental (aun la revolucionarla de izquierda) que hoy se globali­za gracias a las transnacionales y el capltall'lnanciero mundializado,45

La posmodernidad será, en este sentido, tan eurocéntrlca como la modernidad.

LA "TRANSMODERNlDAD" COMO AFIRMACIÓN"

DE LA MULTICULTURALlDAD EXCLUIDA POR LA MODERNIDAD EUROPEA

El fenómeno del pensamiento posmoderno47 nos ha acostumbrado a una cierta crítica de fa modernidad; a una modernidad en cuanto domi-

" V_ la obra de Harrlt y Negrl, Emplre, 2000, 4S Véase mis trabajos "Afirmación analéctica ~. en Ética de la Jiberat:ióIt: anw el de1a~

fio de Apel. TayJor y Vattimo. 1 998b, pp. 54,,: PhiJ""'PhyofLibcaJtion, 1985, y "Tire "',. son of the other". en The UndcI"Sidc 01 Modemity. ApeJ, R1coettr, Rnrty. TayJar, and thc PIU· ioS<Jphy af lJbemian, 1996, pp. 1!!ss.

41 Vétue mis obras Posmadernidad y traf1Sff1(J([emidad. Difi.kJgos ron la flJosolJa de

Glonni V.mmo, 1999. y The Underside al M"odemity. 1996. pp. l Z!!ss.

SlSTEMA·MUNDO y 'TRANSMODFRNI[)AD' 219

nación de la "cantidad" y la subjetividad del cogítosobre la comprensión ontológico-radical del ser (Heidegger), como criUca de la razón inslru­mental (Horkheimer), de la universalidad amlracla desde la diferencia o ei "dlferendo" (Derrida, Lyotard), del "pemierofi:Jf1e" (Vatlimo), etc. Có­tiea a la modernidad desde una posmodernldad que de ninguna manera pone en cuestión la centralidad del eurocentrlsmo. y que. en cierta ma­nera, piensa que la sociedad {Xlsconvenclonal, urbana, postindustrial. del mercado cultural libremente elegido. se instalará universalmente, y con ello la misma posmodernidad global, como "situación" de la cultu­ra humana en general en el siglo XXI.

Aunque la pasmodernidad critica la prelensión universallsta y "[un­dac1onaHsta" de la razón moderna (R. Rorty) , en cuanto "moderna" y no en cuanto "europea" o "norteamericana". y enuncia en principio respeto a otras culturas en su inconmensurabilidad. dlferenda y autonomia (en general, pero no en concreto, en referencia precisa respecto a la cultura ,,­chIna. indostánica. musulmana, bantu africana o Jatinoamericana, como A. Maclntyre o Ch. Taylor, cada uno de manera diferenciada), no tiene cOlldencla sullciente de la .. posiUvtdad" de esas culturas excluidas por el proceso colonial de la temprana modernidad (J 492-1189) y por la glo­balÍ7l1ción industrial "ilustrada" de la modernidad madura (1189-1989), que Wallerstein situara bajo la hegemonía de la ideología politico-econó­mica liberal, opuesta a las ideologíaS conservadora y sociaUsta.48

Lo post de la pasmoderoldad no le quita eurocentrismo; se presupo­ne como obvio que la humanidad futura alr.amará las mismas caraclerís­lIcas como "situación cultural" que Europa o Estados Unidos posmnder­nos en la medida que se "modernicen" por el proceso de "globalización" ya iniciado, irreversible e inevitable. Bajo el signo de • .sta "lnevitabilidad" mCKJernil,adora, la posmodernidad es profundamente eunx::éntrlca. ya que no puede ni imaginar que las culturas excluidas en su posilividad valiosa por el proceso modero o colonIal (desde 1492) e ilustrado (desde 1189, por poner una fecha: la de la hegemonía Induslrial de Europa en el siste­ma-mundo por la desaparición de China y el Indostán preindustriales, no premodernos) puedan desarrollar de manera autónoma, "modernizada "49

48 Véase Alter liooaliw, 1995. 49 Por ~modemiz.oción~ queremos aquí sugerir que las culturas milenarim (chinas. lo·

dias. musulmartas, etc.) pueden utili?..ar ciert05 momentos técnicos y hermenéuticos que les permitirían ~3(tuanzar" instrumentalmente sus mediaciones productivas {de ob~tos

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220 ENRIQUE DUSSEL

Exterioridad Totalidad

Sistema moderno e

D A

J I

Exteriortdad

Otras

culturas

E

+

Nuevo sistema

transmooemo

Esquema 2. Totalídad, encrioridad, afinnación de la exterioridad.

y creativa 5U5 propias culturas "universales'" en una etapa próxima y pos­terior al final, al término. " la ex Unción de la modernidad europea-norte­americana con su preten.~ión de "única" universalidad. más aUá de su "tíl­Umo momento", másaJlá de su crisiS actual. más allá de su limite, más allá del momento posmodemo de la modernidad. Es necesario, entonces. pen­sar la cuestión más radicalmente.

Aclaradones al esquema 2: al posmodernldad (límite de la moder­nidad, de la totalidad); b) Inclusión del Otro en lo Mismo (en el sistema antiguo): e) Interpelación Innovadora ante la moderrudad; d) subsunción

materiales de la cultura, pero Igualmente de la produccción de K~ntldo"'. con Interpreta~ dones dentificas mas depuradas).

)Q las cullúl'as china, vedanta. budista, musulmana, etc., son culturas ~universales", en el sentido que han nacido y se han desarroUado dialogando con múltiples wltuf$s re­gionales de las que han dado cuenta e incluido en su proceso cultural, Estas culturas ~urri­versalcs~ regionales no tienen ninguna difICultad en ~subsumlr" el mundo tecnológico,

científico, matemático de alto nivel. Ya tienen en su propia historia milenaria momentos

creativo-cientificos de "ilustración"" (píénsese en la Escuela Matemática de Bagrlad en ple­no siglo X d.C, o en las escuelas Hlmóflcas chinas de los "estados guerreros" anteriores a la organ:i7,adón de! imperio de los Han). Han quedado "retrasada5" en los dos ultlmos s1-glos ... y nada m.ás, Su capacidad de desarrollo está intacto y ha entrado en rápido creci· miento,

SIS'ITMA,MUNOO y 'TIANSMODERNIDAD' 221

de lo positivo de la modernIdad; e) afirmaclón del Otro en su exteriori­dad; r) construcción (como SIntesis de e + d±.I:) de la transmodernldad innovadora.

La "exterioridad" de la totalidad (metaeategoría que Marx presupu­so pero no expticító):íl fue creada con toda conciencia y fecundamente por Emmanuel Levinas52 y, por ello, en cierta manera inldó la critica de la "razón moderna" de otra manera que Heidegger y sus sucesores frdn~ ceses (como Lyoiard o DerrIda): ya que Levlnas es uno de los que origi­na el movimiento posmoderno francés,53 pero sin adherirse a éste. La metacategoria de exterioridad puede iluminar el anáUsis que se propone indagar la "positlvldad" cultural 110 Incluida por la modernidad, no ya desde los supuestos de una posmodernldad, sino de lo que hemos llama­do la transrnodernidad. Es decir, se trata de un proceso que se origina, se moviliza desde otro lugar (más allá del "mundo' y del "ser" de la mo­dernidad: desde el ámbito que guarda cierta ex terioridad. como se indl:_ ca el1 el esquema 2)" dl,tlnto de la modernidad europea y norteamerí­cana. Para la exterioridad negada y excluida por la expansión moderna de la Europa hegemónica hay culturas actuales que son anterIores, que se han desarroUado Junto a la modernIdad europea, que han sobrev.vi­do hasta el presente y que tienen toclavía rx>tenciaI de humanidad sufi­ciente para desarrollar sus propias potencias a rm de gestar una multlcul­turalidad, una pluralidad cultura] futura posterior al término de la modernidad y el capitalismo: esas culturas vivientes y fecundas. diferen­tes y creativas nO son simplemente una cultura posmodema, ya que és-

51 Véase Jay, MarxiJnl and Totality. HN:K 52 Véase TotaJjIJ and !nfl"ity. An fiJMyvn ExteriorilJ. 1969, 5:1 Véase. por ejemplo. el antiguo artkulo del DerrIda ''V101enceet métaphysique".

1964, 54 Sería la E del esqtJ(>(t)a 1. 1m> culturas amerlndlas. afro-caribeflas. De la mJsma ma~

nera se trataría de las culturll$ bantues. y desde la "decadencia" del ~orlellte". la misma cul~ lura mwutrnana, de: India, del sude;te asiático y China. 85% de la humanidad sufrt el

prOCf!$O de globaJiT,.1Ic!ón del mercado capitalista hegemónico, bajo el poder militar de Es~ lados Unidos (desde 1989). dado el estado de pobreza. la conservación de sus tradiciones alimpntarlas, construcclon~ arquitectónicas, modo de vestir, músIca, romprensión coti­diana de la existenda religl(lSa, elc. Todo el mundo "cualitativo" de los valon>s que e.llpll­

can y motivan la existenda roHdiana de las inrnen.sas mayorías pobres yempobrecidas (es decir, sin capocldad de romprar las merr:aociilS del capitalismo globaUzado} guardan una

elerta exterioridad. son un más allá del limite del mercado globallzado. GJoballzoclón y exclusión se anudan en movimiento simultáneo.

1

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ta es sólo una última etapa de la modetnidad, sino que son culturas de­sarroHadas en un horizonte transmoderno, como un más allá de toda po­sibilidad interna de la sola modemidad. Ése "más allá" (tmns) indica el punto de arranque desde la exterioridad (flecha E del esquema 2) de la modernidad, desde lo que la modernidad excluyó, negó, Ignoró como insignificante, sinsentido. bárbaro. no cultura, altertdad opaca por des­conocida; evaluada como saJv<!ie, ínciv1Hzada, subdesarrollada, inferior. mero despotismo orientaL modo de producción asiático, etc. Diversos nombres puestos a lo no humano, a lo irrecuperable, a lo sin historia, a lo que se ex tmguirá ante el avance arrollador de la "civilización" occiden­tal que se globallza.

Así como las selvas tropicales guardan inmensa cantidad de especies vegetales y animales, que genéticamente son esenciales para el futuro de la humanidad, las culturas de la mayoria de la humanidad excIuldaspor la modernidad (que no son ni serán posmodernas) y por la globallzación (porque la miseria es "necesidad sIn dinero", stn solvencia. y por lo tan~ to no es mercado) guardan una lfilllensa capacidad y cantidad de inven­ciones culturales necesarias para la sobrevlvencia futura de la humanidad, para una nueva definición de la reladón humanidad-naturaleza desde el punto de vista ecológico, desde el punto de vista de retaclones interhu­manas de solidaridad (no redudivamente definldas con el criterio solipw sista y esquizoide del mero aumento de la tasa de ganancia).

Si es verdad que la modernidad europea-norteamericana tiene hege~ manía económica y militar sobre las otras culturas (las de China. sudes­te asiatico, indostánica, musulmana, bantú, latinoamericana: mestiza, ayruara, quechua, maya, azteca, etc.) desde hace sólo 200 atlos y sobre África algo más de !(JO años, desde 1885; dicho tiempo es muy corto tiempo para baber penetrado el "núcleo ético-mftlco" (dirfa Paul RI­coeur) de las estructuras intencionales culturales milenarias. No es un milagro entonces que la torna de conciencia de dichas culturas ignoradas y excluidas vaya en aumento. Jo mismo que el descubrimiento de su identidad despreciada. Acontece 10 mismo en las culturas regionales do­minadas y sUendadas dentro de la misma modernidad europea: por ejemplo, en tas culturas gallega, catalana. vasca o andaluza en Esparia; la de diversas reglones o naciones culturales de Italia, en especial el Mezz:o­giorno; de Alemania, en especial Baviera y las cinco Lánder del este; de Francia y del mismo Reino Unido, donde los escoceses, irlandeses y otros pueblos luchan por el reconocimiento de su identidad; lo mismo que los

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habitantes de Quebec en Canadá y las minorías en Estados Unidos, en especial los afroamerlcanos e hispanos, Todo esto bosqueja para el siglo XXI un mundo cultural multipolar. con afirmación creciente de la dife­renciación cultural. mas allá de la pretensión iJomogeneizadom de ¡a glo­balización capitalista actual y de su cultura pretendidamente universal y aun de la afirmación de la diferencia pos moderna a la que le cuesta hna­ginar otras universalidades culturales de milenaria tradición fuera de Eu­ropa y Estados Unidos. Esa transmodernidad deberla asumir lo mejor de la revolución tecnológica mooerna, descartando lo antiecoJógko y lo ex­clusivamente occidental, para ponerla al servicio de mundos valorativos diferenciados. antiguos y actualizados, con tradiciones propias y creatI­vidad ignorada. lo que permitirá abrir la enorme riqueza cultural y hu­mana que el mercado capitalista transnacional intenta suprimir bajo el imperto de las mercancías "universales", como la Coca-Cola y el MacDo­nald's. que subsumen materialmente dentro del capital hasta el alimen­to, Jo más dificil de universalizar. Transmodernldad futura muJticultural.' pollfílcétlca, híbrída, poscolonial, plurallsta, tolerante, democrática, pe­ro más allá de la democracia liberal y del Estado moderno europeo, con espléndidas tradiciones mUenarias,55 respetuosa de la exterioridad y afir­mativa de identidades heterogéneas. La mayoría de la humanidad con­serva, reorganiza (renovaodo e Incluyendo elementos de la globalidad}'" y desarrolla creativamente culturas en su horlwnte cotidiano e ilustrado, profundj7,8 el "sentido comun" valorativo de la existencia real y concreta de cada participante en dichas culturas, ante el proceso de globalizaclón excluyente; que por excluyente" empuja" sin advertirlo hacia una trans­modernidad. ¡Es el retorno a la conciencia de las grandes mayorías de la humanidad de su lncon~jente histórico excluido!

55 Cuando en el Museo Metropolitano de Nueva York se mostró la exposición "Mé~ xl:oo. R,plel1dores de treinta siglos ~. el estadurridense ~de la calle~ no podia merlOS qoe sor­prenderse y ~gontarw ¿cómo era posible que lUl pueblo tan subdesarrollado como Mé­xico pudit'fa tern>r tanta historia?, siendo que la cultura estadunidense (Si partimos de 1620) sólo tient> algo más de tres siglos. La densidad cultural de las regiones ~pobres~, ex~ plotadas desde la Revolución industrial, tieue mudlO que aportar para el futuro.

SI; Querría distinguir entre la "globaUdad~ positiva, que permite a la humanidad en" U'lr en contacto casi instantaneo de su aconlecer histórico, estructura global que hay que saber usar [J<lJ-a el de$<trrollo diferenciado de las grandes culturas tradicionales: no occklen· tale<>, dt> la fTl{'f"'3 "globalir.adón" -como e:itrategia mundial controlada instrumentalmente por las mrporaclones transnacionales y los estados metropolitanos centrales. todo bajo-la twgt'monía en ultlma instancia del ejercHo estadunidense.

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Samuel Huntington, ideólogo de la hegemonía norteamericana, vis­lumbra como "choque", como "guerra" entre civiUzaciones51 lo que es, mm simple y positivamente. el irreversible surgimiento de culturas uni­versales excluidas por la modernidad y posmooernldad. que tienen pleno potencial creativo y que, junto a la cultura occidental europeo-norteame­ricana redefinida. sin pretensión reductlva de universalidad exclusiva, constituyen un mundo más humano y complejo, más apasionante y di­verso: manifestación de la fecundidad 00 Ja especie humana durante mi­lenios, un mundo "transmoderno", Una mera humanidad que hablara sólo inglés y que pudiera remItirse sólo a "su' pasadu como a un pasado occidental. sería la triMe extinción de la mayoría de la creatividad huma­na cultural histórica. ¡Sería la mayor castración imaginable de la historia mundial de l. humanidad!

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CAPITALISMO y GEOPOLíTICA DEL CONOCIMIENTO

>r.túerD.l\fignolO

lNTRODUCCION

Para alguien de mi generación, que íngresá a la universidad a principios de 1960 en Argentina (o en lugares semejantes en cuanto a su relación geohistórka con la producción de conocimientos), el entusiasmo por los "cambios" y el "'progreso" que el estruc[Utalismo y la nueva izquierda (tanto en Inglaterra como en C6rdoba, Argentina) ponían sobre la me­sa. era. genuino y a la vez ciego. Era genuino potque en verdad había un horizonte de cambios epistemológicos serios. Y era ciego porque lo eta a la diferencia colonial. Experimentaba -y me atrevería a decir experi­mentábamos- el entusiasmo de atmbios epistémicos que no estaban re­lacionados directamente con la densidad geohistórica de la historia local. Por historia local me refiero a una variedad de historias, desde las nacio­nales hasta las teglonales o continentales. Peto Jo que me interesa marcar aquí es que la historia de las Américas, de todas las Américas y del CAlri­be~ están atravesadas e interconectadas por el colonialismo y por lo que Aníbal Quijano idemificó como la colonialidad del poder. El brillo de la modernidad nos ocultaba la colonialidad. Pensábamos que el "periodo colonial" se había terminado, convencidos por la ideología nacionalista con que se escribía la historia continental. No veíamos que la coloniali­dad del podet sobrepasaba el periodo coloníal, dominaba el periodo de la construcción nacÍonal, y que sigue hoy activa en la colonialidad glo~ bal o en lo que, parafraseando a Arjun Appadurai, podrlamos llamar co­lonialtl] at large. El entusiasmo tntelectuallo viv'amos en una suerte de terreno de nadie, en el espado de la universalidad del conocimiento, sin tener en cuenta l. diferencia colonial geohistórica (el lugar de las Amé­ricas en el orden del ,istema-mundo modetno/colonial). Sín duda éta-

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