Duda razonable….investigación-creación,
reflexión alrededor de una práctica en
vías de exhibición.
Autor
Leonardo Mauricio Rivera Bernal
Bogotá, 2013
Tabla de contenido
Intromisión...................................................4Procesos de investigación-creación en artes, sentido, pertinencia y potencial plástico.............................10Contexto, ¿Arte, o, Ciencia?...origen de las distancias….....13
Investigación y Arte.........................................15Investigación+arte...........................................22
Creación y arte como experiencia investigativa...............26Del contexto de la educación de artistas.....................30
Educación y deseo............................................36Subjetividad deseante........................................38
Educación Artística..........................................41Aspectos relacionados con el currículo......................43
Investigación-creación en el contexto de la formación profesional de artistas......................................45
3
Referentes...................................................50
Duda razonable….investigación-creación,
reflexión alrededor de una práctica en vías de
exhibición.
Intromisión Hace algunos años y como ejercicio académico debí enfrentar el
reto de asumir un campo que me resultaba intrigante, inquietante y
algo esquivo. Como recién egresado de un programa de formación
profesional en artes plásticas se me exigía resolver un problema
abstracto y bastante extraño para mi experiencia formativa:
realizar un proyecto de grado.
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Como a muchos este problema se convirtió en dilema personal, pues
mi formación no se había enfocado en comprender el proceso de
investigación que requería el contexto académico. Como artista en
proceso mi formación se había enfocado en resolver problemas
formales y “prácticos”, lo investigativo no parecía formar parte
de mis campos de exploración.
Sin embargo, frente al inminente fracaso, y tomando como
referencia los fracasos a mi alrededor, me detuve a revisar qué
significaba ese concepto de investigación, y qué relación podía
tener con mi propio campo de experiencia y formación.
Esta situación accidental me llevó a considerar la opción de
enfocar mis propios procesos reflexivos sobre ese aspecto, la
relación entre investigación y arte, y establecer su pertinencia y
validez como componente fundamental del proceso creativo en artes.
Por ese entonces tome contacto con un concepto igualmente
fascinante, para mí, la duda razonable. Ese enfoque metodológico
según el cual los juicios, decisiones, deben ser soportados sobre
un análisis juicioso que permita superar el capricho y la
arbitrariedad.
Es así como se abordó la reflexión sobre los diversos componentes
que pueden involucrarse dentro de un proceso de investigación
relacionado con las artes.
Y es así como se tomó contacto con el concepto de investigación-
creación, como una alternativa válida para referirse a los
procesos metodológicos propios de la creación artística.
Abordar la reflexión sobre su validez y pertinencia ha incluido
revisar los contextos donde se alimenta el concepto y su
metodología, la denominada investigación científica y el campo de
las prácticas artísticas. La intención es exponer diversos
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aspectos que permitirán comprender la importancia y relevancia de
asumir el modelo de investigación-creación como un elemento
fundamental y esencial del proceso de creación artística.
Esos aspectos básicos se evidencian en la creación artística,
están presentes en el proceso generador, creativo sí se quiere:
capacidad de tomar conciencia sobre el valor de la propia
experiencia como eje de todo proceso creativo, la capacidad de
usar conocimientos previamente adquiridos (transferencia de
aprendizajes-saberes), capacidad de desarrollar y concretar
proyectos (proceso creativo y de gestión), capacidad de trabajar a
partir de un planteamiento contextual claro (originalidad,
pertinencia), capacidad de producir resultados tangibles (pasar
del pensar al hacer).
Como problema metodológico, este proceso exige tener claridad
sobre algunos aspectos:
1. La aproximación a procesos investigativos no está limitada
por la percepción tradicional de lo investigativo como un
procedimiento científico, rígido y limitado. Sí bien es
cierto que la investigación científica se considera como un
modelo de conocimiento, centrado en aspectos puntuales como
son: generalización de resultados, rigidez metodológica,
construcción de hipótesis predictivas y generación de
informes finales predeterminados formalmente; en el caso de
los abordajes contemporáneos sobre las formas de
conocimiento, se ha aceptado que las experiencias artísticas
son formas de conocimiento tan válidas como lo ha pretendido
ser la ciencia durante mucho tiempo.
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2. Desde su intención, la investigación, debe ser contemplada
como la actitud de permanente cuestionamiento, en la que es
posible la deriva, pero mediada por la racionalización del
recurso necesario para generar productos concretos. La
intención es determinada tanto por el contexto donde se
desempeña la persona, como por su propia experiencia de vida,
esta última permitirá realizar abordajes y desarrollos
complejos, según existan mayores o menores experiencias y
conocimientos en el investigador.
3. En el campo investigativo-experimental específico del
arte, se comprende que participan activamente tres procesos
claros: lo metodológico (conceptualización), lo creativo
(producción) y lo social (gestión). Los mismos que han sido
el soporte permanente del Arte y sus lenguajes. Razón por la
cual es imposible desligar una formación rigurosa del artista
profesional del desarrollo articulado y sistemático de tales
procesos.
4. En el arte es imposible realizar predicciones, el
procedimiento (el saber hacer) se construye sobre el proceso
mismo, siendo un modelo de carácter emergente; de allí que se
pueda afirmar que en tanto la ciencia busca comprender la
realidad, el arte propone configurar realidades posibles.
Centrando el proceso de investigación-experimentación en el ámbito
artístico, podrían establecerse características de éste ámbito
complejo: el arte es una actividad en la que, al modificar la
naturaleza de la conciencia, se modifica la realidad, se proponen
nuevas realidades, el Arte es una experiencia, fundamentalmente
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subjetiva, tanto en la génesis o producción, como en la percepción
o interpretación. El Arte como actividad está soportado sobre:
Un proceso complejo que parte de la realidad, de la percepción
sobre ella, de las maneras de reflexionar sobre los aspectos que
la conforman, y los diversos tipos de resultados posibles a
partir de la reflexión, sean de tipo formal, conceptual o
expresivo.
Un producto de experiencias subjetivas, inicialmente
individuales, que expresa los resultados del proceso asumido de
manera expresiva, simbólica o metafórica.
Un sistema complejo de relaciones donde confluyen gran cantidad
de los aspectos que determinan los diversos lenguajes del arte.
Dentro de estos parámetros es más fácil comprender por qué el eje
del proceso de formación integral del programa de Artes Plásticas
es el campo de Taller de Proyectos, y, a su vez, es posible
establecer que la investigación cumple un papel esencial en todo
proceso de creación, por lo cual un programa de formación
profesional exige de la existencia de espacios de desarrollo de
las habilidades investigativas y creativas del estudiante en
proceso.
Es importante resaltar que el proceso creativo artístico no parte
de un tema, este simplemente actúa como un marco referencial que
ejerce influencia sobre la escena donde surge o se ubica el objeto
de investigación. El tema debe convertirse en un esquema o
dominio de significatividad de lo que se busca y se ve.
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Son la subjetividad, y la intención, del sujeto los aspectos que
darán relevancia a la configuración de estos esquemas, base de los
proyectos de creación.
El problema interpretativo, que es la base de todo este proceso y
su método, debe apoyarse, a su vez en la teoría, que servirá de
base para convertir los conceptos, el objeto, en sí mismo, en lo
que el mismo pueda ser. Con esto la teoría trasciende su
condición de sistema conceptual clasificatorio superior,
transformándose en una base reflexiva flexible y dinámica. La
teoría opera como tamiz sobre el tipo y cantidad de información
que permitirá expresar el objeto elegido.
Así, la metodología de investigación en procesos de creación
artística se concentrara en el proceso mismo de creación. Su
intención fundamental será establecer la pertinencia y coherencia
del procedimiento y del proceso abordado por el estudiante a la
hora de configurar su proyecto. La sistematicidad y rigurosidad
de la metodología se manifestara en la solidez y validez del
proceso creativo elegido para abordar y solucionar el problema de
configuración espacial, visual, plástica del objeto elegido.
El producto esperado de esta manera de investigar es la
metodología personal que oriente el trabajo creador del
estudiante-artista. 1
El resultado de éste proceso reflexivo ha sido ganar en
flexibilidad a la hora de abordar el tema de la investigación, y
el tema de la investigación relacionada con el campo de las artes.
1 Rivera y Toledo. Educación y artes, construcción de sentido desde la expresión y la subjetividad
deseante. Modelo de formación profesional de artistas en el contexto de la Universidad El Bosque.
Informe de investigación, Universidad El Bosque, Bogotá, 2010. P 14
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Sí bien es cierto que el motivo de contrastación entre ciencia y
arte, así como entre metodología científica y artística, no son
nuevos, sí lo es el hecho de contar con mayor libertad para asumir
modos alternativos y eclécticos de configurar el desarrollo de
metodologías de investigación propias de los campos del arte.
Igualmente resulta cierto el hecho de comprender que el debate aún
no termina, pues científicos y artistas insisten en defender
territorios que suponen no pueden ser contaminados por los modos
de ver y de actuar de los otros campos, ya que existe cierta
percepción de rivalidad en los procesos de creación que se generan
en cada uno de ellos.
Frente a ésta aparente rivalidad, más de superficie que de fondo,
es adecuado establecer un espacio de análisis y contrastación
entre éstos dos campos, arte y ciencia, para comprender el porqué
de sus procedimientos, la dinámica de sus procesos y las posibles
relaciones existentes entre ambos.
Actualmente considero que la reflexión debe enfocarse en
comprender los puntos de encuentro y las posibilidades que
permiten tanto las diferencias, como los aspectos similares,
sobre los cuales se puede construir un modelo más claro de ese
concepto metodológico que sería la investigación-creación, o
investigación focalizada en la creación artística.
Para ello es preciso dejar de lado el tono de debate victimizado
que ha ido enraizando en el campo de las artes frente a la
investigación y su relación con la ciencia, tanto como la posición
mesiánica y exclusiva que la ciencia pretender tener sobre el
campo de lo investigativo. Queda como componente que une y
relaciona ambos mundos un concepto que en sí mismo resulta
10
complejo, cuando no abiertamente esquivo, la creatividad o el
campo de la creación.
Vale aquí recordar un texto de Luis Camnitzer “Es posible la
enseñanza del arte”, donde el autor hace referencia a la manera
como el artista responde cuando le preguntan sobre qué hace, y
responde “pinto al óleo”, el autor reflexiona sobre ese proceso
según el cual le preguntan un qué y el artista responde con un
cómo, el mismo autor mencionado plantea la dificultad que implica
que el profesional del campo del arte considere que la información
técnica justifica su actividad. Pero también se plantea en éste
texto que al científico que se formule la misma pregunta no va a
responder: “miro a través de un microscopio electrónico”, y
procuraría más bien hacer referencia a su proyecto en curso.
Esta situación puede relacionarse con el campo de la
investigación. El científico tiende a considerar que la
referencia a investigación necesariamente está ligada a lo
científico, y la mayoría de las personas dan por sentado este
aspecto, investigación=científico.
Por su parte el artista tiende a esquivar la relación arte-
investigación, apoyándose en ese mismo imaginario generalizado
sobre la relación ciencia-investigación, y la distancia entre
arte-investigación. Al igual que con la reflexión del Luis
Camnitzer, se podría revisar la relación existente entre
investigación y cualquier práctica profesional. La ciencia y su
método poseen unas características particulares que le son
propias, pero no todas se pueden considerar exclusivas de sus
procedimientos, existiendo además un factor fundamental que juega
un papel esencial en el proceso del descubrimiento científico, la
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creación, y el cual puede, siguiendo ese mismo procedimiento de
deducción, asumirse como propio y exclusivo del arte.
El cómo, método científico, no puede ni debe considerarse igual al
qué, a la esencia, lo investigativo. Pues sí es posible considerar
que la ciencia al apoyarse en la investigación desarrolla su
método científico, igualmente resulta válido considerar que el
arte, apoyándose en la investigación, produce desarrollos
creativos.
Es posible comprender que existe un hecho histórico significativo,
antes de que la ciencia desarrollara el denominado método
científico, el arte trabajaba sobre la disciplina, es decir, el
rigor investigativo enfocado en la creación.
Por que investigación es un concepto que va más allá del simple
proceder metodológico, más allá del diseño de estrategias para el
desarrollo de proyectos, es eso y mucho más,
Lo investigativo antes que ser un procedimiento es una actitud, y
es ahí dónde radica el valor, la validez y la pertinencia de
considerar que sí es posible desarrollar procesos de creación
soportados sobre un modelo de investigación-creación, como algunos
lo denominan para diferenciarlo del procedimiento esencialmente
científico.
De allí la necesidad de proponer una mirada más flexible frente al
tema de la investigación, su relación con artes y la pertinencia
de asumir dicha relación como eje formativo en el campo de las
artes, y en los procesos de desarrollo integral humano.
Mirada que estaría muy cerca de la propuesta de Joseph Beuys en su
conferencia “Cada hombre es un artista” del año 1958, dónde
expone: La fórmula del concepto ampliado del arte se explica, así
pues, de la siguiente manera: ARTE=CAPITAL…Una vez más: el CAPITAL
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no es el dinero (medio de producción), el CAPITAL son las
capacidades y el producto de las capacidades. Estas capacidades
que están muy ligadas con la actitud, y ese otro planteamiento del
mismo Beuys, según el cual lo más plástico que hay es el
pensamiento, permiten insistir sobre el valor de la investigación
como base del desarrollo artístico, y como soporte procedimental
del ejercicio de crear.
Pero alcanzar la meta de crear instituciones libres, que
desarrollen proyectos educativos focalizados en el arte como
experiencia de libertad no es sencillo, pero consolidar el campo
de la investigación-creación, o investigación en arte puede
resultar una estrategia pertinente para lograrlo.
Procesos de investigación-creación en artes, sentido,
pertinencia y potencial plástico
El arte es la espacialidad del cuerpo que atraviesa por las vías del goce,
censuras y miedos, para disolverse en el espacio de la representación
V. Fuenmayor
El campo de la investigación y su relación con las artes sigue
siendo un espacio de discusión y confrontación bastante complejo,
establecer la relación entre ambos campos de experiencia ha
generado muchas discusiones, muchos documentos, encuentros y
desencuentros. Esta reflexión busca presentar una alternativa de
encuentro entre el campo del arte y el contexto de lo
investigativo, definiendo espacios particulares donde estos
encuentros se dan y permiten establecer modos de aproximación que
ayuden a comprender que las distancias entre ambos no deberían ser
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tan marcadas, ni por las posiciones radicales, por las miradas
reductivas, ni por las diferencias que se pretende enfatizar entre
investigación y arte.
Como punto de partida se establece una claridad frente a la
diferenciación oportuna y necesaria sobre el sentido de uno de los
componentes de ésta reflexión, la investigación. Diferenciándola
del campo con el cual se supone relacionada exclusivamente, la
ciencia.
Esta exclusividad ha sido parte del conflicto a la hora de
establecer la pertinencia y validez de la relación eficiente entre
arte e investigación.
La relación entre arte y ciencia no ha sido fácil a nivel de
discurso, históricamente hablando, sin embargo ha estado presente
de manera permanente. Se ha construido una diferencia
aparentemente radical entre estos dos mundos, el de la ciencia y
el del arte, soportada sobre la concepción de ser dos modos
diferentes de entender el mundo y que no poseen puntos de
encuentro.
Del campo de la ciencia se supone que surge un componente que ha
pretendido ser exclusividad suya: la investigación. Pero si se
revisa el desarrollo histórico en esencia es posible comprender
que el arte tuvo la Disciplina, antes de que la ciencia tuviera la
investigación como método; de hecho no sería atrevido afirmar que
el método científico tiene en gran medida su origen en los
procesos exploratorios del arte y la alquimia, y la búsqueda por
sistematizar sus procedimientos creativos.
En el campo de la creación artística siempre ha existido un
procedimiento del hacer que requiere rigor, sistematización de
procesos, y exploración contrastada, se le ha denominado
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disciplina artística. Contrario a los imaginarios populares,
donde se supone que el artista es un sujeto asistemático, carente
de rigor y desconectado de su realidad, sucede justamente lo
contrario dentro de los procesos de creación artística eficientes.
El arte es un camino difícil, exigente, que requiere de unas
aproximaciones disciplinadas, rigurosas y permanentes; siendo
muchas veces más exigente que el proceso de creación denominado
científico.
La ciencia se consolida a partir de un procedimiento metodológico,
un hacer soportado sobre la experimentación que busca comprobar
una hipótesis, método que sistematizaron personas como Bacon, y
antes que él ya estaban explorando estos procedimientos personajes
como Grosseteste y Galileo, pero estas aproximaciones fueron
esencialmente teóricas. La ciencia y su método se confrontaban
con el arte y su método en un punto que luego se convertiría en el
punto de quiebre discursivo, la práctica.
La ciencia, entendida desde una mirada reducida, defiende su
naturaleza radicalmente teórica, frente al arte y su naturaleza
esencialmente práctica, aplicada.
Pero, si bien en su origen como metodologías ambos campos, ciencia
y arte, partían de un componente esencial: la observación, con el
tiempo se fueron distanciando los modos de hacer, hasta llegar a
establecer unos límites demasiado marcados que han llevado a creer
en dos premisas fundamentalmente erradas:
El arte no es una forma de conocimiento.
La investigación es exclusiva de la ciencia.
Para superar ésta apreciación es conveniente revisar algunos
aspectos que permiten contextualizar mejor la situación, y
establecer caminos de análisis, contrastación y soporte a la
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discusión, para comprender mejor la pertinencia y potencial que
tiene el campo de la investigación-creación, como espacio de
metodología investigativa en artes.
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Contexto, ¿Arte, o, Ciencia?...origen de las distancias…“la ciencia, como persecución de la verdad, será igual, pero no superior al arte”
Bertrand Russell
La distancia entre el mundo del arte y el mundo de la ciencia
puede iniciarse en la antigüedad griega. Ya en el mundo griego
se establece un nivel de distanciamiento al marcarse la diferencia
entre la epistheme, que poseía en su origen griego una connotación
de labor especial, centrada en el uso del pensamiento, uso que
además no requería según los conocimientos de la época
intervención del cuerpo, y por ende se trataba de una actividad de
hombres libres, una actividad pura, del pensamiento. Y que
posteriormente va a generar el sentido de ciencia.
Y la techne, cuya connotación en el mismo contexto se refería
aquella actividad que involucraba el uso del cuerpo, por tanto no
era pura, no era propia de hombres libres sino de esclavos, y que
generara el sentido de arte. A pesar de las diferencias de
sentido su evolución fue paralela, y en muchas oportunidades se
entrecruzo.
Sí bien la epistemología se convirtió en un procedimiento centrado
en el conocimiento, como algo abstracto; y la técnica, a su vez,
se convirtió en un saber hacer material, en la producción a
partir de un saber; ambos conceptos se necesitan mutuamente en el
desarrollo de la cultura humana.
El término arte evoluciono de la techne griega, hasta el ars
medieval, asumiendo un sentido próximo al de técnica pero muy
ligado al saber epistemológico. Aunque se fue desvirtuando en el
tiempo hasta convertirse en ars, cuya connotación original está
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más ligada al proceso generador que al producto resultante, el ars
transformado en arte se asumió como un producto formal específico
y el modo de usar las herramientas para hacerlo, perdiendo su
esencia de proceso y sistema en este transito al termino arte.
Históricamente se creó un distanciamiento cada vez mayor entre las
posturas de los creadores artísticos y los investigadores
científicos, al establecer una diferencia de método entre la
creación del genio artístico y la exploración del científico. Sin
embargo estas diferencias no eran marcadas en la época del
Renacimiento, donde sujetos como Da Vinci y Galileo exploraban
similares modelos de trabajo y contrastación de proyectos
investigativos. Época dónde, además, surge el método científico
y ese sentido generalizado de ciencia que aún hoy predomina.
En la actualidad los límites entre ambas concepciones del mundo se
suponen definidos desde el aspecto metodológico; igual se asumen
posturas radicales al pensar en la ciencia como el procedimiento
que surge de la objetividad y la generalización, frente al arte
como ese procedimiento subjetivo y personal que se aleja de lo
objetivo y generalizable.
Pero también se ha venido alimentando el distanciamiento desde la
concepción tradicional de conocimiento generada por el estudio del
método científico, donde solo se conciben cuatro modos de
conocimiento: el empírico, el filosófico, el teológico y el
científico. El arte no es considerado como un modo de
conocimiento dentro de esta concepción del método de apropiación
de la realidad, tan solo se trata de una práctica que produce
resultados formales.
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Esta concepción no considera importantes los procesos involucrados
en la creación artística ni su nivel de complejidad. De todos
modos esa forma de asumir el conocimiento, o los tipos de
conocimiento, fue marginando el arte del campo de reflexión sobre
el pensamiento y el desarrollo humano, incluso alimento otra
concepción idealizada, la del genio artístico. Así, el arte es
producto de unos sujetos especiales, extraños, poco comunes,
quienes conciben productos gracias a alguna causa extraña e
inexplicable.
Ya en el mundo griego, también, buscaron respuesta a esa causa y
crearon el concepto de las Musas, las Musas insuflando el
enthousiasmos al creador. Ese arrebato divino, originado por los
dioses, hace al artista y al creador seres extraordinarios. Con
lo cual nace el mito mismo del artista como un ser especial.
El Renacimiento, época en que se originan conceptos que aún hoy
asumimos como son el concepto de ciencia, arte y, claro, genio
artístico, ayuda en este distanciamiento entre las prácticas de
los hombres comunes y de aquellos supuestos elegidos de los
dioses, los artistas. Partiendo de esa concepción ya la distancia
entre ciencia y arte, entre científico y artista, se fue ampliando
y distorsionando.
Y parte de esa distorsión ha sido la manera reductiva en que se
contempla el arte y sus procesos, el arte y la complejidad
involucrada en su generación.
El arte se ha presentado como un espacio cómodo, una práctica
fácil y poco exigente en términos cognitivos y procedimentales,
razón por la cual no es considerado un campo valido, ni
suficientemente riguroso para reflexionar alrededor de la
investigación o la metodología.
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Esta situación fue aceptada sin mayor resistencia hasta el siglo
veinte, momento en el cual la misma ciencia pone en duda la
objetividad de sus procedimientos, la infalibilidad de sus
procesos y la naturaleza de su enfoque, abriendo una oportunidad
de reflexión alrededor del arte como campo de conocimiento y
espacio de investigación.
Por eso es necesario reflexionar sobre la relación entre
investigación y arte sin estar amarrados a las concepciones que ya
se expusieron, mismas que tienen una clara connotación
reduccionista y limitadora, es necesario establecer como objeto
de análisis el proceso artístico, el método, el contexto de la
experiencia artística, y a partir de ello plantear las
posibilidades reales de la investigación en el campo del arte.
Pero dejando muy claro que lo investigativo no es necesariamente
científico.
Investigación y ArteUna vez establecido que la diferencia entre ciencia y arte surge
en un proceso de desinformación gradual, que se remonta en la
historia, y que en esencia pretende evitar analizar la complejidad
misma de los procesos de creación artística; es posible proponer
una nueva manera de abordar el tema de la relación entre arte e
investigación sin tener que ligar esta última al campo de la
ciencia, como si fuera exclusividad de la misma.
Pero esta manera de observar y asumir la investigación resulta
complicada debido a la aceptación generalizada que supone que la
investigación pertenece exclusivamente al campo de lo científico,
de igual modo, existe un imaginario según el cual la creatividad
es exclusiva del arte.
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Salvando esta mirada limitada y reductiva, es preciso revisar por
qué la investigación no es exclusiva del campo científico.
Sí bien es cierto que el método científico se apoya en un
procedimiento práctico que le permite capturar información de la
realidad, pero información sistematizada, y que ese recurso lo
aporta la investigación, no es un recurso que se circunscriba de
manera exclusiva al campo de la ciencia por cuanto investigar se
refiere al modo, a la práctica, y a la actitud que permiten
seguir la información, organizarla e interpretarla con un objetivo
preciso.
In vestigium ire se refiere a la capacidad de buscar para conocer,
para comprender. Y esa práctica, ese proceso, y esa actitud no
son exclusivas de ningún campo de experiencia o conocimiento, más
bien resultan necesarias para toda práctica humana de acomodación
y apropiación de la realidad.
Considerando esta idea, sobre la naturaleza de la investigación
como una habilidad y una capacidad humana, es posible asumir que
cualquier campo de conocimiento puede aprovecharla dentro de sus
propios procesos de construcción de conocimiento, de construcción
de sentido. Y el arte no es una excepción a esta posibilidad.
Puede resultar útil, para ampliar esta concepción, exponer
aspectos del campo de la ciencia relacionados con la
investigación, que permitan comprender un poco los límites de esta
forma de conocimiento científico para establecer las ventajas y
posibilidades del campo del arte al asumir la investigación como
recurso metodológico.
21
HIPOTESIS
FORMULACIÓN DE PROBLEMAS
Y BÚSQUEDA DE SOLUCIONES
EXPLORACIÓN SISTEMÁTICA DESDE UN MARCO TEÓRICO
COMPROBACIÓN Y VERIFICACIÓN
INFORME
DISEÑO METODOLÓGICO
GENERALIZACIÓN OBJETIVA
PROCESO
INVESTIGACIÓNCIENCIA
El conocimiento científico se apoya sobre unos principios
puntuales que lo caracterizan, y le dan un enfoque preciso a sus
propios procedimientos investigativos, a su método.
Lo Científico debe poseer varias características para serlo: debe
ser objetivo, generalizable y predictivo. El método científico
busca Interpretar y explicar causas. Parte de una suposición,
hipótesis, que debe ser validada en la experimentación controlada.
La ciencia procede de manera directa con análisis y reducción
cuantitativa de la realidad.
Componentes de la relación investigación-ciencia
Este esquema permite visualizar los componentes que caracterizan
el pensamiento científico relacionado con lo investigativo, la
hipótesis y su carácter como base de predicción es una de las
principales características del modelo de investigación
científica.
22
Esta forma de investigación busca comprender un fragmento de la
realidad, para lo cual primero lo extrae con algún tipo de
procedimiento, y lo observa, lo analiza para establecer si sus
supuestos, sus hipótesis responden a los criterios preestablecidos
por el observador. Este modo de trabajo permite ir apropiándose
de fracciones de la realidad debido a la complejidad de la misma,
pero en las misma medida lleva a generar una mirada fragmentada
sobre la realidad aparente, pues en muchos casos se olvida que no
existe una única realidad, sino múltiples alternativas,
dependiendo de diversas variables todas condicionadas por la
subjetividad del observador y del momento de la observación.
De allí que se acuda al concepto de objetividad como otra
condición del modelo científico, pues una observación juiciosa
permite establecer que debido a las condiciones del observador
siempre estará involucrado algún nivel de subjetividad, por tanto
es casi imposible establecer generalizaciones.
En el campo de la ciencia las áreas que se dedicaron a revisar y
tratar de comprender el mundo físico establecieron ciertos
procedimientos para controlar sus pruebas, sus experimentos, que
no son otra cosa que estrategias para aislar fragmentos de una
realidad y observar sus características de manera controlada.
Pero este control, que puede resultar un poco más fácil con
ciertas características del mundo físico, se torna más complejo en
el mundo social, en las realidades sociales, de allí que el campo
de las ciencias sociales empezará a cuestionar la pertinencia del
experimento en sus procesos investigativos, la validez de la
objetividad como componente fundamental para aceptar la
cientificidad de un proceso, y por ello da inicio a un proceso de
revisión de alternativas metodológico investigativas que
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estuvieran más acorde con la naturaleza de sus objetos de
observación, de investigación.
Esto dio origen a principios metodológicos como el principio de
falsabilidad de Popper, el cual buscaba generar un recurso
metodológico que permitiera refutar la intención de universalidad
científica que chocaba con las múltiples alternativas que la
realidad presenta, rechazaba así el verificacionismo tan caro al
modelo científico de investigación.
Estas revisiones buscan la prueba de certezas, el método
científico se soporta sobre la predicción, y alimentan un modo de
apropiación, el modelo positivista, mismo que refuerza la
cientificidad de lo investigativo.
El concepto mismo de método, de metodología, se ha amarrado al
campo de lo científico como si fuera exclusivo del mismo. Y se
llegó a establecer una triada aparentemente inseparable,
metodología-de-investigación-científica.
El campo del arte es un campo muy complejo, donde se dan encuentro
múltiples variables y procesos que no son claros para la mayoría
por cuanto no son conscientes de su existencia, mucho menos del
papel que juegan en la experiencia artística y creadora.
El arte requiere de procesos y componentes que exigen una dinámica
de trabajo muy rigurosa, de igual modo exigen una actitud y un
acercamiento cognitivo demasiado complejo; para relacionar todos
estos aspectos el contexto del arte desarrollo un procedimiento y
un –hacer- que ha caracterizado esta forma de ver y actuar en el
mundo: la Disciplina. Contemplada como actitud y conducta, es el
ejercicio consciente del rigor, tanto en el pensar, como en el
programar, como en el ejecutar lo planeado.
24
PROPUESTAFORMAL ESPACIAL
SENSORIAL
DEFINICIÓN DE OBJETO
Y BÚSQUEDA DE SOLUCIONES
CONSTRUCCIÓNSISTEMÁTICADE SENTIDODESDE LOSREFERENTES
ACCIONESEXPRESIVAS EVALUABLES
MEMORIA-PROCESO
PROYECTOPROCESO
METODOLÓGICOCONFIGURACIÓN
ESPACIAL
SUBJETIVO
PROCESO
ARTEYO
Como se expuso ya, antes de que la ciencia tuviera método, el arte
tenía la Disciplina.
Si contrastamos los componentes del proceso de investigación
científica con los componentes del proceso de investigación en
artes veremos similitudes y diferencias:
Componentes proceso de investigación-creación en arte
El proceso de creación en artes se construye y se mantiene a lo
largo de su desarrollo enfocado en la subjetividad del sujeto
creador. No pretende realizar predicciones, antes bien,
establece como una condición característica la posibilidad de
reacomodarse a la realidad dónde surge, dependiente de la
subjetividad de quien desarrolla el proceso creador.
25
En ambos procesos, científico y artístico, el resultado final
esperado es construcción de sentido en el sujeto que investiga, no
importa el campo de conocimiento al cual pertenezca.
Es claro que ambos son procesos complejos, donde intervienen
múltiples variables, pero mientras la ciencia siempre busca
controlar las variables mediante su modelo de experimentación y
control, en arte no se puede predecir ni controlar todo el
sistema, razón por la cual es posible establecer que se trata de
un modelo emergente, el cual se adecúa al contexto situacional del
proceso abordado.
Se parte de un principio fundamental, el arte es un paradigma de
conocimiento tan válido como los otros tradicionalmente
establecidos (filosófico, teológico, empírico y científico), y su
complejidad se evidencia al observar cuidadosamente sus
componentes como sistema.
Edgar Morín explora esta complejidad cuando presenta el concepto
del doble pensamiento, y analiza la importancia de considerar
tanto el logos como el mithos como elementos fundamentales en la
construcción de conocimiento, dando además el valor al campo de
las artes y su directa relación con el mundo simbólico.
Volviendo sobre la reflexión central, la pertinencia de hablar de
investigación en arte, es importante recalcar dos aspectos:
El arte no hace predicciones, y frente a la ciencia no
pretende probar certezas, busca crear posibilidades.
La investigación es una actitud antes que un método, pero
puede enriquecer e impulsar diversos métodos para construir
sentido. Por tanto es factible aprovecharla en cualquier
campo de experiencia y conocimiento.
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Con estos presupuestos se puede revisar el proceso de
investigación relacionado con el arte y sus diversos lenguajes y
procedimientos de creación.
En ambas experiencias, la artística y la investigativa, el punto
de partida es la percepción del sujeto. Percepción que se apoya
en el proceso de observación, mismo que define el resto del
proceso investigativo o creativo, de allí que Gombrich haya
afirmado que “no hay ojo inocente”.
La observación, y todo lo que implica, esta mediado por la
historia y realidades del sujeto que observa, volvemos así al
problema de la objetividad. Es imposible ser objetivo totalmente.
Y esa que resulta ser una preocupación fundamental para el método
de investigación científica, la imposibilidad de ser objetivo, se
vuelve un recurso importante para el proceso de creación
artística, la subjetividad es un componente esencial a la hora de
validar la experiencia artística.
El sujeto escoge el objeto de análisis, de investigación, de
observación; y toma esa decisión partiendo de su experiencia,
luego es la subjetividad la que decide y define el objeto de
investigación.
Con lo cual se puede establecer que los límites de la
investigación están dados por el objeto de la misma, y en el caso
del arte sería un objeto definido desde los intereses y deseos del
investigador, y no tanto por un supuesto bienestar común, como
pretende en gran medida la mirada científica.
Pero para definir un modelo de trabajo, una metodología, el sujeto
se vale de la palabra, y esta también define y delimita al objeto
de investigación. El lenguaje permite interpretar tanto el
27
pensamiento como la realidad, y establece así unos límites
formales al sentido, limites que se caracterizan a partir del
contexto donde surgen, y por ello adquieren algún valor simbólico
en dicho contexto.
Lo simbólico siempre está presente en las experiencias humanas, en
mayor o menor grado afecta todo proceso analítico y reflexivo,
interpretativo de la realidad. El conocimiento, como resultado,
siempre será el resultado de una interacción dialéctica, de un
dialogo entre la imagen o el estímulo físico de una realidad dada,
externa, y el contexto personal, interior, del sujeto que observa
e interpreta. Como dice Morín (1984) “nuestras ideas no son
reflejos de lo real, sino traducciones”.
En un proceso investigativo estos elementos deben ser considerados
siempre.
La investigación debe considerarse como una experiencia y un
proceso, cuyo objetivo final es producir conocimiento. En cuanto
experiencia se necesita una actitud particular, lo investigativo
requiere de un comportamiento caracterizado por la interrogación
permanente, y la necesidad de buscar sentido. Búsqueda que
pretende saber y comprender las diversas realidades, las acciones,
las situaciones y los objetos hacía los cuales vuelca su interés y
atención.
Ander-Egg (1978) plantea la investigación como un procedimiento
reflexivo, sistemático, controlado y crítico, que permite
descubrir nuevos hechos o datos, relaciones o leyes, en cualquier
campo del conocimiento humano.
Pero la investigación también es un proceso de pensamiento que se
soporta sobre el equívoco, sobre la reflexión del intento fallido,
y la superación del mismo a partir de la reconfiguración de
28
posibles logros. Los resultados de la investigación deben ser
socializables, y al ser un proceso sistemático debe poder
racionalizar su desarrollo, dando cuenta de los procedimientos
implicados, los procesos de producción de resultados, los
componentes sensibles, y los resultados logrados.
Y el informe escrito que da cuenta sobre todo esto es lo que
tradicionalmente se ha confundido con el proyecto de investigación
mismo. Es necesario enfatizar sobre este punto, existe una
tendencia a considerar como proyecto investigativo al documento
que da cuenta del proceso mismo del proyecto, pero el proyecto es
el pensamiento convertido en objeto de investigación, el proceso
de desarrollo y la metodología que lo orienta, y el producto
resultante.
Un proyecto de investigación es un sistema de sentido, el cual
involucra a la persona que investiga, los elementos estructurales
del proyecto, el proceso, el producto, y el documento que
sistematiza la información generada durante el proceso y
contextualiza a otros sobre el mismo: el informe de investigación.
Si estos componentes se asumen claramente es más fácil comprender
la complejidad de un proyecto, y la necesidad de ser riguroso al
desarrollarlo. Investigar no se limita a rastrear información,
esto simplemente sirve como estrategia para encontrar información;
no se reduce a tabular datos, lo cual sirve de sistematización de
información; ni tampoco se agota en la acción de llenar formatos
de informe.
Comprendiendo estas diferencias es más factible abordar el proceso
investigativo como una experiencia de búsqueda, la cual exige
rigor y sistematización. Y ese mismo rigor es fundamental en los
procesos de investigación en artes, no es gratuito que uno de los
29
lemas de Leonardo Da Vinci fuera Ostinato Rigore, el rigor, la
disciplina del creador artístico.
Investigación+arteLa reflexión sobre los procesos creativos que desarrollan los
artistas, la necesidad de establecer la pertinencia de hablar de
una metodología en el campo de las artes, llevó a discusiones
donde se cruzaron vertientes de pensamiento diversas, posiciones
contrarias, y se estableció la necesidad de acuñar un término para
este campo de experiencia: investigación-creación.
Los primeros que lo utilizan de manera generalizada son los
especialistas del campo de la educación artística, pero hace
alusión al gran contexto de creación en artes. Y es evidente que
el concepto surge de aquellas reflexiones alrededor de la relación
entre investigación y artes, investigación-ciencia.
Investigación-creación es un concepto que se refiere a los
procedimientos relacionados con el campo del arte y su complejidad
como paradigma de conocimiento y como sistema de sentido.
El modelo de análisis de este enfoque, investigación-creación, no
puede sustraerse al proceso histórico que ha construido un modelo
de metodología de investigación amarrado a la ciencia, de allí que
se pueda establecer que la investigación en artes, su reflexión
metodológica, pueda ligarse a otros campos de conocimiento, siendo
así un modelo subsidiado por los métodos de estos otros campos
(sociología, psicología, antropología, historia, etc.).
La aproximación histórica a la configuración de éste modelo de
investigación-creación se consolida en el siglo veinte. La
30
preocupación metodológica ha estado presente en diferentes
momentos y manifestaciones artísticas, pero la mirada más global e
integral no se ha dado hasta tiempos recientes.
La sistematización y disciplina de los procesos de creación ya se
puede percibir en los modos de trabajo de los grandes maestros
renacentistas, a su vez, la rigurosidad teórica y analítica que
acompaña la producción artística de finales del siglo XIX también
es muestra de ello. De igual modo, la creación de manifiestos
propios de los movimientos artísticos de principios del siglo XX
consolida esa búsqueda teórica, y esta sistematización
metodológica con miras a una configuración formal específica.
Entonces la investigación y su método no han sido ajenos al
proceso artístico, pero se ha circunscrito al análisis de la obra
terminada. El campo donde mejor se vislumbra la relación
metodológica ha sido la Historia del arte, donde se revisa la
creación como resultado superado, pero se desconoce el valor del
proceso generador como objeto de reflexión y análisis.
Pero incluso en el campo de la Historia del arte se llega a
establecer que la metodología utilizada no es la más apropiada.
En ella se ha concentrado el análisis desde la mirada sociológica
casi exclusivamente, tal como lo expone García Canclini: existe
insuficiencia metódica en ese campo de interpretación del hecho
estético consumado, con lo cual la sociología no ha podido
solucionar el problema de la interpretación al actuar de manera
demasiado rígida en sus abordajes.2 Autores como Hausser,
Duvignaud, Bordieu realizan exploraciones investigativas en el
2 García Canclini, Nestor. La producción simbólica, teoría y método ensociología del arte. Editorial siglo XXI, México, 1979, pp 9-64
31
campo histórico desde la sociología y diversas miradas
metodológicas relacionadas con ese campo de saber. Kavolis
propone reflexionar sobre el proceso generador del hecho estético,
para consolidar una sociología del arte propiamente dicha.3
Un autor interesado en la investigación y la generación de un
método investigativo relacionado con lo artístico fue Nikolai
Tarabukin, quien a principios del siglo XX propuso la necesidad de
abordar el problema metodológico de la ciencia del arte,
definiendo además, la imposibilidad de generalizar un modo de
trabajo para todos los fenómenos artísticos. Sin embargo,
emprende la consolidación de un método de investigación que apunta
hacia los procesos de producción artística, y no solo a la
reflexión sobre los productos ya definidos. Denomina a este
método formal-productivista, buscando reunir dos momentos del proceso
artístico. El primer término, formal, se refiere a la forma
acabada; el segundo, productivista, al proceso de creación del objeto.
La intención de Tarabukin era incursionar en la comprensión del
proceso productivo artístico, con miras a superar lo que la
Estética de su tiempo “cubría con el velo místico del misterio de
la creación”.4
Observando estas experiencias es fácil comprender que lo
metodológico se ha ido circunscribiendo a la exploración del
producto del proceso artístico, pero no se ha involucrado
sistemáticamente en la generación de dicho proceso.
Ya en otro espacio relacionado con lo artístico, la educación
artística, se aplica investigación metodológicamente orientada3 Kavolis, Vytautas. La expresión artística: un estudio sociológico.Amorrortu, Buenos Aires, 19684 Tarabukin, Nikolai. El último cuadro. Gustavo Gili, Barcelona, 1977
32
para conocer como crean los niños, y con base en ello establecer
las formas más adecuadas de enseñar arte en la escuela básica.
Así se pueden citar autores como Víctor Lowenfeld, Lucart, Kellog,
Glotón, etc., quienes expresan interés en el proceso de desarrollo
creativo infantil. La metodología se orienta aquí hacia la
enseñanza.
El creciente auge de la creatividad en los años 50 del siglo XX,
permitió ampliar las perspectivas alrededor del sentido e
importancia de la educación artística en el desarrollo humano,
siendo fruto de esa metódica sobre la enseñanza. Pero semejante
logro pedagógico se hizo tangible gracias al trabajo de un pionero
excepcional: Herbert Read.
Este investigador del arte expone, por una parte, una teoría que
cambiará el enfoque hasta el momento (1946) propio de la relación
entre educación y arte, hacia una visión más integradora e
integral para relacionar estos dos aspectos; lo cual se expone en
su texto ya clásico “La educación por medio del arte”, y por otra parte
explora el proceso de génesis de la obra como un problema de
construcción de sentido desde el contexto. Una de sus hipótesis
de reflexión aparece en la obra “Imagen e idea”: “el arte nunca ha sido un
intento de aprender la realidad como un todo eso está más allá de la capacidad humana;
no ha sido siquiera un esfuerzo por representar la totalidad de las apariencias, sino que
más bien ha sido el conocimiento fragmentario y la fijación paciente de lo significativo en
la experiencia humana”5.
Con lo cual expone que las artes han sido los medios por los
cuales el hombre ha podido comprender paso a paso la naturaleza de
las cosas. Ocupando el primer lugar y la función primaria en la
5 Read, Herbert. Imagen e Idea. Fondo de cultura económica, México, 1957,pp 12-13
33
evolución de todas las facultades superiores que constituyen la
cultura humana. Hipótesis atrevida pero que buscó ser validada
desde sus textos.
Ya en épocas más cercanas se han fortalecido y difundido
discursos semióticos que se concentran en el sentido y la
interpretación de las formas artísticas, definidas y acabadas;
pero hacia el interior del campo artístico el problema se
mantiene: cómo enriquecer el proceso generador del arte y su
método.
Diversos autores e investigadores vienen reflexionando sobre el
sentido y pertinencia de un espacio propio de la investigación
artística, se han desarrollado interesantes reflexiones sobre la
relación arte-educación-investigación, arte y sociedad,
investigación y creación.
Los dos grandes campos donde se desarrollan estos debates y
reflexiones son: el de la pedagogía artística, y, el de la
formación profesional de artistas. El uno más cercano al ámbito
de la educación como desarrollo integral y construcción de
sociedad, y el otro más cercano a los círculos profesionales de
creación artística.
La discusión revisa modos de delimitar los campos de práctica de
éstas investigaciones, algunos autores proponen hacer referencia a
investigación sobre las artes, investigación para las artes, e
investigación en las artes o práctica como investigación.
Buscando diferenciar los procesos investigativos según su
intención y objeto.
Autores como Armando Sarmiento proponen distinguir entre el
conocimiento (producto, saber logrado) y los procesos de
34
construcción que le dan origen (investigación, trabajo).
(Sarmiento, 2003). Con este tipo de aproximaciones se han ido
abriendo espacios para ampliar las maneras de abordar el problema
de la investigación-creación como una opción metodológica dónde
las artes y sus procesos de creación tengan un campo de
exploración, desarrollo y sustentación, permitiendo así consolidar
y promover el sentido y pertinencia de la investigación como un
componente natural, propio y fundamental del proceso artístico y
de sus procesos generadores.
Al interior de la academia se da una discusión bastante sesgada
en la cual algunos autores pretenden que el proceso y la
naturaleza de la investigación no pueden estar cercanos a los
procesos de creación artística, razón por la cual no deberían
generarse relaciones entre los campos de la investigación y las
artes. Sí bien los argumentos se desarrollan dentro de una lógica
más dominada por la emoción que por la racionalidad, encuentran
acogida en un amplio grupo de profesionales del arte que ven en
ésta posición un respaldo a su rechazo frente a los métodos
investigativos, y a los procesos académicos relacionados con la
formación profesional de artistas (Piedrahita, 2008) (Osuna,
2012).
Pero, de igual modo, existe otro grupo de académicos que buscan
demostrar que la relación entre ambos campos es mucho más fácil
que lo que el imaginario popular pretende, se sitúan tanto en el
ámbito de la educación artística como de las prácticas
profesionales y proponen asumir una mirada más amplia, flexible y
propositiva al respecto.
“se propone asumir una apertura de carácter holístico, soportada
sobre miradas interdisciplinares. Para superar la herencia
35
monológica que ha dominado en el campo del conocimiento, para
relativizar las relaciones entre disciplinas. Para producir
investigación interdisciplinaria, a partir del conflicto de
métodos, de la reducción del objeto analizado y de la ruptura de
los límites de las disciplinas” (Rodríguez, 2004). Uno de los
componentes esenciales del modelo de investigación-creación, o del
abordaje riguroso de la investigación en arte es el sentido de
interdisciplinariedad. Dentro de su esencia como campo de
conocimiento, el arte, posee esa característica de
interdisciplinariedad, y se ha hecho más marcada en el mundo
contemporáneo.
Podría afirmarse que una condición propia de la producción
artística contemporánea es esa interdisciplinariedad, y otra
condición que ha estado siempre presente en los procesos creativos
ha sido la investigación. Aunque por diversas razones se ha
desconocido o relegado de manera intencional hasta crear esa
percepción según la cual el proceso de creación artística no posee
una naturaleza fundamentalmente investigativa.
Creación y arte como experiencia investigativaEl arte, su proceso generador, de creación, asumido como una
experiencia de interpretación de la realidad, o de sus múltiples
posibilidades, es un sistema complejo de conocimiento. El
proceso que lo genera se soporta sobre la apropiación de las
realidades a partir de los sentidos, este proceso perceptivo
genera sensaciones que pueden traducirse en palabras, que a su vez
producen imágenes, formas, las cuales se pueden configurar en
cualquiera de los lenguajes artísticos.
36
Pero antes de ser un objeto formal socializable, este producto
artístico se configura como pensamiento, es el pensar construido
desde la observación y la reflexión alrededor de lo observado lo
que se convertirá en la base de una propuesta artística
cualquiera. Y el pensamiento referido involucra diferentes
procesos cognitivos complejos: análisis, asimilación, valoración,
emisión de juicio crítico e interpretación.
La apropiación que se genera es una forma de conocimiento
particular, el cual anima una forma de acción, la cual impulsa
procesos de configuración formal.
La forma depende del lenguaje utilizado para configurar el
pensamiento denominado artístico. Allí se definen los modos de
configuración formal particulares, ya sea desde el sonido, la
palabra, el movimiento o el espacio.
Este proceso creador, del arte, debe producir resultados
percibibles por otros, ir más allá del mundo de las ideas para
dejar de ser fantasía y entrar al campo de la creación, avanzar de
la imaginación a la acción productiva, el arte es esencialmente
producto.
Un producto de experiencias subjetivas, inicialmente individuales,
que expresa los resultados del proceso asumido de manera
expresiva, simbólica o metafórica.
Un sistema complejo de relaciones donde confluyen gran cantidad de
los aspectos que determinan los diversos lenguajes del arte, y que
se apoya sobre procesos metodológicos igualmente exigentes y
complejos.
Estos procedimientos metodológicos se alimentan, a su vez, de los
procesos de pensamiento lógico y simbólico, aunque para el campo
37
del arte el segundo resulta más interesante y útil, en términos de
producción de resultados.
El logos aporta el razonamiento, la cognición focalizada, la
categorización de ideas, metodológicamente aporta la convergencia,
la capacidad de focalizar y puntualizar, lo cual configura la
posibilidad de realizar una formulación objetiva. En cuanto a
información y datos, permite la comunicación interpersonal, con
los otros.
Por su parte, el pensamiento simbólico, el mithos, aporta la
libertad y flexibilidad de explorar ideas, en lo metodológico la
opción de la divergencia, alimenta el proceso como reacción
subjetiva. En cuanto a comunicación se enfoca en lo
intrapersonal, el viaje al interior del sujeto. También ayuda a
alimentar la intuición, a partir del proceso racional que permite
seleccionar y asumir cierta información del contexto como base de
un proceso más libre, definido por la sensibilidad y el deseo.
En el campo investigativo-experimental, específico del arte, se
comprende que participan activamente tres procesos claros: lo
metodológico (conceptualización), lo creativo (producción) y lo
social (gestión). Los mismos que han sido el soporte permanente
del Arte y sus lenguajes. Razón por la cual es imposible desligar
una formación seria del artista profesional del desarrollo
articulado y sistemático de tales procesos.
Centrando el proceso de investigación-experimentación en el ámbito
artístico, podrían establecerse características de éste ámbito
complejo: el arte es una actividad en la que, al modificar la
38
naturaleza de la conciencia, se modifica la realidad, se proponen
nuevas realidades.
La primera conciencia que se transforma es la propia del sujeto
creador, y según la circulación, socialización de su propuesta que
se realice, se generara un cambio a nivel social con base en el
tipo de producto artístico generado. El arte es una experiencia
para el individuo creador, y su producto debe proponer un tipo
especial de experiencia para el observador-espectador de su
producto.
Esta experiencia tiene un carácter subjetivo, personal y
propositivo. Y como proceso es un camino, un viaje donde el sujeto
creador interpreta y propone caminos para nuevas y variadas
interpretaciones
Procede indirectamente por representación imágica de existencias
coherentes y coherencias existenciales, el artista crea imágenes,
da vida a nuevas realidades por medio de sus propuestas.
Representa su interpretación, configurándola apoyado en diversos
lenguajes expresivos, lenguajes que permiten dar forma a sus
experiencias e interpretaciones personales. Es, igualmente, un
proceso expresivo, el artista al crear se expone, evidencia a los
sentidos su propio mundo interior, personal, subjetivo. La
creación artística se soporta sobre un sistema de acciones
expresivas sistematizadas, pero el hecho de ser sistematizadas no
implica que sean generalizables pues el enfoque subjetivo del
proceso mismo marca diferencias particulares. El sujeto creador
establece su método particular de trabajo, dependiendo del objeto
de investigación-creación, enfatizando que en éste contexto el
objeto no hace referencia a un objeto físico, sino a un objeto
intelectual, la base del proceso investigativo.
39
En éste marco el objeto se contempla como un fenómeno que va
siendo configurado como eje de la creación artística. Este Objeto
de investigación artística, es un sistema donde ese fenómeno tiene
lugar y posee un significado inherente, se convierte en fuente
potencial de datos para el creador-investigador
Dentro de ese sistema participan varios elementos, que se
articulan e integran, estableciendo una relación dialéctica con el
contexto:
Intención investigativa visual-plástica, sonora, corporal,
literaria. Se establecen preguntas de investigación,
creación.
El creador-investigador asume su espíritu investigativo para
apropiar los aspectos allí presentes: toma de decisiones.
Analiza y relaciona, define intenciones más enfocadas a sus
intereses, al contexto, a su posición subjetiva.
Les atribuye significado, desde las referencias establecidas,
con lo cual se convierte en un problema-forma de creación.
La intención del proceso investigativo básico es configurar el
objeto para poder convertirlo en forma visual y/o plástica,
sonora, corporal, literaria.
Así, NO se parte de un tema, este puede ser un referente de
partida para la reflexión y el análisis, convirtiéndose en un
esquema o dominio de significatividad de lo que se busca y se
“ve”. Al establecer relaciones más o menso claras se
configura como un sistema, lo cual permite enfocar las
estrategias que se definan en el proceso de desarrollo de
productos concretos.
Debe trabajar a partir del antes y el ahora. Los
antecedentes del sujeto investigador, las referencias y los
40
intereses establecidos permiten configurar los límites del
proyecto, para poder construir una base metodológica que
permita planear y desarrollar el proceso productivo en sí.
La manera de ejecutar este proceso, las estrategias elegidas
deben ser suficientemente flexibles para adecuarse a las
condiciones del desarrollo generado. Este modelo se adecúa a
la realidad contextual, dialoga con el contexto y se adapta a
lo que éste le propone, es emergente.
La base de este método es el problema interpretativo, que
requiere bases teóricas, para transformar el objeto de
análisis de lo que es, en lo que el creador desea que sea.
La producción de resultados está supeditada a lo que el
sujeto creador-investigador haya definido, y a su
conocimiento y experiencia. Esto establece la base para el
siguiente nivel de planeación, enfocado en la producción del
objeto artístico específico, según el lenguaje expresivo
elegido. Repitiéndose la misma secuencia analítica, pero
centrada en producción de formas artísticas.
Contemplados estos elementos es posible asumir un potencial modelo
de trabajo para los procesos de investigación en artes. Pero
comprender y aprovechar ese modelo y sus componentes requiere de
procesos formativos dónde los mismos sean la base de formación y
construcción de sentido.
Sí se hace referencia al contexto de las artes, es posible afirmar
que un proceso sólido de formación profesional debería estar
soportado sobre el desarrollo de estas habilidades investigativas,
y la comprensión de los componentes del proceso de investigación-
41
creación dentro de las propias prácticas de creación y dentro de
la cotidianidad del artista.
Del contexto de la educación de artistasAl revisar la historia de los procesos educativos profesionales
en artes, particularmente en artes plásticas, se pueden encontrar
algunos aspectos que se convirtieron en la tradición que ha
heredado la academia contemporánea.
Este modelo, de origen medieval, se caracterizaba por esa mirada
gremial, donde surge el concepto de aprendiz, como aquella persona
que asiste a un taller para el aprendizaje de reglas y
procedimientos y convertirse en un artesano calificado, y así
poder ejercer su oficio a nivel profesional, gracias al aval de un
maestro.
Siguiendo los planteamientos de Comenio en su Didáctica Magna
(1640) se dio origen a las denominadas Academias, Comenio plantea
la concepción disciplinar del arte para lo cual se debe trabajar
sobre tres requisitos:
Respeto por la norma y el procedimiento. Prescripción que
incluye: los temas tratados, la forma, la norma y los
procedimientos.
Dirección sabia y experta. El maestro especialista da el
carácter de especialización al proceso.
Metodología precisa. Se trabaja desde la tradición con
secuenciaciones de tipo acumulativo, de lo fácil a lo
difícil. El ejercicio frecuente, con orientación
productivista, el arte se aprende haciendo.
42
Se adquiere así una clasificación disciplinar del saber, y se
crean instituciones específicamente dedicadas a la formación
especializada.
A partir de entonces, el modelo occidental, ha estado
caracterizado por conservar algunos de estos componentes en la
gestión de sus procesos de enseñanza profesional, ya sea de manera
evidente, o velada.
La profesionalización del artista dio origen a las denominadas
Academias, instituciones que respondían a unas necesidades
precisas según las cuales el artista necesitaba controlar modos,
maneras de hacer, muy particulares y que estuvieran acordes con
estándares estéticos y formales aceptados por algunos grupos que
controlaban la producción y el mercado de las artes.
Estos enfoques se han mantenido más o menos iguales a lo largo de
dos siglos. Lo cual no significa que no existieran posiciones de
resistencia, las cuales han sido, a la larga, las que han
permitido ir ajustando los modelos de formación artística a las
necesidades de cada nueva época.
A principios del siglo XX la educación artística aún estaba
vinculada a la mirada europea de la estética. Con lo cual se
asociaba con un comportamiento civilizado y culto, herencia de las
concepciones italiana y francesa sobre el arte como un signo
visible de educación y clase social, un hito cultural. Y, además,
se asociaba con la idea sobre el valor de estudiar las bellas
artes y los clásicos como una forma de disciplina espiritual.
Hacia los años 50, en el mismo siglo XX, se desarrollo un modelo
según el cual el arte ofrecía un espacio donde explorar la
transdisciplinariedad y la interdisciplinariedad, para educar por
medio del arte. Desde allí se consolidó la percepción de las
43
posibilidades que tenían las estructuras estéticas para aplicarse
a otros ámbitos de experiencia y conocimiento, aportando a una
educación más integral.
Esta exploración, dentro del contexto educativo inaugurado por la
propuesta de John Dewey, del valor y poder de lo simbólico y lo
comunicativo en las artes, ha permitido consolidar la idea del
arte como agente cultural.
Esta percepción de las artes se convierte en un poderoso lenguaje
para la conciencia social y cultural, fortaleciendo su papel como
fuerza política.
Esta línea de pensamiento alimentó la percepción según la cual se
podría democratizar la cultura a través de la educación artística.
El arte se convierte en un agente social activo, puesto que las
artes pueden transmitir y cuestionar los ideales sociales, así
como permitir reconfigurar las construcciones sociales por parte
del artista y su participación activa en el contexto cultural.
Este modo de concebir el arte y al artista se soporta sobre las
reflexiones de John Dewey (1934) cuando plantea el arte como
autoexpresión, y espacio donde el creador materializa la
interacción que decida establecer con su entorno por medio de la
relación entre materia, proceso e idea.
La obra del artista estará marcada por la intencionalidad social
que decida imponerle.
Dewey establece la noción de una estética de la recepción, así
como una estética del contexto; la denominada experiencia estética
permitiría que el individuo se cree en la creación de los objetos6,
6 “creación que exige una adaptación activa a un material externo y queimplica una modificación del individuo cuyo fin es utilizar, y por tantosuperar, las necesidades externas, incorporándolas a una visión yexpresiones individuales” Dewey, 1934, 371 citado por Gennari, 1994,
44
el proceso de creación permite la configuración del sujeto como
persona, complejiza sus estructuras.
Con esta concepción la copia del modelo (en el sentido plástico
formal) se transforma en los espacios pedagógicos, para dar paso a
la importancia de confrontarse con la realidad para llegar a
comprenderla y en el caso de las artes transformarla, pero como
resultado de desarrollar la creatividad para utilizarla como base
de conocimiento, de apropiación de la realidad, o soporte para
crear nuevas realidades posibles.
Semejante apreciación de los procesos pedagógicos y de
construcción de conocimiento atravesó el campo de las artes, y de
la educación artística, reconsiderando los límites entre el arte y
la cotidianidad, así como entre las bellas artes y la cultura
popular.
Así, el proceso de construcción de sentido se enriqueció ganando
importancia en el proceso de análisis e interpretación de las
relaciones e interrelaciones, las transformaciones sociales y
personales, y el análisis crítico de sentido e intencionalidad que
se pueden dar al interior del arte y sus procesos.
Esta es una posición considerada postmoderna, y dentro de la misma
surgió y tomo mucho valor la tecnología, se democratizó el acceso
a muchos campos de conocimiento y experiencia, incluyendo las
artes.
El rechazo a la universalidad como criterio interpretativo que es
privilegiado y la aceptación de la diferencia como componente
analítico en la interpretación de las prácticas artísticas abrió
el camino para la coexistencia de diversidad de posiciones y
narraciones.
151.45
Pero esta manera de abordar la apropiación del mundo y sus
realidades, ha llevado a revisar los enfoques y métodos que debe
asumir y desarrollar un proceso de educación artística
contemporáneo.
Dentro de estas reflexiones, que buscaban tener un tono crítico,
se han creado una serie de propuestas pedagógicas en el campo de
las artes que han conservado de una u otra manera algunos de
aquellos componentes que han estado presentes en el proceso
histórico de la educación de artistas profesionales.
Es preciso aclarar que la mayor parte de estas reflexiones surgen
desde el campo específico de las artes plásticas, aunque es
posible hacer una extrapolación inclusiva permitiendo que la
reflexión abarque las otras formas y lenguajes de las artes en
general.
Cuando se revisan propuestas de formación profesional se puede
observar que el modelo de taller medieval sigue vigente, que la
figura y percepción del docente como el maestro en jefe del taller
gremial no ha variado mucho, que las destrezas manuales siguen
siendo la base del proceso formativo del artista plástico, que el
arte sigue manteniendo una posición elitista como un bien
cultural restringido a unos pocos elegidos, se mantiene la
percepción del artista como un genio especial con el don de la
originalidad; se contempla dentro de esta mirada al espacio de
formación del artista como un taller más de orden artesanal, donde
se prepara al futuro jefe de taller, o al artesano hábil, para dar
continuidad a una tradición procedimental; pero también coexisten
en esta realidad nuevas concepciones del espacio de aprendizaje
del arte como laboratorio de experimentación, la necesidad de
desarrollar la capacidad analítica y racional del sujeto como base
46
de la generación de proyectos de creación, la necesidad de acercar
el arte a toda la población sin discriminación, y la concepción
del arte como una experiencia estética que puede ser asumida por
todos y cada uno de los espectadores de estos mismos productos de
creación, dentro de una caracterización más popular. La libertad
de explorar como condición permanente del artista.
Se ha establecido, así, la necesidad de contemplar en el mismo
nivel de importancia y
relevancia los aspectos conceptuales y prácticos al interior de
los programas de formación avanzada de artistas, igualmente la
concepción de investigación como la base del proceso creativo del
artista ha llevado a comprender que este componente permite
vincular y promover el desarrollo de la capacidad propositiva y
creativa del futuro profesional del área.
La experiencia acumulada y contrastada de los diferentes miembros
de la comunicad académica, objeto de revisión, también ha
permitido colegir el valor real del conocimiento histórico dentro
de los procesos formativos, como un ingrediente que presenta la
base para comprender que el arte es un producto de orden cultural,
y que siempre responde a un contexto particular en tanto propuesta
de apropiación de la realidad del sujeto que crea.
El arte como lenguaje se consolida desde la perspectiva de una
concepción analítica y formalista, con lo cual se crea un espacio
para la educación artística centrada en la reflexión sobre el arte
y su forma.
Todos estos enfoques siguen presentes en la escuela de arte, pero
parece no existir una racionalización sobre la manera en que
pueden aprovecharse al máximo sus diversas características, y
acaso sea la revisión sobre el papel de la subjetividad y su
47
relevancia en el mundo contemporáneo la que pueda dar una
alternativa de exploración pedagógica.
Estos diferentes aspectos llevan a comprender que la base del
proceso de apropiación y comprensión de la realidad, el conocer,
está supeditado al desarrollo de un componente fundamental: el
cuerpo.
Al hacer referencia a la educación de artistas a nivel
profesional, es preciso establecer los límites dentro de los
cuales se consideró esta investigación, pues su proceso reflexivo
se concentró en la revisión de los contenidos y componentes
existentes al interior del programa de educación Artístico
Plástica en la Universidad El Bosque. Donde el proceso se
focaliza en una educación para el arte, y el eje del proceso es
desarrollar la capacidad crítica y reflexiva del sujeto que desea
ser artista profesional. Pero, además, fortalecer sus intereses
en el campo de experiencia y conocimiento, así como desarrollar
sus habilidades y capacidades técnicas para producir resultados
socializables.
Una educación artística de calidad no puede desligarse de un
desarrollo integral de la persona, tampoco puede desconocer la
importancia del cuerpo como medio principal del proceso expresivo
y productivo del artista.
Puede aludirse así a la necesidad de desarrollar una educación
artística en tanto educación estética, donde se desarrolle la
sensibilidad desde la sensorialidad, donde el cuerpo es medio y
herramienta.
Siendo el medio por excelencia del cual se vale el artista para
exponerse, para expresar aquello que tiene dentro de sí. A mayor
48
conciencia y control sobre el propio cuerpo, mejores desempeños en
las acciones que sean sugeridas como estrategias para el
aprendizaje, como recursos para un aprendizaje significativo. De
igual modo la experiencia directa del cuerpo sobre herramientas y
materiales parece asegurar mejores resultados en los procesos
formativos, y de apropiación, de la persona. Vale anotar que de
igual manera es el elemento fundamental para propiciar procesos
creativos y de configuración de soluciones artísticas, en
cualquiera de los lenguajes expresivos existentes. Sin cuerpo no
hay artes…no hay nada.
Existe otro aspecto que ha estado ligado históricamente a la
experiencia artística, la subjetividad, mismo que parece estar
ligado con el concepto de autonomía, puesto que cuando un educador
desarrolla autonomía en un estudiante le está enseñando a MIRAR
con sus propios ojos. Se dice que la mirada siempre es selectiva.
Quizás el elemento imprescindible de una educación artística
integral sea la educación de la mirada, pues es ella la que apoya
y consolida el desarrollo de la diferencia, de la autonomía y de
la subjetividad; siendo además el disparador del deseo, el
focalizador de la intención.
Dice Mario Gennari: “ en el acto de la visión, el sujeto define el
mundo a su antojo y según sus necesidades, establece jerarquías
según sus intereses específicos, escoge continuamente entre
distintas opciones, reduce drásticamente las redundancias,
restringe y focaliza las finalidades visuales; en conclusión en el
acto de la visión el hombre se transforma e, incluso en los actos
visuales más prudentes y frugales, transforma el mundo”7
7 Gennari, Mario. Educación Estética. Editorial Paidós, Barcelona, 1994,p. 34.
49
Y, cuando la subjetividad entra en el nivel propositivo, parece
estar accediendo a la categoría de creación, campo siempre citado
en la educación artística como componente obligatorio de los
currículos y su gestión; sin embargo, es un concepto demasiado
ambivalente y abierto. Creación en este caso sería la posibilidad
de reconfigurar el contexto, la realidad dada, para establecer
nuevos modos de representarla, o de interpretarla, o de asumirla.
Y son los mismos profesionales de las artes quienes han iniciado
una reflexión en torno a cuál debe ser el enfoque, las
características y los procedimientos más pertinentes para contar
con escuelas de formación profesional de artistas, que respondan a
los retos y necesidades del nuevo milenio y sus dinámicas tanto
sociales como personales.
La escuela de artes que se requiere, y que algunos de estos
profesionales imaginan, no existe aún, esta por configurarse. Y
si bien es cierto que existen y han existido experiencias de éxito
alrededor de esto, aún pueden optimizarse algunos aspectos para
llegar a una escuela de formación profesional de artistas que sea
más integral e integradora.
El reto se concentra en lograr configurar procesos pedagógicos que
permitan aprender a aprender como una preparación para la
inestabilidad, para la incertidumbre; para un futuro desconocido,
ambiguo y rápidamente cambiante, no solo desde el campo de las
artes, sino en todos los planos de experiencia humana. El siglo
XXI es un espacio lleno de alternativas, donde la prioridad la
tienen la velocidad y el volumen de información, la
superficialidad de los procesos, lo efímero de las relaciones y
los resultados, el paso del sujeto y su relación con los objetos a
50
una nueva concepción el sobjeto8, el sujeto que busca
permanentemente convertirse en un objeto de consumo por el resto
de sujetos del colectivo.
Henry Madoff expone, como resultado de su estudio compilatorio
sobre las escuelas de arte para el siglo XXI “Art School”: la
academia de arte del siglo XXI debe ser un agente, no solo de
crecimiento artístico, sino también de relevancia social y mejora.
La educación artística debe permitir al sujeto adquirir
conocimientos y habilidades prácticas, así como profesionalismo.
Pero también debe poder cambiar al ser humano, impulsando un
verdadero ethos artístico.
Con lo cual se concreta una percepción que tiende a generalizarse
en este siglo, frente a lo que se espera que sea la educación
profesional de artistas, y el reto del aporte del arte a la
educación en general.
Y parte de ese reto es establecer algunos límites y soportes
conceptuales que permitan configurar proyectos pedagógicos
realistas, pero alternativos a las necesidades y características
de lo contemporáneo, donde el deseo se convierta en la base que
motiva, pero que también permite concretar resultados
significativos para el sujeto.
8 Verdú, V. Yo y Tú, objetos de lujo. El personismo: la primera revolucióncultural del siglo XXI. Random House Mondadori, S.A. Barcelona, 2007.P. 103
51
Educación y deseoSe están considerando algunos aspectos focalizados en el campo de
lo pedagógico como base del proceso de análisis, y otros dirigidos
al campo de la educación artística como ámbito formador.
El modelo da soporte al método, asumido este como la forma
dinámica que adopta la situación educativa en el curso de la
explotación que pueda hacerse de esta situación.
Louis Not hace referencia a la metodología de la educación como
una problemática de medios y fines donde se estudian las
situaciones educativas, para asegurar su explotación situacional,
es una relación de sujeto-objeto. Donde el sujeto intenta asirse
según sus estructuras y esquemas propios, los cuales son generados
en forma de acciones productoras, y son resultado de su proceso de
asimilación y acomodación a la realidad contextual.
Y el objeto, dadas sus propias características particulares,
obliga a los esquemas a adaptarse a el. El objeto estructura al
sujeto.
El modelo, desde una perspectiva pedagógica, se ha contemplado
como aquella representación conceptual, simbólica, indirecta,
esquemática, parcial, selectiva de aspectos de una realidad; la
cual permite localizar la atención sobre aquello que considera
importante (Gimeno Sacristán, 1988). Siendo una construcción que
representa de manera simplificada una realidad o fenómeno, con el
fin de delimitar algunas de sus dimensiones, estableciendo
equilibrio entre la teoría y la práctica, entre lo real y lo
ideal, entre lo social y lo cultural, entre lo subjetivo y lo
objetivo (Martínez Santos, 1992).
52
Estos procesos de acomodación contextual siempre involucran el
sentido de la novedad.
Los procesos educativos deberían, entonces, centrarse en generar
el asombro. Y el asombro sería, así, la base del deseo, de la
necesidad de conocer, de comprender, de proponer.
Y esto no es ajeno al espacio universitario, ya lo dice Luis
Porter en su reflexión sobre la universidad del futuro: “es
necesario asumir la Universidad como un espacio artístico donde
confluyen lo racional, lo afectivo y lo emocional. Que
incorpore modelos divergentes de conocimiento que incluyan
factores afectivos que dinamizan o bloquean los procesos de
aprendizaje. La cognición esta cruzada por la pasión, pues no se
puede profundizar en el conocimiento sin sumergirse emotivamente
en un tema, o en un problema. Son las emociones y no las cadenas
lógicas de argumentación, las que actúan como provocadoras o
estabilizadoras”.9
En ese proceso de asumir las emociones como disparadores de la
intencionalidad de apropiarse de la realidad surge la importancia
del deseo, considerado como una manera de realizarse del
individuo, una estructura activa soportada sobre lo sensible, lo
afectivo y la acción. El deseo permite generar vínculos con los
campos simbólicos de otro ser. Buscando controlar y asimilar una
realidad ajena. Dice Nikolas Rose el deseo está más allá de la
sexualidad interna, transformándose en una diversidad de pasiones
centradas en el descubrimiento y la realización de la identidad
del yo.10
9 Luis Porter. “La universidad imaginada”, pp 140-142. Enhttp://www.revista.theomai.unq.edu.ar/numero15/ArtGaletar.pdf. Revisadofebrero 2010.
53
El deseo establece la posibilidad de la intención, y por ello
resulta muy importante en el campo de la experiencia creadora, y
de la acción expresiva. Pero directamente relacionado con el
individuo, y éste, a su vez, inserto en un contexto específico.
Pero el deseo, en tanto apetito, es además el motor de la actitud
investigativa, por ser esa necesidad de poseer, de realizarse.
Pero asumido de manera autónoma, libre.
Lain Entralgo expone tres aspectos que implica el deseo humano en
tanto apetito:
- Cierto conocimiento de aquello que se apetece.
- La libertad con que se ha elegido el objeto de la apetencia y
con que se inventa lo que lleva su posesión.
- El amor con que ese objeto nos vincula antes y después de
poseerlo11.
Y de alguna manera esa posesión, como resultado, permite la
construcción de sentido, objetivo final de todo proceso educativo.
Y se trata de sentido para el sujeto que desea.
Lo cual visto desde la perspectiva de lo educativo estaría muy
ligado con el aprendizaje significativo.
Subjetividad deseanteEnrique Pichon-Riviere, al hablar de la subjetividad, la propone
como una estructura que permite al sujeto estar adentro y afuera
al mismo tiempo. Para este autor el sujeto no es solo sujeto
relacionado, es un sujeto producido. Es el resultado de la
interacción social. Y es producto de la configuración de una10 Nikolas Rose. Identidad, genealogía, historia. Capitulo 8. EnCuestiones de identidad cultural. Stuart Hall y Paul du Goy. 200311 Lain Entralgo, Pedro. Teoría y Realidad del Otro. Ediciones Revistade Occidente, Madrid, 1968.
54
dimensión interactiva simbólica. En esta propuesta se presenta un
sujeto que parte del deseo, adentro, a una manera de verse, de ser
visto, el afuera. Lo cual se genera en una dinámica permanente,
la subjetividad deseante.
Los ámbitos que permitan esta estructura son a la vez autónomos e
independientes.
Y la configuración de la subjetividad está mediada por la
constitución de un esquema referencial, a partir de la interacción
del individuo con el colectivo y su contexto, resultantes del
proceso de aprendizaje.
De este modo el sujeto siempre establece una doble dialéctica,
intrasistémica e intersistémica. Por ello la subjetividad permite
construir una red de vínculos del individuo con sus realidades y
con otros individuos.
Por ello un proceso pedagógico que impulse el desarrollo de la
subjetividad debe generar relaciones dialécticas, entre realidades
contextuales-sujetos-colectivos sociales, para dar posibilidad a
los deseos y los proyectos. La subjetividad se construye desde
los procesos de aprendizaje que permiten desarrolla un esquema
referencial, por tanto debe ser dinámica, y se vincula con el
deseo en la medida que ambos aspectos son resultado de la acción.
Hegel plantea el problema de la subjetividad como una acción,
acción que desarrolla el individuo, el sujeto. Acción que permite
involucrarse con la realidad, considerando un proceso y un
resultado, resultado que denomina autoconciencia, y es la acción
del sujeto a partir de su razón frente a sus apetitos y la manera
como ello le permite apropiarse del mundo.
Este enfoque permitiría hablar de una dinámica dialéctica del
sujeto frente a su realidad, es decir el énfasis que se busca
55
poner a la educación actual y futura. Ese dialogo debería
permitirle, además, una participación activa en la sociedad y la
historia.
El deseo como motor, la subjetividad como medio y metodología,
para apropiarse y permitir otras formas de estar en el mundo.
Con lo cual se puede establecer la importancia de fortalecer una
mirada pedagógica donde se acepte, se impulse, y se consolide la
posibilidad de la diferencia y la individualidad, sin deterioro
del sujeto colectivo, es decir el grupo y la sociedad.
El valor e importancia de lo social es relevante en este tipo de
dinámica pedagógica, pues se plantea que la educación permite la
construcción de sentido, el proceso de aprendizaje es un proceso
de construcción de un esquema referencial particular. Se
convierte en un aparato que permite percibir, distinguir, sentir,
organizar y operar en y desde la realidad propia.
Así, la subjetividad es una dinámica personal que permite estar
adentro y afuera en la realidad del sujeto, lo cual resulta
interesante en términos de apropiación de las múltiples realidades
con las cuales él/ella deben entrar en contacto en su
cotidianidad, puesto que el mundo contemporáneo es una estructura
en permanente cambio, donde se tiende a la convivencia de
múltiples enfoques y sentidos, de múltiples subjetividades; donde
resulta fundamental desarrollar la capacidad de alejarse y
sumergirse en los aspectos del contexto para poder adaptarse a su
dinámica.
Y son, esa dinámica y esa complejidad de la realidad, las bases
que permiten el cambio permanente de los marcos referenciales
subjetivos.
56
El sujeto comprometido con la dinámica de su realidad, y sus
múltiples variaciones, está en condiciones de cambiarla, de
trascender, y este es uno de los deseos sobre los cuales se
soporta la creación artística.
Y se convierte en un elemento fundamental en la mirada
contemporánea, tanto de lo social como de lo artístico. La
construcción de sentido es el aspecto central del proceso de
aprendizaje individual del ser humano, y lograr alimentar los
deseos que permitan esta construcción permanente es una de las
metas centrales de la educación contemporánea.
La construcción de sentido, el conocimiento, será el resultado de
la integración dialéctica entre la imagen o estímulo de la
realidad, como elemento exterior, y el contexto personal
interior. Así se simboliza la realidad particular, se
subjetiviza.
Y el Arte es un campo de conocimiento y experiencia que permite
una relación muy dinámica entre lo simbólico y lo racional, de
allí la importancia de establecer un vínculo claro entre lo
educativo, lo artístico, lo social y lo subjetivo.
De dónde parte la propuesta del concepto de Subjetividad Deseante
como aquella capacidad de habitar y asumir totalmente el propio espacio de aprendizaje
desde experiencias y procesos artísticos. Apropiándose de una realidad partiendo de las
estructuras individuales que permiten construir una red de relaciones entre sus diferentes
aspectos, para mantener siempre el impulso a la búsqueda de sentido.
La subjetividad esta mediada por los sentidos, por el cuerpo
sensorial, que orienta la acción creadora y dispara el apetito de
creación. Es una acción dinámica que permite conectar la
57
racionalidad con lo sensorial y sensible, para llegar a toma de
decisiones.
La subjetividad deseante se soporta desde la percepción, la
interpretación y la producción del sujeto que asume su realidad,
recuperando su valor como disparador de una construcción,
personal y colectiva, donde la cotidianidad asume su sentido como
vivir experiencial en permanente conflicto, en permanente cambio,
en permanente reconfiguración.
Por que el artista debe asumir, además de su construcción personal
de sentido en tanto individuo, el riesgo de proponer estructuras
alternativas de sentido desde su lenguaje expresivo, sea
cualquiera de los existentes hoy día, o de aquellos que aún no
conocemos pero están en proceso de surgir como tales.
Educación Artística Se considera la Educación Artística como el ámbito educador que
permite la relación entre lo real (cotidiano) y lo imaginativo-
creativo; reflejando la apropiación del estudiante sobre la
realidad.
Es un campo de experiencia y conocimiento donde se encuentran los
componentes propios de la educación con los propios de las artes,
con la intención de enriquecer los procesos de construcción de
sentido del individuo y de la sociedad.
Es un estilo de apropiación de la realidad a partir de la
experiencia sensible y productiva.
Educación asumida como espacio (conceptual y metodológico) de
configuración de modos de ver, apropiar, interpretar, re-
58
configurar (proponer, crear) las “realidades” individuales y
colectivas. Acción dialógica construida desde lo simbólico.
El componente de lo educativo, dentro de este marco, comprende
cuatro aspectos siempre presentes: la educación como proceso, la
educación como acción, la educación como producto, y la educación
como manifestación de la persona que se educa.
En tanto proceso y acción se contemplan agentes activos, como son
el individuo que aprende, que construye sentido, y en algunas
oportunidades el orientador del proceso, el educador. En las
dinámicas institucionalizadas donde se desarrollan procesos
sistematizados de educación artística están siempre presentes
estos dos agentes.
En tanto acción educadora es preciso que exista un elemento que
permita facilitar la apropiación de conceptos, la construcción de
sentido y la capacidad de exploración; de allí la importancia de
contar con una Didáctica, en tanto metodología que facilite los
aprendizajes.
El Aprendizaje como proceso de interlocución donde se genera una
reapropiación individual y colectiva, de la producción de
subjetividad dentro de diversos campos de un contexto (político,
ético, estético).
Y en el caso del arte sería preciso hacer énfasis en la necesidad
de contar con múltiples didácticas, pues cada lenguaje expresivo
requiere de procesos de enseñabilidad particulares. No es igual
la necesidad, en este sentido, para la música, que para el arte
dramático, la danza, o para las artes plásticas; pues al ser
lenguajes expresivos diferentes exigen niveles y modos de
enseñabilidad distintos.
59
En tanto producto, la educación artística genera dos productos
fundamentales: uno matérico, percibible por medio de los
sentidos, y otro, intangible, pero que impacta sobre lo social, la
estructura de personalidad de quien se educa.
Y es en esa manifestación externa, del producto personal, dónde
normalmente se hace visible el resultado de la educación
artística.
El arte, y sus diversos lenguajes, buscan una construcción de
sentido a partir de la ampliación de horizontes sensoriales, los
cuales deben permitir a quien se aproxima al arte el desarrollo y
optimización de sus capacidades expresivas.
El arte, como ámbito, permite al hombre pensar, hacer, trascender,
creer, sentir, jugar, ser, expresar desde el sentido más íntimo.
El Arte contemplado desde su complejidad, como un habitar, como
memoria (personal, artística, colectiva), como procedimiento, como
apropiación, como forma de interpretar, para proponer otras
realidades y expresarlas/exponerlas en acciones concretas.
Así mismo la Expresión considerada como apropiación del cuerpo
como signo (diferencia) y medio para establecer presencia en el
espacio común (máquina, herramienta, mecanismo).
Y esta Apropiación asumida como percepción y como interpretación
personal fruto de la reflexión crítica sobre la realidad personal,
social y del entorno.
Se parte en este proyecto del concepto de educación por medio del
arte, enfoque que se caracteriza por ser un estilo de apropiación
de la realidad a partir de la experiencia.
Esta experiencia incluye el desarrollo de la base de todo proceso
educativo: el cuerpo.
60
Pero considerado, no desde la mirada tradicional como referente de
representación, sino como herramienta principal de apropiación de
la realidad, y medio por excelencia para generar manifestaciones
individuales sobre la misma.
La educación artística se convierte en un espacio donde el sujeto
necesita aprender a aprovechar aspectos propios de su esencia,
como son, lo que siente, lo que es, lo que piensa, lo que puede
hacer y lo que hace. En la medida que tiene conciencia de todo
esto, en tanto sistema de sentido, en tanto subjetividad deseante,
estará en camino de lograr un desarrollo integral.
Pero, a pesar de hacer énfasis en la educación artística a nivel
profesional, no puede desconocerse el valor del arte en la
sociedad, y más bien es preciso incrementar el esfuerzo para que
todos tengan acceso a este ámbito de experiencia, para que el arte
sea un estilo de apropiación e intervención de las realidades
desde la sensibilidad.
El arte necesita ser parte de la cotidianidad, y en ello radica la
importancia de continuar formando artistas para que promuevan y
desarrollen este tipo de impacto social, esta forma de
construcción de sociedad.
Como dice Lee Dae Young “el arte no es una decoración de la vida, sino la esencia
de la vida”12.
Aspectos relacionados con el currículoAnalizando los diferentes aspectos teóricos que soportan el
programa de estudios y el enfoque curricular del programa se
12 Lee Dae Young. Presidente del servicio de arte y Cultura de Corea,2009. Dramaturgo, Educador artístico.
61
encuentra una estructura donde se busca un equilibrio entre los
aspectos conceptuales y los procedimentales-técnicos.
Se contempla el Currículo como:
• Proyecto que contempla diversas experiencias educativas que
sirven como oportunidad de aprendizaje. Es así una opción
cultural.
• Conjunto de acciones y elementos configurados a partir de una
planificación flexible, que responde a un contexto dado y a
un grupo humano que lo vivencia.
El currículo así entendido es un ejercicio de planeación, pero
partiendo del contexto y de los individuos que serán afectados por
ese programa de trabajo y desarrollo. El Currículo como tal hace
énfasis en el proceso, no en la elaboración del plan; es más un
referente donde se estructura el enfoque de un proyecto educativo
dado. Así es conveniente enfatizar sobre el currículo como una
construcción conceptual destinada a conducir acciones, pero sin
ser confundido con las acciones mismas.
El Currículo tiene por ello funciones legitimadoras de las
intenciones, desde una perspectiva teórico-práctica. Un currículo
efectivo necesita de una propuesta estratégica.
La revisión del currículo del programa de Artes Plásticas de la
Universidad El Bosque, se focalizó en principio en la coherencia
posible entre sus diferentes componentes:
• Planteamientos de enfoque (visión que orienta el currículo y
sus proyectos) como educación de artistas para un mundo
contemporáneo, cambiante y flexible.
62
• Contexto donde se desarrolla y gestiona. La Misión y Visión
institucional, su enfoque centrado en la bioética y la
calidad de vida desde el desarrollo de la cultura, y su
relación con el campo de la creación artística contemporánea.
• Contenidos de enseñanza, ¿qué debemos enseñar?, según la
propuesta de plan de estudios existente y el sentido global
del programa.
• Estructura y Gestión del proceso. ¿Cuándo se debe enseñar?,
¿Cómo articular sus componentes de enseñanza?
• La Didáctica. ¿Cómo debe enseñarse?, pero sobre todo cómo
organizar los procesos de enseñanza para alcanzar un
aprendizaje más efectivo. Este componente es fundamental,
toda vez que involucra intervención sobre el sujeto, y el
colectivo, a partir del trabajo con valores culturales
contextuales, que permitan definir estrategias eficaces para
enseñar. La Didáctica considerada como actividad
explicativa, mediacional y aplicativa. Y como instrumento
articulador de las metodologías.
• Sistema evaluativo del proceso educativo. Contemplando como
criterios de análisis los factores que se proponen en los
programas de curso, acordes con el plan de estudios.
Los cuales se visualizan en la gestión, aplicación, del Plan de
Estudios, el cual sirve tanto como referente teórico, cómo de mapa
del proceso planeado para la propuesta educativa de la Universidad
El Bosque.
El currículo y el plan de estudios son en realidad propuestas
teóricas, guías estimulantes, sugerentes y asesores de la manera
cómo debe gestionarse el proceso educativo y de enseñanza. Son
63
guías, mapas, de apoyo para abordar la gestión del currículo como
un proceso creativo. Se asume el currículo desde la perspectiva
de proceso flexible, en permanente recreación, a partir de
elecciones alternativas que se soportan sobre una gestión
estratégica.
Un currículo configurado sobre ese principio de Libertad y
apertura creativa exigiría el desarrollo de un proceso centrado en
el aprendizaje, el cual posibilita el desarrollo de la autonomía
del sujeto que aprende. Desde la mirada filosófica la autonomía
designa la independencia del deseo que logra la voluntad. Es
decir, promueve la Subjetividad deseante.
Las necesidades del sujeto que aprenden deben ser impulsadas para
que el proceso de aprendizaje adquiera el carácter de construcción
permanente de sentido. Con lo cual es factible promover el
aprendizaje como situación social, en tanto proceso de
construcción conjunta, donde se comparten universos de
significados más amplios y complejos, permitiendo desde esas
representaciones aproximarse más claramente a estructurar un
universo subjetivo de sentido, y apropiarse de la realidad desde
el estar siendo y el estar haciendo.
El resultado sería un aprendizaje significativo y relevante desde
la mirada del sujeto que aprende. Pero, también, el aprendizaje
como proceso de interlocución; y desde lo institucional el
aprendizaje impulsado por una acción docente que promueva la
búsqueda de conocimiento, el deseo de moverse, de transitar hacia
la construcción de sentido.
64
Investigación-creación en el contexto de la formación
profesional de artistasEn el contexto de la Universidad El Bosque se han desarrollado
diversas aproximaciones para establecer un vinculo positivo entre
la investigación académica y las artes, en ese proceso surgió un
modelo de trabajo académico donde se fortalecía el concepto sobre
lo investigativo como eje de la creación artística. La reflexión
alrededor de la necesidad de fortalecer el componente
investigativo en la formación profesional del artista llevó a
diseñar y configurar un espacio curricular donde confluyeran tanto
los componentes propios del arte y la creación artística, como
aquellos propios del campo de lo investigativo en la concepción
académica. Este espacio se denomina Taller de Proyectos, su
objeto de análisis y producción es la investigación-creación.
Concepto que surge desde el contexto de las artes para diferenciar
sus modelos de trabajo investigativo de aquellos que se consideran
científicos y positivistas.
La Investigación-creación será, entonces, campo de experiencia
que permite explorar los procesos y posibilidades de la
investigación como soporte para la creación artística.
A su vez el Taller de proyectos se asume como un espacio
formativo, experimental, donde se exploran los procesos de
investigación-creación relacionados con la Acción expresiva.
Siendo una propuesta original del programa, el curso Taller de
Proyectos surge como un espacio formativo dentro del programa de
Artes Plásticas. La intención inicial es conjugar las acciones y
procesos involucrados en las actividades de investigación-
experimentación para la creación visual y plástica; lo cual lo65
convierte en el eje de formación investigativa del programa, y en
el proceso medular que define los logros de los procesos
particulares de los otros cursos básicos.
Esta área de formación busca generar espacios que permitan el
impulso y desarrollo de tres aspectos fundamentales para el
artista profesional:
Conceptualización: La metodología de investigación proyectada en
la creación. El uso de los componentes conceptuales y teóricos
como ejes del proceso de creación.
Producción: Los procesos creativos y sus componentes. Vistos
desde la perspectiva del desarrollo de estrategias de producción
de resultados tangibles, reales.
Gestión: El desarrollo y fortalecimiento de la capacidad de
explorar y aprovechar los recursos de contexto, con miras a
generar propuestas particulares, considerando el diseño de
estrategias adecuadas y pertinentes según las intenciones
establecidas.
Esos aspectos básicos se evidencian en la creación artística: la
capacidad de usar conocimientos previamente adquiridos
(transferencia de aprendizajes-saberes), capacidad de desarrollar
y concretar proyectos (proceso creativo), capacidad de trabajar a
partir de un planteamiento contextual claro (originalidad,
pertinencia).
Como problema metodológico, este proceso exige tener claridad
sobre algunos aspectos:
1. La aproximación a procesos investigativos no está limitada
por la percepción tradicional de lo investigativo como un
procedimiento científico, rígido y limitado. Sí bien es
66
cierto que la investigación científica se considera como un
modelo de conocimiento, centrado en aspectos puntuales como
son: generalización de resultados, rigidez metodológica,
construcción de hipótesis predictivas y generación de
informes finales predeterminados formalmente; en el caso de
los abordajes contemporáneos sobre las formas de
conocimiento, se ha aceptado que las experiencias artísticas
son formas de conocimiento tan válidas como lo ha pretendido
ser la ciencia durante mucho tiempo.
2. Desde su intención, la investigación, puede ser
contemplada como la actitud de permanente cuestionamiento, en
la que es posible la deriva, pero mediada por la
racionalización del recurso necesario para generar productos
concretos. La intención es determinada tanto por el contexto
donde se desempeña la persona, como por su propia experiencia
de vida, esta última permitirá realizar abordajes y
desarrollos complejos, según existan mayores o menores
experiencias y conocimientos en el investigador.
3. En el campo investigativo-experimental específico del
arte, se comprende que participan activamente tres procesos
claros: lo metodológico (conceptualización), lo creativo
(producción) y lo social (gestión). Los mismos que han sido
el soporte permanente del Arte y sus lenguajes. Razón por la
cual es imposible desligar una formación seria del artista
profesional del desarrollo articulado y sistemático de tales
procesos.
4. En el arte es imposible realizar predicciones, el
procedimiento (el saber hacer) se construye sobre el proceso
mismo, siendo un modelo de carácter emergente; de allí que se
67
pueda afirmar que en tanto la ciencia busca comprender la
realidad, el arte propone realidades posibles.
Centrando el proceso de investigación-experimentación en el ámbito
artístico, podrían establecerse características de éste ámbito
complejo: el arte es una actividad en la que, al modificar la
naturaleza de la conciencia, se modifica la realidad, se proponen
nuevas realidades. El Arte como actividad está soportado sobre:
Un proceso complejo que parte de la realidad, de la percepción
sobre ella, de las maneras de reflexionar sobre los aspectos que
la conforman, y los diversos tipos de resultados posibles a
partir de la reflexión, sean de tipo formal, conceptual o
expresivo.
Un producto de experiencias subjetivas, inicialmente
individuales, que expresa los resultados del proceso asumido de
manera expresiva, simbólica o metafórica.
Un sistema complejo de relaciones donde confluyen gran cantidad
de los aspectos que determinan los diversos lenguajes del arte.
Dentro de estos parámetros es más fácil comprender por qué el eje
del proceso de formación integral del programa es el campo de
Taller de Proyectos, y, a su vez, es posible establecer que la
investigación cumple un papel esencial en todo proceso de
creación, por lo cual un programa de formación profesional exige
de la existencia de espacios de desarrollo de las habilidades
investigativas y creativas del estudiante en proceso.
Es importante resaltar que el proceso creativo artístico no puede
partir de un tema, este simplemente actúa como un marco
68
referencial que ejerce influencia sobre la escena donde surge o se
ubica el objeto de investigación. El tema debe convertirse
simplemente en un esquema o dominio de significatividad de lo que
se busca y se ve. Pero evitando pretender convertirlo en la base
que define su enfoque y su sentido.
Son la subjetividad, y la intención, del sujeto los aspectos que
darán relevancia a la configuración de estos esquemas, base de los
proyectos de creación.
El problema interpretativo, que es la base de todo este proceso y
su método, debe apoyarse, a su vez en la teoría, que servirá de
base para convertir los conceptos, del objeto en sí mismo, en lo
que pueda llegar a ser. Con esto la teoría trasciende su
condición de sistema conceptual clasificatorio superior,
transformándose en una base reflexiva flexible y dinámica. La
teoría opera como tamiz sobre el tipo y cantidad de información
que permitirá expresar el objeto elegido.
Así, la metodología de investigación en procesos de creación
artística se concentra en el proceso mismo de creación. Su
intención fundamental será establecer la pertinencia y coherencia
del procedimiento y del proceso abordado por el estudiante a la
hora de configurar su proyecto. Asume un papel doble, por una
parte es una base que permite comprender y contextualizarse frente
al objeto de investigación; por otra, es una línea argumental que
permite establecer y defender la validez y pertinencia del objeto
y de la manera como se aborda el proceso de producción de
resultados objetuales.
La sistematicidad y rigurosidad de la metodología se manifestara
en la solidez y validez del proceso creativo elegido para abordar
69
y solucionar el problema de configuración espacial, visual,
plástica del objeto elegido.
El producto esperado de esta manera de investigar es la
metodología personal que oriente el trabajo creador del
estudiante-artista.
El objeto resultante, producto tangible, tendrá un carácter de
pre-texto, como espacio de oportunidad para la transferencia y el
desarrollo de habilidades, conocimientos y experiencias del sujeto
que desea, que explora, que propone y que produce.
El producto, como resultado configurado en cualquier lenguaje
artístico, será siempre subjetivo. El modo de hacer, la propuesta
como estrategia en contexto, será el verdadero producto de
investigación.
De allí que sea válido seguir considerando que el artista, lo que
quiera que ello signifique, siempre podrá abordar sus procesos
creativos desde la confianza que le da la disciplina como recurso,
la metodología de investigación-creación. Ya sea que pretenda, o
defina como sus intenciones subjetivas, producir obra artística,
comprender el campo del arte desde la historia y los creadores,
aprovechar el arte y sus lenguajes para impactar sobre su realidad
contextual, o explorar el arte como proceso dinámico.
Comprender esta dinámica metodológica y estratégica es comprender
dos factores relevantes del campo del arte, se trata de una
experiencia y es un estado de encuentro, donde el sujeto focaliza
y construye su esencia desde la subjetividad y el deseo, y puede
proponer otros modos de habitar su cotidianidad, y la de los
otros.
70
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