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DOCTORA CAROLINA TOBAR GARCA
DELIA FONTAN FERNNDEZ
(Ao 1995)
Creadora de las Escuelas Diferenciales. Su vida, su lucha, su
triunfo
INDICE
A MARA DEL CARMEN CRDOBA, PROFESORA DE LITERATURA
....................................................................................
4
PROLOGO.........................................................................................
5 DESDE LAS
RACES........................................................................
6
PRIMERA PARTE
LA PROVINCIA DE SAN LUIS
...................................................... 6 LAS RACES
..................................................................................
7 LOS
PADRES.................................................................................
7 EL PARTIDO DE SAN MARTN
.................................................... 9 DE QUINES A
SAN MARTN....................................................... 10
QUINES, LA
CUNA......................................................................
12 LOS HIJOS, LAS MUDANZAS Y SAN ANTONIO...................... 14
LA ESCRITURA
...........................................................................
16 PUESTO TOBAR
.........................................................................
17 SU PRIMERA MAESTRA
............................................................ 20 LA
ESCUELA DE PUESTO TOBAR ...........................................
22 NACE LA
ADOLESCENTE..........................................................
25 EN VILLA MERCEDES
................................................................ 26
CUATRO AOS EN EL NORMAL DE VILLA MERCEDES ....... 27
CLASIFICACIONES Y CALIFICACIONES .................................
29 DON CONRADO GARCA
TORRES........................................... 30 TIEMPO DE
ESPERA
..................................................................
31 MAESTRA RURAL
......................................................................
33 ANALIZANDO: LEVNTATE, MUJER....................................
40
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CAROLINA
RENUNCIA...............................................................
42 CAROLINA Y SU MADRE
........................................................... 44
MAYOR DE EDAD
.......................................................................
46 EN BUENOS AIRES
....................................................................
47 EL INSTITUTO WARD
.................................................................
49 EN LA FACULTAD DE CIENCIAS MDICAS ............................
50
SEGUNDA PARTE
LA HIJA
MDICA.........................................................................
59 EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMRICA...............................
61 REGRESA A BUENOS
AIRES.................................................... 64 NUEVAS
DESIGNACIONES Y PUBLICACIONES..................... 68 SUS
DOMICILIOS. SUS COSTUMBRES.................................... 74
TESTIMONIO DE SU PERSEVERANCIA...................................
77 PRIMER CONGRESO DE EDUCADORES.................................
80 UN NUEVO
LIBRO.......................................................................
81 EL HOGAR SANTA ROSA
...................................................... 84 DOS
HERMANOS
........................................................................
90 MS TRABAJOS. UN NUEVO LIBRO
....................................... 91 TELEGRAMA
...............................................................................
94 ESCUELA DE ADAPTACIN
..................................................... 96 EL DA DE
SAN ANTONIO........................................................
102 LA CONFERENCIA DE ESE AO
............................................ 103 LA TESIS
....................................................................................
105 LA CASA
VACA........................................................................
109 EN EL INSTITUTO
BERNASCONI............................................ 110 A QUIEN
DIOS NO LE DA HIJOS.............................................
112 LA NUEVA
COLABORADORA................................................. 116
ESCUELAS DIFERENCIALES
.................................................. 117
TERCERA PARTE
AO DEL LIBERTADOR GENERAL SAN MARTN ................ 118 HUSPED
PERMANENTE ........................................................
120 UNA DURA
LUCHA...................................................................
120 AOS DIFCILES
.......................................................................
122 CINCO SBADOS, CINCO ESCUELAS...................................
123 MDICA FORENSE
...................................................................
129 EL NUEVO
CONSULTORIO......................................................
132 UN LIBRO, TRES
AUTORAS.................................................... 133
RECORRIENDO EL
PAS.......................................................... 135
TESTIMONIOS DE TRES EX MAESTRAS ...............................
137
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D. I. N. A.
D.................................................................................
141 LA
ENFERMEDAD.....................................................................
143 TEXTO DE LA CARTA QUE LA DOCTORA ENVIARA........... 147 AL SEOR
SAMUEL TIFFENBERG......................................... 147 EN
LA UNIN
SOVITICA........................................................
150 CARTA DESDE MOSC
........................................................... 151 EL
LTIMO
AO........................................................................
153
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A Mara del Carmen Crdoba, Profesora de Literatura La llamaba
PROFE y ella sonrea. Brillaban sus ojos sin vida. La fuerza moral
que, como de un manantial, brotaba de su espritu, fue el mayor
estmulo a mi pretencioso afn de escribir esta biografa. Su
paciencia era inagotable. Una vez, y otra y otra... Tantas veces
escuch mi lectura de cada captulo dndome las indicaciones que
consideraba necesarias! Al dar por finalizada nuestra obra me dijo:
... despus de dos aos de investigacin sobre la vida de la Doctora
Carolina Tobar Garca, aquella mera relacin que mantenamos se
transform en una slida amistad que se cimienta en el perdurable
recuerdo que ella nos dej... Un mes despus la Profe, mi Profe,
falleci vctima de un doloroso mal. Ahora, he quedado sola con ese
recuerdo...
D. F. F. 5 de marzo de 1995.
La libertad es la libertad de elegir y de actuar; para el
comerciante la de comerciar; para el opositor la de criticar, para
el periodista la de opinar; para el vago la de holgar y para el que
quiera aprender, la de estudiar.
Carolina Tobar Garca
(Del libroHistoria del Colegio Ward de Floreal Bonano. Ed.
1963.)
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PROLOGO
La extraordinaria inteligencia de la Doctora Carolina Tobar
Garca es conocida por mdicos y estudiantes de Psiquiatra, pues an
son consultados sus trabajos sobre esa especialidad. Pero, pese a
que en nuestro pas hay ahora numerosas Escuelas Diferenciales,
producto de su constante lucha para lograr que se crearan, poco o
nada se sabe de la Doctora a nivel mdico, docente y pblico sobre su
infancia, su adolescencia y su lucha en su etapa adulta. ste es el
aspecto que abarcar esta biografa.
En el transcurso de la misma, mencionar sus trabajos publicados
en diarios y revistas y sus intervenciones en congresos y
conferencias referidas a su especialidad de mdica psiquiatra,
omitiendo deliberadamente los anlisis o comentarios sobre los
mismos. No estoy capacitada para hacerlo. En cambio s, transcribir
las partes de sus trabajos de los cuales surjan aportes que
contribuyan a mostrarnos su personalidad en las dos facetas que en
ella se conjugaban: fortaleza o ternura segn las circunstancias lo
requirieran.
Esta biografa, cuya elaboracin asum con todo respeto, seriedad y
responsabilidad, pretende llenar ese vaco. Pretende sacar a luz la
excelsitud de una vida ejemplar puesta al servicio de los nios
dbiles.
Pero quiero confesar que no fue idea ma emprender esta tarea.
Comentando en una oportunidad con mi amiga, la licenciada en
Historia y
escritora Hebe Clementi, de que poco o nada se saba sobre la
vida de la Doctora Carolina Tobar Garca me sugiri, hasta que logr
convencerme, de que era yo quien deba escribirla. No fue sta una
sugerencia hecha al azar ni una aceptacin vanidosa de mi parte.
Ambas fueron, aceptmoslo as, la consecuencia de haber conocido a la
Doctora Carolina Tobar Garca hace ya ms de medio siglo, cuando yo
era una adolescente y necesit de su atencin.
Y quiero confesar tambin que la admiracin que sent hacia la
Doctora en aquella etapa de mi vida, a medida que iba avanzando en
mis investigaciones creca, creca y creca. Hoy se ha agigantado en
tal forma que ya no tiene lmites. Es por esto que, pese a mis
esfuerzos por evitarlo, no pude dejar totalmente de lado mi
subjetividad. En este aspecto recurro a la comprensin de los
lectores, convencida a la vez de que tambin en stos el asombro ir
cediendo paso para culminar tambin en admiracin hacia quien consagr
su vida a los nios y a los adolescentes.
Delia Fontn Fernndez
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Desde las races
Hoy, 24 de marzo de 1993, he llegado a Quines, por primera vez.
En esta localidad puntana del norte de San Luis, hace noventa y
cuatro aos,
naci la Doctora Carolina Tobar Garca. De pi en este lugar que
supo de sus primeros pasos, de sus juegos, de sus risas
y tambin de sus pesares, me siento como un rbol sin follaje que
ahonda sus races en la tierra para hallar la savia que lo llenar de
hojas.
Caminando por los mismos lugares, pisando el mismo suelo, las
mismas piedras y mirando el mismo cielo me parece escuchar su voz
que, como envuelta en la suave brisa puntana, llega a m para
narrarme, desde la races, su propia historia.
Esa historia que ir volcando en estas pginas para que no se
pierda en el olvido la trayectoria de una Maestra que supo ser
madre de muchos nios sin haber tenido uno propio.
D. F. F.
PRIMERA PARTE
LA PROVINCIA DE SAN LUIS
Antes de comenzar la biografa de la Doctora Carolina Tobar
Garca, considero conveniente hacer un breve repaso histrico de San
Luis, una de las tres provincias cuyanas.
Dice Diego Abad de Santilln en su Historia Argentina Tomo 1,
Edit. Tea, 1965, en la pg. 139:
Siendo Martn Oez de Loyola gobernador de Chile, encarg a Luis
Jufr la fundacin de otra ciudad en la parte oriental de Cuyo, orden
cumplida antes de octubre de 1594. Le dio el nombre de San Luis de
Loyola de la Nueva Medina de Ro Seco de la Punta de los Venados y
fue erigida al pi de las sierras de los comechingones. (...) As
qued la regin de Cuyo a fines del siglo XVI totalmente
conquistada...
Segn el mismo historiador ya Juan Jufr, padre de Luis, haba
trasladado a la ciudad de Mendoza a su actual emplazamiento y
fundado San Juan.
Actualmente San Luis se divide en nueve departamentos. Por la
importancia que reviste para el inicio de esta biografa, mencionar
en primer trmino el departamento de Ayacucho, ubicado al noroeste
de San Luis y la capital del mismo que es San Francisco del Monte
de Oro.
De Oro, a San Francisco del Monte, se lo agreg don Domingo
Faustino Sarmiento cuando vivi en ese lugar acompaando a su to, el
presbtero Jos de Oro. Esto es lo que surge del relato que el propio
Sarmiento hizo, de esa etapa de su vida, en su libro Recuerdos de
Provincia, cuando dice:
Fundamos una escuela, a la que asistan niitos de edad de
veintids a veintitrs aos... El maestro era yo, el menor de todos,
pues tena quince
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aos; pero haca dos por lo menos que era hombre por la formacin
del carcter... La capilla est sola en medio del campo...
Yo trac, pues que tena unos tres meses de ingeniero, el plano de
una villa, cuya plaza hicimos triangular para darnos buena maa con
la escasa tela... ....demolimos el frente de la iglesia que haba
sido pulverizada por un rayo y construimos un primer piso de una
torre y coro compuesto de pilares robustos de algarrobo coronado
por un garabato natural, encontrado en los bosques, que describa
tres curvas, la del centro ms elevada que las otras, en la cual
tall en grandes letras de molde esta inscripcin: San Francisco del
Monte de Oro.
A partir de entonces, comenzaron a esparcirse por San Luis en
tal forma las emanaciones educativas que desbordaban el alma de
Sarmiento, que se ha dado en llamar a esa provincia y no sin razn:
Fbrica de Maestros.
Parte de esas emanaciones llegaron a Quines, ubicada al noroeste
de Ayacucho y de ellas se nutri el espritu educador que ya al nacer
traa en s, la Doctora Carolina Tobar Garca.
LAS RACES En el ao 1770, llegaron de Asturias, (Espaa), dos
hermanos, Pedro y
Bernardo Garca, juntamente con un primo, Antonio Garro Garca.
Pedro pas a Mendoza y de ah a Chile, incorporado al ejrcito del
General San Martn. Muri en la guerra por la independencia de ese
pas. Antonio se radic en Paso Grande, una pequea localidad de
Santa
Brbara, hoy Libertador General San Martn, (San Luis). Y Bernardo
instal un comercio tambin en Santa Brbara. Por otra parte, una
familia de inmigrantes espaoles de apellido Ponce de
Len, que haba llegado de la provincia de Tucumn, era para ese
entonces duea de la estancia Caada del Pasto, paraje ubicado tambin
dentro de Santa Brbara.
Fue as como, en 1795, Bernardo Garca se cas con una de las
hijas, (tucumana) de esa familia y tuvieron varios hijos. Entre
ellos el que hace a esta historia se llamaba Andrs.
En 1820, este Andrs Garca Ponce de Len, se cas en segundas
nupcias con Santos Torres Aguirre, oriunda de Crdoba. La seorita
Santos Torres Aguirre, desde la muerte de sus padres, acaecida
cuando ella tena quince aos, viva en Santa Brbara con un hermano
casado y la hija de ste, llamada Loreto.
Andrs y Santos fijaron su lugar de residencia en la estancia
Caada del Pasto. En ella se criaron los hijos de ambos que llevaron
el apellido de Garca Torres.
LOS PADRES
Si bien ya haca nueve aos que en nuestro pas se haba promulgado
la Constitucin Nacional, cuyo prembulo entre otras cosas dice:
...con el objeto de constituir la unin nacional... esta unin
continuaba en paales debido a las luchas intestinas que an no haban
cesado totalmente.
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Tanto era as que en 1862 no hubo Presidente Constitucional cerca
de diez meses. Las provincias haban confiado en mando provisional
al general Bartolom Mitre, a la sazn Gobernador de Buenos Aires,
con el nombramiento de Encargado del Poder Ejecutivo Nacional para
que, desde sus dos cargos, encauzara nuevamente al pas por la senda
constitucional.
Ese mismo ao, en el paraje Las Caaditas, perteneciente al
Partido de San Martn, (San Luis), naci doa Raimunda Garca Torres,
madre de la Doctora Carolina Tobar Garca.
Doa Raimunda fue la nica mujer de los seis hijos que tuvieron
don Andrs Garca Ponce de Len y doa Santos Torres Aguirre. Siguiendo
el orden cronolgico ellos fueron: Conrado, Zoilo, Raimunda, Toms,
Amado y Andrs pero, anterior a su casamiento, doa Santos Torres
Aguirre haba tenido un hijo, Jos Torres, que lo haba incorporado a
su nueva familia.
En Conrado Garca Torres asom desde temprana edad su vocacin
religiosa, razn por la cual sus padres lo enviaron a un seminario
de la provincia de Crdoba, de donde era oriunda su madre.
La muerte de don Andrs Garca Ponce de Len determin el regreso de
Conrado, pues como hijo mayor de la familia deba ayudar a su madre
en la atencin de la estancia Caada del Pasto.
A Raimunda, como nica hija le correspondi colaborar con su madre
en las tareas de la casa y atencin de sus hermanos, todos los
cuales siguieron estudios secundarios. Al morir doa Santos, la
responsabilidad de Conrado y Raimunda fue an mayor. Ambos quedaron
al frente de la estancia hasta el da de sus respectivos
casamientos. Esta fue en parte, la razn por la cual se frustr el
deseo de Raimunda que ambicionaba ser maestra como llegaron a serlo
algunos de sus hermanos.
Un lustro despus de haber nacido doa Raimunda Garca Torres, es
decir en 1867, reencauzado nuestro pas por la senda constitucional
bajo la presidencia del General Bartolom Mitre, naci en San Martn
don Teodosio Tobar, padre de la Doctora Carolina Tobar Garca.
Don Teodosio Tobar era hijo de don Macario Morales Ponce, rico
hacendado de San Martn y de doa Pilar Tobar, una mora de la misma
zona que vivi con don Macario una relacin circunstancial.
Si bien don Macario Morales Ponce mantuvo un trato afectivo con
su hijo Teodosio, ste llev el apellido de su madre quien se ocup de
criarlo y educarlo. No se sabe exactamente cundo muri Pilar Tobar,
apodada la Mora por los vecinos del lugar. Lo que s se sabe es que
ya no viva cuando su hijo Teodosio, con el ahorro de sus muchos aos
de trabajo en distintas actividades, desde peoncito a empleado de
comercio y la ayuda econmica de su padre, se instal en Talita con
un comercio de ramos generales. Don Macario Morales Ponce ya se
haba casado y haba tenido varios hijos que llevaron su doble
apellido.
Talita est ubicada en el departamento de Junn, casi lindado con
el de San Martn y a unos quince kilmetros hacia el este de Quines.
En esos aos era una pujante localidad pues serva como centro de
abastecimiento de localidades vecinas. La apertura de un nuevo
sendero hecho a fuerza de transitarlo dio posibilidades de adelanto
a zonas cercanas y ello amortigu en parte el empuje inicial de
Talita. Actualmente es un pueblo tranquilo como tantos otros de San
Luis.
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Doa Raimunda que, de tanto en tanto, iba en su sulky desde la
estancia Caada del Pasto a San Martn para adquirir las mercaderas
que necesitaba su familia, haba conocido a don Teodosio, empleado
en un comercio del lugar. De esos encuentros ocasionales naci entre
ellos una corriente de simpata. Cuando don Teodosio le comunic su
decisin de instalarse en Talita por cuenta propia, fijaron como
punto de futuros encuentros la capilla de San Martn. En esta forma
cada uno acortaba parte de la distancia que mediaba entre Talita y
la estancia Caada del Pasto.
Tiempo despus de haberse instalado en Talita con el comercio de
ramos generales, don Teodosio compr un campo totalmente cubierto de
rboles. Casi un bosque. De inmediato comenz a talar los rboles para
vender los troncos con los cuales se fabricaba carbn o bien para
utilizarlos como madera para construcciones.
El estudio de don Teodosio no pasaba del adquirido en los
elementales grados primarios, pero posea una capacidad innata para
los negocios. Era hombre de pocas palabras, observador y constante
en sus tareas.
Pasado un tiempo aprovech la oportunidad de comprar por bajo
precio la casa de una familia que se iba de la zona. De a poco la
fue amueblando.
Este mejoramiento econmico lo llev cerca de cuatro aos, durante
los cuales casi todos los domingos se encontraba con su novia en la
capilla de San Martn. Como prspero comerciante ya estaba en
condiciones de aspirar a la mano de la joven estanciera. l era algo
ms bajo que ella, pero muy fuerte y despertaba ilusiones en las
muchachas casaderas que tambin concurran a esas misas. Ella era una
arrogante muchacha que se saba admirada por los jvenes del lugar,
pero solamente le interesaba don Teodosio, a quien despus de
casados sola llamar el gaucho de La Rioja. Aunque don Teodosio
nunca us patillas ni tuvo la dureza del Tigre de los Llanos.
EL PARTIDO DE SAN MARTN A esta altura del relato considero
necesario saber cmo era en aquellos
tiempos el actual partido de San Luis, Libertador General San
Martn. Para ello transcribir algunos prrafos del trabajo San
Martn.
Referencias histricas, realizado por el doctor Jess L. Tobares,
impreso por la Imprenta Oficial de San Luis en 1990.
El doctor Tobares, poeta, abogado e historiador oriundo de San
Martn, comienza diciendo:
Originariamente el paraje se llam Rincn de Angola o Rincn de
Gonzles, nombres que a partir de 1768 fueron reemplazados por Rincn
de Santa Brbara o Santa Brbara. (...) Ms de cien aos despus, por
decreto firmado en Conlara en 1872 cambia el nombre de Villa de
Santa Brbara por el de Villa de San Martn. Y casi setenta aos ms
tarde, por Ley de 1950, se designa al departamento, como tambin al
pueblo que es su cabecera con el nombre de Libertador General San
Martn.
Con el subttulo La Capilla menciona a los pobladores que se
ocuparon de levantar la primera capilla, llamada Santa Brbara y que
naci aproximadamente en 1768.
En el captulo La escuela, nos dice que la primera comenz a
funcionar en 1867 y que en 1903 ...se fusionan las escuelas de nios
y varones....
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A continuacin menciona a los directores que pasaron por ella y,
entre todos esos nombres, figura en primer trmino el de don Conrado
Garca Torres, hermano de doa Raimunda.
Ya veremos ms adelante la destacada actuacin que tuvo don
Conrado en el partido de San Martn y el apoyo que le brind a su
sobrina Carolina luego de que se recibiera de Maestra normal.
En Chasques y Arrieros, el doctor Tobares deja asentado que:
...en 1889 exista un servicio de mensajera y correo a caballo de
San Luis a San Martn. Sala los lunes y regresaba los sbados. En
otro prrafo agrega: En los primeros lustros de este siglo, 1905
1910, el transporte regular de correspondencia de San Martn a San
Luis lo haca a caballo don... Y contina: ...El transporte de
mercaderas y productos de San Luis a Santa Brbara y viceversa se
haca a lomo de caballo o de mula.
La estancia Caada del Pasto quedaba a pocos kilmetros del pueblo
cabecera de San Martn. Ya tenemos entonces una idea de cmo era el
lugar y cmo se desenvolvan sus habitantes en los tiempos en que ya
haban nacido en l los dos primeros hijos de doa Raimunda y don
Teodosio: Teodosito el mayor, a quien llamaban por el diminutivo
para no confundirlo con el padre e Ildorfo el segundo.
Y as continuaron desenvolvindose hasta varios aos despus de
haber nacido el ltimo de los seis hijos que tuvieron don Teodosio y
doa Raimunda.
DE QUINES A SAN MARTN Es una calurosa tarde de marzo de 1993.
Como en la poca de
Chasques y Arrieros ya mencionada, pretendo alquilar un sulky
para llegar a San Martn pasando por los mismos lugares que tantas
veces recorri la Doctora Carolina Tobar Garca. No se alquilan
sulkys, ni caballos ni mulas. Ese antiguo sendero ya no lo transita
casi nadie. Hoy puede llegarse al lugar en modernos micros, pero no
en viaje directo. Un sobrino nieto de la Doctora, Gilberto Tobar,
me propone llevarme en su moderno auto.
Fue corto el trayecto por la calles de Quines hasta llegar al
comienzo del camino. La esbozada huella sobre esa mezcla de tierra
y ripio no alivia los sacudones producidos por los pronunciados
desniveles llamados lomos de burro.
En muchos trechos el camino est bordeado por un tupido follaje
que forma la apretada continuidad de rboles y matorrales que
evidentemente nacieron, crecieron, se robustecieron y multiplicaron
por su propia cuenta, en el curso de los aos.
Al frente, nuestra visin se corta constantemente por las
sucesivas y apretadas curvas de ese serpenteado trayecto. De
pronto, sobre la izquierda y mucho ms all del tupido follaje veo la
sierra por la cual iremos ascendiendo para cruzarla. S, porque
Quines queda al oeste y San Martn al este de ella. En estos trechos
el sendero se angosta an ms. En la abierta soledad slo se escucha
el golpe de las piedras arrojadas por el roce de las ruedas del
auto.
Quiero, aunque slo sea un corto trecho, caminar por ese sendero.
Quiero pisar esa tierra color azufre, salpicada de piedras que
tantas veces habr pisado la Doctora Carolina Tobar Garca. Siento en
ese lugar que el cielo, el aire, la tierra y esa imponente sierra
respondern a todos mis interrogantes:
-
Cmo fue su infancia? Cmo su adolescencia? Cmo y cundo naci en
ella el impulso vital que la llev a abandonar este apartado lugar
del pas que le presagiaba un futuro opaco, para brillar con luz
propia en un centro tan luminoso y pujante como era ya Buenos Aires
en esos tiempos? Nuevamente el sonido del ripio estrellndose contra
el coche.
En una de las tantas curvas me sorprende la aparicin de dos
hombres que, montados a caballo, vienen arriando dos vacas. Quiz
sean las rezagadas de un grupo mayor que no vimos. Los animales,
seguidos por los arrieros, se internan por un sendero al costado
del camino donde apenas, libre del alto y tupido follaje, se abre
el espacio indispensable para que avancen uno detrs del otro. Los
arrieros llevan la cabeza cubierta con una gorra de gruesa visera a
cuyos costados asoman como aletas dos grandes orejeras de cuero.
Pese al calor de la tarde, llevan el torso cubierto por una
chaqueta que en los brazos tambin tiene coberturas de cuero. A lo
largo de las piernas, pegadas al pantaln tipo vaquero, estn aadidas
las mismas coberturas. Es la forma de protegerse de los desgarrones
y profundos araazos que les produciran las duras y filosas ramas de
las salvajes plantas y de los rboles. Tal es la estrechez de esos
senderos.
En algunas partes el camino presenta hendiduras algo ms
profundas y bastante ms anchas que los lomos de burros. Es el lecho
del ro Quines que cruzaremos catorce veces debido a las frecuentes
curvas. En algunos cruces hay agua, pero no en cantidad tal que
impida atravesarlos con el auto.
Llegamos a San Martn. Son las siete de la tarde y el sol an
esparce su luz sobre el pueblo de
casas bajas. La plaza es una amplia manzana cercada por uno que
otro arbolito. Parecen recin plantados. En las calles que la rodean
no faltan boliches y algunos parroquianos recostados contra la
pared, a un costado de la entrada. Ni siquiera conversan entre
ellos. El calor agobia. En las puertas de las casas comienzan a
aparecer los bancos y los materos, cada uno con su equipo, para
tomar unos amargos. Es la hora de mirar al que pasa.
Si ya por ley promulgada durante el primer perodo presidencial
del general Julio A. Roca, que abarco desde el ao 1880 hasta 1886,
se haba creado el Registro Civil supuse que en el Registro Civil de
San Martn hallara algn dato referido a los Tobar Garca. Pese a lo
avanzado de la hora entrevistamos al Jefe del mismo, quien no tuvo
inconveniente en suministrarnos en el momento la informacin
requerida. Comprobamos entonces que las primeras anotaciones datan
de 1895.
Punteando los libros aparece inscripto el primer Tobar Garca en
1918. Ese ao, el hijo mayor, Teodosito, inscribi su casamiento,
declarando haber nacido en Caada del Pasto y tener veintids aos de
edad. Surge de esa declaracin que naci en 1896.
Teniendo en cuenta que doa Raimunda haba nacido en 1862 al nacer
su primer hijo tena entre y treinta y dos a treinta y tres aos,
vale decir que se ha casado en 1894 o 1895. Don Teodosio tena
veintiocho aos.
Conformes con el resultado de ese viaje, regresamos a Quines. La
madre de Gilberto Tobar, viuda del primer hijo de Teodosito me haba
destinado una habitacin en su casa hasta tanto terminaran mis
investigaciones en Quines.
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QUINES, LA CUNA Una ta de Gilberto Tobar, Rosa A. Flores, actual
directora, (1993), de la
escuela N 120 de Quines, esa misma noche me entreg fotocopias de
un simple cuaderno escolar. Es el Libro Histrico de la Escuela. En
l estn escritas la Historia de Quines y el origen de la mencionada
escuela. En la pgina primera dice:
En la fecha abro el presente Libro Histrico de la Escuela N 120
que dirige la Sra. Gregoria A. de Aguirre Cliz. En l se consignarn
todas las noticias documentadas que sobre la poblacin,
acontecimientos y personas tengan inters histrico, de acuerdo con
lo previsto por el artculo N 18 pg. 301 del Digesto de I.
Primaria.
Puesto Tobares, (San Luis), 13 de septiembre de 1943. Sigue una
firma y un sello aclaratorio: Carlos S. San Martn. Inspector
Tcnico de Zona. Al lado hay otro sello en el cual,
dificultosamente leo: Escuelas Nacionales Ley.... La fecha es
ilegible.
De Puesto Tobares, lugar donde comenz a funcionar esta escuela N
120, hablar ms adelante. Ahora importa saber cmo se form
Quines.
En la pgina siguiente, un ttulo en tamao destacado, manuscrito
con tinta azul, dice:
NOTICIAS RECOGIDAS ACERCA DE LOS NOMBRES Y ACONTECIMIENTOS DEL
PASADO DE LA LOCALIDAD. SU EVOLUCIN.
A unos 75 kilmetros al norte de San Francisco del Monte de Oro,
es decir a 175 kilmetros de San Luis, se encuentra la hermosa villa
de Quines; hermosa por lo pintoresco del lugar donde ella ha sido
levantada, hermosa por la laboriosidad e iniciativa de sus hijos.
Quines, antiguo vecindario en el que el cacique Quines con su tribu
ejerca preponderante influencia, supo interesar all por 1870 a los
vecinos seores Alberto y Manuel Montiveros, los que conjuntamente
con su hermana Juana le compraron algunos derechos echando los
cimientos del actual pueblo, cuyo nombre segn se cree fue puesto o
bien en recuerdo del Cacique y su tribu, o a que ste llamaba
sierras de Quinielas a las que sirven de lmite por el este y sud de
Quines. Habindose luego casado Doa Juana Montiveros con don Jos
Pablo Cliz, lig ste su nombre al de los fundadores, por lo cual se
acepta que los hermanos Montiveros antes dichos y Jos Pablo Cliz y
su esposa han sido los pobladores que echaron los cimientos de lo
que actualmente es la progresista e importante Villa puntana de
Quines. (...) En 1871, el gobierno de la provincia dispuso el
trazado de la actual Villa tomando como base las nueve manzanas
existentes en la banda oeste, ya que la este, fue comprada por don
Jos Calixto Surez a don Manuel de Rosas. Posteriormente el medio
urbano de Quines se ha ido extendiendo hasta llegar a ser lo que es
actualmente, una importante, quizs la ms progresista del norte de
la provincia con una poblacin que pasa actualmente de tres mil
habitantes.
Su porvenir es grande, levantada en un lugar a 375 metros sobre
el nivel del mar, siendo apta para el cultivo de la vid, frutales,
sementeras, con importantes yacimientos de wolfram, manganeso y
galena. Si a todo eso sumamos su benigno clima y hermosos paisajes
que lo hacen ideal para la
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industria del turismo y le agregamos que es Quines estacin
terminal en la provincia de San Luis de los ferrocarriles del
Estado, tendremos explicado el virtual impulso del progreso anotado
en l durante los ltimos veinticinco aos.
Firma, Gregoria G. de Aguirre Cliz. Debajo est la fecha, 23 de
marzo de 1946. Dos paralelas cierran el informe y debajo de sta un
sello dice: Escuela N 120, San Luis. Firma Juan Miguel Otero Alric,
Inspector de Zona con fecha Junio 19 de 1956. Tambin en la parte
superior de esta pgina hay otro sello sin fecha: Inspector Tcnico
de Zona, Jos V. Chacn.
En conclusin, es justamente la Escuela N 120 de Puesto Tobares,
la que brinda en un sencillo cuaderno y apretada sntesis, el origen
y evolucin de Quines. Ya veremos ms adelante que no fueron ajenos a
la fundacin de esta escuela, los padres de la Doctora Carolina
Tobar Garca.
En esta hermosa maana del otoo de 1993, decido recorrer Quines.
Parto de la casa donde estoy alojada y camino unas cuantas cuadras
de veredas angostas formadas con ladrillos y anchas calzadas de
tierra apisotonada pero reseca por la ausencia de lluvias. Las
casas agrupadas forman manzanas con ochavas, lo cual seala que no
pertenecen a la antigua construccin colonial. Todas de una planta,
permiten apreciar el ntido cielo celeste que parece estar al
alcance de la mano. El sol, con todo su esplendor, promete un da de
agobiante calor: Comienza el pavimento. Ah noms est la plaza
principal y frente a una de sus calles, la iglesia nueva construida
all por mil ochocientos setenta y tantos. Tambin frente a la plaza
se encuentra, resistiendo an el paso del tiempo, el edificio de la
que fuera en origen la Escuela Elemental de Nias, donde curs sus
estudios primarios la Doctora Carolina Tobar Garca. Actualmente
esta escuela funciona en un moderno edificio propio y se llama
Escuela Provincial N 50, Eulalio Escudero.
Numerosos comercios han abierto ya sus puertas. Un supermercado
ofrece entre la variedad de sus productos, artculos importados!
Otro negocio de artculos para colegiales tiene en la puerta un
letrero: FOTOCOPIAS. Quines es un pueblo moderno hasta el cual
tambin ha llegado al servicio privado de correspondencia a
domicilio. La etapa de Chasques y Arriero ya ha sido superada.
Llego a la calle Nueve de Julio en su cruce con Moreno. Me detengo
en una esquina, frente a la casa donde la Doctora Carolina Tobar
Garca vivi su infancia y adolescencia. El edificio de una planta
ocupa una superficie aproximada de ochocientos treinta y tres
metros cuadrado. El amplio frente abarca toda la cuadra que tiene a
lo largo una estrecha vereda de ladrillos. Pese a los ciento y pico
de aos transcurridos desde su construccin, no es de adobe. El
revoque cado en algunas partes deja al descubierto los ladrillos.
Las dos ventanas que dan a la calle estn cerradas. La puerta
principal, abierta, comunica con el zagun. Como no tiene puerta
cancel puede verse desde afuera el viejo aljibe al comienzo del
patio. Actualmente esta casa es propiedad de la viuda del primer
sobrino de la Doctora y madre de Gilberto Tobar.
Al aplauso de mis manos acude una mujer joven seguida de dos
nios que me miran con curiosidad. Esta familia tiene autorizacin de
los dueos para ocuparla a cambio de cuidarla y conservarla. Me
permite pasar a recorrerla.
-
Finalizando el zagun una galera resguarda las seis habitaciones
con puerta a la misma. Una de ellas tiene tambin puertas que dan a
la calle y otras dos tienen ventanas al exterior. Saliendo de la
galera, debajo de una aosa parra se encuentra el aljibe. Ms all, un
extenso terreno est cubierto en parte con rboles frutales. A la
derecha, otras dos habitaciones fueron bao y cocina.
No hablar de mi emocin al estar caminando por los mismos lugares
que haba pisado en su niez, adolescencia y por ltima vez en 1961,
la Doctora Carolina Tobar Garca.
Lleg al Registro Civil de Quines. Al da siguiente, la jefa del
mismo me entreg el certificado de nacimiento de la Doctora.
Puede observarse en ese certificado que se llamaba Mara
Carolina. El nombre Mara no figur ni abreviado en su firma y slo
aparece en algunos documentos, como ser: Cdula de Identidad,
Libreta Cvica, Pasaporte y Testamento.
Tambin surge del texto que, si bien naci en 1898, no fue
inscripta en ese ao. La inscripcin aparece en el Tomo I del Libro
de Nacimientos de 1899. Vale recordar que para este ao ya haban
transcurrido trece desde la terminacin del primer perodo
presidencial de Julio A. Roca, (18801886), durante el cual se haba
promulgado la ley de Registro Civil y que, para esa misma fecha,
1899, haca pocos meses que Julio A. Roca haba iniciado su segundo
perodo presidencial, el 12 de octubre de 1898. Como as tambin no
debemos olvidar que todava eran los tiempos de los chasques y
arrieros.
LOS HIJOS, LAS MUDANZAS Y SAN ANTONIO A los tres aos de haberse
casado doa Raimunda con don Teodosio ya
haban nacido dos hijos: Teodosio e Ildorfo. Un mes antes de que
naciera Carolina, don Zoilo Garca Torres, hermano
de doa Raimunda, que viva en San Martn con su mujer e hijos,
compr en Quines un campo con una casa grande. Su idea era
explotarlo viviendo junto a su familia. Pocos das despus de
escriturarlo, la mujer de Zoilo se enferm y para hacerla atender
deban viajar a San Luis. Ya resida all su hermano Andrs con su
familia. Don Zoilo necesit ese dinero recientemente invertido.
Explic su problema a su cuado Teodosio ofrecindole el campo por dos
mil pesos. ste no dud un instante. Le entreg el dinero recibiendo
como constancia de la operacin una carta de pago. La escritura la
haran cuando regresaran de San Luis.
Don Teodosio, de inmediato les vendi a los hermanos Florentino y
Nicomedes de la Vega todo lo que posea en Talita: el campo con los
sembrados, la casa con los muebles y el almacn de ramos generales.
Una maana, parti con su familia hacia Quines. La carreta era
conducida por don Teodosio a cuyo lado iba Teodosito. Doa Raimunda
viaj en el interior, echada en el suelo sobre unas frazadas y
llevando a su lado al pequeo Ildorfo. Debido a las irregularidades
del camino llegaron al lugar bastante avanzada la tarde. Fueron
recibidos por Rudencio y Francisca, matrimonio que atenda el campo
con los dueos anteriores y a quienes don Teodosio haba decidido
conservar a su servicio. Rudecindo controlaba a los peones y
Francisca cocinaba y limpiaba la casa que haba quedado
amueblada.
-
Doa Raimunda lleg algo descompuesta por el ajetreo que
significaba el cruce de la sierra. Francisca retir los bultos que
llevaban en la carreta y con las sbanas y cobijas tendi las
camas.
Al da siguiente, doa Raimunda se quej de fuertes dolores en el
vientre. No haba mdicos por los alrededores. Estaban en pleno
campo. Francisca cort el cordn umbilical. Ya lo haba hecho otras
veces con la patrona anterior. Para ella era una tarea ms. Slo le
preocupaba lograr un nudo fuerte porque deca que deba durar toda la
vida.
Doa Raimunda en cuanto vio a la recin llegada exclam con gran
regocijo: Al fin una nena... al fin una nena...!
Don Teodosio observaba a su mujer y a su hija sin pronunciar
palabra. Al cabo de un rato llam a Teodosito e Ildorfo y les dijo:
sta tambin es hermana de ustedes. La llamaremos Mara Carolina. Les
permiti acercarse a la cama para que la vieran y enseguida les
orden: Vayan a continuar con sus juegos.
l no demor en iniciar su trabajo. Desde el momento que haba
comprado el campo se haba fijado la idea de hacer rendir al mximo
esas ochocientas y pico de hectreas.
Doa Raimunda, una vez repuesta y con sus conocimientos de
estanciera ayud a su marido en la empresa. Ordeaba las vacas,
fabricaba dulces que luego eran vendidos, alimentaba a las
gallinas, recoga los huevos... Llevaba siempre consigo una canasta
con abrazadera desde la cual, sobre un colchoncito de lana,
Carolina la miraba. No lloraba. Cuando senta hambre lo manifestaba
con inquietos movimientos de cabeza y bracitos. Eran las nicas
partes libres de su cuerpo arrollado como un matambre.
La casa result chica para cinco personas y para los prximos que
seguramente llegaran. Enterado don Teodosio de que el seor Antonio
Aguilar venda una casa que tena desocupaba a quince kilmetros del
campo, en el centro de Quines, se la compr. Encarg muebles nuevos a
un carpintero del lugar. Cuando todo estuvo listo, volvieron a
mudarse. Esta casa es la ya presentada de seis habitaciones.
El nacimiento de Ricardo se produjo cuando Carolina tena cinco
aos. Ese 12 de diciembre de 1903 don Teodosio hizo llamar a una
mujer que en cuanto lleg pas a la habitacin y lo dej a l esperando
afuera. Al escuchar llanto infantil, entr. Luego de un rato, la
mujer sali restregndose las manos en seal de regocijo. Don Teodosio
le haba pagado muy bien su intervencin. Enseguida hizo pasar a sus
tres hijos y les dijo: ste tambin es hermano de ustedes. Lo
llamaremos Ricardo. Luego que, con gran curiosidad, lo miraron un
rato, agreg: Vayan a continuar con sus juegos.
Los dos varones regresaron a la calle. Don Teodosio al campo.
Carolina pensativa, se sent en el suelo, en la puerta de la
habitacin. Por fin se decidi y volvi al lado de su madre: Mam,
cundo lleg Ricardo que yo no lo vi entrar? Lo trajo esa mujer que
se fue recin? Doa Raimunda sin responder le acarici la cabeza y
fingi dormirse. Carolina aburrida de esperar en vano una respuesta,
sali al patio decepcionada. Era la primera vez que su madre no
responda a una pregunta suya. Das despus not a su madre mucho ms
delgada. Descubierto el misterio que envolva la llegada de su
hermano se dirigi a ella para preguntarle casi con tono de
reproche: Por qu no me dijo que lo tena escondido en su
barriga?.
-
El nacimiento de Hctor Manuel no le result a Carolina una
novedad como lo haba sido el de Ricardo que ya tena un ao. Ella
seis. Luego de irse la misma mujer que haba llegado a la casa por
Ricardo, don Teodosio llam a sus otros hijos y les dijo: Este
tambin es hermano de ustedes. Lo llamaremos Hctor Manuel. Luego de
un rato de muda contemplacin agreg: Vayan a continuar con sus
juegos.
Hctor Manuel Tobar Garca no figura inscripto en el Registro
Civil de Quines y se ignora en qu localidad fue anotado. Lo que s
pude averiguar es que naci un ao despus de Ricardo, es decir en
1904.
Doa Raimunda y don Teodosio eran devotos de San Antonio, patrono
de Talita. En el mes de junio de cada ao concurran a la novena que
comenzaba el cuatro y finalizaba el trece.
Hctor Manuel, aproximadamente a los seis meses de haber nacido
hizo su primer viaje a Talita en carreta junto con sus padres y
hermanos. Regresaron muy tarde y cansados, pero contentos. Justo
para ir a dormir. No pudieron hacerlo enseguida. La sirvienta les
comunic que don Zoilo los estaba esperando en la habitacin
escritorio desde las primeras horas de la tarde. De los cinco
sobrinos que don Zoilo vio esa noche slo conoca a los dos mayores a
quienes, desde luego, hall muy crecidos. Carolina recibi las
mayores fiestas por ser la nica mujer entre ellos. Pasado un rato
don Teodosio mand a dormir a los tres ms grandes y doa Raimunda se
ocup de llevar a los dos ms pequeos. Los hombres quedaron solos.
Don Zoilo entonces le explic a su cuado que, al poco tiempo de
haber llegado a San Luis con su mujer enferma, haba quedado viudo.
Regresaba despus de siete aos de ausencia con los trmites de la
sucesin terminados y con todos los papeles en regla para escriturar
el campo que le haba vendido antes de irse. Quera arreglar sin
demora porque haba dispuesto radicarse en Las Chacras
definitivamente. Los dos cuados se pusieron de acuerdo en que al da
siguiente iran a la escribana.
Enterada doa Raimunda de esa determinacin se emocion. Agradeci a
su hermano que llegara con esa resolucin, justamente un trece de
junio, da que finalizaba la novena de San Antonio. Dijo que siempre
lo recordara por que era una seal de que el santo los protega y que
nunca dejara de ir a Talita para esa fecha.
Lejos estaba de imaginar doa Raimunda en ese momento que llegara
un trece de junio en que faltara a su promesa.
LA ESCRITURA
Tengo ante mi vista la fotocopia de la escritura del campo de
Quines. Est manuscrita y algo borrosa por el tiempo transcurrido
desde aquel ao, 1905 hasta el de hoy, 1993.
Transcribir a continuacin las partes de la misma que atestiguan
el relato anterior:
VENTA: Escritura nmero treinta y dos. En la Villa de Quines,
Partido del mismo nombre, Departamento de Ayacucho de la Provincia
de San Luis, Repblica Argentina, el da catorce de junio del ao mil
novecientos cinco,
-
ante m el Escribano Pblico autorizante de este acto y los
testigos al final firmados, comparecieron por una parte don Zoilo
Garca vecino domiciliado en la Villa de San Martn de esta misma
Provincia, accidentalmente en esta poblacin, de estado viudo y por
otra parte don Teodosio Tobar, de estado casado, con domicilio en
el Talita, Departamento de Junn de esta misma provincia, ambos
mayores de edad hbiles, de mi conocimiento de que doy fe, y el
primero declara: que hace algn tiempo que le vendi la respectiva
posesin de un campo de pastoreo sin agua cercado y con todos los
trabajos en l contenido, a don Teodosio Tobar quien recibi la
propiedad a su entera satisfaccin bajo los siguientes linderos...
...que se compone de una superficie de ochocientas cuarenta y tres
hectreas siete mil metros cuadrados, incluso la parte terreno que
existe cultivada y de labranza y que habiendo convenido con el
comprador de escriturarle la expresada propiedad en la mejor
oportunidad, viene ahora por el presente acto a otorgarle este
ttulo para guarda y garanta de sus propios derechos, siendo ubicado
el campo relacionado en este mismo partido de Quines. Que el
inmueble en cuestin se lo compr el declarante a los esposos don
Marcelino Arce y doa Rosenda Guiaz de Arce con fecha doce de
octubre de mil ochocientos noventa y ocho por ante el Escribano
Pblico... ...y que fallecida su esposa doa Loreto Torres de
Garca...
(Recordemos que Loreto Torres era prima de don Zoilo Garca
Torres y lgico tambin de doa Raimunda). Continu con la
escritura:
...inicio la apertura del juicio sucesorio y previa declaratoria
de herederos en audiencia pblica de fecha ocho de octubre de mil
novecientos ante el seor Juez de lo Civil... ...adjudicndose el
campo relacionado segn consta del testimonio judicial y legal que
tengo presente en apoyo de lo manifestado... ...hijuelas del viudo
Zoilo Garca: 1. Toda la estancia de Quines de pastoreo...
Expuesto el derecho de don Zoilo Garca sobre ese campo, continua
el escribano:
...Manifiesta haber recibido tambin con anterioridad la suma de
dos mil pesos nacionales, precio por el cual haban convenido
otorgndole la correspondiente carta de pago por la expresada
cantidad... ...con facultad amplia para que contine la posesin que
le tena dada, como consta de su propia confesin... El comprador
declara que acepta esta escritura dndose por conforme en todas sus
partes y por recibida la posesin del inmueble de que se
trata...
Termina la escritura con la frmula de rigor y al pie firman:
Zoilo Garca, Teodosio Tobar, Adrin Lucero y J. Surez y sobre el
sello que dice: Escribano Pblico de San Luis firma Cirilo Sergio
Olmos. Sobre el margen superior de dos de las hojas que componen
esta escritura, subrayado dice: Folio cuarenta y cuatro y Folio
cuarenta y cinco respectivamente. Hay tambin tres sellos: uno del
Ministerio de Hacienda, Provincia de San Luis; otro dice, Juzgado
de Paz de San Luis y el tercero es ilegible.
PUESTO TOBAR
Don Teodosio fue un hombre dedicado al trabajo y con notable
visin comercial. Al momento de escriturar el campo ya era dueo de
un negocio en
-
el centro de Quines. Haba comprado un local en una esquina,
frente a su casa, para vender en l carne recin carneada. Con su
compadre, Abrahan Gauna, haba formado una sociedad de palabra. Don
Teodosio abastecera el local y don Gauna vendera la carne trozada.
Fue la primera carnicera que vendi carne fresca en Quines. El
negocio marchaba bien porque los dos socios eran muy honestos en
cuestiones de dinero. Repartan las ganancias por partes
iguales.
Se cuenta que en una oportunidad fue un vecino a comprar carne
al fiado. El compadre Gauna le neg el crdito. El vecino se dirigi a
la casa de don Teodosio y habl con l. Regresaron juntos a la
carnicera don Teodosio le pidi a su compadre que le entregara al
vecino la cantidad de carne pedida porque la necesitaba para darle
de comer a sus siete hijos y el hombre momentneamente estaba sin
trabajo. Sali el vecino de la carnicera con su gran fuente cargada
de carne. Cuando don Guana iba a anotar lo fiado, don Teodosio
extendi la mano con unos pesos en ella y dndoselos a su compadre le
dijo: No anote nada. Cbrela de aqu, porque ste no le va a pagar en
su perra vida y usted no tiene por qu perjudicarse.
La ganancia que report esa venta tambin la repartieron por
partes iguales.
Don Teodosio en el campo no tena espacio sin explotar. Saba las
cantidades que podra vender de cada cosa y procuraba no excederse
en la oferta, para as poder mantener el precio fijado. En cambio se
extenda en la variedad. Quien no quisiera papas podra necesitar
zanahorias o zapallos. Haba marcado en ese campo extensiones
acordes con las posibilidades de venta de cada producto. Sembraba
maz, avena, cebada, trigo... Sembraba de todo lo que se pudiera
sembrar. Fabricaba carbn de lea, velas de cebo, quesos, preparaba
frutas secas, envasaba la miel que extraa de las colmenas. En
invierno, los trozos de carne luego de tajeados, oreados y salados
los haca colgar dentro de las fiambreras armadas con alambre tejido
y stas pendan de los rboles hasta que llegaban los compradores del
charqui. Con el ganado proceda igual que con los cultivos. Tena
variedad ms que cantidad. Quien no necesitara caballos, podra
necesitar mulas, vacas o cerdos. Nunca le faltaban gallinas,
pollos, conejos, huevos y leche. Todo estaba bajo su control. Daba
las rdenes sin apearse el caballo. Deca que el tiempo tambin vala.
A lo sumo, en algn puesto, aceptaba el par de mates que le ofreca
la mujer del puestero.
A los pocos das de tener la escritura pidi al hachero ms fuerte
de su campo que afilara bien el hacha. De slo un hachazo deba
partir a lo largo un trozo de tronco de ms o menos un metro. Y lo
hizo. En la parte interna de una de esas mitades, marc con carbn
gruesas letras que decan: Puesto Tobar. Luego le pidi a un viejo
pen que ocupaba sus horas libres moldeando con el cuchillo cabezas
de hombres o de animales y que tambin le haba hecho un mortero de
madera a doa Raimunda, que ahuecara esas letras marcadas. Cuando
termin de hacerlo, le pidi que pintara los huecos con pintura roja.
Ya seco, lo sujetaron con alambres en el centro de la tranquera. A
partir de entonces se difundi entre los lugareos el nombre de
Puesto Tobar.
Don Teodosio atenda a los clientes que llegaban de los pueblos o
de las provincias vecinas o de Chile, en la casa de Puesto Tobar.
Las ventas ms importantes de caballos y mulas se les haca a los
arrieros chilenos.
En tiempos de cosechas pasaba hasta diez o quince das sin ir a
su casa del centro de Quines. Deca que recorrer diariamente esas
tres leguas y media
-
que hay entre un punto y otro le haca perder mucho tiempo.
Algunas veces llevaba con l a Teodosito para que fuera aprendiendo
las tareas rurales. Al hijo mayor le atraa esa vida al aire libre
entre sembrados y animales. Quiz fue por eso el nico de los seis
hijos que slo curs la escuela primaria. En cambio fue de avanzada
en otras lides. Antes de casarse, a los veintids aos, ya le haba
dejado a sus padres el regalo de sus dos primeros hijos, nacidos
segn l sola explicar de imperiosas necesidades circunstanciales.
Don Teodosio y doa Raimunda le exigieron que los reconociera y lo
hizo, pero de la crianza de los nios se ocuparon los abuelos. El
menor de ellos, los llamaba pap y mam. Siendo chiquito crea que lo
eran.
Para los festejos de fin de ao, la familia se reuna en la casa
de Quines. Doa Raimunda comenzaba muy temprano con los preparativos
para las cenas de esos das. Haca pan fresco y muchsimas tortitas
que luego una de a pares untndolas con dulce variados. Tambin haca
pastelitos rellenos con dulce de membrillo. Llegando la tardecita,
encenda el fuego en el terreno al fondo de la casa. La cena se
compona de carne, pollos asados y ensaladas que preparaba llorando
a lgrima viva. Carolina sufra viendo llorar a su madre. Para no
hacerlo ella tambin se alejaba de la cocina. Dejaba a doa Raimunda
sola con las cebollas. De postre preparaba pur de frutas hervidas,
aplastadas en el mortero de madera que le haba regalado el pen ms
viejo de Puesto Tobar. ste, con su filoso cuchillo haba ahuecado el
extremo de un pedazo de tronco y al otro extremo le haba dado la
forma de una copa. Los mayores beban vino casero y a los chicos les
servan el agua dulce en la cual haban dado un hervor a las
frutas.
La vspera del da de Reyes, cuando ya los hijos se haban dormido,
doa Raimunda entraba sigilosamente a sus habitaciones y les
cambiaba los zapatos viejos por otros nuevos. Los usaban cuando no
llova. Para estas ocasiones tenan botas. No les haca poner pastito
ni agua para los camellos de los Reyes. Simplemente les deca que
eso era un milagro y que deban darle las gracias a Dios por haberse
acordado de ellos.
Concluidas las fiestas, iban todos a pasar las vacaciones a
Puesto Tobar. En los ratos que don Teodosio tena libres enseaba a
sus hijos a usar un revlver o escopeta. Quera que aprendiesen a
defenderse en el caso de ser atacados por alguna vbora o animal
salvaje. Cuando Carolina cumpli los doce aos tambin debi hacer esas
prcticas. En poco tiempo adquiri una notable puntera. Las vboras
abundaban por la zona, pero nunca tuvo necesidad de matarlas. Doa
Raimunda le repeta que si el animal no era molestado no atacaba,
entonces no haba por qu matarlo.
Por otra parte, doa Raimunda sola decirle a su marido que no era
bueno que los nios presenciaran la matanza de los animales cuya
carne se coma, ni que vieran ese derrame de tanta sangre. Sostena
que as se acostumbraran y terminaran siendo como el riojano que
haba hecho matar a muchas personas sin consideracin alguna. Don
Teodosio la escuchaba sin responderla molesta por el mutismo de su
marido volva a lo que era ya un acostumbrado rezongo. Le deca
entonces que en Puesto Tobar sobraban zanahorias y haca falta
educacin.
(Aportaron datos sobre la familia Tobar Garca, el seor Mercedes
Castro, 93 aos, residente en Quines y que fuera de chico ayudante
de
-
Teodosio en Talita y el sobrino de la Doctora, don Buenaventura
Tobar, 85 aos, tambin residente en Quines.)
SU PRIMERA MAESTRA
Los das en que en la casa de Quines amasaban para hacer pan o
fideos doa Raimunda diriga a sus dos sirvientas y le permita a
Carolina jugar con trocitos de masa que luego por tan sobados coman
los perros.
Una maana, doa Raimunda decidi sacar provecho de la inocente
actividad de su hija. Le ense entonces a formar letras con trocitos
de masa. Por la tarde, sentada bajo la parra tomando mate, le dio a
comer esos amasijos cocinados en el horno dicindole que antes
nombrara las letras. As comprob la buena memoria de Carolina. Doa
Raimunda estimulada por el xito hizo de ese juego una costumbre.
Cuando termin con el abecedario sigui ensendole slabas y luego
palabras cortas para mantener la unin de las letras. La madre, cada
vez que amasaban sorprenda a Carolina con novedades para no
hastiarla. Pas a los nmeros, despus a los cuerpos geomtricos, a la
imitacin de las frutas y con ellas les ense la suma y la resta. Le
ense a moldear los bichos conocidos que andaban por el campo o por
la casa, como ser: sapos, lagartijas, viboritas, perros...
Esas enseanzas doa Raimunda las planeaba con su hija como si se
tratara de un secreto entre ambas para ambientarlas en un halo de
complicidad. Sola ponerle como ejemplo la laboriosidad de las
hormigas. Carolina era muy observadora y su madre todo se lo
explicaba. Lo que un da no pudo explicarle, al ser sorprendida
echando agua hirviendo en un hormiguero, fue por qu si eran tan
laboriosas las quemaba en esa forma.
El nacimiento de Ricardo interrumpi la enseanza. La sirvienta
intent, en este aspecto, reemplazar a doa Raimunda. No era lo
mismo. Carolina se neg a reproducir cosas. Andaba triste y
calladita, cuando anteriormente haba sido alegre y charlatana.
As las cosas, una tarde don Teodosio lleg del Puesto con un
perrito blanco. Lo bautizaron Blanquito. Con l, Carolina recuper su
alegra. Los dos pasaban la mayor parte del da corriendo por las
calles de Quines que en ese tiempo eran de tierra. Blanquito se fue
oscureciendo. Los vestidos de Carolina fueron quedando hechos
jirones. Doa Raimunda debi comprarle otros en la casa Bianchet, una
gran tienda que haba en Quines y que tena la casa central en San
Francisco del Monte de Oro.
Carolina esperaba que Ricardo creciera como sus otros dos
hermanos para s recuperar a su madre, pero el nacimiento de Hctor
Manuel frustr su esperanza. Blanquito haba crecido y con ello haba
perdido gran parte de su gracia. Ya no la distraa. Doa Raimunda
enseguida lo not y ese mismo verano comenz a decirle que ya estaba
en edad de concurrir a la escuela. Que haba maestras que enseaban
mejor que ella porque eran maestras normales.
Al comenzar las clases doa Raimunda la inscribi en la Escuela
Elemental de Nias que haba sido creada en Quines muchos aos atrs.
Funcionaba en un local frente a la plaza.
Desde los primeros das de clase se puso de manifiesto que el
grado de capacidad intelectual de Carolina superaba al de sus
compaeras, algunas de
-
las cuales eran mayores que ella. Se reflejaba, en parte, la
intervencin materna. Su carcter alegre le granje la simpata de sus
compaeras. Durante los recreos comparta los juegos con las nias de
ms o menos su edad, pero entonces tambin asom su audacia. El
despegue de su madre reaviv la admiracin que senta por sus hermanos
mayores cuando los vea correr como locos, treparse a los rboles con
agilidad de monos o montar a caballo y salir a galopar por el campo
para regresar extenuados, pero felices por tanta libertad. Comenz a
imitarlos.
La seora Francisca Rosales de Daz, 93 aos, vecina de Quines,
compaera de la Doctora Carolina Tobar Garca, en la escuela
primaria, relata con mucha gracia, la siguiente ancdota:
En el patio de la escuela haba varios naranjos. Las maestras
haban asegurado los gajos en tal forma que las nias, tomadas de
ellos con las dos manos podamos hamacarnos. Carolina siempre peda a
sus compaeras que la empujaran fuerte y yo era quien mejor la
satisfaca. A m, me llamaban por el sobrenombre: Panchita. Un da le
dije a Carolina que se tomara bien fuerte porque la iba a ser
volar. La empuj en tal forma que termin estrellada contra el suelo.
Se desmay. La Directora Adela Funes y las maestras Dorila Gatica y
Paulina Ragor de Gatica la hicieron reaccionar y la llevaron a la
casa. A m, debido al susto que las maestras se haban llevado no me
aceptaron explicaciones y me aplicaron como castigo que por ese ao
no podra ni acercarme a los naranjos. El castigo no fue tan severo
como parece. Faltaban pocos das para que terminaran las clases. La
audacia y optimismo de Carolina no sufri mengua por ese accidente.
Nuestra amistad tampoco.
Prxima a cumplir los diez aos, Carolina not que su madre
nuevamente haba engordado demasiado. No le hizo preguntas. Conoca
ya el desenlace de esa gordura. A diferencia de los embarazos
anteriores doa Raimunda debi guardar cama con bastante anticipacin.
Tena cuarenta y cinco aos. A don Teodosio se lo notaba muy
preocupado. Dej de ir al Puesto. Un da reuni a sus hijos como en
anteriores ocasiones. Doa Raimunda acababa de ser atendida por una
mujer que ellos no conocan. La de siempre, haba muerto. Esta vez
era don Teodosio quien sostena en sus brazos al recin nacido,
envuelto en una toalla blanca que das antes le haba comprado a un
turco que recorra las casas ofrecindolas. El turco las llevaba,
dobladas a lo largo, colgadas sobre un hombro. Don Teodosio se la
haba pagado con una gallina que meti dentro de una bolsa, despus de
retorcerle el cogote, porque el turco le haba dicho que no tena
coraje para matarla l.
Don Teodosio se agach un poco para que sus hijos pudieran ver al
recin llegado y les dijo: ste tambin es hermano de ustedes. Lo
llamaremos Gilberto. Antes de que pudiera agregar que fueran a
continuar con sus juegos como era su costumbre, doa Raimunda abri
los ojos y dijo con un tono muy dbil: de los ngeles... Gilberto de
los ngeles, porque ellos me lo enviaron... Volvi a cerrar los ojos.
Entonces s, como de costumbre don Teodosio mand a los hijos a
jugar. No repar en que Teodosito con doce aos e Ildorfo con once,
ms que jugar, colaboraban en las tareas del campo. Los que todava
jugaban eran Carolina que estaba cerca de cumplir los diez aos,
Ricardo que tena cinco y Hctor Manuel cuatro. Gilberto de los
ngeles fue anotado en el Registro Civil de Quines, donde consta que
naci el once de octubre de 1908. Don Teodosio tuvo su ltimo hijo a
los cuarenta aos.
-
Carolina vivi su primera desilusin cuando finaliz la escuela
primaria. Estaba convencida de que seguira estudiando porque ya
ambicionaba ser maestra, sin siquiera imaginar que su padre se
opondra. Don Teodosio argument que ella deba seguir el ejemplo de
su madre quien adems de ser una buena ama de casa era buena
administradora y conocedora del manejo del campo. Para que
aprendiera las tareas rurales comenz a llevarla al Puesto junto con
los hermanos. Los fines de semana tambin iba doa Raimunda. Veamos
cmo cuenta la seora Panchita esta etapa de la vida de la Doctora
Carolina Tobar Garca:
En ese tiempo yo viva cerca de Puesto Tobar y todo los das iba a
buscar la leche que me regalaban para mi familia que era muy pobre.
Carolina trabajaba en el puesto como si fuera un pen ms. Yo
admiraba la destreza con que ella ordeaba las vacas, o cuando
montada a caballo arreaba a los animales. Tambin ayudaba en las
siembras o en las cosechas o a recoger en un cesto los huevos que
ponan las gallinas. Pasaba tanto tiempo entretenida mirndola hacer
esas tareas que muchas veces la madre me recordaba que deba irme
porque en mi casa estaban esperando la leche. Algunas tardes
llegbamos hasta el ro. Ella iba montada en un caballo y yo en mi
mula. Carolina galopaba, se iba lejos y volva hasta donde yo haba
quedado y volva a salir galopando le gustaba desafiar al ro y se
meta en l llevando al caballo contra la corriente. Usbamos unas
bombachas azules con elstico ajustado en los tobillos. Ella se
mojaba, pero no se preocupaba porque al regreso, bajo el sol, se le
secaban antes de llegar al Puesto. No lo contbamos a nadie. Slo
ella y yo sabamos lo que haba echo en el ro...
Doa Raimunda no estaba conforme con la vida que llevaba su hija.
Ella quera que fuera maestra. Don Teodosio, en cambio, aspiraba a
que Carolina aprendiera bien las tareas de la casa y las rurales
con miras a que llegara a casarse con el hijo de algn estanciero
tan rico como ya lo era l.
Carolina alguna vez sorprendi a sus padres intercambiando
opiniones, algo speramente, sobre su futuro, pero educada en esa
disciplina que impeda a los hijos manifestar su deseo, no
intervena. Sala a la calle y caminaba... caminaba... Si esa
situacin se produca en Puesto Tobar, para no escucharlos, montaba a
caballo y sala como loca a galopar por el medio del campo.
Regresaba extenuada, sudorosa y, en ambos casos, silenciosa.
LA ESCUELA DE PUESTO TOBAR
Corra el ao 1910. El Vicepresidente, doctor Jos Figueroa
Alcorta, desempeaba la primera magistratura completando el perodo
presidencial que, por fallecimiento, haba dejado inconcluso el
doctor Manuel Quintana.
Ya desde el ao anterior haban comenzado a llegar a Quines
noticias sobre los extraordinarios festejos que se realizaran en
Buenos Aires con motivo de cumplirse el primer centenario de la
Revolucin de Mayo. Claro que algo ensombrecidos por el temor,
mundialmente difundido de que el cometa Halley chocara contra la
Tierra, destruyndola.
Cuando pas enero y la Tierra continu dando vueltas, como es su
costumbre, todos los comentarios que llegaban a Buenos Aires se
refirieron a esos espectaculares preparativos. Adems arribaran a la
Capital de nuestro pas personalidades mundiales. Los porteos
estaban como enloquecidos. En
-
particular por la visita que hara la Infanta Isabel en
representacin de Espaa. Consideraban este acontecimiento como una
demostracin de que la Madre Patria no guardaba rencor por habernos
liberado de su dominacin.
Los puntanos escuchaban todas esas novedades sin mayormente
contagiarse del entusiasmo que se estaba viviendo a tantos cientos
de kilmetros. Ello cambi cuando se enteraron de que tambin nos
visitara el presidente de Chile, doctor Montt. La vecindad con este
pas los hizo sentir partcipes. Los arrieros que llegaban a Quines
comentaban con entusiasmo esa novedad. Surgieron los recuerdos y
los lugareos se referan a cmo el general San Martn haba cruzado la
cordillera de los Andes; del aporte que haban hecho los puntanos
contribuyendo con hombres, animales y bienes al xito de su campaa
libertadora y de cmo el General San Martn haba donado sus sueldos
para crear escuelas.
Don Teodosio llegaba a su casa de Quines con todos esos
comentarios que haba escuchado a los arrieros chilenos en charlas
con sus peones de Puesto Tobar. Doa Raimunda aprovechaba entonces
para repetirle sentenciosamente que esas cosas haba que ensearles a
los nios y que para ello deba haber una escuela en el espacio
destinado a las zanahorias.
Una tarde de marzo, de ese 1910, don Teodosio lleg a su casa de
Quines algo ms temprano que de costumbre. Con el rebenque en la
mano, golpeando en su pierna izquierda, caminaba de un extremo a
otro de la larga galera. Los tacos de sus botas pareca que iban a
romper los ladrillos del piso. Al escuchar el ruido,
desacostumbrado a esa hora, doa Raimunda asom la cabeza por la
puerta de la cocina. Al ver a su marido, fue a su encuentro. Don
Teodosio, con acento terminante, como si profiriera una amenaza le
anunci: Maana comienza a funcionar una escuela en Puesto Tobar.
Doa Raimunda, disimulando su estupor, mostr su duda en dos
preguntas: En dnde? En el lugar de las zanahorias?
Don Teodosio pas por alto la irona respondindole: S, al final
del campo lindando con nuestro vecino don Cristbal Pereyra. l ser
el maestro hasta que se oficialice.
La sorpresa detuvo el paso de doa Raimunda justo debajo de la
parra. Enganchando sus dedos en un sarmiento exclam:
Al fin ha llegado la civilizacin a Puesto Tobar! Don Teodosio,
dej caer el rebenque, se sent en un banco, apoy su
espalda contra la pared, estir las piernas y uniendo sus manos
sobre su aplastado vientre, sin ocultar su satisfaccin por haberla
sorprendido, le pidi: Ahora, cebme unos mates.
En este punto retomar la transcripcin del Libro Histrico de la
Escuela N 120, en la parte que se refiere a la creacin y ubicacin
de la misma.
HISTORIA DE LA ESCUELA NACIONAL NMERO 120 DE PUESTO TOBARES.
QUINES. SAN LUIS.
Creada por resolucin del Honorable Consejo Nacional de Educacin
con fecha 21 de junio de 1910, inicia su normal desenvolvimiento
como tal, en el lugar denominado PUESTO TOBARES el 11 de agosto de
1910, bajo la direccin de la Maestra Normal Nacional Srta. Petrona
Ortiz de Surez.
-
Al paraje se le asign el nombre de PUESTO TOBARES por llamarse
Teodosio Tobares su legtimo propietario. Son muy conocidos de todos
los vecinos de esta localidad los familiares del Sr. Tobares, pues
su esposa doa Raimunda Garca de Tobares fue dignsima y benemrita
dama del pueblo de Quines y sus hijos se llaman Teodosio (hijo),
Ildorfo, Carolina, Ricardo, Manuel y Gilberto Tobares. La
mencionada seorita Carolina Tobares Garca se gradu de doctora
llegando a ser una reconocida psiquiatra, mdico legista, una de las
grandes especialistas en enfermedades nerviosas de nuestro medio y
ahora, desde hace poco, mdica forense, cargo que gan en justicia
por riguroso concurso.
Al iniciar su funcionamiento la escuela N 120 lo hace con escaso
nmero de alumnos, pero en atencin a la correcta funcin
administrativa acrecienta su estabilidad y aumenta la inscripcin
escolar, conservando su categora de unipersonal solamente por
escasos aos, nombrndosele luego como maestra auxiliar a la Srta.
Lupercina Alaniz Arce...
En aos sucesivos la poblacin del lugar aumenta notablemente
imponindose la necesidad de aumentar su personal en el ao 1936 a
total de cinco maestros, inclusive su director. (...) Esta escuela
ha sido creada en un hermoso lugar semiurbano en las proximidades
del pueblo de Quines, habiendo experimentado en los ltimos aos una
favorable evolucin econmica y social. Sus tierras mediante el
tesonero esfuerzo de sus pobladores se han convertido en valles
frtiles que producen casi la totalidad de los cereales y frutos que
se consumen en la zona. Sus habitantes son en casi su totalidad
criollos y se dedican a la agricultura y ganadera.
Luego de otras consideraciones que no agregan nada a esta
biografa, firma al fin del relato sobre la historia de la escuela,
la seora Gatica de Rodrguez, con fecha 30 de noviembre de 1958. As
tambin est la firma de Juan Miguel Otero Alric con un sello que
dice: Inspector de Zona.
Como hemos podido leer, esta historia fue relatada cuarenta y
ocho aos despus de la creacin de la escuela, razn por la cual no
debe extraarnos que no se mencionen los pocos meses que funcion
antes de ser oficializada. Pero esto fue posible debido a que sus
fundadores de inmediato declararon su existencia a las autoridades
pertinentes. Adems en 1958 la primitiva escuela ya haba sido
trasladada a otros locales. Actualmente funciona a la vera del
camino que conduce a Puesto Tobar. Por otra parte, en 1958, el
Puesto de don Teodosio Tobar ya no perteneca a sus descendientes.
De todas formas en esa Historia se rescata la influencia que don
Teodosio y doa Raimunda ejercieron en la zona. El haberle asignado
el nombre de Puesto Tobares es un reconocimiento a esfuerzo de toda
la familia ya que fue ella quien logr el engrandecimiento de ese
lugar, aislado totalmente hasta su llegada en 1898. El apellido
Tobares se debe a la costumbre de pluralizar, que an subsiste,
cuando se menciona a toda una familia.
Al llegar a este punto ya podemos pensar que la vocacin docente
que anid en el espritu de la Doctora Carolina Tobar Garca tuvo su
origen en el ejemplo de afn educativo que vio en su madre.
-
NACE LA ADOLESCENTE Una tarde Carolina regres del Puesto con su
padre y sus hermanos, pero
no entr en la casa corriendo alborozada al encuentro de la
madre, como era su costumbre. Doa Raimunda saba que ese cambio se
producira en cualquier momento. Carolina respondi a sus preguntas
manifestndole molestias en el vientre y dolor de cabeza. Prefiri
irse a dormir sin cenar. Su madre la acompa al dormitorio donde,
muy enternecida, la ayud a cambiarse de ropa. Una vez en la cama,
acaricindole el rostro, le explic que estaba por terminar su ltimo
invierno como nia y que se acercaba su primera primavera como
seorita.
Carolina se neg a volver al campo. Los das se le hicieron muy
largos. La inactividad le quit el apetito. Llenaba sus horas con
largas caminatas que la alejaban del centro de Quines. Ensimismada
en sus pensamientos, buscaba estar sola.
Los vecinos notaron el cambio y lo comentaban entre ellos. De
alegre y ligera Carolina se haba vuelto concentrada y de paso
lento. Adelgaz, hasta que presa de la debilidad cay en cama. Esto
sucedi en noviembre, prxima a cumplir catorce aos.
Horas ms tarde, cuando don Teodosio regres de Puesto Tobar, doa
Raimunda le dijo que Carolina tena fiebre muy alta. Acababa de
comprobarlo colocndole la palma de la mano sobre la frente. En ese
tiempo no era costumbre tener termmetro en la casa. La gente
opinaba que ... ese aparatito tan delicado, slo los mdicos saban
usarlo...
El rostro de don Teodosio reflej preocupacin y opin que Carolina
haba descuidado la alimentacin y que para una pronta recuperacin
sus comidas deban centrarse en la carne asada, verduras, frutas y
leche recin ordeada. Sin imaginarlo, porque en nuestro pas an no se
conocan, don Teodosio estaba indicando un compendio de vitaminas
que tenan al alcance de la mano. Para ese tiempo, recin hacia dos
aos que el doctor Funk, un mdico polaco haba descubierto la
primera.
Doa Raimunda aprovech esa muestra de preocupacin de su marido
para recordarle, una vez ms, el deseo de su hija. Don Teodosio
volvi sobre sus repetidos argumentos acerca de lo que l consideraba
que eran obligaciones exclusivas de la mujer: atender la casa, al
marido y a los hijos.
Esta vez, doa Raimunda le rebati poniendo como ejemplo a su
cuada Celina Laredo, quien haba llegado a ser la primera
vicedirectora del Normal de Villa Mercedes, sin por eso dejar de
atender a su hermano Toms con quien haba tenido seis hijos.
Deliberadamente, para atemorizarlo con una futura culpa, le
sentenci que si no la dejaba ir con sus tos, no se recuperara
jams.
Carolina, fingiendo dormir, imaginaba el ceo fruncido que pona
su padre cada vez que se le contrariaba en algo. De pronto escuch
los golpes que daba con su rebenque en la bota que tena puesta.
Tena por costumbre manifestar sus claudicaciones con energa.
Esa autorizacin de don Teodosio, llen de entusiasmo el despertar
de la adolescencia de la Doctora Carolina Tobar Garca.
-
EN VILLA MERCEDES
Villa Mercedes, capital del partido de General Pedernera est
ubicada al sudeste de Quines, cerca del ro Quinto.
En el tomo 1, pg. 184 de San Luis, su Historia y su Cultura, del
Gobierno de la Provincia de San Luis, (Ministerio de Cultura de la
Nacin) Edit. Ceyne, el seor Jos Mellano dice lo siguiente sobre
Villa Mercedes:
...El 14 de octubre de 1861 se impuso a Fuerte Constitucional el
nombre actual: Villa Mercedes, declarada ciudad en 1896...
Dos aos antes, 1894, se haba creado la Escuela Normal de Villa
Mercedes. A esta progresista ciudad, en constante avance, lleg
Carolina casi a fines de febrero de 1913.
De Quines a San Luis viaj en diligencia. La acompaaba un
matrimonio amigo de sus padres, el cual luego de pasar un tiempo
con los parientes que tena en Quines regresaba a su hogar en Villa
Mercedes. Hicieron un alto de unos das en San Luis, alojndose en la
casa de otros familiares. Carolina conoci ah a una jovencita de ms
o menos su edad. Ella tambin ansiaba ser maestra. El prximo ao
comenzara sus estudios en el Normal de San Luis. Simpatizaron. Se
prometieron mantener correspondencia. Fue la primera amiga que tuvo
Carolina. Se llamaba Berta Elena Vidal.
Esa amistad iniciada en la adolescencia perdur a lo largo de la
vida de la Doctora Carolina Tobar Garca.
De San Luis a Villa Mercedes prosiguieron en el tren del
Ferrocarril Pacfico que una Mendoza con Buenos Aires. (Actualmente
se denomina Ferrocarril General San Martn).
En la estacin de Villa Mercedes esperaban a Carolina el to, don
Toms Garca Torres y su seora Celina Laredo. Felices por verla la
abrazaron y atosigaron a preguntas sin darle tiempo a responderles.
En cuanto don Toms, hombre de fuerte contextura fsica, recibi las
dos maletas que constituan el equipaje de Carolina, las acomod en
su elegante sulky tirado por dos caballos. Enseguida se despidieron
del matrimonio que acompaaba a Carolina y que era tambin amigo de
ellos.
Una vez acomodadas en el sulky, la ta Celina pas su brazo sobre
los hombros de su sobrina atrayndola hacia s en gesto de cario.
Carolina haba quedado sorprendida por la elegante figura de su ta
que lucia el cabello cortado a la garzn, ltima moda en ese tiempo.
El vestido entallado hasta la cintura continuaba en una larga
pollera que dejaba ver las botitas negras sujetas a los costados
por una apretada hilera de botones. Le observ la mano libre como
abandonada sobre una pierna. Blanca, de dedos delgados y largos,
mostraba las uas que, recortadas, apenas sobresalan de las yemas.
Mir sus manos. Ya no las tena tan gorditas y sus uas tambin estaban
prolijas, pero ello se deba al abandono que haba hecho de las
tareas rurales en los ltimos meses.
Las manos de su madre vinieron a su memoria. Eran suaves en las
caricias, pero speras al tacto por los constantes y rudos trabajos
que realizaba todos los das y desde que era nia. Por esas
coincidencias que la vida depara, su madre, que tena cinco hermanos
varones tena tambin cinco hijos varones. Los cinco hermanos haban
seguido estudios secundarios. Ella no. Carolina muchas veces le
haba odo decir ... que no permitira que su hija corriera la misma
suerte. Por eso no haba cejado en su empeo de apartar a
-
Carolina de ese similar entorno varonil que a ella le haba
frustrado su deseo de ser maestra.
Don Toms detuvo el sulky. Haban llegado a la casa. Las puertas
eran de hierro trabajo pintado de negro. En el centro de una de las
hojas, interrumpiendo los enrulados dibujos que formaba el hierro,
se destacaba una grande y cursiva C y la misma altura, en idntico
estilo, la otra hoja tena una L. Correspondan a las iniciales del
nombre de su ta.
Atravesando el cuidado jardn entraron a la casa. Sin prestar
atencin al suntuoso mobiliario, Carolina sigui a su ta hasta la que
sera su habitacin. Enseguida abri otra puerta de ese dormitorio y
la hizo pasar al cuarto siguiente dicindole que ese sera su lugar
de estudio. Aqu s, Carolina no pudo reprimir un oooh! acompaado de
una sonrisa plena de satisfaccin. Como marco de un escritorio
estaban, contra las paredes y hasta el techo, los anaqueles
repletos de libros. Era la primera vez que vea tantos juntos y a su
disposicin.
Durante la cena los tos le hablaron a Carolina de sus cuatro
hijos y dos hijas que estaban en Buenos Aires, prosiguiendo sus
estudios. El menor de ellos, Vctor, tena la misma edad de Carolina,
catorce aos. Tantos comentarios le hicieron sobre Buenos Aires que,
mientras los escuchaba, se vea ejerciendo como maestra en esa gran
ciudad, como la denominaban sus tos.
Muchas fueron las vueltas que esa noche Carolina dio en su cama
antes de conciliar el sueo.
Rememor su infancia y vio a su madre ensendole las primeras
letras; la escuela primaria y vio a su madre llevndola de la mano
para inscribirla en el primer grado; el comienzo de su adolescencia
y vio a su madre sentada en el borde de su cama. Pens en su
presente y record su voz repitiendo: Mi hija no correr mi misma
suerte. Comprendi entonces que esa idea fija en la mente de su
madre era lo que haba cambiado su destino. Ya no volvera a ordear
vacas, a arrear animales ni a cabalgar desenfrenadamente buscando
apaciguar la ansiedad de sus deseos sin horizonte cierto. Su madre
la haba puesto en el camino ambicionado, pero el cambio haba muy
brusco y radical. Del campo a la ciudad. De no tener libros a
disponer de una biblioteca. Los primeros pasos en esta nueva senda
tal vez seran vacilantes, pero se afirmara. Deba afirmarse. Desde
ese da su futuro dependera solamente de su esfuerzo y de su
perseverancia.
Esa noche, Carolina acept y asumi con responsabilidad el desafo
que le planteaba esa nueva forma de vida.
A partir de entonces, esas tres condiciones: esfuerzo,
perseverancia y responsabilidad, fueron como un emblema en todos
los jalones de la existencia de la Doctora Carolina Tobar
Garca.
CUATRO AOS EN EL NORMAL DE VILLA MERCEDES
Pese al cario que los tos le brindaban, al nimo de Carolina,
durante los primeros meses, acus el impacto de ese cambio en su
forma de vida. Era la primera vez que se separaba de su madre. A
veces andaba muy ensimismada. Tanto que, de puro distrada, durante
un recreo obstaculiz el paso apresurado de una alumna que se diriga
a la Direccin. Las dos se rieron de sus
-
respectivas torpezas. A partir de ese choque, a la hora de la
salida, como ambas caminaban unas cuadras para el mismo lado, lo
hicieron juntas.
Delfina Domnguez Varela, as se llamaba esa compaera, cursaba
tercer ao y haba nacido en San Pablo, localidad perteneciente al
partido de Chacabuco, al noroeste de San Luis.
Esa amistad iniciada en el Normal de Villa Mercedes, tambin
perdur a lo largo de la vida de la Doctora Carolina Tobar Garca. Ya
lo iremos viendo ms adelante.
Al comenzar el segundo ao, Carolina tuvo noticias de su amiga
Berta Elena Vidal. Le comunicaba que haba comenzado a estudiar en
el Normal de San Luis.
Berta Elena sola enviarle poesas de su creacin, por lo general
de contenido patritico y Carolina le responda envindole narraciones
de su invencin. No escriba palabras de cuyo significado no
estuviera segura. Continuamente consultaba el diccionario. Senta
como una obsesin en utilizar los trminos correctos.
A mediados de ese ao, 1914, el mundo se estremeci con la noticia
del asesinato en Sarajevo, de la futura pareja real del Imperio
Austro Hngaro. Ello fue la chispa que encendi la Primera Guerra
Mundial.
Carolina y Delfina pasaban los recreos en la biblioteca del
Normal, mirando mapas para ubicar el lugar de origen de esa
contienda y el de los pases intervinientes. La zona del conflicto
sera surcada por zepelines y aviones con su carga mortfera. Ese
despliegue de maquinas que se producira actu como un estmulo ms
entre los aviadores de nuestro pas que ya en varias oportunidades
haban dado muestra de su capacidad y valenta en el afn de acortar
distancias.
An estaba latente el dolor producido por la muerte, unos meses
atrs, de uno de nuestros pioneros, Jorge Newbery, al caer su avin
en el intento de cruzar la Cordillera de los Andes, cuando toda
Villa Mercedes vibr de entusiasmo al enterarse del proyecto de una
nueva hazaa. El 18 de julio, el teniente Pedro Zanni intentara unir
en vuelo directo, Buenos Aires con Villa Mercedes! Das antes comenz
a llegar gente de las localidades cercanas. Berta Elena le escriba
a Carolina anuncindole que ella tambin ira con sus familiares.
Ese da, Carolina, Berta y Delfina, mezcladas entre la gente que
se haba autoconvocado en la plaza agitaron sus pauelos blancos y
celestes, saludando alborozadas al hroe que con su avin sobrevolaba
el lugar. Zanni haba cubierto los setecientos kilmetros que separan
a Buenos Aires de Villa Mercedes en el tiempo rcord de cuatro horas
cuarenta minutos.
Berta Elena regres con su familia a San Luis, luego de haber
pasado junto a Carolina y Delfina, unos de los muchos das
inolvidables que tambin habran de compartir en un futuro no muy
lejano.
El to de Carolina tena una chacra algo apartada de la casa. En
algunas ocasiones, por razones de trabajo se quedaba en ella a
pasar la noche. La madrugada del 11 de octubre don Toms escuch
ruidos extraos. Empuando el revolver sali para ver quien andaba por
el lugar. Los intrusos dispararon primero. Don Toms cay muerto. Los
ladrones huyeron.
Fue la primera vez que Carolina vivi de cerca la muerte de un
ser querido. Su ta Celina no hallaba consuelo. Prxima a cumplir
quince aos, Carolina se convirti en un apoyo para su ta.
-
A fines de ese ao, su ta Celina comenz a sentirse mal de salud.
Los hijos decidieron llevarla a vivir con ellos a Buenos Aires.
Celina, antes de partir, habl con el matrimonio amigo con el cual
Carolina haba viajado y ellos aceptaron hospedarla durante los dos
aos que le faltaban para recibirse.
Por otra parte, Delfina Varela Domnguez obtuvo su ttulo de
maestra. Carolina, momentneamente, perdi la compaa de su amiga. Se
prometieron mantener correspondencia. Y lo hicieron.
Terminadas las vacaciones en Quines, Carolina reinici sus
estudios. En la estacin de Villa Mercedes la estaba esperando el
matrimonio amigo. En la casa le haban preparado la habitacin que
haba pertenecido a los dos hijos varones quines se hallaban
cursando estudios universitarios en Crdoba.
Carolina no tard en adaptarse al nuevo hogar. La seora era
profesora de piano y daba clases particulares. Las horas libres de
tareas las ocupaba interpretando piezas clsicas teniendo como nica
oyente a Carolina. El marido era administrador de estancias. Estaba
poco en la casa. Tambin ah Carolina dispuso de libros, aunque no
tantos como en la casa de sus tos. La lectura era su refugio
preferido. Slo la interrumpa para contestar las cartas de su madre
y de sus dos amigas: Berta y Delfina.
Casi finalizando el ao escolar, Carolina recibi una carta
proveniente de Buenos Aires en la cual su primo Vctor le comunicaba
que el 29 de septiembre de ese ao, 1915, haba fallecido la madre:
Celina Laredo de Garca, ...vctima de una terrible enfermedad. Por
aquellos tiempos y hasta no hace mucho la gente senta terror o
vergenza de pronunciar la palabra cncer y, en voz baja, recurra al
eufemismo: terrible enfermedad.
En octubre del ao siguiente, 1916, el doctor Victorino de la
Plaza, quien como vicepresidente haba completado el periodo
presidencial, inconcluso por la muerte del titular doctor Roque
Senz Pea, hizo entrega del mando al nuevo presidente don Hiplito
Irigoyen. El Partido Radical llegaba al poder por primera vez.
Un mes despus, el 10 de noviembre, Carolina cumpli dieciocho aos
de edad. El regalo ms importante que recibi fue una carta de su
madre anuncindole su viaje a Villa Mercedes para fin de ese
mes.
As fue como doa Raimunda estuvo presente el da en que su hija
recibi el ttulo de Maestra Normal.
CLASIFICACIONES Y CALIFICACIONES
En el folio nmero catorce del Libro de Egresadas, debajo de Ao
1916 escrito a mano, en el decimonoveno lugar dice: Tobar
Carolina.
La planilla correspondiente al primer ao no tiene membrete. Est
encabezada: Clasificaciones y calificaciones. Debajo y manuscrito
dice: 1er. ao. Tobar Carolina 1913.
Repartidos entre las doce materias y los nueve meses del ao
escolar, pueden contarse Nueve ceros! Abundancia de tres y de dos
y, como perdidos entre las numerosas notas hay unos y cincos. El
promedio ms alto para su promocin a segundo ao lo obtuvo en Canto
con un cuatro. El resto de los promedios se reparten entre tres y
dos.
Las planillas de los aos siguientes tienen impreso: Escuela
Normal de........ y manuscrito Villa Mercedes. San Luis.
-
Por el gran tamao resulta difcil reproducirlas. En el mes de
marzo de su segundo ao debuta con un cero en lgebra,
materia que, juntamente con Prctica obtiene el promedio final ms
bajo: cinco. Segn dice en esta planilla, la equivalencia de cinco
es regular. La mayor parte del resto de las materias tiene entre
seis y siete que equivalen a Bueno. En Geografa, Historia Natural y
Msica tuvo ocho. La equivalencia es Distinguido! Puede pensarse
entonces que el estado anmico del primer ao hall su equilibrio.
En tercer ao, su promedio final ms bajo lo obtuvo en Labores con
un seis. Los dos ms altos corresponden a Fsica y Pedagoga, materias
en las cuales sac nueve puntos. Le sigue el ocho en seis materias:
Aritmtica, Geometra y lgebra que estn agrupadas en una; luego
Historia; Geografa; Msica; Ejercicios Fsicos y Labores.
En cuarto ao, en los exmenes orales que rindi en noviembre sobre
Qumica; Instruccin Cvica y Msica, obtiene diez puntos. En los
promedios finales la nota ms alta la saca en Msica con nueve.
Obtiene ocho en Historia, Instruccin Cvica y Educacin Domstica. Los
numerosos sietes que se observan en este ao corresponden a:
Geografa, L. Nacional, Historia Natural, Psicologa, Fsica y Qumica,
Francs y Prctica. La nota ms baja es seis en Geometra y Dibujo.
Donde no se observan altibajos durante los cuatro aos es en las
diecisis reuniones que realizaron los profesores a razn de cuatro
por ao. En todas ellas, el concepto que ha merecido es bueno, bueno
y siempre bueno.
DON CONRADO GARCA TORRES
Carolina haba llevado a Quines una considerable cantidad de
libros comprados en Villa Mercedes con dinero que su madre le daba
durante las vacaciones para que con l pudiera satisfacer sus gustos
o deseos personales. Para esta tiempo haca ya varios aos que doa
Raimunda haba integrado a los bienes matrimoniales la parte que, al
igual que a sus hermanos, le haba correspondido por la venta de la
estancia Caada del Pasto, heredada de sus padres. Todos ellos se
haban casado y afincado en distintos lugares de San Luis. Pese a
las dificultades propias de la poca para mantener una asidua
correspondencia, no haban perdido contacto entre s. Saban entonces
que el mayor, Conrado, haba tenido una destacada actuacin pblica.
Luego de comenzar como maestro en las escuelas rurales haba llegado
a ser Director de Escuela, Comisionado Municipal y Juez de Paz en
San Martn. Posteriormente, en una zona intermedia entre San Martn y
Guanaco Pampa, haba comprado una estancia que llam La Reforma y
haba ido a vivir en ella con su mujer, Basilia Garro y una hija. En
la misma haba destinado un pequeo oratorio para el Nio Jess de
Praga del cual era devoto. A la vez, movido por su espritu docente,
haba hecho las gestiones para crear una escuela en un lugar llamado
Piedra Rosada, que distaba un kilmetro de su casa. A la misma, el
Consejo Nacional de Educacin, le haba adjudicado el nmero 114.
oficialmente comenz a funcionar en 1911. Posteriormente inici
gestiones ante el Gobierno Provincial para crear un pueblo donde l
viva y obtenida la autorizacin correspondiente en San Martn, haba
fundado Villa de Praga en 1916. Ese mismo ao, de su peculio
personal, haba terminado la
-
construccin de la Capilla y obtenido el permiso de las
autoridades eclesisticas llev a ella la imagen del Nio Jess de
Praga que tena en el pequeo oratorio de su casa. Tambin haba
logrado el traslado de la primitiva escuela, clausurada por una
epidemia de difteria, a un nuevo edificio, frente a la plaza de
Villa de Praga. Estas preocupaciones y ocupaciones cristianas e
intelectuales del to de Carolina, que para ese tiempo tena ya cerca
de sesenta aos, no le impedan participar en los festejos vecinales
que se realizaban en la plaza de Villa de Praga. Concurra a los
mismos con el acorden heredado de sus antepasados. Al son de las
interpretaciones que ejecutaba de odo, porque msica no saba, y
frente al atavismo que don Conrado pona de manifiesto en esas
ocasiones, adems del respeto haba ganado la simpata y cario de los
habitantes del lugar quienes, refrindose a l, lo llamaban el seor
de Praga.
Fue para este tiempo que, enterado don Conrado de que su sobrina
Carolina se haba recibido de Maestra Normal, le escribi
felicitndola y anuncindole que en cuanto se produjera alguna
vacante en escuelas de San Martn la propondra para ocupar el
puesto.
Los datos histricos expuestos fueron suministrados gentilmente
por la actual Directora de la Escuela de Villa de Praga, 1994,
seora Gloria Becerra de Surez. Las fechas de la fundacin del
pueblo, de