Distingo Entre Persona y Personalidad

8/17/2019 Distingo Entre Persona y Personalidad

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Dis t ingo en t r e pe r sona y pe r sona l idad

L a p e r s o n a , p r o p i a m e n t e d i c h a , y s u s p r o p i e d a d e s

y a c c i d e n t e s d e s d e e l p u n t o d e v i s t a s o c i o l ó g i c o

J U A N P I C H O N - R I V I E R E

Universidad de Buenos Aires

Esta comunicación t iene por obje to d is t inguir la persona humana

com o noción metaf ís ica dp

K I8

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=i«.d, a e sus pr op ied ad es y accid ente s, tal com o éstos

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du eñ a de sus actos. A ho ra hípn /.ata „^^:A ^ * r- • i i '* ' * '

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debe ser completada con los annr toc

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v er sa n s ob re la s p r o p íe d a d e T v S i l ' ' ' ' .' so cio ló gico s q u e

l id a d c o nc re ta e x i s t e n c i a r ^ ' ^ ' cons t ituyen l a pe r sona-

Esas propiedades y accidentes no sólo in teresan a l psicólogo y a l

sociólogo, smo también al f i lósofo polí t ico, al jur ista y al educador,

pues en t r an como fac to r p„„e ipa l en l a causa e f i c i en te inmedia ta de

la sociedad y se proyectan en el la como funciones sociales.

iNuest ro aerecno, nuest ra pol í t ica , nuest ra educación, incurren

con t inuamente en l a confus ión en t r e lo genérico de l a pe r sona h um an a

y lo accidental.

Sea que hablemos de los derechos del hombre, del individual ismo

de las re laciones ent re individuo y sociedad, caemos casi s iempre en la

confusión a ludida.

La d i s t inc ión en t r e de recho púb l i co y de recho p r ivado t ambién

adolece de este er ror f i losóf ico; e l pr imero absorbe todas las funcio-

1735

Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía, Mendoza, Argentina, marzo-abril 1949, tomo 3



1736 JU AN PICHON- RIVIÍ:KE

nes polí t icas de la personalidad, siendo esta absorción la causa fun-

damenta l de l to ta l i ta r i smo.

Los fi lósofos que estudian los aspectos ontológicos y psicológicos,

no o torgan a las propiedades de la personal idad e l lugar de pr iv i leg io

que les corresponde en la sociología. Seguimos confundiendo lo gené-

rico con lo accidental .

I I

Veamos e l d is t ingo que hace Dante Al ighier i en su obra e la

monarquía en tre lo genérico de la person a y lo accid ental , en la

categoría de relación.

Cuando d icen: las cosas que son del mismo género han de redu-

cirse a una del mismo género, que sea medida de éste, dicen verdad.

E igualmente d icen verdad, cuando af i rman que todos los hombres

son de un género . Y también concluyen verdad, cuando de e l lo inf ie-

re n que todos los hom bres deb en redu ci rse a un a me dida en su genero .

Pero cuando de es ta conclusión subinf ieren lo del Papa y e l Empera-

dor , se equivocan según e l accidente .

Para que resul te ev idente recordemos que una cosa es ser hombre

y otra es ser Papa. Y del mismo modo, una cosa es ser hombre y otra

ser Emperador , como una cosa es ser hombre y o t ra ser padre y señor:

el hombre, en efecto, es lo que es por su forma substancial , por la

qué t iene especie, género y se pone bajo la categoría de la substancia.

El ser pa dr e es un a form a accid ental , relat iva a cierta especie y géne-

ro ,

y se pone en la categoría de lo que es con respecto a algo, o sea

de la relación. De otro modo, todas las cosas se reducirían a la cate-

goría de la substancia , porqu e n ingu na form a accidenta l subsis te p or

sí,

sin la hipóstasis de la substan cia sub siste nte: lo qu e es falso ^.

I I I

Evidentemente , es te d is t ingo es fundamenta l y sobre é l const ru i re-

mos nuest ra h ipótes is .

1 DANTE ALIGHIERI De la Monarquía L . III XI . T rad. castell . de E. Pala cio. Ed.

L osad a

pág. 118.




DISTIN GO ENTRE PEUSON

Y

PEBSOMALIDAD I7 7

Ahora b ien , ¿cuáles son es tas propiedades y accidentes de la

p e r s o n a ?

Reconocida la esencia metaf ís ica específ ica del individuo humano

cabe des tacar es tas propiedades de la personal idad concre ta : e l sexo

y el tipo; la vocación y la función social se ref ieren a l t ipo en cuanto

se proyecta a la sociedad; la edad es elemento esencial de la persona

l idad concre ta , au nq ue se ref iere a o tro aspecto de e l la

En cuanto a los accidentes qu e m ás inte res an al sociólogo desta-

caremos la jefatura la clase social la mentalidad común la aristo-

cracia el estilo nacional.

Todas son diferencias funcionales y todas desem peñan un pape l

ûe t rasc iende a la sociedad.

En efecto , lo que más nos in teresa aquí es que es tas propiedades

y accidentes per tene cen , según lo af i rmam os a l pr in cip i o a la causa

formal inmediata de la sociedad y, al pro yec tars e a lo social , ad qu ie .

ren una ve rdadera personalidad objetiva y const i tuyen funîonTen

el conjunto orgánico de la sociedad.

Esta personalidad social es prec isam ente lo qu e deseo d is t inguir de

Ja persona hunuina prop iamente d icha .

IV

• '

^ j

rfT ° ? í f « ««t«« pro pied ade s y accidentes s ino con reía-

Clon al todo de la sociedad. La categoría de relación nos explicará pues

su significado sociológico y político

Es el todo orgánico de la sociedad, pres id ido por la unidad de

orden el que o torga su verdadero lugar a la personalidad.

En es te conjun to , las personalidades ha l la rán su lugar , su jera rqu ía ,

su función especifica. Además, en los núcleos sociales naturales es

donde se hal lan los cuadro* de actuación de las perso nal ida des . De

ahí la importancia fundamenta l de es tos cuadros , des tru idos por la

democracia individual is ta .

En es te sent ido es preciso in terpre tar las palabras s iguientes de

Ar is tó te les : No pue de pon erse en du da , d ice , qu e e l Estado es tá na tu

ra ímente sobre las famil ias y sobre e l individuo, porque e l todo es

necesar iamente super ior a la par te , puesto que una vez des tru ido e l

todo, ya no hay par tes , no hay p ies , no hay manos, a no ser que por




1738 JUAN PICHON-RIVIÉRB

una pura ana logía de pa labras , s e d iga una mano de p iedra , porque

la m ano separada de l cuerpo no es ya una m ano re a l ^.

Es decir que para el f i lósofo, la real idad de la mano es tá en lo

que representa es ta m an o en el todo; en el sent ido que t iene con res

pecto a ese todo y en la función qu e dese mp eña en él . La s cosas se

def inen en general , pros igue Aris tóteles , por los actos que real izan,

y pued en rea l i zar , y t an p ronto com o cesa su ap t i tud , no p ue de dec i rse

que sean l as mismas ; lo ún ico que hay , es que es tán comprendidas

ba j o un mi s mo nombr e

Ihidem).

Nuestro individual ismo, al olvidar el carácter orgánico de la so

ciedad, ha s ido el pr imer causante de la

despersonalización

de l hom br e

moderno. Al des t rui r los cuadros naturales donde actuaba y se for ta

lecía la personal idad, promovió la atomización de los inviduos y sólo

subs is t ió la relación de individuo a Es tado. Fueron creados ot ros cua

dros ,

cuadros jur ídicos ar t i f ic iales que no poseen ninguna de las pro

piedades pol í t icas y espir i tuales necesar ias para el desarrol lo normal

de la per sonal idad . Todo lo con t ra r i o ; es tos nuevos cu adros , obedecen

a cier tos intereses que no consul tan el bien común y cuanto más crecen,

más crece el

anonimato,

el peo r enem igo de la perso nal id ad. Es ta cir

cuns tanc ia , es tá ín t imamente v inculada a l p rogreso de l a i r r esponsabi

l idad individual , tan claramente des tacada como caracter ís t ica del

m un do mo der no , po r K i e r kegaa r d ^.

E l ind iv idua l i smo creyó que supr imiendo las soc iedades in te rme

dias , l iberaba a l ind iv iduo de a taduras que lo somet ían a l conjunto

de que formaba par te . Es te movimiento de seudol iberac ión , de asp i ra

ción a la auton om ía in div idu al , es caracter ís t ico de todas las ac t ividade s

actuales .

De ah í e l p r imer enemigo de l a per sona: el individuo en t an to y

cuanto sacr i f ica el todo por hacer t r iunfar sus intereses par t iculares .

Porque no nos o lv idemos de que l a per sona encuent ra su verdadero

lugar y su perfecto desarrol lo , en el conjunto orgánico de la Ciudad,

en ese todo que es la naturaleza humana en su real ización concreta .

Solamente en ese todo encuentra la garant ía de su perfecto desarrol lo ,

pues sólo en el orden, la jerarquía de los valores y de las funciones

es tablecidas para el bien común, se encuentra la pleni tud de la natu

raleza humana. Ya s : .bemos cuánta impor tancia revis te para la f i lo-

1 La Política. L. I, Cap. 1. —

Conf

Metafísica, L. XII, Cap. 10.

KiERKEGAABD, AntígoTta. Versión española de J. G il A lbert.




DIST INGO ENTRE PERSONA Y PERSONALIDAD 739

Sofía clásica la noción del todo. La naturaleza humana es la medida

del hombre , y la pol í t ica es e l ar te de hacer t r iunfar e l ser , adminis

t rando la rea l idad exis tencia l de modo que e l acercamiento a la esencia

sea un a dialéctica fruc tífera.

Por eso la reconstrucción de la personal idad, problema que in teresa

en lo más íntimo a la civil ización occidental, amenazada por el colec

t iv ismo y e l desprecio del individuo, que sus tenta c ier ta doctr ina

insuflada por lo peor que tiene la civil ización asiática, es de una

dramát ica u rgenc ia .

Esta reconstrucción, contrar iamente a la ideología l ibera l , ha de

hacerse en los cuadros natura les donde e l hombre desempeña funcio

nes necesar ias para e l desarro l lo p leno de la persona y de acuerdo a

sus incl inaciones natura les .

Las d iferencias funcio nales , tan ignoradas como com batidas po r

el individualismo, son en realidad los pilares de la sociedad. Los sexos,

las edades , los t ipos humanos, los es t i los nacionales , son o tras tantas

diferencias cuya t rascendencia pol í t ica , en e l sent ido c ient í f ico de

este vocablo, es decisiva en el todo orgánico de la Ciudad.

Los núcleos nat ura les desem peñ an as imism o, funciones específicas .

Cada uno de e l los cumple con una función que no puede ser rea l izada

por n inguna de las demás y la sociedad perfecta , t iene también una

función in tra nsfe r ib le qu e es la de arm oni zar las sociedades impe r-

fec tas , de teniendo e l avance de unas sobre las o tras y perfeccionando

cada una de ellas, es decir , según la etimología de la palabra, dándole

su cab ado final en francés parfaire .

Pu es b ien , cada una de las funciones necesa r ias para la subsis tencia

y p leno desarro l lo de esos núcleos , corresponde a una incl inación na-

tura l , a una vocación de los individuos que las cumplen, y o torgan

perso nal idad a los m iem bros de la colect iv idad.

El ind iv iduo em peña en es tas func iones , una pa r te muy imp or tan te

de su persona; de ahí e l in terés c ient í f ico en d is t inguir entre persona

y personalidad.

La personal idad actúa en e l todo, como par te de é l y par t ic ipante

en el fin de ese tod o. Esta m os en el ter re no de lo polít ico y en la obje

t iv idad de la Ciudad, la que , según lo demostró magis t ra lmente Aris tó

te les , es supe r ior a sus m iem bro s; no pa ra ab sorber los , s ino pa ra dar le s

su lugar y jerarquía . Estamos en e l orden de la necesidad moral .

La perso nal id ad, no obstan te la im porta ncia de sus funciones debe




1740 JUA N PICHON-RIVIÉBE

es tar a l servicio de la persona a cuyo f in t rascendente y úl t imo se

ordena l a per sonal idad .

Me permito l lamar la atención de los es tudiosos sobre es te pro

blema fundamental . En el debate actual sobre el problema pol í t ico

es indispensable des tacar lo positivo en la par t ic ipación de la persona

en el bien c om ún de la ciu da d; se hab la dem asiado de la jus t ic ia d is t ri

bu t iva y de los derechos de l ind iv id uo ; m uy poco sabemos en cambio

de la eficiencia política de la persona l idad.

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