Dictadura militar Argentina (1976-1983)
Cuando recordamos la dictadura militar que vivimos en la
Argentina, pensamos en los desaparecidos, la plata dulce, la guerra
de Malvinas, etc., Lo que mucha gente no sabe, es que estos hechos
y muchos ms fueron piezas de un macabro rompecabezas destinado a
reformar, o reorganizar a la Argentina, para volver a convertirla
en un pas agro-exportador con participacin poltica restringida a
una lite. Los hechos destacados anteriormente son los resultados de
las medidas tomadas para convertir a este pas altamente movilizado
y con el ingreso muy distribuido en una granja productora de
materias primas de riqueza concentrada. Estado Terrorista y modelo
econmico neoliberal fueron las dos caras de una misma moneda: el
ejrcito se encarg de destruir fsicamente las bases de apoyo y
resistencia de los sectores progresistas, sindicatos y
organizaciones de izquierda, y Martnez de Hoz se ocup de acabar con
sus fuentes de alimentacin: el Estado Benefactor y la industria. Y
"si la industria sobreviva a su ataque, era probable que lo lograse
en bloques an ms concentrados". Quizs el anlisis de tan vasto tema
sea un tanto utpico dentro de las limitaciones de una monografa,
hoy nos queda la sensacin de que el Estado terrorista ha pasado, y
no hay perspectivas de que vaya a volver, pero sus consecuencias
estn entre nosotros: dependencia, cada del salario real,
desocupacin, concentracin econmica, desindustrializacin, y por
ltimo una de las ms profundas heridas sufrida en el corazn mismo
del pueblo argentino, los ms de 30.000 desaparecidos, 30.000
ciudadanos de esta tierra condenados, torturados, y muertos sin
ningn tipo de juicio justo, aunque todos sabemos que la tortura y
dems tormentos no son justificados bajo ningn punto de vista, menos
por pensar diferente como lo fue, quizs la gran causa de la mayora
de estas desapariciones; Gran testimonio de estos ilcitos a gran
escala, es decir en el mbito nacional, lo encontramos en las
paginas del informe de la CONADEP, en donde encontramos informacin
relevante sobre los diversos modos de secuestro y tortura de
personas, los centros clandestinos de detencin, testimonio de las
vctimas etc. Es decir todos los componentes de esta sangrienta
mquina, que aun hoy nos cuesta comprender lo que en nuestro pas
produjo. A continuacin, talvs sea necesario ubicarnos de modo
temporal, tomando como arista la cuestin econmica y tratar de fijar
dos aspectos del contexto global, el contexto internacional y el
nacional
Contexto Internacional
Desde la segunda posguerra el mundo vivi dos dcadas de bonanza
econmica que hicieron creer que el crecimiento sostenido indefinido
era posible. El consenso keynesiano imperante en el momento permita
una alta redistribucin hacia los sectores de bajos recursos,
necesario para poder consumir la gran cantidad de productos
generados por el fordismo.
Sobre fines de la dcada del 60 y principios del 70 se empez a
frenar este ritmo de crecimiento, y el mundo se sum en una recesin,
sacudido por crisis mltiples: energtica, de productividad, del
Estado Benefactor, etc. El capitalismo debi transformarse para
fortalecerse y surgi un nuevo patrn tecnolgico-productivo, que a su
vez provoc una mayor concentracin de capitales necesaria para
afrontar estas transformaciones. Es en esta poca en que comienza a
agrandarse la brecha entre ricos y pobres, contrarrestando el
efecto de acercamiento de las dcadas pasadas. Los sectores
conservadores toman fuerza cuestionando la ineficiencia del Estado
distribucionista y as ascienden los gobiernos de Margaret Tatcher
en el Reino Unido y Ronald Reagan en EEUU. A mediados de la dcada
del 70, el mundo industrial enfrentaba dos problemas: la
sobreabundancia de petrodlares, producto de la crisis del petrleo
de 1973, y el exceso de stock por la recesin mundial. Alguien
encontr la solucin: se concederan prstamos a bajo inters a los
pases perifricos para que comprasen mercaderas importadas. Desde
1975 hasta 1981 la deuda externa de Amrica Latina creci un 25%
anual, representando en 1982 el 80% del PBI de la regin. Adems de
destruir con las importaciones gran parte de la industria nativa,
el producto de la deuda externa fue una mayor dependencia de los
pases deudores con respecto a sus acreedores, que cada vez con ms
poder pudieron decidir y vetar las polticas econmicas perifricas
que no convenan a sus intereses. Tambin las multinacionales; Jacqes
Maisonrouge, ex-presidente de la IBM, afirma "cmo puede un gobierno
nacional establecer un plan econmico con un mnimo de confianza, si
un Consejo Directivo reunido a ocho mil kilmetros puede estar
modificando la poltica de compras o de produccin de un modo que
debe afectar fundamentalmente la vida econmica de un pas?".
Contexto Nacional Desde la muerte de Pern el 1 de julio de 1974
y la asuncin de su esposa Mara Estela Martnez bajo la conduccin
derechista de Lpez Rega, el pas se fue sacudiendo cada vez ms. El
frente peronista se fractur y la actividad guerrillera se consolid
y agrand. Los Montoneros decidieron "volver a la resistencia"
clandestina, abandonando definitivamente la esfera legal,
acercndose cada vez ms al ERP y al terrorismo poltico, cuyas
vctimas muchas veces eran civiles que no integraban el gobierno ni
las fuerzas de seguridad. A principios de 1976, cada cinco horas se
cometa un asesinato poltico y cada tres estallaba una bomba. Adems
de la violencia poltica reinante, la inquietud obrera se estaba
generalizando de nuevo. A pesar de que las huelgas estaban
prohibidas, importantes sectores del movimiento obrero recurrieron
a ellas, as como a marchas de hambre, trabajo a reglamento y
manifestaciones callejeras, en un esfuerzo destinado a cambiar la
poltica econmica del gobierno. Con una inflacin mayor a la de
Alemania en el perodo 1921-1922, y al borde de la cesacin de pagos
internacionales, el gobierno constitucional haba perdido el control
de las variables claves del manejo econmico. Ante el caos econmico,
poltico y social, las FFAA lideradas por Videla actuaron
sagazmente, sin intervenir hasta que la situacin empeor hasta tal
punto que los civiles fueron a golpear las puertas de los
cuarteles. As probaron la absoluta falencia del rgimen
constitucional y lograron que la opinin pblica apoyase o se
resignase nuevamente ante la opcin militar. Se puede decir que el
golpe del 24 de Marzo fue, a grosso modo, la reaccin militar al
perodo abierto con las grandes movilizaciones populares de fines de
la dcada del 60 (Cordobazo, etc.) ante la incapacidad de las
gestiones peronistas para neutralizarlas. Ya que la evolucin de
estas luchas no pretenda slo provocar la cada de un gobierno, sino
ms bien, y fundamentalmente, transformar las relaciones
socio-econmicas del pas y reubicar a la Argentina en el plano
internacional, sta no fue una intervencin militar como tantas en la
historia argentina contempornea. Esta vez las FFAA y sus aliados
decidieron que el "problema argentino" era estructural, por lo que
aplicaron soluciones estructurales.
2. Proceso de reorganizacin nacional
Es imposible dividir de forma seria los objetivos, acciones y
efectos logrados por el Proceso, ya que no hay reorganizacin
econmica sin reorganizacin poltica y cambio de mentalidad cultural,
(y viceversa). Por lo tanto, para una mejor comprensin terica y
coherencia explicativa, diferenci los aspectos polticos de los
econmicos y de los socio-culturales. Es importante aclarar que la
interrelacin que hay entre los tres aspectos es tal que se hace
indispensable comprender correctamente a los tres para tener una
slida idea de lo que el Proceso de Reorganizacin Nacional signific
para el pas. Pero antes de ir al detalle de estos tres aspectos
conviene hacer una breve resea de los hechos, protagonistas, y como
se proponan lograr sus objetivos El 24 de marzo de 1.976, la Junta
de los Jefes (integrada por el Gral. del Ejrcito Jorge Rafael
Videla, el Almirante Emilio Eduardo Massera de la Marina y el
Brigadier Orlando Ramn Agosti de la Aeronutica), se hizo cargo del
poder y comenz el Proceso de Reorganizacin Nacional. El caos
econmico, las luchas facciosas, la muerte presente cotidianamente,
la accin de las organizaciones de las guerrillas, y el terror
sembrado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina,
organizacin de Derecha , que de una forma "simblica" estaba a favor
y apoyando al ejrcito, pero que en realidad su fin era el de tomar
el poder enemigo y poltico luego de acabar con la subversin),
crearon las condiciones para la aceptacin de un golpe de estado que
prometa restablecer el orden y asegurar el monopolio estatal de la
fuerza. Estas fuerzas se guiaban por los hechos, los cuales les
resultaban amenazantes, y se prepararon para defender su
territorio. De esta manera pusieron en marcha las siguientes
"operaciones de aislamiento" : Las realizadas por los grupos
paramilitares que logran aislar a las organizaciones armadas de su
base social. El ms importante, por la frecuencia y la envergadura
de sus acciones, fue la "Triple A", que tena asesoramiento poltico
y participacin directa en la formacin militar. Los secuestros, que
eran la forma en la que el rgimen constitua sus prisioneros.
Consista en la detencin ilegal de personas buscadas, sin orden
judicial, con la cooperacin de la polica del lugar, y sin informar
a la familia del destino del secuestrado. Las familias de los
secuestrados que buscaron asesoramiento jurdico para encontrarlos,
descubrieron que eso tambin era "peligroso", (entre 1.976 y 1.978
desaparecieron 107 abogados defensores). El terror que se provocaba
en la sociedad, reforzado por la propaganda del rgimen militar que
culpaba a las familias por la actividad "subversiva" de los
prisioneros. Otro dato es que casi un 35% de los familiares slo
hicieron la denuncia de la desaparicin ante la CONADEP (creada
recin en 1.984), es decir, que unas 3.000 familias esperaron
aproximadamente 6 aos para denunciarlos. Los campos de concentracin
(contabilizados alrededor de 340 centros clandestinos de
prisioneros en todo el pas), donde se los torturaba y hasta se los
asesinaba. Gracias a la liberacin de unos 1.000 prisioneros , que
lograron irse al exterior, fue que pudo obtenerse ms informacin
sobre lo que ocurra dentro de estos campos de concentracin. stos,
fueron principalmente "campos de tortura prolongada y sistemtica",
ya que el exterminio se haca casi siempre fuera de ellos, en los
llamados "traslado de prisioneros". Se calcula que por cada
detenido eran necesarias alrededor de 10 personas, lo que seran
100.000 miembros directamente comprometidos con la fuerza y el
proceso de aniquilamiento. El 1% de los desaparecidos fueron
denunciados por personal subalterno de las Fuerzas Armadas o de
seguridad.
Aspecto poltico durante el proceso La situacin de la Argentina a
mediados de los 70 era muy particular: el proletariado gozaba de
una situacin econmica y poltica considerablemente positiva, tomando
en cuenta variables tales como la participacin del salario en el
ingreso nacional (que lleg a su punto ms alto en la historia
argentina en 1973, cuando el salario participaba de la Renta
Nacional en un 45%) y la incidencia de los sindicatos y otras
agrupaciones obreras en el poder poltico. En suma, el pas estaba
muy movilizado polticamente; las guerrillas eran slo la porcin ms
radicalizada de todo el espectro social que directa o
indirectamente apoyaba cambios en la estructura socio-econmica de
la Argentina. Las FFAA asumieron el poder con el objetivo de
"terminar con el desgobierno, la corrupcin y el flagelo
subversivo". Pero hay que examinar con detencin qu es la
"subversin" para estos hombres para comprender su accionar sobre la
sociedad argentina. Videla dijo alguna vez que "un terrorista no es
slo el portador de una bomba o una pistola, sino tambin el que
difunde ideas contrarias a la civilizacin cristiana y occidental".
Aclarando ms el panorama, el entonces gobernador de la provincia de
Bs. As., general Ibrico Saint Jean, declar: "Primero vamos a matar
a todos los subversivos, despus a sus colaboradores; despus a los
indiferentes y por ltimo a los tmidos". El esquema
poltico-institucional que las FFAA queran aplicar necesitaba de un
modelo poltico que evitara la organizacin y los reclamos sociales y
que desmantelara las estructuras gremiales, por lo tanto entre las
primeras medidas de gobierno se encontraron la suspensin, por
tiempo indeterminado, de las actividades polticas y gremiales de
todo orden. Se intervino la CGT, la CGE, las 62 organizaciones y la
Cruzada de la Solidaridad. Luego se elimin el fuero sindical, se
suspendi el derecho de huelga y se prohibi, en forma absoluta, la
actividad de los partidos de izquierda, como ser: Comunista
Revolucionario, Socialista de los Trabajadores, Poltica Obrera,
etc. Se depur la administracin pblica de agitadores mediante la Ley
de Prescindibilidad y se intervinieron todas las asociaciones
gremiales. Se comunic a la poblacin que "ser severamente reprimida
toda manifestacin callejera; [...] que todas las fuentes de
produccin y lugares de trabajo estatales y privados, a partir de la
fecha sern considerados de inters militar", y que "se expulsar del
territorio nacional a extranjeros que afecten la paz social". Por
el comunicado N 19 se inform a la poblacin que seran recluidos por
tiempo indeterminado todos aquellos que "difundieran actos,
palabras o imgenes de personas o grupos considerados subversivos o
terroristas". Tambin se sac de circulacin a la prensa poltica:
Nuevo Hombre, Nuestra Palabra, Tribuna Popular, Posicin Nacional,
etc. Si no eran cerrados directamente, eran "advertidos" e
insinuados para que discontinen su trabajo, como fue el caso de la
revista Sucesos del Partido Intransigente, o de Cuestionario,
revista que por entonces diriga Rodolfo Terragno. La noche anterior
y el mismo da del golpe, los militares ocuparon los principales
complejos fabriles con listas negras en las manos. All comenz la
cacera de toda una generacin de dirigentes medios y activistas de
base que fueron secuestrados, torturados y asesinados en la
clandestinidad. Aqu reside una de las claves del Proceso de
Reorganizacin Nacional: este conjunto social de individuos
movilizados polticamente tarda dcadas en aflorar nuevamente. Si a
esto le sumamos el implante del miedo y el "no te mets", no es
difcil entender la posterior desmovilizacin de la sociedad.
Aspecto econmico durante el proceso El plan econmico de Martnez
de Hoz puede sintetizarse en los siguientes puntos:
o Rebaja de un 40% en los salarios, comparados con el quinquenio
anterior. o Reformas a la Ley de Contrato de Trabajo y eliminacin
de las convenciones colectivas. o Establecimiento de una creciente
regresividad en el sistema impositivo, mediante el aumento de los
impuestos indirectos (IVA, etc.) y la disminucin de los indirectos
(ganancias, riqueza). o Eliminacin de las retenciones a las
exportaciones agropecuarias y de los subsidios a las exportaciones
no tradicionales. o Progresiva reduccin de los aranceles a la
importacin. o Apertura total a los capitales extranjeros: igual
trato al capital nacional que al extranjero y reduccin de los
plazos de entrada y salida de dichos capitales. o Liberacin de los
mercados de cambio y financiero. o Reduccin del gasto pblico a
travs de la racionalizacin del empleo y la privatizacin de empresas
nacionales. o Presupuesto Nacional: Aumento en Defensa y Seguridad
y reduccin en Educacin, Salud y Vivienda. o Poltica de
transferencias del Estado hacia los grupos econmicos, mediante los
mecanismos de estatizacin de la deuda privada, la Ley de Promocin
industrial y las polticas de compra del Estado.
El sistema financiero tuvo un rol fundamental en la ubicacin y
reasignacin de recursos en contra de los asalariados y a favor del
sector ms concentrado del capital. "La reforma financiera acab con
una de las herramientas del Estado para la transferencia de
recursos entre sectores: la regulacin de la tasa de inters, la
existencia de crdito a tasas negativas y la distribucin de este
subsidio segn normas y prioridades fijadas por las autoridades".
Las altas tasas de inters superaban por mucho a las de ganancia
(por producir), por lo que "ninguna actividad era rentable ni poda
competir contra la especulacin". Una de las consecuencias ms
caractersticas del PRN fue la concentracin de capital, la cual se
estimul a travs de la estatizacin de la deuda privada, la
implementacin de las leyes de promocin industrial y la poltica de
compras del Estado. Los resultados de estas polticas fueron:
o Aumento de la especulacin en detrimento de la produccin o
Desindustrializacin o Deuda externa o Concentracin econmica o
Institucionalizacin de la inflacin o Cada del salario real o
Deterioro de los servicios pblicos o Incremento en los niveles de
pobreza
Con respecto al segundo punto, a mediados de la dcada del 70,
las exportaciones de manufacturas haban alcanzado por primera vez
en la historia econmica nacional el 50% de las ventas totales del
pas, pero la industria no pudo superar la prdida de su proteccin,
la competencia de las importaciones, el encarecimiento un 20% en
los primeros cinco aos. Para marzo de 1981 "exista una frrea
concentracin industrial, una fuerte capitalizacin del campo, la
comercializacin de los granos estaba en manos de grandes empresas
cerealeras y el Estado argentino estaba endeudado en ms de 17.000
millones de dlares, a los que se sumaba un endeudamiento privado
-por parte de las empresas residentes en el pas- de casi 12.5000
millones de dlares. En total, una deuda bruta, al 31 de marzo de
1981, de 29.587 millones de dlares." Queda claro que la apertura
econmica de Martnez de Hoz signific abrir el mercado interno a la
competencia exterior, y no expandir la produccin local con destino
al mercado externo. La brecha tecnolgica que en los veinte aos
anteriores se haba reducido, volvi a ensancharse de manera
irreversible. "Al final de la transformacin que condujo Martnez de
Hoz, el poder econmico se concentr de tal modo en un conjunto de
grupos empresarios, trasnacionales y nacionales, que la puja
corporativa y la negociacin ya no fueron siquiera posibles"
Aspecto sociocultural durante el proceso El objetivo de la accin
antisubversiva de los militares era clara: no slo se deba
exterminar a los guerrilleros, sino que se deba acallar a la
sociedad toda, mediante un bombardeo psicolgico destinado a romper
los lazos de solidaridad que unan a la sociedad para instalar el
individualismo y el "slvese quien pueda". Esto se logr mediante
diversas acciones: Desaparecidos: Mientras que la dictadura chilena
tiraba al ro a las vctimas del Estado terrorista para que todos los
vieran, el proceso militar argentino invent una nueva figura
jurdica. La "desaparicin" de una persona llevaba a sus familiares y
amigos a una situacin de incertidumbre, inaccin y temor por lo que
sus propias acciones pudieran causarle al detenido-desaparecido, en
caso de que ste estuviese con vida. O sea, haba temor a que la
denuncia, la bsqueda y la movilizacin de sus seres queridos
causaran dao al desaparecido, si este se encontraba con vida.
Programa econmico de especulacin y desindustrializacin: Busc romper
con la tcita alianza de las clases medias con las bajas. Represin
cultural: Censura y promocin de la autocensura, quema de libros,
violencia contra profesionales de relevancia social (periodistas,
prrocos populares, psiclogos, abogados, educadores, escritores,
actores, etc.) El sistema educativo fue reformado para que encajara
con el rgimen y su programa: Listas de antecedentes en los ingresos
a las facultades, represin en los establecimientos, modificacin del
sistema pedaggico, etc. Se prevenan "futuros subversivos"
retrasando el aprendizaje de la lectoescritura hasta tercer grado
(slo "podan" aprender 13 letras por ao) y prohibiendo la enseanza
de la teora de los conjuntos en matemticas. A los universitarios,
demasiado grandes para reformarse, se los reprima y exterminaba. La
insercin de "terror" es comentada por Victor de Gennaro en un
debate organizado por el diario Pgina/12 con motivo del vigsimo
aniversario del golpe militar: "[...] Hubo un proyecto sistemtico
de meternos el terror en cada clula, en cada hueso, para que no nos
acordemos de lo fundamental que significa querer ser, con
autodeterminacin, defensores de un proyecto nacional y popular.
Queran quebrarnos esa capacidad de construir lo nuestro, ese
derecho que tenemos a ser poder en nuestro propio pas. Haba que
quebrar esa capacidad, haba que imponer un modelo econmico, social
y cultural del slvese quien pueda. Para sobrevivir haba que mentir,
haba que desconocer la identidad, el de al lado era un peligro, era
alguien que comprometa, haba que pensar nada ms que en uno, como si
esa fuera la opcin."
No fue slo miedo lo que provoc el individualismo, aunque este
fue su ingrediente fundamental. La censura y la autocensura (se
emitan avisos televisivos con la frase "El silencio es salud" como
consigna) se combinaron con la nueva doctrina liberal impuesta
desde el Estado. La ideologa del "slvese quien pueda" se acreditaba
en el dinero fcil que las actividades especulativas provean. El que
produca, quebraba, el que "inverta" en la bicicleta financiera se
salvaba. Al crecimiento industrializado colectivo, en el cual todos
los sectores recogen los frutos del progreso, se opona un nuevo
modelo de "quita de ganancias" individualista, en el cual el
progreso era personal y a costa de los dems. La "economa
imaginaria" de la plata dulce y el "deme dos" sumado a la represin
en todos los mbitos de la vida civil, lograron romper muchos lazos
de solidaridad que haba en la comunidad. "Aunque los salarios y los
beneficios de los industriales eran muy bajos, la prensa se hallaba
amordazada y los sindicatos acobardados, gran parte de la poblacin
encontraba solaz en la especulacin y la compra de artculos
importados baratos". Si no, cmo se explican las tristemente clebres
frases "algo habr hecho", "por algo ser" y "no te mets" en una
sociedad que no muchos aos antes vea con algo de simpata y mucho de
esperanza las acciones guerrilleras que, al menos en sus prdicas,
queran "cambiar el mundo"? La sociedad argentina, acostumbrada a
hechos como estos slo publicados a travs de las crnicas de otros
pases, tena miedo, miedo de saber, de tener algn tipo de
informacin, de estar enterado de algo. "El silencio es salud",
siniestra irona escrita en carteles, para anunciar en un lugar
donde se cometan aberraciones, en busca de quebrar el silencio
heroico de las vctimas. La sociedad ya no slo extraaba el hecho de
poder votar, sino tambin el de poder decir lo que pensaban, tener
ideales polticos diferentes a los impuestos. A cambio de estas
privaciones, tenan constantes amenazas. De la manera en que se
presentaban los hechos, parte de la sociedad decidi exiliarse, ya
sea por razones polticas o laborales, en el exterior o, en otros
casos, en las provincias. En el plano educativo, la censura y la
mentira tambin estaba presente. Los libros eran "transparentes",
frvolos, en ellos no existan la mezquindad ni el crimen. As mismo,
la msica tambin estaba reprimida los actos de protesta y los cantos
populares estaban titulados en su totalidad como "subversivos". El
80% de los ciudadanos argentinos que entre 1.976 y 1.983 cursaban
la escuela secundaria, no recuerda sobre su vida social y/o salidas
estudiantiles, tampoco las canciones que escuchaban ni los cantos
populares de protesta. El 17,4%, que perteneca a la clase alta,
pareca haber vivido en otro planeta, aislados del mundo. El 3,6%
prefiere no opinar del tema, por miedo a nuevos actos represivos.
La gente conoca la verdad de lo que estaba ocurriendo, pero la
violencia haba llegado a tal grado que se sentan intimidados y no
se animaban a hablar. Luego de los 2 primeros aos fue evidente que
la poltica econmica no funcionaba y empez a notarse cada vez ms el
problema de los desaparecidos. Fue all cuando la sociedad, el
pueblo argentino, se volvi en contra de los militares. Una
concluida esta modesta y pequea sntesis de los aspectos ms
importantes de la dictadura o mejor dicho del Proceso de
Reorganizacin Nacional, por ltimo no me queda ms que centrarme en
una de las consecuencias ms dainas para el presente y futuro de
nuestra sociedad, como lo fue el tema de los desaparecidos y todo
lo que ello significa para nosotros, aunque no debemos olvidar otro
hecho, quizs de igual relevancia como lo fue la guerra de las
Malvinas, comprendiendo esto de todos modos he decidido centrar mi
foco de investigacin sobre el primero de los temas. Haciendo
especial mencin al tema de los desaparecidos; las madres y abuelas
de plaza de mayo; la apropiacin ilegal de nios y por ltimo hacer
una breve resea de la guerra de las malvinas.
3. Los Desaparecidos
Los secuestros se realizaban generalmente a altas horas de la
noche por una patota (que en "ocasiones especiales" eran ms de 50).
Entraban al domicilio de la persona sealada (generalmente, antes
haba un "apagn", se apoderaban del sealado, lo tabicaban (le
vendaban los ojos), se los encapuchaba y lo torturaban delante de
sus hijos (que despus, eran dejados con algn vecino, familiar o
solos; en otras ocasiones eran llevados con sus padres a los
centros clandestinos, para que despus sean adoptados por algn
represor). Luego, eran introducidos en vehculos (generalmente
dentro de automviles correspondientes a la marca Ford, modelo
Falcn, de color verde), parte de ellos conseguidos en los
operativos de secuestro, como botn de guerra. De all partan hacia
alguno de los centros clandestinos. Y pasaban a ser miles de
hombres, mujeres y nios de distintas edades y ocupaciones,
integrando una categora dentro de la poblacin de carcter "ttrico"
llamado "los desaparecidos". Los represores secuestraban a los que
consideraban "subversivos" :
1. Los que ayudaban en las villas-miseria 2. Los que tenan como
objetivo una mejora en los salarios 3. Los miembros de alguno de
los centros estudiantiles 4. Los periodistas que demostraban su
desacuerdo con los represores, y hacia la represin; y eran capaces
de demostrar su oposicin a los hechos en un artculo periodstico,
etc. 5. Los psiclogos y los socilogos, por pertenecer a profesiones
"sospechosas" 6. Las monjas y/o sacerdotes que llevaban sus
enseanzas a las villas-miserias 7. Los amigos de cualquiera de
todas estas personas, los amigos de stos amigos, etc.
Todas en su mayora inocentes de cometer actos terroristas, o
siquiera de compartir con alguien, o pertenecer a grupos que
combatan esta guerrilla. Massera integr las brigadas operativas de
secuestros, presenci torturas e interrogatorios, en apoyo a la
formacin del "grupo de tareas". En la inauguracin del mismo, orden:
"-responder al enemigo con la mxima violencia, sin trepidar en los
medios". De esta manera se convierte en "cero", su nombre de
guerra. Junto con el poder de Massera, creci el poder de algunos
oficiales navales hasta llegar a la jurisdiccin del Estado, como en
el caso del contraalmirante Chamorro y el capitn Acosta Ambone,
jefe de inteligencia del G.T. 3.3. ste ltimo deca ser "el dueo de
la vida y la muerte" o "como Dios". Uno de los centros del poder
poltico en la Armada fue el campo de concentracin de la ESMA
(Escuela de Mecnica de la Armada), que empez a funcionar en marzo
de 1.976, y aunque tuvo cambios polticos y distintas formas de
represin, se clausur en noviembre de 1.983, unos das antes de
asumir el gobierno constitucional. Por all pasaron casi 5.000
detenidos -desaparecidos, y junto con el "Campo de mayo", fue uno
de los mayores centros clandestinos de tortura. Antes del golpe
militar de 1.976 ya existan los centros ilegales de detencin: "la
escuelita de familia" y la Jefatura General de Polica en Tucumn,
entre otros La base del podero de la ESMA no fue slo poltico sino
tambin material: -obtuvieron grandes sumas de dinero mediante el
"botn de guerra". Hasta se mont una inmobiliaria en Belgrano, a raz
de los inmuebles ocupados y adquiridos por torturas y falsificacin
de documentos. El campo de concentracin funcion en el Casino de
Oficiales de la ESMA, un edificio de 3 pisos, con un altillo grande
y un stano. En el 3er piso y en el altillo se alojaba a los
detenidos- desaparecidos, en habitaciones sin ventanas llamadas
"capuchas". En la planta baja estaba el Saln Dorado o "el dorado",
donde de instal la seccin de inteligencia del G.T 3.3 (el acceso a
ese sector era restringido como la seccin de "los jorges", oficinas
de algunos oficiales del grupo). En el stano estaban la enfermera,
un laboratorio fotogrfico y varias salas de torturas. Los
interrogadores torturaban salvajemente a los secuestrados atados a
elsticos metlicos. Con la picana elctrica, los golpes brutales, el
""submarino seco", el "submarino mojado", y los simulacros de
fusilamiento, buscaban no slo obtener informacin sino destruir a
los detenidos desaparecidos fsica y psquicamente. El oficial
Alfredo Astiz ha tenido un papel importante en esta ltima
dictadura. Secuestr a ancianos y adolescentes, mujeres embarazadas,
a las monjas francesas Domon y Duquet ; Se infiltr en el grupo de
Madres de Plaza de Mayo y familiares que se reunan en la Iglesia
Santa Cruz y se gan el desprestigio ante la opinin pblica
internacional. Hasta 1.983 sigui trabajando en tareas de
inteligencia. A mediados de 1.979 lleg a Buenos Aires la Comisin
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Ante las pruebas
acumuladas sobre la ESMA, se prefiri neutralizar la visita del CIDH
a la escuela. Algunos prisioneros fueron trasladados a una quinta
en el norte de Buenos Aires, otros a una isla en el Tigre donde
permanecieron un mes aproximadamente. Casi 60 prisioneros polticos
estuvieron en una isla cercana al ro Paran, llamada "El Descanso".
Entre 1.980 y 1.983 se trasladaron a la ESMA prisioneros de otros
campos de concentracin, que tenan determinados oficios o
profesiones, para montar un servicio de impresiones y falsificacin
de documentos. El G.T. 3.3 tena 3 tareas especficas:
1. Inteligencia : donde se planeaban las operaciones, se
concentraban los efectivos antes de salir y se analizaba la
informacin obtenida por medio de torturas y la represin. 2.
Operaciones : realizaba lo que planeaba "inteligencia" 3. Logstica
: mantena el campo de concentracin y administraba las finanzas
propias y del "botn de guerra".
En resumen, la tortura funcion como un elemento relevante en la
metodologa empleada. Los centros clandestinos de detencin fueron
concebidos para poder practicarla impunemente.
Las madres y abuelas de plaza de mayo En abril de 1.977 un grupo
de madres, que se conocieron durante los trmites para buscar a sus
hijos desaparecidos, decidi juntarse un da por semana en Plaza de
Mayo. As nacieron las "Madres de Plaza de Mayo", un smbolo de la
resistencia popular argentina a la dictadura militar. Los militares
no las atendieron nunca, y desde entonces hace 20 aos que siguen
reclamando por sus hijos. Estas madres tambin sufrieron la
represin. No slo cay su fundadora, Azucena Villaflor de Vicenzi,
sino 14 personas ms en un mismo operativo, entre las cuales estaban
las monjas francesas Leonie Rene Duquet y Alice Domon. Este acto
fue protagonizado por Astiz (el "ngel de la muerte" , junto con una
prisionera colaboradora que fingi ser su hermana. De esta manera
logr infiltrarse en este grupo, y se gan la confianza de las madres
cuando simul, un jueves en Plaza de Mayo, enfrentar a la polica.
Deca tener un hermano secuestrado y llamarse "Gustavo Nio". As fue
seleccionando sus vctimas, secuestradas entre el 8 y 10 de
diciembre de 1.977. Algunos ex- prisioneros de la ESMA cuentan que
la monja Domon, mientras era brutalmente torturada, se preocupaba
por la suerte de "Gustavo". Horas despus comprob que "Gustavo" era
Astz y ese aparente joven luchador, un asesino. A pesar de
personajes siniestros como estos las madres y abuelas lograron
conformar un grupo que con mucho esfuerzo y casi sin ningn apoyo
del estado, a logrado recuperar a muchos de los nios de los
desaparecidos con sus familiares directos e incluso en muchos casos
con sus padres biolgicos, recuperando la identidad genuina de stos
en beneficio de ellos mismos y de la sociedad toda
La Apropiacion De Nios Durante el Golpe de Estado perpetuado por
las Fuerzas Armadas se llev a cabo una poltica de terror y
avasallamiento de los derechos sociales e individuales del pueblo
de la Repblica Argentina. El saldo de este accionar fue la
desaparicin de miles de personas. Esta metodologa aberrante tambin
se ensa con los hijos de los prisioneros, algunos de corta edad,
otros nacidos en los centros clandestinos durante el cautiverio de
sus padres. Luego de 13 aos de ejercicio de la democracia, se
espera obtener Verdad y Justicia. Poco se ha conseguido. En un
fallo dictado el 9 de diciembre de 1.985, la Cmara Federal analiz
este tema, y al respecto afirm: "La posibilidad de que el personal
a quien se mandaba a domicilios particulares a cometer delitos de
la apuntada gravedad se apoderara sistemticamente de bienes en su
propio beneficio fue necesariamente prevista y asentida por quienes
dispusieron tal modo de proceder. La enorme proporcin de casos e
que ellos, tuvo lugar, y el hecho de que se les otorgara igual
tratamiento en cuanto a la impunidad de sus autores confirma esta
inferencia. No es posible, en cambio, hacer extensivo este
razonamiento a otros delitos como la sustraccin de menores cuya
comisin se ha demostrado slo en forma ocasional nicamente se han
verificado las sustracciones de los menores Felipe, Martn y Mara
Eugenia Gatica". Por aplicacin de este criterio, el Tribunal
absolvi del delito de sustraccin de menores a los Comandantes a
quienes se les haba imputado este delito. Esta injusta decisin
impuls a diversos grupos de la sociedad civil, especialmente a las
Abuelas de Plaza de Mayo, a realizar una bsqueda de menores
desaparecidos. Como resultado se conocieron centenares de casos de
menores secuestrados con sus padres o nacidos en centros
clandestinos de detencin. Recientemente, en un juicio
administrativo promovido contra el Estado Nacional para que informa
sobre la suerte de los desaparecidos, fue encontrada en un
organismo militar la prueba de la existencia de un documento
titulado : "Instrucciones sobre procedimiento a seguir con menores
de edad hijos de dirigentes polticos o gremiales cuando sus
progenitores se encuentran detenidos o desaparecidos" (proveniente
del Ministerio del Interior en abril de 1977). Con esta prueba, cay
el fundamento conceptual del fallo de la Cmara en materia de
sustraccin de menores, pues la sola existencia de tales
"instrucciones" demuestra que este accionar existi y fue previsto
por los autores del plan criminal, tal como el fallo lo admiti slo
para el simple robo de cosas. Los que se apropiaron de estos
menores desaparecidos, usaron dos caminos supuestamente legales
para borrarles la identidad y su historia familiar: a ) o fueron
adoptados como hijos propios b ) o fueron adoptados con adopcin
plena, la que en nuestro pas borra el vnculo con la familia de
sangre y el menor pasa a integrar la familia adoptiva. Esto obliga
a actuar en dos planos jurdicos, luchando contra la impunidad: una
causa penal para demostrar que ese menor anotado como propio o
adoptado es el hijo de un desaparecido y luego, la causa civil para
anular la adopcin plena. Esto hace que las causas sean diferidas en
el tiempo, que los apropiadores renueven sus trabas para evitar que
se encuentren a esos nios, y que continen gozando de la impunidad
que han tenido y tienen a 21 aos del golpe militar. Se debe
destacar, adems, que estos "individuos" cuentan con la complicidad
de muchos funcionarios que vienen desde el proceso militar y siguen
integrando el poder judicial como si nada hubiera pasado. Se juzg a
los militares pero no a sus cmplices, a los jueces que denegaban el
hbeas corpus sabiendo su origen; a los mdicos que controlaban las
torturas y atendan los partos en campos clandestinos de detencin y
regalaban el beb o se quedaban con l; a los psiclogos que violaban
el secreto profesional y sacaban informacin a los detenidos que se
quebraban; A los curas que utilizaban la confesin para sacar
informacin o que admitan la tortura "una o dos horas nada ms", pero
se oponan a la violacin como forma de tortura porque era inmoral.
El plano judicial de este tema es el ms difcil de sobrellevar, ya
que la prescripcin de las causas aparece como un obstculo
importante. Esto se ve claramente en el fallo que present la Corte
Suprema de Justicia de la Nacin, en Diciembre de 1.995: "En
consecuencia, atento a lo establecido por el art.62, inc.2do del
Cdigo Penal y la fecha de comisin de los hechos, se advierte que
han transcurrido el mximo de duracin de las penas previstas por los
arts. 139, inc.2do y 146 del Cdigo Penal, por cuya razn la
prescripcin de la accin se ha operado y as debe declararse, por
cuanto aquel instituto jurdico en materia penal opera de pleno
derecho por el mero transcurso del plazo pertinente."
El voto en disidencia dice: "En primer lugar, cabe sealar que en
autos no se ha operado la prescripcin de la accin penal. En efecto,
dado que una de las conductas tpicas previstas en el art. 146 del
Cdigo Penal reprime a quien "retuviere" a un menor de 10 aos,
resulta evidente- dado el carcter permanente del delito- que dicha
conducta habra continuado producindose mucho despus del acto
inicial de sustraccin ocurrido con posterioridad al 22 de junio de
1.976 y antes del 23 de marzo de 1.977, lo que lleva a concluir, en
principio, que en el caso no se habra operado el citado plazo de
prescripcin." Las Abuelas de Plaza de Mayo han elevado este caso a
la CIDH (Comisin Interamericana de Derechos Humanos), sosteniendo
que: "la gravedad de la decisin de la Corte radica en que el fallo
no es sino el punto final para la bsqueda de nuestros nietos y la
impunidad para los apropiadores de ellos, temas que haban sido
expresamente excluidos de las llamadas leyes de Punto Final y
Obediencia Debida." Segn testimonios, se logr conocer cmo eran
tratadas las mujeres embarazadas que eran secuestradas: cuando
llegaban a la ESMA, eran tiradas en colchonetas en el suelo,
encapuchadas y boca abajo. No se salvaron de las torturas pese a su
estado. Al principio, cuando faltaban pocos das para el
alumbramiento, eran llevadas a una pieza con ventanas hermticamente
cerradas; recin ah le sacaban los grilletes, que eran vueltos a
poner cuando iban al bao. Eran atendidas por un mdico del Hospital
Naval, un enfermero de la ESMA, y ayudadas por otras prisioneras.
Una vez nacida la criatura la madre era "invitada" a escribir una
carta a sus familiares, a los que supuestamente les llevaran el
nio. Inmediatamente la secuestrada era "trasladada", mientras el
beb quedaba en la habitacin atendido por otras embarazadas. Luego
se lo llevaban. Desde que la embarazada llegaba ya se saba cul sera
el destino de su hijo y el suyo: a ella le esperaba el TRASLADO, y
a su pequeo la seguridad de que nunca conocera su verdadera
historia, y menos a su verdadera familia. En el mes de julio de
este ao, el ex marino Scilingo revel el "modus operandus" del
horror, ante la Cmara Federal de Buenos Aires. "Alegando razones
humanitarias" la Armada habra dispuesto que las embarazadas
detenidas deberan dar a luz, pero para evitar que los mismos nios
se contaminasen con ideas extremistas, stos se daran en adopcin a
familias "normales": marinos o allegados a ellos que, a travs de
haber tomado contacto con el Grupo de Tareas 3.3.2, habran
expresado el deseo de adoptar un nio. El procedimiento que se
llevaba a cabo era el siguiente: el entonces director de la ESMA,
contralmirante Rubn Chamorro, el jefe del G.T. 3.3.2, capitn de
navo Jorge Vildoza, y el jefe de Inteligencia, capitn de fragata
Jorge Acosta, resolvan a quin corresponda el futuro del beb, todo
con el visto bueno de quien ejerca la conduccin directa del Grupo,
el Comandante en Jefe de la Armada, almirante Eduardo Massera.
Jorge Luis Magnasco, que hasta hace pocos meses trabajaba como
obstetra en el Sanatorio Mitre de donde ya fue despedido, y sus
asistentes Aldo Clemente Chiappe, Alberto Arias Duval, Carlos
Octavio Capdevilla y Ral Sanchez Ruiz, fueron responsables de la
acta de nacimiento que se realizaba ya con el nombre de la madre
adoptiva.
4. La guerra de las Malvinas
El gobierno militar consider, a finales de 1981, que a pesar de
las recomendaciones de la Organizacin de las Naciones Unidas y de
los esfuerzos diplomticos y econmicos argentinos, el Reino Unido no
accedera a negociar sobre la soberana. Por tanto, la Junta Militar
previ una alternativa militar para el caso de que fracasaran las
tratativas diplomticas. Aprob la idea del Almirante Jorge Isaac
Anaya de recuperar las Malvinas mediante una accin sorpresiva e
incruenta para las fuerzas inglesas, y posteriormente negociar el
traspaso de la soberana. Se cre una Comisin de Trabajo Conjunta
para realizar el planeamiento de la recuperacin. La Comisin de
Trabajo estableci como fecha ms temprana para realizar la operacin
el 15 de mayo. Sin embargo, durante marzo de 1982 se producen
acontecimientos que alteraron esa fecha, e incluso, lo que era slo
una alternativa se transform en el objetivo principal. Por lo
expuesto la Junta Militar decidi recuperar las islas Malvinas el da
1 de abril de 1982, basando la accin en las siguientes
suposiciones:
o Que el Reino Unido no reaccionara con violencia. o Que EEUU se
mantendra al margen. o Que se podra controlar la crisis y, por lo
tanto, habra negociaciones por la cesin de la soberana.
As, la Argentina busc recuperar un espacio territorial cuya
legitimidad ha sido reconocida por los organismos internacionales
con injerencia en el caso: la ONU, al reconocer la naturaleza
colonial de diferendo en su Resolucin 1514 y la validez de los
reclamos argentinos sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y
Sandwich del Sur en su Resolucin 2065, invitando a ambos gobiernos
a mantener negociaciones por el futuro de las islas. La legitimidad
del reclamo fue tambin reconocida por la OEA (Organizacin de
Estados Americanos) en el Comit Jurdico Interamericano, por el Bur
de Pases No Alineados y la Resolucin del TIAR (Tratado
Interamericano de Asistencia Recproca) del 26 de Abril de 1982. El
enfrentamiento entre Argentina y Gran Bretaa se inicia a partir de
las actividades empresarias de un argentino, Constantino Davidoff.
Su actividad principal eran los negocios relacionados con la
chatarra. En el mes de Septiembre de 1979 firm en Londres un
contrato con la empresa Christian Salvensen de Edimburgo,
adquiriendo las instalaciones balleneras abandonadas en las islas
Georgias, a un valor inferior a los u$s 200.000. Esto representaba
un brillante negocio que dejara excelentes ganancias, pues el
precio de la chatarra, permitira en ese momento obtener cifras
cercanas a los u$s 10.000.000. Para desmantelar las instalaciones
era necesario transportar a las islas personal y equipos. Davidoff
gestion en la Embajada Britnica en Buenos Aires el servicio del
buque antrtico HMS Endurance, de la armada britnica. Pero su pedido
fue denegado y, seguidamente, la Armada Argentina se pone a su
disposicin para llevar a cabo la tarea. En Diciembre de 1981,
Davidoff zarpa con destino a Puerto Leith, llegando a la Baha
Stromness unos das despus. Si bien Davidoff envi una carta
comunicando a la Embajada Britnica su viaje al archipilago de
Malvinas, no especific que lo hara en un barco de las
caractersticas del rompehielos ARA Almirante Irizar, ni que se
dirigira directamente a las Georgias sin antes tramitar su
desembarco en Grytviken. Este breve viaje sirvi para tomar
fotografas (3500) e inventariar el material existente en las
ex-factoras. El 19 de Marzo de 1982, nuevamente Davidoff regresa a
las Georgias, pero ahora en el buque de la armada ARA Baha Buen
Suceso, que llevaba 41 personas, en su mayora operarios, que
permaneceran unos 4 meses realizando las tareas de
desmantelamiento. En este desembarco se produce el hecho que se
utiliz como desencadenante del conflicto, y por el cual las
autoridades britnicas acusaron formalmente a los argentinos: el
izado de una bandera argentina. Al desembarcar los argentinos, las
autoridades britnicas en Grytviken notificaron al gobernador de
Malvinas Rex Hunt sobre una bandera argentina izada. El Foreign
Office orden el envo del navo HMS Endurance con el objeto de
obligar a los operarios a arrear la bandera y evitar adems el
supuesto desembarco de personal militar y armas de fuego. El 21 de
Marzo, zarpa de regreso el ARA Baha Buen Suceso, dejando al grupo
de Davidoff en tierra para proseguir con sus tareas. El HMS
Endurance deba llegar a Leith el da 24 de Marzo, pero por rdenes
del canciller de Gran Bretaa Lord Carrington, el buque debi
aguardar en Grytviken. Simultneamente se solicit al gobierno
argentino que dispusiera el regreso del Baha Buen Suceso a Leith
para ser ste quien desalojara a los operarios all apostados. El 23
de Marzo, la Junta Militar, en respuesta a los sucesos de Leith,
enva el transporte ARA Baha Paraiso, que se encontraba en Orcadas
con el grupo Alfa a bordo (formado por comandos de marina,
denominados "Lagartos", al mando del Teniente de Navo Alfredo
Astiz). Llegan a Georgias el da 24 de Marzo a las 23:40 hs. Su
misin era la de evitar que los marines ingleses del HMS Endurance
desalojaran por la fuerza a los trabajadores argentinos. Se suceden
una serie de reuniones y conversaciones de alto nivel mandatario,
con las que se buscaba suavizar el tono de la negociacin
diplomtica. El gobierno argentino quera realizar una ocupacin no
violenta de las islas, estableciendo presencia firme en ellas y
provocar que las fuentes diplomticas britnicas tomaran iniciativas
para encontrar una solucin de fondo sobre la Soberana en Malvinas.
La opinin internacional favoreca el reclamo de nuestro pas sobre la
Soberana en Malvinas. Gran Bretaa slo poda establecer un panorama
geopoltico tal que indujera al gobierno argentino a considerar la
ocupacin militar de las islas como nica solucin viable. Se haba
llegado a un punto sin retorno, la acciones militares eran
inminentes...
Viernes 2 De Abril Se constituy la Fuerza de Tareas Anfibia
Nmero 40 bajo el Comando del Contraalmirante D. Walter O. Allara.
Esta Fuerza estaba integrada por los siguientes componentes: A. La
Fuerza de Desembarco se integra con el Batalln de Infantera de
Marina N 2 (BIM2), una Agrupacin de Comandos Anfibios, una Seccin
de Tiradores del Ejrcito, un Grupo de Comandos Anfibios y una
Reserva. B. Un Grupo de Transporte, con el Buque de Desembarco de
Tropas ARA Cabo San Antonio, el Rompehielos ARA Almirante Irizar y
el buque Transporte Isla de los Estados. C. Un Grupo de Apoyo
Escolta y Desembarco, formado por las Fragatas Tipo 42, ARA Hrcules
y Santsima Trinidad, ms las Corbetas ARA Drumond y Granville. D. El
Grupo de Tareas Especiales, constitudo por el submarino clase Guppy
ARA Santa Fe. Las naves haban zarpado de sus apostaderos el da 28
de marzo, hallndose a bordo del ARA Santsima Trinidad, de acuerdo
con lo resuelto por el COMIL, el Comandante del Teatro de
Operaciones Malvinas, general de divisin D. Osvaldo J. Garca.
Debido a las malas condiciones meteorolgicas, la operacin se demor
24 horas, respecto de su fecha ms temprana. La Fuerza de tareas
qued dispuesta para el asalto final el da 1 de abril a ltima hora.
La misin de la misma estableca la reduccin de la resistencia armada
de la isla, constituda por 68 Infantes de Marina del Destacamento
de la Marina Real N 8901, ms algunos irregulares voluntarios
pertenecientes a la poblacin local, la ocupacin de Puerto Stanley,
y la toma del aerdromo para permitir el abastecimiento de las Islas
con medios areos propios. Y por ltimo la instalacin de un gobierno
militar argentino en el archipilago. A las 00:30 hs del da 2 de
abril se inici el desembarco en la zona de Puerto Enriqueta, 4 km
al Sur de la capital de las islas donde los Comandos Anfibios de la
Armada iniciaron su marcha hacia las barracas de los "marines"
britnicos en Moody Brook. Tres horas ms tarde hacan lo propio los
buzos tcticos desembarcados del submarino ARA Santa Fe en las
proximidades del Cabo San Felipe, con la tarea de tomar el faro de
ese lugar y preparar el desembarco del Transporte Cabo San Antonio.
Este buque desembarc en la playa York al BIM 2 y tropas del RI 25,
los que deban tomar el aeropuerto y avanzar hacia Puerto Stanley en
un movimiento de pinzas que converga sobre la residencia del
gobernador, desde el Este, mientras los buzos tcticos lo hacan
desde el Oeste. La maniobra result exitosa, ya que hubo solamente
una dbil resistencia, la cual se tradujo en tres bajas propias,
aunque no se infringi ninguna baja al enemigo, tal como lo
establecieron los criterios operacionales impuestos por el Comit
Militar. El cese del fuego y la rendicin del gobernador Hunt se
realiz a las 09:15 hs, ante el General de Divisin Garca. - Mediante
un comunicado de la Junta Militar se anuncia al pas la recuperacin
del ejercicio de la soberana en todo el territorio de las Islas
Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.
Lunes 14 de junio Entre los Generales Jeremy Moore y Mario
Benjamn Menndez, respectivamente comandante de las fuerzas
britnicas y Gobernador militar de las Islas Malvinas, queda
parlamentado el alto al fuego y la consiguiente rendicin. En Buenos
Aires, al tomar conocimiento de los hechos, en horas de la noche se
realiza una manifestacin en rechazo a la rendicin, en la que se
produjeron desmanes y fue reprimida por la polica.
fin de la dictadura
Luego de la Guerra de Malvinas, la sociedad comenz a dejar de
callar, y as , unidos contra los represores, y de la mano de Ral
Alfonsn, quien diriga al sector opositor, organizaron una protesta
por la falta de informacin sobre las Malvinas. Lograron instalar el
tema en la opinin pblica, y a los represores ya no les result tan
sencillo poder organizarse. Haban perdido credibilidad y la gente
intentaba revelarse.
La propuesta de Alfonsn se basaba en : "CONSTITUR UN GOBIERNO
CIVIL DE TRANSICIN, QUE ENCABEZARA EL EX PRESIDENTE ILLIA" Pero
dentro del gobierno de facto, las propuestas eran otras : "SEGUIR
INCULCANDO LA IDEA DE TEMOR" Galtieri ( a quin el ejrcito quera
hechar), decide hablar en Plaza de Mayo. Acude all gran cantidad de
gente, y das despus se da por finalizado el Proceso de
Reorganizacin Nacional. En 1.983 asume como presidente Ral Alfonsn,
iniciando la DEMOCRACIA en nuestro pas. Fuera de que su gobierno
perjudic muchsimo al pas en una forma econmica, con la inflacin, l
fue quien fund la CONADEP (Comisin Nacional sobre la Desaparicin de
Personas). Tiempo despus se realiz el Juicio de las Juntas.
Participaron muchsimas personas en los testimonios de aquel juicio.
Se encontraron muchos culpables ; pero al asumir en su primer
gobierno, Carlos Sal Menem, los indult con las leyes de Punto Final
y Obediencia Debida. Para algunos, esta desicin fue inteligente
porque ayud a terminar con las rebeliones militares, dando vuelta
de hoja en la historia de las relaciones cvico- militares. Lo que
esos "algunos" no ven, es que este hecho es difcil de defender
desde el punto de vista moral. Mltiples declaraciones han hecho que
comenzara a reflotar el tema de la represin militar y de los
desaparecidos. El ex marino de la ESMA, a quien el arrepentimiento,
(arrepentimiento?) hizo que se decidiera a declarar , dijo haber
visto lanzar desde aviones navales de 1.977 a un joven, dos
adolescentes mujeres, y una mujer de 65 aos aprximadamente, vivos
al mar. No los puede identificar por nombre y apellido, ni tampoco
a otros ciudadanos (30) que fueron arrojados al mar por l mismo.
Particip en los vuelos de la Armada entre los aos 1.976 y 1.977
para arrojar (en slo dos vuelos) a 1.500 y/o 2.000 presos ilegales.
Dice que Menda (comandante de las operaciones Navales,
contralmirante), los reuni, luego del golpe del 76, para darles
instrucciones tales como: actuar de civil, y eliminar subversivos,
antes de explicar que algunos prisioneros se tiraran vivos al mar.
Juan Paulik, jefe de las Fuerzas Armadas, brigadier general, declar
que durante la lucha "antisubversiva" se cometieron barbaridades de
uno y otro sector. El ex ministro de la dictadura, A. Harguindeguy,
denunci que se utiliz el asesinato como PRCTICA HABITUAL para poder
obtener informacin ante los detenidos. Balza acept como errnea las
alteraciones de orden institucional en 1.976, y admiti que las
Fuerzas Armadas no supieron combatir el terrorismo desde la ley.
Pernas y Roln denunciaron que se utiliz la tortura durante el
rgimen militar, y a partir de ese momento comenzaron las
declaraciones de los "arrepentidos". El capitn Alfredo Astz, fue el
responsable de los secuestros de las monjas Domon y Duquet, y la
ciudadana sueco- argentina Hagelin. El ex polica Julio Simn,
conocido en la represin como "turco Julin" o "turco Julio", admiti
que la orden era matar a todos los prisioneros. Pero, pese a todo,
reivindic la actuado en la ltima dictadura . Fue el ejecutor de
torturas y asesinatos. Segn la opinin de varios represores, los
nicos arrepentidos deberan ser los integrantes de las
organizaciones terroristas. Debera pensarse que es positivo que
Balza y otros ms hayan declarado estas atrocidades cometidas debido
a su arrepentimiento ; pero hoy en da, se sabe que la razn por la
que declararon es porque se vieron obligados y presionados a
hacerlo. Podan haberlo denunciado, si es que tan arrepentidos
estaban, en el ao 1.983, cuando el tema ya era denunciado por
organizaciones como Amnesty International . "Delinque quien vulnera
la Constitucin Nacional, delinque quien imparte rdenes inmorales,
delinque quien cumple rdenes inmorales, delinque quien, para
cumplir un fin que cree justo, emplea medios injustos, inmorales."
Luego de esta investigacin, llego a una conclusin que, creo, es a
la que todo ciudadano argentino con sentido tico llegara. Creo que
el objetivo inicial de aquel Golpe de Estado nunca se cumpli, o, lo
que es peor, nunca existi; que los medios utilizados para combatir
a los que ellos llamaban SUBVERSIVOS eran peores que el mismo
supuesto delito cometido por stos; poderes para que esto suceda. De
todas formas, a pesar de lo negativo de esta conclusin, queiro
sacar en limpio que , aunque haya mil y una dictaduras, mil y un
asesinatos, los argentinos no olvidan ; esto se demuestra en la
continuidad e insistencia del grupo Abuelas y Madres de Plaza de
Mayo, grupo que cumpli 20 aos de lucha, y como ellas dicen, sin dar
"ni un paso atrs".
La dictadura militar, 1976-1983 Diego Hernn Bentez y Csar Mnaco
El Cono Sur es, hoy, el mbito de las monarquas fundadoras. Nuestro
mbito. (Carta Poltica, n 31, mayo de 1976) En la madrugada del 24
de marzo de 1976 el gobierno constitucional de Mara Estela Martnez
de Pern, Isabel, fue depuesto por un golpe de Estado. Luego de un
perodo democrtico de casi tres aos (abierto con el gobierno
peronista de Cmpora el 25 de mayo de 1973) los militares avanzaron,
nuevamente, contra un rgimen constitucional, tomaron el poder por
la fuerza, e implementaron una feroz y sangrienta dictadura que
provoc efectos profundos y permanentes en el pas. Durante sus
ltimos meses, avasallado por la dinmica misma de una crisis
mltiple, el gobierno peronista de Isabel estuvo inmerso en un
proceso precipitado de desgaste y deslegitimacin, que se
manifestaba en un profundo descontento social y en la
permanentemente amenaza conspirativa de los militares. A medida que
los rumores avanzaban, el apoyo de la sociedad hacia el gobierno
disminua y las chances a una salida institucional se agotaban. El
pas se encontraba sumergido en una crisis econmica de suma gravedad
que se expresaba a travs de una inflacin galopante que desvirtuaba
los ndices econmicos. En consonancia, se profundizaba una
significativa crisis social, ocasionada por el alto grado de
descontento de amplios sectores de la sociedad que se manifestaban
a travs de protestas u otros tipos de movilizaciones. A esto se
sumaba un factor general ms: una crisis aguda del sistema poltico
que afectaba directamente a los partidos. Estos eran vistos como
actores incapaces de brindar una solucin al caos, lo cual
provocaba, proporcionalmente, un importante descrdito en el sistema
democrtico. Exista, tambin, un superlativo grado de violencia
poltica, vinculada tanto a las luchas intestinas dentro del mismo
peronismo, cuanto a la accin de grupos guerrilleros de izquierda
que se enfrentaban a las fuerzas de represin estatal y paraestatal.
El proceso de radicalizacin de grupos polticos, iniciado a finales
de los aos 60, continuaba expresando su lado ms extremo en la accin
armada, considerada como el estadio superior de la accin poltica
tradicional. Y aunque estos se encontraban en franca declinacin en
el ltimo ao del gobierno peronista, mantenan cierto protagonismo en
la escena pblica que resaltaban con inters los militares. Los ms
notorios fueron: Montoneros, proveniente de un sector del peronismo
de izquierda; y el guevarista Ejrcito Revolucionario del Pueblo
(ERP), fraccin armada del Partido Revolucionario de los
Trabajadores (PRT). Por otro lado, el contexto internacional no era
precisamente una expresin de buenos augurios. El primer lustro de
los aos setenta estaba marcado por la clausura de un excepcional
perodo expansivo de la economa mundial especialmente en el mundo
capitalista desarrollado- que, iniciado durante la posguerra de los
aos cincuenta, evidenciaba su final por medio de una considerable
desaceleracin de los ndices de crecimiento. Finalizada la etapa de
auge, el sistema capitalista comenzara a transitar su
reestructuracin, y la mejor punta de lanza sera el neoliberalismo.
En el plano poltico, el subcontinente latinoamericano evidenciaba
un claro desplazamiento de gobiernos democrticos por 1 regmenes de
facto. El mapa poltico de Amrica Latina, hacia1976, se encontraba
signado en gran parte de su territorio por dictaduras militares.1
El consenso inicial En lo inmediato, la intervencin de las Fuerzas
Armadas sobre la vida institucional del pas cont con la aceptacin
de amplios sectores e instituciones de la sociedad. Tuvo la adhesin
de la cpula de la iglesia, de un sector destacado de los partidos
polticos (especialmente los partidos conservadores provinciales),
de las asociaciones empresarias, y de los medios de comunicacin.
Pero, por sobre todo, obtuvo el consentimiento de buena parte de la
sociedad. Este fue el arco importante de consenso inicial con que
cont el rgimen. Para entender sus causas es necesario tener
presente, en principio, dos elementos centrales. Por un lado,
cierta legitimidad de origen a la intervencin de los militares en
la vida poltica del pas. Esta es una caracterstica estructural
propia del sistema poltico argentino gestada a partir de las mismas
intervenciones militares. Como sostiene Hugo Quiroga, a partir de
1930 se fue conformando un sistema poltico pretoriano2, que
incorpor en su interior a las Fuerzas Armadas como un componente
esencial y permanente. Se constituy, de esta forma, una cultura
poltica que aceptaba la politizacin de las fuerzas castrenses; las
cuales se desplegaban en el escenario poltico como un actor
singular que, debido a su fuerza militar, defina el juego
institucional. Por lo tanto, la ingerencia de stas en la vida
democrtica del pas se fue tornando, para la sociedad, como una
alternativa siempre posible. Esto denotaba y alimentaba, a la vez,
una escasa conviccin en los valores de la democracia, y sus
tiempos, reflejada en la prdida de legitimidad del orden
constitucional.3 El segundo factor explicativo, intrnsicamente
ligado al primero, se encuentra en el contexto inmediato al golpe.
Legitimada histricamente su intervencin, la opcin militar se haca
cada vez ms fuerte en una situacin que se tornaba cada vez ms
crtica. Ya desde varios meses antes del golpe eran explcitos y
pblicos los planteos y reuniones de los jefes militares con el
poder ejecutivo nacional. El protagonismo de las fuerzas armadas se
incrementaba a medida que aumentaba el desconcierto general que,
particularmente, era estimulado y usufructuado por los mismos
sectores castrenses por medio de la exaltacin de su lucha contra
las organizaciones guerrilleras, que por otra parte, se encontraban
ya en un evidente proceso de declinacin. De esta forma, el caos
general (econmico, social y poltico) fue provocando una importante
deslegitimacin, no slo del gobierno mismo, sino tambin del sistema
democrtico en su conjunto. Se manifestaba evidente un vaco de poder
a llenar, que permiti gestar, cada vez ms, un mayor consentimiento
sobre un orden militar. 1 Las haba en: Brasil, Bolivia, Uruguay,
Paraguay, Chile, Ecuador, Per, Nicaragua, El Salvador, Hait,
Guatemala, y Granada. En buena medida en Repblica Dominicana y
Honduras, y con una fachada civil en Colombia. 2 El pretorianismo
implica la aceptacin de la participacin de los militares en la
esfera poltica del pas. As, el sistema poltico argentino, entre
1930 y 1983, funcion en la realidad histrica a travs de una
articulacin que combin en su estructura los gobiernos militares con
los gobiernos civiles, en: Quiroga, Hugo, El tiempo del Proceso.
Conflictos y coincidencias entre polticos y militares. 1976-1983,
Rosario, Homo Sapiens-Fundacin Ross, 2004, pp. 35-39. 3 Quiroga,
Hugo, El tiempo del Proceso, en Suriano, Juan, Dictadura y
democracia, Buenos Aires, Sudamericana, p. 39, Nueva Historia
Argentina, Tomo X. 2 El comienzo del Proceso Una vez en el poder,
el nuevo gobierno de facto dio inicio al denominado Proceso de
Reorganizacin Nacional (PRN) que tena como meta central realizar
una intensa reestructuracin del cuerpo social y del Estado. Se
constituy como una dictadura institucional de todo el cuerpo de las
Fuerzas Armadas- superadora del carcter ordenador de la vida
institucional del pas de las anteriores intervenciones castrenses
(salvo la Revolucin Argentina de 1966).4 A fines de realizar un
reparto equitativo de poder y evitar cualquier personalizacin del
mismo se conform un cuerpo colegiado integrado por los comandantes
en jefe de las tres armas (Ejrcito, Marina y Fuerza Area): la Junta
Militar. Por medio del artculo 1 del Estatuto del PRN se design a
la misma como suprapoder de la nacin y rgano supremo del Estado,
por encima de la Constitucin Nacional. La Junta, a su vez, deba ser
la encargada de designar al Presidente de la Nacin, ejecutor de las
grandes polticas trazadas por el poder supremo, que tendra un
mandato de tres aos. El Poder judicial fue intervenido, y las
cmaras legislativas fueron suprimidas, instituyndose en su y en su
lugar una Comisin de Asesoramiento Legislativo (CAL). De la misma
forma fueron intervenidas las dems instituciones de gobierno. La
finalidad determinada desde el inicio fue realizar una profunda
militarizacin del Estado, que abarc no slo la administracin
central, sino tambin, los organismos descentralizados, las
provincias, los municipios, y las empresas estatales. Y si bien se
busc desde el inicio una pretendida equidad en la distribucin de
cargos para los diferentes niveles de poder, la histrica relacin de
fuerzas que remarcaba el predominio del Ejrcito hizo que ste
finalmente prevaleciera en el reparto. No obstante, las Fuerzas
Armadas se erigan como la autoridad unvoca que ostentaba el
monopolio de toda decisin poltica. Se dispuso la disolucin de todos
los partidos polticos y se estableci el cese inmediato de toda
accin poltica. Se determin, tambin, la disolucin de cualquier tipo
actividad gremial de trabajadores, empresarios y profesionales. En
fin, se suprimieron las libertades pblicas de los ciudadanos,
permaneci activo el estado de sitio, instituido por el gobierno
anterior, y se promulg la pena de muerte para las acciones contra
la patria que nunca lleg a aplicarse-. La Junta Militar, integrada
por el teniente general Jorge Rafael Videla, el brigadier Orlando
Agosti y el almirante Emilio Massera, emprendi el reordenamiento.
Luego de cinco das de tener en sus manos el poder ejecutivo, el 29
de marzo nombr como presidente de la nacin a uno de sus miembros,
Videla, que retuvo a su vez la comandancia sobre el Ejrcito. Tambin
se dio a conocer pblicamente el Acta que precisaba a travs de sus
ejes centrales los objetivos bsicos para el iniciado PRN: a)
restituir los valores esenciales del Estado; b) erradicar la
subversin; c) promover el desarrollo econmico de la vida nacional
basado en el equilibrio y participacin de los distintos sectores;
d) posteriormente, instaurar una democracia, republicana,
representativa y federal, adecuada a la realidad y exigencias de 4
El carcter ordenador de determinadas dictaduras implicaba, una vez
diagnosticado el supuesto desorden institucional, restablecer el
funcionamiento normal del sistema. Como lo indica Quiroga: "(...)
las fuerzas armadas se piensan garantes de la continuidad de lo que
entienden son los principios, valores y normas constitutivas de la
Nacin, esto es, se reclaman tutores tanto de la decisin colectiva
que selecciona al gobernante como de la integridad del Estado
justifican as su accin golpista en aras de la defensa de la ruptura
del orden constitucional. Se visualizan a s mismas como los
vectores que indican el rumbo del Estado nacional. De esta forma,
en 1930 echan por tierra un rgimen democrtico; en 1943 se
vislumbran "nacionalistas" y derrocan a un gobierno conservador; en
1946 dan su apoyo al gobierno de Pern; aos ms tarde lo derrocan; en
1962 se oponen la participacin electoral del peronismo; en 1966 y
1976 procuran -desde un nuevo tipo de golpe de Estado-
reestructurar la sociedad y el Estado argentinos", en Quiroga,
Hugo, El tiempo del Proceso. Conflictos y coincidencias, op. cit.,
p. 42. Vase tambin el artculo de Marcelo Cavarozzi en la presente
compilacin. 3 solucin y progreso del Pueblo Argentino. Es necesario
aclarar, que los mismos no posean ningn tipo de lmite temporal
plazos o etapas- para su concrecin. Para el gobierno militar la
finalidad ltima era cerrar un ciclo histrico abierto con el
peronismo en 1946. Reorganizar una nueva Argentina por medio de una
intervencin radical que modifique profundamente un sistema poltico
corrompido, que elimine al Estado demaggico, y que discipline a una
sociedad descarriada. Un Nuevo Orden era necesario, y esto slo lo
podra efectuar un agente de cambio, que aunque parte institucional
de Argentina, se vea a s misma, y por gran parte de la sociedad,
como un organismo inmaculado del germen populista. Como se observa,
una retrica del ordenamiento institucional encubra objetivos
siniestros. Las Fuerzas Armadas, en fin, deban reencausar a la
Argentina por la senda occidental y cristiana, y el costo para tal
cometido se aseguraba elevado. En este sentido, se articulaban el
disciplinamiento social, que inclua la reestructuracin del sistema
poltico, con una trasformacin econmica que permitiera reforzar,
segn sus trminos, el liderazgo de los sectores econmicos ms
competitivos, que en realidad resultaron ser los que posean un
mayor poder de vinculacin con el Estado, y por lo tanto, los ms
concentrados de la economa. Pero, aunque lo pareciera, esto no era
la expresin de un plan homogneo, unnimemente aceptado por las tres
fuerzas, sino ms bien las lneas bsicas de un acuerdo. El mismo
devenir del proceso manifestar la carencia de un proyecto orgnico
de accin, especialmente, por medio de los mltiples conflictos
entre, y dentro, de las armas, que expresaban los diversos
posicionamientos respecto a la poltica a seguir. El gran elemento
aglutinador, que una frentes ante un enemigo comn, era la lucha
contra la subversin. Por esta razn, los primeros aos del Proceso
estuvieron marcados por el avance de polticas radicales de
transformacin. Que como muestra el caso de la economa, no debieron
enfrentar demasiados conflictos internos. En cambio, cuando comenz
a disminuir la represin, las divisiones hacia el interior de las
propias armas comenzaron a manifestarse pblicamente. Al margen de
las diferencias, durante los primeros aos de gobierno las Fuerzas
Armadas se propusieron gestar y garantizar, segn afirmaban, una
nueva repblica donde el desarrollo institucional se realizara a
travs de una verdadera democracia. El proyecto de fondo implicaba,
en el largo plazo, la construccin y consolidacin de un orden
estable sobre el cual el poder militar ejerciera una permanente
tutora poltica sobre la nacin. En fin, lo necesario era fundar una
nueva etapa en la vida argentina que diera trmino al ciclo de
disputas sectoriales sobre la base de afianzar una nueva hegemona
sobre la sociedad.5 De esta forma, y en especial desde el sector ms
afn a Videla, se pretendi generar, en colaboracin con sectores
civiles, al actor poltico encargado de mantener en el futuro la
continuidad original del proyecto. As, el Movimiento de Opinin
Nacional (MON), una convergencia cvico-militar, sera la
descendencia del rgimen. Este garantizara la renovacin necesaria de
la clase poltica, y oficiara de heredero legtimo y continuador de
un sistema de dominio a largo plazo donde las Fuerzas Armadas
contaran con la centralidad. El terrorismo de Estado En febrero de
1975, un ao antes del golpe militar, el gobierno constitucional
realiz de forma oficial el ingreso de una de las Fuerzas Armadas en
la lucha contra la insurgencia. A travs del decreto presidencial N
261/75, que propugnaba la aniquilacin de la subversin, se encomend
al Comando General del Ejrcito la funcin de reprimir el foco
guerrillero del ERP instalado en la selva tucumana un ao antes.
Comenz as, al mando del general Antonio Bussi, quien remplaz al
filoperonista Adel Vilas al breve tiempo de haber asumido, la 5
Ibd., p. 66. 4 denominada Operacin Independencia que inaugurara las
tcticas de la desatada guerra sucia contra la insurgencia
guerrillera. Se inici de esta manera, previo al golpe militar, una
intensa accin represiva por medio de las fuerzas del Estado
especialmente el Ejrcito y la polica- y comandos paramilitares de
extrema derecha nucleados en la Triple A (Alianza Anticomunista
Argentina). Estos ltimos eran escuadrones de la muerte organizados
clandestinamente desde un sector del Estado, la Secretara de
Bienestar Social a cargo de Jos Lpez Rega. Como introduccin a lo
que vendra despus, esta ofensiva oficial, y paraoficial,
propiciara, ya como mtodo garantizado, el asesinato y la
desaparicin de una importantsima cantidad de personas (800 es el
nmero aproximado). El asalto al poder por parte de los militares
implic inmediatamente una profunda radicalizacin de sus acciones
violentas. La represin, convertida en un objetivo central del
gobierno, mut hacia una accin sistemtica desde el Estado. Por su
parte, el ERP y Montoneros, que estaban diezmados desde el inicio
mismo de la dictadura, durante los dos primeros aos conservaron
cierta capacidad para desarrollar acciones armadas contra el
gobierno. Pero violentamente se despleg una ofensiva que abarc no
solo a las organizaciones armadas, sino tambin, y sobre todo, a
cualquier individuo o grupo sospechado de insurgente. En palabras
de un general: primero mataremos a los subversivos, luego a sus
colaboradores, luego a sus simpatizantes, a los indiferentes y, por
ltimo, a los tmidos6. La violencia desplegada se torn implacable y
avanz hacia la sociedad en su conjunto por medio de prcticas
ilegales que tenan la finalidad inmediata de procurar, segn las
metforas utilizadas por los propios militares, la extirpacin del
cncer alojado en lo ms profundo del tejido social. Y en este
sentido, los campos de concentracin fueron el quirfano donde se
llev a cabo dicha ciruga7. La violencia por parte del Estado no era
una novedad en la historia argentina, y esto puede ser rastreado
fcilmente, pero lo indito fue la fuerza descomunal que despleg a
partir de marzo del 76, que, como sostiene Pilar Calveiro, se
constituy en un poder desaparecedor que avanz sobre lo material y
lo simblico, sobre los cuerpos y las ideas. Ms all de los objetivos
particulares o colectivos la verdadero destinataria del terror fue
la sociedad. Desde el primer momento esta fue el blanco donde
pretendi calar el miedo extremo que como afirma Juan Corradi- no
slo tuvo el objetivo de controlar, sino tambin de cambiar a los
actores sociales. De este modo, el terror se vuelve esencialmente
una tcnica de desorientacin, que apunta a privar a los sujetos de
la oportunidad de calcular y prever las consecuencias de sus
acciones. Es una forma de poder en la cual la conformidad no
garantiza la seguridad. Su efecto principal es la generacin de una
atmsfera de ansiedad una cultura de miedo.8 Que se desplegaba ms
all de los espacios comunes y lograba insertarse en lo ms profundo
de la intimidad, para permitir as, que cualquier comportamiento no
normal sea sealado inmediatamente como sospechoso; en definitiva,
al espacio pblico clausurado se adicionaba el control microsocial.
Y esto slo pudo ocurrir, en gran parte, gracias a la pasividad o
inmovilidad producida por el mismo terror, cuanto a la adhesin de
algunos sectores sociales que se encontraban atrados por los
postulados bsicos del rgimen. En este marco, el control dictatorial
pudo ser desarrollado segn ODonnell- por la existencia de una
sociedad que se patrull a s misma, refirindose a un grupo amplio de
personas que voluntariamente se ocuparon activa y celosamente de
ejercer su propio 6 Declaraciones del gobernador de facto de Buenos
Aires, Ibrico Saint Jean, el 28 de mayo de 1977. 7 Calveiro, Pilar,
Poder y desaparicin. Los campos de concentracin en la Argentina,
Buenos Aires, Colihue, 2006, p. 11. 8 Corradi, Juan, El mtodo de
destruccin. El terror en la Argentina, en Quiroga, Hugo y Tcach,
Csar (comps.), A veinte aos del golpe. Con memoria democrtica,
Rosario, Homo Sapiens, 1996. 5 pathos autoritario. Fueron kapos* a
los que, asumiendo los valores de su (negado) agresor, muchas veces
los vemos yendo ms all de los que el rgimen les demandaba9. El
terrorismo de Estado implic una planificacin precisa de las
acciones. Una sistematizacin de la represin por parte del poder,
que posibilit el reparto literalmente hablando- del territorio
argentino. La divisin espacial del poder de accin, realizada por
los militares durante el ltimo ao del gobierno de Isabel y que
comprenda la cuadriculacin del pas en 5 zonas, 19 subzonas y 117
reas, se profundiz estratgicamente a partir del golpe. De esta
forma, se produjo una feudalizacin del poder cada fuerza tuvo su
propio espacio independiente de operacin, que se conform en parte
esencial para una Matanza administrada. As, la competencia entre
las propias fuerzas, que disputaban grados de efectividad y de
accin, tuvo un rol determinante en la masacre. El sistema represivo
era llevado adelante por grupos de tareas constituidos generalmente
por oficiales y suboficiales, policas y tambin civiles. Luego de la
seleccin del sospechoso, el modus operandi consista de un operativo
para conseguir su detencin, generalmente de noche, sobre el
domicilio, lugar de trabajo o en la misma calle. As, en el mejor
lugar y momento se produca el secuestro, y el inmediato traslado de
la vctima hacia algn centro clandestino de detencin. Una vez all,
se confeccionada una ficha o expediente donde se consignaba y
evaluaba la informacin obtenida del preso. A continuacin comenzaban
los interrogatorios, que implicaban un largo perodo de torturas
fsicas y psicolgicas a las que se sumaban como parte constantes
vejaciones y violaciones. El objetivo era quebrar la integridad de
la persona, demostrarle que sus lazos con el exterior se
encontraban absolutamente cortados, que estaba completamente sola
inmersa en las fauces de un poder omnipresente que tena la
capacidad de realizar, sin reparos, lo que deseaba sobre su
persona. Finalmente el suplicio, que poda durar semanas, meses o
aos, cesaba y el prisionero era, la gran parte de las veces,
ejecutado -trasferido, en la jerga-. El paso posterior era la
desaparicin del cuerpo, decisin que corresponda a los ms altos
rangos entre los oficiales que se encontraban al frente de la
represin. En el menos habitual de los casos, determinado por
diversas presiones o alguna circunstancia excepcional, el detenido
era blanqueado, o sea, su situacin dejaba de ser clandestina e
ilegal, y se oficializaba. Pasaba a estar a disposicin del poder
ejecutivo nacional, que consista en una medida de excepcin prevista
por la Constitucin en casos de guerra externa o conmocin interior,
y que prevea la supresin de los derechos y garantas individuales.
Ser colocado a disposicin equivali, en muchas ocasiones, salvar la
vida, ya que de esta manera se haca explcito el registro de la
detencin. Otro de los finales posibles, que se dio en un porcentaje
sumamente exiguo de los casos, consisti en la liberacin del
detenido, que en ocasiones emprenda el camino del exilio. Se
registraron tambin casos de detenidos que pasaron a colaborar con
las fuerzas represivas a travs de operaciones de inteligencia u
otras actividades. Pero ms all de las posibilidades, una vez
detenido se volvan sumamente escasas las chances de sobrevivir. As,
la desaparicin de personas se registr como una prctica inaudita y
masiva, que alcanzaba a todos los sectores de la sociedad. Que
inclua durante el operativo o la detencin la sustraccin de menores
o recin nacidos de las detenidas parturientas. A la accin criminal
de ocultar toda informacin sobre el paradero del supuesto detenido,
y una vez sentenciado su destino, le continuaba la dimensin
negacionista del final: la desaparicin del cuerpo, y con l del
crimen. Los modos fueron mltiples y variados: desde el entierro en
fosas comunes hasta los tristemente clebres vuelos de la muerte.
Estos ltimos eran una de las prcticas macabras de desaparicin
utilizada por la Marina, que consista en el traslado en aviones de
* Kapos: prisioneros de los campos de concentracin nazi que
colaboraban con la disciplina en los mismos. 9 ODonnell, Guillermo,
Democracia en la Argentina. Micro y macro, en, Oszlak, Oscar
(comp.), Proceso, crisis y transicin democrtica /1, Buenos Aires,
CEAL, 1984, p. 17. 6 prisioneros previamente sedados con pentonaval
(como denominaban al barbitrico Pentothal) para ser arrojados al
mar. Los datos proporcionados por los organismos de derechos
humanos dan cuenta de la existencia durante la dictadura de ms de
500 centros clandestinos de detencin. Los ms relevantes de acuerdo
a la cantidad de detenidos que alojaban fueron los siguientes: la
Escuela de Mecnica de la Armada ESMA- (Capital Federal), Campo de
Mayo el campito-(Gran Buenos Aires), que posea en su interior 4
establecimientos clandestinos, La Perla (Crdoba), El Vesubio (La
Matanza) y Club Atltico (Capital Federal). Segn estimaciones
provistas por los organismos de derechos humanos en relacin con las
denuncias recibidas- el monto fue de 30.000 personas
detenidas-desaparecidas durante el Proceso. La composicin de las
vctimas fue diversa: militantes polticos y sociales, estudiantes,
delegados gremiales, sacerdotes, intelectuales, activistas de
organizaciones de derechos humanos, y otros. De acuerdo a las
estimaciones realizadas en 1984 por la Comisin Nacional sobre la
Desaparicin de Personas (CONADEP), la distribucin del total de
desaparecidos por sectores fue la siguiente: 30,2 % de obreros, 21
% de estudiantes, 17,9 % de empleados, 10,7 % de profesionales, 5,7
% docentes y 1,3 % de actores y artistas. Esta distribucin coincide
en sus ms altos ndices con el desarrollo, durante los aos previos a
1976, de los sectores ms altamente movilizados. Por ltimo, se debe
mencionar que esta represin estatal traspas las fronteras
nacionales y extendi su accionar sobre varios pases de Amrica
Latina. El denominado Plan Cndor, del cual participaban las
dictaduras de Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, y de la
propia Argentina, fue un claro ejemplo de mutua colaboracin
represiva. Este consisti en una coordinacin contrainsurgente que
posibilit una accin represiva extra fronteras; la conformacin de un
espacio comn de represin. Adems, las fuerzas militares argentinas
tuvieron un cardinal protagonismo en Centroamrica, al oficiar como
asesores e instructores de contrainsurgencia en Nicaragua; o
participando en operaciones clandestinas contrarrevolucionarias en
Honduras y El Salvador. La poltica econmica Desde mediados de la
dcada del cincuenta, tras el derrocamiento del primer proyecto
nacional-popular del pas, la Argentina se vio sumida en una notable
agudizacin de su crisis institucional, producto entre otras
razones, del incremento de los desequilibrios econmicos. Debido a
un proceso inflacionario constante se profundiz la puja
distributiva entre el Estado, sectores sindicales y empresariales,
creando un clima de gran inestabilidad incapaz de sentar las
premisas mnimas de viabilidad poltica y un funcionamiento econmico
correcto para ciertos sectores del capital. El cual debe ser
entendido como la expansin o reproduccin de la acumulacin del
capital, especialmente por parte de grandes unidades econmicas, que
en tal proceso van transformando y eliminando a otros actores del
sector. Es decir, un crecimiento desigual y desigualizante en
principal beneficio de unidades mono u oligoplicas, cuya acumulacin
subordina los comportamientos econmicos y la distribucin general de
recursos en el resto de la sociedad.10 En este sentido, quienes
deciden si el comportamiento econmico es correcto, o no, depender
del poder que tienen aquellos que analizan tal situacin. En los
meses previos al golpe, la persistente inflacin y el muy elevado
dficit fiscal, cubierto en gran medida con emisin monetaria,
anticipaba medidas urgentes. El ministro de 10 ODonnell, Guillermo,
El Estado burocrtico-autoritario. Triunfos, derrotas y crisis,
1966-1973, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1982, p. 36. 7
Economa de entonces, Celestino Rodrigo, intent poner en marcha, a
principios de junio de 1975, el ltimo plan de mejora econmica en
democracia. Este consisti en producir una fuerte devaluacin para
corregir el desequilibrio en la balanza de pagos, y un incremento
en las tarifas pblicas para mejorar la situacin fiscal. Estas
medidas, que principalmente causaron una fuerte cada del salario
real, se conoceran como el Rodrigazo, y tuvieron un enrgico rechazo
del sector sindical que termin con las ambiciones del ministro y su
principal asesor, el banquero Ricardo Zinn, que buscaba por medio
de este proceso licuar la deuda del sector privado. A partir de aqu
comenz una aceleracin inflacionaria que dio lugar a un sistema
econmico lleno de incertidumbres y alto desequilibrio, debido al
uso permanente de prcticas de reajuste. Como ya se ha mencionado,
las Fuerzas Armadas que tomaron el gobierno coincidan en que era
necesario terminar definitivamente con una Argentina sumida en el
caos, producto de la creciente irrupcin de conflictos sociales,
provenientes de sectores radicalizados y de un sindicalismo
indisciplinado. La causa de fondo de los problemas que aquejaban al
pas era clara: la existencia de un gobierno populista que produjo
prcticas sectoriales srdidas y de entorpecimiento al desarrollo de
las potencialidades nacionales, dando poder a una clase obrera, que
por sus crecientes conflictos e intervenciones, propici un Estado
dbil incapaz de impedir la propagacin de ideologas de izquierda.
Esta visin estaba acompaada por un permanente temor a la
generalizacin de la violencia y evaporacin de orden pblico, que
junto a una desafeccin por las prcticas democrticas, potenci en
amplios sectores de la sociedad el repliegue individual y la visin
salvadora de la cruzada militar. El diagnstico era claro y se
encontraba extensamente aceptado en los sectores oligrquicos y
empresariales de orientacin librecambista, sobre los que confluan
las nuevas ideas tecnocrticas y tecnocientficas del mbito econmico
mundial.11 Cabe volver a sealar, que durante la dcada del 70 el
sistema econmico internacional se encontraba atravesando una crisis
que dio lugar a un cambio a nivel mundial del modelo histrico de
acumulacin, que se haba caracterizado por su alta tasa de ocupacin,
una importante cantidad de reformas sociales y ampliacin del
Estado, que conformaba sistema de integracin y desarrollo conocido
como Estado Benefactor (o Welfare State). Esta fraccin del poder
econmico va a persuadir al sector militar sobre la necesidad de
imponer un nuevo modelo de orientacin liberal. La nueva alianza,
compuesta por el sector rural tradicional, el capital financiero y
el sector industrial concentrado de bienes de exportacin, junto a
algunos mercadointernistas con capacidad de diversificacin, dejar
atrs a la vieja alianza de industrialistas concentrados del
gobierno de Ongana. Ahora tendr su oportunidad de cambiar el
sistema de acumulacin consolidado hasta entonces y someterlo as al
tratamiento neoconservador y a la lgica ordenadora del mercado. El
gobierno militar implement su accin en dos frentes. Por un lado, el
militar, tendiente a barrer con los actores que dentro de la
poblacin, potencialmente o de hecho, se comportaban, en sus
palabras, subversivamente. Por otro lado, el econmico, que
implicaba terminar con el modelo de sustitucin de importaciones y
as desterrar definitivamente el sistema obrero industrial
consolidado bajo el peronismo. El cambio fundamental consisti en 11
Al respecto, Mariana Heredia observa que la circulacin de estas
nuevas ideas dentro del campo liberal comienzan a surgir a partir
de la Revolucin Libertadora, en 1955. Desde esos momentos la
renovacin del campo del conocimiento econmico cobra fuerza mediante
la imagen del erudito o experto en economa, y a travs de una
creciente profesionalizacin del rol del economista como resultado
de las nuevas ideas provenientes bsicamente de los EE.UU., que
circulaban a nivel local por medio de fundaciones y asesoras
vinculadas al mundo empresario y estatal, que tomaron impulso,
especialmente, por un retroceso en la regin de escuelas o
corrientes econmicas propias. Heredia, Mariana: El Proceso como
bisagra. Emergencia y consolidacin del liberalismo tecnocrtico:
FIEL, FM, CEMA, en Pucciarelli, Alfredo (coord.), Empresarios,
tecncratas y liberales. La trama corporativa de la ltima dictadura,
Buenos Aires, Siglo XXI, 2004. 8 la erradicacin y modificacin
absoluta de los sustentos estructurales e institucionales de los
sectores populares, de tal modo que la experiencia de activacin
social, pasada y presente, no vuelva a repetirse. Por lo tanto,
junto al aniquilamiento, desaparicin y tortura de personas, se
reubic a la clase trabajadora, poltica e institucionalmente en una
posicin subordinada. No slo se coart a las organizaciones polticas
y corporativas mediante la limitacin jurdica, como veremos ms
adelante, sino que principalmente, se llev a cabo una reforma
econmica que suprimi las posibilidades funcionales de su posible
desarrollo a futuro. En definitiva, y siguiendo a Adolfo Canitrot,
la economa sirvi a un plan poltico de disciplinamiento social.12
Jos Alfredo Martnez de Hoz, miembro de la burguesa rural e
industrial y presidente del Consejo Empresario Argentino, asumi
como jefe del equipo econmico, designado por el presidente Videla,
con la firme conviccin de que los sectores militares configuraban
el aliado esencial para reorganizar polticamente al pas e
implementar un proyecto econmico de magnitud. Para ello, se propuso
terminar definitivamente con el modelo redistribucionista que
propiciaba una fuerte presencia estatal sustentando a una
organizada clase trabajadora y a un sector empresario de orientacin
mercado internista. Dicho modelo, que segn el discurso proveniente
de diversos sectores se encontraba sumido en una crisis terminal,
de agotamiento, consolidara an ms la salida liberal-conservadora
que propona el equipo econmico. En el primer ao de gestin, Martnez
de Hoz y su equipo, slo esbozaron algunas medidas de devaluacin y
control del gasto pblico. Esto logr que la situacin econmica mejore
levemente todava bajo el viejo esquema, el cual pareca estar lejos
de agotarse, ya que a pesar de la inflacin presentaba an un ritmo
de crecimiento constante sostenido por el ahorro interno y una
intacta capacidad industrial. A pesar de los indicios de bonanza,
en 1977 las reglas del juego econmico cambiarn para siempre. Las
nuevas medidas terminaron con el perodo de recomposicin econmica,
que por otro lado, podra haber continuado con su funcionamiento por
varios aos ms. Sin embargo, la prioridad no era el crecimiento
econmico, ni su estabilidad, sino la transformacin radical del
sistema anterior, an en perjuicio, en el corto plazo, de los
intereses de extensos sectores que apoyaban al gobierno. En junio
de ese mismo ao se llev a cabo la primera transformacin esencial
del equipo econmico. Se liberaron las tasas de inters y se puso en
manos de los bancos la decisin en la asignacin de crdito,
anteriormente regulada por el Banco Central, estableciendo de este
modo las primeras reglas de mercado para el sector financiero
interno. Al mismo tiempo, se aplicaron medidas monetarias
restrictivas que trajeron como resultado un rpido aumento de las
tasas de inters, ahora reguladas por las entidades bancarias. Este
aumento en las tasas trajo una consecuencia devastadora para la
inversin productiva ya que ahora resultaba ms beneficioso volcar el
capital en la especulacin y la ganancia financiera que en el sector
industrial. Por otro lado, las altas tasas encarecieron el crdito
externo para las inversiones industriales, y posibilitaron un gran
endeudamiento al atraer capitales extranjeros voltiles de carcter
especulativo. Tal es as, que la existencia de crdito fcil
disponible en los pases centrales, como resultado de un largo
perodo de crecimiento mundial, sumado a fenmeno de los petrodlares,
que implic un excedente de liquidez en las oligarquas rabes debido
a la gran suba del petrleo, hizo q