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PSYCHOLOGICAL AND BEHAVIORAL RISK PROFILES AS THEY RELATE TO
EATING DISORDER DIAGNOSES AND SYMPTOMATOLOGY AMONG A
SCHOOL-BASED SAMPLE OF YOUTH.
Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 155 millones de
niños en edad escolar. Actualmente en todo el mundo con sobrepeso u obesidad.
La incidencia de la niñez y adolescente con sobrepeso en Turquía está
aumentando a un ritmo rápido. Reciente los datos indican que la proporción de
sobrepeso o niños obesos de ambos sexos aumentó notablemente en diferentes
áreas del mundo, incluyendo Turquía. Se estima que hoy en día, 13,8% de turco
los niños tienen sobrepeso o son obesos. Infancia y obesidad en la adolescencia y
el sobrepeso tienen un impacto significativo sobre la mortalidad y la morbilidad
posterior en la edad adulta. Muchos de los metabólico y cardiovascular
complicaciones y algunas formas de cáncer asociado con la obesidad del adulto
tienen su comienzo pulg ". Por lo tanto, las personas que comen compulsivamente
parecen ser un objetivo importante para los programas de intervención, en
particular porque dejar de comer compulsivamente es a menudo efectiva en la
estabilización del peso, lo que impide el aumento de peso y tal vez promover un
peso pérdida, atracón como un patrón distintivo de comer en los obesos también
fue reconocido por primera vez en 1959.
En un estudio de caso inicial, Stunkard ^ describe un obeso hombre que
experimentó la ingestión incontrolada de enormes cantidades de comida en un
corto período de tiempo. Los "atracones" se terminaron cuando un punto de
malestar físico fue alcanzado y se cree que es provocada por "estrés de la vida".
Spitzer et al., confirmó que aproximadamente el 30% de los individuos la
presentación de los programas de control de peso informar de lo que se ha
denominado trastorno por atracones (BED). La criterios de cama constan de:
a) comer en exceso episódica, definen como comer una cantidad de comida en
un corto período de tiempo que es definitivamente más grande que la mayoría de
las personas volvería a comer por lo menos dos veces por semana en promedio
durante 6 meses;
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b) una sensación de pérdida de control sobre la atracón,
c) la dificultad relacionada con el exceso, y
d) tres de cinco artículos que incluyen comer rápido, comer hasta incómodamente
lleno, deprimido o sentirse culpable después de los atracones, comer cuando no
tiene hambre física, y comer solo.
BED se diferencia de la bulimia nerviosa (BN) por la ausencia de inapropiado
conductas compensatorias para evitar el aumento de peso incluyendo el ayuno, la
purga y el ejercicio excesivo y es un diagnóstico provisional trastornos
alimentarios.
Un presente sobrepeso y la obesidad de los más grandes amenazas físicas para
la salud de los comedores compulsivos. Obeso CAMA pacientes enfrentan las
mismas amenazas a la salud como no ir de borrachera pacientes obesos, tales
como un mayor riesgo de la enfermedad coronaria del corazón, diabetes,
hipertensión, hiperlipidemia, enfermedad de la vesícula biliar, enfermedad
respiratoria, cáncer, la gota y la artritis. El problema de secuela de la salud física
relacionada con BED se agrava por la evidencia que sugiere un vínculo entre la
cama y más pobres relacionadas con el peso resultado del tratamiento.
Específicamente, las más altas tasas de deserción escolar y menor peso
pérdidas experimentadas entre los que aparecen CAMA estar mediada por disforia
psicológico.
La prevalencia del trastorno por atracones, con base en los criterios propuestos en
el diagnóstico y Manual Estadístico de los Trastornos Mentales, rangos fi-om 2,0%
y 4,0% en mujeres miembros de la comunidad y de 0,5% a 1,5% en hombres de la
comunidad.
Entre las personas que asisten a control de peso programas (N = 1785; mujeres
89,0%), la tasa para Trastorno por atracones se estima en 28,8% mientras que,
para las personas que buscan la cirugía bariátrica (N ^ 92; mujeres 71,7%), la tasa
de los atracones trastorno se estima en el 46,7%. Por otra parte, a un nivel
subclínico, el 41,9% de los de secundaria femenina estudiantes (French et al.,
1998) y 58,8% de mujeres estudiantes universitarios informan los atracones, lo
que hace atracones comer un fenómeno frecuente.
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El síndrome del comedor nocturno (NES) fue el primero descrito en 1955 como un
trastorno relacionado con el estrés comiendo que consiste en la mañana anorexia,
tarde hiperfagia e insomnio. La presencia de ingestas nocturnas (despertando a
comer) se añadió a estos criterios posteriores. NES también se ha asociado con
estado de ánimo deprimido, es generalmente menor en personas con NES, en
comparación con los controles y con frecuencia empeora en la noche y'' Striegel-
Moore y Collègues ^ "ponen de manifiesto que diversos NES diagnóstico
criterios han aparecido en la literatura en los últimos 50 años, y sugieren que la
información adicional sobre la naturaleza y la prevalencia de NES en diversas
poblaciones se necesita. En un estudio de psiquiátrico general pacientes
ambulatorios (de todos los índices de masa corporal), Lundgren y sus colegas
encontró que el 12,3% de los pacientes cumplieron criterios para la NES, una tasa
que es significativamente más alto que la prevalencia de NES en la población
general (1,5%) ^ ^ y similar a la prevalencia de NES entre las muestras obesas (6-
16%).
Ansia por la comida se piensa que media incontrolada conducta alimentaria, tal
como se ve en la obesidad, trastorno por atracón y la bulimia nerviosa. En
personas que hacen dieta con exceso de peso, este ansia por la comida se piensa
a estar involucrados en la incapacidad de cumplir con una dieta baja en calorías,
lo que resulta en una recaída de inicial sobrealimentación patrones. También en
muestras no clínicas, ansia por la comida que ha encontrado a estar relacionado
con peso corporal, lo que sugiere un papel ubicuo del deseo en el consumo de
alimentos. "Las investigaciones que investiga las relaciones entre los antojos de
alimentos y trastorno por atracón es necesario entender el papel de los
los antojos de alimentos en los mecanismos que controlan apetito y comer en
mujeres con trastornos de la alimentación.
La escasa investigación realizado hasta la fecha con clínica muestras sin
embargo, ha dado resultados importantes. Bulik et al., ^ ^ Encontró que cue-
exposure/response intervenciones de prevención pueden reducir la ansiedad
reactividad en pacientes bulímicos. En comparación con los asintomáticos
individuos, las mujeres con antecedentes de la anorexia nerviosa que bebían en
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exceso y purgarse fueron más probabilidades de informar "deseos incontrolables
de comer ciertos alimentos o tipos de alimentos "y" fuertes deseos para comer un
alimento específico ". Waters, Hill y Waller encontró que experimenta "un fuerte
impulso o deseo para un alimento en particular "fue seguido por atracones
aproximadamente el 50% del tiempo. Del mismo modo, Engelberg, Gauvin, y
Steiger : "informó de que mientras la dieta restricción no necesariamente preceder
a comer en exceso, restricción elevado precedido "fuertes" antojos y la
probabilidad de atracones. Aunque hay una oleada de artículos noche explorando
síndrome de comer, comer en exceso desorden y deseando comida con los
adolescentes en torno a el mundo, no hay ningún estudio con este grupo en
Turquía. Algunas evidencias proporciona soporte para estos diferentes propuestas
para la relación entre físico ansiedad social, conducta y ejercicio actitudes
alimentarias en las muestras de cultivo occidentales.
Sin embargo, no hay ningún intento de probar estas proposiciones en las culturas
mitad este. Los objetivos de este estudio fueron:
(a) para determinar la prevalencia de NES y BED en los adolescentes turcos en
Ankara y
(b) para determinar el efecto y la importancia de diferentes factores de riesgo
(ansia por la comida, la alimentación restringida, comer emocional y la
alimentación extema) de NES y BED en los adolescentes turcos.
Métodos
Los participantes fueron 563 estudiantes fi-om Ankara, capital de Turquía. La edad
media fue de 16,7 ± 1,3 años para los hombres y 16,6 ± 0,6 años para las
mujeres.
Los participantes asistieron a ocho escuelas diferentes en Ankara, un área que es
representativa de la mayoría partes de la Turquía. Los cuestionarios se
administraron bajo la supervisión del maestro de cuatro estudiantes de la escuela
respectiva y un investigador.
Las preguntas se puede pedir al investigador, para asegurarse de que los niños
comprenden el significado de cada elemento. Después de completar el
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cuestionario, cada niño fue llevado a cabo a una clase del lugar privado donde
su / su peso corporal y la altura se midió.
Las medidas de evaluación
Síndrome del comedor nocturno
Contenido dentro del Inventario Peso y Estilo de Vida es el síndrome del comedor
nocturno cuestionario (NESQ). 'El NESQ es una medida de detección de 13 ítems,
con las puntuaciones de Likert de 0-4. Evalúa el núcleo comportamientos
enumerados en los criterios provisionales y también los síntomas asociados de
ansiedad, estado de ánimo y control de la conducta alimentaria. Las puntuaciones
varían fi-om 0 a 52. El alfa de Cronbach en este estudio fue de 0,82. Binge Eating
Disorder (BED) y Bulimia Nerviosa (BN)
El Cuestionario sobre la comida y el peso
Patrones-Revisada (QEWP-R) es un uso común
Instrumento cribado para identificar y diagnosticar a los individuos con TA y la
bulimia según Criterios DSM-IV. El QEWP-R evalúa el tipo frecuencia y de las
conductas asociadas con comer en exceso, estrategias para comer de forma
compulsiva, y control de peso.
El QEWP-R es un 28-tema, basada en criterios instrumento que evalúa la esencial
DSM-IV-TR para el diagnóstico criterios para la purga y BN, como nonpurging así
como, CAMA. Este cuestionario ha sido utilizado en ensayos multicéntricos de
campo para el diagnóstico de BED, bulimia, Nerviosa, Bulimia Nerviosa y
Nonpurging.
En estos ensayos, el QEWP-R se utiliza para distinguir entre los comedores
compulsivos, comedores nonbinge, y bulímicas en tanto el peso y las variables
alimenticios, incluyendo IMC, antecedentes de peso, la edad de aparición de la
obesidad, dieta, peso y ciclismo.
Alimentación restringida, alimentación emocional y External Comer (holandés
conducta alimentaria Cuestionario DEBQ). Este cuestionario consta de 33
artículos, que medido emocional (13 ítems), extremo, y contenida
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comer (ambos 10 puntos). Todos los artículos tenían que ser calificadas en una
escala de cinco puntos FIOM 1 (nunca) a 5 (muy
a menudo). Ejemplos de artículos fueron: "¿Tiene un deseo de comer cuando
están irritados? "(emocional comer), "Si los alimentos huele y se ve bien, ¿verdad
comer más de lo normal? "(extrema comer) y" no intenta comer menos en las
comidas que lo haría gusta comer? "(ingesta restringida). Las escalas DEBQ
tienen una alta consistencia intema, alta validez para consumo de alimentos, y de
alta convergente y discriminativa validez. "La fiabilidad y validez de DEBQ para la
población turca es determinada por Bozan, Bas y Asci. " Food Craving (CE) Al
igual que con el ansia por la comida original de Questionnaire- Rasgo (FCQ-T), ^ ^
la FCQ-T consta de 39 elementos que originalmente se pueden asignar a 9
subescalas, cada uno reflejando una dimensión concemed con precipitantes y
consecuencias posibles de los alimentos deseo. Estas subescalas son (1) las
intenciones y planea consumir alimentos (3 artículos), (2) la anticipación de
refuerzo positivo que puede resultar fi'om comer (5 artículos), (3) la anticipación de
alivio FIOM estados y sentimientos negativos como resultado de comer (3
artículos), (4) la posible falta de control sobre la ingesta (6 artículos), (5) el
pensamiento o la preocupación por la comida (7 artículos), (6) el deseo como un
estado fisiológico (4 artículos), (7) las emociones que se pueden experimentar
antes o durante los antojos de alimentos o de comer (4 artículos); (8) señales
ambientales que pueden desencadenar los antojos de alimentos (4 artículos), y (9)
la culpa de que se puede experimentar como resultado de la ansiedad y / o dar en
ellos (3 artículos). Los individuos tienen que indicar, utilizando una escala Likert
que van fi'om 1 (nunca o no se aplica) a 6 (siempre), el grado en el que cada
elemento sería cierto en general para ellos. La confiabilidad y la validez de FCQ-T
para la población turca es determinado por Bas y Cakir ". Índice de masa corporal
(IMC)> Altura y peso se midieron, con una altura verticales altímetro (sensibilidad
de 1 mm) y peso con una balanza de precisión (sensibilidad de 0,1 kg). La
Centi-es para la enfermedad Cond-ol tablas de crecimiento para 2000 niños, niñas
y adolescentes se utilizaron para identificar el cuerpo de índice de masa corporal
(IMC) percentiles. IMC entre 85º y percentil 95 se define como sobrepeso y
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IMC igual o superior a 95 por ciento se definió como obe- Percentiles de peso y
talla, a partir de los gráficos de las curvas de crecimiento para los niños turcos.
Análisis estadístico
SPSS 11,0 se utilizó para el análisis de datos. Todas las variables se distribuyen
normalmente. Un análisis de una vía de la varianza se utilizó para comparar los
informes NES, atracones rectirrent y no comer- trastornos. El supuesto de la
homogeneidad de varianzas se reunieron para todos post-hoc procedimiento se
utiliza ya que se considera estrictas y se puede utilizar variables. El Scheffe
con iguales y desiguales grupos de tamaño. Muestras independientes t-test fueron
utiliza para comparar las variables continuas en los sujetos avalando CAMA.
Pearsonjs correlación fue también aplicado. El nivel de significación se fijó en
p<0,05.
Resultados
La prevalencia de la NED, la cama y comer otro, trastorno de las 380 mujeres, 7
symptotns consistentes con 7% (380/29) aprobado un trastorno alimentario.
Catorce mujeres participantes (3,7%) «NES reportados, mientras que el 4,5%
reportado atracones sintomatología.
Además, de los 183 varones, el 7,6% (183/14) aprobado síntomas compatibles
con un trastorno alimentario. Diez participantes tnale (5,5%) informaron de NES,
mientras que 2,7% reportado atracones sintomatología. De las personas que
reportaron estos últimos, 7 cumplieron con los criterios para la purga bulimia
nerviosa (1,6% de las mujeres y el 0,5% de los varones) y 11 cumplían los criterios
para la bulimia nonpurging nervosa (2,6% de las mujeres y el 0,5% de los
hombres). Siete participantes informaron tanto comer y noche atracones (1,6% de
las mujeres y el 0,5% de los hombres). Además, dos participantes informaron tanto
del comedor nocturno y bulimia nerviosa (0,5% de las mujeres y no los hombres),
y los participantes informaron tanto 4 atracones y las purgas bulimia nervosa
(1,1% offemales y no machos)
Las diferencias de ansia por la comida y comer comportamientos en adolescentes
con NES, CAMA y No-Trastornos de la Alimentación
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Los análisis post hoc revelaron que el IMC en los participantes que se dedican a
NES CAMA tuvieron significativamente diferente a los trastornos de la conducta
alimentaria (No hay-DE) del grupo (p <0,001). Además, los participantes que
informaron comer en exceso tuvieron significativamente mayor IMC que los
participantes con NES (p <0,001). Como se predijo, los participantes que
CAMA informado y NES tenía resti-significativamente mayor objetivó una
alimentación [F (2,560) = 43.391, p <0,001], emocional comer [F (2,560) = 26,714,
p <0,001] y externa puntajes alimentación [F (2,560) = l8.763, p <0,001] que no
informaron los trastornos alimentarios. Los participante que informó de los
atracones tuvieron significativamente más alto comer emocional y tres ansia por la
comida individtial (FC) factores (FC-Refuerzo positivo, FC-Rehef de sentimientos
negativos, FC-Emociones experiencia) que los participantes con NES.
Discusión
El principal objetivo de este estudio fue examinar la presencia de alteraciones
patrones alimenticios, específicamente CAMA y NES, en los adolescentes turcos.
En este muestra, el prevelance general del trastorno por atracón y síndrome del
comedor nocturno de los adolescentes fue de 3,9% y 4,3%, respectivamente.
Investigación ha demostrado que los niños y adolescentes, preadolescentes
compulsivamente la conducta alimentaria, y que esta comportamiento puede estar
relacionado con aumento de la psicopatología, insatisfacción corporal, las
conductas de dieta y el aumento de peso, esta basado en la población la
prevalencia de atracón (comer en exceso con un objetivo sensación de pérdida de
control de ovpr qué o cuánto se está comiendo) entre los jóvenes es casi tan alta
como 30% para los varones y el 46% de las niñas en otros estudios étnicos. "'
Además, un estudio reciente Europa de 126 niños y adolescentes de entre 10 - |16
pacientes internados en busca de tratamiento para la obesidad encontró que el
36,5% había participado en atracones durante el mes anterior. Sin embargo, de los
126 pacientes, el 6,1% reportado por atracones comer al menos dos veces por
semana según sea necesario para cumplir con los criterios DSM-IV de trastorno
por atracones.
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Las hembras y los machos tuvieron tasas similares de borrachera comer, o
respectivamente el 37,3% y 35,3%. Obeso bingers eran menores de nonbingers
obesos, con media de edad de 12,24 años y 13,23 años, respectivamente.
A diferencia de los adultos obesos, obesos y obesos bingers, no bingers en esta
población no difirió significativamente en grado de sobrepeso. Además, las
estimaciones de la prevalencia de la NES han oscilado fi'om 6% " a 64%" entre los
pacientes que buscan bajar de peso, y las estimaciones de prevalencia de la NES
también han sidoreportados en los siguientes grupos: 1,5% entre la población
general, 12,3% entre un paciente ambulatorio población psiquiátrica "," y el 3,8%
entre los de tipo 2 diabéticos población. Los sujetos que no eran obesos o con
sobrepeso son más propensos a percibir su noche comiendo como no
problemática. Además, dependiendo en la definición, el comer de noche se
observa a menudo en las adolescentes sin trastornos psicológicos.
Un estudio de 9-19 años de edad hembras observó que 50 - 70% de los sujetos
comer descrito más de 25% del total de las calorías diarias después de la cena.
Furt-hermore, los episodios ocasionales de comer por la noche eran más común
(típicamente en un factor de 10) en comparación con episodios múltiples de noche
comiendo una semana.
Los atracones de comida también se correlaciona con depresión síntomas, índice
de masa corporal (IMC), e ideal-real peso discrepancia en otro estudio de los
adolescentes niñas. De manera similar, se encontró una asociación significativa
entre el trastorno por atracón y la BMI. Asimismo, el estudio indica que el cuerpo
de índice de masa fue significativa correlación con los alimentos craving y el
síndrome del comedor nocturno. Igualmente, Gendall et al., mostraron que el
índice de masa corporal se encontró que era asociado con comer en exceso en
Cravers.'' Los antojos de comida se comprobó que estaban frecuentemente
asociados con trastorno por atracón.'' ^ Los atracones de comida se define
como el consumo de grandes cantidades de comida en un corto período de
tiempo. ^ Bruce y * Agras '"informó que los atracones se presenta en personas
sanas y los trastornos alimentarios grupos. Modelos de borrachera alimentarios
han incluido los antojos de alimentos como un potencial detonante de comer en
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exceso. "'El presente estudio es el primero en comparar los antojos de alimentos a
través de atracones trastorno y el síndrome del comedor nocturno. Nuestros datos
sugieren que toda la experiencia general de los alimentos antojos es diferente
entre aquellos con el consumo de los alimentos. Los síntomas del trastorno y los
que no: Total de los alimentos puntuaciones de craving fueron significativamente
mayores en personas con el síndrome del comedor nocturno o comer en exceso
trastorno que los que no informar trastorno alimentario síntomas. Estos resultados
fueron congruentes con la observación por Jarosz et al. ^ ° que la asociación
positiva entre ansia por la comida y el síndrome del comedor nocturno
y el trastorno por atracón se limitan a muestra de mujeres obesas.
Propuso formalmente a finales de 1970, la dietética modelo restricción pretende
que las personas que crónicamente intentar mantener el control dietético estricto
tienen un alto riesgo de convertirse temporalmente desinhibido en el
mantenimiento de su control, que a menudo da lugar a un episodio de atracón. En
otras palabras, palabras, este modelo describe un ciclo de auto-abastecimiento de
combustible en que la restricción calórica y temporal homeostático desequilibrios,
que son comunes en individuos luchando con trastornos de la alimentación, las
causas antojos para comer. Los antojos de comida, a su vez, se puede llevar a
individuos atracones. En general, los resultados sugieren que conducen resfriado
dietético a los antojos de alimentos en personas con síndrome de comedor
nocturno y borrachera trastornos de la alimentación. Además, los antojos de
alimentos están asociados a comer en exceso en los adolescentes diagnosticados
con bulimia nerviosa. Los resultados fueron similares a los observación de
Cepeda-Benito y Gleaves, que asociación positiva entre la restricción dietética y
Ansia por la comida se limita a muestras compuestas de personas que hacen dieta
sin éxito, mientras que una serie de estudios han encontrado una asociación entre
la restricción dietética y ansia por la comida, otros no.
Estos resultados sugieren que el comer emocional llevar a los antojos de
alimentos en individuos con noche síndrome del comedor compulsivo y trastornos
de la alimentación. Además, presente estudio indicaron que ansia por la comida
era significativa correlación con el comer emocional y alimentación extema.
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Teniendo en cuenta los posibles factores desencadenando episodios de
atracones, algunos estudios se centraron sobre el papel de los estados
emocionales. El estudio del comer emocional, definida como "comer en respuesta
a una gama de emociones negafive tales como ansiedad, depresión, la ira, la
soledad y para hacer frente a negativo afectivo sugiere que los episodios de
atracones a menudo se precipita por el estrés y afecta negativa, y que comer en
exceso parece estar asociada con la consiguiente disminución del afecto negativo.
Sin embargo, no se está acumulando evidencia de que factores de y la
alimentación extema puede referirse a independiente construcciones y que el
mecanismo que subyace comer emocional puede ser diferente del mecanismo
que subyace a la alimentación extema. Por lo tanto, sólo emocional comer, y
comer no extema, parecía ser la preeminente variable moderadora de la relación
entre problemas cotidianos y bocadillos.
El estudio, diferentes limitaciones de datos importantes de este estudio fueron
auto-reporte. Futuros estudios son necesario para replicar estos resultados, para
entender ¿por qué esta población se encuentra en mayor riesgo de NES o BED, y
para determinar los efectos de la NES o la cama en los resultados de salud entre
los adolescentes.
En conclusión, el presente estudio sugiere que la trastorno por atracón y síndrome
del comedor nocturno son un problema muy importante entre los adolescentes,
especialmente los adolescentes con sobrepeso. Nuestro los resultados indicaron
que la experiencia de los alimentos craving es un factor importante en los
adolescentes con trastorno por atracón y el síndrome del comedor nocturno.
Índice de masa corporal se correlaciona positivamente con la ansia por la comida,
el trastorno por atracón y comedor nocturno síndrome. Por último, estos
problemas de alimentación pueden contribuir al desarrollo y / o mantenimiento
de la obesidad. Los antojos de comida como una construcción única con nueve
factores multidimensionales fue significativamente diferente en aquellos con
trastornos de la alimentación en comparación a no informar los trastornos
alimentarios. Nuestro trabajo sugiere que la experiencia de los antojos de
alimentos es un factor importante en los adolescentes con trastornos comiendo
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patrones que fiarther investigación méritos. Además, a corto plazo Intemet
facilitado por programa puede promover el mantenimiento de peso y reducir la
ingesta compulsiva en los adolescentes motivados.
ADOLESCENTS AND EATING DISORDERS.
Los adolescentes y los trastornos alimentarios
Alyssa E. Trujillo
Eastern New Mexico University
Portales, Nuevo México
Los medios de comunicación y la sociedad influyen en la juventud de los Estados
Unidos con poco realistas representaciones de cuerpos perfectos. Tanto las
mujeres como los varones se ven afectados por estas presiones para estar
delgada. Debido a esta presión, los adolescentes sienten que tienen que ser
delgada y fina, por lo que participar en la dieta y el ejercicio excesivo. Con el
tiempo, los pensamientos anormales asumir el control y las personas comportarse
de forma anormal que puede conducir a peligrosos trastornos de la alimentación.
Hay tres tipos de comer o trastornos, la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y
trastornos alimentarios no especificados en otra categoría.
Los trastornos alimenticios afectan a los adolescentes socialmente,
académicamente, en lo personal, psicológica y médicamente. Hay muchas
señales de advertencia y los síntomas de estos trastornos. Los padres, maestros,
y los consejeros escolares tienen un papel crítico en la prevención de los
trastornos alimentarios. Existen varios métodos se usa para tratar los trastornos
alimentarios. Muchos adolescentes en los Estados Unidos sienten la necesidad de
ser delgada y bien formada estos pensamientos están basados en nociones
sociales que con el fin de ser considerados bello o atractivo, una persona tiene
que ser delgada. Películas, programas de televisión y revistas personificar estas
nociones.
Atractivas mujeres jóvenes generalmente se presenta como alto y delgado,
mientras que los chicos son atractivos generalmente musculares. La mujer
perfecta y el hombre en los medios de comunicación son ilusiones, que no existen.
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Según Kowalski (2000), los medios de comunicación crea imágenes que los
espectadores y los lectores tonto en creer que muchas personas son modelo
similar, cuando en realidad la mujer estadounidense promedio pesa ciento
cuarenta libras y es de cinco pies cuatro pulgadas de alto. En contraste, el modelo
típico es cinco pies y once pulgadas de alto y pesa ciento diecisiete libras. Tal
poco realista imágenes colocar inmensas presiones sobre los adolescentes tienen
"ideales" de los cuerpos. No es una coincidencia que el establecimiento de un
ideal de cuerpo delgado y el surgimiento de comer trastornos en los Estados
Unidos ha surgido y desarrollado simultáneamente (Vaskchenko, 2005).
Los investigadores han vinculado la presión para ser delgada como el factor
principal de mantener o perder peso. Una mayor presión para lograr un cuerpo
ideal puede aumentar la probabilidad de trastornos alimentarios (O'Dea y
Abraham, 1999). Según Peaslee (2006), dos de cada cuatro jóvenes tienen
Ideas saludables sobre la alimentación, la dieta y el peso. El número de casos de
trastornos de la alimentación tienen aumentado debido a los mensajes engañosos
que nuestros jóvenes están interiorizados que llevan a la autoestima baja,
Ideas saludables sobre la alimentación y la insatisfacción corporal. Trastornos de
la alimentación es un grave problema que necesita ser tratado. Los trastornos
alimenticios son la tercera enfermedad crónica más común entre las adolescentes
estadounidenses (Fisher, de oro, y Katzman, 1995).
El propósito de este trabajo es el de crear conciencia sobre los trastornos
alimentarios entre los adolescentes. Con el fin de crear conciencia, los temas se
abordarán las siguientes: tipos de trastornos alimenticios, trastornos de la
alimentación cómo afectan a los adolescentes de ambos sexos, los factores de
riesgo de trastornos de la alimentación, la prevención en la escuela, el hogar y la
comunidad, y por último, el tratamiento.
Tipos de Trastornos Alimentarios
Según la Asociación Americana de Psiquiatría en el diagnóstico y estadístico
Manual de Revisión de Trastornos Mentales texto, hay tres clasificaciones para los
trastornos de la alimentación, que son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el
"trastorno alimentario no especificado." En anorexia nerviosa, hay dos subtipos;
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restringir y tipos atracones. Kerwin y Berkowitz (1996) definen los dos subtipos. En
primer lugar, el subtipo restrictivo de anorexia logra pérdida de peso en función de
la restricción de la ingesta calórica a través de dietas, ayunos, y / o excesivo
ejercicio. En segundo lugar, el subtipo purgante se refiere a los ciclos de atracones
/ purga cuando el individuo se involucra en los episodios de comer en exceso que
co-ocurren con sentirse fuera de control. Purga, realizada por vómitos
autoinducidos y / o el abuso de laxantes, diuréticos y enemas, sigue atracones. En
aquellos que sufren de anorexia nerviosa, hay una cantidad extrema de la pérdida
de peso.
Una persona con anorexia nerviosa es más del quince por ciento por debajo del
peso esperado. Los pacientes con anorexia niegan a mantener el peso en, o por
encima, lo que es mínimamente normal para la edad y altura, y tienen un miedo
intenso a aumentar de peso o grasa devenir. Tienen una alteración de la imagen
corporal que causa una excesiva influencia en la autoestima (Berg, 1995). Pryor y
Wiederman (1998) describen las personas con anorexia como reservado,
introvertido, constreñida, obsesiva y compulsiva. Los conocimientos de las
personas que se ven afectadas por esta tipo de trastorno de la alimentación se
distorsionan. Por ejemplo, están constantemente preocupados por su peso y
forma del cuerpo. Ellos puede ser muy delgado y esbelto, pero debido a su forma
de pensar distorsionada, todavía siento gorda y poco atractivo. Algunos
"anoréxicas" están muy preocupados por ciertas partes de su cuerpo como
abdomen, las nalgas y los muslos como ser "demasiado gorda". El DSM-IV-TR
(2000) establece la revisión del texto que "anoréxicas" utilizar una amplia variedad
de técnicas para estimar o medir su tamaño corporal o peso, incluyendo excesivo
de pesaje, de medición obsesiva de partes del cuerpo, y el uso constante de una
reflejan en busca de áreas percibidas de "grasa".
El segundo tipo de trastorno de la alimentación es la bulimia nerviosa. Las
personas con bulimia atracón sin control de grandes cantidades de comida, a
veces miles de calorías a la vez y luego purgar las calorías que salen del cuerpo a
través del vómito, muriendo de hambre, ejercicio excesivo, laxantes, o
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otros métodos (Peaslee, 2006). La bulimia tiene dos subtipos, el tipo de purga y
purga no.
El subtipo purga describe presentaciones en las que la persona recurre
regularmente a sentido vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas
durante el episodio actual.
Los individuos que se clasifican en el tipo no purgante han utilizado otras
inapropiado conductas compensatorias, como el ayuno o el ejercicio excesivo,
pero no recurre regularmente a vómitos autoinducidos o uso excesivo de laxantes,
diuréticos o enemas durante el episodio actual (DSM-IV-TR, 2000). La diferencia
entre la bulimia nerviosa y la anorexia nerviosa es que bulimia impide la obtención
de peso, mientras que en la anorexia, hay una pérdida extrema de peso.
Recurrentes conductas compulsivas tales como vómitos autoinducidos, uso de
laxantes, el exceso de ejercicio, y los diuréticos prevenir el aumento de peso. Un
componente importante de la bulimia nerviosa es borrachera comiendo. Kerwin y
Berkowitz (1996) define los atracones como algo que ocurre durante un episodio
de comer en exceso en el que la persona experimenta una falta de control
mientras se come y se siente que el consumo de no puede ser detenido a pesar
de que un extremo puede ser deseado. Durante un atracón, la persona come
rápidamente y sólo se detiene el comer rápido cuando él / ella tiene dolores
abdominales. Además, los episodios de comer en exceso suelen tener lugar en
privado, debido al factor de la vergüenza. De acuerdo con el DSM IV-TR (2000)
revisión del texto, para que una persona sea diagnosticada, los atracones y las
conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos
dos veces a la semana durante tres meses. La clasificación final de los trastornos
alimentarios es "trastornos alimentarios no especificados en otra categoría". Esta
categoría es para los trastornos de la alimentación que no cumplan con los
criterios de cualquiera alimentación específica trastorno. Los individuos que no
cumplen los criterios para ningún trastorno específico de comer, podrá tienen
síntomas similares a los diagnosticados con anorexia nerviosa o la bulimia
nerviosa, pero carecen de uno de los criterios de diagnóstico para adaptarse a
estos trastornos. Según Berg (1995) "atracones trastorno "también se incluyen en
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esta categoría. "Trastorno por atracón" incluye episodios recurrentes de la
alimentación compulsiva asociada con la angustia marcada. Comportamientos
específicos que se producen durante una borrachera incluyen comer rápido,
comer hasta sentirse incómodamente lleno, comer grandes cantidades de comida
cuando no hambre, y baja auto-estima (Kerwin y Berkowtz, 1996). Purgar no debe
ser con el fin de ser considerado trastorno por atracones. Kerwin y Berkowtz
(1996) también declaró que la falta de compensación comportamientos implica
que el individuo también puede ser obesas, y este tipo de trastorno asociado se
con una historia de vida de la obesidad. Este trastorno se encuentra que es
igualmente común en ambos sexos. De acuerdo con los criterios de investigación
para "trastorno por atracón" en el DSM-IV-TR (2000) revisión del texto, la ingesta
compulsiva debe llevarse a cabo, en promedio, al menos dos días a la semana
durante seis meses. Adolescencias Cómo se ven afectados por trastornos de la
alimentación Los tres tipos de trastornos de la alimentación son muy frecuentes
entre adolescencias. Ambos mujeres y los hombres se ven afectados. Los
desórdenes alimenticios generalmente se asocian y se encontró entre las
adolescentes. Según Berg (1995), algunos estudios han encontrado que hasta uno
de cada cien niñas entre las edades de doce y dieciocho años se ven afectados
por la anorexia nerviosa. El uso de laxantes en adolescentes con anorexia
nerviosa ha aumentado en frecuencia más tiempo (Turner, Batik, Palmer, Forbes, y
McDermott, 2000). Los adolescentes varones no puede ser ignorada porque ellos
también se ven afectados. A pesar de que la bulimia nerviosa es común en las
mujeres, hombres bulímicas están siendo identificados con mayor frecuencia en
diversos estudios de la escuela secundaria y poblaciones universitarias, la
prevalencia de la bulimia nerviosa ha oscilado entre ocho y veinte por ciento
por ciento entre la población femenina y un 1,4 por ciento entre los hombres (Zraly
y Swift, 1990). American Psychiatric Association. (2000). Diagnostic and statistical
manual of mental disorders (4th ed., test revision). Washington, DC: American
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VARIABLES ASSOCIATED WITH THE RISK OF EATING
DISORDERS IN ADOLESCENCE
Es bien conocido que los trastornos de la conducta alimentaria (TCAs) afectan
ante todo a la población femenina, muy especialmente durante la adolescencia.
Ahora bien, ¿hasta qué punto cambia el riesgo de que la población adolescente no
clínica padezca tales trastornos en función de variables que pueden ser objeto de
atención preventiva? Este estudio pretendía esclarecer si dicho riesgo: 1. es
mayor en el grupo de edad de 15-18 años que en el de 12-14 años; 2. si
guarda relación con el autoconcepto físico; 3. si se relaciona con la actividad física
practicada; 4. si es siempre mayor en las mujeres adolescentes que en los
adolescentes varones con independencia de las tres variables citadas arriba.
Participaron en el estudio 740 adolescentes, 366 hombres (49.46%) y 374 mujeres
(50.54%), con edades comprendidas entre los 12 y 18 años ( =14.33; DT=1.41).
Todos los participantes respondieron al Eating Disorders Inventory (EDI), de
Garner y Olmsted, un cuestionario destinado a evaluar conductas y pensamientos
propios de los TCAs. Todos completaron también un cuestionario acerca de sus
hábitos de actividad física. Además, una parte de esta muestra, concretamente
347 sujetos (172 hombres y 175 mujeres), contestó el Cuestionario de
Autoconcepto Físico (CAF), de Goñi, Ruiz de Azúa y Rodríguez.
Se llevaron a cabo diferentes análisis estadísticos mediante el programa SPSS
11.5 para Windows: análisis de la varianza factorial, ANOVA de un factor,
contraste de medias, análisis de gráficos de perfil para interacciones, así como
comparaciones múltiples de Bonferroni.
Los resultados obtenidos permiten afirmar que el riesgo de padecer trastornos
alimentarios, tal como lo indican unas puntuaciones significativamente superiores
en el EDI, es mayor en lasmujeres que en los hombres, en el grupo de edad de
15-18 años que en el de 12-14 años, en personas con autoconcepto físico bajo
y en quienes realizan actividad físico-deportiva de forma esporádica en
comparación con quienes la practican de forma habitual. La insatisfacción corporal
y las conductas bulímicas se incrementan, en efecto, en el segundo tramo de la
adolescencia con independencia de que la práctica deportiva se realice de forma
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esporádica o habitual. La insatisfacción corporal, igualmente, aparece asociada
con puntuaciones bajas en el autoconcepto físico (tanto en la dimensión de
condición física como en la de atractivo físico), pero tal asociación no es
significativa en el grupo de 12 a 14 años. Las chicas de entre 15 y 18 años
muestran un riesgo significativamente mayor que los chicos. Asimismo, las
diferencias de género en trastornos alimentarios, que no son significativas
en el grupo de 12-14 años, vuelven a ser claras en éste. Estos datos reclaman
prestar atención al grupo de edad de entre 15 y 18 como etapa particularmente
crítica, al menos con respecto a la primera adolescencia (12-14 años).
Por otro lado, se confirma que los trastornos de alimentación conforman una
patología propia de mujeres. La percepción del atractivo físico propio tiene, por
ejemplo, un comportamiento diferente de un género a otro: no se correlaciona con
los trastornos en el caso de los varones pero sí en el de las mujeres. De todos
modos, estas consabidas diferencias de género no son las mismas, como ya se ha
dicho, en distintos grupos de edad ni tampoco cuando tanto los chicos como las
chicas realizan actividad física de forma habitual. En este último supuesto
persisten las diferencias entre ambos pero se reducen. La edad y el autoconcepto
se convierten, en consecuencia, en variables moduladoras del riesgo de padecer
trastornos alimentarios, así como la actividad física.
De los resultados del estudio se desprende que la actividad física moderada se
correlaciona con menor incidencia de patología alimentaria, por lo que se convierte
en altamente recomendable. No obstante, entre los asuntos que precisan más
investigación figura el de la relación entre distintas modalidades e intensidades
de actividad física y el bienestar psicológico, más allá de la clasificación
dicotómica en adolescentes poco activos versus adolescentes activos utilizada en
este estudio. El riesgo, evaluado mediante el EDI, de padecer trastornos
alimentarios se ha mostrado fuertemente asociado con el autoconcepto físico
medido con el CAF, lo que invita a incluir este último constructo no sólo en los
diseños de investigación sobre la autopercepción del yo físico sino también en los
programas de orientación, por dos razones básicas. De un lado, la utilización de
cuestionarios como el CAF que miden autoconcepto físico puede convertirse en
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una forma rápida y económica de detectar precozmente sujetos con riesgo de
padecer trastornos alimentarios entre población adolescente no clínica. De otro,
una forma viable de educar con respecto a los TCAs consiste en fomentar el
desarrollo del autoconcepto físico por medio de programas de intervención
adecuados.
MÉTODO
Hubo 740 participantes adolescentes, 366 hombres (49,46%) y 374 mujeres
(50.54%), con edades comprendidas entre los 12 y 18 (= 14.33 años, SD = 1,41).
El 12 a 14 años grupo de edad de edad, fue compuesta por 227 hombres (= 13,48
años; SD = 0,87) y 248 mujeres (= 13,49 años, SD = 0,88); y el grupo de 15 a 18
años de edad estaba compuesta por 139 hombres (= 15.88 años, SD = 0,73) y
126 mujeres (= 15,84 años, DE = 0,70).
Los participantes eran de clase media y de familias integrados en la vida social de
su zona. Llegaron de tres ciudades pequeñas (con entre 50 y 100 mil habitantes)
en el norte de España y lideró a todos los una vida normal de la escuela,
asistiendo a las escuelas públicas. Ninguno de ellos tenía sido previamente
diagnosticados con trastornos de la alimentación. La muestra total obtuvo 20,28 en
la masa corporal Quételet índice, una puntuación que está dentro de los límites
normales, aunque fue menor (media de 19,82) entre las mujeres que entre los
hombres.
Instrumentos
Todos los participantes completaron el Inventario de Trastornos Alimentarios (EDI),
por Garner y Olmsted (12), un cuestionario diseñado para evaluar los
comportamientos y pensamientos típicos de TCAs. El equipo se compone de ocho
escalas: tres que miden comportamientos y características directamente
asociado con TCAs, y cinco que evaluar la personalidad rasgos asociados con
tales comportamientos. También es posible para obtener una puntuación global de
la suma de los logrado en ocho escalas del cuestionario. En este informe, sin
embargo, sólo los datos correspondientes a la puntuación total del EDI se
presentan, junto con la tres escalas más directamente relacionados con la
anorexia y bulimia nervosas: Obsesión por la Delgadez (obsesión con
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delgadez, la preocupación excesiva por el peso, miedo intenso de poner en peso);
Bulimia (tendencia a pensar / caer en atracones sin control), y la insatisfacción
corporal. El método de respuesta para el intercambio electrónico de datos consiste
en un 6 - grado de la escala Likert en la que las tres primeras no califican
y la cuarta, quinta y sexta hacerlo con valores de 1, 2 y 3, respectivamente; las
puntuaciones más altas reflejar un mayor riesgo o la probabilidad de padecer
algún tipo de TCA. Este cuestionario ha demostrado ser un método eficaz de
evaluar el riesgo de desarrollar algún tipo de TCA
(1). Con base en las respuestas dadas, numerosos estudios Se han llevado a
cabo con ambas muestras clínicas y los sujetos sin diagnóstico clínico previo (27,
33). Todos los participantes también completaron un cuestionario sobre
sus hábitos de actividad física, formado por los elementos seleccionados
Comportamiento de Salud Wold en escolares (34). La respuestas a este
cuestionario nos permitió clasificar cada sujeto como esporádico (de vez en
cuando) o habitual (Dos o más días a la semana) deportista. Además, parte de la
muestra, específicamente 347 sujetos (172 hombres y mujeres 175) se les pidió
que completar el Cuestionario de autoconcepto Físico (CAF) por Goñi, Ruiz de
Azúa y Rodríguez (15). Esta instrumento, escrito originalmente en español,
consiste en 36 artículos divididos en seis escalas, de los cuales cuatro
(Habilidad física, condición física, atractivo físico y Fuerza) se consideran las
dimensiones del autoconcepto físico; las otras dos escalas de medición física
general el autoconcepto y la autoestima general. En este informe, los datos sólo
correspondiente a las cuatro subescalas específicas son presentado. Confiabilidad
coeficientes (alfa de Cronbach) para estas escalas son las siguientes: la
capacidad física, 0,8488; física condición, 0,8850, atractivo físico, 0,8700, Fuerza,
0,8379. Estos cuatro componentes representaron el 61,34% de la varianza del
cuestionario.
Un número de diferentes análisis estadísticos se llevaron a cabo utilizando el
programa SPSS 11.5 para Windows: análisis factorial de varianza, ANOVA de un
factor, significa verificación, el análisis de los gráficos de perfil de interacciones y
comparaciones múltiples de Bonferroni.
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RESULTADOS
Los datos presentados en la tabla 1 nos permiten comparar la respuestas dadas
por los dos participantes masculinos y femeninos para el intercambio electrónico
de datos.
DISCUSIÓN
El objetivo principal de este estudio fue identificar algunos riesgos factores
asociados con trastornos de la alimentación y primarios no asociada con otras
patologías, que afectan adolescentes de no-clínica de la población con edades
comprendidas entre 12 y 18 años. A diferencia de muchos otros estudios, los
participantes no habían sido diagnosticados previamente con el consumo de
trastornos, el grupo de la muestra estaba compuesta por estudiantes de diferentes
escuelas que vivieron una vida escolar normal.
Más de 30 variables han sido reportados como putativo los factores de riesgo para
el desarrollo de los trastornos alimentarios. Delgado Preocupación por el cuerpo y
la presión social son los más fuertes indicadores proximales de su inicio (29), pero
el género, adolescencia y la actividad física son también muy alta factores de
riesgo importantes. La construcción de un amplio contexto teórico de los factores
de riesgo aunque no, la tema de este artículo, es sin embargo una importante
corriente paso en esta área de investigación (17). El estudio de la interacción entre
diversos factores de riesgo, nuestro objetivo específico en este momento, también
pretende sistematizar los conocimientos disponibles con respecto a los factores de
riesgo para padecer trastornos alimentarios. Los resultados obtenidos nos
permiten afirmar que, como se indica por puntuaciones significativamente más
altas en el intercambio electrónico de datos, el riesgo de sufren de trastornos de la
alimentación es mayor entre las mujeres que los hombres, en el rango de edad 15-
18 que en el 12-14 uno, en los que tienen un físico bajo concepto de sí mismo y en
los que se dedican de manera esporádica y no regular en algún tipo de actividad
física.
Un gran número de proyectos de investigación anteriores han llegó a la conclusión
de que el periodo de mayor prevalencia de trastornos de la alimentación es de
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entre 12 y 25 años de edad. Los datos publicados por este estudio apuntan al
periodo entre el 15 y 18 años como una etapa particularmente crítica, al menos en
comparación con la adolescencia temprana (12-14 años). Cuerpo insatisfacción y
aumento de conductas bulímicas durante este período, independientemente de si
el sujeto se dedica a regular o esporádica actividad deportiva. Del mismo modo, el
cuerpo insatisfacción se asocia durante este período con un bajo autoconcepto
físico (tanto en el estado físico y dimensiones físicas atracción), a pesar del hecho
de que esta asociación no es significativa durante el 12 a 14 años. También cabe
destacar que durante este período, las niñas son mucho más riesgo que los
varones, y además, las diferencias de género en los trastornos de la alimentación
que no son significativas durante el período de 12 a 14 años convertido en
claramente lo que durante la etapa posterior. En cuanto a la prevención
y las cuestiones de orientación, estos datos nos instan a prestar atención
a los adolescentes, especialmente entre los 15 y 18 años de edad, y en particular
a las jóvenes.
Nuestros resultados, por lo tanto, confirmar que los trastornos alimentarios
constituyen una patología de las niñas y las mujeres. La percepción de atractivo
físico sí mismo, por ejemplo, implica un comportamiento muy diferente, de un
género a la otra, que se correlaciona con trastornos de la alimentación en el caso
de las mujeres, pero no en la de los hombres. Sin embargo, como hemos dicho,
estos a menudo grabadas las diferencias de género difieren de período de edad a
la siguiente, así como cuando los niños y niñas en cuestión participar en
actividades físicas sobre una base regular (en este último caso, las diferencias de
género permanecen, pero se reducen en gran medida). La edad, el autoconcepto
y la actividad física, por lo tanto, se convierten en variables de modulación para el
riesgo de padecer trastornos de la alimentación.
La actividad física moderada es claramente mejor que un sedentario estilo de vida,
la participación en la actividad física regular es altamente recomendable, en
general, como una manera de prevenir trastornos de la alimentación. La situación
de quienes se dedican en la actividad física / deporte en un compulsivo o
altamente competitivo manera, sin embargo, es muy diferente. En tales casos, el
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reto es cómo canalizar su exceso de actividad (4). Estos defensores de programas
de estudio dirigidos no sólo a aumentar actividad física, sino también en el
mantenimiento de cuerpo satisfacción (22). En este sentido, uno de los aspectos
que los requieren más investigación es la relación entre los diferentes tipos e
intensidades de actividad física y psicológica bienestar (14) desde una perspectiva
que va más más allá de la clasificación dicotómica utilizada en este estudio de los
adolescentes, ya sea como sujetos activos o no activos. El riesgo de padecer
trastornos de la conducta Se ha encontrado que estar estrechamente asociado
con física autoconcepto. Esto sugiere que el último constructo deben incluirse no
sólo en los diseños de investigación proyectos centrados en la auto-percepción de
lo físico-yo, pero también en el diseño de programas de orientación, para dos
básico razones. Por un lado, la utilización de cuestionarios tales como la CAF, que
miden el autoconcepto físico, puede resultar un método rápido y económico de
asegurar la detección temprana de los sujetos entre los no-clínica población
adolescente en riesgo de sufrir de comer trastornos. Y en la otra manera, uno
viable de evitar TCAs es promover el desarrollo de la física concepto de sí mismo
a través de programas de intervención adecuados. El grupo con mayor necesidad
de apoyo educativo en este campo es la población de mujeres adolescentes de
edades comprendidas entre 15 y 18 años. Este estudio proporciona básico de dos
criterios a este respecto: en primer lugar, que la promoción de actividad física
regular puede ser uno, aunque no la sólo, recurso, ya que por sí misma no es lo
suficientemente eficaz para erradicar el riesgo de trastornos de la alimentación, y
segundo, que se debe prestar especial atención a los que tienen desarrollado una
baja auto-percepción tanto de su físico condición y el atractivo físico.
PROFILAXIA Y TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD Y LA DELGADEZ
Fecha Sábado, 27 de julio de 1996
Publicación Gordos y flacos
Autor Dr. Gregorio Marañón
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-Gordos y flacos
PROFILAXIA Y TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD Y LA DELGADEZ • Esquema
del problema Naturalmente, no vamos a hacer aquí un estudio detallado del
tratamiento de los estados extremos de la obesidad y de la delgadez. Lo esencial
es esto: la delgadez extrema y la gran obesidad son estados difíciles de curar;
pero relativamente fáciles de prevenir. Lo importante, por lo tanto, es que no se
llegue a ser un ser escuálido o un gordo formidable.
Este cuidado profiláctico, preventivo, corresponde a los padres y maestros, sobre
todo, como es natural, a aquéllos. Es frecuente, en la práctica, que los padres se
preocupen mucho más —cuando no se hacen los distraídos del todo— de las
condiciones intelectuales y culturales de sus hijos que de estos estados
morfológicos, que luego, como hemos visto, pueden influir tanto, incluso sobre la
misma vida psíquica. Cuando un niño está muy flaco, la omisión es menos
frecuente, porque suele asociarse la mezquindad del peso con signos de
enfermedad. Pero los niños gordos no despiertan en los progenitores y en el resto
de la fa- 107 milia más que sentimientos de admiración satisfecha; y en los
vecinos de envidia mal disimulada.
Es, pues, preciso que los padres de los niños gordos sepan que bajo el aparente
florecimiento de la salud se esconde, con toda seguridad, un trastorno, que
puede llegar a ser grave, de la nutrición: el desequilibrio del aparato regulador del
metabolismo, que en las páginas precedentes hemos descrito. Y que el precoz
obeso cuyo retrato se exhibe con orgullo, mostrando los miembros rollizos, sobre
un almohadón de terciopelo es, tal vez, un futuro mixedematoso, o un futuro
eunuco. Y esta obesidad será tanto más difícil de combatir cuanto más nos
alejemos de la niñez. Sobre todo, pasada la pubertad, el metabolismo adquiere
una fijeza mucho mayor y se redoblan los inconvenientes de nuestra terapéutica
para modificarlo.
¡Guerra, por lo tanto, sin cuartel, a los niños cebones, «a los rollos de manteca»!
Prevención y cura de la obesidad en los niños En estas primeras etapas de la vida
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es fácil hacer el diagnóstico de los posibles trastornos neuroglandulares
responsables de la obesidad.
Los factores exógenos son prácticamente nulos en la niñez: los niños, salvo
excepción, comen lo que deben, si no se les educa mal; y aunque 108 coman con
algún exceso, compensan éste con el gasto muscular incesante. La terapéutica
queda, pues, limitada, a lo endocrino. La insuficiencia tiroidea, que en sus formas
atenuadas reviste apariencias a veces dudosas, pero bien conocidas, se
diagosticará y se tratará con éxito. Igualmente los trastornos hipofisarios y
suprarrenales capaces de determinar la obesidad.
Y con mayor facilidad aún, sobre todo en los niños del sexo masculino, la
insuficiencia genital, defecto que se ofrece al observador, a flor de piel.
Desgraciadamente, los prejuicios de una moral absurda suelen entorpecer,
todavía, aunque ya mucho menos que antes, esta observación: en perjuicio
evidente del futuro eunucoide.
A mí me ha sucedido y a nuestros antepasados en la Medicina les pasaba, sin
duda, con mucha mayor frecuencia, que acuden a mi consulta adolescentes o
jóvenes, casi adultos, con un defecto genital ya bien constituido, y, por lo tanto,
con remedio difícil; y con ellos sus madres, que, sollozando, nos confiesan que lo
venían advirtiendo desde los primeros días de la vida, cuando les mudaban los
pañales; pero que «les había dado reparos hablar del asunto con nadie; incluso
con el propio marido».
Lo que antes de la pubertad hubiera tenido remedio fácil, estaba ya fuera del
alcance de nuestra eficacia.
Los resultados que se consiguen en los niños diagnosticados a tiempo, con una
ligera reducción del régimen y una opoterapia conve- 109 niente (generalmente
con extracto tiroideo), son admirables; a veces, de teatral eficacia.
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El haber contribuido en mis constantes recomendaciones a este diagnóstico
oportuno de las insuficiencias genitales del niño y a su tratamiento, es una de las
satisfacciones de mi vida.
El problema de la obesidad en los adultos • Cuando se trata de adultos, con
obesidad ya hecha, el problema es mucho más difícil.
Los resortes metabólicos se mantienen obstinadamente en su vicio, y la grasa
acumulada resiste con tenacidad. En muchas formas de adiposidad, pasados los
cuarenta años, la grasa se organiza en forma lipomatósica o en lipomas
verdaderos, que apenas obedecen a los más rigurosos ataques.
Las medicinas antes citadas suelen ser, entonces, mucho menos útiles. Y las
restricciones de la alimentación, para que tengan verdadera eficacia, implican tal
cantidad de sacrificios en el enfermo, que si no se cuenta con un convencimiento
previo y con una voluntad casi heroica del paciente, no suelen servir para nada. O,
a lo sumo, sirven para disminuir unos pocos kilos que, a la vuelta de unas
semanas, en cuanto el rigor del médico se atenúa, se recobran otra vez.
110 El obeso adulto, constituido, debe tener en cuenta que su adelgazamiento no
será obra de un plan médico, sino de un cambio total de régimen de vida. El ser
gordo es el resultado de toda una vida incorrecta; y hay que corregirla toda ella. Si
no se plantea así el problema, el paciente irá de consulta en consulta, de sanatorio
en sanatorio, adelgazando un poco, volviendo a engordar y, al fin, se cansará y se
resignará con su peso. Mientras el gordo no se coloque en la situación mental
comprensiva de su problema, tendrá razón al decir, como Beraud: «Todo hace
engordar a los obesos»: el régimen, los deportes, las duchas, la falta de sueño. . .,
hasta la guerra; la guerra, sí, la misma guerra, ha sido para muchos un factor del
embonpoint.
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Valor del empirismo y de la sugestión en el tratamiento de la obesidad Es
necesario que ese convencimiento y esa aptitud para el sacrificio sobrevengan
para que el gordo adelgace. Y entonces, adelgazará sin necesidad de recetas.
Puede, pues, decirse, sin exagerar, que el único remedio eficaz para perder grasa
es la convicción, o, si se quiere, la sugestión.
Pero, ¡cosa extraña! Esa convicción, esa sugestión, que no la comunica, puede
decirse 111 que jamás, el médico con razones teóricas; que la logra
espontáneamente el paciente por consideración a su propia salud, aun en los
casos en que, notoriamente, se ve que la obesidad dificulta la vida; se adquiere,
en cambio, por las razones que rigen la moda y que hemos comentado ya. Yo he
tratado, inútilmente, con todo rigor y con toda corrección científica, a muchas
mujeres y hombres (más mujeres) obesos, sin conseguir más que resultados
mediocres y efímeros. Y estas mismas personas, años después, al sobrevenir la
moda de la flacura, han adelgazado espontáneamente hasta límites extremos: por
la simple sugestión, principalmente erótica, del ambiente.
Les he preguntado muchas veces a estos enfermos, médicos de sí mismos, qué
han hecho para adelgazar. Y, casi siempre habían hecho, no un plan determinado
por un hombre de ciencia, sino lo que se les había ocurrido, lo que el instinto les
aconsejaba: o bien retazos de regímenes tomados de aquí y de allá, y adaptados
empíricamente a sus vivencias. Porque cada gordo lo es por un mecanismo
individual; y, en cuanto adquiere la convicción de que debe adelgazar, se aplica,
por instinto, el mecanismo de reducción apropiado. Para adelgazar hay, por de
pronto, que pasar hambre durante mucho tiempo; y este sacrificio no se hace casi
nunca por prescripción facultativa. Es curioso, no obstante, hacer notar la
importancia que la mente actual da al refrendo científico; lo demuestra el hecho de
que muchos de estos planes espontáneos llevan el nombre de un médico; con el
mío han corrido en estos años, por lo menos dos o tres, que jamás había pensado
yo; y, sin duda, esta forma apócrifa ayudaba a ser constantes a los entusiastas
obesos que seguían el duro método; y puedo asegurar que varios de ellos habían
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desmayado a los pocos días de intentar seguir los consejos que yo mismo, en
realidad les había dado con el mismo fin adelgazante.
Mucho más eficaz que la ciencia es casi siempre la magia con un sello de
pretendida ciencia. Y el médico debe reconocerlo así, con humildad, y pensar en la
perfección de una medicina futura, sin localizar su vanidad en las imperfecciones
de la presente.
En cambio, cuando los obesos piden un plan al médico, muchas veces obedecen
subconscientemente a un subterfugio para tranquilizar a su conciencia, sin hacer
el menor sacrificio. Las trampas que el apetito inventa para burlar un régimen de
alimentación, son incalculables. Muchas veces me ha ocurrido ver a obesos que
no adelgazaban con un régimen bien calculado. Me reiteraban que lo seguían
escrupulosamente; y, ciertamente, no tenían la intención de mentir. Pero me
bastaba comer un día con ellos, y controlar con disimulo su alimentación para ver
cómo llenaban, sin darse cuenta, el desnivel entre la ración prescrita por el médico
y la exigida por su apetito.
• Reglas generales Mi actitud, en este punto, es pues, escéptica respecto a la
eficacia de la Medicina. Creo que una moda como la actual, con el enorme poder
sugestivo de su sentido erótico, puede hacer más por lograr una alimentación
correcta que todos los esfuerzos de los médicos. Sin embargo, si se me pidiese
una norma general de tratamiento para la obesidad de los adultos, yo diría estas
reglas esquemáticas, arrostrando todos los inconvenientes de usar en Biología de
los aforismos: l9 Todo gordo debe hacer doble ejercicio del que hace. Sobre todo,
es importante hacer un ejercicio que suponga un juego forzado del diafragma,
porque la obesidad abdominal, en gran parte, está determinada por la falta de
gimnasia suficiente del músculo diafragmático.
Por ello, debe aconsejarse a todo obeso y singularmente a todo obeso incipiente,
que haga, cada mañana, una sesión, aunque sea corta, de movimientos
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respiratorios profundos, de verdadera gimnasia de diafragmática; es el mínimo de
lo que se llama «cultura física», lo más inocente, lo más hacedero y creo que lo
más eficaz.
29 Todo gordo debe comer la mitad de lo que come. Ya hemos insistido sobre el
valor del factor alimenticio en la génesis de la obe- 114 sidad y sobre el gran
disparate de querer ajustar la alimentación a módulos generales. Así, muchos
obesos nos afirman que comen poco. Y será verdad, comparado con la ración
general de su familia o de su raza. Pero, con arreglo a su propio metabolismo, es
seguro que comen demasiado. Digamos esquemáticamente que comen el doble
de lo que deben; y deben, en consecuencia, reducir proporcionalmente su ración.
39 En todo gordo debe analizarse cuidadosamente el estado de equilibrio de su
sistema regulador de la nutrición (neuro-endocrino), y ayudar las prescripciones
dietéticas expuestas con la medicación oportuna. En esta medicación, juega la
tiroidina un papel primordial, aunque no constante.
Tratamiento de la delgadez El tratamiento de la delgadez tiene mucha menos
importancia. La delgadez, como ya hemos dicho, casi nunca constituye una
enfermedad, ni da ocasión a tratarla. Pero si esta ocasión llega, nos regiremos por
principios contrarios a los que hemos dicho para la obesidad: menos ejercicio; más
alimentación, y las drogas oportunas, que no pueden ser expuestas aquí de un
modo circunstanciado. Recordemos sólo nuestros ensayos, ya citados, y
confirmados cada día, sobre la influencia de las pequeñas dosis de tiroidina en el
aumento del peso, 115 y la indudable acción de la insulina, a pequeñas dosis, para
lograr el engrasamiento en muchas formas obstinadas de delgadez.
Conclusión Como conclusión de esta monografía, podríamos decir: parte de la
humanidad come con tanto exceso, como otra parte de la misma come
defectuosamente. Reduciendo aquélla a la mitad de su presupuesto alimenticio y
dándoselo a los que comen mal, podrían, sin privarse de ninguno de sus gustos,
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seguir siendo felices; vivirían más años y con menos achaques; su éxito sexual se
multiplicaría; y habrían, en fin, contribuido grandemente a resolver el problema
económico del mundo: que, al fin, se resolverá, de grado o por fuerza. Cierto que,
mientras la especie humana perdure, habrá gordos y flacos. Lo deseable es que
cada vez sea mayor el número de los que no lo sean del todo, para su propio bien
y el de los demás.
Título ANOREXIA Y BULIMIA EL HAMBRE DE SER
Fecha Miércoles, 1 de febrero de 2006
Publicación Max
Autor Rosalina Piñera
Página Laboratorio
No son un problema femenino, diez por ciento de las personas con desórdenes
alimenticios son hombres y la tendencia esta en aumento
Emociones caníbales
La obsesión por la esbeltez distorsiona la percepción corporal: los hombres se
sienten y se ven gordos aun cuando su peso esté muy por debajo del indicado.
Los pacientes masculinos han incrementado, hace 20 años era uno por cada 20
mujeres, hoy, es uno por cada 10 aunque resulta menos evidente por razones
culturales. Además, se advierten otro tipo de prácticas que son igual de dañinas y
peligrosas como extenuantes jornadas de ejercicio o uso de esteroides.
El estigma del cuerpo
Los desórdenes alimenticios son más frecuentes en países industrializados donde
ser esbelto es sinónimo de salud y belleza, pero sólo es el factor desencadenante;
en realidad se derivan de un conjunto de circunstancias familiares, físicas,
psicológicas y sociales: “Es una forma de manejar problemas de autoestima y
seguridad” interviene el psiquiatra Alfredo Zúñiga.“Hay un condicionamiento claro:
asociar comida con bienestar, por ejemplo si un bebé llora lo primero que hace la
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madre es darle de comer”. Mantenerse delgado se establece como una forma de
ser aceptado por los demás.
Dieta letal
Comer o no comer, ese es el dilema de quienes padecen algún trastorno
alimenticio. Sean anoréxicos, bulímicos o comedores compulsivos, han perdido
el control sobre su forma de alimentarse haciéndose daño y arriesgando su vida.
La Organización Mundial de la Salud, en el documento publicado en 1991 sobre
Prevención del Suicidio, incluye a la anorexia y la bulimia dentro de las
situaciones de riesgo. No es exageración: 20% de los anoréxicos mueren
prematuramente por inanición, suicidio o complicaciones relacionadas con el
padecimiento: insuficiencia renal o paro cardiaco, entre los más frecuentes.
Lecciones de ingesta
La anorexia y la bulimia son problemas de origen emocional y deben ser tratados
por psicólogos. La terapia cognitiva conductual, ha demostrado más eficacia en
este tipo de afecciones comparada con otros métodos como el psicoanálisis.
Dependiendo del grado de afectación se recomienda el apoyo de un médico y un
nutriólogo para resarcir los estragos físicos y establecer una relación sana entre la
comida y el paciente.
Anorexia
Literalmente significa “falta de alimento”. La persona limita su ingesta de comida
al grado de morirse de inanición. Comienza eliminando los carbohidratos y las
calorías, continúa con las grasas para seguir con las proteínas e incluso los
líquidos. El cuerpo baja el ritmo metabólico para guardar reservas: no produce
suficiente calor, ahorra energía en la digestión tornándola deficiente y comienza a
consumirse a sí mismo. Algunos enfermos de anorexia presentan conductas
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compensatorias como los bulímicos: uso de diuréticos, pastillas de dieta, laxantes
o vómitos provocados.
MANIFESTACIONES FÍSICAS
--*Ritmo cardiaco bajo, riesgo de arritmias o infarto
--*Baja la presión arterial
--*Disminución de masa ósea
--*Trabajo intestinal insuficiente y estreñimiento
--*Anemia, desnutrición
--*Vello fino en espalda, antebrazos, muslos, cuello
--*Piel deshidratada y agrietada
--*Uñas quebradizas, caída del cabello
--*Hinchazón y dolores abdominales
--*Infecciones respiratorias
--*Dolor de cabeza y espalda
MANIFESTACIONES EMOCIONALES
--*Miedo intenso a ser obeso
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--*Depresión, sentimientos de culpa y odio a sí mismo
--*Baja autoestima, irritabilidad, ira
--*Realiza rituales con la comida
--*Ropa holgada para esconder el cuerpo
--*Disminución del deseo sexual
TEST
¿Tienes un trastorno alimenticio?
Anorexia
1.- ¿Haces cualquier cosa para evitar comer aunque tienes hambre?
2.- ¿Estas obsesionado con la comida, la talla, el peso y la forma de tu cuerpo?
3.- ¿Tienes un temor intenso a subir de peso?
4.- ¿Lo único que comes son alimentos light?
5.- ¿Te aíslas socialmente?
6.- ¿Te volviste vegetariano y aun así te restringes?
7.- ¿Te sientes gordo y te aíslas por ello?
8.- ¿Te sientes obeso aun cuando sabes que estas por debajo de tu peso normal?
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9.- ¿Niegas que tienes hambre?
Bulimia
1.- ¿Ingieres grandes cantidades de comida en secreto?
2.- ¿Estás obsesionado con la comida, la talla, el peso y la forma de tu cuerpo?
3.- ¿Preguntas constantemente cómo luces?
4.- ¿Vomitas a escondidas después de comer?
5.- ¿Te aíslas socialmente?
6.- ¿Usas sustancias para modificar tu peso (laxantes, diuréticos, pastillas de
dieta, enemas)
7.- ¿Te ejercitas como castigo cuando comes de más?
8.- ¿Te sientes culpable después de comer?
9.- ¿Te levantas a comer a la mitad de la noche?
10.-¿Te “ganas” la comida con el ejercicio?
*Más de tres respuestas positivas indican
Los desórdenes alimenticios tienen la mortandad más alta entre todas las
enfermedades mentales
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Bulimia
Literalmente se traduce como: "hambre de buey". El individuo ingieren grandes
cantidades de comida en poco tiempo con sentimientos de culpa que conducen a
conductas “compensatorias” para contrarrestar el efecto de la comida en el peso
corporal: se inducen al vómito, ingieren laxantes, se aplican enemas o sobre
ejercitan. De hecho, la diferencia entre los comedores compulsivos y los bulímicos
son las conductas compensatorias, iguales a las de los anoréxicos
MANIFESTACIONES FÍSICAS
--*Engrosamiento de las glándulas del cuello
--*Lesiones vasculares en mejillas y bajo los ojos
--*Garganta y esófago irritados (por el vómito)
--*Fatiga y dolores musculares
--*Desgaste de esmalte y perdida de dientes (por el vomito)
--*Oscilaciones de peso, entre 5 y 10 Kg.
--*Debilidad, mareos
--*Afecciones gástricas
--*Deshidratación
--*Parálisis intestinal por el abuso de laxantes
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MANIFESTACIONES EMOCIONALES
--*Baja autoestima, depresión y tristeza
--*Sensación de fracaso y perdida de control
--*Desmotivación para disfrutar la vida
--*Baja el deseo sexual
--*Ansiedad, nerviosismo
Título ANOREXIA NERVIOSA DESORDEN OBSESIVO –
COMPULSIVO EN PACIENTES ADOLESCENTES CON
ESQUIZOFRENIA COMPLICACIONES ACADÉMICAS EN
LA UDG: DOCTOR CARLOS RAMÍREZ ESPARZA
APUNTES Y RECOPILACIONES INFECCIONES VIRALES
EL SÍNDROME METABÓLICO EN PACIENTES CON
ENFERMEDAD MENTAL SEVERA MANIFESTACIONES
DEL NIÑO PREMATURO RELACIONADAS CON EL
NEURODESARROLLO
Fecha Jueves, 1 de diciembre de 2005
Publicación Investigación en Salud
Autor Gerardo Tovar Rubio, María Teresa Salcido Ramírez,
Claudia Ontiveros Esqueda, Rodolfo Morán, Óscar Raúl
Santos López, Alma Gabriela González Saray
Investigación en Salud
Diciembre-, 2005;
Volumen 7: Numero 3
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La anorexia nerviosa (AN) es un trastorno alimenticio que usualmente comienza
en la adolescencia y se caracteriza por una dieta rigurosa, casi siempre
acompañada por ejercicio compulsivo, y en algunos pacientes, con vómitos
inducidos posterior a la ingestión de una gran cantidad de alimentos, resultando
esto en una pérdida de peso sostenida. Otros hallazgos incluyen una imagen
corporal distorsionada, además de un deseo vehemente de perder más y más
peso, y un miedo perverso a ganar kilos. Las mujeres tienen un riesgo mayor de
padecer este trastorno, pero los hombres no están exentos. Este padecimiento
se asocia frecuentemente con depresión mayor, distimia, trastornos de ansiedad y
trastorno obsesivo-compulsivo.
Título TIPOS DE OBESIDAD
Fecha Lunes, 26 de febrero de 1996
Publicación EPOCA
Autor Verónica Pérez Alejos
Gelatinosa." En este tipo de obesidad hay retención grave de líquidos,
principalmente en la capa subcutánea de la piel, dando un aspecto empastado y
gelatinoso. Un estado más avanzado del proceso hace que se formen fibras o que
se aumenten las ya existentes, de ahí el nombre de fibrositis. Existen numerosos
factores que pueden producirla, entre los que se encuentran las emociones
(disgustos, nerviosismo), problemas hormonales e ingestión de toxinas, así como
procesos medicamentosos. Uno de los peores ene- migos es el consumo de
productos azucarados de muy difícil digestión, como son los almidones, celulosas,
féculas y harina de trigo.
Generalizada." Acumulación de grasa en el tejido celular subcutáneo y alrededor
de los órganos, dando al organismo una conformación que excede los límites del
biotipo normal, que se refiere a la cantidad de kilos igual a la de centímetros en
que la talla del individuo sobrepasa al metro. Se debe tomar en cuenta la
constitución del individuo. La obesidad parte en todos los casos de una evidente
desproporción entre el desarrollo del tejido adiposo y la estructura somática
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individual, de la cual es indicio el exceso de peso corporal. La obesidad no
depende únicamente del exceso alimenticio, aún cuando éste sea uno de los
factores principales, sobre todo si va acompañado de insuficente actividad física.
Otra causa puede ser la herencia, pues generalmente de padres obesos resultan
hijos con iguales características. La obesidad predispone a la diabetes,
hipertensión arterial y a la descompensación de cardiopatías. Existen dos clases
de obesidades de este tipo: la exógena, debida a un exceso de apetito o a falta de
ejercicio y tendencia al reposo; la endógena, está relacionada con alteraciones
endócrinas (hipófisis y tiroides).
Conflictiva." Sobreviene en variadas ocasiones tales como la pubertad, el
matrimonio, embarazo, separación del medio familiar, etcétera. El alimento
representa una compensación, debida a la depresión sufrida por el sujeto.
Desgraciadamente, esta obesidad es de pronóstico reservado, ya que no existe
un verdadero deseo de cambio.
Hídrica." Se localiza generalmente en la parte inferior del cuerpo. La cantidad de
comida ingerida es normal y el ejercicio físico no hace ningún efecto. Las
retenciones más frecuentes son en las piernas, hinchamiento desde los tobillos
hasta la rodilla o cadera. Otras veces se suele localizar en la parte superior de los
muslos y glúteos; en otras ocasiones, se advierten durante los cambios de clima
ciertas inflamaciones en cadera, vientre y extremidades inferiores. Las personas
aquejadas de este tipo de obesidad deben suprimir en su alimentación ensaladas,
verduras, sopas, consomés y, sobre todo, la sal. Se recomienda no tomar bajo
ninguna circunstancia sustancias alcohólicas, además de medir su consumo de
agua.
Infantil." Es causada por varios factores: los familiares generalmente también
comen en exceso. Existe una teoría psicológica que ha denominado a este tipo de
obesidad como de Trastornos de la Relación Llevados al Ambiente, que no es
más que un trastorno de la personalidad. El niño, a quien le falta amor y no lo
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encuentra, desarrolla su emotividad tomando la posibilidad que se le ofrece: la
comida. Al sentirse en un ambiente hostil se intenta compensarlo con una
situación sustitutiva por medio de la comida. También se dá por herencia, ya que
las estadísticas médicas han demostrado que el 80 por ciento de niños obesos
provienen de familias cuyos padres también lo son.
Título EL AMBIENTE FAMILIAR COMO FACTOR DE LA
DISTORSIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL
Fecha Lunes, 1 de octubre de 2007
Publicación Eurhythmie
Autor Laura Patricia Domínguez Juárez
EURHYTHMIE
Asesor: Martha Hidalgo Cisneros
Actualmente en nuestra sociedad se da mucha importancia a la imagen Corporal y
muchas veces el Ambiente Familiar en el que nos desenvolvemos influye para
que nos sintamos inconformes con nuestro aspecto físico.
Por ello en esta investigación se aborda la relación entre el Ambiente Familiar y la
Imagen Corporal, entendiendo lo último como el conjunto de representaciones,
percepciones, sentimientos y actitudes que el individuo ha elaborado con respecto
a su cuerpo durante su existencia y a través de diversas experiencias, la imagen
del cuerpo es casi siempre una representación social y evaluativo (Bruchon,
Schwe-tzwer, 1992). Para entender más sobre Imagen Corporal es necesario
saber qué es la Identidad, cómo se conforma y qué la compone.
Erikson, en 1963 mencionó que la Identidad es la autodefinición madura que las
personas tienen, en un sentido firme de quién es uno, hacia dónde se dirige en la
vida y en qué forma encaja en la sociedad; existen 4 estados que explican el
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proceso que se debe pasar para lograr su conformación, las cuales son: Difusión,
Exclusión, Moratoria y Logro de Identidad, descritas por Marcia en 1983.
Todo este proceso requiere de bastante tiempo y existen diferentes factores que
influyen en él, ya sean los cognoscitivos, los escolares, los sociales y sobre todo
el estilo de crianza. Esto nos da indicio de que es de suma importancia la relación
que se entabla con la familia y el apoyo que en ella se obtiene para resolver los
conflictos que se presentan en la adquisición de la Identidad.
Por otra parte, al hablar de Identidad no podemos olvidar los componentes de la
misma, que son 3; el primero de ellos es el Autoconcepto, que se refiere a la
actitud que tiene la persona sobre sí misma, el segundo es la Autoimagen, que es
la opinión que se tiene sobre sí misma y por último es la Autoestima, y se refiere a
la satisfacción corporal que tiene cada individuo. Estos 3 componentes son los
que van a darnos un esquema de nosotros y el que existan problemas en todos o
alguno de ellos propicia la Distorsión de la Imagen Corporal.
Cuando se habla de Distorsión de la Imagen Corporal se hace mención a una
preocupación exagerada que produce malestar hacia un defecto imaginario o
extremado de la apariencia física (Raich, 2000). En este trabajo, se pretende
demostrar que muchas mujeres mexicanas presentan insatisfacción con su
cuerpo, sin necesidad de tener un trastorno alimenticio y que una influencia
importante de dicha insatisfacción es causada por los problemas que se llegan a
presentar en el Ambiente Familiar que muestra conflictos o falta de interés por sus
miembros.
Abordando el tema de la Familia se puede decir que es un pilar importante dentro
del desarrollo emocional de cada persona es por ello, que dentro de este estudio
se habla de las funciones familiares, las cuales son diversas pero fundamentales,
por otra parte el tema central de la Investigación es el ambiente familiar y la
importancia que tiene en el desarrollo de la personalidad, la cual radica en que el
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entorno determina en el individuo procesos implicados en su personalidad y
adaptación social (Quintana, 1993).
Por lo que es de gran importancia, para nosotros como psicólogos, observar el
efecto que pueden tener los miembros de una familia sobre la Identidad de una
persona, no dejando de lado que aunque se supone, ya se pasó la etapa de la
conformación de la misma, las experiencias de la infancia y la falta de apoyo de
los padres puede influir en que las mujeres se sientan sin una guía y por lo mismo
tiendan a compararse con los modelos estéticos que están presentes en los
medios de comunicación.
Se pretende a través de este trabajo dar información a los psicólogos que se
dedican a la práctica clínica, sobre las causas de la Distorsión Corporal, haciendo
hincapié en que no es necesario presentar un trastorno como Bulimia y Anorexia
para que las mujeres se sientan insatisfechas con su cuerpo y esto influya
significativamente en sus relaciones interpersonales. Además de hacer conciencia
del daño que puede producir un ambiente familiar caótico, permitiendo a su vez
crear mejores estrategias de comunicación familiar en futuros programas o
Terapias dedicadas a la Familia.
Título POPULISMO DE DERECHA, TAN REPULSIVO COMO EL
DE IZQUIERDA: DR. SIMI
Fecha Miércoles, 20 de abril de 2005
Publicación Destape 2006
Autor Por Rosa Contreras Marín
La decisión del gobierno federal de no informar que empresas participan en las
licitaciones para la construcción de casas y departamentos dentro de los
programas del Infonavit, significa un acto vandálico y que sólo ayuda a fomentar la
corrupción, y eso sólo le traerá críticas a Marta Sahagún, esposa del Presidente
de México, porque es conocido de que hijos laboran en esta rama.
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Indicó el presidente del Movimiento Nacional Anticorrupción, Víctor González
Torres, al tiempo que precisó que cuando se realizan actos semejantes, es que
hay algo que ocultar, y en este caso todo apunta a que no les importa actuar con
transparencia, por cubrir un acto nada claro.
Informó que este es otro motivo por el cual no está de acuerdo con la señora, ya
que su populismo de derecha es tan repulsivo como el de izquierda, mismos que
sólo aparentar ayudar a los más necesitados pero en realidad no es así.
Precisó que hay otras formar de apoyar a las clases necesitadas sin caer en
actitudes populistas, que ya benefician a la gente en realidad.
El también candidato independiente a la Presidencia de México, pidió que en ese
espíritu de transparencia se aclare el origen de los recursos que son utilizados
para la Fundación Vamos México, que preside Marta Sahagún.
Más adelante, Víctor González Torres habló del grave problema que atraviesa el
país a raíz del crecimiento en la tasa de mortalidad por suicidio, y dijo que éste es
sólo un afecto provocado por muchas causas, desde las económicas hasta las
familiares.
Precisó que los individuos que están mal emocionalmente lo reflejan a través de
una adicción o un trastorno alimenticio como la bulimia o la anorexia, además
de la depresión.
El mejor conocido como el Dr. Simi, aseguró que el suicidio es muy común entre
las personas que son fármaco dependiente. Por eso en Laboratorios Best se ha
puesto especial atención a ese problema, donde hay orientación sicológica a
aquellas personas que así lo requieran a través de un número telefónico, donde
los atenderá personal calificado.
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Enfatizó que el gobierno mexicano no ha vigilado el área emocional de la gente
por atender otros asuntos, sin embargo, las cuestiones económicas y sociales las
resienten todos y lamentablemente algunos caen en adicciones, trastornos
alimenticios o bien en depresión.
Los laboratorios Best tienen 52 años de experiencia en la fabricación de
medicamentos con los más altos estándares de calidad, mediante la utilización de
tecnología avanzada.
Esta empresa cien por ciento mexicana, forma parte del grupo Por un País Mejor y
brinda además de medicamentos a bajo costo, servicio de estudios clínicos,
donde se ofrece electrocardiogramas y ultrasonidos.
Sus medicamentos son distribuidos en México, Argentina y Guatemala, y cuenta
con planes de expansión hacia Honduras, Nicaragua, El Salvador, Ecuador, Costa
Rica y Panamá.
Implicación de la ansiedad y la depresión en los trastornos de alimentación
de jóvenes con obesidad
IMPLICATION OF THE ANXIETY AND
DEPRESSION IN EATING DISORDERS
OF YOUNG OBESE
Objetivos: Los objetivos del presente estudio son:
1) comparar los niveles de ansiedad, depresión y trastornos de alimentación
en jóvenes atendidos en un hospital pediátrico por obesidad;
2) determinar si la ansiedad y la depresión explican los síntomas de
trastornos de alimentación, y
3) conocer cuáles de esos síntomas discriminan mejor entre jóvenes con
distintos grados de obesidad.
Material y métodos: Estudio descriptivo, transversal con una muestra de 281
jóvenes (56% mujeres) de entre 11 y 17 años. Los percentiles de IMC se
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calcularon utilizando las tablas de crecimiento de la OMS. Se crearon dos
grupos de estudio: obesidad severa y sobrepeso-obesidad leve-moderada.
Se utilizaron los siguiente cuestionarios: Eating Disorders Inventory-2 (EDI-
2), cuestionario de depresión (CDI) y cuestionario de ansiedad estado-rasgo
(STAI).
Resultados: Los jóvenes con obesidad severa mostraron más problemas
psicológicos que los jóvenes con sobrepeso-obesidad leve-moderada, un
12% presentaban ansiedad y un 11% depresión. En ambos grupos, las
conductas relacionadas con los trastornos de alimentación eran, en parte,
explicadas por la mayor presencia de síntomas de ansiedad y de depresión.
La insatisfacción corporal junto con una elevada ansiedad rasgo
incrementaban el riesgo de perpetuar la obesidad y eran los dos
síntomas que mejor discriminaban a los pacientes con o sin obesidad
severa.
Conclusión: Los programas de prevención de la obesidad deberían incluir la
insatisfacción corporal y la ansiedad rasgo en los protocolos de evaluación
y tratamiento, y prevenir que la ansiedad se instaure como rasgo de
personalidad.
Introducción
La prevalencia de la obesidad está aumentando en todas las edades, y los
adolescentes representan el grupo con la mayor tasa de incremento1,2. Esto hace
pensar que puede haber factores psicosociales durante la adolescencia que
predispongan a la obesidad en la edad adulta.
En el tratamiento multidisciplinar de la obesidad infanto-juvenil, la intervención
psicológica busca minimizar las conductas que interfieren en la pérdida de peso.
En muchas ocasiones encontramos que, las dificultades para bajar de peso o
mantenerlo, no se deben únicamente a unos inadecuados hábitos de alimentación
o a la poca actividad física, sino que están muy relacionados con los índices de
ansiedad y de depresión, y que estas dificultades se incrementan en
jóvenes con obesidad severa.
Numerosas investigaciones indican que la obesidad frecuentemente coexiste con
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otras patologías como depresión, problemas de conducta5ç, trastornos de
ansiedad y, en general, con la presencia de mayor psicopatología, principalmente
en jóvenes con obesidad crónica.
Por otro lado, se sabe que la ansiedad y la depresión tienen una amplia gama de
consecuencias para el adolescente y pueden servir como precursores para el
desarrollo de trastornos de la alimentación. Un tercio de los jóvenes con obesidad
que busca tratamiento presenta ya trastornos de alimentación y se calcula que el
75% de estos jóvenes presentarán a lo largo de su vida ansiedad. La comorbilidad
entre depresión y trastornos de alimentación está, por lo tanto, bien establecida.
Además se ha demostrado que la presencia de elevados síntomas de depresión
en la obesidad predice la aparición de otros trastornos de alimentación, entre ellos
el trastorno de bulimia o el síntoma de sobreingesta. La presencia de estos
factores interfiere en el tratamiento de la obesidad infanto-juvenil y su
identificación puede ayudar a mejorar la adhesión a unos hábitos
de vida saludables y, con ello, a la prevención de las complicaciones asociadas a
la obesidad. El tratamiento de la obesidad infanto-juvenil supone una prioridad
médica y social por las repercusiones físicas y psicológicas que conlleva, y por la
carga asistencial que supone para los servicios de salud.
La mayor parte de los estudios han comparado jóvenes obesos versus
normopeso, y son menos frecuentes los trabajos que analizan en profundidad las
características psicológicas de pacientes en tratamiento por obesidad.
El primer objetivo del presente estudio fue comparar los niveles de ansiedad,
depresión y trastornos de alimentación en jóvenes atendidos en un hospital
pediátrico en un programa de tratamiento de la obesidad, diferenciando aquéllos
con sobrepeso-obesidad leve-moderada de los que presentaban obesidad severa.
El segundo objetivo fue determinar, tal y como señala la literatura sobre el tema, si
la ansiedad y la depresión explican los síntomas de trastornos de alimentación en
ambas muestras. Y finalmente, determinar qué síntomas
discriminan mejor entre jóvenes con sobrepesoobesidad leve-moderada y
obesidad severa.
Nuestra hipótesis fue que la obesidad severa estaría asociada a más problemas
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psiquiátricos, y que los jóvenes con mayores niveles de ansiedad y depresión
presentarían mayor riesgo para el desarrollo de trastornos de alimentación.
Material y métodos
Sujetos
Fueron estudiados un total de 281 adolescentes que formaron parte de la muestra
total visitada por problemas de exceso de peso en la Unidad de Gastroenterología
Pediátrica del Hospital Sant Juan de Dios de Barcelona (España) durante el
periodo de 2005-2007. Un 56% eran mujeres (157) y un 44% hombres (124),
siendo la media de edad de 13,2 años.
Material
El peso y la altura de los sujetos fueron registrados mediante una báscula/
tallímetro marca Seca Vogel and Halke (Hamburgo), modelo 701. Las medidas
fueron tomadas con los sujetos descalzos y con ropa ligera. Se calculó el índice
de masa corporal (IMC) y se transformó en percentil utilizando las tablas de
crecimiento de la
Organización Mundial de la Salud18. Los jóvenes atendidos en el hospital
pediátrico para el tratamiento de la obesidad eran: jóvenes con obesidad severa
(IMC ≥ al percentil 99), con obesidad moderada (IMC entre el percentil 95 y 98) y
con sobrepeso (IMC entre el percentil 85 y 94). Para el presente estudio se
definieron dos grupos: jóvenes con obesidad severa (IMC igual o superior al
percentil 99) y jóvenes con sobrepeso-obesidad levemoderada (IMC entre el
percentil 85 y 98) (tabla I). Se excluyeron del estudio aquellos pacientes cuyo
exceso de peso era secundario a una patología orgánica o a tratamientos
farmacológicos.
Procedimiento
A todos los sujetos se les valoró siguiendo el protocolo de evaluación psicológica
de la Unidad de Gastroenterología, el cual incluye, entre otras pruebas, el análisis
del grado de ansiedad, depresión y los síntomas que acompañan a los trastornos
de alimentación, en este orden. El psicólogo de la unidad llevó a cabo todas
las evaluaciones. A todos los pacientes se les pidió el consentimiento informado
de sus padres y a los mayores de doce años su asentimiento. El estudio fue
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revisado y aprobado por el Comité de investigación de la Fundación Sant Juan de
Dios.
Los instrumentos utilizados fueron:
– Eating Disorder Inventory19, EDI-2. Prueba autoaplicada de 91 ítems que
evalúa once agrupaciones de síntomas cognitivos y conductuales característicos
de los trastornos de alimentación: obsesión por la delgadez (preocupación por el
peso y miedo a engordar), bulimia (tendencia a pensar o tener atracones
de comida), desconfianza interpersonal (dificultad para expresar los propios
sentimientos y pensamientos), ineficacia (sentimientos de inseguridad y baja
autoestima), conciencia introceptiva (dificultad para identificar ciertas sensaciones
viscerales relacionadas con el hambre y la saciedad), insatisfacción corporal
(descontento con su imagen corporal), miedo a la madurez (inseguridad con los
cambios propios de la adolescencia), perfeccionismo (niveles de autoexigencia
elevados), impulsividad (dificultad para regular los propios impulsos), ascetismo
(tendencia a sobrevalorar las restricciones orales) e inseguridad social (falta de
seguridad en las relaciones interpersonales).
– Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo20, STAI. Autoinforme de 40 ítems que
evalúa dos tipos de ansiedad: la ansiedad-estado (A-E) que recoge los
sentimientos subjetivos de tensión y aprensión que pueden variar con el tiempo y
fluctuar en intensidad, y la ansiedad- rasgo (A-R) que señala la tendencia
relativamente estable de la persona a percibir las situaciones como
amenazadoras.
– Cuestionario de Depresión21, CDI. Autoinforme de 27 ítems que recogen la
distinta intensidad o frecuencia de la depresión.
Análisis de datos
El test de t de Student de dos colas independientes fue utilizado para comparar
los dos grupos de pacientes en las variables IMC y edad. Se realizaron análisis
exploratorios ANOVA para comparar ambos grupos en las distintas escalas del
STAI, CDI y EDI-2. Se llevaron a cabo distintas ecuaciones de regresión lineal
para evaluar si el aumento de ansiedad y depresión estaban relacionados con los
síntomas cognitivos y conductuales propios de los trastornos de alimentación.
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El análisis de regresión logística se utilizó para determinar las probabilidades de
que un paciente fuera clasificado con o sin obesidad severa, sobre la base de la
ansiedad, la depresión y los síntomas propios de los trastornos de alimentación.
Se consideró un valor p inferior a 0.05 como estadístico significativo. Los datos
fueron analizados mediante el programa SPS.
Resultados
Variables IMC y edad
Como era de esperar, el IMC difiere significativamente entre los jóvenes con o sin
obesidad severa, y en promedio los jóvenes con obesidad severa pesaban 16 kg
más que los jóvenes con sobrepeso-obesidad leve-moderada.
También se hallaron diferencias significativas en la edad, los jóvenes con
obesidad severa eran, en promedio, nueve meses mayores que los jóvenes con
sobrepesoobesidad leve-moderada (p = 0,003).
Síntomas de ansiedad, depresión y trastornos de alimentación en los jóvenes
Los jóvenes con obesidad severa informaron de mayor ansiedad estado (p =
0,001), ansiedad rasgo (p < 0,001) y síntomas de depresión (p < 0,001) que los
jóvenes con sobrepeso-obesidad leve-moderad. Entre los jóvenes con obesidad
severa, el 12% presentaban puntuaciones centiles ≥ 90 en la escala de ansiedad
rasgo y un 11% presentaban puntuaciones centiles ≥ 90 en la escala de
depresión. En el grupo de sobrepeso- obesidad leve-moderada estos porcentajes
fueron de 6,7% y 6%, respectivamente.
Los jóvenes con obesidad severa informaron de puntuaciones significativamente
mayores que los jóvenes con sobrepeso-obesidad leve-moderada en ocho de las
once escalas de los trastornos de alimentación del EDI-2: obsesión por la
delgadez (p = 0,001), bulimia (p = 0,024), ineficacia (p = 0,027), conciencia
introceptiva (p = 0,009), insatisfacción corporal (p = 0,001), ascetismo (p = 0,004)
e inseguridad social (p = 0,011) (tabla II).
Síntomas de los trastornos de alimentación explicados por las escalas de
ansiedad y depresión
Se realizó un análisis para determinar si la ansiedad y la depresión explican los
síntomas de trastornos de alimentación en aquellas escalas que habían mostrado
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diferencias significativas entre ambos grupos.
Los resultados de la regresión lineal indican que, en jóvenes con obesidad severa,
el incremento de la ansiedad rasgo y de la depresión explicarían la mayor parte de
los síntomas de los trastornos de alimentación: conciencia introceptiva (ansiedad:
18%; depresión: 16%), obsesión por la delgadez (ansiedad: 11%; depresión:
12%), desconfianza interpersonal (ansiedad: 10%; depresión: 16%) y bulimia
(ansiedad: 17%; depresión: 12%). Entre paréntesis se indica el porcentaje de
varianza explicada por la ansiedad y la depresión en las subescalas del EDI-2.
En jóvenes con sobrepeso-obesidad leve-moderada, la ansiedad estado y la
ansiedad rasgo explican diferencialmente las escalas de trastornos de
alimentación. La depresión y ansiedad estado explican: la ineficacia (depresión:
14%; ansiedad-estado: 27%), la insatisfacción corporal (depresión: 20%;
ansiedad-estado: 23%) y el ascetismo (depresión: 24%; ansiedad-estado:
17%). La depresión y la ansiedad rasgo explican: la conciencia introceptiva
(depresión: 24%; ansiedad rasgo: 22%), la inseguridad social (depresión: 20%;
ansiedad rasgo: 23%), la desconfianza interpersonal (depresión: 15%; ansiedad
rasgo: 11%) y la bulimia (depresión: 13%; ansiedad rasgo: 10%).
Variables psicológicas que mejor diferencian entre jóvenes con obesidad severa y
jóvenes con sobrepeso-obesidad leve-moderada
Se ha utilizado el análisis de regresión logística para determinar las probabilidades
de que un paciente fuera clasificado con o sin obesidad severa en función de la
ansiedad, la depresión y los trastornos de alimentación. Los resultados indican
que el incremento de peso de estaría relacionado con el aumento de los niveles
de insatisfacción corporal y ansiedad rasgo (odds-ratio =
1,02 y 1,01, respectivamente). El análisis de la regresión logística muestra que la
insatisfacción corporal (p < 0,001; OR = 1,02; CI: 1,01 a 1,03) junto con una
elevada ansiedad rasgo (p = 0,001; OR = 1,01; CI: 1,01 a 1,03) incrementan el
riesgo de perpetuar la obesidad y son los dos síntomas que mejor discriminan los
paciente con o sin obesidad severa.
Discusión
Se sabe que la ansiedad, la depresión y los trastornos de alimentación interfieren
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en el tratamiento de la obesidad22,23,24. La comparación entre las dos muestras
indica que los jóvenes con obesidad severa eran, en promedio, nueve meses
mayores que los adolescentes con sobrepeso-obesidad leve-moderada, y
presentaban más sintomatología que ellos. En consonancia con investigaciones
anteriores, el 12% de los jóvenes con obesidad severa presentaban ansiedad
rasgo, un 11% depresión, más de la mitad presentaban insatisfacción con su peso
y su figura y un 42% estaban obsesionados con adelgazar. Dentro de la literatura
pediátrica, la obesidad se asocia a una mayor presencia de ansiedad y
depresión6, y a más problemas psicopatológicos, principalmente en la obesidad
crónica. En cuanto a los trastornos de alimentación, la mayoría de estos estudios
sugieren que los jóvenes con obesidad presentan más trastornos de alimentación,
más insatisfacción corporal, más atracones y, en general, están más descontentos
con su peso.
Los resultados de este estudio sugieren que las conductas relacionadas con los
trastornos de alimentación son, en parte, explicadas por la mayor presencia de
síntomas de ansiedad y de depresión, tanto en jóvenes con sobrepeso-obesidad
leve-moderada como en jóvenes con obesidad severa. Ambos grupos muestran
dificultades para establecer relaciones interpersonales satisfactorias y, lo que es
más importante, tienden a confundir los estados emocionales con la sensación de
hambre y saciedad, y, como consecuencia, a paliar la ansiedad comiendo. En los
jóvenes con obesidad severa la depresión y la ansiedad rasgo se presentan como
una tendencia estable de la persona a percibir las situaciones como
amenazadoras que puede deberse a una mayor cronificación de los problemas, lo
que es consistente con otros estudios que han encontrado mayores
problemas psicopatológicos en obesidad severa. Sin embargo, los jóvenes con
sobrepeso-obesidad levemoderada responden ansiosamente de manera reactiva
a situaciones en las que se sienten ineficaces o insatisfechos con su imagen
corporal. Esto nos lleva a suponer que estos jóvenes, que presentan una
predisposición a comer en exceso y cuando se encuentran en un entorno familiar
obesógeno tienen mayor tendencia a paliar la ansiedad comiendo.
Por último, nos plateamos qué síntomas discriminan mejor entre jóvenes con
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sobrepeso-obesidad leve, moderada u obesidad severa en base a la ansiedad, la
depresión o los trastornos de alimentación. Los resultados indican que la
insatisfacción corporal junto con una elevada ansiedad rasgo incrementan el
riesgo de perpetuar la obesidad y son los dos síntomas que mejor discriminan
los pacientes con o sin obesidad severa. Aunque el papel de la ansiedad ya ha
sido detectado como variable relacionada con los trastornos de alimentación,
nuestros datos destacan que es la ansiedad rasgo (tendencia relativamente
estable de la persona a percibir las situaciones como amenazadoras) la que
incrementa sustancialmente el riesgo de perpetuar la obesidad en jóvenes.
Mientras que la ansiedad estado (sentimientos subjetivos de tensión y aprensión
que pueden variar con el tiempo y fluctuar en intensidad) no alcanza un valor
predictor en la explicación del IMC de los jóvenes con obesidad severa. A
diferencia de otros autores que señalan la presencia de depresión y,
concretamente, la baja autoestima como precursora de los trastornos de
alimentación.
Los datos de este estudio ponen de relieve la naturaleza y la gravedad de la
obesidad en jóvenes y tiene importantes implicaciones en el tratamiento de la
obesidad. Del conjunto de resultados se destaca que los jóvenes con sobrepeso-
obesidad leve-moderada u obesidad severa presentan altos niveles de
psicopatología.
En particular los jóvenes con obesidad severa presentaron en su conjunto más
insatisfacción corporal y ansiedad rasgo que los jóvenes con sobrepeso-obesidad
leve-moderada. Es por todo ello que creemos que el mejor momento para una
intervención psicológica es en la fase de sobrepeso-obesidad leve-moderada.
Estos resultados ayudan al diseño de estrategias eficaces en el manejo de la
obesidad, en particular en la incorporación de la insatisfacción corporal y la
ansiedad rasgo como componentes críticos en las intervenciones de pediatría
para la gestión del peso, ya que inciden en el desarrollo de la obesidad y actúan
como barrera para impedir disminuir de peso. En ambos grupos habría que
enseñarles a identificar correctamente las señales de hambre y saciedad y a
saber diferenciarlas de los estados emocionales negativos (ansiedad,
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preocupación, tristeza…), tal y como otro autores han señalado33,34.
Dado que la literatura sobre obesidad pediátrica sigue avanzando, habrá cada vez
más estudios sobre potenciales factores individuales que sean susceptibles
de ser modificables. La evaluación y tratamiento de la insatisfacción corporal y la
ansiedad rasgo de los jóvenes con obesidad en el contexto de la intervención
pediátrica deben ayudar a comprender mejor el funcionamiento psicológico. Los
resultados de este estudio deben ser considerados en el contexto de sus
limitaciones. Como se ha señalado, esta es una muestra clínica en la que se ha
reconocido la importancia de evaluar los aspectos psicológicos de los
adolescentes que estaban siendo atendidos en el hospital pediátrico para un
programa de tratamiento de la obesidad. Futuras investigaciones son
fundamentales para comprender mejor si estas características individuales de un
grupo seleccionado son extrapolables a jóvenes con obesidad en población
general.
Por último, la naturaleza transversal de este estudio limita nuestra capacidad para
extraer conclusiones de causalidad o direccionalidad. El uso de diseños
longitudinales y prospectivos es importante para avanzar en esta esfera. El
seguimiento del desarrollo de la obesidad y el funcionamiento psicosocial a lo
largo del tiempo debe permitir aclarar mejor las características personales
potencialmente modificables para la promoción de un peso saludable.
A pesar de estas limitaciones, nuestros datos se añaden a la creciente literatura
sobre el tema que señala una importante asociación entre sintomatología
ansioso-depresiva en la obesidad4,6,25. Nuestros hallazgos indican que los
síntomas de insatisfacción corporal y ansiedad rasgo en la adolescencia
aumentan el riesgo de perpetuar la obesidad. Por esta razón sugerimos que los
programas de prevención de la obesidad consideren la evaluación de estos
síntomas como potenciales factores de riesgo para el desarrollo de la obesidad y
que específicamente se controle la ansiedad estado para que no se cronifique y
se organice como rasgo de personalidad.
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Título Populismo de derecha, tan repulsivo como el de
izquierda: Dr. Simi
Fecha Miércoles, 20 de abril de 2005
Publicación Destape 2006
Autor Por Rosa Contreras Marín