1 “Derribando las Barreras del Miedo” Los hombres y las mujeres que han seguido a Jesús, ante la muerte de su Maestro, tienen miedo, están inseguros e indefensos ante la animadversión de los líderes judíos. Las palabras de María Magdalena, que el sepulcro está vacío, no los han librado del temor. Sólo la presencia de su Maestro puede darles seguridad en medio de un mundo adverso. Aunque ella “vio quitada la piedra del sepulcro”, el relato evangélico nos revela que será un camino largo el que habrán de recorrer sus discípulos para que les sean quitadas la piedras que obstaculizan su fe, y entregarse por completo a Jesucristo. Todos esos obstáculos comienzan a caer cuando el Maestro se presenta resucitado en medio de ellos. Su saludo les llena de paz, al mirarlo entre ellos. Como prueba de su realidad, les muestra sus heridas, testimonio de amor y entrega, y como prueba de su ministerio salvífico, les hace ver que la violencia, el odio y la muerte no triunfarán en la vida que Dios da. El resultado de este encuentro es el gozo anunciado por Jesús mismo. Ha comenzado una nueva era, la de la fiesta del reino que entre nosotros está. Apertura de una nueva creación, renovación del ser humano por el puro efecto de Su amor. Las primeras barreras que es derrotada por el maestro serán la muerte y el miedo. Ahora se puede vivir plenamente con confianza, gozo y amor. Así podemos entender el testimonio de los apóstoles en el libro de los Hechos, pues inspirados por la obra de Cristo, pueden vivir en armonía unos con otros. El amor se desborda en estas primeras comunidades. Debemos preguntarnos, cuáles son las piedras que debemos derribar para amarnos como aquellas primera comunidad cristiana,: el miedo, desconfianza, rencor, orgullo, soberbia, cuál. Dios nos otorgue su bendición para ver que el sigue derribando las piedras de nuestros prejuicios. Domingo 11 de abril de 2021 A. D. No. 2535 F L R
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“Derribando las Barreras del Miedo”
Los hombres y las mujeres que han seguido a Jesús, ante la muerte de su Maestro, tienen miedo, están inseguros e indefensos ante la animadversión de los líderes judíos. Las palabras de María Magdalena, que el sepulcro está vacío, no los han librado del temor. Sólo la presencia de su Maestro puede darles seguridad en medio de un mundo adverso.
Aunque ella “vio quitada la piedra del sepulcro”, el relato evangélico nos revela que será un camino largo el que habrán de recorrer sus discípulos para que les sean quitadas la piedras que obstaculizan su fe, y entregarse por completo a Jesucristo.
Todos esos obstáculos comienzan a caer cuando el Maestro se presenta resucitado en medio de ellos. Su saludo les llena de paz, al mirarlo entre ellos. Como prueba de su realidad, les muestra sus heridas, testimonio de amor y entrega, y como prueba de su ministerio salvífico, les hace ver que la violencia, el odio y la muerte no triunfarán en la vida que Dios da.
El resultado de este encuentro es el gozo anunciado por Jesús mismo. Ha comenzado una nueva era, la de la fiesta del reino que entre nosotros está. Apertura de una nueva creación, renovación del ser humano por el puro efecto de Su amor.
Las primeras barreras que es derrotada por el maestro serán la muerte y el miedo. Ahora se puede vivir plenamente con confianza, gozo y amor. Así podemos entender el testimonio de los apóstoles en el libro de los Hechos, pues inspirados por la obra de Cristo, pueden vivir en armonía unos con otros. El amor se desborda en estas primeras comunidades.
Debemos preguntarnos, cuáles son las piedras que debemos derribar para amarnos como aquellas primera comunidad cristiana,: el miedo, desconfianza, rencor, orgullo, soberbia, cuál. Dios nos otorgue su bendición para ver que el sigue derribando las piedras de nuestros prejuicios.
Domingo 11 de abril de 2021 A. D. No. 2535
F L R
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11:00 horas
TÉMPORA DE PASCUA
Tema General: Cristo sigue removiendo piedras
SEGUNDO DOMINGO
BIENVENIDA
PRELUDIO (Oración personal en silencio)
INTRODUCCIÓN
En este Tiempo de Pascua, los invitamos a adorar a nuestro buen Dios,
que siempre nos acompaña con amor y bondad sin límites. Aquel
domingo, las mujeres caminan muy de mañana para ungir el cuerpo de
Jesús, y mientras avanzan, se preguntan: Quién ayudará a remover la
piedra. Al llegar, se asombran porque la piedra ha sido removida. El
sepulcro vacío testifica del gran poder de Dios para vida, Cristo se ha
levantado de entre los muertos. Pero, estemos muy atentos, no es
suficiente encontrar la piedra removida o el sepulcro vacío, el verdadero
milagro de la fe comienza al encontrarse con el mismo Señor Jesús.
Amado hermano, lleguemos a dorarle y descubramos que Él todavía
remueve las piedras…
HIMNO “ ¡RESUCITÓ!” Núm. 195 H. S. D. G.
¡Resucitó! La nueva dad / al mundo, que su muerte vio;
tomó en la cruz nuestro lugar, / mas del sepulcro revivió.
CORO
¿Por qué buscáis al Cristo aquí? / entre los muertos ya no está.
No le lloréis; cantad, reíd, y proclamad: / ¡El Cristo vive y reina ya!
Viéronle tristes sepultar / cuantos en Él tuvieron fe;
Toda esperanza muerta ya, / creyeron sepultar con Él. Coro.
Más el sepulcro no logró / en sus prisiones retener
al Cristo Rey, que vencedor / fue del infierno y su poder. Coro.
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¡Resucitó! ya no tendrá / sombras la tumba para el fiel.
Aunque muriere, vivirá / el que creyere solo en Él. Coro. Letra Elsie Duncan Yale
Tr. Ernesto Barocio
Música: J. Lincoln Hall
LLAMAMIENTO A LA ADORACIÓN Salmo 133 (RVR 60)
- La bienaventuranza del amor fraternal 1 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en armonía! 2 Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras;
3 Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna. AMÉN.
ORACIÓN DE APERTURA
Dios todopoderoso y eterno, que en el misterio Pascual has establecido
el nuevo pacto de la reconciliación: Concede, por tu gran poder que
derriba los obstáculos, remueve las piedras y nos regalas oportunidad
de vida nueva, que todos los que nacemos de nuevo, en la comunión
del Cuerpo de Cristo, manifestemos en nuestra vida lo que por fe
profesamos en amor; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Y
nos unimos a la oración que nuestro Señor nos enseñó para dirigirnos a
ti diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
Nombre, venga a nos tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como
en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Y perdona nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos
dejes caer en tentación mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino,
el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén.
RESPUESTA CANTADA. Fam. Suárez García
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LECCIÓN DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS:
LIBRO DE LOS HECHOS 4:32-35 (RVR 1960) (Otra lectura sugerida: 1 Juan 1:1-2:2)
Y tenían todas las cosas en común. 32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y
ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas
las cosas en común. 33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de
la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que
poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su