Top Banner
: Cuaderno 19 Junio 2014 De pólvora jazmines Norma Quintana
52

De pólvora y jazmines, Norma Quintana

Mar 31, 2016

Download

Documents

Cuaderno 19, Junio 2014
Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

: Cuaderno 19 Junio 2014

De pólvora jazmines

Norma Quintana

Page 2: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

Elio Carmichael / Mural Forma, color e historia de Quintana Roo. Palacio Legislativo

Page 3: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

CUADERNO 19 / De pólvora y jazmines

Page 4: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

DirectoraZita Finol

coorDinaDor eDitorial nicolás Durán de la Sierra

DiSeñoSergio Gómez Villarreal

conSejo eDitorialjorge Polanco ZapataFernando Espinosa de los ReyesJuan José MoralesRaúl Espinosa Gamboa

[email protected]

Gaceta del pensamiento es una revista de carácter cultural que aparece los primeros días de cada mes con un tiraje de 3000 ejemplares. Editor responsable: Nicolás Durán González. Se distribuye en todos los municipios del estado de Quintana Roo y México DF. Certificado de licitud y contenido de la Comisión de Publicaciones y Revistas ilustradas de la Secretaría de Gobernación en trámite. Certificado de reserva de derechos de uso exclusivo del título expedido por el Instituto Nacional de Derechos de Autor en trámite.

CUADERNO 19 / De pólvora y jazmines

Grupo Editorial Estosdías SA de CVAv. Maxuxac, No. 471, entre Nizuc y Sacxán, Mz 377, Lt 06, Fraccionamiento Proterritorio, Chetumal, Q. Roo, México. C.P. 77086 (983) 118-4114, 118-4115

Page 5: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

5

El Cuaderno 19 de la serie Cuadernos de la Gaceta, además de una obra literaria de gran calidad, es una invitación a revalorar la participación femenina en la guerra independentista nacional y en la Revolución Mexicana. De pólvora y jazmines, concebido en el 2010, fue parte de un pro-yecto del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para conmemorar el bicentenario y el centenario de las gestas históricas antes dichas.

En voz de la poeta Norma Quintana, este poemario busca revitalizar con los recursos for-males del lirismo “la imagen de aquellas mujeres, evocarlas en su intimidad, en su universo sen-timental; imaginar desde la libertad de la poesía sus penas, sus inquietudes, sus convicciones, sus profundos temores, sus alegrías y penas”. Así, en estos versos, cobran presencia Leona Vicario, Josefa Ortiz de Domínguez, María Ignacia Rodríguez, además de Hermila Galindo, Carmen Serdán, Nahui Ollin y la legendaria ‘Chata’ Micaela.

Mas también, en los poemas finales de la plaquette, cobran vida otras mujeres, casi siempre en el segundo plano y a veces hasta desdibujadas en la historia, mas no por ello menos reales, auténticas, y sin cuyo esfuerzo y sacrificio estaría incompleto el perfil del México actual. Sin las soldaderas y las adelitas otro sería nuestro presente; sin ellas, la gran masa de la tropa de un lado u otro, acaso no hubiera podido sobrevivir.

Norma Quintana, colaboradora habitual de la Gaceta del Pensamiento, es una de las escrito-ras de mayor valía en el área del Caribe. Su obra, que incluye la investigación académica, ha sido traducida al inglés y el francés y la ha llevado a obtener en dos ocasiones el premio Poesía para la Mujer, aparte de diversas becas nacionales y estatales. La Editorial Abril publicó su poemario Éxodos, en su natal Cuba. Como el lector lo habrá de descubrir, ella es fina orfebre de la palabra.

Nicolás Durán de la Sierra

nota DEL eDitor

Page 6: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

6

Page 7: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

7

leona, GeneroSa

Por los anchos caminos

Por los anchos caminosque el sol agostaflor de mirada intensaquema las horas.¡Ay, amor de lunas!flor de mirada intensacomo ninguna.

Por los caminos secos,polvo de muerteriega con su esperanzaque el viento bebe.¡Ay, amor de azahares!riega con su esperanzanuestros pesares.

nocturno

El empedrado desdobla el sonido de los cascos,un mendigo cobija su hambreen el zaguán.La noche es aquel perro que alarga su soledad en un aullido,el sereno que apaga los faroles,borrachitos sin horizonte, la puñalada por la espalda en el callejón de los suburbiosdonde alguien se muere de hembra ajena.La ciudad…susurros

Page 8: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

8

respiraciones a contra luz,cortinas apenas molestadas por la brisa,metal retorcido en flores y volutas, los enrejadosansia de vida en cuerpo mineral;jardinesperfume de jazmín, brisa en el centrodel espíritu en calma.Alguien vela, sin embargo, junto a los postigosuna falda barre, sigilosa, la paz de la estancia en penumbras.Ojos de obsidiana y miel espían;el mensajero no tarda…La ciudad duerme, la casa duerme,esta mujer no.

la espera

Agua de remanso es su miradasobre la mía.Un roce apenas de sus labiosen la mano que se demora, como si esperara,como si quisiera.Misterios del cuerpo virgen,de los nervios en busca del deseo.Fuego de los instintos son sus palabrascuando enarbolan un sendero de equilibriopara los versoso la patria.Ahí se quedan flotando las caricias, la humedad.Púdica yo, mire usted,con un nombre que evoca las sabanas, y un volcán empinado sobre el horizonte…Ahí está él entre argumentosy yo afirmo,

Page 9: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

9

me desbordo en razones.A lo lejos Iztaccíhuatl, desnudaa los pies de su guerrero,alimenta el estallido, la simiente de luzelevada en surtidor.Ser una joven discreta,dictan las buenas costumbres.La pasión anida entre ideales…Libertad, Igualdad, Fraternidad.Hablamos de política sentados sobre ascuas.

Fugitiva(Cuento para desvelar a una niña)

¿Qué hacer si una tarde te expulsande la vida que has llevado pegada a las enaguas?Adiós –dirás– al cedrolos tapices la porcelana de Sajoniala plateríaal sueño cortado en azul de los candelabros. El tiempo será entoncesuna hoja barrida por temporales,madrugadas de rezar a tientasmuros para igualar la noche con el díahuidasdisfracessenderos con olor a desconcierto.Sostienen en estos lances el amory la terquedad de vivir con un propósitomás grande aún que la intemperie,vivir para morir en una fuga detenida…descubrir, entre tinieblas, la lucidez del segundo

Page 10: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

10

en que la suerte se decide por un golpe de fortunao de pólvora.Silba en lo oscuro el monte canciones sigilosas para los caminantes:el crujir de la hojarasca bajo la garra del pumael chirrido de los grillosaullidos sin dueño fijo.Mal lugar para venir al mundo, Genoveva,hija de los caminos.

epitafio

Mujer fuerte, decía,porque no temí cuando escapé de casay me llevé a las chicas Fernández y a su madrepara disimular mi fuga,las pobres, sin decirles una palabramientras toda la policía del Virrey andaba tras mis pasos.Fuerte, porque escuché sin un respingoel relato de la atrocidad de Granaditas; porque vi sin chistar cómo se iba a la guerra mi primo Manuel y, peor aún, Andrés,con sus sueños de justicia por todo escudoy sin una pelea callejera como aval.“Consagró –decía– su fortuna y sus serviciosa la causa de la independencia”.La fortuna administrada con tanto celo por mi tío Pomposoy que yo gasté en una lucha para acabar con el mundo del tío Pomposo.

Page 11: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

11

Sin temblar, mi mano tocó las suyas; sin bajar mis ojosmiré los suyos, comí en su mesa, le di las buenas nochesyo, una joven de diecinueve años con casa propia y fortunagracias al tíoque murió aborreciéndome.“Asociándose después a la patriótica tarea de su ilustre esposo”, decía.Excelente colofón, tratándose de una dama de nobles apellidos,para un universo donde no importaba si te enfrentaste, terca y sola,a los jueces de la Junta de Buen Orden,si causaste un inmenso dolor al anciano que te cuidó como un padre;o si anduviste a trancospor las sierras, llenándote de piojos,trepando por breñales infinitos;o si pariste a tu primera hija en una cueva.Asociada, pues, a esa tarea, tal vez más importante.¿Diferente a la mía? ¿O no fue, igual, mi propia tarea?

Page 12: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

12

Page 13: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

13

joSeFa, DeSobeDiente

coplas de la esposa conspiradora

Esposa mal controladatiene el buen corregidor;su vida es un mar secretola gobierna una visiónesa inquietud peregrinaesa vehemencia peligrosa que a sabiendas del maridocomo amante la enamora.

Mensajes viajan de tardecartas de amor clandestinobuscando las serraníassin temor a los castigos.Es un sueño desvelado,una luz que apenas brillay que está encendiendo un fuegode libertad presentida.

Page 14: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

14

encerrada con llave

Sin atreverme a respirar miro en tornoesta habitación donde he vividocomo dentro de un corsé.Ya no me aprietas, no.Estás sentado detrás de tu pelucacon el miedo en los hombrosy una recua de maldiciones en la lengua.Te freirán en aceite por mi culpa,dejarás las suelas en el empedradode tanto ir y venir por tu mendrugo.Ahí está la puerta y detrás mi suerteapisonada por cerros de sentencias.Pegada fui a un cepo de conductasdecididas al margen de mis pasos.Esta es mi guerra personal,más allá de la que aún no asoma su pico,su infortunio.He comenzado a hablar otra lengua,desarrapada,a saltarme los muchos improperios.Puedes gritar,puedes encerrarme bajo todos los pendones de Castilla:¡Me abriré camino con el tacón de mi zapato!

josefa, arrestada

Caminar entre soldados, indefensa,ya crecieron cardos en mi boca,sin remedio los muerdo,apuré esta pena entre soldados.He mirado hacia atrás cada piedra, cada brizna.

Page 15: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

15

El polvo ha venido, me habita, y el hogar queda a lo lejos con los rostros de los niños, que ya no me alcanzarán.Lloren, hijos míos, su madre va con un dardo en el amorentregada he sido por mi esposo.Me obligo a prolongar el viento de esta herida,el camino anuncia con su ritmo un túnel de silencio;ya escupí esta penamujer, y sola, entre soldados.

josefa, suplicante

Ahora escribo cartas, dueña y señora de este dueloen la tarde irrumpo para gritar hacia adentro todo el coraje.En las cartas, en cambio, he de suplicaresparcir el corazón con el orgullo sordo al toque de clarín que se me vienequemando la lengua y los pulmones…Catorce hijos están en la balanza y no puedo más que indagar por mis pecadossimular inocencia; yo, conspiradora, seductora,según dijeron, de torcidos pasoscon un ojo en los indígenas, en los soliviantados, y otro en el deber.La traición de mi marido siembra buitres en el sueño,en la vigilia he de ser lo que se espera:madre es mi profesión, y esposa

Page 16: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

16

Dama de honor

No estaré vestida de gala sobre el salitre de mis muertosya nunca tejeré el cuento de la pacífica dama¡pueden irse con su serpiente!No arrastraré a los caídos por los salones,no ensuciaré su agonía junto con el ruedo de mi traje.Sangre hay, demasiada, bajo aquellas luces de operetacon su artífice de asco y oropel,pieza de todos los tableros.¡Nadie me insulte pidiendo que me una!que arroje mis pájaros a su ave de rapiña.Hay una patria amasada con el olor acre de la guerracon el horror de los destripadoscon el río mudo de los huérfanoscon el pantano del desastre y la gloria.No pasearé en carruaje mi vergüenza,aquí me quedaré, mi memoria será largamucho más que su reinado.

Page 17: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

17

GertruDiS, DiViDiDa

romance de doña Gertrudis

A la plaza va la niña:¡Nodriza, huelen las floresa ramos que el viento arrullaacariciando los montes!Mirándola está el alférezcomo a un zafiro en un brochetrenza negra, altivo pechomirada donde se escondeel ave libre de un almacon el calor de dos soles.¡Ay, Gertrudis! quien pudierasaber pronunciar tu nombrecon la esbeltez de la garzaque en tu cintura se esconde.De amores sabrá el soldadocuando el corazón le bordefiligranas de un destinoincierto como la noche…

Gertrudis, el origen

Madura el verano entre montañas,sobresaltos cristalinos rizan el espejo.Janitcio regala su perfil.Un soplo de eternidad es el paisajeTzacapu-ansucutín-pátzcuaroTzacapu-ansucutín-pátzcuaroTzacapu-ansucutín-pátzcuaro

Page 18: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

18

este es el lugar donde se hace la negruradonde la muerte es una constelación de sueños,mil resplandores en el aguael sitio del regreso y la partida.En Pátzcuaro se urde el tejido de mi historiaen Pátzcuaro se urde el espejismo de la muerte.Sangre en mis venas va del enemigo,raíz del amor, y de los huesos.Corazón de india me dio la madrugada.Así, he visto doble el rostro de la Nueva España,dividida en paradojas crecíy de la sangre a la lengua fluyen las razones,lealtades que no compra el color de la piel.La traición es un espejo de dos lunascomo este lago de Pátzcuaro reflejado en sí mismo

la esposa y la muerte

Veo tus ojos en el lagodesde allí me mirandesde el agua me están observando.Son círculos de ausencia tus ojos en el lagotu mirada prisionera de los pecesfija como la de los peces que flotan con el vientre hacia arriba.La muerte es una miradadesde el agua muda de tus ojos.

Page 19: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

19

Mientras avanza

Mientras avanza el río entre los párpadosmientras simulan las nubes un destino,la fuerza ascendente de la vida,procuro alimentar bocas ajenas.Dos tajos de mi sangre perdípadre e hijo se fueron con la lluviacon rabia se disuelven en la muerte¡a la guerra vayan, a la guerra!El polvo se levanta, se levanta el cantose levantan los cuerpos descarnados,en mi recuerdo los armolos reintegro a la respiración de los hombresdormidos después de la faenaal temblor en la piel de los caballosa las piedras del río.A perderse fueron en el vientoa podrirse lentamente en todas partes menos en mis sueñosallí los veo con la mirada anhelante de los idoscon mirada rencorosa me venfragmentados.Por eso estoy en los campamentospor eso hilvano mis días entre los soldadospor eso les doy a comer mis entrañas,para ver si así ya no me vensolitarios y muertos desde mis sueños.

Page 20: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

20

Hora de salir

Se derraman los segundos en la quietud de las paredeshay un lamentoun desgarrón prolongado en los murmullos de la noche.La muerte cuenta sus pasos de esquina a esquina…no desmayes, corazón mío, el tránsito es leve.Aquí siempre es el mismo díay ya es hora de acabarya es momento de salir.Prefiere otra ruta, cadena de mis noches,me dolió el odio, y me dolió el amordesnudé hilo a hilo la tortura.El caso es que ya escupí hasta las plegarias,hora es de abrir los ojos en otro escenario.Soy la que se vala que debe sucumbiresfumada.Cantaré la canción de los que escapan a una gran desdichay el pelotón vendrá danzando con giros de muertea sembrar flores rojas en mi pecho.

Page 21: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

21

María iGnacia, DeSeaDa

Mariposa (María ignacia, coqueta)

Ojos azules, ¿a dónde vas?¡a teñir con ellos el mar!Miel en cascada.¿Quién te despeina?¡Los dedos de mi amanteen primavera!Talle de ensueño,¿quién te ciñe?¡Quien me haga suspirar por los jardines!

Mal de ojo (María ignacia, bella)

Vocación de frutapiel para morder, durazno amanecido,alas de mariposa llevan tu risapor la Alameda.A donde vayas se perfuma el airey se enrarece…Te siguen como lobos las casacas,va pisando tus huellas el deseo.Cuídate, niña, del mal de amorescuídate del mal de ojo.

Page 22: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

22

el citatorio El mal tiene ojos que miran con voz fangosase refugia en los sótanosse reúne en piaras a gruñir sus preguntasse llama Santo Oficio, a veces, e interroga.De noche, estos ilustres murciélagos se agitantropiezanse debaten.Me llaman con su mirada torcidaa comparecer, afirman que la traición se viste de brocado y seday sonríe con labios olorosos.

comparece “la güera” (María Ignacia, interrogada)

Voy por los túneles,tafetán y pie ligero,con el perfume pegado a mis talonescomo un gato mimado.Eterno es el trayecto.Miraré sus dientes amarillos al final.El grupo nauseabundo afilará sus dudaspero llevo sus secretos por coraza¿Quién mira mis ojos de un azul agudo?¿Quién se atreve contra mí, la descarada?¿Quién pondrá mi sonrisa en el cepo?¿Quién atará mi lengua respondona?Ya me pasearé por los salones con sus vicios en bandolera.Muevo, turbulenta, el abanicoy lo cierro de golpe.Los buitres retrocedenNadie asusta a “La güera”, nadie.

Page 23: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

23

Monólogo de María ignacia

El rosa de mis mejillasobsequiaba.Niña de miel, encantaba;mis labios di cual frutillasmaravillasque al son del beso volaban.

Ojos de un azul ardientemis lebreleslanzando sus chispas cruelestransfigurando el ambiente¡tan decente!brillaban mis ojos fieles.

Belleza que no recatasu criterio–para el mundo vituperio–a los señores maltratasi se tratade comprender un misterio

Pecado, mujer bonita,¡tanta gloria!es pensar por cuenta propiaque así quedarás proscritabien malditaen la celestial memoria.

Mejor desliza tus sedasencumbradasante lascivas miradasy olvida, si te desvelas,como puedastus ideas desbocadas!

Page 24: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

24

Page 25: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

25

María Soto la Marina, arrieSGaDa

Descansa en los remansos (María, aguadora)

El agua del río cintila en la nochese alarga, rumorosa, arrastrando lumbres estelares,a veces descansa en los remansosquieta, se deja acariciar por los árbolesy luego, eterna sierpe,sigue su curso.En la memoria guarda los paisajeslos puebloslas sonrisas de los niños que juegan a su vera.El río, lejanía insinuante…Habrá que romper un cerco para verla,para tocarla habrá que exponer el cuerpo al fuego.Nadie se atreverá, salvo María,una frágil silueta entre silbidos.Ella espanta el suplicio con sus brazos.

la mujer y el río Un río luz sigilosa por donde surcar la madrugada girón de luna culebratacto musical de ramas que acarician el remansoreflejo vivo.Tiembla el agua al final del sendero.

Page 26: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

26

María (compasiva)

Ella caminaba presurosarumbo al agua prisioneraiba rezando y temblandoa remojar los tormentosde la tropa.¡Agua para borrar el insomnio!

el cerco (María, arriesgada)

Tañe, lastimero, el ríocampana de cristal con voz de aurora.Amanece la belleza de dorados camposen humedad raptada por la suertede los que no se consuelan con lamentos.Un cerco es asunto de pacienciaun cerco es el rostro sudoroso y la lengua secaun cerco es la cinta cantarina del lado del enemigo.Si nos ahogamos en nuestra propia rabiasi navegamos en el sopor de la sedsi la vida y la muerte caben en el cuenco de la mano.¿Qué hace una mujer con su tristeza?¡Toma su coraje y va por agua!

Page 27: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

27

agua (María, la Historia)

Campo de mí sobre la nochesoñoliento en río y en luciérnagasa vivir me has puesto bajo el cercode las estrellas altas.Sola voy y sedienta.Agua piden las voces del pasado,los ojos salidos de las órbitas,Un paso tras otro, el cántaro a la espalda,la muerte hace su ronda.Una figura diluida en los vapores del amanecer:María, rebozo y pies descalzos,sueña con un suave surtidor,con tener una fuente en sus entrañas,que baje por sus muslos un agua dulce y misteriosa.Paso tras paso, colina abajo,la muerte a la espaldael cántaro sesgado,ahuyentando va la sed como a un tropel de avispas.María, la únicaMaría, el diluvio.

Page 28: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

28

Page 29: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

29

HerMila, FeMiniSta

una niña en el estrado (Hermila Galindo, feminista)

Al acecho de la oscuridadcírculos de espuma, caminos en el reflejo.Tu nombre grabado en ceniza,cansanciocuerpos tendidos al pie del ocaso.Defensora del limo, la humedad, el temblorun cuerpo llevado al límitevoz ante las miradas fijas de las multitudes.Hermila, trino de canario para nombrar el derechoa morir de placerponerle nombre a lo indeciblehija de la lunaalucinaciónniña daga filosa, herida única en la pared del mundo.

confesorio (Hermila, vida secreta)

Los amores prohibidos huelen a tierra después del aguacero.Mezcla de inocencia y perversión,danzan desnudos su aquelarrebajo el espectro difuso de la luna.Los amores culpables son tercos¡tan honrados en su terquedad de flores excomulgadas!Caense retuercense anudansalen a cazar de nochedamas solitarias con la piel agónica.

Page 30: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

30

Monólogo de la amante

Desventurada y perdida en el lamento de las campanas. desnuda de alas, sin tia ras de infierno clamo por tu cuerpoyo, la inclemente hija de la ausencia,la que se deja tocar y gritay se deshacete evoco, te llamo por tu nombre, digo tu nombrelanzo tu nombre a la pared y ahí se quedamirando cómo acaricio el lado oscuro de mi sangresobre tu sombra en mi lecho donde se despedazan los colibríescon las alas cenizas de este amor sin ecoalas olorosas a nuncaalas para no levantar el vuelo, ni libar en el sexo tibio de la flor.Desventurada y perdidacercanía extraviada en el lejostan lejos como se pueda estar.

las palabras

Diecisiete años son pocos para atrapar al vuelo un general.hablo, no puedo dejar de hacerlo.Alguien me puso una vez ante la atenta oreja de una multitudy las palabras se alargaron en volutasjugueteando, alegres, en el aire.Ahora tienen vida propiame acosan y atormentan las palabrasnombran extraños escenarios donde nunca estuvehablan de sensaciones que no han pasado por mi piel.Están malditas las palabrastraen recuerdos que no me pertenecen

Page 31: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

31

viven de mí, como sanguijuelas.¿Qué quieren esos seres que anidan en el lecho blando de mi lengua?Me soñé recorriendo sola eternas calles semioscurasabordando hombres, descarada,me soñé tocando cada centímetro de pielde un desconocido.Y soñé que soñaba un ardor inexplicableuna ansiedad sin fondo.Ya no podré librarme de ellas.

riesgo

En este infeliz momento en que recogí mis alassin fuerzas para reparar los males de antañosin piernas para recorrer una vez más el espacio entre el acto y las palabrasmuertas de miedo ante el destino,pídanle al viento un girón de cordura,abracen a esta pequeña estatua de buenas intencionesSacudan las únicas palabras que no se quedarán en la intemperiearránquenlas del sueñoháganlas trizas, si quieren,pero no las dejen tiritando en el aire fatuo de un discurso.Vean que soy la imagen blasfemante de un ser escondidoentre los costureros de las abuelas.¿Cómo hacer que se miren desnudas al espejo?¿cómo hacer que palpen sus entrañas?responsables del amor y del deseo y del placer y de la soledady de los gusanos.Mírenme hoy cuando me deshago en el laberintosin hilo de Ariadna que me salve.

Page 32: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

32

La salida es apenas una antorcha en lontananzaNadie parece reconocer en este limbo sus orgasmoslos pobres pasan, huérfanos, y se pierden¡Oh!, nada de angustias,el cuerpo es cierta idea clavada en la pared de una caverna.

Propuesta indecorosa

Oculta en el lenguaje por un sopor de abuliatemerosa va huyendo de sí mismacon un disparo en la cordura,vulnerable y expuesta a toda maldición,a la sentencia.El coro de las almas que van al mataderosonrientes y pálidasy discretasy confiadasha cerrado los ojos, indignado:conocer del cuerpo los caminoslos placeresno es tema para entrar a discusión en un congreso.Se atrevió a sorprender la secreta alacena en ese muro,por años mohosa y clausurada.Probablemente la verán sin verlapartirán sin siquiera escuchar el sordo crujirde las termitasdevoradoras indecentes de la paz doméstica.…Quedémonos así, más nos vale.No hay que tentar al diablo.

Page 33: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

33

carMen SerDÁn, MaDeriSta

Máscara (carmen, colaboradora)

Son nuestros obstáculos las malas costumbres.Mezquina gente vestida de cortesía.Vidas sesgadascon el espinazo roto por la genuflexiones.Secuestraron la decencia,apilan sus blasones en cuentas millonariasy en sordidez viven,engordan sobre el lomo de la patria.Me alisto en un barco sin rumbo cierto:las mujeres no cambian la Historia,a lo sumo paren a los héroesno están para coserse una guerra al corpiñono para encender una ideaigual que encienden el fogón.Porque el hombre lleva su destino,vuelve el rostroorgulloso de su propio momentode su ruidosa gloriacon algún nombre que parece verdaderollámese rey, o general, o presidentey tiene ese pedestal para que lo consuelede su corazón mordido por el excesivo anhelo.Una mujer está donde le pidencomo esas máscaras del teatro griegopara amplificar la voz hasta la última grada del teatro.Preguntarán si vale la penafatigar los callejonesrepartir mi vida en cada impreso

Page 34: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

34

la vida de amar y mirar la belleza del Valle de México,la de ir, tal vez, a la Alamedacon una amiga, o tomar el té y hablar de fruslerías.Si no creyera en este espejismo de la justiciano tendría razón para empinar mi nombre,sería una más en el rebaño.Hagamos, pues, lo necesario;no importa si la Historia no nos menciona:el honor viste falda,nadie lo ponga en duda.

Page 35: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

35

aprehendida

Cercada y vibrante,Carmen, como un arpegio.Soldados te lanzaron el oprobiode sus miradas,la fuerza bruta sobre tus alas de torcaza.El hogar de la familia tomado por asaltolos recuerdos sucios de grosería y violencia.La soldadesca convierte en porquería lo que toca,Rey Midas en un cuento vuelto de revésdonde los sucesos siempre tienen algo de cierto y de falacia.Te veo en el balcón, gritando tu corajecomo quien arroja margaritas a los cerdos,y es que no permite El Poder, ese ojo en llamas,que se abra su pechopara dejar pasar el viento frescolos panoramas en donde todos alcancen un poco de cielosólo un poco.Así que ahora te llevan a encerrar.Noche clausurada, agujero en el tiempopálido como la luna,apenas un vapor entre las nubes.Sé que un día se levantarán los pájaros recién nacidosde tu corazóny juntarás los pedazos del tiempo robadolos trazos de tu cuerpo que los soldados llevaron a desdibujar.Tu retrato de walkiria quedará como nuevoporque la historia es una veleta, Carmen,se mueve según sopla el viento.

Page 36: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

36

Page 37: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

37

carMen MonDraGÓn, teMblor De tierra

Sibila (carmen, la serpiente)

He visto a esa mujerdeslizar la piel entre susurros.Zigzaguea con reflejos de mar,da escalofríos mirarla.Va anunciando el sinsentido,la catástrofe del hombre,el tiempo en que la historia se desenrollacomo una alfombra oscura.De cuando en cuando la lengua bífidaasoma entre sus dientes:peligro, dice el aura de este nervio a flor de sexo. Guárdense, inocenteslos respetuososlos exiliados del placerlos que miran de reojo y sientenel tirón del músculo en la entrepiernapero fingen que no sucedió.Cuídense también las mariposaslos murciélagoslas garzas otoñales en sus sagrados nichos.Alguien convoca y ordena el inicio de otros tiemposhaciendo añicos la imagen del Edén.Es el nacimiento del tiempo odioso.Este ofidio con nombre de tembloreste cataclismopasea desnuda, poemiza su trompeta del juico final,baila una pared de hielo ardienteen donde escribió con letras mudas el tamaño de su exilio.

Page 38: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

38

¿A quién podría importar su gorrión descuartizadosu temor acervo a la decrepituda la podredumbre?Quien arma la historia en torno a su bellezaes un miedo con ojos de faroun temor extendido hasta perder la concienciauna preguntauna angustiaun estertor.Es la Sibila que mira espantada y desdeñosa su propio fin.

Page 39: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

39

nahui ollin (el quinto sol)

coro:Y dijo el Dios: ahora es el tiempo de reconstruir el mundo.¡Venga el fuego a crecer desde el centro de la tierra!Cúbrase el cielo de cenizaya no habrá cantosveremos morir la música.Toquen los hombres al son de los vientos,hágase una grieta en la piel de la tierray brote la flor oscura, poesía de la destrucción.Son los días del cambio, éste es su signo:Nahui Ollin, temblor de tierra, movimiento.ella:Un día vendrán rodando mis ojos por el valle,piedras preciosas color de lamento y ciénaga,mis enormes pantanos.Sigilosa cantaré canciones que hablen de lujuria y soledad,gritos conocidos sólo por el jade que llevo en el pecho.coro:Cuatro veces amaneció el cosmosllovió sangre sobre los girasolessangraron los escudos en el amanecer.Cuatro veces se hizo lo que debió ser destruido.ella:Ahora, en el quinto sol, llegarán los lamentostras el cuerpo de esta mujerrepetida hasta el infinitocapturada por luces y cámaras oscurasexpuesta como un guisosuculenta.Diosa para alterar el orden, diva–los que miran sin ver aprecian la envoltura–se quedan como un rasguño en la epidermis.

Page 40: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

40

coro:¿Qué dice el trueno del Dios?Ensordece el lugar con su zumbido,viene derribando montes y cavernasarrasa ya, la tierra se va abriendose va rajandocomo una vasija.Sobreviene la tristeza.ella:Vengo a ponerme triste,a sentir angustia: nunca másoh, nunca más en tiempo alguno (…)Que luces y colores sean tejidos observen este cuerpo hecho para el morbo,arranquen tira a tira esta piel.Ya dije que soy bella, como ninguna otra,ya lo repitieron las pinturas, las fotografías;ya me perdí en ese laberintoen donde me busco inútilmente.Miren este cuerpo hecho para la muerte.Yo, la que se mueve,la que se inventa para reconocerse,temblor de carne puravivo al filo de un misterio,sin fondo es mi dolor.No es posible llevar el mar en el espíritu y salir ilesa:nadie entiende nada.

nostalgia por el fauno (carmen, a su amante)

¡Heme aquí en este bosque, oh, Ausente!¡Ah! los labios sordos, la piel muda,el cuerpo deshojado en la memoria.

Page 41: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

41

Amor escarcha,pasaje vedado a lo eterno, te invococon esta prisa de agua en remansoansiosa de vuelo.Ven por los caminos del sueño y de las mariposas nocturnas,trae tu luciérnaga, tu flecha, tu lengua, tu caramillo;las amapolas del insomnio,el estertor de la sangre sin bridasel río que viaja hacia ti desquiciando entrañas.Y trae las manos de amasar el pan de mi cintura,tus caderas, y el rito de ahogarnos, boca contra boca,como peces ensartados por el mismo anzuelo.

Para matar el tiempo

Perder la belleza que arrastré por el mundo como una cadenatal vez sea una llaga que no me resigno a ver.¡Ay!, por eso escribo poemas donde evocoel perfume enervante del verano,versos donde me niego y me desdigoy declaro que renazco de los gusanosdesde mi última podredumbre.Poesía, libertad del espíritu, tú que sabes de retornos,de remedios contra el gran estrago,de exorcismos para mandar el tiempo al infierno,de intentos para zurcir el alma con la fantasía,cauteriza esta llaga, haz llegar tus bálsamospara que al menos por unos segundosolvide esta heriday vuelva a sentir el perfume enervante del verano.

Page 42: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

42

carmen, reconciliada (epitafio)

¡Qué bien conozco este lugar!pareciera que nací en él.Cerca de mi tumba un árbol acaricia con sus ramaslas flores húmedas de una enredaderay a ese leve roce se abren, como esperando ser fecundadas.Amo el sonido del viento y la grava de los senderos:aquí, al fin, descanso en paz.Dijeron que estaba locaporque paseaba mi desamparo por la calles,en harapos el vestido y el alma.Morí como viví, libre y sola.Sola estuve entre la gente que me desnudaba con los ojos,y entre los que me desnudaron con las manosy entre los que capturaron para la eternidad mi figuray entre los que pisaron mi nombre y entre los que me amaron de verdad.Al final, la vida te restituye lo que perdistey yo me perdí a mí misma entre tanto flash,entre la absurda adoración por lo que un díaterminó en donde todo empieza.Lo único que lamento fue el destino de mis gatos.

Page 43: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

43

traS laS líneaS

“chata” Micaela (enfermera)

Una no elige el lugaren donde lo tiran al mundo,ni me acuerdo en donde nací.Soy un hueco entre las peñas,una mala palabra.Muchas veces me he preguntadosi Dios me hizo mujercon ojos y boca y greñas de mujer¿por qué esta dureza que me agarra las manos?¿esta forma de mirar como retando?A veces soy sólo enojo y puño crispado,una desagradable mueca en el paisaje.Por ahí anduve, persiguiendo rumbosy alguna noche un hombre calentó mi catresiempre de prisatiempo robado al tiemporesuello y alivio para el cuerpo.Ni una palabra de amor sopló jamás mi oreja.tal vez porque soy feay espinosa, como los nopales.El destino es una cuerda con la que topasen una encrucijadaasí es que un día me vi siguiendo la tropa.Dijeron que era la hora de los jodidosy con ellos me fui, Micaela, la más jodidaHice de todo, hasta de enfermera.En casi nada podía ayudar a aquellos pobresapenas consolar con palabras sus heridascompañía para bien pasar al otro mundoal menos sin dolorcon un poco de hierba.

Page 44: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

44

Micaela (filosófica)

Es nuestro infortunio de los pobrescomo piedras filosas;por más que evitemos su agudo costado siempre un tajo va a dar a nuestro pieAquí no hay suertesólo un día tras otro.He visto el hambre, su cara de perro,y hasta hemos terminado siendo amigas.He amarrado la armadura de mi espíritua las ruedas de los carros hartos de metrallade hombres mutiladosmoribundos. Me hice una con el silbido de los trenescon la hierba secacon el polvo o el fango.y me he renovado en cada amanecercuando veo el sol entre los montes.Me doy por satisfecha porque sigo viva,regalando mi áspera piedad,cuando algún desesperado le da su jalónal cigarro de marihuana que puse en sus manosy me dice entre sueños“¡Dios te lo pague, mujer!”

Viuda de guerra

Una mujer sola es un violín sin arco.Su cuerpo fluye hacia adentro con la lentitud de una plegaria.Arde en el vacío y no hay mano que la apagueni lengua que se ofrezca a saciar su sed.Tormenta sujeta en un puño,brama y nadie la escucha.

Page 45: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

45

Lava en sordina, mujer sin hombre y sin nombresola en el páramo blanco donde toca, culpable, su sexoesperando siempre con los ojos turbiosla embestida que se hurta.Nadie deja en ella un olor, ni una sonrisa,y su piel disuelta en velos se apagacomo un candil antiguo.

jacinta, la de la pólvora

Tiene en la mirada fragmentos de metralla,carga el fardo del diluvio donde dejó su inocencia y su campana.Pólvora son su risa y su gemido,sabe a campamento la piel de esta muchachacurtida por el humo y la boñigay el sudor de mil catres.Amores que se fueron a galope dejaron ese rastro de cenizaen sus ojos de poca mansedumbre. Como esa muerte escondida en carbón y azufre,estalla en el placer para aturdirse,es de todos y de nadie.A través de sus huesos sentirás las nopaleras,el viento de la sierrael canto de los gallos.En su vientre se pudre la nostalgia, mírala bieny grábala en tu rifle, no la verás llorar.Sus lágrimas salieron disparadas cuando la arrancaronde su casa y mancillaron su cuerpo adolescente.Eran sólo dientes, hedor y ojos turbios,no supo cuántos…Ahora se ocupa de la pólvorapara volar el maldito olor a caballo y a trapos resudados,para mandar al cielo su maldita suerte.

Page 46: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

46

Último horizonte (carmen, seductora)

No es momento para ahogarse en rosas.Deshaciéndose va el crepúsculo tarde arriba con la muerte y su guiño desdentado.Cuadriculan estos fierros mi último horizonte,ya nunca más el olor agrio de las bestias,hombres y caballos.A convencerlos fui, a enamorarlos,extendí mi cuerpo en las veredaspor donde se teje la nación a tiro limpio,cavé mi trinchera en las cantinasen los prostíbulos desquiciados por el miedo,en la acuosa mirada de los soldados.A cantarles mi ritual de escamas a prometerles fuimas no la salvación, no la gloriasino un pedazo de tierra donde anclar el nombre.Dicen que soy peligrosaladrona de carne para los gusanoso para la vida…¿Quién puede saberlo?

Page 47: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

47

Del otro lado (carmen, prostituta)

Mañana seré yo quien pierda el equilibriocon el pecho estallado en fragmentos de venganza.Festín para la muerte soy, de eso estoy segura.A muchos arrastré del otro ladopegados a mi olor, al manantial de olvidoque nace entre mis muslos.Rodearon campamentosburlaron vigilanciassordos a la consigna que nadie había rotoni con sablesni con fusilesni con maldicionesTampoco con orgullo.Solo mi carne sudorosa que pronto devorarán los gusanosobró el milagro.

Fugitiva (Micaela, golpeada)

¡Ah, feroz, feroz!Veo tus ojos, hilos de veneno,tu rostro hecho para los arañazostu puño cerrado sin propósito,porque esta vez ya no chocó contra mi vientre,tus botas ansiosas de patadas…Ya estarás en medio de la tardemaldiciéndome.

Page 48: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

48

en la retaguardia (Fermina, cocinera)

A la hora en que el tiempo descansa,sin importar los estragos del caminoni el olor agrio de estos días con el odio a cuestas,con la basura acumulada entre pecho y espaldacon los pies sangrantes de ir siempre a la zagaacarreando malestaresinventando caldos de humoapañando lo que se pueda,a esta hora en que todos respiran al ritmo de sus sueños o de sus pesadillasvelo por ellospues el hombre más fiero dormido es inocente.Ahora soy la madre que les faltaen su memoria cerrada a la dulzura,alimento lo que les queda de entusiasmohago milagros, como sea.Sin mí no hay campamento, ni orden, ni batallasaunque siempre esté en la retaguardia.

Page 49: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

49

Page 50: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

50

Page 51: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

51

El gobernador Roberto Borge Angulo y Juan José Guerra Abud, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, inauguraron recién el Centro de Educación Climática de Cancún.

CENTRO DE EDUCACIÓN CLIMÁTICA DE CANCÚN

Page 52: De pólvora y jazmines, Norma Quintana

Este Cuaderno apuesta al futuro y no tan

sólo como proyecto editorial, sino también

como vehículo para la expansión de las

ideas que se generan en Quintana Roo; la única manera de que podamos alcanzar un

porvenir luminoso como comunidad depende de lo que

sembremos ahora.