DE LA RUINA Y CONQUISTA DE BRITANIASan Gildas
Primera traduccin al castellano hecha por Ignacio de J.
Gomezgil, basada en el texto en ingls (y las notas) de la edicin
de: Gildas, The Ruin of Britain & c. (1899). Cymmrodorion
Record Series, No. 3.Transcrito por Roger Pearse. Y en el texto
latino de Mommsen, Theodor ed. (1892): Gildas, De excidio
Britanniae, en: Chronica Minora Saec. Iv, v, vi, vii volume 3, pp
1-85, Monumenta Historica Germaniae, Scriptores, (Berln 1961).
INTRODUCCIN
1-ESBOZO BIOGRFICO DE SAN GILDAS
Existen dos fuentes primarias sobre la vida de Gildas, estos son
los siguientes: A-El Texto de Rhuys, Siglo IX.B-El Texto de
Llancarfan, Siglo XII.
Segn estos documentos y a la hagiografa, sabemos que Gildas naci
en Britania entre los aos 496 y 516 en el territorio de Alt
Clut-Arecluta, en el Hen Ogledd, regin de habla britana en el
norte, y se dice que fue hijo de un tal Caw, Caunus.De muy joven
fue entregado por su familia cmo educando u oblato a Illtud (San
Hildutus) en el colegio monstico de Llan Illtud Fawr.
Posteriormente march hacia Irlanda para continuar sus estudios, y
fue ordenado sacerdote. Por sus escritos sabemos que mostraba una
marcada preferencia por el ideal monstico, y por fragmentos
epistolares sabemos que redact una regla monstica an ms austera que
la de San David su contemporneo, y debido a su erudicin fue llamado
Gildas Sapiens. Ya como sacerdote regres al norte de Britania en
misin evangelizadora entre los no conversos.Se sabe que viaj a
Ravena y Roma y de regreso se estableci en Galia, en la isla de
Rhuys como ermitao, Ms tarde construy all un monasterio, y un
oratorio en una banda del ro Blavet.Muri el 29 de enero, y segn la
tradicin su cuerpo fue puesto en una embarcacin y dejado a la
deriva. Pero el 11 de mayo, la embarcacin con el cuerpo intacto de
Gildas fueron encontrados, y fue sepultado en Rhuys.
2-LA OBRA DE EXIDIO ET CONQUESTU BRITANNIAE
La obra es un sermn a manera epistolar en tres partes en las
cuales Gildas condena duramente los actos de sus contemporneos,
tanto laicos como religiosos.
En la primera parte, Gildas narra, de forma breve, la historia
de la Britania desde su conquista por Roma hasta los tiempos en los
que l vive, versa respecto a su obstinacin, sometimiento y rebelin.
Sobre su segundo sometimiento, y la dura servidumbre. El acoso de
los tiranos, los santos mrtires, las muchas herejas. De las
incursiones de los anglos y sajones en el pas con sus terribles
consecuencias.De la carta a Agitio, -normalmente identificado con
el patricio Aecio-, de ms crmenes, y de una plaga memorable.
Respecto a aquellos que sobrevivieron, y respecto a la victoria
final del pas garantizada por la voluntad de Dios.En la segunda
parte, que comienza con la aseveracin: Britania tiene reyes que,
sin embargo, son tiranos; tiene jueces que, sin embargo, son todos
impos. Gildas narra la vida y acciones de cinco gobernantes
contemporneos:
1 Constantino de Dumnonia2 Aurelio Canino3 Vortipor de Demecia
ms conocido como Dyfed.4 Cuneglaso de La Casa del Oso, o Fortaleza
del Oso.5 Maglocunus o Maelgwn
A los cinco sin excepcin, los describe como crueles, tirnicos,
codiciosos y dice que viven en el pecado.
La tercera parte comienza con las palabras: Britania tiene
predicadores, siendo todos mentirosos; numerosos pastores, siendo
unos desvergonzados; clrigos que son todos astutos saqueadores.
Gildas contina con su acusacin contra el clero de su poca, pero no
usa nombres, y por lo tanto, o arroja mucha luz sobre la historia
de la iglesia en Britania durante ese periodo.
La visin que se presenta de Britania en este sermn, es el de una
tierra devastada por saqueadores, invasores, y el desgobierno de
funcionarios corruptos. Aunada a la invasin, de los pueblos brbaros
que acabaron con la civilizacin romana dentro de los lmites del
antiguo imperio, sino porque tambin explica la difcil cuestin de
por qu la antigua Britania fue una de las pocas partes del Imperio
Romano que no adquiri una lingua romana como hicieron en Galias e
Hispania ms adelante en el tiempo.
Ms la intencin de Gildas era la de predicar a sus contemporneos,
muy a la manera de un profeta del Viejo Testamento, y no la dejar
constancia de hechos histricos. La obra de Gildas se trata, sin
duda alguna de una de las ms importantes, no slo sobre el medioevo
sino de la historia de la isla, ya que es uno los pocos trabajos
escritos en la antigua provincia romana de Britania que ha
sobrevivido hasta nuestros das.
Ignacio de J. Gomezgil R.-S., Tepoztln, Mxico. 2015
DE LA RUINA Y CONQUISTA DE BRITANIA
Cualquiera que sea m intensin en esta epstola, hecha ms en
lgrimas que en denuncia y en pobre estilo, me permito, pero con
buena intencin, que nadie me considere como si fuese a hablar bajo
la influencia de desdn por los hombres en general, o con una idea
de superioridad sobre todo, por qu lloro el deterioro del bien, y
el acumulamiento del males, con lacrimosa dolencia. Al contrario,
que se piense de m como un hombre que hablar por el sentimiento de
condolencia con mi pas derrotado y con sus miserias, y compartiendo
la alegra de los remedios.
No es tanto mi propsito el narrar los peligros de la salvaje
contienda provocada por bravos soldados, como decir de los peligros
causados por hombres indolentes. Yo guard silencio, yo lo confieso,
con infinito pesar de corazn, como que el Seor, el que lo controla,
es m testigo, por los ltimos diez aos o tal vez ms, yo fui impedido
por un sentido de inexperiencia, un sentimiento que tengo an ahora,
tambin por malamente ser digno por escribir un breve trabajo
admonitorio de alguna clase.
Yo sola, sin embargo, del maravilloso legislador, quin no entr
en la tierra deseada por que dud en una simple palabra, que los
hijos de los sacerdotes, por que llevaron fuego extrao al altar,
perecieron de muerte sbita, que la gente que transgredieron las
palabras de Dios, 600,000 de ellos, dos fieles fueron exceptuados
aunque amados de Dios, por qu hacia ellos el camino se hizo plano
sobre el lecho del Mar Rojo, pan celestial le fue dado por comida,
bebida renovada de la roca les segua, su ejrcito fue hecho
invencible por solamente levantar las manos-que esta gente cay en
diferentes partes por bestias salvajes, espada y fuego por las
desiertas partes de Arabia.
Despus de su entrada por una puerta desconocida, el Jordn, por
as decir, y de la cada de los muros hostiles de la ciudad ante el
sonido de las trompetas por Dios mandado, le que un pequeo palio y
un poco de oro apropiado de la cosa sagrada postr a muchos; que la
alianza con los gibeonitas, fue rota (aunque ganado por astucia),
trajo destruccin sobre algunos: que por los pecados del hombre
tenemos las amonestadoras voces de los profetas, y especialmente de
Jeremas que lamenta la ruina de su ciudad en cuatro canciones
alfabticas.
Yo vi que en an en nuestro tiempo, mientras lloraba: La
enviudada ciudad se qued solitaria, hasta ahora llena de gente,
gobernante de los gentiles, princesa de provincias, y se volvieron
tributarios. Por esto se significa a la Iglesia. El oro se volvi
tenue, su mejor color cambi; Lo que significa la excelencia de la
palabra de Dios. Los hijos de Zin, esto es de la santa madre la
Iglesia, famosa y vestida del mejor oro ha abrazado el estircol. Qu
a l, un hombre de eminencia, se volviese insoportable, han sido
tambin para m, malo como lo soy, cada vez que eso creca para ser
alto en ambicin, aunque lloraba constantemente a los mismos
distinguidos hombres viviendo en prosperidad como para decir: sus
nazarenos eran ms blancos que la nieve, ms rubicundos que el viejo
coral, ms hermoso que el zafiro.
Estos pasajes y muchos otros lo he considerado de algn un modo,
como un espejo de nuestra vida, en las Escrituras del Antiguo
Testamento, y entonces volv a las Escrituras del Nuevo Testamento;
all leo cosas que previamente haban sido obscuras para m, en una
luz ms clara, porqu la sombra ha pasado, y la verdad brillo ms
estable.
Yo leo, que es para decirlo, del Seor diciendo: Yo no he venido
sino para las ovejas perdidas de la Casa de Israel. Y por otro
lado: Pero los hijos de este reino sean arrojados en la obscuridad
exterior, all llorarn y rechinaran los dientes. Otra vez: No es
bueno arrebatar el pan de los nios y arrojarlo a los perros.
Tambin: Afliccin sobre ustedes escribanos y fariseos hipcritas.
He odo: Muchos vendrn del Este y Oeste y reclinaran con Abraham,
Isaac, y Jacob en el Reino del Cielo; y en la otra mano: Y entonces
dir a ellos: aprtense de m ustedes labradores de la iniquidad. Yo
leo: Benditas son las estriles y los pechos que no han amamantado;
y por contrario: Aquellos que estaban listos, entraron con l a la
fiesta de boda, y vinieron las otras vrgenes diciendo, Seor, Seor,
abre a nos; a quin la respuesta fue hecha, Yo no las conozco. Yo he
odo ciertamente: Aquel que crea y sea bautizado, ser salvado, aquel
que empero no crea ser condenado.
Yo leo en las palabras de los apstoles que una rama del olivo
silvestre ha sido injertada en el buen olivo, pero que debe de ser
separada de la participacin en la raz del grosor del mismo, si ello
no temiera, pero debe de ser altruista. Yo conoc la gracia del
Seor, pero tem su juicio tambin; alabe su gracia, pero tem la
representacin a cada uno de acuerdo a sus obras.
Yo vi ovejas de un redil diferentes entre s, Llame a Pedro, con
buena razn, el ms bendito debido a su abierta confesin de Cristo,
pero Judas el ms infeliz debido a su amor a la codicia; A Esteban
yo llamo glorioso, por la palma del mrtir; A Nicols, al contrario,
miserable a causa de la marca de sucia hereja.
Yo leo ciertamente: Ellos tenan todo en comn, pero tambin leo:
Por qu estuvieron de acuerdo en tentar al espritu de Dios? Yo vi,
al contrario, que gran indiferencia ha crecido entre la gente de
nuestro tiempo, como si no hubiese causa de temor.
Estas cosas, y oras muchas que he decidido omitir, por ser
breve, he reflexionado con reparo de mi corazn y con asombro de
mente. He ponderado- s el Seor no ha perdonado a gente, peculiar de
entre todas las naciones, la semilla real y nacin sagrada, a quin l
ha dicho: Israel en mi primognito-si no perdon a sus sacerdotes,
profetas, reyes por muchos siglos, si no salv al apstol de su
ministerio, y al miembro de aquella primitiva Iglesia, cuando
viraron de la verdadera senda, Que har l con toda la negrura tal
como la tenemos en estos tiempos? Unos tiempos estos a los que se
han aadido, adems aquellos impos y monstruosos pecados que eso
comete en comn con todos los inicuos del mundo, esa cosa que es
como si fuese innata con ello, un no removible e inextricable peso
de ignorancia y liviandad.
Qu digo yo? Lo digo a m mismo, desdichado, es tal la carga
confiada a ti (como si fueras tu un maestro de distincin y
eminencia), especficamente para resistir la avalancha de tan
violento torrente, y contra esta diversidad de crecientes crmenes
extendindose por tantos aos y tan anchamente, mantener el deposito
comprometido al silencio y ser silencioso? De otra manera esto
significa, decir al pie, mira, y a la mano, habla.
Britania tiene gobernantes, tiene observadores. Por qu con tu
arte sinsentido te inclinas a murmurar? En efecto, tiene esto;
tiene, si no mucho, no poco. Pero, por que estn doblados cmicamente
bajo la presin de tan grande peso, ellos no tienen tiempo de
respirar. Mis sentimientos, por lo tanto, como si compaeros
deudores con migo, fueron alternativamente absortos por tales
objeciones, y por lo tanto como tener dientes ms afilados que este.
Estos sentimientos lucharon, como lo dije, por no corto tiempo,
cuando leo: Un tiempo para hablar, y un tiempo para callar, y
luchando en la recta puerta del miedo, por as decirlo. Al final el
Creador prevaleci y conquist. l dijo: Si no tenis la valenta de no
sentir miedo de ser marcados con la marca que conviene la libertad
aurea entre las criaturas que dicen la verdad de un origen
racional, segundos despus de los ngeles, por lo menos reducido no
por imitar tan-ese-inteligente como, inspirado, aunque silenciado
por el Espritu de Dios. Renuente fue a ser el portador del mago
coronado a punto de maldecir a la gente de Dios; amoratados sus
debilitados pies en el estrecho sendero cerca del muro de las vias,
aunque tena en esa cuenta el sentir su golpe como aquel de un
enemigo. Ella le seal a l, al ngel del cielo, como si con el dedo,
sosteniendo su desenvainada espada y oponindose a ellos (a quienes
l en la ceguera de cruel estupidez no haba observado), aunque el
mago, ingrato y furioso, golpeaba injustamente sus inocentes
rostros.
En mi fervor, por lo tanto-luego, por la santa ley de la casa
del Seor
En mi celo, por lo tanto, de la santa ley de la casa del Seor,
limitada por las razones de mi propia meditacin o anegado por las
suplicas de los piadosos hermanos, ahora estoy pagando la deuda [1]
exigida desde hace mucho tiempo. El trabajo es, de hecho pobre,
pero, yo creo, fiel y amable en todos los nobles soldados de
Cristo, pero soy severo y me es difcil de soportar a los apstatas
insensatos. El primero de ellos, si no me equivoco, habr, por
ventura, el recibirlo con las lgrimas que brotan del amor de Dios,
los dems, tambin, con tristeza, pero la tristeza que es arrancada
de la ira y la timidez de un despertar conciencia.
2 Antes, sin embargo, del cumplimiento de mi promesa, djenme
intentar decir un poco, si Dios quiere, concerniente con la
situacin geogrfica, la terquedad, el sometimiento y la rebelin de
nuestro pas; tambin de su segunda sujecin y dura servidumbre, de la
religin, la persecucin y los santos mrtires, de diversas herejas,
de los tiranos, de las dos naciones que la inutilizaron; de defensa
y de la consiguiente devastacin; de la segunda venganza y tercera
devastacin, de hambre; de la carta a Agitius; de victoria, de
crmenes, de los enemigos repentinamente anunciados; de la gran
plaga conocida, de consejo, de enemigos ms feroces que los
primeros; de las ruinas de las ciudades, de los hombres que
sobrevivieron; de la victoria final ganada por la madre patria, que
es el don otorgado por la voluntad de Dios en nuestra poca.
[3]Descripcin de Britania
3 La isla de Britania est situada casi en el lmite extremo del
mundo, hacia el noroeste y oeste, suspendida en el llamado
equilibrio divino que sostiene toda la tierra. Se encuentra un poco
en la direccin del polo norte desde el sur-oeste. Es de 800
kilmetros de largo, y 200 de ancho, [4] sin contar los tramos ms
largos de promontorios diversos que estn comprendidos en las bahas
curvadas del mar. Est protegida por el completamente, y si se me
permite decirlo, infranqueable crculo del mar en todas sus lados,
con la excepcin de los estrechos de la costa sur, donde los barcos
navegan a la Galia Belga. Tiene la ventaja de los estuarios de los
dos ros nobles, el Tmesis y el Severn, brazos , como si dijramos,
por el que, desde la antigedad lujos extranjeros solan ser
transportados por barcos, y de otros afluentes ms pequeos; est
embellecida por 28 ciudades, [5] y algunas plazas fuertes, y por
grandes obras construidas de manera irreprochable, paredes, torres
almenadas, puertas, casas, los techos de las cuales, se extiende en
lo alto con altura amenazante, estaban firmemente fijos en la
fuerte estructura.[6] Est adornada por amplias llanuras colinas
agradables aptas para el cultivos superiores, montaas muy propias
para el cambio de pastos del ganado. Las flores de diversos
colores, seguidos por las pisadas humanas, les daban la apariencia
de una fina pintura, como una novia elegida adornada con diversas
joyas. Est irrigada por numerosos y claros manantiales, con sus
aguas plenas moviendo grava blanca como la nieve, y por ros
resplandecientes que fluyen con suave murmullo, que extiende a los
que descansan en sus bancos promesa de dulce sueo, y por lagos
rebosantes de una corriente fresca de agua viva.
Carcter de la gente
4 Esta isla, de cabeza y mente orgullosa, desde que fue habitada
por primera vez, se rebela ingratamente ahora, en contra de Dios,
en otros tiempos contra conciudadanos, a veces incluso en contra de
los reyes de ms all mar y sus sbditos. Por qu bajeza ms profunda,
qu mayor injusticia, puede ser o ser conocida por la imprudencia de
los hombres, que negar el temor de Dios, al amor de los valiosos
ciudadanos, a los emplazados en la posicin ms alta y al honor al
que se deben, sin detrimento a la fe -que fisurar la fe con divino
y humano sentimiento, y habiendo desechado el temor a los cielos y
la tierra, l ser gobernados por sus propias invenciones y deseos?Yo
por lo tanto, omit esos errores, comunes a todas las naciones, por
lo cual antes de la venida de Cristo encarnado toda la raza humana
estaba retenida en esclavitud; ni puedo enumerar las
monstruosidades verdaderamente diablicas de mi pas natal, casi
superando a las de Egipto en nmero, de las cuales contemplamos
algunas, de caractersticas desagradables, hasta estos das, dentro o
fuera de sus paredes abandonadas, rgida con un rostro feroz como
era la costumbre. Ni yo tampoco, por su nombre, vitupere contra las
montaas, valles y ros, una vez destructivos, pero ahora adecuados
para el uso del hombre, sobre el cual el honor divino entonces fue
colmado por el pueblo en su ceguera. Guardo silencio tambin en
cuanto a los largos aos de tiranos salvajes , de los que se habla
en otros pases muy distantes, por lo que Porfirio, el perro rabioso
en el este, en hostilidad a la Iglesia, aade esta observacin tambin
en la forma de su locura y vanidad; Gran Britania, dice, es una
provincia frtil en tiranos. Esos males slo trato de hacerlos
pblicos, que la isla los ha sufrido tanto, como infligido a otros y
distantes ciudadanos, en los tiempos de los emperadores romanos. Yo
debo de hacerlo, sin embargo, en lo mejor de mi capacidad, no tanto
por la ayuda de los escritos nativos o registros de autores, ya que
stos (si es que alguna vez existieron) han sido quemados por el
fuego de los enemigos, o llevado lejos en los buques de mis
compatriotas exiliados, por lo que no estn a la mano, pero deber
seguir lo apuntado por escritores extranjeros, que, por rota por
numerosas lagunas, no est nada clara.
Sujecin de Roma
5 Los emperadores de Roma adquirieron el imperio del mundo, y
por el sometimiento de todos los pases vecinos y las islas hacia el
este, asegurado por el poder de su fama superior de su primera paz
con los partos [11] en las fronteras de la India. Cuando esta paz
se llev a cabo, las guerras cesaron en ese momento en casi todos
los pases. La agudeza de esta llama, an en su carrera persistente
hacia el oeste, no pudo ser extinguida por la marea azul del mar;
cruzando el canal fue llevada a las la isla, leyes para ser
obedecidas sin oposicin, ello subyug a unas no belicosas pero
infieles personas (no tanto como en el caso de otras naciones por
la espada, el fuego, e ingenios, sino por meras amenazas o amenazas
de juicios) que dieron a los edictos slo una obediencia a flor de
piel, con el resentimiento hundido profundamente en sus corazones.
La insurreccin contra Roma
6 Inmediatamente a su regreso a Roma, debido a la deficiencia,
como decan, de necesidades primas proporcionados por la tierra, y
sin sospecha alguna de rebelin, la leona traicionera mat a los
gobernantes que haban sido dejados por ellos para mostrar ms
plenamente, y para fortalecer, la empresa de la dominacin romana.
Despus de esto, cuando la noticia de tales hechos fue llevada al
Senado, se apresuraron con expedito ejrcito a tomar venganza contra
los zorros astutos, como los llamaban, no haba preparada ninguna
flota de combate en el mar para presentar lucha valiente por el
pas, ni un ejrcito comandado o ala derecha, ni ningn otro equipo
blico en la tierra. Ellos presentaban la espalda, en vez de los
escudos, a los perseguidores, sus cuellos a la espada, mientras que
un terror escalofriante recorra sus huesos; ellos extendieron sus
manos para ser atados como a las mujeres; por lo que se extendi a
lo largo y ancho como un proverbio y escarnio: los britanos son ni
valiente en la guerra ni fieles en la paz. [13]
Segundo sometimiento y servidumbre
7 Los romanos por lo tanto, despus de haber matado a muchos de
los desleales, reservando algunos para la esclavitud, para que no
fuese la tierra reducida a la miseria -regresaron a Italia, dejando
tras de s una tierra despojada de vino y aceite. Dejan gobernadores
como azotes para las espaldas de los nativos, como un yugo para el
cuello, por lo que deberan hacer que el epteto de la esclavitud
romana se aferrarse a la tierra, debe incomodar a la raza astuta no
tanto con la fuerza militar sino con ltigos, y si es necesario,
aplicar la espada desenvainada, como suele decirse, en los rostros.
De este modo, la isla sera considerada no como Britania, sino como
Romania, y todo lo que pueda tener de cobre, plata, u oro sera
estampado con la imagen de Csar.
Surgimiento del cristianismo
8 Mientras tanto, a la isla congelada por las heladas y el fro,
y en un rincn lejano de la tierra, lejos del sol visible, l, el
verdadero sol, el Cristo primero cede a sus rayos, me refiero a sus
preceptos. Se extendi, no slo desde el firmamento temporal, sino de
lo ms alto arco del Cielo ms all de todos los tiempos, su brillo
destell en todo el mundo en los ltimos das, como es sabido, de
Tiberio Csar. En ese momento la religin de Cristo [14] se propag
sin ningn obstculo, porque el emperador, en contra de la voluntad
del Senado, amenaz de muerte a los informantes por acusar a los
soldados de esa misma religin.
La persecucin de Diocleciano
9 A pesar de estos preceptos tenan una tibia recepcin entre los
habitantes, sin embargo, seguan sin imperfecciones entre algunos,
con otros no tanto, hasta los nueve aos de persecucin del tirano
Diocleciano. En esta persecucin las iglesias fueron destruidas por
todo el mundo, todas las copias de las Sagradas Escrituras que se
pudieron encontrar fueron quemadas en las calles, y los sacerdotes
elegidos de la grey del Seor masacrados con las ovejas inocentes,
por lo que si esto pudiera llegar a pasar, ni siquiera un rastro de
la religin cristiana sera visible en algunas de las provincias. Qu
huidas Haba entonces, qu masacre, que castigos por diferentes
formas de muerte, qu perdicin de apstatas, que gloriosas coronas de
mrtires, qu furia demencial por parte de los perseguidores, y, por
el contrario, que paciencia de los santos, nos narra la historia de
la iglesia. En consecuencia, toda la iglesia, en estrecha formacin,
y con emulacin dejando atrs las tinieblas de este mundo, fue
apresurada a los placenteros reinos de los Cielos en cuanto a es su
morada adecuada.
Los Santos Mrtires
Dios, por tanto, que quiere que todos los hombres sean salvados,
magnifico su misericordia para con nosotros, y llam a los pecadores
no menos que a aquellos que se consideran justos. l en propio y
libre don, en el antes mencionado momento de persecucin, como
pensamos, y para que no sea Britania completamente envuelta en la
densa oscuridad de la negra noche, encendi para nosotros las
brillantes lmparas de los santos mrtires. Las tumbas donde yacen
sus cuerpos, y los lugares de su sufrimiento, no han sido, muchos
de ellos, arrancados de nosotros los ciudadanos a causa de nuestros
numerosos crmenes, por la divisin desastrosa causada por los
brbaros, deberan en la actualidad inspirar las mentes de los que
miraron a ellos con un no dbil resplandor del amor divino. Hablo de
Saint-Albano de Verulam, Aarn y Iulius, ciudadanos de Caerlleon, y
del resto de ambos sexos en distintos lugares, que se mantuvieron
firmes con elevada nobleza de nimo en la batalla de Cristo.
11 El primero de ellos, a travs del amor, escondi a un confesor
cuando era perseguido por sus perseguidores, ya punto de ser
capturado, imitando en esto a Cristo dando su vida por las ovejas.
Primero lo ocult en su casa, y luego intercambi su ropa por l,
voluntariamente expuesto al peligro de ser perseguido (vestido) con
la ropa del hermano mencionado. Siendo de esta manera agradable a
Dios, durante el tiempo entre su santa confesin y su cruel muerte,
en presencia de los hombres impos, que llevaban el estandarte
romano con odiosa altanera, l estaba maravillosamente adornado con
seales milagrosas, de modo que por la oracin ferviente abri un
camino desconocido a travs del lecho del noble ro Tmesis, similar a
al seco y poco trillado de Israelitas, cuando el Arca de la Alianza
se sostuvo sobre en la grava en medio del Jordn; acompaado por un
millar de hombres, atravesaron con el pie seco, las tempestuosas
aguas que corren a ambos lados colgando como precipicios abruptos ,
y se convierte por primera vez su verdugo , al ver esas maravillas
, de un lobo en un cordero, y le caus junto con l a la sed ms
profunda de la palma triunfal del martirio, y con ms valor para
aprovecharla. Otros, sin embargo, se lo torturaron con diversos
tormentos, y destrozados con inusitada de desgarro de las
extremidades, que de inmediato se levantaron los trofeos de su
glorioso martirio, como si estuviera en las hermosas puertas de
Jerusaln. Los que sobrevivieron se escondieron en los bosques,
desiertos y cuevas secretas, esperando de Dios, el gobernante justo
de todos, a sus perseguidores, en algn momento, el juicio severo, a
s mismos la proteccin de la vida.
12 De este modo, cuando diez aos de la violencia referida apenas
haban pasado, y cuando los edictos abominables estaban
desapareciendo por la muerte de sus autores, los soldados de
Cristo, con los ojos gozosos, como si despus de una larga noche de
viento, disfrutar de la calma y la luz serena de la regin
celestial. Reparan las iglesias, destruidas desde los cimientos;
fundaron, construyeron y completaron baslicas en honor de los
santos mrtires, y las han establecido en muchos lugares como
emblemas de la victoria; e celebran los das de guardar; los oficios
sagrados se realizan con labio corazn limpios; y el, todos
exultantes como hijos preciados en el seno de su madre, la
Iglesia.
HerejasPor qu esta dulce armona entre Cristo, la cabeza y los
miembros continu, hasta que los descredos arrianos, feroces como
una serpiente vomitando sobre nosotros su veneno extranjero, provoc
mortal separacin entre hermanos viviendo juntos. De esta manera,
como si un camino se hubiese a travs del mar, toda clase de bestias
salvajes comenzaron a inyectar con boca horrible, el veneno fatal
de toda forma de hereja, y de infligir heridas letales con sus
dientes en un pas siempre deseoso de escuchar algo nuevo y, en todo
caso, deseando nada categricamente.
Los Tiranos
13 Por fin, tambin, como matorrales los tiranos estaban
creciendo y a punto de volverse pronto en un inmenso bosque, la
isla conserv el nombre romano, pero no la moral y el derecho, es
ms, prefirieron arrojar lejos un brote de su propia plantacin, se
enva a Maximus [20] a las dos Galias, acompaado de una gran
multitud de seguidores, y adems, con insignias de Emperador, que
nunca dignamente le fueron merecidas ni llev legtimamente, sino
como una eleccin a la manera de un tirano y en medio de una tropa
turbulenta. Este hombre, a travs del arte astuto y no por valor,
primero agrega a su gobierno culpable algunos pases vecinos o
provincias contra el poder romano, con redes de perjurio y
falsedad. Extiende un ala a Hispania, y el otro a Italia, fijando
el trono de su imperio inicuo en Trveris, y rugi con tal locura
contra sus seores que llev dos emperadores legtimos, el de Roma, y
el otro de una vida ms piadosa. Aunque fortificada con hechos
peligrosos de carcter tan peligroso, no pas mucho tiempo antes de
que l perdiera su cabeza maldita en Aquilea: el que en cierto modo
haba cortado las cabezas coronadas del imperio de todo el
mundo.
Pictos y escoctos
14 Despus de esto, Britania es despojada de toda su milicia
armada, de sus suministros militares, de sus gobernantes, a pesar
de que fueron crueles, y de su juventud vigorosa que siguieron los
pasos del tirano antes mencionado y nunca regres. Completamente
ignorante de la prctica de la guerra, esta, por primera vez,
abierta a ser pisoteada por dos tribus extranjeras de extrema
crueldad, los escotos desde el noroeste, los pictos del norte; y
desde hace muchos aos contina aturdida y gimiendo. [21]
Defensa hizo en su contra.15 Debido a los avances de estas
tribus y la consecuente postracin terrible, Britania envi una
embajada con cartas a Roma, rogando con llorosas apelaciones una
fuerza armada para vengarla, y prometiendo sumisin por parte de su
parte al poder romano, ininterrumpida y con toda la fuerza del
corazn, si los enemigos fuesen expulsados. Una legin fue
inmediatamente preparada, sin ningn recuerdo de males pasados y
totalmente equipada. Habiendo cruzado el mar en barcos hacia
Britania, se vio comprometida con los opresivos enemigos; s mat a
un gran nmero de ellos y se les arroj a travs de toda la frontera,
y liber a los humillados habitantes de esa extrema y feroz
violencia y amenazante opresin. Los habitantes recibieron la orden
de construir un muro cruzando toda la isla, entre los dos mares, de
modo que, cuando fuese fuertemente manejada, podra ser terrorfica
para repeler a los enemigos y una proteccin para los ciudadanos. La
pared siendo hecha no de piedra, sino de turba, demostr ser de
ninguna ventaja ante la chusma en su locura, y desposedos de un
lder.
Repetida devastacin
16. La legin regres a casa en gran triunfo y la alegra cuando
sus viejos enemigos, como lobos rapaces, feroces por hambre
excesiva, saltan con las fauces codiciosos al redil, porque no haba
un pastor a la vista. Irrumpieron a travs de las fronteras,
llevados por alas de remos, por los brazos de los remeros, y por
vientos favorables. Ellos matan a todo, y todo lo que se encuentran
lo cortan como un cultivo maduro, lo pisotean bajo sus pies y
siguen adelante.
Segunda venganza
17 Una vez ms mensajeros suplicantes se envan con vestidos
rasgados, como se dice, y cabezas cubiertas de polvo. Agachndose
como aves tmidas fieles bajo las alas protectoras de los padres,
piden ayuda a los romanos, no fuese a ser que el pas en su miseria
sea por completo barrido, y el nombre de los romanos, que a sus
odos era el eco de una mera palabra, fuese envilecido como una cosa
roda, con la amonestacin de las naciones extranjeras. Ellos, [24]
se movieron, lo ms lejos en la medida de lo posible para la
naturaleza humana, por qu el relato de esa tragedia, les apresur, y
como el vuelo de las guilas, inesperados en rpidos movimientos de
caballera por tierra, y de los marineros por mar; al poco hunden
sus terribles espadas en los cuellos de los enemigos; la masacre
que infligen es comparable con la cada de las hojas en otoo, como
un torrente de montaa, hinchados por numerosos arroyos despus de
las tormentas, barre sobre su lecho en su curso ruidoso; con la
espalda marcada y feroz mirada, sus aguas, como dice el refrn,
aumentando su oleaje hasta las nubes (por el cual nuestros ojos,
aunque a menudo refrescados por los movimientos de los prpados,
estn oscurecidos por la rpida reunin de lneas en sus remolinos
rotos), espumea sorpresivamente, y con mpetu supera los obstculos
en su camino.Entonces los ilustres auxiliadores rpidamente hicieron
pelea a las hordas del enemigo de allende el mar, si de hecho
escapar era del todo posible para ellos: por ello fue ms all del
mar que ellos, con nadie para resistir, apilaron/colmaron el botn
vidamente adquirido por ellos ao por ao.
18 Los romanos, por ello, declararon a nuestro pas que no podan
ser preocupados con demasiada frecuencia con arduas expediciones de
este tipo, ni podan las marcas del poder romano, que es un ejrcito
de tal tamao y carcter, ser acosado por tierra y mar a causa de
unos poco-belicosos, y ambulantes ladrones. Instan a los britnicos,
ms bien, a acostumbrarse a las armas y luchar con valenta, con el
fin de salvaguardar con todas sus fuerzas sus tierras, propiedades,
mujeres, nios, y, lo que es ms importante que stos, su libertad y
su vida: no deben , instan , en modo alguno perorar sus manos
desarmadas para ser amarradas por naciones de ninguna manera ms
fuerte que ellos, a menos que se convirtieron en afeminados por la
indolencia y la apata; pero siendo provistos de rodelas, espadas y
lanzas, y listos para golpear. Porque ellos tambin eran de la
opinin de que traera una ventaja considerable a las personas que
dejaban, ellos construyen un muro, diferente del otro, con
aportaciones pblicas y privadas, uniendo a los desdichados
habitantes entre s mismos: construyeron la estructura del muro en
su forma habitual, en lnea recta, de mar a mar, entre ciudades, que
tal vez fueron puestas all por el miedo a los enemigos; dieron/dan
audaces consejos a la gente durante el miedo, y dejan tras de s los
patrones para la fabricacin de armas .Y tambin en la costa del mar,
hacia el sur, donde sus barcos solan anclar, porque por ese lado
tambin hordas de brbaros salvajes eran temidas, colocaron torres a
intervalos establecidos, ofreciendo una perspectiva del mar. A
continuacin, se despidieron, como hombres que no tenan intencin de
regresar. [28 nota adicional]
Tercera devastacin
19 Mientras ellos regresaban a casa, las terribles hordas de los
escotos y los pictos ansiosamente que salan sus pequeas
embarcaciones (cwrwgs)) en las que navegaban tanto por los
litorales, como en el ocano profundo, as como, cuando el sol est
alto y el calor aumentando, los enjambres de gusanos oscuros
emergen de las estrechas grietas de sus agujeros. Diferenciados en
parte por sus hbitos, pero iguales en una misma sed de sangre -con
una preferencia tambin para cubrir sus rostros malvados con el pelo
en lugar de la desnudez de sus cuerpos con ropa decente -esas
naciones, al saber de la salida de nuestros colaboradores y su
negativa a volver, se volvieron ms audaces que nunca, y se
apoderaron de toda la parte norte de la tierra hasta el muro, a
exclusin de los habitantes.
La hambruna
Para oponerse a sus ataques, estaba estacionado en la altura de
la fortaleza, un ejrcito, lento para luchar, difcil de manejar en
las trayectorias, incompetente por razn de la cobarda de corazn,
que languideca da y noche en su insensata guardia. Mientras tanto
las armas de pas de los enemigos desnudos no estn ociosas: por
ellas los desgraciados ciudadanos son aventados desde las paredes y
estrellados contra el suelo. Esta pena de muerte prematura era una
ventaja, en verdad, para los que su vida haba sido cortada de esa
manera, en la medida de que los salv, por su rapidez, de los
tormentos miserable que amenazaban a sus hermanos y parientes. De
fama.
Por qu debo decir ms? Ellos abandonan sus ciudades y la alto
muro: sobreviene una sucesin de huidas por parte de los ciudadanos;
de nuevo hay dispersin con menos esperanza que nunca, nuevas
persecuciones del enemigo, y de nuevo masacres an ms crueles. Como
corderos por los carniceros, son los desgraciados ciudadanos
despedazados por el enemigo, de tal manera que su vida puede ser
comparada con la de los animales salvajes. Porque incluso
comenzaron a dominar a unos y otros por medio del robo de los pocos
medios de subsistencia que los ciudadanos desgraciados posean para
una vida escasa, y que los sacaba de apuro durante un corto perodo
de tiempo. Las calamidades de afuera se vieron agravados por
tumultos en casa, porque todo el pas por las depredaciones, tan
frecuentes de este tipo, estaba siendo despojado de todo tipo de
suministro de alimentos, con la excepcin del alivio que viene de su
habilidad en la caza.
Carta a Agitius
20 El resto miserable, por lo tanto envi una carta a Agitius, un
hombre con un alto cargo en Roma, hablaron de esta manera: A
Agitius|, en su tercer consulado, vienen los gemidos de los
britanos; un poco ms adelante: los brbaros nos conducen hacia el
mar y, el mar nos conduce a los brbaros, de una a otra forma, somos
o asesinados o ahogados, y para esto ellos no tenan ayuda. Mientras
tanto, la severa y muy conocida hambruna aprieta a las de
ambulantes y vacilantes personas, lo que los obligaba a muchos de
ellos, a sin demora rendirse a s mismos como conquistados ante los
ladrones sedientos de sangre, a fin de tener un bocado de comida
para la renovacin de la vida. Otros no se vieron tan obligados: en
lugar de rendirse, desde las montaas mismas, desde cuevas,
desfiladeros y densos matorrales, sostuvieron a la guerra sin
cesar.
La victoria sobre los pictos y los escotos
Entonces, por primera vez, infligieron al enemigo, que durante
muchos aos haba saqueando la tierra, una severa masacre: su
confianza no estaba en los hombres, sino en Dios, como el dicho de
Philo va: Hay que recurrir a la ayuda divina donde falla humana.
[31] La audacia del enemigo se apacigu por un tiempo, pero no la
maldad de nuestra gente; el enemigo se retir, pero nuestros
conciudadanos no se retiraron de sus pecados.
21 Era el invariable habito de la carrera, como lo es ahora, a
ser dbiles en repeler los ataques de los enemigos, aunque fuertes
para soportar contiendas civiles y la carga de los pecados; dbil,
digo yo, para seguir las insignias de la paz y la verdad, pero
fuertes por sus crmenes y su falsedad. Los desvergonzados asesinos
irlandeses, luego, regresaron a sus hogares, para volver de nuevo
en poco tiempo. Fue entonces cuando, por primera vez, en la parte
ms alejada de la isla, que los pictos comenzaron sus asentamientos
sucesivos, con el saqueo frecuente y la devastacin.
El crecimiento de crmenes entre los britanos
Durante esas treguas, en consecuencia, la fea cicatriz se cura
para el pueblo abandonado. Mientras que por otra parte, otra hambre
ms venenosa fue creciendo en silencio, y la devastacin aquietndose,
la isla fue enriquecindose con la afluencia de recursos de la
riqueza que en ninguna poca se recordaba la posesin de tanto
despus: junto estos recursos de todo tipo, el lujo tambin creci,
[32] de hecho, fuertemente enraizado, por lo que bien, podra
decirse en ese misma poca: tal fornicacin no se oye que ni siquiera
entre los gentiles. Pero no fue solamente este vicio el que creci,
sino tambin todos los que la naturaleza humana es generalmente
responsable: especialmente el vicio que hoy se sobrepone tambin al
lugar que compite a todo bien en la isla, es decir , el odio a la
verdad junto con los que la defienden, el amor a la mentira junto
con sus fabuladores, emprendiendo mal por bien, respeto a la maldad
y no a la bondad, el deseo de la oscuridad en lugar de la sol, y la
acogida de Satans como un ngel de luz. Reyes eran ungidos, no en el
nombre de Dios, sino por haber superado a otros en crueldad, y poco
despus fueron ejecutados por los hombres que los ungieron, sin
ninguna consulta para verificar, porque otros ms crueles haban sido
elegidos. Sin embargo, si cualquiera de ellos pareca ser de un
carcter ms suave, y hasta cierto punto ms apegado a la verdad,
contra l se volvan sin respeto, al odio y las flechas de todos,
como si l fuera el destructor de Britania; Todas as cosas, las que
eran desagradables a Dios y los que le agradaban, tena al menos el
mismo peso en la balanza, si, de hecho, las cosas desagradables
para l no eran ms aceptables. De esta manera el dicho del profeta
que fue pronunciado en contra de esa gente de antiguo, podra
aplicarse con justicia en nuestro pas: los descarriados hijos fuera
de la ley, l dice, han abandonado a Dios y provocado al Santo de
Israel a la ira. Por qu habis de ser castigados ms cuando an se
suma iniquidad? Cada cabeza es dbil y todo corazn doliente, desde
la planta del pie hasta la coronilla no hay firmeza en
ello.------------------
La llegada del enemigo que de pronto se dio a conocer
De esta manera se hicieron todas las cosas que eran contrarias a
la salvacin, como si no hubiera remedio de ser suministrado al
mundo por el verdadero sanador de todos los hombres. No es slo
fueron los hombres del mundo los que hicieron esto, sino el mismo
rebao del Seor tambin y sus pastores, que deberan de ser un ejemplo
para todo el pueblo; ellos, en gran nmero, como si estuviesen
empapados en vino durante la embriaguez, se volvieron aturdidos y
enervados, y por el incremento de las animosidades, por el tarro de
contiendas, por los avariciosas las garras de a de la envidia, por
juico confuso entre el bien y del mal, estaban tan debilitados que
claramente se vea, como en el presente caso, que el desprecio se
derramaba sobre los prncipes, y que fueron engaados por sus
vanidades y error en un lugar sin caminos, y no en el camino.
22. Mientras tanto, cuando Dios estaba deseoso de limpiar su
familia, y, aunque contaminada por tale cepa de cosas malas, para
mejorarla por haber escuchado solo sobre sus angustias, vino como
el alado vuelo de un rumor no desconocido para ellos, todos
escucharon con sus odos -que sus viejos enemigos ya haban arribado,
inclinados hacia la destruccin total, y aposentarse en el pas, como
era su costumbre, de un extremo al otro. Sin embargo, de ninguna
manera se aprovecharon de esta noticia, al contrario, como bestias
estpidas, con los dientes apretados, como suele decirse , mordieron
el bocado de la razn, y comenzaron a correr por el camino ancho de
los muchos pecados, que conduce a la muerte, dejando el camino
estrecho a pesar de que era el camino de la salvacin.
La connotada plaga
Mientras tanto, de acuerdo con las palabras de Salomn: El siervo
obstinado no se corrige por las palabras, la nacin insensata es
flagelada y no lo siente, porque una peste mortal cay sobre el
pueblo imprudente los cuales en poco tiempo, sin ninguna espada,
murieron tal nmero de ellos que los vivos no pudieron enterrar a
los muertos. Sin embargo, no se haban corregido, incluso por esta
pestilencia, as que la palabra del profeta Isaas se cumpli en
ellos: Y Dios ha llamado a la lamentacin y la simpleza y al cinturn
de cilicio: he aqu, matan terneros, y sacrifican carneros, he aqu
que comen y beben, y dicen: comamos y bebamos, que maana vamos a
morir
Deliberacin
De este modo, estaba llegando el tiempo cuando las iniquidades
del pas, como las de los amorreos, de la antigedad, se cumpliran.
Se celebr un consejo, para deliberar por qu medios aconsejables
para llegar a una determinacin sobre, y as como l mejor y ms seguro
medio para repeler tan frecuentes y fatales irrupciones y saqueos
por los pases antes mencionados.
23 En ese momento todos los miembros de la asamblea, junto con
el arrogante usurpador Vortigern, estn cegados, tal es la proteccin
que encuentran para su pas (que fue, de hecho, su destruccin) que
esos sajones salvajes, de nombre maldito, odiados por Dios y los
hombres, deberan de ser admitidos en la isla, como lobos en redil,
con el fin de repeler a las naciones del norte. Nada ms doloroso,
sin duda, nada ms amargo, haba pasado en la isla que esto. Que
completa la profundidad de la oscuridad del alma! Qu desesperanzada
y cruel opacidad de la mente! Los hombres a los que, en su
ausencia, eran temidos ms que la muerte, fueron invitados por
ellos, por su propio acuerdo, por as decirlo, bajo la cobertura de
un mismo techo: Tontos prncipes de Zoan, como se dice, dando
consejo insensatos al faran.
Los sajones resultan mucho ms crueles que los antiguos
enemigos
Luego irrumpe una camada de cachorros de la guarida de la leona
salvaje, en tres cyulae (barcos-quillas), como se dice en su
idioma, pero en el nuestro: en buques de guerra a toda vela, con
augurios y sortilegios. En estos se predijo, la existencia de una
profeca en la que ellos firmemente confiaban, que ellos deberan
ocupar el pas al cual se volvieron las proas de sus barcos, por
trescientos aos; por ciento cincuenta -eso es por la mitad del
tiempo- deberan hacer estragos frecuentes. Zarparon, y bajo las
instrucciones del desafortunado tirano, afirmaron por primera vez
sus garras terribles en la parte oriental de la isla, como hombres
con la intencin de luchar por el pas, pero en realidad de
afligirlo. A ellos la madre de la cra, sabiendo del xito que haba
tenido al primer contingente, enva tambin un mayor balsa llena de
cmplices y perros salvajes, que navega sobre y se une a sus
bastardos compaeros. A partir de esa fuente, la semilla de la
iniquidad, la raz de la amargura, crece como una planta venenosa,
digna de nuestros paramos, en nuestro propio suelo, decorada con
ramas y hojas rugosas As, los brbaros, que fueron admitidos en la
isla, tuvieron xito en tener provisiones suministradas a su
disposicin, como si fueran soldados ya a punto del encuentro, como
ellos afirmaron falsamente, grandes dificultades para sus amables
animadores. Estos suministros, adquiridas durante un largo periodo
de tiempo, cerraron, como suele decirse, las fauces del perro. Se
quejaron, una vez ms, que sus suministros mensuales no les fueron
aportados copiosamente, intencionalmente colorear sus
posibilidades, y declararon que, si no se les mandaban suministros
generosos, ellos romperan el tratado y arrasaran toda la isla. No
hicieron ningn retraso para dar seguimiento a sus amenazas con
hechos.24 Por qu el fuego de la justa venganza, provocado por los
crmenes cometidos en pasado, ardi de mar a mar, colmado por la
banda de hombres impos venidos del este; y que arras todas las
ciudades vecinas y las tierras, que no ces hasta que todo haba sido
encendido, hasta que casi toda la superficie de la isla haba sido
quemada, y lamido el ocano occidental con su lengua roja y salvaje.
En este asalto, que puede ser comparado con el ataque asirio a
Judea de la antigedad, se cumple en nosotros tambin, segn el
relato, del profeta en su lamento que dice: Han quemado a fuego tu
santuario en la tierra, Han profanado el tabernculo de tu nombre; y
de nuevo, Oh Dios, los gentiles han entrado en tu heredad, ellos
han profanado tu santo templo, [34] y as sucesivamente. De esta
forma todos los asentamientos, los habitantes, junto a los obispos
de la Iglesia, los sacerdotes y las personas fueron minimizados con
los choques frecuentes de los arietes; mientras que las espadas
brillaban por todas partes y las llamas crepitaban, fueron todos
segados y cayeron al suelo, y, triste vista! se vieron en medio de
las calles, los cimientos de torres con altas vigas [35]
derribadas, y de altas paredes, altares sagrados, fragmentos de
cuerpos cubiertos de grumos, como coagulados, de rojo sangre, en
confusin, como en una especie de horrible, prensa de vino: no haba
sepultura de ningn tipo salvo las ruinas de las casas, o las
entraas de las fieras y los pjaros en el campo, lo digo con respeto
a sus santas almas (si acaso hubo algunas que lo fueran), que sean
llevadas por santos ngeles a las alturas del cielo. Ciertamente la
via, en un tiempo buena, se haba degenerado a fruto amargo, que
rara vez se pudo ver, segn el profeta, ningn racimo de uvas o el
odo del maz, por as decirlo, a espaldas de los vendimiadores o
segadoras.
25 Algunos de los miserables sobrevivientes fueron capturados
por consiguiente, en las montaas y muertos a montones. Otros,
vencidos por el hambre, se llegaron a los invasores y se cedieron,
para ser sus esclavos por siempre, si no eran inmediatamente
asesinados, lo que les equivala al mejor servicio. Otros repararon
en partes ms all del mar, con fuerte lamento, como si, fuese la
llamada del remero, cantando esto bajo las velas infladas: T nos
has dado como ovejas para comer, Y entre los gentiles t nos has
dispersado. Otros, confiando en s mismos sus vidas, siempre con el
temor de la mente, en las altas colinas y pendientes colgantes y
escarpadas fortificaciones, y en los densos bosques y rocas de la
costa, se quedaron en su tierra natal, aunque con miedo.
25 Despus de un cierto perodo de tiempo, los crueles ladrones
regresaron a su hogar. Un remanente, al que acuden los ciudadanos
desgraciados de diferentes lugares en cada sitio, con tanto
entusiasmo como un enjambre de abejas, cuando una tormenta amenaza,
orando al mismo tiempo a l con todo su corazn, y, como se dice:
Sobrecargando el aire con oraciones numeradas, [39] el no ser
destruidos por completo, a tomar las armas y desafiar a sus
vencedores en batalla, bajo Ambrosio Aureliano. Era un hombre de
carcter modesto, que, por s mismo de la raza romana tuvo la
oportunidad de sobrevivir el choque de tal tormenta (como sus
padres, personas, sin duda, ataviadas de prpura, que haban sido
asesinados durante), cuyos hijos en nuestros das han visto
degenerada su nobleza ancestral. Para estos hombres, por la gracia
del Seor, vino la victoria.
La victoria final sobre los sajones.Sitio de Mons Badonicus.
26 A partir de ese momento, los ciudadanos eran a veces
victoriosos, y a veces el enemigo, con el fin de que el Seor, segn
su hbito, pueda probar en esta nacin el Israel de hoy en da, si la
ama o no. Esto continu hasta el ao del asedio de Badon Hill, y de
casi la ltima gran masacre infligida a esa caterva malhadada. Y
esto comienza, hecho que s, como el cuadragsimo cuarto ao y un mes
ahora transcurrido; sino que tambin es el ao de mi nacimiento .Pero
ni siquiera ahora estn las ciudades de nuestro pas habitadas como
era antes; abandonadas y desmanteladas, yacen abandonadas [43]
hasta ahora, porque, a pesar de las guerras con los extranjeros han
cesado, las guerras internas continan. El recuerdo de tan
desesperada ruina de la isla, y la ayuda inesperada, se ha fijado
en la memoria de los que han sobrevivido como testigos de ambas
maravillas. Debido a esta ayuda, reyes, magistrados, particulares,
sacerdotes, eclesisticos, individualmente conservaron su propio
rango. A medida que iban muriendo, cuando haba llegado una edad
ignorante de la aquella tormenta, y habiendo experimentado
nicamente la tranquilidad que reina, todas las influencias
controladoras de la verdad y la justicia estaban tan alteradas y
anuladas que, por no hablar de las huellas, ni siquiera el recuerdo
de que se encuentra entre los niveles mencionados anteriormente.
Hago excepcin de unos pocos [44] -muy pocos- que debido a la prdida
de la gran multitud que se apresura a diario al infierno, se
cuentan en un nmero tan pequeo que nuestra venerada madre, la
iglesia, de una manera no los contempla mientras descansan en su
seno. Ellos son los nicos verdaderos hijos que tiene. Que nadie
piense que estoy calumniando a la noble vida de estos hombres,
admirados por todos y amados de Dios, por quien soporto mi
debilidad para as no caer en completa ruina, como por las oraciones
sagradas, como por columnas y tiles soportes. Que nadie piense que,
s, de algn modo mi hablar es un tanto liberal, sin duda de manera
lastimera, impulsado por una multitud de males, de los cuales no
voy mucho tratar, como llorar acerca de los que sirven no slo a su
vientre, sino al diablo en vez de a Cristo, que es Dios bendito por
los siglos. Por qu quieren nuestros conciudadanos ocultar lo que
las naciones alrededor no slo lo saben, sino que nos lo
reprochan?
PARTE II.Denuncia General de prncipes y jueces
27 Reyes tiene Britania, pero son como sus tiranos: tiene
jueces, pero son hombres impos: participan en saqueos frecuentes y
perturbaciones, de hombres inofensivos: vengando y defendiendo, s,
pero para el beneficio de los criminales y ladrones. Tienen
numerosas esposas, aunque rameras y mujeres adlteras: juran solo
como medio de abjurar, haciendo votos para casi inmediatamente la
falsearlos. Hacen guerras, pero las guerras que emprenden son las
civiles e injustas. Ciertamente persiguen a ladrones diligentemente
en todo el pas, mientras que a los ladrones que se sientan con
ellos a la mesa, no slo los estiman sino incluso remuneran. Limosna
dan profusamente, pero en contra, amontonarn una enorme montaa de
crmenes. Toman su asiento para dictar sentencia, sin embargo, rara
vez decretan justamente. Despreciando los inocentes y humildes,
ellos para/a su mximo esfuerzo ensalzan a las estrellas al
sanguinario, los asesinos, los hombres orgullosos, a sus propios
compaeros y los enemigos adlteros de Dios, si el azar as lo que
ofrece, quin debera, junto con su propio nombre, ser asiduamente
destruido. A muchos tienen encadenados en las prisiones, en los
cuales se mal usa el peso de las cadenas, ms por engao que por la
razn de abandono: que permanecen entre los altares en los
juramentos que hacen, y poco despus miran con desdn a los mismos
altares como si fueran piedras sucias.
Denuncia de los cinco prncipes
Constantino de Damnonia.
28 De esto tan execrable, el malvado Constantino, el cachorro
tirnico de la leona inmunda de Damnonia, no es ignorante. En este
ao, despus de una forma terrible juramento, por el que se at a s
mismo en no engaar contra sus sbditos, haciendo su juramento
primero a Dios, y en segundo lugar a los coros de los santos y los
que los siguen, en dependencia de la madre (la Iglesia), no
obstante, en el atuendo de un santo abad, cruelmente rasg los
tiernos cuerpos de dos nios de la realeza, aun en el seno de dos
reverenciadas madres -saber, la iglesia y la madre segn la carne
---- , junto con sus dos guardianes??. Y sus brazos estirados hacia
atrs, de ninguna manera a la armadura, la cual nadie tena la
costumbre de usar ms valiente de lo que en este momento, sino hacia
Dios y su altar, se colgar en el da del juicio, en tus ciudades, oh
Cristo, venerado como trofeos de su paciencia y fe. Lo hizo uno de
los altares sagrados, como ya he dicho, con la espada maldita y la
lanza en vez de dientes, de modo que las capas rojas, como si con
la sangre coagulada, tocaron el lugar del sacrificio celestial.
Este hecho que l cometi, despus de actos no meritorios ni dignos
de elogio; ya que, durante muchos aos antes fue vencido por hechos
sucesivos y frecuentes de adulterio, despus de repudiar a su
legtima esposa, en contra de la prohibicin de Cristo y el Maestro
de los gentiles, quienes dicen: Lo que Dios ha unido, ningn hombre
lo separe, y: Maridos, amad a vuestras mujeres. Para l plant, de la
amarga vid de Sodoma en el suelo de su corazn, estril para una
buena semilla, brote de incredulidad y falta de sabidura, que,
regada por impiedades pblicas y domsticas como por lluvias
venenosas, y brota con mayor rapidez para desagrado de Dios, dio a
luz la culpabilidad de asesinato y sacrilegio. Pero como todava no
est libre de las redes de sus pasados pecados l amontona nuevos
delitos sobre los antiguos.
29 Ven ahora! (Yo reprendo, como si estuviera presente, a quien
yo s que an sobreviven). Por qu estas confundido, t asesino de tu
propia alma? Por encender por tu propia voluntad, las incesantes
llamas del infierno en contra de ti mismo? Por qu, tomando lugar de
con tus enemigos, te perforaste t mismo, sin coaccin, con tu propia
espada y la lanza? No eran esas mismas copas, venenosas con
crmenes, capaces de satisfacer a tu corazn? Mira hacia atrs, te
ruego, y ven a Cristo, ya que t esfuerzo y arte se han inclinado
con tu enorme carga, y l, como l ha dicho, te dar descanso. Ven a l
quien quisiere no la muerte del pecador, sino que se convierta y
viva: rompe, segn el profeta, las cadenas de tu cuello, hijo de
Sion. Regresa, yo te ruego, aunque sea desde las guaridas secretas
lejanos de los pecados, al tierno-padre para quin el hijo que
desprecia la comida impura de la especie porcina, y teme a la
muerte de dura hambre, y vuelve a s mismo -se ha acostumbrado en la
alegra de matar el becerro gordo y adelantar la primera prenda y el
anillo real para los que yerran, y con un anticipo de la esperanza
celestial t sentirs que el Seor es bondadoso. Pero si t desprecias
estas amonestaciones, debes saber que, t pronto se voltear en
redondo (t situacin) y (sers) quemado en las indescriptibles
inundaciones oscuras del infierno de fuego.30 T tambin, cachorro de
len, como dice el profeta: Qu haces, Aurelio Caninus? Acaso no eres
t tragado en la misma, si no ms destructiva, suciedad, como se ha
mencionado anteriormente, la suciedad de las fornicaciones, los
homicidios, los adulterios, las olas del mar como por tierra
fatalmente sobre ti? No has con tu odio a la paz de tu pas, como si
fuera una serpiente mortal o con tu sed inicua de las guerras
civiles y despojos repetidas, cerr las puertas de la paz y el
descanso para tu alma celestial? Una vez solo ahora, como un rbol
seco en medio de un campo, recuerde, te ruego, el orgullo de tus
padres y hermanos, con su muerte prematura e inoportuna. Quieres, a
causa de los desiertos piadosas, una excepcin a casi toda tu
familia, sobrevivir por cientos de aos, o sea de los aos de
Matusaln? No, pero a menos que, como dice el salmista, seas muy
rpidamente convertirse en el Seor, que el rey pronto blandir su
espada contra ti, que dice por el profeta: Voy a matar y voy a dar
la vida: voy a herir y lo har sanar, y no hay quien pueda librar de
mi mano. Por tanto Sacdete el polvo de tu sucio, y se vuelven a l
con todo tu corazn, a Aquel que te cre, de modo que cuando su ira
enciende rpidamente, seas bendecido, esperando en l. Pero si no es
as, los dolores eternos te esperan, que sers siempre atormentado,
sin ser consumidos, en las fauces terribles del infierno.
Vortiporius, prncipe de Demetia (Dyfed)
31. Por qu tambin eres t, Vortipor, tirano de los demecios,
tontamente terco? Al igual que el leopardo, en modales y maldad de
varios colores, aunque tu cabeza se est volviendo gris, sobre un
trono lleno de astucia y de arriba a abajo profanado por varios
asesinatos y adulterios, t, hijo indigno de un buen rey, como
Manass de Ezequas. Qu no tan amplio remolino de pecados, que t
mamaste como si buen vino fuese, o ms an, eres t mismo tragado por
ellos, aunque el final de tu vida se esboza gradualmente ---- Esto
no te satisface? Por qu, para coronar a todos tus pecados? T,
cuando t propia esposa haba sido retirada y su muerte haba sido
virtuosa, por la violacin de una hija desvergonzada, carga tu alma
como con un peso imposible de quitar?
No pases, te ruego, el resto de tus das ofendiendo a Dios,
porque ahora es el tiempo aceptable y el da de la salvacin
resplandece sobre el rostro del penitente, durante la que t llegars
para as llevar a cabo que tu huida no sea en invierno ni en sbado.
Convirtete (de acuerdo con el salmista) aljate del mal y haz el
bien, busca el bien de la paz y sguela; porque los ojos del. Seor
estarn sobre ti cuando hagas el bien, y sus odos atentos a tus
oraciones, y l no destruir tu memoria de la tierra de los vivos.
Clamars y l te escuchar y te salvar de todos tus tribulaciones. Por
qu Cristo nunca desprecia el corazn que es contrito y que se ha
vuelto humilde por temor de l. De lo contrario, el gusano de tu
agona no morir, y el fuego de tu hoguera no s apagar.
Cuneglasus
32. Por qu t tambin, te revuelcas en la vieja suciedad de tu
maldad, de tus aos de tu juventud, t oso, asaltante de muchos, y
conductor de un carro perteneciente a la guarida de un oso, que
desprecia a Dios y despreciador de sus decretos, t Cuneglas (lo que
significa en la lengua romana, t leonado carnicero) Por qu te
mantienes tales luchas contra los hombres y contra Dios? Contra los
hombres, en tus propios compatriotas, esto es, por medios de las
armas, especiales para ti; contra Dios, por crmenes sin nmero Por
qu, en adicin a tus innumerables fallos, t, despus de haber
desterrado a tu esposa, y de volcar tus ojos en su ruin hermana,
que est bajo un voto a Dios, el de la perpetua castidad de la
viudez, que es como dice el poeta, de la ms alta sensibilidad de
ninfas celestiales, con el acatamiento completo, o ms bien el
embotamiento, de su mente, contra la prohibicin del apstol cuando
dice que los adlteros no pueden ser ciudadanos del reino de los
cielos? Por qu provocaste, con tus repetidas agresiones, los
gemidos y suspiros de santos, que por tu causa estn viviendo en el
cuerpo, como si fueran los dientes de una enorme leona que ser algn
da romper tus huesos?Cesa, te ruego, del enojo, como dice el
profeta, y abandona la ira mortal que solo atormentar a ti mismo,
que t has sido grosero contra el cielo y la tierra, es decir,
contra Dios y su rebao. Ms bien cambia tu vida y haz que ore por
ti, a quien se le da el poder de atar por encima del mundo, cuando
se han unido a los culpables en el mundo, y desatar, cuando han
absuelto al penitente. [50]
No seas, como dice el apstol, altivo, ni tener tu esperanza en
la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios que te da muchas
cosas en abundancia, que mediante una enmienda de tu vida, bien
puedes cimentar para ti una buena base el tiempo que viene, y
puedes acceder a la verdadera vida; esto es, por supuesto, la vida
eterna, no lo que ya pas. De lo contrario, has de saber y ver,
incluso en este mundo, que perverso y amargo es el haber abandonado
al Seor tu Dios, y para que su temor no es contigo, y que en el
mundo que viene sers quemado en la pila horrible de los fuegos
eternos, y no obstante, sin poder morir. Ya que las almas de los
pecadores son tan inmortales para el fuego interminable como las de
los santos son para la alegra (eterna).
Maelgwn (lat.: Maclocunus) de Anglesey (Yinis Mon)- Insularis
Draco.
33. Y t, el dragn de la isla, que has reducido a muchos de los
tiranos antes mencionadas, as como de la vida, como de reinos, t
ltimo en mi texto, y primero en maldad, excediendo a muchos en el
poder y, al mismo tiempo en la malicia, ms liberal en el dar, y ms
excesivo en el pecado, fuerte con las armas, pero ms fuerte en lo
que destruye tu alma ---- t Maclocunus, por qu obtusamente
revuelcas en tal vieja y obscura piscina de crmenes, como si
empapado con el vino que se presiona de la vid de Sodoma?Por qu te
atas a tu real cuello (de tu propia voluntad, por decirlo as),
estos montones, de crmenes imposibles de eliminar, tan grandes como
montaas? Por qu pues te muestras a ti mismo ante l, el Rey de todos
los reyes, que te hizo superior a casi todos los reyes de Britania,
tanto en el reino como en carcter, no mejor que el resto en
moralidad, sino por el contrario peor?Tener que escuchar
pacientemente por un tiempo un registro indiscutible de esos
cargos, que, pasando por alto las ofensas domsticas y otras de
ligereza ---- se deber testimoniar slo las cosas que han sido
proclamadas por todas partes, en plena luz del da, como crmenes de
admitidos.En los primeros aos de tu juventud, acompaado por
soldados de los ms valientes, cuyo aspecto en batalla no pareca muy
diferente a la de los leones jvenes, no hiciste -de la manera ms
amarga-, aplastar a tu to el rey, con espada, lanza y fuego? Sin
tener en cuenta a la palabra del profeta cuando dice: Los hombres
de sangre y engao no llegarn a la mitad de sus das. Qu quieres t
esperar en retribucin por este hecho solamente, del Justo Juez,
incluso si tales consecuencias como se ha dicho no fuesen a
ocurrir, cuando l mismo modo, dice el profeta: Afliccin a ti que
saqueas; no sers t tambin saqueado? y que t que matas, no sers t
mismo matado? y cuando t has puesto un fin a tus saqueos, entonces
Caers!
34. Cuando el sueo de tu reinado opresivo result conforme a tu
deseo, no hiciste t, apurado por el deseo de volver al camino
correcto, con la conciencia de tus pecados, probablemente,
mordindote das y noches durante ese perodo, en primer lugar, en
gran parte meditando con ti mismo sobre una conducta santa y las
reglas de los monjes, para a continuacin, traerlos adelante para
darlo a conocer abiertamente, No acaso hiciste votos monacales para
siempre? qu te no prometas a ti mismo por los siglos de un monje?
Sin ninguna idea de infidelidad fue hecho, segn tu declaracin, ante
los ojos de Dios Todopoderoso, ante la presencia de los ngeles y de
los hombres. T hubieras roto, como se pensaba, esas grandes redes,
por las que los toros gordos de tu clase acostumbran a ser enredado
de la cabeza, es decir, hubieras roto las tramas de todo tipo de la
realeza, de oro y de plata, y lo que es ms fuerte de estas, de tu
propia voluntad imperiosa. Y t mismo provechosamente te hiciste
como la paloma que roba al cuervo, escindiendo fuertemente el aire
fino con crujiente vuelo, escapando de las garras crueles del rpido
halcn con vueltas sinuosas, a las cuevas de los santos, retiros
seguros para ti, y lugares de refresco.Qu alegra sera hubiese dado
a tu madre, la Iglesia, si el enemigo de toda la humanidad no te
hubiera desastrosamente arrastrado, en cierto modo, fuera de su
seno! Qu plena flama de esperanza celestial habra de arder en los
corazones de los hombres sin esperanza, si t hubieses preservado en
el bien! Cuales y que grandes recompensas del reino de Cristo
esperaran a tu alma en el da del juicio, si ese lobo astuto, cuando
t, de ser un lobo te convertiste en un cordero, no te hubiese
arrebatado del redil del Seor (no en gran medida contra tu
voluntad) para hacer de ti un lobo de un cordero, tal como l!Qu
alegra para tu salvacin, si la hubieses asegurado, si te hubieses
arreglado para el Padre misericordioso y Dios de todos los santos,
y no al padre miserable de todos los perdidos, como un guila de
poderosas alas y garras-al diablo, me refiero-contra todo el
derecho, te ha arrebatado para la tropa infeliz de sus hijos!
Para no ser tedioso-tu conversin hacia el bien trajo tanta
alegra y simpata, tanto al cielo como a la tierra, como ahora tu
maldito, volviste a tu horrible vmito como un perro enfermo, ha
causado tristeza y lamento.
Cuando esta regresin que hiciste, tus miembros son presentados
como armas de injusticia al servicio del pecado, y del diablo, y
que deberan de haberse presentado con el entusiasmo debido al buen
sentido como armas, de justicia para Dios.Cuando la atencin de tus
odos se cautiva, no son las alabanzas a Dios, en la voz melodiosa
de los seguidores de Cristo, con su dulce ritmo y el canto de la
meloda de la iglesia, lo que se escuch, sino tus propias alabanzas
(que no son nada); la voz de la ruin tripulacin gritndose uno a
otro, como juerguistas en bacanal, llenos de mentiras y escupiendo
flema, para embadurnar a cualquiera cerca de ellos. De esta manera,
el buque, una vez preparado para el servicio de Dios, se transforma
en un instrumento de Satans, y lo que se haba considerado digno de
honor celestial es, de acuerdo con su abandono, echado en el abismo
del infierno.
35. Sin embargo, no por tales escollos de males, como si por una
especie de barrera, tu mente se hubiese embotado a travs de una
carga de imprudencia, retardada; pero impetuosa como un potro
joven, que, imaginando cada lugar no atravesado, ms agradable se
precipita a lo largo, con una furia desenfrenada, en amplios campos
de crmenes, amontonando nuevos pecados sobre tus aos. Pues el
despreciaste tu primer matrimonio, y aunque despus de que violaste
los votos monacales, lo cual era ilcito, an debiste de haber
asumido en matrimonio a tu propia esposa; pero otro matrimonio fue
buscado, y no con la viuda de nadie, ms con la amada esposa de un
hombre vivo; y no un extrao, sino el hijo de tu hermano.
En esta relacin, ese tu cuello rgido, ya ponderado con muchas
cargas de pecados (a saber, un audaz asesinato doble, el asesinato
del marido antes mencionado, y la mujer que fue durante un tiempo
considerado por ti como tuya), se dobla ms bajo los extremos
excesos de tus hechos sacrlegos, de crmenes bajos a crmenes an ms
bajos. Despus te casaste con ella, y por cuyas confabulaciones e
insinuaciones, la gran masa de tus crmenes creci repentinamente muy
grande, y abiertamente, y (como las lenguas falsas de tus
aduladores afirman, con voz en alto, aunque no de lo profundo de su
corazn), que es un matrimonio legtimo, ya que ella es una viuda;
pero nuestras lenguas dicen que, dentro del matrimonio
profanado.
Qu santo hay por all cuyas entraas, movidas por tal relato, y
que no prorrumpa en llantos y sollozos? Qu sacerdote, cuyo recto
corazn este abierto delante de Dios, al enterarse de estas cosas,
acaso no, con gran llanto, instantneamente dira las palabra del
profeta: Quin dar agua a mi cabeza, y una fuente de lgrimas a mis
ojos? Y llorar da y noche a los muertos de mi pueblo.Ay! Poco
hiciste t, con tus odos, escucha la reprensin del profeta cuando as
dice: Ay de vosotros, hombres impos, que han abandonado la ley del
Dios! Altsimo: y si nacieres, seris nacido de una maldicin; y si
mueren, su parte ser por una maldicin. Todas las cosas que son de
la tierra deben ir a la tierra, as como el impo de maldicin deber
ir a la perdicin. Esto est entendido si no vuelven al Seor, al
menos, cuando tal advertencia, como la siguiente, ha sido
escuchada:
Hijo mo, has pecado; no aadas ms a ello, sino ms bien ora para
ser relevado de tus antiguos pecados. Y de nuevo: no te retardes en
ser convertido al Seor, ni lo aplaces da a da, ya qu su ira vendr
de repente; porque, como dice la Escritura: Cuando el rey escucha a
una palabra injusta, todos los que estn debajo de l, son malvados.
Seguro es, como ha dicho el profeta: Un rey justo eleva la
tierra.
36. Pero ciertamente las advertencias no te faltaron, ya que
tuviste como instructor al refinado profesor de casi toda Britania
[52] Gurdate, pues, no sea que lo que se ha sido sealado por Salomn
te suceda a ti: Como alguien que despierta durmiente de un sueo
profundo, es el que habla de sabidura a un tonto; por qu al final
de su discurso, dir: "Qu dijiste t primero? Lavar tu corazn, oh
Jerusaln, como se dice, de la maldad, que t majestad seas
salva.
No desprecies, te ruego, la misericordia inefable de Dios,
cuando, por medio del profeta, l llama a los malvados por sus
pecados, de la siguiente manera: Al instante hablar a la nacin y al
reino, para que puedan arrancar, dispersar y destruir, y arruinar.
l exhorta encarecidamente al pecador al arrepentimiento en este
pasaje: Y si esa nacin se arrepiente de su pecado, tambin deber
arrepentirse con respecto a lo malo que he dicho par que se le
hiciere. Una vez ms: Quin les dar un corazn para que me oiga, y
guarden mis preceptos, e ir bien a ellos todos los das de su
vida?
De nuevo, en el cantar del Deuteronomio, l dice: Porque son una
nacin privada de consejos, y no hay en ellos entendimiento. Oh, que
fueran sabios, que comprendieran esto, que entendieran su
postrimera! Cmo podra perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez
mil. De nuevo en el evangelio, el Seor dice: Vengan a m todos
aquellos cuya labor es pesada, que yo los har descansar. Toma mi
yugo sobre ti, y aprehende de m; por qu yo soy dcil y humilde de
corazn: y encontrars descanso para tu alma.
Porque si t escuchas estas cosas con odos sordos, t retas a los
profetas, t desprecias a Cristo, y para m, siendo un hombre baja
condicin, se que, t desprecias como cosa de poco peso, aunque en
todo caso, guardo la palabra del profeta con piedad sincera y buena
fe: Llenare seguramente mi fuerza con el espritu y el poder del
Seor, a fin de dar a conocer a la casa de Jacob sus pecados, y la
casa de Israel sus ofensas, no sea que sean como perros mudos que
no pueden ladrar. Tambin las palabras de Salomn que nos dicen: El
que dice que el impo es justo, ser anatema ante la gente, y odiado
de las naciones; porque quien lo condene esperar mejores cosas. De
nuevo: No consideraras la ruina de tu vecino, ni guardaras palabra
en el tiempo de la salvacin. Tambin: Salva a los que son tomados
para la muerte, y que redime a los que estn muertos, no perdonars,
porque, como el mismo profeta dice: No aprovecharn las riquezas en
el da de la ira; ms la justicia librar de muerte. La justicia del
perfecto enderezar su camino; ms el impo por su impiedad caer. La
justicia de los rectos los librar; ms los pecadores en su pecado
sern presos. Cuando muere el hombre impo, perece su esperanza; y la
expectativa de los malos perecer. El justo es librado de la
tribulacin, y el impo viene en lugar suyo.
Esa obscura inundacin del infierno [54] se revolver en ti con su
torbellino mortal y sus olas feroces; siempre te torturar y nunca
te consumir, para ese momento demasiado tarde y ya sin provecho,
tendrs conocimiento real de dolor y el arrepentimiento del pecado,
de los cuales, una conversin al camino recto de la vida, es
apartado por ti.
Razones para la introduccin de palabras de los santos profetas
(sancti vates)
37. Aqu de hecho, o incluso antes, era que concluir esta
historia llorosa y quejarse de los males de esta edad, por lo que
mi boca se debe relacionar sin ms los hechos de los hombres. Pero
que no suponen que soy tmido o cansado, a fin de no ser
cuidadosamente en guardia contra ese dicho de Isaas: Ay de los que
a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz
tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y
lo dulce por amargo. Los que mirando no ven, y escuchando no oyen,
cuyo corazn est cubierto con una gruesa nube de males.
Ms bien, quiero sucintamente relatar que amenazas, y de que gran
manera, los orculos de los profetas clamaron contra el antes
mencionado lascivo y loco, cinco caballos del squito del faran, por
el cual su ejrcito es incitado activamente a su ruina en el mar
Rojo y los que son como ellos. Por estos orculos, como si de un
techo noble, se tratara, mi modesto trabajo est con seguridad
protegido, para que no se exponga a las lluvias tormentosas de
hombres envidiosos, que se precipitaban sobre l (trabajo), estando
uno con el otro.Deja pues, que los santos profetas hablan por m
ahora, como lo hicieron anteriormente-ellos los que estuvieron como
la boca, por as decirlo, de Dios, el instrumento del Espritu Santo
con la prohibicin de pecados entre los hombres, hacerse amigo de lo
bueno ---- contra el obstinado y orgulloso prncipe esta edad, para
que no se diga, que es de mi mera invencin y palabras prolijas,
Estoy lanzando contra ellos semejantes amenazas y terrores de tal
magnitud. Ya que ningn hombre sabio es dudoso de cmo son mucho ms
graves son los pecados de este tiempo, que los de la poca
primitiva, cuando el apstol dice: El que menospreciare la ley de
Moiss, por el testimonio de dos o de tres testigos muere sin
ninguna misericordia. De cunto mayor castigo pensis que ser digno,
el que pisoteare al Hijo de Dios?
Notas
[1] Gildas considera su trabajo como una "deuda" contrada hace
mucho tiempo en respuesta a los ruegos piadosos de sus amigos, sino
que tambin es una "promesa" hecho diez aos atrs. Tal afirmacin nos
justificara en relacin con las restricciones del libro como
sentimientos entretenidos por un gran crculo de hombres britnicos
en el siglo VI; las numerosas sugerencias tambin se encuentran en
la obra como a las ideas sostenidas por el escritor respetando el
debido cumplimiento de los deberes de los ministros de la iglesia,
y su estimacin de los que se encuentran con ganas, no eran en modo
peculiar a s mismo. l representa los sentimientos y las ideas
comunes a l y muchos de sus contemporneos.
[2] Tironibus. La palabra tirones no parece en Gildas llevar el
significado de "joven". Aunque normalmente denota un joven soldado,
un recluta, o en cualquier profesin "no Aetate sed usu forensi
atque tironem exercitatione", pero Jernimo en sus escritos
monsticos parece haber dado el significado de cualquier persona que
se ha convertido en un seguidor de Cristo. En su Hilarin Vita., 5,
menciona tirunculos Christi parecer en este sentido. Ni Forcellini
ni Du Cange nos ayudan aqu, a no ser que en ltima instancia fuese
un castellanus o un vassallus castri llamado Novato. En c. 73 la
palabra se aplica a los escritores del Nuevo Testamento o de los
apstoles y de los mrtires mencionados en el Nuevo Testamento: en c.
12, omnes tirones Christi es ciertamente equivalente a "todos los
cristianos." Tiro tambin = catechumenus.
[3] La lista de materias que Gildas tiene la intencin de dar en
una breve resea introductoria a su trabajo ms serio, se puede
clasificar en cuatro captulos:
1. Sobre la propia Britania; la infidelidad dbil de sus
habitantes hacia los romanos que conducen a la sujecin y el castigo
por los segundos; es decir, una descripcin geogrfica de Britania;
una cuenta de la dureza de su gente, de su sometimiento, la
rebelin, la segunda sujecin y un duro servicio prestado. Aqu
tenemos la relacin de Britania a Roma solamente, Roma es vengadora
de Dios.
2. Una relacin del desarrollo de la religin cristiana;
persecucin (en el mundo en general y en Gran Bretaa), mrtires,
herejas.
3. Los tiranos, cuyo abandono de la isla dejaron abierta al
ataque de las "dos naciones"; (escotos y pictos)-su defensa (con la
ayuda de una legin romana); devastacin, segunda venganza (esta vez
de nuevo con xito por la ayuda romana); tercera devastacin, hambre,
carta a Aecio, la victoria, los crmenes. Gildas comienza su relato
de "las dos naciones", los escoceses y los pictos, no en el momento
en que sus estragos comenzaron, sino en un momento que hace de su
historia un relato para su propsito: es decir, cuando, debido a la
accin del tyrannus Mximo, el pas se qued sin defensa contra estos
brbaros. Para Aecio, vid. Cap. 20
4. Los mismos enemigos de repente se presentaron, la peste, el
consejo entretenido por si los britanos deberan de invitar a los
sajones, etc. Esta ltima parte de la narracin relata las luchas de
los britanos con los sajones, comenzando de nuevo, no con los
primeros ataques de estos brbaros, sino con una poltica importante
que cambi todo el contexto de los asuntos. El relato termina con la
victoria y la paz. (Vase la Introduccin).
[4] Gildas dice con frecuencia que deriva sus detalles
geogrficos de Orosio (Hist., I, 2, 77), pero lo que el presbtero
espaol escribi pudo haber sido un lugar comn en la Galia y Gran
Bretaa en la poca de Gildas, e incluso de otras fuentes. Plinio da
la misma longitud y anchura; nsula habet en longo Milia passuum
DCCC, en lato milia CC. Las palabras de Orosio esta manera corro,
nsula Britannia Oceani por longum en extenditur boream; un habet
Gallias Meridie -haec nsula habet en longo Milio passuum DCCC, en
CC lato; las mediciones, como vemos, se expresan textualmente lo
mismo que por Plinio. Orosio dice, "hacia el norte" en cuanto a la
posicin de la isla, en la que es seguida por Gildas, aunque en el
lenguaje potico; pero Gildas tiene detalles adicionales, que con
respecto al continente Britania se encuentra hacia el
oeste-noroeste y el oeste (circium occidentemque). Los dos
escritores pueden ser independientes uno de otro. En el resto de
esta descripcin, Gildas se basa en su propio conocimiento personal
de su isla natal, detenindose en cada detalle, aunque en estilo
defectuoso. Para la geografa de Gran Bretaa e Irlanda en los
escritores antiguos, ver Bunbury, Historia del Antiguo Geografa,
vol. i, p. 584.
[5] Veintiocho ciudades. Suetonio, en Vespaciano 4, menciona que
haba veinte ciudades en Gran Bretaa. Es difcil definir el carcter
especial de los pueblos y las ciudades de Gran Britania bajo el
dominio romano. A partir del material suministrado en la Hbner
Corpus Inscr. Lat., Vol. vii, y algunas otras fuentes, se puede
concluir que, adems de los grandes puestos militares el desarrollo
civil de Gran Bretaa era algo insignificante. Gildas nos informa de
que el muro (de Adriano) corri "entre las ciudades" (inter urbes,
quae ibidem forte ob metum hostium collocatae fuerant). Haba sin
duda de guarnicines donde estaban estacionadas las cohortes
auxiliares: tambin las hubo en Eburacum, donde se estacion la legin
Vl; Deva, con la XX; e Isca, con la II Augusta. Adems de estas
estaciones militares, aunque Gildas habla de coloniae cunctae y
colonia, no ms de cuatro son conocidas que fueran, en sentido
estricto, coloniae, a saber: Eburacum, Camulodunum, Glevum, Lindum.
Muchos pueblos pequeos se nombran, especialmente hacia el sur y el
este; excepto en Gales. El nico municipium conocido, Verulamium, es
mencionado accidentalmente por Gildas, as como Caerlleon (es decir,
Caer legin = Legionum urbs). La Historia Britonum da una lista de
estos veintiocho aos, que Zimmer argumenta debe haber sido
elaborados algn tiempo antes de 796 d. C (Nennius, Vindicatus, pp.
108-110). Se da cuenta de la intervoclica "g" en Cair Legin, Cair
Segeint, Cair Guorthigirn.[6] Nos encontramos con una traduccin
libre al gals de varias porciones de Gildas en Ystorya Brenhined y
Brytanycit, por Geoffrey de Monmouth (+ 1154). Las citas galeses
son de la edicin de The Bruts, por el Sr. Gwenogfryn Evans; las
variaciones muy leves hechos se explicaran simplemente como
destinadas a hacer los pasajes ms fciles de leer.
[7] Civibus. El termino cives, los ciudadanos del Imperio
Romano, es empleado en todo momento por Gildas para designar a sus
compatriotas. De este modo ellos dben, para sus ojos, ser
distinguidos de los "brbaros".
[8] Gildas, en su narrativa, tiene la intencin de omitir toda
referencia a cuatro temas: (1) l no va a tratar de las creencias
pre-cristianas que los britnicos tenan en comn con toda la raza
humana; l los llama, naturalmente, "errores". (2) Las formas de
idolatra vieja, restos de la que todava sobrevivieron "dentro y
fuera de los muros de los templos abandonados", no se relataron.
(3) honores supersticiosos ofrecidos a montaas, valles y ros, no
exclamar contra ellos. (4) l estar en silencio en respecto los
viejos aos de los tiranos, evidentemente, tiene su ojo
particularmente en Mximo, AD 383-388. Su intento ser para narrar
los males que Britania sufri ella misma y las que se infligieron a
los dems "en la poca de los emperadores romanos." Estas
limitaciones son instructivas, en la medida en que muestran cmo el
relato mismo es gobernado por el espritu de toda la "Epstola".
[9] Portenta. Vol. vii de la Hbner Corpus Inscr. Lat. Muestra
amplia evidencia de que la adoracin, por ejemplo, de Mitra, se haba
extendido en Britania, en los monumentos de eregidos principalmente
por oficiales romanos. Gildas con la palabra portenta parece
referirse a este tipo de restos de cultos orientales. Cf. .
Jernimo, Ep, 107, 2: specum nonne Mithrae et omnia portentosa
simulacros quibus Corax, Nymphus, Miles, Leo, Perses, Helios,
Dromo, Pater initiantur.[10] Porfirio rabidus orientalis Adversus
ecclesiam canis. Porfirio (233-304) se llama orientalis como
escritor griego; adems de otras (filosficas) obras, escribi tambin
un trabajo en Libros xv "contra los cristianos." [...] Es varias
veces nombrado por Jernimo, siempre junto a Celso y Juliano, como
un adversario del cristianismo, por ejemplo, Ep. 57; pero en el
Prefacio a la Viris Illustribus, nos encontramos con el mismo
apelativo de "perro rabioso" aplicado en plural a Celso, Porfirio y
Julino. Discant igitur Celso, Porfirio, Iulianus rabidi Adversus
Christum canes.En el documento EP. 133, Jernimo, mientras contesta
el Definitiones et Syllogismi de Coelestius (el compaero irlands de
Pelagio), dice: "Por ltimo (una objecin que su amigo Porfirio
acostumbra a hacer en contra de nosotros), qu razn hay para que el
Dios compasivo y misericordioso tiene naciones enteras que sufren,
desde Adn hasta Moiss y desde Moiss hasta el advenimiento de
Cristo, que perecen por desconocimiento de la ley y sus
mandamientos? Porque ni Britania, una provincia frtil en tiranos,
ni el pueblo de Irlanda .... saban de Moiss y los profetas (Neque
enim gentes Britannia fertilis provincia tyrannum et Scoticae,..).
" Jernimo probablemente se propone un ataque a los britnicos
Pelagio, y Coelestius el irlands (?); pero Gildas ha cado
evidentemente en el error de atribuir las palabras del propio
Jernimo a Porfirio. Los editores benedictinos tambin parecen tener
el punto de vista que Porfirio es slo acreditado con el carcter de
la objecin. La cita, como est, junto con las palabras que la
introducen, nos permite concluir que Gildas era versado en los
escritos de Jernimo, y en particular con cmo tratar de las
doctrinas de Pelagio, aunque este ltimo no es mencionado por l. No
podemos, por tanto, argumentar a partir de su silencio que l "no
saba nada" de la hereja pelagiana.
[11] La primera paz Parta. Parece que hay cierta confusin en la
mente de Gildas aqu: el pasaje tendra un sentido correcto, si se
entiende que la paz se hizo poco despus de la muerte de Trajano,
117 d C; Por lo tanto, la expedicin a Britania mencionada por
Gildas aqu es la de los tiempos de Adriano, que en 122 AD construy
la gran muralla que lleva su nombre. Por qu Gildas seleccion este
momento en particular? La respuesta se puede encontrar en la
palabra "infiel"; despus de los grandes avances y mejoras
realizadas bajo el gobierno de Agricola (78-85), que, sin duda, no
cesaron con su abrupta salida, los britnicos pronto se mostraron
inquietos bajo el dominio romano. Esto, para la mente de Gildas,
demostr que eran un "pueblo infiel", y el registro de su rpida
sujecin bajo tal condicin bien sirve al propsito especial de su
obra. Vase la nota complementaria, c. 18.
[12] Dolosa Leaena. Estas palabras se han entendido con
frecuencia como una referencia a la revuelta de Boudicca contra
Suetonio Paulino, cuando ste estaba en Anglesey, AD 62, pero la
fecha de la "Primera Paz Parta " lo hace imposible. Zimmer es de la
opinin de que las palabras implican una reminiscencia de aquella
reina vasalla. Esto, de nuevo, no es muy probable, porque Gildas
muestra aficin en otra parte por el trmino "leona", como se
aplicado a pases: en c. 23 leaena Barbara representa el hogar de
las hordas sajonas, y en c. 27 para el reino de Damnonia. Es difcil
fijar la fecha de esta segunda expedicin de los romanos contra
Britania. Fue la de Antonino Po, quien en 143 construy la segunda
pared -el vallum de csped- entre Clyde y Forth, o la expedicin de
Septimio Severo en 193? La relacin de Gildas 'es extremadamente
vaga; sin embargo, no hace mencion ninguna otra visita de las
fuerzas romanas hasta finales del siglo IV, e implica amplias
disposiciones para la consolidacin del poder romano en la isla, no
es improbable que l tiene en mente la exitosa labor de Severo.Una
dificultad surge con la ltima frase del c. 7. El Sr. Rhys (. Gran
Bretaa celta, p 19) concluye que la moneda britnica lleg a su fin
en la poca de Claudio (muerto AD 54), o poco despus del 69; y en el
Monumenta Hist. Brit., P. clii, leemos: "Despus de la expedicin de
Claudio y su establecimiento del poder romano en Gran Bretaa, los
britnicos abandonaron el arte de acuar." Se hace referencia all, en
una nota, a este pasaje de Gildas como "confirmar esta opinin."
Dicha confirmacin no es posible si la opinin que aqu sea correcta,
es decir, que Gildas ha seleccionado la expedicin de Adriano como
su punto de partida, a menos Gildas est atribuyendo errneamente a
la poca de Severus lo que ya haba tenido lugar en la poca de
Claudio. La obra de Severo en Britania fue, sin embargo, mucho ms
efectiva que cualquier cosa que se pudiera lograr con la ocupacin
limitada establecida en tiempos de Claudio. Por otra parte, si bien
es muy natural que las monedas romanas debieron estar en circulacin
en la provincia de Britania desde los primeros tiempos, la poltica
de prohibir la moneda britnica apenas fue posible hasta los tiempos
de Severo, y es algo de este tipo lo que est implcito en las
palabras de Gildas. Es curioso que no aparezca el nombre de ningn
emperador ms tardo que Constans (AD 337-350) en inscripciones en
Britania.
[13] Vergilius, Aen.ii, 120.[14] Si leemos esta seccin con
atencin vemos que Gildas no se refiere a la introduccin del
cristianismo en Gran Bretaa; su significado parece ser que el sol
sali para Inglaterra como para el mundo entero, por la resurreccin
de Jesucristo. l est tomando evidentemente su informacin (ut
scimus) de la versin latina de Eusebio Chronicon. Este dice:
"Cuando Pilato envi informacin a Tiberio de la doctrina de los
cristianos, Tiberio lo remiti al Senado, por lo que debi de ser
recibida entre los otros registros sagrados Pero cuando decidieron
los padres de la ciudad que los cristianos deban de ser expulsados
de Roma, Tiberio en un edicto amenaz a los acusadores de los
cristianos con la muerte. Tertuliano lo escribe as en su
Apologeticus " (Pilato de Christianorum dogmate ad Tiberium
Referente Tiberio retulit ad senatum, ut inter reciperetur sacra
cetera. Verum cum ex consulto patrum Cristianos eliminari
placuisset Urbe, Tiberio por edictum accusatoribus Christianorum
comminatus est mortem. Scribit Tertullianus en Apologtico. An. Abr
2053.) Eus. Chron., Schne, ii, p. 151. terc., Apol. 5.
[15] Quae, licet ab incolis tepide suscepta sunt. Esto es todo
lo que Gildas dice respecto a la evangelizacin de Britania. Si l
saba ms que los primeros predicadores del cristianismo es imposible
de decir, pero sus palabras implican que su difusin entre la
poblacin nativa (incolae) de la isla era extremadamente lenta: lo
recibieron "frialdad". Entre los oficiales romanos y los
inmigrantes extranjeros que se pudo haber diseminado tempranamente,
as que los pocos restos que ahora dan fe de una iglesia
paleocristiana en Britania que les pertenecan, se encuentran en las
partes ms a fondo romanizadas. De acuerdo con las pruebas aportadas
por sptimo volumen de Hbner de inscripciones latinas, deducimos que
el paganismo de diversos tipos continu mucho tiempo, incluso entre
estos provincianos. Mitra, Cibeles, el Hrcules tirio y la fenicia
Astart, tenan sus adoradores: en York haba un templo de Serapis, y
en Caerlleon, en Gales del Sur, el legado romano, Postumius Varo,
restaur un templo de Diana al final del siglo tercero, que es
decir, no mucho tiempo antes del Consejo de Aries (314), que
conocemos tan bien. Inscripciones cristianas son ms numerosas en
Gales que en cualquier otra parte de Gran Bretaa, sin embargo, ni
all ni en las otras partes se indica una fecha anterior a la mitad
del siglo quinto. De Britania, as como de la Galia, las palabras de
M. le Blanc son verdaderas, y que las historias leg