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De la epistemologa popperiana a laepistemologa darwinista
CARLOS CASTRODEZA(Universidad Complutense)
PRIMERA PARTE: CONJETURAS Y REFUTACIONES EN TORNO A
LA EVOLUCION ORGANICA
Evolucin y creacionisinos bblico y secular
La explicacin de la variabilidad orgnica es algo que le empez a
preo-cupar decididamente al hombre occidental en el siglo XVIII.
Bien es sabi-do que en la primera gran secularizacin relativa del
pensamiento que tie-ne lugar entre los presocrticos, ya Anaximandro
y Empdocles se preocu-pan del origen de esa variabilidad y le dan
un carcter evolutivo, cada unoa su manera.
Por otro lado, como tanto lo subrayara el creacionista bblico
britnicoPhillip H. Gosse en su obra Omphalos: An Attempt to infle
tire (SeologicalKno (1857). la idea misma de Creacin lleva implcita
la idea evolutiva; yaque si, por ejemplo, se asume que Dios le crea
a Adn a una cierta edad,ste deber reflejar en su organismo la marca
de los aos transcurridoshasta esa edad, aunque realmente dichos aos
nunca hayan pasado. Deigual manera, si Dios crea el mundo o el
universo, stos debern reflejaruna historia o una evolucin, que se
debe desprender de la edad a la quehayan sido creados, aunque de
hecho dicha historia o evolucin no hayaocurrido nunca. Por lo
tanto, la diferencia bsica entre un creacionistabblico y un
evolucionista se basa, en este sentido, estrictamente en
unadiferente contemplacin de los hechos. Siguiendo la pauta
popperianade nuestros das, no se puede concebir un experimento que
decida entreuna concepcin del mundo u otra de las justamente
mencionadas. Otracosa es la historia vivida por el hombre que quizs
s haya sucedido. Por-que si el que escribe estas letras fuera un
creacionista bblico extremista,podra decir que ha sido creado
exactamente al escribir estas palabras yque, por tanto, aunque su
pasado no haya acontecido en absoluto, a losefectos es tan real
como si hubiera existido.
La segunda gran secularizacin, asimismo relativa, del
pensamiento enRevista de Flla~ofta. 3. poca, vol. V (1992>. nm.
8. pgs. 329-350. Editorial Complutense. Madrid
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330 Carlos Castrodeza
la cultura occidental se plasma seguramente en el siglo de las
luces, princi-palmente en Francia. El problema de la variabilidad
orgnica adquiere yauna importancia que no va a perder nunca y que
incluso tendr un papelmuy destacado en la Teologa Natural britnica
del siglo XIX. Por supues-to que un creacionista bblico no tendr en
principio ningn inters, apar-te del acadmico, en entender un pasado
que nunca ha sido. No as unevolucionista porque para l la evolucin
es un aspecto ms de la realidadque tiene que ser estudiada en sus
propios trminos.
Se ha caracterizado a los creacionistas bblicos porque se dan
otrostipos que se pueden denominar seculares. Por ejemplo, Buifon,
el grannaturalista de la Enciclopedia, propone una teora
creacionista secular. Ensntesis, la Tierra, que para Buffon, y
otros, empieza siendo una bolaincandescente, llega un momento, al
enfriarse gradualmente, en que alcan-za un punto ptimo para la
formacin espontnea de las formas de vidams complejas que se
conocen. Luego, con el deterioro de las condicionespor un posterior
enfriamiento, dichas formas van degenerando en otras (elhombre en
simio, el caballo en asno, etc.). De este modo se explica
dichopensador el origen de la variabilidad orgnica, as como el
mismo origende las formas vitales.
El siglo XIX en Gran Bretaa es un hervidero de creacionistas
secula-res en el sentido de que muchos pensaban (notablemente el
gelogoCharles Lyell) que las especies surgan por medio de leyes
naturales desco-nocidas y que, adems, al ser dichas apariciones muy
raras eran muy dif-ciles de observar (detectar). Las extinciones en
cambio dejaban tras de sipruebas inconfundibles (los fsiles).
Variantes tericas posibles en la evolucin en un sentido
amplio
En cualquier caso el proceso evolutivo puede ocurrir de modos
muydefinidos, aunque su contrastabilidad empirica en general no est
nadaclara. Se puede pensar, como hiciera Buifon, en una evolucin
degenerati-va despus de un acto creador inicial. Tambin se puede
contemplar (loque ha sido el caso ms normal) una evolucin
progresiva. Es decir, des-pus de un cierto origen los organismos de
algn modo se vuelven cadavez ms complejos y/o mejores. Esta idea se
vio apoyada por los enciclope-
1. GILLiSPIE (1979) ha hecho un estudio excelente sobre el
particular. Habra queafladir que el creacionismo en la biologa
actual est limitado al creacionismo biblico ya los EE.UU. donde
recibe el nombre de fundamentalismo. Ni que decir tiene que
losseguidores de esta, tambin llamada, ciencia creacionista estn
excluidos de la comuni-dad cientfica a pesar de que un buen nmero
de ellos sean cientficos profesionales endiversas ramas de la
ciencia. Es muy dificil encontrar un documento en quese expliquesin
pasiones con nimo desacreditador este interesante fenmeno de la
sociologia de laciencia; un estudio excepcional en este sentido
sera el de MAR5DEN (1984).
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Epistemologa y darwinismo 331
distas De Maillet y Diderot, que suponan sendos procesos de
seleccinnatural, y asimismo por el ilustrado ingls Erasmo Darwin
abuelopaterno del famoso Darwin que conjeturaba una ley evolutiva
de com-plejidad creciente, a partir de un filamento vivo inicial,
combinada conun proceso de seleccin natural. Pero es sobre todo
Lamarck quien apo-ya dicha variante al ser el primero que
escribiera un tratado especfica-mente sobre evolucin orgnica
Filosofla Zoolgica (1809) en el que sesupona que determinados
orgnulos que ya se podan denominar vivos, acausa de su complejidad
qumica relativa, se formaban constantemente, yluego por un proceso
subsiguiente de complejidad acumulativo, basado endesequilibrios
qumicos, se llegaba hasta el hombre, donde se alcanzabapor fin un
equilibrio qumico estable.
Por ltimo se puede conjeturar un proceso evolutivo en el que
slohaya variaciones acumulativas que en s no supongan ni una
degenera-cin ni una situacin progresivista. Maupertuis fue otro
ilustrado destaca-do que glos sobre esta variante. Este autor
afirmaba que est a la vista detodos que el proceso reproductor no
es perfecto porque la progenie siem-pre se diferencia, aunque sea
mnimarnente, de sus progenitores. En conse-cuencia, al irse
acumulando dichas diferencias (o imperfecciones, o erro-res) en el
transcurso del proceso evolutivo, se llegar a partir de
algunosorganismos iniciales a toda la variabilidad orgnica que hoy
contempla-mos, desde los organismos ms elementales hasta el hombre.
Pero en nin-gn momento las ltimas formas habrn progresado ms que
las prime-ras, simplemente se trata de una acumulacin de
imperfecciones reproduc-tivas intranscendentes a travs de las
generaciones.
Las posibilidades evolutivas se agotan en las tres variantes
tericasejemplificadas. Dichas variantes permanecen en nuestros das
aunque unade ellas sea la ortodoxa y las otras dos, a pesar de que
no se hayan descar-tado concluyentemente, no tengan seguidores
destacados por razones,seguramente, ms metafisicas que
empricas.
Incidentalmente. el concepto de evolucin en sus diferentes
variantessera aplicable a cualquier proceso en el que se considere
que su desarrollo(o evolucin) merece una atencin particularizada.
Esto ocurre, por ejem-po.con la evolucin de la ciencia, a la que se
dedica una atencin especialen la segunda parte de este escrito.
Baste decir que, no slo anlogamente,sino igualmente a la evolucin
biolgica existen en la evolucin de la cien-cia concepciones
progresivistas claras (las positivistas y neopositivistas,
lapopperiana). concepciones progresivistas ms diluidas (la
kuhniana), con-cepciones neutralistas (la referente al anarquismo
epistemolgico de Feye-rabend y posiblemente al elitismo el trmino
es de Lakatos de Toul-mm) y concepciones de decadencia que en la ya
ms que actual era de laciencia no tienen una vigencia destacada, a
pesar de su posibilismo realcomo se ver en la segunda parte de este
estudio.
Pero antes de concretar ms al respecto de la problemtica que la
evo-lucin biolgica supone para los planteamientos que aqu se
exponen, es
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332 Carlos Castrodeza
preciso mencionar los avatares histricos que han condicionado la
situa-cin actual.
El pensamiento evolutivo de Lamarck y de sus coetneos en
Francia,principalmente Geoffroy Saint-Hilaire, no tuvo una buena
aceptacin enel mundo cientfico de su poca2. En la oposicin a esas
ideas estaba elgran cientfico y poltico Georges Cuvier quien argla
con contundenciaque toda idea sobre evolucin orgnica era
anticientfica porque no tenaningn fundamento observacional ni
experimental, es decir, todo eranespeculaciones sin un soporte
emprico. Para Cuvier slo contaba el merohecho de la variabilidad
orgnica y su adaptacin, todo lo dems sobraba.Poco despus el padre
del positivismo, A Comte. tambin tachara todateora de la evolucin
orgnica como metafisica y, por lo tanto, algo yaobsoleto en la
nueva era de la ciencia positiva.
De nuevo siguiendo la pauta popperiana, se podra plantear la
pregun-ta de qu teora tena Cuvier para interpretar su hecho. Pero
ste se guar-d muy mucho de serexplcito en este contexto, aunque
indirectamente sele suela colocar entre los creacionistas
seculares. Para simplificar, paraCuvier de alguna manera habra
creaciones masivas sucesivas seguidas deextinciones igualmente
masivas y sucesivas (as se podan explicar, en par-te, los fsiles),
quedando el papel de una supuesta divinidad completamen-te al
margen. Comte, por su parte, se afanaba en demostrar que toda
pro-pensin terica era ajena a la ciencia positiva, por lo que la
tesis generalpopperiana de que todos estos autores tenan que
trabajar con predisposi-ciones tericas definidas no es algo que se
pueda documentar directamen-te en estos casos.
Si en Francia, como cuna del pensamiento evolutivo moderno,
lametafsica positivista paradjicamente frena el desarrollo del
pensamientoevolucionista, no ocurre as ni en Alemania ni, sobre
todo, en Inglaterra.En Alemania hay que destacar las ideas de
Leopold von Buch que adoptaun esquema asimilable a la categorizacin
de Maupertuis. Es decir, a par-tir de estudios en las Islas
Canarias, von Buch concluye que las barrerasnaturales son el origen
de nuevas especies, ya que con el tiempo si grupospertenecientes a
una misma especie se mantienen separados, dichos gru-pos acumulan
diferencias hasta un punto tal que cualquier hibridacin delos
miembros de un grupo con los de otro resulta imposible3.
2. Un trabajo muy documentado sobre Lamarck y su entorno
cientfico es el deCoRsi (988).
3. Una buena evaluacin de las ideas de von Buch en el contexto
del desarrollo delas ideas de Darwin es la de LIMoOES (1970). cap.
2. seccin 3.
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Epistemologa y darwinismo 333
El origen de la inquietud evolutiva en Darwin
Pero es en Inglaterra donde la concepcin de la evolucin orgnica
flo-rece de una manera inusitada en prcticamente laobra de un solo
hombre:Charles Darwin (excluyendo un trabajo tan enormemente
popular comorelativamente superficial que publicara annimamente el
escocsR. Chambers en 1844). El desenlace terico darwiniano es
sumamente inte-resante porque exige una explicacin referente a su
origen, desarrollo ytriunfo final ante la comunidad cientfica en
general. Y porque, al mismotiempo, en el seguimiento implicado, que
ya est muy documentado, sepuede cotejar si la epistemologa
popperiana tiene un papel relevante.
Darwin, como ya se ha mencionado, tiene un antepasado
reciente(abuelo paterno) que especulara acerca de la evolucin
orgnica dentro dela variante progresivista en que luego el nieto se
vera envuelto, aunquecon matices diferenciadores importantes. Desde
luego, Darwin en un prin-cipio en lo que a la variabilidad orgnica
se refiere era un creacionista bbli-co, aunque el tema no le
interesara de un modo especial. El naturalistaingls confiesa en su
autobiografa que en su adolescencia y primerajuventud crea en el
credo anglicano como si ste fuera evidente. De hechoconoca las
ideas de su abuelo y tambin estuvo expuesto a las de Lamarckdurante
sus dos aos como estudiante de medicina frustrado en Edimbur-go.
Pero en ese tiempo dichas ideas no le interesaban en absoluto. Su
afi-cin muy acusada a la historia natural era un distintivo social,
comodemuestra durante sus estudios en Cambridge, posteriores a los
de Edim-burgo, y realizados con la pretensin de convertirse en un
clrigo rural.
Pero sucedi que el capitn de fragata del almirantazgo britnico,
Fitz-Roy. necesitaba un acompaante de su alcurnia para poder
distenderse sinproblemas de protocolo durante un prximo viaje que
iba a realizar alre-dedor del mundo con propsitos cartogrficos. De
hecho, las normas pro-tocolarias britnicas de la poca exigan que
dicha distensin se realizaracon un caballero afin. Despus de que
varios otros candidatos rehusarancortesmente, qued Darwin como nica
opcin. El tema fundamental deconversacin de ambos personajes para
distraccin del capitn sera la his-toria natural (geologa, zoologa,
botnica y antropologa).
Pero el marco teolgico de las conversaciones iba a ser decisivo
paralas ideas que Darwin proclamara en su momento. En efecto, el
Dios deFitzRoy era una divinidad propia de su entorno social ms
inmediato:autoritario, eficiente y caprichoso si ello le viniera en
gana para ejercer supoder. El Dios de Darwin, por su parte, estaba
ms en la tradicin de larevolucin industrial (de la que su abuelo
Erasmo fuera un protagonistadestacado): menos autoritario,
igualmente eficiente pero en absoluto capri-choso, es decir, el
Dios de Darwin no hara nada en vano simplementepara demostrar su
poder.
Esta disparidad teolgica tuvo unas consecuencias
insospechadascuando la expedicin de FitzRoy ancl en las Islas
Galpagos. Todos
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334 Carlos Castrodezavean, advertidos por los lugareos, que
especialmente la fauna de las dis-tintas islas en sus diferentes
manifestaciones (aves diversas, iguanas, tortu-gas) era distinta
para cada isla. FitzRoy decidi que Dios en su poder crea-dor haba
creado especies en cada isla, mientras que Darwin estim por suparte
que Dios no poda perder el tiempo de esa manera y que en el
archi-pilago existan especies nicas diversificadas en variedades en
las distin-tas islas. El incidente al respecto desemboc, para
resumir, en que al regre-so a Inglaterra, el hombre de ciencia al
que ambos contendientes apelaronpara resolver si se trataba de
variedades o especies, el respetado ornitlogoJohn Gould, decidi a
favor de FitzRoy. Acto seguido, Darwin en su frus-tracin pens que
la nica manera de que l tambin tuviera razn eraconsiderar que
dichas especies antes haban sido variedades. Pero enton-ces, claro
est, tena que postular y. sobre todo, demostraruna teora de
laevolucin orgnica4.Darwin se dedic a esa tarea privadamente en lo
que se puede describiren principio como un proceso fascinante de
conjeturas y refutaciones.
Se recalca que Darwin inici su pensamiento referente a una
posibleevolucin orgnica por motivos teolgicos, aunque, como l mismo
dice ensu autobiografia, la idea de Dios se fuera difuminando con
el tiempo en sumente a lo largo de su dilatadavida hasta que
prcticamente desaparecierasin crearle en ningn momento trauma
personal alguno. Es verdad quedicho autor refleja tambin en su
autobiografa un renuncio al Dios cris-tiano, que una vez le fuera
tan evidente, porque su aceptacin implicaraadmitir que seres tan
queridos para l como su hermano mayor y su padrese estaran
consumiendo en el infierno por su hostilidad, cuando no
indi-ferencia, manifiesta hacia la religin. Tambin tuvo Darwin en
este aspec-to problemas con su esposa, mujer muy piadosa, aunque en
la prctica.durante toda su vida fuera Darwin un feligrs modelo de
puertas afuera;incluso lleg a ejercer como prroco en un momento en
que el titular noacabara de llegar a la comunidad donde resida
Darwin. para tomar pose-sin de su cargo.
4. Para ms detalles vase CASTRODEZA (1988a), caps. 2 y 3. Por
supuesto que, engeneral, en la literatura especializada sobre el
origen de la inquietud evolutiva en Dar-win. se le atribuye a dicho
autor una racionalidad exquisita en la forma de llegar a
sudescubrimiento (un ejemplo reciente est en KLEINER, 1988). Pero
para el autor quesuscribe, esas atribuciones entran dentro de esas
historizaciones hagiogrficas de Dar-win (y de tantos otros grandes
hombres) a las que estamos tan mal acostumbrados.La navaja de
Ockham tiene tanta aplicacin en la interpretacin histrica como en
lacientfica.
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Epistemologa y darwinsmo 335La teoria de la evolucin darwiniana:
conjeturas y refutacioneshasta un cleifo limite
Se puede decir que hasta que Darwin diera con la teora de la
seleccinnatural conjetur y refut a su vez por lo menos otras dos
teoras duranteun perodo que dur unos tres aos.
La primera teora que Darwin contemplara de un modo bastante
defi-nido fue la de von Buch. Adoptando una vez ms un lenguaje
popperiano,Darwin trat de comprometer dicha teora experimentalmente
(observa-cionalmente, dadas las circunstancias). Pens que si las
barreras naturaleseran la causa fundamental del proceso evolutivo,
donde ms barrerashubiera, por ejemplo, en los archipilagos, era
donde la evolucin orgni-ca tendra que ser ms activa y producir las
especies ms modernas. Comoquiera que la situacin en las Islas
Galpagos ofreciera precisamente elresultado opuesto, sobre todo en
lo que se refera a los reptiles, que eranmuy primitivos, el
mecanismo de aislamiento y posterior diferenciacinpara Darwin
quedaba refutado.
La segunda teora que Darwin adoptara fue la de Lamarck. En este
sen-tido habra una ley evolutiva segn la cual los seres vivos
evolucionaranpor canales precisos y cuyas desviaciones orgnicas
relativas se deberannicamente a la distinta influencia de los
medios por los que tuvieran quepasar esos organismos. Por ejemplo,
un oso segn el clima fuera ms cli-do o ms templado adquirira
evolutivamente pelajes de distinto color. Elcuello de la girafa
constituira otra desviacin orgnica provocada por elambiente y le
permitira a ese animal alcanzar el alimento de los rbolessin
alterar su estructura orgnica bsica. O sea que para un mismo
mediolos organismos de un mismo nivel de complejidad tenan que ser
idnti-cos. Darwin asimismo comprometi observacionalmente la
conjeturalamarckiana, y tambin la refut.
En efecto, para Darwin, siguiendo a Lamarck, los organismos
sudame-ricanos tendran entonces que ser muy parecidos a los
africanos y a losaustralianos para una misma latitud (clima), y ste
no era el caso.
Quiz se crea que las refutaciones de Darwin eran ms bien
precipita-das, pero se tiene que pensar que la situacin relatada
transcurre en la pri-mera mitad del siglo XIX (aos 1836-1839) y se
debe considerar que la teo-rizacin evolutiva estaba en sus
comienzos (apane del controvertido trata-do de Lamarck), y que
adems toda teora de la evolucin orgnica gozabade muy mala prensa
entre la comunidad cientfica de la poca, tanto en suvertiente
teolgica como secular. En consecuencia, para convencer habaque ser
tremendamente contundente5.
Darwin dio con su teora definitiva releyendo la conocida obra
delreverendo Thomas Malthus en donde se defenda la tesis de que el
aumen-
5. bid. cap. 4.
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336 Carlos Castrodeza
to de la poblacin va siempre por delante del aumento de los
alimentos,siendo sta la causa ltima de las guerras. enfermedades y
dems plagasque afectan al gnero humano en su lucha por sobrevivir.
Darwin enton-ces traslad esta idea a la naturaleza toda y concluy
que, efectivamente.como propusieran Maupertuis y von Buch en su
momento, la progenie nose parece a los progenitores, hay
variaciones imprevisibles en la reproduc-cin,y estas variaciones
capacitarn a unos organismos relativamente msque a otros en la
lucha por la existencia. Los mscapaces (fuertes,
veloces,resistentes) sern los que sobrevivan, es decir, habr un
proceso de selec-cin natural.
Todo pareca encajar ahora esplndidamente. Por eso los
organismosde los archipilagos eran ms primitivos, porque la
competencia eramenor que en los espacios abiertos de la tierra
continental. Igualmente. losorganismos equiparables de Australia.
Sudamrica y Mrica tenan que serdistintos, a pesar de la similitud
del clima, porque las variaciones al res-pecto eran caprichosas
(aleatorias), y no se producan las mismas en situa-ciones
ambientales similares. Darwin se dijo. por fin tengo una teora
conla que puedo trabajar e inici un largo argumento. que durara 20
aos.hasta que publicara su Origen de las especies en 18596.
En la dcada de los aos 50 del siglo pasado tambin otro
naturalista,A. R. Wallace, dio con una teora de la seleccin natural
leyendo la obra deMalthus aludida. Pero de dar con una teora a
documentara debidamentepor ese proceso, muchas veces ntimo, de
conjeturas y refutaciones, hay unabismo. De hecho, hoy da se ha
comprobado que la teora de Wallaceestaba mucho menos madurada que
la de Darwin y era distinta, aunqueste en principio no lo viera as.
Es ms, con el paso del tiempo Darwin yWallace tuvieron diferencias
importantes porque Wallace decidi queexistan formaciones orgnicas.
como eran el cerebro humano o la mano,que para l no podian haber
surgido por seleccin natural sino que la divi-nidad tena que haber
intervenido directamente; lo que, claro est, era ina-ceptable para
Darwin.
Despus de ese largo desarrollo dialctico que durara 20 aos (de
1839a 1859) el naturalista de Down no pudo corroborar
suficientemente suteora y de hecho surgieron refutaciones
importantes de la misma que suautor ya nunca aceptada de buen
grado7. Sucompromiso metafsico con lateora de la seleccin natural
era demasiado fuerte. No en vano Darwinestudi en Cambridge con sumo
placer la obra del telogo natural WilliamPaley quien, especialmente
en su Natural Theology (1802). describa minu-ciosamente las
adaptaciones orgnicas como prueba de la capacidad dise-fiadora del
Creador. Ahora, con Darwin, el Creador era la seleccin natu-
6. Ibid., cap. 5.7. Un estudio muy completo sobre las criticas a
la teora de Darwin en su poca es
el de HIJtL (2973).
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Epistemologa y darwinismo 337ral. El resultado era anlogo.
Darwin en el fondo no haba hecho otra cosaque traducir el esquema
teolgico de Paley, coordinndolo con el de Malt-hus y otros, a un
esquema secular.
Uno de los problemas de Darwin se centraba en que fundamentaba
labase emprico-observacional de la seleccin natural en la seleccin
artifi-cial. Sin embargo, era sabido de siempre que todo proceso de
seleccin ar-tificial tiene un lmite que se resiste a ser
sobrepasado (lmite denominadotcnicamente hoy da plateau) Por qu
poda sobrepasar ese lmite laaccin de la naturaleza pero no la accin
del hombre? Nadie supo contes-tar aesa pregunta y, curiosamente, sa
es una incgnita a la que ni siquierahoy da se le da una contestacin
que no sea problemtica. Incidentalmen-te, al autor de estas lneas
le parece que hay una solucin simple a esesupuesto misterio. Es
decir, la seleccin natural acta sobre muchos carac-teres a la vez
(literalmente una infinidad) y, por lo tanto, tiene que
dirigirsehacia muchos plateaux al mismo tiempo, por lo que surge la
sensacinengaosa de que se est traspasando un plateau, al contraro
de lo queocurrira con la seleccin artificial, cuando en realidad la
situacin enambos procesos selectivos sera idntica (es ms,
esencialmente cualquierseleccin artificial no es ms que seleccin
natural). Este escollo, ms con-ceptual que emprico, debilit en
mucho la fuerza argumental en la expli-cacin de la teora de la
seleccin natural, pero no la creencia en la teorade la evolucin que
despus de 1859 se expandi rpidamente por toda lacomunidad cientfica
de Occidente.
Otro ejemplo a destacar, que adems muestra lo reacio que era
Darwina aceptar una refutacin de su teora de la seleccin natural,
viene repre-sentado por la crtica que le planteara el conocido
fisico Lord Kelvin. Esteargla que dadas las estimaciones de las
edades de la Tierra y del Sol, sim-plemente no haba habido tiempo
para que el proceso evolutivo hubieratenido lugar, y mucho menos
por un proceso de seleccin natural. Darwina los efectos se cerr en
banda y no quiso saber nada del asunto, a pesar deque uno de sus
hijos, colaborador de Lord Kelvin, le quisierahacer ver a supadre
que la refutacin era inapelable. Luego con el descubrimiento de
laradioactividad a principios de siglo, la fuente energtica colosal
que esefenmeno implicaba provoc que se revisara muy al alza la edad
del siste-ma solar y que Darwin tuviera todo el tiempo que
necesitara al respecto,pero esto ocurri bastante despus de su
muerte (sin embargo, este argu-mento sobre si ha habido suficiente
tiempo para el acontecer del procesoevolutivo darwiniano, sigue
plantendose, sobre todo entre cientficos nobilogos).
De hecho Darwin a lo largo de las 6 ediciones oficiales (7 en
realidad)del Origen de las Especies, fue modificando su teora y
haciendo importan-tes concesiones a las dos teoras que refutara en
un principio. Es ms, des-pus de la muerte del naturalista ingls (en
1882), la teora de la seleccinnatural tuvo una aceptacin muy baja a
expensas de otras teoras evoluti-vas, aunque se empezara a
recuperar a finales de la segunda dcada de
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338 Carlos Castrodeza
nuestro siglo8, hasta que en 1937 el bilogo ruso T. Dobzhansky
publicarasu Gentica y el Origen de las Especies donde la primera
edicin del Origenquedaba plenamente reivindicada, pero con una
teora de la herencia dis-tinta de la de Darwin que, por cierto,
para nada afectaba a la teora de laseleccin natural (Darwin siempre
lament que su teora de la herenciadejara mucho que desear, porque,
de nuevo, esto le restaba fuerza argu-mentativa para defender su
propia metafsica enraizada en la teora de laevolucin que
propona).
La situacin actual
Dentro de la ortodoxia darwiniana actual existen heterodoxias
meno-res relativas, por ejemplo, a si las mutaciones ms
significativas son peque-as (micromutaciones) o no
(macromutaciones). es decir, segn unas uotras hayan tenido mayor o
menor relevancia en el proceso evolutivo. Otambin opiniones
encontradas relativas a si la velocidad evolutiva ha sidoconstante
o no. As, en algn sector de la comunidad cientfica se procla-ma
(teora de los equilibrios pautados) que a escala geolgica ha
habidoperodos de stasis evolutiva (estancamiento relativo) y
perodos de evolu-cin rpida.
Pero tambin existen heterodoxias mayores, aunque sea en
estadolatente, en el sentido de que se reproducen algunas de las
variantes metaf-sicas posibles que se han planteado en este
escrito. As, hay autores, nota-blemente el japons Motoo Kimira, que
ven el proceso evolutivo esencial-mente como lo viera Maupertuis en
su momento9- Kimura apoya la con-cepcin de reloj biolgico para
cuantificar las diferencias orgnicas en liti-gio que para l se
acumulan de generacin en generacin sin que haya unproceso de
seleccin natural a largo plazo estadsticamente significativo.Slo
que ahora dicho tic-tac evolutivo (cada tic-tac es un error que se
acu-mua) se asimila al ADN que es donde se localiza la herencia
biolgica. Seinfiere que al no ser el ADN una molcula totalmente
estable, los erroresen su duplicacin ocurren de una manera
constante. Se infiere por aadi-dura que esa inestabilidad no va
asociada en general a una falta de viabili-dad de los organismos
portadores. Esta heterodoxia se denomina con justi-cia neutralismo,
y tratar de refutarla con respecto alseleccionismo, que es
laortodoxia, o viceversa, es una empresa quiz imposible porque se
trata enefecto de dos programas metafisicos,uno a favor del
progresivismo y otro afavor de un estado de equilibrio esttico en
la naturaleza. Adems existen
8. Este proceso histrico est magistralmente descrito en PROVINE
(1971): tambinen BOWLER (1983) se ha realizado una amplia
investigacin al respecto, aunque msrestringida en el tiempo.
9. Vase K.IMLJRA (1983).
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Epistemologa y darwinismo 339
otras posibles implicaciones poltico-sociales que aunque
controvertidasvienen explicitadas en estudios importantes0.Sin
embargo, hay que recalcar que muchos darwinistas, incluyendo
almismo Darwin, piensan que la seleccin natural no es una teora
progresi-vista en el sentido de que la seleccin es siempre relativa
a un medio quenunca se podr erigir en un patrn absoluto. Pero la
definicin de mediono es nada sencilla, as como la de carcler
biolgico quees lo que se adaptaal medio. Por ejemplo, mi propio
medio no slo es el clima al que estoysometido, y otros agentes
impersonales, sino que tambin lo constituyentodos los seres vivos
que me rodean. El mismo principio de la seleccinnatural hace que el
medio no se pueda fijar en ningn momento.
Tambin existe otra heterodoxia, ya ms subyacente, dentro de
lavariante progresivista lamarckiana. Se postula la ocurrencia de
una evolu-cin qumica sujeta a reglas fsico-qumicas tan estrictas
que los resultadosevolutivos estaran mucho ms determinados de lo
que pudiera parecer2Entonces las variaciones que se observan no
serian otra cosa que interac-ciones con el medio circundante al
organismo, pero la lnea principal deevolucin estara marcada
qumicamente. La diferencia con Lamarckradicara en que las
condiciones para el origen de la vida ms elemental yano estaran
presentes en la Tierra como en un principio (por ejemplo,
laatmsfera de oxigeno sera un veneno para esas primeras formas).
Estaidea es parecida, en un plano secular, a la que propusiera en
su da elcharlatn Chambers ya mencionado. Como se viene diciendo,
los siste-mas metafsicos permanecen aunque su vigencia vare.
An otra heterodoxia relevante que, como la anterior, est de capa
ca-da, pero no porque se haya refutado concluyentemente, es la que
ataca aldenominado Gran Dogma de la biologa moleculart3. Este
proclama quetoda mutacin con consecuencias slo puede ocurrir en el
ADN codifica-dor que a su vez transmite el mensaje (alterado o no,
segn hayan o no ocu-nido mutaciones) a un ADN mensajero que a su
vez conduce el mensajepara la formacin proteica pertinente
(enzimas) en los corpsculos cito-plsmicos denominados ribosomas.
Pues bien hay autores que defiendenque qumicamente no es imposible
que modificaciones (mutaciones) pro-teicas (enzimticas) afecten al
material hereditario tanto mensajero comocodificador. De hecho el
primer caso ya se ha descubierto hace algn tiem-
10. As se refleja en el anlisis de LEWONTIN (1974).II. Esta
disyuntiva est claramente tratada en LEWONTIN (1978). Para un
estudio
pormenorizado del concepto de progreso en el contexto darwiniano
actual vase CAs-TRODEZA (1988b). especialmente los caps. 4. 5 y
6.
12. Vase, por ejemplo, la interpretacin ya clsica de
SCHOFFENIEL5 (1976). Lareciente y ampliamente comentada obra de
DENroN
-
340 Carlos Castrodeza
PO en los denominados retrovirus (este tipo de virus est
implicado porejemplo en la ocurrencia del SIDA). El segundo caso es
ms problemticoporque que una alteracin (mutacin) proteica
(enzimtica) pudiera afec-tar al ADN codificador implicara
esencialmente la herencia de caracteresadquiridos a un nivel
bioquimico.
De acuerdo con lo expuesto, la cuestin bsica que se plantea
seria porqu razn la teora de la seleccin natural (y sus variantes
ligeramenteheterodoxas) es la teora ms admitida y ms estudiada. La
contestacinde los darwinistas es porque la evidencia directa y.
sobre todo, indirecta desu realidad es tan abrumadora que no hay
teora que pueda competir conella. Pero sintomticamente, como el
autor de stas lineas ha estudiado enotro escrito4, cuando los
darwinistas desean refutar una teora evolucio-nista alternativa los
argumentos ms normales estn constituidos porinsultos casi
personales y el descrdito profesional de los oponentes. y
vi-ceversa. claro est.
Cundo se salvan las apariencias
Por supuesto que refutar una teora globalmente no es tarea fcil.
Ahest la denominada tesis de Duhem-Quine para ilustrar esta
contingencia.Pero eso no quita que en nuestro caso la comunidad
cientfica al respectopudiera considerar, como tantas veces se ha
hecho antes en otros perodoshistricos, que la teora de la seleccin
natural pudiera no ser ms que unamanera coherente, simple e incluso
hermosa de salvar las apariencias.
En su momento, como se viene diciendo, muchos creyeron que el
siste-ma ptolomaico del mundo no era ms que la mejor manera de
salvar lasapariencias. Lo mismo reza para el sistema
copernicano.
Pero no, parecera que el hombre tiende a tenerla necesidad de
pensarque las teoras que maneja son reales mientras no se demuestre
lo contra-rio. Despus de todo los ptolomaicos que estaban dentro
del crculo plat-nico-pitagrico crean que salvaban las apariencias
nicamente porquepensaban que la realidad perceptible era engaosa,
no as la realidadinmutable de fuera de la cueva de La Repblica.
Para los que estabandentro del mbito aristotlico la situacin era
muy distinta, la realidad erala que se perciba con los cinco
sentidos y no tenia objeto salvar las apa-riencias. Por el
contrario, en el medievo dentro de los sistemas dionisaco y.sobre
todo, tomista, se pensaba que Dios poda variar esa realidad
percepti-ble en cualquier momento, y por lo tanto, no haba lugar
bajo ese prisma acreeren otra cosa que no fuera para salvar las
apariencias. En nuestra po-ca estamos dentro de un aristotelismo
secular lo que lleva aparejado que lanica realidad sea la que se
percibe sin ms ambages (se recuerda que se
14. CAsrRoDEzA (1988b), cap. 3.
-
Epistemologa y darwinismo 341
est haciendo especial referencia alcientfico practicante, porque
entre lospensadores ms tericos y filsofos la disparidad de
opiniones al respectopuede ser notable). En este contexto no tiene
sentido pensar que se estnsalvando las apariencias, aunque en
efecto se est haciendo precisamenteeso. En consecuencia, se adopta
lo que eufemisticamente se denomina elrealismo hipottico: yo creo
esto mientras no se me demuestre lo contra-rio, y, claro est,
demostrar lo contrario sin dejar lugar a dudas es tan pocoposible
como demostrar lo que yo creo.
Es iluminador comprobar que la teora neutralista tiene un
seguimien-to mayoritario en una cultura que no es la occidental
propiamente dicha.Es. asimismo, esclarecedor darse cuenta de que el
lamarckismo (y varian-tes) tiene a sus campeones fuera del rea
anglosajona, fundamentalmenteen Francia. De lo que se desprende que
la cultura dominante es la que dealguna manera impone su criterio
que no es otra cosa que un reflejo de sufnnula global de
supervivencia que, a su vez, se traduce en el sistemametafisico en
que la cultura est inmersa.
Es tan agradable pensar que la vida en sus diversas formas se ha
idodesarrollando poco a poco, explorando todas las posibilidades, y
que esedesarrollo fruto de una seleccin natural estricta ha
desembocado en unser pensante, capaz de elegir la solucin ptima
para la supervivencia encada momento, sin tener ya que esperar a
que la seleccin natural favorez-ca todas y cada alternativa
separadamente5. Por el contrario, es tan pocoagradable concluir,
segn una postura neutralista, que cualquier varian-te orgnica tiene
el mismo peso que cualquier otra y que el pensamientono es ms que
una estrategia para sobrevivir como cualquier otra. Quiztambin sea
relativamente poco agradable concluir, segn la posturalamarckista,
que qumicamente todo ha estado determinado desde unprincipio ya que
una ley natural inexorable es la que nos ha conducido ala situacin
pensante como nos poda haber conducido a cualquierotra yde hecho as
puede todava ocurnr.
Pero si la epistemologa popperiana se queda corta a la hora de
expli-car el casi irresistible ascenso de la teora de Darwin y de
sus seguidoresms actuales, qu se puede poner en su lugar?
15. El gran paleontlogo y ensayista GOULD (1989) critica
oportunamente esta vi-sin agradable en una de sus ltimas obras.
-
342 Carlos CastrodezaSEGUNDA PARTE: EPISTEMOLOGA
EVOLUCIONISTA
E HISTORIA DE LA CIENCIA
El desarrollo del conocimiento como proceso evolutivo
Existen varios criterios sobre lo que pueda ser la epistemologa
evolu-cionista, incluso se llega a decir que la expresin es poco
afortunada eincluye contenidos incompatibles entre ~ En este texto
se va a adoptar laconcepcin al respecto del filsofo de la biologa
M. Ruse7. Pero antes deentrar en precisiones, debe de quedar claro
que existen numerosos pensado-res, notablemente Popper, que le dan
al conocimiento un carcter evoluti-vo8. Es decir, y por generalizar
muy ampliamente, del mismo modo que elproceso evolutivo biolgico
contemplado desde el prisma darwiniano dis-curre por medio de
mutaciones y adaptaciones o maladaptaciones (sobretodo lo segundo),
el proceso evolutivo del conocimiento, considerado des-de el mismo
prisma darwiniano, se desarrollada por medio de conjeturasy
corroboraciones o refutaciones. O sea que si la aproximacin
epistemo-lgica es simplemente la actividad por la que pensamos
queestamos gene-rando conocimiento correctamente, por la
epistemologa evolucionista seaadir que dicha generacin de
conocimiento se realiza mediante undevenir evolutivo anlogo al
darwiniano, a saber, por un proceso de selec-cin natural de las
mejores hiptesis que el medio que constituyen lascomprobaciones
experimentales va legitimando. Para concretar, Popperno slo
establece un paralelismo entre ambos procesos sino que, en
granmedida, los identifica; por citarle expres/mente: He dicho
siempre que dela ameba a Einstein slo hay un paso. Ambos operan
mediante el mtodode ensayo y error. La ameba tiene que odiar el
error, porque muere cuandoerra. Pero Einstein sabe que slo podemos
aprender de nuestros propioserrores, y no ahorra esfuerzos para
detectar nuevos errores para as elimi-narlos de nuestras teoras. El
paso que la ameba no puede dar, pero Eins-tein s, es llegar a una
actitud crtica, autocrtica, a un mtodo crtico...(Popper, 1990, pg.
51, remitirse a la nota 18). Ahora bien, hay que tenersiempre
presente que tanto las mutaciones como las adaptaciones
sonrelativas a un medio y, por tanto, tambin lo seran las
conjeturas y corro-boraciones. Al cambiar el medio se rompera la
cadencia en ambos proce-
16. Vase PACHO (1990).17. Vase RUsE (1986).18. Vase PoPPER
(1973). destacando entre otros muchos escritos menos amplios a
POPPER (1984). y comosu matizacin escrita ms reciente a POPPER
(1990) donde su vi-sin se revela para el autor del presente escrito
idntica a la de LoRENz (ver nota 22)sobre todo en sus
interpretaciones biolgicas de los a prioriy aposteriori
kantianosaunque el mismo Popper en una comunicacin personal
(Santander. agosto de 1991)disiente de dicha identificacin.
-
Epistemologa y darwinismo 343
sos. En el campo del conocimiento el medio sera, supuestamente,
elsoporte metafisico que lo sustenta.
Pero en este modelo evolucionista, Ruse cree encontrar una
raznpoderosa para desestimar el paralelismo entre la evolucin
biolgica y laevolucin del conocimiento. As dicho autor mantiene que
la evolucindel conocimiento es progresiva, mientras que la biolgica
no lo es. O seaque una serie de organismos podr adaptarse cada vez
mejor pero con res-pecto a un medio (relativamente a un medio). Por
su parte el conocimientoquedara corroborado de una manera
progresiva en un sentido a todasluces absoluto. Por ejemplo, para
Ruse, la teora cosmolgica de Einsteinsera mejor que la de Newton,
sta superara a la de Coprnico, y esta seraa su vez ms entera, si no
ms cercana a la verdad, que la de Ptolomeo.Para Ruse, adems, la
naturaleza de la mutacin biolgica sera totalmen-te aleatoria y no
as la apariencia de una nueva hiptesis en el contextocientfico.
Desde luego la cuestin sobre si ha habido progreso en el
desarrollo delconocimiento, especialmente del conocimiento
cientfico, sigue siendo unproblema central, sobre todo en el
contexto de la evolucin biolgica19.Muchos bilogos estn de acuerdo
con Ruse20, aunque otros muchos consi-deran que en un sentido
bastante absoluto los anfibios, por ejemplo, se-ran mejores que los
peces, los reptiles mejores que los anfibios y losmamferos mejores
que los reptiles; los homnidos seran asimismo losmejores mamferos,
y de entre los homnidos el mejor hasta la fecha serael lomo
sapiens2. Mejores en el sentido, claro est, de globalmente
mejoradaptados. El mismo Darwin manifestaba, como ya se aduce en la
prime-ra parte de este escrito, que de la teora de la seleccin
natural no se deducelgicamente (necesariamente) una situacin
progresiva ms que en unsentido relativo; si bien es contemplable
que de alguna manera un progre-so absoluto no se podra descartar,
aunque sera poco probable y posible-mente incomprobable.
Ciertamente en las teoras de la ciencia prcticamente todos los
mode-los vigentes son progresivistas. Esto est desde luego claro
entre los positi-vistas lgicos (en su ltima versin o concepcin
heredada y no digamosen las otras). Para Popper asimismo el proceso
de conjeturas y refutacio-nes ira fluyendo (progresando) hacia una
interpretacin cada vez msidentificable con la realidad. Y para los
kuhnianos si bien la verdad tieneun protagonismo mucho ms oscuro,
por lo menos la ciencia ira adquirien-do cada vez ms coherencia y.
en consecuencia, desprendindose cada vez
19. Vase de nuevo CASTRODEZA (1988b).20. Uno de los ejemplos ms
notables de esta opinin sigue siendo WILLtAMs
(2966). por lo que lo conecto seria decir que es Ruse el que est
de acuerdo con l.21. De nuevo, uno de los ejemplos ms destacados de
esta constatacin sigue sien-
do AYALA (1974).
-
344 Carlos Castrodeza
de ms anomalas por emplear este trmino tan a propsito.
Anlogamen-te en las escuelas de discurso no enunciativo actuales
(semanticismo.estructuralismo), el realismo hipottico que subyace a
esas concepcionesimplica una situacin que sera cada vez ms
aceptable para el procesocientfico en su desarrollo. Sin embargo,
considerada la ciencia como lamanifestacin de una actividad
biolgica ms del hombre, dicho progresoes cuestionable como se ir
reflejando en las pginas que siguen y se hailustrado ya en el caso
de las teoras sobre la evolucin orgnica.
El desarrollo del conocimiento como proceso adaptativo
Tambin segn Ruse, existe otra concepcin epistemolgica basada
enla biologa. Dicha concepcin se debe distinguir de la
evolucionista pro-piamente dicha. Se trata de la epistemologa
darwinista. No es que la epis-temologa evolucionista no sea
darwinista, porque efectivamente as seinterpreta generalmente, pero
la explcitamente adjetivada darwinista ha-ra hincapi sobre la
dimensin adaptativa que existe en la adquisicin delconocimiento. De
esta manera, el conocimiento no sera ms que unacapacidad de
supervivencia que se selecciona y/o se seleccion en
ciertosorganismos porque facilita y/o facilit relativamente la
supervivencia delos mismos con respecto a otros que, claro est, no
desarrollan y/o desarro-llaron dicha caracterstica. Por cierto,
esta concepcin de epistemologadarwinista por parte de Ruse es la
que de un modo clsico se ha denomi-nado evolucionista desde que K.
Lorenz instaurara dicha concepcin haceeste ao algo ms de medio
siglo22.Algo que no lleva a cabo Ruse, ni por supuesto los
epistemlogos evo-lucionistas clsicos, es combinar ambas
aproximaciones diferenciadas porRuse abiertamente. Veremos en estas
pginas que del resultado de dichacombinacin se desprenden
consecuencias interesantes, sobre todo en loque toca a la cuestin
del progreso aludida, tanto en lo que afecta a lasestructuras
orgnicas como a la evolucin de la ciencia.
Antes de nada, habra que puntualizar que la analoga subyacente
msoportuna no sera entre la evolucin biolgica y la evolucin del
conoci-miento, puesto que el conocimiento sera, a pesar de su
carcter complejo,simplemente un rasgo biolgico ms, como pueda ser
el peso del cerebro ola longitud de la pierna derecha. Es verdad
que se puede concebir la vidacomo un rasgo global, pero no el
conocimiento. Esto es importante porquela ambigtledad que implica
asegurar que la vida progresa no se da al decir.por ejemplo, que el
peso del cerebro progresa (relativamente al peso delcuerpo), o que
el conocimiento de algo tambin progresa.
22. La referencia es a LORENZ (1941), articulo que se ha
reproducido en muchascompilaciones.
-
Epistemologa y darwinsmo 345
En cualquier caso, es justo decir, siempre desde una perspectiva
darwi-niana. que los organismos se caracterizan por la posesin de
determinadasestrategias adaptativas con respecto a un medio o
medios definidos o, almenos, definibles. En el proceso evolutivo lo
que se perilla es la sustitucinde unas estrategas adaptativas por
otras, bien porque esto es necesario parala supervivencia debido a
la presin del medio
-
34.6 Carlos Castrodezacipada). Pienso que desde este punto de
vista la existencia o no de progresobiolgico no incide de una
manera directa en la problemtica que hace alcaso, por lo que nos
podemos centrar sin resquemores en la componentedirectamente
darwiniana que preconiza Ruse.
Veamos entonces cmo el organismo hombre se desenvuelve con
suestrategia adaptativa; para esto es necesario contemplar su accin
episte-molgica a lo largo del tiempo, o lo que es lo mismo, en su
historia.
Cmo reflejan las propensiones epistemolgicas humanas la
estrategiaadaptativa global que le es propia
En realidad el hombre, siempre desde la perspectiva darwiniana,
ten-dra una estrategia adaptativa global comn a su taxn, que como
ya se haindicado consiste en reproducir en su memoria las
contingencias ambien-tales que se puedan presentar para resolver
sus problemas de una maneraanticipada, ya que en gran medida no lo
podr hacer instintivamente (estono presupone otra cosa que una
actuacin mediante un procedimientoinductivo condicionado a una
visin previa del mundo). Se insiste en queesta estrategia le
diferenciara relativamente al hombre del resto de los ani-males en
tanto que stos deben resolver mayoritariamente sus
problemasbiolgicos de una manera instintiva o, lo que es lo mismo,
automtica.Entonces, los problemas en los animales como regla
general no se antici-pan, se reacciona ante ellos segn se presentan
de acuerdo con pautascomportamentales adquiridas en su mayor parte
por seleccin natural. Laprdida ms o menos gradual de ese carcter
global animal instintivo sesustituye adaptativamente en ciertos
organismos (homnidos) de un modoasimismo gradual (no hace falta
salirse de la ortodoxia darwiniana msestricta) por la de una
reaccin ms tarda pero, claro debe de estar, de efi-cacia adaptativa
comparable. Dicha sustitucin dar lugar igualmente apautas
comportamentales adquiridas principalmente por seleccin natu-ral
(tambin se pueden adquirir claro est, por correlacin orgnica,
comoconsecuencia de la seleccin natural de otras
caractersticas).
Pero en el hombre tambin hallaramos subestrategias diferentes
segnsean las preocupaciones y propensiones epistemolgicas
subglobales delos distintos grupos humanos. Seguidamente se procede
a ofrecer una cla-sificacin taxonmica singular de acuerdo con
dichas posibles subestrate-gias que reflejan variaciones consabidas
en el mbito epistemolgico.
Se puede afinnar que en general entre los seres humanos estn
aqu-los que manifiestan ms propensin biolgica por su pasado
orgnicoinstintivo y, en consecuencia, tendern a actuar
principalmente de modoa-racional (que no irracional). Aqu podemos
incluir, dentro del conceptode vida en Occidente por ejemplo, a los
que despliegan un proceder intuiti-yo como reaccin ante la
problemtica vital. Reaccin que tendr unaexpresin, a corro plazo, en
la manifestacin de diversas actividades con-
-
Epistemologa y darwinismno 347
ductuales en las que predomine la espontaneidad, y. a largo
plazo, en lamanifestacin de una actividad filosfica no cientfica en
el sentido de questa reflejar una falta de confianza en la razn
como instrumento directoren la lucha contra el medio. El desarrollo
de la filosofa existencialistapodra ser un ejemplo paradigmtico de
lo justamente sealado. Inciden-talmente, desde el punto de vista
adaptativo esta reversibilidad potencialdel ser humano hacia una
estrategia adaptativa anterior en su filogenia esalgo orgnicamente
normal. As, existen animales ex-terrestres que en suhistoria
adaptativa volvieron a un medio acutico aunque lo hicieran
consubstratos adaptativos muy diferentes a los originales (ejemplos
muy cono-cidos los constituyen los animales pertenecientes a los
rdenes denticetosdelfines o misticetos ballenas).
Por otro lado estarn aqullos seres humanos, de los que ms
nosvamos a ocupar en la seccin siguiente (aunque sea con brevedad),
quemanifiestan ms propensin biolgica por la relativamente recin
adquiri-da (en trminos lilogenticos) estrategia adaptativa global
que por la ante-rior. Dichos seres actuarn de un modo
especficamente racional en el sen-tido de que su actividad
corresponder a la cientfica propiamente dichaque a cono plazo
supondr el desarrollo de la ciencia y a largo plazo el de
lafilosofa de la ciencia.
En el primer grupo aludido, donde se mira hacia el pasado, las
pre-guntas acerca del sentido de las cosas se formularn y
contestarn en tr-minos de corte emotivo (que los positivistas
lgicos denominaran, inco-rrectamente. metafsicos y Wittgenstein,
adecuadamente. inexpresablesen un lenguaje lgicamente construido).
Y, en el segundo caso, dichas pre-guntas se formularn en trminos
cientficos. Dicha divisin entre tiposintuitivos y cientficos se
puede asemejar, por ejemplo, a la que ya hacealgn tiempo
popularizara Eysenck2t con la denominacin de personali-dades
extrovertidas e introvertidas, y cuya justificacin
fisio-conductistacomplementa muy pertinentemente los fundamentos
epistemolgicos queaqu se exponen.
Y por qu existira una subestrategia a cono plazo y otra a largo
plazo?Simplemente los individuos que por razn de su propia
experiencia
(siempre es as para todo tipo de organismo) se encuentren en su
medio losuficientemente inseguros querrn resolver sus problemas de
inseguridadde un modo lo ms inmediato posible. Por el contrario,
aqullos queencuentren su entorno existencial inmediato lo
suficientemente seguro sededicarn a resolver problemas menos
inmediatos que en su extremosupondrn el planteamiento de las
preguntas ms ltimas o ms remotas,es decir, de las preguntas ms
propiamente filosficas.
Preguntarse por la razn de ser de las cosas supone una
preocupacinpor conocer el medio en sus dimensiones ms recnditas que
no existe en
26. EYSENCK (1972). cap. 1.
-
348 Carlos Castrodeza
todos los grupos humanos. La propensin epistemolgica en ciertos
gru-pos no consistira en pretender entender su mundo (su medio),en
el sen-tido de hallar una plena satisfaccin en la contemplacin de
la verdad(como propugnaran los griegos clsicos, exceptuando quiz a
sofistas yescpticos), sino en intentar transformarlo en el conocido
sentido mar-xiano del trmino. Este tipo de ser humano se podra
clasificar como tec-nlogo. El inters de este ltimo se centra en cmo
funcionan las cosas yno en el sentido que puedan tener las mismas
en aspectos profundos quesimplemente no se reconocen. Esta dicotoma
se conoce tradicionalmentecomo el problema de las dos culturas.
Las necesidades menos perentorias del hombre tecnolgico no
estntan difuminadas por dilemas existenciales como pueda ser el de
su propiaidentidad. Es decir, que a dicho tipo de ser humano no le
interesa la com-prensin ltima de las cosas (no le encuentra sentido
a esa expresin), sinonicamente que stas funcionen yen este caso el
medio ofrece suficienteseguridad. Por ejemplo, el profesional del
derecho ser un tecnlogo delcomportamiento humano (no as el filsofo
del derecho). En este contextono es casualidad que la lite
intelectual de la Roma clsica sobresaliera enesta actividad y no en
otras ms propiamente filosficas como lo hicieronlos griegos, y
viceversa. No es casualidad, asimismo, que hasta tiemposrecientes,
y an en la actualidad, el desarrollo de la tecnologa haya sido
engran medida independiente del de la ciencia, adems del de la
filosofa27.Dichas preocupaciones bioantropolgicas (intuitiva,
cientfica y tecno-lgica) se manifestarn ms ntidamente mientras
menos hostil sea elmedio que le corresponda a un determinado grupo
de individuos. Si elmundo es muy inseguro, como para la mayora de
los seres humanos, elhombre se dedica nicamente a sobrevivir para
satisfacer sus necesidadesms primarias por medio de su estrategia
adaptativa global en una subes-trategia que se podra denominar
rutinaria, como contraste a las justamen-te sealadas. Asimismo, por
razones evolutivas claras podr existir unsolape ms o menos extenso
entre esas cuatro preocupaciones directrices(intuitiva, cientfica,
tecnolgica y rutinaria).
En este planteamiento lo que se quiere subrayar es que tanto el
hombreintuitivo como el cientfico derivarn en tipos rutinarios o
tecnlogoscuando su dependencia del medio para sobrevivir sea
especialmente directa. Esdecir, las propensiones generadas por la
misma biologa (intuitiva, cientfi-ca) pueden ser matizadas por un
medio desfavorable en las otras dos (tec-nolgica, rutinaria). As,
puede haber tecnlogos predominantementecientficos o intuitivos, as
como actividades rutinarias dirigidas intuitiva-mente ms que
cientficamente o viceversa. Es ms, se vuelve a hacer refe-rencia a
la popularizacin de Eysenck citada ms arriba (vase nota 26).
27. Esta independencia significativa entre ciencia y tecnologia
est critica y profu-samente ilustrada en BASALLA (1988).
-
Epistemologa y darwinismo 349
porque dicho psiclogo incluye otra dimensin de la personalidad
huma-na (adems de la de extroversin-introversin) que en sus
extremos senapuramente emocional o totalmente estable. Dichos
extremos se podran asu vez asemejar, respectivamente, a los tipos
rutinario y tecnlogo que aquise introducen. Desde luego, resulta
sorprendente que desde dos aproxima-ciones distintas, la de Eysenck
y la expuesta en este artculo, se llegue aconclusiones comparables.
como demuestra la siguiente clasificacintetrapartita en los tipos
que se mencionan: 1) emocional (que no emotiva)-extrovertida
(rutinaria-intuitiva). 2) emocional-introvertida
(rutinaria-cientfica). 3) estable-introvertida
-
350 Carlos Casrodezatrminos bioantropolgicos ya explicitados)
resulta ser un medio inseguro.En consecuencia, intentan descubrir
otro medio que d al traste con lasanomalas indicadas. Dicha labor
alcanza su plenitud en las cosmogo-nas alternativas de Platn y
Aristteles que luego matizaran hasta elmedievo fundamentalmente los
epicreos (incorporacin del reduccionis-mo de Demcrito y Leucipo),
los estoicos (concepcin de ley natural) ylos escpticos (crtica a la
posibilidad misma de conocer el medio). Di-chos descubrimientos
tienen una dimensin metafisica profunda en elsentido de que la
contrastabilidad emprica de las soluciones alternativas ala
cosmogona hesidica es cuando menos problemtica. Consecuentemen-te .
el medio sigue siendo inseguro por no ser las soluciones
alternativasclaramente demostrables. Inseguridad que para el ser
intuitivo est muchomenos definida en trminos racionales.
Ms adelante, siempre en Occidente, la solucin del clsico
Aristtelesal problema del conocimiento cientfico, es decir del
conocimiento real delmedio donde tenemos que hacer nuestras
predicciones, se combina con lateogona judeo-cristiana que alcanza
una de sus mximas expresiones enlas soluciones de los franciscanos
oxonianos de los siglos XII y XIII. Prin-cipalmente, el binomio
induccin-deduccin de los segundos analticosaristotlicos pasa a ser
el de resolucin-composicin de los tericos de laciencia
prerrenacentista. La doctrina aristotlica servira entonces
parasalvar las apariencias porque el mundo puede ser trasformado
por la divi-nidad en cualquier momento y de cualquier modo
imaginable o inimagi-nable. As pues el medio de ese ser vivo que
estamos considerando siguesiendo epistemolgicamente, que no
metafsicamente, inseguro. En unafrase, dicha inseguridad queda
mitigada por la labor de un Ser Supremomisterioso pero benvolo y
unas aproximaciones epistemolgicas que enlo que son ajenas a la
revelacin divina hacen relativamente contrastableel medio.
Qu ocurre en el Renacimiento?Que algunos han redescubierto a
Pla-tn y otros clsicos y, por lo tanto, resurge una visin del mundo
alternati-va a la aristotlico-tomista: la platnico-pitagrica
nuevamente cristia-nizada. Para estos individuos que redescubren y
se convierten a esta otravisin del mundo, la realidad observada
vuelve a ser plenamente una meraapariencia de otra realidad
verdadera y permanente que se vislumbra atravs del lenguaje
matemtico. Coprnico adopta esa mstica pitagricacolocando al sol en
una posicin central por razones ms metafisicas queempricas. Sus
conocidos seguidores Galileo y Kepler, y tantos otros, acep-tan esa
visin del mundo e interpretan la empiria existente segn esa vi-sin.
Otros, como Francis Bacon, pretenden seguir con el modelo
propia-mente aristotlico, slo que perfeccionndolo segn sus propios
criterios,y desconfian de ese mundo escondido slo vislumbrable a
travs del len-guaje matemtico. Asimismo otros prosiguen con el
modelo aristotlicopero de un modo ya ampliamente secularizado, como
refleja, por ejemplo,la obra de Hobbes. Por fin el modelo no
alterado de los franciscanos oxo-
-
Epistemologa y darwinismo 351
nianos prosigue en el espritu de la contrarreforma hacia un
callejn queaparentemente result no tener salida29. Y es que, como
se deca en la pri-mera parte de este escrito, y se est matizando en
esta segunda, cada cualse aferra a su propia metafsica como a un
clavo ardiendo por mucha pro-pensin cientfica que tenga. El
resultado es que diversos sistemas metaf-sicos conviven entre s.
unos marginalmente y otros dominando la escena(aunque a veces las
tornas pueden cambiar como vemos aqu con el siste-ma tomista que a
partir del Renacimiento queda relegado de una situacinde dominancia
a otra marginal).
Vemos que el grupo de individuos que hace al caso acta segn
esapropensin epistemolgica que desemboca en una proliferacin de
apro-ximaciones metafsicas distintas a la interpretacin de la
realidad, es decir,del medio. Lo que para unos son anomalas, no lo
son para otros, la expe-riencia (percepcin) del medio es diferente
(se constituyen en efecto distin-tos nichos ecolgicos
intelectuales, valga la expresin) y esto se manifiestaen distintas
versiones de la realidad que en una dinmica casi desesperan-te no
termina de definir el medio a gusto de la especie que lo habita.
Poreso la labor prosigue con el beneficio de la experiencia
histrica que esprecisamente parte de la estrategia adaptativa
pertinente al hombre, sobretodo en esta dimensin cientfica que se
est explorando.
Es Newton quien ofrece una nueva seguridad a la parte del mundo
occi-dental interesada y holgada. Newton que combina el nuevo
platonismocon el aristotelismo de Bacon. pero ofreciendo una frmula
maestra queata el universo conocido ms inmediato de un modo
espectacular.
Pero el hombre occidental de talante cientfico en ese afn de
bsquedade la certeza (de la seguridad) que le caracteriza, como ser
vivo sobre todo.se da cuenta de que el xito de Newton no es garanta
de conocimientocierto (seguro). Esto queda claro en las crticas de
Hume y sobre todo deBerkeley. a partir de los planteamientos
newtonianos plagados de anoma-las de Locke. Kant dir que es empero
la mxima seguridad a la que pode-mos llegar.
Este panorama no es admisible para el ser vivo al respecto y
aparece elpositivismo para intentar remediarlo, como contraste a un
materialismo ya un idealismo30 que tienen una metafsica
(inseguridad) demasiado en re-lieve.
El positivismo, as como otras teoras sobre el conocimiento en
generaly cientfico en particular (aqu se hace especial referencia a
W. Whewell).tambin surgen como un intento de comprender la
historia, es decir, de darun sentido a todo lo acontecido hasta la
fecha. La idea es tratar de demos-
29. Dicho modelo no alterado es el que se desarroll por ejemplo
en la pennsulaIbrica; para un estudio pormenorizado vase CASTRODEZA
(1988c).
30. Un escrito especialmente claro en este complejo tema es el
de MANDFLBAUM(1980).
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352 Carlos Castrodeza
trar que el hombre no ha perdido.el tiempo, que todo ha sucedido
comoalgo necesario para alcanzar una comprensin plena de nuestras
concep-ciones (Comte. Mach, y el mencionado Whewell, hacen del
acontecer his-trico algo inextricablemente unido a sus pensamientos
respectivos).
Por un lado se trata de reducir el mundo del cientfico al del
tecnlogo(lo que interesara sera el cmo, el porqu respondera a algo
metafsicoque, por ejemplo, para Comte tuvo su momento pero que en
la actualidadsera un paso atrs). Y. por otro lado. por fin!, la
reduccin se aplicara almundo de la necesidad de los seres vivos.
As, para Mach el conocimientocientfico sera la frmula ideal de
supervivencia para el serhumano comoser vivo, habiendo de descartar
la nocin de verdad desde el punto de vistahabitual. La historia le
sirve a Mach para estudiar el proceso de contami-nacin metafisica
que para l han padecido nuestras ideas cientficas. Lospositivistas
americanos (pragmatistas) vienen a confirmar esta visin
concreces31, con slo, en cierta medida, la excepcin de Peirce.En
otra dimensin significativa, ciertos pensadores matemticos,
sobretodo Lobachevsky. intentan superar las limitaciones impuestas
por Kantcon el ataque al enigmtico quinto postulado de Euclides y
el desarrollo devisiones del mundo no eucldeas. Paradigmticamente.
dicho intento vie-ne a reforzar la visin de los positivistas en el
convencionalismo cientficoque tan bien encarna Poincar: ya no habra
mxima seguridad a la que sepudiera llegar. toda visin del mundo
sera convencional por naturaleza.Duhem prosigue en esta lnea
declarando que el mundo no se puedeentender desde el punto de vista
cientfico, todo lo ms se puede describir;para entenderlo habra que
volver de alguna manera a la teodicea oxonia-na del medievo puesta
al da, es decir, al cobijo de la iglesia de Roma. Fre-ge. Russell,
y luego Hilbert, entre tantos otros, intentan buscar
seguridadantiescptica en un ltimo reducto: la lgica-matemtica. Pero
Gdel, yotros. demuestran que ese refugio tampoco es seguro.
Einstein representara el ltimo intento amplio hasta la fecha de
daruna seguridad cientfica a nuestro medio. Partiendo en buena
parte deMach y de Poincar, el fsico de Ulm desemboca en lo que para
muchos esfilosficamente un realismo ingenuo, pero que en su intento
de suprimirentidades misteriosas como el concepto de fuerza, o el
de aceleracin si seprefiere, pretende llegar por lo menos a una
coherencia del mundo tan per-fecta que todo quede estructurado del
modo que todo cientfico haya podi-do nunca soar. No ha podido ser.
La teora cuntica nos ha introducidoen un medio todava ms
biolgicamente adverso que el de Poincar.
En nuestro siglo ha habido por lo menos dos tentativas
importantes deponer como mnimo un orden lgico en nuestro mundo
(medio), el de laconcepcin enunciativa de la ciencia de los
pospositivistas y el de la no
31. Aunque con ello le allanen el camino a la desconcertante
direccin filosficapara entender la ciencia que LAKATos (1973)
denominara elitismo.
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Epistemologa y darwinismo 353enunciativa (semanticistas,
estructuralistas). Pero no slo de lgica vive elservivo humano, ste
necesita la realidad que Popper por un lado y Kuhnpor otro (con las
importantes derivaciones de Feyerabend y Toulmin),entre otros
muchos autores, han querido darle. Esto es, la realidad de unmedio
de expresin orgnica que sigue siendo insegurocomo nos recuerdala
aproximacin filosfica de la ciencia a expensas de la
aproximacincientfica propiamente dicha que proclama de un modo casi
fatalista queesa inseguridad es consustancial al medio. Pero el ser
vivo humano nopuede aceptar ese desenlace y entretanto prosigue esa
bsqueda sin trmi-no que tan especialmente abandera
Popper32.Naturalmente, se han venido exponiendo una sucesin de
solucionesrelativas a la metafsica que ha dominado segn la poca de
la historia deOccidente considerada. Las metafisicas que han ido
quedando margina-das. independientemente de que hayan podido
resurgir, ofrecen sin dudaotras soluciones relativas que no son
desechables en absoluto hasta que nose aclare la naturaleza de
dicha dominancia.
Conclusin
La aproximacin cognoscitiva que caracteriza a la epistemologa
evo-lucionista tiene tres vertientes, dos de las cuales vienen
resultando estrilesen sus consecuencias mientras que una tercera da
lugar a resultados nue-vos e interesantes. La primera vertiente
define y redefine hasta la saciedadlo que es o no es dicha
actividad epistemolgica~~. La segunda vertientepretende discernir
la significatividad de la ocurrencia de progreso en laevolucin del
conocimiento comparada con la evolucin propiamenteorgnica, sin
llegar asimismo a consecuencias explicativas
especialmenterelevantes. Mientras que la tercera, basada en el
somero anlisis histricoadoptado en este escrito, estudia el
comportamiento mismo del hombre enlas distintas expresiones de su
faceta cognoscitiva. De esta manera parecedetectarse mucho ms
claramente lo que ha motivado al hombre a travsde la historia de su
actividad ms patentemente humana. Esta motivacinestara en la base
de su estrategia misma de supervivencia, es decir, de
unaepistemologa que es el resultado de su evolucin. La consideracin
de estaevolucin se estima imprescindible para obtener una
interpretacin mini-mamente verosmil de esa bsqueda insaciable que
caracteriza al serhumano. Se debe subrayar que un cambio de
metafsica en la actividadhumana no tiene porque implicar
necesariamente algo ms que no sea unpaso a una situacin adaptativa
distinta.
32. Me estoy refiriendo concretamente al escrito autobiogrfico
de POPPER (1976).33. A este respecto se pueden consultar las que
seguramente sean las dos compila-
ciones ms completas: LoRENz y WUKETrr5 (1983), referencia
especficada en LoRENz(1941). y CALLEBAUT y PtNXTEN (1987). Vase
tambin BRADtE (1986).
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354 Carlos Castrodeza
La epistemologa popperiana. segn las consideraciones aqu
expues-tas, es un ideal que nicamente resulta cuando el compromiso
metafsicosubyacente no es profundo, desde un punto de vista
biolgico. En este sen-tido la epistemologa darwinista le da al
hombre esa dimensin biolgicanecesaria para la comprensin de cmo
adquiere su conocimiento.
Pero las epistemologas biolgicas no darwinistas concebibles,
especifi-cadas en la primera parte de este estudio, contribuiran
asimismo en idn-tica medida a la comprensin de la condicin humana.
Por ejemplo, en uncontexto lamarckista las diversas estrategias
adaptativas estn determina-das y no aparecen aleatoriamente como en
el darwinismo; sin embargo,determinadas o no, sus respectivas
problemticas quedan igualmente defi-nidas. Anlogamente ocurre en el
contexto neutralista. Todo ello le da unaamplitud a la epistemologa
darwinista que hace que trasciendan hastauna generalidad
insospechada las pretensiones del darwinismo mismo.
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