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5. Modelos de corte deliberativo y prctico: descripcin y
balance
En el capitulo anterior, nos hemos centrado en modelos de diseo
curricular que llevaban
implcito el que la tarea del diseo propiamente dicha es
principalmente responsabilidad
de polticos y administradores educativos y no de quienes estn en
la prctica diaria de
las escuelas; se trataba de una competencia administrativa y
burocrtica, consistente en
seleccionar y disponer adecuadamente una serie de elementos con
objeto de empaquetar
eficientemente el conocimiento disciplinar que haba que
presentar al estudiante para su
aprendizaje. El diseo curricular comienza a cobrar inters en
tanto que tarea profesional
cuando, sobre todo en los pases anglosajones caracterizados por
su gran descentralizacin
administrativa y por una relativa autonoma de sus escuelas, se
piensa y se asume que la
tarea del diseo curricular compete ms bien a los expertos en las
distintas disciplinas y reas
de conocimiento, a los expertos en diseo curricular propiamente
dicho, y, por supuesto, a
los profesores y profesoras que lo adaptan, concretan y aplican
en sus aulas.
Los modelos prctico-deliberativos sobre los que vamos a tratar
en este captulo
marcan precisamente una transicin radical en la concepcin misma
de la relacin entre el
profesorado y el currculum escolar. En este sentido, los
profesores, a lo largo de los aos
setenta y ochenta, en todos los pases, dejan de verse como
distribuidores de proyectos
ajenos, o como gestores de las decisiones tomadas por las
administraciones educativas para
las que trabajan, para pasar a ser reconocidos como actores,
creadores y decisores en el
campo del diseo y el desarrollo curricular. Con ello, puede
decirse que el diseo curricular,
como proceso de toma de decisiones en educacin, se democratiza,
se acerca a los actores
que forman parte de la comunidad educativa, empezando por el
profesorado; adems, el
nfasis se traslada desde la utilizacin de reglas y
procedimientos tcnicos de elaboracin
del currculum que acabamos de ver al anlisis de la prctica
diaria en la que tienen lugar
los procesos de diseo y desarrollo curricular.
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OBJETIVOS
Presentar y discutir las aportaciones de los modelos
prctico-deliberativos de
diseo curricular buscando poner especialmente de manifiesto el
contraste con los
modelos tecnolgicos.
Describir alguna de las propuestas concretas de utilizacin de la
deliberacin
como racionalidad ms adecuada para el diseo del currculum.
Recoger, describir y sistematizar los principales productos
concretos que desde
estos modelos se produjeron en los aos setenta y
posteriores.
Llevar a cabo un balance crtico de los modelos
prctico-deliberativos de diseo
curricular. Destacar los avances respecto de los modelos
tecnolgicos as como las
principales lneas de crtica que han recibido.
CONOCIMIENTOS RELACIONADOS CON EL TEMA
Este captulo est muy relacionado, obviamente, con los captulos
anterior y posterior
(modelos tcnicos y modelos crticos); deben estudiarse
conjuntamente, pues las referencias
y el contraste entre los tres ha de ser constante. Cada uno de
los tres se comprende y elabora
con la ayuda de los otros dos. Por otro lado, los conceptos que
se desarrollarn aqu con ms
detalle ya fueron introducidos en el captulo l. Ahora, tras
exponer los presupuestos tericos
de los modelos de diseo prctico-deliberativos, que pertenecen a
la tradicin interpretativa
previamente explicada, describiremos y analizaremos crticamente
algunas de sus lneas
concretas en el diseo curricular, para terminar con un balance
de estos modelos y sus
aportaciones a la teora y prctica curricular.
5.1. La nueva racionalidad prctica y deliberativa en el diseo
del currculum
Hasta bien entrados los aos sesenta, los modelos tecnolgicos de
diseo curricular no eran
tan slo los dominantes (todava, en buena medida, lo son) sino,
simplemente, la nica
direccin en que se haba pensado hasta ese momento el diseo del
currculum. Como se
ha dicho, la tarea de elaborar un currculum tan slo tena que ver
con la responsabilidad
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administrativa de presentar eficaz y eficientemente el
conocimiento acadmico a los
estudiantes, y de manera que su aprendizaje fuera evaluable. El
texto de Posner (1988: 79-
80) que presentamos a continuacin nos da la clave y una
excelente sntesis sobre lo que
estamos planteando:
Tal vez la principal razn del predominio del modelo de diseo
curricular basado
en el Tyler Rationale est en su consistencia con nuestras
concepciones de fondo acerca
de la escuela y del proceso mismo de planificacin del
currculum... Lo escolar se concibe
como un proceso cuyo propsito principal es el de promover o
producir aprendizaje... los
objetivos se plantean en trminos de aprendizaje previsto y
deseable; la evaluacin del xito
de la escuela se realiza casi exclusivamente en funcin del
rendimiento obtenido en los
tests... el currculum se define en trminos de resultados
previstos de aprendizaje. As, la
escuela se concibe como un sistema de produccin en el que los
resultados de aprendizaje
de cada individuo son el producto primario... La planificacin
del currculum aparece como
una empresa en la que el diseador, de manera objetiva y a ser
posible cientfica, propone
los medios necesarios para producir los resultados de
aprendizaje deseados. No hay lugar
para sesgos personales o cuestiones de valor en la seleccin de
dichos medios; eficacia y
eficiencia en la consecucin de los objetivos son la clave. Esta
racionalidad medios-fines
supone la lgica subyacente a todo proceso racional de toma de
decisiones.
En resumen, desde dichos enfoques, la tarea de disear un
currculum sera
estrictamente tcnica (decisiones que se toman objetivamente a
travs de la utilizacin de
determinados procedimientos de validez y aplicabilidad universal
fundamentados a su vez
en el conocimiento experto), lineal (se establecen los fines
antes de, y tambin con objeto
de, decidir sobre medios, siguiendo una secuencia
preestablecida) y estara orientada en
exclusiva a la produccin (su propsito ltimo es conseguir
aprendizajes estandarizados en
los estudiantes).
Cuando, como ya se ha dicho, en determinados pases comienza a
contemplarse de
forma distinta el papel del profesorado en el diseo y desarrollo
del currculum, es inmediata
la puesta en cuestin de todos los presupuestos planteados en el
prrafo anterior. As, se
hace mas que dudosa la pretendida objetividad de las decisiones
del diseo curricular,
asumindose su carcter poltico y, por tanto, altamente
controvertido, y desconfiando de
que el conocimiento experto sea suficiente para asegurar una
respuesta adecuada de dicho
diseo a las caractersticas y necesidades de la prctica de la
enseanza y el aprendizaje en
los centros. En segundo lugar, son muchas las razones por las
que se puede tambin poner
en cuestin el carcter lineal y la racionalidad medios-fines en
el diseo curricular, por
ejemplo si se constata que en la prctica educativa los diseos se
reformulan y reconstruyen
en su propio proceso de aplicacin, rompiendo as la simplicidad
de la racionalidad tcnica.
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Por ltimo, resulta simplista y hasta sospechosamente ingenua la
orientacin exclusiva del
currculum hacia la produccin de aprendizajes evaluables, cuando,
entre otras muchas
cosas, sabemos que la escolarizacin de nuestros alumnos tiene
muchos y muy variados
efectos, que desde luego van ms all de lo que ningn diseo
curricular puede prever.
Dicho en breve con otras palabras, cuando la tarea del diseo
curricular -y con ella
el discurso terico sobre el mismo- comenz a acercarse a la
prctica diaria de los centros
educativos y de las aulas, la propia concepcin de dicha tarea,
de su naturaleza, implicaciones
y propsitos, cambi de manera radical. Surgen en este momento los
hoy conocidos como
modelos prcticos o deliberativos de diseo y desarrollo del
currculum. Tal vez, el primer
autor en relacionar el diseo curricular con el lenguaje y las
exigencias especficas de la
prctica, y en apelar a la racionalidad deliberativa como
alternativa a la racionalidad tcnica,
fue J. Schwab (1969). Muchos otros tericos del currculum, sobre
todo a lo largo de los aos
setenta y ochenta, siguieron en esta lnea. Entre ellos, destacan
Reid (1981) y Walker (1971),
a quienes volveremos ms adelante. A pesar de ello, como el
lector sin duda imaginar,
estos modelos tienen races muy profundas en la historia del
pensamiento en general y de
la pedagoga en particular. As, la visin prctico-deliberativa del
diseo curricular est,
de manera inmediata, inspirada en el pragmatismo filosfico y
pedaggico de Dewey, y,
en su desarrollo ulterior, debe mucho a la epistemologa gentica
de Piaget, a la psicologa
cognitiva aplicada a la educacin en general, y a la teora del
desarrollo moral de Kohlberg.
Adems, esta nueva forma de pensar sobre el currculum escolar y
su elaboracin, est
tambin emparentada de manera muy directa con la tradicin
interpretativa en investigacin
educativa, que tambin comenz a consolidarse en los aos a que nos
estamos refiriendo. De
hecho, se puede afirmar que los progresos en esta lnea de
investigacin fueron reforzando e
impulsando los presupuestos de los modelos prcticos y
deliberativos de diseo curricular.
La tradicin interpretativa pone el nfasis en el anlisis
cualitativo de cmo la realidad y las
prcticas relacionadas con la enseanza y con el currculum son
percibidas, interpretadas
y construidas por sus propios protagonistas. As, se hace patente
que los conocimientos,
expectativas, creencias y experiencias previas de los
participantes en los procesos de diseo
y desarrollo curricular juegan un papel determinante en la
configuracin de cualquier
diseo y, sobre todo, en su aplicacin prctica (Bolvar, 1995). No
otra cosa quera decir
Schwab cuando plante que los problemas curriculares son de
carcter prctico y no terico
y que, por tanto, haba que comenzar a hablar otro lenguaje a la
hora de enfrentarse con la
tarea del diseo curricular. Pero veamos, uno a uno, los
presupuestos fundamentales de esta
visin prctica y deliberativa:
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5. 1. 1. Los problemas curriculares son prcticos y no
tericos
Como ya adelant Antonio Bolvar en el captulo que abre este
manual, a finales de los
aos sesenta Schwab se permiti vaticinar la muerte del currculum
como campo de estudio
a menos que se diera un giro radical hacia la prctica. Para este
autor, el discurso terico, en
este caso vale decir tambin tcnico, sobre el currculum estaba
agotado y sin posibilidad
alguna de renovacin y progreso. El campo del currculum deba,
pues, abrirse al mbito
de lo prctico, al lenguaje de la prctica y al reto de comprender
la naturaleza, la textura
especial, de los procesos por los cuales se construa,
configuraba y desarrollaba el currculum
escolar. El que se afirme que los problemas curriculares son
prcticos y no tericos en modo
alguno implica que no se pueda teorizar sobre ellos, sino algo
muy distinto: que se plantean
en un lenguaje, en unas situaciones y en un contexto
radicalmente distintos, a saber, el de I la
accin prctica, donde no caben soluciones nicas derivadas de
ningn principio generarlo
de la aplicacin de ningn procedimiento maestro. La prctica
educativa, y por ende la
curricular, es compleja y multiforme, est transita de
incertidumbre, y se presenta a nuestra
experiencia en forma de situaciones nicas e irrepetibles. Adems,
la prctica tiene lugar
sumida en un determinado contexto socio-histrico, es decir, un
contexto que no supone tan
slo un marco o encaje sincrnico -en el presente- sino tambin
diacrnico -enraizado en un
pasado y proyectado hacia el futuro.
Este cambio de visin permiti inaugurar una consideracin mucho ms
cuidadosa
-y respetuosa- acerca de las caractersticas peculiares de la
prctica docente en relacin con
el diseo y el desarrollo del currculum. As, por ejemplo, el
conocimiento prctico que
los profesores construyen a lo largo de su carrera docente
aparece como un ingrediente
fundamental de los procesos de diseo curricular. De hecho, la
investigacin sobre el
pensamiento del profesor, en el marco de lo que antes hemos
llamado tradicin interpretativa
en investigacin educativa, se encarg durante los aos siguientes
de confirmar y reforzar
las tesis de Scwhab. En una revisin reciente de esta lnea de
investigacin, Moallen y Earle
(1998) nos ofrecen una sntesis de las conclusiones ms relevantes
a este respecto. As, en
su quehacer diario los profesores no apoyan su accin en
conocimiento terico acerca de
los principios del diseo curricular; por el contrario, emplean
su conocimiento personal y
prctico para tomar decisiones sobre lo que ensean y cmo lo
ensean. Segn los autores
citados, \os profesores hacen previsiones sobre su accin prctica
en el aula reflexionando
sobre la misma y explorando alternativas de accin que proceden
de su propia experiencia;
y la descripcin que sigue es un buen resumen de lo que se quiere
decir al afirmar que los
problemas curriculares son prcticos y no terico-tcnicos:
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Los profesores comienzan (a hacer previsiones curriculares) con
una vaga idea de
una actividad instructiva que con alta probabilidad interesar a
los alumnos, y sobre ella
elaboran poco a poco, pensando simultneamente sobre sus alumnos,
sobre el contenido de
las lecciones o unidades, las experiencias previas en
situaciones anlogas y muchos otros
factores. Una vez que el diseo ha tomado la forma de un enfoque
integrado que slo puede
mejorar a travs de la reflexin constante, pueden emplear varios
procedimientos tpicos del
diseo curricular (anlisis, desarrollo, implementacin, evaluacin)
de manera no lineal en
tanto que herramientas relevantes para tomar decisiones
contextualizadas que mejoren la
enseanza (Moallen y Earle, 1998: 17).
Pero no todo ocurra en Estados Unidos (como a menudo, por
cierro, se tiene la
impresin en muchos mbitos de actividad humana). En el continente
europeo, en Inglaterra
en concreto, el campo del currculum evolucionaba tambin en una
direccin muy parecida.
L. Stenhouse, cuyo libro titulado Investigacin y desarrollo del
currculum (1984) tuvo una
gran influencia en los comienzos de la investigacin sobre
currculum en Espaa, abra nuevas
perspectivas al enfoque que estamos denominando
prctico-deliberativo. Para Stenhouse,
en lo que es una definicin ya clsica, un currculum es una
tentativa para comunicar los
principios y rasgos esenciales de un propsito educativo, de
forma tal que permanezca abierto
a discusin crtica y pueda ser trasladado efectivamente a la
prctica (1984: 29). Stenhouse
enfatiza en esta definicin el carcter hipottico del diseo
curricular (su carcter tentativo),
configurndose as como un campo de accin e investigacin para
quienes lo desarrollan
en la prctica. Adems, y esto es clave, sintetiza certeramente el
sentido de la deliberacin
como racionalidad propia del diseo curricular cuando afirma, por
un lado,que se trata
de comunicar un propsito educativo y, por otro, que es
permanentemente revisable a
travs de la discusin crtica: lo que, al fin y al cabo, es otra
manera de decir deliberacin.
Volveremos a este autor ms adelante.
5.1.2. Los problemas del diseo curricular no se resuelven ni se
manejan aplicando principios, procedimientos o leyes de validez
universal
Queda claro, pues, que las cuestiones relativas al currculum
escolar no pueden
abordarse mediante la mera aplicacin de principios tericos
derivados de las teoras de la
enseanza o el aprendizaje, o a travs de la aplicacin de
procedimientos e instrumentos
tcnicos de diseo. Todas estas teoras, principios y
procedimientos, sirven para iluminar
ciertos aspectos fragmentos parciales de la realidad prctica del
currculum, llamando la
atencin sobre las implicaciones de cada uno de dichos aspectos,
pero en modo alguno son
suficientes para iluminar, y ya no digamos para regular, el
proceso global de construccin
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y reconstruccin prcticas del currculum. ste resulta ser
demasiado complejo como para
poder ser capturado por alguna teora determinada o, menos an,
por una secuencia de
procedimientos tcnicos.
Asimismo, y volvemos a Schwab (1973), la subordinacin del diseo
del currculum
a cualquier teora o conjunto de principios generales, dado su
carcter parcial, unilateral,
siempre dar lugar a diseos tambin unilaterales, incompletos y,
por tanto, inapropiados
y poco realistas. Cuando, adems, tal parcialidad se recubre de
una supuesta objetividad
tcnica (la supuesta objetividad de las decisiones que
comentbamos ms arriba respecto
de los modelos tecnolgicos de diseo curricular) se crea la
ilusin de una neutralidad
ideolgica que, evidentemente, debe calificarse al menos de
engaosa. Pero expliquemos
este tema con algo ms de detenimiento.
En el mbito de las ciencias sociales (y de manera menos visible
por ser procesos mucho
ms extensos en el tiempo, tambin en el de las ciencias
naturales) siempre hay teoras
alternativas y modelos explicativos opuestos en relacin con
cualquier tema o fenmeno. En
el diseo curricular, por ejemplo, basamos en las teoras
psicolgicas del procesamiento de
la informacin nos permite profundizar mucho en las
caractersticas del desarrollo cognitivo
de los estudiantes; utilizar una taxonoma de objetivos como la
de Bloom nos aporta una
visin secuenciada y sistemtica de resultados posibles de
aprendizaje en una determinada
gradacin de menor a mayor sofisticacin; los ya antiguos modelos
para el diseo de la
instruccin nos daban los instrumentos para disear de antemano
procesos de aprendizaje
con la precisin y el detalle de un programa informtico. Estas
teoras, principios o
procedimientos, dependiendo del caso, coinciden en centrarse
sobre la dimensin cognitiva
del aprendizaje individual y, necesariamente, dejan fuera del
foco de atencin aspectos del
curriculum escolar que no son menos importantes, en este caso,
por ejemplo, la dimensin
social del aprendizaje, los procesos interpersonales que tienen
lugar en las aulas o, incluso,
los aspectos relacionados con los patrones de valoracin de los
contenidos escolares que
estudia la sociologa del conocimiento escolar.
La cuestin aqu es que la prctica de la enseanza no se nos
presenta con etiquetas
disciplinares, es decir, no hay nada que aparezca como
ntidamente sociolgico, psicolgico,
didctico; tampoco, por decido as, tiene instrucciones de uso
incorporadas ni suele ser
posible detenerse a voluntad y consultar con el icono de ayuda
que tienen hoy los programas
de ordenador. Dicho de otro modo, 10 que Schwab est planteando
es que, en un mbito
como el del currculum escolar, esencialmente prctico, y por
tanto muy ambiguo y complejo
socialmente hablando, confluyen muchas teoras, enfoques y
procedimientos desde las ms
variadas perspectivas disciplinares y, precisamente por ese
motivo, ninguna de ellas es
autosuficiente. De ah que reclame el valor de lo eclctico en el
proceso de diseo curricular,
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es decir, la necesidad y la conveniencia de integracin
pragmtica, a travs del debate
permanente -la deliberacin- entre las distintas visiones,
enfoques, posiciones ideolgicas, y
concepciones tericas procedentes de distintas disciplinas y aun
de distintas escuelas dentro
de las disciplinas. De esta forma, aadiramos nosotros, resulta
que el conocimiento terico
y tcnico especializado con pretensiones de legitimar y regular
determinadas decisiones
curriculares en la prctica no puede sustraerse a ser tan slo un
participante ms en el proceso
poltico del diseo y desarrollo del currculum y, lo que tiene
igualo mayor trascendencia,
no precisamente el participante ms influyente.
5.1.3. Puesto que no hay soluciones nicas preestablecidas en el
mbito de lo prctico, la nica racionalidad posible y viable es la de
la deliberacin
Si asumimos que los problemas (y por tanto las tareas)
curriculares son prcticos y no
tericos, la manera de enfrentarse y tratar con ellos tena que
cambiar. As, a la racionalidad
tcnica medios-fines, Schwab opuso la racionalidad deliberativa,
que luego en Europa, a
partir de Habermas, hemos rebautizado como racionalidad
comunicativa. Como ya hemos
ido adelantando, la deliberacin implica el contraste, el debate
permanente y eventualmente
el encuentro entre las personas y las ideas que estn directa o
indirectamente implicadas en
el diseo curricular. En este sentido, Schwab (1969) llega a
hacer una propuesta acerca de
quines podran ser los componentes del equipo encargado de
hacerse cargo de la tarea: al
menos un participante -o representante- de cada uno de los
cuatro estamentos que, segn
l, componen la comunidad escolar, esto es, el alumno, el
profesor, la materia, y el entorno.
Junto a ellos, tambin debera estar presente el especialista
curricular (formado en las artes
de 10 prctico y de lo eclctico). Pero, para Schwab, la cuestin
contina girando en torno
al conocimiento que aportan los expertos. En modo alguno se
refiere con esta propuesta a
procesos participativos, sino tan slo a la confluencia y el
debate entre distintas perspectivas
y grupos de inters terico-disciplinar. As, por ejemplo, cuando
habla del representante de
los alumnos, se refiere a un psiclogo cognitivo o del
desarrollo, no a un estudiante. Y es
que, todava a finales de los aos sesenta, dentro del discurso de
Schwab segua anidando
la tradicin de considerar el diseo del currculum como una tarea
de laboratorio, apoyada
fundamentalmente en el conocimiento experto, aunque, eso s, en
la confluencia de todos los
tipos de conocimiento experto que tengan algo que decir y
aportar.
Cuando la deliberacin se convierte en el eje y el motor del
diseo curricular, ste
deja de concebirse como una tarea de laboratorio, es decir, como
una operacin siempre
previa a la prctica y sustancialmente distinta de ella. El diseo
curricular aparece como
un espacio de deliberacin en el que se trata de alcanzar entre
todos los participantes un
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consenso acerca del mejor argumento disponible para fundamentar
una decisin o conjunto
de decisiones. As, el diseo se convierte en un proceso cclico,
evolutivo y situacional, pues
se trata de ir construyendo y reconstruyendo, a travs de planes
cada vez ms complejos
y completos, el currculum escolar en un centro educativo
determinado. La deliberacin y
el consenso, en tanto que resultado potencial de aqulla, hacen
del diseo curricular una
cuestin de solucin de problemas de la prctica. Segn A. Guarro
(1990: 33), el consenso
implica dos ideas bsicas: la no-imposicin, por tanto no
manipulacin, de ninguna decisin
por ninguno de los agentes implicados; y el reconocimiento y
asuncin de que la toma de
decisiones se realiza tanto sobre la base de argumentos
ideolgicos como cientficos. Por
su parte, Senge (1992) distingue entre dos tipos de consenso,
uno nivelador que busca el
comn denominador de perspectivas mltiples individuales, y un
consenso aperturista, que
busca proyectarse ms all de la perspectiva de cada persona
individualmente considerada.
As, consenso por cesin o compromiso, y consenso en el sentido ms
genuino de la
palabra; una bsqueda conservadora del mnimo comn denominador o
una apuesta ms
arriesgada por un compromiso moral entre los participantes.
Evidentemente, es el segundo
tipo de consenso, el genuino, al que se aspira en el marco de la
racionalidad comunicativa o
deliberativa.
Ya Schwab se manifestaba en contra de la posibilidad de que
existan fases, secuencias
marcos predeterminados para el diseo curricular. La deliberacin
no puede caracterizarse
ni regularse por procedimientos cerrados y preestablecidos. Al
contrario, el efecto ms
inmediato de la vigencia de la racionalidad comunicativa es que
la planificacin o diseo
se solapa y se confunde con el desarrollo prctico. Al concebirse
el diseo en el marco de
la prctica, al adquirir un carcter cclico y evolutivo, los
medios y los fines se abordan de
manera integrada, de forma tal que se transciende la
diferenciacin entre ambos hasta el
punto de que pueden llegar a ser o a tratarse como la misma
cosa. Con ello, los elementos
que forman parte del proceso de diseo curricular pueden
acometerse en cualquier orden,
la secuencia de las fases de cualquier modelo pasa a ser una
cuestin superflua. Puesto
que planificacin y desarrollo prctico estn integrados, puesto
que el proceso es cclico,
histrico incluso, si se quiere, puede comenzarse a trabajar en
cualquier punto o elemento
del diseo, pues antes o despus se cubrir el ciclo y todas las
cuestiones capitales habrn
tenido que abordarse de una u otra forma. Y la investigacin
sobre el pensamiento del
profesor a la que ya nos hemos referido antes, confirma que, en
la prctica diaria de los
docentes, las cosas ocurren exactamente as. El enfoque
deliberativo pone el nfasis en el
proceso de negociacin y participacin y, con ello, hace que la
secuencia tradicional de
fases o pasos del diseo curricular se integre en una sola
actividad (Moallen y Earle, 1998:
18).
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Un ejemplo: el modelo naturalista de Walker
En buena medida, pues, los modelos prctico-deliberativos se
encuentran ms cerca de
ser modelos descriptivos y comprensivos de la realidad que de
presentarse como propuestas
prescriptivas de cmo debera ser tal realidad. Un buen ejemplo es
el del modelo naturalista
de Walker (1971) que vamos a presentar a continuacin.
Walker, seguidor de Schwab, plantea su modelo precisamente como
reflejo y descripcin
de procesos reales de diseo curricular que demostraron tener
xito. Para empezar, como
venimos diciendo, no se habla de fases del diseo sino de
elementos o ingredientes, que
para Walker son tres: lo que denomina la plataforma del
currculum, su diseo propiamente
dicho, y la deliberacin a l asociada. La plataforma es el
sistema de creencias y valores que
cualquier diseador del currculum lleva consigo y que
inevitablemente gua su trabajo
(1971: 52). Estas plataformas se componen a su vez de
concepciones, de teoras y de fines.
Las concepciones son creencias sobre lo que puede y debe ser
enseado y aprendido, por
ejemplo, que es posible ensear valores y configurar actitudes en
la escuela. Las creencias
sobre lo que es o no cierto constituyen las teoras. As, por
ejemplo, seran teoras en este
contexto el convencimiento de que los estudiantes aprenden a
leer mejor con el mtodo
global, o el que las expectativas del profesor acerca del
rendimiento acadmico de los alumnos
tienen una enorme influencia sobre el mismo. Por ltimo, los
fines son creencias acerca de
lo que es deseable desde el punto de vista educativo; por
ejemplo, que deba ensearse a los
alumnos a aprender a aprender, o a ejercer responsablemente como
ciudadanos en el marco
de una sociedad democrtica.
Sobre la base de esta plataforma de creencias, supuestos
tericos, valores, etc.,
se construira el diseo curricular, que en este caso consistira
bsicamente en la serie
de decisiones que lo hacen posible. El proceso por el que se
toman las decisiones en el
diseo curricular sera, como ya sabemos, el de la deliberacin.
Para Walker (1971: 54), la
deliberacin puede describirse en los siguientes trminos:
- Formulacin de los temas sobre los que hay que decidir.
- Presentacin de las opciones alternativas en relacin con los
temas de decisin.
- Consideracin de los argumentos a favor y en contra de las
opciones presentadas.
- Consenso en torno a la alternativa ms defendible.
La relacin entre los elementos del diseo curricular en el modelo
naturalista
puede verse en la figura 5.1 (Walker, 1971: 58). La deliberacin
operara principalmente
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contrastando las opciones que se presentan como alternativas de
decisin con el sistema
de creencias y supuestos que est instalado en la plataforma. En
dicho contraste, puede
resultar necesario buscar y disponer de nuevas fuentes de
informacin con objeto de tomar
decisiones ms y mejor fundamentadas. Como resultado de la
deliberacin, al hilo de
la resolucin de conflictos y contradicciones entre las creencias
previas -colocadas en la
plataforma- y los retos planteados por la prctica, se van
consolidando decisiones que poco
a poco van configurando la identidad del grupo o del centro, y
que tienen lgicamente un
valor diferente al de las creencias de partida de la
plataforma.
Como se ha podido ver, el modelo de Walker es un buen
representante de los modelos
prctico-deliberativos. En primer lugar, tiene la aparente
simplicidad de los modelos que
pretenden reflejar cmo es la realidad ms que prescribir cmo debe
ser. En segundo trmino,
puede observarse que no hace referencia a fases prefijadas y,
desde luego, que no hay
separacin alguna o subordinacin entre medios y fines. Puede
apreciarse, adems, que en
el modelo de Walker, desde el punto de vista del diseo
curricular, la palabra clave contina
siendo la de deliberacin, como racionalidad comunicativa y como
presupuesto poltico a
la hora de elaborar el currculum escolar. El lector se dar
cuenta, no obstante, de que en
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39
este modelo la llamada plataforma resulta ser el elemento
sobresaliente, el predominante;
y que la deliberacin, en la prctica, tiende por ello a comenzar
concentrndose en los
componentes de dicha plataforma (concepciones, teoras y fines);
que son, en definitiva, los
puntos de partida -y de lIegada- de todo diseo o proyecto
curricular.
5. 1. 4. Fusin del diseo curricular con la investigacin en la
(accin) prctica, el cambio y mejora de la escuela, y la formacin y
desarrollo de los profesores
Para Stenhouse (1984), el proceso de diseo y desarrollo
curricular debe concebirse
como un proceso de investigacin educativa; esto implica que la
revisin o evaluacin de
dicho proceso no solamente incluye la comprobacin de que se han
conseguido ciertos
resultados visibles de aprendizaje de los alumnos; es
investigacin, fundamentalmente,
porque de lo que se trata es de construir y disponer de
conocimiento prctico sobre el propio
proceso de diseo y desarrollo del currculum, sobre su
articulacin y sobre su puesta en
prctica. Volviendo al vocabulario que venimos utilizando en este
captulo, diramos que
para Stenhouse la deliberacin es indagacin colectiva,
investigacin en la prctica. Adems,
puesto que todo diseo o proyecto curricular construido por medio
de la deliberacin implica
siempre la intencin de hacer las cosas mejor, de cambiar hacia
mejor, es tambin, en buena
medida, un proyecto de innovacin, de cambio y de mejora de la
escuela. Al mismo tiempo,
al conectar el diseo del currculum con la indagacion, al hacer
de la planificacin una forma
o una modalidad de investigacin, inmediatamente aparece otra
conexin adicional, en este
caso entre el mismo diseo curricular y la formacin permanente y
el desarrollo profesional
del profesorado; en efecto, el proceso de diseo o planificacin
curricular tambin puede
interpretarse como un proceso de formacin en la prctica, de
desarrollo profesional del
profesorado que en l participa.
As, uno de los ms importantes cambios de mentalidad a que, con
el paso de los aos,
nos fueron llevando estos modelos, es la reconceptualizacin del
diseo del currculum en
tanto que proceso de investigacin en la prctica y, en
consecuencia, tambin como plan de
mejora del centro educativo y como proceso de (auto)formacin y
desarrollo profesional de
los profesores implicados: lo que en el ttulo de este apartado
hemos llamado, utilizando
una metfora empresarial o bancaria, la fusin del diseo
curricular con una serie de temas
y de prcticas mucho ms cercanas a l de lo que nunca antes se
haba credo.
Merece la pena hacer aqu una breve referencia a la
investigacin-accin (I & A),
pues desde el punto de vista que estamos ahora exponiendo, puede
considerarse como
-
40
estrechamente relacionada con la familia de modelos
prctico-deliberativos de diseo y
desarrollo curricular. La I &A surge, tambin en los aos
sesenta, como alternativa para la
generacin de conocimiento sobre los temas y problemas que
preocupan a los prcticos,
hecha desde la propia accin prctica y por parte de quienes
participan en ella. Por tanto,
aunque no manifieste abiertamente relacin directa con tareas
especficas de planificacin del
currculum, la 1&A est perfectamente en lnea con los modelos
que venimos describiendo
(Oja y Smulyan, 1992). En este mbito, se insiste especialmente
en las condiciones, requisitos
y recursos que han de confluir en el grupo de investigacin para
que ste pueda crecer y
consolidarse en el contexto del centro educativo. Para que la
deliberacin tenga verdadero
contenido y pueda funcionar adecuadamente, diramos nosotros, los
grupos han de dotarse
de mecanismos y de recursos tanto ideolgicos como estrictamente
tcnicos que faciliten y
promuevan la reflexin y la participacin.
Oja y Smulyan (1992: 59), en su revisin de los temas nucleares
de este campo,
sealan que los grupos de I &A normalmente evolucionan desde
momentos iniciales muy
centrados en la regulacin de lo interpersonal (normas, lmites,
condiciones de trabajo,
compartir lenguaje, negociar estructura del grupo...) a momentos
avanzados ms centrados
en la tarea, en la indagacin sobre los temas por los que se ha
optado (delimitacin del
problema, instrumentos de recogida de datos, anlisis e
interpretacin de los datos a la
luz de distintos modelos explicativos...). Pero, como sabemos,
no puede pensarse en una
secuencia generalizable de fases a que todo grupo habra de
someterse. Lo importante
son los roles que han de desempear los distintos participantes
del grupo en relacin con
los temas y los retos implcitos en todo proyecto o esfuerzo de
investigacin-accin. Estos
mismos autores, siguiendo la diferenciacin entre la dimensin
interpersonal del grupo y
la orientada a la tarea, distinguen entre roles orientados al
mantenimiento del grupo y roles
orientados a tareas. Los primeros tendran que ver con: mantener
las relaciones personales
positivas y agradables, arbitrar disputas, ofrecer aliento, dar
a las minoras una oportunidad
de ser escuchadas, estimular la autonoma del grupo y al mismo
tiempo incrementar la
interdependencia entre sus miembros. Los segundos, entre otros,
seran los siguientes:
iniciar la accin grupal, formar a los miembros del grupo,
mantener la atencin del grupo
sobre los objetivos propuestos, clarificar los temas de trabajo,
evaluar el trabajo desarrollado,
proteger al grupo de interferencias externas.
Por otra parte, ya en los aos ochenta, esta fusin de
planificacin, investigacin,
innovacin y formacin, fue alumbrando toda una serie de
iniciativas, estrategias y
alternativas globales de trabajo en los centros escolares que
han tenido una gran influencia
en los sistemas escolares de todo el mundo. Nos referimos, por
ejemplo, a la revisin basada
en la escuela (RBE), al desarrollo curricular basado en la
escuela (DCBE), a lo que en nuestro
-
41
pas se conoce como formacin en centros, o al incorrectamente
llamado paradigma de
la colaboracin escolar. Desde todas ellas, se defiende la idea
del centro escolar, en otras
palabras, de la prctica, como el espacio natural donde deben
tener lugar los procesos de
diseo curricular y de formacin de los profesores. Un anlisis ms
detenido de todas estas
iniciativas y propuestas podr verse en un captulo posterior.
Baste ahora decir que, una
vez fusionados, metafricamente hablando, los conceptos y sobre
todo las prcticas del
diseo o planificacin del currculum, la investigacin interna para
el cambio y la mejora
de la escuela, y la formacin permanente del profesorado, nos
encontramos ante toda una
lnea de pensamiento y accin que implica una apuesta global por
un modelo integral de
diseo, desarrollo, cambio curricular y formacin del profesorado
basado en los principios
de aurorregulacin y autonoma de las comunidades escolares,
racionalidad comunicativa y
carcter pblico de la educacin, y responsabilidad profesional del
profesorado (Escudero,
1991; Revista de Educacin, 1994).
5.2. Los modelos prctico-deliberativos: productos prcticos en la
historia reciente del currculum escolar
A la presentacin de las principales claves de los modelos
prctico-deliberativos que acabamos
de realizar nos parece til y oportuno aadir una pequea incursin
en los hechos, esto
es, las propuestas, planes y alternativas especficos construidos
desde esta perspectiva en
el currculum escolar. Pretendemos pues incorporar a nuestro
anlisis una breve seccin de
historia del currculum escolar, con objeto de poner de
manifiesto las principales direcciones
de innovacin curricular que realmente se pusieron en marcha
durante los aos en que
dichos modelos fueron propuestos. Entre otras cosas, esto nos
servir en buena medida para
destacar las inevitables contradicciones que siempre se producen
entre las declaraciones de
intencin y las realidades ulteriores, la tensin entre innovacin
y tradicin.
Las direcciones de innovacin en las que nos vamos a detener se
desarrollaron
principalmente a lo largo de los aos setenta. (No vamos a
referirnos aqu a iniciativas
innovadoras posteriores estrechamente relacionadas con los
modelos prcticos y
deliberativos, porque sern estudiadas extensamente en los
captulos de la parte N de este
libro.) Los pases en que se promovieron fueron predominantemente
los anglosajones,
es decir, Estados Unidos, Canad, Australia y Reino Unido. Segn
Miller y Seller (1985),
pueden sintetizarse en tres:
- Una profunda revisin del currculum basado en las disciplinas
(incluyendo las
propuestas de integracin interdisciplinar).
-
42
- La reconstruccin del currculum escolar en torno a las
capacidades y habilidades
cognitivas de los alumnos.
- El desarrollo de actitudes democrticas en los estudiantes, el
aprendizaje de la
convivencia y la ciudadana como eje del currculum escolar.
Debe decirse, para empezar, que las tres tuvieron -y tienen- una
influencia incalculable
sobre el currculum escolar de la gran mayora de los sistemas
educativos contemporneos,
por no decir de todos. As, por ejemplo, para no tener que viajar
muy lejos, el modelo de
currculum escolar que se construye y se regula en la ley general
de Ordenacin del Sistema
Educativo (LOGSE, 1990) de nuestro pas est profundamente
influido por las tres direcciones
de innovacin curricular citadas y, en concreto, inspirado en los
desarrollos concretos
que tuvieron lugar en el Reino Unido durante los aos ochenta.
Las tres direcciones de
innovacin se desmarcan del currculum escolar tradicional
centrado en los contenidos de
las disciplinas acadmicas, y recogen toda la herencia renovadora
que parte de la Ilustracin
y que pasa por los movimientos de Escuela Nueva de comienzos de
siglo.
5. 2. 1. La revisin del currculum basado en las disciplinas (los
grandes proyectos y la integracin de los currcula de ciencias)
Hacia finales de los aos sesenta, justamente en el momento en el
que Schwab publicaba
el famoso artculo al que tanto hemos hecho referencia, se
produce en Estados Unidos un
importante movimiento de reforma curricular que pretenda elevar
drsticamente el nivel
acadmico de los estudiantes en las materias cientficas ms
clsicas, esto es, en matemticas,
fsica, qumica y biologa. Se pusieron en marcha grandes proyectos
curriculares que, junto a
los por ellos inspirados en los dems pases anglosajones,
alcanzaron una gran difusin por
todo el mundo (por cierto, es probablemente el ltimo episodio en
la historia del currculum
escolar en que las antiguas metrpolis exportaron masivamente sus
proyectos curriculares a
sus antiguas colonias). Se trataba de una revisin muy profunda
de las disciplinas acadmicas
en cuestin, con la que se intent presentar a los estudiantes una
imagen distinta de la que
hasta ese momento se haba venido transmitiendo a travs,
principalmente, de los libros
de texto, a saber, la de la ciencia como algo esttico, fijo e
inalterable, compuesto por una
serie de axiomas inamovibles e indiscutibles. El propio Schwab
fue uno de los supervisores
del Biological Sciences Currculum Study (Proyecto Curricular de
Ciencias Biolgicas); por
su parte, el otro protagonista de este captulo, Stenhouse,
estuvo al frente de otro de los
grandes e influyentes proyectos curriculares de aquella poca, si
bien no en el mbito de las
ciencias naturales (el Proyecto de Humanidades en el Reino
Unido).
-
43
Eran proyectos curriculares ciertamente ambiciosos, diseados
para promover el
desarrollo de habilidades y capacidades anlogas a las que
despliega un cientfico cuando
hace investigacin; se trataba de ensear a los alumnos cmo se
construye el conocimiento
cientfico a partir de los datos brutos obtenidos en la
investigacin, en contraste con la
nocin cerrada e incontestable de la ciencia que estaba implcita
en el currculum anterior.
Interesaba que el estudiante fuera ms all del estado de la
cuestin en cada disciplina,
penetrando en la estructura conceptual de la misma, en sus
modelos explicativos vigentes
y en las metodologas de investigacin que se estaban utilizando,
y asumiendo la actitud
abierta y crtica de indagacin que caracteriza al investigador
cientfico (Schwab, 1974). No
menos importante, estos proyectos curriculares destacaban, por
primera vez en la historia
de la enseanza de las ciencias, las implicaciones sociales y
ticas de la ciencia y de la
investigacin cientfica.
Uno de los efectos ms visibles, a lo largo de la dcada de los
setenta, de esta
reconstruccin curricular de las disciplinas cientficas fueron
los proyectos interdisciplinares
conocidos como Proyectos de Ciencia Integrada (Blum, 1980;
Showalter, 1975). En el intento
de hacer la ciencia ms atractiva, significativa y asequible a un
alumnado por otra parte cada
vez ms numeroso y diverso, muchos de los grandes proyectos a que
nos referimos aqu
siguieron la lnea de la integracin de las reas cientficas, algo
que ya hoy est consolidado
en el currculum de los perodos de educacin obligatoria (tanto
primaria como secundaria)
de muchos pases. Los proyectos de ciencia integrada ponan el
nfasis en los conceptos,
procedimientos, leyes y modelos explicativos que son comunes a
todas las ciencias y que, por
decido as, constituyen su ncleo epistemolgco. Adems, partiendo
del convencimiento de
que las fronteras entre las disciplinas son artificiales y deben
ser superadas, la integracin
alcanzaba a las ciencias sociales y a las humanidades, adems de
a los campos aplicados de
las ciencias, como la agricultura o la preservacin del medio
ambiente (Blum, 1980).
Sin duda, como se ve, eran aires muy nuevos en reas curriculares
hasta entonces muy
resistentes a cualquier tipo de cambio. No obstante, volviendo
al tema central de nuestro
captulo, el proceso y los elementos del diseo de tales proyectos
no haban cambiado tanto
respecto de etapas anteriores como podra haberse esperado.
Cierto, la construccin del
currculum ya no era una cuestin meramente burocrtica; en ella
participaban expertos de
la disciplina o disciplinas en cuestin as como, en muchos casos,
profesores de las reas
correspondientes; y se buscaba un cierto eclecticismo
interdiciplinar, es decir, la diversidad
de perspectivas y enfoques en los equipos de diseo que Schwab
preconiz. Pero, al mismo
tiempo, la hegemona del conocimiento experto en la prctica del
diseo continuaba siendo
total; en muchos de estos proyectos estaba implcita la idea
-ingenua, sin duda, pero que
se ha podido ver repetida en innumerables proyectos de reforma
posteriores- de que la
-
44
gran calidad de los materiales y las guas sera capaz de
compensar la falta de formacin
y, sobre todo, de compromiso por parte de los profesores en
relacin con el proyecto. En
definitiva, el modelo de diseo y desarrollo curricular
subyacente a la gran mayora de
dichos proyectos segua siendo, con pequeas variantes, el tcnico.
Puede resumirse en los
trminos que siguen:
- Constitucin de un grupo de expertos formado por especialistas
en contenidos
disciplinares y especialistas en procesos de
enseanza-aprendizaje.
- Revisin de la prctica escolar en cuanto a la enseanza de dicha
materia o rea.
- Definicin de cambios deseables tanto en el contenido como en
la metodologa
de enseanza de la materia.
- Diseo de un currculum piloto centrado especialmente en la
elaboracin de
materiales y guas para la enseanza y el aprendizaje.
- Experimentacin, evaluacin y revisin del diseo.
- Produccin final, publicacin masiva y diseminacin de los nuevos
materiales
y guas curriculares.
Esta contradiccin nos permite sacar ya una conclusin importante:
la utilizacin
prctica del conocimiento terico disponible es un proceso
complejo y normalmente extenso
en el tiempo; el hecho de que se disponga de buenas ideas, y
stas lo eran, no asegura su
inmediata puesta en prctica, pues las condiciones,
caractersticas y lenguaje peculiar de la
prctica son muy distintos. En este caso, la constatacin de los
fracasos a que condujo esta
manera de entender el diseo y el desarrollo del currculum, llev
a quienes trabajaban
y trabajan en esta lnea a planteamientos ms evolucionados,
sofisticados y, sobre todo,
respetuosos con quienes trabajan en la prctica de la educacin.
As, algunas de aquellas
buenas ideas han acabado penetrando en la prctica curricular de
muchos centros y aulas,
pero, eso s, a travs de procesos y mecanismos muy distintos de
los que sus promotores
originalmente haban dispuesto.
5. 2. 2. La orientacin cognitiva
En la misma lnea de subvertir el currculum basado en contenidos
disciplinares
tradicionales, la influencia creciente de psiclogos y la
psicologa en la educacin hizo que
se consolidara la llamada en trminos generales orientacin
cognitiva -en nuestro pas ms
conocida como constructivista- como una direccin innovadora en
el currculum escolar del
mismo rango que la que acabamos de ver (Miller y Seller, 1985).
A medida que aumentaba
-
45
el conocimiento psicolgico sobre cmo los individuos procesan la
informacin, resuelven
problemas y toman decisiones, se dispona tambin de una visin
cada vez ms clara de
cmo aprenden los nios y se crea estar, por tanto, en condiciones
de disear mejores
planes, procesos y procedimientos instructivos.
Los presupuestos de la llamada orientacin cognitiva resultarn
sin duda muy familiares
al lector que conozca la LOGSE y el Diseo Curricular Base (DCB),
pues sobre ellos se basa
la legislacin marco de la ltima gran reforma educativa espaola.
En lugar de centrar la
enseanza en la presentacin de contenidos disciplinares (que
ocupaban, segn estudios
empricos de entonces, el 98% del tiempo de instruccin en el
aula; ver, por ejemplo, Miller
ySeller, 1985 y Driver y Erickson, 1983), la orientacin
cognitiva del currculum escolar pone
el nfasis en el desarrollo de habilidades cognitivas, en las
habilidades de pensamiento que
estn ms all de la adquisicin de conocimientos, y que hoy solemos
colocar bajo la amplia
denominacin de aprender a aprender. De ah, el nfasis de la
LOGSE, por ejemplo, en la
formulacin de objetivos didcticos en trminos de capacidades, y
no de contenidos o de
meras conductas observables.
Fueron tambin los educadores y expertos en la enseanza de las
ciencias quienes
asumieron desde el principio un protagonismo importante en la
traducci6n o aplicacin
curricular de los hallazgos de la psicologa cognitiva de
procesamiento de la informacin
(Driver y Erickson, 1983). As, del nfasis en la estructura
epistemolgica de las ciencias a que
nos referamos antes, se pas a la construccin de estrategias
instructivas que partieran de
las preconcepciones (es decir, conocimientos previos,
concepciones y percepciones previas)
de los estudiantes sobre los constructos clave de la ciencia
(por ejemplo, temperatura, calor,
energa, evolucin, etc.). Partiendo de tales ideas previas, la
misin de la enseanza sera
la de provocar el conflicto cognitivo, esto es, desafiar las
concepciones previas con nueva
informacin o con datos que las ponen en tela de juicio, de
manera que el individuo se
vea en la necesidad de revisar y reconstruir entrando en una
lgica de descubrimiento y
reconstruccin de su propio conocimiento.
La orientacin cognitiva en el currculum escolar ha ido
edificando todo un sistema de
principios de intervencin psicopedaggica, que son los que hoy
dan contenido al nuevo
campo interdiciplinar y profesional de la psicopedagoga. Es
interesante, sin embargo,
comprobar cmo buena parte de tales principios se encontraban ya
-y algo ms que
embrionariamente- en la obra de Dewey, a quien hemos citado al
comienzo del captulo
como una de las fuentes originales de la visin prctica y
pragmtica de la educacin y el
currculum escolar. Chiarelott (1983: 24), basndose en la teora
de la experiencia de Dewey,
apunta los cuatro principios clave del diseo curricular desde
dicha perspectiva. Suponen
-
46
una buena sntesis -retrospectiva en este caso- de la orientacin
cognitiva en el diseo
curricular.
- La seleccin de experiencias de aprendizaje debe basarse en la
continuidad y la
interaccin con las experiencias anteriores y presentes del
alumno.
- La secuenciacin debe basarse en el desarrollo del continuum de
experiencia
del alumno.
- Tanto en la reconstruccin de las experiencias de aprendizaje
anteriores como
en la introduccin de las nuevas, deben utilizarse procesos de
accin y reflexin.
- Las reas de conocimiento -y las disciplinas- deberan emerger a
travs
del proceso de indagacin sobre experiencias de aprendizaje
anteriores y
subsiguientes.
5. 2. 3. El desarrollo de actitudes democrticas, la educacin
cvica y el currculum escolar
Esta tercera lnea o direccin de innovacin curricular es
relativamente ms reciente
que las dos anteriores, de manera que alcanza su mximo punto de
desarrollo ya en los aos
ochenta y noventa. Partiendo de la influencia de la teora del
desarrollo moral de Kohlberg, ya
citado ms arriba, y con la tradicin de los movimientos por la
life-adjustrnent education
(literalmente, educacin para el ajuste a la vida) y por la
relevancia social de la educacin de
los aos cincuenta en Estados Unidos, esta tercera direccin sera,
en el mbito del currculum
del rea de ciencias sociales, paralela y equivalente a la
mencionada ms arriba en el mbito
de las ciencias naturales. Al mismo tiempo, contrasta y aade a
la orientacin cognitiva
o constructivista, excesivamente centrada en el aprendizaje como
proceso individual, una
dimensin social, cvica y tica del aprendizaje en el contexto
escolar.
En este caso, el nfasis est en la enseanza y la adquisicin por
parte del alumnado de
habilidades sociales de comunicacin, de resolucin de conflictos
y de toma autnoma de
decisiones que faciliten su participacin activa y responsable en
el proceso democrtico de
la sociedad donde vive. Esta orientacin social -por oposicin a
la cognitiva- nos ha llevado
a configuraciones curriculares muy renovadoras, no solamente de
las ciencias sociales, sino
tambin de la educacin cvica y la educacin moral, adems de
contribuir a la regeneracin
de prcticas no estrictamente docentes, pero s curriculares, como
la orientacin y la tutora.
Posteriormente, y ya sobre todo en Europa, uno de las propuestas
innovadoras ms visibles
ha sido la de las cross-curricular reas, que la reforma LOGSE
introdujo en Espaa con el
nombre de reas transversales. Las reas transversales suponen,
como las dems direcciones
-
47
innovadoras citadas en este apartado, un fuerte desafo al
currculum escolar basado en
los contenidos disciplinares; implican una reorganizacin del
conocimiento acadmico en
torno a los grandes problemas de la sociedad contempornea,
problemas que van ms all
de los lmites de cualquier disciplina y que requieren del
concurso de muchas de ellas para
poder ser siquiera mnimamente comprendidos. Pero, en este caso,
en lugar de efectuar la
reorganizacin en torno a la estructura epistemolgica de cada
disciplina y de sus conceptos
centrales, el eje pasa a ser ms bien el de los valores que se
quieren promover desde el
currculum escolar.
Pero, al igual que ponamos de manifiesto al concluir con la
revisin de la primera de
las direcciones innovadoras, el modelo tcnico de diseo
curricular tambin ha continuado
manteniendo un considerable predominio en la articulacin tanto
de la orientacin
cognitiva como de la social. En efecto, son innumerables los
programas o diseos de
laboratorio, altamente estructurados y detallados, que se
dirigen bien al entrenamiento y
enriquecimiento cognitivo del alumnado -suelen llevar el nombre
de aprender a pensar-, bien
al entrenamiento en habilidades sociales y enriquecimiento
socioemocional. Curiosamente,
en el caso de nuestro pas, los primeros estuvieron muy de moda
en los aos ochenta; los
segundos lo estn enormemente en este fin de dcada de los
noventa. En ambos casos,
los programas en cuestin no llegan a presentarse como una
alternativa curricular global
sino ms bien como una mejora adicional de lo ya existente;
existen versiones tanto para el
conjunto del alumnado como especficamente para alumnos
considerados con problemas
de aprendizaje. (Se prescribiran de la misma manera que se
recomienda tomar un complejo
vitamnico como complemento a una dieta insuficiente.) En el
primer caso, el problema
pareca ser el escaso desarrollo cognitivo individual; en el
segundo, se trata del escaso
desarrollo socioemocional. Pero una cosa es segura: en ambos
casos, los alumnos tenan la
misma procedencia sociofamiliar y experiencia escolar previa; y,
a los ojos de los profesores,
en la prctica, los mismos problemas de conducta y dificultades
de aprendizaje.
5. 3. Balance de los modelos prctico-deliberativos: usos y
abusos; luces y sombras
Sobre todo si buscamos el contraste con los modelos tcnicos y
expertos, es claro que los
modelos prcticos y deliberativos han realizado importantes
aportaciones -y avances tanto a
la teora como a la prctica curricular: el nfasis en los procesos
por encima de los productos, la
ruptura de la separacin entre medios y fines, el reconocimiento
del carcter profundamente
social y poltico del diseo y el desarrollo curricular, la
entrada en el campo de los estudios
curriculares del lenguaje de lo prctico y de lo didctico, la
profunda renovacin de muchas
-
48
reas curriculares gracias a los proyectos de los aos sesenta y
setenta, son todos ellos
contribuciones de gran calado, que hay que poner en el haber de
esta manera de pensar el
currculum escolar.
Los modelos deliberativos acercan el diseo curricular y sus
procesos al profesorado
de los centros. La conexin entre diseo (planificacin, toma de
decisiones), investigacin
en la prctica o en la accin, y autoformacin y desarrollo
profesional del profesorado, es
tambin capital. Desde entonces, ya no se puede concebir la tarea
del diseo curricular en
los centros como una cuestin independiente de la formacin y
desarrollo profesional de
sus profesores. Tambin en este sentido, una gran aportacin al
campo de los estudios y la
teorizacin curricular es la relativizacin de la potencia o
capacidad de una determinada
teora o conjunto de principios tcnicos de intervencin ya no para
explicar, sino sobre
todo para regular por s solos la dinmica del diseo y desarrollo
curricular. Como ya se
apunt antes, el conocimiento terico o tcnico sobre el currculum
no puede pasar de ser
un participante ms, no el nico, por tanto, en el proceso poltico
que supone el diseo y el
desarrollo del currculum.
Este carcter poltico, socialmente controvertido, teido de
ideologa y de cuestiones
de valor, da como resultado, como ocurre en otras reas, la
poltica econmica o la poltica
social en general, que tengamos la impresin de un movimiento
pendular, de una sucesin
de modas, de cambios de tendencia aparentemente caprichosos. Se
dira que hay mucho
movimiento pero poco progreso, o mucho ruido y pocas nueces,
como sentenci el clsico.
Pero, ms all de esa impresin, que tiene mucho de cierto, lo que
la tradicin prctica
e interpretativa pone de manifiesto es que lo que hay son
problemas perennes que hay que
abordar y resolver de nuevo cada da, y que la solucin, cuando se
encuentra, es siempre
distinta en cada lugar y en cada momento.
Para el caso particular de Estados Unidos, el siguiente texto de
Tanner y Tanner (1980:
71) es sin duda iluminador:
En ausencia de un paradigma o conjunto de paradigmas para
sintetizar los logros
pasados con la realidad presente, el campo del currculum ha
estado dominado por
tendencias y demandas cambiantes. En cierta poca, la consigna es
la disciplinariedad.
La reaccin a los excesos de la disciplinariedad da lugar a una
llamada generalizada
por la relevancia. La reaccin a los excesos de la relevancia es
sucedida por la
demanda de vol. ver a lo bsico (back-to-basics)... (las
innovaciones), ms que
estar concebidas y ser desarrolladas para la solucin de
problemas sustantivos,
producen muy a menudo cambios cosmticos o la manipulacin
inconsecuente de
estructuras administrativas.
-
49
Estas breves lneas no slo contienen una sntesis a la vez
impecable e implacable deja
historia del currculum escolar en Estados Unidos, sino que
tambin nos dan la medida de
ese aparente movimiento pendular a que est sometido el currculum
escolar: esa percepcin
compartida por muchos profesionales de que se suceden modas,
reformas prometedoras y
proclamas de cambios radicales, mientras que en la prctica de
las aulas todo sigue igual. De
hecho, lo que ocurre, como hemos intentado poner de manifiesto
en este captulo, es que la
prctica en los centros educativos sigue patrones de evolucin y
responde a caractersticas
muy peculiares, a las que la mayor parte de los discursos
poltico-administrativos, sometidos
a prioridades polticas, a presiones electorales y a compromisos
ideolgicos, simplemente
no puede llegar. Por distintas razones, como tambin hemos visto,
algo muy parecido les
ocurre a los discursos tericos y tcnicos de los especialistas y
expertos.
Pero, aparte de todo lo anterior, los modelos prcticos y
deliberativos tambin
han incurrido en contradicciones (alguna de las cuales ya se ha
adelantado a lo largo
del captulo), y, sobre todo, estn abiertos a abusos y a efectos
perversos, como siempre
muy difciles de prever por sus sin duda bien intencionados
promotores. Segn Bolvar
(1995), ciertos usos de estos modelos muestran una tendencia a
convertirse en un registro
descriptivo del autoentendimiento de los practicantes (el
relativismo ensimismado del
As es si as os parece como titulaba Pirandello una de sus
obras); y aade Bolvar que, en
este caso, el abuso de la racionalidad deliberativa llevara a,
sacralizar como buena toda
interpretacin por el hecho de ser personal. En la prctica, lo
que estos abusos implican,
entre otras cosas, es el peligro de que la deliberacin se
convierta en una suerte de terapia
grupal encubierta, con el grupo dedicado a su propia
contemplacin y concentrado en
los problemas y procesos interpersonales que en l se hayan
generado. Desde ah, puede
llegarse a posiciones ms radicales segn las cuales el diseo como
anticipacin de la accin
no tiene sentido, pues ningn diseo, primero, es capaz de
anticiparse a una accin que se
rige por reglas, principios y lenguajes distintos y, segundo,
porque lo que es una negociacin
permanente entre los actores del proceso simplemente no debe
anticiparse. Esta postura,
en apariencia democrtica y emancipadora, estara olvidando -o
desafiando- el imperativo
de que el currculum escolar sea pblico, explcito, visible,
criticable, etc., por parte de los
actores legtimos en el proceso que no estn en el da a da de las
aulas y los centros, o en los
centros de poder regulador de las Administraciones.
En definitiva, la racionalidad prctica y deliberativa consigue
reflejar con detalle y
precisin la realidad del diseo y el desarrollo del currculum.
Adems, tiene el potencial de
democratizar los procesos de planificacin curricular. Pero, como
venimos diciendo, tambin
puede ser Utilizada abusivamente, bien como mecanismo de control
y desprofesionalizacin
del profesorado, o, desde dentro de la institUcin escolar, como
mecanismo de defensa ante
-
50
el exterior e incluso como coartada para justificar el
inmovilismo y la resistencia al cambio.
La deliberacin, en tanto que forma de hacer, no asegura ningn
miulgro, y para evitar que
alguien eleve a categora de precepto indiscutible e
incontestable su personal interpretacin
o percepcin de la prctica curricular, debe ser completada, o ms
bien modulada, con
puntos de referencia o marcos normativos generales, exteriores a
la institucin escolar.
AsI, encontramos casos concretos en que la deliberacin y los
procesos para alcanzar
consensos podran convertirse en meros rituales carentes de todo
significado y sustancia. La
experiencia espaola con el tema de los proyectos curriculares de
centro (PCC) podra ser un
buen ejemplo: muestra las consecuencias de construir un modelo
claramente tecnolgico de
diseo curricular y despus solicitar a los centros y los
profesores que deliberen y alcancen
consensos sobre el mismo. Se pretenda con ello reforzar lo que
era una prescripcin
administrativa con la retrica de la deliberacin como bsqueda de
una mayor legitimacin
e imagen democrtica. Pero, la reaccin de la mayor parte de los
centros, que asumieron la
tarea como una exigencia burocrtica recurriendo a
documentos-modelo proporcionados,
entre otras instancias, por las editoriales de libros de texto,
no dej dudas: la deliberacin
es difcilmente susceptible de ser prescrita desde la
administracin educativa, esto es,
susceptible de ser convertida en algo obligatorio; sobre todo
cuando se utiliza como un
lema publicitario, ya en modo alguno era posible que, en un
breve perodo de tiempo, ni
los centros en general ni los profesores en particular se
encontraran en las condiciones
adecuadas y dispusieran de la informacin y los recursos
necesarios para abordar de forma
significativa un proceso de este tipo.
Y es que est claro que los modelos prctico-deliberativos (y con
ellos toda la tradicin
interpretativa en investigacin educativa y curricular) tienen un
gran potencial para
comprender la educacin y la prctica del diseo y desarrollo
curricular, e incluso puede
defenderse que tienen un gran potencial transformador, en tanto
en cuanto promueven la
reflexin en la accin de los prcticos y reclamen la deliberacin
como operativo democrtico
para tomar decisiones. Sin embargo, y esto es inevitable, tienen
poco o ningn potencial
prescriptivo (qu se debe hacer y cmo hay que hacerlo, con qu
procedimientos). Esto,
lgicamente, da lugar a contradicciones de todo tipo en las
propuestas que se hacen desde
estos enfoques, especialmente cuando se hacen desde las
administraciones educativas, que
por propia naturaleza, estn orientadas a la prescripcin y la
reglamentacin de la prctica,
y no, desde luego, a su mera comprensin.
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RESUMEN
1. El diseo del currculum es una tarea que va ms all de la
responsabilidad
de polticos y administradores de la educacin. Los modelos
prctico-
deliberativos de diseo curricular abren esta tarea a los propios
profesores.
Los problemas curriculares son prcticos y no tericos. Deben
hacerse frente
con una racionalidad distinta a la de medios fines. Dicha
racionalidad es la
deliberativa. En sus planteamientos iniciales, son modelos ms
metodolgicos
que ideolgicos, aunque se apunta la necesidad de participacin en
el proceso
de diseo curricular de todos los actores de la escuela. Es por
tanto una visin
ms democrtica, aunque, en la prctica de los aos en los que el
modelo se
propone y se aplica, la dependencia de expertos y de
conocimiento terico
especializado sigue siendo muy grande.
2. El carcter prctico de estos modelos hace que tengan una gran
capacidad
para describir y comprender el proceso de diseo curricular tal y
como tiene
lugar en la realidad; sin embargo, su capacidad para prescribir
qu y cmo
hacer, es limitada. De hecho, se pueden prescribir
procedimientos para regular
el proceso de deliberacin mismo (y en esto consisten
fundamentalmente los
modelos) pero, evidentemente, no para regular sobre qu se debe
deliberar
y por qu. De esta forma, el papel del conocimiento especializado
y experto
sobre el currculum y su diseo pasa a un segundo plano; solamente
tendr
sentido cuando conecte con las necesidades y caractersticas
peculiares de los
problemas prcticos en contextos concretos.
El currculum -y por ende el diseo curricular- se concibe como un
proceso
continuo de deliberacin, como transacciones entre individuos
comprometidos
moralmente en la institucin escolar (Reid, 1981: 162). As, el
diseo del
currculum, en la prctica, debe verse como procesual,
situacional, cclico y
evolutivo; su dinmica es la deliberacin y el consenso.
En este contexto de racionalidad deliberativa o comunicativa,
disear y planificar
el currculum es al mismo tiempo hacer investigacin en la
prctica, promover
la innovacin y la mejora de la enseanza, y fomentar una
determinada manera
de entender la (auto) formacin y el desarrollo profesional del
profesorado. En
otras palabras, se trata de un conjunto de temas que ya no
pueden pensarse por
separado, pues se implican y condicionan uno a otro.
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3. Como balance de los modelos prctico-deliberativos, debe
decirse, en primer
lugar, que supusieron en su momento un cambio radical en la
concepcin del
currculum y de los procesos por los que se construye y se
aplica; en buena medida,
es la concepcin actualmente vigente. Gracias a ellos, hemos
podido disponer
de la visin desde dentro, tanto los centros como los profesores
individuales.
Al mismo tiempo, son modelos que no estn exentos de
contradicciones y de
potenciales abusos. Sobre todo, el potencial espejismo de creer
que todo vale,
por el mero hecho de que sea posible el que ocurra, o la
tendencia (que puede
ser bastante marcada en pases con mucha tradicin reglamentista
como el
nuestro) a elevar a categora de precepto general lo que no es ms
(ni menos)
que un retrato o crnica de una realidad concreta.
CUESTIONES Y ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Cules te parece que son las condiciones mnimas que deben
confluir en torno
a un grupo profesional de docentes para que verdaderamente
.tenga sentido y
sea viable la deliberacin como racionalidad ms apropiada para el
diseo del
currculum?
2. Dentro de lo que Walker, en su modelo, denomina plataforma (y
que nosotros
despus hemos considerado como punto de partida y de llegada del
diseo
curricular),nos encontramos con todo un conjunto de supuestos,
concepciones o
incluso preconcepciones sobre, al menos, seis cuestiones: el
sujeto que aprende;
el propio proceso de aprendizaje; el entorno o contexto en el
que tal aprendizaje
tiene lugar; el papel que juega el profesorado en dicho proceso;
la manera en
que el proceso debera evaluarse; y los motivos, argumentos o
razones por los
que dicho pro ceso de aprendizaje debe seguir unos determinados
propsitos
o direcciones y no otros. Todo proyecto curricular, de mayor o
menor rango,
toda teora del currculum, y tambin toda poltica curricular;
conllevan
y reflejan una posicin ms o menos explcita o declarada sobre
estas seis
cuestiones. Cules seran las posiciones de los modelos
deliberativos en
tomo a cada una de las seis cuestiones? Y cules los aspectos
fundamentales
en que contrastan y se oponen a las de los modelos tcnicos y
expertos?
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3. Una de las ms importantes ideas apuntadas en este captulo es
la de la
crrespondencia entre los modelos de diseo curricular y los de
formacin
permanente del profesorado, innovacin curricular e investigacin
educativa.
As, hemos visto que, desde estos modelos de diseo curricular, se
puede
construir toda una propuesta global de innovacin, investigacin y
formacin
en educacin. Como ejercicio a este respecto, se sugiere a los
alumnos elaborar
un cuadro comparativo en el que se vayan recogiendo los
distintos modelos
de diseo curricular junto con las concepciones de investigacin,
innovacin y
cambio, y formacin del profesorado, que se siguen de cada uno de
ellos. Se
trata, como puede observarse, de un ejercicio que abarca todo el
manual ms
que este captulo, pero creemos que ser una gran ayuda para el
estudio de la
materia.
4. A lo largo del captulo hemos citado ms de una vez la LOGSE y,
con ella, la
legislacin posterior que fue desarrollando la reforma educativa
espaola a lo
largo de los aos noventa. A la luz de lo aprendido en este
captulo (y tambin
en el que lo precede y lo sigue), cmo calificaras y analizaras
el modelo de
diseo y desarrollo curricular por el que se opt? En qu medida te
parece que
influyeron las tres direcciones de innovacin curricular que se
describen en el
apartado 5.2 del captulo? Cul de las tres te parece que ha
calado ms hondo
en el currculum escolar de nuestro pas?
5. Al hablar de la orientacin cognitiva como gran direccin de
innovacin en el
diseo del currculum, hemos hecho referencia a investigaciones en
las que se
pona de manifiesto que el 98% del tiempo de instruccin en el
aula se dedicaba
a presentar contenidos; tan slo el 2% restante se estara
dedicando a trabajar
directamente sobre habilidades de pensamiento de los alumnos.
Por qu crees
que ocurra esto, cul es tu experiencia al respecto como
estudiante? Qu
consecuencias crees que esta hegemona de los contenidos ha
podido tener
sobre tu formacin? Adems, en qu medida podra decirse que, con
ligeras
variaciones en la proporcin, todava ocurre lo mismo en nuestras
aulas?
Cmo crees que un grupo de profesores debera poner en marcha un
plan de
investigacin-accin con objeto de autorrevisar su prctica en
dichos trminos?