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AO JUBILAR VERBUM DEI
ORIENTACIONES PARA LA ORACIN
JULIO
2012
EL CUERPO MSTICO DE CRISTO
CONTENIDO:
I. Sntesis de Cuerpo Mstico (Jaime Bonet, cf. Familiares de
Dios, 2000)
Introduccin
1. Un solo cuerpo y un solo Espritu
2. La realidad es el cuerpo de Cristo
Conclusin
II. Poesas del Cuerpo Mstico
III. ANEXOS O MATERAL DE APOYO:
Temario de Convivencias (Bonet 1959-1964, Tema: Cuerpo Mstico,
pg 56-62)/ (CFMVD 75-77)/ (EFMVD 246-254). Temario de Medelln
1988-89. Tema X: El Reino de amor: Cuerpo Mstico (pg 28- 30)/ Tema
XXI: Amar al prjimo como a Jess, 2 Grado de amor al prjimo (pg
62-64).
OBJETIVO: [Expresamos con el lenguaje tpico del mismo Jaime lo
que pretenda al orar y anunciar este tema. Este lenguaje es
importante hacerlo asequible a la mentalidad de la gente de
hoy]
Pedir al Espritu Santo conocer y experimentar por gracia, en
nuestra carne y sangre esta verdad de fe de nuestro Credo. En
oracin amorosa y dolorosa con Jess Cabeza, tomar conciencia de la
voluntad de Dios: Unin irrompible de Cristo Cabeza y miembros.
Asumir la responsabilidad vital entre Cabeza y miembros. Poner
nombre y rostro a los hijos de Dios y hermanos nuestros, miembros
todos, vivos, muertos, sufrientes, o agonizantes, a consecuencia
del egosmo y del pecado. Dar vida, inyectar el Amor de Cristo a
todo su cuerpo destrozado por la ausencia del Amor de Dios. Qu es
ser hijo, ser hermano, ser miembro? Qu diferencias hay entre s?
Recibir y aplicar la Palabra de Dios, inyeccin vital de vida y amor
y bistur del Espritu Santo para vitalizar al Cristo Total. Suscitar
y formar en cadena miembros vivos y vivificantes de Cristo, bajo la
mirada de Mara, Madre de la Iglesia y del Cristo total, para
salvacin de todo el Cuerpo.
Sntesis del tema
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos
los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo,
as es tambin Cristo [] Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada
uno es un miembro (1Co 12.27). El smil del cuerpo era muy corriente
en el entorno; pero aplicado a la Iglesia, revela una realidad ms
honda: la unin de los creyentes a Cristo y entre s (Cf. 1Cor
12,12).
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El Amor del Padre, la voz del Espritu Santo, el dilogo constante
con Jess y la mirada atenta de Mara proyectan nuestras vidas y nos
urgen a aplicarlas ntegramente sobre el Cristo crucificado de hoy o
Cuerpo Mstico de Cristo (CFMVD 75).
El recuerdo del Jess histrico y la imagen del crucifijo con su
pasin y muerte, nos remiten inevitablemente al Crucifijo doliente
de hoy; es el Cristo vivo, crucificado en carne y sangre actual, en
su pasin y muerte, repetida a diario, sufriendo, agonizando y
muriendo en multitud de hermanos (EFMVD 247).
Vivirn el voto de obediencia para hacer solamente el querer del
Padre, para ser miembros vivos y vivificantes del Cuerpo Mstico de
Cristo (BI 65).
La ntima unin del apstol con Cristo har que se sienta vitalmente
ligado con todos sus hermanos [] En el seno de la iglesia y
obediente a la misma, sentir con ella el latido fraterno, sano y
enfermo, de toda la humanidad sin excepcin ni discriminacin alguna;
con Cristo y como l, dar la vida por la Iglesia y por la fe de
nuestros hermanos en todo el mundo (CFMVD 51).
Introduccin:
Entramos hoy en el tema de Oracin del mes de Julio con la Fuente
de Espiritualidad: Cuerpo Mstico de Cristo.
Sabemos que en Cristo Jess, podemos hablar de Cuerpo Fsico, como
el nuestro, cuerpo Eucarstico, como veamos en el tema anterior de
Jess Eucarista. Cuerpo glorioso o Resucitado. Cuerpo Mstico
Recordemos que la palabra mstico/a, a veces nos juega malas pasadas
cuando la equiparamos con otras: idealismo, no tocar con los pies
en el suelo, alguien que se eleva. Sin embargo, Cuerpo Mstico no
significa algo contrapuesto a cuerpo real, sino al contrario, algo
que nos desborda, por nuestra condicin de criaturas finitas, ante
el Misterio de Dios infinito, en todo el Universo creado. Lo ms est
por descubrir, dir S. Juan de la Cruz, nada sospechoso de mstico
loco en su probada experiencia de vida fraterna. Pablo seala: Todo
es sombra de lo venidero, pero la realidad es el Cuerpo de Cristo
(Col 2,17).
Podramos decir: el SER, la Realidad, slo es Dios, slo l es el
que ES y de l dimana todo ser creado. Es decir que por Cristo, con
l y en l, pasamos de la nada al SER, a la REALIDAD FONTAL de DIOS
UNO Y TRINO, en quien nos movemos existimos y somos (Cf. Hch
17,28). Somos miembros en/del Cuerpo Mstico, cuya cabeza es Cristo.
Hay una afirmacin similar del Concilio Vaticano II:
Somos-hijos-en-el HIJO. Fuera de Dios, nada
Nos puede ayudar en la visin de Cuerpo Mstico, un canto de
nuestro hermano Dara:
Yo, el Seor de cielo y tierra he escuchado el clamor de mi
pueblo. / Y yo el dador de la vida a los hombres, conozco sus
sufrimientos. / Yo, el Creador de todo cuanto existe sufro el dolor
de mi gente. Yo soy su Luz, soy su Pan, su Pastor, puedo
devolverles la vida. / A quin enviar, quin ir, quin les dir? Heme
aqu, he escuchado tu llamada en la noche, heme aqu toma mi vida en
tus manos para todos, heme aqu, de tu Palabra ser voz, para tu
gente ser luz, haz de mi vida lo que quieras Abre los ojos a
rostros sombros que vagan sin esperanza y alza la vista, quin parar
de una vez esos ros de muerte?
Ah se recogen los elementos esenciales de esa Verdad de Fe:
Dios, nica fuente de Amor y de Vida, nos revela nuestra identidad
profunda y nos invita, por tanto, al amor, a la unidad, a la
comunin de todos los miembros, en la diversidad, y la necesidad de
unos para con otros. Y sobre todo la responsabilidad, respuesta
afectiva y efectiva, como miembros del NICO CUERPO DE CRISTO. A
nivel humano, con los miembros de nuestro cuerpo, as funcionamos o
no funcionamos. Hieres el pie y te habla la boca (S. Agustn). Y lo
mismo experimentamos al contemplar la comunin y comunicacin de
cuerpo y espritu, en nuestra persona (Cf. Ro 12,12).
I. Sntesis de Cuerpo Mstico (Jaime Bonet, Familiares de Dios,
2000)
1. Un solo cuerpo y un solo espritu
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Hoy vamos a meditar, brevemente, esta verdad, despus de haber
visto y haber hablado constantemente con cada una de las Personas
divinas y con la Virgen
En Col 2,17, hablando del Pueblo de Dios, de la Iglesia, del
Reino de Dios, dice: Todo es sombra de lo venidero; pero la
realidad es el Cuerpo de Cristo (FamD pg 525).
"La razn ms alta de la dignidad humana consiste en la vocacin
del hombre a la unin con Dios". As lo leemos en el prlogo del
Catecismo de la Iglesia Catlica. La unin con Dios es la razn ms
alta de la dignidad humana; es lo ms grande y lo ms digno. Si te
crees esto, actuars, pero si no lo crees, no actuars.
Luego, es muy importante comprender que en el apostolado se
trata de una Vida inmortal, de la Vida inmortal de muchsimos a
quienes t debes de tener presentes. Se trata del bien y felicidad
de multitudes o del mal y la desgracia de muchos ya en este mundo.
Yo lo comprend en mi primer encuentro con Cristo, que fue con
Cristo crucificado, llagado y herido, tal como suele estar un
Cristo crucificado, como leproso. Ante l, digo: "Si as me has dado
la vida, quisiera yo que mi cuerpo quedara como el tuyo". Despus de
la conversacin con el Crucificado, me fui ante la Eucarista y, all,
entend que me deca: "No podras t prestarme tu voz, tus pies, tus
manos, tu todo?" Ante esto me vino una alegra tan grande que le
dije: "Y te valdran para Ti?". "No slo es que me valdra tu vida,
sino que la necesito con urgencia, ya!". "Toma, tmala". "Dnde?".
"Donde la necesites" (FamD 527).
Cuntas veces hemos odo esta frase del Concilio Vaticano II (GS
19), en boca de Jaime. Y cuntas veces la hemos orado y predicado,
despus de saborear su hondo contenido inagotable. La unin con Dios,
en efecto, es lo mximo a que puede aspirar la criatura con su
Creador. Y esta unin a nivel de ser nos comunica los beneficios del
Ser divino, nos diviniza, participamos de la naturaleza divina ya
para siempre. Por eso el deseo ltimo de Jess en su oracin al Padre,
aflora con la mxima intensidad: Padre, mi deseo es darles lo mximo,
nuestra Vida-Amor, vida eterna, para que puedan amar y
desarrollarse en plenitud. Donde reina esa vida es el cielo, el la
paz, el bienestar Por el contrario sin ella, el mundo es un campo
de batalla mortal, los hogares, las familias, las relaciones
Entonces, inmediatamente, ves el valor, la fuerza de tu vida,
porque repercute sin parar el golpe de tu fuerte deseo de hacer el
querer de Jess, de hacer su Voluntad. El Amor repercute sin parar.
Tu vida unida a l, que es la Cabeza del Cuerpo Mstico tiene una
inmensa repercusin, llega a todos, se conecta con todos los
miembros de Cristo y se difunde a todos el amor que le tienes a l.
Esto es el ms rico Internet que pueda existir, pues te conecta con
toda la humanidad, te sita en conexin con todos. Mientras t oras
delante del Sagrario o delante del Crucifijo y hablas con Mara, tu
oracin y tu amor va ms rpido que el Internet y se extiende por todo
el mundo. Es una maravilla (FamD 528).
Es curiosa la imagen de Inter-net, que estrena y aplica Jaime en
este escrito, tan en boga en nuestro contexto histrico de
intercomunicacin universal. Destaca tambin la unin de mente y de
voluntad con Cristo que nace de esta unin y la disponibilidad total
de la vida en sus manos: Nos recuerda la misma actitud de los
santos. Teresa de vila: Decid, mi Seor, decid, que a todo dir que
s. San Ignacio: Tomad, Seor, y recibid toda mi libertad, mi
memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y
poseer. Vos me lo disteis, a vos, Seor, lo torno. Todo es vuestro.
Disponed de todo a vuestra voluntad. Dadme amor y gracias, que sta
me basta.
Despus de ver aquello, (Una leprosera en Filipinas con 5000
leprosos) me fui ante el Sagrario y me puse a llorar como un nio:
"Perdname, Jess! Yo tengo mucha culpa de eso, porque debiera
entregarme ms, debiera darme ms, debiera conseguir que tus hijos
abrieran los ojos y la mente y la pusieran al servicio del Amor, de
la reconstruccin del hombre". Vea a la Iglesia tan necesitada de
reconstruccin que pareca que Jess me dijera como dijo a Francisco
de Ass: "Reconstryeme la Iglesia". Francisco no lo entendi y pens
que tena que reedificar una pequea iglesia de piedra que estaba en
ruinas. Pero Jess le dijo: "No, no te confundas. Lo que tienes que
reconstruir es el templo vivo de cada persona donde Yo quiero
habitar (FamD 529).
Por ah vemos la nueva orientacin que da el Espritu a Jaime. Hay
leprosos fsicos porque hay leprosos espirituales. Hay hambre fsica
porque hay hambre espiritual. No basta poner calmantes, parches. Se
necesita ir a la raz del mal. Supone arrancar la lepra espiritual
de los corazones: el pecado personal y el pecado estructural. Es
decir, la ausencia del Amor de Dios. Podemos poner parches con
cuidados paliativos o podemos
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descubrir la vacuna contra la lepra y aplicarla. La vacuna ya
est descubierta y aplicada a lo largo de toda la historia de
Salvacin: Amor de Dios en los corazones. Amaos unos a otros como Yo
os he amado. Pero cmo amarn si no han visto Amor, ni odo Amor, ni
tocado Amor de Dios, manifestado en Jess, Palabra viva de Dios,
encarnada en los hermanos, en nosotros? Familia Verbum Dei,
despierta, est en tus manos mi destino! Nuestro mundo es un cortejo
de leprosos ambulantes, por ignorancia ms que por malicia Quin ir,
quin les dir?...
Entonces, para m es una gran responsabilidad meditar esta verdad
del Cuerpo Mstico, expresada en nuestras Constituciones y en
nuestros Estatutos: La realidad es el cuerpo de Cristo (Col 2,17).
Est tambin expresada en 1Cor 12,12; Ef 4,1-16 y Gl 3,27-28. Esta
realidad es la conexin que Dios ha querido, y que Cristo ha pedido,
entre todos los hijos del Padre, entre todos los miembros de su
Cuerpo conectados vitalmente unos con otros, as como est conectado
ya el mundo ahora, a travs de ondas invisibles, pero muy reales.
Con slo pulsar un botn se puede activar un aparato a distancia. As
tambin, de forma anloga, en la voz, en la Palabra, Dios, quien nos
eligi antes de la fundacin del mundo y que nos eligi en Cristo,
tena preparada y dispuesta toda esta comunicacin vital, vivencial,
entre todos (FamD 530).
De dnde viene el que yo entregue a mis hermanos lo que les
pertenece, lo que es suyo y que Dios me ha dado para que yo lo
repartiera? No depende de mi humor ni de mi estado ni de mi tiempo.
No, no. El tiempo es Vida, es eternidad. Y por eso todo cambia si
se mira a la luz de la fe. Por eso nos interesa profundizar en ese
tema del Cuerpo Mstico de Cristo, que en los Estatutos lo tenemos
resumido (FamD 531).
En nuestros Estatutos, en el inicio del tema del Cuerpo Mstico
dice: "El amor del Padre, la voz del Espritu Santo, el dilogo
constante con Jess y la mirada penetrante de Mara, proyectan
nuestras vidas y nos fuerzan a aplicarlas ntegramente sobre el
Cuerpo Mstico de Cristo" (N 246).
Por esto, la oracin es estar a la escucha de la Trinidad que te
proyecta hacia todos los hombres dicindote: Todos son mis hijos. Tu
vida es para todos ellos. Entrega tu vida, tu tiempo. Entrgate sin
reservarte nada. El tiempo es cielo, el tiempo es eternidad.
Predica sin parar, pues el Reino es para todos ya que todos tenemos
el mismo derecho y el mismo deber. No es ningn timbre de gloria el
predicar, dice Pablo en 1Cor 9,16, sino que es un deber que me
incumbe. Y ay! de m si no predicara el evangelio. Ay de m!, porque
aqu est la Vida. Da la vida! Yo debo darla. Te queda algn tiempo
para ti? Exprime al mximo el tiempo!
A m lo que ms me encanta es acabar el da cansado, muy cansado.
Tener que ir a descansar agotado. Antes de acostarme, le digo a
Mara: "Mam, voy a descansar. Pero no te preocupes, vuelvo prontito,
porque me esperan tus hijos". Para m, la misin es una labor de
quirfano constante, con delicadeza, con corazn limpio, disponible,
a punto! Y cunto me alegro que hayis sido elegidos, vosotros! Pero,
es un deber mo, vuestro y de todos, ayudarnos. Oye!, que t, en tus
manos, tienes la Palabra de Dios, que es la espada, el bistur del
Espritu, como se nos dice en Ef 6,17. Venga, emplala!, preprala!, a
punto! Ves como est el Cuerpo de Cristo? Ves cmo estn los miembros
de Cristo en todo el mundo? Ves cmo se encuentra Cristo? No
escuchas su grito: "Tengo sed.
La imagen de quirfano, es entraable y vital en nuestro carisma.
Quiros (manos). Fanos (Luz). Bistur elctrico. Se nota que a Jaime
le fascin la medicina. Por ello quiso estudiar medicina. Y Pap Dios
le regal la medicina en grado mximo y trascendental. Por su salud
ya desde joven tuvo que frecuentar los quirfanos Cuntos ejemplos de
enfermos y mdicos, enfermeras en su predicacin, para despertar
nuestra sensibilidad. Una operacin de microciruga que dur 16 horas
y todo esto por la salud fsica. Qu ser para la salud eterna propia
y de muchos? Siempre ha dialogado con muchos amigos mdicos, para
aprender de ellos el cuidado para la Vida inmortal. Mara, siempre
como enfermera. Ambiente de quirfano, bata blanca. Desinfeccin
total. Se confesaba con mucha frecuencia y as nos lo grab en el
corazn. Esterilizacin total a travs del sacramento de la
Misericordia divina.
Adems, en el pasaje del Juicio, de Mt 25,31-46, Jess se expresa
as: "Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me
disteis de beber, era forastero y me acogisteis, estaba desnudo y
me vestisteis, enfermo y me visitasteis, etc. Y en otro lugar dice:
Todo aquel que os d de beber un vaso de agua por el hecho de que
sois de Cristo, os aseguro que no perder su recompensa (Mc 9,41).
Si recompensa tan bien al que da un poco de agua al discpulo, con
el cual Jess se identifica, qu ser cuando una
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persona asista no slo las necesidades del cuerpo sino tambin las
del espritu, con la gran diferencia que hay entre ambas? (FamD
532).
Yo recuerdo, siempre que medito la gran verdad del Cuerpo
Mstico, la reaccin del Superior General de los Jesuitas, el Padre
Arrupe, una persona que fue muy conocida en el mundo entero. Estuvo
mucho tiempo en el Japn, era Maestro de novicios y all estaba
cuando cay la bomba atmica sobre Nagasaky. Aquello era un caos.
Todava, despus de muchos aos, pude ver al pasar por all, huellas y
rastros de lo que haba dejado. Qu desastre lo que pude observar! "Y
estos hierros retorcidos y quemados, y esto derrumbado?". l me
deca: "La ciudad estaba envuelta en llamas. Era una hoguera
inmensa. Nosotros estbamos un poco distanciados y no nos lleg de
pleno. Pero acudimos al hospital ponindonos al servicio de los
enfermos que tenan quemaduras, su carne como sobre ascuas, estaba
ardiendo". Como l haba estudiado la carrera de medicina, organiz a
todos los novicios, dicindoles: "Vengan aqu y les voy a ensear: La
carne quemada crtenla as; la venda de este modo. Todos atentos, a
trabajar todos! Venga!". El mundo est as. Est de esta forma. Y ante
este caos: A ver qu hago yo?
Por esto, la misin de esta Familia Verbum Dei, y de toda la
Iglesia, es, realmente, Escuela de Mdicos, Escuela de Apstoles.
"Ves lo que tienes que aplicar? Ves lo que tienes que decir?". Esta
Palabra de Dios, esta Palabra va llena de Vida, engendra,
reconstruye y vivifica. Por esto, a los Doce, a todos sin excepcin
les dice: Id y haced discpulos, ensendoles a guardar todo... (Mt
28,18-20) ; (FamD 534-35).
El antdoto o antibitico adecuado a la muerte es aplicar la
Palabra que va llena de de Vida y Amor. Es aplicar el principio de
causa-efecto. Un ejemplo domstico lo tenemos en las telaraas.
Podemos invertir tiempo quitando telaraas, o bien hacer algo ms
rentable y eficaz: matar la araa. El resultado es evidente. Si no
atacamos la causa, los efectos son inevitables y se multiplican en
una cadena de muerte. Quin ir, quin les dir?)
Para m ah estuvo la fuente del aprendizaje; no fueron unas
clases de Teologa. No!, all no aprenda nada de todo eso. Me serva
un poco y tal, pero era en la oracin de cada da donde estaba la
fuente de la misin. Era el t a t con Cristo Crucificado; el t a t
con el Padre; el t a t, atento a la voz del Espritu. Y stos eran
mis graves pecados, tambin, cuando de esto me distraa, me
despreocupaba o mantena mi mente dispersa. Dnde est tu mente?
Cristo Cabeza te lleva a observarlo todo. Ves el mdico que se sita
en el quirfano, con la lmpara y con aquella luz potente. Atento.
Bien desinfectado todo y l tambin. Entonces, atentamente l y todo
su equipo, con los ojos fijos en el enfermo, empieza la operacin.
Ah ni se habla ni se abre la boca. Todo bien desinfectado, mirando,
atentos. Esto es nuestra misin, esto es la oracin! Y te lanzas,
porque encuentras muchos casos con urgencias.
Entonces, qu quiere el Pap? Que t ests preparado. Hace tanto
tiempo y no ests preparado? Fjate bien y aprende! Aprende a dar
Vida! Aprende a aplicar la Palabra. No te reserves la Palabra para
ti. No es para saberla! Y menos para quedar bien! Sera un pecado
eso. Es para curar! Es para curar todo el Cuerpo de Cristo, en
todos sus miembros. Entonces, s que es muy necesario hacer oracin
ante la Mam. Cmo aprecia una mam a una persona que viene a curar a
su hijo!: "ste es el que yo esperaba".
Ah, yo lo vi en el accidente mortal de mi hermano. Un primo
hermano, buen cirujano, acudi como un rayo apenas le lleg la
noticia. Pero, al llegar a la casa no se detuvo a saludar a nadie.
Solamente: "Buenos das", a mi pap, a mi mam y rpido... "Dnde est? A
ver si le puedo hacer revivir, si vuelve a respirar". sta es
nuestra misin: devolverle la vida al hombre! Ayer, una seora que es
psicloga y que est tambin estos das en este Centro haciendo
Ejercicios, hablndome de su trabajo, lo relacionaba con la
evangelizacin. Las conferencias que da ella constantemente por toda
Espaa a grupos de mdicos, que suelen ser de cien o ciento veinte
personas, las reenfocaba diciendo: "A m me encanta esto, poder
decir a la gente: Lzaro, sal fuera. Lzaro, sal fuera!".
Sabis cul es el mayor gozo de Mara, el gozo del Padre, el gozo
de Cristo y del Espritu? El que t utilices la mente, el corazn y la
vida para decir: "Sal fuera!". Claro!, as los muertos resucitan ya
que podemos dar Vida abundante al mundo. Me alegro de que el Seor
os haya llamado para esto. Luego, hay que echarle cabeza. No
olvides que a tu hermano, al vecino, y a quien sea, se le ensea
actuando.
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Cuando te ve actuar reacciona. Entonces s, pero con teoras, con
palabras, no se hace nada. Muy distinto es cuando uno est
disponible y preparado. Y preparado significa, sobre todo, con la
mente clavada en Cristo, en el Pap, en la Mam y muy atento al
Espritu que te est diciendo: Aqu me tienes. (FamD 536-37)
Por tanto, decidle a Mara: "Cuenta conmigo! Mam; si T no cuentas
conmigo, qu hago yo en mi vida? Cristo, cuenta con mi vida, con mi
mente, con mi corazn, mi todo. Espritu Santo, grtame, llmame a
cualquier hora, en cualquier momento, con toda urgencia, para la
cantidad de atenciones que tienes Hgase en m segn tu deseo, segn tu
necesidad, segn tu Palabra" (FamD 539).
Como conclusin slo cabe decir que todo esto que leemos acerca de
la oracin y predicacin amorosa y punzante de Jaime, lo hemos visto
plasmado en su vida, y en muchas vidas misioneras de hermanos y
hermanas que nos preceden.
2. La realidad es el Cuerpo de Cristo (FamD 543- 53)
La realidad es que Cristo quiere unir a S, a todos los hombres
de todos los tiempos. Esta unin, por lo que se explica y se da a
entender, es ms fuerte que la que existe slo entre los miembros del
cuerpo entre
s, puesto que estamos unidos con la Cabeza y todo repercute en
la Cabeza. La comunin vital con Cristo no se va a romper nunca, es
eterna. De manera que l se ha responsabilizado de nuestra redencin,
de nuestro rescate, de nuestra recuperacin total. Cristo ha querido
permanecer en nosotros para que nosotros estuviramos en l. Por
esto, quiere y garantiza que unidos a l convivamos con la Trinidad
nuestra Vida eterna, ya aqu y ahora. Esto es muy importante. En la
Eucarista esto se realiza ya, pues viene la Trinidad, viene Jess en
su Cuerpo resucitado a convivir con nosotros. En la Eucarista
recibimos la misma Vida eterna, comulgamos la Vida-Amor de
Dios.
Luego, ya no cabe conexin y unin ms ntima que en la comunin,
pues en esto consistir nuestra Vida eterna; ser as. Es lgico que
nos interese muchsimo tal garanta de la Vida eterna, anticipndola,
pues podemos vivirla ya. La Escritura nos repite constantemente
esta realidad, invitndonos a tener la Vida eterna. Y la comunin con
Jess en la Eucarista nos sita a este nivel y en esta realidad
vital. (FamD 543).
Es verdad que, con frecuencia, nos apartamos de esta Vida y nos
desconectamos por el pecado. Es cierto. El pecado se interfiere
entre la Vida del Padre, la Vida divina, y nuestra realidad
personal. Por eso, al inicio de cada Eucarista reconocemos nuestros
pecados y los confesamos diciendo: "He pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisin, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran
culpa". Y por eso, rogamos pidiendo que el Seor nos perdone. El
sacerdote, entonces, intercede por el pueblo implorando de Dios la
misericordia en una oracin que dice as: "Dios Padre tenga
misericordia de todos nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la Vida eterna".
En una sencilla explicacin, muy corriente, muy llana y muy
comprensible para la gente, Jess ensea esto muy bien con la alegora
de la vid y los sarmientos en Jn 15: Yo soy la vid verdadera (Jn
15,1). Toda la savia viene de M. Yo soy la vid, vosotros los
sarmientos. El que permanece en m y yo en l se da mucho fruto;
porque separados de m no podis hacer nada (Jn 15,5). En Jn 15,8
aade Jess: La gloria de mi Padre est en que deis mucho fruto; para
lo cual tenis que estar unidos a M, unidos a Cristo. Pero notemos
que estamos hablando de una unin vital. Es decir que la unin que
tenemos con Cristo redunda y repercute en todo su Cuerpo y se va
repartiendo por todos sus miembros. De ah se deriva la influencia
de cada uno de nosotros en la Iglesia, en el Cuerpo Mstico de
Cristo, una gran realidad. Luego, delante de Dios no hay ningn acto
nuestro que sea slo individual, que nos afecte slo a nosotros, sino
que influye en todos. Sean cuales sean nuestros
actos, influyen siempre y a todos. Cuando obramos el mal daamos
a todo el Cuerpo, a Cristo y a todos sus miembros, pero cuando
obramos el bien beneficiamos tambin a todos los miembros de Cristo.
Es preciso llegar al punto en que tomemos conciencia de que la Vida
de muchos depende de nosotros. De nosotros depende la Vida de mucha
gente que an no la ha recibido y que an no la tiene. A la luz de la
verdad del Cuerpo Mstico la persona desarrolla al mximo su
afectividad. Ah alcanza el mayor relieve su vida entregada. De ah
deriva la mayor realizacin y pleno desarrollo de nuestra
afectividad, instintivamente pasas a la madurez del Amor. Te hace
feliz dar Vida, vivir para que otros vivan. Esto te ensancha por
dentro y te lleva a amar por necesidad, como a mam y el pap
honrados que quieren tanto la vida del hijo que son capaces de dar
la vida
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suya, con tal de que el nio viva y no muera. Y en caso de
conflicto dice la mam: "Que nazca el nio, que l se salve. Muero yo,
pero no l" (FamD 545).
Dios no quiere la muerte eterna de ninguno de sus hijos; quiere
compartirles su Vida eterna y para esto manda al Hijo. Quien se une
vitalmente a Cristo tiene la Vida. Nuestra misin es sta: Decrselo a
la gente, anuncirselo y que lo vean en nosotros, que vean que nos
jugamos la vida del cuerpo para que todos descubran el valor de la
Vida de Dios, cuya esencia es el Amor de Dios compartido en Cristo,
para que todos vivan eternamente. Y por esto, como estamos tan
ntimamente unidos con Cristo, l mismo se identifica con nosotros y
nos dice en Mt 25,31-46: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la
herencia del Reino preparado para vosotros desde la creacin del
mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me
disteis de beberEntonces los justos le respondern: Seor, cundo te
vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de
beber?Y el Rey les dir: En verdad os digo que cuanto hicisteis a
uno de estos hermanos mos ms pequeos, a m me lo hicisteis". Cuando
lo hiciste con aquel ms pequeo y nadie se enter, a M me lo hiciste,
dice Jess. La identificacin de Cristo con cada persona es muy
grande y tiene muchas consecuencias (FamD 546).
Esto es lo ms precioso, es la mayor vocacin: T puedes dar Vida.
T puedes ejercer la paternidad y maternidad engendrando en muchos
una Vida inmortal, incorruptible, eterna. Ya sabemos cmo: Por la
Palabra de Dios, por la Palabra viva. As lo leemos en la carta de
San Pedro: Habis sido reengendrados de un germen no corruptible
sino incorruptible por medio de la Palabra (1Pe 1,23). No dejis
esta vocacin. Si Dios os ha invitado, no le defraudis. Ya no hay
mayor confianza, mayor dignidad y grandeza que dar Vida a
perpetuidad, para la eternidad. Qu suerte! Por esto, cuando yo lo
fui descubriendo dije: "Aunque esta vocacin es la que menos me
agrada, yo no puedo dejarla. Me voy a esto porque como slo tengo
una vida, se la entrego a Dios". Adems, no es que se la d. Es suya.
Mi vida es suya! Y lo que l quiere es que la administre bien, que
la haga rendir al mximo; porque me ama mucho quiere que la haga
rendir no con valores que se me pueden quitar en un momento, sino
con valores que son eternos (FamD 547).
Cuando en cierta ocasin le dicen a Jess: Tu madre y tus hermanos
estn ah fuera y quieren verte, l les respondi: Mi madre y mis
hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen (Lc
8,19-21). Pero en el texto paralelo de Mt 12,46-50, se pone en boca
de Jess una frase que da mucho que pensar: Quin es mi madre y
quines son mis hermanos?. Y extendiendo su mano hacia sus discpulos
dijo: stos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la
voluntad de mi Padre celestial, se es mi hermano, mi hermana y mi
madre. Le interesa a Jess que la gente se entere de algo muy
importante. Luego, no hace un desprecio a su Madre, ni es una
exageracin lo que dice, sino que l se sita en otro plano, en el de
la Vida inmortal. Y para que la gente se d cuenta de ello,
aprovecha cada oportunidad que se le presenta, con la intencin de
abrirle esta inmensa perspectiva y esta panormica eterna.
Uno recuerda tambin el Calvario, con aquella escena de relevos,
en que Juan toma el relevo del Hijo: Mujer, ah tienes a tu Hijo. El
discpulo entra a formar parte de otra familia, la familia de los
que escuchan y obedecen la Palabra de Dios. Para esta misin podr
contar con la Madre: Hijo, ah tienes a tu Madre, la Madre de toda
la Iglesia (Jn 19,26-27). Tambin nosotros tenemos que tomar el
relevo en la misin que l nos confa, en la transmisin de la Palabra
de Dios, de la Vida eterna, que es Amor. l dice muy claro que lo
tenemos que hacer como l. Se trata de relevar a Cristo en su misma
misin: Como el Padre me am yo tambin os he amado a vosotros (Jn
15,9). "Como el Padre me am entregndome la Vida, Yo os amo
entregndola a cada uno de vosotros. Haced lo mismo y as, hasta el
fin de los tiempos, compartid Vida eterna. Te doy lo mismo, te doy
la misma herencia, te doy la misma fecundidad, te doy la misma
misin". Es la misma misin de envo expresada claramente en Jn 20,21:
"Como el Padre me envi, tambin yo os envo Recibid el Espritu
Santo". "Recibid el Espritu Santo, Seor y Dador de la Vida". Y con
l sers tambin madre, como Mara.
A m me encanta el plan que Dios nos propone de ser padre, madre
y hermano de una familia inmensa por toda la eternidad. Cuntos
hijos tendrs! Nos ayuda ir recordando lo definitivo puesto que
sabes que te llegar la hora del encuentro definitivo con Dios, en
donde sea -ser en el barco, en el avin, donde te encuentres qu ms
da?, es igual-, all sabes que te llegar la hora. Y entonces qu
sucede despus del susto si es que mueres de accidente? Vers que
muchos hijos tuyos te saldrn al encuentro al llegar al cielo. Te
saludarn y te dirn: "Pero si t eres mi mam!". "No me digas! Yo no
saba que hubiera dado vida a tantos! De dnde me salen todos estos
hijos?
-
Uno quedar sorprendido ante aquella multitud de hijos que te
dicen: "Me diste la Vida inmortal". Hay personas que tienen sus
ochenta y pico aos, que me han dicho: "T eres mi pap, t eres mi
mam, t me entregaste la Vida de Dios, me engendraste por la
Palabra". Lo dicen ellas, pero adems es el mismo Cristo quien lo
dice: Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de
Dios y la cumplen (Lc 8,21). Evidentemente, nuestra vida es de una
influencia muy grande.
Se trata de vivir el primer mandamiento, de poner toda mi mente
invertirla totalmente. El Verbum Dei necesita para esta misin poner
al rojo vivo, la mente, la iniciativa, la creatividad, la
inventiva. "Cmo logro salvar a este joven, este hombre, este hogar,
este otro y los que ms pueda?". Esto es nuestra vida y, como
decamos, no hay nada ni nadie que tenga tanta iniciativa y
creatividad, responsabilidad, como el amor. El amor se lo juega
todo, pero para gozar; si no, no sera feliz. Uno se siente feliz
cuando se entrega como los paps y mams, que ante un caso familiar
se lo juegan absolutamente todo (FamD 551).
No se me ocurre otro comentario al meditar esta oracin de Jaime:
Explosin vital de Amor apasionado por dar Vida a los muertos.
Explosin de Fiat y de Magnificat. Con Jess Cabeza en nosotros y
nosotros en l, conviven la enfermedad y el remedio. Jess, t eres mi
mdico y mi medicina. Sin miedo al resultado final porque a este
Mdico no le escapa ningn paciente.
No es lo mismo orar y preparar una charla con letra muerta, con
esquemas prestados porque me toca o no me toca predicar, que
fijarnos en la mirada atenta de Jess, mdico de cuerpos y almas,
ante el rostro vivo de nuestros hermanos leprosos. El Espritu Santo
con su Amor, nos descubrir muchas clases de lepra y el poder de
sanarlas, empezando por nosotros. Les dijo Jess: Si creis en M
haris las cosas que yo hago y an mayores (Jn 14,12). Gracias, Jess,
mdico y vacuna en nosotros mismos. Eres ms yo que yo mismo (S.
Agustn). De ah nace un optimismo radical de salvacin. No dar a
nadie por perdido en la vida, solamente llevarlo ante Jess Mdico.
La realidad del Cuerpo Mstico por parte de Dios, no es un agobio,
no es una carga, es un Seguro total de Vida, a todo riesgo,
trascendental y sin cita previa, sin listas de espera como el hijo
asegurado y protegido al mximo en las entraas de la mam. No
olvidemos que la Cabeza es la Cabeza. Y la cabeza es la torre de
control de todo el cuerpo. Ningn miembro puede tener vida sin la
cabeza. No hay alegra ms grande que decir al muerto: Sal fuera Y
nosotros, Verbum Dei, lo hemos experimentado por gracia Cmo te
pagaremos, Seor?... Haz t lo mismo
Nuestra vida es brevsima. No es nada. Mil aos en tu presencia,
nos dice la Escritura, son como un ayer que pas, como una vigilia
nocturna (Sal 90,4). Ante el Seor un da es como mil aos y, mil aos,
como un da (2Pe 3,8). Por tanto, qu bueno!, esto es un esprint de
velocidad, un campeonato del mundo de cien metros. Esto no es nada!
Son unos segundos y ya est, y la vida ya pas! Por eso, se trata de
un esprint. Pedidle, por tanto, a Jess y a Mara nuestra Madre, que
seamos conscientes de toda la grandeza de esta verdad por la que
somos llamados a ser padres y madres de generaciones, de modo tan
semejantemente a Ella. Por eso, muchas veces, yo tengo este dilogo:
"Y ser as, Mam? Tambin yo ocupar tu puesto de Madre de Jess?". "S".
Por esto siempre voy de su mano y le pido: "Me lo ensears T? Me
dars esta entrega?". "S, s. Yo te acompao". Ella nos acompaa. Es lo
que decimos al final de nuestra frmula de consagracin: Acompame,
Mara, con tu entraable amor de Madre para que mi consagracin a la
Palabra viva de Dios y predicacin de la misma sea propagacin
continua de la Vida de Dios por generaciones, un manantial continuo
de Vida eterna por generaciones, por todas las generaciones" (FamD
552).
[[Permitidme finalizar con una palabra agradecida al Equipo de
Patrimonio Histrico que nos invita a todos/as a poner nuestro
granito de arena para la transmisin fiel del carisma. Del contacto
directo con las fuentes del Carisma fundacional, me brota del
corazn una peticin humilde para todos: Reglanos, Espritu Santo,
Seor y Dador de todos los carismas en/para la Iglesia, la comunin y
conexin ntima de la Lectio divina y la Lectio Carisma VD, desde las
fuentes fundacionales, de la mano de Mara, Madre del Verbum
Dei.
Conclusin oracional:
Mara, Madre de Jess y Madre de la Iglesia, de Cristo cabeza y de
cada uno de los miembros de su Cuerpo, es nuestra verdadera Madre
(EFMVD 230). Madre del Verbum Dei, ruega por nosotros.
-
Mara es el verdadero seno en el que, con Jess y como l, se
forman los miembros en la Fraternidad, asocindolos plenamente al
misterio de Cristo (EFMVD 243). Madre del Verbum Dei, ruega por
nosotros.
Espritu Santo, Seor y dador de la Vida de Dios a toda la iglesia
de Cristo, me pongo en tus manos para que me transformes en Cristo
y, como a l, me gues hasta las mayores pruebas y extremos de amor a
Dios y a toda la humanidad, sin excepcin ni acepcin de personas.
Aydame a estar de continuo, y a aplicarme con toda mi mente, corazn
y fuerzas, al cuidado atento y delicado de mi Cristo Total, Cabeza
y miembros, al servicio incondicional y pleno de mi Santa Madre, la
Iglesia Catlica.
II POESAS DE CUERPO MSTICO
FUEGO VINE A PRENDE A LA TIERRA
Quisiera, Seor,
ser tu sacramento,
llevarte muy dentro
de mi corazn
y en tu fuego
ardiendo en mi interior,
prender tu incendio
al mundo de hoy.
Quisiera, Seor,
ser llama de amor,
de tu Amor ardiente,
prender en la gente
tu divino ardor
que quema mi mente
y mi corazn,
-divina pasin
que en mi alma hierve-
que se transparente
en mi derredor
y desde el oriente
arda al occidente,
como fielmente
cada da el sol,
y a todo viviente
de todo color,
marcar en su frente
el beso caliente
de tu ardiente Amor.
Quisiera, Seor,
ser continuamente
transfiguracin:
brillar tu fulgor
y en los continentes
hacerlo presente,
dar tu Vida-Amor,
venciendo la muerte,
calmando el dolor.
Que donde yo voy,
seas T quien llegue,
porque ya no soy,
sino T en m eres,
y donde yo estoy,
slo T apareces.
Si tu Amor prende
mi ser pecador
y todo l se enciende,
el fuego se extiende
de generacin
en generacin,
pues tu luz me envuelve,
y a mi ser se adhiere
abundantemente
en mi oracin;
diario amanece
la aurora mejor:
es tu resplandor
que a muchos promete
eterno Tabor.
(Jaime Bonet 2000?)
CUERPO MSTICO
Mi amigo, Jess querido,
cuando te veo incrustado
en todo tu Cuerpo Mstico
me siento yo avergonzado,
humillado y dolorido;
de no haberte ms amado,
por no haberme sumergido
entre tus miembros sangrados
y verme contigo herido.
no quiero estar avergonzado
sino todo entrometido,
en tu cuerpo tan llagado
traspasado mi costado
ver mi corazn partido;
tomar tu cuerpo cumplido
hasta quedar expirado.
Todo miembro corrompido
En Ti verlo resurgido,
contigo resucitado;
Quiero tu cuerpo prendado
a mi ser todo apegado,
ser uno contigo unido
saberme en Ti transformado:
ser Cristo crucificado
como T -trigo molido-,
contigo pan consagrado.
(Jaime Bonet, 24 Octubre 2002)
-
CUERPO MSTICO (Tema convivencias 1963)
SITUACIN
Este es el primer rollo de la tarde del primer da. Se enlaza con
el anterior de antes de comer tu vida es para el Amor eterno, en
el
que se recalcaba el valor de la vida de Gracia y la necesidad de
salvar el alma. Se empieza en ste haciendo observar el sumo
inters
de Cristo en la salvacin de todos y de cada uno, creando la
Iglesia, Cuerpo Mstico, unindonos en ntima compenetracin vital con
l.
Se recalcan las distintas clases de miembros. La gran
responsabilidad de cada miembro por su influencia vital en todo el
Cuerpo. Y se
recuerda que la vida del Cuerpo Mstico es el Amor.
DESARROLLO
Vimos que tu vida es para el Amor Eterno. Y para conseguirlo es
preciso salvar tu alma. Este negocio para un alma inconsciente y
cegada por la enfermedad espiritual no es inquietante ni de mayor
preocupacin. Para Jess, no obstante, Redentor de las almas,
conocedor y fiel amante de cada una, es objeto de sus mayores
desvelos y de la entrega total de su Corazn Santsimo. Viendo
nuestra debilidad e impotencia ha tomado todas las medidas al
alcance de su infinito poder y entraable amor para que no nos
perdiramos. Y as, el que supo guardar los rganos ms vitales del
hombre escondiendo el delicado cerebro en el crneo y el corazn en
la caja torcica, para el alma inmortal, ha creado la maravillosa
realidad del Cuerpo Mstico a fin de asegurar mejor nuestra unin con
l, abrazando conjuntamente a los hermanos todos con vnculos de amor
vital. Pues quiere ardientemente hacerte participante de su
felicidad salvando as mejor tu alma y quiere adems que aumentes as
tu gozo participando a los dems y concelebrando con todos los
hermanos la misma felicidad. Y el que supo formar al nio en el seno
de la madre, quiso en su propio cuerpo engendrar al hijo adoptivo
de Dios para mejor cuidar de su desarrollo espiritual y asegurar
mejor tu eterna salud. No puede darse mayor prueba de cario y
desvelo. No quiere que sufras sin sentirse herido por tus dolores;
no quiere gozar sin participarte de sus alegras viviendo siempre en
completa compenetracin con tu alma. Qu es, pues, esta maravilla del
Cuerpo Mstico, la Iglesia? Dice el Catecismo: La congregacin de
todos los fieles cristianos cuya cabeza es Cristo. Formando todos
un solo cuerpo y circulando entre todos la misma vida. Cuerpo
gigante, una parte del cual est ya en el cielo-Iglesia triunfante,
otra en el purgatorio-Iglesia purgante y la otra la formamos los de
la tierra-Iglesia militante. Cul es, pues, la unin de los miembros?
No la unin moral que cabe en todos los que ocupamos la sala, ni la
fsica que podais formar al daros la mano mutuamente unas con otras,
sino la unin vital que existe entre los miembros del mismo cuerpo:
entre el dedo y la mano, la mano y el brazo, y entre el brazo y
todas las partes del cuerpo. Es decir, unin vital. Participacin
mutua de la vida entre s de los miembros. Y an si se quiere mayor
unin, puesto que un da, tarde o temprano, los dedos se separarn de
las manos y se deshar todo el cuerpo; en cambio, esta unin
espiritual, pero muy real y viva del Cuerpo Mstico, si t no
quieres, jams se romper. Si t no quieres, ni aqu ni en la
eternidad. Como de la emisora de radio y televisin, parten una red
de voz e imagen en todas direcciones, e invisibles a nuestros ojos,
y que cruzan todos los continentes, de semejante manera desde
Cristo salen las arterias de vida que unen con l o entre s a todos
los miembros de su Cuerpo Mstico, compacta y perfecta unin. Fue en
la noche del Amor, cuando desbordando su corazn la caridad divina,
Jess nos habla del portento feliz de su amor incontenible, y
descorre el velo que envuelve la sublime verdad con una sencilla y
fcil alegora capaz de ser entendida por cualquier oyente de buena
voluntad. Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. El que permanece
en m y Yo en l, ste da mucho fruto, porque sin M nada podis hacer.
El que no est unido a M, es echado fuera como el sarmiento, se
seca, lo recogen, lo echan al fuego y ardePermaneced en Mi Amor.
As, sencillamente, anunciaba la sublime realidad del Cuerpo Mstico.
San Pablo ser el apstol encargado de transmitirnos la gran noticia
que constituy el golpe de gracia en su violenta conversin. Al
sentirse, pues, derribado por la luz, cuando iba camino de Damasco,
pregunta en su confusin qu fenmeno sera el que le envolva en las
tinieblas de su espritu. Se le contest: Yo soy Jess a quien tu
persigues. Extraa revelacin, pues al perseguir a los cristianos le
persegua a l . Mas quien persigue al pie, persigue tambin a la
cabeza. Y Jess es la Cabeza de todos los cristianos. San Agustn lo
expresa con una magnfica frase: Pisando al pie, la cabeza responde.
Con toda claridad lo expondr despus el fogoso convertido a los
Corintios. Ahora bien, vosotros sois Cuerpo de Cristo y miembro
cada uno por su parte. Del mismo modo que el cuerpo es uno y tiene
muchos miembros y todos los miembros del cuerpo por muchos que
-
sean, no forman ms que un cuerpo, as tambin Cristo. Porque en
este mismo espritu nosotros hemos sido bautizados, ya judos, ya
griegos, ya esclavos, ya libres, para formar un solo cuerpo. Pio
XII nos da amplia explicacin en su maravillosa encclica Mystici
Corporis Christi. As nuestra vida espiritual jams discurrir
solitaria, sino en unin ntima con Jess; y, en Jess, abrazando a
todos los hermanos. Ya no eres, pues, fulanita de tal, sino un
miembro de Jess. Jess mismo: Si alguien da un vaso de agua al ms
pobre, a Mi me lo da. Quien a vosotros desprecia a M me desprecia.
De de tal manera estamos unidos con Jess como el nio en el seno de
la madre, contagiando la salud o enfermedad, sintiendo el dolor de
sus heridas. A la luz de esta verdad Cuntas ideas se esclarecen y
cmo la Liturgia brilla con toda plenitud de vida! al recordarnos
cmo todo se restaura, se resume y vive por Cristo, con Cristo y en
Cristo, en su Iglesia, Cuerpo Mstico. l, cabeza, expresa las
necesidades de todos y cada uno de sus miembros y por ese todos
pide: por Cristo, nuestro Seor, y por l, con l y en l, se da al
Padre todo honor y gloria. Cmo aparecen ahora mejor los cuadros del
Va Crucis, Jess herido, azotado y escupido, coronado de espinas,
crucificado. Sobre sus espaldas caen los golpes de la justicia
divina que debieran herirme, a m, escondido en su seno, como los
polluelos defendidos debajo del ala de la gallina. Pens que al
llegar el escuadrn mandado por Herodes para asesinar a los nios de
Beln, muchas madres quedaran sangrando en el suelo, pues sera un
movimiento instintivo de ellas al ver bajar el pual sobre su hijo,
ofrecer su espalda para defenderle de la muerte, me recuerda a Jess
con las espaldas linchadas y su cuerpo torturado al querer
defenderme de las heridas de mi pecado.
CLASES DE MIEMBROS EN EL CUERPO MSTICO
Miembros muertos: Las almas que viven en pecado mortal no
reciben ni hacen circular la sangre del Cuerpo. Si as se separa el
alma del cuerpo, caern irremisiblemente en el infierno. Son llagas
purulentas en el Cuerpo del Seor.
Miembros enfermos: Almas en pecado venial. No interrumpen la
circulacin de la savia, pero son una carga para el cuerpo y una
molestia continua para la vida de todos.
Miembros dbiles: Almas llenas de imperfecciones. No hieren al
cuerpo, pero no facilitan su desarrollo, se alimentan pobremente y
no tienen fuerza ni la comunican.
Miembros robustos, vivos y vivificadores: Los que con vida
abundante comunican abundancia de vida, revitalizando a todo el
organismo, sirviendo de reserva vital a todo el cuerpo. Semejante a
las personas de sangre abundante y muy buena, del grupo universal,
que suelen procurarse en las grandes clnicas y hospitales para
casos de urgencia; para trasfusiones de sangre de accidentados y de
heridas graves.
As la Iglesia cuenta en todo momento con los santos de hoy,
almas de plenitud de vida que constituyen en Cristo la garanta de
salud de todo el organismo de la Iglesia. Pues como la inyeccin se
aplica a la vena del brazo para que refuerce a todo el cuerpo, as
la vida que pasa por slo un alma, vivificada a toda la Iglesia.
Cul es la vida del Cuerpo Mstico? La vida del rbol la llamamos
savia, la del cuerpo humano sangre, y la del Cuerpo Mstico la
llamamos Amor, Caridad, Gracia. Por eso dira Jess al hablar de la
vid y los sarmientos: Permaneced en Mi amor. He aqu una de las
razones del porqu hablamos de amor en las Convivencias: es la vida
del Cuerpo Mstico; La vida de la Iglesia, la vida de las almas.
Bien lo sabemos por el catecismo. Si un alma no tiene vida est en
pecado. Por muchos pecados mortales que tenga, recobra la vida
cuando en su alma renace el amor, por un acto de contricin que se
fundamenta en el Amor (si bien la Iglesia plenipotenciaria de
Cristo en la tierra, manda que sean sometidos en su tiempo a la
Absolucin Sacramental). As Jess a la Magdalena, a Pedro y a todos
les pide la unin del amor. He aqu la hermosa leccin de Sta. Teresa
del Nio Jess: Considerando el Cuerpo Mstico de Cristo, no me haba
reconocido en ninguno de los miembros descritos por San Pablo, o
por mejor
decir quera reconocerme en todos; la caridad me dio la clave de
mi vocacin, comprend que si la Iglesia tena un cuerpo compuesto de
diferentes miembros, no poda faltar el ms necesario, el ms noble de
todos los rganos, comprend que tena un corazn y este
corazn estaba abrasado de amor; comprend que el amor es el nico
que imprime movimiento a todos los miembros, que si el amor llega a
apagarse, ya no anunciaran los apstoles el evangelio y renunciaran
los mrtires a derramar la sangre. Comprend que el amor
encierra todas las vocacionesAl fin he hallado mi vocacin; Mi
vocacin es el amor. Hall el lugar que me corresponde en el seno
-
de la Iglesia. Lugar, oh Dios mo, que me habis sealado Vos
mismo; en el corazn de mi madre la Iglesia ser el amor, as lo ser
todo, as se realizarn mis sueos; tengo presente que el ms pequeo
impulso de amor le es ms til que todas las obras juntas
(Historia de un alma). Slo unas breves consecuencias de las
muchas y sustanciosas consecuencias que se desprenden de la gran
verdad del Cuerpo Mstico. No todos los miembros se unen
inmediatamente con la cabeza, sino a travs de otros miembros. Los
frutos no dependen de la vid sino de los sarmientos vivificados por
la savia central, y si los miembros intermedios no tienen salud, ni
dejan pasar la savia, una gran parte de miembros morir; si el
sarmiento muere toda la cosecha se perder por lozana y robusta que
sea la vid. De aqu podemos explicarnos de alguna manera el aparente
fracaso de la Iglesia. Pudiera parecer que la redencin de Cristo no
fue suficiente y realmente sabemos que fue superabundante. Cuando
contemplamos la triste situacin de las almas en el mundo, despus de
veinte siglos de vida cristiana, nos encontramos con que muchos
miembros que deberan dar vida, estn podridos o enfermos. Pues
muchos miembros dependen de pocos. As lo expresa Pio XII en la
Mystici Corporis: Cosa verdaderamente tremenda y que, nunca
meditaremos suficientemente, cmo la salvacin de muchos depende de
las oraciones y sacrificios de unos pocos. A travs de esta doctrina
del Cuerpo Mstico, uno ve con nueva luz el valor del amor y la
largusima consecuencia de nuestra vida a travs de los siglos o
eternidades. Ahora no me parece nada hiperblica la promesa de Dios
a Abraham: Tendrs una descendencia numerosa como las estrellas del
cielo o la arena del mar. Realmente de nuestra vida depende la ete
rnidad y la vida de muchos: Amrica, frica, AsiaEspaa misma y hasta
Mallorca. Cuntas almas perdidas, y somos, no lo olvidemos, miembros
privilegiados. No dudo que deberamos ser reserva espiritual del
mundo. Inclinemos la cabeza ante el mundo. La Iglesia no tiene la
fuerza que debera tener para ser la solucin de todos y cada uno de
los hombres. Deberamos ser arterias pursimas y abundantes. Perdemos
la vida de la Iglesia.
Excav un seor un pozo, construy un estanque enorme, rotur un
gran huerto; al cabo del tiempo volvi a contemplar su campo; el
criado despreocupado no lo atendi y una gran parte del huerto muri
por la sequia. Corre al estanque y est lleno a rebosar
Tambin la sangre y los mritos de Cristo son abundantsimos. Qu
haba ocurrido? Sencillamente; una de las grandes tuberas de
distribucin se haba perforado y, no habiendo sido reparada, toda el
agua se derramaba intilmente dejando sin vida la finca. As ocurre
en la Iglesia: la sangre de Dios se malogra por el miembro escogido
que falla a Jess. El cuerpo est dbil, las almas se pierden y
nosotros tenemos la culpa. Erase una familia numerosa, haban ido a
pasar la velada en casa de un vecino, mientras el padre se haba
quedado con el benjamn en sus brazos. Piensa ir a buscar a la
familia y deja por un momento al nio en la cuna junto a un brasero.
Tardan ms de la cuenta alargando la conversacin, regresan
contentos. Al entrar, perciben el olor fatal, entran en la
habitacin y encuentran al nio muerto, quemado en la cunita. La
manta se haba prendido en el brasero. El pap queda consternado y
slo sabe repetir:Yo tengo la culpa, yo he matado a mi hijo. Yo deba
guardarle del peligro que l no poda apartar. Nadie pudo arrancar de
su cabeza ni de sus labios la tremenda frase. Al cabo de medio ao
mora afectado de la terrible impresin de culpabilidad. Seor,
perdnanos. Nosotros tenemos la culpa de la muerte de muchas almas
de la prdida de tu Iglesia!