CUENTOSDE
LOBOS Y VAMPIROS
Carol Leons
Introduccin
Hace mucho, mucho tiempo, en un bosque muy lejano, viva una manada de lobos. Pero no eran lobos comunes y corrientes, ya que llevaban siglos transformndose en hombres. Con el paso del tiempo, se haban adaptado a la vida de los humanos, reunindose en clanes y formando pueblos que posean todas las comodidades de una ciudad humana, donde las grandes familias se unan unas a otras, aumentando su fuerza. Eran bellos y poderosos, conteniendo en su interior tanto la fuerza de su lado animal, como la inteligencia de su lado humano. Su taza de natalidad era alta y pronto se extendieron por todo lugar y era, llegando hasta la poca moderna. Durante la luna llena, la energa de cada lobo aumentaba al doble, ya que no todos tenan el mismo poder: algunos eran ms rpidos, otros ms fuertes, otros mejores cazadores, otros tenan buena percepcin sensorial.Y solo haba algo a lo que los lobos teman: Sus enemigos mortales, los vampiros.
Los vampiros eran casi tan antiguos como los lobos, nacidos segn las leyendas de la ms profunda oscuridad. Nadie saba quien haba sido el primer vampiro, pero sus genes pasaron de una generacin a otra, durmiendo en algunos humanos para ser despertados al recibir el mordisco de uno de los suyos. El virus contenido apareca entonces, y perdan sus recuerdos humanos para transformarse en caminantes nocturnos. Podan comer comida normal, pero la sangre les daba fuerza y poderes especiales. La luz tambin les afectaba, ya que el virus activo causaba fotofobia, y podan sufrir ceguera o graves quemaduras, pero sanaban con rapidez. Se reunan en castas divididas por su ascendencia: los vampiros nacidos de vampiros eran la lite, viviendo con la opulencia de la nobleza en ricas mansiones, mientras que los humanos convertidos por la activacin del virus eran de baja clase, transformndose en sus sirvientes y vasallos.
Ambas razas eran ms fuertes, ms giles y vivan mucho ms tiempo que los humanos promedio. Por eso quizs, y por envidia, estos siempre les haban temido y perseguido, aunque con poco xito. En el pasado tanto lobos como vampiros se haban odiado a muerte, dndose caza unos a otros sin descanso, hasta que la peligrosa expansin de los humanos en sus territorios, la mejora de sus armas con los avances de la tecnologa y el aumento de su maldad, les hizo fijar una tregua. Para ello, los cabezas de ambos grupos fijaron una vez al ao una semana en el calendario lunar, durante la cual se llevaba a cabo una gran fiesta, en la que tanto lobos como vampiros eran bienvenidos en territorio contrario, para durante 7 das disfrutar de la compaa de unos y otros. Y si haba suerte, encontrar pareja en el bando enemigo. Esperaban que la unin de ambos grupos creara una raza ms fuerte y unida contra la amenaza que representaban los humanos.
El Pintor y el Barman
Maikel tena la fecha de la fiesta marcada en su calendario. Llevaba la cuenta de los das
con sumo cuidado, entre una y otra faena en la gran mansin. Ese mes haba estado ms
torpe de lo habitual, pero no poda evitarlo. Soaba con ese da desde que haba alcanzado la
mayora de edad vamprica y se haba enterado del encuentro anual entre lobos y vampiros.
Su padre nunca le haba hablado de ello y a veces se preguntaba porqu. Bueno, era obvio
que los lobos le disgustaban, y aunque siempre haba odo a su seor y a sus hijos hablar
mal de ellos, las cosas que haba estado leyendo desde entonces en los libros que haba
conseguido de la biblioteca (al menos sobre la especie animal) decan que eran pacficos y
sociables. Era cierto que coman carne muerta, lo que era bastante asqueroso para un
vampiro que tomaba sangre viva, pero Quin era l para juzgar? Adems, l era un vampiro
de baja clase, torpe y poco atractivo, como se encargaban de decirle todos los das, sin
talento ms que para hacer el ridculo. Pensaba que quizs, ya que era tan mal vampiro,
pudiese encontrar entre los lobos a alguien que le aceptase a su lado, si eran tan sociables
como los libros aseguraban. Echaba de menos a su padre. Haca ms de tres aos que haba
muerto y an cuando hubiese dejado de pintar al entrar al servicio de su seor, Maikel
conservaba su ltimo cuadro a buen recaudo detrs del respaldo de su cama, y todas las
maanas le miraba antes de irse a dormir.
Esa noche le haban castigado en la cocina a fregar todos los cacharros y los suelos, despus
de romper la botella de vino que iba a servirse en la cena de esa noche en la mesa principal.
Romperla no hubiera significado nada, ya que haban muchas ms en la bodega, pero dio la
mala suerte de que ese da le tocaba ayudar a servir la cena, y la botella se le resbal de las
manos justo frente a la copa del hijo mayor, quien qued todo empapado por el rojo lquido.
Luego de gritarle por ms de 10 minutos, el mayordomo le mand a su castigo y all estaba,
suspirando mientras miraba la luna volverse poco a poco ms llena, sealando el da de la
fiesta. En la mansin no se hablaba de ello, y pareca que los vampiros solteros de la casa no
estaban interesados en buscar pareja entre los lobos. Si nadie iba a ir al bosque del norte,
donde estaba el pueblo ms cercano, Maikel no tendra quien le llevase hasta all. Bueno,
estaba preparado para esa posibilidad. Le haba llevado un tiempo juntar comida y unas
bolsas de sangre para su viaje. An tena tiempo, y si todo sala bien, lograra llegar al
pueblo por el camino en el bosque, poco antes del inicio de la fiesta.
Esa maana, mientras todos dorman, Maikel se bebi las dos bolsas de sangre. Esperaba
que le ayudaran a soportar la larga caminata bajo el sol, mientras se alejaba de la mansin.
Cogi el bolso donde llevaba algo de ropa, la comida y el cuadro de su padre, para salir de
la gran casa. El sol le ceg por un momento con su claridad y el virus vamprico grit en l.
El sol era un enemigo que produca feroces quemaduras y poda dejarles ciegos
permanentemente, pero Maikel y su padre tenan un secreto. Antes de ser mordido y su virus
activado, su padre haba amado los colores y las composiciones de luz. Cuando se
transform, sus ojos se adaptaron al cambio, permitindole ver an con ms claridad a pesar
del sol. Solo tena que esperar un poco y sus ojos se adaptaban, haciendo que los colores
resaltaran y brillaran an ms en sus pupilas nuevas. Maikel haba heredado esa cualidad,
junto con el amor por la pintura, que su padre haba alentado en secreto mientras vivan en
la mansin. Muchos vampiros de alta clase se jactaban de sus poderes como nacidos de
sangre vamprica, creyendo que eran los nicos. l no saba si era un poder o no, pero
amaba la luz que le mostraba un mundo brillante y bello, el nico que conoca, ya que su
padre le haba mordido muy joven y no tena recuerdos de su vida humana. Por eso por las
noches estaba tan sooliento, ya que mientras los otros dorman, l se dedicaba a mirar por
la ventana y degustar la belleza del mundo diurno.
Se cubri bien la piel, ya que aunque sus ojos vean, su piel poda quemarse con facilidad
mientras andaba por el camino. No lament dejar la mansin atrs, pues si bien su seor les
haba salvado de la miseria que traa la sed de sangre y la persecucin de los humanos,
dndoles trabajo en su casa, ellos haban pagado con creces, su padre con su pintura y l con
buena parte de su juventud. Ahora quera encontrar algo que le perteneciera solo a l. Haba
dejado una carta, sealando su renuncia y su agradecimiento por los aos bajo la tutela de su
seor. Su padre le haba enseado a ser siempre agradecido.
A medio da ya llevaba avanzado un buen trecho, y el sol que estaba en lo ms alto del cielo
le dijo que era hora de parar. Sus clulas de vampiro se regeneraban durante cuatro o cinco
horas despus del medio da, lo que haca a su cuerpo entrar en un estado de coma durante
ese tiempo. Claro que poda dormir cuando quisiera a lo largo del da, pero la etapa ms
profunda e importante del sueo vamprico eran esas pocas horas. Si un vampiro no entraba
en el coma se transformaba en nosferatu, un estado de frenes salvaje, cuya nica cura era
la muerte. La falta de sangre tambin produca locura, pero un vampiro poda resistir hasta
un mes y medio sin beber antes de sucumbir, y era mucho ms fcil de matar debido a su
debilidad. El estado nosferatu se daba tambin en el primer y segundo ao de vida de un
vampiro tanto nacido como despertado, como una forma primitiva de auto conservacin,
que les serva para protegerse de las amenazas del mundo y desarrollar su potencial
vamprico. l no recordaba su fase de nosferatu, ya que afortunadamente haba tenido a su
padre para que le cuidara durante ese tiempo.
Se ech sobre la hierba, a la sombra de unos matorrales y se cubri bien con su chaqueta
para protegerse del sol, dejando a su cuerpo entrar en el coma. No tuvo sueos y cuando
despert, continu su camino siempre al norte, hacia su destino.
Matt termin de llevar los vasos y platos a la cocina, apilndolos en el fregadero lleno de
espuma, dando un buen bostezo. Haba sido una larga semana tras la fiesta, con tanto lobo y
vampiro pululando alrededor, el amor y las hormonas flotando en el aire. Haba tenido
suficiente de aquello. La ltima parejita que vino, una hermosa hembra vampiro y el hijo de
Tom el herrero, le dieron nuseas cada vez que los miraba por tantos besos y arrumacos. La
vampiro no estaba mal, pero l prefera un buen cuerpo masculino al que someter a su
voluntad, an cuando su complexin delgada y su metro sesenta enviaran mensajes errneos
a los machos a su alrededor, quienes se crean con el deber de ser ellos los servidos,
llevndose un buen par de patadas en su nombre al intentar someterlo. Matt saba que su
hermano Marcus se parta de la risa a su costa, cada vez que algn nuevo lobo en el pueblo
intentaba pasarse de listo, intentando agarrar su trasero o sentarle en su regazo al verle servir
en el Demon Wolf, negocio que su padre les haba heredado, para salir aullando como un
cachorro con la cola entre las patas al conocer la furia de sus puos y garras. Matt poda ser
ms ligero y pequeo que el lobo promedio, pero era fuerte y gil, y eso sin contar las
noches de luna llena cuando el poder de su lobo se desataba por completo. Marcus se haba
casado haca un ao con su novia de toda la vida y ahora pasaba casi todo su tiempo en casa
cuidando de su familia, dejando el manejo del bar a su hermano pequeo, mientras l se
encargaba de administrar los gastos y las facturas. No les iba mal, pero a menudo Matt
extraaba la presencia de su padre, tan confortadora en ocasiones, sobre todo cuando se
senta tan solo y perdido como esa noche. Respir con fuerza, pasndose la mano por la cara
para espabilarse. Necesitaba dormir un poco, esa semana no haba parado. En la parte
superior del bar haba un amplio cuarto que usaba de vivienda, junto al bao. No era como
tener una casa con jardn, pero le daba intimidad, sobre todo cuando tena a alguien con
quien compartir la noche. Desde cundo que no...? Algunos meses, tal vez. Haba perdido la
cuenta ya. No es que no quisiera, es que no haba con quien. Conoca a prcticamente todo
el pueblo, y para su mala suerte, todos saban de su mal carcter. Bueno, que se fueran al
infierno. Pronto encontrara a algn nuevo lobo que se ajustara a sus deseos y cuando lo
hallara, no le dejara salir de la cama en semanas.
Volvi al bar para acabar de limpiar antes de fregar el suelo. Sali para tirar la bolsa de
basura al cubo fuera del local, cuando vio una figura sentada en la entrada. Estaba de
espaldas a la luz que sala de las ventanas, pero pudo notar que no le conoca de nada,
adems de que su olor era totalmente distinto, una mezcla de hierbas y tierra, con algo
salino y oxido. Vampiro? Qu estaba haciendo all? La fiesta se haba terminado haca un
par de noches, an cuando las parejas mixtas an estaban decidiendo si vivir all o en sus
faustas mansiones. Esos vampiros engredos... El vampiro le mir en ese momento y casi
pudo ver el desconcierto en sus ojos. Se puso en pie de un salto, solo para tropezar con el
escaln de la entrada y caer cmicamente al suelo. Nada de la grcil soltura de un vampiro
comn y mordiente. Matt tuvo que reprimir la risa, mirando divertido como el recin
llegado bebedor de plasma, se pona torpemente de pie. El olor a hierbas y hojas del bosque
le lleg con ms claridad, viendo su pose tmida al tener que enfrentarle tras su fallida
huida, acomodando un bolso viejo sobre su hombro, con la ropa rada y sucia de polvo.
Frunci el ceo confundido.
-Pero, T de dnde sales?- consult sin poder evitarlo. El vampiro apret la correa del bolso
hasta hacerla crujir, bajando la mirada, algo asustado.
-Lo siento, seor. Solo quera descansar un poco. Me ir y no le molestar ms- sus palabras
le llenaron an ms de curiosidad. Por lo que haba visto, los vampiros eran de todo menos
humildes y tmidos. ste pareca asustado. Matt dio un paso acercndose a l y le vio
retroceder con horror.
-Cuidado- dijo, al verle a punto de volver a tropezar con el escaln. El vampiro logr
evadirlo justo a tiempo, pero se le cay el bolso del hombro. Matt le oy dar un ahogado
gemido de alarma, cuando se acerc para levantarle del suelo- Toma.
-Gracias. Lo siento- volvi a disculparse, tomndolo de su mano con dedos temblorosos.
Matt aspir con fuerza. Hojas, tierra y frutos del bosque llenaron su nariz con su aroma
cercano. Le mir fijamente.
-Bueno, ahora sabes que no voy a morderte. Responde a mi pregunta. Quin eres y de dnde
sales.
-Me llamo Maikel y vengo del bosque sur. Bueno, exactamente de la mansin del seor De
Ville que era quin nos tena contratados a mi padre y a m. Pero l muri hace tres aos y
yo quera conocer el mundo. No es que no lo conozca ya que he ledo muchos libros y visto
documentales, pero quera salir y ver como era todo por m mismo y dej la mansin para
venir porque ninguno de ellos all quera asistir a la fiesta, pero yo quera venir y ver como
era todo...
-Venas a la fiesta?- interrumpi su parloteo, y le vio asentir ilusionado- La fiesta de lobos y
vampiros?
-S. He caminado cuatro noches por el bosque para llegar. S que hoy es la ltima noche de
la fiesta pero estaba un poco cansado y por eso me retras. Me sent un momento aqu para
coger fuerzas antes de ir, y s que no tengo ropa adecuada para bailar pero no creo que
importe mucho... Tampoco bailo muy bien, bueno nunca he bailado pero Hay que bailar?
Estoy un poco nervioso as que no s si me quedar mucho rato pero quiero mirar. Sabe
usted dnde est? A dnde tengo que ir? Le agradecera si me indicara el camino... Es que es
la primera vez que vengo y no s a donde ir...
Matt sacudi la cabeza ante su acelerado parloteo sin fin, alzando una mano para detenerle.
-Maikel, verdad? Siento decrtelo, pero la fiesta acab hace dos das. Creo que calculaste un
poco mal el tiempo- Su corazn dio un salto de culpa al ver sus ojos abrirse consternados.
-Ha... ha acabado?- pregunt con un hilo de voz y slo pudo asentir en silencio. Le vio bajar
la cabeza y quedarse mirando el suelo con gesto derrotado.
-Pero an hay vampiros por aqu. Alguno podr llevarte de regreso...
-No puedo regresar. Abandon la mansin de mi seor y renunci a mi puesto. No tengo a
donde ir- le oy decir en un murmullo apesadumbrado. Se mordi los labios. Por qu
demonios se senta tan acongojado al verle? No era su culpa. Si haba llegado tarde y si lo
haba dejado todo para venir a la fiesta, ese vampiro loco era el nico responsable... Mierda,
Entonces porque se senta tan mal? Su cabeza an estaba gacha y derrotada. Poda ver con la
luz de la entrada que sus rizos oscuros estaban revueltos de hojas. Quin en el mundo lo
dejaba todo atrs por una incierta promesa de encontrar pareja? Muchos, le dijo su mente, tu
padre lo hizo.
-Mira, de verdad lamento que... bueno, hayas llegado tarde a la fiesta. Pero no te rindas. An
quedan lobos que podran valer la pena- dijo sin saber porqu. Le vio alzar los ojos y darle
esa mirada ilusionada otra vez.
-No me echarn del pueblo si me ven? Soy un vampiro- consult de pronto preocupado.
Matt reprimi una sonrisa. S, uno terrorfico con esos grandes ojos de cachorro perdido,
torpe y adems parloteador. Cualquier lobo saldra corriendo presa del pnico al verle. Not
que era unos buenos 10 centmetros ms alto que l, pero su actitud le haca parecer mucho
ms frgil.
-Naa, no somos de los que echan a los extraos nada ms verles. No creo que haya
problema- su corazn dio un salto por razones muy distintas, al verle sonrer de una manera
que haca opacar la luz de la entrada.
-Oh, entonces lo que deca el libro era verdad. Los lobos son animales muy sociables y
pacficos!
-Bueno... hay de todo- alz una ceja, intentando controlar a su corazn para que dejara de
latirle en la entrepierna, al notar la radiante luz en sus ojos. Mir el bolso que tena
nuevamente colgado del hombro. Al cogerlo le haba parecido muy ligero- Dnde pensabas
quedarte a dormir esta noche?
-Puedo dormir en el bosque. Lo he hecho durante estos das No es problema. Y tambin
puedo encontrar comida all...
-En el bosque? Has cazado animales?
-No, no. Soy un vampiro de baja clase, as que nunca he mordido a un donante. Pero no lo
hara, sobre todo a esas pobres cositas peludas que andan por all...
Sus palabras le hicieron sonrer, aunque le llenaba de curiosidad su comentario de ser un
vampiro de baja clase, No eran todos nobles y snob? Por lo visto no. Mir al chico, quien
tena la vista perdida en la azul inmensidad del cielo nocturno.
-Adems, en el bosque se pueden ver todas las estrellas y las constelaciones. Mi padre deca
que si se escuchaba la noche con atencin, se podran or todos los secretos del universo-
Sus palabras eran mitad de aoranza, mitad de fascinacin y Matt se encontr perdiendo a
su vez la mirada en el nocturno. Cuando volvi los ojos, se encontr con su sonrisa- Gracias
por hablar conmigo. Cre que no conocera a ningn lobo amable, an cuando viniera.
Muchas gracias y que tenga una buena noche- dijo, volvindose para empezar a caminar
alejndose de l y Matt se qued de piedra.
-A dnde vas?
-Al bosque. Necesito descansar un poco- Sus palabras le recordaron que el pobre chico
haba vagado entre la espesura por cuatro das. Adems, si no esperaba encontrar gente
amable, Qu haca all? Por qu lo haba dejado todo atrs?
-Espera. Ven, entra. Vamos, entra al local- insisti al ver que no se mova. Maikel se volvi
hacia l, mirndole con sus grandes ojos abiertos.
-Pero... soy un vampiro...
-Y yo un lobo. Entra y te pondr algo caliente de comer. Quieres o no?- su radiante sonrisa
le contest antes que sus palabras.
-S. Gracias, seor lobo.
-Matt, me llamo Matt... Seor lobo- protest divertido, volvindose para entrar seguido
por el chico.
A Maikel le gust el local nada ms entrar. Haba mucha luz en l, y aunque los olores del
alcohol y el tabaco se confundan con el de la comida, no le disgustaron. Eran como una
sinfona de aromas con vida propia. El ambiente era clido y familiar, y se encontr
admirando los cuadros que colgaban encima de la barra, hermosas pinturas de paisajes y
bodegones. Cerr la boca que se le haba quedado abierta, cuando vio que Matt le miraba.
-Te gustan?- dijo alzando una ceja dudoso.
-Son muy hermosos. Mi padre pintaba, sabes? Lo haca antes de ser mordido y
transformado. Poco despus sigui pintando, pero necesitbamos sangre y entr al servicio
del seor DeVille y despus de un tiempo dej de pintar. Yo s que le hubiese gustado
continuar, pero haba mucho trabajo en la mansin y no tena tiempo. Creo que quizs eso
fue tambin causa de su muerte. Bueno, era un hombre viejo, as que era su tiempo.
-Mi padre tambin muri, hace algunos aos. Este bar era suyo y nos lo dej a mi hermano
y a m. No s de donde sac los cuadros, pero creo que eran de un familiar de mi madre- le
oy decir. Sus palabras le admiraron.
-Tienes un hermano?
-S, es de una camada anterior. Est casado y tiene un hijo- respondi, poniendo un
sandwich de queso caliente frente a l y una taza de t humeante. Se le llen de saliva la
boca y le dio un mordisco hambriento, disfrutando de su sabor. Se ruboriz de vergenza al
or a Matt rer suavemente. Aunque su risa tena un timbre muy agradable.
-Oh, yo quisiera tener ms familia. Mi madre muri cuando yo nac y solo estbamos mi
padre y yo. El vampiro que le mordi le abandon a su suerte.
-Yo pens que todos nacan siendo vampiros- pregunt con curiosidad. Maikel movi la
cabeza, tragando el resto del pan de un bocado, dando un sorbo al t. Estaba dulce y
deliciosamente caliente.
-Solo los vampiros de alta clase nacen de otros vampiros. Los que somos mordidos e
infectados con el virus que nos transforma, somos de baja clase. Se supone que el vampiro
que te muerde crea un vnculo contigo, pero no siempre es as. Hay muchos vampiros
inconscientes por all- protest, triste por que lo duro que tuvo que haber sido para su padre
sobreponerse a la transformacin en su etapa de nosferatu y cuidar de su hijo al mismo
tiempo- Mi padre me transform a m, para no tener que sentir la tentacin de beber de mi
sangre cuando el hambre le acosara. Pero eramos pobres y no pudimos conseguir ningn
donante humano que nos diera su sangre. Por eso mi padre entr al servicio del seor De
Ville.
-Y l aprovech de explotar a tu padre mientras estaba a su servicio.
Las palabras de Matt le sobresaltaron, y aunque hubiese deseado negarlas, en el fondo saba
que eran verdad.
-Mi padre era el mayordomo de la casa. El seor De Ville no fue cruel, pero... creo que no
supo entender su corazn de artista.
-Lo lamento, Maikel. Lo has pasado bastante mal- oy la tristeza en su voz y la vio en sus
ojos. Sonri, an cuando senta dolor en su corazn por los recuerdos, agradecido de que
Matt fuese un lobo tan amable.
-Al final pudo descansar. Y no es que halla dejado de amar la pintura. Deca que al igual que
la luna en el cielo vuelve a llenarse cada noche, el corazn de un artista siempre est lleno
de ideas e ilusiones, que volvern a l para tomar vida... Mira, sta fue su ltima creacin-
dijo sacando con orgullo el pequeo cuadro de su bolso, para extenderlo hacia el lobo por
sobre la barra. ste lo tom, mirndolo con atencin.
-Es un bonito cuadro. Y ste es un azul poco comn.
-Es ail. Mi padre lo haca con ptalos de flor de aciano- sinti que sus ojos se empaaban y
los escondi, volviendo a beber del t. Su dulzor le calm un poco la tristeza.
A Matt le gust el cuadro, un bonito paisaje marino, aunque l no saba nada de pintura.
Pero lo que ms le gust fueron las palabras del chico, su voz, el cario con el que hablaba
de su padre y sus ojos, que ahora poda ver con la luz del local, de un color miel brillante,
empapados de sentimientos. Crea que los vampiros eran todos arrogantes y altaneros, pero
Maikel era todo dulzura. Bueno, normal, con esos enormes ojos de cachorro. Lo vio
agarrarse de pronto al tazn de t con fuerza y tambalearse un poco. Sali de la barra
preocupado y le sostuvo casi al momento justo antes de que se cayera del taburete.
-Ests bien?
-Solo... solo estoy un poco cansado...- le dijo su voz dbilmente, los ojos entrecerrados por
un instante y le pareci que estaba ms exhausto de lo que deca. Adems de que no tena ni
un rastro de color en su piel, los labios blancos.
-En serio? Ests plido- su corazn dio un salto preocupado al verle sonrer dbilmente.
-Bueno, soy un vampiro. No somos precisamente de piel bronceada- sus palabras le hicieron
sonrer. Le ayud a bajarse del taburete y le sostuvo con firmeza contra s.
-Al menos no has perdido el sentido del humor. Ven, subamos para que duermas un poco-
intent acercarle a la escalera que llevaba al piso superior, pero el chico se resisti un poco.
Matt le vio mirarle con esos grande ojos suyos, llenos de preocupacin.
-Puedo ir al bosque...
-Ni hablar. Ests agotado. Has estado caminando cuatro das. Nadie merece una cama ms
que t- le asegur, sintiendo el latido intenso de su corazn en el estmago. Haca mucho
que no dejaba a nadie subir...- Bueno, tendrs que conformarte con el sof, pero te aseguro
que es cmodo...
-Eres muy amable. No s como agradecrtelo, Matt.
-Se me ocurren un par de ideas- se le escap a su lbido, atajndola de inmediato. El pobre
chico estaba agotado! No poda ser como ese seor De Ville que se haba aprovechado de su
padre... l era mejor que eso- Bueno, puedes ayudarme maana en la cocina. Odio fregar.
-Claro. Yo ayudaba siempre que poda en la mansin, aunque solan regaarme por romper
cosas. Pero tendr cuidado! Lo prometo- Matt sonri al ver su gesto espantado. As que no
solo era torpe al ponerse de pie...
Le gui hasta la escalera, ayudndole a subir. Entraron en la amplia habitacin y le sent en
el sof. Era grande y cmodo, lo usaba a veces para leer. La cama estaba ms all junto a la
ventana, una cama doble y confortable que haba conocido el fuego del amor varios meses
antes... Matt tosi incmodo, al sentir el estremecimiento en su vientre al pensarlo y ver los
ojos del chico fijos en l en ese mismo momento.
-Qutate los zapatos. Ir por unas cuantas mantas y tus cosas abajo.
-Oh, el cuadro- le record su voz preocupada. Matt sonri.
-Tranquilo, lo traer tambin.
-Gracias, Matt.
El tono afectuoso en su voz al decir su nombre, hizo a su lobo retorcerse de gusto en su
interior.
-Ahora vengo- sali a prisa de all, intentando disimular su conmocin Qu tena ese
vampiro para hacerlo sentir as?
-Es un buen chico, es de sentimientos limpios y huele bien- le dijo su lobo, que hasta ese
momento haba permanecido en silencio. Matt sola charlar con l cuando se senta solo-
Hay que protegerle.
-Ha venido al baile a buscar pareja. No es asunto nuestro.
-Podramos ser su pareja. Sera asunto nuestro.
-No. No quiero los con vampiros- a su mente volvi la imagen de sus ojos grandes y su
hermosa sonrisa- No, no. Nada de vampiros. Quiero mi sangre dentro de mi cuerpo. Dnde
pertenece.
-Me agrada. Huele a bosque.
Era intil discutir con l, sobre todo porque Matt saba que no ganara. A l tambin le
agradaba. Subi el bolso y el cuadro, cogiendo mantas del armario del pasillo. Al entrar en
la habitacin, lo primero que vio fue un pie blanco marfil asomando por el borde del sof.
Sonri, acercndose para ver al chico dormido, con el otro zapato a medio sacar. Dej el
bolso en el suelo a su lado y le acomod con cuidado, librndole del zapato y estirando las
mantas sobre l. Apenas se movi. Sac una almohada de la cama y la puso bajo su cabeza.
Al tocar su pelo, la suavidad de sus rizos hizo que sus dedos se quedaran atrapados all,
acaricindole un rato, su lobo susurrndole al odo que le protegiera.
Esa madrugada se levant con ms nimos, an cuando la falta de sangre le estaba pasando
factura. Saba que en algn momento tendra que atacar algn cuello peludo de algn pobre
animal del bosque, pero resistira todo lo que pudiese. Adems, no poda fallarle a Matt.
Haba sido amable con l, an cuando era un vampiro desconocido salido de la nada. Baj
con cuidado las escaleras y entr en la cocina. Vio las cosas apiladas en el fregadero y
comenz a limpiarlas. Se senta contento de poder serle til antes de marcharse. Volvera al
bosque y buscara el camino hacia la carretera. Con suerte, quizs hallara otro grupo de
vampiros que le diesen cobijo y alimento, aunque en realidad lo que quera era pintar. S, tal
vez se quedara para siempre en los bosques pintando, hasta que la muerte por falta de
sangre le hiciera sucumbir. Al menos de ese modo no tendra que humillarse ante nadie, y
podra estar de nuevo con su padre. Haba un cielo para los vampiros, eso le haba dicho l
siempre, as que volveran a encontrarse. Solo lamentaba no poder volver a ver a Matt. Era
un buen lobo.
Se despert de golpe, cuando su lobo le dijo que el vampiro ya no estaba. Sali de la cama
de un salto y baj las escaleras inquieto. El aire volvi a sus pulmones cuando le vio en la
cocina, fregando cacharros.
-Qu haces a estas horas?
-Lo... lo siento... cre que podra ser til- vio sus ojos temblar, enormes de miedo cuando se
aproxim a l. Se detuvo y dio un suspiro.
-Tranquilo, no voy a hacerte dao- era la segunda vez que se lo deca, pero le pona de los
nervios verle tan asustado- Lo pregunto porque son apenas las 6. Y anoche nos acostamos a
las 2. Solo has dormido 4 horas.
-Oh, los vampiros necesitamos de 4 a 5 hora en promedio para dormir, aunque lo hacemos al
medio da cuando el sol est en lo ms alto... Yo en lo personal prefiero una pequea siesta
nocturna que me de margen para soportar mejor la luz del da y as poder observar las cosas
que no se ven por la noche, porque hay mucho que ver y no quiero perdrmelo...
All iba su parloteo de nuevo. Matt lo tom como una seal para acercarse a l.
-Deja eso y vuelve a la cama. Adems, si sigues igual de plido, tendr que llevarte al
bosque a comer- dijo mirando su rostro preocupado, en el que se marcaban claramente las
ojeras, la piel algo ms acartonada que la noche anterior y esos finos labios de apenas un
rosa apagado... Su corazn dio un salto, al ver el pesar en sus ojos.
-Oh, no. No por favor! Estoy bien, en serio. Lo superar. S que parezco dbil, pero soy un
vampiro fuerte. No necesito sangre... no an. Por favor, no me hagas matar a nada peludo-
suplic y casi pudo ver lgrimas en sus ojos. Los vampiros lloraban? Bueno, coman, as
que era claro que posean otros fluidos.
-Nunca he conocido a un vampiro que se niegue a comer- dijo a medias preocupado y
divertido por sus palabras, poniendo una mano sobre su mejilla blanca y tan fra, que casi le
quem los dedos- Pero necesitas alimentarte, Maikel. Lo necesitas para vivir.
-Estar bien- le dijo con voz suave y ojos que de pronto se oscurecieron en lo que Matt
identific como deseo, pero fue breve, pues Maikel se apart de su contacto. El lobo se
quej, deseando volver a tocar su fra piel- No necesito sangre, estar bien.
-Por cunto tiempo? Cunto puede sobrevivir un vampiro sin beber?- intent buscar sus
ojos, pero el chico se haba vuelto al fregadero y esquiv su mirada.
-Estar bien.
-Maikel, mrame- insisti, tirando de su brazo y volvindole hacia l. Se qued mudo al ver
la pena y la resolucin en su mirada- Maikel...
-Gracias por cuidar de m. Regresar al bosque cuando acabe con esto. No te preocupes,
estar bien.
Sus palabras hicieron a su corazn latir de prisa adolorido, el lobo aullando dentro de l.
-Qu piensas hacer? Quedarte en el bosque para siempre?- sinti su pulso temblar al verle
arriscar los hombros y la furia apoderarse de l cuando le dio una vez ms la espalda- No
queras encontrar una pareja en la fiesta?
-Nadie me querra de todos modos. No soy bueno para nada, ms que para hacer el ridculo-
le oy decir y el lobo ara dentro de l, provocndole un sordo dolor.
-Eso no es cierto. Mrame, Maikel- volvi a cogerle del brazo y sta vez no se resisti, pero
su mirada se mantuvo baja- Crees que a tu padre le gustara orte hablar as? Crees que es
justo que te rindas ahora? Lo dejaste todo atrs por una razn... Crees que est bien?
-Pero qu puedo hacer, Matt? Dime, quin me querra si no tengo nada que ofrecer. Solo
se... fregar a medias, cuando no estoy rompiendo cosas, y pensando en pintar cuando
debera centrarme en lo que realmente importa- protest adolorido. Matt le solt y sostuvo
su rostro entre las manos, mirando sus ojos cercanos que temblaban con tanta tristeza que
traspasaron su corazn.
-Pero eres un pintor. Es lo que eres. Vampiro o no, si quieres pintar es lo que debes hacer.
No te niegues ese derecho, ahora que lo has conseguido. Eres libre. Debes perseguir tu
sueo, no rendirte...
-Pero yo... No quiero matar a un ser vivo para vivir. No es justo- murmur y las lgrimas
que se juntaron en sus ojos se derramaron por entre sus dedos. Matt crey que seran fras,
pero eran clidas. Eran lgrimas que quizs provenan de su propio corazn.
-Protgele. T puedes hacerlo. Hazlo- orden su lobo y ya no tuvo dudas. Se acerc a la
mesa y sac un cuchillo del aparador. Le vio mirarle con horror, cuando se hizo un corte en
la mueca.
-Matt!
-Dame un vaso, rpido, antes de que la herida se cierre.
-Pero... pero...
-Vamos, Maikel. A prisa- le urgi y a pesar de su conmocin, el chico le alarg uno de los
que haba limpiado. Matt dej la sangre caer all y lami la herida para cerrarla del todo-
Toma, bebe. No es lo mismo que morder, pero te mantendr con fuerzas... eso espero- dijo
alargndole el vaso. Maikel le mir, con lgrimas an cayendo por sus ojos- Vamos, que se
enfra- le urgi otra vez. El chico tom el vaso con dedos temblorosos y lo acerc a su boca,
bebindose en contenido con lentitud, casi con reverencia. Matt se encontr resistiendo la
ereccin que hizo presa de l, al ver el sensual movimiento de su cuello al tragar y el
hermoso sonrojo que hizo presa de su piel antes plida, dndole un aire luminoso y lujurioso
a la vez, con los ojos hmedos y los labios hinchados- Creo... creo que ha funcionado- dijo
en un intento por romper el hipntico silencio en el que le haba sumido su contemplacin.
Vio a Maikel dar un paso hacia l y su cuerpo enloqueci de deseo, al sentir el suave calor
que irradiaba de su presencia. Todo eso era producto de su sangre? Vaya, s lo hubiera
sabido antes...
-Gracias, Matt. No sabes lo mucho que significa para m. No s como agradecrtelo.
-De rodillas y con tu boca en el lugar correcto- le dict su lbido y su lobo le dio un
mordisco para que recobrara la compostura.
-Es nuestro, es nuestro. Pareja...
-No- dijo en alto, deteniendo el frenes del lobo. Vio a Maikel fruncir el ceo confundido-
Digo, que no hay nada que agradecer. Adems, necesito un poco de ayuda aqu. No ha sido
gratis.
-Oh, Matt. Eso significa que puedo quedarme?- se dio cuenta de lo que haba dicho cuando
oy su voz ilusionada, y abri la boca para retractarse, pero el brillo de sus ojos le detuvo.
-No puedo pagarte un salario...
-No importa! No necesito mucho, solo algo de comer y un sitio donde dormir. Por favor,
deja que me quede, al menos por unos das. Ser til. Lo prometo!- Y como prueba de sus
palabras, el vaso que sostena en su mano sali volando en ese instante y choc contra el
muro, hacindose aicos. Ambos se quedaron atnitos mirando los restos- Lo... lo siento...-
comenz a decir con voz llorosa, pero Matt no pudo orle, ahogado por las carcajadas. El
lobo dentro de l salt feliz como un cachorro.
Despus de limpiar y tomar un buen desayuno que Matt prepar para ambos, no haba
mucho ms que hacer. Maikel an estaba atnito porque el lobo le hubiera dado su sangre,
evitndole tener que cometer un asesinato y dejndole quedarse junto a l. Si tuviera el
poder, caminara sobre las nubes en ese momento. Se ech a temblar de anhelo y felicidad
cuando le vio acercarse a l.
-Estaba pensando en dar un paseo por el bosque. Bueno, ya s que te has pasado all la
mayor parte de estos das, pero hay un sitio al que mi padre sola llevarnos en el verano a
nadar, y pens que te gustara verlo.
-Oh, s, s. Me encantara, Matt. Vamos all!- dijo entusiasmado y le vio sonrer con ganas.
Matt tena una sonrisa y una risa hermosa, abierta y franca que le haca sentir muy a salvo.
La gente en la mansin rara vez se rea con tanta libertad. Bueno, a costa de su torpeza s
que se rean, al igual que Matt, pero era con burla, mientras que el lobo pareca de verdad
contento. Le sigui hasta la puerta, y frunci la mirada ante la luz del sol.
-Olvid que a los vampiros les hace dao el sol en los ojos- oy su voz preocupada,
guindole de vuelta al interior. Maikel los restreg con fuerza.
-Yo s puedo soportar el sol, aunque tengo que esperar un poco para acostumbrarme a la
intensidad de la luz. Y protegerme la piel del contacto directo. Ah, y dormir al medio da.
Eso es algo que no puedo evitar. Mi cuerpo se desactiva solo por 4 o 5 horas.
-Las del sueo promedio y eso- dijo, y le admir que lo recordara.
-S, as es. En ese tiempo nuestro cuerpo se repara. Supongo que para los ms guapos
significa algo as como una siesta de belleza- brome. Matt le mir con una sonrisa.
-Bueno, si an quieres salir me llevar la almohada- respondi a su vez, guindole un ojo-
Para hacer ms cmoda tu siesta de belleza.
-Yo estar bien en cualquier rincn donde no me de la luz. La verdad es que me gustara
mucho conocer el sitio donde tu padre te llevaba. Si no es problema para ti, que de pronto
caiga dormido...
-Ninguno. Vamos. Espera, tmate unos minutos para acostumbrarte- pidi, abriendo la
puerta sin dejarle salir, sostenindole con cuidado del brazo. Maikel se sinti contento al
saber que quera cuidarle. Eso le haca sentir feliz, como cuando su padre estaba vivo.
-Mi padre tambin soportaba bien la luz del sol, sabes? Deca que era porque su vampiro
quera pintar.
-Tu padre era un buen artista. Me encantara ver como pinta su hijo- sus palabras le
sorprendieron, mirndole fijamente durante un momento. Los ojos de Matt tenan un claro
color azul, igual que el cielo de una tarde de verano. Era un color muy hermoso- Ests bien
ya?
-S, ya puedo ver.
-Vamos. Espera!- volvi a detenerle antes de cruzar la puerta y le vio sacarse la chaqueta
para echrsela encima, protegindole del contacto directo con el sol- Luego buscaremos un
camino a la sombra de los rboles.
-De acuerdo, Matt.
Echaron a andar por el sendero, perdindose en medio del bosque, dejando el pueblo atrs.
Maikel estaba encantado. Caminar por el bosque en compaa era mucho mejor que hacerlo
solo. Adems la sangre que Matt le haba dado le haca sentirse mucho ms fuerte y
recuperado; haba sido deliciosa, lo ms delicioso que nunca haba probado, pues como
vampiro de baja clase no tena derecho a beber directamente de un donante, sino de bolsas
de plasma que haban sido almacenadas. l nunca se haba quejado, pues le mantenan con
fuerzas, y cuando era pequeo su padre le haba dejado beber de l. Pero la sangre de Matt
era dulce y especiada, con un fuerte sabor a vida que se haba transmitido por todo su
cuerpo, despertando los sentidos en su piel. Los colores que ahora vea entre el bosque, el
calor del sol que se filtraba por su ropa, los olores de la naturaleza, parecan ms vivos y
ms despiertos que nunca. Todo gracias a su sangre. Le mir caminar a su lado, su rostro
sereno, su andar confiado y tranquilo, y se sinti completamente a salvo. Otros vampiros, y
otros lobos que haba podido atisbar a su llegada al pueblo, le causaban miedo. Matt era el
nico que senta no le hara dao. Y podra quedarse a su lado un par de das ms.
Mir la senda por donde caminaban, protegida del sol por la alta cpula de rboles que se
entrelazaban sobre sus cabezas. El canto de los pjaros acompaaba sus pasos y el viento
que sacuda las ramas, con su lenguaje de silbidos les saludaba. Era un paraje tranquilo y
hermoso. Pronto sus odos de vampiro le trajeron el rumor del agua. Mir a Matt, quin
sonri, apuntndole a un lado. Tras pasar unos altos matorrales, Maikel vio el agua de la
laguna, resplandeciente con la luz de la media maana. Sus ojos se abrieron inmensos
contemplando la plcida belleza del lugar, las aguas movindose suavemente con la brisa,
los juncos de la orilla balancendose en una dulce danza, los insectos jugando con sus
sombras en la cristalina superficie.
-Oh, Matt Es tan hermoso!- no pudo evitar exclamar. Vio la sonrisa de orgullo del lobo.
-Mi padre nos traa aqu cada verano de pequeos, y con mi hermano seguamos viniendo de
mayores a pescar. Bueno, no hay peces, pero nos gustaba estar aqu. Despus de su muerte y
la boda de Marcus, no he venido mucho.
-Es un buen lugar para conservar los buenos momentos. Me gustara mucho pintarlo-
admiti, disfrutando el juego de luz y agua a su vista, el verde de las hojas, el dorado de las
hierbas bajas y las flores, el azul cristalino del agua. Todo era un caleidoscopio de colores
tan bellos que sinti una profunda reverencia. Cuando mir a Matt, ste le miraba con una
extraa luz en sus ojos, entre clida y llena de aoranza. Maikel sinti ganas de apretarse
fuerte contra l y absorber todo el calor de su cuerpo, empapndose de su esencia vital.
Haca mucho que se senta solo, abandonado en un mundo que le pareca fro y sin forma
entre las paredes de la gran mansin, lejos de la luz y el calor que haba conocido junto a su
padre en la pequea buhardilla, donde haba despertado con sus ojos de vampiro. Eran
pobres, pero se tenan el uno al otro, y el mundo les perteneca para ser contemplado y
alabado por el color de sus pinceles. Muchas veces haban recolectado hierbas del campo
para hacer pintura, y mendigado viejas sbanas donde poder pintar. Su padre se haba
alimentado de ratas, pjaros y otros animales callejeros para darle de beber, y aunque no
siempre era suficiente, y Maikel recordaba haber pasado hambre muchos das, estaban
juntos y la risa de su padre nunca faltaba entre las estrechas paredes. Sinti la pena oprimir
su pecho de pronto. Ahora estaba solo y haba dejado las paredes de su encierro atrs con la
gran mansin. El mundo era otra vez suyo, pero deseaba tener alguien con quin
compartirlo Querra Matt compartirlo con l?
-Vamos a sentarnos aqu un momento- oy su voz y vio que apuntaba a un grupo de rboles
no lejos. Le sigui hasta all y se sent a su lado. Se quedaron all un rato sin decir nada,
contemplando la tranquilidad del lago. Sinti de pronto el peso del sueo entrar en su
cuerpo, que anunciaba la llegada del medio da.
-Matt- dijo y casi sonri al ver los atentos y bellos ojos azules que le miraron- Lo siento,
pero creo que necesito dormir un poco.
-Claro. Adelante. Quiero decir, ya es la hora. Tmbate y descansa.
-Gracias- dijo mirando la hierba y buscando el mejor lugar para no estar expuesto al sol. Sus
ojos encontraron el hueco tibio de su regazo y contempl la idea de pedir que le dejara
dormir all Sera muy atrevido si se lo pidiera? No saba si Matt tena a alguien en su vida
que compartiera su espacio vital, pero crey que no, ya que viva solo en el bar. Se encontr
con sus ojos y enrojeci sin querer.
-Qu ocurre?- pregunt al verle inquieto. El vampiro sacudi la cabeza, an ruborizado,
apartando la mirada de la suya. Matt se pregunt si sera algn ritual de vampiros antes de
dormir, que no quera que viese.
-Me preguntaba si... Bueno, s que no nos conocemos de nada, pero...- le vio morderse los
labios y su estmago dio un salto de ganas mal contenidas. Por qu el maldito tena que ser
tan sexy? Despus de beber su sangre, bueno incluso antes de ello, los gestos y las cosas que
haca, le hacan desear echrsele encima de pronto y marcarlo como suyo. Supuso que
mucho era culpa del lobo en su interior. Pero no poda estar del todo seguro...
-Qu pasa Maikel?- pregunt alzando una ceja y atajando al lobo, antes de que ste dijera
algo que no quera or .Vio que el rubor en su rostro aumentaba y se mordi por dentro.
-Puedo dormir cerca de ti? Me... me sentira mucho ms a salvo... Puedo? Por favor- dijo el
chico casi sin aliento, dndole esa mirada con ojos de cachorro perdido de la que no poda
escapar. Demonios...
-Claro- dijo, disimulando su conmocin y los saltitos de felicidad que daba el lobo dentro de
su pecho. Maikel sonri dulcemente, y casi dio un salto de sorpresa al sentirle acomodarse
en su regazo. Y el chico pareca tan inocente... Pero el gesto no le molest, y se descubri
acomodando el peso de su cabeza sobre sus piernas, disfrutando de su cercana. Incluso
puso la chaqueta encima de l para que no le llegara nada de sol. En pocos minutos vio que
se quedaba absolutamente quieto, ni siquiera pareca respirar.
-Maikel?- pregunt preocupado, pasando una mano por su mejilla hacia su nariz para ver si
respiraba. Su piel era suave aunque fra, y not una muy leve respiracin que calm su
inquietud. Se qued contemplndolo. Nunca haba visto a un vampiro dormir, bueno, nunca
haba visto a un vampiro tan de cerca que si bajaba el rostro podra besar esos suaves labios
rosas...- Hey, no te pases. Ya sabes que no quiero problemas en mi vida. Y un chupador de
sangre, no es precisamente lo que se llamara un compaero ideal...
-Compaero, s, s- corrobor el lobo. Matt rod los ojos.
-No oyes nada de lo que te digo.
-A tomado nuestra sangre. Nos pertenece. Debemos cuidar de l. Es nuestro.
-No. Qu haya tomado de mi... nuestra sangre, no lo hace nada nuestro...
-Hay que protegerlo. Nos pertenece.
Testarudo lobo. Pero al mirar el rostro dormido en su regazo, Matt tuvo una extraa
sensacin de calma y familiaridad. Era increble que solo le conociera de la noche anterior,
pareca como si llevasen juntos mucho tiempo. El vampiro era dulce y sincero, aunque un
poco torpe, pero de alguna forma extraa le pareca encantador. Suspir. Qu iba a hacer
ahora? Porque una vez que a su lobo se le meta algo en la cabeza...
Unas cuantas horas despus se despert, estirndose con cuidado para no mover a su
vampiro. Se haba quedado dormido con la espalda apoyada contra el rbol, acunado por la
dulce paz del lago y por algo ms que intuyo vena del chico. Quizs los vampiros incitaban
al sueo con el suyo, pero encontr que no poda resistirse a echar una cabezadita al ver su
pacfico rostro dormido. Los recuerdos de su padre vinieron a l, su sonrisa junto al lago, su
voz, su acogedora presencia siempre que le necesitaba, siempre paciente. Le echaba mucho
de menos. Vio que el chico en su regazo se mova con suavidad y sonri sin querer. Quin le
iba a decir que un da dormira junto a un vampiro en su laguna? Su padre sin duda hubiera
echado un par de buenas carcajadas y le hubiera dicho que adelante, que las diferencias no
importaban, si lo esencial estaba all.... Espera, Esencial? Qu era eso de lo esencial?
-Matt- oy su voz, en un susurro ronco por el sueo que le pareci perturbadoramente sexy.
Adems de su sonrisa. Casi lament la perdida del peso de su cabeza sobre sus piernas. El
chico se sacudi los rizos y le dio una suave sonrisa.
-Has dormido bien?- pregunt para disimular los latidos irregulares de su corazn.
-S. Muchas gracias. Espero no haber sido una molestia- se disculp y Matt se hall
deseando tirarle sobre la hierba, hacindole cosas que...
-No. No ha sido nada. Por qu no caminamos un poco?- se puso de pie sin esperar su
respuesta. Maikel se puso de pie a su lado. Anduvieron un rato por la orilla del lago y Matt
revivi con ms fuerza la presencia de su padre. Eran poco despus de las cinco y el sol
brillaba con tonos dorados sobre el agua. Pronto tendran que regresar al bar para preparar
las faenas del da- Tienes hambre, Maikel? Regresaremos dentro de un rato y comeremos
algo- se volvi a mirarle, pero no le vio. Frunci el ceo preocupado, mirando el agua. Se
habra tropezado y cado? Pero no haba escuchado salpicar agua. Mir hacia el camino
entre los rboles- Maikel? Dnde ests?- llam inquieto, el lobo urgindole a buscarlo.
-Matt! Ven, Mira lo que he encontrado!- oy su voz en un claro no lejos. Corri hasta all
preocupado y le vio agachado a los pies de un rbol, junto a unas flores de hermoso color
azul. Vio la alegra y la ilusin en sus ojos- Son flores de aciano!!- exclam con una enorme
sonrisa. Matt se acerc, mirndolas interesado.
-Las del cuadro de tu padre.
-S. Es una seal. Estoy seguro de que desea que vuelva a pintar- le asegur su voz, y los
ojos que le miraron tenan un dulce brillo de aoranza. Vio que sus dedos largos y plidos
acariciaban los ptalos de las flores.
-Bien, entonces A qu esperas? Coge las que necesites y nos las llevaremos.
-Pero... no tengo pinceles, ni lienzo... Aunque puedo comprar algo de papel y usar mechones
de mi pelo para pintar- le oy decir, cogindose un corto rizo y tironendolo como para
sacarlo en ese mismo momento. Matt sonri.
-Tranquilo. Tengo algn material en el bar. Algunas cosas que dej mi sobrino la ltima vez
que estuvo, ya sabes pintura, pinceles y papel. No es mucho, pero puedes utilizarlo- minti.
Vio sus ojos abrirse otra vez enormes y la hermosa sonrisa florecer en su rostro. Dios, le
encantaba su sonrisa. El lobo le dio su aprobacin.
-Oh, Matt. Muchas, muchas gracias!
-No es nada. Vamos, no te quedes all. Coge tus flores y vamos a comer algo.
-S- le vio coger con cuidado unas pocas de ellas y hacer un pequeo ramillete.
-Crees que sern suficientes?
-El tinte de la flor de aciano es muy intenso. Adems, no quiero llevarlas todas. Tienen
derecho a crecer al sol- dijo de esa manera tan suya, que le hizo recordar a como se haba
puesto ante la sola idea de tener que matar a un animal para seguir con vida. Quin dira que
iba a conocer a un vampiro amigo de la vida natural? Lo prximo que sabra de l, sera que
se unira los grupos rescatistas de animales o estara por all protestando por sus derechos.
La idea le hizo sonrer.
Regresaron con el sol de la tarde dorando las copas de los rboles por sobre sus cabezas.
Haba ms actividad en el pueblo que esa maana y Matt salud a varios de sus amigos al
verles, una vez que salieron del bosque por otro camino ms cerca de las calles. Volvi el
rostro, viendo el compungido gesto del vampiro, casi hundindose en la chaqueta para
esconderse cuando alguien pasaba cerca, pegndose a l levemente en busca de proteccin.
Eso le hizo sonrer. Su vampiro era tmido. Pero bueno, era normal, l tampoco estara muy
tranquilo si estuviera en una calle llena de chupasangres.
-Vamos- le tom del brazo y le mantuvo cerca de s mientras se acercaban al bar. Not que
le segua dcil y ms tranquilo. Era un buen chico. Y casi no notaba ya la diferencia de
altura con la suya. Nada ms entrar en la cocina, le vio buscar un cuenco para poner las
flores y sentarse a la mesa para empezar a quitarles los ptalos. Se vea que el artista en l
estaba vido por pintar- Voy a prepararnos algo de comer.
-Oh, djame ayudarte- intent ponindose de pie, pero Matt le detuvo con un gesto.
-T ocpate de lo tuyo. Qu necesitas para hacer la pintura?
-Solo un poco de aceite, y un pao para prensar las flores- Matt le alarg ambas cosas y
disfrut al ver de nuevo aquella sonrisa luminosa. Se volvi hacia la cocina y prepar algo
rpido en una cazuela, dejndole al fuego. Se acerc a la puerta, mientras le vea
concentrado en su tarea.
-Vuelvo en un minuto.
-De acuerdo. Ten cuidado afuera- le pidi mirando sus ojos preocupado. Matt sonri. S,
tendra cuidado de los lobos malos que tanto le asustaban, aunque l fuera uno de ellos.
Sali a la calle y se dirigui a comprar los materiales para hacer feliz a su vampiro.
Maikel prens los ptalos de las flores y vio el hermoso color que se destilaba. Le traa
tantos recuerdos! El aceite era de cocina y el prensado bastante rstico, pero no le import.
Iba a volver a pintar, a traer a la vida los colores que tanto haba amado su padre. El solo
pensamiento enviaba escalofros por su piel. Vio a Matt regresar y alargarle una caja de
pinceles, una paleta de acuarelas y un block grande de hojas blancas para pintar. Se qued
atnito.
-Pero, esto es de tu sobrino? Parece material profesional- dijo mirando los artculos.
-Qu puedo decir. A su padre le gusta consentirle- La mentira era obvia, ya que todo estaba
nuevo, y no tena marcas de dedos pequeos y llenos de pintura. Su gesto le emocion.
-Gracias, Matt. No sabes lo mucho que significa para m todo esto- y lo deca de corazn,
pues nadie hara tanto por un desconocido. Y menos un vampiro, siendo como se supona
eran enemigos naturales, con tregua o sin ella.
-Djate de tonteras. Venga, vamos a comer antes de que se enfre- le exhort y Maikel se
encontr sonriendo feliz, emocionado al ver su gesto tan generoso y falto de pretensin. Era
tan diferente a las cosas que haba odo en la mansin! Que los lobos eran seres salvajes y
primitivos, sin una onza de bondad en ellos. Bueno, l no lo crea, pero orlo decir todos los
das, lo haca difcil de evitar pensar a veces...
-Yo creo que eres genial. Un lobo genial- le dijo con orgullo, y le vio alzar una ceja
divertida.
-Gracias. S que lo soy. Modestia aparte- brome y eso le hizo rer. Se senta feliz de poder
estar a su lado, de haberle conocido. No se senta una nulidad a su lado, como lo haba
sentido tantas veces en la mansin. Llev los platos a la mesa, con cuidado de no dejar caer
nada y se sent a esperarle para comer. Comieron en silencio y Maikel hizo su decisin.
Pintara algo para l, algo hermoso, que fuera un bello recuerdo para que no le olvidara
cuando sus caminos se separaran. La sola idea le dola de una manera que no haba sentido
desde la muerte de su padre, pero era un hecho que tendra que enfrentar. Por mucho que lo
deseara, no podra estar por siempre a su lado. Matt se mereca encontrar a una buena loba
entre su gente, con quin tener lobitos y ser feliz. l tena su pintura y siempre podra
encontrar un sitio en el bosque donde vivir. Aunque la idea de tener que morder a algn
animal para sobrevivir no le seduca nada.
-No te ha gustado?- pregunt inquieto, al verle hacer una mueca mirando el plato. El chico
neg con fuerza.
-Est delicioso, Matt. Lo siento, solo pensaba en otra cosa.
-En qu?- consult curioso y le vio ruborizarse.
-Cuellos peludos- sus palabras casi le hicieron atragantarse de una carcajada.
-Necesitas ms sangre?
-No, no... estaba pensando en el futuro. No necesito ms sangre. Y muchas gracias por
darme un poco de la tuya. Ha sido genial... bueno, t eres genial, pero el hecho de
compartirla conmigo ha sido genial y muy generoso, aunque no nos conocemos de nada y
yo...
-Vale, vale, tranquilo. Respira. Te vas a ahogar si hablas tanto sin parar- le aleccion. Al
parecer, empezaba a parlotear como un poseso cuando se pona nervioso. Le vio tomar una
profunda respiracin para calmarse.
-Solo quera agradecerte. La sangre que me diste me valdr por un tiempo.
-Por cunto?
-Algunos das- respondi sin ms aclaraciones, volviendo a comer. Matt frunci el ceo. Y
luego qu?
-Y despus qu, piensas morder animales en el bosque?- no pudo evitar preguntar y le vio
hacer un gesto de asco, que casi le arranca una sonrisa. Le vio arriscar los hombros,
hundiendo la mirada en el plato.
-Ya me las arreglar.
-No. Es nuestro. Solo beber de nosotros- protest el lobo. Matt apret el puo, mirndole
intensamente.
-Bueno, cre que venas a buscar una pareja en el baile. Te piensas rendir entonces?-
consult y su corazn empez a latir irregularmente. Maikel volvi a arriscar los hombros.
-No lo s. No creo que nadie me quiera a su lado- dijo casi en un murmullo.
-Es nuestro!- volvi a insistir el lobo y Matt le orden callar.
-No lo sabrs si no lo intentas- insisti a su vez, clavando la mirada en los ojos de tono miel
que se suspendieron de los suyos. Le vio sonrer con timidez.
-Tal vez... Tienes razn. No pierdo nada. Lo peor que pueden decirme es no- admiti por
fin.
-Lo ves? Seguro que encontrars a alguien bueno para ti- dijo y un puo de dolor sordo
golpe su pecho. Alguien, alguien ms?... Oy al lobo gruir en protesta. Pero, hey! Maikel
era un buen chico, mereca encontrar una vida mejor. l no tena mucho que ofrecer
tampoco.
-T has sido bueno conmigo- le oy decir, y la luz dulce en sus ojos le dej mudo por un
momento.
-Bueno, eres fcil de tratar. Y nada pomposo, como otros vampiros que he visto- dijo,
apartando un poco la mirada, algo sonrojado sin saber porqu. Vio sus ojos abrirse con
sorpresa.
-Has conocido a otros vampiros?
-Los das de la fiesta. Algunos pasaron por aqu. Pens que todos erais unos engredos,
siempre a la moda y mirando a todo el mundo por encima del hombro.
-Oh, esos solo son los vampiros de alta clase. Son de la nobleza y creen que nadie es mejor
que ellos- le sorprendi el tono resentido de su voz y la amargura en su gesto. Pareca que
no le haban tratado muy bien en ese lugar. Bueno, ya le haba contado lo de su padre, pero
no imagin que le haban maltratado tambin. Eso le hizo enfadar.
-Hey, no creo que ninguno de ellos tenga tus dotes de pintor. Seguro que carecen de todo
talento- dijo, seguro de que nadie podra competir contra el pincel de su vampiro... Suyo...
Su lobo dio su gruido de aprobacin. Le vio sonrer con timidez.
-An no has visto ninguna de mis pinturas. Espera primero a verlas- advirti y volvi a
comer de su plato. Matt neg con la cabeza. Estaba seguro de que su vampiro tena mucho
talento, lo vea en sus ojos, en sus manos. Viva y respiraba de su arte.
Cuando acabaron de comer, no dej que le ayudase, alentndolo a subir a la habitacin para
acabar con su destilado de flores y empezar a usar los materiales. Le vio subir contento, y
not que la sonrisa no abandonaba su cara mientras regresaba al bar, para aprestarlo a la
llegada de su clientela habitual. Haca cunto no se senta tan contento? Quin iba a decirle
que tener bajo su techo a un vampiro pintor le iba a hacer tan feliz.
La jornada de trabajo transcurri normal, con pocos incidentes, bueno nunca pasaba nada
fuera de lo comn, pero Matt se encontr ansioso de regresar a sus habitaciones. Supuso que
solo era curiosidad por ver lo que Maikel haca, ya que no haba asomado ni la punta de la
nariz desde que haba subido. Pens en llevarle algo de comer, pero entre una cosa y otra no
haba podido. Por fin, cuando cerr el local, subi con rapidez cargando el plato de
bocadillos que haba preparado para l. Al entrar en la habitacin, el olor de la pintura llen
su nariz. Le vio de pie frente a una silla que haba improvisado como atril, dando toques
sobre una hoja con el pincel, su camiseta y manos llenas de manchitas coloridas. Haba
varias hojas repartidas por all, estratgicamente colocadas para que se secaran.
-Oh, hola Matt. Quieres que baje a ayudarte?- le salud, dndole una sonrisa clida que le
lleg al corazn.
-No. He cerrado ya.
-Has... has cerrado? Pero, qu hora es?- consult sorprendido. Sus palabras le hicieron
sonrer.
-Casi la una. Hoy ha estado tranquilo, as que he cerrado antes- le vio mascullar
sorprendido.
-Lo siento... me he... perdido un poco...- se disculp. Matt se acerc y le estir el plato de
bocadillos, que tom con dedos manchados. Eso le hizo sonrer an ms.
-No pasa nada. Y como te dije, ha estado tranquilo. Has estado pintando todo el tiempo?
Puedo verlos?- pidi, acercndose a una de las hojas en el suelo. La imagen de una ventana
abierta, con un puente de piedra cubierto de enredaderas con flores llen su retina. Pareca
tan real, an cuando los colores se difuminaban a la distancia, como si estuviesen envueltos
por la niebla- Vaya. Es... muy bonito- no supo que ms decir. Alz los ojos y vio la sonrisa
tmida y el sonrojo del vampiro- Tienes mucho talento, Maikel.
-Son solo cosas que recuerdo de mi niez. La ventana por la que miraba la ciudad en la
boardilla donde vivamos, el olor de la madreselva en primavera. Todos son recuerdos de
aquella poca feliz.
-Es muy hermoso. Es un bello recuerdo- dijo sin soltar el que tena en su mano, mirando
otros de calles empedradas que suban, de campos abiertos y dorados por la hierba, de
pjaros aferrados a cuerdas con ropa tendida. Pero extraamente, ninguno de formas
humanas. Pens que querra pintar a su padre. Se acerc donde estaba la hoja sobre la silla,
pero el cuerpo del vampiro se interpuso en su camino.
-An no est listo- dijo con ojos muy abiertos, casi con pnico y Matt se detuvo.
-Podr verlo cuando acabes?- pidi, y un deseo impaciente por verlo le llen de improviso.
Maikel tena mucho talento, y no solo en la mezcla de sus colores y dibujos, sino en lo
mucho que estos expresaban y transmitan. Era como mirar en lo profundo de su corazn.
Su lobo estaba sin palabras, y l mismo estaba mudo y absorto en su contemplacin. Le vio
sonrer otra vez con timidez y apartar los ojos de los suyos.
-Es... es algo que quiero a darle a mi pareja. Quiero que sienta que vale la pena tenerme a su
lado- dijo de una forma que le hizo estremecer, primero de tristeza y luego de enojo.
-Sera un idiota s no te valorara. Eres un gran artista, Maikel. No lo dudes nunca- dijo con
fuerza y su propio tono le sorprendi. El lobo aull en su interior, rabioso.
-Mo, mo. l es mo!
-Gracias- oy su voz y vio su sonrisa agradecida.
-Voy a acabar abajo. Ordena y lmpiate un poco, antes de irnos a dormir- dijo, intentando
que ese extrao pesar que le coma por dentro no se notara.
-Lo har Puedo ayudarte abajo?
-No, no hace falta- dijo antes de salir por la puerta y bajar la escalera con prisa.
Maikel suspir, mirando la hoja sobre la silla, lamentando la mentira. Guard las cosas y la
dej a buen recaudo para que se secara, limpiando las manchas que haban cado en el suelo
y lavndose en el bao. Cuando Matt subi otra vez, ya estaba en el sof cubierto por sus
mantas. Le sonri, oyndole ponerse el piyama y meterse a la cama.
-Qu duermas bien, Maikel- le despidi su voz, apagando la luz.
-T tambin, Matt.
-Buenas noches.
-Buenas noches- y cerr los ojos en la oscuridad, dejndose acunar por la profunda
respiracin del lobo que le haba acogido y protegido, salvndole de s mismo y de la
soledad, evocando el calor del cuerpo que le haba acunado aquella tarde frente al lago,
antes de que el sueo le venciera.
Al amanecer se levant, mirando un instante la sombra de su cuerpo dormido en la cama,
aorando como antes su calor. Baj en silencio la escalera, dispuesto a ser de utilidad, ya
que se haba pasado toda la tarde pintando, olvidado de que estaba all para ayudar a Matt
con su negocio. Al menos por unos das, hasta que encontrara una pareja... Si la encontraba.
En ello estaba perdida su mente, cuando al abrir la puerta de la cocina vio una enorme figura
apoyada contra el muro. El desconocido le mir y Maikel not la larga melena oscura que
cubra la cabeza grande, de duras facciones masculinas, el ancho pecho, los musculosos
brazos y las enormes manos que sostenan unos papeles. Cunto medira? Dos metros?
-Quin eres t?- pregunt el gigante, dando un paso hacia l y el pnico se desat en su
interior.
-Ma...
-Ma?
-MAAAATT!!!- grit con toda la fuerza de sus pulmones.
Matt abri los ojos de golpe, la respiracin acelerada en su pecho.
-Nuestro cachorro est en peligro!- rugi el lobo dentro de su pecho y un gruido sordo
escap de su boca. Salt fuera de la cama, las piernas musculosas cubiertas de vello y los
brazos convertidos en garras, los colmillos abrindose paso en sus mandbulas modificadas.
Su media transformacin era su poder. Poda dejar salir en su cuerpo de hombre las partes
del lobo que necesitaba para luchar. La mayora de hombres lobo o eran humanos, o eran
lobos, su transformacin era siempre completa de un lado u otro. l tambin poda, pero su
poder consista en manejar la transformacin a su antojo. Y ello implicaba una conexin
constante con su parte animal. Se deca que este poder estaba solo permitido a los alfas de
las manadas, pero para l siempre haba sido algo natural. Aunque la posicin de alfa no le
seduca para nada. Era demasiado esfuerzo y poca diversin. El lobo en l le prest la
velocidad y la fuerza, y se dej caer de un salto por la escalera al suelo del bar, dndole una
buena patada a la puerta, para entrar con un rugido poderoso en la cocina. De inmediato el
vampiro se ocult a su espalda y se apret con fuerza contra l. Matt rugi al intruso en
amenaza.
-Vaya entrada, hermanito. Si te levantas as todas las maanas, nos quedaremos sin local-
escuch. El lobo se detuvo en seco.
-Marcus- rugi con voz rasposa.
-Sip. Buenos das t tambin- dijo acercndose a la puerta, que se haba quedado colgando
inerte de un solo gozne- Esto tendr que salir de tu salario.
-Qu haces aqu?- gru, mientras la transformacin retroceda. Sinti a su espalda el calor
cercano y los temblores del vampiro. Sus brazos le rodeaban la cintura, apretndole con
fuerza y el latido de su corazn martilleaba en su espalda. Pas las manos sobre su piel para
estrecharle ms contra s, infundindole calor para tranquilizarle- Es un poco temprano, no
crees?- rega, ya con su voz normal, y le vio alzar una ceja curioso.
-Vena por las facturas, para revisarlas antes de llevar a Vitor al dentista. Est cambiando los
caninos.
-Vaya. Eso debe doler- dijo recordando cuando cambi los suyos. Sinti en su cuello el
aliento de Maikel. Volvi un poco el rostro y se encontr con su mirada cercana llena de
preguntas- Tranquilo, es solo mi hermano. Es un tipo grande, pero inofensivo.
-Her... hermano?- balbuce, y de pronto pareci recordar. Matt sinti como soltaba el agarre
de su cintura un poco- Hermano.
-S. Se encarga de la parte administrativa del bar. Todo lo aburrido.
-Gracias. Y tu amigo es?- pregunt mirndole y Matt sinti que hunda en rostro en su
cuello.
-Maikel. Es un vampiro del sur que vena a la fiesta de la tregua.
-Pero, la fiesta ya termin- dijo su hermano alzando una ceja. Matt arrisc los hombros.
Not que el vampiro pareca an asustado, sin querer separarse de l, buscando su
proteccin. Y not que sus manos no haban dejado de apretarle tambin contra s. Su lobo
no quera dejarle ir.
-Ven, no hay peligro- dijo haciendo un esfuerzo supremo y separndose de l. Vio la mirada
desolada en sus ojos, que le caus un salto en el corazn y la consecuente protesta de su
lobo, pero no poda ceder a su debilidad. Tom la mano del vampiro y se acerc a su
hermano. Como antes, Maikel le sigui dcilmente- Mira l es Marcus. Marcus, ste es
Maikel.
-Hola, Maikel. Siento que nos hallamos conocido as, pero es un placer- dijo estirando una
mano cordial, que el vampiro tom y apret tambin.
-Buenos das. Igualmente... Y... yo tambin lo siento- balbuce nervioso. Matt casi sonri,
entrelazando con fuerza sus dedos con los del vampiro para darle apoyo.
-Tranquilo, solo fue un mal entendido. Vamos a desayunar- sugiri mirando a Marcus, quin
asinti. Llev al chico hasta la mesa y le sent all, acercndose luego a la cocina- Huevos
con jamn?
-S, gracias. La verdad es que Matt es un excelente cocinero- le asegur al chico, quin
asinti con sonrisa tmida.
-A ver que dice Missi cuando te oiga- brome Matt, poniendo la sartn al fuego y cascando
los huevos. Puso otra solo para huevos, ya que Maikel no coma carne. Cuando volvi un
poco la vista, vio que ste le miraba, al parecer menos nervioso, pero con ojos que le pedan
no le abandonase- Por qu no pones los platos en la mesa?- le pidi, y sonri al verle
levantarse de inmediato para acercarse a la alacena. Eso le ayudara a ponerse menos
nervioso. No saba porque el chico era tan tmido cuando haba ms gente al rededor.
Marcus se qued en la mesa, echndole un vistazo a las facturas. De reojo vio al tembloroso
y plido vampiro que haba encontrado esa maana en su cocina, moverse con cuidado y
casi grcilmente mientras pona los platos y cubiertos en la mesa. Tuvo buen cuidado de no
moverse cuando pas a su lado, ya que not su nerviosismo, y se sorprendi al ver la sonrisa
florecer en su rostro cuando recibi alguna palabra de su hermano. Pareca un cachorrito
atento a las rdenes de su amo, feliz de complacer. La idea le pareci divertida. Matt
siempre haba sido muy independiente, antisocial a su manera, ya que le gustaba que las
cosas se hicieran como l quera o lo dejaba y se marchaba. Se pareca mucho al carcter de
su padre. Y le sorprendi lo dulcemente que trataba al vampiro, casi con el cuidado que
tendra con un amante, aunque no le haba conocido ninguna relacin que durara ms de una
semana. Vio los ojos del vampiro, enormes e inocentes, asustados cuando not que clavaba
la mirada en l, retrocediendo un par de pasos sin querer. No se pareca en nada a los
vampiros que haba visto la semana de la fiesta, seguros e incluso un tanto arrogantes.
Aunque haba odo que no eran malos tipos cuando se los conoca. ste pareca un ratoncillo
aterrorizado antes las zarpas de un gato. Eso le hizo sonrer. Not que se calm en cuanto su
hermano se sent a la mesa con ellos, poniendo su silla ms cerca de la suya.
-Y entonces, Maik Venas a buscar pareja en la fiesta?- le pregunt luego de zamparse una
buena cucharada de huevos con jamn, deliciosos como siempre. Mmh, la receta familiar. El
vampiro se atragant, tosiendo mientras Matt le daba palmaditas en la espalda.
-Yo... solo... quera... pintar- consigui decir a medias.
-Maikel tiene mucho talento. Es un gran pintor. Trabajaba en la mansin de... no me acuerdo
el nombre. Pero bueno, atraves todo el bosque para venir a la fiesta- dijo su hermano con
orgullo, acariciando su espalda. Sonri al ver al vampiro enrojecer.
-Lstima que llegaras un poco tarde. Pero eso se puede arreglar. Hay un par de bellas lobas
solteras que podra presentarte- dijo con toda intensin, viendo el gesto de su hermano
endurecerse, aunque no dijo nada. Esto se pona divertido.
-Yo, no... Gracias, pero las mujeres no me... yo no...- comenz a balbucear otra vez, pasando
del rojo al carmes. Marcus arrisc los hombros.
-Prefieres un lobo? No hay problema. Conozco a varios sin pareja, que podran estar
interesados. La mayora estaban enamorados de mi hermano, pero ya se han curado-
molest hacindole un guio, pero Matt y el chico se miraban estupefactos.
-Te gustan los machos?
-Te atraen los hombres?- se preguntaron al mismo tiempo. Marcus mir de uno al otro al
verles echarse a rer, alzando una ceja curioso.
-Pens que te gustaban las chicas.
-Y yo a ti las lobas- respondi su hermano, sin dejar de sonrerle. Marcus dio una tosecilla
para hacerse notar.
-Entonces, Qu te parece si esta tarde me traigo algunos amigos al bar y as les conoces?
Quizs pueda surgir algo ms- dijo guindole el ojo esta vez al vampiro, que se ruboriz
suavemente.
-No estara mal. Pero promet ayudar a Matt en el bar- dijo bajando la mirada y con sonrisa
tmida. Marcus mir a su hermano y le vio apretar tanto las mandbulas que los huesos se
marcaron en su rostro.
-No creo que eso sea un problema, verdad hermanito? Un vampiro tan lindo y talentoso no
debera estar soltero, no crees? Seguro que esta noche encuentra al lobo de su destino- dijo
con toda intensin, viendo la mirada asesina que le lanz Matt. Siempre tan igual... Mir el
reloj en su mueca- Mejor me voy. Missi me est esperando con Vitor.
-Gracias por venir- oy a su hermano mascullar de una forma que le dijo senta totalmente
lo contrario.
-Esta tarde vendr a traerte tu novio!- asegur al vampiro antes de escapar por la puerta,
rindose con ganas en el exterior.
Matt mir a Maikel, quien se haba quedado en sonrojado silencio sentado a la mesa. El
lobo gru y refunfu en protesta. Apret los puos para mantener la cordura. Ese
Marcus... Por qu tena que meterse donde no le llamaban?
-Maldita sea- mascull, raspando la sartn y dejndola caer dentro del fregadero con fuerza.
Se volvi al or la exclamacin ahogada del vampiro, viendo sus ojos abiertos con miedo-
Lo siento, se me ha escapado de las manos.
-No importa. A m me pasaba todo el tiempo en la mansin- dijo con una suave sonrisa
comprensiva. Matt se pas la mano por la cara. Esa sonrisa, todas ellas, todas sus
expresiones... - Tu... tu hermano es muy agradable- le oy decir. Le mir y vio sus ojos
mirarle preocupados. El color en ellos cambiaba con la luz, como un bote de miel en la
ventana. Eran hermosos...
-Mos. No son de nadie ms, solo mos- reclam el lobo herido. Matt suspir. Cuntas ms
locuras le quedaban por hacer? Nunca se haba sentido tan perdido, y al mismo tiempo tan...
tan vivo...
-Bueno. Veremos lo que pase esta tarde- pens y vio su ceo fruncirse, dndose cuenta de
que lo haba dicho en voz alta- Quiero decir... De qu estbamos hablando?
-De que tu hermano es agradable.
-Bueno, tiene sus momentos. No es un mal tipo- admiti acercndose al fregadero para lavar
la sartn, cuando sinti el calor de su presencia a su espalda. Su cuerpo explot de
sensaciones, recordando los brazos en su cintura, el latido de su corazn contra su piel, el
aliento en su cuello.
-Es muy amable de buscar a alguien para m. Quizs, quizs esta tarde pueda conocer a
alguien especial.
-No... no! Mo! Es mo!- grit su lobo, arandole desesperado.
-Djale ir. Es lo mejor. Qu haramos con un vampiro en nuestras vidas?- le detuvo Matt,
pero su dolor tambin le hiri. Se qued en silencio mientras limpiaban, dejando a Maikel
terminar de lavar mientras l suba a cambiarse y bajaba para limpiar el bar.
Despus de acabar, Matt le propuso dar una vuelta. Evit el camino principal, sabiendo lo
nervioso que le pona la presencia de otros lobos, y le llev otra vez por la senda del bosque
hacia el lago. Al menos all se senta ms en paz. Cuando lleg la hora de su sueo
vamprico, Maikel se recost a su lado, ya no en su regazo como antes, y si bien lament
que no lo hiciera, no dijo nada al respecto. Mejor acostumbrarse antes de que se marchara.
Oy claro el aullido de su lobo, dicindole que no le dejara partir de su lado. Se qued
mirando su rostro largamente, tratando de grabar en su retina su imagen. Sus dedos
acariciaron los castaos rizos del dormido vampiro, disfrutando de su suavidad. Baj por sus
ojos, tocando sus pestaas, sus prpados, el puente de su nariz, sus labios. Lanz un suspiro,
soltndole y apartndose para ponerse de pie y acercarse a la laguna.
-Qu quieres que haga con un vampiro? Adems, le gusta pintar y yo de pintura no s nada.
Adems... adems...
Se le acababan las razones. Qu ms razones haba para no tenerle a su lado? La nica y la
ms poderosa de todas. Perderle, como haba perdido a su padre, a su hermano, an cuando
ste segua cerca. No quera estar solo de nuevo, pero saba que todos acababan al final
dejndole, marchndose a hacer sus vidas y no tena ganas de volver a tener que lamerse las
heridas, solo y abandonado. Era mejor si pona sus fuerzas en lo nico que vala la pena, que
estaba all y all estara hasta el final: su negocio. Se volvi y el dolor aguijone su pecho
cuando mir al vampiro dormido en la hierba. Era un lobo solitario, haba decidido serlo,
pero en el fondo, muy en el fondo, an quera encontrar a alguien especial.
Maikel despert y pens que se haba quedado solo. Se alz de un salto y mir alrededor
presa del pnico. Matt le haba abandonado? Busc con la mirada y no le vio. Aquella
maana se haba llevado un susto de muerte, Quizs estaba enojado con l por asustarse de
su hermano? Sus ojos se llenaron de sbitas lgrimas.
-Hey, ya te has despertado. Qu pasa?- oy su voz preocupada, girndose para verle de pie
a su espalda.
-Matt!- solloz, acercndose a l.
-Qu pasa? Has tenido un mal sueo? Te ha picado un bicho mientras dormas?- consult
con voz inquieta, mirndole alarmado. Maikel se sec las lgrimas y sorbi. Siempre haba
sido un vampiro muy llorn.
-Pens.. cre que te habas marchado. Qu estaras enojado conmigo por lo de esta maana-
admiti. Cuando le mir, le vio sonrer con ganas.
-No seas bobo. Por qu iba a enojarme? Mi hermano es un buen tipo, pero creme, si no
fuera mi hermano, tambin me dara miedo su aspecto- sus palabras le hicieron sonrer.
Sinti una mano clida tocar su mejilla, secando las lgrimas- Mi padre tambin era un
hombre grande. Yo soy el nico que ha heredado el fsico de nuestra madre. Pero no te
engaes. Soy mucho ms peligroso que Marcus.
-Yo creo que eres genial- asegur, mirndole con orgullo. Matt tena un pelo oscuro y
espeso, una piel de suave tinte dorado en la que resaltaban muy bien sus ojos azules. Era
masculino y hermoso. Maikel dese tener a mano papel y lpiz para dibujarle- Me gustara
pintarte- se le escap decir y se sonroj al ver su mirada sorprendida.
-Pens que no pintabas retratos. Quiero decir, ayer todo lo que pintaste fueron paisajes. Cre
que haras el retrato de tu padre- sus palabras despertaron el sentimiento en l. Baj la
mirada, dando un suspiro profundo que sinti le desgarraba el alma.
-No puedo pintar a mi padre... An... duele demasiado- admiti, ms para s mismo que
para l. Oy la suave exclamacin de Matt.
-Lo siento. Lo siento mucho Maikel, no quera...
-No, est bien. Es solo que an no he superado su prdida.
-Bueno, es normal. La verdad es que no s si es algo que pueda superarse. Yo tambin
extrao al mo. Yo no pinto, pero bueno, tengo su local- sus palabras le dijeron que intentaba
consolarle. Sonri pensando en su propio dolor, en las razones y pensamientos que llevaba
tanto tiempo escondidos en su corazn.
-A veces creo que es una maldicin ser un vampiro- admiti y vio su ceo fruncirse.
Regres al rbol frente al que haba dormido y se sent. Matt se sent junto a l.
-Por qu dices eso? No te gusta ser vampiro por lo de tener que morder animales?
-No. No me gusta saber que an tengo un largo tiempo por vivir. Antes no me importaba,
porque mi padre estaba conmigo. El mundo tena el brillo y el color que sus ojos me
mostraban. Estaba vivo porque l lo estaba. Pero ahora... todo es tan oscuro y tan sombro-
admiti y sus ojos se llenaron de lgrimas, evocando el pasado- Cre que estaba prisionero
en la mansin, que sus paredes me tenan atrapado en su gris oscuridad, en su soledad, por
eso quera escapar. Pero no sirvi de nada... el pozo, el vaco sigue aqu- dijo apretando la
mano sobre su corazn- El mundo es bello y luminoso, mis ojos lo pueden ver... Pero no me
hace feliz. No puedo ser feliz Matt, Por qu ya no puedo ser feliz?- consult con
desesperacin, mirando los ojos que le observaban tan cerca, tan preocupados- Quiero ver el
mundo como l me lo mostr, como lo senta cuando estaba a su lado, pero no puedo... he
perdido la luz. Estoy ciego. En un mundo lleno de belleza, yo estoy ciego y camino entre las
sombras- logr decir antes de que los sollozos cortaran su voz. Sinti los brazos de Matt
rodearle y el calor de su cuerpo apretarse al suyo.
-No ests ciego. Solo dolido. Es tu pena la que habla. Ayer, cuando mir tus pinturas pude
verte de verdad, la luz que desprendes, el amor en tus recuerdos. Eso no es obra de un
hombre ciego.
-Yo no quiero vivir en este mundo, Matt. Ya no quiero vivir ms- solloz contra l y sinti
como le apretaba con ms fuerza. Se sostuvo de l y dej que la pena que lo inundaba desde
haca tanto fluyera de l. Qu ms poda hacer? Cuntas noches oscuras haba pasado
mirando la luna, solitario desde su ventana, aorando el pasado que no volvera, el calor del
amor que ya no estaba a su lado. Si la vida era esto, soledad y sombras, ya no quera vivir.
Matt le sostuvo contra l y le dej llorar, sintiendo el estremecimiento en su pecho. La tarde
caa ya, pero no le import. El dolor de Maikel era real, tan real y profundo como el suyo
propio. No saba si podra encontrar palabras para aliviarle, pero deseaba estar all,
sostenerle con fuerza para que no cayera. Lo necesitaba, porque l mismo tambin
tambaleaba. Cuando su llanto se calm, acarici su pelo con suavidad.
-Maikel, no digas que no quieres vivir. An hay mucho que no has visto, personas que no
has conocido. Y eres valiente, dime, Quin cruzara todo un bosque durante cuatro das para
llegar hasta aqu? Y tienes la pintura. No crees que tu padre estara orgulloso de saber lo
mucho que te has esforzado y lo bien que empleas tu talento? No te rindas, no dejes de
luchar an. Vers que vale la pena- le asegur, mirando los ojos hmedos que se alzaron
para mirarle, escondido an en su pecho.
-No soy valiente. Solo soy un vampiro torpe y desesperado- sus palabras le hicieron sonrer.
-Vale, un poco torpe y algo desesperado. Pero tener valor no significa no tener miedo. Es
cuando a pesar de tu miedo lo intentas, y no te rindes por el camino- le asegur. Maikel le
mir, volviendo a apretarse contra su pecho.
-Los lobos me dan miedo. Quera conocerles, pero cuando les vi esa noche en el pueblo, me
dieron mucho miedo.
-En serio?
-Por eso estaba sentado fuera del bar. Estaba decidiendo si marcharme de regreso al bosque
o no. Pero tena un poco de fro y por eso me qued cerca de la luz- sus palabras le
sorprendieron. Si hubiese tardado solo un poco ms en salir, nunca se hubieran conocido,
nunca habran compartido risas y lgrimas, nunca le habra tenido entre sus brazos.
Maikel alz el rostro y vio la preocupacin en su cara. Mir el reloj en su mueca. Eran casi
las 6, le haba hecho perder un buen par de horas, Qu egosta de su parte! Pero su calor era
tan cercano y confortador que no haba podido evitarlo. Se separ de l de mala gana y se
puso de pie, estirando una mano en su direccin. Matt le mir confuso.
-Tenemos que regresar.
-Maikel...
-Agradezco tu inters, Matt, pero no deseo hablar ms ahora. Podemos hacerlo luego?- le
pidi. Su mano apret la suya y disfrut de su calor cuando se puso de pie, y le solt con
suavidad.
-Est bien. Vamos de regreso. Tampoco hemos comido y debes tener hambre- dijo
preocupado. Sus palabras afectuosas, sus gestos siempre tan atentos, los extraara... Trat
de darle una sonrisa tranquilizadora.
-Estoy bien- vio que frunca el ceo, pero no dijo nada. Tomaron el camino de regreso y
mientras Matt estaba en la cocina, Maikel subi a la habitacin. Sac la hoja ya seca de su
escondite y la puso sobre su almohada, mirndola. No, no tena porque perderle, quizs si
luchaba con todas sus fuerzas, si se agarraba a su esperanza, pero... No tena nada ms que
darle Aceptara Matt lo poco que poda ofrecerle? Apret su corazn con la mano, el latido
intenso y adolorido.
-Por favor... deja que me quede a tu lado...
Comieron en silencio, Matt mirndole preocupado al verle picotear apenas la comida.
Entenda su pena, el dolor de la prdida, pero le asustaban sus palabras; no quera vivir... Y
si cometa una locura? Al menos ya no haba sol, as que no haba riesgo de que quisiera
rostizarse como un pavo, pero...
-Qu pasa, no sabe bien?- consult preocupado y vio sus ojos alzarse hacia l, an con ese
velo de tristeza que le rompa el corazn.
-No, est muy bien. Es... solo estoy un poco nervioso, por lo de esta tarde- sus palabras le
recordaron la amenaza de su hermano. Maldita sea! Era el peor de los momentos. Y si
Maikel se enganchaba a una de esas sanguijuelas lobunas? Bueno, al menos as olvidara la
idea de morir, pero... Su lobo protest con energa y por una vez le dio la razn. Mierda, no
quera admitirlo, pero quera al vampiro para s, lo necesitaba. Y Maikel no estara con nadie
mejor cuidado que con l.
-Eso es. Es nuestro. Le cuidaremos- aprob el lobo.
-No tienes que ponerte nervioso, Maikel. Eres muy guapo y dulce, y talentoso. Y cualquier
lobo estara orgulloso de tenerte a su lado- asegur mirando sus ojos y le vio sonrojarse
levemente. Su lobo aprob sus palabras, incitndole a continuar preparando el terreno- Si yo
estuviera en su lugar, estara dando saltos de felicidad...
-Gracias- dijo con una de sus hermosas sonrisas, que le dej mudo y fascinado por un
momento, hasta que el lobo le urgi a continuar. Sinti que el corazn le lata en la boca,
nervioso por primera vez. Nunca se haba declarado antes.
-La verdad es que... Si t quieres, yo podra.. Ya sabes, t y yo... Aqu en el bar... Quiero
decir, que puedes quedarte todo lo que quieras en el bar- intent, fallando miserablemente y
oyendo gruir a su lobo en reproche.
-Oh, Matt, me encanta es