cuento Motor2

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Esto es y no es, una niña que vive en una casita en el bosque. Se llama Ana y lo que más le gusta hacer es jugar con su mejor amigo a disfrazarse con la ropa que tienen sus padres en el armario. Su amigo Leo va en silla de ruedas y le encanta disfrazarse de piloto para sentirse el niño más rápido del mundo.Un día rebuscando en el gran armario, encuentran detrás de unas cajas viejas y sucias, una gran bolsa con una cremallera de oro brillante en forma de serpiente.

Nunca han visto una bolsa tan bonita, y eso despierta su curiosidad. La abren y encuentran una capa muy rara que parece cambiar de color. Es una capa muy bonita, tiene muchas plumas de colores y una capucha. Lo primero que hace Ana es probársela. Leo se pone un casco y salen al jardín a jugar.

- Con este casco soy ahora el mejor piloto del bosque- dijo Leo.- Y yo con esta capa me puedo convertir en todos los animales que yo quiera del

bosque- contestó Ana muy alegre.

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Después de una larga tarde jugando con su amigo Leo en el jardín y en el bosque, llega la hora de volver a casa para cenar e irse a dormir.Cuando Ana se mete en la cama, no tarda nada de nada en quedarse dormida. En cuanto cierra los ojitos empieza a soñar que juega en el bosque con Leo, pero se pierde ya que ella se tropieza con la capa y se cae al suelo. No puede alcanzarlo porque su amigo va muy rápido con su coche de piloto. Ana se pone a buscar a su amigo.

- Leo, ¿donde estás?, tengo miedo.

Pero no responde nadie. Se puso muy muy triste y se pone a llorar. Caminando y caminando llega hasta un estanque, se sienta porque está cansada de buscar a su amigo Leo. De pronto oye una voz que le dice:- ¿Qué te pasa?, ¿porqué lloras?

Ana se sorprende, mira hacia los lados, arriba y abajo, delante y detrás pero no ve a nadie.- ¡Oye, que estoy aquí. Estoy en el agua!- dijo una vocecita desde el estanque.

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Ana mira hacia el agua y ve una pequeña ranita sobre una flor de nenúfar que la mira fijamente. - ¿Me estás hablando tú, una rana?- No soy una rana cualquiera, soy la rana Amparo.- Yo me llamo Ana.- ¿Por qué estás llorando Ana?- Me he perdido en el bosque y no encuentro a mi amigo Leo, ¿lo has visto?- Sí, he visto a un niño muy veloz al otro lado del estanque pero para llegar al otro lado hay que atravesarlo.- Pero yo no sé nadar… ojala fuese una rana.

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Y ¡poff!

De golpe Ana se convierte en una pequeña rana verde. Sorprendida recuerda que gracias a su capa puede convertirse en los animales que ella quiera.La ranita Amparo le dice: - Sígueme, yo te guiaré al otro lado.Dando saltitos de roca en roca, llega al otro lado del estanque.- Muchas gracias Amparo, ¿quieres acompañarme a buscar a mi amigo

Leo?- No puedo ir contigo Ana, tengo que cuidar a mis pequeños renacuajos.

¡Suerte! Y espero que encuentres a tu amigo.

Ana desea convertirse en niña otra vez, y corre hacia la parte más oscura del bosque. Después de mucho andar, en medio del camino se encuentra con un campo enorme de rosas con espinas rodeado de árboles que no la dejan seguir.

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Ana intenta subir al árbol pero no puede, tiene los brazos muy cortos para poder llegar a las ramas del árbol. En una de ellas, ve a un mono comiendo plátanos y le dice:- Oye monito, ¿has visto a mi amigo pasar por aquí?- Desde lo alto del árbol he visto pasar un niño muy rápido al otro lado del campo de rosas -

le dijo el monito Benito.- Pero están llenas de espinas, no puedo pasar.- Hay dos formas de pasar al otro lado. Una es un camino muy muy muy largo y peligroso, y

la otra forma sería pasar por encima del campo de rosas saltando de rama en rama como yo.

- ¡Qué gran idea! Deseo ser un mono - dijo Ana.

El monito Benito le dice: - Sígueme, yo te guiaré al otro lado.Dando saltitos de rama en rama, llegó al otro lado del campo y se volvió a convertir en niña.- Muchas gracias Benito, ¿quieres acompañarme a buscar a mi amigo Leo?- No puedo ir contigo Ana, mi mamá no me deja salir más allá de este campo ¡Suerte! Y

espero que encuentres a tu amigo.

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Siguiendo la pista de Leo, Ana descubre las huellas del coche de Leo. Emocionada, corre tras las marcas hasta que se encuentra con un gran agujero en la tierra que ha hecho borrar las pistas de su amigo. Mete la cabeza dentro del agujero y grita:

- Leo, ¿estás ahí?- ¿Quién es Leo? – saca la cabeza del agujero una pequeña topo- Yo soy la topita Laurita.

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- Hola Laurita, yo me llamo Ana, ¿has visto pasar por aquí a mi amigo con su coche? He seguido las huellas del coche y me han llevado hasta aquí.

- ¿Tu amigo es el que ha destrozado mi casa? Ha pasado por aquí con su coche muy veloz y casi me atropella.- Tengo que encontrar a Leo, ¿puedes ayudarme a cruzar el túnel?- Haremos un trato, yo te ayudaré a cruzar el túnel y tú me ayudas a recoger lo que tu amigo me ha desordenado-

dice la topita Laurita un poco molesta.

Ana finalmente acepta el trato, y desea convertirse en un topo. Entre las dos topitas recogen el desorden que ha provocado Leo en casa de la topita Laurita. Recogen los libros del suelo, los colocan en las estanterías, mueven las cajas de sitio, recogen las cucharillas del suelo y las gafitas del topo.- Gracias Ana, sígueme yo te llevaré al otro lado.

La topita Ana, agachadita poco a poco consigue llegar al otro lado gracias a la ayuda de Laurita.- Muchas gracias topita, ¿quieres acompañarme a buscar a mi amigo Leo?- No puedo ir contigo Ana, tengo que seguir arreglando mi casa. ¡Suerte! Y espero que encuentres a tu amigo.

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La pobre Ana, hambrienta de tanta aventura y mucho caminar se sienta a descansar contra un árbol. Justo a su lado hay un pequeño arbusto que se mueve mucho y ve asomar dos plátanos.

- ¡Qué bien, un plátano… con el hambre que tengo!Ana estira de uno de los plátanos muy fuerte, pero no consigue cogerlo.- ¡Ay!, cuidado me estás haciendo daño –dice una voz dentro del arbusto.

Aparece un pequeño tucán dentro del arbusto quejándose del dolor de su pico y tras él, otro tucán defendiendo a su amigo.- Oye, no hagas eso. No estires del pico de mi amigo Andrés.- Yo me llamo Ana. Lo siento mucho Andrés, pensaba que tu pico era un plátano. Es que

tengo mucha hambre… –dice Ana disculpándose.- ¿Te apetece un plátano?, pues Alba sabe donde están los plátanos más ricos del mundo.- Vale, pero no tengo mucho tiempo porque estoy buscando a mi amigo Leo.- Después de comer un poco te ayudaremos a encontrarlo –dice Alba.- ¡Deseo ser un tucán!

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Los dos tucanes y Ana vuelan por el cielo hasta llegar al mejor platanero del bosque.Mientras Ana recupera fuerzas comiéndose unos plátanos muy ricos desde lo alto del platanero oye una voz a lo lejos pidiendo ayuda:- ¡Socorro! ¡Ayudadme por favor, estoy atrapado!

Muy sorprendida, la pequeña tucán Ana reconoce la voz de su amigo Leo.- Andrés, Alba, gracias por vuestra ayuda pero ahora tengo que ayudar a mi amigo.- ¡Mucha suerte Ana, ya nos veremos!

Hecha a volar para encontrarlo y desde lo alto del cielo ve a su amigo enredado entre una tela de araña gigante y vuelve a convertirse en niña.- Tranquilo Leo, te voy a ayudar. Dice Ana cuando llega junto a él.

Pero Ana no consigue romper la tela, es demasiado fuerte y grande. De repente escucha un llanto detrás suyo, es de una pequeña araña que está triste porque se había acercado a Leo para jugar un ratito, pero a él le dan miedo las arañas y no quería jugar con ella por eso la arañita Tiana se había puesto muy muy triste.- Tengo una idea, te puedo prestar mi capa mágica para que puedas convertirte en una niña como yo y podamos

jugar los tres juntos.- ¿Harías eso por mí?- Claro que sí, pero necesitamos liberarle. No podemos jugar si está atrapado en tu tela de araña, Tianita.

Consiguen liberar a Leo. Realizando su promesa, Ana le da su capa mágica a la araña Tiana que dice: - Deseo ser una niña.Y ¡poff! … la pequeña araña se convierte en una niña.

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Después de jugar un rato los tres juntos por el bosque y de hacerse muy amigos, escucha a lo lejos una voz… “Ana, despiértate que es hora de levantarse”

De golpe, Ana se despierta. Era su madre, es hora de ir al colegio. Perezosamente Ana se estira en la cama, alarga sus pequeños brazos y abre mucho la boca. ¡Qué sueño tan divertido ha tenido nuestra pequeña aventurera!

Así fue, así pasó y todo terminó.

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