CAPITOLO 4
METFORA Y METONIMIA4.1. 4.2. De la retrica a la vida cotidiana
La metfora 4.2.1. Metforas conceptuales 4.2.2. Metforas de imagen
4.2.3. Las imgenes esquemticas y la hiptesis de la invariabilidad
La metonimia 4.3.1. Puntos de referencia y zonas activas 4.3.2.
Metonimia y metfora: similitudes y diferencias Poesia en accin
4.4.1. Idiomaticidad 4.4.2. Las metforas pueden matar
Conceptualizacin y lenguaje figurado
4.3. 4.4. 4.5.
4.1.
De la r e t r i c a a la vida cotidiana
Por muy poco atraidos que nos sintamos por l a poesia, todos
Uevamos un poeta dentro de nosotros. E l pensamiento figurado es un
hecho real que impregna nuestra vida cotidiana. Basta con detenerse
u n momento a escuchar a la gente: (1) a. b. c. Aquel individuo era
una rata repugnante E s o te va a costar u n ojo de la cara P s a m
e el agua, por favor
Oraciones corno stas se oyen todos los dias; por tanto, se
consideran poco dignas de atencin. S i n embargo, cada una de ellas
contiene expresiones no literales. Por ejemplo, parece claro que el
individuo del ejemplo de (la) no es un sucio animai de alcantarilla
y parece poco probable y muy poco aconsejable que una
ri
91
1NTR0DUCCIN A LA LINGUISTICA COGNITIVA (2)
METAFORA Y METONIMIA M A S E S ARRIBA:
99
COtnprft se realice a cambio de una parte del cuerpo (Ib). Y el
nunciado mas inocente de todos, el de (le), ciertamente no puede
Interpretarse de forma literal es decir, c o m una peticin del
liquido sin la jarra que l o contiene, a no ser que al receptor no
le Impone mojarse. i Q u es lo que guia la interpretacin en estos
CtSOS? La hiptesis de trabajo que vamos a plantear aqui es que
todos nos regimos por las pautas que establece maestra p o t i c a
i n ternali zada (cfr. Gibbs 1994). A lo largo de este capitulo,
analizaremos la c o n c e p c i n cognitiva de la m e t f o r a y
de la metonimia e llustraremos su aplicacin a dos m b i t o s : el
estudio de la idiomatlcidad, ejemplificado con varias expresiones
fraseolgicas del espartol, y el anlisis del discurso, centrado en
un estudio de las metforas utilizadas durante l a guerra del
Golfo.
a. b. c.
L a inflacin siempre sube mas de lo que dice el G o bierno E l
ndice de paro es muy alto en nuestra comarca Los elevados costes de
p r o d u c c i n e s t n o b i g a n d o a muchas empresas a
instalar sus fbricas en paises donde l a mano de obra es mas
barata
(3)
M E N O S E S ABAJO:
a. b. c.
L o s bancos t e n d r n que bajar los tipos de i n t e r s E n
las rebajas de enero, caern los precios Este ano se ha registrado u
n descenso importante en la inte nc i n de voto
4.2.
La metfora
Uno de los mitos existentes sobre la m e t f o r a es que es
propia n i c a m e n t e de los registros formales, de la
escritura, y sobre todo de la poesia y de algunos g n e r o s
narrativos. E n una obra ya clsica, Lakoff y J o h r i s o n (1980)
refutan est creencia tradicional. A po y n d o se en centenares de
ejemplos, estos autores demuestran de manera convincente que la m e
t f o r a est al orden de dia tambin en el lenguaje cotidiano y q u
afirmar lo contrario carece de rlcTmnt. partir de est monografia,
la metfora adquiere un rango especial dentro de la naciente
linguistica cognitiva. N o se contempla corno una mera figura
retrica, ni tampoco c o m una anomalia linguistica; al contrario,
se entiende corno un proceso cognitivo que impregna nuestro
lenguaje y pensamiento habitual. La conclusin a la que se llega es
que la base de la m e t f o r a radica en nuestro sistema
conceptual: constituye un m e c a n i s m para' comprender 'y
"xpresar -sltacins complejas sirvindose de coti-"" ceptos mas
bsicos y coricidos (vanse, por ejemplo, Johnson ~ 1987;"Lakoff
1987a). L a m e t f o r a es un f e n m e n o tan ubicuo y tan
usuai que m u chas veces ni siquiera nos damos cuenta de su
presencia en nuestro propio discurso. Aunque su naturaleza figurada
q u i z no sea obvia a simple vista, los enunciados de (2) y de (3)
se valen de un proceso m e t a f r i c o de uso cotidiano, en el
que la CANTIDAD se concibe en t r m i n o s de VERTICALIDAD (cfr.
Lakoff & Johnson 1980: 15-16):
Debido a su alto grado de convencionalidad, est m e t f o r a
resulta p r c t i c a m e n t e "invisible" para el hablante medio,
en el sentido de que se trata de un esquema que est tan integrado
en nuestro sistema conceptual que no reparamos en su existencia de
forma consciente. S i n embargo, su c a r c t e r metafrico se hace
patente al advertir que entidades abstractas c o m la inflacin, los
tipos de i n ters o los precios no suben n i bajan en realidad (es
decir, no se desplazan fisicamente en u n eje vertical, n i hacia
arriba, n i hacia abajo, c o m lo pueden hacer el humo de u n
cigarro o l a hoja de u n rbol, respectivamente). Ahora bien, l a
existencia de est m e t fora no deberia resultar extrafia, ya que
tiene sus raices en nuestra experiencia cotidiana. Por ejemplo, si
vertemos agua en u n vaso, cuanta mayor sea la cantidad de liquido,
mas elevado sera el nivel alcanzado. Por tanto, la correlacin entre
la cantidad de u n a sustancia y el nivel al que llega motiva la
existencia de est m e t f o r a (cfr. Lakoff & Johnson 1980:
16). Antes de abordar con mayor detenimiento e) tratamiento
cognitivo de este concepto, ejemplificaremos, en la tabla 1,
algunas de las principales metforas (adaptadas de las propuestas p
o r Santos & Espinosa 1996: 45 y Ungerer & Schmid 1996:
121):
100
INTRODUGCIN A LA LINGUISTICA COGNITIVA
METAFORA Y METONIMIA
101
TABLA 1. Principaks metforas MORIR ES PARTIR Nuestro amigo nos
ha dejado Quiero quitarme este peso de LAS TAREAS DIFICILES SON
CARGAS encima El muy burro me dijo que no sabia resolver el
problema LAS PERSONAS SON ANIMALES Va por la vida sin la mas minima
preoccupaci 6n LA VIDA ES UN VIAJE Est teoria carece de fundamentos
empfricos LAS TEORtAS SON EDIFICIOS El tiempo es oro EL TLEMPO ES
UN OBJETO DE VALOR No pienso tragarme ni una LAS IDEAS SON
ALIMENTOS mentir mas Ella lo conquist con su sonrisa EL AMOR ES UNA
GUERRA
d. e.
L a profesora torpede mis hiptesis acerca de l a obra de Kafka C
o n l a Uegada de Chomsky, los estructuralistas quedaron
diezmados
4.2.1.
METFORAS CONCEPTUALES
A l a hora de abordar l a descripcin de l a metfora, conviene
'f"" establecer u n a distincin entre expresiones m e t a f r i c a
s , p o r u n a ^ parte, y m e t f o r a s conceptuales, p o r
otra. E s t distincin resulta b s i c a para el anlisis cognitivo
de l a metfora, ya que permite desvelar generalizaciones que, de
otro modo, quedarian ocultas. Las m e t f o r a s conceptuales son
esquemas abstractos, corno los "que acabamos de ver en l a tabla 1,
que sirven para agrupar expresiones metafricas. U n a expresin
metaforica, en cambio, es u n caso individuai de una metafora
conceptual. D e t e n g m o n o s en los ejemplos siguientes:1
Si a n a l i z r a m o s todos estos ejemplos uno por uno, corno
expresiones aisladas sin conexin alguna entre ellas, perderfamos
una generalizacin importante. N o es que cada uno de estos ejemplos
presente u n a metfora distinta, sino al contrario: todos sugieren
la misma idea metaforica, en la que empleamos conceptos procedentes
del dominio de l a GUERRA para conceptualizar y razonar sobre el
dominio de l a ARGUMENTACIN. Est idea m e t a f r i c a en este
caso, l a idea de que L A A R G U M E N T A C I N E S U N A G U E R
R A constituye u n a metfora conceptual. Siguiendo a Lakoff y
Johnson (1980), l a estructura interna de las m e t f o r a s
conceptuales se analiza de l a siguiente manera: Damaremos dominio
origen al dominio que presta sus conceptos y dominio destino al
dominio sobre el que se superponen dichos conceptos. L a metfora se
entiende, pues, corno l a p r o y e c c i n de unos conceptos desde
u n dominio conceptual (el d o m i n i o origen) hacia otro dominio
conceptual (el dominio destino). Para entender con mas claridad la
estructura interna de u n a m e t f o r a conceptual analicemos los
siguientes ejemplos:2
(5)
(4)
a b. c.
S n c h e z atac m i trabajo sobre la imparcialidad de los
jueces Eugenio defender hasta l a muerte su teoria de l a sem n t i
c a autonoma Algunos filsofos han intentado derubar l a n o c i n
de revolucin cientifica
Dominio origen: LOS ALIMENTOS Dominio destino: LAS IDEAS a (Y
eso crno se come'? b. N o me trago lo que me ests diciendo c. Algo
se est cociendo en l a Moncloa d. M e cuesta digerir tanta
informacin
Todas estas expresiones metafricas responden a u n a mismam e t
f o r a conceptual: LAS IDEAS S O N ALIMENTOS, en l a que se
pro-
yectan facetas del dominio origen de LOS ALIMENTOS a l d o m i n
i o destino de LAS IDEAS. Esto significa que estas expresiones
metafricas convencionales forman parte de u n sistema coherente y,
p o r tanto, no son expresiones arbitrarias, sin m o t i v a c i n
alguna.2. E n este apartado esbozamos la teoria de la metafora que
siguen la mayoria de los trabajos cognitivistas. Recientemente, sin
embargo. Gilles Fauconnier y Mark f u m e r (cfr. Fauconnier &
Tumer 1994, 1998: Tumer & Fauconnier 1995) han propuesto una
alternativa interesante desde la teoria de los espacios mentales
(cfr. t a m b i n Ruiz de Mendoza 1998). Con lodo, el enfoque de
Fauconnier y Turner y el que aqui presentamos no son
incompatibies.
1 Para describir la d.stincin en trminos analgico*, las metforas
conceptuales se pare1. Para oescnotr i entidades puramente
mentale*; las expresiones meta cen afonema*,en e ' " " ^ X ^ t i L
i e , n manifestarne* "palpables". que se fncas. en ^ ^ ^ " S ^ njr
est analogia hasta sus ultima* consecuenpueden o.r. E s l e n u .
los dos f e n m e n o s : la fonologia no tiene existen ste no es
el caso de la metafora, que ttene non, festaciones no linguistica*
(vase 4.5 infra).q u e P t l e n e
cT^W^rwSS..
^ ^ ^ L i
102
INTRODUCCIN A LA LINGUSTICA COGNITIVA
METAFORA Y METONIMIA
103
Por otro lado, para el establecimiento de l a estructura interna
de una m e t f o r a es fundamental el concepto terico de proyecc i
n (ingl. mapping). C o m o veremos, las proyecciones se concretan
en u n a serie de correspondencias que enlazan el d o m i n i o
origen con el dominio destino. De acuerdo c o n Lakoff y Kvecses
(1987), las proyecciones se subdividen en dos tipos (vase t a m b i
n Lakoff 1987a). E l p r i m e r tipo de proyeccin son las
c^rresgondencias o n t o l g i c a s , que, simplemente, vinculan
subestructuras entre los dominios origen y destino. Por ejemplo, en
l a m e t f o r aconceptual LAS IDEAS S O N A L I M E N T O S :
informacin de un dominio,sobre otro, sino solamente parte de
"engTEri este"senfi3o,"refexionernos tin momento sobre la metfora
LAS PERSONAS S O N A N I M A L E S : (6) L A S PERSONAS S O N A N I
M A L E S :
a. b. c. d.
E l jefe es muy burro a veces Desde luego es u n cerdo ;Vaya
besugo! jQu bestia eres!
a. b.
las ideas corresponden a los alimentos; l a persona que come los
alimentos corresponde a la persona que acepta l a idea; c. cocinar
el alimento corresponde a concebir la idea y d. digerir el alimento
corresponde a comprender l a idea.
A s i pues, la funcin de las correspondencias ontolgicas es
poner de manifiesto las relaciones analgicas que existen entre las
partes mas relevantes de cada dominio. ^, E l segundo tipo de
proyeccin son las correspondencias epis^l" t m i c a s . s t a s
difieren de las correspondencias ontolgicas en que ncTconectan
subestructuras entre los dos dominios, sino que re- \ presentan el
conocimiento que se importa del dominio origen al \
~a6T5Bni'"Bestino. Para {lustrar esto h a g m o n o s la pregunta
siguiente refernte a l a m e t f o r a conceptual LAS IDEAS SON
ALIMENTOS: eque es lo que tienen en c o m n las ideas y los
alimentos? Objetivamente, nada. N o obstante, si pensamos en la
funcin bsica de la a l i m e n t a c i n , veremos que, por
analogia, podemos trasladar est i n f o r m a c i n al dominio
destino: j Dominio origen: los alimentos sustentan el cuerpo.
Dominio destino: las ideas sustentan l a mente. \
E n el plano de las expresiones metafricas, n i c a m e n t e se
proyectan determinadas caracteristicas relevantes de los ANIMALES
sobre las PERSONAS. Asi, en una oracin c o m 6a), slo se proyecta l
a cualidad de ser muy obstinado o poco espabilado; aquellos otros
atributos que resultan irrelevantes para est i n t e r p r e t a c
i n simplemente no se proyectan sobre el dominio destino (por
ejemplo, las cuatro patas, el rabo o la piel del animai). Por otro
lado, en el plano de las m e t f o r a s conceptuales parece que,
bajo circunstancias normales, no podemos utilizar cualquier tipo de
animai para designar m e t a f r i c a m e n t e a u n a persona. P
o r ejemplo, parece poco probable que podamos decir en el lenguaje
cotidiano: (7) a. b. ?? Ese chico es u n petirrojo ?? E l Sr. G a r
d a es un cervo
Es decir, en la metfora del lenguaje cotidiano no solemos
aprovechar todos los elementos posibles que contiene u n
determinado d o m i n i o origen (cfr. Lakoff & Johnson 1980:
cap. 11). La segunda puntualizacin que conviene hacer tiene que ver
con el hecho de que, en la gran mayoria de las m e t f o r a s
conceptuales, el d o m i n i o origen resulta ser mas accsibl que
el dominio destino (eh". Sweetser 1990: 3 8; Taylor 1989: 138,
entre otros): Este patron de direccionalidad, de lo concreto a lo
abstracto, es completamente normal en la metfora. Asi,
ajn^ruuio-xojjcepjtUEiiiza-^3
_mQ.s_.el TIEMPO en t r m i n o s del ESPACIO (8a), las
DIFICULTADES en tr-
E l papel de las correspondencias epistmicas es, pues, el de
expresav las intuiciones que extraemos del dominio origen para
razonar sobre el d o m i n i o destino. Son, en definitiva,
aquellos aspec^. ^_tos del conocimiento comunes a ambos dominios. "
ntes de proseguir, cabe hacer dos puntualizaciones importantes
sobre l a estructura de las m e t f o r a s conceptuales. E n
primer lugar, conviene sefialar que, cuando estableceraos
correspondencias entre los dominios origen y destino, no
proyectamos toda la
minos de OBSTCULOS (8~bTy los DESEOS en t r m i n o s de SED
(8c):3. Esto constituye una notable diferencia erare e) lenguaje
cotidiano y el literario, ya que oraciones corno las de (7) podrian
darse (tal vez) en el contexto de una poesia de tipo surrealista.
De aqui que se tienda a pensar que el lenguaje literario dispone al
menos potencialmeme de mas recursos y de mas capacidad innovadora
que el lenguaje cotidiano. En realidad, la diferencia radica en que
el lenguaje iiterario tiene una gran capacidad de incorporar
metforas, y otras figuras, no convencionalizadas, sin que elio vaya
en detrimento de la comprensin, lo cual no siempre sucede en el
lenguaje cotidiano.
104 (8) a. b. c.
I N T R O D U C C I N A L A LINGUISTICA COGNITIVA
METFORA Y METONIMIA
105
E l paquete e s t a r alli dentro de dos semanas E l obstculo
mas grande que veo es conseguir que los votantes nos crean Tenia
sed de venganza
De este modo, sacamos partido de aquellos dominios que estn bien
delimitados en nuestra experiencia cotidiana y los utilizamos para
entender otros dominios que resultan ser menos accesibles para
nuestra c o m p r e n s i n .
4.2.2.
METFORAS DE IMAGEN
sistema determinado de expresiones metafricas, una m e t f o r a
de imagen es, s e gn Lakoff (1987b), u n a expresin m e t a f r i c
a " n i ca^, basada en una imagen mas bien visual. Por ejemplo, el
significalo de la voz ratn, tal y c o m se usa en el d o m i n i o
de la i n formtica, se basa en l a proyeccin de la forma e s q u e
m t i c a del cuerpo del animai sobre el a r m a z n del aparato y
l a de la cola sobre el cable. E s decir, una m e t f o r a de
imagen se construye n i c a mente a partir del emparejamiento de la
imagen e s q u e m t i c a de un dominio origen con la de un
dominio destino. E n conclusin, la metfora conceptual funciona
corno pauta para expresiones metafricas concretas; la metfora de
imagen, en cambio, se basa en correspondencias entre facetas
perceptivas del d o m i n i o origen y del dominio destino.4
Hasta aqui hemos hablado de las m e t f o r a s corno si slo
hubiera u n tipo. S i n embargo, siguiendo a Lakoff (1981b), cabe
distinguir entre la m e t f o r a conceptual y l a m e t f o r a de
imagen (vase t a m b i n Lakoff & Tumer 1989). Como hemos
senalado antes, las m e t f o r a s conceptuales funcionan corno
plantillas cognitivas que proporcionan campos semnticos enteros de
expresiones metafricas. Las m e t f o r a s de imagen, en cambio,
son m e t f o r a s concretas que proyectan la estructura e s q u e
m t i c a de una imagen sobre la de otra. U n buen ejemplo de elio
se halla en (9): (9) Italia es una bota
4.2.3.
L A S IMGENES ESQUEMTICAS Y LA HIPTESIS D E L A
INVARIABILIDAD
E n este caso se proyecta l a forma global de una bota (es
decir, el dominio origen) sobre la forma global de l a peninsula
Itlica (el dominio destino). Lgicamente, las diferentes partes de
una bota corresponden a las diferentes partes de Italia: por
ejemplo, las provincias del norte corresponden a l a parte superior
de una bota; la provincia de Calabria, a la punta, y la provincia
de Puglia al tacn. Ntese, no obstante, que la proyeccin entre los
dos dominios es parcial y selectiva, ya que las correspondencias se
dan n i c a m e n te entre el contorno global de una bota y el de l
a peninsula Itlica. Asi, no todos los accidentes geogrficos de
Italia tienen una perfecta correspondencia con todas y cada una de
las partes de la bota; tan slo aquellos rasgos del contorno global
de estas dos entidades figuran en l a proyeccin. Conviene insistir
de nuevo en queJa m e t f o r a conceptual es differente de l a m e
t f o r a deJmagen en un aspecto importante: mientras que una m e t
f o r a conceptual proporciona u n patron para u n
E n los apartados anteriores hemos comentado c m o es la
estructura interna de la metfora, pero hemos hecho pocas alusiones
directas a las restricciones a las que estn sujetas. U n a
restriccin evidente tiene que ver con la naturaleza parcial de las
proyecciones. Como hemos apuntado ya, las proyecciones entre el
dominio origen y el dominio destino no son completas. De hecho,
esto es lgico, ya que, si fuese posible proyectar integramente todo
el dominio origen sobre el dominio destino, el resultado no podria
ser otra cosa que una tautologia. Esto se ve claramente en la
oracin de (10): (10) U n hombre es un hombre
Por supuesto, la nica manera en la que puede haber una
correspondencia perfecta entre dos entidades es si stas comparten
exactamente la m i s m a identidad. L a funcin de l a metfora, en
cambio, no es l a de poner en relacin entidades que son exactamente
iguales, sino simplemente aquellas que sean a n a l g i c a m e n
te semejantes. De ahi que una proyeccin metafrica haya de tener
lugar forzosamente entre dos entidades de dominios diferen-
4. Lakoff (1987b) impone a las metforas de imagen la c o n d i c
i n de no pertenecer a ningiin sistema metafrico. A nuestro juicio,
tal restriccin es demasiado fuene, ya que dejaria sin explicacin
plausible casos corno el ratn del ordenador. que no podria
constiruir una metafora de imagen por el simple hecho de pertenecer
a la metafora conceptual LOS OBJETOS SOS ANIMALES (cfr. Garachana
& Hilferty 1994).
106
I N T R O D U C C I N A LA LINGUISTICA C O G N m V A (a)
M E T A F O R A Y METONIMIA
307
ti; de otra forma, l a m e t f o r a no satisfarla su funcin
corno meCinismo que vehicula el razonamiento analogico. Pero eque
constrine las proyecciones? Segn l a creencia mas eneralizada, las
proyecciones se ven condicionadas p o r lo que ohnson (1987: caps.
2-5; 1991: 8-14) denomina i m g e n e s esquemAticas. Se trata de
una subclase de i m g e n e s conceptuales (en el entido que hemos
apuntado en el apartado 3.4) que surge de experiencias perceptuales
y motoras recurrentes en el curso del dearrollo cognitivo (cfr.
Gibbs 1994: 414-417; Gibbs & Colston 1995: 364-370; Mandler
1992). L a hiptesis que se presenta es que, a partir de la i n t e
r a c c i n corporal que tenemos con el entorno, abstraemos ciertas
pautas que luego subyacen a buena parte de nuestro llstema
conceptual. Las i m g e n e s e s q u e m t i c a s , pues, son el
producto de nuestra habilidad de esquematizar y reconocer
similitudes entre objetos y situaciones. Y lo que es mas
importante: sirven para fundamentar los procesos simblicos que
impregnan profundamente l a cognicin cotidiana. C e n t r m o n o s
en una imagen esquemtica c o m la de la CIRCULARIDAD. Est imagen
esquemtica surge de manera naturai de la percepcin gestltica, asi
corno de nuestra experiencia cenestsica (es decir, corporal) de
ciertas trayectorias giratorias los carruseles, por poner u n
ejemplo, y subyace a conceptos convencionalizados corno circulo,
redondo, rodear y en tomo a. Asi pues, cada uno de estos conceptos
parte de la misma imagen esquemtica, pero se concreta en una imagen
s e m n t i c a distinta, E n concreto, circulo perfila una figura
geomtrica de dos dimensiones; redondo, en cambio, designa una
cualidad de una curvatura total en el contexto de dos o tres
dimensiones; rodear se refiere a un proceso que traza u n recorrido
circular que encierra otra entidad; y en tomo a define
atemporalmente una zona mas o menos arqueada que se extiende
completamente alrededor de u n punto de referencia determinado.
Estas diferencias de imagen aparecen representadas en la figura
1.
J
01;FIGURAS GEOMTRICAS Circulo Redondo FORMA FSICA
Rodear
En tomo a
FIG. 1. Esiruciura semntica de circulo, de redondo, de rodear y
de en tomo a.
5
A pesar de su evidente valor intuitivo, no se ha p r o d u c i d
o todavia u n a c o n s t a t a c i n e m p i r i c a de las i m g
e n e s e s q u e m t i c a s (vase, c o n todo, Gibbs &
Colston 1995). Consecuentemente, su c o n d i c i n resulta de
momento u n tanto incierta, aunque se v a confirmando su
plausibilidad en las obras de algunos neurocientfficos y filsofos
de l a mente (cfr. Edelman 1992: 247-250). A q u i s l o
comentaremos brevemente la hiptesis de que debe haber varias
decenas de i m g e n e s e s q u e m t i c a s , corno minimo, que
v a n desde elomnipresente PARTE-TODO hasta el EQUILIBRIO, el
CONTACTO y el C O N -
5.
Dicha diferencia se proyecta en el nivel de la sintaxis, ya que.
corno se puede observar, se
trita de categoria* sintcticas diferentes, a pesar de la
evidente relacin semntica que existe entre las palabras circulo,
redondo, rodear y entorno a. Como muy bien explica Langacker
(1987:
caps. 5-6; 1991: caps. 5-7), un mismo significado puede
concretale en diferentes formas gramaticales segn crno se construya
y perfile. O, dicho al revs, las categorias gramaticales son
estructuras simblicas que resultan de presentar un contenido bajo
una forma determinada. Obtenemos un sustantivo corno circulo si
incidimos en el objeto, en la "entidad" en sentido general;es
decir, si perfiamos la regin bidimensional definida por la
circularidad. En cambio, si perfilamos el proceso que lleva a
describir un recorrido circular, corno relacin temporal, el
resultado es un verbo (rodear). Si no focaiizamos la entidad, sino
la relacin considerada atemporalmente, p o d e m o s obtener un
adjetivo c o m redondo o una preposicin corno la que indica la
relacin espletai entre una cerca y la casa si decimos Habia una
cerca en tomo a la casa (cfr. cap. 3, 3.4).
TENEDOR (cfr. Johnson 1987: 126). E s preciso hacer h i n c a p
i en que todos estos esquemas tienen c o m eje centrai el cuerpo
humano y su i n t e r a c c i n con el entorno. Dada la inmensa i m
p o r t a n c i a de l a experiencia corporal, parece lgico
otorgarle u n papel sustancial que repercuta en l a configuracin de
muchos conceptos: s i n el trasfondo de pautas sensoriomotoras c o
m las i m g e n e s e s q u e m ticas, los procesos conceptuales
carecerian de una base p a l p a b e en la que fundamentarse.
1METAFORA Y METONIMIA
109
108
INTRODUCCIN A LA LINGUISTICA COGNITIVA
Cada imagen e s q u e m t i c a tiene, en virtud de su o r g a n
i z a c i n interna, su propia lgica. S i bien las i m g e n e s e
s q u e m t i c a s no se conciben dentro de l a linguistica
cognitiva c o m estructuras proposicionales, es verdad que, en
cierto sentido, tienen propiedades que sientan las bases para el
computo de inferencias. S i n pretender entrar en los detalles de u
n anlisis exhaustivo, el esquema de CIRCULARIDAD se basa en u n a
estructura cerrada y, c o m tal, si se recorre su perimetro, u n
lado conduce al otro y viceversa. E s precisamente este tipo de
inferencias l o que puede motivar extensiones m e t a f r i c a s ,
corno en (11): (11) L a definicin es circular: u n coche es u n a u
t o m v i l y u n a u t o m v i l es u n coche
L a idea de u n a definicin circular obedece a l a lgica de l a
org a n i z a c i n interna de u n circulo: u n termino X remite a
otro Y, que a su vez remite al termino X. Dicha c o n c e p c i n
queda esquematizada en l a figura 2.
FlG. 2.
Imagen esquemtica de la circularidad metafrica.
S e g n la hiptesis de l a invariabilidad, est pregunta tiene
una respuesta bastante obvia: ambos dominios, el origen y el
destino, son compatibles c o n estructuras e s q u e m t i c a s c
o m TRAYECTORIAS y BARRERAS. Evidentemente, l a lgica de las
trayectorias dieta que un agente puede avanzar en su recorrido a no
ser que haya algn tipo de obstculo que se l o impida. P o r
supuesto, u n p e a t n que pasea por u n callejn sin salida y u n
trabajador que ve que su cargo no c o n d u c i r a otro mejor se
hallan en situaciones a n l o g a s : tanto uno corno el otro no
tienen mas remedio que reconocer que no van a poder progresar mas.
Ahora bien, si se empleara el ejemplo de (12) para describir u n
trabajo en el que las perspectivas de futuro fueran buenas, el
resultarlo seria u n enunciado poco adecuado. Y esto es asi
precisamente por l a incompatibilidad de las estructuras de i m g e
n e s esq u e m t i c a s : el dominio origen sugiere que el
progreso n o puede seguir cuando l a n o c i n de progreso
continuado es justo l a idea que se quiere dar en el dominio
destino. L a imposibilidad de conciliar el no progreso c o n el
progreso crea una tensin excesiva entre los dos dominios y, corno
consecuencia, l a expresin m e t a f r i c a fracasa: el enunciado
no expresa lo que debe expresar, porque l a estructura e s q u e m
t i c a del dominio origen transgrede l a del dominio destino. De
acuerdo con est explicacin, el nivel de compatibilidad que existe
entre las facetas bsicas de las imgenes e s q u e m t i c a s
inherentes en los dos dominios permite o impide el xito de u n a
metfora determinada. De hecho, c o m acabamos de ver, es el dominio
destino el que parece imponer restricciones en el d o m i n i o
origen (cfr. Tumer 1990: 251, 254; 1991: 59, 172). Si decimos, por
ejemplo,6
m
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